Enrique Gil Ibarra
Fue periodista del diario "Noticias", editor de revistas de interés general, de temas ecológicos y políticos. Jefe de Prensa de delegaciones argentinas ante la ONU y ante la OEA. Director Creativo en agencias de publicidad y conductor de programas radiales. Dirige una radio y una revista en la ciudad de Trelew.

El miedo -a veces- también es zonzo

Por Enrique Gil Ibarra

Sucede a menudo que, en esta era globalizada y carente de objetivos utópicos y valores relevantes, comienza a ser una virtud el no pensar. De hecho, pensar reubica el conflicto dentro de uno mismo, nos obliga a relacionar nuestra concepción de vida con el entorno, y -lo peor de todo- nos enfrenta al espejo siempre cambiante de la realidad y nuestra aceptación (o rechazo) de la misma.

Es así que nuestro programa de televisión favorito ofrece como ejemplo estratégico de triunfo a una señorita pulposa que decide traicionar a su mejor amigo y sostén afectivo, y un millón y medio de argentinos se identifican con ella.
Tiene lógica que, en una sociedad donde el "sálvese quien pueda" se hizo carne, el egoísmo autocentrado de una dama maníaco-depresiva esquizoide sea un ejemplo a seguir.

Lo que no se comprende es que, ni los "analistas" del fenómeno ni los teleespectadores atinen a diferenciar entre una estrategia de juego y lo que ésta evidencia. El problema no es que haya ganado (es un juego) traicionando a un amigo, sino lo que eso indica: no es "buena gente".

Sin embargo en nuestra época, salvarse a sí mismo parece ser un síntoma de inteligencia. Así parecen entenderlo también ciertos políticos de máxima relevancia, a los que las cimas del poder les trastocan los sentires.
El silencio cómplice, la obsecuencia, el disparate, (en suma, el temor a perder el privilegio tanto tiempo soñado) se enseñorean entonces de nuestras arenas políticas, demostrando claramente que no siempre la sabiduría popular se adecua a todas las coyunturas: el miedo también es zonzo.

Santa Cruz ha sido desde hace un mes el ejemplo claro de cómo el poder mal manejado, y la lejanía creciente del dirigente con el pueblo que lo sostiene, puede deformar el entendimiento hasta el punto del absurdo.

Hay en Argentina un presidente de la Nación que cuenta con un 65 al 70 por ciento de aceptación popular. Esto es indiscutible, y representa el caudal político más elevado que ha generado un gobierno democrático en la historia del nuestro país, superior incluso -aunque me duela decirlo-, al obtenido por el tres veces presidente Juan Domingo Perón.

Cualquiera pensaría que dicho capital obliga a la tranquilidad y a la mesura. Tranquilidad, porque representa un liderazgo incuestionable, y mesura porque implica la posibilidad del tiempo para decidir, para reflexionar, para cuestionar lo no razonable sin temor al descrédito.

Cualquiera diría que semejante respaldo posibilita ciertamente al dirigente la certeza de que sus colaboradores pueden ser reemplazados sin que los cimbronazos consecuentes sacudan un ápice el proyecto general.

Sin embargo las reflexiones arriba mencionadas no cuentan con un condicionante importantísimo en estos tiempos: el miedo a "las masas", que aqueja a todos aquellos dirigentes que pierden contacto con las mismas por un tiempo excesivo. ¿Será por no poder dar explicaciones de ciertos actos? ¿Será porque las "mieles del poder" conllevan ciertos lujos que, al disfrutarlos, los alejan de los genuinos - y simples- placeres del pueblo?

Por lo que fuere, el resultado es idéntico: aunque jamás lo reconozcan, ni siquiera para sí mismos, algunos dirigentes pasan a incorporar inconscientemente el concepto gorila de "los negros de mierda".

No es extraño. El mismo dirigente que al comienzo caminaba junto a los huelguistas, se siente molesto cuando su esposa le comenta que llegó tarde a tal recepción porque "esos vagos" cortaban la calle. El otro, que antes opinaba ciertamente que el peronismo tenía una deuda popular y una "revolución inclonclusa", hoy afirma suelto de cuerpo (y mente) que "damos lo que podemos ¿qué más quieren?" y no admite que quizás su percepción de lo justo se haya modificado.

No es lo mismo viajar a Europa en misión oficial que comer un choripán en una Unidad Básica.

En ese marco, el no aggiornado es un bicho raro. El privilegio se ampara en el temor a perderlo, y la burocracia se afirma, no en el acierto, sino en la posibilidad de arrojarle a otro a la cara el potencial (propio) error.
Si el dirigente se equivoca, demuestra que no es capaz. La pretensión de infalibilidad, entonces, no es otra cosa que temor, y la crítica (y auto crítica) es inadmisible, tanto con los pares como hacia arriba.

La mediatización obligada del dirigente falto de contacto con su pueblo exige la confianza en sus intermediarios. Ministros, secretarios, son los intérpretes de la realidad única e indiscutible. La disidencia, aunque sea mínima, es traición.

Es normal entonces escuchar a un Ministro de Interior afirmando disparate tras disparate: "fue un atentado contra el presidente" (con un presidente a mil quinientos kilómetros de distancia y un "terrorista" insano); "se clavaban una barreta en el pie para simular las heridas de bala" (y al siguiente día revertir la información ante la evidencia de las pericias médicas); "el cura guarda armas en la iglesia" (y soportar que hasta los mismos peronistas lugareños salgan a matarse de risa del despropósito).

Pero es más terrible ver al dirigente máximo, al que realmente el pueblo ha votado y respalda, en el callejón sin salida del temor. Negándose a asistir al homenaje a los soldados de Malvinas para no enfrentar una movilización de docentes en Tierra del Fuego (¿trescientos docentes?); adoptando irreflexivamente la teoría del "atentado" sin analizar su ridiculez; desorbitándose furioso en defensa de su madre a la que parte del pueblo se atrevió a molestar gritando frente a su casa. Sin comprender, en fin, que lo que se espera de un gobernante popular (que lo es) es la capacidad de calmar y resolver, de tomar partido por su gente, de establecer - diríamos: como un padre razonable- los límites y las concesiones.

El temor al costo político siempre redunda en mayores costos. El pueblo no entiende de "costos políticos". Respalda los hechos y las decisiones, y puede perdonar un error si percibe la sinceridad del actuante. Lo que el pueblo no perdona es el autismo. El egoísmo autocentrado que mencionábamos más arriba. El pueblo no perdona el temor al pueblo.
No puedo establecer, por falta de datos ciertos, cuántos puntos de apoyo ha perdido el Gobierno Nacional con estos sucesos de Santa Cruz. Sé sin duda que debe ser una cantidad mensurable.

¿Era preciso derrochar en un plumazo de inoperancia ministerial tanto capital? ¿Era necesario respaldar la actitud inaceptable y absurda de algún ministro que buscaba desesperadamente "echarle la culpa a otro" de su propia incompetencia?
¿No hubiera evitado el "costo político" presentarse en la provincia natal y decir: "vine a escuchar. A ver qué pasa. Usted, usted y usted, se van. Usted, usted y usted, los espero en la gobernación para que me expliquen qué es lo que quieren y, si puedo, lo soluciono y terminamos con esto antes que se salga de madre".

Estoy convencido de que el pueblo respeta esas actitudes. Las valora porque indican, no sólo firmeza y convencimiento de la capacidad propia, sino también liderazgo y honestidad. Nadie con cola de paja da la cara nunca. Y todo argentino sabe que el que se deja insultar, algo esconde.
Temer a la gente es temerle al origen de uno mismo. Es renunciar a la raíz que nos ha permitido crecer y ser lo que somos (éramos). Es perder el sustento que nos puede hacer grandes. Es olvidar la historia. Es negar el futuro posible.

Es una pena. El miedo -a veces- también es zonzo.
El miedo -a veces- también es zonzo

Sucede a menudo que, en esta era globalizada y carente de objetivos utópicos y valores relevantes, comienza a ser una virtud el no pensar. De hecho, pensar reubica el conflicto dentro de uno mismo, nos obliga a relacionar nuestra concepción de vida con el entorno, y -lo peor de todo- nos enfrenta al espejo siempre cambiante de la realidad y nuestra aceptación (o rechazo) de la misma.
Es así que nuestro programa de televisión favorito ofrece como ejemplo estratégico de triunfo a una señorita pulposa que decide traicionar a su mejor amigo y sostén afectivo, y un millón y medio de argentinos se identifican con ella.
Tiene lógica que, en una sociedad donde el "sálvese quien pueda" se hizo carne, el egoísmo autocentrado de una dama maníaco-depresiva esquizoide sea un ejemplo a seguir.
Lo que no se comprende es que, ni los "analistas" del fenómeno ni los teleespectadores atinen a diferenciar entre una estrategia de juego y lo que ésta evidencia. El problema no es que haya ganado (es un juego) traicionando a un amigo, sino lo que eso indica: no es "buena gente".
Sin embargo en nuestra época, salvarse a sí mismo parece ser un síntoma de inteligencia. Así parecen entenderlo también ciertos políticos de máxima relevancia, a los que las cimas del poder les trastocan los sentires.
El silencio cómplice, la obsecuencia, el disparate, (en suma, el temor a perder el privilegio tanto tiempo soñado) se enseñorean entonces de nuestras arenas políticas, demostrando claramente que no siempre la sabiduría popular se adecua a todas las coyunturas: el miedo también es zonzo.
Santa Cruz ha sido desde hace un mes el ejemplo claro de cómo el poder mal manejado, y la lejanía creciente del dirigente con el pueblo que lo sostiene, puede deformar el entendimiento hasta el punto del absurdo.

Hay en Argentina un presidente de la Nación que cuenta con un 65 al 70 por ciento de aceptación popular. Esto es indiscutible, y representa el caudal político más elevado que ha generado un gobierno democrático en la historia del nuestro país, superior incluso -aunque me duela decirlo-, al obtenido por el tres veces presidente Juan Domingo Perón.

Cualquiera pensaría que dicho capital obliga a la tranquilidad y a la mesura. Tranquilidad, porque representa un liderazgo incuestionable, y mesura porque implica la posibilidad del tiempo para decidir, para reflexionar, para cuestionar lo no razonable sin temor al descrédito.

Cualquiera diría que semejante respaldo posibilita ciertamente al dirigente la certeza de que sus colaboradores pueden ser reemplazados sin que los cimbronazos consecuentes sacudan un ápice el proyecto general.

Sin embargo las reflexiones arriba mencionadas no cuentan con un condicionante importantísimo en estos tiempos: el miedo a "las masas", que aqueja a todos aquellos dirigentes que pierden contacto con las mismas por un tiempo excesivo. ¿Será por no poder dar explicaciones de ciertos actos? ¿Será porque las "mieles del poder" conllevan ciertos lujos que, al disfrutarlos, los alejan de los genuinos - y simples- placeres del pueblo?

Por lo que fuere, el resultado es idéntico: aunque jamás lo reconozcan, ni siquiera para sí mismos, algunos dirigentes pasan a incorporar inconscientemente el concepto gorila de "los negros de mierda".

No es extraño. El mismo dirigente que al comienzo caminaba junto a los huelguistas, se siente molesto cuando su esposa le comenta que llegó tarde a tal recepción porque "esos vagos" cortaban la calle. El otro, que antes opinaba ciertamente que el peronismo tenía una deuda popular y una "revolución inclonclusa", hoy afirma suelto de cuerpo (y mente) que "damos lo que podemos ¿qué más quieren?" y no admite que quizás su percepción de lo justo se haya modificado.

No es lo mismo viajar a Europa en misión oficial que comer un choripán en una Unidad Básica.

En ese marco, el no aggiornado es un bicho raro. El privilegio se ampara en el temor a perderlo, y la burocracia se afirma, no en el acierto, sino en la posibilidad de arrojarle a otro a la cara el potencial (propio) error.
Si el dirigente se equivoca, demuestra que no es capaz. La pretensión de infalibilidad, entonces, no es otra cosa que temor, y la crítica (y auto crítica) es inadmisible, tanto con los pares como hacia arriba.

La mediatización obligada del dirigente falto de contacto con su pueblo exige la confianza en sus intermediarios. Ministros, secretarios, son los intérpretes de la realidad única e indiscutible. La disidencia, aunque sea mínima, es traición.

Es normal entonces escuchar a un Ministro de Interior afirmando disparate tras disparate: "fue un atentado contra el presidente" (con un presidente a mil quinientos kilómetros de distancia y un "terrorista" insano); "se clavaban una barreta en el pie para simular las heridas de bala" (y al siguiente día revertir la información ante la evidencia de las pericias médicas); "el cura guarda armas en la iglesia" (y soportar que hasta los mismos peronistas lugareños salgan a matarse de risa del despropósito).

Pero es más terrible ver al dirigente máximo, al que realmente el pueblo ha votado y respalda, en el callejón sin salida del temor. Negándose a asistir al homenaje a los soldados de Malvinas para no enfrentar una movilización de docentes en Tierra del Fuego (¿trescientos docentes?); adoptando irreflexivamente la teoría del "atentado" sin analizar su ridiculez; desorbitándose furioso en defensa de su madre a la que parte del pueblo se atrevió a molestar gritando frente a su casa. Sin comprender, en fin, que lo que se espera de un gobernante popular (que lo es) es la capacidad de calmar y resolver, de tomar partido por su gente, de establecer - diríamos: como un padre razonable- los límites y las concesiones.

El temor al costo político siempre redunda en mayores costos. El pueblo no entiende de "costos políticos". Respalda los hechos y las decisiones, y puede perdonar un error si percibe la sinceridad del actuante. Lo que el pueblo no perdona es el autismo. El egoísmo autocentrado que mencionábamos más arriba. El pueblo no perdona el temor al pueblo.
No puedo establecer, por falta de datos ciertos, cuántos puntos de apoyo ha perdido el Gobierno Nacional con estos sucesos de Santa Cruz. Sé sin duda que debe ser una cantidad mensurable.

¿Era preciso derrochar en un plumazo de inoperancia ministerial tanto capital? ¿Era necesario respaldar la actitud inaceptable y absurda de algún ministro que buscaba desesperadamente "echarle la culpa a otro" de su propia incompetencia?
¿No hubiera evitado el "costo político" presentarse en la provincia natal y decir: "vine a escuchar. A ver qué pasa. Usted, usted y usted, se van. Usted, usted y usted, los espero en la gobernación para que me expliquen qué es lo que quieren y, si puedo, lo soluciono y terminamos con esto antes que se salga de madre".

Estoy convencido de que el pueblo respeta esas actitudes. Las valora porque indican, no sólo firmeza y convencimiento de la capacidad propia, sino también liderazgo y honestidad. Nadie con cola de paja da la cara nunca. Y todo argentino sabe que el que se deja insultar, algo esconde.
Temer a la gente es temerle al origen de uno mismo. Es renunciar a la raíz que nos ha permitido crecer y ser lo que somos (éramos). Es perder el sustento que nos puede hacer grandes. Es olvidar la historia. Es negar el futuro posible.

Es una pena. El miedo -a veces- también es zonzo.


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Sobre el infantilismo partidocrático

Por Enrique Gil Ibarra

Durante las múltiples conversaciones que mantenemos con los compañeros de distintos lugares del país, se presenta nuevamente como problema aparentemente irresoluble el extremo fraccionamiento que sufre el campo popular, dividido actualmente en decenas de pequeñas organizaciones, cada una de las cuales convencida de la justeza de su accionar y de su correcto análisis que las llevará, sin duda, a encabezar el proceso revolucionario en Argentina.
En casi todas ellas, el desprecio hacia el peronismo es, si no expreso, latente. En casi todas ellas, existe la desesperación por una identificación marxista "sin fisuras", considerando esta identificación pública como una confirmación práctica del "revolucionarismo" de sus miembros, en lugar de la adopción de un método de análisis que sirve para adecuar la teoría revolucionaria a la realidad.
En este marco, nuestro país está cubierto de sur a norte por una enorme cantidad de militantes honestos, bienintencionados y (creen ser) muy capacitados en materialismo dialéctico, que no pueden desentrañar el misterio de un pueblo que no los respalda ni los respaldará.
El mes pasado se han producido las mayores manifestaciones populares de los últimos años, debido al asesinato de Carlos Fuentealba en Neuquén. Cincuenta mil compañeros en Capital Federal y treinta mil en la mencionada provincia han sido las más importantes. ¿Ha quedado un rédito organizativo de esas movilizaciones populares? ¿Ha logrado alguna organización política revolucionaria capitalizar en estructura la justa indignación popular?
Si a esta altura de la reflexión alguno de los lectores piensa que es inmoral sugerir "capitalizar políticamente" el asesinato del compañero Fuentealba, debe volver atrás las páginas y replantearse severamente porqué está militando. (La ingenuidad no tiene lugar en la revolución, si existe un correcto camino de búsqueda de poder popular).

La proliferación del partidismo "revolucionario" en nuestro país no es nueva. Dejando de lado las distintas fracturas menores de la F.O.R.A. y las divergencias entre las distintas vertientes socialistas durante la primera mitad del siglo XX, la fractura importante de la izquierda argentina comienza en la segunda mitad de ese siglo. Sin ser históricamente estrictos, podríamos fijarla a partir de 1955, y del primer derrocamiento del peronismo.
Es en ese momento cuando definitivamente la izquierda nacional pierde el rumbo y, mezclando estrategias rígidas que responden a necesidades políticas de sus países referentes, con tácticas conspirativas antinacionales, se separa del nivel de conciencia del pueblo argentino. Por consiguiente, al negar la identidad política del pueblo (ya que ésta no coincide con las especificaciones teóricas prefijadas) y rechazar su integración al Movimiento Nacional y Popular (ya que éste no proclama la revolución proletaria), la consecuencia ineludible es la creación de un nuevo "partido revolucionario" que obligatoriamente debe llenar el supuesto vacío existente.
El problema es que, al no existir ese vacío en la conciencia popular, todos los "partidos de la revolución" fracasan sucesivamente, dando entones lugar a nuevas y múltiples fracciones minoritarias.
Citemos a Lenin: "El bolchevismo existe, como corriente del pensamiento político y como partido político, desde 1903. Sólo la historia del bolchevismo, en todo el periodo de su existencia, puede explicar de un modo satisfactorio por qué el bolchevismo pudo forjar y mantener, en las condiciones más difíciles, la disciplina férrea necesaria para la victoria del proletariado.

La primera pregunta que surge es la siguiente: ¿cómo se mantiene la disciplina del partido revolucionario del proletariado? ¿Cómo se controla? ¿Cómo se refuerza? Primero por la conciencia de la vanguardia proletaria y por su fidelidad a la revolución, por su firmeza, por su espíritu de sacrificio, por su heroísmo. Segundo, por su capacidad de vincularse, aproximarse y hasta cierto punto, si queréis, fundirse con las más grandes masas trabajadoras, en primer término con la masa proletaria, pero también con la masa trabajadora no proletaria".

Caramba. ¿también con los no proletarios? Bueno, lo que sucede es que Lenin sabía que la tan mentada "dictadura del proletariado" viene después, cuando (y si) el proletariado (y esa masa no proletaria) estén dispuestos a asumirla, y no cuando un pequeño grupo de bolcheviques lo decidan y proclamen.
Fundirse con las "las más grandes masas trabajadoras" significa precisamente eso. Entiendo "fundir" como "reducir a una sola dos o más cosas diferentes" y en una segunda acepción como "unión de intereses, ideas o partidos". ¿Han intentado realmente los partidos "revolucionarios" en Argentina esa fusión? ¿O se han limitado a proponerle al pueblo el abandono de su identidad política para asumir la de ellos? ¿No hubiera sido más "revolucionario", más "marxista", integrar la identidad popular y desde allí elevar el nivel de conciencia?
Por supuesto, para muchos compañeros peronistas esta disquisición es elemental. Para muchos de los que hace décadas decidimos abandonar la izquierda e integrarnos al peronismo también lo es. Pero resulta difícil de aceptar que esta noción tan simple aún deba ser discutida seriamente con los compañeros del campo popular que insisten en declamar un marxismo ortodoxo, sin comprender que niegan totalmente la base misma de la ideología que dicen profesar.
Anticipándome a las críticas furiosas, continúo citando a Lenin: "Tercero, por lo acertado de la dirección política que lleva a cabo esta vanguardia; por lo acertado de su estrategia y de su táctica políticas, a condición de que las masas más extensas se convenzan de ello por experiencia propia. Sin estas condiciones, no es posible la disciplina en un partido revolucionario, verdaderamente apto para ser el partido de la clase avanzada, llamada a derrocar a la burguesía y a transformar toda la sociedad. Sin estas condiciones, los intentos de implantar una disciplina se convierten, inevitablemente, en una ficción, en una frase, en gestos grotescos. Pero, por otra parte, estas condiciones no pueden brotar de golpe. Van formándose solamente á través de una labor prolongada, a través de una dura experiencia; su formación se facilita a través de una acertada teoría revolucionaria, que, a su vez, no es ningún dogma, sino que sólo se forma definitivamente en estrecha relación con la práctica de un movimiento que sea verdaderamente de masas y verdaderamente revolucionario".

¿Me equivoco, o el compañero Lenin está recomendando no poner el carro delante del caballo?
La generación de una vanguardia revolucionaria no es un proceso volitivo de un sector esclarecido del campo popular. El rol del sector más conciente es, desde luego, contribuir a la creación de esa vanguardia, teniendo claro que, si triunfa en el cometido, posiblemente quede en el camino. Las vanguardias revolucionarias auténticamente populares no suelen tener demasiado respeto por los sectores intelectuales que han colaborado a formarlas. Se dan su propia práctica y elaboran sus propias teorías en base a la misma. Es inútil crear "un partido para el pueblo" desde una concepción de "vanguardia" ya que el pueblo genera su propio partido en el momento en que lo necesita. Lo que sí es necesario es contribuir a la lucha del pueblo contra su principal enemigo, que no es la "burguesía", sino el imperialismo. Continuar discutiendo esto es absurdo. No comprender que en nuestro país periférico y dependiente un enorme sector de la clase media (empresarios nacionales, comerciantes, trabajadores de servicios, pequeña burguesía) son aliados objetivos en la lucha contra el enemigo principal, es otra carencia por parte de los compañeros de la izquierda ortodoxa.

Volvamos a Lenin: "Años de reacción (1907-1910). El zarismo ha triunfado. Han sido aplastados todos los partidos revolucionarios y de oposición. Desaliento, desmoralización, escisiones, dispersión, traiciones, pornografía en vez de política. Reforzamiento de las tendencias al idealismo filosófico; misticismo, como disfraz de un estado de espíritu contrarrevolucionario. Pero al mismo tiempo esta gran derrota da a los partidos revolucionarios y a la clase revolucionaria una verdadera lección sumamente saludable, una lección de dialéctica histórica, una lección de inteligencia, de destreza y arte para conducir la lucha política. Los amigos se conocen en la desgracia. Los ejércitos derrotados se instruyen celosamente.
"…De todos los partidos revolucionarios y de oposición derrotados, fueron los bolcheviques quienes retrocedieron con más orden, con menos quebranto de su "ejército"; con una conservación mejor de su núcleo central, con las escisiones menos profundas e irreparables, con menos desmoralización, con más capacidad para reanudar la acción de un modo más amplio, acertado y enérgico. Y si los bolcheviques obtuvieron este resultado, fue exclusivamente porque desenmascararon y expulsaron sin piedad a los revolucionarios de palabra, obstinados en no comprender que hay que retroceder, que hay que saber retroceder, que es obligatorio aprender a actuar legalmente en los parlamentos más reaccionarios, en las organizaciones sindicales, en las cooperativas, en las mutualidades y otras organizaciones semejantes, por más reaccionarias que sean".

Parece ser que Lenin era (cuando convenía) un reformista de aquellos ¿verdad? Pero dejando de lado la chicana, lo cierto es que nadie puede acusarlo de no saber pensar y planificar una guerra revolucionaria.
Guerra revolucionaria que nuestros compañeros de la "vanguardia proletaria" no parecen saber conducir a la vista de los últimos 30 años, y hasta podría decirse que han caído en el error que nuestro también compañero Lenin llamaba "socialrevolucionarismo": "El bolchevismo asimiló y continuó la lucha contra el partido que más fielmente expresaba las tendencias del revolucionarismo pequeñoburgués, es decir, el partido "socialrevolucionario", en tres puntos principales. En primer lugar, este partido, que rechazaba el marxismo, se obstinaba en no querer comprender (tal vez fuera más justo decir en no poder comprender) la necesidad de tener en cuenta con estricta objetividad, antes de emprender una acción política, las fuerzas de clase y sus relaciones mutuas".

Se me dirá que estos partidos no rechazan el marxismo, pero insistiré en que no es lo mismo declamar que practicar. Sus planteos "revolucionarios" a ultranza, que les impiden realizar alianzas entre sí y con los demás sectores del campo popular, los alejan cada vez más de su supuesta ideología. Se refiere Lenin a la Paz de Brest, en 1918: "Les parecía que la paz de Brest era un compromiso con los imperialistas, inaceptable en principio y funesto para el partido del proletariado revolucionario. Se trataba, en efecto, de un compromiso con los imperialistas; pero precisamente un compromiso tal y en unas circunstancias tales, que era obligatorio (…) Figuraos que el automóvil en que vais es detenido por unos bandidos armados. Les dais el dinero, el pasaporte, el revólver, el automóvil, mas, a cambio de esto, os veis desembarazados de la agradable vecindad de los bandidos. Se trata, evidentemente, de un compromiso. Do ut des ("te doy" mi dinero, mis armas, mi automóvil, "para que me des" la posibilidad de marcharme en paz). Pero difícilmente se encontraría un hombre que no esté loco y que declarase que semejante compromiso es "inadmisible en principio" y denunciase al que lo ha concertado como cómplice de los bandidos (aunque éstos, una vez dueños del auto y de las armas, los utilicen para nuevos pillajes). Nuestro compromiso con los bandidos del imperialismo alemán fue análogo a éste (…) La conclusión es clara: rechazar los compromisos "en principio", negar la legitimidad de todo compromiso en general, es una puerilidad que es difícil tomar en serio."

Para completar esta visión, me parece interesante transcribir una parte de un folleto de la fracción "espartaquista" del Partido Comunista alemán:

"…En todo caso, la hegemonía del Partido Comunista es la forma última de toda hegemonía de partido. En principio, debe tenderse a la dictadura de la clase proletaria. Y todas las medidas del Partido, su organización, sus formas de lucha, su estrategia y su táctica deben ser adaptadas a este fin. Hay que rechazar, por consiguiente, del modo más categórico, todo compromiso con los demás partidos, todo retorno a los métodos de lucha parlamentarios, los cuales han caducado ya histórica y políticamente, toda política de maniobra y conciliación. Los métodos específicamente proletarios de lucha revolucionaria deben ser subrayados enérgicamente. Y para abarcar a los más amplios círculos y capas proletarias, que deben emprender la lucha revolucionaria bajo la dirección del Partido Comunista, hay que crear nuevas formas de organización sobre la base más amplia y con los más amplios marcos. Este lugar de agrupamiento de todos los elementos revolucionarios es la Unión Obrera constituida sobre la base de las organizaciones de fábrica. La Unión debe agrupar a todos los obreros fieles al lema: ¡fuera de los sindicatos! Es ahí donde se forma el proletariado militante en las más vastas filas combativas. Para ser admitido basta el reconocimiento de la lucha de clases, el sistema de los Soviets y la dictadura. La educación política ulterior de las masas militantes y la orientación política de las mismas en la lucha es misión del Partido Comunista, que se halla fuera de la Unión Obrera. . ."

¿Es necesario aclarar que esta posición fue duramente criticada por Lenin por su "infantilismo"? ¿Y no suena conocida hoy?
Finalmente, me parece adecuado insistir en que no hay posibilidad de liberación en nuestro país sin unidad táctica de las fuerzas del campo popular. Esa unidad sólo se producirá si las conducciones de las distintas organizaciones comprenden (aceptan comprender) que si realmente se persigue la liberación nacional y social, ha terminado la hora de las "quintas personales". Esa herencia individualista que heredamos de la década del 90 y que se ha infiltrado hasta en los reductos más "izquierdistas" del espectro político. Decíamos con algunos compañeros que, lamentablemente, la mayor parte de los dirigentes "revolucionarios" argentinos prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león. Pues me parece que no hay nada de malo en ser cola de león, si el león es el pueblo argentino, y la cola ayuda a espantarle las moscas molestas. El partido de la revolución no existe hoy. Probablemente no exista por mucho tiempo. Pero cuando (y si) surge un partido así, no lo hace porque un grupo de compañeros lo deciden, sino porque la masa popular lo asume como tal, participa del mismo y lo fortalece con su práctica. En su momento, eso sucedió con el peronismo, e hizo posible la resistencia. No creo que hoy, en la inexistencia de un proyecto de Nación claro, un partido revolucionario sea viable. Es hora de acuerdos básicos, no de estrategias detalladas. Estas podrán cocinarse y purificarse en el calor de la lucha popular, nunca en congresos minoritarios. Asumir el nivel de conciencia del pueblo, integrarse a sus estructuras existentes, darles contenido, resignificarlas, es la tarea de todo aquel que pretenda cumplir un rol en la liberación nacional. Oponerse a ello, en aras de un "revolucionarismo" purista, es hacerle el juego al enemigo. El camino sigue siendo el movimiento nacional.

Enrique Gil Ibarra
abril 2007

[Este artículo fue publicado como nota de tapa el 18/04/07]


Quién era Rodolfo Walsh (para mi)

Por Enrique Gil Ibarra

Conocí a Rodolfo en el diario Noticias, en Buenos Aires, en 1973. En ese momento, él estaba a cargo de Información General, y por amabilidad y compañerismo aceptó ocuparse de enseñarme a escribir, para ver si podía cubrir el rol de periodista. No puedo decir que hayamos sido "amigos". Fuimos "compañeros", que en esa época significaba bastante más. En aquel momento, yo alcanzaba apenas los 19 años, y él no tenía tiempo para perder. Ahora tengo más edad que él, y me hubiera gustado que compartiéramos más vinos y más café.

Cuando clausuraron Noticias, dejamos de vernos todos los días. Sin embargo, por cuestiones propias de la militancia, seguí manteniendo algunos contactos, que se intensificaron allá por el 75 cuando me trasladaron al Area Federal y mi mujer de ese entonces pasó a depender de él en Contrainteligencia.

Era una hermosa persona, tipo bastante seco y difícil de analizar. Inflexible y permisivo, gruñón y sensible. Creo que a varios de los militantes más jóvenes nos trasladó la convicción de que la palabra escrita, si es bella y certera, modifica cerebros. Mantuve esa concepción toda mi vida, y algunas veces hasta sentí que era capaz de lograrlo. Le debo por eso.

Cuando mataron a Hilda (Vicky) en el 76, no pude verlo. Me hubiera gustado abrazarlo y llorar un poco juntos. Cuando meses después nos vimos unos minutos, poco tiempo antes de que lo mataran, no tuvimos oportunidad de hacerlo, ni mencionamos el tema. También le debo por eso.

Pero estoy seguro de que a esta altura Rodolfo me preguntaría, sobrador: "Che, Inglés, ¿al final estás hablando de mí o de vos?" Y tendría razón. De manera que lo mejor es dejar los recuerdos y pasar a los datos (reservándome el derecho, claro, de una o dos acotaciones al margen).

Rodolfo nació en 1927 en la provincia de Río Negro, en Choele Choel. En 1951 comenzó a trabajar en periodismo, en las revistas "Leoplán" y "Vea y Lea". Ya en Cuba en 1959 sería uno de los fundadores de "Prensa Latina", junto a Jorge Ricardo Masetti (el "Comandante Segundo"/EGP - Salta).

De regreso a la Argentina trabajó en "Primera Plana", "Panorama" y el semanario de la CGT de los Argentinos entre 1968 y 1970, que se publicaba clandestinamente luego de la detención de Raimundo Ongaro y el allanamiento en 1969 a la CGTA. En 1972 escribiría por un año en el "Semanario Villero" y a partir del 73 en el diario "Noticias". A partir de mediados del 70 Rodolfo empezó a relacionarse con Montoneros, y en 1973 ya era oficial de la organización. Su primer nombre de guerra en Montoneros fue "Esteban". (Posteriormente fue conocido como "El Capitán", "Profesor Neurus" o "Neurus")

En el 74 comenzaron las diferencias de Rodolfo con la orga, al igual que sucedió con muchos compañeros, a partir del pase a la clandestinidad decidido sorpresivamente por Firmenich. A finales del 75 algunos compañeros oficiales, entre los que estaba Rodolfo, comenzaron a elaborar documentos en los que se evaluaba que la política correcta era volver a integrarse al pueblo, separar a la organización en células de combate estancas e independientes, distribuir el dinero entre las mismas y tratar de organizar una resistencia masiva, basada más en la inserción popular que en operativos del tipo foquista.

Algunos (entre ellos el "Pepe") afirman que Walsh estuvo de acuerdo con la salida del país de la Conducción Nacional "para preservarla". No me consta y me parece dudoso, sobre todo a la luz de algunos documentos escritos por él en los que relativiza la importancia de la persona de Firmenich como individuo emblemático en el contexto de la lucha popular. Sí estaba convencido de que la organización debía "seguir la dirección de retirada marcada por el pueblo, que es hacia el peronismo, y que la única propuesta aglutinante que podemos formular a las masas es la resistencia popular, cuya vanguardia en la clase trabajadora debe ser nuevamente la resistencia peronista".

La organización de la Agencia clandestina de Noticias (ANCLA) iba en ese sentido, y constituyó un intento de reproducir la "radio bemba" cubana, adaptándola a la realidad argentina, difundiendo la información que no mencionaban los medios "oficiales".

El 24 de marzo de 1977 Walsh escribió su "Carta Abierta a la Junta Militar".

Al día siguiente, en el centro de Capital Federal, fue interceptado por un grupo de tareas que intentó secuestrarlo vivo. Rodolfo se resistió y abrió fuego (portaba una pistola Walther 22, muy pequeña, que llevaba siempre sobre el vientre, sujeta por el calzoncillo). Lo hirieron gravemente, y lo llevaron -vivo todavía- a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde llegó muerto. No agrego nada sobre sus escritos literarios, porque entiendo que es superfluo. En esta misma web (http://www.elortiba.org) están algunos de sus libros, varios de sus cuentos y textos.

Leerlos, analizarlos, comentarlos con conocimiento directo de causa, sería un buen homenaje al que fue -además de militante-, uno de los mejores escritores argentinos y, sin duda, mucho mejor homenaje que el que representa la pequeña plazoleta de Capital Federal que lleva su nombre.

Nota al pie: Se ha generalizado en estos tiempos aplicar el mote de "héroes" a todos los compañeros (combatientes) de las organizaciones armadas -siempre que estén muertos, claro-, y es un calificativo que Walsh carga hoy, junto a otros cientos. Estoy seguro de que Rodolfo se hubiera cagado de risa de eso, al igual que yo lo hago ahora. Calificar como "héroes" a los que combatieron y murieron es un fácil recurso (inconsciente, espero) para simbolizar que "eran especiales, únicos, irrepetibles", que hacían/hacíamos cosas que "no pueden hacer las personas comunes". En resumen, una forma de decir: "sólo los héroes pueden hacer una revolución" lo que justifica para muchos sentarse a esperar que esos "héroes" algún día aparezcan de nuevo, como por generación espontánea. Es mentira. Las revoluciones las hacen los pueblos, las personas comunes, las gentes como vos, como yo o como Rodolfo. Los héroes no son necesarios. Lo necesario es un proyecto nacional, conciencia política, solidaridad y el convencimiento de que un país, un Continente, y el pueblo al que uno pertenece, valen la pena.

Enrique Gil Ibarra
Marzo 2007

[Este artículo fue publicado como nota de tapa el 24/03/07]


La ingenuidad de escupir para arriba
 
Por Enrique Gil Ibarra

Leídas y releídas durante estas semanas las distintas posiciones sobre el potencial juzgamiento de Maria Estela Martínez y su responsabilidad en los crímenes de las AAA, y habiendo por supuesto conversado el tema con diversos compañeros, algunos de la vieja Tendencia, otros militantes de Derechos Humanos y otros, aún, amigos actuales que no vivieron aquellas épocas por razones de edad, creo que corresponden algunas reflexiones.

Las posiciones divergen fundamentalmente dependiendo del sector en el que se encuadra el opinante: por un lado, casi todos aquellos compañeros enrolados en el "progresismo", (generalmente no peronista) insisten en que la "verdad" debe ser esclarecida "caiga quien caiga", y que esto significará una posibilidad de evaluar realmente el pasado, hacerse (hacernos) cargo y seguir adelante.

El fundamento ideológico de esta posición es indiscutible y evidente, ya que ocultar la verdad no es correcto en ningún caso, desde un punto de vista revolucionario y honesto

Retiremos del análisis (por el momento) a aquellos que opinan que todo eso es pasado y que debe dejárselo de lado de una vez por todas pero -sólo a modo de ejemplo-, transcribo una frase de Roberto Lavagna: "Esto es revancha ideológica nada más y nada menos que hoy sirve para distraer"…"aquellos a los cuales Perón echó de la Plaza están tomando revancha ideológica"…"cuántas tapas o primeras páginas de diarios hemos tenido en las últimas semanas con este tema, como si esto -analizó- tuviera algo que ver con la vida de los argentinos hoy".

Por otro lado, los compañeros que aún se identifican con el peronismo (caso que me comprende, por supuesto, pero intento tomar una distancia momentánea en función del análisis) se han sentido tocados en lo más íntimo y han reaccionado de diversas maneras. Abreviando, me parece que las distintas posiciones del peronismo pueden resumirse en las siguientes teorías:

a) Es un intento de los intereses multinacionales para desprestigiar al gobierno.
b) Es una nueva estrategia de la antipatria gorila para defenestrar a Perón.
c) Es una ofensiva de la oligarquía vernácula para destruir de una vez por todas al peronismo.

Como puede observarse, todas pueden interligarse y/o relacionarse. Debemos agregar aquí que cada una de ellas incluye en los respectivos análisis diversos condicionamientos acerca de "la culpa" que tendrían en este desenlace actual los protagonistas de aquellas épocas, y que esta "culpa" se distribuye, según los autores de las opiniones, en mayor o menor medida entre las AAA y las organizaciones armadas. 

Los opinantes

Dice Jorge Rulli: "Desde Página 12, Ámbito, Infobae e incluso Radio 10, cuando se refieren a los crímenes de la Triple A, se evidencia que no van detrás de la Justicia, sino que van detrás del intento de culpabilizar como autor intelectual de aquellos crímenes a Perón"… "Vuelvo a desafiarlos, a que si revisamos los crímenes de la Triple A, de Almirón, de Morales y de Rovira, tal como correspondería hacerlo por Justicia, revisemos también el asesinato de Ignacio Rucci"… "Los que lo mataron también se referenciaban y respaldaban en el Estado, eran parte del Estado y su poder en el Estado estaba muy por encima y sin lugar a dudas, del que se le atribuye luego a López Rega"…"No se acepta que el débil gobierno de Isabel estuvo desde antes de nacer asediado por la guerrilla y por el avance de lo que más tarde sería el aparato militar de represión"…. "Que no se duerma la memoria, que el rechazo colectivo a la teoría de los dos demonios y al Terrorismo de Estado no excuse de manera alguna la impunidad a los que ejercitaron la violencia contra un gobierno constitucional desde mesianismos vanguardistas que, también tuvieron enormes respaldos y coberturas desde ese mismo Estado en disgregación de los años setenta. Tal vez esos hechos pudieron hallar razones que los explicaran en medio de los desvaríos de aquellos años, pero como espectros familiares debemos sacarlos hoy a luz para reconocer en ellos, no solamente crímenes de lesa humanidad, tal como los realizados por las bandas parapoliciales, sino también, las cuotas de responsabilidad política en crear las condiciones que condujeron al desastre del 76".

Por su parte, Enrique Oliva afirma: "En nuestro país es notoria la preocupación en el gobierno por percibirse que esta cuestión perjudica su imagen y desean detener la escalada, ‘desligándose de toda sospecha de interferir en la independencia del Poder Judicial’, según fuentes oficiales"… "Los políticos opositores pensando captar votos del pueblo peronista se atropellan para culpar al gobierno"… "Entre los peronistas nadie quiere detener el juicio contra la Triple A, seguros de que Perón e Isabelita no tienen nada que ver".

Jorge Rachid apunta: "No está mal para la memoria colectiva que los asesinos sean identificados y sancionados. No es un dato menor el avance sobre la verdad y la justicia, siempre los peronistas lo reclamamos.

Lo que debe analizarse es cuales son fundamentos judiciables y cuales los políticos de un contexto histórico"….."Ahora bien si desde el punto de vista académico está caracterizado así, entonces "hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño". En realidad lo que aparece debajo de la cama es que "HAY QUE MATAR A PERÓN".

Teorías y preguntas

No sumo a las precedentes otras consideraciones emitidas por distintos compañeros, porque sería redundante. Sin embargo, me parece que falta en estas evaluaciones un contexto quizás mas desapasionado. Si esta situación se hubiera producido en el 83, o hasta en el 89, probablemente yo coincidiría plenamente con algunas de ellas. Pero se produce hoy, y no creo que podamos desprendernos, para una reflexión política, del contexto coyuntural. Me pregunto: ¿Existe hoy el peronismo como movimiento popular organizado? ¿Representa el Partido Justicialista un peligro para el sistema? ¿Es el gobierno de Néstor Kirchner un gobierno revolucionario socialista?
Si la respuesta a estas preguntas es No, ¿Cuál sería entonces el objetivo de defenestrar a Perón como símbolo al día de hoy? ¿Qué representaría políticamente un ataque al gobierno de Kirchner en función de un supuesto e improbable "descrédito" del fallecido líder del Movimiento?
En cuanto al gorilismo vernáculo, hemos visto como, en las décadas recientes, ha elegido cooptar al Partido Justicialista en lugar de atacarlo, e inclusive le ha introducido (con ayuda de muchos de nuestros "dirigentes" partidarios) exponentes del golpismo antiperonista más salvaje, como Alvaro Alsogaray. ¿Pensamos realmente que el revanchismo de la oligarquía argentina los lleva al nivel de estupidez de generar una polémica que podría hasta perjudicar sus intereses, reflotando nuestra conocida "intransigencia dictatorial peronista"?
Francamente, no lo creo. Entonces ¿cuál puede ser el objetivo de esta fantochada?

Desde afuera

Otra teoría la aporta el inefable Joaquín Morales Solá desde su columna de La Nación: "Una de las preguntas que existen, sin respuestas taxativas, se refiere a si Kirchner promovió la revisión de la historia que concluyó ahora con la cárcel de Isabel"…"Kirchner es el líder peronista más crítico con el último Perón que, al menos, se haya oído. Las críticas que le desliza en la intimidad al creador de su partido son, en grandes trazos, tres: su obsesión por una reparación personal que le devolviera el poder cuando ya estaba viejo y enfermo; la mezquindad de legarle a la Argentina su mujer, que sólo se aproximaba al conocimiento de una elemental gramática política, y la irresponsabilidad de haberle cedido cuotas inéditas de poder a un personaje siniestro como López Rega".

Pero no es Morales Solá un analista que se haya destacado por su comprensión del peronismo interno, de manera que sus conclusiones no pueden menos que ser tomadas con pinzas cuidadosas, ya que la pregunta obvia sería: ¿Beneficia al presidente esta revisión del pasado, en un año electoral? Carlos Kunkel, recordando sin duda un axioma básico para su (nuestra) formación e historia, se pregunta: "La cosa es simple ¿a quién beneficia esto y a quién jode? Suponéte que no beneficia a nadie, pero ¿a quién jode? A nosotros".

El problema de Morales Solá es que los no peronistas no comprenden cómo se manejan nuestras "internas". Para ellos, es incomprensible que los peronistas de las distintas "facciones" prefiramos agarrarnos a trompadas (o a tiros, dependiendo de la época) que llamar a la policía. Porque para nuestra clase media no militante, la policía nunca fue un enemigo. Los militares nunca fueron un enemigo. A lo sumo, un sujeto de temor, de precaución. Un motivo para el "no te metás".
Jamás el peronismo hubiera "botoneado" así a Isabel. Aún los que estuvimos en la vereda de enfrente de la CNU o del C. de O. sabemos, (al igual que ellos) que cuando las papas queman (cuando no somos gobierno), un peronista no le pregunta a otro a que "orga" pertenece si lo persigue la policía. Por el contrario, le abre la puerta, y lo "guarda". Después, nos arreglamos entre nosotros. Esto siempre fue así, y lo seguirá siendo, aunque algunos "compañeros" lamentablemente parezcan haberlo olvidado. Otra teoría que se cae.

El juicio a Isabel

Veamos: Sabemos que Isabel no podrá ser condenada. Nadie que haya observado en el ‘74 y ‘75 su desempeño como presidenta, que haya escuchado alguno de sus "discursos", que haya visto su relación con las fuerzas políticas de la época, puede pensar seriamente que esa mujer estaba en condiciones de liderar las AAA, o siquiera de ser consultada por López Rega para definir las actividades de la Triple A. La decisión política de los famosos decretos, mal que me pese, no es judiciable. Hasta Strassera, que no es santo de mi devoción, se preocupó de aclarar que esto es un "mamarracho jurídico". Pero si no es condenada, y cualquier abogado mediocre que sepa leer las leyes vigentes y la Constitución podrá aseverar esto ¿A dónde apunta esta operación?
Nos encontramos con una operación política sin aparente motivo, y esto es, por definición, un imposible.

Buscando por ahí

Nuevamente veamos el contexto, esta vez geopolítico: ¿Hacia dónde gira el mundo? Los progresistas, ilusionados, afirman que se vuelca hacia la "izquierda". Que cada vez más las comunidades prestan atención a los problemas sociales, ecológicos, medioambientales. Que se frena el accionar salvaje de las multinacionales, que algunos gobiernos latinoamericanos han conformado un Eje tendiente, si no a la Liberación, por lo menos a una mayor justicia y equidad. ¿Es esto así? Y si lo es: ¿qué está haciendo entonces el enemigo?
Porque pensar ingenuamente que el "primer mundo" permitirá alegremente que Chávez se declare socialista, que Morales nacionalice el petróleo y el gas, que Argentina insista en controlar la implantación de pasteras en Uruguay (ejemplo menor que podría conducir a temas mayores), en fin, que América Latina emprenda un camino de soberanía política, ya que no de independencia económica, no le debe resultar simpático.
¿Está América Latina genuinamente virando hacia la izquierda? ¿O simplemente estamos "disfrutando" de los estertores de las democracias (que no conquistamos, valga recordarlo), y que sobreviven penosamente intentando compatibilizar conquistas sociales elementales y declaraciones de derechos humanos con condicionamientos económicos que no hemos logrado sacudirnos y que ocasionan las contradicciones políticas flagrantes que se advierten en nuestros gobiernos?

¿Y entonces?

Veamos: por el camino seguido en los últimos años, está quedando cada vez más claro que hubo un solo demonio irrecuperable, irredimible, que fue el terrorismo de Estado. Más allá de los errores cometidos por nuestras organizaciones guerrilleras (que si, fueron "nuestras", argentinas aunque a algunos les cueste comprenderlo, constituidas por argentinos y no por "extranjeros comunistas" importados de quién sabe dónde), nadie medianamente ecuánime puede comparar honestamente la lucha armada por la liberación y el socialismo, con la tortura, la desaparición y muerte de 30.000 argentinos y el sojuzgamiento de todo un pueblo.
La frase: "Nunca más", entonces, es peligrosa. Implica una toma de conciencia que se hace imperioso evitar si se pretende continuar explotando y sojuzgando en una relativa "paz". Cada vez está más claro que el encubierto modelo de exclusión de la globalización salvaje fue un engaño que solo se tolera (apenas) en base a las "libertades democráticas" obtenidas. La violencia social producida por esa exclusión está en pleno desarrollo y, por otro lado, las encuestas indican que cada vez mayor porcentaje de la comunidad exige leyes más severas, castigos más duros. Las consideraciones que hace pocos años incluían el concepto "más justicia, menos violencia, menos delito", se diluyen en alaridos de "justicia" de nuestra clase media, que suenan más a "venganza".
Esta es, entonces, una situación coyuntural ideal para el stablishment. Cuando los pueblos comienzan a reclamar el "orden" y la "seguridad" por sobre la libertad, el camino vuelve a los cauces que el sistema maneja muy bien y aceitadamente.
Pero es necesario nuevamente poner las cosas en su lugar: si los militares, (y los empresarios y los políticos que los apoyaron) fueron demonios, no son aptos para conducir una nueva etapa.
Por consiguiente, se necesita otro demonio que los reemplace. Retrotraer a la sociedad a la "verdad verdadera": nada hubiera pasado si la "subversión" no hubiera agredido a las instituciones. Y esto le permitirá también a la sociedad sentirse menos culpable por su silencio cómplice durante los años de plomo.

Engatusados

Creo sinceramente que el progresismo se ha visto embarcado ("engatusado", sería una palabra más exacta), en una operación tendiente -lisa y llanamente- a reflotar la teoría de los dos demonios.
Que utiliza a Isabel como pantalla para desecharla luego y terminar juzgando a las organizaciones guerrilleras que –según el plan- se convertirán en co-culpables o principales responsables de lo ocurrido. Una operación estructurada, si, por la oligarquía vernácula para preparar un camino de retorno estratégico que les permita recuperarse de esa "victoria militar y derrota política" que mencionaban por los ‘90 algunos generales cuasi olvidados, y que de unos años a esta parte obliga a los dueños del capital a soportar este "tira y afloje" de poderes con los gobiernos que pretenden negociar condiciones y exigirles que disminuyan sus ganancias.
Una reivindicación política que les permitirá tergiversar la historia y afirmar que "no hubiéramos hecho esto si la guerrilla no nos hubiera obligado", y que sin duda prenderá en buena parte de la sociedad.
Se intentará frenar así esta "peligrosa" reivindicación que algunos sectores de las nuevas generaciones hacen de la lucha de los ‘70. Se pondrá un límite político y social a la defensa que el gobierno hace de los derechos humanos y de esa lucha y se intentará detener los incipientes intentos de las agrupaciones del Movimiento Peronista de recrear una estructura única, una "tendencia" independiente del Partido Justicialista, agrupaciones que, "casualmente", están conducidas en su mayoría por aquellos que integraron esas organizaciones armadas. Finalmente, se desvirtuará la única herramienta que nos queda para mantener la esperanza del cambio: que la sociedad asuma definitivamente que, aún con métodos erróneos, nuestra lucha era justa y honesta.

Y aquí tal vez acierta Morales Solá cuando sugiere: "¿Podría la Justicia investigar los crímenes de la dictadura y los de la Triple A esquivando siempre el otro fenómeno que existió en aquellos años, el de la insurgencia armada que desafió al Estado y que también secuestro y mató?"…."Hay encumbrados funcionarios kirchneristas que consideran inevitable revisar la responsabilidad, por lo menos, de los jefes de la guerrilla, sobre todo de los montoneros. Los líderes del ERP están casi todos muertos. Garabatean los nombres de Firmenich, de Perdía, de Montoto, entre varios más".

Probablemente los escasos dirigentes de Montoneros que han sobrevivido deban transitar nuevamente por las celdas y los pasillos de los tribunales, porque serán imprescindibles los chivos expiatorios que den razón de haber generado todo "a costa de una juventud inocente e idealista, pero equivocada y contaminada por el marxismo y la violencia".
Posiblemente, gracias a la ingenuidad de nuestros compañeros del progresismo, y si la lealtad y la honestidad personal siguen siendo valores importantes para los que hemos sobrevivido, debamos todos los ex militantes de Montoneros y ERP considerar la alternativa de no abandonar en soledad a los que fueron, en su momento, dirigentes de nuestras organizaciones.
Ojalá recordemos, si es necesario, que Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía, Kremer, independientemente de los errores cometidos y los concretos desacuerdos que mantenemos, fueron y siguen siendo el Pepe, el Vasco, el Pelado y Luis, y que todos somos quienes somos por lo que fuimos, y por las estructuras que en su momento integramos.
Y será el momento de responder lo más dignamente posible a las ridículas preguntas de los interrogadores del "sistema democrático", que se atreverán a indagar severamente sobre Rucci (terrible error político, hay que decirlo) o sobre el Comisario Villar, o sobre el Regimiento de Infantería de Monte de Formosa, o sobre el Capitán Viola, pero que nunca podrán imaginarse lo que significa apostar la vida por una idea.
Responderemos, espero, con las mismas palabras con las que Lope de Vega hiciera responder a un pueblo entero:

"¿Quién mató al Comendador?"
"Fuenteovejuna, señor".

[Este artículo fue publicado como nota de tapa el 08/02/07]
 


Si, se murió ¿y?

Por Enrique Gil Ibarra

Entiendo la alegría, pero me resulta cuando menos, improcedente.
No veo porqué alegrarse cuando un dictador como Pinochet muere de muerte natural, a los 91 años, sin que haya podido condenárselo por sus crímenes y delitos.
En realidad, el festejo popular me parece inmerecido en este caso. Es igual a una democracia que viene "de arriba", a una conquista regalada.
En lugar de alegrarme, me preocupó seriamente la reacción de parte del pueblo chileno, de dolor y pérdida.
Tristemente, un elevado porcentaje de los chilenos apoyaba (cualquier porcentaje es elevado tratándose de un genocida) a Pinochet. Inclusive escuché por televisión a una señora humilde llorando y manifestando que "Pinochet nos salvó de una dictadura", curiosa inversión de la historia que se debe, sin duda, a la cantidad de años que perduró el control pinochetista.

¿Cómo podemos evaluar el substrato que ha quedado en el inconsciente colectivo de cientos de miles de chilenos que nacieron y crecieron entre el 11/9/1973 y el 11/3/1990?

Nótese que, durante la dictadura argentina 1976/1983, en esos años que nos parecieron un milenio, "sólo" nacieron y crecieron niños hasta la edad de siete años, a diferencia de Chile, donde los nacidos al comienzo de la dictadura tenían 17 cuando concluyó.
Tal vez esto dé la idea de uno de los porqués del importante apoyo que conserva el gobierno dictatorial chileno. Otro, no menos importante, sea seguramente la tergiversación histórica llevada a cabo durante casi dos décadas, que tuvo sin duda tiempo de calar hondo en las nuevas generaciones, y que fue ejecutada con mucha más capacidad que en Argentina. Efectivamente, en Chile asesores sicológicos, periodistas especializados, técnicos en contrainsurgencia, desempeñaron tareas no sólo de combate, sino de control y manipulación de masas mucho más efectivamente que en nuestro país.
Adjunto aquí un trozo de artículo que tal vez ejemplifique lo afirmado:

El día 13 de junio de 1975 el Diario «La Tercera», a grandes titulares, amenazaba:

¿EJERCITO GUERRILLERO FORMAN CONTRA CHILE?

El periódico señalaba: "Más de dos mil extremistas chilenos están recibiendo entrenamiento guerrillero en la República Argentina para ingresar clandestinamente y operar en nuestro país. La información fue dada a conocer por fuentes responsables del gobierno. El suceso se vinculó con la detención de un grupo extremista al interior de Talca y con el hecho de que actualmente se persigue al resto de sus integrantes. Se indicó que las informaciones sobre el entrenamiento guerrillero han sido plenamente comprobadas por las autoridades argentinas y también están en conocimiento de las autoridades de nuestro país. Se destacó también que entre los extremistas hay gran cantidad de elementos del MIR y otros grupos marxistas que públicamente figuran como desaparecidos. Todos ellos están recibiendo instrucción y preparándose para entrar a Chile".


El análisis del recorte es una parte del trabajo presentado por Verdad y Justicia. Una serie de investigaciones que el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) a través de su Equipo de Salud Mental; de Denuncia, Investigación y Tratamiento del torturado y su núcleo familiar DIT-T y del Equipo de Documentación e Investigación, publica con la finalidad de contribuir al esclarecimiento respecto de las violaciones de los derechos humanos cometidos en Chile durante el período dictatorial:

"En esta gran noticia dada en forma directa, afirmativa -no en condicional como lo acostumbraba la prensa mercurial antes del Golpe de Estado- de modo que no quedara duda, se transmiten dos importantes aseveraciones: la primera, la existencia de un Ejército Guerrillero que vendría a atacarnos, lo que obligatoriamente despierta y desencadena innumerables imágenes, representaciones y sentimientos de peligro, de desastres y hace aparecer la figura inmanente de la muerte. El segundo contenido, es la falsa verdad, lo que el régimen quiere transmitir: las personas nominadas como desaparecidas no sólo no lo están, sino que están presentes y vivas. Más aún, están recibiendo instrucción militar. Están preparándose para desencadenar la guerra en el país.
Amenaza real, concreta, peligro inminente para el régimen. Pero no sólo para él, sino para cada persona que vive en Chile. Junto a esto la descalificación de aquellos que «calumnian» a la Dictadura al decir que existen detenidos que están desaparecidos, es decir, que hay personas detenidas que no están en ningún lado, que ya no se encuentran. Es este doble mensaje el que se quiere entregar como verdad -realidad- a través de esta noticia.
Sin embargo, en esta campaña de desinformación y de amenazas algunas contradicciones pueden surgir entre los funcionarios que elaboran las informaciones y los funcionarios que están en el lugar de los hechos, en el lugar donde la prensa dice que suceden los acontecimientos. Tal cosa sucedió entre el poder dictatorial central y el Coronel Chacón, militar. Intendente de la VII región. Lugar en donde se capturaron a los extremistas, zona a la cual llegaría -según la prensa- el ‘Ejército Guerrillero’".
(Directora Responsable: Dra. Paz Rojas Baeza.Equipo DIT-T: Dra. Paz Rojas Baeza, Psi. María Inés Muñoz Briceño. Equipo de Documentación e Investigación: Viviana Uribe Tamblay. Colaboradores: Rosella Baronti, Erika Hennings, María de la Luz Huidobro, Gustavo Ramos).


Otro punto a considerar es la coyuntura internacional y sus consecuencias, y la distinta manera de aplicarse la globalización liberal en Chile y en Argentina. De hecho, los primeros años posteriores a la destrucción de las industrias nacionales, el acrecentamiento de la deuda externa, etc., debieron ser afrontadas en Argentina por una democracia endeble, que, si bien intentó buscar el equilibrio entre la política democrática, el respeto a los derechos humanos y la aplicación de justicia posterior al genocidio, se vio superada por una realidad económica que hizo tambalear ese frágil entarimado y debió retroceder, entregando más aún, a partir del 89, la integridad de la Nación. No obstante, aún con ese retroceso hubo, como no sucedió en Chile, enfrentamientos y contradicciones que por lo menos posibilitaron que el nivel de conciencia nacional no se perdiera por completo.
Por el contrario, en el vecino país el plan neoliberal pudo ser aplicado durante 17 años sin restricciones, ni políticas ni sociales.
El boicot a la Unidad Popular ocasionó en el 73 una inflación oscilante entre el 342% (cifras oficiales) y el 600 % (extraoficiales). En ese inmejorable cuadro aparecieron los Chicago Boys de Milton Friedman:

"Su primera intervención en el gobierno fue en ODEPLAN, (Oficina de Planificación Nacional), en donde plasmaron las ideas económicas de "El Ladrillo", documento solicitado por el almirante Merino con anterioridad al golpe de estado y que fue la aplicación de aquellas ideas a la realidad de Chile. La marina, consecuentemente encargada del área económica, se guió por dicho texto, contando con la asesoría de los Chicago Boys. Los métodos económicos tradicionales que intentó el régimen no prosperaron, la inflación continuaba por el 300%, el gasto público seguía alto y el cobre se desplomaba a la baja. Los Chicago ingresaron al gobierno en 1975, con Jorge Cauas en el Ministerio de Hacienda, Sergio de Castro (líder de los Boys) en el Ministerio de Economía y Pablo Barahona en el Banco Central.
Para convencer a Pinochet de sus ideas (el Ejército mantenía el apego al estatismo tradicional de Chile) trajeron a su mismísimo maestro, Milton Friedman, quien le dio dos soluciones a la crisis que pasaba el país. La primera era por medio de una recuperación lenta del "paciente" (el país), pero advertía Friedman que éste, de tanto esperar, podría morir. La segunda era darle al paciente un tratamiento de "Shock", para revitalizarlo, pero con efectos colaterales muy graves" (Wikipedia).

Como corresponde, se aplicó el tratamiento de shock. Aumentó el IVA, se destruyó el ahorro y terminaron los planes de vivienda social. El gasto público (generador de empleo) se redujo en un 20%, y el 30% de los empleados públicos fueron despedidos.
Por supuesto, a partir del 77 empezó a producirse ese raro fenómeno del país rico con habitantes pobres, se profundizó y amplió la brecha entre clases sociales, aumentó el desempleo general (posibilitando la bastardización de sueldos y condiciones laborales) y se produjo, evidentemente, lo que el mundo comenzó a denominar "el milagro chileno".
Para la llegada de la democracia (condicionada) en Chile (1990), y a partir de 1982, todo se había estabilizado, y la transición a esa seudo democracia pudo producirse sin sobresaltos, si bien la intentona de Pinochet de perpetuarse todavía más en el poder fracasó con el plebiscito de 1988, en el que fue derrotado, aunque un alto porcentaje de los chilenos votó a su favor.

Prueba del condicionamiento de la democracia chilena fue que el retorno a la democracia se produjo bajo su constitución dictatorial de 1980, que establecía:

• Disminución de las facultades del Congreso.
• Creación del Tribunal Constitucional.
• Se considera al Estado subsidiario en lo económico, social y cultural.
• Creación del Consejo de Seguridad Nacional, presidido por el Presidente de la República.
• Se sustituye el sistema proporcional electoral por uno binominal.
• Se establece el sistema de "segunda vuelta" electoral cuando no se ha logrado mayoría absoluta en las elecciones presidenciales.
• Se fija el período presidencial en 8 años (después se cambiarían a seis y luego a cuatro).
• Se establece un plazo de transición a la democracia, primeros ocho años en que Pinochet gobernaría como presidente, y cuando termine ese periodo la junta pondrá un candidato (que sería Pinochet posteriormente) para que lo apruebe en un nuevo mandato de 8 años o lo rechace, si es esto último Pinochet gobierna un año más y se llaman a elecciones democráticas al año siguiente.

En fin, que Pinochet continuó siendo uno de los rectores de la política chilena y senador vitalicio.

Esta permanencia en el poder quizás sea otra de las causales que mantienen la aceptación del pinochetismo, y me remite al principio de este artículo: en Argentina existe un ánimo de "cosa juzgada" con respecto a los crímenes de "nuestra" (qué espanto) dictadura militar. Esto origina que aún los ciudadanos menos progresistas, muchos de ellos beneficiarios de su política económica, sientan pudor de reivindicarla porque, aún cuando en realidad no les preocupe demasiado, no pueden sostener frente a sí mismos y sus allegados la defensa del desaparecimiento, el asesinato y la tortura.
En Chile, la falta de ese juicio social público y generalizado, permite que un enorme porcentaje de ciudadanos valoricen el resultado económico desestimando el político, ya que no sufren idéntico descrédito. A esto aporta, una vez más, la inusual duración del gobierno dictatorial, que posibilitó el "olvido" de los primeros 5 ó 6 años represivos, cubriéndolos con un manto protector de una década de represión encubierta y "legal": una represión "sin enemigos".

No obstante, "la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional, creada a inicios de 1974 por el decreto ley N° 521, y a cargo inicialmente del teniente coronel de ingenieros Manuel Contreras) empleó el secuestro, la tortura y el asesinato. Tenía también agentes internacionales, siendo el más destacado el estadounidense Michael Townley, quien asesinó a Carlos Prats en Buenos Aires y a Orlando Letelier en Washington. Su otro dispositivo internacional era la Operación Cóndor, de cooperación ente los diversos organismos de inteligencia de las dictaduras latinoamericanas de contrainsurgencia, con el objetivo de contener cualquier elemento de izquierda. Solo se detendría su funcionamiento al ser reemplazada por la CNI (Central Nacional de Informaciones), y Contreras por Odlanier Mena. Contreras después afirmaría que todo lo que realizó fue por órdenes superiores, y que el jefe de la DINA era el general Pinochet".

¿Esta represión fue olvidada por los chilenos?
De ninguna manera. La diferencia es que las "ventajas" del olvido prendieron más en un sector más amplio de la sociedad chilena que en la Argentina.
Recapitulando, diría entonces que la muerte de Pinochet no debe ser un motivo de alegría, si se analiza desde el punto de vista político y no emocional. Cuanto más, podría sentirse un cierto alivio moral (un mundo una pizca menos malo), pero de ninguna manera una suerte de "liberación" de la carga.
Por cierto, la carga existe y es aún más pesada: cuando desaparezcan los emblemas de las represiones, el olvido posiblemente ganará terreno, y gran parte de los sectores que, sin otra militancia, se ven "obligados" a manifestarse contra esos "emblemas", considerarán cumplida su misión, porque "después de todo, ya se murieron".
¿Lo mismo nos ocurrirá cuando muera Videla?
Creo que, más allá de las expresiones emocionales (que son individualmente válidas), es importante recordar que no hay nada para festejar. La muerte natural de un dictadorzuelo no arroja réditos políticos a un proceso nacional, popular o revolucionario.
De alguna forma, hasta podría asegurarse que Pinochet murió triunfante: su proyecto económico (el de sus amos) fue implementado, su proyecto político (ídem) se halla asentado y ni siquiera pudo condenárselo por ladrón.
Que se comprenda: no critico el festejo por sí. Simplemente, me parece injustificada la alegría, cuando apenas si podemos insinuar la potencialidad de recobrarnos de la derrota.

Fuentes:
Wikipedia
Barros, Robert, La Junta Militar Pinochet y la Constitución 1980, Santiago de Chile: Editorial Sudamericana.
Huneeus, Carlos (2000), El Régimen de Pinochet, Santiago de Chile: Editorial Sudamericana.
Katz, Claudel, Chile Bajo Pinochet, Anagrama.


Si se muere

Si se muere, se termina un mundo. No el mundo, desde luego. Pero un mundo. Uno que él contribuyó a modelar. Bien o mal, tal vez no fue el mejor. Sí uno de los pocos. Si se muere, algunos cantarán victoria. Imbéciles y lerdos, no comprenden que lo que importa no es la muerte. Después de todo, cuando muera, no será más que normal. Su no muerte es otra cosa, otro canto, otra palabra. Pero si muere ahora, habrá cumplido. Nos sobrevivió durante décadas. Nos permitió los sueños. Nos mantuvo la gloria. Cuando éramos jóvenes, no fue más que una idea. Ni siquiera el primero, probablemente el último, no aportó las ideas, ni las ideologías. Ni tampoco fue, especialmente, innovador en las prácticas. ¿Por qué es que lo queremos? Si se muere, habrá cientos de tontos llorando por las calles. Como con Allende, como con Martín. Habrá miles de idiotas recitando hosannas. Festejando con deleznables champanes maiameros. Fue dueño de su tierra y de su gente. Con esa calidad de propiedad que da la pertenencia. Manejó su vida. ¿Qué más pedir? ¿Qué esperar de un insensato mundo? Produjo su ilusión, y hollywood lo envidia. Claro que se filmarán miles de metros. Por supuesto que la historia no lo absolverá, si ellos la hacen. ¿Y a quién le importa? Puteamos tanto contra su lengua kilométrica, que siento que sólo extrañaré la sensación de hartazgo. Pero fue divertido, fue simbólico, aunque insisto en que tampoco me gusta la pachanga. Si se muere, ¿Arriaremos las banderas? ¿O será más que un símbolo? ¿Quién portará, al fin y al cabo, el uniforme que no debiera haber caído? ¿Quién heredará los 900 millones de consignas? ¿Los 400 millones de esperanzas? Los 156 pesos cubanos. ¿Los gusanos? ¿Y mis cuentas pendientes? ¿Y la charla que nunca tuvo tiempo? Si se muere, me quedará un cachito de silencio. Varias preguntas. Una historia por narrar. Y un cuento. Cuando se muera, no habrá esas rebeliones de la historia. Solo un pobre barquito, me imagino, navegando en el golfo, abuela solitaria, y al timón, tres sombras. Humeantes, pelilargas, memoriosas, sonrientes. Burlonas. Satisfechas. Si se muere (hay que decirlo), llegará justo a tiempo. Sin arrepentimientos ni traiciones. Sin debilidades, sin miserias. Nos digitó la época, nos masturbó la hombría. La puta, que no es poco. La ciudad se poblará de jineteras llorosas, de cafishios sonámbulos, de cañeros perdidos, de universitarios y consignas. No estaré allí. No lloraré. No hablaré del tema ni con nadie. Voy a extrañarlo. No mucho. Pero un poco.

hendrix


La incógnita de los bonos de carbono

¿Yo, señor? No, señor.

Por Enrique Gil Ibarra

Cuando entró en vigor el Protocolo de Kioto, el 16 de febrero del pasado año, se instauró un sistema que insufló optimismo a ambientalistas de todo el mundo. A partir de esa fecha, un nuevo "valor negociable" ingresaba al mercado internacional, y prometía una solución práctica al prblema del calentamiento global: los Bonos de Carbono.

¿Qué son y para qué eran estos bonos? Para explicarlo simplemente, una especie de "letra de cambio" que podía adquirir toda empresa o país que excediera su cuota autorizada de contaminación –emisión de dióxido de carbono- y de esa manera evitar la condena internacional, pagar la multa correspondiente (40 euros por tonelada en la Unión Europea), y demostrar su buena disposición ecológica. ¿Donde podían adquirirse estos bonos? Pues con cualquier nación y empresa que redujera sus niveles de contaminación llevando adelante proyectos que contribuyeran a este objetivo, como planes intensivos de forestación, reciclado de residuos orgánicos, etc.

¿Cuál era el objtivo de este intercambio? Demostrar que los gobiernos de los países firmantes del Protocolo eran verdaderamente concientes del problema y honestamente buscaban –y aparentemente aplicaban- soluciones prácticas, veloces y efectivas.

Recordemos que en este protocolo los países industrializados -Estados Unidos, Japón, China y las naciones de Europa- reconocieron su responsabilidad en el cambio climático, porque han sido ellos quienes han quemado más combustibles fósiles y sus sistemas económicos implican gastos enormes. Por ello fueron los países industrializados los que se comprometieron a reducir sus emisiones mientras que los países llamados en vías de desarrollo no debieron asumir el mismo compromiso.

Optimismo = ingenuidad

La realidad –nuevamente- ha demostrado que una cosa son las buenas intenciones y otra los intereses omnipresentes. Los bonos de carbono tan elogiados por la prensa y los gobiernos se están transformando en un mecanismo perverso que está justificando que no se tomen las medidas necesarias, en un negocio en el que el clima es una excusa para hacer plata en lugar de que, como se pensó originariamente, la plata sirviera para resolver el problema del clima.

Un ejemplo: Yo, empresario argentino, decido plantar eucaliptos y vender bonos de carbono a una fábrica de celulosa que contamina en Alemania. A mí me pagan por ese servicio. Todo bien. Pero entre el comprador y yo hay una cantidad de intermediarios que están negociando (y agregando valor) a un commodity que no existe. Se está traficando algo que es virtual pero que vale miles de millones de dólares, porque permite, justifica, seguir emitiendo más carbono a un precio mucho menor que si se adoptaran las medidas que hay que adoptar.

Aún esto sería admisible, si tomamos en cuenta que hablamos de empresas y empresarios, y sabemos que el objetivo primario de toda empresa es la ganancia, muchas veces dejando de lado ciertos valores éticos.

"Antes de los comienzos de la Revolución Industrial había alrededor de 580.000 millones de toneladas de carbono en la atmósfera. Hoy en día esa cifra ha trepado a más de 750.000 millones, la más alta en los últimos 200.000 años, al tiempo que años tras año aumenta en 6.000 millones. Un 90% de este incremento en las emisiones de CO2 y otros gases causantes del calentamiento global proviene de los países del Norte". Larry Lohmann

Pero lo que en verdad está ocurriendo es otra cosa: Imagine la misma empresa de Alemania, que "sabe" que durante los próximos –digamos- veinte años va a continuar excediendo su cuota de contaminación. Entonces, esa compañía busca en algún país cualquiera –el nuestro, por ejemplo- un hermoso terreno de algunos cientos de miles de hectáreas y, por sí o por un intermediario, lo adquiere. Puede ser que haga una plantación de eucaliptos y diga: "Vendo este servicio de carbono durante 20 años", por lo que inmediatamente comienza a recibir subsidios del Estado. La empresa alemana – y propietaria- se auto compra los bonos durante 20 años, percibe los subsidios estatales, recupera el dinero pagado por los bonos "limpios" y continúa contaminando como si nada. Después de los 20 años corta todos los eucaliptos y se los vende a sí misma para producir celulosa. Negocio redondo.

Es evidentemente un mecanismo perverso. ¿Porqué los gobiernos de los países desarrollados lo admiten? Porque quieren hacer un buen negocio: no tienen que reducir sus emisiones en la medida que deberían, ya que para reducir las emisiones tendrían que cambiar el modelo energético, buscar otros tipos de energías que no sean petróleo, etc. En segundo lugar, apuestan a la caída de los precios porque, como promueven esto en todo el mundo, los bonos de carbono van a valer cada vez menos, y la posibilidad de continuar contaminando será cada vez más barata.

Ricardo Carrere, coordinador internacional del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (* World Rainforest Movement - WRM) dice refiriéndose a este mecanismo: "un país como el Reino Unido, Holanda, Francia o Alemania, que se compromete a reducir sus emisiones en un 5, puede reducirlas menos. ¿Qué es lo que puede hacer? Puede decir: ‘Bueno, en vez de un 5 reduzco un 4% - ahí me ahorro bastante plata - y en vez de reducir un 1% más, hago una gran plantación de eucaliptos o pinos en Argentina, Uruguay, Chile, Uganda o Ecuador’. Esto ya está pasando en Uganda y en Ecuador, en particular, y en Uruguay también. ¿Cuál es la idea? El carbono que emito en Holanda va a la atmósfera y yo lo atrapo después con una plantación de eucaliptos en Argentina. Entonces están incrementando el problema porque están aumentando la cantidad de carbono sobre la corteza terrestre y además lo están acumulando en algo que es totalmente inestable. Una plantación de eucaliptos se puede prender fuego o la pueden afectar pestes, morir los árboles, descomponerse y liberar todo el carbono. Una plantación de eucaliptos normalmente se transforma en celulosa y papel, y el papel, la mayor parte, vuelve a la atmósfera porque se descompone en menos de un año".

Por su parte, Larry Lohmann, integrante de The Corner House, de Endgame.org y otras intituciones internacionales de preservación del medio ambiente, se muestra bastante escéptico: "El problema consiste en cómo establecer una ‘equivalencia’ significativa y confiable entre el carbono secuestrado en forma permanente en depósitos de combustible fósil, el CO2 transitorio en la atmósfera, y el carbono secuestrado temporalmente como resultado de cualquier plantación de árboles o programas nacionales de forestación. Nadie tiene idea de cómo hacerlo. Y es poco probable -dice Lohmann- que algún día se pueda lograr. Es imposible predecir con la necesaria certidumbre cuánto carbono podría remover de la atmósfera un proyecto de plantaciones, y por cuánto tiempo. (…) Los proponentes de plantaciones como sumideros de carbono sufrieron un inesperado revés en octubre de 1999, cuando un informe del Panel Intergubermental sobre Cambio Climático (IPCC) llegó a la conclusión que a medida que la Tierra comienza a calentarse y la respiración (que es el proceso por el cual los árboles liberan CO2 a la atmósfera) aumenta más rápidamente que la captura de CO2, esas plantaciones comenzarían a liberar la mayor parte del carbono a la atmósfera."

Es interesante en este aspecto el rol que está cumpliendo el Banco Mundial, que inventó el "Fondo Prototipo de Carbono", a través del cual está creando este mercado. El Banco Mundial, que teóricamente debería dedicarse a eliminar la pobreza, se está dedicando a generar un mercado de carbono, del valor de miles de millones de dólares. Ya en 1997 propuso cobrar un 5% de comisión por el comercio de carbono, logrando una utilidad de U$S 100 millones en 2005. Asimismo, el Banco Mundial es la principal institución que emergió de la Cumbre de la Tierra para catalizar la energía sustentable en los países "en desarrollo". Irónicamente, desde 1992 hasta el 2005 realizó inversiones por U$S 28.000 millones en proyectos de combustibles fósiles, aprobando cada 14 días proyectos de este tipo. En ese período financió 1 proyecto para el desarrollo de energías renovables o eficiencia energética cada 17 de combustibles fósiles.

Y los precios caen

Veintiún países de la Unión Europea (UE) entregaron 2,5% más permisos de emisión de dióxido de carbono que los necesitados por sus industrias y centrales eléctricas el año pasado. Dichas naciones autorizaron 1.830 millones de toneladas de emisiones, según un comunicado de la Comisión Europea, el brazo administrativo de la UE. Esto se compara con los 1.790 millones de toneladas emitidos en la práctica. La información excluye a Polonia, Chipre, Luxemburgo y Malta.

Pese a estas aparentes "buenas noticias", Greenpeace y Ecologistas en Acción aseguran que bajo este supuesto ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero se encuentra una "trampa": los gobiernos europeos habrían sido "muy generosos" en la asignación de derechos gratuitos de emisión de CO2 y a las industrias les ha resultado fácil cumplir, con la excepción de las eléctricas. El resultado final ha sido reducir fuertemente el incentivo de los emisores para reducir sus emanaciones, y consiguientemente la desvalorización de los bonos.

Los precios de los bonos de carbono han caído 72% desde el 19 de abril, cuando llegaron a un récord de 31 euros la tonelada métrica.

El sistema de la UE está supuestamente diseñado para ayudar a la región a cumplir con el Protocolo de Kyoto, un acuerdo para frenar las emisiones de gases invernadero, que están provocando el calentamiento global.

Las acciones en Alemania sufrieron el 12 de mayo su mayor caída en un año, empujadas por los dos principales emisores, E.ON y RWE, por la caída los precios de la energía. (Bloomberg).

España tiene el triste privilegio de contarse entre los cinco países de la Unión Europea más contaminadores del ambiente junto con Austria, Irlanda, Italia y Reino Unido. En un informe que circula entre los 25 países miembros, la CE dice que han superado la cuota de emisiones de dióxido de carbono asignada para su industria en 2005, contaminando más de lo que tenían permitido en el primer año de funcionamiento del mercado de derechos de emisiones de CO2.

A los alemanes les interesamos

La empresa alemana Nserve se especializa en el abatimiento de óxido nitroso en plantas químicas. Controlan 10 de ellas en Sudamérica, África, Medio Oriente y sudeste de Asia.

Por supuesto, participan en el desarrollo e implementación de Certificados de Reducción de Emisiones de gases, ya sea a través de proyectos en refinerías petroleras, en plantas de carbón, proyectos energéticos de biomasa o plantas de gas.

Durante el reciente viaje que realizó el ministro de la Producción de la provincia del Chubut Martín Buzzi a ese país, los directivos de la empresa alemana se apresuraron a manifestarle su interés. Durante el encuentro se trató específicamente el tema de los bonos aplicados a las actividades de energía eólica y forestación, destacándose, además, las condiciones que presenta nuestra provincia para el desarrollo de estos proyectos de bonos de carbono.

A los japoneses, también

La Cooperativa Eléctrica de Comodoro Rivadavia se convirtió en la primera institución de Latinoamérica que concretó la comercialización de bonos de carbono a Japón.

El parque Antonio Morán posee 26 aerogeneradores, de los cuales sólo 16 forman parte del proyecto, dado que su instalación es posterior al año 2000, momento que fija el protocolo para la realización de este tipo de convenios.

La compradora es la empresa Japan Carbon Finance. A pesar de que aquí se presentó como una "fundación", en realidad es una "Limitada" dedicada a comprar créditos de carbono para sus acionistas (Japan Bank for International Cooperation (JBIC), Development Bank of Japan (DBJ), Chubu (sic) Electric Power Co.,Inc., Tokyo Electric Power Co.,Inc., Nippon Oil Corp., Mitsubishi Corp., Mitsui & Co., Ltd., Sumitomo Corp. ) tal cual lo indican en su propia página web: http://www.jcarbon.co.jp/

La Cooperativa venderá sus certificados en tres etapas de siete años cada una: en la primera se liquidará el equivalente al carbono retenido entre los años 2000 y 2007, a partir de la ampliación del parque eólico Antonio Morán.

Por ese período, la Cooperativa habrá certificado un total de 26.000 toneladas anuales no emitidas a la atmósfera, a partir del reemplazo de energía producida por usinas termoeléctricas, por su equivalente en energía eólica. En la primera etapa de siete años, se estima que el total de carbono retenido es de unas 145.000 toneladas, mientras que la cotización de los bonos permite inferir un valor de entre 6 y 8 dólares por tonelada.

Y el calentamiento sigue

Mientras se producen todas estas contradictorias situaciones, el mismo Banco Mundial que invierte 28.000 millones de dólares en proyectos de explotación de combustible fósil, denuncia a China y la India por acelerar la producción de gas de efecto invernadero, dando a conocer que las emisiones de dióxido de carbono de China aumentaron en un 33% durante el último período de diez años, y que el aumento de gases por parte de India fue incluso mayor, 57%.

Además, los preocupados funcionarios advierten severamente que fábricas, automóviles, equipos de calentamiento de agua y calefacción, y lugares donde se producen gases en todo el mundo, están produciendo más de 24 mil millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente, un aumento del 15% en un período de diez años.

La evaluación del Banco Mundial señala que todos los países son vulnerables al cambio climático e insta a los líderes mundiales a "hallar soluciones creativas que reduzcan el calentamiento global".

Desde China, contrarrestan las críticas poniendo en funcionamiento la presa de las Tres Gargantas, el mayor proyecto hidráulico del mundo, que contribuirá a que China reduzca su consumo de carbón en 50 millones de toneladas anuales y equivale a siete plantas térmicas de 2,6 millones de kilovatios de capacidad cada una.

Se afirma que gracias al ahorro en el consumo de carbón, China reducirá en 100 millones de toneladas sus emisiones de dióxido de carbono, junto con descensos de 2.000 y 10.000 millones de toneladas en la emisión de dióxido de sulfuro y óxido de carbono, contribuyendo de este modo a aliviar la contaminación atmosférica del gigante de Oriente.

Sin embargo, Xie Xiufa, ingeniero perteneciente al Buró de las Tres Gargantas, dependiente del Comité de Recursos Hídricos del Yangtsé, reconoció que "todo proyecto a gran escala cuenta con efectos positivos y negativos en el medio, los cuales solo pueden ser contrarrestados con la toma de medidas efectivas. Hasta el momento -indicó-, el proyecto de las Tres Gargantas no ha producido importantes efectos negativos en la calidad del agua, las condiciones geológicas o el cambio climático de la zona".

Pero no desesperemos. Sin duda los producirá.

Lo único de lo que aparentemente se puede dar fe, es que los intereses económicos y financieros no se llevan bien con la ecología. Lo preocupante no son las evidentes contradicciones que se manifiestan en este informe, sino el tiempo que continuamos malgastando en una batalla que se libra en no más de tres décadas y luego de la que, si la perdemos, nada volverá a ser igual.

Fuentes:
Vallette, Jim; Wysham, Daphne y Martínez, Nadia; En sentido contrario desde Río. El camino del Banco Mundial hacia la catástrofe climática, Red de Energía y Economía Sustentables/Instituto de Estudios Políticos/Instituto Transnacional, Bs.As.
Lohmann, Larry; El mercado de Carbono: sembrando más problemas, revista Hoja x Hoja Nº3, Epuyén (Chubut, Argentina).
Lohmann, Larry; Climate Politics after Montreal: Time for a Change -2006

* El World Rainforest Movement WRM, fundado en 1986, es una organización que trabaja por la protección de los bosques tropicales y subtropicales y la promoción de derechos de las comunidades que los habitan. Su secretaría internacional funciona en Montevideo, Uruguay. wrm@wrm.org.uy


La plaza de mañana

A no confundirse: no "del mañana", sino "de". Una plaza programada para demostrar varias cosas:

a) Dónde está el poder de convocatoria.
A este nivel, las lacrimosas críticas sobre el empleo del "aparato", del abuso del "clientelismo", pueden descartarse por inconducentes. A esas críticas se les responde con un simple: Si ¿y qué? ¿Acaso existe hoy en la Argentina otra fuerza, de cualquier signo, que logre reunir -con los métodos que fueren- esa cantidad de personas en la Plaza de Mayo? Si no existe, queda claro que el poder de convocatoria –aunque no sea "espontánea"- está en el gobierno y en ningún otro lugar. Las disquisiciones "éticas" en este aspecto suenan más a "las uvas están verdes" que a un verdadero y honesto análisis político de la realidad.

b) De la reelección no es necesario hablar.
¿Para qué? Desde hace bastante tiempo toda aquella persona que, además de pensar, conozca algo de peronismo, sabe que cuando un hecho es indiscutible, plantearlo es superfluo. Todo el discurso del presidente Kirchner sonó a futuro. Es decir, no fue el planteo de un hombre que ha recorrido tres cuartas partes de su mandato y comienza a despedirse. Por el contrario, fueron las palabras de alguien que sabe que quiere continuar, que está convencido de que la mayoría quiere que continúe, y que pide a esa mayoría apoyo para varios años más.
Guste o no, ésa es la realidad del hoy. E indiscutiblemente, Kirchner sabe aprovecharla: el enorme pingüino flotante, "inocente" y anónimo detrás de la Rosada dio fe de ello.

c) El periodismo y la dirigencia opositora están nuevamente décadas atrás de la realidad.
Acusar al Gobierno de realizar un acto político un 25 de Mayo –como si esto fuera un delito- no sólo es erróneo sino infantil. ¿Qué mejor día que un 25 de Mayo para proponer un rumbo político? ¿Y qué tendría de malo?.
Que ese rumbo se pueda implementar o no, es otra discusión.
Lo cierto es que nuevamente Kirchner montó su caballo de batalla sobre los derechos humanos y sobre los compañeros desaparecidos. Casi se pudo oír su pensamiento: "Prometimos llevarlos con nosotros a la victoria. Aquí estamos".
Sin entrar a discutir cuánto de optimismo triunfalista puede haber en esto, lo real es que Kirchner volvió a explicitar que existe una historia –y por consiguiente un proyecto- que no deben olvidarse.
"Recurso fácil para captar giles" pensarán algunos. Es posible. Pero es innegable que públicamente, un 25 de mayo, y por primera vez, un gobernante reivindicó claramente un lado de la historia que para la sociedad sigue en disputa, y que representa -eufemísticamente- un específico modelo de país.
Nuevamente, que este gobernante y este pueblo logren implementar ese modelo de país, es otra discusión.
Cierto es también que oficialmente se instauró el concepto de que el camino pasa por los objetivos que tenían esos treinta mil desaparecidos, a los que se homenajeó en la plaza.
Convertir ese concepto en hechos no será fácil. Probablemente ni Kirchner tenga demasiado claro qué significa esto en la práctica. Será entonces tarea de los que (pensamos que) lo tenemos claro, aportar lo necesario para que la voluntad aparente no termine en voluntarismo idiota, impotente o, peor aún, fracasado.

Atención

Por último, hubo también otro hecho que quedó tapado por la Plaza de Mayo: La otra plaza. En la Plaza San Martín, el 24, el otro modelo de país explicitó ante cámaras y también por primera vez en 23 años sus objetivos: No hubo errores, no hubo excesos. Estuvieron bien las desapariciones y las torturas, y la dictadura fue, no sólo necesaria, sino lo mejor que le pudo pasar a la Patria. Lástima que no se pudo concluir el trabajo.

Hace 48 horas quedaron por fin desautorizadas públicamente las absurdas teorías políticas que insisten en una potencial reconciliación y olvido. No sólo los carcamanes mayores de 70 estuvieron allí. No sólo los olvidados (retirados) generales, ex capitanes, mayores y coroneles del Proceso. Había jóvenes tenientes, capitanes y mayores en actividad. Había jóvenes "artistas", "escritores", abogados, en fin, cientos de militantes del golpismo. Que no tuvieron empacho (por primera vez) en proclamar que si tuvieran (¿¿??) una bomba, la pondrían en la plaza al día siguiente. Que llamaron a la preclara dirigencia occidental y cristiana a reaccionar valientemente frente a la barbarie dictatorial "marxista leninista".
Ellos no pedían –como lo hizo hipócritamente Mariano Grondona- olvidar. Menos mal, porque nosotros tampoco estamos dispuestos a hacerlo.
Allí está verdaderamente el adversario. Por primera vez en tantos años, los tibios de nuestra sociedad deberán llamarse a la sinceridad. Deberán elegir una historia, una realidad. No podrán escudarse en que "todo eso ya pasó", en que "hay que mirar al futuro", y "olvidar los rencores que nos separaron".
Porque esos rencores no son el pasado, sino el presente. Porque el país que construyamos será uno u otro, jamás ambos.
Y porque la opción sigue siendo la misma: un país más justo, o un país de mierda.

Y una reflexión para nosotros: Esa es la única diferencia que debería importarnos en esta etapa. La que separa, aún con vacilaciones, incoherencias, retrocesos, el campo popular del otro campo: el de los verdaderos enemigos, el de la injusticia, el racismo, la explotación, el hambre y la traición. El campo de la dependencia.


Los menores y el delito: Llegó la hora de tomar decisiones

por Enrique Gil Ibarra

El incremento del número de menores que delinquen es un hecho preocupante, no sólo en las grandes ciudades de nuestro país, sino también en nuestras otrora "pacíficas" provincias del sur. Mientras se concluye la edición de esta nota (10 de marzo), un homicidio cometido en Trelew por un joven de 17 años ha sacudido a la comunidad. El adolescente en cuestión había acumulado 26 "entradas" policiales – y por consiguiente 26 "salidas"- por diversos delitos, algunos con armas, durante los últimos tres años.
Por un lado, cada vez son más los adultos que utilizan a los menores de edad para cometer los delitos aprovechando su inimputabilidad. Por otra parte, los hechos indican que las familias de esos menores se muestran impotentes, ineficaces, cómplices o, en el peor de los casos, indiferentes.
La situación empeora, y hay puntos que ya no merecen debate:
• El delito se incrementa, en muchos casos protagonizado por menores de edad, consecuentemente con la crisis social que afecta al país desde hace años.
• La legislación no se adapta a estos nuevos requerimientos.
• Los jueces se manifiestan "atados de pies y manos" por la Ley.
• Los funcionarios públicos, a su vez, cargan las tintas sobre la Justicia.
• La ciudadanía, impotente, ha hecho suya la frase "entran por una puerta, y salen por la otra".
Lo trágico de esta situación es que todos tienen razón.
No es conducente continuar discutiendo sobre los "motivos" (que los hay y muchos) que la han producido, sino emplear ese tiempo en implementar urgentes soluciones. Estadísticas informales de Trelew indican que aproximadamente el 65 % de los delitos cometidos en la ciudad son protagonizados por menores de edad. De esos menores, una gran mayoría son reincidentes. No es descabellado entonces suponer que si se encara una decidida acción para rehabilitar a estos menores, podrá aliviarse sustancialmente este problema.

Los derechos del niño

Es absolutamente cierto que los derechos internacionalmente reconocidos a favor de los menores de edad prohíben su reclusión en prisiones comunes, y esta objeción es sustancialmente correcta y razonable, ya que es manifiestamente imposible recluir a un menor de edad en una cárcel no adecuada para recibirlo. Existe en ellas superpoblación carcelaria, los institutos penales se han convertido en universidades del delito y la realidad del interior de los mismos es crítica: celdas atestadas, organizaciones delictivas jerarquizadas, constituidas en el interior de los penales, complicidad y cobertura en muchos casos de los mismos guardianes y, por sobre todo, la cruda situación con la que se estrellará el recluso al terminar su condena: sin dinero, sin trabajo ni posibilidad de conseguirlo, en muchos casos abandonado por su familia, sin vivienda, etc.
Es evidente que el actual sistema no sólo no prevé la rehabilitación del recluso, sino que lo empuja a volver a delinquir, ya que muchas veces ésta es la única alternativa inmediata que logra visualizar un ex convicto que, recordémoslo, generalmente tiene un pobre nivel educacional y reducidas capacidades intelectuales.
Es claro que en las mencionadas condiciones, resulta impensable recluir a un menor en esos establecimientos, ya que esto supondría literalmente una condena de por vida.
No obstante, es importante aclarar que los convenios internacionales, si bien se manifiestan contrarios a la reclusión de menores, plantean específicamente que ésta es admisible por tiempo determinado, respetando plenamente los derechos del niño y el adolescente, y en los casos en que la libertad del menor ponga en peligro la seguridad de la comunidad o la del propio menor. Nuestro país firmó el Protocolo de la Convención Internacional de Derechos del Niño el 15 de junio del 2000 y lo ratificó el 10 de septiembre del 2002.
La Convención expresa en su Artículo 37 inciso b) que ningún niño (se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad) será "privado de su libertad ilegal o arbitrariamente. La detención, el encarcelamiento o la prisión de un niño se llevará a cabo de conformidad con la ley y se utilizará tan sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda" y en su inciso c) recomienda que "Todo niño privado de libertad sea tratado con la humanidad y el respeto que merece la dignidad inherente a la persona humana, y de manera que se tengan en cuenta las necesidades de las personas de su edad. En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales"
Asimismo, en su Artículo 40 inciso 4) la misma Convención determina que, en el caso de un menor del que se haya comprobado la comisión de un delito, "Se dispondrá de diversas medidas, tales como el cuidado, las órdenes de orientación y supervisión, el asesoramiento, la libertad vigilada, la colocación en hogares de guarda, los programas de enseñanza y formación profesional, así como otras posibilidades alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que los niños sean tratados de manera apropiada para su bienestar y que guarde proporción tanto con sus circunstancias como con la infracción".
Aquellos profesionales y funcionarios que continúan insistiendo en que la Convención Internacional de Derechos del Niño "prohíbe terminantemente" la reclusión de los menores, posiblemente la hayan leído, pero han interpretado lo que han querido interpretar, de acuerdo a su posición ideológico-política.
Continuar teorizando quejumbrosamente sobre las justificaciones de los adolescentes para delinquir y las culpas del Estado en este proceso de degradación moral, es superfluo. Cualquier persona medianamente pensante coincidirá en que las últimas décadas vividas en nuestro país han generado inevitablemente esto. Pero la teorización lacrimosa no aporta a la solución. Proteger los derechos de estos chicos es una obligación del Estado, pero también lo es la protección de la comunidad como conjunto.
No es atribución del Estado ni de los funcionarios optar "por una cosa o la otra", y mucho menos negarse a ver la realidad fundados en un falso y reaccionario "progresismo" que lo único que consigue a mediano plazo es perjudicar a los mismos jóvenes que declama proteger.
Es entonces importante comprender que, si bien es absolutamente innecesario, irracional, inmoral y violatorio de los derechos humanos, recluir a un menor por una infracción leve o por robar un caramelo en un quiosco, no lo es cuando se trata de un menor culpable de un homicidio, o de reiterados robos a mano armada.
Debe estar claro que permitir que un adolescente continúe una carrera delictiva sin proponerle (o imponerle) alternativas temporales adecuadas a la gravedad del delito cometido, que permitan su reeducación o reinserción, es también poner en peligro, no sólo la seguridad de la comunidad, sino la propia seguridad del menor, que comienza robando y termina matando o siendo muerto. No prever e intentar controlar y evitar ese desenlace altamente probable, hasta podría configurar negligencia por parte del Estado.

Necesidad urgente

El Estado tiene la urgente necesidad de implementar un programa de atención especializada, sistemática y continua, orientada a modificar los comportamientos antisociales de aquellos menores de edad con posibilidades ciertas de reinserción.

Artículo 39: Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para promover la recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de: cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí mismo y la dignidad del niño.

La rehabilitación del delincuente menor de edad es una política de Estado.
En la actualidad no existen programas efectivos para la rehabilitación de los mismos en nuestro país ni en nuestra provincia, y por ello tampoco existe un Programa de Rehabilitación consecuente en el tiempo. El COSE, única institución provincial donde se podría intentar esa tarea, adolece de limitaciones concretas que se han demostrado en los últimos tiempos. En primer lugar, no ofrece solución para reclusas menores de sexo femenino. Por otra parte, según afirman los mismos socio terapeutas que realizan la terapia, no existen criterios claros sobre el tiempo que los menores deben permanecer internados y, al quedar esto al criterio personal del juez, la liberación puede darse luego de una internación de uno o dos meses, plazo a todas luces insuficiente para intentar una rehabilitación y reinserción. Es evidente que el criterio utilizado, tanto por el juez ocasional como por los funcionarios especializados no es el correcto. Si bien la legislación indica que la reclusión del menor debe ser "por el menor tiempo posible", el simple sentido común indica que esta frase en verdad implica "el menor tiempo posible que permita su rehabilitación", ya que es absurdo enviar nuevamente a la calle a un menor en el mismo estado psicológico propenso al delito que motivó su reclusión. Además deberíamos replantearnos seriamente la conveniencia y efectividad de que ese menor realice un "tratamiento ambulatorio" en el marco de su entorno familiar. Los hechos parecen demostrar que en el caso del menor reincidente generalmente existen tres alternativas posibles:

• La familia no puede o no sabe contenerlo.
• La familia es cómplice en sus actividades delictivas.
• La familia es indiferente ante la situación.

En cualquiera de ellas, plantearse que el menor continúe conviviendo en ese ámbito resulta por lo menos ingenuo. La lógica indicaría que lo correcto es la tutela judicial, por la propia protección del adolescente involucrado.
Por otra parte, si tomamos en cuenta que el comportamiento delictual suele estar asociado directamente al consumo de estupefacientes, cabe preguntarse porqué existe tanta resistencia en los profesionales a incorporar, aunque fuera parcialmente, la metodología de las comunidades terapéuticas de rehabilitación de adictos, que da buenos resultados en otros puntos del país y uno de cuyos requisitos es la aceptación de la reclusión obligatoria del joven.
En resumen, el COSE, por diversos motivos y pese a las buenas intenciones, no está demostrando resultados tangibles y perdurables. Las actividades que se desarrollan, dirigidas a modificar la conducta del menor alojado, son encaradas por voluntad individual de algunos funcionarios concientes o personal técnico, en tanto que otros se contentan con "llorar sobre la leche derramada", condolerse reiterativamente por la "terrible infancia" sufrida por los chicos y percibir su sueldo a final del mes.

Proyectar en el tiempo

Tal vez sea hora de intentar una solución diferente al problema. No una solución original, puesto que se implementa en diversos países del mundo, desarrollados y en vías de desarrollo (Chile, Salvador, Honduras, EE.UU. Panamá, etc.) pero válida también para la Argentina y para la provincia del Chubut.
Requiere para su concreción dos cosas: voluntad política y audacia para adoptar una solución efectiva a un problema concreto.

Objetivos específicos:
• Facilitar al menor privado de libertad la posibilidad de modificar sus conductas antisociales, proporcionándole una alternativa opcional concreta.
• Promover la modificación gradual de dicha conducta antisocial, a través de internacionalización de normas y valores por medio de un tratamiento progresivo.
• Disminuir significativamente el riesgo potencial de reincidencia.
• Brindar la oportunidad de capacitación y entrenamiento en actividades aptitudinales, ocupacionales y laboralmente rentables.
• Capacitar al personal que participa en este proceso, concientizándolo sobre la prioridad de la rehabilitación del recluso, modificando el concepto de "punición por reclusión".
• Reintegrar al sistema educativo a aquellos menores reclusos que han sufrido la expulsión forzada del mismo por sus negativas realidades socio-económicas.

Para ello, debería instaurarse en la provincia el sistema de Granjas Modelo de Rehabilitación y Reinserción social de menores adolescentes. Aunque inicialmente podría utilizarse el actual COSE, modificando los criterios que imperan en el personal técnico operativo, lo ideal sería que la Institución estuviera localizada en el interior del territorio de la provincia, a una distancia no menor de 100 kilómetros de cualquier población mayor de 5.000 habitantes.
Dicha Granja debería contar con no menos de 100 hectáreas, y se construirían en la misma, además de edificios-habitación para recluidos y otro para sus guardianes, las instalaciones necesarias para realizar diversas actividades:

1) Capacitación
2) Educación y Formación
3) Computación e Informática
4) Instalación de Talleres Técnicos y Actividades Productivas
5) Mecánica automotriz, chapa y pintura
6) Estructuras y construcción de muebles en madera
7) Agricultura
8) Avicultura
9) Cunicultura
10) Porcicultura
11) Piscicultura
12) Horticultura
13) Agropecuaria

El objetivo es la creación de una Granja múltiple real, que funcione efectivamente como tal, y por consiguiente tenga estándares de producción, sistemas de trabajo y rendimiento establecidos, y un esquema organizativo de cooperativa con gerenciamiento estatal. En este sistema, cada menor recluso es considerado un trabajador en entrenamiento, y atraviesa diferentes etapas de capacitación, desde el operario no especializado, hasta el oficial o especialista en la tarea o función.
Simultáneamente, el sistema prevé que el menor reciba educación formal para completar sus estudios primarios en los casos en que carezca de los mismos, y se implementa también un sistema de educación a distancia para estudios secundarios. La meta es que al terminar su período de reclusión cuente, además de un oficio o profesión con una base educacional, con un título válido a nivel provincial.
Obviamente, cada menor recluido percibiría por su tarea una retribución acorde a la capacidad que gradualmente adquiere, lo cual permitiría un régimen de promociones y responsabilidades crecientes y, al funcionar la granja con el sistema de cooperativa, cada recluso sería "socio" temporal de la misma. En ese marco, los resultantes de la producción de la granja se dividen por un sistema de puntos:

a) El cincuenta por ciento para el Estado provincial, en su carácter de "socio mayoritario del proyecto". Con esto el Estado, al cabo de cinco años de inversión, puede, como sucede en otros países, solventar los costos totales (incluidos sueldos del personal) de todo el proyecto y/o reinvertir para mejorar el mismo.

b) El otro cincuenta por ciento corresponde proporcionalmente a la totalidad de los reclusos, de acuerdo a "categorizaciones profesionales" y tomando en cuenta la capacitación inicial de cada recluso individualmente. Esta retribución mensual que el recluso obtiene, se acumularía mensualmente en una cuenta corporativa, en el banco de la provincia, durante todo el período de internación, y percibiría intereses como una caja de ahorro o un fondo de inversión. Finalmente, el recluso percibiría la totalidad del importe, descontados sus gastos de manutención durante el período.

Al terminar la reclusión, el ex recluso rehabilitado tendría cuatro opciones:

• Solicitar que el dinero que ha ganado sea integrado a un proyecto provincial de mini emprendimientos y/o granjas comunitarias gerenciado por el Estado, en las que podrá incorporarse en la calidad laboral que haya obtenido durante su reclusión, sirviendo ese dinero como suficiente cuota-parte asociativa.
• Solicitar del Estado un préstamo blando con destino a adquisición, reforma o mejora de su vivienda única familiar y equipamiento dentro de la provincia, con la garantía de su depósito en el banco provincial, de manera que el recluso pueda montar en su vivienda, de acuerdo a la capacitación obtenida, un recurso laboral propio.
• Solicitar su integración formal al Régimen de Rehabilitación en Granjas de Reinserción Social, en carácter de Instructor Asociado, pasando a formar parte de la Cooperativa como Socio Voluntario, brindando instrucción a los reclusos con las capacidades que haya aprehendido y percibiendo una remuneración societaria por sus servicios.
• Solicitar el reintegro del dinero ganado y desvincularse totalmente del Sistema, siendo advertido de que, en caso de reincidencia delictiva, no podrá acogerse nuevamente al mismo.

Aspectos técnicos

Como se explicó más arriba, por razones de seguridad la Institución debería estar localizada en el interior del territorio de la provincia, a una distancia no menor de 100 kilómetros de cualquier población mayor de 5.000 habitantes, y el predio a una distancia de ruta asfaltada no menor de 20 kilómetros. En su comienzo, la institución podría ser custodiada y atendida por personal policial, aunque sería conveniente analizar la posibilidad de crear a mediano plazo un Servicio Penitenciario Provincial, adecuado a estas nuevas condiciones operativas.
La institución debería contar con la maquinaria y equipos necesarios para implementar los Talleres de Capacitación. Nuevamente, la inversión no es mucho mayor a la que requeriría cualquier granja agropecuaria de similares dimensiones.
En cuanto a la infraestructura, lo recomendable es no construir "barracas del ejército", sino casas colectivas con capacidad para 10 reclusos cada una. Esto permite, además de poder ampliar posteriormente la capacidad con un sistema modular, establecer equipos de trabajo, sistemas de liderazgo grupal en los que los reclusos más avanzados puedan guiar a los nuevos con el método de "comunidad terapéutica", competencia de productividad y rendimiento, metas de superación grupales y lazos de afinidad y pertenencia del tipo "fraternidad educativa".
Es importante destacar que el régimen de premios y castigos dentro de este Plan Piloto también debería diferenciarse del habitual. Debería poder establecerse un sistema colectivo de premiación y punición, de manera que el incumplimiento de un recluso afecte el "puntaje" de todo su equipo, demorando su período de aprendizaje. El ideal es que, con el tiempo, cada "casa" logre establecer su propio estándar de convivencia dentro de las reglas generales. De esta forma, los reclusos aceptarán las limitaciones disciplinarias en la conciencia de que una actitud negativa perjudica colectivamente a su grupo. Este y no otro es uno de los principales objetivos de la resocialización: comprender el límite de los derechos personales, y subordinar las propias necesidades al superior objetivo y derecho colectivo.
Tomando en cuenta que el objetivo es la Rehabilitación y no el Castigo (nuestro sistema legal determina que el castigo ya consiste en la privación de la libertad) es evidente que lo que aquí se propone es un régimen humanitario que prepare lo mejor posible al interno para su readecuación a la sociedad. Por consiguiente, el sistema debería incluir horarios de trabajo, ocio, estudio, diversión y recreación colectivos e individuales. Se alentaría la construcción, por parte de los mismos internos, de espacios para práctica de deportes, se les proveería de elementos para el ejercicio de los mismos y sería imprescindible crear una biblioteca solventada por el Estado provincial con contenidos técnicos y de ficción, así como los recursos informáticos mínimos como para que cada recluso que lo desee pueda acceder a un conocimiento básico de los mismos.

Los obstáculos

• Falta de personal técnico o profesional capacitado.
• Falta de una política institucional innovadora, que ataque las bases del problema.
• Inercia por parte del Estado para aceptar que lo que no se ha hecho nunca, puede hacerse.
• Falta de asignación inicial de fondos por parte del Estado.
• Carencia de una conciencia clara acerca de la profundización de la crisis social, y su influencia disociadora en menores carenciados, que será sin duda uno de los principales dramas de este siglo.
• Resistencia a la posibilidad de cambio y mejoramiento de los reclusos menores de edad.
• Carencia de apoyo técnico y logístico.
• Abandono del proyecto por falta de voluntad política.

Es probable que a raíz de esta nota surja alguna voz técnica "especializada" explicando por qué tal o cual cosa "no puede hacerse", porque "esta ley o la otra", etc. etc.
Pero siempre será más simple modificar alguna ley que ampliar un cementerio.
Siempre será más productivo rehabilitar un chico y reintegrarlo a la sociedad, con todas las dificultades implicadas, que continuar en una inercia inoperante e impotente. Si la solución propuesta no es buena, es imprescindible que se ofrezca una mejor.
Es importante comprender que, tal cual sucede en otros países, la sustentación de este proyecto reside exclusivamente en la voluntad del Estado (y de la comunidad) de construir otra realidad posible.

Artículo 29:

1. Los Estados Partes convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a:

a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades;

b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas;

c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;

d) Preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena;

e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente natural.

Enrique Gil Ibarra – marzo 2006
elhendrix@yahoo.com


Defensa de los recursos: Un eje latinoamericano para el futuro

por Enrique Gil Ibarra

El nuevo panorama que se abre en América Latina tras la asunción de Evo Morales como presidente de Bolivia, modifica sustancialmente las reglas de juego que, hasta ahora, imponían las empresas multinacionales hidrocarburíferas. La hermana nación fue saqueada en sus recursos naturales por cientos de años, y finalmente esta injusta situación hizo eclosión. Qué sucederá en el futuro próximo y las nuevas alianzas que se perfilan en el subcontinente, constituye un tema que no podrá ser dejado de lado, ni por los gobiernos, ni por los gobernados.

La polarización político-ideológica en el vecino país es un hecho: por un lado, las empresas y los sectores sociales de mayor poder propugnan el mantenimiento de los privilegios heredados. Por el otro, los sectores sociales de menores recursos exigen la nacionalización de esos recursos naturales.
Evo Morales, a tono con las exigencias de su base de sustentación, ha denunciado "algunas conspiraciones de algunas transnacionales" y llamó a los líderes campesinos a movilizarse "para nacionalizar (los hidrocarburos)" y agregó: "porque tenemos el gobierno, pero nos falta, no hemos ganado el poder político, por eso tenemos que trabajar con todos los sectores". Si bien en su "discurso" interno continúa siendo duro, en la visita realizada a los jefes de Estado hizo gala de prudencia y moderación, que hasta ahora le han producido resultados concretos: en España, obtuvo el canje de la deuda de 120 millones de euros y que el FMI le condonara 200 millones.
Morales dedicará especial atención a tres temas que considera prioritarios:

• La Asamblea Constituyente
• Los hidrocarburos
• Las autonomías provinciales

Con la aprobación de una nueva Constitución, Evo Morales espera generar las condiciones para que la mayoría de los bolivianos, perteneciente a los pueblos originarios y a los sectores más sumergidos, obtenga una mayor cuota de poder.
El Movimiento al Socialismo (MAS) tendrá mayoría en el Congreso, pero no alcanza los dos tercios de votos necesarios para aprobar reformas constitucionales. El número de parlamentarios alcanzado por el partido "Podemos", obligará a Evo Morales a trabajar con esta bancada, ya que todos los demás partidos, con sus representantes hipotéticamente sumados al oficialismo, no reúnen los votos suficientes para lograr los dos tercios. Esta situación compromete indiscutiblemente la gobernabilidad.
Con respecto a los hidrocarburos, Evo Morales tuvo buen cuidado de aclarar que las nuevas reglas de juego no incluyen las expropiaciones, pero sí la renegociación total de los contratos. Si bien se respetarán los activos de las empresas y se establecerá un marco de estabilidad jurídica para las mismas, el Estado boliviano es el real propietario de las reservas y exigirá el pago en tiempo y forma de las regalías y los impuestos. De las empresas radicadas en Bolivia, (Repsol, Petrobras, Total, British Petroleum, Enron, Shell, Panamerican Energy, Pluspetrol y Vintage), Petrobras (Brasil), Repsol (España) y Total (Francia), que explotan más del 60% del gas, aceptaron desde el inicio las condiciones de negociación. Por su parte, el Estado boliviano recuperó legalmente la propiedad de sus reservas, lo que causó a Repsol una debacle financiera ya que el registro realizado por Bolivia de las mismas le originó una reducción de 25 por ciento de sus reservas probadas y de 7.6 por ciento del valor de sus acciones.

Repsol-YPF controla 25.7 por ciento de las reservas bolivianas y opera un contrato de riesgo compartido desde 1997. De acuerdo con datos oficiales, las reservas de gas natural representan 150 mil millones de dólares, a precio de mercado regional. Con la ley de hidrocarburos, vigente desde junio de 2005, las petroleras deben pagar impuestos, en el mejor de los casos, por 550 millones de dólares al año, por el negocio de explotación de materias primas que alcanza un total de 1.600 millones de dólares sólo en el uso de los hidrocarburos como materias primas. Sin embargo, con los procesos de refinación e industrialización casi se triplica el monto total del negocio y las utilidades para las trasnacionales, lo que demuestra el trato desigual que determina la relación de esas empresas con los gobiernos regionales. (Fuente: Jorge Bestein)

En su asunción como ministro de Hidrocarburos, Andrés Solís anunció inmediatamente el registro de todo el gas del país como propiedad boliviana en los listados existentes en registros y bolsas internacionales. "Estoy hablando –dijo- de 120.000 millones de dólares (97.500 millones de euros) que son nuestros, y con esas reservas podremos realizar proyectos de industrialización". La medida afectó a las reservas de gas natural que la española Repsol-YPF controlaba en la bolsa de Nueva York (el 20% de las reservas de gas del país) y las reservas anotadas en otras bolsas internacionales por otras compañías, como la brasileña Petrobras, British Petroleum y la francesa Total.

Repsol cuenta con una historia negra en Latinoamérica, donde se ha hecho de empresas públicas a precios ridículos, merced a tratos tramposos. Por ejemplo, YPF de Argentina fue comprada a cambio de bonos para paliar la deuda externa, bajo el pretexto de la falta de capacidad financiera. Por otro lado, las actividades de esta firma, realizadas sin ningún freno, han provocado innumerables daños al medio ambiente y a las comunidades indígenas. Los casos sobran: la destrucción del parque natural Yasuní, en la amazonia ecuatoriana, de 680 mil hectáreas, la invasión de 18 territorios indígenas y cuatro parques naturales en Bolivia o las acciones que han llevado a la multinacional a un pleito legal con el pueblo mapuche, en Chile, del que los indígenas han sacado la peor parte. (Fuente: Jorge Bestein)

Solís se refirió específicamente al caso de Repsol y afirmó que la compañía española había hecho una "curiosa" descripción del gas en cuestión, al calificarlo como "concesiones soberanas. El titular de Hidrocarburos recalcó en ese momento que existe una diferencia sustancial entre "reservas probadas" y "reservas probables" y afirmó que "las concesiones son limitadas, tienen una temporalidad muy específica". El presidente boliviano tendrá que lidiar ahora con una probable reacción de las petroleras, que desde que el Congreso en mayo del 2005 elevó el porcentaje de regalías (del 18% al 50%) han demandado al gobierno por incumplimiento de contratos y han reducido su inversión en el país.

Las Reglas 4 - 10 del Securities and Exchange Comission (SEC) de EE.UU. que supervisa el funcionamiento de la Bolsa, dice que "sólo pueden considerarse reservas probadas de hidrocarburos aquellas cuyo análisis de ingeniería y geología demuestren que pueden ser recuperadas (con un 90 por ciento de probabilidades) de reservorios existentes, que cuenten con un Mercado asegurado por un Contrato de compra venta".

Por otro lado, las provincias de Santa Cruz y Tarija -provincias asentadas sobre las mayores concentraciones de recursos energéticos-, han realizado reclamos de autonomía, incentivados por los líderes empresariales quienes esperan conservar su cuota de poder. El desafío de Evo Morales será aquí conservar el respaldo del pueblo, y sabe que esto lo logrará sólo si consigue hacer realidad sus promesas preelectorales de mejorar las condiciones de vida del mismo.
En estas promesas se incluyen la lucha por la posesión de las tierras improductivas, lo que representará una verdadera reforma agraria que originará no pocos cuestionamientos por parte de los poseedores de latifundios, el combate contra la corrupción, mal endémico en varios países latinoamericanos y el enfrentamiento con los Estados Unidos por el tema narcotráfico, ya que Evo Morales propuso al gobierno norteamericano un "pacto de compromiso" de luchar contra la comercialización ilegal de cocaína pero respetar las plantaciones y la exportación de coca.

Multinacional del gas

Por indicación de Evo Morales, su vicepresidente comunicó a nuestro país que no continuará vendiéndonos gas a un precio solidario, que representa un precio cinco veces más barato que el precio internacional. Asimismo, El Gobierno de Evo Morales descartó la propuesta energética impulsada por Argentina y Chile y proyecta conformar una multinacional estatal con Petrobras de Brasil y PDVSA de Venezuela, para controlar la producción y el precio del gas en Latinoamérica, según lo confirmó el presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Jorge Alvarado.
"La multinacional estatal que sería Petroamérica nos favorecerá porque estaríamos hablando de precios del gas mucho mayores (que los actuales) y por otro lado daríamos seguridad energética a toda la región -dijo Alvarado- La idea es que todos los países productores de gas ingresemos en igualdad de condiciones para controlar la comercialización, pero también la producción y el precio".
Afirmó Alvarado que Bolivia no ve a Venezuela como un competidor en el comercio del gas natural: "Nosotros vamos a participar en ese gaseoducto (refiriéndose al proyecto venezolano de construir un gaseoducto hasta Brasil y Argentina) y todos los países ingresaremos a Petroamérica en igualdad de condiciones".
Para el ejecutivo de YPFB, una empresa de esa envergadura "es la única garantía para dar seguridad energética a la región" y podría estar en marcha "en unos cinco años". Sin embargo, explicó que Bolivia condicionará una probable venta de gas a Chile a una salida propia a la costa para esta nación. Los bolivianos reclaman a Chile un acceso propio al Pacífico desde que perdieron su litoral en una guerra con ese país en 1879.
Morales también se propondría modificar la actual ley petrolera para conformar en el futuro "sociedades mixtas" con las empresas privadas con base en una participación igualitaria del estado boliviano. Preparando el camino para esta alternativa, Alvarado indicó que "los contratos firmados en anteriores gobiernos son nulos porque no fueron refrendados por el Congreso. La reforma a la legislación dirá que las empresas deberán negociar nuevos contratos".
Este proyecto del gobierno boliviano ya ha recibido el apoyo de Petrobras, empresa que manifestó que quiere ser socia de YPFB. El presidente de Petrobras José Fernando De Freitas se reunió con las autoridades del Ministerio de Hidrocarburos y expresó su predisposición de retomar negociaciones con el fin de plasmar una sociedad con YPFB que respete el 50% de participación para la empresa petrolera boliviana.
Cuando Petrobras llegó a Bolivia se firmaron convenios con YPFB con una distribución del 50 por ciento para esa empresa y el restante 50 por ciento para la parte boliviana, pero cuando se capitalizó el negocio se rebajó el porcentaje de Bolivia a 18% y el restante 82% para las empresas que son propietarias del ducto Bolivia- Brasil (Gasyrg).
El desafío del gobierno es convertir a YPFB de empresa residual a estratégica como lo son en la actualidad Petrobras, Petróleos de Venezuela (PdVsa) o Petróleos de México (PEMEX).
YPFB y Petrobras trabajarían en proyectos de industrialización conjunta, así como en el financiamiento de las obras que realiza la empresa Queiroz Galvao en los tramos de Tarija-Bermejo y Tarija-Potosí.

Nueva regionalización

El objetivo es repotenciar a YPFB, y para ello se dividió al país en bloques, a fin que puedan obtener buenos beneficios solo por la distribución de los derivados del petróleo a los minoristas o estaciones de servicio. Alvarado informó que ya se recuperó el Bloque Sur, que actualmente se encuentra en manos de YPFB. También se habilitarán depósitos de combustibles y en otros casos se alquilarán instalaciones, cisternas y otros equipos. Según el convenio suscrito entre los Presidentes Evo Morales y Hugo Chávez, YPFB será la importadora y distribuidora de los 200 mil barriles/mes de diesel.
Hasta abril de este año, 35 estaciones de servicio que fueron alquiladas serán recuperadas, pues sus contratos vencieron a fines de diciembre de 2005. Existen ocho estaciones que se encuentran en litigio por parte de políticos, hijos o parientes de políticos que en el pasado usufructuaron esas instalaciones, incluso sin pagar alquileres.
Bolivia también dirá sí a los ofrecimientos de créditos que realizaron Canadá (50 millones de dólares) y China (60 millones). Con ese dinero se propone expandir las conexiones de gas a domicilio en todo el país.

La economía boliviana

Evo Morales recibe un país con las cuentas relativamente prolijas. El crecimiento de la economía boliviana durante 2005 fue del 3.9%, con una inflación del 4,2% y el déficit fiscal cerrado con una tasa equivalente a entre el 3 y 3.5% del Producto Bruto Interno (PBI). Para 2006, se prevé un crecimiento económico del 4.1%, una inflación de 3.5% y un déficit fiscal del 3 por ciento del PBI.
Sin embargo, su compromiso explícito con el pueblo boliviano lo obligará a forzar las fuentes de financiación para solventar el inevitable crecimiento del gasto social, elevar los ingresos estatales mediante una reforma tributaria y mantener el crecimiento de la economía, para lo cual requerirá inversiones. Hasta ahora, dispone de los mayores ingresos provenientes de las tasas aplicadas a la explotación de los hidrocarburos y de algunos aumentos de impuestos a la renta. Por consiguiente, el mayor gasto social estará limitado por un presupuesto reducido.

Las relaciones internacionales

En Sudáfrica, Evo Morales afirmó: "Voy a perdonar humillaciones del pasado", pero insistió en el respeto a la dignidad.
Con este planteo, bastante similar a los explicitados por otros presidentes latinoamericanos, Kirchner entre ellos, Evo Morales se integra a esta corriente "progresista" que constituyen Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Hugo Chávez Frías en Venezuela y Tabaré Vázquez en Uruguay. Gobiernos que han coincidido en priorizar la solución de las necesidades sociales, criticar aspectos de la política norteamericana y el Fondo Monetario Internacional y en la búsqueda de originales caminos para lograr un modelo económico inclusivo.
En este marco, también Evo Morales, al igual que sus pares, deberá enfrentar resistencias por parte de los sectores sociales más conservadores, para los que cualquier iniciativa de redistribución de riqueza o de defensa de los recursos nacionales tiene aroma a "izquierdismo".
La "cintura política" del nuevo presidente boliviano deberá ser demostrada en los próximos meses, en la obligada síntesis que le exigirá cumplir con los reclamos de su base popular y simultáneamente evitar una radicalización de su gobierno que profundice un potencial enfrentamiento con los Estados Unidos, lo que pondría en riesgo la gobernabilidad de un país con una historia plagada de enfrentamientos violentos y golpes de Estado.
La Casa Blanca no está contenta con el nuevo presidente: lo intuye demasiado cercano ideológicamente al presidente Hugo Chávez, y no confía en el supuesto modelo de "capitalismo andino-amazónico" proclamado por la nueva administración boliviana. Por añadidura, Morales ha criticado duramente la estrategia anti-drogas de Washington.
Es evidente que los analistas norteamericanos prevén la consolidación de un "Bloque anti Bush" integrado por Argentina, Bolivia y Venezuela, al que podría sumarse algún otro país de Sudamérica.
En lo que hace a nuestro país, no cabe duda de que, a pesar de posibles desinteligencias, el nuevo gobierno de Bolivia representa un apoyo importante para fortalecer la defensa de nuestros recursos, y el crecimiento sustentable nacional.
Pero deberemos aprender de los ejemplos: en su controversia con Bolivia por la propiedad de las reservas, Repsol ha dicho que las "concesiones soberanas", existentes en Argentina, Libia, Argelia e Irán son también inscritas a su nombre.
Como dato interesante, la Constitución Política del Estado boliviano, en su artículo 139, dice: "Los yacimientos de hidrocarburos, cualquiera sea el estado en que se encuentren o la forma en que se presenten, son de dominio ‘directo, inalienable e imprescriptible del Estado’. Ninguna concesión o contrato podrá conferir la propiedad de los yacimientos de hidrocarburos..."
Las provincias argentinas, especialmente las patagónicas, deberían emitir su opinión sobre esta curiosa concepción de Repsol YPF que confunde "concesión" con "propiedad", sin mencionar que en nuestra Constitución también la propiedad de los yacimientos pertenece inalienablemente al Estado.


24 de marzo: treinta años es un montón de tiempo

Treinta años es un montón de tiempo. Alcanza para olvidar, para resignarse, para arrepentirse, para pensar en lo que no fue. En fin, para hacer lo que hace casi todo el mundo.

A veces me pregunto qué nos pasa a nosotros. Qué lealtad extraña (tan fuera de moda), nos impulsa a continuar ejercitando la diferencia. Qué nos obliga a repetir, año tras año, el recordatorio, el mismo grito de batalla –que no es otra cosa-e insistir en que aquí estamos, y aquí estaremos.

Treinta años el 24. Mi televisor (el de todos) era en blanco y negro, las minifaldas eran un logro estético incomparable, aunque estuviera prohibido auscultar cercanamente a las compañeras, y las certezas eran incuestionadas.

No sé por qué le otorgan, después de 30 años, tanta importancia al 24. Hubo días más terribles. No tengo claro si no sería mejor instaurar "el día de la dictadura", "el día de la memoria", o algo así. Es un símbolo, tan sólo eso. No sirve para nada más. Como el 22 de agosto, como el primero de mayo. Símbolos de muerte si solamente se usan para decir "qué barbaridad", o, más audazmente, gritar "asesinos" y después regresar tranquilo a casita custodiado por un cana de la democracia.

Ayer comentábamos con un compañero sobre la ingente cantidad de personas que van a recordar este 24. La mayoría no tiene nada que recordar, y no es por una cuestión de edad, porque eran creciditos en ese momento. Debo reconocer, sin embargo, que afrontan su vergüenza con una cara de piedra.

"Si en esa época hubiéramos sido tantos, no nos hubieran ganado", me dijo.

Es cierto. Y es curioso pensar como en democracia resulta tan fácil reivindicar actitudes que se criticaron en dictadura. Es angustiante ver cómo nos han convertido (los han convertido) en héroes, en "gente admirable" pero extraña, "equivocada en el método" pero honesta, "jóvenes irreflexivos" pero valerosos hasta el punto de "dar la vida". Las pelotas.

Ni admirables, ni equivocados, ni irreflexivos. Y, si vamos al caso, tampoco "especialmente" valientes. Honestos, si. Extraños, como todos. Leales a una idea, por supuesto. Y si una idea como ésa no alcanza para arriesgar –nunca "dar"- la vida, nada alcanza. Héroes, de ninguna manera. Leí por ahí que los sobrevivientes también son héroes y heroínas. Los que se exilaron, por aguantar el desarraigo. Los que después volvieron, por soportarlos a Alfonsín y a Menem. Los que no militaron, por llevar la cruz de tanto dolor sufrido por otros. Los que miraron para otro lado, porque "les mintieron". ¡Puta que es simple repartir blasones! ¡Carajo, si hubiera sabido que era tan cómodo justificar la existencia, no habría militado nunca!

Me tiene podrido el "heroísmo". Paradojalmente, nos/los rebaja a nivel moral, nos/los convierte en marcianos. Mierda, estoy harto de reiterar que eran gente común. Que éramos como vos, que dejes de usarnos como excusa -"ejemplo irrepetible"-para no hacer nada. Curiosamente, conversando con algunos de los que estuvimos y quedamos, coincidimos en que en verdad el 24 de marzo no nos mueve un pelo. Si lo conmemoramos, lo hacemos más por ustedes que por nosotros, en un intento, quizás fútil, de impedir la indiferencia.

Pero… ¿Nunca se te ocurrió que recordar así, de esa manera innocua, puede ser un obvio recurso para el olvido?

Ahora el 24 de marzo será feriado. ¡Caramba, como el día de la Virgen! En cinco años más, los chicos lo van a aprovechar para ir a noviar al rosedal de Palermo, o de picnic al Tigre.

Algunos no queremos olvidar, porque prometimos llevar a los caídos con nosotros hasta la victoria. Para eso no alcanza con un 24 de marzo.

No sé. Para mí es un día más. Tal vez un día más triste que otros, pero igual de válido o no para preguntarme, como todos los días, si sigo haciendo lo correcto.

Y con los que ya no están, brindo silenciosamente –soy su familia- cada 24 de diciembre, convencido de que harían lo mismo por mí.

Enrique Gil Ibarra

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