NOTA RELACIONADA
20 Poetas mexicanos, selección Mario Meléndez
 

Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: “Autocultura y juicio” (con prólogo del Premio Nacional de Literatura, Roque Esteban Scarpa), “Poesía desdoblada”, “Apuntes para una leyenda”, “Vuelo subterráneo”, “El circo de papel” y “La muerte tiene los días contados”.

En 1993 obtiene el Premio Municipal de Literatura en el Bicentenario de Linares. Sus poemas aparecen en diversas revistas de literatura hispanoamericana y en antologías nacionales y extranjeras. Ha sido invitado a numerosos encuentros literarios entre los que destacan el Primer y Segundo Encuentro de Escritores Latinoamericanos, organizado por la Sociedad de Escritores de Chile (Sech), Santiago, 2001 y 2002, y el Primer Encuentro Internacional de Amnistía y Solidaridad con el Pueblo, Roma, Italia, 2003, donde es nombrado miembro de honor de la Academia de la Cultura Europea.

A comienzos del 2005, es publicado en las prestigiosas revistas “Other Voices Poetry” y “Literati Magazine”. Durante el mismo año obtiene el premio "Harvest International" al mejor poema en español otorgado por la University of California Polytechnic, en Estados Unidos.

Parte de su obra se encuentra traducida al italiano, inglés, francés, portugués, holandés, alemán, rumano, búlgaro, persa y catalán.

Actualmente vive en Ciudad de México, donde realiza talleres literarios y diversos proyectos culturales.

Email del autor: mariomelendez71@hotmail.com


 
La muerte tiene los días contados

La muerte pidió que la cremaran
y esparcieran sus cenizas
sobre todos los vivos


Tres kilos pesó la muerte

Cuando nació la muerte
nadie quiso tomarla en brazos
era tan fea como las gordas de Botero

No durará mucho
dijo la madre al salir del parto
tan resignada y ausente
como una piedra en medio del temporal

Pero la muerte traía en los ojos
una luz endiablada
un dulce escalofrío de eternidad

Se equivocaron los médicos
y la matrona
y aquél que pasó la noche
llamando a la funeraria

Ahora es un bebé robusto
comentan las enfermeras
y a veces hasta Dios le cambia de pañales


Criaturas

Tus muñecas tienen las manos heladas
parece que juegan con la muerte a la escondida
y no se cansan jamás

Quién peina a tus muñecas cuando te duermes

Tus muñecas se peinan solas
y cuentan hasta diez con los ojos cerrados
mientras la muerte envejece bajo tu cama


La muerte en el Calvario

Evangelios apócrifos*

Acuérdate de mí cuando estés en tu reino
le dijo la muerte a Jesús
y al instante quitaré la lanza de tu costado
y esos clavos que desangran tus manos desaparecerán
y esa corona de espinas se hará polvo
y esas viejas que sollozan a contraluz
esos curiosos que nunca faltan
esos turistas japoneses con sus cámaras infernales
esos tipos que te daban de latigazos
el centurión con cara de gay que no deja de mirarte
la toalla de Pilatos, el fantasma de Barrabás
todos se irán al más allá sin boleto de vuelta
Si me llevas contigo, si te animas
te prometo otra noche con María Magdalena
que el beso de Judas lo recibirá tu padre
que Pedro te negará mil veces en el purgatorio
que haré un pastel con 34 velas
pedirás un deseo y soplarás con tanta fuerza
que arrasarás los jardines de Roma
te doy mi palabra que eso ocurrirá si te decides
Y Cristo vio a la muerte colgada junto a él
con el rostro perdido en la noche infinita
entonces pidió a su madre que le cerrara los ojos

*Escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret y que no fueron aceptados por la ortodoxia católica por no anunciar la buena nueva. Llamados también evangelios falsos o extra canónicos.


La muerte lloró a los pies de Jesús

Evangelios apócrifos 2

Como era de suponer
la muerte lloró a los pies de Jesús
Fue un momento emotivo, sin duda
ver la muerte despojarse de su túnica
dejar su guadaña en custodia
y caminar desnuda hacia la cruz
hablando en arameo
Qué festín para esos paparazzi
qué regalo del cielo esas imágenes
multiplicadas en Sky o CNN
La muerte no paraba de llorar
estaba inconsolable aquel día
como cuando le dijeron que Moisés
ya no vería la tierra prometida
o cuando le avisaron que Picasso
no pintaría su retrato
o más aún, la vez que Ulises
regresó donde su amada
como esas telenovelas venezolanas
lloraba a mares de ceniza, de sangre
de colillas acumuladas
en los bolsillos de Dios
Qué pena con la pobre muerte
ahí desnuda en el Calvario
llorando a los pies de Jesús
su hijo crucificado


El día D

Evangelios apócrifos 6

1
Primeros informes
(Martes, 1.52 hrs.)

Dios andaba en bicicleta
cuando la muerte lo fue a buscar
Ha fallecido tu hijo, le reveló
lo acabo de oír en la radio


2
Instituto Médico Legal
(3.15 hrs.)

Llegaron a la morgue
a reconocer el cadáver
El cuerpo de Cristo mostraba
signos visibles de tortura
latigazos, patadas, contusiones
una herida con arma blanca
dos agujeros en las muñecas
cien piquetes en la frente
fracturas de toda índole
y su camisa bañada de sangre


3
Reporte del forense
(3.30 hrs.)

Murió de un lanzazo en el costado
luego de desvariar durante horas
llamando a un tal Dios
(no se consigna el apellido)
y prometiendo la vida eterna
a quien se lo pidiera


4
Al tercer día
(Viernes, 20.05 hrs.)

Y quién resucitó, entonces
preguntó la muerte, sorprendida
Y Dios no supo qué decir


La muerte robó los zapatos de Dios

La muerte robó los zapatos de Dios
Le quedaban grandes y los usaba de todas formas
los lustraba ceremoniosamente antes de salir
y había dejado escrito en su diario de vida
Quiero morir con los zapatos puestos
Ni siquiera se los quitaba cuando dormía
Cuando se daba un baño de tina
esos zapatos burbujeaban como si hablaran
como si Dios enviara recados del otro mundo
entonces la muerte los acercaba a su oído
y las cosas que escuchaba la hacían llorar


Con los dientes de Dios

Con los dientes de Dios
escarbo la tumba de la muerte
Con los dientes de la muerte
escarbo la tumba de Dios
Con mis propios dientes
no escarbo tumba alguna
porque Dios y la muerte
se acuestan en el mismo nicho
pero en horarios diferentes


El extraño caso de La Santa Muerte

Ésa que ven ahí desnuda
mirando las vitrinas de la noche
no es otra que La Santa Muerte
Perdió su túnica en una riña callejera
y la guadaña se le cayó en la final del campeonato
mientras gritaba como loca por su equipo preferido
y la sacaban en andas los fanáticos
para después olvidarla, perdida de borracha
en algún bar de la periferia
Ahora no tiene qué ponerse y está pálida de frío
tiritando en mitad de la calle
mostrando una escuálida armadura que da pena
ofreciéndose al primero que pase
y así tener donde dormir, por lo menos
Mañana empeñará su ataúd, lo hará a primera hora
a ver si la suerte se equivoca y le vuelve a sonreír


Llegamos tarde al entierro de la muerte

Llegamos tarde al entierro de la muerte
por eso nos dejó de hablar
y ya no sabremos de ella por un tiempo
hasta que pase la rabia, seguro
o le soplen donde estábamos a esa hora
mientras todos la despedían con grandes discursos
y lloraban desconsolados y se abrazaban al ataúd
silbando la canción del adiós
entre pancartas que decían: good bye
que Dios te bendiga, no te mueras nunca
escribe y manda fruta, y otras tantas
que no pudimos ver ni escuchar
que nos contaron a medias
porque llegamos tarde al entierro de la muerte
y no hay excusa que valga, ninguna
por eso seguiremos pintando el cementerio
tumba por tumba
hasta que un día nos perdone


Autorretrato de la muerte

Qué puedo agregar de mí
que no se haya dicho o escrito
o publicado por esa manga de reporteros
parados noche y día en las afueras del cementerio
subidos en las cruces
escondidos en los nichos vacíos
atrincherados en la fosa común con sus cámaras hambrientas
para ver si me atrapan en algo poco digno
o consiguen una instantánea de mi esbelta anatomía
o se llevan la exclusiva de mi rostro al despertar
saliendo de ese féretro que parece congelador
o tomando el sol en traje de Eva
recostada sobre la tumba de mi madre
Qué puedo agregar de mí
que los gusanos no aclararan en su momento
que Chagall no tuviera en mente
mientras colgaba detrás de su tela
o esas moscas que acompañaban los restos
de Baudelaire no hayan hablado en la sobremesa
o el fantasma de Vallejo no haya previsto
en esa noche de aguacero
Qué puedo agregar de mí
salvo que he sido feliz en los campos de batalla
aconsejando a los suicidas
mientras se miran al espejo por última vez
visitando a los enfermos terminales
tomando la palabra en el entierro de Cervantes
cargando el ataúd de Miguel Ángel o John Lennon
probándome el pijama de Mandela
Qué puedo agregar de mí
si cada letra de mi loca biografía
la escribirán ustedes tarde o temprano


Los teloneros de la muerte

Para Jim, Jimmy y Janis

Ellos son los teloneros de la muerte
y tocan cada noche en el bar del cementerio
Ponen tanta fuerza en lo que hacen
que la gente se levanta de sus tumbas
apenas suenan los primeros acordes
y comienzan a bailar desenfrenadamente
como si espíritus embrujados
se adueñaran de sus tristes esqueletos
y naufragaran al ritmo del rock and roll
y corearan los temas elegidos
en un aullido que no es de este mundo
Y cuando cae el telón a manos de
Bill Halley o Elvis Presley
la locura se apodera de los nichos
de la fosa común salen lamentos
que arrugan la oscuridad
y los pocos que yacen impávidos
o porque están sordos o no fueron invitados
o prefieren una música más docta
juegan ajedrez con los gusanos
y beben tequila hasta resucitar
Así es la cosa en el bar del cementerio
ahora que la noche ha perdido la voz
y los muertos descansan en paz
bajo las mesas del más allá


La muerte soñó con Chuang Tse*

La muerte soñó con Chuang Tse
y se olvidó quién era en el sueño
vagaba por el inconsciente con las rodillas rotas
y a veces se arrojaba al vacío para no llorar

Chuang Tse soñó con la muerte
y vio a lo lejos los campos de exterminio
los esqueletos que vagaban por las alambradas
las cenizas amontonadas en los jardines de Auschwitz

Ambos soñaron con la misma mariposa
y dejaron de tener pesadillas
pero la pobre mariposa ya no regresó del sueño
había quedado atrapada en el ombligo de Dios

*Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Chuang Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Chuang Tzu (Chuang Tse).


La muerte habló con Benedetti

17 de mayo de 2009

La muerte habló con Benedetti
Ya es hora, le dijo, no te hagas el tonto
sabes muy bien como es la cosa
no me hagas perder el tiempo
y empieza a caminar hacia esa puerta
lentamente, donde mis ojos te vean
Olvida tus zapatos, tu voz, tu dentadura
y déjate llevar, disfruta de este viaje
ponte cómodo, verás que tengo razón
y te acostumbras a tu nueva identidad de muerto
donde no podrás escribir, es verdad
no podrás contarle a los amigos
que tu sombra crece hasta el infinito
que la noche se colgó de una estrella
y su cuerpo sigue tibio en la morgue de los sueños
Pero sabrás de antemano, eso sí
por qué la vida se cortó las venas este domingo


La muerte habló con Michael Jackson

25 de junio de 2009

Si me enseñas ese paso para atrás
te dejaré más blanco que los pechos de Madonna
ya no requerirás injertos ni cosas raras
serás joven para siempre, tal como has soñado
desde que viste a Dios entre tus sábanas
y bailarás como las amapolas desnudas
dándole cuerda a tus zapatos infinitos
a tu traje de ceniza confitada
a tu canto que anestesia la memoria
y a la vez golpea con su latido de piedra
Si me enseñas a mover el esqueleto
te sentarás a la derecha de Jehová
y yo estaré a la izquierda vestida de boy scout
haciendo sonar la trompeta de Louis
esperando a que unos ángeles te den la bienvenida
y te carguen en andas al país de nunca jamás
del que ya no querrás volver
porque allí todo tiene tu perfume
todo lleva tu color verdadero
el color de los muertos que preguntan por ti


La muerte habló con van Gogh

29 de julio de 1890

Yo también estoy loca, le dijo al oído
y mis demonios salen de noche
a estirar las piernas
y queman los campos de trigo
mientras se emborrachan
o le cortan la cabeza a las abejas
y ahogan los gatos pequeños
porque traen mala suerte
Mis demonios son como yo
calvos y huesudos
y tienen mal humor
cuando despiertan a las 5 de la tarde
para tomar el té con galletas
o son interrumpidos mientras
se retratan los unos a los otros
en sesiones infinitas
Pero les tengo cariño, sabes
son los hijos dejados en la puerta
que lloran de hambre y de frío
Entonces los abrazo y les digo
Vamos donde el tío Vincent
el último en llegar, desaparece


La muerte habló con su ángel de la guarda

La muerte está embarazada de mí
tiene tres meses, me dice

Tú estás loca, le respondo
te acuestas con medio mundo
desde el principio de los siglos
y me quieres encajar la criatura

Piensas que soy idiota, acaso
o que me falta un tornillo

Espero un hijo tuyo, me insiste
con los ojos llorosos
crees que jugaría con algo tan serio

Déjate de tonterías, le contesto indignado
ese niño es de Dios y tú lo sabes


La muerte quiso ser Rimbaud

La muerte quiso ser Rimbaud
y sentó a la belleza en una silla eléctrica
Me falta práctica
comentó a un medio local
pero esperen a que reciba la enciclopedia de oro
Poetas del más allá
con Whitman a la cabeza
y ese loco de Artaud que ahogaba a las palabras
en agua bendita
Verán como en semanas manejaré la pluma
me llamarán la nueva Rimbaud
la vedette que todos esperaban
Mientras tanto
llevaré a la belleza de compras
le diré que todo fue un mal entendido
Ojalá y no me haga la cruz por igualada


La muerte quiso ser Salomé

La muerte quiso ser Salomé
y en los suburbios del hambre
ejecutaba una danza febril y apocalíptica
La jauría aullaba de placer
y se postraba ante el extraño frenesí
de sus caderas oceánicas
de sus pechos confitados
Sos grande, le gritaban los clientes
Cómo no te voy a querer
entonaba la porra de turistas
que abarrotaba el lugar
que se arrancaban los pelos y la camisa
de puro emocionados
Te daremos lo que quieras
exclamaban jubilosos y a punto del delirio
Lo que quiera, repetía la muerte
mientras colgaba como una araña del escenario
Y pidió la cabeza del Fürher en una bandeja
y la de Stalin en una pecera
y la de Bush y toda su familia
en una mesa de centro
y la de Herodes en una maleta
y al final pidió la cabeza de Dios
envuelta para regalo


La muerte quiso ser (o no ser)

para William, lógicamente

Agarró su propia cabeza
y comenzó a decir una serie de incoherencias
todas ellas referidas al más allá
sobre el alza en el precio de los ataúdes
que los gusanos se llevan la mejor parte
que Hamlet es un bueno para nada y esas cosas
Alucina con hacerlo todo
desde tirar el córner e irlo a cabecear
Si Shakespeare estuviera en la platea
le diría sus cuantas verdades
pero eso a la muerte no le va ni le viene
Escribir, dirigir, actuar, son cosas que soñó desde niña
cuando su padre la llevaba al teatro de Sófocles
e imaginaba con tener los pechos de Electra
o los labios de Casandra
Ahora prepara un gran monólogo
no apto para cardiacos ni enfermos terminales
Se llamará: La muerte no tiene rating
Para ello se levanta de amanecida a ensayar cada línea
es muy profesional en eso y detallista a rabiar
Se instala durante horas frente al espejo
pasando su cabeza de mano en mano
haciendo la eterna pregunta del ser o no ser
convencida que Dios la espía del otro lado


La muerte quiso ser Blancanieves

La muerte se miró al espejo por última vez
quería ser Blancanieves
hermosa y radiante como una lechuga
No tienes chance, le dijo el espejo
intenta otra cosa, prueba con los enanos
la bruja, el chupacabras
Sé realista por Dios
si pareces salida de un cuento de la cripta
Mira tu calva, tus pechos que llegan al suelo
tu cintura de huevo, tus patas de palillo
Te miro la cara y me da sed
No insistas, por favor
Acepta con decoro tu destino y no jodas más
ya no me aburras con: Espejito, espejito…
y esas tonteras
Por mí puedes irte al infierno
pero antes, ponte una peluca que me encandilas


La muerte lleva una camisa de fuerza

La muerte lleva una camisa de fuerza
la confundieron con Artaud
o con la sombra de Panero
y la cargaron en andas hasta el viejo sanatorio
de Las tres hormigas
Ahora pasa los días esperando a Godot
o a Picasso o a un triste marinero
que le corte las amarras con los dientes
Lo que ella quiere en verdad
es lanzarse en paracaídas desde un décimo piso
o arrojarse en alas delta desde la torre Eiffel
mientras es fotografiada por Man Ray
o el mismísimo Tunick
Pero odia aparecer en las revistas
o en algún calendario de moda
Prefiere tomar el sol en traje de Eva
en una playa exótica, con una botella de ron
y la brisa desgastando su anatomía
La muerte lleva una camisa de fuerza
la confundieron con Dios
o con el loco de su hijo
ése que divaga por las calles
con una lanza en el costado


Por tu propio bien

La muerte tiene sobrepeso y cuando se ve al espejo
le da una vergüenza terrible y hasta ganas de llorar
He intentado todo, le dice a su mejor amiga
desde dietas estrictas a liposucciones
Voy al gimnasio tres veces a la semana
salgo a correr por las tardes aún bajo la lluvia
hago aeróbica en casa de una vecina
sigo todos los consejos de Cyndy Crawford
media hora en bicicleta, flexiones, sentadillas
abdominales, en fin. Pero no hay caso
llevo una panza que se adivina de lejos
y esta piel de naranja inmerecida
Qué horror, mira mis pechos
cierto que da lástima mi facha
El problema es que eres una golosa
le dice su amiga del alma
Vuélvete vegetariana, okey
y deja a los vivos tranquilos
aunque sea por esta noche


Años después

Cuando mi abuelo sacó por fin
los muertos del baúl
un grillo ensayaba
sobre un esqueleto sin nombre
su primera sinfonía


Aclaraciones post – mortem

Nunca pensé que moriría
primero que mi sombra
ahora entiendo
que se hacía la enferma
para que yo no la dejara


Secretos de familia

Dios golpea a su mujer
nadie lo sabe
y si lo saben
guardan silencio
por algo es Dios
ese cabrón
dice la muerte
con los labios hinchados


Obsesión fatal

a Hugo de Mendoza

La cabeza del Bautista rodará
hasta el fin de los tiempos
mientras la muerte
no deje de creerse Maradona


©Mario Meléndez
©Laberinto ediciones
Derechos reservados
Ciudad de México, Febrero de 2010
 
Descargar La muerte tiene los días contados en formato doc
 
La otra

Caperucita nunca imaginó que El Lobo la dejaría por otra. Nunca hizo caso de los consejos que en materia amorosa le daba La Abuelita. Por lo que una mañana El Lobo le dijo: "Caperucita, quiero terminar contigo. Ya no me excita perseguirte por el bosque; ya no me agrada disfrazarme de abuelita para que tú me digas tus tonterías de siempre, que si tengo las orejas grandes y esos colmillos tan filudos, y yo, como un estúpido, responda que son para oírte, olerte y verte mejor. No, Caperucita, lo nuestro ya no tiene remedio". Entonces Caperucita, desconcertada por aquella confesión, se echó a correr tan lejos como pudo pensando en la clase de mujer que había conquistado el corazón de su amante. "Es ella, tiene que ser ella", repetía la niña, mientras buscaba desesperadamente la casa de la anciana. "Abuelita", gritó al fin, cuando hubo contemplado la figura que yacía en el lecho, "¿cómo pudiste hacerme esto? tú, la amiga en quien yo más confiaba". "Lo siento", dijo la otra, "nunca pensé quedar embarazada a mi edad, y menos de alguien tan poco inteligente e imaginativo. No obstante, él es un lobo responsable, que no dudó por un minuto en ofrecerme matrimonio al conocer la noticia. Lo siento, Caperucita, tendrás que buscarte otro. Después de todo, no es éste el único lobo en el mundo, ¿o no?".


Mi gato quiere ser poeta

Mi gato quiere ser poeta, y para ello revisa todos los días mis originales y los libros que tengo en casa. Él cree que no me doy cuenta, es demasiado orgulloso para dejar que le ayude. Lleva consigo unos borradores en los que anota con cuidado cada cosa que hago y que digo. Ayer no más, en uno de mis recitales, apareció de incógnito entre la gente; vestía camisa a cuadros y mis viejos zapatos rojos que no veía hace tiempo. Al terminar la función, se acercó con mi libro en la mano, quería que lo autografiara, y para ello me dio un nombre falso, un tal Silvestre Gatica. Yo le reconocí de inmediato por sus grandes bigotes y su cola peluda, pero no dije nada, y preferí seguirle la corriente. Luego me deslizó bajo el brazo uno de sus manuscritos: "Léalos cuando pueda, Maestro", me dijo, y se despidió entre elogios y parabienes. Y sucedió que anoche, y como no lograba dormir, levanté con desgano aquel obsequio para darle una mirada. Era un poema de amor, un hermoso poema de amor dedicado a Susana, la gatita siamés que vivía a los pies del sitio. Parecía un texto perfecto, tenía fuerza y ritmo e imaginación, y todos los elementos necesarios para decir que era un gran poema, y sin duda era un gran poema, un poema como pocas veces había leído. Entonces me entró la rabia y la envidia y la cólera, y me pilló la madrugada con el texto entre las manos sin atreverme a romperlo o hacerle correcciones. Que Dios me perdone por esto pero no veo otra salida, mañana echaré mi gato a la calle y publicaré el poema bajo mi nombre.


Auge y caída de un mito

Una paloma salió a la calle a protestar, y como es lógico en este tipo de situaciones, resultó mojada y apaleada sin compasión alguna. Pero la paloma no se desanimó, muy por el contrario, a la semana ya estaba marchando y gritando al frente de un puñado de estudiantes. Esta vez no sólo fue golpeada, sino que además se le detuvo junto a otros manifestantes mientras huía en dirección desconocida. Al poco rato quedó en libertad por falta de méritos. Y así la paloma se hizo habitual en las protestas de toda índole que fermentaban frente a la Casa de Gobierno. Cierto día, en que agitaba una marcha gremial, uno de los dirigentes le hizo la pregunta clave: "Dinos por qué protestas, si no eres estudiante, ni docente, ni trabajadora, ni perteneces a algún sindicato ni a nada que se le parezca". "Muy simple", respondió la emplumada, "estoy cansada de que me llamen la Paloma de la Paz, porque ya nadie me toma en cuenta". Y dicho estas palabras, voló hasta los cables del alumbrado, para arrojar la primera piedra sobre los vidrios de la Casa de Gobierno.


Voces del jardín

Un par de versos le bastaron a la hormiga para ganarse el respeto del auditorio. Eran versos alegres, regados con vino y miel, con avellanas y risas de niños. La mosca no corrió la misma suerte. Su acto fue silbado por la multitud en una suerte de complot bochornoso y malintencionado. La pausa y el romanticismo brillaron por cuenta del grillo, cuya voz melodiosa y gastada hizo evocar lejanas canciones de tiempos no menos lejanos. Por su parte el matapiojos, haciendo gala de un histrionismo digno de imitar, arrancó gritos y aplausos, y uno que otro suspiro de entre sus fieles admiradoras. La nota extraña del día estuvo a cargo de la pulga, que entre salto y salto murmuraba un sólo coro interminable: Cada perro es mi hogar. Cada perro es mi hogar. Y así contaron su historia los unos y los otros. Y a la pulga siguió la abeja, y a la abeja el gusano, y al gusano el ciempiés, con versos lentos y embarrados. Y visto al último concursante y finalizado el certamen, el jurado declaró como vencedor a la hormiga. Entre las razones del fallo resaltaron la voluntad, el oficio e imaginación en la construcción de artesanías verbales y juegos de palabras. Un viaje a Isla Negra coronó la actuación de la ganadora. Y qué decir del gusano, quien obtuvo la única mención honrosa y dos pasajes para visitar la tumba de su poeta preferido. Vaya premio. Pero la cosa no se detuvo allí, porque una hermosa fiesta puso la guinda de la torta. Y el zancudo tomó la guitarra, y la hormiga sacó a bailar, y la araña corrió con los tragos, y la abeja pidió recitar el poema premiado. Y hubo risas y lágrimas e infidencias de los más habladores, y todo fue de amanecida y sin censura. Hasta que alguien dio la voz de alerta: Van a regar el jardín, gritó a todo pulmón. Y cada cual buscó un refugio para escapar del diluvio, o mejor aún, para escribir un nuevo poema y así volver por la revancha.


Bajo amenaza de vida

Una mañana salí de mi tumba y grité: "No escribiré otra línea jamás", y las palabras saltaron de sus asientos a protestar por lo que ellas creían injusto. Viendo que no obtenían respuesta, se juntaron en secreto durante largas horas resolviendo por fin declararme la guerra. Como primera medida, se tomaron mi casa, echaron llave a mi pieza y a mis muebles, se apoderaron de mis juguetes, mis libros, mis papeles, rayaron las murallas acusándome de cobarde y firmaron una larga lista para expulsarme del gremio. Viendo que tampoco obtenían respuesta, acordaron una huelga de hambre y de sed, y me advirtieron que sería hasta las últimas consecuencias, no sin antes, por supuesto, pedirme algunas frazadas para cubrirse del frío y del viento, y el antiguo tocadiscos de mi padre para escuchar sus temas preferidos. Yo, mientras tanto, me divertía a más no poder con las travesuras de la Pantera Rosa, y bebía cerveza y fumaba a destajo, recostado sobre el sofá más cómodo del planeta. Pero de vez en cuando echaba un vistazo a mis queridas compañeras de ruta, y las oía hablar en voz baja, las oía llorar y reír entre ellas, recordar lejanos lugares, lejanos objetos, recordar algunos rostros, una mujer, un beso, una mirada, una sonrisa que se apagó para siempre. Entonces yo también lloré y reí y volví a llorar, y quise amigarme con ellas llevándoles algunas disculpas y uno que otro refrigerio. Grave error, las malditas me dijeron de todo. Probé suerte de nuevo unos días más tarde, les hablé sobre mi vida, sobre mis dudas, mis temores, sobre la fija idea de dedicarme a otra cosa, en fin, de arrojar la toalla. Entonces las palabras más viejas, las más usadas, las más escritas, aquéllas que abrazaron mi causa a ojos cerrados, se sentaron en mis rodillas y en voz alta, casi entre lágrimas, comenzaron a decir mis poemas a los cuatro vientos. Y allí me quedé en silencio escuchando aquel murmullo, aquel sonido de hojas que jamás tocó la tierra. Allí me quedé en silencio, y me vi por primera vez, en esos versos desnudos, en esos versos hambrientos, en los publicados, los inéditos, los incompletos, los que ya no recordaba o no quería recordar. Allí me vi por primera vez, cuando ellos me miraron a los ojos y me mostraron sus alas para volar por el mundo.


El mundo es un pesebre imaginario

El mundo es un pesebre imaginario, y más abajo, en los prostíbulos, Los Reyes Magos sintonizan la señal y se levantan de sus lechos carcomidos por ardientes doncellas. Rápidamente se visten con sus jeans y sus botas vaqueras, y en modernos deportivos (léase camellos), acompañan el brillo de la estrella, que más bien es un satélite guiñándoles el ojo. Junto a ellos van los otros, Los Reyes de la Noche; apostadores, cafiches, hípicos, suicidas, borrachos, travestis, todos acompañan al cortejo, todos quieren ver al Elegido. Y cantan y bailan y beben al ritmo de Aznavour y de Sinatra. Algunos van quedando en el camino, ahogados en su propio delirio, en su cariño al olvido. Otros ya repletan el lugar, y se les ve contentos y emocionados. Pero no están solos según la profecía, CNN con su enorme maquinaria controla las acciones, mientras propaga en vivo y para todo el mundo el ansiado acontecimiento. Vamos con nuestros auspiciadores, repite el hombre tras el micrófono. Entonces vemos y escuchamos lo de siempre: Tome Coca-cola, Use crema Dove, Lleve su cajita feliz Mc Donalds; Herodes no se atreverá con tanta gente, murmura alguien a lo lejos. Peluches del Mesías pa los regalones, poleras, afiches, calcomanías, oro, incienso, mirra, llaveros bendecidos le tenemos. De pronto el día se oscurece, un niño llora entre el gentío. Es la locura. Y todos gritan y corren y se atropellan. Denme más luz. Cuidado con los cables. Estamos al aire. Tómalo de cuerpo entero. Y en el clímax del gran espectáculo (léase centro del pesebre), Cristo, el Elegido, bebe leche cultivada y reparte autógrafos.


Persona no grata

Mientras Dios andaba de viaje, los ángeles me arrendaron el paraíso, y yo no hice otra cosa que invitar a mis amigos y en cuestión de minutos una fiesta de proporciones estallaba por todo el vecindario. Cuando Dios llegó de amanecida algunos ángeles borrachos todavía se arrastraban bajo las mesas y el olor a cigarrillo perfumaba las cortinas y las sábanas dobladas en el closet. No tuve nada que decir en mi defensa, sólo escuchar las quejas de Dios y los castigos contemplados para aquella tontería. Por regar con cerveza los jardines. Por pintar en los muros consignas en contra de la Iglesia y de unos cuantos sacerdotes fascistas. Por ocupar el lecho del Santísimo no para dormir en paz precisamente y orinar las estatuas de los apóstoles. Por corromper a los ángeles menores y hacerlos devotos en pasiones humanas y en leyes ajenas a su naturaleza. Por bailar desnudo en los altares con mujeres que no buscaban su redención ni cuento semejante. Por malgastar el agua bendita en oscuros rituales o simplemente beberla para calmar la resaca. Por contar chistes obscenos referidos al Hijo del Padre o a sucesos acaecidos en el Antiguo Testamento. Por estos hechos y por otros, que hasta los cuervos escucharían sin dejar de ruborizarse. Por estos hechos y por otros, repito, fui arrojado al Purgatorio de una sola cachetada. Y dudo mucho conseguir pasaporte al Infierno. Yo creo que hasta el mismo Demonio le ha dado jaqueca al pedir mis antecedentes.


Han vuelto los tambores

a Nelson Mandela

Hay que ayudar a Tarzán a reconstruir la selva. Los animales también aportarán lo suyo, y un día no muy lejano veremos al mono feliz, colgado del árbol más hermoso, como en las tardes inolvidables del cine y las revistas animadas. Qué tiempos aquellos. Los elefantes estaban seguros que vivirían cien años y el cocodrilo soñaba con ser el malo de la película. Pero el hombre llegó con una industria bajo el brazo, llegó derribando montañas, llegó a silenciar las cascadas, a derramar esquirlas y muerte al paraíso sagrado de las moscas, avanzó con su tenaza cortando, hiriendo, acorralando, se abrió paso entre el follaje dejando la suave marca del acero y la sonrisa de la pólvora; hizo camino de las flores, se aprovechó de la semilla, de la piedra, de la rama, rapó la mejilla del indio e instaló su reino aguas arriba, donde la luna de vez en cuando bajaba a beber y a conversar con las cenizas. Todo se convirtió en ciudad o campo ajeno, todo se lo llevó el cemento. Y aparecieron razas nuevas y nuevas enfermedades, nuevas miserias que venían de rincones poderosos, con mucha sangre y páginas de odio, con muchos rifles y cadenas recién pintadas. Tarzán entonces trató de hablar y fue acusado de herejía y declarado enemigo de Su Majestad y de los piojos de La Corona. A Jane le sucedió algo parecido, y debió correr a casa de su madre y esconderse bajo la cama para no ser encontrada. Del grueso de los animales nunca más se supo. Cuentan las malas lenguas como la fiera luchó en vano durante siglos, y los pocos ejemplares sobrevivientes tuvieron que huir muy lejos y así evitar el exterminio. El resto no corrió la misma suerte, cayeron en la trampa del marfil y del colmillo traicionero. Por otro lado el negro cambió de color y fue más claro hasta hacerse irreconocible. Otros se mantuvieron intactos, pero el destino los durmió en un sueño amargo, los sedujo en una feria de alacranes y acabó por retorcerse en cada uno de sus labios. Al tigre se le cayeron las muelas, el agua pensó en envejecer, la víbora nadó en su propio veneno, el ciervo y la polilla sólo deseaban la muerte. Y una mañana un grito sacudió la selva, se propagó hasta confundir la tierra, hasta pelar las tripas del más crudo de los chacales. Era Tarzán quien regresaba, Tarzán desde la liana de los años, Tarzán entre las canas de una jaula, venía para quedarse, venía cuchillo en mano a liberar las ataduras, a castigar los torsos blancos. Y ellos tuvieron que retroceder, tuvieron que tragarse sus propias pisadas, tuvieron que guardar sus trofeos, sus pieles, sus fotografías, mientras el cielo contemplaba emocionado y una canción se derramaba en la niebla: "Sonríe, niña, y oye los tambores, porque el sonido de mi llama ensangrentada está más verde y más vivo que nunca; sonríe, niña, sonríe, porque he sembrado en el huerto de mi alma, tu voz morena que florecerá por siempre".


El sueño de las lanzas

Perdóname, Señor: he nacido esclavo, tendrás que protegerme mientras viva. Algunos no me dejarán tranquilo, no le darán descanso a mi sombra ni una camisa para abrigar mi soledad. Y tú tendrás que ayudarme, cuando me cierren las puertas al revelar mi origen, cuando me caigan a pedradas a la salida del trabajo, cuando me escupan la cara y me levanten de noche para golpearme hasta dejarme sin pulso, y me digan: "Negro, no te queremos. Vuelve a la selva a cazar lagartijas, vuelve a la orilla a vender tus canoas, vuelve a la escarcha a revolcarte con los tuyos. No te queremos. Somos nosotros los elegidos en esta historia. No te queremos. Somos hermosos y valientes y justos. Para nosotros el oro, para ti las cadenas. Para nosotros el trigo, para ti la maleza. Para nosotros las palabras, para ti los sonidos, los gestos y las lágrimas. No te queremos, regresa". Pero yo no me iré, Señor, y mostraré mis llagas, y estaré orgulloso de mis llagas, y cantaré y bailaré y moriré por los míos, y por ellos seré pasto, piedra, camino, océano, por ellos seré árbol encadenado a la tierra, por ellos me levantaré del barro hasta ser bandera, me abrazaré a la sangre de mis antepasados, ellos me seguirán con sus tambores, ellos me prestarán sus cuchillos y sus flechas, ellos rezarán por mí y por los que vienen detrás de mí. Y cuando mi alma desfallezca y mis manos desfallezcan y mis huesos desfallezcan, ellos me levantarán de nuevo para seguir luchando. Y yo veré la luz a pesar de las heridas, y a pesar de los rencores florecerán los sueños, y mis pasos poco a poco visitarán los mercados, mis manos recorrerán el pelaje de las panaderías, mis ojos aprenderán a ver otros ojos, mi voz se fundirá con otras voces, mis palabras serán escuchadas y yo escucharé otras palabras. Y ya no habrá ira ni llanto, ya no habrá miedo ni olvido, y nuestro pueblo será uno más entre los pueblos de la tierra, nuestra raza propagará su canto como una semilla, y tú, Señor, de memoria, cantarás con nosotros.
 
 
ABRÍGATE, GLADYS

a Gladys Marín

Abrígate, Gladys
que la muerte tiene los pies helados
y una lágrima en la sien
No bastarán tus rojos huesos para este viaje
ni la saliva de tu corazón
Date trato
que hay lombrices añorando tus entrañas
tus axilas luminosas
tus rodillas que adivinan el país de los enanos
Ve despacio
no te olvides de marchar entre las tumbas
no te canses
y ojo con las hormigas que te deprimen
con aquéllas que presienten tu color desde lejos
tu color sin maquillaje, tus encías de viento
tu cabello enjaulado que crece cuando ríes
compañera de las horas golpeadas
todo vale en esta noche sin orillas
donde la eternidad pasa descalza entre tus muertos
y tiene hambre de abrazarte
porque sabe que tus gestos resucitan
y se echan a volar sin despedirse
y se pierden en la patria de los sueños
y ya no vuelven
Qué harás ahora sin ti
sin tu esqueleto de pan mojado
sin tus pechos que ladran de orgullo
sin tus sábanas heridas
ahora que la ausencia se desviste para otros
qué harás bajo la tierra sin conocer a nadie
Abrígate, Gladys
y amarra bien tus cenizas por si te arrepientes


LAUREL DE PLOMO

La mamá de Armando Uribe
no ha leído los poemas de su hijo
Niño malo, le dice
no te comas los gusanos
de tu propio cadáver
Nunca prestas tus juguetes
Ni siquiera a la vecina
le convidas cigarrillos
Te fumarán, ya lo verás
Y qué haremos con tus cenizas
Arrojarlas al Mapocho
entre blandos mojones
parecidos a ti
niño malo
Quién te llevará a la escuela
si te peinas como tus hermanas
si le sacas los ojos a la noche
y los cuelgas de adorno en tu corbata
si te pones los zapatos de Vallejo
y te quedan grandes
como todo lo que haces
niño malo
Mire que ganarse el Premio
Pintarás la tumba de Huidobro acaso
pagarás la cuenta de Teillier
sacarás de viaje
a la viuda de Martínez
contarás tus memorias a Véjar
o te harás por fin la dentadura
en un burdel de París
donde dejaste empeñada tu sombra
te acuerdas
la pobre no tenía dónde ir
mientras tú regresabas a Chile
parlando en francés
en turco, en arameo
mordiendo la lengua de Eliot
con tu cara de tierra baldía
Niño malo
Qué culpa tiene el silencio
de conocerte


VIAJE SIN ESTRELLAS

A mis amigos más cercanos les comunico
que estoy a punto de cambiar de domicilio
Voy a mudarme al cielo Me han hablado tanto de él
que no hallo la hora de hacer las maletas
Incluso he soñado corriendo entre prados amarillos
seguido de un coro de ángeles leyendo mis poemas
En otras me veo saltando de nube en nube
tratando de alcanzar a Dios para escuchar sus latidos
Cada día que pasa se me hace eterno
Ya he empeñado mis muebles vendido mis ropas
arrendado mi casa regalado mi gato
No sé si me hará falta dinero allá arriba
pero por las dudas he girado mis ahorros del banco
no son muchos pero al menos me servirán
para un boleto a la tierra
Lo demás es cosa fácil haré dedo a algún cohete
que quiera llevarme y de seguro llegaré a mi destino
Ahora no queda más que despedirme de ustedes
y de este querido infierno que siempre llevaré
en mi corazón


MADE IN U.S.A

Tengo una plaga de mormones en casa
Son rubios y desabridos
como una limonada de ajo
Hablan y hablan en un inglés
que yo no entiendo ni huevas
Nunca fui bueno para los idiomas
lo reconozco
y menos para estar despierto
a la hora en que los gallos
certifican el amanecer
o para dejar los pies en la calle
día tras día
y regresar con la misma cara de abeja boba
el mismo tranco de elefante anestesiado
M' hijito rico les gritan
las quinceañeras desde las micros
'Tai güeno gringo murmuran
las cajeras de los super
Y ellos se acercan con su sencillez de arroz
envueltos en camisas blancas y corbatas viajeras
como niños despegados de sus madres
el primer día de clases
¿A dónde irán estos ángeles de barro
vestidos para una fiesta de moteles?
¿A jugar rayuela con aquellos
que no tienen sombra?
¿A estirar la tarde bajo su marcha infinita?
No fuman no beben no hacen el amor
estos duendes del silencio
Son como estatuas del más allá
perdidas en los jardines de la pobreza


EVANGELIO DE LÁGRIMAS

Padre
por qué me has abandonado
si sabes que tengo vértigo
que me mareo a pocos metros de altura
que veo todo nublado desde arriba
Cómo eliges esta muerte tan absurda
Le diste el árbol y la soga a Judas
el cuchillo en las manos de Abraham
la espada a la cabeza del Bautista
Padre
ten piedad de mí
dónde guardaste el revólver
que me regaló de Rokha


MEDIDAS EXTREMAS

Ando con la peluca de Dios en el bolsillo
se la quité cuando dormía a pierna suelta
Él ya no sale a la calle
tiene vergüenza de que le griten "cabeza e tuna"
"Me moriría si los ángeles supieran" le oí decir
mientras chateaba con un primo de Alemania
"ya no hacen pelucas como aquéllas"
reconoció con nostalgia
Y ahora ¿quién podrá defenderlo?
El Chapulín que colgó su chipote
o la alegría que viene o prometió que venía
y nos dejó con los crespos hechos
como gatos mirando pal matadero
Pondrá un aviso en el diario, quizás
"Al que encuentre peluca usada
ruego dar cuenta a carabineros
o dirigirse al correo
los_ pobres_ se_ van_ al_ cielo @
los_ ricos_ no_ están_ ni_ ahí .cl"
Lo que uno debe de hacer
para que entreguen su diario de vida
Mañana citaré a Dios en el mall
y en una de ésas llegamos a un trato
Pero pasando y pasando.
 


PUBLICIDAD

(1993-2002)
 
INDICE

De Autocultura y juicio

1. La receta o el comienzo de la poesía
2. Señores del sur
3. La poesía y yo
4. Entre nosotros
5. Para mayor seguridad
6. La primera piedra
7. Sangre en el exilio
8. Más allá de la guitarra
9. Mi pueblo

De Poesía desdoblada

10. Que salga el indio entre las piedras
11. Vincent 1993
12. Me sobra un muerto
13. La danza del toro
14. Qué debo hacer para cantar
15. En ese día
16. Me he decidido a vivir
17. La otra

De Las calles de tu piel

18. Un día volveré a tus ojos
19. Llévame
20. Gracias te doy
21. Si fueras calva también te amaría
22. Quién recordará tus manos
23. Será debajo de la cama
24. Todos amaban a Cristina
25. La hija de Rimbaud
26. Yo nada pude hacer
27. Te lo prometo

De Apuntes para una leyenda

28. Revelaciones
29. La portadora
30. Recuerdos del futuro
31. Precauciones de última hora
32. Sinfonía negra
33. La última cena
34. Bajo amenaza de vid a

De Autocultura y juicio
Colección Tabor
Universidad Católica del Maule
Talca, 1993


LA RECETA O EL COMIENZO DE LA POESÍA

Una gota de amor
por cada cinco versos
Tres cucharadas de oficio
por cada día del año
Un cuarto de inspiración
y otro tanto de locura
Un octavo de risa
aliñada con ironía
Media taza de recuerdos
y cuatro de realidad
Dos litros de lágrimas
instantáneas
Una docena de emociones
Cien gramos de fantasía
o de razón a gusto
A todo esto agregue sus ojos
sus manos y sus labios
y revuelva a fuego lento
durante toda la vida


SEÑORES DEL SUR

Señores del sur
he comprometido mis raíces con ustedes
mi palabra llegar á como un río
a recoger la tierra y su origen
Llámenme agricultor
cuando el trigo se despierte
cuando cruja la semilla
y el invierno se levante en una mano
Llámenme soldado
cuando el agua y la piedr a se reúnan
entonces seré el puñal
que desgarre ceniza y envoltura
No digan al Maule como me llamo
me reconocerá por la voz
por los susurros que mis labios
llevarán hasta su lecho
No digan nada en Constitución
o en Pelluhue o en Chanco o en Curanipe
mi nombre fue encontrado en una ola
no es necesario que digan nada
Señores del sur
mi casa es mi mejor emblema
Pueden ver a través de las ventanas
o a través de mis ojos
lo que les tengo preparado
Abriré de una en una mis heridas
y escupiré poemas en vez de sangre
y a todos les diré mi nombre
Porque no quiero ver a Pedro
arrinconado en un museo
o a Manuel Francisco
retenido en una boca
Ellos sabían cantar
eran dos vientos de distinto oficio
dos gotas que el Maule
sacudió con violencia
Y yo ¿quién soy?
algo tengo de todos
cara de pan o de hormiga
muslos comprometidos
con el sabor de la tierra
hombros de padre
dientes de inquilino o de patrón
Soy una flor con espinas
y pétalos de mármol
un poema preparado
con la lluvia de cada día


LA POESÍA Y YO

Para qué comprar libros de versos
si tengo la poesía en mi casa
Es una navidad de palabras no regaladas aún
un verdadero cumpleaños sin velas y sin torta
sin invitados a la mesa
Yo soy el festejado
el importante todos los días del año
Desde mi catre cuelgan apellidos
sociedades que la tierra inaugura
y me entrega a pedazos
religiones como serpentinas
abrazos fermentados o encubiertos
Como accionista mayoritario de la poesía
desayuno, almuerzo y ceno
en cada página que escribo
me bajo los pantalones si deseo entre oda y oda
me tiro el pelo resucitándome
procurando que las ideas reboten en las ventanas
y se amontonen en mi cuerpo
Respiro poemas por las orejas
mi sudor es poesía cuando abro las piernas
cuando orino y mojo mis zapatos, cuando estornudo
Las sillas hicieron mi antología
las toallas encuadernaron mi obra
las hormigas tradujeron a su lengua
lo que salía de mi boca
las arañas enredaron papel y pluma
el suelo se preocupó de autografiar cada mancha
cada punta de ojo derramada y viva
Mañana preguntaré mi nombre en las ciudades
en los muelles, en las poblaciones
mañana recorrer é mer cados
y edificios a medio terminar
mañana me sentaré a la mesa con todos los verbos
y con un libro de versos recién comprado


ENTRE NOSOTROS

Aquellos gatos se fueron
acostumbrando a mí
porque yo era gato
algunas veces
me gustaba salir de noche
hasta atrapar mi presa
Lo mío eran ideas sueltas
eran tirones de oreja
recorriendo techos
y agujeros
Y si por casualidad
me equivocaba
y entre mis manos
había olor y cuerpo de r ata
aquellos gatos me contemplaban
como diciendo
"No te preocupes
también nosotros nos equivocamos
hemos venido a regresar
tu poesía"


PARA MAYOR SEGURIDAD

Vengan a ver mi poesía
no está hecha de material ligero
aguantará perfectamente el invierno
y en verano ref rescará
las mentes y los cuerpos
Hay poderosas vigas entre cada verso
hay listones apuntalando mis palabras
Y si la lluvia desea entrar
pondré mis sueños en el techo
y taparé las goteras
con mi propio dolor


LA PRIMERA PIEDRA

El hombre llegó a la luna
en su caballo espacial
tres eran los jinetes invasores
se habían comprometido con las estrellas
desde hace años
y un día y sin aviso
cayeron como cuervos
sobre la virgen planetaria
Bajaron con sus botas y sus trajes
se instalaron a vender
sus camisas americanas
a conquistar el mercado lunar
Pero la niña no estaba para cuentos
Entonces los astroyanquis
sacaron de su nave la bandera opresora
y la hundieron sobre aquella
que no entendía nada
Luego se llenaron los bolsillos
con monedas estelares
ultrajaron el idioma puro de los tiempos
asesinaron la paz salvaje de la galaxia
y regresaron a la tierra
ahora famosos ahora inmortales
Habían dejado a la luna sin calzones
a la niña violada por ojos insaciables
La ruta hacia el burdel estaba abierta
la prostitución del espacio comenzaba


SANGRE EN EL EXILIO

Cuando llegó el invierno a Chile
miles de pájaros volaron con la primera lluvia
estaban asustados entre la sombra y la muerte
y prefirieron emigrar con sus vidas hacia otras vidas
Tomaron el primer avión desesperados
se arrojaron a los muelles persiguiendo barcos
cruzaron las montañas huyendo de las lanzas
y dejaron atrás la patria y a los herederos del hambre
Algunos no despegaron jamás
les arrancaron las alas en el intento y la lucha
desaparecieron con nombre y apellido
bajo los árboles de hierro
los encerraron en jaulas por especies
y cuando años después los encontraron
tenían la caricia del cuer vo entre sus plumas
Los otros, los perseguidos
los pájaros del pueblo que lograron atravesar la muerte
debieron acostumbrarse a volar de otra maner a
a sentir de otra manera, a respirar de otra maner a
La tierra ajena los había recibido
la tierra amiga los invitaba a su mesa
a compartir el pan y sus dolores
Muchos incluso en la agonía
soñaron con ver la patria por última vez
pero la patria también agonizaba
había querido volar con sus alas rotas


MÁS ALLÁ DE LA GUITARRA

a Víctor Jara

Más allá de la guitarra
están las manos separadas de la patria
un sonido de alas que arde
y quema mis zapatos
una invitación a orinar sobre la tierra
con la semilla pura del canto
Más allá de la guitarra
la sangre dibuja una música violenta
y la cabeza del cantor se llena de agujeros
y de besos con olor a muerte
Más allá de la guitarra
los caminos lloran
la lluvia llora y cae de rodillas
porque el hijo de la tierra
no completará sus pasos
Más allá de la guitarra
más allá del estallido
que apagó los corazones
más allá de este poema
y con la herida inolvidable
de un tiempo inolvidable
los ojos buscan a Víctor
más allá de la guitarra
y de la patria


MI PUEBLO

Mi pueblo tiene frío cada día del año
tiene hambre y sed y juventud
Mi pueblo es un pedazo de madera
de cama que no alcanza para cuatro o para ocho
Mi pueblo tiene lluvia y viento
tiene caras dibujadas con ceniza
tiene manos que aplauden para no morirse
Mi pueblo no tiene nombre
no tiene edad ni edades
no tiene calles ni sonrisas
Mi pueblo no tiene Dios
la levadura y la sal vencieron a los santos
el agua de los grifos fue más pura que una iglesia
Mi pueblo es un resumen del amor cansado
es una biografía sin orillas ni rincones
un cadáver reciente
una copa que jamás ser á llenada
Mi pueblo tiene niños que parecen ancianos
y ancianos que se robaron los años
tiene mujeres con ojos apagados
y hombres cortados por la mitad
Mi pueblo tiene árboles sin troncos y sin hojas
tiene rosas que cambiaron su color
por un kilo de pan
Mi pueblo es una herida en el tiempo
una guitarra enferma y sorda y muda
una canción de nombres definitivamente tristes
definitivamente amar gos
definitivamente olvidados en el gran sueño de la vida


De Poesía desdoblada
Colección La estocada progresiva
Mosquito editores
Santiago, 1995


QUE SALGA EL INDIO ENTRE LAS PIEDRAS

Que salga el Guayasamín que cada uno tenemos
que salga el indio entre las piedras, médula a médula
el gran precipicio que somos, la gran llaga ecuatoriana
y lo que cae del ojo al cielo, y lo que arruga el aire
y lo que sale de nosotros mismos como una rosa deforme
y lo que araña más adentro que salga
que salga el trueno, la bocanada, el relámpago
la hebra furiosa y tuerta que mira sangrar el alma
y aquí, en esta jaula ardiente que es América de luto
están pendiente los nombres de aquellas manos clavadas
de aquellos pies desahuciados, de aquellos huesos de humo
de aquel sueño arrojado al gran ataúd del miedo
o simplemente del árbol con sus ramas infinitamente secas
Porque no estamos muertos, no estamos
y hay uno que ahora brinca por encima de los sables
y hay uno que bebe fuego y lleva alas de ceniza
y hay uno que agrieta el río con su cráneo universal
y hay uno que dice yo, yo soy el indio entr e las piedras
y todo el horror humano se me apaga en el cuerpo
y tengo lágrimas y penas
y el corazón como una luna borracha
y el esqueleto dormido, y la mandíbula tiesa
y a mi oído brama el perro de las noches podridas
y a mi boca rueda el beso de la angustia que mata
Y yo pinto, yo pinto con mi voz y con mis uñas repletas
yo pinto con mi oxígeno la cicatriz del viento
raspo la puñalada maldita de los siglos
me sumerjo en el ácido mortal de las pupilas andinas
desnudo el recuerdo de la calavera sombría
y en mí sobreviven las tripas cortadas de cuajo
y cada grito soy yo, cada mejilla nacida del grito
cada suspiro fatal y su patria de aguja
cada mujer, cada hombre
cada animal volteado en la vértebra dr amática
todos y cada uno de ellos
y en todas partes la vida como un sol amargo
y yo, hinchado de colores
cierro las alas y duermo sobre la tristeza


VINCENT 1993

a Vicente Huidobro

El gran poeta de las vanidades
se mira al espejo y dice
no hay otro mejor que yo
no hay otro más hermoso y delicado
más burlón, paradojal e irresistible
Y cuando voy por las calles
me persiguen y me piden autógr afos
se aglutinan en torno mío o se desmayan
porque soy más inmortal que las agujas
y en mi boca suspiran las estrellas
Así, cada montaña es un pelo en mi oreja
y cada nube una escalera de emergencia
donde subo y bajo como un mago
persiguiendo su conejo
sin darle jamás alcance
No obstante los helicópteros me adoran
me adoran también las escolares que diviso de reojo
me adora el trapecista de un circo desahuciado
me adora la azafata de un vuelo imaginario
me adoran los enanos, los duendes, los fantasmas
y todos gritan "Ahí va Vicente, ahí va
con su cara encerrada en un sombrero
ahí va, el que se orina en los astros
el que respira copihues
y cambia de color hasta volverse inaguantable"
Y yo me río como un buda chocho
cuando arrojan flores a mis pies
y me lleno de números telefónicos
y de mujeres que darían sus propios pechos
por rozar mi frente de amante multitudinario
o por mirar mis cabellos salidos de un arcoiris de fruta
Tengo unos cuantos lunares en francés
y un gato que me habla en un idioma póstumo
y un perro que me muerde y me lame las antenas
y un cilantro preguntando quién soy
y yo le digo "No me busques
no hagas caso de la rosa deshojada
tú tienes tu propia sabiduría
tu propio olor
tu apellido en la cazuela del domingo
y no necesitas ser tan her moso
para que ellos te respeten
cuando con sólo probarte
tienes ganado el cielo
y un espacio en mi garganta"

Ahora me marcho en mi paracaídas
me marcho en mi aeronave de plumas anónimas
me marcho a pellizcarle las nalgas a un piano
a dormir una siesta en un ataúd de huevo


ME SOBRA UN MUERTO

a Pablo de Rokha

Me sobra un muerto, me sobra
me sobra un muerto y no soy yo, quién es
y viene de la levadura y de los precipicios
me sobra un muerto
un muerto martillándome la piel
me sobra un muerto y no soy yo
porque estoy vivo y lo presiento
lo respiro, y cae de la manga de otro muerto
y cae y cruza mi camisa, y da la vuelta
y sigue y sigue en mi esqueleto, un muerto
un muerto en mi esqueleto, instalado de por vida
un muerto me sobra y no soy yo
y llora y grita y ríe con su carcajada demoniaca
un muerto, un muerto sagrado
un muerto en el gemido del espanto
un muerto derramado en mi garganta y en mi sed
con su ceniza de elefante
en el vinagre, en el aliño de los años
un muerto rodeando los cristales
en las babas, en el pus, en los gusanos malolientes
defecando un muerto sus palabras
o en la suma de las voluntades o en ninguna
o en la roca de las rocas, trapicado el invencible
el muerto agujereado por los otros
inmutable en el zarpazo, en la estocada del olvido
me sobra, me sobra un muerto y no soy yo
porque patea y raspa
engulle con su dentadura cavernaria
hasta rozar por fin la sal del universo


LA DANZA DEL TORO

a Carlos Díaz Loyola

Difícilmente olvidarte porque la sangr e no se olvida
no se olvida el volcán o el cuchillo de tu boca
o la barba desgarrada en el muro de los siglos
o el eructo de la tierra con su llanto de trinchera
y su color de mosca y su veneno anónimo
Difícilmente la orina del mar con sus alas marchitas
y el grito funerario del cielo y el ojo del relámpago
y la muerte de los muertos y la vida de los muertos
y el mantel del infinito a saltos
sobre los pechos del destino que devora, araña
rompe las cavidades del pubis y su recuerdo ardiente
de cada memoria fría, de cada aullido en llamas
terrible como la cópula de las entrañas
o el latido de un trueno enfermo
terrible en su plumaje de holocausto
en su piel de cataclismo
en su cintura trizada por la sed y el hambre
en los labios del otro, en los huesos del otro
en el gran animal que somos
mientras la panza gime y se retuerce de lombrices
y las arrugas crecen y los bigotes crecen
y crece también la muerte como una muchedumbr e
la muerte diaria que nos acompaña, oscura, macabra
deforme en su legado de grietas, en su acento de oruga
en el perfil de las hogueras y de los hipos del universo
Difícilmente olvidarte en la cascada de los sueños
en el gran litoral del miedo o en la vendimia de mi alma
en el vuelo rasante de las letras y de las piedras humanas
en la anatomía del fuego y en las momias recientes
Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos
y la luna tiene un raro parecido al aire
que sofoca las arterias
y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos
y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia
con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado
y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo
Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente
aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento
aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido
de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente
en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente
y en el verso degollado a la luz de los infiernos


QUÉ DEBO HACER PARA CANTAR

Qué debo hacer para cantar
si a veces se me pierde el grillo
que llevo adentro
se me desprende la campana
el timbre, el ave
y sólo me queda el latido
de algún jilguero en la memoria
luchando por desatar su melodía
sobre las alas del abecedario
Y cuando encuentro al fin mi flauta
en un estanque del tiempo
se me oscurece la garganta
de pensar a quién
a quién, a quién
dirigiré las notas
de este arcoiris sin luz
de esta ampolleta mal colocada
y casi siempre insatisfecha
Preferiría escuchar por las tardes
a una gaviota sentada en mi cuaderno
jugando a ser paracaídas
en los espacios en blanco
o repetir el grito de unos bigotes
al ser arrancados
de su lugar de origen
Preferiría el sonido de un huevo
sacando la lengua al aceite
apresurado por entrar a la boca
de mil mujeres sin dentadura
Entonces recuerdo
que llevo pegada una mosca
al tímpano del alma
ella se reproduce en mis sueños
y no es violín
porque en la muerte desafina
y se le rompen las cuerdas
al detenerse en la sangre


EN ESE DÍA

a Rodrigo Lillo

Yo espero un día feliz, amigo
un día en que los años
me pronuncien abrazados
un día de corazón y manos anchas
más inmediato al aire que respiro
más parecido a un beso que a una herida
Espero ese día, amigo
y ese día me espera y ríe
porque tal vez en sueños lo he visto
debajo de mi cama
y crece aún cuando la tierra muere
y madura en mitad de mi alma
y en mitad de mi voz desaparece
hasta olvidarse de mí
En ese día, amigo
en ese día la lluvia morderá mis ojos
en ese día la sangre inundará mis bolsillos
y yo, detrás del escenario
aplaudiré de pie mi propia vida
tan necesaria al cielo y al infierno


ME HE DECIDIDO A VIVIR

Me he decidido a vivir
y creo afirmar que mis latidos
se convencieron de ello
He tenido ofrecimientos sinceros
para cohabitar
la extremidad de una telaraña
o para servir como testigo
de matrimonio forzado
Es más
he sido amante de la noche
con sólo cantos y bostezos repetidos
No me gustan los aviones
porque menosprecian a las aves
Tampoco soy creyente incondicional
de las pasas en las empanadas
de las secretarias con dos idiomas
o de la crema humectante
como único remedio para las arrugas
Me he decidido a vivir
y creo afirmar que mi nariz
se ha convencido de ello
Escojo la corbata
que hace juego con el mundo
elijo los zapatos
que le vienen a mi sombra
y mis sueños gastados
No miento al decir que lavo
detalladamente la fruta que ingiero
por temor a la hepatitis
lo mismo hago con los espárragos
y las botellas
Me encanta encadenarme
a los parquímetros
y anclar en una esquina
y detenerla con la frente
y avanzar por el cemento
entre ruedas venenosas
luego frenar
tenderme en línea recta
en perspectiva
en ángulos de piedra y de madera
Escupo el largo y viejo ceremonial
de los santos
sobre sus fieles devotos
sobre sus libros desahuciados
Y a cada cual lo suyo
a cada camisa su cuello
a cada pierna de mujer


y a cada cadera su vestido
a cada misa su vino
y su pan de miga inconclusa
Nada escribo sobre los ascensores
Es de mala educación eructar
al desayuno o en la cena?
Me he decidido a vivir
y creo afirmar que mi poesía
se ha convencido de ello
Me he decidido a vivir
a la manera de los gorriones
y de las aves sencillas
a la manera de una lluvia
que me hace estornudar
a la manera de entender
lo poco que entiendo


LA OTRA

Caperucita nunca imaginó que El Lobo la dejaría por otra.
Nunca hizo caso de los consejos que en materia amorosa le daba
La Abuelita. Por lo que una mañana El Lobo le dijo: "Caperucita,
quiero terminar contigo. Ya no me excita perseguirte por el bos-
que; ya no me agrada disfrazarme de abuelita para que tú me digas
tus tonterías de siempre, que si tengo las orejas grandes y esos
colmillos tan filudos, y yo, como un estúpido, responda que son
para oírte, olerte y verte mejor. No Caperucita, lo nuestro ya
no tiene remedio". Entonces Caperucita, desconcertada por aquella
confesión, se echó a correr tan lejos como pudo pensando en la
clase de mujer que había conquistado el corazón de su amante.
"Es ella, tiene que ser ella", repetía la niña, mientr as buscaba
desesperadamente la casa de la anciana. "Abuelita", gritó al fin,
cuando hubo contemplado la figura que yacía en el lecho, "¿C ómo
pudiste hacerme esto? tú, la amiga en quien yo más confiaba".
"Lo siento", dijo la otra, "nunca pensé quedar embarazada a mi edad,
y menos de alguien tan poco inteligente e imaginativo. No obstante,
él es un lobo responsable, que no dudó por un minuto en ofrecerme
matrimonio al conocer la noticia. Lo siento, Caperucita, tendrás
que buscarte otro. Después de todo, no es éste el único lobo
en el mundo, ¿o no?".


De Las calles de tu piel
Colección Hijos del Maule
Imprenta Los Andes
Talca, 2001


UN DÍA VOLVERÉ A TUS OJOS

Un día volveré a tus ojos
y comenzaré de nuevo
volveré con un sonido hueco de metal
y sol mojado
buscaré entre los papeles del tiempo
tu cuerpo verde y tus cabellos de uva
te coronaré en silencio con mi boca
y con mis manos que no terminan
Volveré por ti y por tu sangre estrellada
viendo pasar la tarde como una sombra antigua
algo se romperá allá arriba y no seremos nosotros
algo se quemará de pronto con el eco de tus sábanas
Y volveré más vivo, más puro, más hambriento
y volveré volando y desgarrando plumas
todo lo haré por ti, todo en silencio
que hasta los gallos prolongarán la noche
cuando te vean desnuda


LLÉVAME

Llévame hacia el sur
de tus caderas
donde la humedad
envuelve los árboles
que brotan de tu cuerpo
Llévame a la tierra profunda
que asoma entre tus piernas
a ese pequeño norte de tus senos
Llévame al desierto frío
que amenaza tu boca
al desterrado oasis de tu ombligo
Llévame al oeste de aquellos pies
que fueron míos
de aquellas manos que encerr aron
el mar y las montañas
Llévame a otros pueblos
con el primer beso
a la región interminable
de lengua y flores
a ese camino genital
a ese río de ceniza que derramas
Llévame a todas partes, amor
y a todas partes conduce mis dedos
como si tú fueras la patria
y yo, tu único habitante


GRACIAS TE DOY

Gracias te doy por tan poco y por tanto a la vez
gracias te quiero dar por esta boca que no olvida
por este abecedario de pechos que se tocan
y que arden cuando besas
Tú solamente me conoces
tú solamente sabes quien soy
hacia donde van mis manos y mis pasos
tú solamente llegas con arrugas y sábanas
tú solo llegas a buscarme
tú llegas a fuego lento y me divides y me arañas
y me traes toda la sangre nueva de mi alma
Qué importa amor si ya no somos
qué importa si venimos o nos vamos
A cada lado del sueño respiramos hondo
y se nos fue la vida en el sueño
todo pasó entre gotas blancas
todo sucedió desde nosotros
Porque a través de siglos y edades
a través del misterio que me dio tu sonrisa
fui desenterrando la herradura seca del olvido
con una mano tuya hecha de agua
y un racimo del amor que no tuvimos


SI FUERAS CALVA TAMBIÉN TE AMARÍA

Si fueras calva también te amaría
me volvería loco besando tu cabeza
tu pequeña luna dorada
Si fueras calva, oh si fueras calva
te llevaría por el río de la memoria
me sentaría junto al fuego de tus ojos rapados
derramaría un cisne en medio de tu frente
Pero la larga y ciega cabellera
el largo aliento de cristal
la larga hebra de ceniza y polen que tú eres
todo lo que la vida se guarda par a sí en tus cabellos
lo que la noche te roba en suspiros
todo lo que el color del éxtasis te lame
como en un vuelo relámpago
como en un sol prolongado
como en un juego de luces apiladas en tu cuello
todo eso, amor, y más arriba esta ola
esta corriente, este aire
este racimo de algas enjuagadas al viento
este cordón humano amontonado a ti
esta marea, este soplo
este susurro que me ata hasta las últimas raíces
y lo que nace, y lo que acaba
y lo que cae al gran abismo de tu sangre
lo que no ha sido escrito, amor, todo el misterio
porque en la sombra de tu pelo
yo me ahogo para siempre


QUIÉN RECORDARÁ TUS MANOS

Quién apagará los árboles
cuando ella muera de frío
cuando mi corazón la cubra
en una lluvia de palomas
y el amor resbale como un trapo viejo
Quién deshuesará lombrices en señal de luto
cuando en los jardines llore una niña
hasta partir la noche en dos
y la tierra se abra de una sola estocada
Quién amanecer á contigo
cuando el sol reviente
y por la lengua del olvido
corra un río de pies sin patria
o una sopa de ojos tristes
que al rozar el cielo se desgranen
Quién se mirará por ti al espejo
Quién se acostará en tus sueños
Quién derramará la sal sobre esa gran ausencia
Quién recordar á tus manos cuando ya no sangres
y este beso herido jamás llegue a destino


SERÁ DEBAJO DE LA CAMA

Será debajo de la cama, amor
haremos a un lado
lo que sea necesario
tal vez un par de botas
perdidas en el fondo
o la infaltable bacinica
con olor a océano
Será debajo de la cama
y no podremos revolcarnos
nadie estará sobre nadie, amor
porque en un sólo movimiento
nos comeremos el aire
en una sola caricia
se apagarán nuestras vidas
Será debajo de la cama, amor
yo rozaré como pueda
tus caderas apretadas
rozaré tu herida abierta
si me enseñas el camino
Pero no debes gritar o hablar
porque nos escucharán
sólo el latido de tus piernas
bastarán por esta noche
tu boca pegada al polvo
será la enredader a
que inundará mis paredes
y yo, debajo de la cama
me arrastraré dentro de ti


TODOS AMABAN A CRISTINA

Todos amaban a Cristina
porque tenía los senos blancos
porque su vientre semejaba un dulce cáliz
donde se ahogaban las oraciones y los salmos
"Yo soy la eternidad y la vida" decía Cristina
mientras los días comulgaban en su cuerpo
y un río de hostias florecía entre sus piernas
iluminando las aguas del recuerdo y del olvido
"Todos amaban a Cristina" repetían los pájaros
"Todos amaban a Cristina" garabateaban los peces
al desangrarse en la arena
y ella se descolgaba de su sombra
como una mariposa de miel
llenando el aire de caricias y de pétalos azules
quemando con su aliento la camisa de los siglos
desenterrando el esqueleto del viento
en una plegaria de besos
en un canto de amapolas tristes
que sólo sonreían al verla
Porque ella era la paz en la carne de los templos
era el vino en la misa del domingo
era el pan en la mesa de los sueños
Todos amaban a Cristina
porque clavada desnuda en la cruz
sus senos blancos iluminaban el mundo


LA HIJA DE RIMBAUD

La niña del vestido abierto
se levanta a la hora
en que las palabras están de fiesta
porque ella misma es una fiesta
cuando tiende sus muslos al sol
y el viento la recorre
con sus dedos infinitos
Un triciclo de cristal la espera
junto a las flores del patio
y un nido de mariposas ciegas
se desnuda entre sus huesos de miel
Y en su lecho de plumas azules
ella cuelga sus trenzas de trigo
y cuenta sus abejas muertas
hasta quedarse dormida
mientras la tarde la envuelve
con sus labios amarillos
La niña del vestido abierto
se despierta a la hora
en que los relojes sueñan
porque ella misma es un sueño
cuando abre su vestido
y los gorriones se amontonan
locos de amor
sobre sus pechos de papel


YO NADA PUDE HACER

Dejaste que me desarmaran tus besos
Y yo, qué pude hacer
tu corazón no estaba en mis planes
Entonces me enamoré de ti
mi dulce, mi amarga, mi múltiple
caí hasta las costuras en tus redes
y fui arrastrado mar adentro
hacia la flauta sin fin de tu latido


TE LO PROMETO

Serás abeja
más pronto de lo que crees
sólo deja que los pájaros
se aburran de sus alas
y que un día mis caricias
se conviertan en miel


De Apuntes para una leyenda
Colección Hijos del Maule
Imprenta Los Andes
Talca, 2002


REVELACIONES

En el lecho vacío de Dios
todas las putas son vírgenes
por última vez


LA PORTADORA

Ella sacó a pasear las palabras
y las palabras mordieron a los niños
y los niños le contaron a sus padres
y los padres cargaron sus pistolas
y abrieron fuego sobre las palabras
y las palabras gimieron, aullaron
lamieron lentamente sus ciegas heridas
hasta que al fin cayeron de bruces
sobre la tierra desangrada
Y vino la muerte entonces
vestida con su mejor atuendo
y detúvose en la casa del poeta
para llamarlo con gritos desesperados
y abrió la puerta el poeta
sin sospechar de qué se trataba
y vio a la muerte colgada de su sombra
y sollozando
"Acompáñame", le dijo aquella
"porque esta noche estamos de duelo"
"Y quién ha muerto", preguntó el poeta
"Pues tú", respondió la muerte
y le extendió los brazos
para darle el pésame


RECUERDOS DEL FUTURO

Mi hermana me despertó muy temprano
esa mañana y me dijo
"Levántate, tienes que venir a ver esto
el mar se ha llenado de estrellas"
Maravillado por aquella revelación
me vestí apresuradamente y pensé
"Si el mar se ha llenado de estrellas
yo debo tomar el primer avión
y recoger todos los peces del cielo"


PRECAUCIONES DE ÚLTIMA HORA

Debo cuidarme de los gusanos
cuando me entierren
lo más seguro
es que hablen mal de mí
que escupan sobre mis poemas
y orinen las flores frescas
que adornarán mi tumba
llegado sea el caso
que hasta devoren mis huesos
me arranquen los intestinos
o en el colmo de la injusticia
se roben mi diente de oro
y todo esto porque en vida
jamás escribí sobre ellos


SINFONÍA NEGRA

Eva colgaba sus muertos de la ventana
para que el aire lamiera los rostros
preñados de cicatrices
Ella miraba esos rostros y sonreía
mientras el viento empujaba sus senos
hacia la noche agusanada
Una orgía de aromas sacudía el silencio
donde ella se deseaba a sí misma
y entre suspiros y adioses
un grillo ciego desmalezaba
sus antiguos violines
Nadie se acercaba a Eva
cuando daba de mamar a sus muertos
la cólera y el frío
se disputaban su adolescencia
el orgasmo daba paso al horror
el deseo a la sangre
y pequeñas criaturas violentas
despegaban de su vientre
poblando los amaneceres
de luto y de pesadillas
Luego
cuando todo quedaba en calma
y las sombras por fin
regresaban a su origen
Eva guardaba sus muertos
besándolos en la boca
y dormía desnuda sobre ellos
hasta la próxima luna llena


LA ÚLTIMA CENA

Y el gusano mordió mi cuerpo
y dando gracias
lo repartió entre los suyos diciendo
"Hermanos
este es el cuerpo de un poeta
tomad y comed todos de él
pero hacedlo con respeto
cuidad de no dañar sus cabellos
o sus ojos o sus labios
los guardaremos como reliquia
y cobraremos entrada por verlos"

Mientras esto ocurría
algunos arreglaban las flores
otros medían la hondura de la fosa
y los más osados insultaban a los deudos
o simplemente dormían a la sombra de un espino

Pero una vez acabado el banquete
el mismo gusano tomó mi sangre
y dando gracias también
la repartió entre los suyos diciendo
"Hermanos
esta es la sangre de un poeta
sangre que será entregada a vosotros
para el regocijo de vuestras almas
bebamos todos hasta caer borrachos
y recuerden
el último en quedar de pie
reunirá los restos del difunto"

Y el último en quedar de pie
no solamente reunió los restos del difunto
los ojos, los labios, los cabellos
y una parte apreciable del estómago
y los muslos que no fueron devorados
junto con las ropas
y uno que otro objeto de valor
sino que además escribió con sangre
con la misma sangre derramada
escribió sobre la lápida
"Aquí yace Mario Meléndez
un poeta
las palabras no vinieron a despedirlo
desde ahora los gusanos hablaremos por él"


BAJO AMENAZA DE VIDA

Una mañana salí de mi tumba y grité
"No escribiré otra línea jamás"
y las palabras saltaron de sus asientos
a protestar por lo que ellas creían injusto
viendo que no obtenían respuesta
se juntaron en secreto durante largas horas
resolviendo por fin declararme la guerra
como primera medida se tomaron mi casa
echaron candado a mi pieza y a mis muebles
se apoderaron de mis recuerdos
de mis libros, de mis papeles
rayaron las murallas acusándome de cobarde
y firmaron una larga lista
para expulsarme del gremio
viendo que tampoco obtenían respuesta
acordaron una huelga de hambre y de sed
y me advirtieron que sería
hasta las últimas consecuencias
no sin antes, por supuesto
pedirme algunas frazadas
para cubrirse del frío y del viento
y el antiguo tocadiscos de mi padre
para escuchar sus temas preferidos
yo mientras tanto me divertía a más no poder
con las travesuras de la Pantera Rosa
y bebía cerveza y fumaba a destajo
recostado sobre el sofá más cómodo del planeta
pero de vez en cuando echaba un vistazo
a mis queridas compañeras de ruta
y las oía hablar en voz baja
las oía llorar y reír entre ellas


recordar lejanos lugares, lejanos objetos
recordar algunos r ostros
una mujer, un beso, una mirada
una sonrisa que se apagó para siempre
entonces yo también lloré y reí
y volví a llorar
y quise amigarme con ellas
llevándoles algunas disculpas
y uno que otro refrigerio
grave error
las malditas me dijeron de todo
hice un segundo intento unos días más tarde
les hablé sobre mi vida
sobre mis dudas, mis temores
sobre la fija idea de dedicarme a otra cosa


en fin, de arrojar la toalla
entonces las palabras más viejas
las más usadas, las más escritas
aquellas que abrazaron mi causa a ojos cerr ados
se sentaron en mis rodillas
y en voz alta, casi entre lágrimas
comenzaron a decir mis poemas a los cuatro vientos
y allí me quedé en silencio escuchando aquel murmullo
aquel sonido de hojas que jamás tocó la tierra
allí me quedé en silencio y me vi por primera vez
en esos versos desnudos, en esos versos hambrientos
en los publicados, en los inéditos, en los incompletos
en los que ya no recordaba o no quería recordar
allí me vi por primera vez
cuando ellos me miraron a los ojos
y me mostraron sus alas para volar por el mundo

VOLVER A CUADERNOS DE LITERATURA


     Todos los libros están en Librería Santa Fe