La ultraderecha porteña en su apogeo: ¿dónde le fue mejor?

Por Daniel Castelo

La historia reciente de los partidos políticos nacionales de la derecha más rancia tenía un margen acotado a nombres como UCeDe (Unión Centro Democrático, fundado por el ultraderechista levemente reconvertido Álvaro Alsogaray) o Modin, aquella aventura del carapintada Aldo Rico en los 90s que terminó disuelta tras sus acuerdos con el duhaldismo primero y el kirchnerismo después. Sin embargo, este 2021 quedará en la historia política por, entre otras cosas, el surgimiento de la ultraderecha más explícita desde el regreso de la democracia.

José Luis Espert en provincia de Buenos Aires y Javier Milei en Capital Federal se instalaron este domingo como terceras fuerzas y con votos que les llegaron, fundamentalmente, desde el sector más antipolítica de Juntos por el Cambio, aunque en algunas circunscripciones electorales el flujo de votos también llegó desde los más desencantados del Frente de Todos que no se fueron para el Frente de Izquierda.

La maquinaria mediática que instaló a los autoproclamados «libertarios» poco antes de 2019 a través de Espert (que ese año fue el candidato presidencial al que más entrevistas se le hicieron en TV) se fue aceitando e hizo que Javier Milei pudiera sumarse a la caravana a fuerza de un show freak cuya receta lleva terraplanismo económico, violencia verbal y gestualidad de pabellón psiquiátrico.

Así las cosas, los inequívocos sellos La Libertad Avanza (Milei) y Avanza Libertad (Espert) muestran que en momentos de crisis y desencanto la ultraderecha encuentra campo fértil para trabajar. Asimismo, los resultados en Ciudad y Provincia de Buenos Aires dejan a las claras que el discurso de la mano dura económica, política y policial cala con hondura cuando la política «tradicional» deja agujeros sin tapar, problemas estructurales sin resolver. También evidencian dónde es que mejor se recibe ese discurso, o también, por qué no, dónde es que se aguardaba ese discurso que hoy pone en relieve conceptos que hasta la familia Alsogaray escondía en público y ante la prensa. La derechización de la sociedad es un hecho y los medios de la corporación lo celebran con ejemplos como el de LN+ o el Grupo América, que este domingo entregó la conducción de su programa especial por las elecciones legislativas a la neofascista y negacionista de la pandemia Viviana Canosa, a la postre una de las más férreas difusoras del ideario ultra.

En Ciudad de Buenos Aires los números del recuento provisorio dicen que Juntos por el Cambio obtuvo el 47% de los votos, seguido por el Frente de Todos con el 25,1% y en tercer lugar la ultraderecha de Javier Milei con el 17% de los sufragios, unos 4 puntos más que en las PASO. Atrás quedó, aunque en una muy buena elección, el Frente de Izquierda, con el 7,8% y en último lugar el espacio de Luis Zamora con el 3% de los sufragios.

Pero los números dijeron también que la comuna 2, exclusiva del barrio de la Recoleta, fue la única en la que La Libertad Avanza quedó en segundo lugar. Allí Milei rondó su promedio porteño con el 17,7% pero Juntos arrió a nada menos que el 61,1% de las voluntades. Entre los dos espacios de la derecha (que podrían construir una alianza nacional con miras a 2023) juntaron nada menos que el 78,8% de los votos, convirtiéndose sin margen de error en el barrio más conservador de la Argentina.

En tanto, la comuna en la que más votos cosechó la ultraderecha fue la número 8, precisamente la más pobre de la Ciudad (nuclea a los barrios de Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati). Allí Milei y su coequiper la defensora de genocidas Victoria Villarruel consiguieron el 19,2% de los votos. En este caso, sin embargo, la suma con Juntos no escala tan alto como en Recoleta, ya que María Eugenia Vidal llegó al 34,4%, ocupando el tercer lugar detrás de Leandro Santoro, que trepó al 36,7% y le dio la única victoria al peronismo porteño.

La suma de las fuerzas de derecha y ultraderecha, más allá de la Comuna 1, también se sintió con intensidad en la Comuna 13 (Belgrano, Núñez, Colegiales), donde Vidal + Milei reunieron al 74% de las boletas depositadas en las urnas. En esos barrios el peronismo quedó relegado a un 16,5% de los votos.

También en Palermo (Comuna 14), el barrio con más autopercepción de progresismo de toda la Ciudad, la derecha pisó fuerte este domingo, con guarismos del 57,7% para Juntos y 16,3% para Libertad Avanza; el 74% de lxs vecinxs de la zona eligieron a la derecha.

En tanto, los barrios donde peor le fue a la derecha (aunque nunca sumando menos del 50%) fue en la Comuna 5 (Almagro, Boedo) y la Comuna 15 (Agronomía, Chacarita, La Paternal, Parque Chas, Villa Crespo, Villa Ortúzar). En la primera Juntos+Libertad Avanza llegaron al 58,6%, mientras que en la otra los dos espacios de derecha sumaron el 57%.

El caso de la provincia de Buenos Aires es diferente al registrado en Capital Federal debido a que la diferencia que le sacó la lista de José Luis Espert (7,5%) a la que encabezó Nicolás del Caño por el Frente de Izquierda (6,8%) fue de menos de un punto porcentual. En ninguna de las grandes secciones electorales en las que se divide la Provincia hizo una gran elección e incluso en alguna quedó por abajo del FIT. Lejos está Espert, más allá de ser (momentánea) tercera fuerza bonaerense, en suscitar algo parecido al fenómeno que encabeza su estrambótico socio.

El futuro inmediato del espacio «libertario» es la asunción de sus bancas en la Cámara de Diputados el 10 de diciembre próximo. Lo que siga estará relacionado con lo que puedan producir sus dirigentes en la aceitada máquina del rosqueo partidario y la elección nacional de 2023, la cual los pone en la disyuntiva de continuar en su camino de twist y gritos contra «la casta» o arrojarse a los brazos abiertos del macrismo, que los quiere dentro de Juntos para pelearle la interna al que hasta ahora asoma como el candidato presidencial «natural» de la derecha mainstream: Horacio Rodríguez Larreta.

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