13 de diciembre de 2010
Por Bosquín Ortega
Hace poco más de sesenta años, en una ciudad llamada Nuremberg, Alemania,
concluía un juicio, tal vez el más significativo de la historia mundial. El
mundo condenaba la barbarie nazi, la sociedad universal estaba tratando de
decirle al mundo Nunca Más a la demencia humana.
Desgraciadamente no fue así, genocidios generados por la incapacidad humana de
vivir en paz y convivencia han continuado. Esa demencia y esa bestialidad
perversa tienen un solo responsable, el propio ser humano, pero el ser humano
que siempre ha tenido como meta la avaricia, la enfermedad del egoísmo, la
desesperación por la riqueza individual y de una clase como ideología y para
lograrlo es capaz de generar los genocidios y las masacres como la que hoy aquí
estamos recordando.
Hoy los genocidios y las masacres continúan, los hermanos pueblos originarios en
este preciso instante están sufriendo la persecución y la muerte como lo
demuestra lo ocurrido recientemente en Formosa en manos del Gobernador Gildo
Insfrán y su policía.
Son los mismos genocidas, los de ayer y los de hoy.
Pero hay otro ser humano, el que despojándose de todo, hasta de su propia vida,
tiene como meta la riqueza social, el ser colectivo, el bienestar general del
pueblo, de los privilegios y las riquezas compartidas. Un ser humano tratando se
reflejarse en el espejo del hombre nuevo que reparte en mil pedazos hasta su
corazón por la felicidad del pueblo. Ese ser humano es el militante
revolucionario como los que aquí fueron asesinados.
Estos compañeros y compañeras que aquí dieron sus vidas eran así, así de simples
y enteros.
Argentina es hoy ejemplo y vanguardia en el mundo. Argentina le esta diciendo al
mundo y con letras mayúsculas, queremos la Verdad, queremos Justicia como ellos
no la tuvieron y que tenemos memoria como base de construcción de una nueva
sociedad.
Aquí tuvimos nuestro Nuremberg con el juicio a las Juntas, pero a diferencia de
aquel Nuremberg, aquí hubo indultos y leyes de impunidad que pretendieron tapar
la historia, como tantas historias que han tratado de esconder, fundamentalmente
las que tuvieron que ver con el sufrimiento popular.
Con ellas, quisieron frenar la voluntad de todo un pueblo, llevó tiempo, pero la
resistencia fue más firme, con las Madres, Abuelas, Familiares, HIJOS, Ex Presos
y Exiliados, y demás Organismos que incansablemente lucharon por la Memoria, la
Verdad y la Justicia como vanguardia, no pudieron lograrlo, se fue construyendo
un camino sin retorno, en soledad, con infinidad de piedras y trabas.
Caminábamos en el barro, pero caminábamos.
Esas piedras tenían y tienen nombre y apellido, desde los gobiernos y desde la
Justicia, en plena democracia, se tapaban, con la venda de la impunidad, la
boca, los oídos, los ojos.
En el 2.003 se encendió una luz, se abrió una puerta y un pequeño salto a la
esperanza.
Cuando el Dr. Néstor Kirchner descolgó el cuadro de Videla le estaba sacando la
venda a la historia. Esa luz nos mostraba un nuevo amanecer, una esperanza. La
lucha de casi treinta años estaba dando sus frutos. Por primera vez, desde el
gobierno nacional se estaba reconociendo y valorando esa dolorosa y persistente
resistencia popular.
Por primera vez, alguien se destapaba la boca para decir, los ojos para ver la
realidad y los oídos para escuchar.
Hoy en Argentina se han abierto muchos Nuremberg, repito, somos un ejemplo en el
mundo y especialmente en Latinoamérica donde el genocidio tuvo un nombre, Plan
Cóndor.
En muchos rincones del país, la Justicia también se esta sacando las vendas y
esta condenando a quienes le han causado el mayor dolor al pueblo argentino.
Pero son muchos más los Nuremberg que deben abrirse, son todavía muchos los
genocidas que a diario cruzamos en las calles. La sociedad los ha condenado hace
muchos años, pero con la altura que le corresponde y sin un solo caso de
venganza, le ha entregado a la Justicia la responsabilidad de juzgar y condenar
a los genocidas. Le esta dando a la Justicia, la posibilidad también de cambiar
su historia, limpiar su nombre y demostrar que está a la altura de los momentos
que estamos viviendo.
Aquí en el Chaco, han sido dos las Causas abiertas y son muchas más las que
deberían abrirse porque todavía estamos muy lejos de la verdad.
El asesinato de Miqui Romaniuck en San Bernardo por el mismo aparato represivo
que aquí fusiló, más la responsabilidad de cómplices del interior del Chaco. La
persecución, muerte y desaparición de miembros de las Ligas Agrarias, el
genocidio por parte de la dictadura a los Pueblos Originarios para quedarse con
sus tierras, el accionar represivo del 601 de Inteligencia, el de la SIDE, la
responsabilidad civil en el Nordeste, la responsabilidad de la iglesia.
La sociedad argentina y en especial la chaqueña en estos casos, han puesto en
manos de los Dres. Víctor Alonso, Lucrecia Rojas Acosta, Manuel Antonio Moreira,
Gladys Yunes, Carlos Belforte, Ramón Gonzalez y Mario Alurralde la posibilidad
del Nunca Más. La sentencia que hoy escuchamos y las que en el futuro
escucharemos, quedarán grabadas en la historia al igual que sus nombres.
La sociedad toda, confía que todos ellos se han sacado la venda de la impunidad
y habrán escuchado con la razón y el corazón a los cientos de testimonios del
horror vivido y sufrido por el pueblo, confía en que habrán visto la realidad de
una herida abierta con los ojos de la verdad y que cuando les toque nuevamente
hablar, sea para condenar con firmeza a los genocidas con las palabras que la
sociedad quiere escuchar “CÁRCEL COMÚN, PERPETUA Y EFECTIVA”, palabras que
seguramente van a dar un poco de alivio al dolor y a la desesperanza, a tantos
años de soledad y olvido de madres, padres, hermanos, hijos, compañeros, amigos,
a la angustia de una sociedad que esta descreída de la Justicia y necesita
volver a creer en ella para proyectarse como sociedad, caminando hacia un futuro
de paz e igualdad.
Quiero resaltar aquí, la ardua tarea, persistente, profesional y militante de
los abogados que están tratando de llegar a la verdad e imponer justicia después
de tantos años de olvidos y de sombras y en especial al Dr. Mario Bosch, al
equipo que forman el Programa de Asistencia a las Víctimas, al EAAF quienes poco
a poco van construyendo esta trágica historia.
Hoy tuvimos la condena esperada en la Causa Caballero, otras condenas sin dudas
vendrán, pero ésto no queda ahí, la búsqueda de la verdad nos lleva a continuar
la lucha, son muchos más los asesinos que aquí mancharon de sangre el suelo
chaqueño, y son muchos más los compañeros y compañeras que aquí entregaron su
vida por todos nosotros y no pararemos hasta que el último de ellos sea
condenado y hasta que encontremos e identifiquemos al último de nuestros
hermanos.
En esta difícil búsqueda, le agradecemos todo lo que ha realizado el titular del
Gobierno Provincial, Sr. Jorge Capitanich, quien tanto personalmente como desde
las estructuras que él ha creado, siempre nos ha acompañado, y le solicitamos
que duplique, que triplique el esfuerzo y nos ayude a intensificar el proceso de
investigación que necesitamos para llegar a la verdad, de la cual repito, aún
estamos lejos. Agradecerle también al Sr. Juan José Bergia y a la Cámara de
Diputados su aporte a los familiares.
Y al Gobierno Municipal de la Sra. Aida Ayala que salga de la hipocresía y de
las sombras y que aporte los datos que reiteradamente le hemos solicitado en
relación a la búsqueda de los restos de nuestros familiares en el Cementerio San
Francisco Solano y por intermedio de ella, colaboración solicitada también al
Secretario General del Gremio Municipal Jacinto Sampayo.
Le hemos solicitado colaboración también al Honorable Consejo Deliberante de la
ciudad de Resistencia para que arbitre los medios para lograr la ayuda que
necesitamos para terminar con el sufrimiento de esta larga búsqueda en soledad.
Las Causas continúan y tenemos plena confianza en el camino que sigue, van
surgiendo Jueces que nos hacen confiar nuevamente en la Justicia porque están
simplemente buscando el camino de la verdad, una verdad que debemos entregar a
las futuras generaciones porque es la única y posible manera de construir la
patria que ellos y todos nos merecemos, sin mentiras, sin engaños, sin tumbas
escondidas, sin jóvenes robados y sin identidad.
Generaciones que poco a poco se van sacando las vendas para decir aquí estamos.
Y de eso se trata este homenaje que aquí hacemos todos los años, de unir aquella
grandiosa militancia masacrada a la militancia que hoy vemos crecer día a día,
una militancia que debe tomar el ejemplo de quienes han luchado por la libertad
de este país, ayer, hoy y siempre.
Hoy 13 de diciembre de 2.010, más que nunca quienes pretendemos levantar las
banderas de estos hermanos y hermanas aquí fusilados, si pretendemos seguir su
ejemplo, su valentía, su entrega militante y muy especialmente su proyecto de
país, un país libre, igualitario, de riquezas compartidas, si pretendemos hacer
honor a su entrega, debemos estar unidos, más firmes que nunca como pueblo,
podemos ser críticos de los gobiernos, debemos serlo para seguir avanzando pero
sin vendas que no nos permitan ver quienes son realmente los enemigos del
pueblo, aquellos que siguen pendientes de nuestra desunión y de nuestras
flaquezas para seguir gozando de los privilegios que históricamente le han
robado al pueblo.
Debemos homenajear y recordar a estos queridos, a estos amados compañeros y
compañeras, unidos, con diferencias, siempre las habrá, pero si pensamos y
actuamos en función del pueblo, guiados por sus necesidades, sin egoísmos, las
diferencias se irán superando en la lucha diaria.
Simplemente, como dicen allá en Chiapas “Gobernar obedeciendo”
Debemos recordarlos como ellos realmente quisieran, luchando, llevando
diariamente la palabra a la acción teniendo a la felicidad del pueblo como
objetivo fundamental.
Por su memoria, por su proyecto para este país, por ser una generación de héroes
que le entregaron su juventud a esta querida patria argentina.
Hermanos y hermanas, “Hasta la victoria siempre”.
Diciembre 2010
Mártires
Por Bosquín Ortega
bosquinortega@live.com.ar
“Bestias, cataratas de bestias,
las bestias desorganizan los misterios”
Juan Gelman
A Amanda Mayor de Piérola
Destinados a ser aurora, siempre.
Sombras del aire, luz del vuelo,
nostalgia flotante en el fulgor de los días.
Relámpagos encarnados, meteoros de la sangre,
arden la fricción de la historia y el instante.
Memoro el holocausto de su primavera:
la memoria es la madre del recuerdo.
El espectro de un alguacil dirigido
sobrevoló el escenario del genocidio,
el Leviatán se incubó en la Alcaidía,
gangrena con mazmorras, cantera de verdugos,
ruina de clamantes cimientos.
Racimos de péndulos, colgados de las muñecas,
Cristos suspendidos de un travesaño unánime,
émbolos sangrantes, corolas móviles,
arcos tensos de ayes: verticales y colapsados.
Sus cuerpos, badajos gimientes, golpean
la campana forzada del Comedor.
Ni una palabra, derrama su boca.
El alambre laceró sus muñecas,
penetró el objeto a sus costillas:
jaula de aire roto, oxígeno lisiado.
Rastros de sangre marcan
la bárbara ciudadela enajenada.
Signos de genes, vísperas de utopías,
pisados por legiones de locura.
El pretorio chaqueño deshonra
la mestiza épica que urdieron
patriarcas vigílicos: crisol a precio de hienas.
Escarnecidos y desangrados, atónitos,
son arrojados al piso del camión militar.
Las pupilas vidriosas distinguen, apenas,
siluetas convulsas que caen sobre otras.
Tendones y espasmos, latidos glaciales.
Forma del odio, violenta su carne.
La luna cruza el temblor del rocío,
suspenso en los relieves nocturnos.
Trémulos párpados de plumajes,
Los siriríes presienten un desgarro inédito
y remontan, prematuros, el amanecer.
Otras criaturas terrestres, huelen el aire urgido
y clavan su miedo en una fija fuga verde.
A una orden, los sicarios rentados
disparan, unísonos y simultáneos,
al modo de las Fosas Ardeatinas
y de los campos de exterminio nazi.
Desaparecen los arrepentidos.
Los gatillos recuerdan,
sólo, la guía de cada fusíl.
Huyen las aves, sin pruebas de canto,
testigos del silencio derribado.
Herencia de Abel, su mandato y clamor.
Sus huesos no tienen descanso,
tienen destino en la memoria.
Margarita Belén amortaja esa ofrenda,
su estirpe ilumina el combate intermitente.
Diciembre 2010