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Estamos solos pero no vamos a esperar
2009: Año
de Raúl Scalabrini Ortiz
Por Jorge Falcone
Desde la azarosa irrupción de este fenómeno bautizado “kirchnerismo” - que jugó
a instalar un neo camporismo tardío en tiempos de extrema fragmentación política
y concentración de capitales -, la Agrupación “María Claudia Falcone” de La
Plata, Berisso y Ensenada, pese a las reservas del caso, no dudó en caracterizar
sus enunciados generales como “la mejor carta de intención de la democracia
formal inaugurada en 1983”.
A diferencia de viejos compañeros de lucha que
definieron a este gobierno como un “espacio en disputa” - y considerando que no
reunía ni bases materiales ni voluntad para una transformación de fondo -, nos
posicionamos criticando duramente todo gesto de continuidad o profundización del
modelo de exclusión social y optamos por un camino autogestivo que siempre evitó
el agravio gratuito o el cuestionamiento infundado que practica la impresentable
oposición conservadora constituida por Carrió, Macri, De Narváez, Duhalde,
Reutemann y CIA.
Como era de esperar al cabo de un quinquenio en que - sólo por citar unos pocos ejemplos - se cacareó derechohumanismo al por mayor mientras se abonaba puntualmente la deuda externa ilegítima (contraída saqueando hogares humildes, torturando embarazadas, y apropiando bebés); se prorrogó la infame política asistencialista y punteril de los planes sociales; se marginó sistemáticamente incluso a las organizaciones sociales leales optando por la “garantía de gobernabilidad” del rancio PJ de los Otacehé, los Porreti, y los Rico; se legisló en contra de nuestros recursos naturales (veto a la Ley de Protección de Glaciares); se coqueteó hasta el hartazgo con el sionismo internacional que viene asolando la Franja de Gaza… hoy la Historia pasa factura y el oficialismo se desgrana.
Quienes
pertenecemos a la generación de nuestros gobernantes lejos estamos de celebrar
la zozobra de esta inédita oportunidad de impulsar un verdadero proceso de
emancipación en circunstancias tan favorables como lo demuestra el nuevo y
propicio escenario de Nuestra América, tanto como la crisis terminal del
capitalismo, hoy diagnosticada hasta por sus más fieles exégetas.
Por ende, es nuestro firme compromiso propender a la conformación de una
alternativa patriótica que recogiendo las mejores tradiciones de lucha del
pueblo argentino salga al cruce con fuerza frente al reagrupamiento de la
derecha oligárquica y coloque al país en sintonía con las experiencias más
avanzadas del continente.
En tanto sobrevivientes de la generación más generosa de nuestra historia
contemporánea, así como hemos imputado al gobierno menemista haber dinamitado -
en consonancia con la dictadura – los cimientos y la mística del movimiento
nacional que ensayó en la década del 50 un país vertebrado por la Justicia
Social, responsabilizamos a este oficialismo usufructuario del prestigio
histórico cosechado con extremo sacrificio en los 70s de haber trivializado por
abuso - cuando no menguado su exacta dimensión heroica - el nombre de numerosos
exponentes de ese nacionalismo revolucionario que construyen los pueblos del
mundo periférico en su lucha diaria, al que adherimos plenamente, conscientes de
lo que costará ante las nuevas generaciones diferenciar los incontables méritos
de Walsh, Urondo, o Cooke de la ineptitud demostrada por el ejecutivo en esta
etapa.
Los apellidos de aquel Jauretche que escrachó a la tilinguería progre para todo
el viaje, de aquel Hernández Arregui que se atrevió a imaginar un matrimonio
entre peronismo y socialismo, o de aquel Puiggrós que cargando con su
experiencia de historiador brillante resolvió integrarse a la conducción
montonera, no deben subalternizarse en esta nueva historiografía mediática que
sólo alcanza para ser la versión remozada y glamorosa del viejo revisionismo de
los Irazusta y los Busaniche.
Lo propio ocurre con el caso del forjista Raúl Scalabrini Ortiz, que alguna vez
escribiera ”El instrumento más poderoso de la hegemonía inglesa entre nosotros
es el ferrocarril. El arma del ferrocarril es la tarifa… Con ella se pueden
impedir industrias, crear zonas de privilegio, fomentar regiones, estimular
cultivos especiales y hasta destruir ciudades florecientes. Es un arma artera,
silenciosa y, con frecuencia, indiscernible hasta para el mismo que es víctima
de ella”. Sencillamente, negamos toda autoridad moral para reivindicarlo a Los
Aventureros del Tren Bala. Y, en memoria del patriota, afirmamos: Puede que aún
estemos solos, Don Raúl. Pero esté seguro de que no
vamos a esperar.-
A la memoria de mi padre,
médico de obras sociales sindicales,
primer comisionado municipal justicialista de la Ciudad de La Plata,
y militante del Peronismo Auténtico,
muerto a raíz de lesiones ocasionadas en un campo de concentración de la
dictadura.-