Y al hijo lo daban en adopción
Por Pablo Díaz*
Gabriela Michetti: “Lo podés dar en adopción, ver qué te pasa en el embarazo, trabajar con psicólogo, no sé”.
Ante esa respuesta, el periodista Gabriel Sued repreguntó:
–¿Y si la mujer no quiere seguir adelante con el embarazo?
–Entiendo el drama que significa, pero hay tantos dramas en la vida que uno no puede solucionar que no me parece que porque exista ese drama, digamos que a uno se le terminó la vida. O sea, podés dar en adopción el bebé y no te pasa nada.
En verdad, esto me hizo pensar en lo que viví. Cuando me vino el salvoconducto en el pozo de Banfield y pedí despedirme de Claudia (16 años), ella me dijo que nunca iba a poder ser mujer porque la habían violado por adelante y por atrás… Hoy pienso, si hubiera salido con vida de ahí embarazada, ¿habría querido tener un bebé que fuera producto de esa perversidad? La respuesta es no. Y yo la habría acompañado en la decisión. La hubiera ayudado a tener un aborto seguro. La habría acompañado para que viva digna…
Me he preguntado también: si la violaron no sabiendo si iba a vivir o morir, ¿cuantas veces la violaron sabiendo que la iban a matar?
A lo largo de tantos testimonios en diferentes procesos judiciales nunca un juez me frenó en mi declaración cuando relataba “estas cosas”, y nadie repreguntaba sobre estos relatos de violación de género. ¡Qué bárbaro! Recién el año pasado, dos fiscales me convocaron para preguntarme sobre si había vivido o visto delitos de violación. Sí, aunque no lo crean, recién el año pasado. Así son los derechos adquiridos por la lucha de la calle… Así es la justicia entonces.
Pero no se trata de recomponer mi drama con un psicólogo. El autor de las violaciones es Juan Miguel Wolk, responsable del Pozo de Banfield en dictadura. Acusado también por robo de bebes, hoy es beneficiado por el arresto domiciliario en Mar del Plata.
Me acuerdo también de Gabriela Carriquiriborde, a quien cuidé en el calabozo cuando empezó su trabajo de parto. Me decía que eran contracciones, para mi sorpresa, y grité desesperado y asustado que golpeáramos las puertas y llamáramos a los guardias. Ella me aferraba la mano y decía que su hijo ya venía, que lo quería tener… ¿Saben por qué? Porque había sido consentido con su pareja, había sido consentido del amor…¡Qué belleza y que angustia a su vez cuando la llevaron! Nunca más volvió. La sala clandestina de maternidad estaba en el primer piso y escuchábamos el llanto del bebe al nacer. Pero a ella la mataron. La mataban a la madre y al hijo lo daban en adopción.
¡Qué horror! Todavía espero el juicio al Pozo de Banfield, que ya tendría que haber sido. Cuando suceda tendría que ser público y dado por TV abierta. Tendría que abrirse el Pozo de Banfield y ser visitado. No haciendo un anfiteatro, por favor. Solo dejaría en sus calabozos prendas de Claudia (16 años) o de María Clara (17 años). Solo dejaría en una mesa del primer piso un grito de lo que se es capaz de hacer.
No, no necesito un psicólogo, solo necesito que me ayuden a que haya Justicia y Castigo para los responsables. Y Claudia como todos los del Pozo de Banfield, que quedaron en el sótano del edificio, entonces recuperarán la vida. Las dos vidas si quieren…
* Sobreviviente de La Noche de los Lápices. Pozo de Banfield.
03/07/18 P/12