Las dos principales experiencias guerrilleras en el Perú se dan con un poco más de 15 años de diferencia, la primer inserta en la primera oleada guerrillera luego de la Revolución Cubana (1959) y la segunda en medio de la oleada post-Revolución Sandinista (1979). Estas experiencias afectaron de distinta manera al sistema político en que se desenvolvieron, pero estuvieron relacionadas por un fuerte hilo conductor.

NOTAS EN ESTA SECCION
Las guerrillas de 1965 | Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, 1ª parte, Sergio Salinas
Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, 2ª parte, Sergio Salinas | Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, 3ª parte, Sergio Salinas
Conclusiones generales de la Comisión de la Verdad y Reconciliación | Comunicado del PCP el 1º de mayo de 2005
Comunicado del MCP el 1º de mayo de 2005

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ENLACES RELACIONADOS
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http://www.latinamericanstudies.org/peru-rev.htm | http://www.derechos.org/nizkor/peru/accion.html

Partido Comunista del Perú | Comisión de la Verdad y Reconciliación | Sol Rojo | The People's War in Perú Archive
http://www.redsun.org | http://www.bandera-roja.com | Movimiento Popular Perú de Argentina
Movimiento Popular Perú de Alemania | CEDEMA, Centro de Documentación de Organizaciones Armadas

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Las guerrillas de 1965

Las luchas populares fueron crecientes, la respuesta fue la represión. El MIR, para entonces, había perfilado ya una estructura político­mililar y trabajaba para iniciar la lucha armada. El ELN inicia trabajos de exploración en Ayacucho. La forma de ver el partido era una importante diferencia entre ambos: el MIR con una concepción integral independiente buscaba convertirse en el factor de la construcción del partido; el ELN se proyectaba más bien como brazo armado de la izquierda y en particular del PC, honestidad excesiva pues en quienes confiaron no estuvieron dispuestos a asumir los riesgos de la lucha por el poder. Junto a plataformas y programas mínimos en ambos estuvo claro la necesidad de la Revolución Socialista.

Sin haber culminando las tareas propuestas, las condiciones de la lucha de clases obligaron a iniciar acciones, pero en el momento mismo de las tareas operativas el punto más alto de ascenso había pasado. Había que ganar tiempo, pues la no solución de los problemas devolvería el ritmo ascendente de la lucha de masas. El enemigo también lo comprendió así y cuando aún la guerrilla no se consolidaba descargó todas sus fuerzas. Desataron la guerra de tierra arrasada, bombardeando zonas de operaciones y asesinando a millares de campesinos por la simple sospecha de colaborar con los revolucionarios.

El ELN dirigido en acciones por Edgardo Tello, fue liquidado cuando aún no podía establecer sólidos contactos con los campesinos de La Mar. El MIR consiguió abrir tres frentes guerrilleros: uno en el Cusco (Mesa Pelada) dirigido por el Comandante Luis de la Puente Uceda quien murió en combate, el Frente Guerrillero "Pachacútec"; otro en el centro (dirigido por Guillermo Lobatón y Máximo Velando, muertos en combate) que tomó el nombre de "Túpac Amaru"; y uno en el norte, dirigido por Fernández Gasco y Elio Portocarrero, que no consiguió abrir acciones y se replegó. De las dos primeras columnas y del ELN no quedó casi nadie vivo.

De esta manera este paso gigantesco hacia la lucha por el poder que devolvía el filo revolucionario a la izquierda, sufrió un duro revés. Las razones de la derrota fueron:

­La falta de trabajo de masas más sólido. Se dio demasiada importancia al peso de la semifeudalidad, que llevó a abandonar el trabajo de masas urbano, incluso el campesino, para marchar al monte.

­El momento del alzamiento no coincidió con el ascenso popular.

­Errores cometidos en la construcción del partido. Tolerancia a la violación del principio de compartimentación, débil formación de los cuadros, insuficiente política de autosostenimiento, no ajusticiamiento de traidores y delatores.

­Falta de movilidad constante y ubicación cercana a los poblados.

­Inconsecuencia de las demás fuerzas de izquierda, algunos como el PCP incumplió acuerdos llegados con el ELN; otros, como el PCP (Bandera Roja) que integraba ya Abimael Guzmán, combatieron la guerrilla so pretexto que eran "antipartido"; los de "Vanguardia Revolucionaria" subidos en el balcón intelectual criticaban desde su marxismo puro. Estas actitudes facilitaron el aislamiento de la guerrilla y permitieron al enemigo concentrar sus fuerzas contra los revolucionarios.

La denota fue militar y muy dura para nuestro pueblo. Allí se inmoló toda una generación de revolucionarios de nuestro pueblo. Pero, no fue una derrota política. Por el contrario, abrió el camino por donde había que marchar. Ninguna acción de izquierda hasta entonces catalizó la sociedad de tal manera Constituyó un hito que marcó a fuego la trayectoria del país y todos los acontecimientos posteriores. Los sobrevivientes del ELN reagrupados marcharon a Bolivia donde combatieron y murieron junto al Ché Guevara, entre ellos Juan Pablo Chang; el MIR extremadamente debilitado, no estuvo en capacidad de capitalizar su efecto y terminó dividiéndose. Los sectores reformistas capitalizaron su efecto y aprovecharon de la derrota para consolidar sus posiciones pacifistas o de vocinglero radicalismo. El pueblo con la guerrilla vio abierto el camino de la lucha por el poder. Desde entonces la llama de la lucha armada revolucionaria ha estado viva en el corazón de los auténticos revolucionarios.

SE ABRE EL PERIODO PRE REVOLUCIONARIO

 

Aparecieron pintadas en Barrio Rivadavia (Buenos Aires) a favor de Abimael Guzmán (marzo 2009)

Abimael Guzmán, fundador y máximo líder del grupo guerrillero peruano Sendero Luminoso, fue condenado a cadena perpetua por los delitos de terrorismo agravado y homicidio calificado. El Tribunal también condenó a penas de entre 24 y 35 años de cárcel a otros integrantes de la cúpula del grupo maoísta.

Guzmánm ya había sido condenado por un tribunal militar en 1993 pero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuestionó aquel proceso y ordenó otro a cargo de jueces civiles. El líder guerrillero y su mujer, Elena Iparraguirre, también condenada a cadena perpetua, escucharon la sentencia junto a otros 10 lugartenientes de la organización.

En tanto, los principales mandos de Sendero Luminoso fueron juzgados por atentados y asesinatos selectivos cometidos entre 1980 y 1992, entre ellos la matanza de 69 campesinos en la localidad andina de Lucanamarca y la captación y adoctrinamiento de simpatizantes a través de una academia preuniversitaria.

Sendero Luminoso es una facción armada del Partido Comunista del Perú que y emprendió en 1980, tras doce años de preparación clandestina, una "guerra popular", por la que un foro de la ONU la consideró la "organización más sangrienta del Hemisferio Occidental". Desde la captura de Guzmán, en 1992, la organización entró en un marcado declive hasta quedar limitada en la actualidad a células aisladas que operan en la selva.

Desde 1975 se abrió, en el país, una nueva etapa en la lucha de clases. Junto a más de 15 años de crisis económica que empobrece brutalmente al pueblo, se suma una crisis política producto de la incapacidad de las clases dominantes (militarismo, AP-PPC, APRA) y su degeneración moral. Quedando el capitalismo sin cartas "democráticas" y se abre la gran confrontación entre revolución y contrarrevolución.

El Movimiento Popular nunca como hoy ha desplegado toda su fuerza de combate organizado y con una perspectiva cada vez más clara, los paros nacionales llegan a niveles semiinsurreccionales en lugares como Huancavelica o Huancayo; proseguidos por intensas luchas obrera en todo el país que realizan nuevos paros, tomas de fábricas que en la fábrica de CROMOTEX (Lima) escribe otra página heroica de la historia de nuestro pueblo, allí los obreros combaten con abismal desigualdad con las fuerzas represivas armadas hasta los dientes, mueren seis obreros y un oficial de la GC. Al compás de estas luchas se inicia un nuevo proceso de centralización, dando nacimiento a los Frentes de Defensa que encabezan luchas generalizadas llegando a tomar control de las poblaciones durante días enteros como en Pucallpa, Tarapoto, Ayacucho, Etc.

La carencia de una dirección que de continuidad estratégica a estas luchas produjo, junto a las ilusiones forjadas por los nuevos gobiernos, un reflujo parcial que fue rompiéndose paulatinamente.

Las clases dominantes, para defender sus privilegios han usado todos sus instrumentos. El Paro del 19 de julio respondieron con la convocatoria a elecciones. Importantes sectores de la izquierda, entonces profundamente radicales de verbo, caracterizaron esta maniobra burguesa como una "conquista popular"; en ningún momento las plataformas populares colocaron las elecciones como una reivindicación. con ese mecanismo, lo que se buscaba era absorber, por los canales institucionales del sistema, el descontento popular, lo cual fue conseguido parcialmente con la colaboración para ello de la otrora vocinglera izquierda hoy parlamentaria.

Conforme han ido agotando las posibilidades "democráticas", las clases dominantes han respondido combinando todos sus instrumentos represivos: aparato burocrático, judicial, fuerzas armadas y policiales, y grupos paramilitares.

Ante esta ofensiva reaccionaria, el pueblo también ha formado su capacidad de combate. En muchas federaciones y organizaciones populares los sectores revolucionarios van tomando la dirección; presionando sobre las centrales nacionales y logrado, finalmente, un paso decisivo con la constitución de la Asamblea Nacional Popular (ANP), en cuyos acuerdos recoge las tareas más importantes del movimiento popular, trabado por la inconsecuencia de la mayoría de la dirección de la ANP.

El movimiento popular asume el socialismo, expresado de diversas maneras: en el respaldo de una izquierda legal que se presenta como socialista, aún cuando tergiverse su contenido en el avance del espacio revolucionario; en la resistencia popular en las zonas le emergencia; en el viraje de la intelectualidad; en la propia demagogia "socialista" de sectores de la propia burguesía, etc.

Los métodos de lucha también han avanzado. Ante la agresión criminal crece la autodefensa. En las ciudades se dan choques cada vez mas constantes con las fuerzas represivas y casi todos los eventos de trabajadores y pobladores se aprueban la constitución de grupos de autodefensa. Y en el campo, las rondas campesinas, que tienen una orientación clasista y revolucionaria, ganan terreno a las fuerzas represivas y las rondas paramilitares.

El punto más alto de este ascenso lo constituye el reinicio de la lucha armada. Ella es continuidad de todo el largo recorrido de lucha de nuestro pueblo y producto de las jornadas de este último decenio.

Primero fueron los compañeros del Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso). Quienes tomaron las armas en 1980. Expresan, en realidad, la desesperación de la pequeño burguesía agraria, golpeada por la crisis y el centralismo, y obligados a saltar a nuevos niveles de lucha por la crisis de su ideología: el maoísmo. Ese carácter de clase queda sumamente claro en su renuncia al marxismo­leninismo, reemplazándolo por el "maoísmo pensamiento Gonzalo" aún cuando se la presente como la cuarta etapa del Marxismo-­Leninismo, no hay corriente que renuncie a la ideología del proletariado y lo confiese abiertamente, siempre se presentan como los "superadores"; en su negativa a asumir el carácter socialista de la revolución que ya Mariátegui sostenía en 1930, reemplazándolo por la "nueva democracia" que más parentesco tiene al Haya inicial que con el Amauta; en su miedo a aceptar la hegemonía de la clase obrera en la revolución, reemplazándolo por el campesinado que siendo el más firme aliado tiene una serie de limitaciones o el Partido, cuya composición es esencialmente pequeño burguesa también: por su sectarismo enfermizo que niega la existencia de otras fuerzas revolucionarias y democráticas en el pueblo confundiendo su voluntad con la realidad en una verdadera desviación idealista, causando, además, grave daño al conjunto del pueblo; por su relación autoritaria con las masas, pues concibe al pueblo no como la gestora de la revolución sino como masa que tiene que aceptar la autoridad del "Partido"; por la versión mesiánica del dirigente que reemplaza la concepción revolucionaria de los jefes de las masas, por la concepción caudillesca, propia de la práctica política de las clases dominantes en el país. A pesar de estas limitaciones, el aporte central del PCP (SL) está precisamente en haber pasado a la lucha armada acelerando la polarización de la lucha de clases.

Como resultado de este ascenso, surge también la forma más avanzada de la lucha político­militar: el MRTA (1983), que representa los intereses del proletariado, pero que apela a todos los sectores del pueblo. colocando como eje de acumulación la lucha armada, busca organizar a todo el pueblo para una guerra revolucionaria victoriosa. Lucha por el socialismo, resolviendo en sus inicios las tareas democráticas y antiimperialistas pendientes, y batalla por la unidad más amplia de todas las fuerzas del campo popular. Nuestra conversión en una fuerza político­militar expandida por todo el país, con un trabajo de masas cada vez más sólido, con la construcción de la fuerza estratégica en los pocos años de existencia como organización política, demuestra el potencial de la alternativa revolucionaria.

Así, hemos llegado al momento definitivo de la historia de nuestra patria. Al momento en que las fuerzas de nuestro pueblo están tensándose para recuperar, de una vez y para siempre, la libertad de nuestra patria. La hora en que tras un largo recorrido, nuestro pueblo alcance la justicia. Al momento de reiniciar el truncado camino del desarrollo de nuestra patria. Ello sólo es posible ahora, con la Revolución Socialista.

Para ello, hoy deben unirse, en un solo crisol, la organización, la conciencia y las armas en las manos del pueblo peruano que, como ninguno, ha regado este camino con mares de sangre que fructificarán en una patria libre, digna y justa, para marchar, junto con nuestros hermanos de América Latina, hacia la patria grande con la que soñaron nuestros padres revolucionarios.

*Extractos de un documento del MRTA: "Historia de las luchas del pueblo peruano".

Fuente: www.geocities.com/guerrillasenlatinoamerica


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Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (1º parte)

La influencia de Mariátegui

José Carlos Mariátegui, fundador el comunismo peruano, sólo vivió 35 años en los que escribió numerosos escritos filosóficos y sociohistóricos que lo llevaron a ser considerado por algunos autores como el pensador marxista más importante de América Latina. Siendo acusado, al mismo tiempo, de "nacional-populista indoamericano" por autores soviéticos, de "europeista" por sus antiguos camaradas del APRA y de "heterodoxo" por muchos marxistas en el mundo.

Su pensamiento se caracteriza por la fusión entre los planteamientos marxistas europeos más avanzados en su época y las tradiciones milenarias de la comunidad indígena, en un intento por asimilar en un marco teórico marxista la experiencia social de las masas campesinas.

El autor intentó estudió los modos de producción precolombinos intentando encontrar ciertas tradiciones colectivistas que pudieran determinar un comportamiento del campesinado latinoamericano distinto al del pequeño campesino europeo descrito por Marx en el 18 Brumario. Así como analizar la naturaleza de la doble opresión a la cual están sometidos: Etnico-cultural y económica social.

"Es interesante señalar que esta problemática será abordada, después de él, sobre todos por los "herejes" y disidentes dentro del marxismo del continente y más tarde por la corriente castrista". (Löwy Michael; El Marxismo en América Latina, Ediciones Era 1982, pág 103)

Para el autor peruano el problema indígena se identifica con el problema de la tierra, siendo el latifundio feudal el causante de la explotación y la dominación absoluta de las masas indígenas por la clase propietaria. Es tarea de los revolucionarios, de la propaganda política y del movimiento sindical -sostiene- cooperar en dar un carácter organizado, sistemático, definido, a esta reivindicación.

La reivindicación indígena carece de concreción histórica afirma Mariátegui mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Sólo el socialismo enseña a plantear el problema indígena como reivindicación económica y política. "Hemos dejado de considerarlo como el problema étnico o moral para reconocerlo concretamente, como problema social, económico y político. Y entonces lo hemos sentido, por primera vez, esclarecido y demarcado". (Mariátegui José; Prólogo a la tempestad de Los Andes, en El Marxismo en América Latina, pág. 99)

Para el fundador del comunismo peruano las tradiciones colectivistas de los Incas tienen una gran importancia como elemento favorable al desarrollo del comunismo entre las masas campesinas e indígenas de la región andina. Este punto fue retomado posteriormente por Abimael Guzmán en el período de estudio "Reestudiar a Mariátegui" que vivió el incipiente PCP-Sendero Luminoso a principios de los 70. Hay que señalar que la hegemonía del proletariado siguió siendo para este autor la condición del paso al socialismo, tal como lo sostenían la mayoría de sus correlegionarios contemporáneos en el mundo.

Guerrillas del 65: la primera experiencia

 
Informe Final de la Comisión por la Verdad y la Reconciliación: Causas

Siguiendo la metodología Guevarista la guerrilla peruana se da principalmente en 1965, en plena presidencia de Fernando Belaúnde Terry, aun cuando tiene raíces anteriores, tal como sucedería 15 años después.

Sus vertientes son de tres tipos, fundamentalmente. Uno es el sector desgajado del APRA; otro proveniente de las filas del Trotskismo y un tercero derivará de un sector juvenil del partido comunista, que como en el resto de América Latina, por esa fecha rechazaba la vía insurreccional.

El primer sector provenía de las filas del APRA que en 1948 intentó provocar una insurrección para evitar el golpe militar del general Odría, luego de que había vuelto a la legalidad bajo el gobierno de Bustamante y Rivera.

Este intento insurreccional fue el más completo fracaso y la orden de Haya de la Torre de detenerlo llegó cuando la marina ya se había sublevado en Callao. La persecusión que inició el nuevo gobierno contra el APRA culminó en el cambio en los planteamientos de Haya de la Torre quien participó en los gobiernos de Odría y luego de Prado. Conjuntamente este partido perdió influencia entre sectores de obreros y campesinos que participaban en huelgas prolongadas. El APRA abogaba por reducir las exigencias de los trabajadores para no poner en peligro la estabilidad del régimen democrático.

En 1958 la Federación de Construcción Civil se retiró de la Central de Trabajadores Peruanos. La izquierda comenzó a controlar la Federación de Empleados Bancarios, la Federación de Estudiantes y la federación Nacional de Educadores, todos bastiones del aprismo. Una década después formaría parte de la Confederación General de Trabajadores del Perú.

Un sector radical al interior de este partido se mostró tremendamente crítico frente a la convivencia que se sostenía con el presidente Prado. El 12 de octubre de 1959, en medio de un Congreso Nacional del APRA, el grupo fue expulsado y forma tienda aparte. Nace el APRA Rebelde, liderada por el abogado Luis de la Puente.

Rápidamente el APRA Rebelde rompe completamente con su partido madre, incorporando a sus filas a elementos marxistas, el partido irá tomando esa definición paulatinamente y al decir de Luis Mercier "así se mantuvo hasta que el desarrollo de la revolución cubana generalizó una tendencia política castrista y legitimó, en cierta forma a lo largo de sus primera etapa, el pragmatismo revolucionario que eludió la adhesión a una ideología plenamente sistematizada". (Mercier Luis; Las Guerrillas en América Latina, Páidos, pág. 148)

El APRA Rebelde luego de diversas discusiones políticas decide marginarse del sistema democrático, cambiando su nombre por el de Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), proclamándose marxista leninista.

El 7 de febrero de 1964, Luis de la Puente pronuncia un discurso en la Plaza San Martín donde señala que la crisis del Perú es la crisis del sistema, constituyendo la democracia representativa una farsa que no sirve para los tiempos que se estaban viviendo en esa nación. De la Puente decía que el proceso insurreccional en el Perú asumiría las características de una "revolución agraria", comenzando por la invasión campesina a los latifundios, para después proyectarse en las barriadas marginales de las ciudades. La articulación de ello estaría, por cierto, a cargo del partido revolucionario.

La preocupación por el partido revolucionario hace que De la Puente considere al MIR como fuerza transitoria. Para él la unidad de la izquierda es necesaria para el triunfo de la revolución, pero el "partido de la revolución peruana se formará dentro del proceso insurreccional y sus cuadros y dirigentes surgirán de la lucha misma.

Es decir para comenzar el proceso insurreccional no se ve necesario la existencia de una vanguardia consolidada, al estilo leninista ortodoxo, sino que basta el impulso de un grupo de audaces, que incluso se enfrente en el plano ideológico con la izquierda tradicional. La fuerza política surge de la lucha. Luego, la guerrilla como acción antecede a las preocupaciones ideológicas. Tal es la característica de la guerrilla peruana de la década del 60. Después, con Sendero Luminoso, se pensará distinto.

El MIR desarrolla cinco frentes de combate dentro de la tesis foquista: Túpac Amaru, Atahualpa, César Vallejos, Manco Inca, Pachacutec. El primer foco comenzó sus acciones en la zona de Mesa Pelada, y establece un segundo frente, el Túpac Amaru, en Púcuta, bajo el mando de Guillermo Lobatón.

En carta enviada desde el campamento Illarce Ch'aska, Luis De la Puente fue describiendo el proceso vivido. "Pensamos que nuestra insurrección iniciada por las acciones guerrilleras se transformará, en un breve plazo, en una revolución agraria en las montañas y en el campo, y que las masas, respaldará a los grupos armados y dirigidas por el partido revolucionario, invadirán masivamente las tierras de los grandes propietarios y un poco más tarde explotará la bomba de tiempo de los arrabales marginalizados que rodean a las ciudades de la costa". (Mercier Luis; Las Guerrillas en América Latina, pág. 147)

 
Informe final de la CVR: Victimas

El esquema guerrillero del MIR se basaba en los siguientes puntos:

1-) Consideraban que se hallaban presentes las condiciones objetivas y subjetivas para la lucha armada.

2-) En ese cuadro las masas deben poner como meta inmediata la toma del poder.

3-) En una primera etapa, la insurrección tomará la forma de guerra de guerrillas, y más tarde se pasará a la forma de guerra de maniobras, para llegar a la guerra de posiciones.

4-) Dado el carácter campesino que ellos ven del Perú, la insurrección debía comenzar en el campo, concretamente en la sierra cordillerana. Como en esos lugares la comunicación no es fácil, por la geografía, se debía instalar varios focos guerrilleros. Estos focos servirán para atraer por sí solos el apoyo de la población.

Cuando el presidente Fernando Belaúnde recurre a las Fuerzas Armadas, capacitadas para la lucha contrainsurgente, para enfrentar a la guerrilla el destino del MIR estaba señalado. Los seis meses de enfrentamientos, en que se movilizaron 5 mil hombres del Ejército, Marina, Aviación y Fuerzas Policiales dejaron 38 bajas de su parte, 65 menos que las causadas por el Ejército ecuatoriano en 1941.

Por parte de los guerrilleros del MIR la derrota es total, sus dirigentes muertos y los focos desarticulados. En 1966 se reunirá su comité central arribando a dos conclusiones: afirman que la actividad revolucionaria no alcanzó los niveles político militares requeridos para la lucha armada, y además, que los guerrilleros no conocieron en profundidad la sicología del campesinado, por lo cual éste terminó prestándoles nulo apoyo. Como destaca Alberto Flores Galindo no habían podido confundirse con la población serrana, lo que requería una labor paciente obtener confianza de los campesinos, sumado a que las armas llegaron tarde. "Ese fue el balance que muchos hicieron de aquel desencuentro entre organizaciones políticas y el movimiento campesino. Pese a ello el MIR desbrozó el camino por el que, desde 1980, comenzaron a transitar importantes sectores de la izquierda peruana". (Simon Yehude; Estado y Guerrillas en el Perú de los 80; Instituto de Estudios Estratégicos y Sociales, Perú 1988, pág. 78)

Una segunda vertiente guerrillera proviene del trotskismo, concretamente del partido obrero revolucionario, POR. Destaca allí Hugo Blanco, aunque también Ismael Frías (columnista de revista equis). Blanco durante su estada en Argentina perteneció al grupo Palabra Obrera, dirigido por el profesor de la Universidad de La Plata Hugo Bressano, conocido mundialmente como Nahuel Moreno, uno de los jefes de la IV Internacional.

Como señala Richard Gott, Perú, junto con Guatemala y Brasil, son los tres países de Latina en que los trotskistas estuvieron más activos. Pero Perú es el único país donde hallaron un dirigente nativo que a la vez era un apóstol convencido de la fe. Blanco creía, siguiendo las enseñanzas del creador del Ejército Rojo, que el proceso revolucionario peruano marcaba el fin de la teoría estanilista de la "revolución por etapas", que afirmaba -como dogma para todos los comunistas- que la revolución sólo podía ser burguesa democrática y que los capitalistas locales, a los que llama burgueses progresistas, se unirían a su causa de lucha contra el latifundio y el imperialismo.

Blanco, secretario general de la Federación Provincial de Campesinos de La Convención y Lares, participa primeramente en agitaciones campesinas, que luego se transformaron en huelgas campesinas de carácter revolucionario. Blanco forma el Frente de Izquierda Revolucionaria, FIR, integrado por el POR, por el PC leninista (Luis Zapata Bordero, que luego dará origen a Vanguardia Revolucionaria) y sectores sueltos. Su acción se desarrolla principalmente en El Cuzco, y concretamente en los valles de La Concepción de la sierra, en el sur del Perú. En 1962 después del golpe de Estado que derroca al presidente Prado los militares -que ocupan por un año el poder- detienen a la guerrilla, que apenas se había insinuado, procediendo a derrotarla en sus núcleos originarios. Hugo Blanco fue detenido y condenado a 20 años de cárcel. Fue amnistiado por el gobierno del General Velasco Alvarado en 1970 y al año siguiente deportado a México.

Al analizar críticamente lo sucedido Blanco afirma que no fue el material humano el que faltó, ya que los propios campesinos se convirtieron en vanguardia, sino que organizarlos partidariamente en un núcleo disciplinado, completamente consciente del papel que le correspondía en el proceso.

"Es muy posible que la guerrilla rural sea una de las formas que va a tomar la lucha armada en el Perú; pero no podemos afirmar que sea la principal. Nos parece que cuanto más extenso y uniforme sea el movimiento, cuanto menos espontáneo sea, mayor importancia tendrán las milicias, relativamente estables, tanto urbanas como rurales. A nosotros, fue precisamente el aislamiento el que nos obligó a convertirnos de milicia en guerrilla". (Blanco, Hugo; Tierra o muerte: las luchas campesinas en el Perú, Siglo XXI, 1972)

El tercer grupo insurreccional que se convirtió en foco guerrillero fue el salido del PC, dirigido en un principio por Javier Heraud, quien muere en un enfrentamiento en la localidad de Puerto Maldonado en mayo de 1963 cuando se dirigía con otros guerrilleros a apoyar los levantamientos de Hugo Blanco, y posteriormente por Héctor Béjar Rivera.

Este grupo junto con trostkistas disidentes, y militantes de diversos pequeños grupos, forman el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sobre sus inicios Béjar dirá que el ELN no quiso constituir un partido -y con ello no quiso ser vanguardia organizada- por cuanto pensaban, como los miristas, que el partido de la revolución surgiría de la lucha misma.

Se consideraban una "asociación libre de revolucionarios" y un equipo militar disciplinado. En cuanto al nombre representaba más que una realidad presente un objetivo futuro de la tarea iniciada: la conformación del ejército revolucionario por todo el pueblo, toda la masa sin partido.

Béjar posteriormente se incorpora a la vida política sistémica a requerimientos del general Velasco Alvarado. situación similar sucedió con Hugo Blanco que incluso se presentó a las elecciones presidenciales de 1980.

La principal crítica a las guerrillas del 65 provino de los propios involucrados, por ejemplo el ex-comandante del ELN al analizarlas retrospectivamente afirma que fueron grupos surgidos de la pequeña burguesía, desencantada por el no cumplimiento de las promesas del gobierno de Belaúnde, e influenciados por la mística y por la ideología de la revolución cubana, que a través de la insurrección pretendieron romper el statu quo de la legalidad burguesa.

 
Informe final de la CVR: La destruccion de la democracia

Las consecuencias de estas breves experiencias guerrilleras provocaron profundas huellas en la vida política peruana, aunque no afectaron la estabilidad democrática de ese período. Las raíces que comenzaron a surgir en esos años, así como el análisis de los errores cometidos, llevaron a que una década después surgieran nuevos grupos guerrilleros ahora sí con un sustento ideológico, organizativo y militar fuerte que afectó la gobernabilidad y la estabilidad de la democracia emergente de la década de los 80.

Muchos militantes de los grupos guerrilleros del 65 se incorporaron a la vida política democrática, otros crearon facciones que se mantuvieron latentes esperando un nuevo brote guerrillero, como ocurrió con el MIR Revolucionario, que participó en la fundación del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Pero no fue sólo el análisis de los errores cometidos el que los llevó a variar sus lineamientos estratégico-tácticos, sino que la experiencia de los grupos guerrilleros urbanos de los 70 y el aporte de la triunfante Revolución Sandinista se convirtieron en la luz que iluminó su accionar.

Por otro lado, el fracaso de la teoría del foco y de las guerrillas urbanas en todos los países en que se implementó fortaleció las posiciones de los maoístas miembros del PCP-Sendero Luminoso, que luego de más de 10 años de paciente espera iniciaron su larga marcha.


EL MRTA: HEREDEROS DE GUEVARA Y LAS GUERRILLAS DEL 65

En 1980 año en que termina la transición política y comienza la consolidación democrática, pero que también marca el comienzo de la acción de Sendero Luminoso, un grupo de antiguos militantes del MIR, de la guerrilla del 65, ex-apristas, del Partido Socialista Revolucionario Marxista Leninista, del Movimiento Revolucionario Velasquista, conforman una nueva organización que toma el nombre provisorio de: Movimiento Revolucionario Túpac Amaru.

ORIGEN

Este grupo durante los dos años siguientes desarrolla un trabajo de discusión ideológica, política y militar para definir lo que serían sus posiciones políticas, en lo que constituye su primera etapa. A partir de marzo de marzo de 1982, adopta oficialmente ese nombre, en memoria del indígena peruano José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, cacique de Tungasuca que se rebeló contra la dominación española el 4 de noviembre de 1780. Ese mismo año pasan a la segunda etapa de su historia: "la acumulación de fuerzas" que consiste en la incorporación de militantes para preparar las condiciones para su accionar. En 1984 abre la tercera fase: "la de propaganda armada, cuyo objetivo central no es la derrota o el aniquilamiento de las fuerzas vivas del enemigo, sino el darse a conocer al pueblo peruano, principalmente de llegar a las conciencia de las masas".(Combatiente El; Revista del MIR C- Militar chileno, Nº 20, abril 1991, pág 9)

El 28 de julio de 1984 se hizo público, por primera vez, el nombre del MRTA a través de un embanderamiento masivo. La bandera tupacamarista es similar al emblema peruano, pero lleva en la franja blanca la imagen de Túpac Amaru II rodeado de un fusil y una porra incaica que se cruza en "V", con las siglas MRTA. Además, durante ese período atacó el puesto policial de Villa El Salvador en Lima, robó el sable de San Martín y la primera bandera peruana. En esa ocasión realizó una incursión a la localidad de Tabalosos que originó un gran efecto político y sicológico a nivel nacional e internacional.

Al igual que otros grupos del continente, como el M-19, el MRTA realizó sus primeras acciones buscando símbolos que le dieran legitimidad en la sociedad. "Robaron esa espada para apoderarse de un símbolo nacional y para dar a entender que librarían la segunda guerra de emancipación. con eso decían: nosotros somos los detentores de la legitimidad nacional. Sendero con los perros colgados, lo que pretendían era colocar una barrera entre ellos 'los legítimos herederos del maoísmo', y los demás". (González Raúl; Una larga agonía: conversando con Henri Favre; Revista Qué Hacer, Nº54, agosto-septiembre 1988, pág. 50)

IDEOLOGIA

A diferencia de lo sucedido con Sendero Luminoso poco se ha estudiado la concepción político-ideológica del MRTA. Principalmente existen análisis de sus acciones de propagandas armadas, subestimando aquellos elementos programáticos que definen su personalidad política.

En ello sus propios militantes tienen responsabilidad, pues no han dado la importancia del caso a la difusión de su línea, bajo la justificación de sustraerse de un debate principista, al que ha sido tan adicta la izquierda peruana.

En el documento "MRTA-MIR: Unidad para la revolución", de diciembre de 1986, se resumen sus principales presupuestos teóricos. El MRTA pretende buscar en lo profundo de la historia del Perú, sus raíces y la justificación de su existencia como organización política.

"A sí mismo, se consideran como una prolongación de las luchas del pueblo peruano: desde la resistencia indígena al colonialismo español, pasando por la revolución de Túpac Amaru II -que da origen al nombre- hasta nuestros días. En lo anterior se percibe el intento de resolver la compleja relación entre socialismo y nación en una sociedad como la nuestra, en que la cuestión nacional continúa siendo un problema pendiente para la revolución".( Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág. 119)


Informe final de la CVR: Sendero Luminoso

Se autodefinen como una organización político militar de origen marxista leninista, no ortodoxa, continuadora de las Guerrillas del 65 y del Che Guevara, e influenciados por todas las experiencias guerrilleras latinoamericanas, principalmente la sandinista. Pero no niegan su vocación nacionalista que les ha permitido realizar alianzas tácticas con otros partidos políticos de izquierda peruanos.

El marxismo leninismo lo entienden como lo formuló José Carlos Mariátegui: no como calco o copia, sino como creación heroica. Insisten que el marxismo leninismo no es un cuerpo religioso repleto de verdades inapelables, sino un dinámico conjunto de leyes y principios que se nutren con lo más avanzado del pensamiento y la praxis revolucionaria de la época. Esta visión es la que los lleva, por ejemplo, a plantear la apertura hacia las diversas corrientes del campo popular, que van desde los cristianos de izquierda hasta el pueblo aprista.

El MRTA, por otra parte, afirma explícitamente su total autonomía respecto de cualquier país socialista o centro ideológico internacional, mostrando distancia con esta afirmación de Cuba o Nicaragua.

Afirman que la suya "es una corriente político-ideológica que se está construyendo en la lucha, ajena a las divisiones y conflictos entre los Estados socialistas son más compromisos que los que existen con la causa histórica de nuestro pueblo y las obligaciones del internacionalismo proletario". Y añaden: "Somos parte del movimiento revolucionario latinoamericano, que bajo las banderas del Che Guevara le dieran una nueva actitud y perspectiva a la izquierda del continente. no obstante cuestionan a quienes dogmáticamente califican al campo socialista de "socialimperialista" -refiriéndose explícitamente a Sendero Luminoso-. (Ibídem., pág. 119)

La revolución socialista es establecida en su programa como su objetivo final. Creen que el socialismo es la única salida a la profunda crisis del sistema imperante y para llegar a él consideran que es necesario transitar por una primera etapa, dentro de las cuales las tareas nacionales y democráticas tienen un peso importante: resolviéndolas es que se despejará el camino al socialismo. Afirman que mientras más se retrase la revolución, más patética serán las deformaciones del capitalismo dependiente (miseria, desocupación, depredación de los recursos naturales, estancamiento agrario, centralismo).

El análisis de la realidad peruana les muestra un país capitalista dependiente y deformado, que mantiene relaciones de producción pre-capitalistas. Ven como sujeto histórico de la revolución a la clase obrera, en alianza con el campesinado y aglutinando en torno suyo al conjunto del pueblo. De este modo, la construcción de la nación peruana, la solución de la cuestión agraria, el fin del centralismo burgués, la reedificación de la relación agricultura-industria, la reestructuración de la industria y la ruptura de cualquier lazo de dominación y dependencia imperialista, son tareas que sólo puede resolver plenamente en el socialismo.

La condición indispensable de este proceso de transformaciones -que impulsa el MRTA- es la construcción de un nuevo Estado. Este, edificado sobre los escombros de la vieja maquinaria estatal burguesa, será expresión de la democracia directa de las masas a través de sus órganos de poder popular y se sostendrá en las fuerzas armadas revolucionarias y el pueblo organizado en milicias.

La revolución peruana afectará, a su vez, a los intereses del imperialismo y la gran burguesía, cuyos bienes serán confiscados y pasarán a manos del nuevo Estado para conformar el área socialista de la economía. Así se pondrá en práctica un planificación democrática, que progresivamente se convertirá en el eje organizador de la reproducción económica y social; y se mantendrán formas plurales de propiedad, coexistiendo el área estatal socialista, el área cooperativa, y el de la pequeña y mediana propiedad privada, dentro de un proceso de transición en que la primera área es la predominante.

El MRTA considera, finalmente, que dentro del nuevo Estado que propugna es factible la más amplia libertad política y cultural del pueblo. Cree, así, que la libertad burguesa de hoy es fetichista porque da una falsa igualdad jurídica a quienes se encuentran desigualmente ubicados en la sociedad; y que logrando superar los abismos sociales que separan a los peruanos, se alcanzará la verdadera libertad.

El MRTA se define a si mismo como un factor en la construcción de la dirección estratégica de la revolución peruana. Esto es crucial dentro de su estructura partidaria: si bien posee la mística y la autoconfianza sin la cual una organización política no puede desarrollarse, erradican, en cambio, la noción de la autoridad cuasi papal del partido único y exclusivo. No es fortuito, entonces que uno de los ejes de su política sea precisamente la búsqueda de la unidad más amplia de la izquierda y el pueblo en general, como tampoco lo fue su unificación con el MIR.

Como señala el comentarista político Víctor Hurtado, de la revista Visión Peruana, en abril de 1986, cuando apareció el MRTA el escenario del campo popular se encontraba copado por el PCP-SL y la Izquierda Unida. Ambos habían logrado, cada uno en su terreno, una fuerza considerable. Por ello, no existía espacio para nuevos proyectos.

Esta tesis fue compartida por muchos analistas y políticos que estimaban que era casi imposible que los tupacamarus pudieran abrirse un espacio entre estas fuerzas encontradas. Sin embargo, la dinámica política peruana llevó en los años siguientes a una caída estrepitosa de la IU, y su vía política, y un incremento en el posicionamiento del MRTA, con su proyecto, en el escenario de guerra que se vivía en el Perú.

Estrategia y tácticas

Pero cómo el MRTA piensa que logrará los objetivos anteriormente señalados: A través de la "Guerra Revolucionaria del Pueblo", concepción estratégica que implica un complejo entrelazamiento de factores ideológicos, políticos, sociales, económicos y militares en torno a un eje estratégico: la lucha armada.

Algunos de sus lineamientos estratégicos de dicho proyecto son los siguientes:

1-) La Guerra Revolucionaria es un proceso en que concurren diversas formas de lucha y de organización, las mismas que se supeditan a la lucha armada;

2-) Es necesaria la construcción tanto de la "fuerza política" como de la "fuerza militar" del pueblo, en la medida en que ambas tareas se impulsan paralelamente y no la segunda después de la primera; y

3-) La guerra revolucionaria se desarrolla donde están las masas, tanto en las ciudades como en el campo. No obstante estiman que cada escenario tiene sus particularidades: mientras en el campo buscan construir su fuerza militar regular (el Ejército Tupacamarista), consideran a las ciudades como los centro de luchas principales político y social, donde lo militar tiene la función de auxiliar la guerrilla rural y preparar las condiciones para la ofensiva insurreccional del pueblo.

Es necesario señalar que las derrotas de la mayoría de las experiencias foquistas y de guerrilla urbana en América Latina, más que mostrarles un camino errado en pro de sus objetivos, sólo los llevo a realizar ajustes en la construcción estratégica, tratando de contar, al mismo tiempo, con una base social y política sólida tal como la conseguida por los sandinistas. Pero al igual que el Che Guevara apuntan a que las condiciones para una revolución pueden ser apuradas por un pequeño grupo guerrillero, urbano o rural. Convirtiéndose este grupo en el fósforo que encienda el pajar en que están parados, dado la crisis global que sacude a ese país, que provoca -a su juicio- las condiciones objetivas y subjetivas precisas para el estallido insurreccional.


Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (2º parte)

Esta idea quedó reflejada en 1984 cuando junto con iniciar acciones urbanas de propaganda armada en Lima, sus máximos esfuerzos estuvieron dirigidos a organizar un foco guerrillero rural en la provincia de Paucartambo, en el departamento del Cusco.

La detención de una decena de tupacmaristas y la confiscación de importantes pertrechos militares e información desbarató esta operación, que recordó a muchos peruanos las experiencias guerrilleras de 1965. Este revés, no muy recordado por los analistas políticos peruanos, los obligó a postergar esta acción por tres años.

La tercera etapa, llamada de propaganda armada, terminó en el tercer trimestre de 1987, iniciándose en octubre de ese año, la cuarta etapa: De la guerrilla rural. El MRTA ingresó, así, a un nuevo período de su existencia: el de la construcción del ejército tupacamarista. De esta forma en las selvas del Departamento de San Martín los tupacamarus pusieron en práctica su concepción del desarrollo de la prolongada Guerra Revolucionaria del Pueblo.

Su máximo dirigente el Comandante "Rolando" (Víctor Polay Campos) en diversas entrevistas ha sostenido que una de las tesis que más caracteriza la experiencia tupacamarista es que "la revolución no puede ser muda". "Nosotros pensamos que si hay una cosa que no puede ser muda es la revolución. La revolución tiene que ser un acto pedagógico, un acto de explicación a las masas". (Extraña propuesta de paz, entrevista con Rolando, Caretas, Nº 981 Lima 16 de noviembre de 1987, págs. 9-13)

La aplicación de esta tesis ha llevado a que desde sus inicios, el MRTA ha reivindicado todas y cada una de sus acciones, explicando su justificación política; y buscando hacer públicas sus propuestas. Las conferencias de prensa, las entrevistas, la propaganda intensa, etc., son parte de la permanente actividad para comunicarse, de la manera más clara y sencilla, con millones de peruanos. Hacer política para las mayorías populares y no para una vanguardia radicalizada es, entonces, uno de sus lineamientos.

"De allí su preocupación porque cada acción guerrillera tenga un significado digerible por las amplias masas populares. A esta política fue correspondiendo por ejemplo, su decisión de suspender unilateralmente las hostilidades contra el nuevo gobierno aprista: no bastaba que la vanguardia estuviera clara sobre las posibilidades y perspectivas de Alan García; era necesario que el pueblo también lo estuviera y que, a partir de su propia experiencia, comprobase la imposibilidad histórica del APRA, que en esa oportunidad pretendió encubrirse bajo la promesa de una "gobierno nacionalista, democrático y popular". (Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág. 116)

El Comandante "Rolando" señala que otro de los principios del MRTA es que las armas y la acción armada son instrumentos para hacer política, actuando con ellas en las coyunturas y respondiendo con iniciativas políticas a los diversos problemas del país. Reconocen, de esta forma, que no se acumulan fuerzas en frío ni al margen de los momentos políticos que se viven. Otra de sus preocupaciones permanentes es tener una política amplia y madura, que busque sumar masas y unir a todas las fuerzas de una izquierda peruana cargada de sectarismos, por eso los mensajes del MRTA buscan ser mensajes de unidad a diferencia de lo que sucede con los de Sendero Luminoso.

La necesidad de combinar todas las formas de lucha en el proceso de acumulación de fuerzas revolucionarias para la toma del poder, es igualmente otro de sus lineamientos. "De ahí que el MRTA estime que no existen formas de lucha, en sí y de por sí, que sean revolucionarias ni que puedan ser condenadas como reformistas. El papel revolucionario de una forma de lucha está dado por la ubicación dentro de una estrategia global político- militar, cuyo eje -según los tupacamarus- es la lucha armada. Por ello el MRTA no renuncia a la lucha electoral o parlamentaria: estima que éstas pueden cumplir un rol importante en la acumulación de fuerzas, siempre y cuando contribuyan a la organización revolucionaria del pueblo". (Ibídem., págs. 117 y 118)

ACCIONES

HIMNO A TUPAC AMARU

Tupac Amaru Padre del trueno
ya esta naciendo tu gran nación
ya están prendiendo tus guerrilleros
grandes fogatas de insurrección

Tupac Amaru cóndor de fuego
brama en el pueblo tu corazón
eres incendio en los combates
canto y banderas de rebelión

Tus hijos saben que de su pobreza
no comerá ya mas el patrón
por fin el pueblo no será esclavo
ni habrán cadenas de explotación

Tupac Amaru Padre del trueno
ya esta naciendo tu gran nación
ya están prendiendo tus guerrilleros
grandes fogatas de insurrección

Tupac Amaru hijo del sol
quema tu sangre, arde tu voz
te esperan los oprimidos
Túpac Amaru libertador

Tupac Amaru Padre del trueno
ya esta naciendo tu gran nación
ya están prendiendo tus guerrilleros
grandes fogatas de insurrección

Los primeros años de acciones del MRTA mostraron a un grupo buscando a través de acciones espectaculares rememorar el aire de romanticismo que tuvieron las guerrillas del 65 en el Perú y en otros países de América Latina. Los atentados selectivos fueron considerados por este grupo como "acciones concretas y puntuales" a diferencia de Sendero Luminoso que "ha hecho uso indiscriminado de ellas", tal como lo señalan en el documento de línea militar de su III Pleno. Pareciera en este sentido que, el MRTA tratara de mostrar una imagen positiva, en la línea de la guerrilla latinoamericana de los años sesenta.

En los primeros años de su funcionamiento el MRTA tampoco desarrollo secuestros, como ocurría algunos años después entrando en funcionamiento las llamadas "cárceles del pueblo", muy al estilo tupamaro uruguayo. "Porque es una organización pequeña, el MRTA requiere relativamente de poco dinero para apoyar sus operaciones. A través de robos y actividades de extorsión a hombres de negocios y narcotraficantes el MRTA parece captar los suficientes recursos para su accionar". (Yaeger Carl; Tupac Amaru Revolutionary Movement; TVI Profile, pág.3)

El período de acciones más bien propagandísticas que militares llegaron a su fin el 9 de enero de 1990 con el asesinato del general (R) Enrique López Albújar que marcó un endurecimiento en la línea política que pretendía mostrar el MRTA. Desde ese momento asume el asesinato selectivo como algo habitual de su acción insurreccional. Aún sin caer en un terrorismo que responda a objetivos estratégicos, como Sendero Luminoso, el MRTA varió desde esa fecha su accionar que siempre respondía a la coyuntura, dando la impresión de estar siempre en una constante propaganda armada, buscando "causas justas" por las cuales luchar, para justificar la vía armada.

Desde 1991 el MRTA comenzó a vivir un fuerte período de fraccionamiento entre dos tendencia claramente identificables: una más política que pretende reincorporarse en un futuro cercano a la legalidad y una militar dura e intransigente, que no acepta el diálogo político y lo rechaza terminantemente.

En los acuerdos de su Comité Central de 1991 ratifican su lineamiento político "la estrategia del MRTA no ha variado un ápice, porque las condiciones de vida del pueblo peruano siguen siendo aún peores. Y esta estrategia es la de la Guerra Revolucionaria del pueblo, la combinación de todas las formas y métodos de lucha, articulados alrededor de su eje principal -que es la lucha armada- hasta conquistar el poder para ponerlo al servicio de la patria y el pueblo". (Instituto de Defensa Legal; Perú: hoy: en el oscuro Sendero de la Guerra; Lima 1992, pág. 84)

PCP-SENDERO LUMINOSO: LA CUARTA DAGA DEL MARXISMO

El Partido Comunista del Perú, más conocido como Sendero Luminoso, ha sido en la década del 80 el grupo más activo en de la tercera oleada guerrillera que se inicia con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979. Sendero Luminoso comparte con todos los grupos de este período una práctica política que busca generar ingobernabilidad en los países respectivos, cuestionando la legitimidad no de los gobiernos militares como en la década anterior, sino que de las incipientes democracias que surgieron en el continente.

Estos grupos, entre los que destacan las FARC y el M-19 en Colombia; "Alfaro Vive Carajo" en Ecuador; Sendero Luminoso y el MRTA en Perú; mantienen el voluntarismo de la época guevarista, pero en su táctica están más integrados los condicionamientos que el medio nacional les impone.

Sin duda, el grupo que más ha afectado la gobernabilidad y la estabilidad democrática de un país latinoamericano en las últimas décadas ha sido Sendero Luminoso, el grupo insurreccional más radical de los que han existido en el continente, sólo comparable con el Khmer Rouge en Camboya. Los senderistas, llevados por un fundamentalismo ideológico, creen ser los únicos depositarios de la ortodoxia revolucionaria y que por lo tanto tienen en sus manos, en las cumbres de los Andes, el provenir de la revolución mundial. Guiados siempre por su líder -considerado por ellos como la cuarta daga del marxismo- el presidente Gonzalo. La originalidad de este grupo radica en que son los primeros en ofrecer una interpretación pesimista del pasado y optimista a ultranza del futuro a que ellos conducen.

ORIGEN

Respecto de este grupo existen varias corrientes que tratan de explicar su surgimiento. Las interpretaciones "regionalistas" sostienen que la lucha planteada por los senderistas encarna una reacción del campo contra la ciudad (Cinthia MacClintock, 1984). Una segunda visión (la étnica) interpreta a Sendero como un movimiento reivindicativo de la lucha indígena milenaria contra los blancos europeos (García Sayán, 1990). "Finalmente una tercer interpretación es la clasista que considera al grupo como un movimiento que lucha en contra de la violencia estructural presente en el capitalismo (Carlos Iván De Gregori, 1993)". (Vázquez Karen, Pérez Aníbal; Violencia, Represión y Consolidación Democrática: los casos de Perú y Argentina; Universidad de El Salvador, 1993, pág. 20)

El origen de Sendero Luminoso se encuentra a comienzos de la década del 60, en medio de un contexto internacional donde las pugnas ideológicas chino soviéticas, provocaron posiciones absolutamente contrapuestas dentro de las filas del movimiento comunista internacional. En el Perú, el Partido Comunista Peruano, fundado por Mariátegui, comenzó a vivir este enfrentamiento entre la ordodoxia soviética y el maoísmo a partir de 1962.

El sector pro-chino, encabezado por Saturnino Paredes y José Sotomayor, acusó a la dirección del PCP de electorerismo, corrupción y, principalmente revisionismo, por haber supuestamente abandonado los principios marxistas leninistas. "Caracterizan a la sociedad peruana como semifeudal y semicolonial, propugnando asumir inmediata y plenamente la táctica y la estrategia china: la guerra popular y prolongada. La alianza deseable es para ellos la obrero-campesina y la fuerza principal de la revolución, el campesinado." (Carbajal Leopoldo; Sendero Luminoso; la ruta que comenzó a andar; El Diario de Marka, 22 de enero de 1982; pág. 4)

La división no tardó en producirse y en enero de 1964 este sector da nacimiento al Partido Comunista -Bandera Roja, que toma el nombre del periódico que editan. En la división absorben al Comité Regional de Ayacucho, del cual era parte el Frente de Estudiante Revolucionarios por el Sendero Luminoso de Mariátegui, que funcionaba en la Universidad San Cristóbal de Huamanga.

"Esta universidad, abierta en 1959, se había consolidado rápidamente como motor de desarrollo para toda la zona de Ayacucho, en una ciudad pequeña, cerrada y muy religiosa. "Cuando la universidad comienza a funcionar, Ayacucho ve roto sus esquemas: los profesores hablan en clases de anatomía de la reproducción y de las relaciones sociales, yo diría que la ciudad es violentada". (Revista Quehacer, Nº 19, DESCO, Lima, octubre de 1982, pág. 59)

En 1962 había llegado a la zona Abimael Guzmán Reynoso, quien inmediatamente se incorpora la staff de profesores y comienza a militar en el PC-Bandera Roja. Este grupo comenzó una ferviente actividad organizativa, que sobrepasó rápidamente la Universidad, cuyo punto más alto fue la creación en 1966 del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho.

El nuevo partido encabezado por Saturnino Paredes continuó viviendo en pugnas internas que llevaron en 1965 a la salida de José Sotomayor, quien fundó el PC Marxista Leninista de corta duración y de la dirección de la juventud que formó el PCP-Patria Roja. "Luego de una corta temporada en China en 1965, en vísperas de la Revolución Cultural de Mao Tsetung -donde se cuenta que conoció al Che Guevara- y con la aprobación del Congreso Campesino, Guzmán ingresó al comité regional de Bandera Roja en Ayacucho". (Strong Simón; Sendero Luminoso, Edición Popular, Perú 1991, pág. 33)

La unidad táctica que Paredes y Guzmán tenía para enfrenar a sus opositores se quiebra en 1972, cuando Guzmán acusa a Paredes de contrarevolucionario, incapaz y por no haber cumplido con la tarea de preparar la lucha armada.

Guzmán arrastró tras de sí al Regional Ayacucho y sectores estudiantiles, perdiendo importante apoyo sindical campesino que se alineó con Saturnino Paredes. Desde ese momento comienzan a venerar la lucha armada, se consideran como los únicos revolucionarios, los descubridores de la verdad absoluta y de las llaves de la historia, estableciendo entre sus militantes una disciplina rigurosa, una fuerte mística y una dedicación especial a la formación ideológica.

 
Mujeres revolucionarias realizando un acto en la prisión de Canto Grande

Entre 1973 y 1975, en alianza con Bandera Roja, lograron acceder también a la dirección estudiantil de las Universidades de Tacna y Huánuco y alcanzaron presencia importante en las universidades de Lima de Ingeniería y San Martín de Porres. Sin embargo, pronto deciden abandonar las universidades y bajo la consigna de "Retomar a Mariátegui" se fijan el objetivo de "reconstruir el partido" en un plazo de 5 años. "Así, más de 10 años de trabajo en el campesinado -que implicaron el aprendizaje de su lengua, el quechua, y el conocimiento y aún adopción de sus tradiciones- explican el fuerte arraigo que tuvo la organización en la capas sociales de este Departamento".(Jaña Soledad, Laín Domingo; Presente y perspectivas del PCP-Sendero Luminoso; Centro de Investigaciones del Cono Sur, enero de 1985, pág 2)

En 1977 dan por cumplida una de sus etapas más importantes y comienzan a preparase para la lucha armada, del campo a la ciudad, pues consideran que el Perú es un país semifeudal y semicolonial en el cual existe una situación revolucionaria óptima. En las más estrictas medidas de clandestinaje celebran en la ciudad de Ayacucho el IX Pleno de su Comité Central a comienzos de 1980. En esa oportunidad conforman la Dirección Revolucionaria (político-militar) y ordenan a sus militantes trasladarse a zonas campesinas estratégicas para iniciar la lucha armada.

Ideología

Sendero Luminoso aplica como método permanente de construcción, dirección y de la unidad partidaria la "unidad y la lucha entre dos líneas". La ideología, el programa y la línea política serían el sustento de esta unidad partidaria. Este método sería la aplicación del desarrollo de la contradicción, como la ley fundamental de la dialéctica. En términos prácticos representa la justificación teórica para la eliminación de cualquier oposición o discrepancia en el partido, porque siendo permanente la lucha entre dos líneas, ésta puede ser convertida en posición antagónica según la evaluación de la dirección. A partir de esta premisa analizaremos primero la ideología del PCP-Sendero Luminoso.

El PCP constituye una organización ortodoxamente maoísta -al parecer la única que subsiste actualmente en América Latina- admiradora de la Revolución Cultural China y de la "banda de los cuatro" de Pekín. Indemne a todas las modificaciones impuestas en China por los sucesores de Mao, la organización se define como "marxista-leninista-maoísta-pensamiento del camarada Gonzalo" y reproduce casi sin modificaciones las tesis clásicas del líder Chino.

El PCP- Sendero Luminoso considera al pensamiento de Mao Tse Tung como la tercera y superior etapa de la ideología marxista, ya que ha desarrollado y profundizado los aportes entregados por Lenin y por Marx.

En la filosofía marxista el líder chino ha desarrollado la dialéctica, principalmente en la ley de la contradicción, estableciendo que es la única ley fundamental; en la economía política: el análisis del capitalismo burocrático y de la economía socialista; y en el socialismo científico: la guerra popular, teoría militar de carácter universal.

Además, Abimael Guzmán menciona el desarrollo hecho por Mao a las tesis de Lenin sobre el imperialismo, afirmando que éste crea disturbios y fracasa para volverlos a generar y volver a fracasar y así hasta su ruina final, que se producirá en los próximos 50 a 100 años. En su concepción Mao aplicó esta ley no sólo al imperialismo norteamericano sino también al "socialimperialismo" soviético.

El pensamiento de José Carlos Mariátegui es considerado, también, como fundamental para la ideología senderista. El período de reconstrucción del PCP, afines de los 60 estuvo basado fundamentalmente en "retomar a Mariátegui", donde se analizaron sus escritos principalmente en lo referente al papel de la violencia revolucionaria, de la dictadura del proletariado y al trabajo con el campesinado y los indígenas.

El pensamiento Gonzalo es definido como la aplicación de marxismo-leninismo-maoísmo a las condiciones concretas de la sociedad peruana. Con dos implicaciones fundamentales: un mayor dogmatismo y un convencimiento del rol protagónico mundial de Guzmán. Según el propio Abimael Guzmán, la guerra permite que el pensamiento tenga un salto hacia adelante que significaría una cristalización mayor, un grado de certeza más elevado, superior a la concepción clásica de pensamiento guía -que viene del marxismo chino y coreano- y tiene sólo por objetivo fijar el norte, el rumbo de la acción revolucionaria en un determinado país. "En cambio, el pensamiento Gonzalo sería en sí mismo una cuarta etapa del desarrollo del marxismo, y trascendería los linderos de la aplicación nacional, asumiendo connotaciones universales". ( Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; Instituto de Defensa Legal, Perú, octubre de 1990, pág. 69)

Y esa ortodoxia influye decisivamente sobre su concepción de la sociedad peruana, y por consecuencia sobre su estrategia revolucionaria y sus tácticas, y sobre su política de alianzas. Sobre esto último, el Partido no busca y aún parece rechazar las alianzas políticas. La izquierda legal peruana -sus dirigentes- no constituyen sino un conjunto de "sirvientes" de la burguesía que prestan su apoyo a la afirmación de "Estado corporativo" y unos "cretinos parlamentarios". Todo persona o grupo que no es marxista-leninista-maoísta no es revolucionario, por lo que sirve al "viejo Estado" y es visto como enemigo.

El Perú aparece para Sendero como una sociedad "semi-feudal y semi-colonial", expresiones que anteriormente usara Mao y Mariátegui. Los desarrollos más contemporáneos del capitalismo peruano no parecen haber hecho necesario para la organización variar su definición inicial.

La burguesía peruana, con el desarrollo del "capitalismo burocrático" -expresión senderista que define como el capitalismo del gran capital monopolista "enfeudado a los terratenientes y sometido al imperialismo"- hacen que la democracia burguesa sea inviable en el país, que sólo puede aparecer "como caricatura" y que lo que está en desarrollo desde 1968 sea un proceso continuado de "fascistización" que va conduciendo progresivamente a la instauración de "un estado corporativo".

"No menos dura es su expresión para referirse a las revoluciones socialistas o a los procesos revolucionarios. La Unión Soviética representa "el otro imperialismo" -el social imperialismo-, Cuba y Nicaragua son satélite de ella. Y por supuesto, los dirigentes chinos no son sino un hato de traidores que encabeza "el perro Ten Siao Ping". Así su ortodoxia extrema los lleva a un aislamiento que no es producto de las circunstancias particulares sino de su propia decisión". (Jaña Soledad, Laín Domingo; Op. cita pág 3)

En 1980 se produce un cambio pasando a una "situación revolucionaria en desarrollo", donde ese capitalismo burocrático y el proceso de fascistización son enfrentados por la revolución democrática, nacional, anti-feudal y anti-imperialista, definiendo así el carácter de la revolución necesaria para llegar al Estado de Nueva Democracia. La que será apoyada por la alianza entre obreros y campesinos, en la cual el proletariado es la clase dirigente y el campesinado la fuerza motriz fundamental. La toma del poder y la instauración de la nueva sociedad serán producto de una guerra popular prolongada que, teniendo como escenario fundamental el campo, marchará hacia el cerco de las ciudades.

Los gobiernos de Velasco Alvarado, Morales Bermúdez y Belaúnde Terry no constituyen sino momentos de este proceso de "continuismo fascista" en medio de una situación "revolucionaria estacionada.

En cuanto a los aportes novedosos de Guzmán, de acuerdo a sus seguidores serían sobre todo dos: las tesis de la militarización de los Partidos Comunistas y la construcción concéntrica de los tres instrumentos de la revolución. Aportes del "pensamiento Gonzalo" que son vistos por los senderistas como lecciones y un camino a seguir por los revolucionarios no sólo de Perú sino del mundo.

En su documento "Bases de discusión del PCP" señalan que el proletariado genera el aparato político: un Partido Comunista totalmente opuesto y distinto a los demás partidos con el objetivo de tomar el poder político, así definido por Marx.

"Lenin estableció los caracteres del partido de nuevo tipo combatiendo la influencia socavadora del viejo revisionismo que generó partidos obreros burgueses basados en la aristrocracia obrera, la burocracia sindical, el cretinismo parlamentario y amoldados al orden. El presidente Mao Tse Tung desarrolló la construcción de los tres instrumentos. El presidente Gonzalo establece la tesis de la militarización de los partidos comunistas y la construcción concéntrica de los tres instrumentos". (Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú, EES, Lima, pág. 104) La militarización de los Partidos Comunistas, directriz política con contenido estratégico, es el conjunto de transformaciones, cambios y reajustes que necesita para dirigir la guerra popular como forma principal de lucha que genere el nuevo Estado, por tanto la militarización de los Partidos comunistas es clave para la revolución democrática, la socialista y las culturales. Es decir para países atrasados, capitalistas desarrollados o donde el "proletariado" ha capturado el poder -a su juicio tesis aplicable universalmente-.

Lo último se encuentra íntimamente ligado a las razones que los senderistas aducen para plantear la militarización de los Partidos Comunistas: Primero, el convencimiento de que nos encontramos ya en la lucha final. "estamos -explican- en la ofensiva estratégica de la revolución mundial, vivimos el barrimiento del imperialismo y la reacción de la faz de la tierra en los próximos 50 a 100 años, época signada por la violencia en que se expresan todo tipo de guerras, vemos cómo la reacción está militarizándose cada vez más, militarizando los viejos Estados, su economía, desarrollando guerras de agresión, traficando con la lucha de los pueblos y apuntando a una nueva guerra mundial...". (Ibídem., pág 104)

Segundo, la frustrada experiencia de los países socialistas. Hay que conjurar -dicen- la restauración capitalista. La burguesía cuando pierde el poder se introduce dentro del partido, utiliza el ejército y busca usurpar el poder, destruir la dictadura del proletariado para restaurar el capitalismo, por tanto los Partidos comunistas deben militarizarse. Y tercero, la certeza que marchamos hacia una sociedad militarizada. Militarizando el Partido -argumentan- plasmamos un paso hacia la militarización de la sociedad que es la perspectiva estratégica para garantizar la dictadura del proletariado.

La construcción concéntrica de los tres instrumentos (Partido, Ejército y Frente Unico) no es otra cosa que la plasmación orgánica de la militarización del Partido. Se resumiría, en síntesis, en la siguiente cita de Guzmán: "el Partido es el eje de todo, dirige omnímodamente los tres instrumentos, su propia construcción, absolutamente al ejército y al nuevo Estado como dictadura conjunta apuntando a la dictadura del proletariado".

Sendero considera que la revolución se da por etapas, en una relación indesligable y un camino inninterrumpido entre revolución democrática y la segunda etapa que es la revolución socialista. La novedad en este aspecto de la línea política de Sendero es lo que ellos mismos denominan la "especificación de las tesis maoístas de la guerra popular del campo a la ciudad", es decir, la guerra popular unitaria, donde el campo es el escenario principal de la lucha armada y la ciudad el complemento.

Abimael Guzmán apoyándose en la experiencia china señala que la prolongada lucha revolucionaria es una guerra de guerrillas de los campesinos dirigida por el PC, por lo cual resulta imprescindible realizar trabajo hacia las zonas rurales para ganarlas como bases de apoyo revolucionario. Pero específica que en las ciudades como complemento se deben llevar adelante acciones armadas como lo demuestra la experiencia internacional.

El líder senderista saca lecciones de lo que ocurrió en la guerrillas filipina que se refundió en el campo y dejó quietas las ciudades, provocando el aislamiento de la guerrilla. De lo ocurrido en Brasil, donde los insurrectos aplicaron acciones en ambos sectores, pero no especificaron cuál era el principal. De Vietnam donde los comunistas realizaron importantes acciones en las ciudades.

"Al definir a la clase obrera y al campesinado como fuerzas principales de la revolución vietnamita exigió que el proceso de construcción de las fuerzas revolucionarias se realizara simultáneamente en las ciudades y áreas rurales, impulsando formas de lucha adecuadas en cada una de las zonas estratégicas de acuerdo a sus características específicas". (Naranjo Pedro; Viet Nam: experiencias y enseñanzas; Ediciones R, 1990, pág. 283)

Teniendo en cuenta las peculiaridades de las ciudades en América Latina, donde el porcentaje de proletariado y de masas pobres es elevado, Guzmán sostiene que las masas están prestas a desarrollar acciones de complemento a las del campo. "Sólo que en las ciudades no se construye nuevo Poder, sino Frente, concretado en Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo con centros de resistencia que hacen la guerra popular y preparan la futura insurrección, que se dará cuando las fuerzas del campo asalten las ciudades en combinación con la insurrección desde dentro". (Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú de los 80; EES, Lima, pág. 107)

Estrategia y tácticas

La estrategia del PCP-Sendero Luminoso para conquistar el poder es la Guerra Popular Prolongada, que parte de un supuesto esencial: la violencia es la ley universal sin excepción alguna. Es la ley que permite resolver las contradicciones fundamentales a través de la Guerra Popular y el ejército propio.

"Es una cuestión sustantiva del marxismo, porque sin violencia revolucionaria no se puede sustituir una clase por otra, no se puede derrumbar un viejo orden para crear uno nuevo".( Guzmán Abimael; Presidente Gonzalo rompe su silencio; El Diario; Nº496, 31 de julio de 1988, pág.15)

La Guerra popular -afirma su líder- se aplica universalmente, según el carácter de la revolución y se especifica en cada país. En el caso del Perú, la lucha se libra desde el campo y la ciudad, como complemento, tal como se estableció en las tesis de 1968. Debido a que en América Latina se tienen ciudades proporcionalmente más grandes que en otros continentes.

Guzmán explica que se discutió en profundidad al interior de su partido y por largo tiempo, como aplicar la Guerra Popular sin caer en mecanisismos y simplificaciones, para lo cual se diseñó un "plan estratégico único" que se ha ido cumpliendo inexorablemente sin importar los sacrificios que le signifique ni el apoyo que reciba de la sociedad. El líder senderista señaló seis peculiaridades que mostrarían el carácter antidogmático de la aplicación de la Guerra Popular al Perú:

1.-) La Guerra en el Perú se desarrolla "en campo y ciudad", y no sólo en el campo.
2.-) Construcción de Nuevo Poder sin haber derrotado a las Fuerzas Armadas: debido al vacío de poder creado en el campo
3.-) La Conformación del Ejército Guerrillero
4.-) El propio partido militarizado
5.-) Independencia, autodecisión y autosostenimiento.
6.-)Ideología marxista-leninista-maoísta.


Las guerrillas en el Perú: 1965-1980, dos experiencias distintas (3º parte)

Con las dos últimas particularidades mencionadas se diferencia de procesos de lucha armada como las centroamericanas, cubana, argelina, vietnamita, etc.; y en Perú, específicamente del MRTA. Las bases de apoyo son parte medular de la Guerra Popular, sin ella ésta no es posible. Esta es la tesis central de Sendero Luminoso para fundamentar el sostenimiento y despliegue estratégico de la guerra. Es la fuente de la construcción del "nuevo poder". La revolución democrática se cristaliza en la construcción de este "nuevo Estado"; la revolución socialista se inicia en el mismo momento que el "Nuevo Estado" se ha constituido en todo el país.

La construcción del "Nuevo Poder" es -entonces- fundamental para su estrategia. Proclaman: que así como se hace la guerra popular para conquistar el poder, hay que también construir esa conquista de poder: generando organismos superiores a los de sus enemigos simultáneamente a la realización de la guerra. "Es ésta la justificación teórica de la destrucción de las fuerzas armadas y policiales, pero también de las organizaciones populares y de sus dirigentes cuando no son controlados por el partido, ya que tanto unos como otros son parte del "viejo Estado". Este es, por consiguiente, el criterio en la construcción de los organismos autogenerados".

(Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; IDL, Perú, 1990, pág. 69 ) El "Nuevo Poder" se construye en el campo. En la ciudad la tarea es el desarrollo del "Movimiento Revolucionario de Defensa del Pueblo"(MRDP). Así, -afirma Guzmán- su acción en las ciudades es indispensable, y en constante crecimiento, porque ahí está concentrado el proletariado que recibe la influencia del "revisionismo" y del "oportunismo".

Este es el sustento teórico para considerar como un paso necesario la destrucción o sustitución de la actual organización popular, ya que ésta, al estar bajo control del "revisionismo" o del "oportunismo", es parte del "viejo Estado". Guzmán afirma que la clave del mismo (MRDP) es el centro de resistencia, otras formas orgánicas, otras formas de lucha que las que corresponden a una guerra popular.

Guzmán explica en sus escritos que producto del vacío de poder en el campo, estuvieron obligados a dar pasos acelerados en la construcción del "Nuevo Poder", en la segunda mitad del 82. A través de la creación de Comités Populares fueron destruyendo las relaciones semi-feudales y el gamonalismo que -a su juicio- existe en el campo peruano. Los Comités Populares en un área determinada se agrupan en una base de apoyo y el conjunto de éstas dan forma a la llamada República Popular de la Nueva Democracia cuya constitución definitiva sólo se logrará una vez alcanzado el poder.

Sendero Luminoso sostiene que cinco son las condiciones fundamentales para el éxito de la Guerra Popular:

1-) Lograr que la gran parte de la población no sólo esté de acuerdo con la victoria de "las fuerzas armadas populares" contra las "fuerzas armadas reaccionarias" sino que al mismo tiempo, como demostración de lo primero, participen activamente en la guerra revolucionaria.

2-) La convicción ideológica para que esa población identificada plenamente con la revolución tenga, sin embargo, la fuerza moral para seguir adelante frente a los peligros, adversidades y derramamiento de sangre que se produce durante el desarrollo de la guerra revolucionaria.

3-) La existencia de una organización revolucionaria que sea el "núcleo dirigente" tanto del frente único como de las fuerzas armadas populares. "O sea el PCP convertido en una máquina capaz para la toma del poder: reconstituido. Este núcleo revolucionario deberá estar, por tanto, sumergido dentro de la dirección nacional del frente único y del ejército del pueblo". (González Raúl; Para entender a Sendero; Revista Quehacer, Nº 42, agosto-septiembre 1986, pág. 30)

4-) La existencia del Frente único que agrupe a todas las fuerzas revolucionarias y no sólo a los partidos.

5-) El ejército popular revolucionario.

Sendero Luminoso considera fundamental la identificación de la población con la revolución, para no caer ni en el foquismo ni en el militarismo. Puede participar " dentro del Frente Unico, puede ser dentro del ejército ya sea como militante o colaborador, en las milicias o en las guerrillas. Ya sea como agitador, como organizador, como teórico, como enlace, como distribuidor, etc." (Ibídem., pág 30)

La rigurosidad de Sendero Luminoso con relación al cumplimiento de todos sus planes es grande, lo que en el aspecto militar lo lleva a cumplir sus objetivos sin medir el costo o sacrificio que ello implique. "Interesa resaltar la eficacia que en función de sus propios objetivos tiene SL gracias a la rigurosidad de su análisis, a la precisión de las metas, a la valoración de los tiempos que requieren y de los medios necesarios de que disponen. Contra lo que se piensa, SL no se coloca objetivos inalcanzables o desproporcionados con relación a sus fuerzas". (Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; Instituto de Defensa Legal, Perú, octubre de 1990, pág. 101)

Sendero Luminoso ha realizado 6 planes militares durante estos 14 años de enfrentamiento con el Estado peruano:

I Plan de inicio (mayo-diciembre de 1980) con dos períodos: Culmina con 1.342 acciones.

1-) Período Inicio de la lucha armada (ILA):

2-) Período Impulsar la Guerra de Guerrillas:

II Plan de Desplegar (enero 1981-enero 1983): "Con un período previo de 3 Campañas. Resultado 5.350 acciones, generando nuevo poder". (El Diario; En 13 años de Guerra Popular: planes y campañas exitosas; Nº 623, mayo-junio 1993; pág.14)

III Plan de Conquistar Bases: (mayo 1983-septiembre 1986). Desenvuelve en un primer momento 2 campañas y un sub-plan, ¡Gran Salto¡. Consigue expandirse, culminando con 28.621 acciones. Se consiguen bases de apoyo, zonas de operación y puntos de acción.

IV Plan de Desarrollar Base: Aplicando inicialmente plan piloto (diciembre de 1986- mayo 1989) Se desarrollan tres campañas: la última en dos partes; logrando desarrollar partido, construir Ejército Guerrillero Popular (EGP) y plasmando nuevo poder. Se concretaron 63.052 acciones.

El Ejército Guerrillero popular es la forma principal de organización en la guerra, como la guerra es la principal forma de lucha. En el llamado Ejército Guerrillero existen tres tipos de fuerzas: una principal, una fuerza local y una fuerza de base, no se cuenta con una milicia independiente sino que ella está en la base misma del ejército.

V Gran Plan de Desarrollar Bases en Función de Conquistar el poder: En un inicio, con su I Campaña logró en cuatro meses, hasta fines de 1989, 23.090 acciones; la II Campaña consigue conquistar los Comités Populares Abiertos y, en 1991, el equilibrio estratégico.

VI Gran Plan de conquistar el Poder: En la actualidad se ejecuta el IV Plan de Desarrollo Estratégico de la Guerra Popular para Conquistar el Poder y desarrollando el VI Plan Militar, Construir la Conquista del Poder, con su Campaña ¡En defensa de la Jefatura (prisión de Guzmán), contra la dictadura Genocida!. "Según estadísticas (ciertamente inexactas) del propio Instituto de Defensa Nacional, entre 1992 y 1993 el PCP ha realizado 807 accciones subversivas: Octubre-diciembre 1992: 375; Enero-Marzo 1993: 432. Esto sin considerar las efectuadas en las zonas alejadas, incomunicadas, donde las acciones del EPL son de construcción". (Ibídem., pág 14)

Desde principios de los años 60 los senderistas tienen claro el tipo de acciones que acompañarán su guerra popular: el sabotaje, la guerrilla y el terrorismo.

El terrorismo es definido como el conjunto de acciones que pueden ir desde la simple amenaza hasta el ajusticiamiento de un enemigo del pueblo y cuyos objetivos son: a-) Separar a la población de la autoridad legal burguesa y ganarla a la revolución. Esto se logra en dos etapas: en la primera la población se mantiene pasiva ante la autoridades. No ayudan a las tareas terroristas, aunque con su silencio ya ayudan. En la segunda etapa el terrorismo comienza a tener apoyo de la población, la que poco a poco participa.

b-) Destruir la organización de la sociedad. En la sociedad hay una serie de jerarquías políticas, administrativas, etc. hombres que tienen un puesto de dirección en la sociedad. Mediante el terrorismo se trata de limitar sus acciones, aislarlos de la población y hasta eliminarlos si es necesario.

c-) Hacer fracasar las acciones del gobierno reaccionario. Esto en dos aspectos: trata que las fuerzas de orden no logren detener a los autores directos de las acciones, y en segundo lugar, cuenta con el hecho que los fracasos repetidos de las fuerzas del orden reaccionario dan lugar a una disminución de su valor combativo, ya que se sienten impotentes ante un enemigo invisible.

"El terrorismo, sostienen, puede ser selectivo o sistemático. El primero, cuando actúa sobre personas previamente seleccionadas; el segundo, cuando se actúa contra las personas de las entidades y organismos del aparato estatal, así como las que representan al imperialismo". (González Raúl; Para entender a Sendero; Revista Quehacer, Nº 42, agosto-septiembre 1986, pág. 31)

El sabotaje persigue los mismos fines que el terrorismo, con el agregado de apoyar las acciones contras las fuerzas de orden reaccionario. Por ejemplo, volar un puente que sirve de comunicaciones a las fuerzas enemigas. Las guerrillas tiene los mismo fines que la concepción clásica, pero ha incorporado en sus praxis una forma original: los guerrilleros ocasionales: campesinos que después de combatir vuelven a laborar las tierras, con lo cual la labor de las Fuerzas Armadas se dificulta al no tener ni a un grupo rebelde de formación regular ni a un foco localizado.

Dirección y militancia

Uno de los puntos fundamentales en la estrategia senderista es la conformación de una dirección, y particularmente una dirección para la guerra. Por eso se insistirá en la importancia decisoria del partido; por esto se convierte en un hito histórico cada hecho o decisión que considere significativos. En el caso de Sendero Luminoso esta dirección está personalizada en Abimael Guzmán y su grupo histórico formador, a diferencia del MRTA cuya dirección es colegiada.

Esta dirección senderista, llamada fracción leninista en los inicios de los 60, estuvo constituida, por Guzmán y su entorno más directo. Ellos eran los aplicadores más puros de los principios. La fracción asumió sola la reconstitución del partido de Mariategui en 1969, cuando SL rompe con el grupo de Saturnino Paredes.

Este carácter mesiánico de la afirmación que "la fracción asuma sola la reconstitución del partido" es un justificativo histórico para la legitimidad del poder de Guzmán y su grupo en la dirección. Es estructurar la historia en torno suyo, para justificar su ubicación y su carácter incuestionable de su mando. Lo que vienen después son finalmente siempre recién llegados; no tendrán nunca la autoridad de los históricos.

Guzmán señala expresamente, además, la diferencia entre ser jefe y dirigente, y ser sólo dirigente. Quien es dirigente ejerce un cargo orgánico, mientras que la jefatura es el reconocimiento de la "autoridad partidaria y revolucionaria". Abundando en el tema precisa el carácter de la jefatura: el partido habría cumplido con las leyes de la creación de un pequeño grupo de jefes; "pero tiene un jefe que sobresale sobre los demás, o que encabeza a los demás según las condiciones, porque no podríamos ver a todos los jefes con igual dimensión: Marx es Marx, Lenin es Lenin, el presidente Mao es el presidente Mao, y cada uno es irrepetible y nadie es igual a ellos".( Pedraglio Santiago; Armas para la Paz; IDL, Perú, octubre de 1990, pág. 71)

Pasando por alto su autovaloración desproporcionada, califican el "culto a la personalidad" como posición revisionista. Intentan fundamentar la alimentación del peso del individuo en la política mediante la concepción de jefes, que Lenin sostuvo, agregándole sin embargo una nueva tesis sobre la jefatura, que ninguno de los clásicos marxistas planteó. "Esta es una tradición muy peruana, y que en la experiencia del movimiento comunista se ha presentado como expresión de una grave degeneración del socialismo, en determinados países hoy en crisis. El caudillismo de Guzmán, la valoración de su papel en la historia, nos recuerda más la concepción de jefe (o jefatura) que Haya asumió dentro del APRA, que a las de Mariátegui, quien precisamente fustigó a Víctor Raúl por la seducción que sentía frente al protagonismo personal". (Ibídem., pág. 72)

Militancia

En relación a la militancia, los senderistas señalan que ésta se forma "en la guerra" como combatientes y como "administradores" del "nuevo Estado". Un estudio realizado por sicólogos conductistas, a principios de la década del 80, y difundido por la Revista Quehacer sostiene que los senderistas exhiben las siguientes "actitudes positivas": Vida con motivaciones ideológicas; capacidad política y militar bien desarrollada; una ideología que reivindica los valores étnicos y culturales de las civilizaciones pretéritas; educación y preparación para la acción. Mucha fuerza de voluntad; respeto a la jerarquía y autoridad propia; alta moral y vida austera; conciencia de seguridad desarrollada; sentido de oportunidad; solidaridad organizada; capacidad para el planeamiento y la ejecución de acciones.

Sendero Luminoso no es un partido de masas, sino que tiene "carácter de masas". Así, se apela a una estructura partidaria relativamente reducida, y a una organización militar y de periferia política muchísimo más vasta. Está contra los "partidos de adherentes, de funcionarios". Manifiesta la voluntad de construir una línea de autosostenimiento, y dice estar contra cualquier tipo de apoyo económico externo por ser "corrosivo y revisionista".

El PCP divide el trabajo de sus militantes en secreto y abierto, a diferencia de la mayoría de los grupos de izquierda que lo dividen en clandestino y legal. Situación que los ha llevado - afirman- a ser plenamente identificados por la policía, por esta razón Sendero privilegia el trabajo secreto en todos los niveles de la organización y en todos los casos.

Para la creación y desarrollo de las distintas instancias partidarias se establece una rigurosa selección de militantes. No pueden ser ni voluntarios ni aficionados, ya que todos los miembros de Sendero participan en labores de inteligencia.

La organización ha sido diseñada de tal manera que quien se retire del partido nunca sepa más de la cuenta y no sólo por el buen funcionamiento del seudónimo y la disciplina de cada militante, sino porque la propia organización -que es vertical- se encuentra estructurada de tal forma que un senderista importante, a cualquier nivel, nunca puede conocer a más de ocho compañeros, pues cada célula la forman un máximo de 5 miembros y de ella sólo uno, el responsable, se vincula y relaciona con otros tres responsables de igual número de células que forman el comité local, zonal o distrital.

El trabajo clandestino que desarrollan los militantes senderistas apunta, igual que la violenta, a la destrucción de la sociedad en determinados aspectos, pero al mismo tiempo a la construcción de la sociedad también en determinados aspectos:

- Destrucción de la sociedad: a-) en el plano psicológico, desprestigiando los valores de la sociedad y explotando las contradicciones internas que se presentan en las mismas fuerzas reaccionarias. b-) en el plano material, causando el desorden necesario.

- Construcción de la sociedad: a-) en el plano psicológico, creando nuevos valores. b-) en el plano material, organizando a la población, satisfaciendo sus necesidades en las zonas liberadas, así como militarizándolas.

Los militantes senderistas reciben, desde el mismo momento en que son captados para la organización, el adoctrinamiento para responder con su vida si es necesaria al logro de sus objetivos políticos, la llamada "cuota de sangre". "El modo en que Guzmán entendió el principio de la conservación de fuerzas no tenía nada que ver con el cálculo numérico de un técnico militar, sino en la evaluación del efecto político y militar que un determinado sacrificio tendría, en comparación con la ventaja que brindaba la sobrevivencia". (Gorriti Gustavo; Sendero: historia de la guerra milenaria en el Perú; Editorial Apoyo, Lima 1990, Vol. I, pág. 99)

VI. D. 6 RELACIONES INTERNACIONALES En cuanto a relaciones internacionales el PCP ha desarrollado los llamados "Comités de Apoyo a la Revolución Peruana", o "Sol Rojo", y los "Movimientos del Pueblo Peruano" en distintas ciudades europeas y latinoamericanas. Al mismo tiempo, en la década del 80 se le vinculó al "Movimiento Revolucionario Internacional" (MRI), integrado por el Grupo Bandera Roja de Nueva Zelandia, los grupos comunistas de Notthingam y Stockport de Inglaterra, el PC de Ceylán, el PC de Turquía. "Alemania, Francia, Grecia y Suiza alojan sendos MPP directamente generados por Sendero Luminoso. También hay en esos países diversos Comités de Apoyo "autogenerados", como los hay en las Islas Canarias, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Gran Bretaña. Es probable también que los haya Estonia. Aparte de los peruanos y nacionales, figuran en ellos una importante proporción de inmigrantes". (Strong Simón; Sendero Luminoso, pág. 251)

También existen un MPP en México y un "Comité de Apoyo" en República Dominicana. En Estados Unidos existe, desde 1975, el Partido Comunista Revolucionario que tiene vende documentos y revistas en 17 ciudades norteamericanas. "A comienzos de 1991 los miembros de Sendero Luminoso fueron informados que el PCR había aceptado orgánicamente el maoísmo como la tercera etapa del marxismo". (Ibídem., pág 245) En 1994 un grupo de rock norteamericano realizó una canción y un video de apoyo a Sendero Luminoso: Rage Against de Machine.

DIFERENCIAS ENTRE SENDERO LUMINOSO Y EL MRTA

Entre el MRTA y Sendero Luminoso siempre han existido marcadas diferencias ideológicas, estratégicas y tácticas. El MRTA es el continuador de las guerrillas de las década del 60 y 70 en América Latina, alineado al movimiento comunista internacional. En cambio, Sendero Luminoso responde principalmente al maoísmo de la época de la revolución cultural, formando parte sólo de un desconocido movimiento revolucionario internacional.

El MRTA desarrolla su estrategia mediante la Guerra Revolucionaria del Pueblo, en la que participan obreros y campesinos; Sendero, en cambio, a través de la Guerra Popular Prolongada, principalmente campesina. El MRTA tiene como símbolo la bandera peruana con la imagen de Túpac Amaru; Sendero la bandera roja con la hoz y el martillo, en la parte superior derecha.

El MRTA no es dogmático, asume las experiencias de otras revoluciones socialistas, y se cataloga como un movimiento dentro del contexto revolucionario latinoamericano y mundial. Sendero es dogmático y radical, realiza la guerra popular similar a Mao en China. Se cataloga como el verdadero partido comunista en el mundo, considerando a los otros como revisionistas.

El MRTA considera que en la revolución pueden participar varias organizaciones. No destruye, además, ninguna organización social, política ni cultural existente; las cohesiona buscando su participación revolucionaria. Sendero considera que el partido es el único conductor de la guerra popular, buscando destruir todas las organizaciones existentes, propiciando otras afines para contribuir al "Nuevo Poder".

En cuanto a la visión que tienen uno del otro, podemos decir que Sendero Luminoso siempre ha considerado al MRTA como "revisionistas" o "agentes del socialimperialismo soviético", que insurgieron para contener el avance de las fuerzas guerrilleras senderistas.

La suspensión unilateral de las acciones militares del MRTA contra el gobierno de Alan García aparentemente confirmó la suposición de los senderistas, aparte de "capituladores" fueron vistos en este tiempo como acabados.

Sin embargo, los acontecimientos posteriores mostraron a un MRTA redoblando sus acciones en las ciudades y dispuesto a abrir un frente de guerrilla rural, considerado una farsa en favor del APRA por el PCP. Esta situación -no prevista en el libreto senderista- comenzó a preocuparles, tanto que a mediados de 1987, de acuerdo a una información periodística que no ha sido desmentida, emboscaron a una columna del MRTA en el alto Huallaga.

Ese momento marcó una preocupación mayor y un aumento en las críticas de Sendero en contra del MRTA. En septiembre de 1987, en su documento "Bases de Discusión", Sendero Luminoso señaló que "aparecen grupos armados como el MRTA y el CRP(MIR) que se han refundido pero no tienen una definida concepción marxista, marchando así a servir al imperialismo, al socialimperialismo y al supuesto diálogo fascista al cual ya le han dado treguas unilaterales".

Por otra parte, el MRTA reconoce como revolucionarios al PCP, aunque explicita sus diferencias afirmando que deben ventilarse en el seno del pueblo. En agosto de 1985, en una conferencia de prensa clandestina reconocieron a "los compañeros del PCP como una fuerza del pueblo, de protesta, de lucha, de cambio, de transformación", no obstante las diferencias políticas que "van desde métodos, de caracterización de nuestra sociedad, de tácticas, objetivos y, al final, militar que son evidentes para todos".

Víctor Polay Campos, en una entrevista publicada por un semanario peruano, afirmó que caracterizan a la sociedad peruana con un modo de producción dominante que es el capitalismo. Y a diferencia de Sendero, afirman que la revolución no sólo será obra del campesinado, sino también y fundamentalmente de las masas populares urbanas: la clase obrera, los sectores sub- empleados, los intelectuales, profesionales, pequeños propietarios, etc. Como hemos señalado anteriormente Sendero Luminoso estima que la sociedad peruana sigue siendo semi-feudal, aunque habla de cierto capitalismo burocrático.

En una conferencia clandestina, en agosto de 1985, señalaron que "una guerra, una lucha revolucionaria -dicen los líderes del MRTA- no puede ser solamente una lucha campesina, como dicen los compañeros de Sendero, tiene que ser una guerra que incorpore a todos los sectores del país, y con mayor fuerza a la clase obrera, a los pobres de la ciudad. Consideramos también que en esta lucha hay que utilizar todas las formas de combate, la lucha legal, la lucha ilegal, la lucha clandestina, a lucha secreta, la lucha cerrada, tenemos que ocupar todos los sectores políticos".(Simon Yehude; Estados y Guerrillas en el Perú de los 80; pág. 128)

La crítica principal del MRTA no se reduce sólo a esta concepción campesinista que Sendero tendría sobre la guerra, sino que además apunta a que la lucha armada se desarrolla tanto en el campo como en la ciudad, y en esta última también con lucha legal, que Sendero niega por principio.

En agosto de 1986, los dirigentes del MRTA sostuvieron que ellos no absolutizan la lucha armada como la única forma o la única solución posible. Y reiteran que cuando critican a la Izquierda Unida lo hacen no porque participe en elecciones, sino por sólo constreñirse a ese camino e impedir, de esta forma, el avance de la conciencia del pueblo.

La existencia y la dinámica política impuesta por el MRTA obligó a Sendero Luminoso a justificar sus acciones para no aparecer sólo como un grupo terrorista y a difundir sus propuestas políticas al acercarse la década del 90. Incluso llegaron a tomarse las Agencias de noticias Reuter u Prensa Latina, al más puro estilo tupacamarista. Cabe consignar que Sendero criticaba los métodos del MRTA de propagandizar su lucha, llamándolos "métodos de bailarina", y señalaba que la única difusión se hace a través de los actos.

No sólo los problemas que comenzó a enfrentar en el campo, fuerzas armadas y rondas campesinas, hicieron volver la mirada de Sendero hacia las ciudades. "en ella también se encuentra el MRTA, y no puede permitirle que le arrebate la hegemonía. Muy alto sería el costo que tendría que pagar". (Revista Quehacer; Sendero los problemas del campo y de la ciudad...y además el MRTA; Nº 50, enero-febrero de 1988, pág. 62)

En términos cuantitativos la principal diferencia entre ambos grupos radica en la gran cantidad de acciones desarrolladas por Sendero Luminoso, 33.133 de 1980 a junio de 1993, en comparación con las 3.881 desarrolladas por el MRTA desde 1984 a junio de 1993.

Algunos analistas políticos peruanos han señalado que Sendero Luminoso, a diferencia del MRTA, ha buscado el endurecimiento de los gobiernos que ha enfrentado, situación que de cierta manera consiguió con el autogolpe de Alberto Fujimori. Esta situación era funcional para sus objetivos de desestabilizar el sistema, lograr una mayor polarización social y política y la creación de las condiciones para levantar bases de apoyo en el campo y en la ciudad. "Y tienen todo a su favor porque a pesar de los duros golpes recibidos por los insurrectos, éstos se encontrarán -mientras haya, por lo menos cinco hombres dispuestos a jugarse la vida- siempre en condiciones de perpretar acciones espectaculares y siniestras que los acerquen a sus objetivos trazados". (Revista Quehacer; Entre dos violencias: ¿atrapados sin salida?; Nº 41, julio 1986, pág. 10)

A Sendero Luminoso, como a cualquier otro grupo insurreccional, le es muy fácil contribuir a la ingobernabilidad de un país determinado, sembrando con sus acciones el caos y el desconcierto público. "Ya lo han señalado los especialistas en la materia: basta volar un puente para que todos los puentes tengan que estar vigilados; basta disparar contra un político para que todos los políticos se sientan el próximo blanco; basta que existan tres o cuatro personas dispuestas a colocar un cartucho de dinamita y jugarse la vida para que el terrorismo continúe vivo". (Ibídem., pág. 10)

En el próximo capítulo analizaremos las formas y las consecuencias para la consolidación democrática que ha tenido la acción de Sendero Luminoso y el MRTA en estos más de diez años de la vida política peruana.

Fuente: El Latinoamericano


Conclusiones generales del informe final de la CVR

Como resultado de sus investigaciones sobre el proceso de violencia de origen político que se vivió en el Perú entre los años 1980 y 2000, la Comisión de la Verdad y Reconciliación ha llegado a las siguientes conclusiones:

I. Las dimensiones del conflicto
1. La CVR ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana.


2. La CVR estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas |1|. Estas cifras superan el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente.

3. La CVR afirma que el conflicto abarcó una proporción mayor del territorio nacional que cualquier otro, |2| provocó enormes pérdidas económicas expresadas en destrucción de infraestructura y deterioro de la capacidad productiva de la población y llegó a involucrar al conjunto de la sociedad.

4. La CVR constata que existió una notoria relación entre situación de pobreza y exclusión social y probabilidad de ser víctima de violencia. En el departamento andino de Ayacucho, donde ésta se inició, se concentra más del 40 por ciento de muertos y desaparecidos reportados a la CVR. Al sumar a ellas las víctimas consignadas por la CVR en los departamentos de Junín, Huánuco, Huancavelica, Apurímac y San Martín se llega al 85 por ciento de las víctimas registradas por la CVR |3|.

5. La CVR ha constatado que la población campesina fue la principal víctima de la violencia. De la totalidad de víctimas reportadas, el 79% por ciento vivía en zonas rurales y el 56 por ciento se ocupaba en actividades agropecuarias. |4|

6. La CVR ha podido apreciar que, conjuntamente con las brechas socioeconómicas, el proceso de violencia puso de manifiesto la gravedad de las desigualdades de índole étnico-cultural que aún prevalecen en el país. Del análisis de los testimonios recibidos resulta que el 75 por ciento de las víctimas fatales del conflicto armado interno tenían el quechua u otras lenguas nativas como idioma materno. |5|

7. La CVR comprueba que, en términos relativos, los muertos y desaparecidos tenían grados de instrucción muy inferiores al promedio nacional. Mientras el censo nacional de 1993 indica que solamente 40 por ciento de la población nacional tiene un nivel educativo inferior a la educación secundaria, la CVR ha encontrado que el 68 por ciento de las víctimas se encontraba por debajo de ese nivel.

8. La CVR concluye que la violencia impactó desigualmente en distintos ámbitos geográficos y en diferentes estratos sociales del país. Si la tasa de víctimas reportadas a la CVR respecto de la población de Ayacucho hubiera sido similar en todo el país, la violencia hubiera ocasionado 1 millón 200 mil muertos y desaparecidos. De esa cantidad, 340 mil hubieran ocurrido en la ciudad de Lima.

9. La CVR ha constatado que la tragedia que sufrieron las poblaciones del Perú rural, andino y selvático, quechua y asháninka, campesino, pobre y poco educado, no fue sentida ni asumida como propia por el resto del país; ello delata, a juicio de la CVR, el velado racismo y las actitudes de desprecio subsistentes en la sociedad peruana a casi dos siglos de nacida la República.

10. La CVR ha hallado que el conflicto puso de manifiesto graves limitaciones del Estado en su capacidad de garantizar el orden público y la seguridad, así como los derechos fundamentales de sus ciudadanos dentro de un marco de actuación democrático.

11. La CVR asimismo ha encontrado una precaria vigencia del orden constitucional y el Estado de Derecho, los que en momentos de la crisis fueron vulnerados.

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II. Las responsabilidades del conflicto
A. Sobre el PCP-Sendero Luminoso

12. La CVR ha apreciado que la causa inmediata y fundamental del desencadenamiento del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la "lucha armada" contra el Estado Peruano, a contracorriente con la abrumadora mayoría de peruanos y peruanas y en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres.

13. Para la CVR, el PCP-SL fue el principal perpetrador de crímenes y violaciones de los derechos humanos tomando como medida de ello la cantidad de personas muertas y desaparecidas. Fue responsable del 54 por ciento de las víctimas fatales reportadas a la CVR. Esta cuota tan alta de responsabilidad del PCP-SL es un caso excepcional entre los grupos subversivos de América Latina y una de las singularidades más notorias del proceso que le ha tocado analizar a la CVR.

14. La CVR ha comprobado que el PCP-SL desplegó extremada violencia e inusitada crueldad que comprendieron la tortura y la sevicia como formas de castigar o sentar ejemplos intimidatorios en la población que buscaban controlar.

15. La CVR ha encontrado que el PCP-SL fue en contra de las grandes tendencias históricas del país, poniendo en práctica una férrea voluntad política se expresó como un proyecto militarista y totalitario de características terroristas que no conquistó el apoyo duradero de sectores importantes de peruanos.

16. La CVR considera que la ideología en que el PCP-SL sustentó su proyecto fue de carácter fundamentalista, centrada en una rígida preconcepción del devenir histórico, encerrada en una visión únicamente estratégica de la acción política y por tanto reñida con todo valor humanitario. Desdeñaba el valor de la vida y negaba los derechos humanos.

17. La CVR ha constatado que el PCP-SL logró su cohesión interna a través del llamado Pensamiento Gonzalo que reflejó el culto a la personalidad de Abimael Guzmán Reynoso, fundador y dirigente de la organización, a quien se le consideró la encarnación del pensamiento más elevado en la historia de la humanidad.

18. Para la CVR, el PCP-SL, de acuerdo a su ideología, adoptó una estrategia que buscó consciente y constantemente provocar respuestas desproporcionadas por parte del Estado sin tener en cuenta el profundo sufrimiento que ello ocasionaba a la población por la que decía luchar.

19. La CVR considera que el PCP-SL llevó la ideología fundamentalista y la organización totalitaria a sus extremos. En su acción subversiva se constata una trágica ceguera: ve clases, no individuos. De allí su falta absoluta de respeto por la persona humana y por el derecho a la vida, incluyendo la de sus militantes. Exacerbó en ellos una vena fanática que se convirtió en su sello de identidad.

20. La CVR ha constatado características del PCP-SL que se desplegaron desde un comienzo a través de "ajusticiamientos" realizados con sevicia, prohibición de entierros, y otras manifestaciones delictivas, incluido el uso de "coches-bomba" en las ciudades.

21. La CVR encuentra asimismo un potencial genocida en proclamas del PCP-SL que llaman a «pagar la cuota de sangre» (1982), «inducir genocidio» (1985) y que anuncian que «el triunfo de la revolución costará un millón de muertos» (1988). Esto se conjuga con concepciones racistas y de superioridad sobre pueblos indígenas.

22. La CVR ha encontrado que el PCP-SL se aprovechó de ciertas instituciones del sistema educativo como principal cabecera de playa y que a través de ellas logró expandir su prédica y captar núcleos minoritarios de jóvenes de uno y otro sexo en diferentes partes del país. Si bien ofrecía a los jóvenes una utopía que les brindaba identidad totalizante, en el fondo los encerraba en una organización fundamentalista y opresora a través de cartas de sujeción a Abimael Guzmán Reynoso.

23. La CVR ha constatado que la prédica del PCP-SL pudo tener aceptación fugaz, en razón de la incapacidad del Estado y de las élites del país para responder a las demandas educativas de una juventud frustrada en sus esfuerzos de movilidad social y de aspiración de progreso.

24. La CVR ha encontrado que el PCP-SL secundó las tesis maoístas y convirtió a las zonas rurales en el escenario principal del conflicto. Sin embargo, no tomó en cuenta las necesidades y aspiraciones económicas del campesinado, ni sus organizaciones propias ni sus especificidades culturales, y convirtió, más bien, a los campesinos en masa que debía someterse a la voluntad del partido. La disidencia individual en la masa llevó a asesinatos y aniquilamientos selectivos, y la disidencia colectiva condujo a masacres y arrasamientos de comunidades enteras.

25. La CVR ha establecido que la presencia del PCP-SL en los andes y la respuesta contrasubversiva del Estado revivió y militarizó viejos conflictos intra e intercomunales. Catalogó como "enemigos de clase" a los sectores relativamente más conectados al mercado o a las redes e instituciones regionales o nacionales, y decretó su destrucción. Su "guerra campesina" contra el Estado se convirtió en muchos casos en enfrentamientos entre campesinos.

26. La CVR ha constatado que la violencia extrema practicada por el PCP-SL en las localidades rurales de los andes se extendió también a los centros urbanos. Lima y otras ciudades fueron también escenario complementario y sufrieron sabotajes, asesinatos selectivos, paros armados y actos terroristas, especialmente bajo la modalidad de coches-bomba. Desde un principio, pero más aún en la segunda mitad de la década de 1980 y principios de los años 90, Lima resultó ser además un importante centro de reclutamiento para el PCP-SL.

27. La CVR señala que la concepción ideológica del PCP-SL implicaba la destrucción del "viejo Estado" desde sus cimientos, ello los llevó al asesinato de autoridades, especialmente locales: alcaldes, gobernadores, tenientes gobernadores, jueces de paz. Pero también autoridades nacionales: ministros, parlamentarios y otros representantes de los poderes del Estado. |6| El 12 por ciento de las víctimas fatales reportadas a la CVR que fueron causadas por el PCP-SL eran autoridades. Además, incurrió en el asesinato masivo de dirigentes sociales, hombres y mujeres, dirigentes comunales, alcaldes varas, dirigentes campesinos, sindicales, barriales, magisteriales y de organizaciones de mujeres.

28. La CVR por la generalidad y sistematicidad de estas prácticas, señala que miembros del PCP-SL, y en especial su dirección nacional y su denominada jefatura, tienen directa responsabilidad por la comisión de crímenes de lesa humanidad en el marco de ataques armados contra la población civil, cometidos a gran escala o bien como parte de una estrategia general o planes específicos. Del mismo modo, estas conductas constituyen, a juicio de la CVR, graves infracciones a los Convenios de Ginebra, cuyo respeto era obligatorio para todos los participantes en las hostilidades. La perfidia con la que actuó el PCP-SL en el terreno, escudándose en la población civil, evitando el uso de distintivos y atacando a traición, entre otros métodos similares como el recurso a acciones terroristas, constituyó un calculado mecanismo que buscaba provocar reacciones brutales de las fuerzas del orden contra la población civil, incrementando en una forma extraordinaria los sufrimientos de las comunidades en cuyos territorios se llevaban a cabo las hostilidades.

29. La CVR encuentra la más grave responsabilidad en los miembros del sistema de dirección del PCP-SL por el conflicto que desangró a la sociedad peruana, por los siguientes elementos:

30. Por haber dado inicio a la violencia en contra del sentimiento abrumadoramente mayoritario de la población;


por haber planteado su lucha contra la democracia peruana con una estrategia sanguinaria;
por las prácticas violentas de ocupación y control de territorios rurales y poblaciones campesinas, con un alto costo en vidas y en sufrimiento humano;
por su política de genocidio mediante actos de provocación al Estado;
por su decisión de proclamar el llamado equilibrio "estratégico" que acentuó el carácter terrorista de sus acciones.
31. La CVR hace notar la profunda irresponsabilidad y menosprecio del PCP-SL hacia sus propios militantes, a quienes se les inducía a matar y morir de la manera más cruel y sanguinaria, mientras que sus dirigentes máximos, especialmente Abimael Guzmán Reynoso, permanecían en Lima, exentos de riesgos físicos y privaciones, prácticamente durante todo el conflicto. Esta incongruencia se expresó de la manera más patente cuando, tras ser capturado, Abimael Guzmán Reynoso, abandonó casi inmediatamente la tesis del "equilibrio estratégico" y solicitó al gobierno un "acuerdo de paz" junto con un reconocimiento explícito y sumamente elogioso al gobierno dictatorial de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos.

32. La CVR expresa su pesar por los miles de jóvenes que resultaron seducidos por una propuesta que constataba los profundos problemas del país y proclamaba: «la rebelión se justifica». Muchos de ellos, con voluntad de transformar esa realidad injusta, no advirtieron que el tipo de rebelión que planteaba el PCP-SL implicaba el ejercicio del terror y la implantación de un régimen totalitario. Quedaron así encuadrados en una organización absolutamente vertical, y totalitaria que les inculcaba el desprecio por la vida, castigaba las discrepancias y exigía plena sumisión. Muchos de ellos murieron inútil y cruelmente. La CVR llama al país a impulsar las reformas institucionales necesarias para que proyectos terroristas y totalitarios no encuentren nunca más eco alguno entre los jóvenes.

33. La Comisión constata constatar que a diferencia de otros países de América Latina por esa misma época, entre 1980 y 1992 el conflicto armado interno se desarrolló mientras imperaba en el Perú un régimen democrático, con elecciones libres, libertad de prensa y el sistema político más inclusivo de nuestra historia contemporánea. El PCP-SL y el MRTA se autoexcluyeron de manera unilateral del sistema democrático y socavaron más bien con sus acciones armadas el régimen político democrático instaurado en 1980.

B. Sobre el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)

34. En 1984, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inició a su vez una lucha armada contra el Estado y es responsable del 1.5% de las víctimas fatales que fueron reportadas a la CVR. A diferencia de SL y en forma similar a otras organizaciones armadas latinoamericanas con quienes mantuvo vínculos, el MRTA reivindicaba sus acciones y sus miembros usaban distintivos para diferenciarse de la población civil, se abstuvo de atacar a la población inerme y en algunas coyunturas dio muestras de estar abierto a negociaciones de paz. Sin embargo, el MRTA incurrió también en acciones criminales |7|, recurrió a asesinatos, como en el caso del Grl. Enrique López Albújar, a la toma de rehenes y a la práctica sistemática del secuestro, crímenes que violan no sólo la libertad de las personas sino el derecho internacional humanitario que el MRTA afirmaba respetar. Cabe resaltar también que el MRTA asesinó a disidentes de sus propias filas.

35. En balance, durante la década de 1980 el discurso y las acciones del MRTA contribuyeron a crear un clima en el cual el uso de la violencia PRETENDIO SER O APARECER aparecía como un recurso político legítimo, favoreciendo en última instancia el accionar y expansión de Sendero Luminoso. Y en la década de 1990, especialmente a partir de su frustrada toma del Congreso y de la toma de la residencia del embajador japonés en diciembre de 1996, el MRTA favoreció la legitimación de la política contrasubversiva autoritaria y militarizada del gobierno de Alberto Fujimori.

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III. La responsabilidad de los gobiernos y de los poderes y aparatos del Estado
36. La CVR constata que Fernando Belaúnde Terry y Alan García Pérez ganaron la presidencia en elecciones libres y directas por los ciudadanos. También lo hizo Alberto Fujimori en 1990. Sin embargo, a partir del golpe de Estado del 5 de abril de 1992, Fujimori se convirtió en un gobernante autoritario, que buscó permanecer en el poder consolidando una autocracia corrupta.

37. La CVR hace notar que, a pesar de la subversión armada del PCP-SL y del MRTA, y de ser notoriamente deficitaria en muchos aspectos, la democracia respetó la separación de poderes y la libertad de expresión, celebró tres elecciones presidenciales y parlamentarias, cuatro elecciones municipales nacionales y elecciones regionales en 1989. Ninguna de ellas fue cuestionada.

38. La CVR constata no obstante, que quienes gobernaron el Estado en ese período carecieron de la comprensión necesaria y del manejo adecuado del conflicto armado planteado por PCP-SL y el MRTA. Existió un interés por poner en marcha la Constitución de 1979, por desarrollar el país y por hacer que la relación entre gobernantes y gobernados fuese expresión del Estado de Derecho. Sin embargo, tanto el gobierno del presidente Belaúnde como el del presidente Alan García erraron al no aplicar una estrategia integral, vale decir social, política, económica, militar, psicosocial, de inteligencia y de movilización del conjunto de la población para hacer frente de un modo eficaz y dentro de sus propios marcos democráticos a la subversión armada y al terrorismo.

A. La actuación de las fuerzas policiales.

39. La CVR señala que las fuerzas policiales tenían el deber de enfrentar a los grupos subversivos que vulneraban los derechos fundamentales de los ciudadanos y reconoce la esforzada y sacrificada labor que sus miembros realizaron durante los años de violencia. Asimismo, rinde su más sentido homenaje a los más de un millar de valerosos efectivos que perdieron la vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber.

40. La CVR considera que la formación contrasubversiva recibida hasta entonces por las fuerzas del orden había tenido como referente a movimientos guerrilleros según el modelocastrista o, en el mejor de los casos, a grupos armados semejantes a los que por esos años actuaban en otros países de América Latina. Esta fue una razón principal de su dificultad para enfrentar a un enemigo vesánico, que se confundía entre la población civil y era diferente a aquellos grupos subversivos.

41. La CVR señala que las fuerzas de la policía tuvieron que responder a la agresión del PCP-SL y, después, del MRTA en condiciones logísticas precarias, sin entrenamiento adecuado ni rotación suficiente de efectivos. Cuando recibieron la responsabilidad de conducir las acciones de lucha contrasubversiva en Ayacucho, no contaron con un apoyo adecuado del gobierno.

42. La CVR considera que la limitaciones de los servicios de inteligencia policiales no permitieron tener una visión adecuada de lo que acontecía. Esto, sumado al desconocimiento de la naturaleza del PCP-SL, provocó que se menospreciara la magnitud del fenómeno en curso. Así, en lugar de enviar a los agentes más preparados y eficientes de cada institución, se mantuvo la práctica común en las organizaciones policiales de enviar a elementos no idóneos a zonas alejadas como forma de castigo.

43. La CVR ha constatado que una vez declarado el estado de emergencia en Ayacucho, en octubre de 1981, la intervención del destacamento policial contrainsurgente denominado los sinchis |8| hizo crecer las violaciones a los derechos humanos, generó resentimientos y distanció a la policía de la población.

44. La CVR señala que tanto las dificultades de coordinación para sumar esfuerzos entre los tres institutos policiales, cuanto la corrupción en altos oficiales y en unidades estratégicas fueron factores externos al conflicto mismo que impidieron un mejor desempeño policial en los años en que la subversión aún era débil. Por ello, a pesar de los relativos logros obtenidos durante 1982 con la captura de subversivos, especialmente en las ciudades, hubo dos acontecimientos que mostraron que la subversión había excedido las capacidades de las FFPP: el asalto al centro penitenciario de Huamanga por el PCP-SL y el repliegue de los puestos policiales en el campo a lo largo de 1982 |9|.

45. La CVR ha constatado que con el ingreso de las FFAA a Ayacucho y la posterior implantación de los Comandos Político-Militares (CPM) en las zonas declaradas en estado de emergencia, se impuso la subordinación policial a las FFAA, quedando sujeta a las funciones establecida por los jefes militares, por encima de sus propios comandos y de las autoridades civiles. En este contexto y a medida que la ofensiva militar avanzó, agentes de los tres institutos policiales que actuaron en las zonas de emergencia incurrieron en graves violaciones a los derechos humanos.

46. La CVR concluye que la lucha contra la subversión reforzó en miembros de la policía prácticas autoritarias y represivas preexistentes. La tortura en interrogatorios y las detenciones indebidas que habían sido frecuentes en el trato con la delincuencia común, adquirieron un carácter masivo durante la acción contrasubversiva. [La CVR ha constatado que las violaciones más graves a los derechos humanos por parte de agentes militares fueron: ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes. Entre estos, la CVR condena particularmente la práctica extendida de violencia sexual contra la mujer. Todos estos actos constituyen una deshonra para quienes fueron sus perpetradores directos y para quienes, en su condición de superiores jerárquicos, los instigaron, permitieron o encubrieron con mecanismos de impunidad.]

47. La CVR constata que durante la segunda mitad de la década de 1980, la unificación de las fuerzas policiales, el seguimiento de sus labores desde el Ministerio del Interior; y la fusión de distintas unidades operativas en la Dirección de Operaciones Especiales (DOES), contribuyeron a una mejor coordinación de acciones para la lucha contrasubversiva. Pese a ello, el sector no atendió ni reforzó lo suficiente a la DIRCOTE, unidad que había adquirido experiencia a partir de su trabajo concentrado en Lima.

48. La CVR ha encontrado indicios que vinculan individualmente a efectivos de las fuerzas policiales al mal llamado "Comando Rodrigo Franco", del que no se ha podido determinar si era una organización centralizada o una especie de franquicia empleada por actores diversos, no necesariamente articulados entre ellos.

49. La CVR puede afirmar que el distanciamiento entre la policía y las poblaciones tendió a agudizarse conforme se desenvolvía el conflicto armado interno. Este hecho facilitó el arraigo de una mala imagen del policía como perpetrador o, en el caso de las zonas cocaleras, como corrupto vinculado al narcotráfico.

50. La CVR constata que a partir de 1985 las fuerzas policiales llegaron a tener un conocimiento más acertado de la organización y formas de acción de los grupos subversivos. El trabajo de inteligencia operativa de la DINCOTE (antes DIRCOTE) logró las impecables capturas de los principales dirigentes subversivos, destacando las de Víctor Polay Campos el 9 de junio de 1992 y de Abimael Guzmán Reynoso el 12 de septiembre del mismo año. Estas capturas constituyeron un aporte fundamental para conseguir la derrota estratégica de la subversión y el terrorismo.

51. La CVR constata que, a partir del golpe del 5 de abril de 1992, la PNP fue sometida a los planes del SIN y subordinada al poder militar, con un recorte significativo de sus facultades, una distorsión de sus funciones institucionales y una cúpula involucrada en la red de corrupción del régimen, manejada por Vladimiro Montesinos

B. La actuación de las Fuerzas Armadas.

52. La CVR señala que las FFAA, por decisión del gobierno constitucional mediante decreto supremo expedido el 29 de diciembre de 1982, tenían el deber de enfrentar a los grupos subversivos que desafiaban el orden constitucional de la República y vulneraban los derechos fundamentales de los ciudadanos,

53. La CVR reconoce la esforzada y sacrificada labor que los efectivos de las FFAA realizaron durante los años de violencia y rinde su más sentido homenaje a los más de un millar de valerosos efectivos que perdieron la vida o quedaron discapacitados en cumplimiento de su deber.

54. La CVR ha encontrado que las FFAA aplicaron una estrategia que en un primer periodo fue de represión indiscriminada contra la población considerada sospechosa de pertenecer a PCP-SL. En un segundo período, esa estrategia se hizo más selectiva, aunque continuó posibilitando numerosas violaciones de derechos humanos.

55La CVR afirma que en ciertos lugares y momentos del conflicto la actuación de miembros de las FFAA no sólo involucró algunos excesos individuales de oficiales o personal de tropa, sino también prácticas generalizadas y/o sistemáticas de violaciones de los derechos humanos, que constituyen crímenes de lesa humanidad así como transgresiones de normas del Derecho Internacional Humanitario.

56. La CVR concluye que, en este marco, los Comandos Político-Militares (CPM), erigidos en autoridad estatal máxima de las zonas de emergencia, pueden tener la responsabilidad primaria por estos crímenes. El Poder Judicial debe establecer el grado exacto de responsabilidad penal de quienes ejercieron los CPM, ya sea por haber ordenado, incitado, facilitado o encubierto estos hechos, o bien por haber omitido el deber fundamental de ponerles coto.

57. La CVR ha constatado que las violaciones más graves a los derechos humanos por parte de agentes militares fueron: ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada de personas, torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes. Entre estos, la CVR condena particularmente la práctica extendida de violencia sexual contra la mujer. Todos estos actos constituyen una deshonra para quienes fueron sus perpetradores directos y para quienes, en su condición de superiores jerárquicos, los instigaron, permitieron o encubrieron con mecanismos de impunidad.

58. La CVR señala que al momento de su intervención en la lucha contra la subversión, las FFAA tenían preparación y equipamiento para enfrentar un eventual conflicto convencional (conflicto externo). Durante los primeros años de su intervención (1983-85), carecieron de adecuado trabajo de inteligencia sobre la organización, el perfil de los militantes y la estrategia del PCP-SL. Por decisión de la autoridad civil, su objetivo fue terminar rápidamente el conflicto, sin tomar en cuenta el costo en vidas humanas. Se plantearon recuperar el dominio territorial, suponiendo que la población se dividía entre poblados leales al Estado peruano y poblados subversivos o zonas rojas, sin advertir que estas últimas no eran homogéneas y contenían por lo general sectores sobre los cuales el PCP-SL se imponía por la coacción e incluso el terror.

59. Para la CVR, aunque la intervención militar golpeó duramente la organización y la capacidad operativa de PCP-SL, |10| produjo también una secuela de violaciones masivas de los derechos humanos y convirtió al bienio 1983-84 en el más letal del conflicto fundamentalmente en Ayacucho. Peor aún, la estrategia resultó contraproducente, pues la represión indiscriminada en las zonas rurales postergó la ruptura entre PCP-SL y los sectores más pobres del campesinado, y no evitó la expansión de las acciones armadas a otras zonas del país.

60. La CVR señala que, en agosto de 1989, las FFAA aprobaron la sistematización de una estrategia contrasubversiva. La nueva estrategia distinguía en los teatros de operaciones poblaciones amigas, neutrales y enemigas, y no tenía como objetivo principal el control territorial sino la eliminación de las OPA (Organizaciones Político-Administrativas) ocomités populares senderistas; ganar a la población y aislar a la fuerza militar del PCP-SL. La estrategia produjo resultados decisivos, como alentar la reacción del campesinado contra el poder senderista y la masificación de los Comités de Autodefensa, que cambiaron las relaciones entre FFAA y campesinado.

61. La CVR constata que en esta etapa las violaciones de derechos humanos fueron menos numerosas, pero más deliberadas o planificadas que en la etapa anterior. Aparecieron, además, escuadrones de la muerte cuya actividad llevó a que el Perú ocupara en esos años el primer lugar en el mundo en desapariciones forzadas de personas.

62. CVR señala que la nueva estrategia fue aprovechada por un grupo de oficiales que, a su vez, diseñó planes para una posible interrupción castrense del proceso político. Parte de esos planes autoritarios serían retomados posteriormente para el golpe de 1992. Dichos proyectos antidemocráticos expusieron a las FFAA a dos grandes trastornos institucionales: a) el uso de un modelo de política contrasubversiva y la imagen de una fuerza armada victoriosa para justificar el golpe de Estado de 1992, y b) una tregua con el narcotráfico al definir al PCP-SL como enemigo principal, que debía ser aislado del campesinado cocalero. En algunos casos, y sobre todo a partir del ascenso de Vladimiro Montesinos, esa tregua se convirtió en alianza.

63. La CVR concluye que la captura de Abimael Guzmán y la desarticulación del PCP-SL y el MRTA no lograron evitar que la ética, el prestigio e incluso el bienestar y la eficiencia de las FFAA |11| quedaran seriamente mellados por una cúpula que unió su suerte al gobierno dictatorial. Este proceso de descomposición estuvo caracterizado por la actividad del Grupo Colina, la persecución de oficiales disidentes, así como la organización de un sistema de corrupción, chantaje y espionaje político dentro de las propias FFAA bajo la dirección de Vladimiro Montesinos.

64. La CVR ha encontrado que las FFAA fueron capaces de extraer lecciones durante el proceso de violencia, las que le permitieron afinar su estrategia de manera que ésta fuera más eficaz y menos propensa a la violación masiva de derechos humanos. Este aprendizaje se revela ostensiblemente en el descenso de víctimas por acción de agentes del Estado precisamente en los años más intensos del conflicto armado interno (1989-1993), mientras que durante esos mismos años el PCP-SL desplegaba una desbordante violencia terrorista contra los pueblos quechua y asháninka y también contra la población urbana. Ese aprendizaje, junto con la proliferación de los Comités de Autodefensa, la inteligencia operativa policial, y el respaldo de la ciudadanía, permite explicar la derrota del PCP-SL.

C. Sobre la actuación de los comités de autodefensa

65. La CVR estima que desde muy temprano, sectores del campesinado más pobre, aquellos que según los cálculos del PCP-SL debían haber sido sus aliados principales, se levantaron contra un proyecto que no compartían y se les imponía por la fuerza. Comunidades como Uchuraccay y otras de las alturas de Huanta se encuentran entre los ejemplos más conocidos. En algunos casos de modo espontáneo, en otros por iniciativa de las FFAA, los productores agrarios del valle del río Apurímac formaron los primeros Comités de Autodefensa (CADs), que posteriormente se multiplicaron, propinándole su primera derrota estratégica al PC-SL en las áreas rurales.

66. La CVR reconoce el derecho de los campesinos a la autodefensa en el contexto excepcional planteado por la agresión senderista. Constata, al mismo tiempo, que en un número significativo de casos la formación de Comités de Autodefensa se produjo por la presión y el amedrentamiento de las FFAA y/o de otros CADs. En ocasiones, los CADs fueron más allá de tareas de autodefensa y resultaron, de acuerdo a los hallazgos de la CVR, responsables de crímenes que deben ser sancionados |12|.

67. La CVR reconoce, sin embargo, que los CADs fueron un factor muy importante en el desenlace del conflicto armado interno y rinde homenaje a los ronderos caídos en defensa de sus comunidades y del país. Resalta, asimismo, que una vez terminado el conflicto armado no se convirtieron en sicarios del narcotráfico, ni pusieron su experiencia militar al servicio de otros actores implicados en actividades ilícitas. La inmensa mayoría de miembros de los CADs se ha reintegrado a sus comunidades, y el país sigue teniendo una deuda con ellos. El Decreto Legislativo 741 promulgado a fines de 1991, y su posterior reglamentación, sólo les reconoce indemnizaciones a partir de la promulgación de la ley, y ha beneficiado a un reducido número de deudos.

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IV. El proceso político y los gobiernos
68. La CVR, antes de detenerse en sus conclusiones específicas sobre los gobiernos, debe diferenciar los años que van entre 1980 y 1992, tramo que transcurrió bajo regímenes civiles electos democráticamente, del tramo final de nuestro mandato, que va de 1992 al año 2000 - donde un gobierno que nació de un golpe de estado, organizó, pese a las elecciones que ganó, un régimen autoritario que quiso prorrogarse como dictadura. Ese cambio de régimen tiene una incidencia directa sobre las responsabilidades de las máximas autoridades del Estado en torno a las violaciones a los derechos humanos, pues la centralización del poder incide en la relación más directa en principio entre el Presidente de la República y los grupos que operan encubiertos por el poder para perpetrar esas violaciones.

69. La CVR considera que, dado el desarrollo de los hechos, marcado por la creciente violencia del PCP-SL, era inevitable que el Estado utilizara sus fuerzas armadas para hacerle frente y recurriera a declarar estados de emergencia, que eran una posibilidad considerada por la Constitución vigente para afrontar situaciones de grave riesgo. La CVR deplora, sin embargo, que los gobiernos que así lo decidieron, no tomasen las previsiones para impedir los atropellos a los derechos fundamentales de la población, atropellos posibles de acuerdo con el tipo de intervención que es propio de los cuerpos militares, mucho más cuando voceros calificados de ellos advirtieron públicamente sobre la alta probabilidad de una represión indiscriminada.

70. La CVR es consciente que todo este actuar de los Gobiernos estaba condicionado, tanto en su debilidad como en su improvisación, por las fallas profundas del Estado: i) su insuficiente cobertura territorial y densidad institucional; ii) su falta de preparación para enfrentar un conflicto de esas características; iii) la desconfianza que le provocaban significativos sectores de sus propios ciudadanos y; iv) una creciente incapacidad para someterse a los marcos constitucionales y legales de los que acababa de dotarse el país a través de la Constitución de 1979.

71. La CVR debe rendir por eso su homenaje a los dirigentes y militantes de los partidos políticos democráticos, que ofrendaron su vida o sufrieron maltrato por cumplir con honestidad con sus deberes públicos. Nos referimos tanto a los militantes y familiares de los partidos que gobernaron, así como a los que tuvieron responsabilidad parlamentaria o en las regiones y municipios. Debe destacarse especialmente a las autoridades locales de los lugares más afectados por la violencia, que mantuvieron la presencia del Estado peruano muchas veces a costa del máximo sacrificio. Ellos deben ser un ejemplo para todos en esta nueva etapa de búsqueda de democracia.

72. La CVR debe constatar, al mismo tiempo, una muy grave responsabilidad de los gobiernos de esos años, así como de los partidos que tuvieron representación en el Parlamento, los gobiernos locales y, entre 1989 y 1991, los gobiernos regionales. En los primeros doce años del conflicto, la Policía y las Fuerzas Armadas se hicieron cargo del combate a la subversión a partir de instrumentos legales aprobados por gobiernos civiles y dentro del marco de una legislación antiterrorista promulgada por un Congreso elegido democráticamente.

73.La CVR ha recogido amplia evidencia de cómo en el combate a los grupos subversivos se cometieron gravísimas y masivas violaciones a los derechos humanos, lo que afecta en primer lugar a los gobiernos, que eran los responsables del conjunto de la acción del Poder Ejecutivo, del cual dependen las fuerzas del orden. Además de ello, los gobiernos civiles electos incurrieron en la más grave responsabilidad al desatender las denuncias de violaciones de derechos humanos o, en muchos casos, al garantizar la impunidad para los responsables de las mismas.

74. La CVR encuentra que el primer punto de inflexión institucional en la abdicación de la responsabilidad democrática por parte de los gobiernos con la creación por dispositivo legal de los Comandos Político Militares. Ellos subordinaron en la práctica al poder civil en las zonas declaradas en estado de emergencia, pues ellos terminaron asumiendo no sólo la conducción militar sino también política de la lucha contrasubversiva |13|.

75. La CVR constata que la ley colocaba a militares y policías que actuaban en provincias declaradas en estado de emergencia bajo la competencia de la justicia militar, |14| lo que favoreció la impunidad de los agentes del Estado responsables de violaciones a los derechos humanos. Del mismo modo el carácter permanente de una situación de excepción en cada vez más provincias, debilitó la democracia y creó un clima propicio para las violaciones a los derechos humanos, así como un sentido común de la población y las autoridades civiles de esas zonas, de que el poder reposaba en la autoridad militar.

76. La CVR considera que la abdicación de la autoridad democrática culminó con la legislación antisubversiva aprobada después del golpe de abril de 1992. De acuerdo a ella, los jefes de los CPM no sólo coordinaban y supervisaban sino "conducían" las acciones en los campos no-militares. Ese paquete legislativo cambió el Sistema de Defensa Nacional, la ley del Servicio de Inteligencia Nacional y la ley de situación militar. Esta última permitió que los comandantes generales de las FF.AA. permanecieran en sus cargos aún después de su fecha de retiro. La nueva legislación incluía además penas y procedimientos que violaban las garantías del debido proceso, así como la Constitución y tratados internacionales de los cuales el Perú era firmante: penas mínimas desproporcionadas, nuevas figuras legales como terrorismo agravado y traición a la patria, tribunales y jueces sin rostro, entre otros. Este nuevo marco legal fue uno de los pilares del régimen surgido a partir del golpe de Estado de abril de 1992.

A. Indiferencia y demanda de dureza

77. La CVR ha constatado con pesar que los gobiernos civiles no estuvieron solos en esta concesión al uso indiscriminado de la fuerza como medio de combate contra la subversión. Por el contrario, la proclividad de dichos gobiernos a la solución militar sin control civil estuvo en consonancia con un considerable sector de la sociedad peruana, principalmente el sector urbano medianamente instruido, beneficiario de los servicios del Estado y habitante de zonas alejadas del epicentro del conflicto. Este sector miró mayoritariamente con indiferencia o reclamó una solución rápida, dispuesta a afrontar el "costo social" que era pagado por los ciudadanos de las zonas rurales y más empobrecidas.

B. El gobierno de Acción Popular

78. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes al partido Acción Popular, muchas de las cuales fueron autoridades locales que permanecieron en sus puestos a pesar de la intensidad de la violencia. La CVR resalta, también, el esfuerzo realizado por el gobierno del presidente Fernando Belaúnde Terry por preservar el sistema democrático, las elecciones locales y generales y la libertad de prensa, en el contexto de una difícil transición a un régimen democrático en medio del peor conflicto armado interno de la historia republicana del país.

79. La CVR reconoce que el partido Acción Popular tuvo que enfrentar la subversión un escenario difícil por la complejidad del Estado sobredimensionado legado por el gobierno militar, por la debilidad de un sistema de partidos sin vida democrática significativa, por relaciones cívico-militares marcadas por la distancia y la desconfianza y por la existencia de una izquierda de gran tamaño y radicalidad.

80. La CVR recuerda que en ese contexto, el presidente Belaúnde propuso diversas políticas de frente, que sólo fueron aceptadas por su aliado, el Partido Popular Cristiano. Los demás partidos optaron por mantener sus propios perfiles. Ese desacuerdo complicó enormemente las posibilidades de una respuesta unitaria a la amenaza subversiva.

81. La CVR encuentra que el conflicto armado interno fue considerado por varios meses como un problema marginal que había tomado por sorpresa al Estado y a todas las fuerzas políticas del país. Una vez que el incremento del número de acciones subversivas armadas lo volvió inocultable, el gobierno de AP y la oposición perdieron un valioso tiempo en atribuir las responsabilidades de los hechos, a partir de sus propias agendas políticas |15|. Debe señalarse que ese tiempo perdido en diagnósticos errados o interesados fue crucial para el asentamiento del PCP-SL en diversas áreas del campo ayacuchano, sin una respuesta estatal organizada por el gobierno.

82. La CVR constata que el gobierno optó por enfrentar al PCP-SL con las fuerzas policiales y con medidas de excepción que se prorrogaron ininterrumpidamente. Las limitaciones de las fuerzas policiales, divididas en tres instituciones sin coordinación entre ellas, desprovistas de equipamiento básico y sin el respaldo de una política contrasubversiva coherente generaron, en poco tiempo, un rechazo de la población que fue trasladado hacia el gobierno. Éste, ante la actividad cada vez más violenta de SL, optó por ceder la conducción de la lucha antisubversiva a las FFAA a fines de 1982.

83. La CVR considera que la decisión adoptada por el gobierno de AP inició un proceso de militarización que duró más de una década y que tuvo graves consecuencias para el país. Con el establecimiento de comandos político-militares y ante la inoperancia del poder político para contribuir en la lucha contrasubversiva en los campos no-militares, se produjo una subordinación de hecho de las autoridades civiles locales a las estrategias contrasubversivas de las FFAA.

84. La CVR ha establecido que los comandos político-militares y la intervención de las FFAA se realizaron sin tomar las previsiones indispensables por parte de la autoridad civil para salvaguardar los derechos fundamentales de la población, permitiéndose en consecuencia numerosas violaciones de los derechos humanos de manera sistemática y/o generalizada.

85. La CVR concluye que el gobierno de Acción Popular toleró estas violaciones de derechos humanos, haciendo caso omiso de las numerosas denuncias por diversas fuentes gubernamentales y de la sociedad civil. Tal es el caso de matanzas como las de Putis, Pucayacu, Cabitos, entre las más notorias. Asimismo, durante ese período de gravísima violencia, el parlamento con mayoría gobiernista no nombró ninguna comisión investigadora. La única comisión fue nombrada por el Ejecutivo para investigar la matanza de ocho periodistas en la comunidad de Uchuraccay, donde la CVR ha constatado que murieron, además, 135 campesinos quechuas en el transcurso del año posterior a la masacre, la mayoría a manos de Sendero Luminoso.

86. La CVR encuentra que esa injustificada tolerancia del gobierno de AP hacia los atropellos a los derechos fundamentales de la ciudadanía, se sustentaba en la intención y la expectativa de acabar con la subversión en el corto plazo, sin considerar su costo en vidas humanas. Dicha política fue ratificada por la Ley 24150 promulgada en 1985.

87. La CVR encuentra responsabilidad política en el gobierno de Acción Popular por su tolerancia con las violaciones de derechos humanos cometidas por parte del Estado, principalmente contra la población indígena, la más desprotegida y marginada del país, y halla en ella una lamentable muestra de esos hábitos de discriminación y racismo existentes en la sociedad peruana.

88. Las cifras de la CVR revelan que entre 1983 y 1984 se produjo la mayor cantidad de muertes anualizadas de todo el conflicto, causadas por las campañas de asesinatos del PCP-SL y la cruenta respuesta oficial, que según los cálculos de la CVR dejaron 19,468 víctimas fatales, es decir, 28 por ciento del total estimado para todo el conflicto armado interna. Estas cifras que pasaron casi imperceptibles para el resto del país, debido a las graves fracturas étnicas de nuestra sociedad.

C. El gobierno del Partido Aprista Peruano

89. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes al Partido Aprista Peruano, muchas de las cuales fueron autoridades locales que permanecieron en sus puestos a pesar de la intensidad de la violencia. La CVR resalta, también, el esfuerzo realizado por el gobierno del presidente Alan García Pérez por preservar el sistema democrático, las elecciones locales y generales y la libertad de prensa, en el contexto de una difícil situación en medio del peor conflicto armado interno de la historia republicana del país.

90.La CVR considera que, al asumir el doctor Alan García Pérez el gobierno en julio de 1985, impulsó una serie de políticas sociales para reorientar la estrategia contrasubversiva en marcha. El objetivo explícito fue derrotar a la subversión mediante políticas de desarrollo dirigidas a los campesinos y a las regiones más pobres. El nuevo gobierno asumió como propias las críticas a la actuación de las FFAA que se venían haciendo desde el periodo gubernamental previo.

91. La política de respeto a los derechos humanos y de denuncia de las violaciones de los mismos se expresó, por ejemplo, en las sanciones aplicadas a los jefes militares responsables de la matanza de Accomarca (agosto 1985). El gobierno buscó así el control civil sobre la acción militar. Creó, asimismo, una Comisión de Paz y llevó adelante iniciativas en el campo de la unificación policial y la creación del Ministerio de Defensa.

92. La CVR considera, sin embargo, que la llamada "masacre de los penales" ocurridas los días 18 y 19 de junio de 1986 en los centros penitenciarios de Lurigancho y El Frontón marcó un punto de quiebre en el esfuerzo del gobierno del APRA por imponer desde el poder civil un nuevo esquema de respeto de los derechos humanos por las fuerzas del orden. La CVR constata que a partir de los sucesos mencionados, las FF.AA. actuaron con mayor autonomía en su accionar contrasubversivo, sin que el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo las proveyeran de un marco legal para ello.

93. La CVR encuentra grave responsabilidad política en el gobierno del APRA en relación con estos casos, sin perjuicio de otras responsabilidades que de manera individual sean determinadas en otras instancias judiciales nacionales o internacionales.

94. La CVR considera el encubrimiento de la matanza de Cayara ocurrida en mayo de 1988, como paradigmático de la nueva la actitud del partido de gobierno frente la actuación de las FF.AA. en la lucha contrasubversiva. La comisión investigadora conformada en el Senado de la República, presidida por el parlamentario del PAP Carlos Enrique Melgar, dictaminó que la matanza no había ocurrido, mientras que la minoría de dicha comisión y un fiscal aseguraban lo contrario. El dictamen, no obstante, fue aprobado por la mayoría aprista. Las investigaciones de la CVR confirman la matanza de Cayara y encuentran responsabilidad política en el PAP por colaborar en el encubrimiento de dicha masacre.

95. La CVR constata el gobierno del APRA puso en marcha un proceso de reorganización de las tres instituciones policiales existentes, atendiendo a reclamaciones sobre la crisis de corrupción e ineficiencia. Ello derivó en lo que más adelante sería la policía nacional. El Partido Aprista tuvo un especial interés en controlar a la policía a través del ministerio del Interior. En el proceso se crearon nuevas unidades como la DOES, preparada para la lucha contrasubversiva y se fortaleció el trabajo de inteligencia contra el terrorismo.

96. La CVR estima que la aguda crisis económica y política que vivió el Perú a partir de 1988 favoreció el desarrollo de las agrupaciones subversivas y a la vorágine de violencia. El fracaso del programa económico y el inicio de la hiperinflación llevó a una situación de grave inestabilidad en el país. Desde el fallido intento de estatización de la banca, el gobierno perdió el respaldo de los grupos empresariales y financieros del país. Las marchas y contramarchas en las políticas económicas agudizaron la tensión social existente, agravada por servicios básicos colapsando. El PCP-SL aprovechó esos espacios de descontento para iniciar sus propias marchas de protesta hasta en la misma capital.

97. La CVR ha recogido testimonios que sugieren la existencia de policías vinculados a actividades de escuadrones de la muerte y comandos paramilitares utilizados contra presuntos subversivos. Una serie de sucesos, como la aparición del Comando Rodrigo Franco, el enfrentamiento en Molinos, el ataque del PCP-SL al puesto policial de Uchiza, la vacancia de cargos municipales en 1989 y el escape de los emerretistas del penal Castro Castro en 1990, entre otros, potenciaron la imagen de desgobierno y caos en el país. Al mismo, tiempo, sin embargo se llevaron a cabo tres elecciones nacionales entre noviembre de 1989 y junio de 1990. El descontento de las FFAA fue grande, produciéndose hasta un intento de golpe de Estado. La CVR concluye que, al producirse la crisis, el gobierno perdió el control de la política contrasubversiva, salvo en algunas áreas del trabajo policial que fueron muy exitosas como la del GEIN que, a la postre, rendiría los mayores frutos en cuanto a capturas de líderes subversivos.

Los gobiernos de Alberto Fujimori

98. La CVR ha constatado que las elecciones presidenciales de 1990 se produjeron en medio de una crisis generalizada y del incremento de la acción subversiva. El desprestigio de los partidos y la pérdida de confianza en las organizaciones políticas facilitaron el triunfo de un independiente, el ingeniero Alberto Fujimori, ex-Rector de la Universidad Nacional Agraria. Rápidamente reveló rasgos de personalidad que se expresarían en sus dos períodos gubernamentales: el menosprecio a la democracia. En ningún momento construyó una organización política que lo respalde |16|. Para enfrentar los dos grandes problemas que heredaba -crisis económica y avance de la subversión- encargó los asuntos económicos a grupos de tecnócratas, y asumió como suya la estrategia antisubversiva de las Fuerzas Armadas perfilada a finales de la década de 1980. Igualmente, convocó a operadores de inteligencia militar; el más conocido: Vladimiro Montesinos. Con su apoyo, el nuevo régimen comenzó a fortalecer el Servicio de Inteligencia Nacional y se aseguró la lealtad de las cúpulas militares para convertirlas en pilares de su gestión |17|.

99. La CVR concluye que el golpe de estado del 5 de abril de 1992 significó el colapso del Estado de Derecho y mostró además la debilidad del sistema de partidos; el golpe contó con el apoyo de la mayoría de la opinión pública. En medio de la ofensiva urbana del PCP-SL, sectores importantes de todos los estratos sociales, se mostraron dispuestos a trocar democracia por seguridad y a tolerar las violaciones a los DDHH como el costo necesario para terminar con la subversión.

100. La CVR ha constatado que a partir de 1992 la nueva estrategia contra-subversiva puso énfasis en la eliminación selectiva de las organizaciones político-administrativas (OPA) de los grupos subversivos. Vinculado a Vladimiro Montesinos |18| actuó un escuadrón de la muerte denominado "Colina", responsable de asesinatos, desapariciones forzadas y masacres con crueldad, ensañamiento. La CVR posee indicios razonables para afirmar que el presidente Alberto Fujimori, su asesor Vladimiro Montesinos y altos funcionarios del SIN tienen responsabilidad penal por los asesinatos, desapariciones forzadas y masacres perpetradas por el escuadrón de la muerte denominado "Colina".101. La CVR sostiene que la DINCOTE, gracias a la experiencia acumulada desde fines de la década anterior y el énfasis puesto en el trabajo de inteligencia, mostró por esa misma época facetas más constructivas y eficaces, que desembocaron en la captura de Víctor Polay, principal dirigente del MRTA, y en la de Abimael Guzmán y miembros del Buró Político del Comité Central del PCP-SL, el 12 de setiembre de 1992. La CVR concluye que las capturas de los líderes máximos del PCP-SL y el MRTA no fueron usadas por el gobierno para acelerar la derrota de la subversión sino para obtener réditos electorales.

102. Asimismo, entonces, la CVR señala la utilización dada al operativo Chavín de Huántar. Como se sabe, en diciembre de 1996 un comando del MRTA secuestró centenares de civiles que asistían a una recepción en la residencia del embajador japonés. La CVR expresa su repudio a esa acción terrorista que mantuvo cautivos durante más de cuatro meses a decenas de personas. Reconoce, asimismo, el derecho del Estado a rescatar a los rehenes allí recluídos y saluda el heroísmo y la eficiencia de los comandos que culminaron con éxito el operativo de rescate y rinde homenaje a los miembros del Ejército fallecidos en dicha acción, así como al Dr. Carlos Giusti. Condena, sin embargo, las ejecuciones extrajudiciales que se habrían producido, injustificadas por tratarse de personas rendidas, y comparte asimismo el rechazo de la opinión pública a las imágenes de Alberto Fujimori paseándose por sobre los cadáveres desparramados en la residencia recién rescatada.

103. La CVR afirma que en los años siguientes, diversos hechos, algunos ciertos, la mayoría manipulados mediáticamente, sirvieron para crear y recrear exageradamente al "terrorismo" como una amenaza latente, para justificar el autoritarismo del régimen y para desprestigiar a los opositores. La interceptación telefónica a políticos opositores, el acoso al periodismo independiente, el sometimiento y perversión final de la mayoría de medios de comunicación, los atentados y crímenes incluso contra miembros del propio SIN, así como la desvirtuación de operaciones legítimas como el mencionado operativo Chavín de Huántar, llevan el sello del gobierno autoritario de Alberto Fujimori.

104. Por lo expuesto, la CVR sostiene que en los últimos años del gobierno de Fujimori el conflicto armado interno fue manipulado con la finalidad de hacer que el régimen permaneciera en el poder. Ello sumió al país en una nueva crisis económica y en abismos de corrupción, descomposición moral, debilitamiento del tejido social e institucional y una profunda desconfianza en la esfera pública. Todos estos rasgos constituyen, por lo menos en parte, secuelas de la forma autoritaria, "antipolítico", en que se resolvió el conflicto y configuran una de las páginas más oprobiosas de la historia de la república.

E. Los partidos de Izquierda

105. La CVR expresa su reconocimiento especial a todas las víctimas pertenecientes a los partidos que conformaron la alianza Izquierda Unida, muchas de las cuales fueron autoridades locales que permanecieron en sus puestos a pesar de la intensidad de la violencia. La CVR resalta, también, que IU fue un canal de representación política de amplios sectores populares y movimientos sociales hasta entonces no incluidos en la agenda nacional. De esta forma, en muchas zonas del país, militantes de izquierda fueron un freno para el avance de Sendero Luminoso.

106. La CVR ha constatado que la alianza Izquierda Unida (IU) fue la segunda fuerza electoral durante la mayor parte de la década de 1980, tuvo representación en el Parlamento, responsabilidad en gobiernos locales y, entre 1989 y 1992, en los gobiernos regionales.

107. Asimismo la CVR ha constatado que durante la década de 1970, la mayor parte de las organizaciones que luego conformarían IU compartieron con matices un discurso y una estrategia que privilegiaba la toma del poder por la vía de la lucha armada. En el contexto de grandes movilizaciones sociales y apertura democrática de fines de los años 70, algunas de estas organizaciones iniciaron un viraje que los llevó a valorar positivamente la vía electoral y la democracia representativa.

108. La CVR hace notar sin embargo, que un deslinde ideológico insuficiente y en muchos casos tardío colocó a la mayoría de partidos miembros de IU en una situación ambigua frente a las acciones del PCP-SL y más aún del MRTA. Esta ambigüedad hizo difícil para sus líderes, y también para las dirigencias sociales sobre las cuales IU tenía influencia, dar la lucha ideológica contra las concepciones violentistas que terminaran incorporándose al PCP-SL o al MRTA.

109. La CVR constata que la izquierda formuló denuncia, por cierto necesaria, de las violaciones a los derechos humanos cometidos por el Estado. Sin embargo, no dio el mismo tratamiento a aquellas cometidas por los grupos subversivos, especialmente por el MRTA. Hubo dos agrupaciones que mantuvieron hasta el final la posibilidad del recurso a la violencia para tomar el poder. Esto fue en ultima instancia lo que produjo la división de la izquierda entre supuestos reformistas y revolucionarios. Por otro lado, el Partido Unificado Mariateguista y el P.C. del P. "Patria Roja" formaron organismos de autodefensa, que terminaron enfrentando a SL en defensa de las organizaciones sociales.

110. Para la CVR, sin que ello fuera una posición generalizada, sectores de la izquierda entendieron su participación en el parlamento como una tribuna de agitación y propaganda y en los municipios para desde allí "elevar el nivel de conciencia de las masas". En ambos casos, para demostrar las limitaciones de las instituciones "demo-burguesas".

111. La CVR señala que, en el plano político, el sectarismo y la ineficacia de los partidos y de los independientes que conformaban IU, así como la dificultad para poner los intereses del país por encima de los grupos o personalidades que la integraban, impidió que ella fuera más allá de su carácter de alianza electoral, para convertirse en frente programático que representara y ofreciera una alternativa de transformación pacífica y democrática a sus militantes y al país. Ese límite se mantuvo incluso en su momento de mayor presencia electoral, le impidió luego diferenciarse de la política del gobierno aprista, y terminó dividiéndola en 1989. La división desconcertó a sus seguidores y resquebrajó el dique de contención que significaba IU en amplios sectores populares, favoreciendo el avance de los grupos subversivos y posteriormente del fujimorismo.

112. Sin embargo, la CVR hace resaltar el papel positivo de la temprana denuncia de las violaciones a los derechos humanos por parte de IU, tanto a través de sus partidos integrantes como de las organizaciones sociales en las cuales tenía presencia y de sus representantes en el Parlamento, que tuvieron destacado papel en las más importantes comisiones investigadoras del Congreso sobre temas vinculados al conflicto armado interno (la matanza de los penales, los grupos paramilitares, las causas de la violencia.)

113. La CVR deja constancia, además, que numerosos miembros de IU, especialmente militantes de base de provincias en períodos electorales, cayeron víctimas de las fuerzas del orden que no distinguieron entre izquierdaunidistas y subversivos. Asimismo, queda claro para la CVR que IU no fue nunca "fachada legal" de SL, ni de manera orgánica ni oficiosa. Más bien, conforme avanzaba la década, IU denunció crecientemente la ideología y los métodos del PCP-SL, quien asesinó un número significativo de dirigentes sociales de las filas de IU, algunos de ellos líderes de importantes gremios nacionales.

F. El poder legislativo

114. A la CVR le es dado constatar que los problemas del Estado para enfrentar el conflicto armado interno también ocurrieron en el Poder Legislativo. Las fuerzas políticas allí representadas no tuvieron ni presentaron iniciativas sobre cómo enfrentar de una manera integral a los grupos subversivos hasta bien avanzado el conflicto (1991).

115. La CVR deja constancia de que durante toda la década de 1980 el Congreso funcionó con mayorías gobiernistas. A través de esas mayorías, los gobiernos inhibieron o debilitaron las capacidades de fiscalización y de formulación legal. Así, el Parlamento 1980-1985 no cumplió con su función constitucional de fiscalización, al abdicar a ejercer control sobre lo que en Ayacucho, Huancavelica y Apurímac venía sucediendo a propósito del conflicto. Encontrándose en este período la mayor cantidad de peruanos muertos o desaparecidos a causa de la guerra, el Congreso no efectuó ninguna investigación sobre las violaciones a los derechos humanos que tanto el PCP-SL como las fuerzas del orden iban acumulando impunemente.

116. La CVR debe señalar que frente a la militarización del conflicto, el Congreso no planteó ninguna alternativa o plan viable. La principal actividad normativa estuvo a cargo del Ejecutivo. Y cuando, finalmente, el Congreso retomó dicha función, no hizo sino reafirmar su escasa voluntad de comprometerse a encontrar respuesta severa y eficaz frente al fenómeno subversivo.

117. La CVR señala que la aprobación por el Congreso de la Ley 24150 que establecía las normas a cumplir en los estado de excepción por los que las FFAA asumían el control del orden interno, en todo o parte del territorio, fue un intento de legalizar lo que en los hechos venía sucediendo, inhibiendo legalmente a la autoridad civil en beneficio de la militar. Así, esta decisión significó, por un lado, una estrategia equivocada que condujo a la relativización del poder democrático civil y, por otro, a la reducción de la política anti-subversiva a un ámbito de represión y control militar.

118. Sin embargo, la CVR debe anotar que a partir de 1985 funcionaron comisiones investigadoras sobre casos de gran impacto en la opinión pública. Aunque ninguna logró quebrar el círculo de la impunidad los debates parlamentarios y los dictámenes en minoría generaron corrientes importantes de opinión pública en contra de las violaciones a los derechos humanos. No obstante, cabe señalar que si bien el Congreso se encargó de llevar adelante la investigación de importantes casos de violaciones a los derechos perpetradas por las fuerzas del orden, no hizo un esfuerzo similar para investigar y demandar sanción sobre terribles casos de violaciones perpetradas por SL.

119. La CVR anota que en el Congreso surgido a partir de las elecciones de 1990, el Ejecutivo careció por primera vez de mayoría propia. Aprovechando el desgaste de los partidos políticos y el desprestigio del Legislativo, el gobierno de Alberto Fujimori y los promotores de una política anti-subversiva autoritaria y militarizada, sobredimensionaron su ineficacia y sus problemas y no tuvieron reparos en presentar al Congreso como parte del "campo enemigo", esta idea era coincidente con la del PCP-SL, que entendía al Congreso como un reducto del "revisionismo" y parte del "viejo Estado" que había que destruir.

120. La CVR halla que entre 1990 y 1992, el Congreso adquirió otra fisonomía. El que no existiese una mayoría parlamentaria gobiernista y el avance de la subversión, empujaron a una mayor concertación y a participar de manera más activa en el diseño de una política anti-subversiva dentro de marcos democráticos. La nueva actitud se hizo visible en el debate sobre legislación anti-subversiva de noviembre de 1991. De otro lado, en materia de su función de control parlamentario, el Congreso de 1990-92 intervino en situaciones de violaciones de derechos humanos en el conflicto armado interno. Sin embargo, el golpe de abril de 1992 que cerró el Parlamento con la anuencia de un sector mayoritario de la opinión pública, mostró que ese fue un esfuerzo tardío e insuficiente para controlar a los poderes fácticos y corrientes autoritarias del país. Para entonces los partidos políticos parlamentarios evidenciaban claros signos de agotamiento y crisis.

121. La CVR considera que después del golpe de 1992 el Congreso, tanto el CCD como el Congreso 1995-2000, careció de cualquier capacidad de fiscalización, tanto por el recorte constitucional de sus atribuciones como por la mayoría parlamentaria absoluta que mantuvo la bancada gobiernista hasta el año 2000. La pálida labor parlamentaria en la lucha contra-subversiva se vio agravada por el desarrollo de un proceso de manipulación normativa de alta nocividad social, que buscó, entre otras cosas, montar un aparato que garantizara la impunidad a las violaciones de los derechos humanos cometidas por agentes estatales.

122. A la CVR le ha sido dado constatar que, en muchos casos, la mayoría oficialista de los congresos post golpe, a pesar de la actitud valiente de congresistas de la oposición, no sólo abdicó de su función constitucional de fiscalización, sino que avaló y promovió el encubrimiento y la impunidad. Un hito de especial consideración dentro de su participación en el proceso de afirmación de impunidad fue la aprobación de la Ley 26479, Ley General de Amnistía (15.06.95). El Parlamento se convirtió en la práctica en una caja de resonancia de los planteamientos de palacio y del SIN.

G. El Poder Judicial

123. La CVR debe indicar que la abdicación de la autoridad democrática incluyó las funciones propias de la administración de justicia. El sistema judicial no cumplió con su misión adecuadamente; ni para la condena dentro de la ley de las acciones de los grupos subversivos; ni para la cautela de los derechos de las personas detenidas, ni para poner coto a la impunidad con que actuaban los agentes del Estado que cometían graves violaciones de los derechos humanos. En el primer caso, el poder judicial se ganó la imagen de una ineficiente "coladera" que liberaba a culpables y condenaba a inocentes; en el segundo caso, sus agentes incumplieron el rol de garante de los derechos de los detenidos, coadyuvando a la comisión de graves violaciones a los derechos a la vida y la integridad física; por último, se abstuvieron de llevar a la justicia a miembros de las fuerzas armadas acusados de graves delitos, fallando sistemáticamente cada contienda de competencia a favor del fuero militar, donde las situaciones quedaban en la impunidad.

124. La CVR debe empero precisar que el Sistema Judicial adolecía de problemas estructurales que determinaban su ineficiencia. Sin embargo, a ello debe sumarse la actuación negligente de algunos operadores de justicia que hicieron mas grave aún la situación estructural en que se desenvolvía la administración de justicia.

125. La CVR deja constancia de que la situación del Perú judicial se agravó luego del golpe de Estado de 1992, cuando a las condiciones mencionadas se sumaron: una clara intromisión en la capacidad de autogobierno a partir de ceses masivos de magistrados, nombramientos provisionales y la creación de órganos de gestión ajenos a la estructura del sistema judicial; además de la inoperancia del Tribunal Constitucional.

126. La CVR deja constancia de la deficiente la legislación que aplicaba el sistema judicial. Entre 1980 y 1992 incidieron fuertemente en esta situación: la tipificación amplia e imprecisa del delito de terrorismo; y la mediatización de la labor del Ministerio Público en la etapa de investigación preliminar, subordinando la labor garantista del fiscal. Luego del golpe de 1992, la situación se agravó debido a que la nueva legislación antiterrorista se caracterizaba por: la sobrecriminalización del terrorismo a través de la flexibilización del concepto y la creación de tipos penales nuevos con los que se procesaba en distintos fueros y se imponían penas distintas por la misma conducta; la falta de proporcionalidad de las penas; la seria limitación de la capacidad de defensa de los detenidos; y la atribución de competencia a los tribunales militares en el juzgamiento de los delitos de traición a la patria.

127. La CVR ha constatado que, abdicando de su propia competencia, el Poder Judicial, a través de la Corte Suprema cuando los acusados eran miembros de las Fuerzas Armadas, falló en toda ocasión a favor del fuero militar, donde los casos por lo general se sobreseían, se prolongaban innecesariamente o terminaban generando condenas benévolas.

128. Otra conducta que la CVR ha comprobado es que los operadores de justicia incurrieron en falta contra su deber de cautelar por los derechos de los ciudadanos fue la generalizada práctica de declarar improcedentes los recursos de Habeas Corpus. El tribunal de garantías constitucionales -vigente hasta 1991- sistemáticamente evitó llegar a sentencias fundadas. Esta situación contribuyó en no poca medida a que las detenciones arbitrarias culminasen en torturas, ejecuciones arbitrarias y desapariciones forzadas.

129. La CVR considera que la dictadura de Alberto Fujimori pretendió legalizar de forma espuria la impunidad a las violaciones de los derechos humanos realizadas por agentes del Estado, logrando que el Congreso Constituyente Democrático aprobase por mayoría dos leyes de amnistía que vulneraban disposiciones constitucionales y tratados internacionales soberanamente ratificados por el Perú. Salvo una honrosa excepción, que inaplicó la norma por vulnerar disposiciones constitucionales y tratados internacionales |19|, los jueces renunciaron a su facultad de aplicar el control difuso de la constitucionalidad de las leyes. 130. La CVR ha constatado que el resultado de la aplicación estricta y acrítica de la legislación antiterrorista de 1992 permitió que en el procesamiento de detenidos no se garantizara la imparcialidad ni la exactitud de los juicios. No solamente cientos de personas inocentes tuvieron que sufrir largas condenas, sino que la violación de las garantías de debido proceso arrojó una severa sombra de duda sobre los procesos realizados. El descrédito sufrido por el sistema judicial peruano aplicando las leyes dictadas por el régimen fujimorista, sólo resultaría en un favor a los verdaderos subversivos cuando, años después, el Estado tuviera que realizar nuevos juicios a partir de pruebas escasas. De otro lado, los sentenciados por terrorismo sufrieron y condiciones de carcelería vejatorias de la dignidad humana, que no conducían en absoluto a su rehabilitación. La situación carcelaria, en efecto, poco atendida por los jueces de ejecución penal, dio lugar a motines y masacres en 1985, 1986 y 1992.

131. La CVR debe indicar que el Ministerio Público -salvo honrosas excepciones- abdicó a la función de controlar el estricto respeto a los derechos humanos que debía observarse en las detenciones y se mostró insensible a los pedidos de los familiares de las víctimas. Por el contrario, se omitió el deber de denunciar crímenes, se investigó sin energía, se realizaron muy deficientes trabajos forenses, lo que coadyuvó a la situación de descontrol e impunidad. Bajo la dictadura fujimorista, la obsecuencia del Ministerio Público ante los imperativos del poder ejecutivo fue total.

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V. El papel de las organizaciones sociales
A. Sobre los gremios

132. La CVR ha constatado la agresión violenta de parte de los grupos subversivos contra diversos sindicatos y empresas. En el informe de la CVR constan los asesinatos de dirigentes sindicales, empresarios y funcionarios de empresas.

133. La CVR estima que mientras el PCP-SL exacerbó los conflictos laborales y se propuso como objetivo la destrucción de los sindicatos existentes, el MRTA buscó instrumentalizar los sindicatos para sus fines subversivos.

134. La CVR concluye también en que las prácticas o concepciones antidemocráticas en sindicatos y gremios empresariales condujeron a la descalificación mutua a lo largo del conflicto armado, cuestionando la representatividad y legitimidad de las organizaciones gremiales.

135. La CVR ha constatado que el rol del Estado como árbitro de los conflictos laborales fue de marcada ineptitud, pues una burocracia ineficiente y propensa a la corrupción, la ausencia de reglas claras, una legislación engorrosa, entre otros factores, dificultaron las negociaciones provocando el agravamiento de los problemas.

B. Sobre sistema educativo y magisterio

136. La CVR ha comprobado que el Estado descuidó desde décadas el tema educativo. Hubo proyectos modernizadores en la década del 60 pero fracasaron. Ni la ley universitaria ni la reforma educativa de 1972 lograron revertir esta tendencia. Tampoco neutralizaron el predominio de pedagogías tradicionales autoritarias. En aquellos espacios que el Estado fue dejando en su repliegue, germinaron nuevas propuestas; ellas propugnaban un cambio radical, anti-sistémico, sólo alcanzable por la vía de la confrontación y sustentado en un "marxismo de manual", dogmático y simplificado, que se expandió ampliamente en las universidades durante la década de 1970. Esos nuevos contenidos se transmitieron utilizando los viejos marcos pedagógicos autoritarios, que no fueron cuestionados.

137. La CVR ha comprobado que, entre muchos maestros y estudiantes universitarios, se volvió sentido común el cumplimiento fatal de la historia a través de la vía de la confrontación. Esa visión abrió espacios para el desarrollo de propuestas autoritarias de extrema izquierda. La del PCP-SL fue sólo la más extrema.

138. La CVR ha comprobado que el PCP-SL fue el que buscó instrumentalizar las instituciones educativas: universidades, colegios secundarios, institutos superiores e incluso academias de postulantes. El sentido común dogmático y la ambigüedad de los grupos radicales frente a la violencia le fueron favorables. A través del amedrentamiento o la cooptación logró ubicar maestros en colegios donde le interesaba desarrollar proselitismo. Aprovechando y alimentando una versión maximalista de la autonomía universitaria accedió en algunos casos a las Direcciones de bienestar universitario o al menos encontró santuario en viviendas y comedores. Allí desarrolló un proselitismo en el cual el clientelismo se mezclaba con la movilización de los sentimientos de discriminación y agravio de los estudiantes pobres y provincianos, que utilizaban mayormente esos servicios. A ellos, con débiles redes sociales en sus lugares de estudio, les ofrecía además identidad y sentido de pertenencia.

139. La CVR encuentra una grave responsabilidad del Estado: i) en el descuido de la educación pública en medio de un conflicto que tenía al sistema educativo como importante terreno de disputa ideológica y simbólica; ii) en el amedrentamiento y/o la estigmatización de comunidades enteras de maestros y estudiantes de universidades públicas, especialmente de provincias (|20|); iii) en el deterioro de la infraestructura de servicios de varias universidades públicas (|21|) iv) en haber permitido graves violaciones de los derechos humanos de estudiantes y profesores por el hecho de ser tales.(|22|)

140. La CVR repudia los crímenes cometidos contra estudiantes, profesores y trabajadores, al margen de su filiación política. Condena especialmente la matanza de más de cien estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad Nacional del Centro (UNCP) a manos de los diferentes actores de la guerra -incluyendo escuadrones de la muerte- enfrentados en un fuego cruzado y confuso |23|. Condena, asimismo, la masacre de ocho estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación "La Cantuta" en julio de 1992 y la posterior amnistía de los perpetradores miembros del escuadrón de la muerte denominado "Colina" en 1995. Señala, a partir de sus investigaciones, que además de las ya mencionadas, las universidades de San Cristóbal de Huamanga, Hermilio Valdizán de Huánuco, Callao, Huacho y San Marcos, entre otras, resultaron afectadas por la estrategia contrasubversiva de detenciones-desapariciones y destrucción de infraestructura y, durante el régimen autoritario de la década de 1990, por la instalación de bases militares en los campus universitarios.C. Sobre el papel de las iglesias

141. La CVR a través de numerosos testimonios recogidos, audiencias y estudios realizados, ha constatado el papel de las iglesias Católica y evangélicas durante el proceso de la violencia, como actoras que contribuyeron a proteger a la población de crímenes y violaciones de derechos humanos. Institucionalmente, la iglesia católica condenó desde temprano la violencia de los grupos alzados en armas e igualmente las violaciones de los DDHH por parte del Estado. Estas posturas se concretaron en actividades de defensa de los DDHH y denuncias de las violaciones, iniciadas muy temprano en el proceso a través de organizaciones como la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS) y otras. La CVR ha llegado a la conclusión de que muchas vidas fueron salvadas y muchos otros atropellos fueron impedidos gracias al concurso de estas organizaciones cuyo papel fue demandado y reconocido ampliamente por la población, así como de religiosos y laicos individuales, más allá de orientaciones teológicas o pastorales. En departamentos como Puno, Cajamarca, Ancash, Ucayali o Amazonas, el papel de sacerdotes, laicos y catequistas contribuyó a fortalecer el tejido social y construir una barrera que debilitó el avance del PCP-SL y el desborde de la denominada "guerra sucia". La CVR rinde homenaje a los cristianos que defendieron la vida durante el tiempo de la violencia política y repudia el asesinato de sacerdotes y religiosas en cumplimientos de su misión, sobre todo entre los sectores más desfavorecidos del campo y la ciudad.

142. La CVR ha encontrado, sin embargo, que la defensa de los derechos humanos no fue firme en el arzobispado de Ayacucho durante la mayor parte del conflicto armado. Durante buena parte del conflicto dicho arzobispado puso obstáculos a la labor de organizaciones de la Iglesia vinculadas al tema, a la vez que negaba violaciones de los derechos humanos. La Comisión deplora que algunas autoridades eclesiásticas de Ayacucho, Huancavelica y Abancay no hayan cumplido con su compromiso pastoral.

143. La CVR ha concluido que las iglesias evangélicas cumplieron también un valioso papel de protección de los derechos humanos, principalmente a partir de sus instancias de coordinación nacional. Reconoce, asimismo, el valor de los pastores que cumplieron esa labor de defensa de la vida y denuncia de la violencia con peligro para ellos, muchas veces en zonas periféricas de las grandes ciudades y en zonas rurales muy apartadas. Constata también que un número significativo de campesinos evangélicos participaron en comités de autodefensa que enfrentaron a la subversión. Sin embargo, lamenta que algunas comunidades evangélicas no se hayan hecho eco de la defensa de los derechos humanos.

144. La CVR rinde homenaje a sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles católicos y evangélicos que pagaron con su vida su labor pastoral durante el conflicto armado interno.

D. Sobre las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos

145. La CVR ha concluido que a lo largo del conflicto, decenas de asociaciones de la sociedad civil mantuvieron viva la capacidad de indignación ante lo que ocurría y crearon un eficaz movimiento a favor de los derechos humanos que, organizado alrededor de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH), se convirtió -pese a una permanente satanización en su contra- en un referente ético en el escenario nacional y en un efectivo recurso para que las víctimas pudiesen avanzar en su objetivo de alcanzar la verdad y exigir la justicia. La Comisión está convencida de que el país debe a las organizaciones de derechos humanos una deuda de gratitud porque, al ejercer el derecho democrático de fiscalizar a las fuerzas del orden, contribuyeron a controlar algunos de los aspectos más brutales del conflicto y a ganar para la lucha democrática del pueblo peruano una amplia solidaridad internacional.

146. De acuerdo a la tradición del movimiento internacional de derechos humanos, en los primeros años del conflicto los organismos peruanos defensores de los DD.HH. centraron su crítica fundamentalmente en el Estado, cuyas acciones se enmarcan dentro de un ordenamiento legal que deben respetar, que es además signatario de tratados internacionales y debe, sobre todo, responder por la seguridad de sus ciudadanos. Sin embargo, a mediados de la década de 1980 los organismos que conformaron la CNDH zanjaron con las organizaciones de fachada de los grupos subversivos |24|. Posteriormente, se negaron a defender legalmente a militantes o líderes de dichos grupos e influyeron activa y exitosamente en el movimiento internacional de derechos humanos, para que sus organismos incluyan dentro de sus críticas y monitoreo a los grupos subversivos, tanto peruanos como de todo el mundo.

147. La CVR ha constatado también, a diferencia de otros países donde se dieron conflictos armados internos, la debilidad de las organizaciones de víctimas. Ello porque en la mayoría de los casos las víctimas eran campesinos pobres, con poca conciencia de derechos, difícil acceso a la justicia, débiles redes sociales y escasos contactos urbanos. Esta debilidad favoreció la impunidad de los perpetradores.

148. En tal contexto, la CVR destaca y reconoce la persistencia de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), conformada en su abrumadora mayoría por mujeres ayacuchanas quechua hablantes de escasos recursos. Aún en los peores momentos, con tenacidad y valentía, dichas mujeres mantuvieron viva la llama de la esperanza en la recuperación de sus seres queridos y en la justicia para los responsables de su desaparición.

E. Sobre los medios de comunicación

149. La Comisión de la Verdad y Reconciliación constata que a lo largo del conflicto armado interno los medios de comunicación jugaron un papel muy importante. Durante esos años el trabajo de investigación periodística fue abundante, valiente y en algunos casos, como el de la masacre de La Cantuta (julio 1992), indispensable para encontrar a los responsables de crímenes atroces. Muchas veces, en esas investigaciones los periodistas arriesgaron la vida y, desgraciadamente, en varios ocasiones la perdieron. La CVR rinde homenaje a los periodistas asesinados durante el conflicto armado interno en cumplimiento de su deber. Hace mención particular a los mártires de Uchuraccay, primeros periodistas caídos en el cumplimiento de su deber en circunstancias especialmente trágicas. Asimismo, reconoce de manera especial la contribución al esclarecimiento de hechos y a las denuncias de crímenes y violaciones a los derechos humanos de parte de los periodistas que en las provincias declaradas en estado de emergencia cumplieron su deber abnegadamente y en condiciones muy adversas.

150. En lo que se refiere a la cobertura y la línea editorial, la CVR constata que desde inicios de la década de 1980 los medios de comunicación condenaron la violencia subversiva, aunque con matices según las inclinaciones políticas de cada uno, lo que implicaba evaluaciones diferentes de la situación o de los objetivos de las organizaciones subversivas. Sin embargo, los medios no tuvieron la misma posición en cuanto a la investigación y denuncia de las violaciones de DDHH. Reconoce que hubo valioso y arriesgado trabajo de investigación y denuncia, pero al mismo tiempo, señala que hubo medios que sostuvieron una posición ambigua e incluso en ciertos casos importantes avalaron la violencia arbitraria del Estado.

151. En lo que se refiere al modo de la cobertura realizada, la CVR ha encontrado que en muchos medios se cayó en una presentación cruda, desconsiderada frente a las víctimas y poco conducente a suscitar una reflexión y una sensibilización nacional. Forma parte de este problema el racismo implícito en los medios, que ha de ser resaltado en el informe final |25|.

152. En muchos medios, el tema de la violencia subversiva y contrasubversiva no fue pues tratado de una manera tal que significara un aporte significativo a la pacificación del país. La CVR considera que dos factores condujeron a ese resultado: i) la adopción inopinada de una lógica de la violencia, que terminó por imponer un tratamiento poco sensible de los temas, y ii) la primacía de una lógica comercial, que en los peores casos condujo al amarillismo y se complicó a finales de la década de 1990 con el fenómeno de megacorrupción y compra de medios.

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VI. Sobre las secuelas del conflicto armado interno
153. La CVR halla que el conflicto armado interno que ha investigado es el más grave de nuestra historia republicana y ha dejado secuelas muy profundas en todos los planos de la vida nacional. La amplitud e intensidad del conflicto acentuaron los graves desequilibrios nacionales; destruyeron el orden democrático; agudizaron la pobreza y profundizaron la desigualdad; agravaron formas de discriminación y exclusión; debilitaron las redes sociales y emocionales y propiciaron una cultura de temor y desconfianza. Es necesario, sin embargo, resaltar que -pese a las duras condiciones-hubo personas y poblaciones que resistieron y se esforzaron por la afirmación de una sociedad constructora de la paz y del derecho.

154. La CVR hace notar que, el conflicto resultó en la masiva destrucción de la infraestructura productiva y pérdida de capital social y oportunidades económicas. Los departamentos que lo sufrieron con mayor intensidad se encuentran hoy en los últimos lugares en los índices de pobreza y desarrollo humano. No es casualidad que cuatro de los departamentos más afectados por el conflicto: -Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Huánuco- se encuentren entre los cinco más pobres del país.

155. A la CVR le ha sido posible constatar que la violencia destruyó y desorganizó la vida social local, especialmente por el asesinato de dirigentes y autoridades tradicionales como estatales. Eso produjo un profundo debilitamiento de la sociedad civil, de los partidos políticos y de las estructuras en donde más necesarias eran: en los sectores más marginalizados y necesitados de inclusión y expansión de la ciudadanía.

156. Para la CVR el desplazamiento masivo desde las zonas de violencia constituyó un doloroso proceso de desarraigo y empobrecimiento de cientos de miles de peruanos y peruanas; ello produjo una urbanización compulsiva así como un retroceso histórico en el patrón de ocupación del territorio andino, lo que habrá de afectar por largo tiempo las posibilidades de un desarrollo humano sostenible. La población desplazada vio afectadas sus redes sociales, que debieron adaptarse con distintos grados de éxito y con gran sufrimiento a las nuevas circunstancias, lo cual constituyó un enorme reto para la provisión de servicios en las ciudades. Asimismo, los desplazados por el conflicto fueron en muchos casos estigmatizados y discriminados en escuelas, barrios y centros de trabajo. Al retornar, tuvieron que enfrentar a veces graves problemas de tierras y ausencia de apoyo suficiente para reorganizarse y sostener a sus familias.

157. La CVR ha constatado que toda una generación de niños y jóvenes ha visto truncada o empobrecida su formación escolar y universitaria como resultado del conflicto; ellos merecen atención preferente del Estado.

158. La CVR es conciente de que el conflicto armado interno intensificó hasta niveles insoportables el miedo y la desconfianza, que a su vez contribuyeron a fragmentar y atomizar la sociedad. En esas condiciones, el sufrimiento extremo ha causado resentimiento y ha teñido de recelo y violencia la convivencia social y las relaciones interpersonales.

159. La CVR ha constatado que amplios sectores de la población afectada por la violencia sufren una u otra forma de secuela en su salud mental, lo que debilita sus capacidades de desarrollarse y superar las heridas del pasado (|26|).

160. Para la CVR una secuela del conflicto armado interno en el terreno político consiste en que él favoreció la descomposición moral en la que se hundió el país durante los últimos años de la dictadura de Alberto Fujimori. En efecto, la forma en que el Estado, las fuerzas políticas y sectores importantes de la opinión pública enfrentaron esos años, mostrando indiferencia, tolerancia hacia las violaciones a los derechos humanos y disposición a trocar democracia a cambio de seguridad como costo necesario para terminarlo, abrió paso a la autocracia y la impunidad

161. Finalmente la CVR señala que, debe reconocerse que la violencia, con todo su rigor, no fue capaz de destruir la capacidad de respuesta de la población. En numerosas ocasiones, ante la destrucción de redes sociales tradicionales y el asesinato masivo de dirigentes, las mujeres asumieron nuevas responsabilidades y lanzaron al país el reto moral de reconocer la pérdida de miles de sus hijos en masacres y desapariciones. Dirigentes jóvenes reconstruyeron muchas de las comunidades más afectadas y -en el proceso de retorno de muchos desplazados- se pudo comprobar que muchas comunidades habían sido capaces de resistir a la violencia a través de la autodefensa y también con alternativas de paz y procesos de micro-reconciliación.

162. La CVR llega a la convicción de que las secuelas del conflicto armado interno pesan como una grave hipoteca sobre nuestro futuro y afectan decisivamente nuestra construcción como comunidad nacional de ciudadanos libres e iguales en un país democrático y plural, que avance por el camino del desarrollo y la equidad. Considera, asimismo, que el primer paso para superar esas secuelas es que el país conozca en toda su magnitud las dimensiones del horror vivido entre 1980 y 2000.

Sobre la necesidad de reparar

163. La CVR, a partir del informe que entrega al país estima que, si bien pudo alegarse ignorancia o incomprensión frente al drama que se venía en los primeros años del conflicto, ello no es más posible. Enterados los poderes del Estado y los ciudadanos y ciudadanas a quienes va dirigido nuestro informe de las sobrecogedoras dimensiones de lo ocurrido, resulta indispensable, si queremos vivir civilizadamente en paz y en democracia, reparar, en la medida de lo posible, los gravísimos daños que se han ocasionado.

164. La CVR considera que su misma existencia y el mandato que recibió de proponer reparaciones constituye ya el inicio de un proceso de resarcimiento y de dignificación de las víctimas.

165. Para la CVR la reparación tiene profundas implicancias éticas y políticas y es un componente importante del proceso de reconciliación nacional. Al ser las víctimas del conflicto en su abrumadora mayoría campesinos, pobres, indígenas, tradicionalmente discriminados y excluidos son ellos los que deben recibir atención preferente por parte del Estado.

166. Para la CVR, la reparación implica revertir el clima de indiferencia con actos de solidaridad que contribuyan a la superación de enfoques y hábitos discriminatorios, no exentos de racismo. Aplicadas con equidad, las reparaciones deben asimismo generar confianza cívica, restableciendo las relaciones dañadas entre los ciudadanos y el Estado, de modo que se consolide la transición y gobernabilidad democráticas y se prevengan nuevos escenarios de violencia.

167. La CVR presenta al país un "Programa Integral de Reparaciones" donde se combinan formas individuales y colectivas, simbólicas y materiales de resarcimiento. El Programa debe ser financiado creativamente por el Estado, pero también por la sociedad y la cooperación internacional; él pone énfasis en: i) las reparaciones simbólicas, el rescate de la memoria y la dignificación de las víctimas; ii) la atención a la educación y a la salud mental; iii) las reparaciones económicas individuales y colectivas (programas de reconstrucción institucional, desarrollo comunal, servicios básicos y generación de ingresos).

168. La CVR considera que una parte esencial del proceso de reparación es la justicia. La Comisión advierte, asimismo, que ningún camino hacia la reconciliación será transitable si no va acompañado de un ejercicio efectivo de la justicia, tanto en lo que concierne a la reparación de los daños sufridos por las víctimas cuanto en lo relativo al justo castigo a los perpetradores y el consiguiente fin de la impunidad. No se puede construir un país éticamente sano y políticamente viable sobre los cimientos de la impunidad. A través de los casos que entrega al Ministerio Público, de la identificación de alrededor de 24 mil víctimas del conflicto armado interno y de los hallazgos de sus investigaciones en general, la CVR busca ampliar sustancialmente los argumentos para sustentar el reclamo de justicia de las víctimas y sus organizaciones, así como de los organismos defensores de los Derechos Humanos y ciudadanos en general.

169. Asimismo, la CVR ha elaborado un Registro Nacional de Sitios de Entierro sobre la base de la información obtenida durante sus investigaciones. Al término de su mandato, la CVR ha registrado 4,644 sitios de entierro a nivel nacional, habiendo realizado tres exhumaciones y constataciones preliminares en 2,200 de ellos. Estas cifras que superan ampliamente las estimaciones anteriores, confirman la importancia que tiene impulsar y ejecutar el Plan Nacional de Intervenciones Antropológico Forenses que propone la CVR. Asmimso, la CVR se ratifica en la importancia fundamental del trabajo antropológico forense para alcanzar justicia, identificar las posibles víctimas y procesar el duelo por nuestros compatriotas desaparecidos.

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VIII. Sobre el proceso de Reconciliación Nacional
170. La CVR propone que el gran horizonte de la reconciliación nacional es el de la ciudadanía plena para todos los peruanos y peruanas. A partir de su mandato de propiciar la reconciliación nacional y de sus investigaciones realizadas, la CVR interpreta la reconciliación como un nuevo pacto fundacional entre el Estado y la sociedad peruanos, y entre los miembros de la sociedad.

171. La CVR entiende que la reconciliación debe ocurrir en el nivel personal y familiar; en el de las organizaciones de la sociedad y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto. Los tres planos señalados deben adecuarse a una meta general, que es la edificación de un país que se reconozca positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe. Tal reconocimiento es la base para la superación de las prácticas de discriminación que subyacen a las múltiples discordias de nuestra historia republicana.

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Notas finales:
1. En un intervalo de confianza al 95 por ciento cuyos límites inferior y superior son 61,007 y 77,552 víctimas, respectivamente.
2. La CVR ha recibido reportes de muertes y desapariciones como producto del conflicto armado interno en todos los departamentos, salvo Moquegua y Madre de Dios. Sólo en Tacna (1) y Tumbes (4), la cifra de víctimas reportadas a la CVR es de un dígito (véase: mapa 1).
3. Debe señalarse cómo quienes hoy viven en esos departamentos son tan pobres que en conjunto concentran tan sólo el 9 por ciento del ingreso de todas las familias peruanas. Además Huancavelica, Ayacucho, Apurímac y Huánuco son 4 de los cinco departamentos más pbres del país.
4. En comparación al 29% de personas que vivían en zonas rurales según el censo de 1993 y el 28% de la PEA nacional estaba ocupada en el sector agropecuario en ese mismo año.
5. Este dato contrasta de manera elocuente con el hecho de que la población que comparte esa característica constituye solamente el 16 por ciento de la población peruana de acuerdo con el censo nacional de 1993. En los tres departamentos más afectados, la proporción de personas que hablaban quechua u otra lengua nativa es siempre mayor entre las víctimas fatales reportadas a la CVR que en el conjunto de la población.
6. La CVR ha recibido reportes de 930 autoridades locales asesinadas por el PCP-SL, sin embargo, la CVR estima que la cifra real es mucho mayor. [
7. El acto mismo de levantarse en armas contra un régimen legítimamente elegido es un acto criminal. [Volver]
8. Unidad contrainsurgente de la antigua Guardia Civil.
9. Las FFPP no contaban con un despliegue suficiente de efectivos en zonas rurales. Allí se encontraban destacados pequeños contingentes de guardias civiles con formación básica, que en muchos casos no sumaban más de ocho. Básicamente, personal de refuerzo como los sinchis, estuvieron acantonados en la ciudad de Huamanga, desde donde realizaban viajes en helicóptero. Pero, incluso con ellos, no se dieron abasto para dar una respuesta en la totalidad las extensas zonas afectadas y, debido al riesgo que sus efectivos corrían debido a los ataques, tomaron la decisión de empezar a replegar los puestos rurales, uniendo varios de los mismos sobre todo en capitales de provincia.
10. Los documentos del PCP-SL reconocen alrededor de 1,700 bajas entre militantes del partido, el ejército guerrillero popular y las denominadas "masas", que los apoyaron entre 1983 y 1985. Aunque no hay convicción absoluta al respecto, la CVR considera que parte de los militantes muertos del PCP-SL pueden corresponder al total de 2000 desaparecidosa manos de SL, sobre los que se puede razonablemente considerar que fueron jóvenes reclutados forzosamente que nunca más volvieron, posiblemente porque cayeron en enfrentamientos.
11. El menoscabo de la eficiencia de las FFAA en su tarea fundamental de la defensa nacional se reveló en el conflicto del Cenepa en 1995.
12. Nombrar algún Caso Judiciable.
13. Esta última pudo haberse dejado en manos de la autoridad civil, o de un ministro o delegado presidencial ad-hoc.
14. De acuerdo a la Ley 24150, promulgada en 1985, por la cual toda infracción en zonas declaradas en estado de emergencia era considerada delito de función y, por tanto, era juzgada en el fuero militar. [Volver]
15. Los principales actores políticos lanzaron acusaciones cruzadas que denunciaban la autoría de actos terroristas simultáneamente al gobierno cubano y a la CIA; a la izquierda legal y al gobierno, incluso a militares velasquistas o de ultraderecha.
16. Cambio 90 fue desactivado después de las elecciones de 1990 y nunca tuvo vida orgánica. Nueva Mayoría fue sólo una sigla para presentarse a las elecciones. El Frente Perú al 2000, que debió respaldarlo en las elecciones del 2000, falsificó más de un millón de firmas para inscribirse en el Jurado Nacional de Elecciones.
17. Un punto de inflexión fue la permanencia de Nicolás de Bari Hermoza Ríos como Comandante General luego de su pase a retiro a fin de 1991 y hasta 1998.
18. Chequear. Informe Gorriti. Informe 90s.
19. Prueba de que era posible objetar esta impunidad la constituye la valiente actitud de la Dra. Antonia Saquicuray, que conoció el caso Barrios Altos, sustentando la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía.
20. Aunque poco aplicada, en la década de 1990 la ley de "apología del terrorismo" legalizó el amedrentamiento al magisterio.
21. Véase capítulo sobre Universidades.
22. De acuerdo a testimonios recogidos por la CVR, del total de víctimas producidas por agentes del Estado durante el conflicto, el 3% fueron maestros y el 2.4% estudiantes universitarios o de institutos superiores. [Volver]
23. Véase capítulo sobre Universidades.
24. Como los llamados "Abogados Democráticos".
25. Véase la sección: Causas.
26. Sin embargo, considerando que la violencia y la sevicia ejercidas intencionalmente tienen un impacto devastador para el psiquismo, no hablamos de respuestas anormales ni de trastorno mental, aunque reconocemos que pueden devenir en malestar, síntoma, que requieren atención.


¡Viva Los 25 Años de la Guerra Popular y su brillante perspectiva!

¡Viva la Nueva Gran Ola de la Revolución Proletaria Mundial comandada por el Maoísmo con Guerra Popular!

El Movimiento Campesino Popular, organismo generado del PCP, expresa con jubilo revolucionario su saludo cabal y de sujeción plena a nuestro querido Presidente Gonzalo, jefe del Partido y la Revolución, el más grande marxista–leninista–maoísta viviente sobre la tierra y garantía de triunfo hasta el comunismo, tenemos absoluta convicción en la todopoderosa concepción ideológica marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo; arma transformadora que viene demostrando en estos 25 años de guerra popular que sin la violencia revolucionaria jamás el PCP podrá destruir esta vieja y caduca sociedad y menos construir la Republica Popular del Perú que marcha inexorablemente a su expansión y consolidación.

Asumimos resueltos y definidos en enarbolar defender y aplicar el pensamiento gonzalo, principalmente aplicarlo porque es practica comunista de mas de cuatro décadas de intensas luchas en el plano ideológico, político, organizativo y militar que barrio y aplastó posiciones de derecha e izquierda de raíz y
fondo oportunistas y revisionistas que siempre levantaron las banderas negras de la capitulación y que jamás quisieron demoler estas viejas cadenas de explotación y opresión que imperialistas y reaccionarios aplican contra obreros, trabajadores, campesinos, intelectuales, estudiantes, mujeres,
niños ancianos y pueblo en general.

Por ello expresamos nuestro profundo odio de clase contra las mas maldita y siniestra Línea Oportunista de Derecha, Revisionista y Capituladora (LOD R y C) que en las prisiones las encabezan Pantoja, Morote, Cox, y compañía quienes manipulan, tergiversan, engañan, mienten a cuadros, militantes, combatientes y masas donde están familiares de Afadevig, Afaprepp entre otros y a quienes le venden viejas ilusiones de "reconciliación", "ni odio ni venganzas", "ni vencedores ni vencidos", "amnistías", "lucha legal", "sociedad peruana de democracia y desarrollo", "solución política a los problemas de la guerra". SEPAN PUEBLO DEL ALTO HUALLAGA estos se han vendido de la manera mas rastrera y vil al imperialismo principalmente yanqui, al revisionismo y a la reacción que hoy lo encabeza el fascista, genocida y mas vendepatria de Toledo y antes a Fujimori a quienes desde el 90 no les tocan ni un pelo, mas aun, les sirven cual perros miserables y contrarrevolucionarios.

Por otro lado, no podemos dejar de expresar nuestro saludo al Ejercito Popular de Liberación por venir cumpliendo con optimismo y heroicidad revolucionaria las tareas políticas de nuestro partido en función de construir la conquista del poder en todo el país. Es brega incansable y junto a la Defensa de la salud y vida del presidente Gonzalo y de buenos y probados prisioneros de guerras de firmes principios que tienen en sus manos este viejo y genocida estado peruano reaccionario. Nos reafirmamos hoy mas que ayer en proseguir en la defensa y aplicación principalmente aplicación ydesarrollo de los acuerdos y planes del trascendental e histórico III Pleno.

Es Voz de orden de nuestra jefatura que en histórica y ejemplar presentación publica del 24 Setiembre del 1992 reafirmó con firmeza de comunista el proseguir convencidos en dar la vida por el partido y la revolución, porque la sangre no ahoga la revolución sino la riega, la fructifica. Decimos: ¡A más fascismo, más hambre, más genocidio, más represión, más revolución!

Saludamos al camarada que hoy asume con probada y forjada posición de clase, la dirección del PCP así también saludamos a los camaradas combatientes y masas que en prisión y en el campo y ciudad prosiguen combatiendo y resistiendo por la defensa de sus derechos y conquistas, por la defensa de los principios, programas y líneas políticas que nos conducen irremediablemente hasta el comunismo.

¡Abajo el imperialismo principalmente Yanqui y su títere pro yanqui de Toledo, fascista, hambreador, genocida y vendepatria!
¡Abajo las nuevas elecciones que solo sirven a los planes de este viejo estado peruano en su afán de defender su caduco sistema de hambre y miseria!

El imperialismo principalmente yanqui, desde la década de los 90 ha devenido por acción de la crisis y bancarrota del revisionismo que produjo la caída de la URSS revisionista y escondite de burgueses, en gran gendarme y superpotencia única que a través de su globalización y neoliberalismo pretende tomar por asalto el mundo, estos imperialistas predican teorías burguesas y reaccionarias que rompen naciones, patrias y territorios bajo el modelo de globalizar el mercado que pretende arrasar con sociedades en crisis general, programas y modelos económicos trazados por ellos mismos a
través del FMI, BID entre otros y que hoy son obsoletos para sus afanes imperialistas, allí tenemos al famoso TLC, que no es otra cosa que privatizar, conceder y rematar a precio regalado lo poco que queda de las empresas estatales, tierras agrícolas, terrenos eriazos, bosques naturales y aguas etc; el vendepatria de Toledo declarado pro imperialista y su gringo de dos nacionalidades Kuchinsky dicen: "para obtener inversiones", cuando en realidad es pago del servicio creciente de la deuda externa y la remesa de utilidades del capital imperialista a través del FMI, estos están sometiéndonos a mas hambre y miseria, han incrementado mas y mas impuestos al consumo directo de las masas, a la renta, a los sueldos, mantienen altas las tarifas eléctricas, telefónicas, agua, peaje y desatan la persecución administrativa, judicial y coactiva contra la pequeña burguesía, pequeñas y mediana empresas, ni que hablar de los sueldos justificándose "pues hay déficit fiscal", si embargo aplican a los departamentos, provincias, distritos del interior de nuestro país y a través de sus planes de descentralización (regionalización, municipalización quienes son cómplices de los mas 3,500 millones de dólares en impuestos y la eliminación de las exoneraciones tributarias.

Decimos: ¡Abajo el Imperialismo y su plan de neoliberalismo y Globalización que es mayor genocidio y despojo! en favor del imperialismo yanqui y la gran burguesía que fracasa día a día y es pues la vieja sociedad peruana, su proceso económico, el capitalismo burocrático que marcha hacia su hundimiento final. La lucha de clases se agudiza, la guerra popular principalmente se desarrolla y confluye con la marea rugiente de la lucha popular. Este gobierno, y ningún otro, no puede ni podrá cumplir con la
primera tarea reaccionaria de reimpulsar el capitalismo burocrático.

Hoy el gobierno de Toledo, este engendro del imperialismo, con el apoyo de todos los partidos de la reacción, el revisionismo y la maldita LOD Revisionista y Capitulacionista, violando todas sus promesas electorales y su propio orden constitucional, vienen sistemáticamente llevando a cabo, "la reforma de la Constitución" del gobierno fascista, genocida y vendepatria, como parte de su reestructuración estatal, para adecuarla, aún más, a combatir la guerra popular y dar carácter constitucional al plan económico
del imperialismo y la gran burguesía, como ellos mismos han dicho: "para incorporar a la Constitución los logros innegables de estos diez años"; es decir para darle espaldarazo "constitucional", esto es validez legal a todas los actos del gobierno de Fujimori, Montesino y Hermoza Ríos, proseguido por el de Paniagua y el actual. Para poder mantener en prisión a todos los miles de presos políticos y prisioneros de guerra, presos más de una década sin condena válida.. Para mantener el aislamiento absoluto del Presidente Gonzalo. Para mantener sus leyes fascistas y bendecir a los autores de los genocidios sin nombre contra nuestro pueblo, cometidos por sus autoridades políticas, militares y policiales. Para que Montesinos pueda seguir trabajando "por la seguridad" fuera de su actual oficina en las instalaciones de la base naval del Callao, como lo declaro el propio Toledo en Washington.

Ese Parlamento, que en el 2001 autorizó, el ingreso a territorio nacional del buque estadounidense US Portland, con 600 marinos a bordo, para efectuar maniobras de guerra con naves y efectivos de las Fuerzas Armadas en la costa central (a 100 kilómetros al noroeste de Lima) y en el río Amazonas. Son maniobras conjuntas de preparación dentro de los planes yanquis de intervención en la región andina, así como para una masiva introducción de armamento y equipamiento militar yanqui para su "guerra de baja intensidad" contra nuestra guerra popular; La situación de sus genocidas vendepatria Fuerzas Armadas no puede ser peor, salen huyendo de los enfrentamientos con el EPL, las masas las repudian; pese a toda la "ayuda yanqui" dicen que no pueden combatirnos con todo,"porque no hay suficiente dinero". Esto muestra su total fracaso en su tarea de reestructurar el viejo Estado, otro imposible histórico y político. Por más intervención y "ayuda" yanqui el viejo Estado viene siendo barrido parte por parte por nuestra invencible guerra popular.

¡El Maoísmo se impone con guerra popular en el mundo! El presidente Gonzalo en el magistral Discurso, determino cuál era la situación internacional, señaló claramente su desarrollo y la tarea que nos
corresponde:"...""nueva etapa de paz" ¿en qué ha quedado? ¿qué de Yugoslavia? ¿qué de otros lugares?. Todo se politizó; eso es mentira. Hoy día la realidad es una, los mismos contendientes de la I y II Guerra Mundiales, están generando, están preparando la III nueva guerra mundial.

Eso debemos saber y nosotros como hijos de un país oprimido somos parte del botín. ¡No lo podemos consentir!¡ Basta ya de explotación imperialista! ¡Debemos acabar con ellos!. Somos del tercer mundo y el tercer mundo es base de la revolución proletaria mundial, con una condición, que los Partidos
Comunistas enarbolen y dirijan. ¡Es lo que hay que hacer!" Esto es, como dijo en su mismo Discurso: "¿Qué necesitamos? necesitamos que el maoísmo sea encarnado y lo está haciendo y que pase generando Partidos Comunistas, a manejar, a dirigir, esa nueva gran ola de la revolución proletaria mundial."

Lo sucedido durante la década que hoy termina y la perspectiva cercana, nos muestra precisamente eso, como se agolpan y agudizan todas las contradicciones fundamentales. La colusión y pugna entre los imperialistas se muestra en su llamada guerra contra el terrorismo, en su agresión contra Afganistán, Irak, Palestina, etc., es parte de la ofensiva contrarrevolucionaria general, con cual pretende conjurar la revolución como tendencia principal, histórica y política; ofensiva encabezada por el imperialismo yanqui en su condición de hegemonista único y gran gendarme, podrido gigante con pies de barro.

Y, por el lado nuestro el maoísmo viene siendo encarnado y los Partidos Comunistas dirigen guerras populares en Nepal, Turquía, luchas armadas en India y otros países.

El Partido Comunista del Perú viene asumiendo cada vez más su papel dirigiendo magistralmente la revolución en el Perú repercutiendo así a la lucha internacional y de esta manera sirviendo a la Revolución Proletaria Mundial, por eso la lucha ideológica y política en el seno del movimiento comunista internacional se va tornando cada día más fuerte. El imperialismo yanqui con el apoyo del revisionismo, en su plan hegemónico, busca escindir el movimiento comunista internacional. Porque el revisionismo es la punta de lanza del imperialismo, el imperialismo y el revisionismo se estrechan la mano para imputar al Presidente Gonzalo de capitulador, de traidor; para decir que el Partido tiene tres centros, que sólo esta en el Huallaga, el Ene y el Apurímac. El imperialismo apunta a nueva tercera guerra mundial para repartirse el mundo y pretende ahogar toda revolución en ciernes, porque la revolución opondrá guerra popular. Por lo que somos, tenemos la obligación de traernos abajo esos negros planes y, estamos seguros, que con política al mando los derrotaremos.

¡Seguir la lucha implacable contra la línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista!.

Tenemos que continuar el barrimiento implacable de la línea oportunista de derecha, revisionista y capitulacionista (LOD), teniendo siempre presente que los errores e injusticias tienen solución, se pueden corregir, pero la traición no tiene perdón.

Como señala el Partido: "La traición se sanciona con la pena de muerte. Sueñan si piensan que ahí donde están van a estar felices sabiendo del crimen cometido, a veces la justicia revolucionaria tarda pero llega y a estos traidores les llegará su día y rindan cuentas de sus crímenes. Por lo demás sepan muy bien ¡Nada justifica la traición!"

Las ratas miserables de la LOD se presentan como abogados del Presidente Gonzalo, mientras sirven a los planes criminales del imperialismo y la reacción, infamándolo y presentándolo como un traidor, como un capitulador.

Estas ratas malditas de la LOD hacen todo con la ayuda de sus amos para asesinar de manera sistemática aplicando mayor aislamiento, aniquilamiento y genocidio contra el mas valioso prisionero de guerra que este viejo estado peruano reaccionario tiene entre sus manos junto al de prisioneros de guerra y presos políticos que mantienen firmes los principios de nuestro partido, y la guerra popular, aprovechando las circunstancias del aislamiento absoluta a que se encuentran sometidos desde el momento mismo de su detención; el gobierno del yanqui con chullo de Toledo viene implementando nuevas normas "legales" para remachar aún más su plan negro al que se encuentran sometidos, propaga una serie de inmundas mentiras sobre su situación carcelaria y han hecho que el Tribunal Constitucional, que controlan absolutamente, emita una resolución que pretende "convalidar" toda la ignominia que cometen contra la vida, la salud y los derechos principalmente del Presidente Gonzalo.

Llamamos a al proletariado internacional y los pueblos del mundo, a los Partidos Comunistas y Organizaciones revolucionarios y muy especialmente al Movimiento Revolucionario Internacionalista de celebrar el XXV aniversario de la guerra popular con acciones que remezcan ese viejo y podrido orden
imperialista.

En síntesis, decimos:
¡Viva el Presidente Gonzalo, jefe del Partido y la Revolución!
¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo!
Viva el Presidente Gonzalo y su todopoderoso pensamiento!
¡Viva el heroico combatiente PCP!
¡Reafirmarse en la Base de Unidad Partidaria, fundamento que guía nuestra acción!
¡Viva el 1ro de Mayo, Día del Proletariado Internacional!
¡Viva los 25 años de la Guerra Popular, su brillante perspectiva y llevarlo hasta el fin!
¡Viva el aguerrido y esforzado Ejercito Popular de Liberacion!
¡Honor y gloria al pueblo peruano!
¡Viva la Guerra Popular, antorcha de la Revolución Proletaria Mundial que hoy comanda el maoísmo!

Mayo del 2005

Movimiento Campesino Popular
Base Huallaga - Perú


Saludos revolucionarios de parte del Movimiento Campesino Popular, organismo generado del heroico combatiente, el Partido Comunista del Perú, partido marxista-leninista-maoísta, pensamiento Gonzalo:

Decimos :

¡Viva el 1ero de mayo, Día del Proletariado Internacional!
!Viva su vanguardia organizada, los partido comunistas!
!Viva su todopoderosa ideología, arma de transformación guiada por el
marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo!

Sin Partido Comunista, sin ideología y masas nada lograremos, pero con ellos la clase y el pueblo y pueblos de mundo verán brillar la luz roja en toda la faz de la tierra, esa es nuestra posición de clase, es nuestro optimismo de clase, es nuestra hermosa condena.

Día de reflexión, reafirmación y compromiso por la clase obrera, última clase de la historia y la mas consecuente, en su proceso ineludible ha generado y seguirá haciéndolo a; los proletarios y comunistas con ideología-pensamiento-política al mando- violencia revolucionaria-programa-rumbo hasta el comunismo. ¿todo para que? pues para destruir este viejo orden de explotación, opresión, hambre y miseria, no estamos por evolucionarlo, acomodarlo, reformarlo dentro de este viejo sistema, reiteramos, es para DESTRUIRLO CON LAS ARMAS EN LA MANO, somos parte del botín de imperialistas y reaccionarios que junto a revisionistas de todo pelaje pretenden hacernos creer que vivimos nueva etapa o era imperial, decimos NO, es fase final de agonía y destrucción imperialista la que se resiste a morir y a desaparecer por acción del maoísmo y las guerras populares que dirigen partidos comunistas del proletariado.

Aquí en el Perú, vivimos 77 años de constitución partidaria y más de 25 años una dura y encarnizada lucha de clases expresada como lucha armada por ser la forma principal de lucha y como guerra popular por ser la teoría militar más completa que tiene el proletariado y pueblos del mundo; es lucha a muerte contra el imperialismo principalmente yanqui, el revisionismo que hoy y en nuestro caso específico se muestra como línea oportunista de derecha revisionista y capituladora que ha renegado del la jefatura, del presidente gonzalo, del partido y la guerra popular, pero sobre todo tergiversa el pensamiento gonzalo levantando mentiras, farsas, confusiones y patrañas de "paz", "reconciliación", "soluciones pacificas al conflicto interno", etc.

También decimos, es lucha contra la reacción mundial y nativa que hoy la encabeza del pro yanqui de Toledo, mas fascista, genocida y vendepatria que su antecesor. entendemos que esto es parte del proceso de INSTAURACION, RESTAURACION Y CONTRARESTAURACION del viejo por el nuevo poder que nuestro partido lo viene expandiendo y consolidando como Republica Popular y su brillante perspectiva que esta marcando el justo camino de construir la conquista del poder en todo el país, la realidad y la verdad es una y no se puede ocultar, pese a que estos malditos pretendan hacerlo usando a sus medios de información quienes son parte de estas maquinaciones y guerras sicosociales como parte de la guerra de baja intensidad que aplica el imperialismo. ENTIENDAN estos solos están cosechando mas y mas derrotas políticas, militares y organizativas, veamos a Afganistán, a Irak, veamos a Turquía, a Nepal, a la India, veamos lo que hoy sucede en Colombia, en Ecuador, Argentina, Venezuela, veamos la grandes movilizaciones en Europa por su agresión militar y genocida al medio oriente, a Asia, a África,
veamos el rechazo mundial a su llamada política de globalización y neoliberalismo dentro de su contexto de gran gendarme y hegemonía única en el mundo.

Allí esta claro su esencia, nadie ni nada puede detener al proletariado y sus partidos comunistas donde participen campesinos principalmente pobres, pequeña burguesía y burguesía nacional dentro de la
revolución de nueva democracia ¿para que? pues reiteramos, para derrumbar estos viejos muros, y construir un nuevo orden. llamamos a ENCARNAR los principios del marxismo-leninismo-maoísmo principalmente del maoísmo como proletarios y comunistas del mundo, debemos, como lo hacemos nosotros aquí en Perú, !Enarbolar, Defender y Aplicar el pensamiento gonzalo! por ser aplicación justa y correcta a la realidad peruana y de gran aporte a la revolución proletaria mundial. llamamos a defender con luchas reivindicativas los derechos y conquistas que en procesos de crisis estos se pierden pero
mas perderíamos si no lo defendemos, si no luchamos por su defensa.

El Pdte Mao nos enseño que: "...En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda dirección correcta está basada necesariamente en el principio: "de las masas, a las masas". Esto significa recoger las ideas (dispersas y no) de las masas y sintetizarlas (transformarlas, mediante el estudio) para luego
llevarlas a las masas, difundirlas y explicarlas, de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción, luego comprobar en la acción misma de las masas la justeza de esas ideas, de sus ideas sintetizadas por el partido. Luego, hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de las masas y llevarlas nuevamente a las masas para que perseveren en ellas, y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornan cada vez más justas, más vivas y más ricas de contenido. Tal es la teoría
marxista del conocimiento...." camaradas y compañeros comunistas y revolucionarios que obran con desinterés absoluto y de servicio de todo corazón al pueblo.

NO DEJEMOS QUE NOS SIGAN ENGAÑANADO, QUE NOS SIGAN ECHANDO TIERRA EN LOS OJOS, la rebelión se justifica, las masas claman por organizar mas y mas rebelión, lo que falta es que partidos comunistas guiados por el marxismo-leninismo-maoísmo dirijan estos procesos
revolucionarios de acuerdo a cada realidad especifica, el marxismo no es obsoleto, la violencia revolucionaria no es obsoleto, el socialismo no es utópico, el comunismo no es irreal, el poder lo tienen ellos, es el viejo poder que estamos conquistando con partido, ejercito guerrillero y masas ustedes lo verán.

Con fervor revolucionario les enviamos esta posición nuestra sobre los 25 años de guerra popular en el Perú que estamos a puertas de celebrarlo.
Atentamente
cc. Raúl

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