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Gustavo Piérola  |  Masacre de Margarita Belén  |  Emotivo homenaje a Amanda Mayor

Amanda Mayor de Piérola nació en Paraná en 1929, donde obtuvo los títulos de Profesora y Maestra en Artes Plásticas (especialidades Pintura y Escultura) en la Escuela Provincial de Artes Visuales Profesor López Carnelli, y el de Maestra Normal en la Escuela Normal José María Torres. La Asociación Dante Alighieri y la Asociación Cultural Inglesa de Paraná le otorgaron respectivamente los títulos de Profesora de Italiano y Maestra de Inglés. Becada por la Dante Alighieri y el Instituto de Cultura Hispánica, realizó estudios de Historia del Arte en Roma y de Orientación Didáctica en Madrid.

Ejerció la docencia y actuó como coordinadora y asesora de Artes Plásticas en la provincia. En cuanto a su actividad artística, promovió galerías de arte, concursos de murales de pintura, de manchas y dibujo. También efectuó peritajes en obras de arte, integró jurados de concursos y creó un taller de arte gratuito en Valle María (Diamante), en cuya parroquia pintó un mural alegórico.

Fue muralista, pintora, escultora y escritora. Pero toda esta imagen de trabajadora de la cultura y la educación se completa con la de la mujer tenaz y luchadora por los derechos humanos. En su vida obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales, provinciales y municipales y también de distintas instituciones privadas.

Además, entre las distinciones recibió el pergamino “Por los valores humanos y su lucha en pos de la verdad y la justicia”, de la Universidad del Nordeste (1986); plaqueta “Al mérito artístico” y Huésped de Honor por el Honorable Concejo Deliberante de Paraná (1981) y en Chaco (1986); diploma “Madre Teresa de Calcuta” (1997); Primer Premio a la Excelencia (1998); fue declarada “Ciudadana Ilustre de Paraná” (1999) y del Chaco (2003); un aula de la Escuela Número 3 Bernardino Rivadavia de Paraná lleva su nombre como homenaje y en el 2002 recibió la distinción municipal “Paraná Agradece”.

Donó los murales Resurrección del Hombre, Nuestra Historia y La Creación, todos en Paraná; Argentina Dolor y Esperanza, en Chaco (1986), Los inmigrantes (Nax, Suiza, 1995); La Pasión de Cristo (Bramois, Suiza, 1996); realizó y donó la réplica de la escultura Venus saliendo del baño (Paraná, 1991); Monumento a la Memoria (Paraná, 1995) y El Principito, en el Parque Rivadavia de Concordia (1995).

Sus obras fueron adquiridas en Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Buenos Aires, New York, Washington, Mántova (Italia), Toledo (España) y el Cantón de Valais (Suiza). Es autora de la letra de varias canciones y publicó poesía y prosa en libros, revistas y diarios de Buenos Aires, Entre Ríos y Brasil. Falleció el 7 de junio de 2005.

El presente dossier recoge distintos textos de Amanda Mayor, para cuya realización hemos contado con el inestimable aporte de Gustavo Piérola.

Si yo pudiera

Miro hacia atrás lo que he vivido y siento mis días plenos, completos de objetivos cumplidos hasta ahora. Creo que cada minuto fue un eterno lapso para llenar con hechos que dignificaron el sentido de mi existencia, pero es largo el camino y queda mucho más por hacer.

No sé si es un deseo de trascender, de quedar en la memoria de los que estén cuando me haya ido o de decirme: “debo seguir, debo realizar, debo dar, debo sentir que puedo”. Quizá sea para rendir cuantas a Dios o a mí misma, como un continuo desafío existencial de agradecimiento por gozar tantas riquezas otorgadas, y de poder valorarlas. Es como una obligación para merecer cada día regalado, cada día ganado, cada prueba superada, para dar sentido a las horas, para llenar vacíos del corazón, para demostrarme que soy capaz. Sé que es una necesidad el lograr todo aquello que me propongo y lograrlo bien, sé que cada ser puede, que yo puedo, no porque soy omnipotente, sino porque soy un pequeño objeto flotando en el universo que ve las maravillas de la creación, las aprecia, y trata de merecerlas, luchando para lograrlas. En ese largo caminar por la vida, tuve una niñez desbordante de paisajes, entre árboles, flores, animales, un lago y la simplicidad e inocencia que sueña con hadas y milagros. Una adolescencia donde los poemas brotaban inquietos en un despertar de ilusiones, de proyectos inventados por la imaginación y nuevas apetencias que hacían vibrar mi cuerpo transformado ya en casi mujer. Una juventud plena, bella, enamorada, que me hacía sentir el vuelo de sueños conquistados. Una madurez en que los pasos fueron andando la tierra del camino, fueron descubriendo escollos, fueron tropezando, sangrando, superando, aprendiendo que el dolor existe, pero también, que todo se puede atesorar como un alimento para crecer.

Quizá nunca hable de la vejez, porque el que sigue soñando, creando, haciendo, aprendiendo, permanece en la madurez. Quizás, si algún día dejo de pensar y ser yo misma, otros hablen de mi vejez, pero nunca lo sabré.

La madurez es el período más largo de mi existencia. Madurar significa dar sazón a los frutos. Significa lograr resultados al esfuerzo. Algunos he logrado, pero es largo el camino, mucha la ignorancia, lento el proceso, la templanza a veces no se alcanza para aplacar las pasiones, las decepciones debilitan, la impotencia detiene, la soledad desampara, la ambición de transformar otras mentes desequilibra, la ansiedad por recibir perturba, la necesidad de ser comprendida desubica, el aislamiento cierra el entendimiento.

Todas estas sensaciones son obstáculos que hay que ir venciendo cada día, firmes, seguras, sabiendo que detenerse significa retroceder, que creer que todo has logrado significa morir. El objetivo aparentemente inalcanzable de lograr equilibrio, templanza, coherencia, dejando de lado el odio, el enojo, la soberbia y el egoísmo, es una lucha constante en el trayecto interminable de la vida cotidiana, pero es un desafío prometedor.

En ese largo recorrido de la madurez, encontré muchas cosas, pero las que cambiaron mi existencia fueron las rejas de la represión y los fusiles que asesinaron. Sentí mi propia sangre derramarse en un abismo de fuego sin razón, y un hijo, mis propias vísceras desgarradas, se hizo nube que riega la tierra para hacerla reverdecer en un diálogo mudo de esperanza. Esas rejas abrieron un sendero nuevo donde encontré a otras madres, otros dolores, otras manos descarnadas, que comenzaron a llenarse con preguntas sin réplicas, con soledad, con rechazos, con verdades despiadadas. Fue un despertar trágico, fue una fruta madura que cayó sola del árbol porque ya había caído el verde de su piel, para convertirse en fuego nuevamente, ese fuego que quema por dentro y que lastima.


Amanda Mayor - Emplazamiento del Monumento a la Memoria, Paraná.

Debo aceptar con naturalidad que un día no supe, que otro no me preocupé, que al siguiente no creí y continué con la indiferencia de los ignorantes, tratando de no abrir los ojos para escapar a la responsabilidad de enfrentar heridas deformantes que podrían acuciarnos y sacarnos de la protección hogareña. Sé que nos ocurrió a muchos ese largo proceso de despertar a la realidad devastadora y cuando abrimos los ojos, nuestros hijos ya no estaban.¡Cuando nos tocó, ya era tarde!

Debo seguir peleando a los cobardes, a los que callan, a los que miente, a los que deforman las verdades, a los soberbios que pretenden burlarse del llanto que provocan, a los gobernantes que desde su visión todopoderosa, cuidan su partido y su figura para mantenerse en lugares de privilegio, donde repiten los errores de soberbia y de poder, a los jueces que no se juegan con valor por la justicia, a la sociedad que discrimina y separa egoístamente a los pobrecitos desvalidos, cabecitas negras, a los religiosos que envueltos en sus posiciones jerárquicas, se olvidaron que hubo un Cristo humilde que quiso cambiar el mundo envilecido, ofrendando su martirio como ejemplo de amor hacia esa humanidad que sigue con una venda de egoísmo cegando su esencia de amor con la que fue dotado. A todos los que también olvidaron que los Cristos se multiplicaron como el pan de los milagros, más jóvenes que Aquél pero también escupidos y crucificados. ¡Nuestros desaparecidos!


Zitto Segovia - Pedacito de Hiel (Imágenes del Mural de Margarita Belén - Unne)

Comencé a extender más mis manos, transformé el dolor en una mirada diferente porque recogí la sangre derramada y lavé la mía hasta purificarla. Los ojos adquirieron un nuevo brillo, aunque estaban heridos por la pena y la tristeza. Fue el renacer del amor gestado por tantos chicos sacrificados. Fue la resurrección parida por el dolor asimilado y acumulado Fue el compromiso asumido, para transformar la falta de respuesta ajena en hechos positivos. Fue el ascensor a las nubes de agua pura donde ellos estaban.

Descubrí que había una fuente cristalina y que podía dar de beber a sedientos y torturados que perdieron el camino por el odio. Descubrí que si adentro construía, podía edificar un mundo diferente y sólido. Fue difícil y escabroso el recorrido por incomprendido y solitario. Comprendí que debía crecer, comprometerme, dar mensajes, que muchas veces chocarían con puertas cerradas y caerían al vacío, como papelitos inútiles Me propuse ser mejor, transformar el llanto en risa, curar heridas, despertar indiferentes, convencer que el odio carcome las entrañas, que importa mucho más la propia conducta que la ajena, que no es digno justificar la inoperancia o los fracasos culpando a los otros. Me dolió no poder dar un hogar a los pequeños que mueren en las calles, no poder cambiar el destino de los ancianos olvidados en los geriátricos y darles el respeto y la ternura que mitigue sus vidas desgastadas. El abandono y el olvido son la muerte anticipada

Si yo pudiera insuflar la fuerza necesaria para cambiar el rumbo de pobreza y de entrega que consume a los desamparados. Si yo pudiera prender la llama interior de cada uno para que destierre el lamento y nazca a la fuerza de una lucha solidaria y generosa. Si yo pudiera cubrirlos con el sol que abriga mi soledad, sentirlos como a verdaderos hermanos, percibir la dicha de hacer, de construir, Si yo pudiera perdonar y también pedir perdón. Si yo pudiera dar un poco más, sin pensar que ello me dejaría vacía, sino enriquecida. Si yo pudiera cortar de raíz, con energía, la mala hierba del jardín de nuestras vidas, y dejar crecer el árbol de la fe, del amor, de la esperanza y de la justicia por la paz y el equilibrio del hombre. Si yo pudiera acariciar los restos de mi hijo antes de morir. Si yo pudiera agradecer a cada uno el amor que me brinda y a Dios por las pruebas que puso en mi camino para superarme y aprender a ser mejor, sin odios ni venganzas. Si yo pudiera borrar la palabra odio, escrita con dolor sobre la tierra y provocar la lluvia de la liberación que lo lave por siempre. Si pudiéramos lograr que la impunidad sea un lamentable recuerdo y viéramos a los asesinos juzgados y en las cárceles. Si yo pudiera...pero sólo soy una pequeña partícula de papel que el viento mueve a su antojo y que quizá nadie quiera leer . Aún así lo intentaré. ¡Tantas cosas se logran antes de llegar a la vejez! ¡Hay tiempo, sólo tengo setenta y seis años!. Debo seguir buscando a nuestros hijos. Si encuentro uno, ese será el hijo pródigo que vuelve al regazo de todas las madres, para acunarlo con la ternura acumulada en el silencio y podremos enterrar nuestras manos en su tumba húmeda de llanto agradecido por el reencuentro. ¡Tengo que ganarle a mi propia muerte!. ¡Así será!



Amanda junto a sus nietos, Ella misma juntó y "armó el equipo". 1-Verónica, 2- Ramiro, 3-Camilo, 4-Alvarinho, 5-Gonzalo, Amanda Mayor, 6-Alvaro, 7-Ernesto, 8-Fernando, 9-Rodrigo, 10-Emiliano, 11-Julia, 12-Sofía, 13-Martina, 14-Gerónimo, 15-Amanda, 16-Emilio, 17-Gabriel, 18-Siomara, 19-Tomás, 20-Eugenia.

Cantata a la verdad de Margarita Belén

Diciembre de 1976,

comunicado Nº 30.000



Argentina, dolor y esperanza


En 1986 Amanda pintó el Mural “Argentina, Dolor y Esperanza” en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Nordeste (U.N.N.E.), un testimonio del horror que produjo la represión ilegal durante los años setenta en nuestro país. Al poco tiempo de inaugurada la obra la Iglesia Católica censuró una escena en la cual un sacerdote presencia una sesión de tortura, y exigió su retiro. La censura originaría un extenso proceso jurídico que culminó en 2004, cuando la Justicia ordenó a la Universidad la reparación de la obra censurada y Amanda, jaqueada por una grave dolencia, restauró por su propio pulso la imagen del sacerdote torturador.

En reconocimiento a su labor por la memoria, la verdad, y la justicia Amanda recibió una plaqueta “Al mérito artístico” y el reconocimiento como “Huésped de Honor” otorgado por los Honorables Concejos Deliberantes de las ciudades de Paraná (1981) y Chaco (1986) y el “Pergamino por los valores humanos y su lucha en pos de la verdad y la justicia” (U.N.N.E., 1986). En 1999 fue declarada “Ciudadana Ilustre” de Paraná y en el 2003, del Chaco.


Sobre el tema de la censura, así informaba el diario Clarín el 12/09/01:

El polémico mural de Margarita Belén

Por Oscar Londero. Paraná. Corresponsal

En la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Nordeste, en Resistencia, hay un mural que recuerda la masacre de Margarita Belén, el caso ocurrido durante la dictadura por el que la justicia chaqueña citó como testigo al titular del Ejército, general Ricardo Brinzoni.

Se trata de una obra hecha por la artista plástica de Paraná Amanda Mayor, madre de Fernando Piérola, una de las 22 víctimas del operativo efectuado por el Ejército el 13 de diciembre de 1976 en esa localidad del Chaco.

Sin embargo, pese a que el mural fue habilitado oficialmente en diciembre de 1986, su autora nunca reconoció la entidad de ese acto. Eso obedeció a las presiones de la Iglesia, que puso reparos a la pintura, titulada "Argentina, dolor y esperanza". Estaba indignada por una de las imágenes incluidas por Mayor: un cura que presencia una sesión de tortura. En ella se ve a una persona desnuda y apoyada sobre una mesa, rodeada por el torturador, un médico y un sacerdote de sotana negra.

Ese detalle, ubicado en la parte superior del mural, formaba parte de una serie que reflejaba los tormentos a los que fueron sometidos los detenidos políticos durante la última dictadura militar.

Poco antes de que Mayor terminara su trabajo, la curia de Resistencia acudió ante la Justicia para impedir su inauguración. Y mientras el trámite seguía su curso, manos anónimas taparon con pintura la imagen que nadie debía ver.

La autora —una católica ferviente— dijo lo suyo durante la inauguración oficial: advirtió que su trabajo había sido "amputado". Y recién lo consideró habilitado cuando restituyó la imagen que había provocado la reacción de la Iglesia. Fue dos años después, en 1998, en absoluto silencio.

Hecho sobre un fondo azul, el mural muestra en primer plano a un hombre atravesado por cuatro lanzas, y con sus manos entrelazadas por otras que surgen a sus costados. Una celeste; la otra, blanca. También se ven uniformados portando armas largas, trabajadores y familiares de las víctimas de la masacre. Una gran leyenda precisa el lugar de los fusilamientos y la fecha en que se produjeron.

La elección del lugar para emplazar la obra no fue casual. Piérola había partido desde Paraná en 1970 para cursar Arquitectura en esa universidad chaqueña. Y vivió en Resistencia hasta 1975, cuando decidió irse a Posadas junto a su mujer, María Julia Morresi.

Militante de la Juventud Peronista, Piérola fue detenido en noviembre de 1976, junto a su esposa, en la capital misionera. Y desde allí fue trasladado a Resistencia, donde quedó detenido en la Unidad Penal 7.

Su madre trató de localizarlo y se entrevistó con varias autoridades militares. Pero los intentos fueron infructuosos. Oficialmente sólo le dijeron que su hijo formaba parte de los cinco prófugos que tuvo el "enfrentamiento" entre efectivos del Ejército y fuerzas subversivas mientras se trasladaba a 13 detenidos desde Resistencia a Formosa.

Se trató de la explicación que esbozó la dictadura militar y que perduró durante años. Hasta que el actual jefe del Ejército, por entonces secretario general de la intervención militar en el Chaco, admitió hace pocas semanas que se trató de fusilamientos. Entonces llegó la citación judicial y una querella presentada por el CELS. (Clarín)


Por su parte así informaba la agencia EFE el 13/12/04:

Reponen en Argentina mural polémico de homenaje a desaparecidos

Familiares de desaparecidos durante la dictadura militar que imperó en Argentina entre 1976 y 1983 repusieron hoy, merced a una orden judicial, un mural de homenaje a las víctimas en el que se aprecia a un sacerdote como partícipe en una sesión de torturas. La obra "Argentina dolor y esperanza", realizada por la artista argentina Amanda Mayor, madre de uno de los asesinados en la llamada "Masacre de Margarita Belén, episodio del cual se cumplieron hoy 28 años, fue el centro de una puja judicial entre familiares de desaparecidos y la Iglesia católica.

El mural, situado en el aula magna de la estatal Universidad del Nordeste, en la ciudad de Resistencia, a unos 1.000 kilómetros de Buenos Aires, fue inaugurado en 1986, pero las autoridades eclesiásticas lograron que se tapara el sector donde aparece un sacerdote en una sesión de tortura.

Los alumnos de ese centro de estudios volvieron a pintar la escena de la polémica, pero nuevamente fue censurada, hasta que el juez federal Carlos Skidelsky, quien investiga la "Masacre de Margarita Belén", hizo lugar el pasado viernes a un amparo y autorizó la reposición completa del mural.

"Ordenar a la Universidad Nacional del Nordeste la reposición y/o repintado de la figura de un sacerdote en el mural ubicado en el aula magna de la misma, y titulado ’Argentina dolor y esperanza’, en el mismo sitio que originariamente fuera pintado en julio de 1986", señala el veredicto judicial.

La reposición de la obra se hizo en el contexto de una serie de homenajes, que comenzaron el sábado y concluyeron esta noche, a los 22 presos políticos asesinados en 1976 a golpes algunos, fusilados otros, en un paraje rural conocido como Margarita Belén, a pocos kilómetros de Resistencia.

El Ejército, varios de cuyos oficiales están imputados por ese caso, entre ellos el ex jefe de la fuerza Ricardo Brinzoni, informó en aquel entonces de que "un grupo subversivo" había atacado un convoy militar que trasladaba a los 22 presos, quienes murieron en un "enfrentamiento" cuando intentaban escapar.

Sin embargo, las posteriores investigaciones judiciales y de los organismos de derechos humanos refutaron los argumentos suministrados en 1976 por el Ejército, ya que determinaron que, al menos, unos doce presos políticos fueron asesinados a golpes y fusilados los restantes.

Varios sacerdotes y seminaristas de la Iglesia católica fueron víctimas de la dictadura por su actuación en defensa de los derechos humanos, aunque otros colaboraron con la represión ilegal, según las distintas causas por delitos de lesa humanidad que se ventilan en los tribunales argentinos. (EFE)


Y así lo hacía María Luz Piérola el 29/10/07

Cuando se recupera el lugar que fue centro clandestino y tortura, la ex Brigada de Investigaciones de Resistencia, Chaco, hoy denominado “Espacio o Casa de la Memoria”, se realizó una réplica del Mural “Argentina, Dolor y Esperanza” de Amanda Mayor de Piérola. Este “conflictivo” Mural está ubicado en el aula Magna de la Facultad del Nordeste, en la misma ciudad, y fue enérgicamente repudiado y censurado reiteradas veces, por la Iglesia y por las autoridades. Tenía la osadía de representar, en una de sus escenas, a un cura presenciando una sesión de torturas.

Hoy nos parece irrisorio contemplar estos hechos, ya que todos hemos sido testigos del juicio al genocida Von Wernich.

Amanda, con el tezón que siempre la ha caracterizado, reconstruyó varias veces a este curita mutilado, entrando, incluso, en una oportunidad, clandestinamente junto con los estudiantes.

Finalmente, con autorización judicial, el curita fue estampado en las paredes de la universidad, para ser el símbolo de lo que nunca debió suceder.

Amanda, después de la primer operación de la enfermedad que la llevaría a su muerte, el 13 de diciembre de 2005, subida a los andamios, logró concretar una de sus tantas luchas.

La Comisión por la Memoria quizo que Amanda estuviese en este espacio, y realizó un debate sobre la Memoria y Rodolfo Walsh, y finalmente, la colocación de la réplica del Mural de nuestra Madre Coraje.

Eric Peco Tissenbaun, Dario Tapita Gómez, Víctor Fernández, Emilio Goya, Dafne Zamudio, Alejandro Roselló, Miguel Molfino, todos y cada uno, presentes.

Y nuevamente nuestra vieja bailó con nosotros, junto con Fernando y los 30.000. Porque es de tercos este andar siempre luchando por la vida y la justicia. Es terquedad genuina el andar caminando coherencias y desafiando a través de la risa, a tanta muerte rondando. (www.dehumanos.wordpress.com)

La Junta Militar va a terminar con la guerrilla.
El país retornará a la normalidad.

Pobres compañeros, fueron a sus casas,
todos se llevaron.
Al botín robado se lo repartieron,
violaron mujeres, a niños mataron
y los secuestrados desaparecieron.

No lo digas fuerte, que tenemos miedo, nos amenazaron.

Algunos quedaron legal en la cárcel,
sufriendo torturas.
Las celdas tenían el número justo
de sus desventuras.

¡Pero qué fortuna, si ya nos dijeron que allá los cuidaban,
que estaban seguros!

No creas amigo lo que te dijeron,
hay padres que oyeron las mismas mentiras,
pensaron salvarlos y allí los mandaron,
¡nunca más los vieron!
A otros los llevaron hacia la Alcaidía.

Suspenden visitas de los familiares,
que está preparada la orgía sangrienta.
Hacia el comedor lleven los rebeldes,
y a la voz de mando, ajustaremos cuentas.

Cinco horas pasan de horrendos suplicios,
golpes, sangre, burlas, doloroso gritos
y los otros presos, mordiendo las rejas,
callan su impotencia sufriendo en silencio
la suerte tremenda de sus compañeros.

En la madrugada de ese día trece,
deshechos, sin fuerzas, todavía atados,
a todos se llevan por ese camino de los condenados.

Por él, por ellos... ¡Libertad!

Por él, por ellos... ¡Libertad!
Soñaste con libertad, vencer los males,
sin engaños, infamias, ni atropellos.
Enarbolar la bandera con ideales,
para cubrirnos de luz con sus destellos.

No te mataron, eres el viento.

 

Con ideas firmes y corazón muy noble,
deseaste la unión latinoamericana.
Sin dependencias, que es fábrica de pobres,
ganando el pan con dignidad humana.

Te seguiremos hasta alcanzarte.

Creyeron que en tu cuerpo destrozado,
enterrarían la fuerza de tu mente;
sin suponer siquiera que ha quedado
para siempre, vibrando en tanta gente.

Estás aquí, te siento.

Creyeron que podían matarte
y no supieron que el sol es tu mirada
que da energía a aquel que en ti comparte
el sueño de justicia que brilla en la alborada.

Si es casi risa el sol de la mañana.

Fuiste más fuerte que el verdugo,
que mancilló tu carne.
Formaste con tu sangre manantial puro,
donde lavé mis dudas y pude reencontrarme.

Oh roca viva, por ti me salvo.

Así nacimos, desde la muerte
y no lloramos, sólo luchamos.
El sufrimiento nos hizo fuertes
y nos pusimos pañuelos blancos.

¿Dónde está mi niño?

Un niño inquieto que al jugar crecía
con la inocencia de quien es querido.
Sin darse cuenta su niñez moría.
Llegó a ser hombre sin estar herido.

Era rebelde, luchador, directo,
daba su mano al que más sufría,
a los desamparados les dio afecto,
brindó su vida por lo que creía.

El no está aquí, se lo llevaron ellos.
Nadie responde dónde está mi amado,
nadie me dice dónde lo han llevado.

Seguiré caminando hasta encontrarlo,
izaré su bandera en la pelea
y estará en el que salve aunque él no sea.


Están aquí

A sus ideales no los mataron.
Los vi en sus ojos,
eran dos llamas en las pupilas,
como dos faros en la locura.
Los vi en sus manos, firmes y fuertes,
ayudando a sus hermanos.
Los vi en sus cuerpos, juntos y erguidos,
marchando con amor a sus destinos.
Los vi en sus voces, claras vivaces,
con dignidad, enaltecidos.

Nos enseñaron con entereza.
No claudicaron, ni se vendieron.
Fueron ejemplo , nada fue en vano.
Están aquí,
en la verdad que nos legaron,
en la coherencia de sus ideales,
en la ternura de los que amaron.
Surgen triunfantes,
en la pujanza de un noble gesto,
en la defensa del semejante.
No los mataron, están aquí,
en este grito de mi garganta,
en esta fuerza que me levanta.
Son los ideales que están en mí

1986


Juro

Tu figura se iba perdiendo en la distancia.
Te vi partir, llevabas la guitarra, tu equipaje
y caminabas erguido , mostrando tu elegancia,
llena la cabeza de sueños y bagajes.

Me dejaste tu voz, cantando en mis oídos,
calmando mi tristeza como un trino.
Transformaste alegremente en alegría el ruido
y la risa fue burbuja, néctar, vino.

Me dejaste tus manos, delgadas, suaves,
pegadas a mi cara en la ternura,
metiéndose en mis poros como aves,
buscando abrigo y protección segura.

Me dejaste tus ojos, vivos, puros,
metidos muy adentro de los míos,
por eso llegaré a lugar seguro
y navegaré con ellos por mil ríos.

Me dejaste tu lucha muy metida
En el torrente de mi sangre.
No puedo detener mi marcha dolorida
hasta compensar tanta injusticia y hambre.

Me dejaste tu humildad dignificada
en el amor que diste a manos llenas,
soñando el bien con acciones elevadas
y llenando mi vida de ternura plena.

Me dejaste tu abrazo de un momento
que se hizo milagro eternamente.
Aunque no estás ,no lo lamento
porque te siento junto a mí muy dulcemente

Estás en cada ser que amo,
en cada vida que aparto del espanto,
en cada bien que da mi mano,
en cada risa que rescato al llanto.

Estás aquí , te toco, te acaricio amado,
te hago vivir en mi fuerza interminable,
te hago triunfar en mi esfuerzo denodado,
te hago surgir guiándome incansable.

Allá vas con la guitarra hacia tu suerte.
Siento tu canto en el silencio amable.
Juro, la mano en alto, clarificar tu muerte
y marcar la ignominia en la frente del culpable.

Diciembre de 1979


Oración para el día de tu cumpleaños

Gracias por enseñarnos la esencia de tu ideal.
Por todo lo que diste venciendo al dolor.
Por seguir adelante sin claudicaciones.
Por superar la sangre de tus llagas.
Por elevarte, a pesar de la infamia.
Por mostrarnos claramente que el ser superior
vence a las rejas, sin doblegarse ante el temor.
Gracias por no quebrar tu fortaleza,
ni señalar a algún hermano,
para aliviarte de cargos y golpes inhumanos.
Gracias por callar ante el verdugo
Y dar tu voz para sembrar.
Gracias por no venderte ante la presión corrupta,
y crecer. Creciste tanto
que tuvieron que alejarte para sentirse fuertes.
Así se condenaron a vivir entre rejas,
con recuerdos de destrucción y barbarie,
sin paz y sin luz.
Esa luz que vi en tus ojos
y que hoy nos envuelve como gigantescas alas,
símbolo de libertad ,fe y amor,
amalgama divina que nos da esperanzas en un mundo mejor.
Gracias hijo y a los hijos de otras madres,
por mostrarnos el camino de la resurrección,
por renovar el calvario de la cruz del Señor.

25 de junio de 1979


Paraná, ciudad de río

Ciudad de río, te camino.
Las estrellas se acurrucan
en la tibia morada de tus aguas.
Ahora un pájaro despierta y se aleja
inaugurando la distancia.
La jornada despereza su letargo
iluminada de sol en los tejados.
Me detengo
en la ternura del encuentro amigo,
en el llanto del sauce,
en la magia de un gorjeo,
en la canoa que trepa el horizonte,
en el misterio de tus verdes silenciosos,
en la quietud del sortilegio
que me envuelve.
Ya no camino,
soy tus calles,
tu río,
tus sombras y tus luces.
Estás en mí, yo estoy en ti,
consustanciada

1994


Pedacito de hiel

Flor hecha de sangre
Margarita Belén,
floreciendo con tus cuerpos
torturados, destrozados,
que viste caer.

Oh! Rinconcito de América.
Oh! Pedacito de hiel,
beso su polvo sagrado
que recibió mis entrañas
y abrazó la agonía
que transpiraba su piel.

¡Por qué no te abriste tierra
para enterrar a los otros
con sus miserias!
¡Infamia!
Con sus uniformes
¡Infamia!
Para ocultar la traición
¡Infamia!

Oh! Margarita Belén,
llora conmigo las muertes
que son pétalos sangrantes
oprimiéndome la sien.

Margarita, Margarita,
si eres mujer me comprendes,
tú que los viste caer,
¡Dime dónde los llevaron,
dime por Dios dónde están!

En mi pecho hay un gemido
Que no puedo contener.
Soy la madre de Fernando,
Quiero ser tierra también.

Oh! Magarita Belén.
Margarita... Margarita...

 

Mensaje al viento para Amanda

Por Jorge Giles

Hoy sólo quiero que alguien recoja este mensaje y te lo lleve,
querida Amanda, hasta tu regazo de madre mayor.
Quise dejarlo en una botella y arrojarlo al río,
pero sabía que el río me lo devolvería.
Dije, ¿y si lo tiro al mar?
pero el mar es tan ancho y tan hondo,
tan preocupado por seguir velando el sueño profundo de otros hermanos
que no podía importunarlo así.
Por eso, mirando hacia arriba, se me ocurrió esta carta,
este mensaje de amor
esta canción de gratitud
estas margaritas que siguen doliendo
aquí, en el costado izquierdo de la memoria
en la lágrima bella que aún no termina de caer
en este Diciembre que empieza y termina todos los años
cuando el gallo anuncia que es el Día 13.

Hoy Amanda somos todos
pero con mucha más justicia, Amanda se llama Mirta, se llama HIJOS,
todos los Pañuelos Blancos se llaman Amanda!!!
la alegría que no rendimos
el dolor que no ocultamos
la lucha que seguimos dando
la canción de cuna que aprendí a cantar
todo, todo, hoy se llama Amanda, como el canto azul
de esta nueva ronda:

“¿Y los Compañeros?” por ahí andan
“¿Y los que masacraron?” por ahí andan
“¿Y la primavera herida?” por ahí anda
“¿Y la esperanza digna?” por ahí anda

Todo rima con tu ejemplo...
Hasta que se haga JUSTICIA
AMANDA
AMANDA
AMANDA

2004

(Para Amanda Mayor de Piérola en este nuevo 13 de Diciembre)

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