La conjura de los necios

Por Ruth Bautista

La Conjura De Los Necios es una disparatada, ácida e inteligentísima novela. Pero no sólo eso, también es tremendamente divertida y amarga a la vez. La carcajada escapa por sí sola ante las situaciones desproporcionadas de esta gran tragicomedia.

Ignatius J. Really es, probablemente, uno de los mejores personajes jamás creados y al que muchos no dudan en comparar con el Quijote. Más aún, es el antiprotagonista perfecto para una novela repleta de excelentes personajes, situados en la portuaria ciudad de Nueva Orleans, magistralmente definidos y que suponen el contrapunto exacto al gran Ignatius. Él es un incomprendido, una persona de treinta y pocos años que vive en la casa de su madre y que lucha por lograr un mundo mejor desde el interior de su habitación. Pero cruelmente se verá arrastrado a vagar por las calles de Nueva Orleans en busca de trabajo, obligado a adentrarse en la sociedad, con la que mantiene una relación de repulsión mutua, para poder sufragar los gastos causados por su madre en un accidente de coche mientras conducía ebria.

El autor, John Kennedy Toole, consigue una crítica mordaz de una sociedad americana basada en la decadente clase media. Logra mantener el interés del lector (incluso mayor en una segunda lectura que en la primera) con un abanico de personajes a cuál más desagradable. No deja títere con cabeza y, a través de la tortuosa y enrevesada personalidad de Ignatius, da un repaso a la época que le tocó vivir en un tono de burla que contrasta con la triste visión de las vidas de los personajes retratados.

No encontramos únicamente una loca y angustiosa historia de crítica social, sino que el argumento engancha desde el comienzo. Momento en el que, como dice su protagonista, Fortuna hace girar su rueda hacia abajo y nunca sabemos cual es la desagradable sorpresa que nos depara el destino. A partir de aquí, unas situaciones enganchan con otras, al igual que lo van haciendo los personajes, y se va formando una enorme bola de nieve que terminará estallando al final de la novela.

Tras terminar La conjura de los necios, a sus 32 años, el autor intentó infructuosamente que la publicasen. Ello derivó en una profunda depresión que le condujo al suicidio. Gracias a la tenacidad e insistencia de su madre hoy podemos disfrutar de esta deliciosa obra galardonada con el Premio Pulitzer. También podemos encontrar publicada La Biblia De Neón, novela escrita cuando el autor tenía 16 años.

John Kennedy Toole

John Kennedy Toole (Nueva Orleans, Luisiana, 17 de diciembre de 1937 – Biloxi, Misisipi, 26 de marzo de 1969). Tras graduarse en la Universidad de Tulane, realizó un graduado superior en lengua inglesa en la Universidad de Columbia y luego pasó un año como profesor asistente de inglés en la Universidad del Suroeste de Luisiana (actualmente la UL Lafayette) en Lafayette, Luisiana. Después se trasladó a Nueva York para tomar un puesto de profesor en el Colegio Hunter. También dedicó algo de tiempo al intentar un doctorado en Columbia, pero no lo acabó porque tuvo que acudir a filas en el Ejército de los Estados Unidos en 1961, donde sirvió dos años en Puerto Rico enseñando inglés a los reclutas hispano-hablantes en Fort Buchanan.

Después de este tiempo en el ejército, Toole regresó a Nueva Orleans para vivir con sus padres y comenzar a enseñar en el Dominican College. Pasó tiempo deambulando por el Barrio Francés con músicos, y, al menos en una ocasión, ayudó a un amigo músico con su segundo trabajo vendiendo tamales en un puesto callejero. Después de que Toole se graduara con honores en la universidad de Tulane, trabajó brevemente en una fábrica de ropa masculina. Ambos escenarios jugaron un importante papel en la realización de su gran novela cómica La Conjura de los Necios.

Toole envió su manuscrito a Simon and Schuster. Después de la excitación inicial por el libro, el editor lo rechazó, diciendo que el libro no trataba realmente de nada, aunque realmente la razón de la negativa sería que su novela hundía demasiado el dedo en la llaga. Toole comenzó a deteriorarse rápidamente después de perder la esperanza de publicar su libro, que él consideraba una obra maestra. Comenzó a emborracharse y a descuidar sus actividades profesionales, dejó de enseñar en las clases doctorales de Tulane, hundiéndose en una profunda depresión que lo llevó a sentirse un absoluto fracasado.

Toole se suicidó el 26 de marzo de 1969, después de desaparecer de Nueva Orleans, poniendo un extremo de una manguera de jardín en el tubo de escape de su coche y el otro en la ventanilla del conductor. La nota de suicidio que dejó fue destruida por su madre, que hizo declaraciones confusas sobre sus contenidos generales. Fue enterrado en el cementerio de Greenwood en Nueva Orleans.

Después de la muerte de Toole, su madre insistió al autor Walker Percy para que leyera el manuscrito de La conjura de los necios. Percy al final cedió y se sintió apasionado por el libro. La Conjura de los necios fue publicado en 1980, y Percy escribió el prólogo.

Cuenta Percy que recibió insistentes llamadas de la madre de Toole hasta que éste accedió a leer el manuscrito. Recalca que las primeras páginas le parecieron buenas, superando las lineales expectativas que había depositado en el texto. Pero a medida que fue leyendo se vio completamente absorbido por la genialidad de la novela, llamando incluso la atención de la gente por las carcajadas que en él despertaba.

Toole, y su novela, recibieron póstumamente el Premio Pullitzer de ficción en 1981, y el premio a la mejor novela de lengua extranjera en Francia en el mismo año.

La otra novela de Toole es La Biblia de Neón, que Toole escribió a los 16 años y que consideraba demasiado juvenil como para intentar publicarla mientras estuvo vivo. Debido al gran interés en Toole, La Biblia de Neón fue publicada en 1989.