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Las dos principales experiencias guerrilleras en el Perú se dan con un poco más de 15 años de diferencia, la primer inserta en la primera oleada guerrillera luego de la Revolución Cubana (1959) y la segunda en medio de la oleada post-Revolución Sandinista (1979). Estas experiencias afectaron de distinta manera al sistema político en que se desenvolvieron, pero estuvieron relacionadas por un fuerte hilo conductor. |
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Las
guerrillas de 1965
Las luchas populares fueron crecientes,
la respuesta fue la represión. El MIR, para entonces, había perfilado ya
una estructura políticomililar y trabajaba para iniciar la lucha armada.
El ELN inicia trabajos de exploración en Ayacucho. La forma de ver el partido
era una importante diferencia entre ambos: el MIR con una concepción integral
independiente buscaba convertirse en el factor de la construcción del partido;
el ELN se proyectaba más bien como brazo armado de la izquierda y en particular
del PC, honestidad excesiva pues en quienes confiaron no estuvieron dispuestos
a asumir los riesgos de la lucha por el poder. Junto a plataformas y programas
mínimos en ambos estuvo claro la necesidad de la Revolución Socialista.
Sin haber culminando las tareas propuestas, las condiciones de la lucha
de clases obligaron a iniciar acciones, pero en el momento mismo de las
tareas operativas el punto más alto de ascenso había pasado. Había que ganar
tiempo, pues la no solución de los problemas devolvería el ritmo ascendente
de la lucha de masas. El enemigo también lo comprendió así y cuando aún
la guerrilla no se consolidaba descargó todas sus fuerzas. Desataron la
guerra de tierra arrasada, bombardeando zonas de operaciones y asesinando
a millares de campesinos por la simple sospecha de colaborar con los revolucionarios.
El ELN dirigido en acciones
por Edgardo Tello, fue liquidado cuando aún no podía establecer sólidos
contactos con los campesinos de La Mar. El MIR consiguió abrir tres frentes
guerrilleros: uno en el Cusco (Mesa Pelada) dirigido por el Comandante Luis
de la Puente Uceda quien murió en combate, el Frente Guerrillero "Pachacútec";
otro en el centro (dirigido por Guillermo Lobatón y Máximo Velando, muertos
en combate) que tomó el nombre de "Túpac Amaru"; y uno en el norte, dirigido
por Fernández Gasco y Elio Portocarrero, que no consiguió abrir acciones
y se replegó. De las dos primeras columnas y del ELN no quedó casi nadie
vivo.
De esta manera este paso gigantesco hacia la lucha por el poder que devolvía
el filo revolucionario a la izquierda, sufrió un duro revés. Las razones
de la derrota fueron:
La falta de trabajo de masas más sólido. Se dio demasiada importancia al
peso de la semifeudalidad, que llevó a abandonar el trabajo de masas urbano,
incluso el campesino, para marchar al monte.
El momento del alzamiento no coincidió con el ascenso popular.
Errores cometidos en la construcción del partido. Tolerancia a la violación
del principio de compartimentación, débil formación de los cuadros, insuficiente
política de autosostenimiento, no ajusticiamiento de traidores y delatores.
Falta de movilidad constante y ubicación cercana a los poblados.
Inconsecuencia de las demás fuerzas de izquierda, algunos como el PCP incumplió
acuerdos llegados con el ELN; otros, como el PCP (Bandera Roja) que integraba
ya Abimael Guzmán, combatieron la guerrilla so pretexto que eran "antipartido";
los de "Vanguardia Revolucionaria" subidos en el balcón intelectual criticaban
desde su marxismo puro. Estas actitudes facilitaron el aislamiento de la
guerrilla y permitieron al enemigo concentrar sus fuerzas contra los revolucionarios.
La denota fue militar y muy dura para nuestro pueblo. Allí se inmoló toda
una generación de revolucionarios de nuestro pueblo. Pero, no fue una derrota
política. Por el contrario, abrió el camino por donde había que marchar.
Ninguna acción de izquierda hasta entonces catalizó la sociedad de tal manera
Constituyó un hito que marcó a fuego la trayectoria del país y todos los
acontecimientos posteriores. Los sobrevivientes del ELN reagrupados marcharon
a Bolivia donde combatieron y murieron junto al Ché Guevara, entre ellos
Juan Pablo Chang; el MIR extremadamente debilitado, no estuvo en capacidad
de capitalizar su efecto y terminó dividiéndose. Los sectores reformistas
capitalizaron su efecto y aprovecharon de la derrota para consolidar sus
posiciones pacifistas o de vocinglero radicalismo. El pueblo con la guerrilla
vio abierto el camino de la lucha por el poder. Desde entonces la llama
de la lucha armada revolucionaria ha estado viva en el corazón de los auténticos
revolucionarios.
SE ABRE EL PERIODO PRE REVOLUCIONARIO
Abimael Guzmán, fundador y máximo
líder del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso, fue condenado
a cadena perpetua por los delitos de terrorismo agravado y homicidio
calificado. El Tribunal también condenó a penas de entre 24
y 35 años de cárcel a otros integrantes de la cúpula del grupo
maoísta. |
Desde 1975 se abrió, en el país,
una nueva etapa en la lucha de clases. Junto a más de 15 años de crisis
económica que empobrece brutalmente al pueblo, se suma una crisis política
producto de la incapacidad de las clases dominantes (militarismo, AP-PPC,
APRA) y su degeneración moral. Quedando el capitalismo sin cartas "democráticas"
y se abre la gran confrontación entre revolución y contrarrevolución.
El Movimiento Popular nunca como hoy ha desplegado toda su fuerza de combate
organizado y con una perspectiva cada vez más clara, los paros nacionales
llegan a niveles semiinsurreccionales en lugares como Huancavelica o Huancayo;
proseguidos por intensas luchas obrera en todo el país que realizan nuevos
paros, tomas de fábricas que en la fábrica de CROMOTEX (Lima) escribe otra
página heroica de la historia de nuestro pueblo, allí los obreros combaten
con abismal desigualdad con las fuerzas represivas armadas hasta los dientes,
mueren seis obreros y un oficial de la GC. Al compás de estas luchas se
inicia un nuevo proceso de centralización, dando nacimiento a los Frentes
de Defensa que encabezan luchas generalizadas llegando a tomar control de
las poblaciones durante días enteros como en Pucallpa, Tarapoto, Ayacucho,
Etc.
La carencia de una dirección que de continuidad estratégica a estas luchas
produjo, junto a las ilusiones forjadas por los nuevos gobiernos, un reflujo
parcial que fue rompiéndose paulatinamente.
Las clases dominantes, para defender sus privilegios han usado todos sus
instrumentos. El Paro del 19 de julio respondieron con la convocatoria a
elecciones. Importantes sectores de la izquierda, entonces profundamente
radicales de verbo, caracterizaron esta maniobra burguesa como una "conquista
popular"; en ningún momento las plataformas populares colocaron las elecciones
como una reivindicación. con ese mecanismo, lo que se buscaba era absorber,
por los canales institucionales del sistema, el descontento popular, lo
cual fue conseguido parcialmente con la colaboración para ello de la otrora
vocinglera izquierda hoy parlamentaria.
Conforme han ido agotando las
posibilidades "democráticas", las clases dominantes han respondido combinando
todos sus instrumentos represivos: aparato burocrático, judicial, fuerzas
armadas y policiales, y grupos paramilitares.
Ante esta ofensiva reaccionaria, el pueblo también ha formado su capacidad
de combate. En muchas federaciones y organizaciones populares los sectores
revolucionarios van tomando la dirección; presionando sobre las centrales
nacionales y logrado, finalmente, un paso decisivo con la constitución de
la Asamblea Nacional Popular (ANP), en cuyos acuerdos recoge las tareas
más importantes del movimiento popular, trabado por la inconsecuencia de
la mayoría de la dirección de la ANP.
El movimiento popular asume
el socialismo, expresado de diversas maneras: en el respaldo de una izquierda
legal que se presenta como socialista, aún cuando tergiverse su contenido
en el avance del espacio revolucionario; en la resistencia popular en las
zonas le emergencia; en el viraje de la intelectualidad; en la propia demagogia
"socialista" de sectores de la propia burguesía, etc.
Los métodos de lucha también han avanzado. Ante la agresión criminal crece
la autodefensa. En las ciudades se dan choques cada vez mas constantes con
las fuerzas represivas y casi todos los eventos de trabajadores y pobladores
se aprueban la constitución de grupos de autodefensa. Y en el campo, las
rondas campesinas, que tienen una orientación clasista y revolucionaria,
ganan terreno a las fuerzas represivas y las rondas paramilitares.
El punto más alto de este ascenso lo constituye el reinicio de la lucha armada. Ella es continuidad de todo el largo recorrido de lucha de nuestro pueblo y producto de las jornadas de este último decenio.
Primero fueron los compañeros del Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso). Quienes tomaron las armas en 1980. Expresan, en realidad, la desesperación de la pequeño burguesía agraria, golpeada por la crisis y el centralismo, y obligados a saltar a nuevos niveles de lucha por la crisis de su ideología: el maoísmo. Ese carácter de clase queda sumamente claro en su renuncia al marxismoleninismo, reemplazándolo por el "maoísmo pensamiento Gonzalo" aún cuando se la presente como la cuarta etapa del Marxismo-Leninismo, no hay corriente que renuncie a la ideología del proletariado y lo confiese abiertamente, siempre se presentan como los "superadores"; en su negativa a asumir el carácter socialista de la revolución que ya Mariátegui sostenía en 1930, reemplazándolo por la "nueva democracia" que más parentesco tiene al Haya inicial que con el Amauta; en su miedo a aceptar la hegemonía de la clase obrera en la revolución, reemplazándolo por el campesinado que siendo el más firme aliado tiene una serie de limitaciones o el Partido, cuya composición es esencialmente pequeño burguesa también: por su sectarismo enfermizo que niega la existencia de otras fuerzas revolucionarias y democráticas en el pueblo confundiendo su voluntad con la realidad en una verdadera desviación idealista, causando, además, grave daño al conjunto del pueblo; por su relación autoritaria con las masas, pues concibe al pueblo no como la gestora de la revolución sino como masa que tiene que aceptar la autoridad del "Partido"; por la versión mesiánica del dirigente que reemplaza la concepción revolucionaria de los jefes de las masas, por la concepción caudillesca, propia de la práctica política de las clases dominantes en el país. A pesar de estas limitaciones, el aporte central del PCP (SL) está precisamente en haber pasado a la lucha armada acelerando la polarización de la lucha de clases.
Como resultado de este ascenso,
surge también la forma más avanzada de la lucha políticomilitar: el MRTA
(1983), que representa los intereses del proletariado, pero que apela a
todos los sectores del pueblo. colocando como eje de acumulación la lucha
armada, busca organizar a todo el pueblo para una guerra revolucionaria
victoriosa. Lucha por el socialismo, resolviendo en sus inicios las tareas
democráticas y antiimperialistas pendientes, y batalla por la unidad más
amplia de todas las fuerzas del campo popular. Nuestra conversión en una
fuerza políticomilitar expandida por todo el país, con un trabajo de masas
cada vez más sólido, con la construcción de la fuerza estratégica en los
pocos años de existencia como organización política, demuestra el potencial
de la alternativa revolucionaria.
Así, hemos llegado al momento definitivo de la historia de nuestra patria.
Al momento en que las fuerzas de nuestro pueblo están tensándose para recuperar,
de una vez y para siempre, la libertad de nuestra patria. La hora en que
tras un largo recorrido, nuestro pueblo alcance la justicia. Al momento
de reiniciar el truncado camino del desarrollo de nuestra patria. Ello sólo
es posible ahora, con la Revolución Socialista.
Para ello, hoy deben unirse, en un solo crisol, la organización, la conciencia
y las armas en las manos del pueblo peruano que, como ninguno, ha regado
este camino con mares de sangre que fructificarán en una patria libre, digna
y justa, para marchar, junto con nuestros hermanos de América Latina, hacia
la patria grande con la que soñaron nuestros padres revolucionarios.
*Extractos de un documento del MRTA: "Historia de las luchas del pueblo
peruano".
Fuente: www.geocities.com/guerrillasenlatinoamerica
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Las
guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (1º parte)
La influencia de Mariátegui
José Carlos Mariátegui, fundador el comunismo peruano, sólo vivió 35 años
en los que escribió numerosos escritos filosóficos y sociohistóricos que
lo llevaron a ser considerado por algunos autores como el pensador marxista
más importante de América Latina. Siendo acusado, al mismo tiempo, de "nacional-populista
indoamericano" por autores soviéticos, de "europeista" por sus antiguos
camaradas del APRA y de "heterodoxo" por muchos marxistas en el mundo.
Su pensamiento se caracteriza por la fusión entre los planteamientos marxistas
europeos más avanzados en su época y las tradiciones milenarias de la comunidad
indígena, en un intento por asimilar en un marco teórico marxista la experiencia
social de las masas campesinas.
El autor intentó estudió los modos de producción precolombinos intentando
encontrar ciertas tradiciones colectivistas que pudieran determinar un comportamiento
del campesinado latinoamericano distinto al del pequeño campesino europeo
descrito por Marx en el 18 Brumario. Así como analizar la naturaleza de
la doble opresión a la cual están sometidos: Etnico-cultural y económica
social.
"Es interesante señalar que esta problemática será abordada, después de
él, sobre todos por los "herejes" y disidentes dentro del marxismo del continente
y más tarde por la corriente castrista". (Löwy Michael; El Marxismo en América
Latina, Ediciones Era 1982, pág 103)
Para el autor peruano el problema indígena se identifica con el problema
de la tierra, siendo el latifundio feudal el causante de la explotación
y la dominación absoluta de las masas indígenas por la clase propietaria.
Es tarea de los revolucionarios, de la propaganda política y del movimiento
sindical -sostiene- cooperar en dar un carácter organizado, sistemático,
definido, a esta reivindicación.
La reivindicación indígena carece de concreción histórica afirma Mariátegui
mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Sólo el socialismo
enseña a plantear el problema indígena como reivindicación económica y política.
"Hemos dejado de considerarlo como el problema étnico o moral para reconocerlo
concretamente, como problema social, económico y político. Y entonces lo
hemos sentido, por primera vez, esclarecido y demarcado". (Mariátegui José;
Prólogo a la tempestad de Los Andes, en El Marxismo en América Latina, pág.
99)
Para el fundador del comunismo peruano las tradiciones colectivistas de
los Incas tienen una gran importancia como elemento favorable al desarrollo
del comunismo entre las masas campesinas e indígenas de la región andina.
Este punto fue retomado posteriormente por Abimael Guzmán en el período
de estudio "Reestudiar a Mariátegui" que vivió el incipiente PCP-Sendero
Luminoso a principios de los 70. Hay que señalar que la hegemonía del proletariado
siguió siendo para este autor la condición del paso al socialismo, tal como
lo sostenían la mayoría de sus correlegionarios contemporáneos en el mundo.
Guerrillas del 65: la primera experiencia
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Siguiendo la metodología Guevarista
la guerrilla peruana se da principalmente en 1965, en plena presidencia
de Fernando Belaúnde Terry, aun cuando tiene raíces anteriores, tal como
sucedería 15 años después.
Sus vertientes son de tres tipos, fundamentalmente. Uno es el sector desgajado
del APRA; otro proveniente de las filas del Trotskismo y un tercero derivará
de un sector juvenil del partido comunista, que como en el resto de América
Latina, por esa fecha rechazaba la vía insurreccional.
El primer sector provenía de las filas del APRA que en 1948 intentó provocar
una insurrección para evitar el golpe militar del general Odría, luego de
que había vuelto a la legalidad bajo el gobierno de Bustamante y Rivera.
Este intento insurreccional fue el más completo fracaso y la orden de Haya
de la Torre de detenerlo llegó cuando la marina ya se había sublevado en
Callao. La persecusión que inició el nuevo gobierno contra el APRA culminó
en el cambio en los planteamientos de Haya de la Torre quien participó en
los gobiernos de Odría y luego de Prado. Conjuntamente este partido perdió
influencia entre sectores de obreros y campesinos que participaban en huelgas
prolongadas. El APRA abogaba por reducir las exigencias de los trabajadores
para no poner en peligro la estabilidad del régimen democrático.
En 1958 la Federación de Construcción Civil se retiró de la Central de Trabajadores
Peruanos. La izquierda comenzó a controlar la Federación de Empleados Bancarios,
la Federación de Estudiantes y la federación Nacional de Educadores, todos
bastiones del aprismo. Una década después formaría parte de la Confederación
General de Trabajadores del Perú.
Un sector radical al interior de este partido se mostró tremendamente crítico
frente a la convivencia que se sostenía con el presidente Prado. El 12 de
octubre de 1959, en medio de un Congreso Nacional del APRA, el grupo fue
expulsado y forma tienda aparte. Nace el APRA Rebelde, liderada por el abogado
Luis de la Puente.
Rápidamente el APRA Rebelde rompe completamente con su partido madre, incorporando
a sus filas a elementos marxistas, el partido irá tomando esa definición
paulatinamente y al decir de Luis Mercier "así se mantuvo hasta que el desarrollo
de la revolución cubana generalizó una tendencia política castrista y legitimó,
en cierta forma a lo largo de sus primera etapa, el pragmatismo revolucionario
que eludió la adhesión a una ideología plenamente sistematizada". (Mercier
Luis; Las Guerrillas en América Latina, Páidos, pág. 148)
El APRA Rebelde luego de diversas discusiones políticas decide marginarse
del sistema democrático, cambiando su nombre por el de Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR), proclamándose marxista leninista.
El 7 de febrero de 1964, Luis de la Puente pronuncia un discurso en la Plaza
San Martín donde señala que la crisis del Perú es la crisis del sistema,
constituyendo la democracia representativa una farsa que no sirve para los
tiempos que se estaban viviendo en esa nación. De la Puente decía que el
proceso insurreccional en el Perú asumiría las características de una "revolución
agraria", comenzando por la invasión campesina a los latifundios, para después
proyectarse en las barriadas marginales de las ciudades. La articulación
de ello estaría, por cierto, a cargo del partido revolucionario.
La preocupación por el partido revolucionario hace que De la Puente considere
al MIR como fuerza transitoria. Para él la unidad de la izquierda es necesaria
para el triunfo de la revolución, pero el "partido de la revolución peruana
se formará dentro del proceso insurreccional y sus cuadros y dirigentes
surgirán de la lucha misma.
Es decir para comenzar el proceso insurreccional no se ve necesario la existencia
de una vanguardia consolidada, al estilo leninista ortodoxo, sino que basta
el impulso de un grupo de audaces, que incluso se enfrente en el plano ideológico
con la izquierda tradicional. La fuerza política surge de la lucha. Luego,
la guerrilla como acción antecede a las preocupaciones ideológicas. Tal
es la característica de la guerrilla peruana de la década del 60. Después,
con Sendero Luminoso, se pensará distinto.
El MIR desarrolla cinco frentes de combate dentro de la tesis foquista:
Túpac Amaru, Atahualpa, César Vallejos, Manco Inca, Pachacutec. El primer
foco comenzó sus acciones en la zona de Mesa Pelada, y establece un segundo
frente, el Túpac Amaru, en Púcuta, bajo el mando de Guillermo Lobatón.
En carta enviada desde el campamento Illarce Ch'aska, Luis De la Puente
fue describiendo el proceso vivido. "Pensamos que nuestra insurrección iniciada
por las acciones guerrilleras se transformará, en un breve plazo, en una
revolución agraria en las montañas y en el campo, y que las masas, respaldará
a los grupos armados y dirigidas por el partido revolucionario, invadirán
masivamente las tierras de los grandes propietarios y un poco más tarde
explotará la bomba de tiempo de los arrabales marginalizados que rodean
a las ciudades de la costa". (Mercier Luis; Las Guerrillas en América Latina,
pág. 147)
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El esquema guerrillero del MIR
se basaba en los siguientes puntos:
1-) Consideraban que se hallaban presentes las condiciones objetivas y subjetivas
para la lucha armada.
2-) En ese cuadro las masas deben poner como meta inmediata la toma del
poder.
3-) En una primera etapa, la insurrección tomará la forma de guerra de guerrillas,
y más tarde se pasará a la forma de guerra de maniobras, para llegar a la
guerra de posiciones.
4-) Dado el carácter campesino que ellos ven del Perú, la insurrección debía
comenzar en el campo, concretamente en la sierra cordillerana. Como en esos
lugares la comunicación no es fácil, por la geografía, se debía instalar
varios focos guerrilleros. Estos focos servirán para atraer por sí solos
el apoyo de la población.
Cuando el presidente Fernando Belaúnde recurre a las Fuerzas Armadas, capacitadas
para la lucha contrainsurgente, para enfrentar a la guerrilla el destino
del MIR estaba señalado. Los seis meses de enfrentamientos, en que se movilizaron
5 mil hombres del Ejército, Marina, Aviación y Fuerzas Policiales dejaron
38 bajas de su parte, 65 menos que las causadas por el Ejército ecuatoriano
en 1941.
Por parte de los guerrilleros del MIR la derrota es total, sus dirigentes
muertos y los focos desarticulados. En 1966 se reunirá su comité central
arribando a dos conclusiones: afirman que la actividad revolucionaria no
alcanzó los niveles político militares requeridos para la lucha armada,
y además, que los guerrilleros no conocieron en profundidad la sicología
del campesinado, por lo cual éste terminó prestándoles nulo apoyo. Como
destaca Alberto Flores Galindo no habían podido confundirse con la población
serrana, lo que requería una labor paciente obtener confianza de los campesinos,
sumado a que las armas llegaron tarde. "Ese fue el balance que muchos hicieron
de aquel desencuentro entre organizaciones políticas y el movimiento campesino.
Pese a ello el MIR desbrozó el camino por el que, desde 1980, comenzaron
a transitar importantes sectores de la izquierda peruana". (Simon Yehude;
Estado y Guerrillas en el Perú de los 80; Instituto de Estudios Estratégicos
y Sociales, Perú 1988, pág. 78)
Una segunda vertiente guerrillera proviene del trotskismo, concretamente
del partido obrero revolucionario, POR. Destaca allí Hugo Blanco, aunque
también Ismael Frías (columnista de revista equis). Blanco durante su estada
en Argentina perteneció al grupo Palabra Obrera, dirigido por el profesor
de la Universidad de La Plata Hugo Bressano, conocido mundialmente como
Nahuel Moreno, uno de los jefes de la IV Internacional.
Como señala Richard Gott, Perú, junto con Guatemala y Brasil, son los tres
países de Latina en que los trotskistas estuvieron más activos. Pero Perú
es el único país donde hallaron un dirigente nativo que a la vez era un
apóstol convencido de la fe. Blanco creía, siguiendo las enseñanzas del
creador del Ejército Rojo, que el proceso revolucionario peruano marcaba
el fin de la teoría estanilista de la "revolución por etapas", que afirmaba
-como dogma para todos los comunistas- que la revolución sólo podía ser
burguesa democrática y que los capitalistas locales, a los que llama burgueses
progresistas, se unirían a su causa de lucha contra el latifundio y el imperialismo.
Blanco, secretario general de la Federación Provincial de Campesinos de
La Convención y Lares, participa primeramente en agitaciones campesinas,
que luego se transformaron en huelgas campesinas de carácter revolucionario.
Blanco forma el Frente de Izquierda Revolucionaria, FIR, integrado por el
POR, por el PC leninista (Luis Zapata Bordero, que luego dará origen a Vanguardia
Revolucionaria) y sectores sueltos. Su acción se desarrolla principalmente
en El Cuzco, y concretamente en los valles de La Concepción de la sierra,
en el sur del Perú. En 1962 después del golpe de Estado que derroca al presidente
Prado los militares -que ocupan por un año el poder- detienen a la guerrilla,
que apenas se había insinuado, procediendo a derrotarla en sus núcleos originarios.
Hugo Blanco fue detenido y condenado a 20 años de cárcel. Fue amnistiado
por el gobierno del General Velasco Alvarado en 1970 y al año siguiente
deportado a México.
Al analizar críticamente lo sucedido Blanco afirma que no fue el material
humano el que faltó, ya que los propios campesinos se convirtieron en vanguardia,
sino que organizarlos partidariamente en un núcleo disciplinado, completamente
consciente del papel que le correspondía en el proceso.
"Es muy posible que la guerrilla rural sea una de las formas que va a tomar
la lucha armada en el Perú; pero no podemos afirmar que sea la principal.
Nos parece que cuanto más extenso y uniforme sea el movimiento, cuanto menos
espontáneo sea, mayor importancia tendrán las milicias, relativamente estables,
tanto urbanas como rurales. A nosotros, fue precisamente el aislamiento
el que nos obligó a convertirnos de milicia en guerrilla". (Blanco, Hugo;
Tierra o muerte: las luchas campesinas en el Perú, Siglo XXI, 1972)
El tercer grupo insurreccional que se convirtió en foco guerrillero fue
el salido del PC, dirigido en un principio por Javier Heraud, quien muere
en un enfrentamiento en la localidad de Puerto Maldonado en mayo de 1963
cuando se dirigía con otros guerrilleros a apoyar los levantamientos de
Hugo Blanco, y posteriormente por Héctor Béjar Rivera.
Este grupo junto con trostkistas disidentes, y militantes de diversos pequeños
grupos, forman el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sobre sus inicios
Béjar dirá que el ELN no quiso constituir un partido -y con ello no quiso
ser vanguardia organizada- por cuanto pensaban, como los miristas, que el
partido de la revolución surgiría de la lucha misma.
Se consideraban una "asociación libre de revolucionarios" y un equipo militar
disciplinado. En cuanto al nombre representaba más que una realidad presente
un objetivo futuro de la tarea iniciada: la conformación del ejército revolucionario
por todo el pueblo, toda la masa sin partido.
Béjar posteriormente se incorpora a la vida política sistémica a requerimientos
del general Velasco Alvarado. situación similar sucedió con Hugo Blanco
que incluso se presentó a las elecciones presidenciales de 1980.
La principal crítica a las guerrillas del 65 provino de los propios involucrados,
por ejemplo el ex-comandante del ELN al analizarlas retrospectivamente afirma
que fueron grupos surgidos de la pequeña burguesía, desencantada por el
no cumplimiento de las promesas del gobierno de Belaúnde, e influenciados
por la mística y por la ideología de la revolución cubana, que a través
de la insurrección pretendieron romper el statu quo de la legalidad burguesa.
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Las consecuencias de estas breves
experiencias guerrilleras provocaron profundas huellas en la vida política
peruana, aunque no afectaron la estabilidad democrática de ese período.
Las raíces que comenzaron a surgir en esos años, así como el análisis de
los errores cometidos, llevaron a que una década después surgieran nuevos
grupos guerrilleros ahora sí con un sustento ideológico, organizativo y
militar fuerte que afectó la gobernabilidad y la estabilidad de la democracia
emergente de la década de los 80.
Muchos militantes de los grupos guerrilleros del 65 se incorporaron a la
vida política democrática, otros crearon facciones que se mantuvieron latentes
esperando un nuevo brote guerrillero, como ocurrió con el MIR Revolucionario,
que participó en la fundación del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA). Pero no fue sólo el análisis de los errores cometidos el que los
llevó a variar sus lineamientos estratégico-tácticos, sino que la experiencia
de los grupos guerrilleros urbanos de los 70 y el aporte de la triunfante
Revolución Sandinista se convirtieron en la luz que iluminó su accionar.
Por otro lado, el fracaso de la teoría del foco y de las guerrillas urbanas
en todos los países en que se implementó fortaleció las posiciones de los
maoístas miembros del PCP-Sendero Luminoso, que luego de más de 10 años
de paciente espera iniciaron su larga marcha.
EL MRTA: HEREDEROS DE GUEVARA Y LAS GUERRILLAS DEL 65
En 1980 año en que termina la transición política y comienza la consolidación
democrática, pero que también marca el comienzo de la acción de Sendero
Luminoso, un grupo de antiguos militantes del MIR, de la guerrilla del 65,
ex-apristas, del Partido Socialista Revolucionario Marxista Leninista, del
Movimiento Revolucionario Velasquista, conforman una nueva organización
que toma el nombre provisorio de: Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.
ORIGEN
Este grupo durante los dos años siguientes desarrolla un trabajo de discusión
ideológica, política y militar para definir lo que serían sus posiciones
políticas, en lo que constituye su primera etapa. A partir de marzo de marzo
de 1982, adopta oficialmente ese nombre, en memoria del indígena peruano
José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, cacique de Tungasuca que se rebeló
contra la dominación española el 4 de noviembre de 1780. Ese mismo año pasan
a la segunda etapa de su historia: "la acumulación de fuerzas" que consiste
en la incorporación de militantes para preparar las condiciones para su
accionar. En 1984 abre la tercera fase: "la de propaganda armada, cuyo objetivo
central no es la derrota o el aniquilamiento de las fuerzas vivas del enemigo,
sino el darse a conocer al pueblo peruano, principalmente de llegar a las
conciencia de las masas".(Combatiente El; Revista del MIR C- Militar chileno,
Nº 20, abril 1991, pág 9)
El 28 de julio de 1984 se hizo público, por primera vez, el nombre del MRTA
a través de un embanderamiento masivo. La bandera tupacamarista es similar
al emblema peruano, pero lleva en la franja blanca la imagen de Túpac Amaru
II rodeado de un fusil y una porra incaica que se cruza en "V", con las
siglas MRTA. Además, durante ese período atacó el puesto policial de Villa
El Salvador en Lima, robó el sable de San Martín y la primera bandera peruana.
En esa ocasión realizó una incursión a la localidad de Tabalosos que originó
un gran efecto político y sicológico a nivel nacional e internacional.
Al igual que otros grupos del continente, como el M-19, el MRTA realizó
sus primeras acciones buscando símbolos que le dieran legitimidad en la
sociedad. "Robaron esa espada para apoderarse de un símbolo nacional y para
dar a entender que librarían la segunda guerra de emancipación. con eso
decían: nosotros somos los detentores de la legitimidad nacional. Sendero
con los perros colgados, lo que pretendían era colocar una barrera entre
ellos 'los legítimos herederos del maoísmo', y los demás". (González Raúl;
Una larga agonía: conversando con Henri Favre; Revista Qué Hacer, Nº54,
agosto-septiembre 1988, pág. 50)
IDEOLOGIA
A diferencia de lo sucedido con Sendero Luminoso poco se ha estudiado la
concepción político-ideológica del MRTA. Principalmente existen análisis
de sus acciones de propagandas armadas, subestimando aquellos elementos
programáticos que definen su personalidad política.
En ello sus propios militantes tienen responsabilidad, pues no han dado
la importancia del caso a la difusión de su línea, bajo la justificación
de sustraerse de un debate principista, al que ha sido tan adicta la izquierda
peruana.
En el documento "MRTA-MIR: Unidad para la revolución", de diciembre de 1986,
se resumen sus principales presupuestos teóricos. El MRTA pretende buscar
en lo profundo de la historia del Perú, sus raíces y la justificación de
su existencia como organización política.
"A sí mismo, se consideran como una prolongación de las luchas del pueblo
peruano: desde la resistencia indígena al colonialismo español, pasando
por la revolución de Túpac Amaru II -que da origen al nombre- hasta nuestros
días. En lo anterior se percibe el intento de resolver la compleja relación
entre socialismo y nación en una sociedad como la nuestra, en que la cuestión
nacional continúa siendo un problema pendiente para la revolución".( Simon
Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág. 119)
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Se autodefinen como una organización
político militar de origen marxista leninista, no ortodoxa, continuadora
de las Guerrillas del 65 y del Che Guevara, e influenciados por todas las
experiencias guerrilleras latinoamericanas, principalmente la sandinista.
Pero no niegan su vocación nacionalista que les ha permitido realizar alianzas
tácticas con otros partidos políticos de izquierda peruanos.
El marxismo leninismo lo entienden como lo formuló José Carlos Mariátegui:
no como calco o copia, sino como creación heroica. Insisten que el marxismo
leninismo no es un cuerpo religioso repleto de verdades inapelables, sino
un dinámico conjunto de leyes y principios que se nutren con lo más avanzado
del pensamiento y la praxis revolucionaria de la época. Esta visión es la
que los lleva, por ejemplo, a plantear la apertura hacia las diversas corrientes
del campo popular, que van desde los cristianos de izquierda hasta el pueblo
aprista.
El MRTA, por otra parte, afirma explícitamente su total autonomía respecto
de cualquier país socialista o centro ideológico internacional, mostrando
distancia con esta afirmación de Cuba o Nicaragua.
Afirman que la suya "es una corriente político-ideológica que se está construyendo
en la lucha, ajena a las divisiones y conflictos entre los Estados socialistas
son más compromisos que los que existen con la causa histórica de nuestro
pueblo y las obligaciones del internacionalismo proletario". Y añaden: "Somos
parte del movimiento revolucionario latinoamericano, que bajo las banderas
del Che Guevara le dieran una nueva actitud y perspectiva a la izquierda
del continente. no obstante cuestionan a quienes dogmáticamente califican
al campo socialista de "socialimperialista" -refiriéndose explícitamente
a Sendero Luminoso-. (Ibídem., pág. 119)
La revolución socialista es establecida en su programa como su objetivo
final. Creen que el socialismo es la única salida a la profunda crisis del
sistema imperante y para llegar a él consideran que es necesario transitar
por una primera etapa, dentro de las cuales las tareas nacionales y democráticas
tienen un peso importante: resolviéndolas es que se despejará el camino
al socialismo. Afirman que mientras más se retrase la revolución, más patética
serán las deformaciones del capitalismo dependiente (miseria, desocupación,
depredación de los recursos naturales, estancamiento agrario, centralismo).
El análisis de la realidad peruana les muestra un país capitalista dependiente
y deformado, que mantiene relaciones de producción pre-capitalistas. Ven
como sujeto histórico de la revolución a la clase obrera, en alianza con
el campesinado y aglutinando en torno suyo al conjunto del pueblo. De este
modo, la construcción de la nación peruana, la solución de la cuestión agraria,
el fin del centralismo burgués, la reedificación de la relación agricultura-industria,
la reestructuración de la industria y la ruptura de cualquier lazo de dominación
y dependencia imperialista, son tareas que sólo puede resolver plenamente
en el socialismo.
La condición indispensable de este proceso de transformaciones -que impulsa
el MRTA- es la construcción de un nuevo Estado. Este, edificado sobre los
escombros de la vieja maquinaria estatal burguesa, será expresión de la
democracia directa de las masas a través de sus órganos de poder popular
y se sostendrá en las fuerzas armadas revolucionarias y el pueblo organizado
en milicias.
La revolución peruana afectará, a su vez, a los intereses del imperialismo
y la gran burguesía, cuyos bienes serán confiscados y pasarán a manos del
nuevo Estado para conformar el área socialista de la economía. Así se pondrá
en práctica un planificación democrática, que progresivamente se convertirá
en el eje organizador de la reproducción económica y social; y se mantendrán
formas plurales de propiedad, coexistiendo el área estatal socialista, el
área cooperativa, y el de la pequeña y mediana propiedad privada, dentro
de un proceso de transición en que la primera área es la predominante.
El MRTA considera, finalmente, que dentro del nuevo Estado que propugna
es factible la más amplia libertad política y cultural del pueblo. Cree,
así, que la libertad burguesa de hoy es fetichista porque da una falsa igualdad
jurídica a quienes se encuentran desigualmente ubicados en la sociedad;
y que logrando superar los abismos sociales que separan a los peruanos,
se alcanzará la verdadera libertad.
El MRTA se define a si mismo
como un factor en la construcción de la dirección estratégica de la revolución
peruana. Esto es crucial dentro de su estructura partidaria: si bien posee
la mística y la autoconfianza sin la cual una organización política no puede
desarrollarse, erradican, en cambio, la noción de la autoridad cuasi papal
del partido único y exclusivo. No es fortuito, entonces que uno de los ejes
de su política sea precisamente la búsqueda de la unidad más amplia de la
izquierda y el pueblo en general, como tampoco lo fue su unificación con
el MIR.
Como señala el comentarista político Víctor Hurtado, de la revista Visión
Peruana, en abril de 1986, cuando apareció el MRTA el escenario del campo
popular se encontraba copado por el PCP-SL y la Izquierda Unida. Ambos habían
logrado, cada uno en su terreno, una fuerza considerable. Por ello, no existía
espacio para nuevos proyectos.
Esta tesis fue compartida por muchos analistas y políticos que estimaban
que era casi imposible que los tupacamarus pudieran abrirse un espacio entre
estas fuerzas encontradas. Sin embargo, la dinámica política peruana llevó
en los años siguientes a una caída estrepitosa de la IU, y su vía política,
y un incremento en el posicionamiento del MRTA, con su proyecto, en el escenario
de guerra que se vivía en el Perú.
Estrategia y tácticas
Pero cómo el MRTA piensa que logrará los objetivos anteriormente señalados:
A través de la "Guerra Revolucionaria del Pueblo", concepción estratégica
que implica un complejo entrelazamiento de factores ideológicos, políticos,
sociales, económicos y militares en torno a un eje estratégico: la lucha
armada.
Algunos de sus lineamientos estratégicos de dicho proyecto son los siguientes:
1-) La Guerra Revolucionaria es un proceso en que concurren diversas formas
de lucha y de organización, las mismas que se supeditan a la lucha armada;
2-) Es necesaria la construcción tanto de la "fuerza política" como de la
"fuerza militar" del pueblo, en la medida en que ambas tareas se impulsan
paralelamente y no la segunda después de la primera; y
3-) La guerra revolucionaria se desarrolla donde están las masas, tanto
en las ciudades como en el campo. No obstante estiman que cada escenario
tiene sus particularidades: mientras en el campo buscan construir su fuerza
militar regular (el Ejército Tupacamarista), consideran a las ciudades como
los centro de luchas principales político y social, donde lo militar tiene
la función de auxiliar la guerrilla rural y preparar las condiciones para
la ofensiva insurreccional del pueblo.
Es necesario señalar que las derrotas de la mayoría de las experiencias
foquistas y de guerrilla urbana en América Latina, más que mostrarles un
camino errado en pro de sus objetivos, sólo los llevo a realizar ajustes
en la construcción estratégica, tratando de contar, al mismo tiempo, con
una base social y política sólida tal como la conseguida por los sandinistas.
Pero al igual que el Che Guevara apuntan a que las condiciones para una
revolución pueden ser apuradas por un pequeño grupo guerrillero, urbano
o rural. Convirtiéndose este grupo en el fósforo que encienda el pajar en
que están parados, dado la crisis global que sacude a ese país, que provoca
-a su juicio- las condiciones objetivas y subjetivas precisas para el estallido
insurreccional.
Las
guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (2º parte)
Esta idea quedó reflejada en 1984 cuando junto con iniciar acciones urbanas
de propaganda armada en Lima, sus máximos esfuerzos estuvieron dirigidos
a organizar un foco guerrillero rural en la provincia de Paucartambo, en
el departamento del Cusco.
La detención de una decena de tupacmaristas y la confiscación de importantes
pertrechos militares e información desbarató esta operación, que recordó
a muchos peruanos las experiencias guerrilleras de 1965. Este revés, no
muy recordado por los analistas políticos peruanos, los obligó a postergar
esta acción por tres años.
La tercera etapa, llamada de propaganda armada, terminó en el tercer trimestre
de 1987, iniciándose en octubre de ese año, la cuarta etapa: De la guerrilla
rural. El MRTA ingresó, así, a un nuevo período de su existencia: el de
la construcción del ejército tupacamarista. De esta forma en las selvas
del Departamento de San Martín los tupacamarus pusieron en práctica su concepción
del desarrollo de la prolongada Guerra Revolucionaria del Pueblo.
Su máximo dirigente el Comandante "Rolando" (Víctor Polay Campos) en diversas
entrevistas ha sostenido que una de las tesis que más caracteriza la experiencia
tupacamarista es que "la revolución no puede ser muda". "Nosotros pensamos
que si hay una cosa que no puede ser muda es la revolución. La revolución
tiene que ser un acto pedagógico, un acto de explicación a las masas". (Extraña
propuesta de paz, entrevista con Rolando, Caretas, Nº 981 Lima 16 de noviembre
de 1987, págs. 9-13)
La aplicación de esta tesis ha llevado a que desde sus inicios, el MRTA
ha reivindicado todas y cada una de sus acciones, explicando su justificación
política; y buscando hacer públicas sus propuestas. Las conferencias de
prensa, las entrevistas, la propaganda intensa, etc., son parte de la permanente
actividad para comunicarse, de la manera más clara y sencilla, con millones
de peruanos. Hacer política para las mayorías populares y no para una vanguardia
radicalizada es, entonces, uno de sus lineamientos.
"De allí su preocupación porque cada acción guerrillera tenga un significado
digerible por las amplias masas populares. A esta política fue correspondiendo
por ejemplo, su decisión de suspender unilateralmente las hostilidades contra
el nuevo gobierno aprista: no bastaba que la vanguardia estuviera clara
sobre las posibilidades y perspectivas de Alan García; era necesario que
el pueblo también lo estuviera y que, a partir de su propia experiencia,
comprobase la imposibilidad histórica del APRA, que en esa oportunidad pretendió
encubrirse bajo la promesa de una "gobierno nacionalista, democrático y
popular". (Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág.
116)
El Comandante "Rolando" señala que otro de los principios del MRTA es que
las armas y la acción armada son instrumentos para hacer política, actuando
con ellas en las coyunturas y respondiendo con iniciativas políticas a los
diversos problemas del país. Reconocen, de esta forma, que no se acumulan
fuerzas en frío ni al margen de los momentos políticos que se viven. Otra
de sus preocupaciones permanentes es tener una política amplia y madura,
que busque sumar masas y unir a todas las fuerzas de una izquierda peruana
cargada de sectarismos, por eso los mensajes del MRTA buscan ser mensajes
de unidad a diferencia de lo que sucede con los de Sendero Luminoso.
La necesidad de combinar todas las formas de lucha en el proceso de acumulación
de fuerzas revolucionarias para la toma del poder, es igualmente otro de
sus lineamientos. "De ahí que el MRTA estime que no existen formas de lucha,
en sí y de por sí, que sean revolucionarias ni que puedan ser condenadas
como reformistas. El papel revolucionario de una forma de lucha está dado
por la ubicación dentro de una estrategia global político- militar, cuyo
eje -según los tupacamarus- es la lucha armada. Por ello el MRTA no renuncia
a la lucha electoral o parlamentaria: estima que éstas pueden cumplir un
rol importante en la acumulación de fuerzas, siempre y cuando contribuyan
a la organización revolucionaria del pueblo". (Ibídem., págs. 117 y 118)
ACCIONES
HIMNO A TUPAC
AMARU Tupac Amaru Padre del trueno ya esta naciendo tu gran nación ya están prendiendo tus guerrilleros grandes fogatas de insurrección Tupac Amaru cóndor de fuego brama en el pueblo tu corazón eres incendio en los combates canto y banderas de rebelión Tus hijos saben que de su pobreza no comerá ya mas el patrón por fin el pueblo no será esclavo ni habrán cadenas de explotación Tupac Amaru Padre del trueno ya esta naciendo tu gran nación ya están prendiendo tus guerrilleros grandes fogatas de insurrección Tupac Amaru hijo del sol quema tu sangre, arde tu voz te esperan los oprimidos Túpac Amaru libertador Tupac Amaru Padre del trueno ya esta naciendo tu gran nación ya están prendiendo tus guerrilleros grandes fogatas de insurrección |
Los primeros años de acciones
del MRTA mostraron a un grupo buscando a través de acciones espectaculares
rememorar el aire de romanticismo que tuvieron las guerrillas del 65 en
el Perú y en otros países de América Latina. Los atentados selectivos fueron
considerados por este grupo como "acciones concretas y puntuales" a diferencia
de Sendero Luminoso que "ha hecho uso indiscriminado de ellas", tal como
lo señalan en el documento de línea militar de su III Pleno. Pareciera en
este sentido que, el MRTA tratara de mostrar una imagen positiva, en la
línea de la guerrilla latinoamericana de los años sesenta.
En los primeros años de su funcionamiento el MRTA tampoco desarrollo secuestros,
como ocurría algunos años después entrando en funcionamiento las llamadas
"cárceles del pueblo", muy al estilo tupamaro uruguayo. "Porque es una organización
pequeña, el MRTA requiere relativamente de poco dinero para apoyar sus operaciones.
A través de robos y actividades de extorsión a hombres de negocios y narcotraficantes
el MRTA parece captar los suficientes recursos para su accionar". (Yaeger
Carl; Tupac Amaru Revolutionary Movement; TVI Profile, pág.3)
El período de acciones más bien propagandísticas que militares llegaron
a su fin el 9 de enero de 1990 con el asesinato del general (R) Enrique
López Albújar que marcó un endurecimiento en la línea política que pretendía
mostrar el MRTA. Desde ese momento asume el asesinato selectivo como algo
habitual de su acción insurreccional. Aún sin caer en un terrorismo que
responda a objetivos estratégicos, como Sendero Luminoso, el MRTA varió
desde esa fecha su accionar que siempre respondía a la coyuntura, dando
la impresión de estar siempre en una constante propaganda armada, buscando
"causas justas" por las cuales luchar, para justificar la vía armada.
Desde 1991 el MRTA comenzó a vivir un fuerte período de fraccionamiento
entre dos tendencia claramente identificables: una más política que pretende
reincorporarse en un futuro cercano a la legalidad y una militar dura e
intransigente, que no acepta el diálogo político y lo rechaza terminantemente.
En los acuerdos de su Comité Central de 1991 ratifican su lineamiento político
"la estrategia del MRTA no ha variado un ápice, porque las condiciones de
vida del pueblo peruano siguen siendo aún peores. Y esta estrategia es la
de la Guerra Revolucionaria del pueblo, la combinación de todas las formas
y métodos de lucha, articulados alrededor de su eje principal -que es la
lucha armada- hasta conquistar el poder para ponerlo al servicio de la patria
y el pueblo". (Instituto de Defensa Legal; Perú: hoy: en el oscuro Sendero
de la Guerra; Lima 1992, pág. 84)
PCP-SENDERO LUMINOSO: LA CUARTA DAGA DEL MARXISMO
El Partido Comunista del Perú, más conocido como Sendero Luminoso, ha sido
en la década del 80 el grupo más activo en de la tercera oleada guerrillera
que se inicia con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979. Sendero
Luminoso comparte con todos los grupos de este período una práctica política
que busca generar ingobernabilidad en los países respectivos, cuestionando
la legitimidad no de los gobiernos militares como en la década anterior,
sino que de las incipientes democracias que surgieron en el continente.
Estos grupos, entre los que destacan las FARC y el M-19 en Colombia; "Alfaro
Vive Carajo" en Ecuador; Sendero Luminoso y el MRTA en Perú; mantienen el
voluntarismo de la época guevarista, pero en su táctica están más integrados
los condicionamientos que el medio nacional les impone.
Sin duda, el grupo que más ha afectado la gobernabilidad y la estabilidad
democrática de un país latinoamericano en las últimas décadas ha sido Sendero
Luminoso, el grupo insurreccional más radical de los que han existido en
el continente, sólo comparable con el Khmer Rouge en Camboya. Los senderistas,
llevados por un fundamentalismo ideológico, creen ser los únicos depositarios
de la ortodoxia revolucionaria y que por lo tanto tienen en sus manos, en
las cumbres de los Andes, el provenir de la revolución mundial. Guiados
siempre por su líder -considerado por ellos como la cuarta daga del marxismo-
el presidente Gonzalo. La originalidad de este grupo radica en que son los
primeros en ofrecer una interpretación pesimista del pasado y optimista
a ultranza del futuro a que ellos conducen.
ORIGEN
Respecto de este grupo existen varias corrientes que tratan de explicar
su surgimiento. Las interpretaciones "regionalistas" sostienen que la lucha
planteada por los senderistas encarna una reacción del campo contra la ciudad
(Cinthia MacClintock, 1984). Una segunda visión (la étnica) interpreta a
Sendero como un movimiento reivindicativo de la lucha indígena milenaria
contra los blancos europeos (García Sayán, 1990). "Finalmente una tercer
interpretación es la clasista que considera al grupo como un movimiento
que lucha en contra de la violencia estructural presente en el capitalismo
(Carlos Iván De Gregori, 1993)". (Vázquez Karen, Pérez Aníbal; Violencia,
Represión y Consolidación Democrática: los casos de Perú y Argentina; Universidad
de El Salvador, 1993, pág. 20)
El origen de Sendero Luminoso se encuentra a comienzos de la década del
60, en medio de un contexto internacional donde las pugnas ideológicas chino
soviéticas, provocaron posiciones absolutamente contrapuestas dentro de
las filas del movimiento comunista internacional. En el Perú, el Partido
Comunista Peruano, fundado por Mariátegui, comenzó a vivir este enfrentamiento
entre la ordodoxia soviética y el maoísmo a partir de 1962.
El sector pro-chino, encabezado por Saturnino Paredes y José Sotomayor,
acusó a la dirección del PCP de electorerismo, corrupción y, principalmente
revisionismo, por haber supuestamente abandonado los principios marxistas
leninistas. "Caracterizan a la sociedad peruana como semifeudal y semicolonial,
propugnando asumir inmediata y plenamente la táctica y la estrategia china:
la guerra popular y prolongada. La alianza deseable es para ellos la obrero-campesina
y la fuerza principal de la revolución, el campesinado." (Carbajal Leopoldo;
Sendero Luminoso; la ruta que comenzó a andar; El Diario de Marka, 22 de
enero de 1982; pág. 4)
La división no tardó en producirse y en enero de 1964 este sector da nacimiento
al Partido Comunista -Bandera Roja, que toma el nombre del periódico que
editan. En la división absorben al Comité Regional de Ayacucho, del cual
era parte el Frente de Estudiante Revolucionarios por el Sendero Luminoso
de Mariátegui, que funcionaba en la Universidad San Cristóbal de Huamanga.
"Esta universidad, abierta en 1959, se había consolidado rápidamente como
motor de desarrollo para toda la zona de Ayacucho, en una ciudad pequeña,
cerrada y muy religiosa. "Cuando la universidad comienza a funcionar, Ayacucho
ve roto sus esquemas: los profesores hablan en clases de anatomía de la
reproducción y de las relaciones sociales, yo diría que la ciudad es violentada".
(Revista Quehacer, Nº 19, DESCO, Lima, octubre de 1982, pág. 59)
En 1962 había llegado a la zona Abimael Guzmán Reynoso, quien inmediatamente
se incorpora la staff de profesores y comienza a militar en el PC-Bandera
Roja. Este grupo comenzó una ferviente actividad organizativa, que sobrepasó
rápidamente la Universidad, cuyo punto más alto fue la creación en 1966
del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho.
El nuevo partido encabezado por Saturnino Paredes continuó viviendo en pugnas
internas que llevaron en 1965 a la salida de José Sotomayor, quien fundó
el PC Marxista Leninista de corta duración y de la dirección de la juventud
que formó el PCP-Patria Roja. "Luego de una corta temporada en China en
1965, en vísperas de la Revolución Cultural de Mao Tsetung -donde se cuenta
que conoció al Che Guevara- y con la aprobación del Congreso Campesino,
Guzmán ingresó al comité regional de Bandera Roja en Ayacucho". (Strong
Simón; Sendero Luminoso, Edición Popular, Perú 1991, pág. 33)
La unidad táctica que Paredes y Guzmán tenía para enfrenar a sus opositores
se quiebra en 1972, cuando Guzmán acusa a Paredes de contrarevolucionario,
incapaz y por no haber cumplido con la tarea de preparar la lucha armada.
Guzmán arrastró tras de sí al Regional Ayacucho y sectores estudiantiles,
perdiendo importante apoyo sindical campesino que se alineó con Saturnino
Paredes. Desde ese momento comienzan a venerar la lucha armada, se consideran
como los únicos revolucionarios, los descubridores de la verdad absoluta
y de las llaves de la historia, estableciendo entre sus militantes una disciplina
rigurosa, una fuerte mística y una dedicación especial a la formación ideológica.
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Entre 1973 y 1975, en
alianza con Bandera Roja, lograron acceder también a la dirección estudiantil
de las Universidades de Tacna y Huánuco y alcanzaron presencia importante
en las universidades de Lima de Ingeniería y San Martín de Porres. Sin embargo,
pronto deciden abandonar las universidades y bajo la consigna de "Retomar
a Mariátegui" se fijan el objetivo de "reconstruir el partido" en un plazo
de 5 años. "Así, más de 10 años de trabajo en el campesinado -que implicaron
el aprendizaje de su lengua, el quechua, y el conocimiento y aún adopción
de sus tradiciones- explican el fuerte arraigo que tuvo la organización
en la capas sociales de este Departamento".(Jaña Soledad, Laín Domingo;
Presente y perspectivas del PCP-Sendero Luminoso; Centro de Investigaciones
del Cono Sur, enero de 1985, pág 2)
En 1977 dan por cumplida una de sus etapas más importantes y comienzan a
preparase para la lucha armada, del campo a la ciudad, pues consideran que
el Perú es un país semifeudal y semicolonial en el cual existe una situación
revolucionaria óptima. En las más estrictas medidas de clandestinaje celebran
en la ciudad de Ayacucho el IX Pleno de su Comité Central a comienzos de
1980. En esa oportunidad conforman la Dirección Revolucionaria (político-militar)
y ordenan a sus militantes trasladarse a zonas campesinas estratégicas para
iniciar la lucha armada.
Ideología
Sendero Luminoso aplica como método permanente de construcción, dirección
y de la unidad partidaria la "unidad y la lucha entre dos líneas". La ideología,
el programa y la línea política serían el sustento de esta unidad partidaria.
Este método sería la aplicación del desarrollo de la contradicción, como
la ley fundamental de la dialéctica. En términos prácticos representa la
justificación teórica para la eliminación de cualquier oposición o discrepancia
en el partido, porque siendo permanente la lucha entre dos líneas, ésta
puede ser convertida en posición antagónica según la evaluación de la dirección.
A partir de esta premisa analizaremos primero la ideología del PCP-Sendero
Luminoso.
El PCP constituye una organización ortodoxamente maoísta -al parecer la
única que subsiste actualmente en América Latina- admiradora de la Revolución
Cultural China y de la "banda de los cuatro" de Pekín. Indemne a todas las
modificaciones impuestas en China por los sucesores de Mao, la organización
se define como "marxista-leninista-maoísta-pensamiento del camarada Gonzalo"
y reproduce casi sin modificaciones las tesis clásicas del líder Chino.
El PCP- Sendero Luminoso considera al pensamiento de Mao Tse Tung como la
tercera y superior etapa de la ideología marxista, ya que ha desarrollado
y profundizado los aportes entregados por Lenin y por Marx.
En la filosofía marxista el líder chino ha desarrollado la dialéctica, principalmente
en la ley de la contradicción, estableciendo que es la única ley fundamental;
en la economía política: el análisis del capitalismo burocrático y de la
economía socialista; y en el socialismo científico: la guerra popular, teoría
militar de carácter universal.
Además, Abimael Guzmán menciona el desarrollo hecho por Mao a las tesis
de Lenin sobre el imperialismo, afirmando que éste crea disturbios y fracasa
para volverlos a generar y volver a fracasar y así hasta su ruina final,
que se producirá en los próximos 50 a 100 años. En su concepción Mao aplicó
esta ley no sólo al imperialismo norteamericano sino también al "socialimperialismo"
soviético.
El pensamiento de José Carlos Mariátegui es considerado, también, como fundamental
para la ideología senderista. El período de reconstrucción del PCP, afines
de los 60 estuvo basado fundamentalmente en "retomar a Mariátegui", donde
se analizaron sus escritos principalmente en lo referente al papel de la
violencia revolucionaria, de la dictadura del proletariado y al trabajo
con el campesinado y los indígenas.
El pensamiento Gonzalo es definido como la aplicación de marxismo-leninismo-maoísmo
a las condiciones concretas de la sociedad peruana. Con dos implicaciones
fundamentales: un mayor dogmatismo y un convencimiento del rol protagónico
mundial de Guzmán. Según el propio Abimael Guzmán, la guerra permite que
el pensamiento tenga un salto hacia adelante que significaría una cristalización
mayor, un grado de certeza más elevado, superior a la concepción clásica
de pensamiento guía -que viene del marxismo chino y coreano- y tiene sólo
por objetivo fijar el norte, el rumbo de la acción revolucionaria en un
determinado país. "En cambio, el pensamiento Gonzalo sería en sí mismo una
cuarta etapa del desarrollo del marxismo, y trascendería los linderos de
la aplicación nacional, asumiendo connotaciones universales". ( Pedraglio
Santiago; Armas para la Paz; Instituto de Defensa Legal, Perú, octubre de
1990, pág. 69)
Y esa ortodoxia influye decisivamente sobre su concepción de la sociedad
peruana, y por consecuencia sobre su estrategia revolucionaria y sus tácticas,
y sobre su política de alianzas. Sobre esto último, el Partido no busca
y aún parece rechazar las alianzas políticas. La izquierda legal peruana
-sus dirigentes- no constituyen sino un conjunto de "sirvientes" de la burguesía
que prestan su apoyo a la afirmación de "Estado corporativo" y unos "cretinos
parlamentarios". Todo persona o grupo que no es marxista-leninista-maoísta
no es revolucionario, por lo que sirve al "viejo Estado" y es visto como
enemigo.
El Perú aparece para Sendero como una sociedad "semi-feudal y semi-colonial",
expresiones que anteriormente usara Mao y Mariátegui. Los desarrollos más
contemporáneos del capitalismo peruano no parecen haber hecho necesario
para la organización variar su definición inicial.
La burguesía peruana, con el desarrollo del "capitalismo burocrático" -expresión
senderista que define como el capitalismo del gran capital monopolista "enfeudado
a los terratenientes y sometido al imperialismo"- hacen que la democracia
burguesa sea inviable en el país, que sólo puede aparecer "como caricatura"
y que lo que está en desarrollo desde 1968 sea un proceso continuado de
"fascistización" que va conduciendo progresivamente a la instauración de
"un estado corporativo".
"No menos dura es su expresión para referirse a las revoluciones socialistas
o a los procesos revolucionarios. La Unión Soviética representa "el otro
imperialismo" -el social imperialismo-, Cuba y Nicaragua son satélite de
ella. Y por supuesto, los dirigentes chinos no son sino un hato de traidores
que encabeza "el perro Ten Siao Ping". Así su ortodoxia extrema los lleva
a un aislamiento que no es producto de las circunstancias particulares sino
de su propia decisión". (Jaña Soledad, Laín Domingo; Op. cita pág 3)
En 1980 se produce un cambio pasando a una "situación revolucionaria en
desarrollo", donde ese capitalismo burocrático y el proceso de fascistización
son enfrentados por la revolución democrática, nacional, anti-feudal y anti-imperialista,
definiendo así el carácter de la revolución necesaria para llegar al Estado
de Nueva Democracia. La que será apoyada por la alianza entre obreros y
campesinos, en la cual el proletariado es la clase dirigente y el campesinado
la fuerza motriz fundamental. La toma del poder y la instauración de la
nueva sociedad serán producto de una guerra popular prolongada que, teniendo
como escenario fundamental el campo, marchará hacia el cerco de las ciudades.
Los gobiernos de Velasco Alvarado, Morales Bermúdez y Belaúnde Terry no
constituyen sino momentos de este proceso de "continuismo fascista" en medio
de una situación "revolucionaria estacionada.
En cuanto a los aportes novedosos de Guzmán, de acuerdo a sus seguidores
serían sobre todo dos: las tesis de la militarización de los Partidos Comunistas
y la construcción concéntrica de los tres instrumentos de la revolución.
Aportes del "pensamiento Gonzalo" que son vistos por los senderistas como
lecciones y un camino a seguir por los revolucionarios no sólo de Perú sino
del mundo.
En su documento "Bases de discusión del PCP" señalan que el proletariado
genera el aparato político: un Partido Comunista totalmente opuesto y distinto
a los demás partidos con el objetivo de tomar el poder político, así definido
por Marx.
"Lenin estableció los caracteres del partido de nuevo tipo combatiendo la
influencia socavadora del viejo revisionismo que generó partidos obreros
burgueses basados en la aristrocracia obrera, la burocracia sindical, el
cretinismo parlamentario y amoldados al orden. El presidente Mao Tse Tung
desarrolló la construcción de los tres instrumentos. El presidente Gonzalo
establece la tesis de la militarización de los partidos comunistas y la
construcción concéntrica de los tres instrumentos". (Simon Yehude; Estados
y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág. 104) La militarización de los Partidos
Comunistas, directriz política con contenido estratégico, es el conjunto
de transformaciones, cambios y reajustes que necesita para dirigir la guerra
popular como forma principal de lucha que genere el nuevo Estado, por tanto
la militarización de los Partidos comunistas es clave para la revolución
democrática, la socialista y las culturales. Es decir para países atrasados,
capitalistas desarrollados o donde el "proletariado" ha capturado el poder
-a su juicio tesis aplicable universalmente-.
Lo último se encuentra íntimamente ligado a las razones que los senderistas
aducen para plantear la militarización de los Partidos Comunistas: Primero,
el convencimiento de que nos encontramos ya en la lucha final. "estamos
-explican- en la ofensiva estratégica de la revolución mundial, vivimos
el barrimiento del imperialismo y la reacción de la faz de la tierra en
los próximos 50 a 100 años, época signada por la violencia en que se expresan
todo tipo de guerras, vemos cómo la reacción está militarizándose cada vez
más, militarizando los viejos Estados, su economía, desarrollando guerras
de agresión, traficando con la lucha de los pueblos y apuntando a una nueva
guerra mundial...". (Ibídem., pág 104)
Segundo,
la frustrada experiencia de los países socialistas. Hay que conjurar -dicen-
la restauración capitalista. La burguesía cuando pierde el poder se introduce
dentro del partido, utiliza el ejército y busca usurpar el poder, destruir
la dictadura del proletariado para restaurar el capitalismo, por tanto los
Partidos comunistas deben militarizarse. Y tercero, la certeza que marchamos
hacia una sociedad militarizada. Militarizando el Partido -argumentan- plasmamos
un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica
para garantizar la dictadura del proletariado.
La construcción concéntrica de los tres instrumentos (Partido, Ejército
y Frente Unico) no es otra cosa que la plasmación orgánica de la militarización
del Partido. Se resumiría, en síntesis, en la siguiente cita de Guzmán:
"el Partido es el eje de todo, dirige omnímodamente los tres instrumentos,
su propia construcción, absolutamente al ejército y al nuevo Estado como
dictadura conjunta apuntando a la dictadura del proletariado".
Sendero considera que la revolución se da por etapas, en una relación indesligable
y un camino inninterrumpido entre revolución democrática y la segunda etapa
que es la revolución socialista. La novedad en este aspecto de la línea
política de Sendero es lo que ellos mismos denominan la "especificación
de las tesis maoístas de la guerra popular del campo a la ciudad", es decir,
la guerra popular unitaria, donde el campo es el escenario principal de
la lucha armada y la ciudad el complemento.
Abimael Guzmán apoyándose en la experiencia china señala que la prolongada
lucha revolucionaria es una guerra de guerrillas de los campesinos dirigida
por el PC, por lo cual resulta imprescindible realizar trabajo hacia las
zonas rurales para ganarlas como bases de apoyo revolucionario. Pero específica
que en las ciudades como complemento se deben llevar adelante acciones armadas
como lo demuestra la experiencia internacional.
El líder senderista saca lecciones de lo que ocurrió en la guerrillas filipina
que se refundió en el campo y dejó quietas las ciudades, provocando el aislamiento
de la guerrilla. De lo ocurrido en Brasil, donde los insurrectos aplicaron
acciones en ambos sectores, pero no especificaron cuál era el principal.
De Vietnam donde los comunistas realizaron importantes acciones en las ciudades.
"Al definir a la clase obrera y al campesinado como fuerzas principales
de la revolución vietnamita exigió que el proceso de construcción de las
fuerzas revolucionarias se realizara simultáneamente en las ciudades y áreas
rurales, impulsando formas de lucha adecuadas en cada una de las zonas estratégicas
de acuerdo a sus características específicas". (Naranjo Pedro; Viet Nam:
experiencias y enseñanzas; Ediciones R, 1990, pág. 283)
Teniendo en cuenta las peculiaridades de las ciudades en América Latina,
donde el porcentaje de proletariado y de masas pobres es elevado, Guzmán
sostiene que las masas están prestas a desarrollar acciones de complemento
a las del campo. "Sólo que en las ciudades no se construye nuevo Poder,
sino Frente, concretado en Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo
con centros de resistencia que hacen la guerra popular y preparan la futura
insurrección, que se dará cuando las fuerzas del campo asalten las ciudades
en combinación con la insurrección desde dentro". (Simon Yehude; Estados
y Guerrillas en el Perú de los 80; EES, Lima, pág. 107)
Estrategia y tácticas
La estrategia del PCP-Sendero Luminoso para conquistar el poder es la Guerra
Popular Prolongada, que parte de un supuesto esencial: la violencia es la
ley universal sin excepción alguna. Es la ley que permite resolver las contradicciones
fundamentales a través de la Guerra Popular y el ejército propio.
"Es una cuestión sustantiva del marxismo, porque sin violencia revolucionaria
no se puede sustituir una clase por otra, no se puede derrumbar un viejo
orden para crear uno nuevo".( Guzmán Abimael; Presidente Gonzalo rompe su
silencio; El Diario; Nº496, 31 de julio de 1988, pág.15)
La Guerra popular -afirma su líder- se aplica universalmente, según el carácter
de la revolución y se especifica en cada país. En el caso del Perú, la lucha
se libra desde el campo y la ciudad, como complemento, tal como se estableció
en las tesis de 1968. Debido a que en América Latina se tienen ciudades
proporcionalmente más grandes que en otros continentes.
Guzmán explica que se discutió en profundidad al interior de su partido
y por largo tiempo, como aplicar la Guerra Popular sin caer en mecanisismos
y simplificaciones, para lo cual se diseñó un "plan estratégico único" que
se ha ido cumpliendo inexorablemente sin importar los sacrificios que le
signifique ni el apoyo que reciba de la sociedad. El líder senderista señaló
seis peculiaridades que mostrarían el carácter antidogmático de la aplicación
de la Guerra Popular al Perú:
1.-) La Guerra en el Perú se desarrolla "en campo y ciudad", y no sólo en
el campo.
2.-) Construcción de Nuevo Poder sin haber derrotado a las Fuerzas Armadas:
debido al vacío de poder creado en el campo
3.-) La Conformación del Ejército Guerrillero
4.-) El propio partido militarizado
5.-) Independencia, autodecisión y autosostenimiento.
6.-)Ideología marxista-leninista-maoísta.
Las
guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (3º parte)
Con las dos últimas particularidades mencionadas se diferencia de procesos
de lucha armada como las centroamericanas, cubana, argelina, vietnamita,
etc.; y en Perú, específicamente del MRTA. Las bases de apoyo son parte
medular de la Guerra Popular, sin ella ésta no es posible. Esta es la tesis
central de Sendero Luminoso para fundamentar el sostenimiento y despliegue
estratégico de la guerra. Es la fuente de la construcción del "nuevo poder".
La revolución democrática se cristaliza en la construcción de este "nuevo
Estado"; la revolución socialista se inicia en el mismo momento que el "Nuevo
Estado" se ha constituido en todo el país.
La construcción del "Nuevo Poder" es -entonces- fundamental para su estrategia.
Proclaman: que así como se hace la guerra popular para conquistar el poder,
hay que también construir esa conquista de poder: generando organismos superiores
a los de sus enemigos simultáneamente a la realización de la guerra. "Es
ésta la justificación teórica de la destrucción de las fuerzas armadas y
policiales, pero también de las organizaciones populares y de sus dirigentes
cuando no son controlados por el partido, ya que tanto unos como otros son
parte del "viejo Estado". Este es, por consiguiente, el criterio en la construcción
de los organismos autogenerados".
(Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; IDL, Perú, 1990, pág. 69 ) El "Nuevo
Poder" se construye en el campo. En la ciudad la tarea es el desarrollo
del "Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo"(MRDP). Así, -afirma
Guzmán- su acción en las ciudades es indispensable, y en constante crecimiento,
porque ahí está concentrado el proletariado que recibe la influencia del
"revisionismo" y del "oportunismo".
Este es el sustento teórico para considerar como un paso necesario la destrucción
o sustitución de la actual organización popular, ya que ésta, al estar bajo
control del "revisionismo" o del "oportunismo", es parte del "viejo Estado".
Guzmán afirma que la clave del mismo (MRDP) es el centro de resistencia,
otras formas orgánicas, otras formas de lucha que las que corresponden a
una guerra popular.
Guzmán explica en sus escritos que producto del vacío de poder en el campo,
estuvieron obligados a dar pasos acelerados en la construcción del "Nuevo
Poder", en la segunda mitad del 82. A través de la creación de Comités Populares
fueron destruyendo las relaciones semi-feudales y el gamonalismo que -a
su juicio- existe en el campo peruano. Los Comités Populares en un área
determinada se agrupan en una base de apoyo y el conjunto de éstas dan forma
a la llamada República Popular de la Nueva Democracia cuya constitución
definitiva sólo se logrará una vez alcanzado el poder.
Sendero Luminoso sostiene que cinco son las condiciones fundamentales para
el éxito de la Guerra Popular:
1-) Lograr que la gran parte de la población no sólo esté de acuerdo con
la victoria de "las fuerzas armadas populares" contra las "fuerzas armadas
reaccionarias" sino que al mismo tiempo, como demostración de lo primero,
participen activamente en la guerra revolucionaria.
2-) La convicción ideológica para que esa población identificada plenamente
con la revolución tenga, sin embargo, la fuerza moral para seguir adelante
frente a los peligros, adversidades y derramamiento de sangre que se produce
durante el desarrollo de la guerra revolucionaria.
3-) La existencia de una organización revolucionaria que sea el "núcleo
dirigente" tanto del frente único como de las fuerzas armadas populares.
"O sea el PCP convertido en una máquina capaz para la toma del poder: reconstituido.
Este núcleo revolucionario deberá estar, por tanto, sumergido dentro de
la dirección nacional del frente único y del ejército del pueblo". (González
Raúl; Para entender a Sendero; Revista Quehacer, Nº 42, agosto-septiembre
1986, pág. 30)
4-) La existencia del Frente único que agrupe a todas las fuerzas revolucionarias
y no sólo a los partidos.
5-) El ejército popular revolucionario.
Sendero Luminoso considera fundamental la identificación de la población
con la revolución, para no caer ni en el foquismo ni en el militarismo.
Puede participar " dentro del Frente Unico, puede ser dentro del ejército
ya sea como militante o colaborador, en las milicias o en las guerrillas.
Ya sea como agitador, como organizador, como teórico, como enlace, como
distribuidor, etc." (Ibídem., pág 30)
La rigurosidad de Sendero Luminoso con relación al cumplimiento de todos
sus planes es grande, lo que en el aspecto militar lo lleva a cumplir sus
objetivos sin medir el costo o sacrificio que ello implique. "Interesa resaltar
la eficacia que en función de sus propios objetivos tiene SL gracias a la
rigurosidad de su análisis, a la precisión de las metas, a la valoración
de los tiempos que requieren y de los medios necesarios de que disponen.
Contra lo que se piensa, SL no se coloca objetivos inalcanzables o desproporcionados
con relación a sus fuerzas". (Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; Instituto
de Defensa Legal, Perú, octubre de 1990, pág. 101)
Sendero Luminoso ha realizado 6 planes militares durante estos 14 años de
enfrentamiento con el Estado peruano:
I Plan de inicio (mayo-diciembre de 1980) con dos períodos: Culmina con
1.342 acciones.
1-) Período Inicio de la lucha armada (ILA):
2-) Período Impulsar la Guerra de Guerrillas:
II Plan de Desplegar (enero 1981-enero 1983): "Con un período previo de
3 Campañas. Resultado 5.350 acciones, generando nuevo poder". (El Diario;
En 13 años de Guerra Popular: planes y campañas exitosas; Nº 623, mayo-junio
1993; pág.14)
III Plan de Conquistar Bases: (mayo 1983-septiembre 1986). Desenvuelve en
un primer momento 2 campañas y un sub-plan, ¡Gran Salto¡. Consigue expandirse,
culminando con 28.621 acciones. Se consiguen bases de apoyo, zonas de operación
y puntos de acción.
IV Plan de Desarrollar Base: Aplicando inicialmente plan piloto (diciembre
de 1986- mayo 1989) Se desarrollan tres campañas: la última en dos partes;
logrando desarrollar partido, construir Ejército Guerrillero Popular (EGP)
y plasmando nuevo poder. Se concretaron 63.052 acciones.
El Ejército Guerrillero popular es la forma principal de organización en
la guerra, como la guerra es la principal forma de lucha. En el llamado
Ejército Guerrillero existen tres tipos de fuerzas: una principal, una fuerza
local y una fuerza de base, no se cuenta con una milicia independiente sino
que ella está en la base misma del ejército.
V Gran Plan de Desarrollar Bases en Función de Conquistar el poder: En un
inicio, con su I Campaña logró en cuatro meses, hasta fines de 1989, 23.090
acciones; la II Campaña consigue conquistar los Comités Populares Abiertos
y, en 1991, el equilibrio estratégico.
VI Gran Plan de conquistar el Poder: En la actualidad se ejecuta el IV Plan
de Desarrollo Estratégico de la Guerra Popular para Conquistar el Poder
y desarrollando el VI Plan Militar, Construir la Conquista del Poder, con
su Campaña ¡En defensa de la Jefatura (prisión de Guzmán), contra la dictadura
Genocida!. "Según estadísticas (ciertamente inexactas) del propio Instituto
de Defensa Nacional, entre 1992 y 1993 el PCP ha realizado 807 accciones
subversivas: Octubre-diciembre 1992: 375; Enero-Marzo 1993: 432. Esto sin
considerar las efectuadas en las zonas alejadas, incomunicadas, donde las
acciones del EPL son de construcción". (Ibídem., pág 14)
Desde principios de los años 60 los senderistas tienen claro el tipo de
acciones que acompañarán su guerra popular: el sabotaje, la guerrilla y
el terrorismo.
El terrorismo es definido como el conjunto de acciones que pueden ir desde
la simple amenaza hasta el ajusticiamiento de un enemigo del pueblo y cuyos
objetivos son: a-) Separar a la población de la autoridad legal burguesa
y ganarla a la revolución. Esto se logra en dos etapas: en la primera la
población se mantiene pasiva ante la autoridades. No ayudan a las tareas
terroristas, aunque con su silencio ya ayudan. En la segunda etapa el terrorismo
comienza a tener apoyo de la población, la que poco a poco participa.
b-) Destruir la organización de la sociedad. En la sociedad hay una serie
de jerarquías políticas, administrativas, etc. hombres que tienen un puesto
de dirección en la sociedad. Mediante el terrorismo se trata de limitar
sus acciones, aislarlos de la población y hasta eliminarlos si es necesario.
c-) Hacer fracasar las acciones del gobierno reaccionario. Esto en dos aspectos:
trata que las fuerzas de orden no logren detener a los autores directos
de las acciones, y en segundo lugar, cuenta con el hecho que los fracasos
repetidos de las fuerzas del orden reaccionario dan lugar a una disminución
de su valor combativo, ya que se sienten impotentes ante un enemigo invisible.
"El terrorismo, sostienen, puede ser selectivo o sistemático. El primero,
cuando actúa sobre personas previamente seleccionadas; el segundo, cuando
se actúa contra las personas de las entidades y organismos del aparato estatal,
así como las que representan al imperialismo". (González Raúl; Para entender
a Sendero; Revista Quehacer, Nº 42, agosto-septiembre 1986, pág. 31)
El sabotaje persigue los mismos fines que el terrorismo, con el agregado
de apoyar las acciones contras las fuerzas de orden reaccionario. Por ejemplo,
volar un puente que sirve de comunicaciones a las fuerzas enemigas. Las
guerrillas tiene los mismo fines que la concepción clásica, pero ha incorporado
en sus praxis una forma original: los guerrilleros ocasionales: campesinos
que después de combatir vuelven a laborar las tierras, con lo cual la labor
de las Fuerzas Armadas se dificulta al no tener ni a un grupo rebelde de
formación regular ni a un foco localizado.
Dirección y militancia
Uno de los puntos fundamentales en la estrategia senderista es la conformación
de una dirección, y particularmente una dirección para la guerra. Por eso
se insistirá en la importancia decisoria del partido; por esto se convierte
en un hito histórico cada hecho o decisión que considere significativos.
En el caso de Sendero Luminoso esta dirección está personalizada en Abimael
Guzmán y su grupo histórico formador, a diferencia del MRTA cuya dirección
es colegiada.
Esta dirección senderista, llamada fracción leninista en los inicios de
los 60, estuvo constituida, por Guzmán y su entorno más directo. Ellos eran
los aplicadores más puros de los principios. La fracción asumió sola la
reconstitución del partido de Mariategui en 1969, cuando SL rompe con el
grupo de Saturnino Paredes.
Este carácter mesiánico de la afirmación que "la fracción asuma sola la
reconstitución del partido" es un justificativo histórico para la legitimidad
del poder de Guzmán y su grupo en la dirección. Es estructurar la historia
en torno suyo, para justificar su ubicación y su carácter incuestionable
de su mando. Lo que vienen después son finalmente siempre recién llegados;
no tendrán nunca la autoridad de los históricos.
Guzmán señala expresamente, además, la diferencia entre ser jefe y dirigente,
y ser sólo dirigente. Quien es dirigente ejerce un cargo orgánico, mientras
que la jefatura es el reconocimiento de la "autoridad partidaria y revolucionaria".
Abundando en el tema precisa el carácter de la jefatura: el partido habría
cumplido con las leyes de la creación de un pequeño grupo de jefes; "pero
tiene un jefe que sobresale sobre los demás, o que encabeza a los demás
según las condiciones, porque no podríamos ver a todos los jefes con igual
dimensión: Marx es Marx, Lenin es Lenin, el presidente Mao es el presidente
Mao, y cada uno es irrepetible y nadie es igual a ellos".( Pedraglio Santiago;
Armas para la Paz; IDL, Perú, octubre de 1990, pág. 71)
Pasando por alto su autovaloración desproporcionada, califican el "culto
a la personalidad" como posición revisionista. Intentan fundamentar la alimentación
del peso del individuo en la política mediante la concepción de jefes, que
Lenin sostuvo, agregándole sin embargo una nueva tesis sobre la jefatura,
que ninguno de los clásicos marxistas planteó. "Esta es una tradición muy
peruana, y que en la experiencia del movimiento comunista se ha presentado
como expresión de una grave degeneración del socialismo, en determinados
países hoy en crisis. El caudillismo de Guzmán, la valoración de su papel
en la historia, nos recuerda más la concepción de jefe (o jefatura) que
Haya asumió dentro del APRA, que a las de Mariátegui, quien precisamente
fustigó a Víctor Raúl por la seducción que sentía frente al protagonismo
personal". (Ibídem., pág. 72)
Militancia
En relación a la militancia, los senderistas señalan que ésta se forma "en
la guerra" como combatientes y como "administradores" del "nuevo Estado".
Un estudio realizado por sicólogos conductistas, a principios de la década
del 80, y difundido por la Revista Quehacer sostiene que los senderistas
exhiben las siguientes "actitudes positivas": Vida con motivaciones ideológicas;
capacidad política y militar bien desarrollada; una ideología que reivindica
los valores étnicos y culturales de las civilizaciones pretéritas; educación
y preparación para la acción. Mucha fuerza de voluntad; respeto a la jerarquía
y autoridad propia; alta moral y vida austera; conciencia de seguridad desarrollada;
sentido de oportunidad; solidaridad organizada; capacidad para el planeamiento
y la ejecución de acciones.
Sendero Luminoso no es un partido de masas, sino que tiene "carácter de
masas". Así, se apela a una estructura partidaria relativamente reducida,
y a una organización militar y de periferia política muchísimo más vasta.
Está contra los "partidos de adherentes, de funcionarios". Manifiesta la
voluntad de construir una línea de autosostenimiento, y dice estar contra
cualquier tipo de apoyo económico externo por ser "corrosivo y revisionista".
El PCP divide el trabajo de sus militantes en secreto y abierto, a diferencia
de la mayoría de los grupos de izquierda que lo dividen en clandestino y
legal. Situación que los ha llevado - afirman- a ser plenamente identificados
por la policía, por esta razón Sendero privilegia el trabajo secreto en
todos los niveles de la organización y en todos los casos.
Para la creación y desarrollo de las distintas instancias partidarias se
establece una rigurosa selección de militantes. No pueden ser ni voluntarios
ni aficionados, ya que todos los miembros de Sendero participan en labores
de inteligencia.
La organización ha sido diseñada de tal manera que quien se retire del partido
nunca sepa más de la cuenta y no sólo por el buen funcionamiento del seudónimo
y la disciplina de cada militante, sino porque la propia organización -que
es vertical- se encuentra estructurada de tal forma que un senderista importante,
a cualquier nivel, nunca puede conocer a más de ocho compañeros, pues cada
célula la forman un máximo de 5 miembros y de ella sólo uno, el responsable,
se vincula y relaciona con otros tres responsables de igual número de células
que forman el comité local, zonal o distrital.
El trabajo clandestino que desarrollan los militantes senderistas apunta,
igual que la violenta, a la destrucción de la sociedad en determinados aspectos,
pero al mismo tiempo a la construcción de la sociedad también en determinados
aspectos:
- Destrucción de la sociedad: a-) en el plano psicológico, desprestigiando
los valores de la sociedad y explotando las contradicciones internas que
se presentan en las mismas fuerzas reaccionarias. b-) en el plano material,
causando el desorden necesario.
- Construcción de la sociedad: a-) en el plano psicológico, creando nuevos
valores. b-) en el plano material, organizando a la población, satisfaciendo
sus necesidades en las zonas liberadas, así como militarizándolas.
Los militantes senderistas reciben, desde el mismo momento en que son captados
para la organización, el adoctrinamiento para responder con su vida si es
necesaria al logro de sus objetivos políticos, la llamada "cuota de sangre".
"El modo en que Guzmán entendió el principio de la conservación de fuerzas
no tenía nada que ver con el cálculo numérico de un técnico militar, sino
en la evaluación del efecto político y militar que un determinado sacrificio
tendría, en comparación con la ventaja que brindaba la sobrevivencia". (Gorriti
Gustavo; Sendero: historia de la guerra milenaria en el Perú; Editorial
Apoyo, Lima 1990, Vol. I, pág. 99)
VI. D. 6 RELACIONES INTERNACIONALES En cuanto a relaciones internacionales
el PCP ha desarrollado los llamados "Comités de Apoyo a la Revolución Peruana",
o "Sol Rojo", y los "Movimientos del Pueblo Peruano" en distintas ciudades
europeas y latinoamericanas. Al mismo tiempo, en la década del 80 se le
vinculó al "Movimiento Revolucionario Internacional" (MRI), integrado por
el Grupo Bandera Roja de Nueva Zelandia, los grupos comunistas de Notthingam
y Stockport de Inglaterra, el PC de Ceylán, el PC de Turquía. "Alemania,
Francia, Grecia y Suiza alojan sendos MPP directamente generados por Sendero
Luminoso. También hay en esos países diversos Comités de Apoyo "autogenerados",
como los hay en las Islas Canarias, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Gran
Bretaña. Es probable también que los haya Estonia. Aparte de los peruanos
y nacionales, figuran en ellos una importante proporción de inmigrantes".
(Strong Simón; Sendero Luminoso, pág. 251)
También existen un MPP en México y un "Comité de Apoyo" en República Dominicana.
En Estados Unidos existe, desde 1975, el Partido Comunista Revolucionario
que tiene vende documentos y revistas en 17 ciudades norteamericanas. "A
comienzos de 1991 los miembros de Sendero Luminoso fueron informados que
el PCR había aceptado orgánicamente el maoísmo como la tercera etapa del
marxismo". (Ibídem., pág 245) En 1994 un grupo de rock norteamericano realizó
una canción y un video de apoyo a Sendero Luminoso: Rage Against de Machine.
DIFERENCIAS ENTRE SENDERO LUMINOSO Y EL MRTA
Entre el MRTA y Sendero Luminoso siempre han existido marcadas diferencias
ideológicas, estratégicas y tácticas. El MRTA es el continuador de las guerrillas
de las década del 60 y 70 en América Latina, alineado al movimiento comunista
internacional. En cambio, Sendero Luminoso responde principalmente al maoísmo
de la época de la revolución cultural, formando parte sólo de un desconocido
movimiento revolucionario internacional.
El MRTA desarrolla su estrategia mediante la Guerra Revolucionaria del Pueblo,
en la que participan obreros y campesinos; Sendero, en cambio, a través
de la Guerra Popular Prolongada, principalmente campesina. El MRTA tiene
como símbolo la bandera peruana con la imagen de Túpac Amaru; Sendero la
bandera roja con la hoz y el martillo, en la parte superior derecha.
El MRTA no es dogmático, asume las experiencias de otras revoluciones socialistas,
y se cataloga como un movimiento dentro del contexto revolucionario latinoamericano
y mundial. Sendero es dogmático y radical, realiza la guerra popular similar
a Mao en China. Se cataloga como el verdadero partido comunista en el mundo,
considerando a los otros como revisionistas.
El MRTA considera que en la revolución pueden participar varias organizaciones.
No destruye, además, ninguna organización social, política ni cultural existente;
las cohesiona buscando su participación revolucionaria. Sendero considera
que el partido es el único conductor de la guerra popular, buscando destruir
todas las organizaciones existentes, propiciando otras afines para contribuir
al "Nuevo Poder".
En cuanto a la visión que tienen uno del otro, podemos decir que Sendero
Luminoso siempre ha considerado al MRTA como "revisionistas" o "agentes
del socialimperialismo soviético", que insurgieron para contener el avance
de las fuerzas guerrilleras senderistas.
La suspensión unilateral de las acciones militares del MRTA contra el gobierno
de Alan García aparentemente confirmó la suposición de los senderistas,
aparte de "capituladores" fueron vistos en este tiempo como acabados.
Sin embargo, los acontecimientos posteriores mostraron a un MRTA redoblando
sus acciones en las ciudades y dispuesto a abrir un frente de guerrilla
rural, considerado una farsa en favor del APRA por el PCP. Esta situación
-no prevista en el libreto senderista- comenzó a preocuparles, tanto que
a mediados de 1987, de acuerdo a una información periodística que no ha
sido desmentida, emboscaron a una columna del MRTA en el alto Huallaga.
Ese momento marcó una preocupación mayor y un aumento en las críticas de
Sendero en contra del MRTA. En septiembre de 1987, en su documento "Bases
de Discusión", Sendero Luminoso señaló que "aparecen grupos armados como
el MRTA y el CRP(MIR) que se han refundido pero no tienen una definida concepción
marxista, marchando así a servir al imperialismo, al socialimperialismo
y al supuesto diálogo fascista al cual ya le han dado treguas unilaterales".
Por otra parte, el MRTA reconoce como revolucionarios al PCP, aunque explicita
sus diferencias afirmando que deben ventilarse en el seno del pueblo. En
agosto de 1985, en una conferencia de prensa clandestina reconocieron a
"los compañeros del PCP como una fuerza del pueblo, de protesta, de lucha,
de cambio, de transformación", no obstante las diferencias políticas que
"van desde métodos, de caracterización de nuestra sociedad, de tácticas,
objetivos y, al final, militar que son evidentes para todos".
Víctor Polay Campos, en una entrevista publicada por un semanario peruano,
afirmó que caracterizan a la sociedad peruana con un modo de producción
dominante que es el capitalismo. Y a diferencia de Sendero, afirman que
la revolución no sólo será obra del campesinado, sino también y fundamentalmente
de las masas populares urbanas: la clase obrera, los sectores sub- empleados,
los intelectuales, profesionales, pequeños propietarios, etc. Como hemos
señalado anteriormente Sendero Luminoso estima que la sociedad peruana sigue
siendo semi-feudal, aunque habla de cierto capitalismo burocrático.
En una conferencia clandestina, en agosto de 1985, señalaron que "una guerra,
una lucha revolucionaria -dicen los líderes del MRTA- no puede ser solamente
una lucha campesina, como dicen los compañeros de Sendero, tiene que ser
una guerra que incorpore a todos los sectores del país, y con mayor fuerza
a la clase obrera, a los pobres de la ciudad. Consideramos también que en
esta lucha hay que utilizar todas las formas de combate, la lucha legal,
la lucha ilegal, la lucha clandestina, a lucha secreta, la lucha cerrada,
tenemos que ocupar todos los sectores políticos".(Simon Yehude; Estados
y Guerrillas en el Perú de los 80; pág. 128)
La crítica principal del MRTA no se reduce sólo a esta concepción campesinista
que Sendero tendría sobre la guerra, sino que además apunta a que la lucha
armada se desarrolla tanto en el campo como en la ciudad, y en esta última
también con lucha legal, que Sendero niega por principio.
En agosto de 1986, los dirigentes del MRTA sostuvieron que ellos no absolutizan
la lucha armada como la única forma o la única solución posible. Y reiteran
que cuando critican a la Izquierda Unida lo hacen no porque participe en
elecciones, sino por sólo constreñirse a ese camino e impedir, de esta forma,
el avance de la conciencia del pueblo.
La existencia y la dinámica política impuesta por el MRTA obligó a Sendero
Luminoso a justificar sus acciones para no aparecer sólo como un grupo terrorista
y a difundir sus propuestas políticas al acercarse la década del 90. Incluso
llegaron a tomarse las Agencias de noticias Reuter u Prensa Latina, al más
puro estilo tupacamarista. Cabe consignar que Sendero criticaba los métodos
del MRTA de propagandizar su lucha, llamándolos "métodos de bailarina",
y señalaba que la única difusión se hace a través de los actos.
No sólo los problemas que comenzó a enfrentar en el campo, fuerzas armadas
y rondas campesinas, hicieron volver la mirada de Sendero hacia las ciudades.
"en ella también se encuentra el MRTA, y no puede permitirle que le arrebate
la hegemonía. Muy alto sería el costo que tendría que pagar". (Revista Quehacer;
Sendero los problemas del campo y de la ciudad...y además el MRTA; Nº 50,
enero-febrero de 1988, pág. 62)
En términos cuantitativos la principal diferencia entre ambos grupos radica
en la gran cantidad de acciones desarrolladas por Sendero Luminoso, 33.133
de 1980 a junio de 1993, en comparación con las 3.881 desarrolladas por
el MRTA desde 1984 a junio de 1993.
Algunos analistas políticos peruanos han señalado que Sendero Luminoso,
a diferencia del MRTA, ha buscado el endurecimiento de los gobiernos que
ha enfrentado, situación que de cierta manera consiguió con el autogolpe
de Alberto Fujimori. Esta situación era funcional para sus objetivos de
desestabilizar el sistema, lograr una mayor polarización social y política
y la creación de las condiciones para levantar bases de apoyo en el campo
y en la ciudad. "Y tienen todo a su favor porque a pesar de los duros golpes
recibidos por los insurrectos, éstos se encontrarán -mientras haya, por
lo menos cinco hombres dispuestos a jugarse la vida- siempre en condiciones
de perpretar acciones espectaculares y siniestras que los acerquen a sus
objetivos trazados". (Revista Quehacer; Entre dos violencias: ¿atrapados
sin salida?; Nº 41, julio 1986, pág. 10)
A Sendero Luminoso, como a cualquier otro grupo insurreccional, le es muy
fácil contribuir a la ingobernabilidad de un país determinado, sembrando
con sus acciones el caos y el desconcierto público. "Ya lo han señalado
los especialistas en la materia: basta volar un puente para que todos los
puentes tengan que estar vigilados; basta disparar contra un político para
que todos los políticos se sientan el próximo blanco; basta que existan
tres o cuatro personas dispuestas a colocar un cartucho de dinamita y jugarse
la vida para que el terrorismo continúe vivo". (Ibídem., pág. 10)
En el próximo capítulo analizaremos las formas y las consecuencias para
la consolidación democrática que ha tenido la acción de Sendero Luminoso
y el MRTA en estos más de diez años de la vida política peruana.
Fuente: El Latinoamericano
Conclusiones
generales del informe final de la CVR
Como resultado de sus investigaciones sobre el proceso de violencia de origen
político que se vivió en el Perú entre los años 1980 y 2000, la Comisión
de la Verdad y Reconciliación ha llegado a las siguientes conclusiones:
I. Las dimensiones del conflicto
1. La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú
entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso
y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue
un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en
la sociedad peruana.
2. La CVR estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia
es de 69,280 personas |1|. Estas cifras superan el número de pérdidas humanas
sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas
en sus 182 años de vida independiente.
3. La CVR afirma que el conflicto abarcó una proporción mayor del territorio
nacional que cualquier otro, |2| provocó enormes pérdidas económicas expresadas
en destrucción de infraestructura y deterioro de la capacidad productiva
de la población y llegó a involucrar al conjunto de la sociedad.
4. La CVR constata que existió una notoria relación entre situación de pobreza
y exclusión social y probabilidad de ser víctima de violencia. En el departamento
andino de Ayacucho, donde ésta se inició, se concentra más del 40 por ciento
de muertos y desaparecidos reportados a la CVR. Al sumar a ellas las víctimas
consignadas por la CVR en los departamentos de Junín, Huánuco, Huancavelica,
Apurímac y San Martín se llega al 85 por ciento de las víctimas registradas
por la CVR |3|.
5. La CVR ha constatado que la población campesina fue la principal víctima
de la violencia. De la totalidad de víctimas reportadas, el 79% por ciento
vivía en zonas rurales y el 56 por ciento se ocupaba en actividades agropecuarias.
|4|
6. La CVR ha podido apreciar que, conjuntamente con las brechas socioeconómicas,
el proceso de violencia puso de manifiesto la gravedad de las desigualdades
de índole étnico-cultural que aún prevalecen en el país. Del análisis de
los testimonios recibidos resulta que el 75 por ciento de las víctimas fatales
del conflicto armado interno tenían el quechua u otras lenguas nativas como
idioma materno. |5|
7. La CVR comprueba que, en términos relativos, los muertos y desaparecidos
tenían grados de instrucción muy inferiores al promedio nacional. Mientras
el censo nacional de 1993 indica que solamente 40 por ciento de la población
nacional tiene un nivel educativo inferior a la educación secundaria, la
CVR ha encontrado que el 68 por ciento de las víctimas se encontraba por
debajo de ese nivel.
8. La CVR concluye que la violencia impactó desigualmente en distintos ámbitos
geográficos y en diferentes estratos sociales del país. Si la tasa de víctimas
reportadas a la CVR respecto de la población de Ayacucho hubiera sido similar
en todo el país, la violencia hubiera ocasionado 1 millón 200 mil muertos
y desaparecidos. De esa cantidad, 340 mil hubieran ocurrido en la ciudad
de Lima.
9. La CVR ha constatado que la tragedia que sufrieron las poblaciones del
Perú rural, andino y selvático, quechua y asháninka, campesino, pobre y
poco educado, no fue sentida ni asumida como propia por el resto del país;
ello delata, a juicio de la CVR, el velado racismo y las actitudes de desprecio
subsistentes en la sociedad peruana a casi dos siglos de nacida la República.
10. La CVR ha hallado que el conflicto puso de manifiesto graves limitaciones
del Estado en su capacidad de garantizar el orden público y la seguridad,
así como los derechos fundamentales de sus ciudadanos dentro de un marco
de actuación democrático.
11. La CVR asimismo ha encontrado una precaria vigencia del orden constitucional
y el Estado de Derecho, los que en momentos de la crisis fueron vulnerados.
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II. Las responsabilidades del conflicto
A. Sobre el PCP-Sendero Luminoso
12. La CVR ha apreciado que la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento
del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la "lucha
armada" contra el Estado Peruano, a contracorriente con la abrumadora mayoría
de peruanos y peruanas y en momentos en que se restauraba la democracia
a través de elecciones libres.
13. Para la CVR, el PCP-SL fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones
de los derechos humanos tomando como medida de ello la cantidad de personas
muertas y desaparecidas. Fue responsable del 54 por ciento de las víctimas
fatales reportadas a la CVR. Esta cuota tan alta de responsabilidad del
PCP-SL es un caso excepcional entre los grupos subversivos de América Latina
y una de las singularidades más notorias del proceso que le ha tocado analizar
a la CVR.
14. La CVR ha comprobado que el PCP-SL desplegó extremada violencia e inusitada
crueldad que comprendieron la tortura y la sevicia como formas de castigar
o sentar ejemplos intimidatorios en la población que buscaban controlar.
15. La CVR ha encontrado que el PCP-SL fue en contra de las grandes tendencias
históricas del país, poniendo en práctica una férrea voluntad política se
expresó como un proyecto militarista y totalitario de características terroristas
que no conquistó el apoyo duradero de sectores importantes de peruanos.
16. La CVR considera que la ideología en que el PCP-SL sustentó su proyecto
fue de carácter fundamentalista, centrada en una rígida preconcepción del
devenir histórico, encerrada en una visión únicamente estratégica de la
acción política y por tanto reñida con todo valor humanitario. Desdeñaba
el valor de la vida y negaba los derechos humanos.
17. La CVR ha constatado que el PCP-SL logró su cohesión interna a través
del llamado Pensamiento Gonzalo que reflejó el culto a la personalidad de
Abimael Guzmán Reynoso, fundador y dirigente de la organización, a quien
se le consideró la encarnación del pensamiento más elevado en la historia
de la humanidad.
18. Para la CVR, el PCP-SL, de acuerdo a su ideología, adoptó una estrategia
que buscó consciente y constantemente provocar respuestas desproporcionadas
por parte del Estado sin tener en cuenta el profundo sufrimiento que ello
ocasionaba a la población por la que decía luchar.
19. La CVR considera que el PCP-SL llevó la ideología fundamentalista y
la organización totalitaria a sus extremos. En su acción subversiva se constata
una trágica ceguera: ve clases, no individuos. De allí su falta absoluta
de respeto por la persona humana y por el derecho a la vida, incluyendo
la de sus militantes. Exacerbó en ellos una vena fanática que se convirtió
en su sello de identidad.
20. La CVR ha constatado características del PCP-SL que se desplegaron desde
un comienzo a través de "ajusticiamientos" realizados con sevicia, prohibición
de entierros, y otras manifestaciones delictivas, incluido el uso de "coches-bomba"
en las ciudades.
21. La CVR encuentra asimismo un potencial genocida en proclamas del PCP-SL
que llaman a «pagar la cuota de sangre» (1982), «inducir genocidio» (1985)
y que anuncian que «el triunfo de la revolución costará un millón de muertos»
(1988). Esto se conjuga con concepciones racistas y de superioridad sobre
pueblos indígenas.
22. La CVR ha encontrado que el PCP-SL se aprovechó de ciertas instituciones
del sistema educativo como principal cabecera de playa y que a través de
ellas logró expandir su prédica y captar núcleos minoritarios de jóvenes
de uno y otro sexo en diferentes partes del país. Si bien ofrecía a los
jóvenes una utopía que les brindaba identidad totalizante, en el fondo los
encerraba en una organización fundamentalista y opresora a través de cartas
de sujeción a Abimael Guzmán Reynoso.
23. La CVR ha constatado que la prédica del PCP-SL pudo tener aceptación
fugaz, en razón de la incapacidad del Estado y de las élites del país para
responder a las demandas educativas de una juventud frustrada en sus esfuerzos
de movilidad social y de aspiración de progreso.
24. La CVR ha encontrado que el PCP-SL secundó las tesis maoístas y convirtió
a las zonas rurales en el escenario principal del conflicto. Sin embargo,
no tomó en cuenta las necesidades y aspiraciones económicas del campesinado,
ni sus organizaciones propias ni sus especificidades culturales, y convirtió,
más bien, a los campesinos en masa que debía someterse a la voluntad del
partido. La disidencia individual en la masa llevó a asesinatos y aniquilamientos
selectivos, y la disidencia colectiva condujo a masacres y arrasamientos
de comunidades enteras.
25. La CVR ha establecido que la presencia del PCP-SL en los andes y la
respuesta contrasubversiva del Estado revivió y militarizó viejos conflictos
intra e intercomunales. Catalogó como "enemigos de clase" a los sectores
relativamente más conectados al mercado o a las redes e instituciones regionales
o nacionales, y decretó su destrucción. Su "guerra campesina" contra el
Estado se convirtió en muchos casos en enfrentamientos entre campesinos.
26. La CVR ha constatado que la violencia extrema practicada por el PCP-SL
en las localidades rurales de los andes se extendió también a los centros
urbanos. Lima y otras ciudades fueron también escenario complementario y
sufrieron sabotajes, asesinatos selectivos, paros armados y actos terroristas,
especialmente bajo la modalidad de coches-bomba. Desde un principio, pero
más aún en la segunda mitad de la década de 1980 y principios de los años
90, Lima resultó ser además un importante centro de reclutamiento para el
PCP-SL.
27. La CVR señala que la concepción ideológica del PCP-SL implicaba la destrucción
del "viejo Estado" desde sus cimientos, ello los llevó al asesinato de autoridades,
especialmente locales: alcaldes, gobernadores, tenientes gobernadores, jueces
de paz. Pero también autoridades nacionales: ministros, parlamentarios y
otros representantes de los poderes del Estado. |6| El 12 por ciento de
las víctimas fatales reportadas a la CVR que fueron causadas por el PCP-SL
eran autoridades. Además, incurrió en el asesinato masivo de dirigentes
sociales, hombres y mujeres, dirigentes comunales, alcaldes varas, dirigentes
campesinos, sindicales, barriales, magisteriales y de organizaciones de
mujeres.
28. La CVR por la generalidad y sistematicidad de estas prácticas, señala
que miembros del PCP-SL, y en especial su dirección nacional y su denominada
jefatura, tienen directa responsabilidad por la comisión de crímenes de
lesa humanidad en el marco de ataques armados contra la población civil,
cometidos a gran escala o bien como parte de una estrategia general o planes
específicos. Del mismo modo, estas conductas constituyen, a juicio de la
CVR, graves infracciones a los Convenios de Ginebra, cuyo respeto era obligatorio
para todos los participantes en las hostilidades. La perfidia con la que
actuó el PCP-SL en el terreno, escudándose en la población civil, evitando
el uso de distintivos y atacando a traición, entre otros métodos similares
como el recurso a acciones terroristas, constituyó un calculado mecanismo
que buscaba provocar reacciones brutales de las fuerzas del orden contra
la población civil, incrementando en una forma extraordinaria los sufrimientos
de las comunidades en cuyos territorios se llevaban a cabo las hostilidades.
29. La CVR encuentra la más grave responsabilidad en los miembros del sistema
de dirección del PCP-SL por el conflicto que desangró a la sociedad peruana,
por los siguientes elementos:
30. Por haber dado inicio a la violencia en contra del sentimiento abrumadoramente
mayoritario de la población;
por haber planteado su lucha contra la democracia peruana con una estrategia
sanguinaria;
por las prácticas violentas de ocupación y control de territorios rurales
y poblaciones campesinas, con un alto costo en vidas y en sufrimiento humano;
por su política de genocidio mediante actos de provocación al Estado;
por su decisión de proclamar el llamado equilibrio "estratégico" que acentuó
el carácter terrorista de sus acciones.
31. La CVR hace notar la profunda irresponsabilidad y menosprecio del PCP-SL
hacia sus propios militantes, a quienes se les inducía a matar y morir de
la manera más cruel y sanguinaria, mientras que sus dirigentes máximos,
especialmente Abimael Guzmán Reynoso, permanecían en Lima, exentos de riesgos
físicos y privaciones, prácticamente durante todo el conflicto. Esta incongruencia
se expresó de la manera más patente cuando, tras ser capturado, Abimael
Guzmán Reynoso, abandonó casi inmediatamente la tesis del "equilibrio estratégico"
y solicitó al gobierno un "acuerdo de paz" junto con un reconocimiento explícito
y sumamente elogioso al gobierno dictatorial de Alberto Fujimori y Vladimiro
Montesinos.
32. La CVR expresa su pesar por los miles de jóvenes que resultaron seducidos
por una propuesta que constataba los profundos problemas del país y proclamaba:
«la rebelión se justifica». Muchos de ellos, con voluntad de transformar
esa realidad injusta, no advirtieron que el tipo de rebelión que planteaba
el PCP-SL implicaba el ejercicio del terror y la implantación de un régimen
totalitario. Quedaron así encuadrados en una organización absolutamente
vertical, y totalitaria que les inculcaba el desprecio por la vida, castigaba
las discrepancias y exigía plena sumisión. Muchos de ellos murieron inútil
y cruelmente. La CVR llama al país a impulsar las reformas institucionales
necesarias para que proyectos terroristas y totalitarios no encuentren nunca
más eco alguno entre los jóvenes.
33. La Comisión constata constatar que a diferencia de otros países de América
Latina por esa misma época, entre 1980 y 1992 el conflicto armado interno
se desarrolló mientras imperaba en el Perú un régimen democrático, con elecciones
libres, libertad de prensa y el sistema político más inclusivo de nuestra
historia contemporánea. El PCP-SL y el MRTA se autoexcluyeron de manera
unilateral del sistema democrático y socavaron más bien con sus acciones
armadas el régimen político democrático instaurado en 1980.
B. Sobre el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
34. En 1984, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inició a su
vez una lucha armada contra el Estado y es responsable del 1.5% de las víctimas
fatales que fueron reportadas a la CVR. A diferencia de SL y en forma similar
a otras organizaciones armadas latinoamericanas con quienes mantuvo vínculos,
el MRTA reivindicaba sus acciones y sus miembros usaban distintivos para
diferenciarse de la población civil, se abstuvo de atacar a la población
inerme y en algunas coyunturas dio muestras de estar abierto a negociaciones
de paz. Sin embargo, el MRTA incurrió también en acciones criminales |7|,
recurrió a asesinatos, como en el caso del Grl. Enrique López Albújar, a
la toma de rehenes y a la práctica sistemática del secuestro, crímenes que
violan no sólo la libertad de las personas sino el derecho internacional
humanitario que el MRTA afirmaba respetar. Cabe resaltar también que el
MRTA asesinó a disidentes de sus propias filas.
35. En balance, durante la década de 1980 el discurso y las acciones del
MRTA contribuyeron a crear un clima en el cual el uso de la violencia PRETENDIO
SER O APARECER aparecía como un recurso político legítimo, favoreciendo
en última instancia el accionar y expansión de Sendero Luminoso. Y en la
década de 1990, especialmente a partir de su frustrada toma del Congreso
y de la toma de la residencia del embajador japonés en diciembre de 1996,
el MRTA favoreció la legitimación de la política contrasubversiva autoritaria
y militarizada del gobierno de Alberto Fujimori.
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III. La responsabilidad de los gobiernos y de los poderes y aparatos del
Estado
36. La CVR constata que Fernando Belaúnde Terry y Alan García Pérez ganaron
la presidencia en elecciones libres y directas por los ciudadanos. También
lo hizo Alberto Fujimori en 1990. Sin embargo, a partir del golpe de Estado
del 5 de abril de 1992, Fujimori se convirtió en un gobernante autoritario,
que buscó permanecer en el poder consolidando una autocracia corrupta.
37. La CVR hace notar que, a pesar de la subversión armada del PCP-SL y
del MRTA, y de ser notoriamente deficitaria en muchos aspectos, la democracia
respetó la separación de poderes y la libertad de expresión, celebró tres
elecciones presidenciales y parlamentarias, cuatro elecciones municipales
nacionales y elecciones regionales en 1989. Ninguna de ellas fue cuestionada.
38. La CVR constata no obstante, que quienes gobernaron el Estado en ese
período carecieron de la comprensión necesaria y del manejo adecuado del
conflicto armado planteado por PCP-SL y el MRTA. Existió un interés por
poner en marcha la Constitución de 1979, por desarrollar el país y por hacer
que la relación entre gobernantes y gobernados fuese expresión del Estado
de Derecho. Sin embargo, tanto el gobierno del presidente Belaúnde como
el del presidente Alan García erraron al no aplicar una estrategia integral,
vale decir social, política, económica, militar, psicosocial, de inteligencia
y de movilización del conjunto de la población para hacer frente de un modo
eficaz y dentro de sus propios marcos democráticos a la subversión armada
y al terrorismo.
A. La actuación de las fuerzas policiales.
39. La CVR señala que las fuerzas policiales tenían el deber de enfrentar
a los grupos subversivos que vulneraban los derechos fundamentales de los
ciudadanos y reconoce la esforzada y sacrificada labor que sus miembros
realizaron durante los años de violencia. Asimismo, rinde su más sentido
homenaje a los más de un millar de valerosos efectivos que perdieron la
vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber.
40. La CVR considera que la formación contrasubversiva recibida hasta entonces
por las fuerzas del orden había tenido como referente a movimientos guerrilleros
según el modelocastrista o, en el mejor de los casos, a grupos armados semejantes
a los que por esos años actuaban en otros países de América Latina. Esta
fue una razón principal de su dificultad para enfrentar a un enemigo vesánico,
que se confundía entre la población civil y era diferente a aquellos grupos
subversivos.
41. La CVR señala que las fuerzas de la policía tuvieron que responder a
la agresión del PCP-SL y, después, del MRTA en condiciones logísticas precarias,
sin entrenamiento adecuado ni rotación suficiente de efectivos. Cuando recibieron
la responsabilidad de conducir las acciones de lucha contrasubversiva en
Ayacucho, no contaron con un apoyo adecuado del gobierno.
42. La CVR considera que la limitaciones de los servicios de inteligencia
policiales no permitieron tener una visión adecuada de lo que acontecía.
Esto, sumado al desconocimiento de la naturaleza del PCP-SL, provocó que
se menospreciara la magnitud del fenómeno en curso. Así, en lugar de enviar
a los agentes más preparados y eficientes de cada institución, se mantuvo
la práctica común en las organizaciones policiales de enviar a elementos
no idóneos a zonas alejadas como forma de castigo.
43. La CVR ha constatado que una vez declarado el estado de emergencia en
Ayacucho, en octubre de 1981, la intervención del destacamento policial
contrainsurgente denominado los sinchis |8| hizo crecer las violaciones
a los derechos humanos, generó resentimientos y distanció a la policía de
la población.
44. La CVR señala que tanto las dificultades de coordinación para sumar
esfuerzos entre los tres institutos policiales, cuanto la corrupción en
altos oficiales y en unidades estratégicas fueron factores externos al conflicto
mismo que impidieron un mejor desempeño policial en los años en que la subversión
aún era débil. Por ello, a pesar de los relativos logros obtenidos durante
1982 con la captura de subversivos, especialmente en las ciudades, hubo
dos acontecimientos que mostraron que la subversión había excedido las capacidades
de las FFPP: el asalto al centro penitenciario de Huamanga por el PCP-SL
y el repliegue de los puestos policiales en el campo a lo largo de 1982
|9|.
45. La CVR ha constatado que con el ingreso de las FFAA a Ayacucho y la
posterior implantación de los Comandos Político-Militares (CPM) en las zonas
declaradas en estado de emergencia, se impuso la subordinación policial
a las FFAA, quedando sujeta a las funciones establecida por los jefes militares,
por encima de sus propios comandos y de las autoridades civiles. En este
contexto y a medida que la ofensiva militar avanzó, agentes de los tres
institutos policiales que actuaron en las zonas de emergencia incurrieron
en graves violaciones a los derechos humanos.
46. La CVR concluye que la lucha contra la subversión reforzó en miembros
de la policía prácticas autoritarias y represivas preexistentes. La tortura
en interrogatorios y las detenciones indebidas que habían sido frecuentes
en el trato con la delincuencia común, adquirieron un carácter masivo durante
la acción contrasubversiva. [La CVR ha constatado que las violaciones más
graves a los derechos humanos por parte de agentes militares fueron: ejecuciones
extrajudiciales, desaparición forzada de personas, torturas, tratos crueles,
inhumanos o degradantes. Entre estos, la CVR condena particularmente la
práctica extendida de violencia sexual contra la mujer. Todos estos actos
constituyen una deshonra para quienes fueron sus perpetradores directos
y para quienes, en su condición de superiores jerárquicos, los instigaron,
permitieron o encubrieron con mecanismos de impunidad.]
47. La CVR constata que durante la segunda mitad de la década de 1980, la
unificación de las fuerzas policiales, el seguimiento de sus labores desde
el Ministerio del Interior; y la fusión de distintas unidades operativas
en la Dirección de Operaciones Especiales (DOES), contribuyeron a una mejor
coordinación de acciones para la lucha contrasubversiva. Pese a ello, el
sector no atendió ni reforzó lo suficiente a la DIRCOTE, unidad que había
adquirido experiencia a partir de su trabajo concentrado en Lima.
48. La CVR ha encontrado indicios que vinculan individualmente a efectivos
de las fuerzas policiales al mal llamado "Comando Rodrigo Franco", del que
no se ha podido determinar si era una organización centralizada o una especie
de franquicia empleada por actores diversos, no necesariamente articulados
entre ellos.
49. La CVR puede afirmar que el distanciamiento entre la policía y las poblaciones
tendió a agudizarse conforme se desenvolvía el conflicto armado interno.
Este hecho facilitó el arraigo de una mala imagen del policía como perpetrador
o, en el caso de las zonas cocaleras, como corrupto vinculado al narcotráfico.
50. La CVR constata que a partir de 1985 las fuerzas policiales llegaron
a tener un conocimiento más acertado de la organización y formas de acción
de los grupos subversivos. El trabajo de inteligencia operativa de la DINCOTE
(antes DIRCOTE) logró las impecables capturas de los principales dirigentes
subversivos, destacando las de Víctor Polay Campos el 9 de junio de 1992
y de Abimael Guzmán Reynoso el 12 de septiembre del mismo año. Estas capturas
constituyeron un aporte fundamental para conseguir la derrota estratégica
de la subversión y el terrorismo.
51. La CVR constata que, a partir del golpe del 5 de abril de 1992, la PNP
fue sometida a los planes del SIN y subordinada al poder militar, con un
recorte significativo de sus facultades, una distorsión de sus funciones
institucionales y una cúpula involucrada en la red de corrupción del régimen,
manejada por Vladimiro Montesinos
B. La actuación de las Fuerzas Armadas.
52. La CVR señala que las FFAA, por decisión del gobierno constitucional
mediante decreto supremo expedido el 29 de diciembre de 1982, tenían el
deber de enfrentar a los grupos subversivos que desafiaban el orden constitucional
de la República y vulneraban los derechos fundamentales de los ciudadanos,
53. La CVR reconoce la esforzada y sacrificada labor que los efectivos de
las FFAA realizaron durante los años de violencia y rinde su más sentido
homenaje a los más de un millar de valerosos efectivos que perdieron la
vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber.
54. La CVR ha encontrado que las FFAA aplicaron una estrategia que en un
primer periodo fue de represión indiscriminada contra la población considerada
sospechosa de pertenecer a PCP-SL. En un segundo período, esa estrategia
se hizo más selectiva, aunque continuó posibilitando numerosas violaciones
de derechos humanos.
55La CVR afirma que en ciertos lugares y momentos del conflicto la actuación
de miembros de las FFAA no sólo involucró algunos excesos individuales de
oficiales o personal de tropa, sino también prácticas generalizadas y/o
sistemáticas de violaciones de los derechos humanos, que constituyen crímenes
de lesa humanidad así como transgresiones de normas del Derecho Internacional
Humanitario.
56. La CVR concluye que, en este marco, los Comandos Político-Militares
(CPM), erigidos en autoridad estatal máxima de las zonas de emergencia,
pueden tener la responsabilidad primaria por estos crímenes. El Poder Judicial
debe establecer el grado exacto de responsabilidad penal de quienes ejercieron
los CPM, ya sea por haber ordenado, incitado, facilitado o encubierto estos
hechos, o bien por haber omitido el deber fundamental de ponerles coto.
57. La CVR ha constatado que las violaciones más graves a los derechos humanos
por parte de agentes militares fueron: ejecuciones extrajudiciales, desaparición
forzada de personas, torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Entre estos, la CVR condena particularmente la práctica extendida de violencia
sexual contra la mujer. Todos estos actos constituyen una deshonra para
quienes fueron sus perpetradores directos y para quienes, en su condición
de superiores jerárquicos, los instigaron, permitieron o encubrieron con
mecanismos de impunidad.
58. La CVR señala que al momento de su intervención en la lucha contra la
subversión, las FFAA tenían preparación y equipamiento para enfrentar un
eventual conflicto convencional (conflicto externo). Durante los primeros
años de su intervención (1983-85), carecieron de adecuado trabajo de inteligencia
sobre la organización, el perfil de los militantes y la estrategia del PCP-SL.
Por decisión de la autoridad civil, su objetivo fue terminar rápidamente
el conflicto, sin tomar en cuenta el costo en vidas humanas. Se plantearon
recuperar el dominio territorial, suponiendo que la población se dividía
entre poblados leales al Estado peruano y poblados subversivos o zonas rojas,
sin advertir que estas últimas no eran homogéneas y contenían por lo general
sectores sobre los cuales el PCP-SL se imponía por la coacción e incluso
el terror.
59. Para la CVR, aunque la intervención militar golpeó duramente la organización
y la capacidad operativa de PCP-SL, |10| produjo también una secuela de
violaciones masivas de los derechos humanos y convirtió al bienio 1983-84
en el más letal del conflicto fundamentalmente en Ayacucho. Peor aún, la
estrategia resultó contraproducente, pues la represión indiscriminada en
las zonas rurales postergó la ruptura entre PCP-SL y los sectores más pobres
del campesinado, y no evitó la expansión de las acciones armadas a otras
zonas del país.
60. La CVR señala que, en agosto de 1989, las FFAA aprobaron la sistematización
de una estrategia contrasubversiva. La nueva estrategia distinguía en los
teatros de operaciones poblaciones amigas, neutrales y enemigas, y no tenía
como objetivo principal el control territorial sino la eliminación de las
OPA (Organizaciones Político-Administrativas) ocomités populares senderistas;
ganar a la población y aislar a la fuerza militar del PCP-SL. La estrategia
produjo resultados decisivos, como alentar la reacción del campesinado contra
el poder senderista y la masificación de los Comités de Autodefensa, que
cambiaron las relaciones entre FFAA y campesinado.
61. La CVR constata que en esta etapa las violaciones de derechos humanos
fueron menos numerosas, pero más deliberadas o planificadas que en la etapa
anterior. Aparecieron, además, escuadrones de la muerte cuya actividad llevó
a que el Perú ocupara en esos años el primer lugar en el mundo en desapariciones
forzadas de personas.
62. CVR señala que la nueva estrategia fue aprovechada por un grupo de oficiales
que, a su vez, diseñó planes para una posible interrupción castrense del
proceso político. Parte de esos planes autoritarios serían retomados posteriormente
para el golpe de 1992. Dichos proyectos antidemocráticos expusieron a las
FFAA a dos grandes trastornos institucionales: a) el uso de un modelo de
política contrasubversiva y la imagen de una fuerza armada victoriosa para
justificar el golpe de Estado de 1992, y b) una tregua con el narcotráfico
al definir al PCP-SL como enemigo principal, que debía ser aislado del campesinado
cocalero. En algunos casos, y sobre todo a partir del ascenso de Vladimiro
Montesinos, esa tregua se convirtió en alianza.
63. La CVR concluye que la captura de Abimael Guzmán y la desarticulación
del PCP-SL y el MRTA no lograron evitar que la ética, el prestigio e incluso
el bienestar y la eficiencia de las FFAA |11| quedaran seriamente mellados
por una cúpula que unió su suerte al gobierno dictatorial. Este proceso
de descomposición estuvo caracterizado por la actividad del Grupo Colina,
la persecución de oficiales disidentes, así como la organización de un sistema
de corrupción, chantaje y espionaje político dentro de las propias FFAA
bajo la dirección de Vladimiro Montesinos.
64. La CVR ha encontrado que las FFAA fueron capaces de extraer lecciones
durante el proceso de violencia, las que le permitieron afinar su estrategia
de manera que ésta fuera más eficaz y menos propensa a la violación masiva
de derechos humanos. Este aprendizaje se revela ostensiblemente en el descenso
de víctimas por acción de agentes del Estado precisamente en los años más
intensos del conflicto armado interno (1989-1993), mientras que durante
esos mismos años el PCP-SL desplegaba una desbordante violencia terrorista
contra los pueblos quechua y asháninka y también contra la población urbana.
Ese aprendizaje, junto con la proliferación de los Comités de Autodefensa,
la inteligencia operativa policial, y el respaldo de la ciudadanía, permite
explicar la derrota del PCP-SL.
C. Sobre la actuación de los comités de autodefensa
65. La CVR estima que desde muy temprano, sectores del campesinado más pobre,
aquellos que según los cálculos del PCP-SL debían haber sido sus aliados
principales, se levantaron contra un proyecto que no compartían y se les
imponía por la fuerza. Comunidades como Uchuraccay y otras de las alturas
de Huanta se encuentran entre los ejemplos más conocidos. En algunos casos
de modo espontáneo, en otros por iniciativa de las FFAA, los productores
agrarios del valle del río Apurímac formaron los primeros Comités de Autodefensa
(CADs), que posteriormente se multiplicaron, propinándole su primera derrota
estratégica al PC-SL en las áreas rurales.
66. La CVR reconoce el derecho de los campesinos a la autodefensa en el
contexto excepcional planteado por la agresión senderista. Constata, al
mismo tiempo, que en un número significativo de casos la formación de Comités
de Autodefensa se produjo por la presión y el amedrentamiento de las FFAA
y/o de otros CADs. En ocasiones, los CADs fueron más allá de tareas de autodefensa
y resultaron, de acuerdo a los hallazgos de la CVR, responsables de crímenes
que deben ser sancionados |12|.
67. La CVR reconoce, sin embargo, que los CADs fueron un factor muy importante
en el desenlace del conflicto armado interno y rinde homenaje a los ronderos
caídos en defensa de sus comunidades y del país. Resalta, asimismo, que
una vez terminado el conflicto armado no se convirtieron en sicarios del
narcotráfico, ni pusieron su experiencia militar al servicio de otros actores
implicados en actividades ilícitas. La inmensa mayoría de miembros de los
CADs se ha reintegrado a sus comunidades, y el país sigue teniendo una deuda
con ellos. El Decreto Legislativo 741 promulgado a fines de 1991, y su posterior
reglamentación, sólo les reconoce indemnizaciones a partir de la promulgación
de la ley, y ha beneficiado a un reducido número de deudos.
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IV. El proceso político y los gobiernos
68. La CVR, antes de detenerse en sus conclusiones específicas sobre los
gobiernos, debe diferenciar los años que van entre 1980 y 1992, tramo que
transcurrió bajo regímenes civiles electos democráticamente, del tramo final
de nuestro mandato, que va de 1992 al año 2000 - donde un gobierno que nació
de un golpe de estado, organizó, pese a las elecciones que ganó, un régimen
autoritario que quiso prorrogarse como dictadura. Ese cambio de régimen
tiene una incidencia directa sobre las responsabilidades de las máximas
autoridades del Estado en torno a las violaciones a los derechos humanos,
pues la centralización del poder incide en la relación más directa en principio
entre el Presidente de la República y los grupos que operan encubiertos
por el poder para perpetrar esas violaciones.
69. La CVR considera que, dado el desarrollo de los hechos, marcado por
la creciente violencia del PCP-SL, era inevitable que el Estado utilizara
sus fuerzas armadas para hacerle frente y recurriera a declarar estados
de emergencia, que eran una posibilidad considerada por la Constitución
vigente para afrontar situaciones de grave riesgo. La CVR deplora, sin embargo,
que los gobiernos que así lo decidieron, no tomasen las previsiones para
impedir los atropellos a los derechos fundamentales de la población, atropellos
posibles de acuerdo con el tipo de intervención que es propio de los cuerpos
militares, mucho más cuando voceros calificados de ellos advirtieron públicamente
sobre la alta probabilidad de una represión indiscriminada.
70. La CVR es consciente que todo este actuar de los Gobiernos estaba condicionado,
tanto en su debilidad como en su improvisación, por las fallas profundas
del Estado: i) su insuficiente cobertura territorial y densidad institucional;
ii) su falta de preparación para enfrentar un conflicto de esas características;
iii) la desconfianza que le provocaban significativos sectores de sus propios
ciudadanos y; iv) una creciente incapacidad para someterse a los marcos
constitucionales y legales de los que acababa de dotarse el país a través
de la Constitución de 1979.
71. La CVR debe rendir por eso su homenaje a los dirigentes y militantes
de los partidos políticos democráticos, que ofrendaron su vida o sufrieron
maltrato por cumplir con honestidad con sus deberes públicos. Nos referimos
tanto a los militantes y familiares de los partidos que gobernaron, así
como a los que tuvieron responsabilidad parlamentaria o en las regiones
y municipios. Debe destacarse especialmente a las autoridades locales de
los lugares más afectados por la violencia, que mantuvieron la presencia
del Estado peruano muchas veces a costa del máximo sacrificio. Ellos deben
ser un ejemplo para todos en esta nueva etapa de búsqueda de democracia.
72. La CVR debe constatar, al mismo tiempo, una muy grave responsabilidad
de los gobiernos de esos años, así como de los partidos que tuvieron representación
en el Parlamento, los gobiernos locales y, entre 1989 y 1991, los gobiernos
regionales. En los primeros doce años del conflicto, la Policía y las Fuerzas
Armadas se hicieron cargo del combate a la subversión a partir de instrumentos
legales aprobados por gobiernos civiles y dentro del marco de una legislación
antiterrorista promulgada por un Congreso elegido democráticamente.
73.La CVR ha recogido amplia evidencia de cómo en el combate a los grupos
subversivos se cometieron gravísimas y masivas violaciones a los derechos
humanos, lo que afecta en primer lugar a los gobiernos, que eran los responsables
del conjunto de la acción del Poder Ejecutivo, del cual dependen las fuerzas
del orden. Además de ello, los gobiernos civiles electos incurrieron en
la más grave responsabilidad al desatender las denuncias de violaciones
de derechos humanos o, en muchos casos, al garantizar la impunidad para
los responsables de las mismas.
74. La CVR encuentra que el primer punto de inflexión institucional en la
abdicación de la responsabilidad democrática por parte de los gobiernos
con la creación por dispositivo legal de los Comandos Político Militares.
Ellos subordinaron en la práctica al poder civil en las zonas declaradas
en estado de emergencia, pues ellos terminaron asumiendo no sólo la conducción
militar sino también política de la lucha contrasubversiva |13|.
75. La CVR constata que la ley colocaba a militares y policías que actuaban
en provincias declaradas en estado de emergencia bajo la competencia de
la justicia militar, |14| lo que favoreció la impunidad de los agentes del
Estado responsables de violaciones a los derechos humanos. Del mismo modo
el carácter permanente de una situación de excepción en cada vez más provincias,
debilitó la democracia y creó un clima propicio para las violaciones a los
derechos humanos, así como un sentido común de la población y las autoridades
civiles de esas zonas, de que el poder reposaba en la autoridad militar.
76. La CVR considera que la abdicación de la autoridad democrática culminó
con la legislación antisubversiva aprobada después del golpe de abril de
1992. De acuerdo a ella, los jefes de los CPM no sólo coordinaban y supervisaban
sino "conducían" las acciones en los campos no-militares. Ese paquete legislativo
cambió el Sistema de Defensa Nacional, la ley del Servicio de Inteligencia
Nacional y la ley de situación militar. Esta última permitió que los comandantes
generales de las FF.AA. permanecieran en sus cargos aún después de su fecha
de retiro. La nueva legislación incluía además penas y procedimientos que
violaban las garantías del debido proceso, así como la Constitución y tratados
internacionales de los cuales el Perú era firmante: penas mínimas desproporcionadas,
nuevas figuras legales como terrorismo agravado y traición a la patria,
tribunales y jueces sin rostro, entre otros. Este nuevo marco legal fue
uno de los pilares del régimen surgido a partir del golpe de Estado de abril
de 1992.
A. Indiferencia y demanda de dureza
77. La CVR ha constatado con pesar que los gobiernos civiles no estuvieron
solos en esta concesión al uso indiscriminado de la fuerza como medio de
combate contra la subversión. Por el contrario, la proclividad de dichos
gobiernos a la solución militar sin control civil estuvo en consonancia
con un considerable sector de la sociedad peruana, principalmente el sector
urbano medianamente instruido, beneficiario de los servicios del Estado
y habitante de zonas alejadas del epicentro del conflicto. Este sector miró
mayoritariamente con indiferencia o reclamó una solución rápida, dispuesta
a afrontar el "costo social" que era pagado por los ciudadanos de las zonas
rurales y más empobrecidas.
B. El gobierno de Acción Popular
78. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes
al partido Acción Popular, muchas de las cuales fueron autoridades locales
que permanecieron en sus puestos a pesar de la intensidad de la violencia.
La CVR resalta, también, el esfuerzo realizado por el gobierno del presidente
Fernando Belaúnde Terry por preservar el sistema democrático, las elecciones
locales y generales y la libertad de prensa, en el contexto de una difícil
transición a un régimen democrático en medio del peor conflicto armado interno
de la historia republicana del país.
79. La CVR reconoce que el partido Acción Popular tuvo que enfrentar la
subversión un escenario difícil por la complejidad del Estado sobredimensionado
legado por el gobierno militar, por la debilidad de un sistema de partidos
sin vida democrática significativa, por relaciones cívico-militares marcadas
por la distancia y la desconfianza y por la existencia de una izquierda
de gran tamaño y radicalidad.
80. La CVR recuerda que en ese contexto, el presidente Belaúnde propuso
diversas políticas de frente, que sólo fueron aceptadas por su aliado, el
Partido Popular Cristiano. Los demás partidos optaron por mantener sus propios
perfiles. Ese desacuerdo complicó enormemente las posibilidades de una respuesta
unitaria a la amenaza subversiva.
81. La CVR encuentra que el conflicto armado interno fue considerado por
varios meses como un problema marginal que había tomado por sorpresa al
Estado y a todas las fuerzas políticas del país. Una vez que el incremento
del número de acciones subversivas armadas lo volvió inocultable, el gobierno
de AP y la oposición perdieron un valioso tiempo en atribuir las responsabilidades
de los hechos, a partir de sus propias agendas políticas |15|. Debe señalarse
que ese tiempo perdido en diagnósticos errados o interesados fue crucial
para el asentamiento del PCP-SL en diversas áreas del campo ayacuchano,
sin una respuesta estatal organizada por el gobierno.
82. La CVR constata que el gobierno optó por enfrentar al PCP-SL con las
fuerzas policiales y con medidas de excepción que se prorrogaron ininterrumpidamente.
Las limitaciones de las fuerzas policiales, divididas en tres instituciones
sin coordinación entre ellas, desprovistas de equipamiento básico y sin
el respaldo de una política contrasubversiva coherente generaron, en poco
tiempo, un rechazo de la población que fue trasladado hacia el gobierno.
Éste, ante la actividad cada vez más violenta de SL, optó por ceder la conducción
de la lucha antisubversiva a las FFAA a fines de 1982.
83. La CVR considera que la decisión adoptada por el gobierno de AP inició
un proceso de militarización que duró más de una década y que tuvo graves
consecuencias para el país. Con el establecimiento de comandos político-militares
y ante la inoperancia del poder político para contribuir en la lucha contrasubversiva
en los campos no-militares, se produjo una subordinación de hecho de las
autoridades civiles locales a las estrategias contrasubversivas de las FFAA.
84. La CVR ha establecido que los comandos político-militares y la intervención
de las FFAA se realizaron sin tomar las previsiones indispensables por parte
de la autoridad civil para salvaguardar los derechos fundamentales de la
población, permitiéndose en consecuencia numerosas violaciones de los derechos
humanos de manera sistemática y/o generalizada.
85. La CVR concluye que el gobierno de Acción Popular toleró estas violaciones
de derechos humanos, haciendo caso omiso de las numerosas denuncias por
diversas fuentes gubernamentales y de la sociedad civil. Tal es el caso
de matanzas como las de Putis, Pucayacu, Cabitos, entre las más notorias.
Asimismo, durante ese período de gravísima violencia, el parlamento con
mayoría gobiernista no nombró ninguna comisión investigadora. La única comisión
fue nombrada por el Ejecutivo para investigar la matanza de ocho periodistas
en la comunidad de Uchuraccay, donde la CVR ha constatado que murieron,
además, 135 campesinos quechuas en el transcurso del año posterior a la
masacre, la mayoría a manos de Sendero Luminoso.
86. La CVR encuentra que esa injustificada tolerancia del gobierno de AP
hacia los atropellos a los derechos fundamentales de la ciudadanía, se sustentaba
en la intención y la expectativa de acabar con la subversión en el corto
plazo, sin considerar su costo en vidas humanas. Dicha política fue ratificada
por la Ley 24150 promulgada en 1985.
87. La CVR encuentra responsabilidad política en el gobierno de Acción Popular
por su tolerancia con las violaciones de derechos humanos cometidas por
parte del Estado, principalmente contra la población indígena, la más desprotegida
y marginada del país, y halla en ella una lamentable muestra de esos hábitos
de discriminación y racismo existentes en la sociedad peruana.
88. Las cifras de la CVR revelan que entre 1983 y 1984 se produjo la mayor
cantidad de muertes anualizadas de todo el conflicto, causadas por las campañas
de asesinatos del PCP-SL y la cruenta respuesta oficial, que según los cálculos
de la CVR dejaron 19,468 víctimas fatales, es decir, 28 por ciento del total
estimado para todo el conflicto armado interna. Estas cifras que pasaron
casi imperceptibles para el resto del país, debido a las graves fracturas
étnicas de nuestra sociedad.
C. El gobierno del Partido Aprista Peruano
89. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes
al Partido Aprista Peruano, muchas de las cuales fueron autoridades locales
que permanecieron en sus puestos a pesar de la intensidad de la violencia.
La CVR resalta, también, el esfuerzo realizado por el gobierno del presidente
Alan García Pérez por preservar el sistema democrático, las elecciones locales
y generales y la libertad de prensa, en el contexto de una difícil situación
en medio del peor conflicto armado interno de la historia republicana del
país.
90.La CVR considera que, al asumir el doctor Alan García Pérez el gobierno
en julio de 1985, impulsó una serie de políticas sociales para reorientar
la estrategia contrasubversiva en marcha. El objetivo explícito fue derrotar
a la subversión mediante políticas de desarrollo dirigidas a los campesinos
y a las regiones más pobres. El nuevo gobierno asumió como propias las críticas
a la actuación de las FFAA que se venían haciendo desde el periodo gubernamental
previo.
91. La política de respeto a los derechos humanos y de denuncia de las violaciones
de los mismos se expresó, por ejemplo, en las sanciones aplicadas a los
jefes militares responsables de la matanza de Accomarca (agosto 1985). El
gobierno buscó así el control civil sobre la acción militar. Creó, asimismo,
una Comisión de Paz y llevó adelante iniciativas en el campo de la unificación
policial y la creación del Ministerio de Defensa.
92. La CVR considera, sin embargo, que la llamada "masacre de los penales"
ocurridas los días 18 y 19 de junio de 1986 en los centros penitenciarios
de Lurigancho y El Frontón marcó un punto de quiebre en el esfuerzo del
gobierno del APRA por imponer desde el poder civil un nuevo esquema de respeto
de los derechos humanos por las fuerzas del orden. La CVR constata que a
partir de los sucesos mencionados, las FF.AA. actuaron con mayor autonomía
en su accionar contrasubversivo, sin que el Poder Ejecutivo ni el Poder
Legislativo las proveyeran de un marco legal para ello.
93. La CVR encuentra grave responsabilidad política en el gobierno del APRA
en relación con estos casos, sin perjuicio de otras responsabilidades que
de manera individual sean determinadas en otras instancias judiciales nacionales
o internacionales.
94. La CVR considera el encubrimiento de la matanza de Cayara ocurrida en
mayo de 1988, como paradigmático de la nueva la actitud del partido de gobierno
frente la actuación de las FF.AA. en la lucha contrasubversiva. La comisión
investigadora conformada en el Senado de la República, presidida por el
parlamentario del PAP Carlos Enrique Melgar, dictaminó que la matanza no
había ocurrido, mientras que la minoría de dicha comisión y un fiscal aseguraban
lo contrario. El dictamen, no obstante, fue aprobado por la mayoría aprista.
Las investigaciones de la CVR confirman la matanza de Cayara y encuentran
responsabilidad política en el PAP por colaborar en el encubrimiento de
dicha masacre.
95. La CVR constata el gobierno del APRA puso en marcha un proceso de reorganización
de las tres instituciones policiales existentes, atendiendo a reclamaciones
sobre la crisis de corrupción e ineficiencia. Ello derivó en lo que más
adelante sería la policía nacional. El Partido Aprista tuvo un especial
interés en controlar a la policía a través del ministerio del Interior.
En el proceso se crearon nuevas unidades como la DOES, preparada para la
lucha contrasubversiva y se fortaleció el trabajo de inteligencia contra
el terrorismo.
96. La CVR estima que la aguda crisis económica y política que vivió el
Perú a partir de 1988 favoreció el desarrollo de las agrupaciones subversivas
y a la vorágine de violencia. El fracaso del programa económico y el inicio
de la hiperinflación llevó a una situación de grave inestabilidad en el
país. Desde el fallido intento de estatización de la banca, el gobierno
perdió el respaldo de los grupos empresariales y financieros del país. Las
marchas y contramarchas en las políticas económicas agudizaron la tensión
social existente, agravada por servicios básicos colapsando. El PCP-SL aprovechó
esos espacios de descontento para iniciar sus propias marchas de protesta
hasta en la misma capital.
97. La CVR ha recogido testimonios que sugieren la existencia de policías
vinculados a actividades de escuadrones de la muerte y comandos paramilitares
utilizados contra presuntos subversivos. Una serie de sucesos, como la aparición
del Comando Rodrigo Franco, el enfrentamiento en Molinos, el ataque del
PCP-SL al puesto policial de Uchiza, la vacancia de cargos municipales en
1989 y el escape de los emerretistas del penal Castro Castro en 1990, entre
otros, potenciaron la imagen de desgobierno y caos en el país. Al mismo,
tiempo, sin embargo se llevaron a cabo tres elecciones nacionales entre
noviembre de 1989 y junio de 1990. El descontento de las FFAA fue grande,
produciéndose hasta un intento de golpe de Estado. La CVR concluye que,
al producirse la crisis, el gobierno perdió el control de la política contrasubversiva,
salvo en algunas áreas del trabajo policial que fueron muy exitosas como
la del GEIN que, a la postre, rendiría los mayores frutos en cuanto a capturas
de líderes subversivos.
Los gobiernos de Alberto Fujimori
98. La CVR ha constatado que las elecciones presidenciales de 1990 se produjeron
en medio de una crisis generalizada y del incremento de la acción subversiva.
El desprestigio de los partidos y la pérdida de confianza en las organizaciones
políticas facilitaron el triunfo de un independiente, el ingeniero Alberto
Fujimori, ex-Rector de la Universidad Nacional Agraria. Rápidamente reveló
rasgos de personalidad que se expresarían en sus dos períodos gubernamentales:
el menosprecio a la democracia. En ningún momento construyó una organización
política que lo respalde |16|. Para enfrentar los dos grandes problemas
que heredaba -crisis económica y avance de la subversión- encargó los asuntos
económicos a grupos de tecnócratas, y asumió como suya la estrategia antisubversiva
de las Fuerzas Armadas perfilada a finales de la década de 1980. Igualmente,
convocó a operadores de inteligencia militar; el más conocido: Vladimiro
Montesinos. Con su apoyo, el nuevo régimen comenzó a fortalecer el Servicio
de Inteligencia Nacional y se aseguró la lealtad de las cúpulas militares
para convertirlas en pilares de su gestión |17|.
99. La CVR concluye que el golpe de estado del 5 de abril de 1992 significó
el colapso del Estado de Derecho y mostró además la debilidad del sistema
de partidos; el golpe contó con el apoyo de la mayoría de la opinión pública.
En medio de la ofensiva urbana del PCP-SL, sectores importantes de todos
los estratos sociales, se mostraron dispuestos a trocar democracia por seguridad
y a tolerar las violaciones a los DDHH como el costo necesario para terminar
con la subversión.
100. La CVR ha constatado que a partir de 1992 la nueva estrategia contra-subversiva
puso énfasis en la eliminación selectiva de las organizaciones político-administrativas
(OPA) de los grupos subversivos. Vinculado a Vladimiro Montesinos |18| actuó
un escuadrón de la muerte denominado "Colina", responsable de asesinatos,
desapariciones forzadas y masacres con crueldad, ensañamiento. La CVR posee
indicios razonables para afirmar que el presidente Alberto Fujimori, su
asesor Vladimiro Montesinos y altos funcionarios del SIN tienen responsabilidad
penal por los asesinatos, desapariciones forzadas y masacres perpetradas
por el escuadrón de la muerte denominado "Colina".101. La CVR sostiene que
la DINCOTE, gracias a la experiencia acumulada desde fines de la década
anterior y el énfasis puesto en el trabajo de inteligencia, mostró por esa
misma época facetas más constructivas y eficaces, que desembocaron en la
captura de Víctor Polay, principal dirigente del MRTA, y en la de Abimael
Guzmán y miembros del Buró Político del Comité Central del PCP-SL, el 12
de setiembre de 1992. La CVR concluye que las capturas de los líderes máximos
del PCP-SL y el MRTA no fueron usadas por el gobierno para acelerar la derrota
de la subversión sino para obtener réditos electorales.
102. Asimismo, entonces, la CVR señala la utilización dada al operativo
Chavín de Huántar. Como se sabe, en diciembre de 1996 un comando del MRTA
secuestró centenares de civiles que asistían a una recepción en la residencia
del embajador japonés. La CVR expresa su repudio a esa acción terrorista
que mantuvo cautivos durante más de cuatro meses a decenas de personas.
Reconoce, asimismo, el derecho del Estado a rescatar a los rehenes allí
recluídos y saluda el heroísmo y la eficiencia de los comandos que culminaron
con éxito el operativo de rescate y rinde homenaje a los miembros del Ejército
fallecidos en dicha acción, así como al Dr. Carlos Giusti. Condena, sin
embargo, las ejecuciones extrajudiciales que se habrían producido, injustificadas
por tratarse de personas rendidas, y comparte asimismo el rechazo de la
opinión pública a las imágenes de Alberto Fujimori paseándose por sobre
los cadáveres desparramados en la residencia recién rescatada.
103. La CVR afirma que en los años siguientes, diversos hechos, algunos
ciertos, la mayoría manipulados mediáticamente, sirvieron para crear y recrear
exageradamente al "terrorismo" como una amenaza latente, para justificar
el autoritarismo del régimen y para desprestigiar a los opositores. La interceptación
telefónica a políticos opositores, el acoso al periodismo independiente,
el sometimiento y perversión final de la mayoría de medios de comunicación,
los atentados y crímenes incluso contra miembros del propio SIN, así como
la desvirtuación de operaciones legítimas como el mencionado operativo Chavín
de Huántar, llevan el sello del gobierno autoritario de Alberto Fujimori.
104. Por lo expuesto, la CVR sostiene que en los últimos años del gobierno
de Fujimori el conflicto armado interno fue manipulado con la finalidad
de hacer que el régimen permaneciera en el poder. Ello sumió al país en
una nueva crisis económica y en abismos de corrupción, descomposición moral,
debilitamiento del tejido social e institucional y una profunda desconfianza
en la esfera pública. Todos estos rasgos constituyen, por lo menos en parte,
secuelas de la forma autoritaria, "antipolítico", en que se resolvió el
conflicto y configuran una de las páginas más oprobiosas de la historia
de la república.
E. Los partidos de Izquierda
105. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes
a los partidos que conformaron la alianza Izquierda Unida, muchas de las
cuales fueron autoridades locales que permanecieron en sus puestos a pesar
de la intensidad de la violencia. La CVR resalta, también, que IU fue un
canal de representación política de amplios sectores populares y movimientos
sociales hasta entonces no incluidos en la agenda nacional. De esta forma,
en muchas zonas del país, militantes de izquierda fueron un freno para el
avance de Sendero Luminoso.
106. La CVR ha constatado que la alianza Izquierda Unida (IU) fue la segunda
fuerza electoral durante la mayor parte de la década de 1980, tuvo representación
en el Parlamento, responsabilidad en gobiernos locales y, entre 1989 y 1992,
en los gobiernos regionales.
107. Asimismo la CVR ha constatado que durante la década de 1970, la mayor
parte de las organizaciones que luego conformarían IU compartieron con matices
un discurso y una estrategia que privilegiaba la toma del poder por la vía
de la lucha armada. En el contexto de grandes movilizaciones sociales y
apertura democrática de fines de los años 70, algunas de estas organizaciones
iniciaron un viraje que los llevó a valorar positivamente la vía electoral
y la democracia representativa.
108. La CVR hace notar sin embargo, que un deslinde ideológico insuficiente
y en muchos casos tardío colocó a la mayoría de partidos miembros de IU
en una situación ambigua frente a las acciones del PCP-SL y más aún del
MRTA. Esta ambigüedad hizo difícil para sus líderes, y también para las
dirigencias sociales sobre las cuales IU tenía influencia, dar la lucha
ideológica contra las concepciones violentistas que terminaran incorporándose
al PCP-SL o al MRTA.
109. La CVR constata que la izquierda formuló denuncia, por cierto necesaria,
de las violaciones a los derechos humanos cometidos por el Estado. Sin embargo,
no dio el mismo tratamiento a aquellas cometidas por los grupos subversivos,
especialmente por el MRTA. Hubo dos agrupaciones que mantuvieron hasta el
final la posibilidad del recurso a la violencia para tomar el poder. Esto
fue en ultima instancia lo que produjo la división de la izquierda entre
supuestos reformistas y revolucionarios. Por otro lado, el Partido Unificado
Mariateguista y el P.C. del P. "Patria Roja" formaron organismos de autodefensa,
que terminaron enfrentando a SL en defensa de las organizaciones sociales.
110. Para la CVR, sin que ello fuera una posición generalizada, sectores
de la izquierda entendieron su participación en el parlamento como una tribuna
de agitación y propaganda y en los municipios para desde allí "elevar el
nivel de conciencia de las masas". En ambos casos, para demostrar las limitaciones
de las instituciones "demo-burguesas".
111. La CVR señala que, en el plano político, el sectarismo y la ineficacia
de los partidos y de los independientes que conformaban IU, así como la
dificultad para poner los intereses del país por encima de los grupos o
personalidades que la integraban, impidió que ella fuera más allá de su
carácter de alianza electoral, para convertirse en frente programático que
representara y ofreciera una alternativa de transformación pacífica y democrática
a sus militantes y al país. Ese límite se mantuvo incluso en su momento
de mayor presencia electoral, le impidió luego diferenciarse de la política
del gobierno aprista, y terminó dividiéndola en 1989. La división desconcertó
a sus seguidores y resquebrajó el dique de contención que significaba IU
en amplios sectores populares, favoreciendo el avance de los grupos subversivos
y posteriormente del fujimorismo.
112. Sin embargo, la CVR hace resaltar el papel positivo de la temprana
denuncia de las violaciones a los derechos humanos por parte de IU, tanto
a través de sus partidos integrantes como de las organizaciones sociales
en las cuales tenía presencia y de sus representantes en el Parlamento,
que tuvieron destacado papel en las más importantes comisiones investigadoras
del Congreso sobre temas vinculados al conflicto armado interno (la matanza
de los penales, los grupos paramilitares, las causas de la violencia.)
113. La CVR deja constancia, además, que numerosos miembros de IU, especialmente
militantes de base de provincias en períodos electorales, cayeron víctimas
de las fuerzas del orden que no distinguieron entre izquierdaunidistas y
subversivos. Asimismo, queda claro para la CVR que IU no fue nunca "fachada
legal" de SL, ni de manera orgánica ni oficiosa. Más bien, conforme avanzaba
la década, IU denunció crecientemente la ideología y los métodos del PCP-SL,
quien asesinó un número significativo de dirigentes sociales de las filas
de IU, algunos de ellos líderes de importantes gremios nacionales.
F. El poder legislativo
114. A la CVR le es dado constatar que los problemas del Estado para enfrentar
el conflicto armado interno también ocurrieron en el Poder Legislativo.
Las fuerzas políticas allí representadas no tuvieron ni presentaron iniciativas
sobre cómo enfrentar de una manera integral a los grupos subversivos hasta
bien avanzado el conflicto (1991).
115. La CVR deja constancia de que durante toda la década de 1980 el Congreso
funcionó con mayorías gobiernistas. A través de esas mayorías, los gobiernos
inhibieron o debilitaron las capacidades de fiscalización y de formulación
legal. Así, el Parlamento 1980-1985 no cumplió con su función constitucional
de fiscalización, al abdicar a ejercer control sobre lo que en Ayacucho,
Huancavelica y Apurímac venía sucediendo a propósito del conflicto. Encontrándose
en este período la mayor cantidad de peruanos muertos o desaparecidos a
causa de la guerra, el Congreso no efectuó ninguna investigación sobre las
violaciones a los derechos humanos que tanto el PCP-SL como las fuerzas
del orden iban acumulando impunemente.
116. La CVR debe señalar que frente a la militarización del conflicto, el
Congreso no planteó ninguna alternativa o plan viable. La principal actividad
normativa estuvo a cargo del Ejecutivo. Y cuando, finalmente, el Congreso
retomó dicha función, no hizo sino reafirmar su escasa voluntad de comprometerse
a encontrar respuesta severa y eficaz frente al fenómeno subversivo.
117. La CVR señala que la aprobación por el Congreso de la Ley 24150 que
establecía las normas a cumplir en los estado de excepción por los que las
FFAA asumían el control del orden interno, en todo o parte del territorio,
fue un intento de legalizar lo que en los hechos venía sucediendo, inhibiendo
legalmente a la autoridad civil en beneficio de la militar. Así, esta decisión
significó, por un lado, una estrategia equivocada que condujo a la relativización
del poder democrático civil y, por otro, a la reducción de la política anti-subversiva
a un ámbito de represión y control militar.
118. Sin embargo, la CVR debe anotar que a partir de 1985 funcionaron comisiones
investigadoras sobre casos de gran impacto en la opinión pública. Aunque
ninguna logró quebrar el círculo de la impunidad los debates parlamentarios
y los dictámenes en minoría generaron corrientes importantes de opinión
pública en contra de las violaciones a los derechos humanos. No obstante,
cabe señalar que si bien el Congreso se encargó de llevar adelante la investigación
de importantes casos de violaciones a los derechos perpetradas por las fuerzas
del orden, no hizo un esfuerzo similar para investigar y demandar sanción
sobre terribles casos de violaciones perpetradas por SL.
119. La CVR anota que en el Congreso surgido a partir de las elecciones
de 1990, el Ejecutivo careció por primera vez de mayoría propia. Aprovechando
el desgaste de los partidos políticos y el desprestigio del Legislativo,
el gobierno de Alberto Fujimori y los promotores de una política anti-subversiva
autoritaria y militarizada, sobredimensionaron su ineficacia y sus problemas
y no tuvieron reparos en presentar al Congreso como parte del "campo enemigo",
esta idea era coincidente con la del PCP-SL, que entendía al Congreso como
un reducto del "revisionismo" y parte del "viejo Estado" que había que destruir.
120. La CVR halla que entre 1990 y 1992, el Congreso adquirió otra fisonomía.
El que no existiese una mayoría parlamentaria gobiernista y el avance de
la subversión, empujaron a una mayor concertación y a participar de manera
más activa en el diseño de una política anti-subversiva dentro de marcos
democráticos. La nueva actitud se hizo visible en el debate sobre legislación
anti-subversiva de noviembre de 1991. De otro lado, en materia de su función
de control parlamentario, el Congreso de 1990-92 intervino en situaciones
de violaciones de derechos humanos en el conflicto armado interno. Sin embargo,
el golpe de abril de 1992 que cerró el Parlamento con la anuencia de un
sector mayoritario de la opinión pública, mostró que ese fue un esfuerzo
tardío e insuficiente para controlar a los poderes fácticos y corrientes
autoritarias del país. Para entonces los partidos políticos parlamentarios
evidenciaban claros signos de agotamiento y crisis.
121. La CVR considera que después del golpe de 1992 el Congreso, tanto el
CCD como el Congreso 1995-2000, careció de cualquier capacidad de fiscalización,
tanto por el recorte constitucional de sus atribuciones como por la mayoría
parlamentaria absoluta que mantuvo la bancada gobiernista hasta el año 2000.
La pálida labor parlamentaria en la lucha contra-subversiva se vio agravada
por el desarrollo de un proceso de manipulación normativa de alta nocividad
social, que buscó, entre otras cosas, montar un aparato que garantizara
la impunidad a las violaciones de los derechos humanos cometidas por agentes
estatales.
122. A la CVR le ha sido dado constatar que, en muchos casos, la mayoría
oficialista de los congresos post golpe, a pesar de la actitud valiente
de congresistas de la oposición, no sólo abdicó de su función constitucional
de fiscalización, sino que avaló y promovió el encubrimiento y la impunidad.
Un hito de especial consideración dentro de su participación en el proceso
de afirmación de impunidad fue la aprobación de la Ley 26479, Ley General
de Amnistía (15.06.95). El Parlamento se convirtió en la práctica en una
caja de resonancia de los planteamientos de palacio y del SIN.
G. El Poder Judicial
123. La CVR debe indicar que la abdicación de la autoridad democrática incluyó
las funciones propias de la administración de justicia. El sistema judicial
no cumplió con su misión adecuadamente; ni para la condena dentro de la
ley de las acciones de los grupos subversivos; ni para la cautela de los
derechos de las personas detenidas, ni para poner coto a la impunidad con
que actuaban los agentes del Estado que cometían graves violaciones de los
derechos humanos. En el primer caso, el poder judicial se ganó la imagen
de una ineficiente "coladera" que liberaba a culpables y condenaba a inocentes;
en el segundo caso, sus agentes incumplieron el rol de garante de los derechos
de los detenidos, coadyuvando a la comisión de graves violaciones a los
derechos a la vida y la integridad física; por último, se abstuvieron de
llevar a la justicia a miembros de las fuerzas armadas acusados de graves
delitos, fallando sistemáticamente cada contienda de competencia a favor
del fuero militar, donde las situaciones quedaban en la impunidad.
124. La CVR debe empero precisar que el Sistema Judicial adolecía de problemas
estructurales que determinaban su ineficiencia. Sin embargo, a ello debe
sumarse la actuación negligente de algunos operadores de justicia que hicieron
mas grave aún la situación estructural en que se desenvolvía la administración
de justicia.
125. La CVR deja constancia de que la situación del Perú judicial se agravó
luego del golpe de Estado de 1992, cuando a las condiciones mencionadas
se sumaron: una clara intromisión en la capacidad de autogobierno a partir
de ceses masivos de magistrados, nombramientos provisionales y la creación
de órganos de gestión ajenos a la estructura del sistema judicial; además
de la inoperancia del Tribunal Constitucional.
126. La CVR deja constancia de la deficiente la legislación que aplicaba
el sistema judicial. Entre 1980 y 1992 incidieron fuertemente en esta situación:
la tipificación amplia e imprecisa del delito de terrorismo; y la mediatización
de la labor del Ministerio Público en la etapa de investigación preliminar,
subordinando la labor garantista del fiscal. Luego del golpe de 1992, la
situación se agravó debido a que la nueva legislación antiterrorista se
caracterizaba por: la sobrecriminalización del terrorismo a través de la
flexibilización del concepto y la creación de tipos penales nuevos con los
que se procesaba en distintos fueros y se imponían penas distintas por la
misma conducta; la falta de proporcionalidad de las penas; la seria limitación
de la capacidad de defensa de los detenidos; y la atribución de competencia
a los tribunales militares en el juzgamiento de los delitos de traición
a la patria.
127. La CVR ha constatado que, abdicando de su propia competencia, el Poder
Judicial, a través de la Corte Suprema cuando los acusados eran miembros
de las Fuerzas Armadas, falló en toda ocasión a favor del fuero militar,
donde los casos por lo general se sobreseían, se prolongaban innecesariamente
o terminaban generando condenas benévolas.
128. Otra conducta que la CVR ha comprobado es que los operadores de justicia
incurrieron en falta contra su deber de cautelar por los derechos de los
ciudadanos fue la generalizada práctica de declarar improcedentes los recursos
de Habeas Corpus. El tribunal de garantías constitucionales -vigente hasta
1991- sistemáticamente evitó llegar a sentencias fundadas. Esta situación
contribuyó en no poca medida a que las detenciones arbitrarias culminasen
en torturas, ejecuciones arbitrarias y desapariciones forzadas.
129. La CVR considera que la dictadura de Alberto Fujimori pretendió legalizar
de forma espuria la impunidad a las violaciones de los derechos humanos
realizadas por agentes del Estado, logrando que el Congreso Constituyente
Democrático aprobase por mayoría dos leyes de amnistía que vulneraban disposiciones
constitucionales y tratados internacionales soberanamente ratificados por
el Perú. Salvo una honrosa excepción, que inaplicó la norma por vulnerar
disposiciones constitucionales y tratados internacionales |19|, los jueces
renunciaron a su facultad de aplicar el control difuso de la constitucionalidad
de las leyes. 130. La CVR ha constatado que el resultado de la aplicación
estricta y acrítica de la legislación antiterrorista de 1992 permitió que
en el procesamiento de detenidos no se garantizara la imparcialidad ni la
exactitud de los juicios. No solamente cientos de personas inocentes tuvieron
que sufrir largas condenas, sino que la violación de las garantías de debido
proceso arrojó una severa sombra de duda sobre los procesos realizados.
El descrédito sufrido por el sistema judicial peruano aplicando las leyes
dictadas por el régimen fujimorista, sólo resultaría en un favor a los verdaderos
subversivos cuando, años después, el Estado tuviera que realizar nuevos
juicios a partir de pruebas escasas. De otro lado, los sentenciados por
terrorismo sufrieron y condiciones de carcelería vejatorias de la dignidad
humana, que no conducían en absoluto a su rehabilitación. La situación carcelaria,
en efecto, poco atendida por los jueces de ejecución penal, dio lugar a
motines y masacres en 1985, 1986 y 1992.
131. La CVR debe indicar que el Ministerio Público -salvo honrosas excepciones-
abdicó a la función de controlar el estricto respeto a los derechos humanos
que debía observarse en las detenciones y se mostró insensible a los pedidos
de los familiares de las víctimas. Por el contrario, se omitió el deber
de denunciar crímenes, se investigó sin energía, se realizaron muy deficientes
trabajos forenses, lo que coadyuvó a la situación de descontrol e impunidad.
Bajo la dictadura fujimorista, la obsecuencia del Ministerio Público ante
los imperativos del poder ejecutivo fue total.
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V. El papel de las organizaciones sociales
A. Sobre los gremios
132. La CVR ha constatado la agresión violenta de parte de los grupos subversivos
contra diversos sindicatos y empresas. En el informe de la CVR constan los
asesinatos de dirigentes sindicales, empresarios y funcionarios de empresas.
133. La CVR estima que mientras el PCP-SL exacerbó los conflictos laborales
y se propuso como objetivo la destrucción de los sindicatos existentes,
el MRTA buscó instrumentalizar los sindicatos para sus fines subversivos.
134. La CVR concluye también en que las prácticas o concepciones antidemocráticas
en sindicatos y gremios empresariales condujeron a la descalificación mutua
a lo largo del conflicto armado, cuestionando la representatividad y legitimidad
de las organizaciones gremiales.
135. La CVR ha constatado que el rol del Estado como árbitro de los conflictos
laborales fue de marcada ineptitud, pues una burocracia ineficiente y propensa
a la corrupción, la ausencia de reglas claras, una legislación engorrosa,
entre otros factores, dificultaron las negociaciones provocando el agravamiento
de los problemas.
B. Sobre sistema educativo y magisterio
136. La CVR ha comprobado que el Estado descuidó desde décadas el tema educativo.
Hubo proyectos modernizadores en la década del 60 pero fracasaron. Ni la
ley universitaria ni la reforma educativa de 1972 lograron revertir esta
tendencia. Tampoco neutralizaron el predominio de pedagogías tradicionales
autoritarias. En aquellos espacios que el Estado fue dejando en su repliegue,
germinaron nuevas propuestas; ellas propugnaban un cambio radical, anti-sistémico,
sólo alcanzable por la vía de la confrontación y sustentado en un "marxismo
de manual", dogmático y simplificado, que se expandió ampliamente en las
universidades durante la década de 1970. Esos nuevos contenidos se transmitieron
utilizando los viejos marcos pedagógicos autoritarios, que no fueron cuestionados.
137. La CVR ha comprobado que, entre muchos maestros y estudiantes universitarios,
se volvió sentido común el cumplimiento fatal de la historia a través de
la vía de la confrontación. Esa visión abrió espacios para el desarrollo
de propuestas autoritarias de extrema izquierda. La del PCP-SL fue sólo
la más extrema.
138. La CVR ha comprobado que el PCP-SL fue el que buscó instrumentalizar
las instituciones educativas: universidades, colegios secundarios, institutos
superiores e incluso academias de postulantes. El sentido común dogmático
y la ambigüedad de los grupos radicales frente a la violencia le fueron
favorables. A través del amedrentamiento o la cooptación logró ubicar maestros
en colegios donde le interesaba desarrollar proselitismo. Aprovechando y
alimentando una versión maximalista de la autonomía universitaria accedió
en algunos casos a las Direcciones de bienestar universitario o al menos
encontró santuario en viviendas y comedores. Allí desarrolló un proselitismo
en el cual el clientelismo se mezclaba con la movilización de los sentimientos
de discriminación y agravio de los estudiantes pobres y provincianos, que
utilizaban mayormente esos servicios. A ellos, con débiles redes sociales
en sus lugares de estudio, les ofrecía además identidad y sentido de pertenencia.
139. La CVR encuentra una grave responsabilidad del Estado: i) en el descuido
de la educación pública en medio de un conflicto que tenía al sistema educativo
como importante terreno de disputa ideológica y simbólica; ii) en el amedrentamiento
y/o la estigmatización de comunidades enteras de maestros y estudiantes
de universidades públicas, especialmente de provincias (|20|); iii) en el
deterioro de la infraestructura de servicios de varias universidades públicas
(|21|) iv) en haber permitido graves violaciones de los derechos humanos
de estudiantes y profesores por el hecho de ser tales.(|22|)
140. La CVR repudia los crímenes cometidos contra estudiantes, profesores
y trabajadores, al margen de su filiación política. Condena especialmente
la matanza de más de cien estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad
Nacional del Centro (UNCP) a manos de los diferentes actores de la guerra
-incluyendo escuadrones de la muerte- enfrentados en un fuego cruzado y
confuso |23|. Condena, asimismo, la masacre de ocho estudiantes y un profesor
de la Universidad Nacional de Educación "La Cantuta" en julio de 1992 y
la posterior amnistía de los perpetradores miembros del escuadrón de la
muerte denominado "Colina" en 1995. Señala, a partir de sus investigaciones,
que además de las ya mencionadas, las universidades de San Cristóbal de
Huamanga, Hermilio Valdizán de Huánuco, Callao, Huacho y San Marcos, entre
otras, resultaron afectadas por la estrategia contrasubversiva de detenciones-desapariciones
y destrucción de infraestructura y, durante el régimen autoritario de la
década de 1990, por la instalación de bases militares en los campus universitarios.C.
Sobre el papel de las iglesias
141. La CVR a través de numerosos testimonios recogidos, audiencias y estudios
realizados, ha constatado el papel de las iglesias Católica y evangélicas
durante el proceso de la violencia, como actoras que contribuyeron a proteger
a la población de crímenes y violaciones de derechos humanos. Institucionalmente,
la iglesia católica condenó desde temprano la violencia de los grupos alzados
en armas e igualmente las violaciones de los DDHH por parte del Estado.
Estas posturas se concretaron en actividades de defensa de los DDHH y denuncias
de las violaciones, iniciadas muy temprano en el proceso a través de organizaciones
como la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) y otras. La CVR ha llegado
a la conclusión de que muchas vidas fueron salvadas y muchos otros atropellos
fueron impedidos gracias al concurso de estas organizaciones cuyo papel
fue demandado y reconocido ampliamente por la población, así como de religiosos
y laicos individuales, más allá de orientaciones teológicas o pastorales.
En departamentos como Puno, Cajamarca, Ancash, Ucayali o Amazonas, el papel
de sacerdotes, laicos y catequistas contribuyó a fortalecer el tejido social
y construir una barrera que debilitó el avance del PCP-SL y el desborde
de la denominada "guerra sucia". La CVR rinde homenaje a los cristianos
que defendieron la vida durante el tiempo de la violencia política y repudia
el asesinato de sacerdotes y religiosas en cumplimientos de su misión, sobre
todo entre los sectores más desfavorecidos del campo y la ciudad.
142. La CVR ha encontrado, sin embargo, que la defensa de los derechos humanos
no fue firme en el arzobispado de Ayacucho durante la mayor parte del conflicto
armado. Durante buena parte del conflicto dicho arzobispado puso obstáculos
a la labor de organizaciones de la Iglesia vinculadas al tema, a la vez
que negaba violaciones de los derechos humanos. La Comisión deplora que
algunas autoridades eclesiásticas de Ayacucho, Huancavelica y Abancay no
hayan cumplido con su compromiso pastoral.
143. La CVR ha concluido que las iglesias evangélicas cumplieron también
un valioso papel de protección de los derechos humanos, principalmente a
partir de sus instancias de coordinación nacional. Reconoce, asimismo, el
valor de los pastores que cumplieron esa labor de defensa de la vida y denuncia
de la violencia con peligro para ellos, muchas veces en zonas periféricas
de las grandes ciudades y en zonas rurales muy apartadas. Constata también
que un número significativo de campesinos evangélicos participaron en comités
de autodefensa que enfrentaron a la subversión. Sin embargo, lamenta que
algunas comunidades evangélicas no se hayan hecho eco de la defensa de los
derechos humanos.
144. La CVR rinde homenaje a sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles
católicos y evangélicos que pagaron con su vida su labor pastoral durante
el conflicto armado interno.
D. Sobre las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos
145. La CVR ha concluido que a lo largo del conflicto, decenas de asociaciones
de la sociedad civil mantuvieron viva la capacidad de indignación ante lo
que ocurría y crearon un eficaz movimiento a favor de los derechos humanos
que, organizado alrededor de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
(CNDH), se convirtió -pese a una permanente satanización en su contra- en
un referente ético en el escenario nacional y en un efectivo recurso para
que las víctimas pudiesen avanzar en su objetivo de alcanzar la verdad y
exigir la justicia. La Comisión está convencida de que el país debe a las
organizaciones de derechos humanos una deuda de gratitud porque, al ejercer
el derecho democrático de fiscalizar a las fuerzas del orden, contribuyeron
a controlar algunos de los aspectos más brutales del conflicto y a ganar
para la lucha democrática del pueblo peruano una amplia solidaridad internacional.
146. De acuerdo a la tradición del movimiento internacional de derechos
humanos, en los primeros años del conflicto los organismos peruanos defensores
de los DD.HH. centraron su crítica fundamentalmente en el Estado, cuyas
acciones se enmarcan dentro de un ordenamiento legal que deben respetar,
que es además signatario de tratados internacionales y debe, sobre todo,
responder por la seguridad de sus ciudadanos. Sin embargo, a mediados de
la década de 1980 los organismos que conformaron la CNDH zanjaron con las
organizaciones de fachada de los grupos subversivos |24|. Posteriormente,
se negaron a defender legalmente a militantes o líderes de dichos grupos
e influyeron activa y exitosamente en el movimiento internacional de derechos
humanos, para que sus organismos incluyan dentro de sus críticas y monitoreo
a los grupos subversivos, tanto peruanos como de todo el mundo.
147. La CVR ha constatado también, a diferencia de otros países donde se
dieron conflictos armados internos, la debilidad de las organizaciones de
víctimas. Ello porque en la mayoría de los casos las víctimas eran campesinos
pobres, con poca conciencia de derechos, difícil acceso a la justicia, débiles
redes sociales y escasos contactos urbanos. Esta debilidad favoreció la
impunidad de los perpetradores.
148. En tal contexto, la CVR destaca y reconoce la persistencia de la Asociación
Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú
(ANFASEP), conformada en su abrumadora mayoría por mujeres ayacuchanas quechua
hablantes de escasos recursos. Aún en los peores momentos, con tenacidad
y valentía, dichas mujeres mantuvieron viva la llama de la esperanza en
la recuperación de sus seres queridos y en la justicia para los responsables
de su desaparición.
E. Sobre los medios de comunicación
149. La Comisión de la Verdad y Reconciliación constata que a lo largo del
conflicto armado interno los medios de comunicación jugaron un papel muy
importante. Durante esos años el trabajo de investigación periodística fue
abundante, valiente y en algunos casos, como el de la masacre de La Cantuta
(julio 1992), indispensable para encontrar a los responsables de crímenes
atroces. Muchas veces, en esas investigaciones los periodistas arriesgaron
la vida y, desgraciadamente, en varios ocasiones la perdieron. La CVR rinde
homenaje a los periodistas asesinados durante el conflicto armado interno
en cumplimiento de su deber. Hace mención particular a los mártires de Uchuraccay,
primeros periodistas caídos en el cumplimiento de su deber en circunstancias
especialmente trágicas. Asimismo, reconoce de manera especial la contribución
al esclarecimiento de hechos y a las denuncias de crímenes y violaciones
a los derechos humanos de parte de los periodistas que en las provincias
declaradas en estado de emergencia cumplieron su deber abnegadamente y en
condiciones muy adversas.
150. En lo que se refiere a la cobertura y la línea editorial, la CVR constata
que desde inicios de la década de 1980 los medios de comunicación condenaron
la violencia subversiva, aunque con matices según las inclinaciones políticas
de cada uno, lo que implicaba evaluaciones diferentes de la situación o
de los objetivos de las organizaciones subversivas. Sin embargo, los medios
no tuvieron la misma posición en cuanto a la investigación y denuncia de
las violaciones de DDHH. Reconoce que hubo valioso y arriesgado trabajo
de investigación y denuncia, pero al mismo tiempo, señala que hubo medios
que sostuvieron una posición ambigua e incluso en ciertos casos importantes
avalaron la violencia arbitraria del Estado.
151. En lo que se refiere al modo de la cobertura realizada, la CVR ha encontrado
que en muchos medios se cayó en una presentación cruda, desconsiderada frente
a las víctimas y poco conducente a suscitar una reflexión y una sensibilización
nacional. Forma parte de este problema el racismo implícito en los medios,
que ha de ser resaltado en el informe final |25|.
152. En muchos medios, el tema de la violencia subversiva y contrasubversiva
no fue pues tratado de una manera tal que significara un aporte significativo
a la pacificación del país. La CVR considera que dos factores condujeron
a ese resultado: i) la adopción inopinada de una lógica de la violencia,
que terminó por imponer un tratamiento poco sensible de los temas, y ii)
la primacía de una lógica comercial, que en los peores casos condujo al
amarillismo y se complicó a finales de la década de 1990 con el fenómeno
de megacorrupción y compra de medios.
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VI. Sobre las secuelas del conflicto armado interno
153. La CVR halla que el conflicto armado interno que ha investigado es
el más grave de nuestra historia republicana y ha dejado secuelas muy profundas
en todos los planos de la vida nacional. La amplitud e intensidad del conflicto
acentuaron los graves desequilibrios nacionales; destruyeron el orden democrático;
agudizaron la pobreza y profundizaron la desigualdad; agravaron formas de
discriminación y exclusión; debilitaron las redes sociales y emocionales
y propiciaron una cultura de temor y desconfianza. Es necesario, sin embargo,
resaltar que -pese a las duras condiciones-hubo personas y poblaciones que
resistieron y se esforzaron por la afirmación de una sociedad constructora
de la paz y del derecho.
154. La CVR hace notar que, el conflicto resultó en la masiva destrucción
de la infraestructura productiva y pérdida de capital social y oportunidades
económicas. Los departamentos que lo sufrieron con mayor intensidad se encuentran
hoy en los últimos lugares en los índices de pobreza y desarrollo humano.
No es casualidad que cuatro de los departamentos más afectados por el conflicto:
-Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Huánuco- se encuentren entre los cinco
más pobres del país.
155. A la CVR le ha sido posible constatar que la violencia destruyó y desorganizó
la vida social local, especialmente por el asesinato de dirigentes y autoridades
tradicionales como estatales. Eso produjo un profundo debilitamiento de
la sociedad civil, de los partidos políticos y de las estructuras en donde
más necesarias eran: en los sectores más marginalizados y necesitados de
inclusión y expansión de la ciudadanía.
156. Para la CVR el desplazamiento masivo desde las zonas de violencia constituyó
un doloroso proceso de desarraigo y empobrecimiento de cientos de miles
de peruanos y peruanas; ello produjo una urbanización compulsiva así como
un retroceso histórico en el patrón de ocupación del territorio andino,
lo que habrá de afectar por largo tiempo las posibilidades de un desarrollo
humano sostenible. La población desplazada vio afectadas sus redes sociales,
que debieron adaptarse con distintos grados de éxito y con gran sufrimiento
a las nuevas circunstancias, lo cual constituyó un enorme reto para la provisión
de servicios en las ciudades. Asimismo, los desplazados por el conflicto
fueron en muchos casos estigmatizados y discriminados en escuelas, barrios
y centros de trabajo. Al retornar, tuvieron que enfrentar a veces graves
problemas de tierras y ausencia de apoyo suficiente para reorganizarse y
sostener a sus familias.
157. La CVR ha constatado que toda una generación de niños y jóvenes ha
visto truncada o empobrecida su formación escolar y universitaria como resultado
del conflicto; ellos merecen atención preferente del Estado.
158. La CVR es conciente de que el conflicto armado interno intensificó
hasta niveles insoportables el miedo y la desconfianza, que a su vez contribuyeron
a fragmentar y atomizar la sociedad. En esas condiciones, el sufrimiento
extremo ha causado resentimiento y ha teñido de recelo y violencia la convivencia
social y las relaciones interpersonales.
159. La CVR ha constatado que amplios sectores de la población afectada
por la violencia sufren una u otra forma de secuela en su salud mental,
lo que debilita sus capacidades de desarrollarse y superar las heridas del
pasado (|26|).
160. Para la CVR una secuela del conflicto armado interno en el terreno
político consiste en que él favoreció la descomposición moral en la que
se hundió el país durante los últimos años de la dictadura de Alberto Fujimori.
En efecto, la forma en que el Estado, las fuerzas políticas y sectores importantes
de la opinión pública enfrentaron esos años, mostrando indiferencia, tolerancia
hacia las violaciones a los derechos humanos y disposición a trocar democracia
a cambio de seguridad como costo necesario para terminarlo, abrió paso a
la autocracia y la impunidad
161. Finalmente la CVR señala que, debe reconocerse que la violencia, con
todo su rigor, no fue capaz de destruir la capacidad de respuesta de la
población. En numerosas ocasiones, ante la destrucción de redes sociales
tradicionales y el asesinato masivo de dirigentes, las mujeres asumieron
nuevas responsabilidades y lanzaron al país el reto moral de reconocer la
pérdida de miles de sus hijos en masacres y desapariciones. Dirigentes jóvenes
reconstruyeron muchas de las comunidades más afectadas y -en el proceso
de retorno de muchos desplazados- se pudo comprobar que muchas comunidades
habían sido capaces de resistir a la violencia a través de la autodefensa
y también con alternativas de paz y procesos de micro-reconciliación.
162. La CVR llega a la convicción de que las secuelas del conflicto armado
interno pesan como una grave hipoteca sobre nuestro futuro y afectan decisivamente
nuestra construcción como comunidad nacional de ciudadanos libres e iguales
en un país democrático y plural, que avance por el camino del desarrollo
y la equidad. Considera, asimismo, que el primer paso para superar esas
secuelas es que el país conozca en toda su magnitud las dimensiones del
horror vivido entre 1980 y 2000.
Sobre la necesidad de reparar
163. La CVR, a partir del informe que entrega al país estima que, si bien
pudo alegarse ignorancia o incomprensión frente al drama que se venía en
los primeros años del conflicto, ello no es más posible. Enterados los poderes
del Estado y los ciudadanos y ciudadanas a quienes va dirigido nuestro informe
de las sobrecogedoras dimensiones de lo ocurrido, resulta indispensable,
si queremos vivir civilizadamente en paz y en democracia, reparar, en la
medida de lo posible, los gravísimos daños que se han ocasionado.
164. La CVR considera que su misma existencia y el mandato que recibió de
proponer reparaciones constituye ya el inicio de un proceso de resarcimiento
y de dignificación de las víctimas.
165. Para la CVR la reparación tiene profundas implicancias éticas y políticas
y es un componente importante del proceso de reconciliación nacional. Al
ser las víctimas del conflicto en su abrumadora mayoría campesinos, pobres,
indígenas, tradicionalmente discriminados y excluidos son ellos los que
deben recibir atención preferente por parte del Estado.
166. Para la CVR, la reparación implica revertir el clima de indiferencia
con actos de solidaridad que contribuyan a la superación de enfoques y hábitos
discriminatorios, no exentos de racismo. Aplicadas con equidad, las reparaciones
deben asimismo generar confianza cívica, restableciendo las relaciones dañadas
entre los ciudadanos y el Estado, de modo que se consolide la transición
y gobernabilidad democráticas y se prevengan nuevos escenarios de violencia.
167. La CVR presenta al país un "Programa Integral de Reparaciones" donde
se combinan formas individuales y colectivas, simbólicas y materiales de
resarcimiento. El Programa debe ser financiado creativamente por el Estado,
pero también por la sociedad y la cooperación internacional; él pone énfasis
en: i) las reparaciones simbólicas, el rescate de la memoria y la dignificación
de las víctimas; ii) la atención a la educación y a la salud mental; iii)
las reparaciones económicas individuales y colectivas (programas de reconstrucción
institucional, desarrollo comunal, servicios básicos y generación de ingresos).
168. La CVR considera que una parte esencial del proceso de reparación es
la justicia. La Comisión advierte, asimismo, que ningún camino hacia la
reconciliación será transitable si no va acompañado de un ejercicio efectivo
de la justicia, tanto en lo que concierne a la reparación de los daños sufridos
por las víctimas cuanto en lo relativo al justo castigo a los perpetradores
y el consiguiente fin de la impunidad. No se puede construir un país éticamente
sano y políticamente viable sobre los cimientos de la impunidad. A través
de los casos que entrega al Ministerio Público, de la identificación de
alrededor de 24 mil víctimas del conflicto armado interno y de los hallazgos
de sus investigaciones en general, la CVR busca ampliar sustancialmente
los argumentos para sustentar el reclamo de justicia de las víctimas y sus
organizaciones, así como de los organismos defensores de los Derechos Humanos
y ciudadanos en general.
169. Asimismo, la CVR ha elaborado un Registro Nacional de Sitios de Entierro
sobre la base de la información obtenida durante sus investigaciones. Al
término de su mandato, la CVR ha registrado 4,644 sitios de entierro a nivel
nacional, habiendo realizado tres exhumaciones y constataciones preliminares
en 2,200 de ellos. Estas cifras que superan ampliamente las estimaciones
anteriores, confirman la importancia que tiene impulsar y ejecutar el Plan
Nacional de Intervenciones Antropológico Forenses que propone la CVR. Asmimso,
la CVR se ratifica en la importancia fundamental del trabajo antropológico
forense para alcanzar justicia, identificar las posibles víctimas y procesar
el duelo por nuestros compatriotas desaparecidos.
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VIII. Sobre el proceso de Reconciliación Nacional
170. La CVR propone que el gran horizonte de la reconciliación nacional
es el de la ciudadanía plena para todos los peruanos y peruanas. A partir
de su mandato de propiciar la reconciliación nacional y de sus investigaciones
realizadas, la CVR interpreta la reconciliación como un nuevo pacto fundacional
entre el Estado y la sociedad peruanos, y entre los miembros de la sociedad.
171. La CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal
y familiar; en el de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento
de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto. Los tres
planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación
de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural
y multilingüe. Tal reconocimiento es la base para la superación de las prácticas
de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia
republicana.
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Notas finales:
1. En un intervalo de confianza al 95 por ciento cuyos límites inferior
y superior son 61,007 y 77,552 víctimas, respectivamente.
2. La CVR ha recibido reportes de muertes y desapariciones como producto
del conflicto armado interno en todos los departamentos, salvo Moquegua
y Madre de Dios. Sólo en Tacna (1) y Tumbes (4), la cifra de víctimas reportadas
a la CVR es de un dígito (véase: mapa 1).
3. Debe señalarse cómo quienes hoy viven en esos departamentos son tan pobres
que en conjunto concentran tan sólo el 9 por ciento del ingreso de todas
las familias peruanas. Además Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Huánuco
son 4 de los cinco departamentos más pbres del país.
4. En comparación al 29% de personas que vivían en zonas rurales según el
censo de 1993 y el 28% de la PEA nacional estaba ocupada en el sector agropecuario
en ese mismo año.
5. Este dato contrasta de manera elocuente con el hecho de que la población
que comparte esa característica constituye solamente el 16 por ciento de
la población peruana de acuerdo con el censo nacional de 1993. En los tres
departamentos más afectados, la proporción de personas que hablaban quechua
u otra lengua nativa es siempre mayor entre las víctimas fatales reportadas
a la CVR que en el conjunto de la población.
6. La CVR ha recibido reportes de 930 autoridades locales asesinadas por
el PCP-SL, sin embargo, la CVR estima que la cifra real es mucho mayor.
[
7. El acto mismo de levantarse en armas contra un régimen legítimamente
elegido es un acto criminal. [Volver]
8. Unidad contrainsurgente de la antigua Guardia Civil.
9. Las FFPP no contaban con un despliegue suficiente de efectivos en zonas
rurales. Allí se encontraban destacados pequeños contingentes de guardias
civiles con formación básica, que en muchos casos no sumaban más de ocho.
Básicamente, personal de refuerzo como los sinchis, estuvieron acantonados
en la ciudad de Huamanga, desde donde realizaban viajes en helicóptero.
Pero, incluso con ellos, no se dieron abasto para dar una respuesta en la
totalidad las extensas zonas afectadas y, debido al riesgo que sus efectivos
corrían debido a los ataques, tomaron la decisión de empezar a replegar
los puestos rurales, uniendo varios de los mismos sobre todo en capitales
de provincia.
10. Los documentos del PCP-SL reconocen alrededor de 1,700 bajas entre militantes
del partido, el ejército guerrillero popular y las denominadas "masas",
que los apoyaron entre 1983 y 1985. Aunque no hay convicción absoluta al
respecto, la CVR considera que parte de los militantes muertos del PCP-SL
pueden corresponder al total de 2000 desaparecidosa manos de SL, sobre los
que se puede razonablemente considerar que fueron jóvenes reclutados forzosamente
que nunca más volvieron, posiblemente porque cayeron en enfrentamientos.
11. El menoscabo de la eficiencia de las FFAA en su tarea fundamental de
la defensa nacional se reveló en el conflicto del Cenepa en 1995.
12. Nombrar algún Caso Judiciable.
13. Esta última pudo haberse dejado en manos de la autoridad civil, o de
un ministro o delegado presidencial ad-hoc.
14. De acuerdo a la Ley 24150, promulgada en 1985, por la cual toda infracción
en zonas declaradas en estado de emergencia era considerada delito de función
y, por tanto, era juzgada en el fuero militar. [Volver]
15. Los principales actores políticos lanzaron acusaciones cruzadas que
denunciaban la autoría de actos terroristas simultáneamente al gobierno
cubano y a la CIA; a la izquierda legal y al gobierno, incluso a militares
velasquistas o de ultraderecha.
16. Cambio 90 fue desactivado después de las elecciones de 1990 y nunca
tuvo vida orgánica. Nueva Mayoría fue sólo una sigla para presentarse a
las elecciones. El Frente Perú al 2000, que debió respaldarlo en las elecciones
del 2000, falsificó más de un millón de firmas para inscribirse en el Jurado
Nacional de Elecciones.
17. Un punto de inflexión fue la permanencia de Nicolás de Bari Hermoza
Ríos como Comandante General luego de su pase a retiro a fin de 1991 y hasta
1998.
18. Chequear. Informe Gorriti. Informe 90s.
19. Prueba de que era posible objetar esta impunidad la constituye la valiente
actitud de la Dra. Antonia Saquicuray, que conoció el caso Barrios Altos,
sustentando la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía.
20. Aunque poco aplicada, en la década de 1990 la ley de "apología del terrorismo"
legalizó el amedrentamiento al magisterio.
21. Véase capítulo sobre Universidades.
22. De acuerdo a testimonios recogidos por la CVR, del total de víctimas
producidas por agentes del Estado durante el conflicto, el 3% fueron maestros
y el 2.4% estudiantes universitarios o de institutos superiores. [Volver]
23. Véase capítulo sobre Universidades.
24. Como los llamados "Abogados Democráticos".
25. Véase la sección: Causas.
26. Sin embargo, considerando que la violencia y la sevicia ejercidas intencionalmente
tienen un impacto devastador para el psiquismo, no hablamos de respuestas
anormales ni de trastorno mental, aunque reconocemos que pueden devenir
en malestar, síntoma, que requieren atención.
¡Viva
Los 25 Años de la Guerra Popular y su brillante perspectiva!
¡Viva la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial comandada por
el Maoísmo con Guerra Popular!
El Movimiento Campesino Popular, organismo generado del PCP, expresa con
jubilo revolucionario su saludo cabal y de sujeción plena a nuestro querido
Presidente Gonzalo, jefe del Partido y la Revolución, el más grande marxista–leninista–maoísta
viviente sobre la tierra y garantía de triunfo hasta el comunismo, tenemos
absoluta convicción en la todopoderosa concepción ideológica marxista-leninista-maoísta,
pensamiento Gonzalo; arma transformadora que viene demostrando en estos
25 años de guerra popular que sin la violencia revolucionaria jamás el PCP
podrá destruir esta vieja y caduca sociedad y menos construir la Republica
Popular del Perú que marcha inexorablemente a su expansión y consolidación.
Asumimos resueltos y definidos en enarbolar defender y aplicar el pensamiento
gonzalo, principalmente aplicarlo porque es practica comunista de mas de
cuatro décadas de intensas luchas en el plano ideológico, político, organizativo
y militar que barrio y aplastó posiciones de derecha e izquierda de raíz
y
fondo oportunistas y revisionistas que siempre levantaron las banderas negras
de la capitulación y que jamás quisieron demoler estas viejas cadenas de
explotación y opresión que imperialistas y reaccionarios aplican contra
obreros, trabajadores, campesinos, intelectuales, estudiantes, mujeres,
niños ancianos y pueblo en general.
Por ello expresamos nuestro profundo odio de clase contra las mas maldita
y siniestra Línea Oportunista de Derecha, Revisionista y Capituladora (LOD
R y C) que en las prisiones las encabezan Pantoja, Morote, Cox, y compañía
quienes manipulan, tergiversan, engañan, mienten a cuadros, militantes,
combatientes y masas donde están familiares de Afadevig, Afaprepp entre
otros y a quienes le venden viejas ilusiones de "reconciliación", "ni odio
ni venganzas", "ni vencedores ni vencidos", "amnistías", "lucha legal",
"sociedad peruana de democracia y desarrollo", "solución política a los
problemas de la guerra". SEPAN PUEBLO DEL ALTO HUALLAGA estos se han vendido
de la manera mas rastrera y vil al imperialismo principalmente yanqui, al
revisionismo y a la reacción que hoy lo encabeza el fascista, genocida y
mas vendepatria de Toledo y antes a Fujimori a quienes desde el 90 no les
tocan ni un pelo, mas aun, les sirven cual perros miserables y contrarrevolucionarios.
Por otro lado, no podemos dejar de expresar nuestro saludo al Ejercito Popular
de Liberación por venir cumpliendo con optimismo y heroicidad revolucionaria
las tareas políticas de nuestro partido en función de construir la conquista
del poder en todo el país. Es brega incansable y junto a la Defensa de la
salud y vida del presidente Gonzalo y de buenos y probados prisioneros de
guerras de firmes principios que tienen en sus manos este viejo y genocida
estado peruano reaccionario. Nos reafirmamos hoy mas que ayer en proseguir
en la defensa y aplicación principalmente aplicación ydesarrollo de los
acuerdos y planes del trascendental e histórico III Pleno.
Es Voz de orden de nuestra jefatura que en histórica y ejemplar presentación
publica del 24 Setiembre del 1992 reafirmó con firmeza de comunista el proseguir
convencidos en dar la vida por el partido y la revolución, porque la sangre
no ahoga la revolución sino la riega, la fructifica. Decimos: ¡A más fascismo,
más hambre, más genocidio, más represión, más revolución!
Saludamos al camarada que hoy asume con probada y forjada posición de clase,
la dirección del PCP así también saludamos a los camaradas combatientes
y masas que en prisión y en el campo y ciudad prosiguen combatiendo y resistiendo
por la defensa de sus derechos y conquistas, por la defensa de los principios,
programas y líneas políticas que nos conducen irremediablemente hasta el
comunismo.
¡Abajo el imperialismo principalmente Yanqui y su títere pro yanqui de Toledo,
fascista, hambreador, genocida y vendepatria!
¡Abajo las nuevas elecciones que solo sirven a los planes de este viejo
estado peruano en su afán de defender su caduco sistema de hambre y miseria!
El imperialismo principalmente yanqui, desde la década de los 90 ha devenido
por acción de la crisis y bancarrota del revisionismo que produjo la caída
de la URSS revisionista y escondite de burgueses, en gran gendarme y superpotencia
única que a través de su globalización y neoliberalismo pretende tomar por
asalto el mundo, estos imperialistas predican teorías burguesas y reaccionarias
que rompen naciones, patrias y territorios bajo el modelo de globalizar
el mercado que pretende arrasar con sociedades en crisis general, programas
y modelos económicos trazados por ellos mismos a
través del FMI, BID entre otros y que hoy son obsoletos para sus afanes
imperialistas, allí tenemos al famoso TLC, que no es otra cosa que privatizar,
conceder y rematar a precio regalado lo poco que queda de las empresas estatales,
tierras agrícolas, terrenos eriazos, bosques naturales y aguas etc; el vendepatria
de Toledo declarado pro imperialista y su gringo de dos nacionalidades Kuchinsky
dicen: "para obtener inversiones", cuando en realidad es pago del servicio
creciente de la deuda externa y la remesa de utilidades del capital imperialista
a través del FMI, estos están sometiéndonos a mas hambre y miseria, han
incrementado mas y mas impuestos al consumo directo de las masas, a la renta,
a los sueldos, mantienen altas las tarifas eléctricas, telefónicas, agua,
peaje y desatan la persecución administrativa, judicial y coactiva contra
la pequeña burguesía, pequeñas y mediana empresas, ni que hablar de los
sueldos justificándose "pues hay déficit fiscal", si embargo aplican a los
departamentos, provincias, distritos del interior de nuestro país y a través
de sus planes de descentralización (regionalización, municipalización quienes
son cómplices de los mas 3,500 millones de dólares en impuestos y la eliminación
de las exoneraciones tributarias.
Decimos: ¡Abajo el Imperialismo y su plan de neoliberalismo y Globalización
que es mayor genocidio y despojo! en favor del imperialismo yanqui y la
gran burguesía que fracasa día a día y es pues la vieja sociedad peruana,
su proceso económico, el capitalismo burocrático que marcha hacia su hundimiento
final. La lucha de clases se agudiza, la guerra popular principalmente se
desarrolla y confluye con la marea rugiente de la lucha popular. Este gobierno,
y ningún otro, no puede ni podrá cumplir con la
primera tarea reaccionaria de reimpulsar el capitalismo burocrático.
Hoy el gobierno de Toledo, este engendro del imperialismo, con el apoyo
de todos los partidos de la reacción, el revisionismo y la maldita LOD Revisionista
y Capitulacionista, violando todas sus promesas electorales y su propio
orden constitucional, vienen sistemáticamente llevando a cabo, "la reforma
de la Constitución" del gobierno fascista, genocida y vendepatria, como
parte de su reestructuración estatal, para adecuarla, aún más, a combatir
la guerra popular y dar carácter constitucional al plan económico
del imperialismo y la gran burguesía, como ellos mismos han dicho: "para
incorporar a la Constitución los logros innegables de estos diez años";
es decir para darle espaldarazo "constitucional", esto es validez legal
a todas los actos del gobierno de Fujimori, Montesino y Hermoza Ríos, proseguido
por el de Paniagua y el actual. Para poder mantener en prisión a todos los
miles de presos políticos y prisioneros de guerra, presos más de una década
sin condena válida.. Para mantener el aislamiento absoluto del Presidente
Gonzalo. Para mantener sus leyes fascistas y bendecir a los autores de los
genocidios sin nombre contra nuestro pueblo, cometidos por sus autoridades
políticas, militares y policiales. Para que Montesinos pueda seguir trabajando
"por la seguridad" fuera de su actual oficina en las instalaciones de la
base naval del Callao, como lo declaro el propio Toledo en Washington.
Ese Parlamento, que en el 2001 autorizó, el ingreso a territorio nacional
del buque estadounidense US Portland, con 600 marinos a bordo, para efectuar
maniobras de guerra con naves y efectivos de las Fuerzas Armadas en la costa
central (a 100 kilómetros al noroeste de Lima) y en el río Amazonas. Son
maniobras conjuntas de preparación dentro de los planes yanquis de intervención
en la región andina, así como para una masiva introducción de armamento
y equipamiento militar yanqui para su "guerra de baja intensidad" contra
nuestra guerra popular; La situación de sus genocidas vendepatria Fuerzas
Armadas no puede ser peor, salen huyendo de los enfrentamientos con el EPL,
las masas las repudian; pese a toda la "ayuda yanqui" dicen que no pueden
combatirnos con todo,"porque no hay suficiente dinero". Esto muestra su
total fracaso en su tarea de reestructurar el viejo Estado, otro imposible
histórico y político. Por más intervención y "ayuda" yanqui el viejo Estado
viene siendo barrido parte por parte por nuestra invencible guerra popular.
¡El Maoísmo se impone con guerra popular en el mundo! El presidente Gonzalo
en el magistral Discurso, determino cuál era la situación internacional,
señaló claramente su desarrollo y la tarea que nos
corresponde:"...""nueva etapa de paz" ¿en qué ha quedado? ¿qué de Yugoslavia?
¿qué de otros lugares?. Todo se politizó; eso es mentira. Hoy día la realidad
es una, los mismos contendientes de la I y II Guerra Mundiales, están generando,
están preparando la III nueva guerra mundial.
Eso debemos saber y nosotros como hijos de un país oprimido somos parte
del botín. ¡No lo podemos consentir!¡ Basta ya de explotación imperialista!
¡Debemos acabar con ellos!. Somos del tercer mundo y el tercer mundo es
base de la revolución proletaria mundial, con una condición, que los Partidos
Comunistas enarbolen y dirijan. ¡Es lo que hay que hacer!" Esto es, como
dijo en su mismo Discurso: "¿Qué necesitamos? necesitamos que el maoísmo
sea encarnado y lo está haciendo y que pase generando Partidos Comunistas,
a manejar, a dirigir, esa nueva gran ola de la revolución proletaria mundial."
Lo sucedido durante la década que hoy termina y la perspectiva cercana,
nos muestra precisamente eso, como se agolpan y agudizan todas las contradicciones
fundamentales. La colusión y pugna entre los imperialistas se muestra en
su llamada guerra contra el terrorismo, en su agresión contra Afganistán,
Irak, Palestina, etc., es parte de la ofensiva contrarrevolucionaria general,
con cual pretende conjurar la revolución como tendencia principal, histórica
y política; ofensiva encabezada por el imperialismo yanqui en su condición
de hegemonista único y gran gendarme, podrido gigante con pies de barro.
Y, por el lado nuestro el maoísmo viene siendo encarnado y los Partidos
Comunistas dirigen guerras populares en Nepal, Turquía, luchas armadas en
India y otros países.
El Partido Comunista del Perú viene asumiendo cada vez más su papel dirigiendo
magistralmente la revolución en el Perú repercutiendo así a la lucha internacional
y de esta manera sirviendo a la Revolución Proletaria Mundial, por eso la
lucha ideológica y política en el seno del movimiento comunista internacional
se va tornando cada día más fuerte. El imperialismo yanqui con el apoyo
del revisionismo, en su plan hegemónico, busca escindir el movimiento comunista
internacional. Porque el revisionismo es la punta de lanza del imperialismo,
el imperialismo y el revisionismo se estrechan la mano para imputar al Presidente
Gonzalo de capitulador, de traidor; para decir que el Partido tiene tres
centros, que sólo esta en el Huallaga, el Ene y el Apurímac. El imperialismo
apunta a nueva tercera guerra mundial para repartirse el mundo y pretende
ahogar toda revolución en ciernes, porque la revolución opondrá guerra popular.
Por lo que somos, tenemos la obligación de traernos abajo esos negros planes
y, estamos seguros, que con política al mando los derrotaremos.
¡Seguir la lucha implacable contra la línea oportunista de derecha, revisionista
y capitulacionista!.
Tenemos que continuar el barrimiento implacable de la línea oportunista
de derecha, revisionista y capitulacionista (LOD), teniendo siempre presente
que los errores e injusticias tienen solución, se pueden corregir, pero
la traición no tiene perdón.
Como señala el Partido: "La traición se sanciona con la pena de muerte.
Sueñan si piensan que ahí donde están van a estar felices sabiendo del crimen
cometido, a veces la justicia revolucionaria tarda pero llega y a estos
traidores les llegará su día y rindan cuentas de sus crímenes. Por lo demás
sepan muy bien ¡Nada justifica la traición!"
Las ratas miserables de la LOD se presentan como abogados del Presidente
Gonzalo, mientras sirven a los planes criminales del imperialismo y la reacción,
infamándolo y presentándolo como un traidor, como un capitulador.
Estas ratas malditas de la LOD hacen todo con la ayuda de sus amos para
asesinar de manera sistemática aplicando mayor aislamiento, aniquilamiento
y genocidio contra el mas valioso prisionero de guerra que este viejo estado
peruano reaccionario tiene entre sus manos junto al de prisioneros de guerra
y presos políticos que mantienen firmes los principios de nuestro partido,
y la guerra popular, aprovechando las circunstancias del aislamiento absoluta
a que se encuentran sometidos desde el momento mismo de su detención; el
gobierno del yanqui con chullo de Toledo viene implementando nuevas normas
"legales" para remachar aún más su plan negro al que se encuentran sometidos,
propaga una serie de inmundas mentiras sobre su situación carcelaria y han
hecho que el Tribunal Constitucional, que controlan absolutamente, emita
una resolución que pretende "convalidar" toda la ignominia que cometen contra
la vida, la salud y los derechos principalmente del Presidente Gonzalo.
Llamamos a al proletariado internacional y los pueblos del mundo, a los
Partidos Comunistas y Organizaciones revolucionarios y muy especialmente
al Movimiento Revolucionario Internacionalista de celebrar el XXV aniversario
de la guerra popular con acciones que remezcan ese viejo y podrido orden
imperialista.
En síntesis, decimos:
¡Viva el Presidente Gonzalo, jefe del Partido y la Revolución!
¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!
Viva el Presidente Gonzalo y su todopoderoso pensamiento!
¡Viva el heroico combatiente PCP!
¡Reafirmarse en la Base de Unidad Partidaria, fundamento que guía nuestra
acción!
¡Viva el 1ro de Mayo, Día del Proletariado Internacional!
¡Viva los 25 años de la Guerra Popular, su brillante perspectiva y llevarlo
hasta el fin!
¡Viva el aguerrido y esforzado Ejercito Popular de Liberacion!
¡Honor y gloria al pueblo peruano!
¡Viva la Guerra Popular, antorcha de la Revolución Proletaria Mundial que
hoy comanda el maoísmo!
Mayo del 2005
Movimiento Campesino Popular
Base Huallaga - Perú
Saludos
revolucionarios de parte del Movimiento Campesino Popular, organismo
generado del heroico combatiente, el Partido Comunista del Perú, partido
marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo:
Decimos :
¡Viva el 1ero de mayo, Día del Proletariado Internacional!
!Viva su vanguardia organizada, los partido comunistas!
!Viva su todopoderosa ideología, arma de transformación guiada por el
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo!
Sin Partido Comunista, sin ideología y masas nada lograremos, pero con ellos
la clase y el pueblo y pueblos de mundo verán brillar la luz roja en toda
la faz de la tierra, esa es nuestra posición de clase, es nuestro optimismo
de clase, es nuestra hermosa condena.
Día de reflexión, reafirmación y compromiso por la clase obrera, última
clase de la historia y la mas consecuente, en su proceso ineludible ha generado
y seguirá haciéndolo a; los proletarios y comunistas con ideología-pensamiento-política
al mando- violencia revolucionaria-programa-rumbo hasta el comunismo. ¿todo
para que? pues para destruir este viejo orden de explotación, opresión,
hambre y miseria, no estamos por evolucionarlo, acomodarlo, reformarlo dentro
de este viejo sistema, reiteramos, es para DESTRUIRLO CON LAS ARMAS EN LA
MANO, somos parte del botín de imperialistas y reaccionarios que junto a
revisionistas de todo pelaje pretenden hacernos creer que vivimos nueva
etapa o era imperial, decimos NO, es fase final de agonía y destrucción
imperialista la que se resiste a morir y a desaparecer por acción del maoísmo
y las guerras populares que dirigen partidos comunistas del proletariado.
Aquí en el Perú, vivimos 77 años de constitución partidaria y más de 25
años una dura y encarnizada lucha de clases expresada como lucha armada
por ser la forma principal de lucha y como guerra popular por ser la teoría
militar más completa que tiene el proletariado y pueblos del mundo; es lucha
a muerte contra el imperialismo principalmente yanqui, el revisionismo que
hoy y en nuestro caso específico se muestra como línea oportunista de derecha
revisionista y capituladora que ha renegado del la jefatura, del presidente
gonzalo, del partido y la guerra popular, pero sobre todo tergiversa el
pensamiento gonzalo levantando mentiras, farsas, confusiones y patrañas
de "paz", "reconciliación", "soluciones pacificas al conflicto interno",
etc.
También decimos, es lucha contra la reacción mundial y nativa que hoy la
encabeza del pro yanqui de Toledo, mas fascista, genocida y vendepatria
que su antecesor. entendemos que esto es parte del proceso de INSTAURACION,
RESTAURACION Y CONTRARESTAURACION del viejo por el nuevo poder que nuestro
partido lo viene expandiendo y consolidando como Republica Popular y su
brillante perspectiva que esta marcando el justo camino de construir la
conquista del poder en todo el país, la realidad y la verdad es una y no
se puede ocultar, pese a que estos malditos pretendan hacerlo usando a sus
medios de información quienes son parte de estas maquinaciones y guerras
sicosociales como parte de la guerra de baja intensidad que aplica el imperialismo.
ENTIENDAN estos solos están cosechando mas y mas derrotas políticas, militares
y organizativas, veamos a Afganistán, a Irak, veamos a Turquía, a Nepal,
a la India, veamos lo que hoy sucede en Colombia, en Ecuador, Argentina,
Venezuela, veamos la grandes movilizaciones en Europa por su agresión militar
y genocida al medio oriente, a Asia, a África,
veamos el rechazo mundial a su llamada política de globalización y neoliberalismo
dentro de su contexto de gran gendarme y hegemonía única en el mundo.
Allí esta claro su esencia, nadie ni nada puede detener al proletariado
y sus partidos comunistas donde participen campesinos principalmente pobres,
pequeña burguesía y burguesía nacional dentro de la
revolución de nueva democracia ¿para que? pues reiteramos, para derrumbar
estos viejos muros, y construir un nuevo orden. llamamos a ENCARNAR los
principios del marxismo-leninismo-maoísmo principalmente del maoísmo como
proletarios y comunistas del mundo, debemos, como lo hacemos nosotros aquí
en Perú, !Enarbolar, Defender y Aplicar el pensamiento gonzalo! por ser
aplicación justa y correcta a la realidad peruana y de gran aporte a la
revolución proletaria mundial. llamamos a defender con luchas reivindicativas
los derechos y conquistas que en procesos de crisis estos se pierden pero
mas perderíamos si no lo defendemos, si no luchamos por su defensa.
El Pdte Mao nos enseño que: "...En todo el trabajo práctico de nuestro Partido,
toda dirección correcta está basada necesariamente en el principio: "de
las masas, a las masas". Esto significa recoger las ideas (dispersas y no)
de las masas y sintetizarlas (transformarlas, mediante el estudio) para
luego
llevarlas a las masas, difundirlas y explicarlas, de modo que las masas
las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción, luego comprobar
en la acción misma de las masas la justeza de esas ideas, de sus ideas sintetizadas
por el partido. Luego, hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de
las masas y llevarlas nuevamente a las masas para que perseveren en ellas,
y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornan cada vez más justas,
más vivas y más ricas de contenido. Tal es la teoría
marxista del conocimiento...." camaradas y compañeros comunistas y revolucionarios
que obran con desinterés absoluto y de servicio de todo corazón al pueblo.
NO DEJEMOS QUE NOS SIGAN ENGAÑANADO, QUE NOS SIGAN ECHANDO TIERRA EN LOS
OJOS, la rebelión se justifica, las masas claman por organizar mas y mas
rebelión, lo que falta es que partidos comunistas guiados por el marxismo-leninismo-maoísmo
dirijan estos procesos
revolucionarios de acuerdo a cada realidad especifica, el marxismo no es
obsoleto, la violencia revolucionaria no es obsoleto, el socialismo no es
utópico, el comunismo no es irreal, el poder lo tienen ellos, es el viejo
poder que estamos conquistando con partido, ejercito guerrillero y masas
ustedes lo verán.
Con fervor revolucionario les enviamos esta posición nuestra sobre los 25
años de guerra popular en el Perú que estamos a puertas de celebrarlo.
Atentamente
cc. Raúl
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