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¡ViKtoria!
¡Cantemos viKtoria! Yo estoy en la gloria…
Por Osvaldo Vergara Bertiche
Fin de año; fin de 2010; tiempo de balance; tiempo de pensar el Nuevo Año.
“¡ViKtoria! ¡Cantemos viKtoria!” decía en uno de sus tangos
Enrique Santos Discépolo.
“Yo estoy en la gloria…” añadía. Yo también.
Como para no estarlo, si tuvimos que aguantar durante más de cincuenta años que
nos mojaran la oreja. Pretendieron que tuviéramos “el mate lleno de infelices
ilusiones” (algunos aún lo conservan). Nos contaban que “las ideas no se matan”
pero al decir de Mafalda nos la abollaban. Y cuando
con eso no les alcanzó, asesinaron, asesinaron sin piedad, para “conservar
nuestro estilo de vida occidental y cristiano” y fue tanta su furia y desenfreno
que también mataron a los representantes de Cristo (Monseñor
Angelelli, los sacerdotes Pedro Dufau, Alfredo Leaden y Alfie Kelly, y los
seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti, entre tantos otros).
“Yo estoy en la gloria”. Como para no estarlo, si desde hace siete años la
libertad es libre. Es tan libre que más de un “canalla” (otro epíteto no cabe)
utiliza esa libertad para denostar a los gobiernos doble K que gobiernan desde
el 2003.
“¡ViKtoria!”, sí… Victoria. Victoria es cuando se gana, cuando se triunfa. Y le
hemos ganado a más de uno. Hemos obtenidos triunfos. Nos faltan unos cuantos.
“Yo estoy en la gloria…” en este año del Bicentenario. Reivindicamos a la
Patria, a la Nación (no la de los Mitre, sino la otra,
la que nos concierne); reivindicamos lo mejor de nuestra historia; se sacó a
verdaderos héroes de infame confinamiento; allí en
Obligado se rompieron las cadenas del silencio y el olvido con un Monumento
de Cadenas y una insigne figura custodiando nuestra soberanía.
“¡ViKtoria! ¡Cantemos viKtoria!” que nos sacamos de encima al falible FMI y a
las expoliadoras AFJP. Le dimos el barquinazo a los monopolios mediáticos a
pesar de jueces adquiridos en privada subasta y estamos a un tris de
democratizar las bobinas de papel. Le dijimos al oscurantismo que la diversidad
es aceptada y legalizada ¡por qué no!!! Pusimos otra vez en las escuelas a
millones de pibes por una simple asignación (que deberá irse incrementando) y
los conectamos al mundo a través de una computadora portátil.
“¡ViKtoria! ¡Cantemos viKtoria!” que los genocidas están presos en cárceles
comunes y los lúgubres lugares de tortura y muerte son hoy espacios de Memoria.
“Yo estoy en la gloria” porque existen paritarias, menos trabajadores en negro y
expansión industrial… crecimiento que le llaman. Porque existimos jubilados que
no ganamos lo que tendríamos que ganar pero que ganamos mucho más que lo que nos
pagaban los “profetas del odio” y también campesinos que se dieron cuenta que
una mesa los enlazó para servir a los espurios intereses de la Sociedad Rural.
Discépolo… los tangos los hiciste para siempre, y cuando levantemos la copa del
brindis pensemos que hay todo un Pueblo que grita ¡ViKtoria! ¡Cantemos viKtoria!
y recordemos a Néstor que fue el forjador de lo nuevo y que su pasión está
intacta en las manos de Cris. La crispación a que se refieren los conspicuos
dirigentes de la UDR (Unión Democrática Reciclada) el Pueblo la ha convertido en
Cris pasión. ¡Por algo será!
“Yo estoy en la gloria…” porque seguiremos con seguridad hasta el 2015 y quizás
por siempre jamás. De todos nosotros depende.
Feliz Año 2011 y hasta la ViKtoria.
Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Diciembre 30 de 2010
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