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Homenaje
a un militante de la resistencia peronista
Gonzalo, el hijo del militar que protagonizó la toma del Regimiento VII del
Ejército junto a Cogorno, evoca a su padre.
Por Pablo Roesler
Horacio Ireneo Chaves era una persona que tenía una convocatoria entre sectores
que, entre ellos, a veces no se juntaban. Fue secretario general del Partido
Justicialista en 1972, era un hombre de la resistencia peronista, tenía muy
buena relación con los sindicatos y con la juventud de los '70. El homenaje se
pudo hacer por su figura, pero también por el esfuerzo de esta comisión, que
refleja esa característica de unidad que tenía mi padre." Con esas palabras,
Gonzalo Chaves resumió el espíritu del acto con el que hoy se impondrá el nombre
de su padre a la Avenida 53, entre 20 y 23, de La Plata, una arteria que cruza
el barrio en el que vivía y que choca con la plaza donde se levantaba el
Regimiento VII del Ejército que aquel hombre tomó bajo las órdenes del teniente
coronel Oscar Lorenzo Cogorno en el levantamiento del 9 de junio de 1956 contra
el golpe que había derrocado a Perón, y que 20 años más tarde fue asesinado por
la Triple A.
El homenaje es la ejecución de la ordenanza municipal Nº 10.129 aprobada el 16
de agosto de 2006 que impuso el nombre de Chaves a ese tramo de la avenida que
cruza por su eje a la capital bonaerense, y se realizará a las 19 frente a la
plaza Islas Malvinas, donde funcionó el Regimiento de Infantería VII del
Ejército, en el corazón de la ciudad, a 12 cuadras de la Gobernación y seis de
la Catedral. Allí dos hijos, sobrinos, nietos y amigos de Chaves descubrirán las
placas instaladas en los postes indicadores de las esquinas y encabezarán el
acto con actividades artísticas y musicales.
"Queremos recordar su vida, no su muerte. Por eso en este acto va a estar lo
formal, pero también va a haber música y otras actividades", resumió Gonzalo,
quien integra el organismo de Derechos Humanos Memoria Fértil, catalizador del
evento del que participarán también los intendentes Pablo Bruera de La Plata,
Enrique Slazak de Berisso y Mario Secco de Ensenada, y el secretario de Derechos
Humanos de la Provincia, Guido Carlotto. También organismos de Derechos Humanos,
sindicatos y organizaciones políticas como La Cámpora, Movimiento Evita, Nuevo
Encuentro, entre otros.
"Del homenaje va a participar un suboficial del 9 de junio, Hugo di Bernardi,
que era un cabo de la banda del Regimiento VII que participó con mi viejo en la
toma del cuartel. Es uno de los pocos que quedan vivos, y él va a venir a
destapar la placa", contó Chaves.
–¿Por qué eligieron esa calle para que lleve el nombre de su padre?
–Cuando mi viejo vino a La Plata, que fue a los 20 años, cuando egresó como cabo
de la Escuela de Suboficiales del Ejército y le dieron el destino, vivió frente
al regimiento. Después, cuando se casó con mi vieja, se mudó a las casitas de
los cuarteles, que era lo que se acostumbraba. Yo nací ahí, donde ahora está la
plaza Islas Malvinas. Cuando se retiró, en 1947, nos mudamos a 27 y 54, que es a
un par de cuadras. La 53 es la calle de nuestro barrio.
–¿Cómo fue la vinculación de su padre con la política y el Ejército?
–Mi viejo no era militante cuando estaba en el Ejército. Y cuando se retiró se
afilió a UPCN porque trabajaba en el Departamento Central de Policía y en Obras
Sanitarias. Era peronista, pero no era un activista ni militante. Cuando se
produce el bombardeo a la Plaza de Mayo del 26 de junio del '55 ya estaba
retirado, pero como buen soldado se presenta en el Regimiento VII y participa
con las tropas de la recuperación de la base aeronaval de Punta Indio. Después,
cuando viene el golpe del 16 de septiembre de 1955, se presenta otra vez y toman
la base naval de Río Santiago en defensa del gobierno constitucional. Esa fue la
actividad más política que tuvo en esa época.
–Pero más tarde participó de la resistencia peronista.
–El hecho más significativo es su participación en el 9 de junio de 1956. Él
participó dentro de un grupo de suboficiales muy grande que había en La Plata,
entre los que estaba Delfor Díaz, que era muy cercano a Cogorno. Después de eso,
van presos primero a (la cárcel de Lisandro) Olmos, después a Magdalena y
después fue castigado con el traslado a Río Gallegos, y después a Rawson. Los
hombres de la resistencia, en realidad, se encontraron en la cárcel, y ahí
comienzan a vincularse y estudiar.
–Cuando recupera la libertad, ¿queda organizado dentro de la resistencia?
–La cárcel le dio a la resistencia contactos y organización. La composición
social de la resistencia era trabajadores y suboficiales del Ejército. La clase
media miraba para otro lado. Y a partir de allí viene el Conintes y lo vuelven a
meter preso. Estuvo en total cuatro años y medio preso, en distintos períodos.
Siempre por peronista.
–¿Cuál era su relación con la juventud de los setenta?
–Él tenía una relación muy buena con la Juventud. Tal es así que en el retorno
de Perón del 17 de noviembre de 1972, aunque el protagonismo de ese retorno era
de los jóvenes, mi viejo encabezó la columna de la Juventud Peronista de La
Plata. Volvió empapado, con la libreta de enrolamiento desecha, porque se le
había mojado toda, pero contento, porque habían logrado el objetivo que era
traer a Perón.
El 7 de agosto de 1974, Horacio Irineo Chaves, de 66 años, fue secuestrado por
un comando de la Triple A junto a uno de sus hijos, Rolando, de 34 años, cuando
llegaba a su casa de calle 27. Ambos fueron acribillados en un descampado. De su
entierro participó una multitud, que caminó en caravana hasta el cementerio
hostigada por la policía.
"A mi viejo lo estaban esperando en la casa. El raid de la Triple A ese día,
según lo que pudimos reconstruir, empezó a las 7 de la tarde, cuando me fueron a
buscar a mí a una casa de Los Hornos, donde yo hacía tres meses que ya no vivía
ahí. A la noche fueron a la casa de mi viejo y lo esperaron. Cuando llegó lo
detuvieron, era casi a medianoche, y junto con él se llevaron a mi hermano
Rolando, que era peronista pero no militaba. Lo mataron igual porque la idea era
dar un escarmiento. Y después de ahí se fueron a la casa de (Carlos Ennio)
Pierini, pero antes ya habían visitado otras casas", recordó Chaves.
–¿Cuál es la importancia para la reconstrucción histórica de que una calle de La
Plata se llame Horacio Chaves?
–Mi viejo era un hombre que, cuando estuvo en la milicia, tenía muy buena
relación con los soldados y la familia de los soldados. Después, en el barrio él
ayudó a todo el mundo. Solucionaba más para afuera que para adentro de la casa.
Y era una referencia política por su trayectoria, su conducta, que en los
setenta eso se puso muy en evidencia. En el año '78, yo estaba viviendo en
clandestinidad en la casa de un compañero en el Conurbano y vine a La Plata. Yo
no pisaba nunca esta ciudad porque me conocía todo el mundo, pero esa vez vine
por una necesidad extrema. Al día siguiente me levanté muy temprano y salí
cuando estaba amaneciendo, y cuando iba cruzando una plaza, un tipo me gritó:
"¡Viva el viejo Chaves, carajo!” Nunca vi un homenaje más fuerte que ese que en
plena dictadura militar le hizo un trabajador del municipio que estaba haciendo
arreglos en la plaza.
20/10/12 Tiempo Argentino
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