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El
“Bebe” Cooke y la lucha por la liberación nacional. Apuntes sobre la
lucha revolucionaria en el peronismo.
Por Juan Godoy*
Se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de uno de los más
importantes militantes del peronismo revolucionario (en 1968), a saber:
John William Cooke. Solo tenía 47 años. El 16
de septiembre, pero 13 años antes (en 1955) se produce el golpe de
estado que deja inconclusa la Revolución Peronista. Dos meses antes, en
junio, los aviones con la consigna “Cristo Vence” descargaban el odio
oligárquico sobre el pueblo argentino. Ese día, John William Cooke; que
había sido joven diputado (contaba 26 años) del bloque peronista en el
primer periodo presidencial de Perón, desde donde había defendido la
política nacional desarrollada por Perón, como las diferentes
nacionalizaciones, la Reforma Constitucional del ’49 (criticando la
liberal del ’53), la expropiación del diario “La Prensa”, y demás
conquistas económicas, sociales, políticas y culturales, sin dejar de
criticar los proyectos que pensaba no iban en esa línea como con las
Actas de Chapultepec (expresión del panamericanismo), o más tarde (sin
ser diputado) los acuerdos petroleros con la California; se parapeta
detrás de un monumento y descarga varios cargadores sobre la canalla
oligárquica1. Salvador Ferla afirma que el 17 de octubre de 1945, se
relaciona con el golpe del ’55, y los fusilamientos de junio del ‘56,
“esa misma noche del 17 se la tiene jurada al pueblo. Esa misma noche la
oligarquía empezará a soñar con la hora de la impunidad para la
venganza”2.
Cooke, cuyo padre (de filiación radical) había sido Ministro de
Relaciones exteriores entre 1945 y 1946, una vez producido el golpe,
será el primero en establecer contacto con Perón, y en colocarse en la
“trinchera” para dar comienzo a la Resistencia Peronista. La osadía le
costará la cárcel, la tortura, simulacros de fusilamiento toda una noche
por parte de los “comandos civiles” luego del levantamiento de Valle y
Tanco, el frío duro del tétrico penal de Ushuaia (reabierto por “los
democráticos libertadores”), el exilio (luego de una espectacular fuga
del Penal de Río Gallegos hacia Chile), y como contrapartida ser
designado delegado, y heredero del General Perón. Cooke se interesó
largamente por la formación de cuadros, así dejó varios escritos,
cartas, artículos en periódicos, etc. Nos interesa resaltar aquí,
algunas consideraciones de “El Bebe” acerca de la cuestión nacional y de
la lucha revolucionaria en nuestro país.
En 1959, dicta una conferencia en una Congreso en donde aborda la
cuestión de la liberación nacional (la misma es editada bajo el nombre
“la lucha por la liberación nacional”3). Sostiene allí que las rebeldías
individuales de la resistencia deben canalizarse en una coordinación que
permita encauzarlas hacia un proceso de liberación nacional. Este
proceso de liberación solo puede darse dentro del peronismo (aunque no
es exclusivamente éste el que lo tiene que llevar a cabo). Es necesaria
una gran movilización y organización profunda de las masas populares.
Afirma Cooke aquí algo que es central para nosotros, el planteo para la
lucha debe partir del conocimiento de nuestra realidad como una semi-colonia,
que a su vez es parte de un Continente (latinoamericano) que también es
semi-colonial. El enfrentamiento principal entonces no es democracia vs.
autoritarismo, o bien izquierda vs. derecha, sino más bien el dilema es
Nación-Pueblo vs. la unidad oligárquico-imperialista.
A partir de este reconocimiento de nuestra condición semi-colonial,
donde somos independiente y plenamente soberanos “en los papeles”, pero
que la situación real dista de ser de plena soberanía por la dependencia
e injerencia del imperialismo en el país, es que Cooke sostiene que la
lucha por la liberación nacional en la Argentina, debe ser anti-imperialista.
Nos dice que hubo una generación (la del 900) donde está Manuel Ugarte
que se basó en un anti-imperialismo romántico, y luego se pasó a un anti-imperialismo
parcial, inorgánico, y sentimental de Yrigoyen (un nacionalismo
defensivo que no propugnaba la industrialización), para que más tarde,
con el peronismo se pasara por primera vez a un anti-imperialismo
práctico, formado por un coherente apoyo de las masas trabajadoras.
Establece Cooke en el “Informe a las bases”: “la verdad es que esa
antinomia “peronismo-antiperonismo” es la forma concreta en que se da la
lucha de clases en este periodo de nuestro devenir”4
De esta forma, la cuestión social y la cuestión nacional aparecen
indisolublemente unidas. Una no se puede resolver sin la otra. Afirma
Cooke, unos meses más tarde de haber defendido la revolución cubana, con
las armas en la mano, de la invasión yanqui: “la liberación nacional y
la revolución social son un todo indivisible, porque la lucha
emancipatoria es tarea de las masas e importa liquidar las instituciones
de privilegio para sustituirlas por las de una sociedad sin verdugos ni
sacrificados”5.
De ahí también que Cooke nos hable de la necesidad de integrar la teoría
con la práctica. Estos polos están intrínsecamente unidos en la lucha
revolucionaria. Disociados sería un exceso, ya sea de teoría o de
práctica. Dice Cooke, luego del retorno fallido del General Perón bajo
el gobierno fraudulento de Illia, “la teoría es necesaria (…) los
burócratas creen que la política es puro pragmatismo, y como ellos son
los empíricos por excelencia, también se creen los más altos políticos;
la teoría es extraña o exótica, como dicen repitiendo las consignas
oligárquicas. No ven que la acción y la práctica no son categorías
independientes sino partes indivisibles de la lucha revolucionaria. No
ven que la acción es conocimiento revolucionario que se sustenta a sí
mismo, separado de la acción. La lucha revolucionaria es acción
enriquecida por el conocimiento; compenetración de la realidad”6. La
indigencia teórica, piensa Cooke, trae errores estratégicos.
El “bebe” arremete contra la burocracia, contra los aduladores y
aplaudidores. Ortega Peña y Duhalde argumentan al respecto que no es la
burocracia para Cooke un conjunto de hombres más o menos ineficaces, es
más bien en lo interno del movimiento una conducción sin política de
fines, una conducción sin una política de poder7. La burocracia es la
negación de lo revolucionario, es la incapacidad de comprender concebir
o ejecutar una política revolucionaria, “no puede imaginar lo que es una
política revolucionaria porque se maneja con los mismos valores y
conceptos que la minoría contra la cual tiene que hacer la revolución”.8
Profundiza la cuestión Cooke al no considerar burócrata meramente a un
sujeto que ocupe un cargo ya sea político o sindical, e incluso se aleja
de tesis puritanas que están en contra de utilizar las ventajas que
puede otorgarle esos estatus, tampoco es la deshonestidad lo que condena
(el burócrata puede o no ser deshonesto), así “lo burocrático es un
estilo en el ejercicio de las funciones o la influencia. Presupone, por
lo pronto, actuar con los mismos valores que el adversario, es decir,
con una visión reformista, superficial, antitética a la
revolucionaria”9.
Algunos querrán a partir de estas críticas, y de otros escritos y
acciones de Cooke ver a un personaje que propone la violencia armada
como único método de lucha, pero bien anota Aritz Recalde a partir del
análisis de las Correspondencia Perón-Cooke que “a Cooke muchas
corrientes del pensamiento lo caratulan como intelectual izquierdista e
inspirador de la militarización constante de la lucha política argentina
(…) Por el contrario, creemos que Cooke era consciente de la necesidad
de articular la lucha política y cultural de masas con la acción
militar, para no caer en belicismos y en distanciamientos del pueblo”.10
Cooke rechaza una invitación que le hicieran Eduardo Luis Duhalde,
Rodolfo Ortega Peña, Hernández Arregui y Ricardo Carpani, entre otros a
formar parte de el grupo CONDOR, que en sus bases se proclamaba
marxista. El “bebe” declina la invitación considerando que la pública
adhesión al marxismo hará que no tengan injerencia en las masas (quizás
sí, como otros grupos, en el ámbito universitario). No obstante, su
biógrafo, Norberto Galasso sostiene que la concepción de Cooke “está
centrada, pues, en la construcción de un partido clasista –“peronismo
obrero”, “peronismo revolucionario” o como quiera llamárselo- para
erigirlo en conducción de un frente único anti-imperialista cuya lucha
por la Liberación nacional apuntará hacia el socialismo”11.
Para finalizar, sostenemos que “el bebe” Cooke apunta a la construcción
de herramientas teórico-prácticas para la lucha por la liberación
nacional, y lo hace desde y para los países semi-coloniales, oprimidos
por el imperialismo. No buscará teorías exóticas, ni caminos extraños a
la capacidad creativa de las masas argentinas (que afirma: son
peronistas). No se perderá en “modas intelectuales”, busca transformar
la realidad. Apunta a la conformación de una posición nacional que, en
sus palabras, “es aquella capaz de plantear originalmente la revolución
sin trasladar mecánicamente conclusiones que fueron válidas en otro
cuadro histórico social; a nadie se le ocurre que tenga que ser una
construcción hecha con elementos conceptuales surgidos como productos
nativos. Lo que hace que una ideología sea foránea, extraña o exótica,
antinacional, no es su origen sino su correspondencia con la realidad
nacional y sus necesidades”12.
1 Galasso, Norberto. (2004). Cooke. De Perón al Che. Una biografía
política. Buenos Aires: Nuevos Tiempos.
2 Ferla, Salvador. (2007). Mártires y verdugos. La insurrección de valle
y los 27 fusilamientos. Buenos Aires: Peña Lillo (Continente), página
23.
3 Cooke, John William. (1959). La lucha por la liberación nacional.
Reproducido en Cooke, John William. (2009a). Duhalde, E. L. (Comp.).
Obras Completas. Peronismo y revolución. Apuntes para la militancia. La
lucha por la liberación nacional/Informe a las bases. Tomo V. Buenos
Aires: Colihue.
4 Cooke, John William. Peronismo y revolución. El peronismo y el golpe
de estado. Informe a las bases. Reproducido en ibídem, página 81.
5 Cooke, John William. (1961). La campaña oligárquico-imperialista en la
actualidad. La Habana, agosto de 1961. Reproducido en Cooke, John
William. (2009b). Duhalde, E. L. (Comp.). Obras Completas. Artículos
periodísticos, reportajes, cartas y documentos. Tomo III. Buenos Aires:
Colihue, página 72.
6 Cooke, John William. El retorno de Perón. Reproducido en Cooke, John
William. (2009a). Duhalde, E. L. (Comp.). Op. Cit., página 197.
7 Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis. Prólogo a la edición de
1973 (ed. Schapire) de Apuntes para la militancia. Reproducido en
ibídem.
8 Cooke, John William. Apuntes para la militancia. En Ibídem, página
259.
9 Cooke, John William. Peronismo y revolución. El peronismo y el golpe
de estado. Informe a las bases. Reproducido en ibídem, página 23.
10 Recalde, Aritz. (2009). El pensamiento de John William Cooke en las
cartas a Perón. 1956-1966. Buenos Aires: Nuevos Tiempos, página 109.
11 Galasso, Norberto. (2004). Op. Cit., página 249.
12 Cooke, John William. Peronismo y revolución. El peronismo y el golpe
de estado. Informe a las bases. Reproducido en ibídem, página 155.
Bibliografía
Cooke, John William. (2009a). Duhalde, Eduardo Luis (Comp.). Obras
Completas. Peronismo y revolución. Apuntes para la militancia. La lucha
por la liberación nacional/Informe a las bases. Tomo V. Buenos Aires:
Colihue.
Cooke, John William. (2009b). Duhalde, Eduardo Luis (Comp.). Obras
Completas. Artículos periodísticos, reportajes, cartas y documentos.
Tomo III. Buenos Aires: Colihue.
Ferla, Salvador. (2007). Mártires y verdugos. La insurrección de valle y
los 27 fusilamientos. Buenos Aires: Peña Lillo (Continente).
Galasso, Norberto. (2004). Cooke. De Perón al Che. Una biografía
política. Buenos Aires: Nuevos Tiempos.
Recalde, Aritz. (2009). El pensamiento de John William Cooke en las
cartas a Perón. 1956-1966. Buenos Aires: Nuevos Tiempos
*Sociólogo, Universidad de Buenos Aires (UBA).