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Jorge Falcone es poeta, periodista, ensayista, comunicador audiovisual, hijo de médico y maestra y nieto del poeta popular magdalense Délfor B. Méndez, nació en La Plata, Provincia de Buenos Aires, el 22 de noviembre de 1953. Cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes y, proviniendo de un hogar profundamente comprometido con la causa de los humildes (su hermana Maria Claudia fue víctima de "La Noche de los Lápices") sufrió persecución por resistir contra el Proceso. En 1985, más allá de esporádicas intervenciones en revistas políticas o culturales, publicó su primer libro de poemas desde la Unión de Trabajadores del Arte y la Cultura de su ciudad natal: "Piedra Libre para todos mis compañeros". A mediados de 1987 fue seleccionado para integrar la "Segunda Antología de Poesía Joven Argentina" que publicara la Cooperativa Editora Hombre Nuevo. A fines del mismo año publicó su segundo libro, "Te sigo buscando, Liberación". Culminando 1988 dio a conocer su tercer trabajo, "Bitácora. Poesía en marcha con el pueblo"( primer premio Editorial Amaru). En 1989 publicó Poemágicos, y al año siguiente la antología "Arre! Potrillo de los Pobres". En 1992 fue designado por el Directorio del Fondo Nacional de las Artes como jurado del Concurso Internacional del Cono Sur de Poemas Ilustrados a realizarse en Río Gallegos, Provincia de Santa Cruz. En 1994 integró -seleccionado por la Embajada de las Letras-, la antología poética "Refugios del Ser", emanada del Primer Certamen Internacional de Literatura "Julio Cortazar". Al año siguiente fue honrado por la comuna de su lugar de origen integrando la antología municipal "Diagonales. Tilos y... poetas" junto a colegas de la talla de Aurora Venturini, Néstor Mux o Ana Emilia Lahitte. Simultáneamente, presentó su sexto libro, "La Esquina del Universo". En la primavera de 1999 dio a conocer sus últimos trabajos, el poemario "Salgan de las cuevas...!" y la antología poética oral (en CD) "Falcompact". En 2001 publicó Memorial de guerralarga – un pibe entre cientos de miles e Itaka.
Es asesor audiovisual de la Secretaría para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Productiva y Docente en la Universidad de Palermo.
Jurado de numerosos concursos literarios. Director de Relaciones Públicas de la Sociedad Argentina de Escritores. Discípulo del cineasta Gerardo Vallejo (cine Liberación), fundó el grupo de cine Martín Fierro, participando de la realización documental "El otro país". Primer Premio UNCIPAR 1988.
Email: falconej@speedy.com.ar

 


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Seminario Delia

Memoria de Examen para obtener el grado de Licenciado en Ciencias de la Vida

Diciembre de 2008

Introducción

No se puede usar a un hombre y arrojarlo como a una lima que se gasta. Fray Bartolomé de las Casas

Todo lo que tengo para referir aquí, Honorable Tribunal Evaluatorio de mi Desempeño Existencial, me fue transmitido paulatina y gratuitamente por un ejemplar femenino de la más inteligente y sufrida de las especies vivas, calificado por las almas nobles como empleada doméstica y autocalificado por ella misma como sierva. Ocurrió a mediados de la primer década de este tercer milenio, que antojadizos historiadores contabilizan a partir del atentado a las Torres Gemelas. Fue en un mundo que no es este que configuran una presidente mujer en Argentina, un presidente negro en USA, una crisis terminal del capitalismo, unos temibles indicadores de calentamiento global, y la inminente instalación de internet en la estación aeroespacial que orbita nuestro planeta. Para entonces, en nuestra latitud de referencia - el Barrio Savoia de La Tierra - no quedaba níspero sano merced a las cotorras, las calas eran un recuerdo oxidado y marchito, y no daba atisbos de nacer el agapanto. En tales circunstancias fue venido el diariero Tito, siempre precedido por el dulce silbato del pífano con que advierte de su presencia a esquivos acreedores, y ahora portador de la nueva: - No he conocido a Isadora ni mucho menos a Frida, Evita sólo es recuerdo y hace mucho que nos dejó la Madre María… para asistente de quien no da abasto con la hogareña tarea tan sólo cuento con Delia. Así presentó a la humana que justifica esta ponencia: Sin edad, sin apellido, pero con las mejores referencias. Que no mentía el pregonero comprendí al cabo de su primera faena, ya que después de barrer, devolvía centavos, en un mundo de tahúres y de sálvese quien pueda. Con vosotros, excelencias, Delia:

Hipótesis

Visto que la suprascripta fuera sorprendida hojeando mi décimo poemario algo perpleja al detectar que el texto Calandria de una sola pata fuera surgido de su inspiración lugareña (me narró la increíble leyenda y – como ocurre a menudo con la gente sencilla – hasta que topé de frente con el avecita no obtuvo mi creencia), y considerándose altamente expuesta en dicho libro dado su frecuente y clandestino acopio de productos frutales del parque, inferí que la misma no contaba con que el arte de la lírica no le hace asco a ningún tema por aparentemente nimio que este sea. Sorpresa a la que debió sumar el conocimiento de un escritor al que no tardó en detectar en la precaria condición económica que calificó como de pelagatos, cualidad esta que le resultó difícil de asimilar al mundo de las letras. Más aún: Hoy me aventuro a pensar que ni siquiera se imagina siendo protagonista principal de esta pieza.

Trabajo de Campo

1) Penar sin altisonancia

Una de las tantas mañanas en que llegó puntual a su cita sabatina se cansó de batir palmas ante la ausencia de campanilla o timbre inalámbrico autoadhesivo, accesible bagatela - sin embargo - en ferreterías del montón. Bastó con advertir la inflamación de sus manos para dar media vuelta en procura de retomar el sueño, acaso maldiciéndome en voz baja.

Entre los vahos de una inocente resaca la escuché con cierto retardo, y corrí a su encuentro clavándome en las plantas toda suerte de espinillos y de zarzas, a la vez que me anudaba una bata privada de glamour. La alcancé sin esperanza de restañar mi buen nombre y honor, y la convencí de que volviera garantizando paga completa.

- Y…? A la final no se fue a ningún lado, don?; espetó.

- No tengo un mango, Delia; repliqué.

- Igual que yo. Antes íbamos a Brasil, a Cataratas…; memoró barriendo el porche.

- Usté se preguntará porqué -vivo de la caza y de la pesca teniendo una casita nueva -ensayé -, porque parece mentira… Me la pagó el Estado por la desaparición de mi hermana durante la dictadura. Y, como soy asalariado, me cuesta mucho mantenerla.

- Mire! Igual que mi hermano; descerrajó. Soldado era. Iba a las peñas de esos que se llamaban Montoneros, vio? Tocaba la guitarra nomás, pero se ve que lo marcaron. A mi prima también se la llevaron. Y a la patrona que tengo en La Plata le sacaron dos hijos. A este barrio lo barrieron, mire. Se ponían en las esquinas y anotaban. Después venían y llevaban a los chicos. Todos jóvenes eran. Unos peones del cementerio contaron. Los metían en pozos sin cruz. Ahí no se puede sembrar. No había que mirar.

ALPARGATAS. Otra vez junto a vosotr@s portando un manojo de poemas

Salud, estimad@s! Como acostumbro hacer desde hace tres años - ya renegado de publicar en papel, y en busca de más orillas para los "manuscritos" que la vida me lleva a envasar - llego a ustedes otro 22 de noviembre, Día de la Música y onomástico del que suscribe.

Esta vez la colección de textos poéticos que ofrezco lleva un título que acaso deba aclarar ante potenciales jóvenes lectores y destinatari@s de tierras que desconozcan las connotaciones socioculturales que encierra: La alpargata es un tipo de calzado de hilado de fibras naturales como pelo, algodón, pieles de animal o lona. Se utiliza en América desde antes del descubrimiento. Se usa además en España y Francia. En la actualidad es frecuente que la suela de esparto esté recubierta total o parcialmente de una fina capa de caucho, para protegerlas de la humedad y el desgaste. El registro más antiguo de la alpargata forma parte de una colección de artículos de la región del Chaco en América, otros argumentan que puede ser de origen pirenaico, y está documentado desde al menos 1322, año en que un escrito redactado en catalán describe las espardenyes «alpargatas».

Durante la segunda mitad de la década del 40, cuando en mi Patria despuntaba una poderosa utopía de Justicia Social dando por tierra con el período denominado "Década Infame", hubo sectores populares que, identificando la universidad con todo lo reaccionario y antinacional, enarbolaron la consigna "Alpargatas sí, libros no". Ha pasado demasiada agua bajo los puentes desde entonces - a menudo incluso ha sido sangre - y aquella insostenible alternativa hoy puede - y DEBE - reformularse en términos integradores. Por ello propongo que el humilde poemario que ahora obra a vuestra consideración se llame "Alpargatas: El libro para tod@s", en la convicción de que no debe existir resarcimiento mayor frente a aquel exabrupto condicionado por la época que bautizar con ese nombre a un librito capaz de arribar a los más remotos confines del orbe.

Ojalá sea de vuestro agrado, y sólo ofenda a quienes se empeñan a diario en que la vida se parezca más a la pesadilla que al sueño.-

Noviembre 2010

[Clic en la imagen para descargar el libro]

- Parece una película; fue mi estúpida ocurrencia.

- De terror; agregó.

- Ahí no se puede sembrar pero el pasto crece igual, Delia: Mis pibes no conocieron a su tía, pero hacen recitales de rock a beneficio, brindan apoyo escolar en barrios… Y nadie se los pidió. Si no lo hicieran, igual serían buenas personas.

- Qué cosa! Mi madre al principio iba con las otras. Siempre le rompían los papeles y tenía que empezar de nuevo. La querían cansar. Yo viviré en una casilla de madera pero no soy tarada! Ahora con esa plata que usted dice también compró una casita linda. Esto fue como Uruguay. ¿Usté vio Uruguay por televisión? ¡Igual! ; sentenció. Y volvió a su domicilio de silencio, cediéndole la voz al roce de la escoba sobre el empedrado. Con el mismo talante de cada sábado.

Vecinos de dolor callado. Cargan con una catástrofe sin endechas ni pancartas. Llevan su muerto sin tumba del lado interno de la solapa. Ausentes que alguna vez se desvivieron por el prójimo y ascendieron discretamente al Monte Calvario. Sin conferencia de prensa ni gacetilla en los medios. Pueblo que aprendió a sufrir tragándose la queja. Lagos de ausencia. Ríos de ausencia. Mares de ausencia. Un océano de pueblo mártir que se reconoce portando la más humilde sonrisa. Cada cual en su faena. Trabajando sin lamentos. Puntualmente, sin ahorrar ni un peso.

Nuestra historia apenas despereza.

2) Ajustando cuentas con el caporal de la mentira

Sábado a sábado Delia iba detectando un semejante bajo la apariencia universitaria de este curioso empleador. Y animándose poco a poco a desplegar sus hazañas, narradas al acaso, tal vez sin mensurar la exacta dimensión. Así llegó hasta la ocasión en que llevó ante la Justicia a un patrón que tras 18 años de servicios la despidió sin indemnización. Asesorada apenas por un bisoño hombre de leyes defensor de pobres y ausentes, sin erogar ni un cobre de su menguado peculio, ganó. Prescindiendo de alharacas frente al hecho de que su contrincante fuera ni más ni menos que el heredero del diario El Día, monopolio informativo durante años en la ciudad en que vimos la luz ella y yo.

3) El cauce de la prosperidad

Por lo general la zozobra que refieren los noticieros le ocurre a otros. Es terrible en consecuencia volver del trabajo en pleno temporal, viendo por la ventana de un transporte de media distancia padres que salvan perro y familia flotando en un gomón, y en vez de carretera divisar agua con agua y agua desde el vehículo hasta donde se pone el sol… Y, ya guarecido en casa, encender la tele y detectar vecinos pugnando por zafar de la corriente asistidos por Defensa Civil. Ahora que el mundo que castigamos se venga de la humanidad eso se ve a menudo. Hablo de cuando nevó en Buenos Aires, hubo trombas en Olivos, y cedieron los diques en El Rincón. En esos días Blanquita volvió sobre sus pasos a rescatar algunos enseres y entró a su Copa de Leche con el agua hasta el pecho. Después veló furiosa en la ruta con los demás inundados de Villa Elisa. Noches de siluetas danzantes, ritmo tribal y fogarata que frenaba bondis en Alpargatas: - Cuándo reforzarán los diques?; pregunta una viejita. Lo más pronto posible; responde el delegado municipal.

Un sábado del tiempo que mento Delia llegó entusiasmada.

- No anduvo por el diquecito, diga?

- Cuál diquecito, doña?

- Acá nomás! Fui con mi esposo y los chicos. No dábamos abasto para cargar lo que trajo la corriente: Garrafas llenas, anafes, lechones vivos. Al rato se corrió la voz y el barrio entero se mataba por arrebatarle un regalito al río. Fue… como si Dios por una vez se acordara de nosotros.

4) Las pesadillas del buen botón

La furia contenida de la dama en cuestión, algún sábado se ensañó con el milico jubilado que transcurre sus días ocioso, relojeando Handy en mano vida y milagros del vecindario, y reportando movimientos raros a la delegación.

La dicha en tiempo presente

"Había escrito poesía antes de empezar a hacer películas, así que al principio consideraba la cámara como otro bolígrafo distinto al que usaba para hacer poemas"
Bernardo Bertolucci

Desde mediados del colegio secundario no consigo dejar de escribir. Intento traducir sobre la marcha tal conducta, qué anda procurando semejante hábito... Y las respuestas que barajo, siempre provisorias, ofrecen pistas previsibles: Dejar un rastro. Inmortalizar instantes, vivencias, estados de ánimo, una mirada que tuvo vigencia pero ya es pasado. Estoy escribiendo al paso, en mi celular, y voy guardando esos SMS que nadie recibirá, al menos como mensaje. Pero solamente lo hago cuando evitarlo se torna insoportable. Vengo facturando un "álbum de fotos familiares literario" por año, a compartir por la red noviembre a noviembre.

Publicando en papel durante lo que Mc Luhan bautizó la Galaxia Gutemberg, nunca trascendí los 500 lectores. En un sitio web que habitualmente me cuelga acabo de registrar 3252 visitas. Pero, qué ando ofreciendo yo desde que opté por la creación... Una cosmovisión que no es la que el momento recomienda a mi generación atraviesa mi militancia, mi cine, y mi poesía (la que desde hace seis años - en consonacia con el solar que habito - viene poblándose de aves y de arbustos, para seguir sosteniendo lo de siempre)

En materia poética considero que he parido un libro cuando me acerco al medio centenar de textos. Le doy acepción de libro al envase lírico de un período de mi vida. "Esta es - o era - mi visión de la existencia en el lapso en que parí este volúmen"; puedo decir al cabo. He aquí - en adjunto - mi horneada más reciente, que en esta ocasión dedico a Pedro Zárate, un entrañable amigo, colega de líricas atorrantas, y compañero de lucha que nos dejó durante el último invierno.

Disfruten pues de la lectura! (y nadie emparente el título de esta antología con vientos de coyuntura: sólo ocurre que la dicha acompaña desde hace un tiempo a este poeta).-

Noviembre 2011

[Clic en la imagen para descargar el libro]

- Ese sí que es cana de alma, mire! A veces lo encuentro merodeándome el gayinero y dudo si no estará por hacerme una de esas macumbas que le encargan como pái… Sabe que cuando todavía estaba en funciones se cargó a unos cuántos? Cuentan que un pobre tipo para pedir por su vida se arrodiyó, le dijo que tenía familia y que robaba por un cacho de pan. A ese también lo mató. Lo dejaron cesante porque de guardia en el patruyero se quedaba dormido y al rato estayaba a gritos, le agarraban como… ataques son (él lo contó): Veía en sueños la cara de cada uno de los que reventó. Cuando paso me busca la mirada pero yo no lo saludo más. Los dos sabemos que cuando denunció a mi hijo por la droga le dieron otro galón.

5) Visitantes que hacen la suya

Otro sábado amanecí alterado, como toda vez que la lógica se encabrita y suelto los estribos de mi cordura. Un perfecto círculo de pasto desteñido ornaba mi parque sin ofrecerme hipótesis plausible de cuál fuera su factor causal. Bicho de ciudad al cabo, consulté a lugareños y busqué en internet alguna mentira piadosa capaz de sobornarme el raciocinio. Pero la paz de mi alma, como siempre, llegó con Delia. No hizo falta decir nada para que advirtiera en mi rostro la pavura. Apenas atiné a caminar hasta la fuente de mi inquietud para que la encargada de adecentar semanalmente la casa pusiera sus brazos en jarra y frunciera el seño denotando meditación profunda. Al cabo de un silencio insoportable soltó un diagnóstico que no ofreció lugar a dudas:

- Déjese de joder, quiere?! A usté lo visitó un planeta de esos que vienen de hace rato… El campo está lleno de esto. Si me habré cansado de verlos bajar con mi padre cuando chica…

Entonces me dejó sólo, tratando de asimilar su aporte. Y se dirigió como de costumbre a su habitual encuentro con jabón, cepillo y bañadera. Quizá compadecida con un patrón tan indefenso.

6) La casa de los otros

No hubo sábado en que Delia no prodigase algún calificativo desdeñoso para la casilla que amenaza derrumbársele en la testa cualquier noche de estas.

- El barrio progresó. Yo me quedé en la prehistoria; fue lo mínimo que le oí decir.

Tener un hijo trabajando en un programa estatal de construcción de viviendas para gente represaliada por el Terrorismo de Estado me animó a proponerle que reuniera la documentación pertinente y se anotara en lista de espera. Pero la contumaz respuesta obtenida fue siempre como esta:

- Déje, diga. Yo ya viví. Que se las dean a esas familias yenas de chicos que no tienen dónde caerse muertas… A mí lo que me duele son los chicos.

Tesis

Hace unos días, la mujer que saca lustre a mi inodoro pero usa letrina, y vaticina que si la crisis de Wall Street se profundiza se nos van a llenar las calles de rubios pidiendo limosna en dólares… avisó que tiene un bulto en el cuello. Sospechoso y en constante crecimiento. Y recomendó – con el magnánimo y discreto fatalismo de los elefantes, que se alejan de la manada al advertir llegada su hora – que sus patrones vayan buscando otra fregona. Porque ella planta bandera para dedicarse a su dolencia. Con la proverbial sordera con que ignora propuestas de aumento, adelanto, o cualquier prebenda, soltó un hasta aquí llego, en el mismo tono que su primer buen día. Y yo, que harto incapaz me sé de doblegar sus sentencias, he juzgado prudente hacer pública esta suerte, y desplegar ante vosotros este valioso encuentro que el destino repite siempre. Entre un Quijote de barrio y su noble escudero. Conteste que mi Señora, se encuentre donde se encuentre, ha de surcar por siempre - lanza en ristre y hasta el último suspiro - la llanura manchega.

No me queda pues más otra referencia. Si alguna de estas líneas prevaleciera a los embates del olvido y su brava marea, sépase nomás que cuando mi Pueblo habló no halló distraído a este humilde escritor.-

Fuente: www.nacionalypopular.com


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Poemas de chuza y FAL

(1974-1978)


Jorge Falcone con alumnos de un taller de cine en San Antonio de Copo, Santiago del Estero.

Un niño juega

Un niño juega
con un revólver de plástico.

Un niño juega
a que persigue a su sombra.

Con el tiempo la sombra
se volverá de carne y hueso.

Y él comprenderá que el enemigo
no es un indio ni un cow-boy.

Y le verá el rostro del oligarca
o del milico represor.

Y con el tiempo el revólver
se volverá negro y de fierro.


Ciudad en blanco

Ciudad triste
la ciudad en blanco.
No quieren que opine.

Laburantes obligados
tapan sus verdades.
Saben lo que tapan.

El apellido del prisionero,
el nombre del muerto:
Todos compañeros.

Ciudad blanca,
eres para nosotros
cuaderno nuevo:

Te estrenaremos.
 

Inventario para reamar a Carlón

Yo
que no he escogido ser poeta de epitafios,
a veces encuentro muertos enredados en mis palabras.
Eso quiso el tiempo que me toco vivir,
quizá mi humilde función sea
rearmarlos de otro modo
y lanzarlos al futuro.

Si tuviera que hacer eso contigo,
compadre,
te pintaría como guerrero y pibe,
con la terrible repugnancia que te inspiraban
los opresores y esa ternura infinita
que dabas a los niños,
Con el andar cansino y displicente
de Don Juan "bogariano"
y los ojos entornados
conteniendo una sonrisa permanente
a punto de estallar.
Te pintaría componiendo a
hurtadillas esos maravillosos poemas de
plazas y banderas que imprudentemente
quemo tu vieja,
y que volviste a memorizar para que hoy nos acompañen.
Nunca nos dijiste que escribías,
nunca supo tanta gente que existías.

Muerto y resurrecto en penas y desgarrones
a veces se te veía triste, a veces dicharachero,
pero, como los jefes, siempre en primera fila.
Como en aquel 16 de diciembre de cascotes y puteadas,
al frente de la gloriosa JotaPé que forjaste cojonuda,
Dicen algunos que sabias que la patria
precisaba de tu sangre,
y que la bancaste a lo guapo
apostando tu suerte a la del Movimiento
como quien dice fatalmente:
"Yo soy el combustible de los tiempos nuevos".
Por eso te sentás a la diestra de Hernán en mi memoria,

Siempre pasa lo mismo con ustedes;
hoy compartimos un vino y mañana el silencio.
Pasado, blancos y negros, son fotos en el diario…
Pero inevitablemente siempre,
nuestros compañeros de ruta a un futuro feliz.

Ahora habrá que soportar que te
descuartice impunemente
el periodismo de la oligarquía,
y te llame con desprecio
Pereira Rossi.

No temas, hermano de las entrañas.
Pronto vendrán días mejores
y volverás a ser
ya para todos,
EL CARLÓN.

(junio de 1983 -JUAN CARLOS LUCERO, seudónimo literario de Jorge Falcone)


El verso es implacable

con aquel que lo ha probado.
Siempre vive al acecho,
te sigue a todos lados.
No te deja ver la vida sino a través de su prisma.
Se te prende como una enfermedad irremediable,
y de nada vale estar de olvido
o hacerse el distraído:
El,
tarde o temprano
volverá a brotar.

(1987)


Sálveme de ser bueno

No vayan a enterrarme
debajo de esas frases
como "fue un buen marido",
en fin,
un "hombre probo".
¡Sálvenme de ser bueno!
Que rece el cartel:
Yace aquí el más grande hijo de puta.
Nos dio trabajo.
Rara vez decía que sí.
Cuando no lo sostuvo el afecto,
el odio,
ese sentimiento imperdonable, lo sostuvo.
A todas les miró el culo
(propias y ajenas).
Educó a sus hijos
para que no hicieran caso.
Puteó hasta la última baba.
Nunca quiso arrodillarse.
En pocas palabras,
fue un sujeto impresentable.

Sigo entregando
para la dama y el caballero...

(2000-2001)


Postal de argentino remanente

Vinieron de oscuros confines
cuando la Patria fue posible.
No fueron protagonistas pero acompañaron
la tarea de poner un país en marcha.
A ellos les tocó
la caña tacuara a cada extremo de la pancarta,
la manguera que sacude el parche hasta ampollar la mano,
el tizón de negro de humo que anuncia
el retorno de la esperanza,
el cantito imprescindible que sostiene el acto al pie de cada
/palco,

el cordón que preserva a la embarazada dentro de la columna.
Fueron pescettos, culatas,
o apenas número anónimo en la concentración.
No elaboraron un proyecto
pero lo sostuvieron en sus hombros.
No sintetizaron la consigna
pero la corearon hasta perder la voz.
Robaron la bandera del banco y
la vaca que garantizó
el asado del 25.
El odio gorila un día
les pateó el hormiguero
y volvieron
a pretéritos oficios de sobreviviente.
Desamparados de la Nación posible,
tumbaron un cajero automático
por no olvidar el sabor del choripán.
Otra vez diáspora sin rumbo
fueron detectados por el gatillo fácil,
cada cual a su turno.
La noche los vio devolver hasta el último glóbulo rojo
sin agradecerles los servicios prestados.
El "medio pelo" descansó seguro
cuando el nuevo orden empezó a deletearlos.
Vivieron como multitud gregaria,
están muriendo por cuenta propia.
En la soledad más extrema,
en el más cruel anonimato,
mantienen una costumbre :
Saber cuándo y
con quién no se dialoga.


Adriana bailó flamenco

El cielo vestía de luto
sobre aquella Madrid.
Ni una sola paloma
ya en la Plaza Mayor.
Una luz subterránea
salpicó en la explanada
el tañido de miles
de guitarras gitanas.
Abajo, muy abajo
de los que van sin rumbo,
en la mismísima entraña
de ese suelo español,
jamón serrano, vino a raudales,
y unas castañuelas ametrallando la noche.
Los días de la tiranía
iban tocando a su fin,
un puñado de compatriotas
dispuestos a volver
(la esperanza y la muerte
sobre el mismo mantel),
y entre aquellos gladiadores...
un rostro de mujer.
Las uvas moscatel
clareaban en sus ojos,
su pelo era humareda
mareada por el viento,
retengo su semblante
estrellado de pecas.

Supe que aquella hembra
venía del horror.
De salvar compañeros
cruzando la frontera
con dudosos papeles
y calibre de guerra.
Que su mejor idioma
no era el de la palabra
y que con la sonrisa
andaba desencontrada.
Pero quien cree en grandes causas
posee una fuerza que arrasa
sin pedirnos ni siquiera
ni permiso ni perdón.
El canto incendió la tasca
y Adriana bailó flamenco
Adriana.
Así la llamamos
sin pedir más explicación.
Adriana bailó flamenco
enfundada en seda roja
y, en su cabello, anidó una flor.

Las uvas moscatel
clareaban en sus ojos,
su pelo era humareda
mareada por el viento,
retengo su semblante
estrellado de pecas.

El tiempo resultó chico
para conocernos más.
Su boca sellada
no pronunció nunca
ni una promesa ni una dirección.
No cupo en aquel instante
ni la pasión de las fieras
ni la ternura del algodón:
Nadie llevó consigo
el sabor de esos hombros.
Nadie le dejó al cabo
la huella de su palma en el seno.
Nadie fustigó esas ancas.
No hizo lugar en su pecho
más que a inconclusas batallas.

Las uvas moscatel
clareaban en sus ojos,
su pelo era humareda
mareada por el viento,
retengo su semblante
estrellado de pecas.
Un día se volvió al sur
sin dar explicaciones,
cargó con su tristeza,
marchó con su silencio.
La lucha la perdió
en alguno de sus rincones.
Pienso, en tiempos de paz,
si se dará una tregua.
Si archivará el acero
y soltará breteles...
Supongo que la verja
que había electrificado
ya no será siquiera
ni de hierro forjado.
Quizás sea de ligustros,
tal vez de mariposas.
Seguramente un día
de esos reconquistados,
un hombre en nuestro nombre
le tocará la puerta
con "malas intenciones",
y la hallará sin ganas
de rehuir amores.

Las uvas moscatel
clareaban en sus ojos,
su pelo era humareda
mareada por el viento,
retengo su semblante
estrellado de pecas.

Adriana, en aquella tasca,
bailó, hermano, para nosotros.
Hoy que la Patria renace
alzo mi copa en su nombre
y apuesto otra vez por el sueño
que nos reuniera en


Babilonia en Ruinas

De estos días aberrantes
recordaremos
la noche ardiente,
como cuando otra autoridad
decretó que lloviera fuego
y pedrisco infernal
sobre Sodoma y Gomorra.
De estos días genuflexos
recordaremos
a los hispanos que fueron al frente
por ser connacionales del Imperio.
De estos días canallescos
recordaremos
a los periodistas latinos que jugaron la parodia de consultarse
ante las cámaras de CNN.
De estos días de "daños colaterales"
recordaremos
el mercado hecho añicos
y la habitación 15 del
Hotel Palestina.
De estos días de prepotencia
recordaremos
la tanqueta de Mc Donalds
volteando
el milenario portalón de los
sumerios.

De estos días de obsceno embuste
recordaremos
las armas químicas que nunca aparecieron.
De estos días de traiciones
recordaremos
a los "irakíes libres"
de Rumsfeld
listos para virreynar.
De estos días sin justicia
recordaremos
la repartija de acciones petroleras
entre los socios de Dick Cheney.
De estos días de preparto
recordaremos
a los pueblos del mundo
movilizados
gritando NO en el rostro del texano.
De estos días de intransigencia
recordaremos
al campesino que bajó un helicóptero Apache
valuado en veintidós millones
con un fusil oxidado,
a las familias que volvieron del exilio no por bancar a un dictador
sino por salvar a su Patria,
a la mujer embarazada
que se inmoló contra tres marines,
al torcito que lloraba
en un hospital de campaña.
Acaso estos congéneres,
estos hermanos,
estos compañeros,
supieron desde un principio
que no tenían chance.
Pero pelearon.
Con palos.
Con piedras.
Con muñones.
Nosotros
TENEMOS EL DEBER
DE ENVIDIAR SU DERROTA.
Porque en aquel desierto
se batió la humanidad
en nombre nuestro.


Compañera meretriz

A la memoria de Sandra Cabrera, dirigente de A.M.M.A.R., asesinada en Rosario con la complicidad de una sociedad hipócrita y patriarcal.

¿Sabés una cosa,
Sandra?:
Cada vez que me sentí mierda
me aguantaron ustedes...

Pero esta sociedad caníbal,
que nos convierte a todos
en objetos descartables
suele ensañarse
con lo que representás,
aceptando -no obstante-
y consumiendo
tu antigua profesión.

Será por eso que me da náuseas
convivir con pulcros
pedófilos de Internet,
yupis heterosexuales
que curten travas por izquierda y
los linchan por derecha,
sicólogos que llaman puto
al homosexual,
usufructuarios de esa pornografía fascista
en que diez patovas someten
a una aspirante a actriz,
vendedores de secretarias
que parten la manzanita por TV,
clientes sorprendidos por la yuta
que con una cometa duermen
esa noche con su esposa
mientras el yiro duerme
ocho noches en cafúa,
elegantes coleccionistas de cuerpos femeninos
masacrados para el circuito snuff
del hemisferio norte...

Todos ellos ciudadanos probos,
con más poder que vos y que yo.

Te aplastan, Sandra,
porque sos
el monstruo indigerible de la historia,
espejo que refleja el estigma
de aquella doble moral que nos legó
la conquista hispana.

Mi poesía, que
casi siempre llega tarde,
te banca, Sandra,
por argentina y laburante.-

(6/02/04)


Oración por Pier Paolo expulsado del paraíso

"No he elegido otro camino
que el de los que actúan
para la liberación del hombre"
Pier Paolo Pasolini

Fuiste Pedro y Pablo a la vez.
Marxista, poeta de la imagen,
hereje, dramaturgo y mártir.
Pedro por ser la piedra
fundamental de una iglesia bizarra.
Pablo, como Saulo, porque naciste
en hogar de centuriones y buscaste
sinembargo escarmentar a tu padre
siendo el peor de todos.
El más cuestionado y el más cuestionador.
Plasmaste en el arte de tu siglo
una geografía de rostros
tallados a espaldas de la estética vigente.
Manos callosas, risas sin dientes...
Canonizaste al pobre y al feo
expulsando una vez más
a los mercaderes del templo.
Señor de la aridez y del despojo,
nadie hallará paz en tu legado.
Sólo la más feroz
raíz cultural de Italia.
Portavoz de ese sur bastardo,
coitadino, zampuñaro,
miraste al mundo con la pupila
degollada del "Perro Andaluz".
Aún blasfemas contra el cielo
crucificado en Playa de Ostia
por la "buena gente" que oculta
tras un pobre "taxi boy"
buscó cremar tu "moral dudosa".
Virgilio guiará tus pasos
en el averno al que te confinen.
Y el día que las trompetas suenen
y recupere lo justo el cauce,
los señores serán reos,
tus personajes
fiscales.


Picoque

(Canto Coral Mariano )

Qué pena tiene la muerte
cuando de su calavera
siente crecer en silencio
la flor de la primavera.

Manuel J. Castilla ­ Gustavo Leguizamón

A menudo necesito recordarme que, entre los abortos y los falsos embarazos de mi madre, cabe computar uno ­que no fue precisamente el mío­ y que llegó a buen término el 16 de agosto de 1960. Desde la primavera de 1976 no hago otra cosa que resistirme a la odiosa condición de "hijo único".

Caminaba con María Claudia por la Avenida 7, charlando sobre la necesidad de prever el contragolpe enemigo a la hora de planificar campañas de sabotaje en su contra. Tuve la impresión de advertir a la representante del bachillerato de Bellas Artes ­que además era mi hermana­ muy confiada en la capacidad de acción miliciana de la UES. Pero lo cierto es que ya nos íbamos quedando sin viviendas operativas. En una ciudad universitaria superpoblada de jóvenes, hacia fines del primer año de la dictadura, abundaban las casas con una docena de refugiados en su interior. No había retaguardia que resistiera una ofensiva eficaz del enemigo.

Tras albergar a Claudia, el departamento de nuestra anciana tía Rosa Matera ­última sobreviviente de seis hermanos­ había pasado a constituirse en bastión operativo de su agrupación, obviamente clandestina. María Clara Ciochini, dirigente perseguida de la UES de Bahía Blanca, también se refugiaba en aquel sitio que poco antes había sido "la apacible morada de la abuela de Caperucita". La rutina de un consorcio de medio pelo se veía alterada de repente por la irrupción de grupos de adolescentes ruidosos. Nadie notaba, sin embargo, que, en su mayoría, los chicos llegaban tabicados, es decir, guiados por alguien que tomaba la precaución de hacerles dirigir la vista hacia el piso para no reconocer el sitio de reunión y, por ende, no exponerse a denunciarlo ante eventuales apremios. El lema en boga era el que no sabe, no confiesa. Pero no tardó en ser capturado un militante que pese a no conocer el paradero de aquel sitio, se contactaba telefónicamente con sus habitantes. Eso precipitó la decisión de evacuarlo.

En la tarde del 16 de septiembre de 1976, María Claudia y María Clara, ya alzadas* de su riesgoso refugio, se encontraron con mi padre y, confiándole que procuraban nuevo destino, le solicitaron algún dinero para moverse.

Al caer la noche, mi compañera y yo nos reunimos con mis padres y mi primo Jaime, huésped nicaragüense que estudiaba aquella misma carrera que me estaba decepcionando. Cenamos en el restaurante "Le tre palle", cerca de mi hogar natal, más precisamente, frente al edificio de Obras Públicas (en cuya explanada un año antes se había producido la concentración que conquistó el Boleto Estudiantil Secundario y en la que mi hermana había tenido pleno protagonismo). La comida transcurrió en un clima distendido y sin sobresaltos. Nos despedimos temprano porque no eran épocas para circular a horas avanzadas. Pasó un tiempo considerable hasta que nos enteramos de que, mientras se desarrollaba nuestra velada familiar, María Claudia y María Clara retornaban abatidas al peligroso 586 de la calle 56, con la frustración de no haber encontrado otro albergue.

El portero contó que fueron intimadas a rendición por parte de un grupo de civiles armados que irrumpió violentamente en el hall. Las chicas corrieron escaleras arriba amenazando a los intrusos con abrir fuego, pero la conciencia fatal de que se hallaban en el estrecho pasillo de un edificio de departamentos lleno de familias las hizo desistir de armar un tiroteo. Y buscaron refugio en casa de la tía "Tata", que a esas horas descansaba ignorándolo todo. Una vez que llegaron allí, trabaron la puerta como pudieron y pensaron en arrojarse hacia alguna terraza lindera, pero estaban en un octavo piso y toda opción era muy arriesgada. Durante esas cavilaciones, los matones tumbaron la puerta, encerraron a la sobresaltada dueña de casa en su habitación y redujeron a ambas dirigentes de la UES para encaminarse, acto seguido, al baño del departamento. Retirando la tapa plástica del botón del inodoro, recogieron un gancho del que pendía una bolsa de polietileno que protegía varias armas cortas y algunas pepas** pertenecientes a la agrupación. La tía, que logró espiar sin ser advertida, pudo apreciar que se movieron con datos precisos. Por último, las sacaron a empujones conduciéndolas a un camión del Ejército apostado frente al edificio, en el que ­según testimonio de la peluquera del barrio­ aguardaba personal militar en uniforme de fajina.

El odio gorila volvía a conmemorar su Revolución Libertadora y se ensañaba con aquello que le resultó inaceptable: un puñado de adolescentes con un Proyecto de Nación. Esto último movería al Presidente Videla a delegar en el General Camps ­por entonces a cargo de la Policía Bonaerense­ ese operativo de escarmiento contra la osadía del movimiento estudiantil secundario al que los mismos represores bautizarían como "La noche de los lápices". El Comisario General Miguel Etchecolatz tuvo a su cargo el procedimiento llevado a cabo con personal de la comisaría 9a de La Plata. Y el Comisario Luis Héctor "Lobo" Vides se encargó del interrogatorio durante las sesiones de tortura en el campo de concentración de Arana, antes del traslado hacia un destino final en el llamado "Pozo de Banfield".

En el caso particular de los militantes del bachillerato de Bellas Artes, ya habían sido oportunamente vigilanteados* por el celador Emilio Capalbo y prolijamente denunciados a las fuerzas de seguridad por la Decana María Elena Macaruk. Luego de alrededor de cinco meses de cautiverio, en que testigos presenciales dicen haberlos visto cantar la Canción con todos, de Armando Tejada Gómez, tomados de las manos en el patio de la prisión, todo indica que esos chicos habrían sido fusilados sumariamente a principios de 1977, en los subsuelos de la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en el Paseo del Bosque de la ciudad de La Plata.
Pero en aquella infausta madrugada de 1976 ignorábamos todo esto. Nos despertaron los golpes de mi madre contra el postigo de la ventana.
-Se llevaron a María Claudia... -susurró. Y fue suficiente para entrar en pánico. Cuando nos reunimos con mis padres, no podía dejar de temblar. Intentaba serenarme a toda costa, procurando meditar los próximos pasos. Mi compañera tomó la iniciativa de organizar la retirada. Nos cambiamos y afrontamos la madrugada impiadosa. La represalia más común para un opositor era, hasta entonces, la cárcel. Desde esa perspectiva recomendamos a mis padres que se movieran con criterios legalistas: ir a la curia, al regimiento de la zona y recurrir a las viejas amistades influyentes. Urgía hacer un hábeas corpus. Nos dejaron en Plaza Rocha y, aceptando nuestra recomendación, siguieron viaje hacia el domicilio de unos parientes. Esa noche, su casa volvería a ser allanada, ahora violentamente: un jeep derribó la histórica puerta metálica de cuatro hojas y la arrastró a lo largo del zaguán hasta el hall. Nosotros optamos por pernoctar en un hotel alojamiento. Era imprescindible guarecerse para, más serenos, ordenar la rutina de la jornada siguiente, que prometía ser abrumadora.

Ese sitio al que, juntos o cada uno con otro partenaire, habíamos convertido en templo del placer, ahora nos devolvía quejidos que nuestra duermevela atribuyó a los compañeros detenidos.
Ante un destino incierto, y procurando descansar, busqué refugio en la palabra mágica que con María Claudia imaginamos de pequeños para conjurar la adversidad.

Picoque -repetí-. Picoque, hermana.

Y me dormí.

(Texto leído en la presentación de su libro MEMORIAL DE GUERRALARGA, un pibe entre cientos de miles, en la Feria del Libro, el jueves 25 de abril, con la presencia de Estela Carlotto, Nelva Falcone, Roberto Baschetti, Felix Pigna, Gabriel Fernandez, Bernardo Alberte, Gonzalo Chavez, Jorge Lewinger, Eduardo Gurrucharri, Juan Carlos COCO Manoukian, Lissy Lettner, Martin Garcia y otros compañeros.)


Hay una Patria sin segundos

A la memoria de Francisco Repilado, Ibrahim Ferrer, y el Maestro Rubén González.

Usted se acuerda, Compay,
cuando el progresismo internacional
se dispuso a rescatar
para el mundo "unos viejitos
olvidados por Fidel"?
Allá en el trono que ostenta
en la memoria de América
recuerda,
no al Teatro Carlos Marx
sino al Carnegie Hall
agradeciendo a Ry Cooder
por el hallazgo de "esos abuelos
que el tirano ninguneaba"?
Y se acuerda, me pregunto,
de su presencia majestuosa
-tiempo después del estreno-
presidiendo la Fiesta Nacional del Habano
junto a su Comandante?
Quién dió vela en su propio entierro,
me sigo preguntando
a esos cuáqueros genocidas que exhibieron
a Jerónimo,
El Gran Apache,
disfrazado para delicia del turismo,
valerosos linchadores multitudinarios
de la raza que inventó el jazz y el blues,
decoradores del Enola Gay
que borró del mapa a Hiroshima
con dibujitos de Disney,
capaces de jugar foot ball para Life
con el cráneo de un arrocero vietnamita
y fotografiarse entre esos marines
que hoy mueren en Irak sin comprender su misión
con un pavo de plástico en Acción de Gracias...
Se acuerda, Compay,
insisto,
del enorme Ibrahim,
amo y señor de las Dos Gardenias,
extasiado ante la 5ta Avenida
después de haber sido entrevistado
junto a su heladera rota,
en un rincón de La Habana Vieja,
diciendo para el mundo su
"¡coño, éto también e beio, chico!"...
(nunca la palabra "también"
llegó tan alto
como a partir de esa escena).
Longevos y paridores, carajo,
a fuerza de socialismo y austeridad...
Quién tiene derecho a mirar
de frente al "largo lagarto verde"
desde su castrado World Trade Center
y decirle qué hay que hacer
a la Patria de Maceo y Agramonte.
De ningún modo,carapálidas,
desfoliadores,
homerosimpsons dispuestos a invertir
el sentido del Big Bang...
De ningún modo globales:
Ustedes están condenados
a morir de inanición
sosteniendo este bloqueo
desde la vecina orilla
de la dignidad.-

(11/2/06)


Detrás de aquel tren, usted

Me veo en la estación de nuestro sur
algo más tenso que de costumbre y a la espera
de que el convoy proveniente de la ciudad
en que vi la luz me despeje el otro andén.
Sigue viaje nomás
con rumbo a capital.
Y detrás de aquel tren
aparece usted.
El Director del Hospital de Don Bosco,
el médico sanitarista que murió de pena,
el hombre que ayudó a parirme,
peleando a la tristeza con el arma
de una sonrisa inventada
solamente para mí.
Ahora le estrecho la mano
-¿me explico?-
porque estoy clandestino y hemos resuelto
que hoy es usted mi tío.
Ahora me enfrento a un torno
más amable si está usted,
que pondera ante el odontólogo
a este sobrino guerrillero y
-por ende-
privado de obra social.
Al cabo volvemos al andén.
Yo parto,
usted se queda.
Le estrecho la diestra formalmente
porque la parca vigila,
y no es afecta a que porte su apellido
mi generación.
Pero ese apretón no traduce
el tanto amor que a buen resguardo
escondemos, papá.-

(12/5/06)


Cadete del horror

Hoy mi parque amaneció
canoso como si hubiera
sufrido un susto atroz de la historia.
Desayunando, te descubrí procaz,
ufanándote otrora
de flagelar civiles maniatados.
Es curioso, Turco.
En una casa que ya olvidaste,
pese a las múltiples visitas
que le hicieron tus amigos,
vive tan feliz como puede
una maestra jubilada que acaba
de cumplir setenta y nueve
lúcidos años.
En este preciso instante
está a punto de despertarla
la militante de derechos humanos
que la cuida.
Descuento que la regañará por costumbre,
que exigirá su té
con edulcorante
-porque siempre fue golosa y eso
hoy le pesa más que antes-, sabes?.
Recibirá el Clarín en su bandeja,
irá sin duda directo a Viva,
guardará una receta.
Acaso reciba gozosa
un beso cierto de su segunda nieta.
Promediando la mañana,
afinará la voz
sin tapar a El Polaco,
para que el molesto vecino
que le pudre el techo
sepa al menos que está
mucho más viva que él.
Yo asistiré sin duda
a compartir su almuerzo
lo más despojado de quebrantos que pueda,
tratando de que ella sea
la misma que regalaba
soldaditos de plomo
cuando en invierno no hacía
veintiséis grados
como la semana pasada.
No me entendés, sorete...
Lo que digo es que esa vieja
no contribuye como vos
a hacer mierda este planeta,
que tiene estufa y sin embargo
la mitad de lo que merece
lo distribuye a principio de mes,
que no recuerdo haberla visto
matar ni siquiera a un bicho...
Eso apenas, lacra del mundo.
Que vos y ella caben
en la misma especie,
y no hay árbitro en el cielo
que elija quién conviene.
Avanzada la tarde,
con siesta o no,
después de repasar
los más gratos recuerdos
-vos no sabés, pero a esa edad
las dichas del pasado
acarician el presente;
no sabés porque afanaste
la condición humana en un descuido
de ese Dios más tuyo que mío,
y que por suerte no existe
(de lo contrario es seguro
que ya te hubiera salvado)-.
En resumen, que la vieja
tendrá un domingo dichoso,
lo prometo.
Que verá el sol si lo dispone.
Porque ningún candado
la retendrá como a vos.
Que acaso olvide el Sintrón
que la mantiene sin dramas,
más no a vos.
Eso
ni lo sueñes,
Julio Simón.-

(del poemario inédito "La gomera de David")


El hombre que se llamó a silencio

El hombre que se llamó a silencio
nació a la luz y al color
de la mano de Da Vinci
y de José María Sert.
No eligió
montar su caballete en atelier.
Buscó más bien
el cielo abierto,
como Van Gogh.
El hombre que se llamó a silencio
-vasco, rústico, y angelical-
bocetó la lucha de su pueblo en papel croquis.
Más de una vez
la represión le dejó su firma con sanguina.
El hombre que se llamó a silencio
no creyó en arte de catacumbas
y se hizo a La Plaza
con Las Madres de Todos
enseñando
-como un mago de cumpleaños-
papirología con siluetas
del tamaño de nosotros.
El hombre que se llamó a silencio
no tuvo
curadores, galerías, ni catálogos.
Odió visceralmente
con incendiario amor
a toda la humanidad.
Un día reventó de bronca
y amaneció
vacío de palabras.
Dejó constancia de que no escogía
ser ogro de cuentos de hadas
montando una calesita
en el barrio Las Cañitas.
Le dio la pera al pibe más triste
y después
se enclaustró
(dicen
que rigoreando
-en su final-
al ser que más amaba).
Más tarde
se lo tragó el olvido.
Este poema
sale a buscarlo.

(7/1/03)

A la memoria del maestro Rodolfo Aguerreberry,
ideólogo de las siluetas de papel
que reclamaron por las víctimas de la dictadura
durante la transición democrática.


Amor sin recipiente

La tierra no entierra a los muertos,
los entierra el trabajo de duelo que, con palabras,
categoriza al existente real en no-existente real,
pero sí en recuerdo existente
Alfredo Moffatt

Hoy preciso que me expliques
cómo puede crecer lo que está quieto...
O -al fin y al cabo-
quién resuelve que está muerto.
Porque sucede que yo
ni te tengo ni te veo.
No me alienta tu palabra
ni me contiene tu abrazo.
Sin embargo te visito
en comarca innominada.
Ahí habitás como nunca
(y a la vez como siempre).
Y yo te estoy queriendo tanto
que no sé
a quién le pertenece tamaño sentimiento.
Gestito de ternura que devuelven los espejos.
Mi cariño se ensancha inundando tu ausencia.

Y como no soporta su peso mi osamenta
vengo a la casa de los que tantos que te extrañan,
vengo y lo sirvo sobre la buena mesa.

(12/9/00)

A la memoria de Guillermo Di Bastiano,
capitán del equipo de fútbol de mi escuela
primaria, detenido-desaparecido por la
dictadura del general Videla.


Pollera de bambula hindú

Te recuerdo llegando.
Flotando en tu sexualidad oronda
agitada por la brisa.
El tiempo me quitó tu nombre.
Apenas entrabas en la adolescencia
y yo
ya estaba "en edad de merecer".
Te fijaste en un padre joven
que tomaba sol al borde de la pileta.
No sabías que llegaría a la cita
enfundado en cuero negro y
luciendo una estrella federal.
Plaza Congreso fue testigo de ese encuentro
entre generaciones y circunstancias diversas.
Cada uno a su modo
rompió alguna caparazón.
Yo me acerqué con un deseo curioso,
vos me cabalgaste con soltura.
Recuerdo esa maravilla
como ocurrida en la vida de otro.

No quieras saber lo que me costó
aprender tu juego.
Y -más aún-
dar con quien sepa
de qué se trata.


El argentino que falta

Dos décadas han pasado y
las larvas afanadas
en roer la democracia colonial
se empeñan en convencernos de que
librándonos de su sombra
(soltando apenas ese lastre
el globo aerostato de nuestra prosperidad
volverá a remontar vuelo)
como por arte de magia
nos abrirán su puerta
los medios.
Cómo se explica entonces
esta contumacia
de aceptar el abrazo del oso
pudiendo usufructuar un patrimonio
que no posee ningún otro,
negándonos neciamente
a las ventajas de la telefonía celular
y las delicias
de la secretaria ejecutiva.
Por qué bancar a ese político sin fuste
(que en vez de agradecer su suerte
elaboró un modelo de país posible),
por qué firmar al lado de ese cadáver
(que ante la anemia de las ideas
todavía encuentra qué decir).
Por qué cartearse con el traidor
que (como El Chacho o Varela)
mandó al muere a una generación entera...
Ocurre, señores roedores
de la carroña que dejó un pasado muerto,
que se puso a resguardo el tal sujeto
cuando lo decidimos todos,
y cuando hubo un alto el fuego
-mal que le pese a sus jueces-
le puso el cuerpo a las nuevas reglas de juego:
Autocrítica sin grandilocuencia
la del que va a la sombra por
debatir la historia de todos
y carpe el surco de la falacia
mientras otros
invertimos nuestro tiempo en
reconstruir hogares;
la del que duerme entre comunes
a merced de un fleje
afilado por la reacción;
la del que, bastardeado,
le hace hijos al calabozo.
¡Dáme otro de esos,
oligodemocracia de la resignación!
Pero que sea uno que sueñe
con un futuro sin descalzos,
ahora que tus personeros
se acalambran ondeando
la dócil bandera de la rendición.


Sueños estrellados a los pies de la gitana Marlén

"Los días de la gente
como nosotros están contados.
Un solo Dios va a expulsar
a todos los demás."
Merlín a Morgana,
durante el casamiento cristiano de Arturo,
en el filme Excalibur, de John Boorman

No me basta con lo que existe,
lo saben todos:
Llevo medio siglo concentrado,
tratando de interpretar la borra de café.
En tren de aburrimiento
hago fuerza por levitar
pero el cielorraso
siempre queda igual de lejos.
Ya no visito el camposanto
porque ningún habitante
de la bóveda familiar
me dice nada desde hace tiempo.
Apenas los anormales
que me tuvieron paciencia
saben que yo no miento
si digo que busco fantasmas
desde que existo.
De madrugada
me alejo del grupo
y clavo la vista en lo oscuro
por ver si lo que se mueve
tiene otra naturaleza.
Pero no.
Pasa la sombra de un gato,
linyera me suelta un pedo...
Nunca más que eso.
Nunca el habitante
traslúcido de las lóbregas mansiones
que sabe de algún tesoro o avisa
que ha sido mal matado y busca
ser vindicado.
Nunca Bien Boa, el fantasma actor
que divertía contertulios
unidos por la fe en Alan Kardec...
Nunca
la mano de Napoleón 2°,
materializada en un teatro
por Federico Antonio Mesmer
a la vista de todos los presentes
(de todos
menos yo...)
Nunca la dama que,
después de hora,
recorre la dependencia en que trabajo
seguida de un halo frío
(los hombres de la guardia le temen,
a mí
no me pasa ni pelota).
Nunca en la vida la fútil ventura
del sheriff que llegó primero
al accidente de Roswell
y chamuyó con los cabezones...
Ni siquiera la chance
de ser boleta como testigo
o tragado por el mítico
Triángulo de las Bermudas
para habitar Atlantis por siempre
y cagarme en la gilada...
Es así:
Soñé despierto pero nunca vi
las naves-cigarro
que describió Francisco Atienza,
ni compartí el sobreentendido
del que baja de Uritorco...
No se ha hecho para mí
la fortuna de ser abducido
como la hermana de Fox Mulder...
Conocí el Castillo de Hamlet
pero en la foresta escandinava
no me esperaron
-o no tuvieron paciencia o
conmigo no transan-
ni trolls, ni duendes, ni farfadets.
Ni los subdesarrollados elementales
que -según cuenta
mi amiga más New Age-
pueblan un árbol añoso
en la bahía de San Borombón...
De qué vale ver el sol
-pregunto-
si se nace sabiendo
que no se montará al Pegaso,
o que ninguna lamia nos robará el aliento
con su beso apasionado y letal...
Ahora vos, Marlén...
Decíme qué te costaba,
gitana turra de Villa Devoto,
hacérmela más larga...
Sacarme un poco más de vento
a mí,
que llegué a vos regalado
y buscando
atrapar a esa mujer
que me habitó más de la cuenta,
como una sirena
en las redes del misterio.
Por qué tuvo que tocarme
una hechicera senil
-me cago en vos-
a mí
que venía tan dispuesto
a serte incondicional, Marlén...
¿No puse morlaco sobre morlaco
acaso...?

¿No anudé el repasador con el nombre de ella
debajo de la almohada,
no escribí el de ambos
en la cáscara de un huevo
que se pudrió bajo la cama...?
¿No compré tus velas rojas
sin preguntar
para qué se usaban
y volví al mes, Marlén,
como recomendabas...?
Por qué tuviste que barajarme,
vieja puta,
en la segunda visita,
preguntando
"¿y...?
cómo va llevando el cáncer...".

(13/12/02), y viernes, para colmo...)
A mi amigo Guillermo Silva,
por "Las tertulias de sir Abelardo"
(que sí curan el dolor)


17/09/2006


A 30 años de la Noche de los Lápices

Carta abierta a María Claudia a tres décadas de su último combate

Por Jorge Falcone

Treinta años después de vos poco queda del mundo que conociste. Aquel, bipolar, que por mandato del General nos encontró No Alineados (te acordás de Ho Chi Minh preso de la URSS por no ser stalinista, te acordás de la soledad del Che en la Quebrada del Yuro?). Ese universo binario (Guerra Fría de Oriente y Occidente, consignas de Patria y de Muerte). Este otro tiende a la multipolaridad (Berlín ya sin Muro, Unión Europea, MERCOSUR). Y merced a la Revolución Tecnológica se acerca cada vez más a la utopía Mc Luhaniana de la Aldea Global. De todos modos, como canta Sabina, aún conviven "fibra óptica y ladilla". La principal potencia del planeta, por arbitraria, beligerante y falaz, se ha vuelto patética.

Aún así, nadie le cree pero pocos la enfrentan resueltamente (como Irán, Corea, Cuba o Venezuela). Salvo intentos parciales -como el Foro Social de Porto Alegre- el mundo periférico todavía no ha vuelto a coaligarse. Es notable -resumiendo- la soledad de los pobres. En este sur aguantamos varios Tsunamis: En los 80s, el de los oligarcogenocidas que casi nos dejan sin rebeldes; en los 90, el de los neoliberales que rifaron el Estado Nacional cantando La Marchita; y en los albores del Siglo XXI, el de los progres que barnizan el capitalismo salvaje con su buena onda. De resultas que el remanente de lo que ayer llamanos Argentina -con un norte amenazado por las fronteras flotantes y las iglesias electrónicas, y un sur disputado por Benetton y Ted Turner- se reduce a una entelequia mediática de sesenta cuadras en torno al Obelisco.

Lo peor de todo es que el mismo movimiento que surgió para clausurar la Década Infame, dio a luz otra semejante, cuyas consecuencias aún intentamos desmontar. Andá a silbar hoy La Marchita a algunos de los barrios diezmados de extramuro, andá a pedirle a un pibe que se excite con la mística revolucionaria que conoció el peronismo... en este presente módico al que muchos militantes aceptan como estación terminal de sus anhelos. Primero se rediseña con sangre la economía, después se rediseña con mediático empeño la Historia. De modo tal que hoy el desaparecido 30.001 es el pensamiento estratégico. Se ha desmontado -con saña y por décadas- la dialéctica de causa- consecuencia, el sentido de los hechos que construyen el presente. No concebirías, con tu lógica de otrora, que hoy educarse constituya un acto revolucionario de primer orden.

En tu caso, por ejemplo, en el sitio web www.politicaydesarrollo.com.ar he leído a ese Almirante Zaratiegui que le niega a Estela Carlotto el mismo nieto que el enfermero que asistió a ese parto confirma, recriminando la versión que te describe como una inocente Caperucita Roja que el lobo se tragó... A vos, que como tus captores supieron, fuiste tan "subversiva y apátrida" como el resto de tus compañeros. Y es que aún quedan "incautos" capaces de suponer que aquella adaptación fílmica que los bautiza "perejiles" cuenta con el beneplácito de los que aún no nos bajamos los lienzos... Lo que el poder no tergiversa, Claudia, lo escamotea; como al compromiso inviolado con que los ex guerrilleros nos avinimos al orden constitucional, mucho menos ventilado que la autocrítica uniformada. "Perejil" justo vos, hijita del Aramburazo que a la liberación sacaste sólo boleto de ida. A vos, a quien una cultura de la postración vincula exclusivamente con el Boleto Estudiantil Secundario, omitiendo las "cañadas" de la UES contra conspicuos matones de Las Tres A (como si avergonzara haber enfrentado resueltamente a los que vendieron la Nación).

En controversia reciente con un ex primer mandatario, el Presidente ha convertido a 30.000 en una cifra de mártires, lo cual -en un país mayoritariamente católico, apostólico y romano- equivale a considerarlos víctimas inocentes de una violencia arbitraria. Aún a aquellos que salieron a matar o morir por una Patria Justa, Libre y Soberana. Hace poco escuché la entrañable recopilación de canciones primerizas del trovador cubano Silvio Rodríguez. En uno de esos temas el cantautor entona "no tengo que cerrar los ojos para ver..." en alusión a la precarización de la vida cotidiana que el bloqueo imperial impone a los suyos. Y el que escribe esas líneas tiene en ese entonces apenas 20 años. A veces me pregunto cómo es posible tan temprana claridad. Y suelo responderme que sólo es posible con una vigorosa Revolución detrás. A menudo los pibes se preguntan cómo es posible concebir, en un país de semejante complejidad, revolucionarios de 15 años. En consecuencia respondo que -lisa y llanamente- no es posible. Sin una heroica resistencia peronista de 18 años por detrás, y una ofensiva popular masiva al grito de "Luche y Vuelve".

En conclusión, hermana, no constituyen mayoría los pueblos que hoy apuestan a una versión más humana de este sistema inhumano. Y lentamente cuaja en Nuestra América la convocatoria bolivariana a inventar un Socialismo para el Siglo XXI. No porque se le ocurra al Cdte. Hugo Rafael Chávez Frías, sino porque Stalin no merece llevarse a la tumba esa utopía.

El odio, María Claudia es un sentimiento con mala prensa. Pero ha dicho el Che que "un pueblo sin odio no puede vencer". Sabido es que, inaugurada esta democracia formal, los beligerantes contra el régimen defacto renunciamos a toda acción directa. No hicieron lo propio los esbirros de la oligarquía económico-financiera: Violaron y aplastaron en Catamarca a una jovencita y después se guarecieron entre sus jueces; patearon hasta la muerte a un conscripto y lo ocultaron en sus cuarteles; lincharon a un ricotero en comisaría porteña; fusilaron a un seminarista rosarino en el techo de su merendero; e hicieron lo propio con un artista plástico y un ladrillero en la Estación de Avellaneda... pero cierran filas para que la ley no castigue a los ideólogos de esos hechos. Gendarmes pertrechados contra los pobres entran en acción a diario en parajes donde la prensa "nacional" no llega (o decide no llegar). En resumen, que no renunció a la lucha armada la vieja oligarquía. Y que esto constituye la prueba más palmaria de que nunca tuvo dos demonios la Argentina. Aquí no se habla del odio que deviene venganza, sino de la furia que se torna memoriosa energía creativa. Con miras a construir mayoría, para que un mañana justo ya no cueste más vidas.

Evita lo sabía, Clau, los que menos tienen son los que más dan: Ante un Estado diezmado emergió vigoroso tu Pueblo de siempre, multiplicando el voluntariado solidario a lo largo de la Patria. Montando merenderos, salitas de guardia y consultorías jurídicas gratuitas, huertas comunitarias, fabricas recuperadas, y los más diversos microemprendimientos. Porque, como dijo Ernesto Cardenal, el sacerdote sandinista: El Pueblo nunca muere.

La taba está en el aire, compita de los bellos días. Y en tanto gira, Johanna se refugia en un cyber de Mendoza para huir del bardo familiar, y me escribe un mail donde expresa que desearía ser vos. Nahuel, a sus doce, cuida sus cotorritas en Puente de Fierro a la espera de dedicarte un poema a viva voz el próximo 16; y Lucas, a sus catorce, rebobina en La Aceitera una película que te nombra, para entender de una vez. En resumen, mi dulce interlocutora, que ni vencimos aún... ni esta dicha la última palabra.-

Tu hermano Jorge, que siempre extraña nuestras charlas. Y aquella risa que no cesa.


Hacia una lírica de emergencia

Ponencia para "Segundas Jornadas de Arte Público Latinoamericano - Buenos Aires- 2004" celebradas en Gráfica Chilavert Recuperada, del 12 al 16 de octubre.

"El gran poeta de la revolución es el pueblo"
Francisco Urondo

Albores del Siglo XXI: Composición de lugar

En su "Divina Comedia" el Dante comenzaba diciendo "En medio del camino de la vida, me descubrí perdido en selva oscura...". No es mal comienzo para que un sobreviviente de la dura experiencia de los años setenta intente un alto en su itinerario de modesto trabajador de la cultura, de productor de bienes culturales, y revise en voz alta en qué consiste -por ejemplo- la literatura que propone. En una bisagra de la historia que exhibe desde el espejo retrovisor la caducidad de las dos grandes identidades nacionales desde las que el pueblo argentino viniera peleando por un destino mejor -yrigoyenismo y peronismo-, y desde el parabrisa un mundo multipolar en reacomodamiento, con una potencia hegemónica belicista capaz de poner en riesgo el futuro de la especie, enfrentada a países periféricos que -más allá de la auspiciosa e incipiente instancia del Foro Social Mundial de Porto Alegre- no han logrado coaligar aún sus intereses como en aquel escenario de la no-alineación, vengo dirigiendo mi trabajo literario prioritariamente hacia las nuevas generaciones, víctimas preferenciales de un largo y esmerado proceso de vaciamiento de conciencias. En ese camino he resuelto no autocensurarme, cualquiera sean las consecuencias que me toque afrontar. Esto no sólo implica un gesto elemental de honestidad intelectual, sino asumir públicamente la cuota-parte de responsabilidad que me cabe como protagonista de los hechos que narro. Por eso no me cuido de explicitar mi pertenencia al tronco ideológico nacional, popular, y revolucionario alimentado desde el fondo de la historia por las grandes mayorías , aunque ese legado estorbe. Nombro frecuentemente a la oligarquía porque esa clase social parasitaria y retrógrada no admite eufemismos que encubran su culpabilidad histórica respecto al estado de postración que hoy padecemos. Y también me permito ironizar a menudo sobre la gobernabilidad vigente, porque sostengo que nuestro deber de argentinos es transformar la Colonia en Nación, y no darle una mano más de pintura.

La poesía es inherente a la naturaleza de los pueblos

En repetidas ocasiones se ha polemizado acerca del patrimonio de la "inspiración creadora", como si esta pudiera aflorar mágicamente entre pocos y negarse sistemáticamente a otros muchos. En lo que a poética se refiere, yo parto de la base de que el nuestro es un pueblo que canta. A su modo en el interior, a su modo en la gran urbe, pero el nuestro es un pueblo que tiene por costumbre -como tantos otros- cantarle a su desdicha y su alborozo. Se ve en las canchas, en las peregrinaciones religiosas y, obviamente, en las concentraciones políticas. Y es un pueblo con mucha inventiva. Lógicamente, yo emito este juicio desde una latitud determinada (pese a que he recorrido casi toda la extensión de nuestra geografía). Nací a hora y media del Puerto de Buenos Aires y tengo, por ende, una cosmovisión provincial y ciudadana. Por eso mismo creo que planto un pié sobre José Hernández y otro sobre el Grupo de Boedo. Bonaerense al fin, esas son mis referencias principales. Y es desde ese enclave que constato a diario lo que afirmaba anteriormente: La enorme capacidad de nuestro pueblo para sublimar su realidad cotidiana. Viajaba recientemente en un taxi bajo el cielo gris plomizo de la capital, filosofando con el chofer acerca de las coincidencias del rigor climático y el de la actualidad socioeconómica, cuando el hombre, después de guardar un reflexivo silencio, se volvió hacia mí espetando: "Lo único que nos falta es que la primavera se rechifle y también los largue en baranda". Si lo traigo a colación es para que recapaciten los desprevenidos que suponían que en ese diálogo el poeta era yo.

El poeta como ladrón de la imaginería popular

En todo caso, la habilidad de quien ha elegido una poesía referencial como su medio de expresión será la de percibir y capturar los datos de aquella esencialidad que -según el autor de "El Principito"- sería invisible a los ojos; lo que a mi leal saber y entender, y como tantas otras cosas, se logra a fuerza de observación y trabajo. Y, lógicamente, asumiendo a la vez un compromiso afectivo con la tarea que se desea acometer. Referiré brevemente un par de ejemplos de mi cosecha a fin de aclarar lo que expongo. El primer caso vinculado a la retransmisión oral y el segundo a la vivencia directa. Mi poema titulado "Composición: La Vaca" surgió casualmente ante la sórdida descripción de un hecho acaecido en un barrio muy pobre de la Provincia de Buenos Aires durante los saqueos de 1989, el cual me fue referido con particular elocuencia por un testigo directo. El impacto emocional que me produjo la anécdota, consistente en el descuartizamiento de un animal vivo a manos de la población famélica, fue en mi tan poderoso que me indujo a contrastar violentamente la escena con aquellas ingenuas composiciones literarias que nos eran reclamadas desde una escuela primaria remota e irreal. Si tiene algún valor comunicativo, seguramente nace de semejante contraste. En él coloqué mi condimento autoral:


Composición: La vaca

Señorita "Chispa" Migues,
Maestra de mi primer grado:
He tratado, desde aquellos días,
de ser como soñaba usted.
Hoy confieso,
Segunda Madre,
Que no me fue del todo bien.
Los vigilantes no se dedican,
como en las lecturas de "Agüita Clara",
a cruzar la calle a las viejecitas.
Los abuelos ya no comparten
ni las faldas ni los cuentos
sino la desesperación.
Ya no canta como entonces
"El sapito Glo Glo Glo".
Y he sabido que Sarmiento,
maestra,
no sólo no faltaba nunca a clase
sino que -de grande-
se dedicó a regar la pampa
con la sangre del criollaje.
He buscado, no obstante,
como se ve,
mantener mi letra pareja,
no comerme los mocos,
y aprender de los mayores
(Solo obtuve -de ese modo-
historias de inconclusas gestas).
De tanto en tanto
He intentado,
Como lo hacia en su clase,
Plasmar imágenes sobre un papel.
No hay caso:
Me llevo mal con la belleza impuesta.
Pruebo...
"Composición: La vaca"
Y no acude en mi auxilio
La estampa bucólica
de los caramelos "Cremalín",
sino la bestia desaforada
que empujaron a la villa
en los días del saqueo,
y pinto literariamente un festín dantesco
de harapos, sangre y bufidos:
"Clava su cornamenta en el polvo
y la busca,
cual plaga de langostas,
un enjambre de cuchillos.
Muge brutalmente y se tumba.
Se yergue y huye torpemente
cayendo sin tregua sobre el costado
en donde hasta hace poco
la sustentaba una pata.
Tose muerte y se estrella
contra el alambrado.
Después,
viejos, mujeres, y niños...
Gente con hambre que danza
en derredor sin que entienda.
Y se la lleva
de a partes".
Lo sé,
maestra de mi primer grado,
nunca volverá usted
a ponerme MUY BIEN DIEZ.-

En el otro caso -el poema "Roja flor en mano negra"-, sucedió que quedé prendado, durante una conmemoración de la gesta de Malvinas llevada a cabo en mi ciudad natal, del detalle producido por el contrapunto entre una humilde mano morena portando una flor y el fondo solemne de una placa de bronce. Ese fue el disparador que me permitió luego desarrollar el poema: El austero homenaje de nuestro pueblo y la grandilocuencia ceremonial de los poderosos. La sencillez y la gloria impostada:


Roja flor en mano negra

Segundo día de abril,
uniforme aceitunado
galardonado en sangre y barro,
roja flor en mano negra,
piel y bronce y atrás
¿qué, compadre?, ¡¿Qué?!
Atrás,
pero muy atrás,
el frío glacial.
Y unas islas que, a veces,
ni figuran en el planisferio,
y una sonrisa joven
atrincherada,
y acostumbrada a ver la guerra por TV.
Y una ciudad remota,
plagada de oficinistas,
adonde no llegan más esquirlas
que las de una malversada información.
Y unos pocos voluntarios,
y unos muchos incrédulos,
y el show de las recaudaciones que se evaporan,
y la Primer Ministro gruñendo
desde los kioskos,
y los aviones clavándose
desde el cielo
como gaviotas que descubren
que el pez buscado es ballena.
"¿Qué mierda valen esas piedras?";
se preguntó un argentino.
Y otro cayó, al mismo tiempo,
degollado por los gurkhas
a distancia sideral
del último long play de Sui Generis.
Hablo de ustedes, cumpitas,
y las metáforas no acuden...
Los tengo que nombrar sin vuelta
porque el poema no alcanza para decirlos:
Mazorqueritos del Atlántico Sur,
Riveritos de tierra adentro,
cada criollo de buena madre
lleva sus sueños de escarapela.
Como escribiera un sargento
caído en aquellas nieves:
"La rendición no cabe en mi vida.
Después de muerto, hablaremos".
Roja flor les deja
-año tras año-
una mano negra.
Manito de la memoria:
Atrás tuyo
¿qué se esconde?
Un pueblo sobreviviente,
una casita de chapas,
una estampa de Ceferino,
un calentador Bram Metal,
un pibe y un perro jugando
a compartir la misma sarna;
aquí no se habla de Patria.
Solamente
se trabaja y se muere.
Y se sale, de vez en cuando,
sin despedirse siquiera,
la vista puesta en el sur de las cosas
(a sabiendas de que el norte usurpa)
para volver acaso
arrastrando del cabello a la esperanza
o -en su defecto-
en algún lugar ignoto
clavar para siempre la guampa.-

Es aquí donde tomo partido por una épica de lo cotidiano. De esta manera entiendo yo que -al igual que otros artistas- el poeta es un cazador de imágenes al acecho.


Verdad histórica e imaginario colectivo

En su novela póstuma, "Megafón o la guerra", el gigantesco Leopoldo Marechal hablaba de una "batalla terrestre" y una "batalla celeste". Allí se pueden sondear las claves del inestable equilibrio entre lo entendido como "histórico" en tanto "hecho real", y aquello que se nutre de la imaginación colectiva, abrevando siempre en lo anterior. Yo elijo producir mi trabajo poético haciendo pié en un punto intermedio entre ambos polos de esta aparente contradicción (si digo "aparente" es porque entiendo que hablamos de fenómenos complementarios e interdependientes). Opto por una verdad histórica en tanto creo que sin pasado no hay futuro. Y cultivo una fantasía que se nutre en nuestra gente porque es ella quien demuestra , desde tiempo inmemorial, que sin sueños y sin magia no se puede afrontar el rigor de esta lucha desigual por la dignidad humana, ni acometer las grandes empresas pendientes. Un par de ejemplos sencillos en relación a lo dicho: Durante el mediodía del 25 de mayo de 1980 fue interceptado el ómnibus en que yo viajaba desde Brasil hacia la Capital Federal de nuestro país, para reinsertarme clandestinamente en la resistencia popular contra la dictadura. En dicha ocasión y durante un interminable lapso de tiempo, un Grupo de Tareas puso en tela de juicio la legitimidad de los documentos que yo portaba. Como un relámpago me cruzó la idea de hacer referencia a un matrimonio mayor que había conocido en la frontera. Advirtiendo la situación y sin previo aviso, el hombre de aquella inolvidable pareja, obrero ferroviario cesanteado por el régimen, reaccionó de inmediato en mi favor presentándose como un tío y sorteando el riesgoso entredicho. En concreto, me salvó la vida. Este es uno de los tantos hechos reales que me siento compelido a rescatar. A mi me deja una moraleja simple: El pueblo trabajador no permaneció impasible frente al horror de la tiranía oligárquica. Y ESTO DEBE SABERSE. En otro plano, a mediados de la década del 80 me tocó asistir a una fiesta realizada en una villa de emergencia de las afueras de mi ciudad natal donde años atrás se filmara parte de la película "La noche de los lápices", referida a una conocida gesta de estudiantes secundarios sumamente respetados en la región. La desaparición de mi hermana en dicho episodio me vincula con el tema aludido desde el dolor y el orgullo. En tales circunstancias, e identificándome como familiar directo de una de las víctimas, un grupo de niños que participase de la reconstrucción cinematográfica de una jornada solidaria de alfabetización me "informó" , en inconsciente alusión a la actriz protagonista del filme, que ellos habían tenido la suerte de conocer personalmente a mi hermana cuando estuvo por allí, días antes, enseñándoles a leer. Está de más expresar que, ante la convicción con que hablaban esos pibes, mi emoción fue tal que ni siquiera intenté rectificar su versión: María Claudia Falcone estaba viva para ellos. Y, en aquel instante, en su imaginario esto era cierto. Acaso fue la forma que encontraron para insertarse -en alguna medida- en unja historia que no vivieron. Esa será su historia -tan válida como la "real"-, al menos hasta que crezcan. Y ningún racionalismo positivista tiene derecho a arrebatársela.

Rescatar a la poesía de su prisión libresca

No agrega nada nuevo describir el quebranto de nuestra industria editorial o el desembarco de los "tanques" extranjeros en dicho rubro. Tampoco resulta original afirmar que una economía de subsistencia ha llevado a que, merced a las urgencias de la vida cotidiana, el hábito de la lectura desaparezca de la mayoría de los hogares argentinos. Ni qué hablar en la franja juvenil a que aludí como destinataria preferencial de mi producción. Esta situación, sumada a la irrupción masiva de las nuevas tecnologías, que facilitan el acceso a la información por nuevas vías, de asimilación aparentemente menos exigente que la lectura, va cerrando aceleradamente el ciclo que Mc Luhan definiera como "Galaxia Gutemberg". Siguiendo este razonamiento, la suerte del libro -tal y como lo conocimos durante el siglo pasado- estaría echada. Ya circulan entre nosotros las obras completas de Shakespeare contenidas en soportes digitales que irán siendo gradualmente cada vez más miniaturizados. De modo que, de ahora en más bien podría creerse que escribir un libro será sentar un arcaico precedente de que se ha existido. Pero la poesía, nacida en asociación estrecha con la música, no es un género literario que se haya ceñido siempre a dicho envase. Sin ir más lejos, desde épocas remotas, juglares y trovadores la pasearon por los puntos más inimaginables del globo contagiándola a voz en cuello. Hoy se percibe en los foros encargados de cultivarla una revalorización de la oralidad. No pocos beneficios le ha proporcionado la canción. Lo dice quien conoció a Machado en la voz de Serrat y a Martí en la de Milanés. A esta altura puedo afirmar con enorme satisfacción que la mía es una poesía en circulación y uso permanente: En el aula, en la FM comunitaria, en el cancionero popular, en Internet. Entiendo pues que se impone adaptarnos a los tiempos que corren e imaginar con audacia nuevas formas de difusión esencialmente masivas.

Conclusión

Desde Concolocorvo hasta Eduardo Galeano existe un vasto territorio de la escritura no reclamado por la crónica periodística ni el ensayo literario. Si el testimonio directo es tan intrínseco al documental como la metáfora lo es a la poesía, en ese cruce de caminos nace la mía. Toda poesía que se proponga militar en el cambio devendrá, en los tiempos que corren, lírica de emergencia. Así lo entendió Benedetti cuando arreciaba la represión en su Patria y publicó el poemario "Letras de emergencia". Lo propio haría Silvio Rodríguez cuando la inminente Revolución Popular Sandinista se vió amenazada por una posible invasión de marines norteamericanos, y editó mundialmente su célebre disco "Canciones urgentes". Mi humilde contribución se propone, desde la Cooperativa Sur, nacida en 1988 con el lema "Trabajadores de la cultura por la cultura del trabajo" en aquella CGT liderada por Saúl Ubaldini; hasta mi actual labor conjunta con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, retomar la senda trazada por artistas comprometidos con la lucha de los trabajadores y el pueblo, como aquel Ricardo Carpani que definiera la gráfica inolvidable de la CGT de los Argentinos. Mucho me he cuestionado acerca de si lo que escribo es realmente poesía, o merece otra definición, como la de prosa poética, o -lisa y llanamente- texto poético. Y muchas han sido las impugnaciones recibidas por haber rescatado vocablos del habla popular carentes de tradición poética. De hecho, para la mayoría de los cenáculos en que la poesía se eleva hacia el Parnaso de unos pocos, nada tengo que ver con ellos. En octubre de 1990 -no obstante- recibí una carta de mi gran amigo, el difunto poeta Alberto Vanasco, que sostenía al respecto: "No puedo decirte si tus textos tienen algo que ver directamente con la poesía, pero estoy seguro que la poesía del futuro irá por esos mismos carriles". Por ahora me basta con eso.-

JORGE FALCONE
Octubre 2004


Sobre el Estado terrorista

Capital Federal, 31 de enero de 2007. Soy el último sobreviviente de una familia tipo de la Ciudad de La Plata (alguna vez llamada Eva Perón). Mi padre, el Dr Jorge Ademar Falcone, fue nuestro primer Comisionado Municipal justicialista, además de Senador Provincial y Sub Secretario de Salud Pública. Mi madre, Nelva Alicia Méndez, acompañó tempranamente a Evita en su lucha por el voto femenino, fue co-fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Secretaria de DDHH del PJ local, y Ciudadana Ilustre de nuestra comuna. Mi hermana, María Claudia Falcone, militó en la UES, participó en la conquista del Boleto Estudiantil Secundario aún vigente, y fue secuestrada y asesinada en la llamada "Noche de los Lápices".

El primer cautiverio de mi padre se remonta al 10 de junio de 1956, cuando fuera encarcelado por la autodenominada Revolución Libertadora con motivo de haberse alzado en armas en defensa de la soberania popular junto al Gral Juan José Valle (levantamiento luego ahogado en sangre por la restauración oligárquica en los basurales de José León Suárez y la Penitenciaria Nacional). El segundo y tercer cautiverio, ahora junto a su esposa, se produjo durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, en mayo de 1977 (Centro de Detención Clandestino "La Cacha") y en enero de 1978 (Centro de Detención Clandestino "El Banco"). Los castigos sufridos en la última detención le agravaron una dolencia cardíaca que lo llevó a la muerte dos años después. Yo milité en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (Escuela Superior de Bellas Artes), la JUP (Facultad de Ciencias Médicas), y llegué a ser el último Secretario de Prensa de la organización Montoneros, ya en la transición democrática. Más allá de posibles desatinos cometidos al calor de una experiencia generacional bisoña, reivindico fervorosamente TODA esa historia familiar.

Contestes de las derivaciones personalistas y burocráticas del segundo gobierno del General Perón, much@s argentin@s de bien consideramos genéricamente que entre 1945 y 1955 la Patria fue testigo de la década más feliz del pueblo trabajador. Las limitaciones del propio líder, sumadas a posteriori a dos inteligentes operaciones de la CIA, ensombrecen hoy ante las nuevas generaciones la gloriosa gesta de l@s protagonistas y hereder@s del 17 de octubre. Me refiero al lopezreguismo y al menemismo. La primera de esas operaciones trasladó el enfrentamiento histórico Nación-Imperio al interior del movimiento de masas, y cometió numerosos crímenes contra revolucionarios de diversa extracción política en nombre de una supuesta "Patria Peronista". La segunda, culminó el vaciamiento del patrimonio nacional iniciado por el saqueador impune Alfredo Martínez de Hoz, y lo hizo batiendo parches al son de La Marchita. La estrategia imperial de postrar desde sus entrañas al movimiento que alguna vez constituyera una de las expresiones más altas de lucha anticolonial en Nuestra América queda así de manifiesto en toda su magnitud.

Dado el signo ideológico que ostenta, hay una deuda impaga desde el Gobierno Nacional -y desde el Partido Justicialista en particular- para con tod@s l@s argentin@s: La de juzgar y condenar los crímenes cometidos por la ex Presidente Isabel Martínez, el recientemente "aparecido" ex Comisario Almirón, el matón e instigador Felipe Romeo, y todos aquellos funcionarios que en 1975 firmaron o avalaron el decreto de "aniquilamiento de la subversión" que dió paso a la encarnizada cacería de la generación más altruista que hasta ahora dió la Patria.

Hace poco despedí los restos de esa incansable luchadora por la Justicia Social que fue mi madre. Murió orgullosa de sus dos hijos montoneros, y avergonzada de los sucesos que empañaron el traslado de los restos del General a la Quinta de San Vicente. Había sido testigo directa de los Campeonatos Infantiles Evita, de las Colonias de Vacaciones, de los Planes Quinquenales, del IAPI, del Estatuto del Peón, en fin, del encomiable esfuerzo por dignificar a los descamisados y grasitas.

En nombre de la Memoria, la Verdad y la Justicia -y sin desviar el eje trazado por los Juicios de la Verdad en curso, sino con el ánimo de profundizarlos-, este argentino entiende que los protagonistas de heroicas resistencias contra todas las dictaduras no debemos enterrar nuestras banderas a los pies del asesino López Rega y el cipayo Carlos Menem. (Agencia Paco Urondo)


José León Suárez, Trelew, La Plata.

El Relato de Nuestra Historia entre Masacres y Sobrevivientes.

22 de agosto de 2004

Ante un nuevo aniversario de los trágicos sucesos del 22 de agosto de 1972 (fusilamiento de 19 presos políticos en el Penal de Rawson), nuestro cro. Jorge Falcone -invitado por el Movimiento Plátano de Marcos Paz- brindó una charla-debate en el Centro Cultural "La Casita", a lo largo de la cual abordó el tema en los términos que siguen.
"Compañeros de historia,
tomando en cuenta
lo implacable que debe ser la verdad,
qué debiera decir,
qué fronteras debo respetar..."
Silvio Rodríguez

Soy un montonero de segunda generación.
No estuve entre los fundadores de la organización político-militar. Me encuadré recién en 1976. Digamos que para una guerra en ciernes. Y supe de la Masacre de Trelew culminando mi bachillerato en la Escuela Superior de Bellas Artes de La Plata. Para mí los 16 fusilados en el sur estaban hechos de la madera de aquellos pibes del Nacional Buenos Aires que dos años atrás se habían cargado al ideólogo de la Revolución Libertadora y el Gran Acuerdo Nacional. Ya había elegido un destino, eran mis compañeros y mis compañeras. A los pocos días, en la Facultad de Ciencias Exactas de mi ciudad natal, conocí a los padres del mártir Mariano Pujadas.
Luego, en plena efervescencia del "Luche y Vuelve", a la sobreviviente María Antonia Berger en un acto del PJ organizado en Berisso, al que acudí con mi padre, hombre de otras resistencias.
A Ricardo René Haidar lo conocí el 9 de junio de 1974 en un palco montado en el bosque de mi lugar de origen, de espaldas a la Jefatura de Policía bonaerense. Estaba junto al Suboficial (RE) Horacio Chávez, el Diputado Nacional de la JP Miguel Zavala Rodríguez, y -otra vez- mi padre, fusionándose así dos generaciones de luchadores populares.
Paradojas de la historia colocaron -para confirmar que la lucha es larga y sin cuartel- a los hombres del alzamiento de Valle (que luego serían fusilados por la AAA o torturados en las mazmorras del Proceso) junto a los herederos de su legado (que luego serían ejecutados por los Grupos de Tareas)ante el lugar escogido por el Gral. Camps para escarmentar -cuatro años después- al movimiento estudiantil secundario, fusilando allí a mi hermana y a sus cinco compañeros de la UES.
Volví a ver a María Antonia Berger en Congreso, a las puertas del Cine Gaumont. Ambos hacíamos cola para despedir al último líder de la Nación Argentina, que nos había retado públicamente y -desagradecido- nos abandonaba sin un abrazo. Al Turco Haidar me lo crucé por última vez durante la dictadura, siete años después de aquel acto,y en la Casa Montonera de la calle Fernández Clausells de Madrid. En dicha oportunidad yo ya era un guerrillero urbano. Y el Turco se lamentaba por los caídos en la Contraofensiva Popular. Ese fue mi único e intenso nexo con los hechos de Trelew. Vaya impronta generacional: Advierto que prácticamente sólo he referido circunstancias luctuosas.
Nunca fuimos a bailar juntos, nunca salimos de campamento...
Nuestro destino fue pelear. Pero hace siglos que nuestro pueblo lo hace. Y no por ello deja de parir futuro. Para ese menester pocas cosas resultan tan imprescindibles como rescatar la memoria de cada gesta para experiencia de los nuevos luchadores. Casi toda matanza de la historia tuvo sobrevivientes y relatores. En todos los casos ese relato estuvo atravesado por una subjetividad gestada al calor del contexto que le tocó en suerte:
La Masacre de José León Suárez -perpetrada por la restauración oligárquica el 9 de junio de 1956 contra un puñado de civiles que conspiraban por el retorno de la soberanía popular- tuvo su relator en la figura de José Livraga, a quien sus fusiladores dieron por muerto tras destruirle la mandíbula con un tiro de gracia que falló. Este militante peronista de base contó con la invalorable intermediación de un interlocutor de lujo: Rodolfo Jorge Walsh lo convirtió en la punta del ovillo de esa investigación ficcionalizada que pasaría a la historia como "Operación Masacre". El hombre de la resistencia peronista y el mejor escritor argentino se cruzaban así en un momento de la historia en el que aún se escuchaba el eco de los diez años más felices del pueblo trabajador, y con una resistencia popular creciente como telón de fondo. El fruto de ese encuentro sería la invalorable pieza literaria ya aludida, que más tarde pasaría a la pantalla grande adaptada por otro intelectual orgánico del movimiento revolucionario, Jorge "Tigre" Cedrón. Livraga murió de viejo, Walsh en combate, Cedrón asesinado por los hombres del Almirante Massera en París.

La Masacre de Trelew -producida por la marina gorila el 22 de agosto de 1972 como escarmiento al intento de fuga del Penal de Rawson por parte de 19 reclusos pertenecientes a las organizaciones revolucionarias FAR, ERP, y Montoneros- contó con el relato a tres voces de Alberto Miguel Camps, y los ya nombrados María Antonia Berger, y Ricardo René Haidar. Los sobrevivientes contaron en esta ocasión con el aporte del poeta y periodista Francisco "Paco" Urondo -es decir, un par- que inmortalizó su testimonio en el imperdible reportaje titulado "La Patria fusilada", realizado en el Penal de Villa Devoto horas antes de la amnistía de 1973, dictada por el "Tío" Cámpora. El contexto de tal encuentro fue acaso el de mayor calidad de los que habré de revisar: Una ofensiva popular que instaló entre los argentinos ni más ni menos que la expectativa de construir una versión nacional del socialismo. No es casual, por ende, que los cuatro cuadros aludidos -sobrevivientes y entrevistador- hayan reincidido en la lucha sin escarmiento alguno. Y, como se sabe, caído en combate.

La Noche de los Lápices -matanza de militantes de la UES platense llevada a cabo en la emblemática fecha del 16 de setiembre de 1976 para desmovilizar a una juventud que venía de conquistar el Boleto Estudiantil Secundario- encontró su relator en la persona del sobreviviente Pablo Díaz, ex militante nacionalista alineado en las filas del guevarismo, único secuestrado no-peronista, y posteriormente legalizado ante el Poder Ejecutivo Nacional. Hacia la recuperación democrática -y bajo las secuelas del terrorismo ideológico- Díaz es liberado y revista entre las huestes alfonsinistas colaborando con el Fiscal Julio César Strassera para el Juicio a las Juntas, en el que su propio relato es recogido por María Seoane, hoy periodista-estrella del Grupo Clarín. Y después llevado también al cine por el ubicuo realizador Héctor Olivera, autor de filmes tan dispares como "La Patagonia Rebelde" (1973) y "Ay Juancito!" (2004). Más tarde Díaz recorre el país junto al abogado Jorge Baños, como militante del Movimiento Todos por la Patria, alejándose de dicha fuerza poco antes de que esta perpetre el sorpresivo e inaudito ataque al Cuartel de La Tablada (donde su ex compañero de militancia pierde la vida). Desde entonces -y en cada primavera- las democracias condicionadas que padecemos pagan puntualmente su tributo a los derechos humanos convirtiéndolo en su niño mimado. Y fomentando un relato de la historia que no altera sus planes.

Primera conclusión: Cada época cuenta con el relato que es capaz de generar. Y este es siempre el que sus contemporáneos están dispuestos a escuchar.

Segunda conclusión: Conocer la historia de los pueblos supone pelar todas las telas de esa gran cebolla que es la memoria colectiva. Y este es un devenir circular. Mientras sucede, cada pueblo opera sobre su destino como el mar que orada la roca. Cuando llega a conocer su verdadera historia, suele ocurrir que ya la ha transformado. Porque nadie llega a ser dueño de su historia sin adueñarse, en ese mismo acto, de su propio destino.-

También estuve aquí

Textos poéticos de Jorge Falcone

“Ante la realidad social el artista debe apasionarse.
Cómo se pretende que el poeta cierre los ojos ante los que sufren,
ante la tragedia del hombre oprimido?
Ningún hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte por el arte.
En este momento dramático del mundo,
el artista debe reír y llorar con su pueblo.
Hay que dejar el ramo de azucenas
y meterse en el fango hasta la cintura
para ayudar a los que buscan azucenas.”
                                                           
Federico García Lorca


A MANERA DE PRÓLOGO

Canto Hereje (ediciones Baobab, Buenos Aires, 2005) y La Gomera de David (Editorial Universitaria de La Plata, 2007), son el noveno y décimo poemarios de Jorge Falcone. Yo sólo conocía Íthaca. Lírica de emergencia (Hombre Nuevo, Buenos Aires, 2003) y aún conservo un vago recuerdo de unos poemas mimeografiados, abrumadoramente transparentes, firmes y tiernos, de "un tal Falcone, compañero y poeta de la 'orga' (1) y, además, hermano de María Claudia" (2), que me llegaron a mediados de los ‘80. Creo que formaban parte de una obra llamada Piedra libre para todos los compañeros. Era una época en la que yo aún dudaba respecto del régimen que más se correspondía con la revolución: si el de la poesía o el de la ciencia. Con tiempo disipé esas dudas juveniles. Pero una tarde escapista de domingo, no tuve en cuenta esos antecedentes y asumí la lectura de los nuevos materiales con la predisposición melindrosa del degustador. Hice mal, muy mal. En unas pocas horas, sin prorrogas, leí poema tras poema y libro tras libro. Terminé fagocitado por los textos de Falcone, exhausto por los destellos rebosantes, las patadas en los huevos y las caricias más insensatas. Como atado a un péndulo este tipo me hizo viajar, sin estaciones intermedias, de la angustia (al corroborarme la estructura lógica del mal, el desastre que acecha), a la felicidad (al confirmarme la estructura ilógica del bien, por hacer entrar el porvenir en oleadas tenues). Su literatura vapulea con su vaivén del Averno a la Esperanza, de la Esperanza al Averno, y así, sin parar... Pero lo principal es que, después del zamarreo, queda claro que la vida no es un callejón sin salida. Su poesía está siempre abierta a la desmesura de la utopía. Su poesía se abre de gambas, generosa. Además viene acompañada de imágenes plásticas afines: Canto Hereje cuenta con los collages de Gabriela Podestá y el prólogo de Fernando Buen Abad Domínguez. La Gomera de David con los dibujos de Marcelo Carpita.
Yo considero que estos textos (y las imágenes que los acaban, o mejor: la imágenes con las que se acaban mutuamente) son audaces como gatos, no saben apretarse en hileras pálidas, no saben quejarse. Son armas de construcción masiva. Supongo que eso se debe a que Falcone: 1) gambeteó la decadencia ideológica y resistió el coleccionismo, la neurosis y la melancolía y ahora intuye los modos y regímenes futuros de lo mejor de su pasado (y de lo mejor de su generación, la de los luchadores populares del 70); 2) pateó el bastón de la burocracia y persistió -alquimista- en los inventos temerarios; 3)conservó la indiferencia relativa por los "resultados"; 4) siempre trabajó culturalmente en función del proyecto colectivo que creará el contexto donde la magia funcione (siendo consciente que todas las Iglesias son hostiles a la magia y a la herejía); 5) nunca dejó de tener la edad que sueña el harén. Su poesía es diáfana desde todos los puntos cardinales. Queda muy claro que ha sido construida y sigue construyéndose como enclave no corrompido para resistir. Por lo tanto, los de Falcone son textos aptos para leer mientras se espera el deseo.


(1) Jorge Falcone fue militante de la organización Montoneros. "Orga" es el apócope de organización.
(2) María Claudia Falcone: estudiante de la Escuela de Bellas Artes de La Plata y militante popular. Fue secuestrada junto a otros jóvenes por las fuerzas de seguridad en 1976, en la denominada "Noche de los lápices".

Miguel Mazzeo
Lanús Oeste, 23 de septiembre de 2007


8-1334: EL ÚNICO LUGAR DEL MUNDO DONDE FUI INMORTAL

Tuve nido en la copa de un buen árbol.
Mal viento lo llevó con él.
Desde entonces vivo
de liana en liana
procurando no perder altura.
Pero cansa...
El viaje comenzó cuando todos volaban.
Y ahora
la mayoría se arrastra.-

(Mar del Plata, 12/03/07)


LEYENDA DE TINO RAVENA

Vivía en una prefabricada de madera.
Cerraba la puerta con alambre y tapaba
con cartón la ventana rota.
Usaba un saco viejo y
una bufanda apoliyada.
Era dramaturgo.
Consagró su vida a iluminar
el fondo del túnel a esos hermanos
a los que el sistema rotula “insanos”.
Jugó con ellos.
Les recordó que eran humanos.
Nunca llegó en limusina
a recibir un premio.
Nunca pisó una alfombra roja.
Nunca soñó con
firmar un autógrafo.
Le tocó ser
apenas
un argentino de La Plata.-

(31/5/07)

A Juan Barney y Juan Manuel Etchepare,
testigos de la sublime locura
que recorrió la llanura manchega.


REGGAETÓN DE VILLA ARGÜELLO

“Aunque digan que soy
un bandolero donde voy
le doy gracias a dios
por hoy estar donde estoy
y voy a seguir con mi tumbao
y con mi ojos colorao
con mis gatos activao
ustedes to me lo han dao”

Don Omar,
fragmento “Bandoleros”

Reggaetón de Villa Argüello,
coro griego que nos cuenta
la historia de un siglo nuevo...
Saluda tu canción
Santiaguito Barberán torturado
y arrojado a la cara
del municipio mudo.
Darián Barzábal fusilado
en patrullero de Los Hornos
te saluda.
Y hasta el borrego que se incendió a lo bonzo
en Plaza Italia para huir
de este mundo de marines y de paco,
arde en tu verso improvisado...
En el ritmo que inventa
tu garganta instrumento.
Reggaetón de Villa Argüello,
sos el sabueso esquinero
que vela por el planeta,
único barrio que tenemos.
Reggaetón de Villa Argüello,
sos la globalización que acepto.-

para Gisella y toda la barra

(5/8/2007, Jornada Solidaria en Centro Cultural Olga Vázquez)


MAÑAS DEL ESCARMENTERO

El lobo nunca enfrenta
al rebaño en pleno de ovejas.

El lobo ronda los bordes,
garronea...

El lobo no tiene dientes
si somos ovejas negras.-

(10/8/07)

Al cro Daniel Silvestre,
dirigente social de Puente de Fierro.


PESOS Y MEDIDAS

Conocí una mujer cuyo peor agravio
llegaba a pelotudo.
Así nombraba a desvariantes y verdugos.
No tardé mucho en colegir
que era más cruel el mundo.

Y que poco había
por hacer juntos.-

(16/8/07)


CLAROSCURO EN SAL DE PLATA

Tengo un amigo que porta
con tanta gracia sus muertitos!
Con desafiantes lengues unos,
otros vestidos de baturros...
Él les prodiga hilaridad de vivos
y una mesura que da envidia.-

(16/8/07)


INVIERNO DE VOS

Nunca pasaba y
al invierno siguiente
mi parque amaneció nelvado.
Nelvó sobre el camino en
que te estacionabas
descendiendo con dificultad:
Primero el trípode,
después la Patria.
Nelvó sobre los escalones
que pediste
para ascender y sumergirte
en el modesto mar
que te ofrecí.
Y nelvó sobre el quincho en
el que brindabas por la vida,
que tanto te extraña.
Nelvó con la terneza
con que me cuidabas.
Busqué la pena en
los bolsillos del alma...
Y la pena no estaba.-

(4/9/07)


INERME

Soy la más insignificante
criatura humana,
desguarnecida y expuesta
a una inconmensurable soledad.
No tengo salvoconductos
ni coartadas,
ni existe dios que me aguarde
en una próxima escala...
Nada.
Estas elecciones no me pertenecen.
La TV no dialoga conmigo.
Estas compañías que apenas alcanzan
para tapar el silencio
no son mías.
Afronto al destino despojado,
sin bendición ni crucifijo
ni vida después de esta vida.-

(3/10/07)


ODA A ROBERTO GAMONET,
DIRIGENTE DE LA UES
ABATIDO EN DISIDENCIA

Ambos sabemos,
Roberto Gamonet,
cuan arbitraria y ficcional es la memoria,
tanto que a menudo construye su relato
sin consultar fuentes ni pagar
al aludido derecho de autor.
Aquí nombro tu gesto,
Roberto Gamonet,
el resto es del dominio
de algún historiador.
Me contaron que caíste
en tiempos del horror,
alejado de la organización.
Y héte aquí que recurro a vos
en tiempos de desazón
y en mi condición de bardo sin alcurnia
para desenmascarar a tanto “émulo”,
a tanto bastardo clon.
¡Vaya si no es lícito discrepar,
Roberto Gamonet,
al interior de un proyecto nacional!
Lo infame es malversar el inventario y
quedarse con lo mejor...
Por eso te convoco,
Roberto Gamonet,
preso de tu clandestina marginalidad
más no de las tretas del amo imperial.
Así te necesito,
Roberto Gamonet,
abriendo fuego pese a la discrepancia,
más no dialogando con el opresor.
Como quien grita a pura bala:
_Señores militares,
yo se bien quién los manda y
no voy a parlamentar.
Yo canto la actitud del morocho
meado por su color de tez
que nunca dijo:
_ Militares,
es antiguo el dato con que llegan:
Ya no pertenezco a la organización...
Pero la tropa que te tumbó
no obtuvo tal galardón.
Respondiste con tiros a
la orden de rendición.
Acaso movido por vejámenes acumulados
en tu existencia de “cabeza”,
acaso por decirte
“no acuerdo con los compas pero no tengo
para la oligarquía ninguna compasión”.
Sólo por eso nombro tu ejemplo,
Roberto Gamonet,
para mojar en tu sangre
la pluma que hoy escriba
“Disfrácense de otra cosa,
impostores!
De nosotros no”.-

(8/10/07, a 40 años de la caída del Che)


DEBAJO

Calentará una pizca de este sol
a alguno de los nuestros que yacen bajo tierra...
Tampoco.
Ellos solo duermen sin saberlo.

(20/10/07)


AMAR ES OTRA COSA

Cariño, compañerismo, contención...
a menudo se consiguen.
Amar es otra cosa.
Sus pontificadores afirman
que ocurre una vez sola;
sus víctimas escarmentadas,
que consiste en escoger al menos malo y
optimizar a diario lo que se logre a su lado.
Pero habemos gladiadores
mancos o contusos
que sin embargo vimos
al vellocino de oro una vez sola.
Esos reconocemos su brillo en
la mirada ocasional de una colega
artista plástica que se emociona
con algo que dijimos al pasar.
Es entonces que sentimos nuevamente
la tentación de pedir que se quede
un ratito a nuestro lado.
Porqué no
hasta el último de los días...
_ Ah! –decimos-,
allí estás, bribón.
Hoy no me tocas.-

(22/10/07)


PIDO GANCHO

“No hay prueba científica de que el tiempo pase.
Que nosotros pasemos es otra cosa”

Ernesto Cardenal

Tiempo.
Un poco.
No demasiado.
Tengo tantos libros que leer.
Tantas siestas que dormir.
Tantos soles por beber.-

(27/10/07)


NO SIEMPRE GANO

No siempre prevalezco ante los días.
Pero cuando quiero
hacer flamear mi bandera blanca
Laura pasa rapelando
de lado a lado de mi frente
con un redoble de Juan
que me llega desde lejos,
Leticia le diseña un
salvapantalla a mis ojos
y Victoria me recuerda
una vieja palabra que inventamos.
No siempre gano, es cierto,
pero hace tanto que no muero...

(11/11/07)


LA POLÍTICA ES EL ARTE DE LO IMPOSIBLE

“Para qué sobrevivimos?
¿Para ocupar una banca?”

Jorge Zabalza
(MLN-Tupamaros)

¿En qué recodo del camino
extravió el posibilista
su moral heroica?
¿Después de la última osadía
escarmentó y se volvió mansito?
¿Lo convencieron pues
de que aquel viaje a la projimidad
no conduce a ningún sitio?
¿Pagó su paz al precio
de una sociedad sin héroes?
¿Aceptó diluirse en la multitud
para que nadie diga “miren,
ahí va el padre,
la esposa,
el hermano,
la hija del héroe”?
¿Porqué en el presente edulcorado
son de mal agüero
los héroes y los santos?-

(20/11/07)

A mi amiga y compañera de lucha
María Inés Luccheti


EL POEMA HACE LO QUE LE PINTA

“El poeta es jugado por la palabra.
La palabra hace lo que quiere.
Su lenguaje mata”

Leónidas Lamborghini

No, si el poema tiene su carácter,
no te vas a creer.
Por ejemplo ahora...
Mirá que le digo
“no jodas al lector
con huevadas existenciales”
(más cuando es así,
por cuestiones de edá)
Pasa que me dieron el carné de la facultá
y pensé:
“Ese viejo es más viejo
que mi viejo, viejo!”
Y después
“cuándo carajo y cómo
se pasa de muchacho a señor,
y no se adelgaza más
ni recupera lozanía... “
A mi no me jodan con Nacha
y el agua mineral,
quieren?
Lo único cierto es Aurora Venturini
-viste?-
premiada a los 85 por su prosa
rebelde y joven.
Pero unos son como robles y lo logran.
Otros,
maricones como yo y mirá...
Mirá que remo, eh?
Porque – decíme la verdá -
cuándo paro yo, a ver?
Pero hay una soledá
que es ontológica, sabés?
La describió Vallejo escribiendo
“Tanto amor
y no poder nada contra la muerte”
La gente que te frecuenta
te ve igual que siempre:
“Tas hecho un pibe”;
mandan.
Pero los que ves de vez en cuando
te sacan por la voz.
Y amores hay también,
de esos imposibles
que – al cabo de una vida –
comparecen diciendo:
“Ya estoy lista para vos”
Pero
a qué “vos” le hablan,
me querés decir?
Al que sos o al que les dejaste
cuando las fotos perdonaban
aunque no posaras...
Que me dejen de joder.
No me gustan los espejos,
y cada vez estoy más convencido
de que ya me pasó todo
y el destino se olvidó de mí.
Qué cagada, viejo!
Mirá lo que me hacés decir!
Voy por la vida de gil y a la final
el poema hace lo que le pinta.-

(5/12/07)

A mi amiga Norma Etcheverry, poeta


CHAMUYO CON EL VERSO

“Este desasosiego, esta palabra que desde el corazón
me llega y se detiene en mis labios, no es nuevo en mí,
sino que permanece, vive desde cuando mis padres
en amorosa lucha concretaron la carne de la muerte
para darme al mundo; y me crece como un mar en el pecho,
siempre cambiante, furioso y sin consuelo”.

Ernesto Mejía Sánchez,
poeta nicaragüense

Te juro, verso amigo:
Me hacés bien.
Y no ando con ganas de chácharas
de esas sobre que servís
para conjurar la muerte
o dejar testimonio a los que vienen...
Qué va!
La vida sigue siendo una trampa breve y
no hay Cristo que no se aferre
al pasamano de la cinta sinfín...
No, viejo,
lo mío es otra cosa.
Como ver un pibe dando los primeros pasos
a la manera de un Armstrong diminuto
que pisa por primera vez la luna.
O sorprender a un caballo blanco
trotando brioso a los cuatro vientos,
no sé...
Te escribo y se me pasa todo.
Se van el cuco y el Hombre de la Bolsa
a la misma mierda.
Oigo a mi vieja decir de nuevo
“no es porque sea mi hijo, pero...”
Te escribo y al ratito nomás
me la re banco.-

(5/12/07)


UN SABOR SIEMPRE NUEVO

No debió haber sucedido.
No debimos probar ese sabor:
Ingresar en el cabello de una mujer,
posar sobre la suya la propia frente...
Ah la temperatura del contacto inminente!
Ah el temblor inaugural,
el respirar entrecortado
que no puede ante el rubor,
la fragancia siempre nueva
y después la humedad...
Columna de dientes,
alfombra lingual,
el más púdico acceso a una mujer.
Cuántas veces fuimos allí...
y no se acaba.
La carne zozobra,
el apetito no.
Hubo anclaje a la existencia
amigos,
mayor que ceñir
un talle de mujer?:
El socialismo resultó
esquivo como la fortuna;
la hembra sigue allí,
su ombligo expuesto a las tibiezas
de una estación que invita a
brindar con cerveza negra
en compañía de luciérnagas.
No debió haber sucedido.
No deberíamos haber probado
jamás nunca del plato aquel.-

(17/12/07)


EL CENTINELA DEL DOKE

De chiquito te llamaban Chuculata,
porque naciste color cacao.
Sentado ante el balcón de tu torre de El Doke,
a veces regresás al Puente de Gerli
para saltar sobre el techo incandescente de aquel tren
y volvés a quemarte por todos los negros del mundo
para escribir al carbón y simplemente
Perón y Evita.
En el mismo a veces El Primer Trabajador
te cruza en el paso a nivel de Longchamps
y te sube al descapotado en que viaja a San Vicente
con La Abanderada de los Humildes.
Algunas veces retornás también
al “Mi Club” de Banfield
para conquistar a Gladys al son de Los Wawancó.
O cruzás la calle con sábanas pintadas
junto a los compas de Grafa,
que claman nuevamente
por Evita y por Perón.
O yugás como buey en la Viplastic de Burzaco
con un FAL de los verdes en la espalda.
Decíme una cosa, viejo hermoso,
me cago en Dios:
¿Serás vos el que tiene que poner la trucha ante la Nación
y rendir cuentas por El Brujo o El Riojano...
será mi vieja, pregunto yo?
¿Figuraba en el Programa del FREJULI
aniquilar a la subversión,
incluía la Revolución Productiva
vaciar el Estado hasta la postración?
¿Quedan motivos aún para llevar la frente en alto
sin omitir personalismos ni burocratización?
¿Porqué cuando la dirigencia se limpiaba el culo
con el movimiento nacional
vos - que nunca pudiste ahorrar ni un cobre -
fundaste la Confederación de Jubilados Peronistas,
me querés decir?
A veces me consta que evocás
aquel intento de afano en la Torre Diez...
y el bastón que le partiste en la frente
al chorro que te encañonó.
¿Sabés qué, Chuculata?:
Quedan giles que compraron
que el peronismo es un bombo,
una santa y un balcón.
¡Que se jodan, che!
Porque en ningún aula
se lo van a aclarar,
ni en ningún programa de TV.
Ahora aguantás el último bondi
cogoteando a través de la persiana
por ver si hay resto
para volver a cruzar los puentes
como aquella vez...
Decíme algo más, mi viejo:
¿También recordás aquella medallita
que te obsequió El General camino a Glew,
la que conservaste hasta su arrebato,
en la pileta de un club?
No, mejor no digas nada.
Vas a salir con lo de siempre,
me vas a hacer lagrimear,
y nos van a tomar por boludos a los dos...
con eso de “nunca supe si era de oro
porque jamás la quise vender”.-

(12/1/08)

A Domingo Roa
y a la gloriosa militancia que apostó al peronismo
sin pedirle nada a cambio.


EL ABANDERADO JESÚS TICONA

El abanderado Jesús Ticona
es Barbarie en el barrio y
en el cole Civilización.

El abanderado Jesús Ticona
sospecha que ese honor
es fugaz o se sostiene con sudor.

El abanderado Jesús Ticona
no se espeja en la TV,
pero sabe mayoría a la gente como él.

El abanderado Jesús Ticona
no ha decidido aún
entre el beato Ceferino y el levantisco Pincén.

El abanderado Jesús Ticona
sostiene un mástil que mañana
bien puede convertirse en tacuara.-

(15/01/07)

A Ivana Sampieri


CARNE PICADA

Igual que en la tauromaquia
pero con menos gracia
(al fin y al cabo la muerte
rara vez es estética)
el pibe vuela por los aires,
da un frentazo contra el parabrisa y
en una cabriola inimitable
recorre toda la extensión
del coche que lo embiste
hasta ser ahora mismo
un bichito más
estampado contra el pavimento.
El corredor estuvo a punto de ganar.
Pero perdimos todos.-

(28/1/08)


TAMBIÉN ESTUVE AQUÍ

“... lo que en este momento nos atraviesa
es la necesidad de inscribir el propio cuerpo
en relación con todo lo que existe
(porque la voracidad por lo concreto
es correlativa al terror a la desaparición)”

Daniel Link
Nadie elige el momento de nacer.
Ese “milagro” es fruto
de una múltiple combinación de voluntades.
Colijo que me tocó en suerte
una de las peores
circunstancias
de la humanidad...
Una era de lobos que haría
palidecer al mismo Hobbes:
Vigilia de laboratorios por encontrar la fórmula
más efectiva para sacar inocentes
del medio en la carrera del poder.
Funcionarios que promueven
- como en el más bizarro Llame Ya! -
los más perfectos instrumentos de matar.
Si la ficción propone Hannibal Lecter,
la realidad responde Etchecolatz.
Desde esta modesta estatura humana
que nunca disputó un sitio en el Olimpo,
me enorgullece ir prevaleciendo
al horror de la época que me toca vivir.
He puesto a salvo la ternura
para arropar a mis hijos,
el deseo para aferrarme a la vida
con mi compañera,
el vino fraternal
para contento de mis amigos...
Y una curiosidad inaugural
que aún sorprende.

El caso es que pertenezco
a una generación que – como pocas –
nació para ser joven.
Eso nos pidió la historia y
tratamos de cumplir.
No obstante,
como todo mortal que se precie,
he comenzado a herrumbrar.
El otro que llevo dentro
sigue creciendo al revés.
Aún quiere fornicar,
discutir
y matar,
si es lo que cabe.
Pero este no tiene más remedio
que presentarse con un ex rostro en sociedad
- porque esto ya no es cara,
ustedes perdonen -,
y afrontar la diaria faena
con un cuerpo en retiro efectivo...

Maestros tuve muchos
- hacen falta -,
todos del Interior Profundo:
Vallejo en el cine,
en la poesía Tejada.
Si entrevisté a un jefe sandinista,
de seguro fue mi amigo;
si a una banda popular de rock,
subió al escenario conmigo...

Si perdonar es divino,
estamos fritos:
Hurgo y no hallo
religiosidad alguna en mí.
Sólo respeto el altar rutero,
el alimento en el pico
de un pichón ajeno,
el breve ciclo del agapanto,
el beso de la libélula
sobre el espejo de agua,
la luz naranja de la mañana...
Sospecho que lo sagrado anida allí.
Y en la conciencia del riesgo
con que Pereira Rossi y Cambiasso
asistieron a su último encuentro.
Si me cabe
- a pesar de semejante agnosticismo –
el derecho a perdonar,
diré que tardé años en perdonar a mi viejo
por distraerme del cine
- causa superior en que me reflejo -,
meses en perdonar a mi hermana
no haberse guardado mejor,
días a mi vieja no haberme
heredado en vida...
y no logro perdonarme a mí
haber sido tan rudimentario
con las mujeres de mi vida.
Tengo una charla pendiente con mi hijo,
no se si será en esta
u otra existencia,
si la hubiera.

Me toca clausurar
mi primera casa y lo acepto.
En ese gesto también clausuro
una biografía casi completa.
Le digo adiós a mis amigos invisibles,
a la colección de historietas mejicanas,
a los frascos de descongestivo nasal
que fueron mi primer ejército,
a los filmes que ensayé sobre rollitos
de máquina calculadora,
al desconsuelo más hondo
ante la evidencia
de que no hay amores eternos.
Allí robé,
eyaculé cientos de veces,
y soñé revoluciones.
Cierro con llave para siempre
la puerta abollada a culatazos
y compruebo que – al decir de Walsh –
todo pasado pervive en la conciencia.

Estoy rodeado de libros que no alcanzaré a leer:
Un día de sol y contemplación
vale por todo el saber que acumulé.
Acaso el último amor
sea de tantos el más cierto.
Celebro no haberme rendido al respecto.
El amor redime, si, nunca retiene.
Hay una soledad de base
que no tiene cura,
un dolor antiguo
que cada humano recicla:
Ser testigo de la belleza y,
como una brisa fugaz,
seguir de largo.

No abjuro de la vejez.
Ha sido un viaje grato.
Aún con las heridas que la justicia cobra,
no me quejo: Fue bueno haber vivido.
Resta aguantar una caída libre
digna de Gandalf asido al Balrog
en los abismos de Moria...

Profetizamos el derrumbe de un sistema
que cuesta generaciones pero carecimos
de la humildad de la hormiga,
que vale en el colectivo y carga con la hojita
de la que queda en el camino.
Quizá vean ese día
otros con mi apellido.
Ahora estampo mi mano
en la caverna de todos.
Y digo a lo humano
- pero a ninguna deidad –:
También estuve aquí...
Gracias, compañer@s,
por la oportunidad.-

(3/2/08)


CUANDO PASEN ESTOS DÍAS

Cuando pasen estos días,
- cuando ya se hayan ido, digo -
recordaré que mis hijas nadaron
en la piscina bajo la tormenta,
que dormí abrazado a una buena compañera,
que las palomas caminaban
sobre mi techo de zinc,
que saludé a cada vecino
que trajinó estas calles de tierra,
que no hubo día en que no viese
dos o tres clásicos del cine,
que los festivales lujosos ninguneaban
mis películas humildes
pero los pobres las pedían orgullosos...
Que aún los espejos
me trataban con nobleza.
Y acaso hasta me escuchen decir,
hacia el final de mi tiempo:
No puedo discutirlo.
Fui feliz.-

(8/2/08)


SÉPTIMO ARTE, SÉPTIMO CIELO

“... incluso rayado hasta la muerte
un simple rectángulo
de treinta y cinco
milímetros
salva el honor
de todo lo real”

Jean-Luc Godard,
“Historia(s) del Cine”

Esta semana volví al lugar
de nuestra cita dominical.
Ni usted ni yo estábamos allí.
Usted
porque es materia de mi recuerdo más preciado,
yo
porque ahora soy mucho más grande
de lo que era usted cuando disertaba
para aquel niño ávido de causas nobles
que yo era.
Brassens hablaba de le septième ciel
al referirse al paraíso más deseado,
y fue durante mi bachillerato que el destino los reunió
a usted y al trovador de Sète:
Él cantándole a Pierre Brasseur
en la Porte des Lilas,
usted revelándomelo a mí
de la mano del Séptimo Arte...
Cuántas cosas ocurrieron desde allí,
querido Horacio Iribar,
Profesor Honoris Causa.
Yo evolucioné
al Súper 8
desde las cintas de papel,
más luego al VHS,
y ahora filmo en digital.
El Siglo XXI me ha obsequiado
un software con nombre
de “meter la mula” que cumple
la función que aquella lámpara
brindó al dichoso Aladino:
La cinemateca perfecta
con sólo oprimir una tecla.
No se asuste, Profesor.
El amor es el mismo,
sólo la tecnología cambió.
Pero “siempre tendremos París”,
como Ingrid Bergman recordó;
y siempre aullaran en luna llena
“las criaturas de la noche”,
como Lugosi susurró.
Últimamente he obtenido
copias buenas y regulares
de los filmes que usted amaba.
A veces la penumbra de esta era
aparece cuadriculada,
otras un fotograma se clava,
y otras tantas no obtengo
subtitulado a español
de la joya más buscada
(¿hubiera compartido usted su vino
con alguien que disfrutara
del colosal Totó
doblado a lengua castellana?)
Vaya sabiendo que ya conozco
la soledad de Gary Cooper en
“A la hora señalada”;
que sobran criminales como el Ripley
de Alain Delon en “A pleno sol”
pero que – también como él –
de tanto en tanto la pagan;
que los sacados de poder a la larga terminan
charlando a solas con un mono
como en “Aguirre, la ira de Dios”;
que tuve una familia como la de “Amarcord”
y la estoy velando
(que siempre agradeceré a mis padres
haberme convidado
con la sala oscura tan temprano,
porque a ellos debo recordar
por ejemplo que Russ Tamblin,
antes de ser el Riff
de “Amor sin barreras”
fue aquel “Pulgarcito” iniciado
por Therry Thomas en el arte del atraco);
vaya sabiendo –como le digo -
que no quedan policías románticos
como Burt Lancaster en “Atlantic City”,
y que casi todos los maleantes se parecen
al Woody Harrelson de “Asesinos por naturaleza”
(da ganas de arrancar un lavatorio,
como Jack Nicholson en
“Atrapado sin salida”,
y arrojarlo contra los cristales...
aunque – también como él –
a continuación se diga
“al menos lo intenté...”);
En resumen, Don Horacio,
que buena parte de nuestros semejantes
tiene un rostro de día
y otro de noche,
como en “Belle de jour” lo hacía
la etérea Catherine Deneuve.
Pero porqué mierda será,
al fin y al cabo,
que el cine todo revela,
que es un saber de saberes,
y no conoce la muerte...
Dicen mis jóvenes vecinos
que nuestro presente
si no se explica en “Los Simpsons”
se explica en “El Padrino”.
Y yo creo que aún sigo
donde usted me colocó:
Tan perplejo como Johnny Depp
en el único western de Jarmusch,
y tan enamorado de la belleza
como Dirk Bogarde
en la Venecia estival de Visconti.-

A Daniel Mizrahi,
Mabel Valencia,
y Guadalupe Haedo,
herman@s en la luz.

(8/02/08)


IMBERBE

Si no tuviera el nombre
que me pusieron mis padres
debería llamarme Mayo...
Pues yo me fui de La Plaza
precisamente un mayo.
Y he vuelto poco
desde entonces.
Cargo pues
- y a mucha honra –
con el estigma del hereje.
Ese mes abre las aguas
de mi generación:
Soy ESE mayo.
Ahora lo se.
No tengo mucho que ver
con el que se quedó.
Yo le dije que no a Dios.
El resto
es consecuencia de su maldición.-

(12/2/08)


PARA SABER QUIÉN SOS

“Si al principio no me encuentras, no te desanimes.
Si no estoy en un lugar, búscame en otro.
En algún sitio, te estaré esperando”

Walt Whitman

Te acordás mujer
de cuando te decía
“no estoy enamorado de nadie”
pero,
atravesado por la muerte,
te veía.
Te acordás que,
tras un silencio breve,
respondías:
“Porqué cuando la dicha es grande
uno siempre desconfía?”
Te acordás que cuidé mis adjetivos
durante trescientos sesentaicinco días?
Y renuncié a un status
por el que tuve expectativas,
y vos dijiste “peor
sería sentirse un gusano”
y me brindaste energías.
Y yo apenas me quedé a tu lado,
pero vos – además de eso –
me llamaste poeta, sol,
me dedicaste mil te quieros...
Sin embargo me fui instalando en vos,
vacacioné contigo en
el Consoli de Caruhé,
brindé en el Cinco Hermanos,
en la sal me bañé...
Ni me sabías y te espié,
seco de palabras pero
con el cuerpo allí.
Nos fuimos cocinando lento
a brasa ardiente y cazuela,
por esa capacidad tuya
de estar o irte
sin discutirle al destino,
de detectar a tiempo lo que no va,
de no preguntar nada
que se responda “no”,
de aceptarme distinto
y arriesgar
un largo compartido en la pileta
de las grandes coincidencias:
La música de vos,
la música de yo...
La vida disfrutada sin promesas,
pero poniendo ternura donde la comprensión no llega.
Alguien ante quien no cuidarse
ni de llorar
ni de reír con estridencia.
Alguien que sepa cuándo me rindo
o cuándo nadie me frena.
Me viste los ojos verdes,
me diste té de dulce leche.
Te socorrí con Galeano,
te mostré un cine algo extraño.
Me convidaste el Tuyú y
la foto de una abanderada,
me enviaste una marimonia y curaste
la herida de un hijo en falta.
Lo más importante
que hoy tengo que decir
es que hace mucho que no escribía
cosas como estas en San Valentín.-

(14/2/08)


CARIBE ES TAMBIÉN

Caribe es también
la bemba de Carpentier
pronunciando Macandal...

Caribe es también
Omara recordando que
“tu pare no son má que babalao”

Caribe es también
Bola cantando en la orilla de enfrente
“chivo que rompe tambó... con su peiejo paga”.-

(27/4/08)


LA NIÑA BIPOLAR DE HUANGUELÉN

La niña bipolar de Huanguelén
encierra en su apellido
La Cabalgata de las Valkirias

La niña bipolar de Huanguelén
con dolorcitos más que con masilla
amasa el paisaje de una vida más digna

La niña bipolar de Huanguelén
en una edad apenas menos cruel que la nuestra
hubiera sido quemada en la hoguera

(27/4/08)


DIOS

Dios se burla de nosotros
pero da pena:
Qué desgracia, hermanos,
es peor que la inexistencia...

(27/4/08)

HONOR DE CAVALLERÍA

Después de compartir
en la posada mil tragos
se hacen a la aventura
un escudero redondo como el mundo
y un caballero espigado

(yo compartí con mis padres, Señor,
- y soñando con vosotros –
un cochinillo en Chinchón)

Ahora es el despojo,
que no la gloria manchega.
El yermo en que sólo queda
de la hidalguía la última brasa
y la amistad más sincera

Allí donde ya no hay corona de laurel que valga,
dos redentores del mundo
aún cabalgan.-

(27/4/08)

A Lluis Carbó, Lluis Serrat, y Albert Serra


EGOÍSTA

Señoras y Señores:
Yo soy el egoísta.
Pues sólo me anima que los míos
le ganen a la vida.
Mis hijos,
mi pareja,
todas mis compañías
conquistando victorias,
aún si pequeñitas...
Sólo con eso vivo y
sin eso
sólo de lunas
va mi cielo y
mis células no se multiplican.-

(27/4/08)



EL HOMBRE DE MI PARQUE

Cuál es el oficio final
de ese que poda mi cerca?
Cuál el último metièr de quien se ocupa
de que la hiedra mi cielo no oscurezca?
Qué se trae ese hombre que respeta
cada hormiguero como a una catedral pequeña?
De qué se encarga el deshollinador de emergencia
que inventa refacciones para paliar urgencias?
Qué tan dentro de mi soledad me viera
para ofrecer su prima como compañera?
Qué miseria de ambos percibiera?
De pan en ella y en mi de querencia?
Cómo se llama el conchabo que inventara
este osado curador
del adentro y del afuera?-

(27/4/08)


EL MISMO LEÑO

Del último ismo que nos cobijó del frío
aún conservo
su primer gobierno y el tercero,
los 49 días del Tío
y surcando la plaza
aquel inmenso letrero.
El tiempo pasa pero en mi alma
el mismo leño sigue ardiendo:
Hasta que todos coman
soy montonero.-

(27/4/08)


SER QUIEN SE ES

La voz del pobre, como la ola,
siempre deja a las orillas de la vida
alguna revelación:
Mario Carrizo – por ejemplo -,
dice que de pequeño y en la zafra
vivía llorando de hambre,
y que el cañero que fue su padre lo consolaba
mandándolo a zorriar la caña (*).
El albañil herniado de Elizalde
aún yuga y ahorra para operarse.
Siempre apuesta fuerte a la pala,
nunca a los Planes.
Y se enoja si alguien dice que no alcanza
para una comida digna con caldo, papa
y algo de carne picada.
Reacciona porque sostiene
que nunca comió otra cosa y
que no es perro el que sólo eso muerde.
Y al cabo del jornal
atiende la copa de leche.
Y recuerda con nostalgia a gringos
venidos huyendo de alguna contienda,
y a veces hasta se pregunta:
Sobreviví a cuántas guerras...

(27/4/08)

(*) Zorriar la caña: Pulirla con los dientes extrayéndole el azúcar,
como hace el zorro.


REFUGIO DE LA HOGUERA

Cuando los abrepuertas de la estación
se trenzaron a golpes
te tuve que sujetar,
y no tendrías más de catorce.
Ya andabas de bardo cuando intentabas
rescatar al Moquito del Poxi-Ran.
Quizás llegabas a veinte cuando dos fracciones
estudiantiles chocaron en la explanada y
te zambulliste en el caos para zafarme.
Tu tercera década te encuentra
devanándote los sesos para
“que una sociedad injusta no asesine a Mozart” (*)
en la persona de tus hermanitos.
Tu furia fuerza la frontera flotante
donde se pierde la “autoría” de cualquier padre.
En vano intento descifrarte
como a un arcano más del tarot.
No es lo tuyo la neutralidad,
la contemplación del observador no-participante.
Siempre boxeás contra la adversidad
con una fuerza de la que sabés muy poco
(yo me pregunto cuántos precisan
pizca del polvo de tus alitas... )
Jamás te he visto a resguardo,
Juanita de Arco del útero que no me dieron.
Enemiga del masomenismo,
cuando dichás
se quema el mundo,
cuando penás
se congela.
En vos late la semilla de una especie
que no se resigna a devastar el planeta.-

(4/5/08)

(*) frase de Antoine de Saint Exúpery, autor de "El Principito"


COMPOSICIÓN: MIS PAPIS

No saben lo que me pasó
desde que partieron, papis!
Yo también soy El Viejo Falcone y
ya no dibujo más...
¿Recuerdan que me gané un par de anteojos de tanto inventar y robar mundos
reconcentrado en mi habitación,
dale y dale al marcador,
sin reparar en almuerzo, cena o anochecer?
Mis pupilas se dilataban sin advertir el avance de la
/oscuridad y
la vista se me quemaba con la dulzura con que muere
de sueño profundo la rana que hierve en el sartén...
Yo que a mi vez me pensé eterno
voy empacando el maletín.
Los veranos marplatenses me los llevo,
el cuento troquelado de El Conejo Gugú,
los partidos de fútbol goleado por Juan,
las pastas con estofado de mi mamá.
Todo eso me lo voy a llevar.
Les dejo a mi abuelo en camilla diciendo ya no vuelvo más,
la mañana lluviosa en que partí de MariClem,
a Leticia colgada de una ventana del Normal
despidiéndose de sus compañeros de división,
a Victoria con palita y balde
cavando en la arena para encontrar
a la abuela de su corazón...
se los dejo.
No caben en mi equipaje
porque también soy cobarde y
no aguanto tanto peso.

Mi terapeuta insiste en que podré vivir sin ustedes,
que yo me quejo de lleno, mamá,
pero me querés decir
a quién carajo le consulto ahora
cuántas haches tiene Ushuaia y
dónde mierda se colocan...

Si, vos, mamá,
que disfrutás Los Hermanos Abrodos
aún en estos días en que coreo Intoxicados,
me querés decir
a qué clase social pertenecíamos
nosotros
que trajimos hijos a habitar el patrimonio forjado
varias generaciones atrás...
Nosotros
que trazamos un surco en
la vuelta del perro del Bosque
cuando verano era vaticinio de calor...
éramos de clase media?

Y porqué veíamos Cantarella, y Si lo Sabe Cante
y el abuelo
lloraba si lastimaban a Karadagián,
y porqué la clara que batiste durante siglos
- carajo –
no se llamaba mousse...

Ahora escucháme vos, papito.
Decíme la verdad:
Que por más que hable con tus amigos
nunca me voy a avergonzar
de tu arancel de huevos y de pollos,
del consultorio a deshora,
de la mutual...

En qué mierda te metiste, papi,
que la casa toda era una lágrima
y vos en ese pabellón...
Qué significa “encausados”, papi?
Vas a volver con mamá?
Aguante, mi papi, que no roba,
me cago en Dios!
Fuerza que vienen unos pibes de gabán
a tocar el timbre del general que te condenó!
Se llaman Fernando y Gustavo, y Emilio y
Carlos Capuano y
José Sabino y Mario Eduardo y
ya te vas a enterar también
en qué ando yo...

A ver qué puedo regalarles, mis papis,
en este momento de Katrynas y Tsunamis
y de combate al Eje del Mal:
Los pibes de esta Patria herida
pintan el rostro de su nena
sin permiso, adonde sea,
y a mi no me queda tiempo
de ser bueno con los malos
y ya está.-

(29/5/08)


PATOS DE FERIA

Somos como el pato aquel
de lata que en el parque de atracciones
transcurre una y otra vez frente a la mira del fusilero.

Vamos de una sombra hacia otra sombra
sabiendo que a la larga o a la corta
la vida acierta el disparo.

El viaje es corto,
fugaz el paisaje,
difícil el amor desmesurado.

Somos como el pato aquel...
El pato de la boda:
Ojalá con esta angustia
pudiéramos hacer
también dulce de leche.-

(11/6/08)


EL HOMBRE QUE MANDABA CARTAS

El hombre que mandaba cartas
no conoció el mail.
Por esa y otras razones
que ya han sido dichas
fue su costumbre
ponerle el cuerpo a las cosas.

El hombre que mandaba cartas
cayó muy cerca
del último buzón.
Y sin embargo llegan
desde aquel día
mensajes que desde la sombra envió.

El hombre que mandaba cartas
se indigestó en dolor
con el poeta amigo que tomó la píldora y
una hija que no se entregó
(cuentan que tragó su furia
sin suspender la reunión)

El hombre que mandaba cartas
guardó el nombre de guerra en un cajón.
No tecleó en la Olivetti
ni un sólo eufemismo.
Cargó con su identidad de siempre
y la estampó.

El hombre que mandaba cartas
munido de una verdad no dicha
se despidió de sus cuentos
de tahúres y ladrones y
vestido de jubilado despachó el mensaje
que los interpela hasta el día de hoy.-

(18/6/08)

A Lilia Ferreyra


MIENTRAS LA PACHA SE CURA

El hombre que me devolvió el agua
dejó una herida en mi jardín.
Dicen que el movimiento se comprueba
tomando un punto de referencia.
Lo mismo ocurre con el tiempo
cuando entra en acción la tierra.
Muchas cosas ocurrieron
sobre ese tajo y en mi adentro.
Fue zanja involuntaria
al cabo de un temporal
y trampa del desprevenido
cuando con hojas secas
lo escondió abril.
En tanto cancelé deudas,
volví a escuchar de mis labios “te amo”
y hasta terminé otro film.
Nunca dejó de girar el planeta
ni la pacha insomne de hacer su faena.
Seremos de un modo nuevo
en lo más hondo de ella.
Amalgama de otras cosas.
Siempre y siempre vida nueva.-

(18/6/08)


HIERRO Y HORMIGÓN, NO ME DEFIENDAN DE AMÉRICA

Porqué no me asistió el silencio,
lo cósmico del planeta,
y me tocó jugar al Patrón de la Vereda,
o conocer la pampa en una maceta.
Cómo sobreviví desconociendo el rumbo
del ave migratoria y
pasé por la existencia
sin dar con yuyo que alivie la jaqueca.
Cómo subsiste el humano
sin animal gozoso a su vuelta.
Proclamo que seré abono y
nunca dejaré esta tierra,
gramilla que brote
desde la greda.
Si permaneces en esta
ignorarás mi existencia.
Allí seré
yo
sin embargo,
insignificante y uno
con la naturaleza.
Otra forma de existir me espera.
Devuelvo sin quejas la conciencia.-

(18/6/08)


EL PRINCIPITO

El Principito se inventa
al universo todo en su planeta:
Volcancito de Hombre Nuevo
y rosa roja de poeta.
Le basta con ese mundo
misterioso y lejos.
Amores tendrá si tiene
y penas también que ignoro.
En el cielo de la tarde
a veces busco su destello.
Se que me mira
pero no lo veo.
Una estrellita entre tanta estrella
haciendo cosquilla al firmamento.
No estoy seguro si fue o lo sueño
pero sospecho que ya no jugaremos.
Porque es un ser alado y yo
hace tiempo que no vuelo.-

(18/6/08)


HASTA NUNCA Mr DANGER

Te vas al fin,
pero no arrepentido.
Aburrido apenas
de matar.
Te disfrazás,
mejor dicho,
de mina u hombre de color...
Pero de mina antipersona,
de las que siembran dolor.
Tu mutis por el foro promete
levantar el bloqueo a la dignidad
o retirar tropas de Súmer,
pero no engañás.
Porque aún brilla el neón de tu Mc Donald’s
en la tierra de Vladimir Ilich,
y aún castra tu dogo en Guantánamo
al rebelde que no entendió
que en este tu mundo global
no hay espacio para su Nación.
Ve a incubar otra aberración!
Madura estará cuando el mundo
vuelva a hartarse del discurso liberal,
y siempre habrá una alfombra roja
de sangre humilde para hacerla desfilar.
Aquí estaremos,
lo prometo
- si no yo, serán mis nietos -,
con el recuerdo aún fresco
del subnormal que sos, por dos veces electo...
Del arma de destrucción masiva
que nunca apareció,
del pobre que dejaste ahogar en Nueva Orleáns,
de Santo Domingo, La Higuera,
y el Canal de Panamá.
Por si acaso, no te fíes,
la Historia tarda pero cumple...
Acuérdate de Sandino,
de Cuba y de Viet Nam.-

(22/6/08)


EL PROFETA SECRETO DE LA CALLE CUATRO

“Llegaste bien?”

Tía Edith

Ayer me recibió tu jermu,
más linda y más joven que en tu recuerdo.
Fumaba y sonreía tal vez
como la chica de que te enamoraste.
Mientras desplegaba en la cocina
su rol de anfitriona, busqué tu rastro.
Y ahí nomás estabas,
Gepetto de la calle cuatro:
Eras una fuente de madera circular
montada sobre otra similar
con rieles creados para que esta tía
se prodigue en los copetines
que aún nos reserva la vida.
Ah, qué ocasión maravillosa, tío,
para que este poema desempolve
el magnánimo verbo prodigar:
Pro – di – gar,
mirá cómo lo escribo!
Ahora viajo a esa casita vendida
en cuyo fondo refugiabas
tu taller de artesanías
(el arquitecto jubilado que
sintiéndose desplazado
de la vida laboral inventaba
una prensa original de matambres
para no prescindir de sus manos)
Ah, la mano del hombre, tío!
La herramienta a cuyo conjuro
se decoró una cueva a orillas del Río Pinturas
y se cocinó un padre a la provenzal esta semana!
Ahora bebo un whisky que no te hubiera resultado ajeno,
charlando con tu compañera.
Los temas oscilan entre la Patria Grande y la nuestra,
van de Manuel B. Gonnet a la Muy Noble y Muy Real
Ciudad de Santiago de Los Caballeros de León...
Tu mujer adorna la mesa
con pitanzas que sólo sabe
el lector de Megafón o la Guerra:
Repollitos de Bruselas,
sabrosa tortilla de cebolla y papa,
roquefort pisado, buñuelos de acelga...
Como he dicho,
se prodiga.
Entonces
alzo la vista disimulando la alegría
y comprendo que así como Brecht
recurría a la fábula con moraleja cuando escribía
“La sandalia de cuero de Empédocles”
- texto en que un filósofo griego,
antes de arrojarse a la boca de un volcán
lega a los discípulos su calzado,
para que nadie explique su muerte
apelando a la superchería -;
así como Quique Pesoa arriesga,
en el documental Pochormiga,
que la sangre de Claudio Lepratti
- fusilado en Rosario por la policía –
acaso dibujara un mapa
sobre las chapas de aquella casilla;
así en tu caso creo yo
descifrar un enigma donde otros
apenas ven un error:
En ese lienzo bordado que colgaste,
según dicen, al revés,
ese que debió mostrar a un niño
reflejando en el arroyo la cara del Che,
ha querido la suerte que hoy sea
el propio Comandante Americano quien aprecia
en la orilla del cauce aquel
en lugar de su rostro
el de cada niño de la tierra...
Creo que ahora te entiendo, tío,
quizá por vez primera.-

(9/7/08)

A la memoria de mi tío Ricardo Fajardo


DESMADRE


“... las que te dicen
sin creer que oyes:
Vuelve a pelear, Ramón!
Aunque te mueras,
las palabras,
no entienden lo que pasa”

Alfredo Zitarrosa

Desde el día en que te di permiso
de partir no han ocurrido, madre,
grandes novedades:
Ya era conteste quien te escribe
del meollo de la tragedia humana.
Este paso fugaz por la existencia
que no alcanza ni para que el sol entibie.
Pero también es cierto que venía
acostumbrándome a muertos sin tumba y
velorios vigilados.
Contigo es otra cosa, mamá.
Diecisiete días apreciando
cómo se invierte la suerte de un bebé
remiso a abandonar el chupete,
en este ahora en que vos,
agotada por los rigores de una vida brava
te aferrás al respirador.
Vaya contrariedad, viejita!
Aquel adolescente que inauguraba
textos sin pena sobre Repuestos Rivadavia
es este hombre mayor que no alcanza
a digerir tu muerte sobre esta pantalla.
Yo,
que me propongo no incomodar al lector
y saco fuerzas de allí donde escasean
para convencer que aún espera un perol
de oro al final del arco iris,
me enredo en textos que estorban
sólo por alentarme a seguir
en esta tribuna en que intento
ser el fanático number one de mi propia hinchada.
No es una pérdida más, qué va!
Es el almirante genovés sin el Puerto de Palos,
es un Holmes sin Watson...
Es el último sitio seguro desmontado.
Lo dice Fromm:
El amor de padre es contingente,
incondicional el de madre.
A veces dejo el hospital – te confieso –
con unas ganas enormes de dar por concluida la jornada.
Y por la misma causa ya no visito tu casa.
Hay tanta historia allí que ya no dice nada...
Tus nietos andan inaugurando amores,
yo estreno uno nuevo (esta vez sano)
El movimiento al que adheriste
ensaya otra chance,
y el mundo que habitaste
se muestra desquiciado
(los glaciares se derriten
en un invierno de 28 grados)
El paciente lector y quien suscribe
sabemos y disimulamos
que no hay luz del otro lado,
que es inútil seguirte explicando,
que nos tuvimos y es pasado...
Que nadie nos está esperando.
Pero adscribimos a una especie cobarde y
por ende
monologamos pretendiendo
que estamos dialogando.-

(14/7/08)


PRIMAVERITA EQUIVOCADA

El mundo se va al carajo pero estoy con vos.
Me gusta así.
Lo nuestro digo,
el resto no.
Este calor impertinente que llega a destiempo,
el asado que dedico y
el de mis vecinos,
sofocados todos como si no fuera invierno,
como si no se borraran los fiordos de Noruega o
si descansara en serio el Etna...
Tan vivos y jocosos como si no hubiera infierno...
Como si fuera cierto que en algún sitio
espera por nosotros La Lámpara de Aladino.
Aquí no nieva nunca
ni en este tiempo hay sol,
pero el glaciar ya se descongeló.
Y algo menos corriente aún:
Tenemos un buen amor.-

(16/7/08)

Para Andrea


QUÉ SERÍA DE CADA LOCO SIN SU SANCHO

Quién ha experimentado inmortalidad más cierta
que el dulce orgasmo o la amistad verdadera...
Qué ínsula más hospitalaria queda
en el proceloso mar que atravesamos
que la lealtad del compinche o
el afecto sanador de la compañera...
Qué momento hay más eterno
que aquel en que nos muerde un resorte
por cabalgar con ella
o ese otro en que comulgamos
con ellos en torno a un plato de lentejas...
Quién sostiene con más firmeza
- si el temporal asedia –
que el buen amigo o la pareja...
Qué premia con más gala al
final de la aventura
que la confirmación segura
de que siempre será un gigante
el molino de nuestra locura...

(19/7/08)

A Juan José Padula, amigo de infancia.


ZÍNGARAS

Quién pudiera saber el instante en
que el hombre más remoto desconoció a su semejante y
lo atacó por ignorancia,
por esa ingobernable sospecha de que
lo distinto siempre termina agrediendo?
Pero lo cierto es que nadie
conoce el origen de este pueblo y
sobre el mismo
se tejen la mar de leyendas.
Se sabe que la Inquisición,
en su momento,
no tuvo piedad con ellos.
Los campos de exterminio del Führer
también les vieron apilar muertos.
Y ahora es la Vieja Europa,
más fascista que otrora y
más xenófoba,
la que prorroga desconfianza y destierro,
confinamiento al delito por ende y
leyenda negra sobre estas niñas
de catorce y dieciséis años que se pudren
ante la mirada indiferente del turismo,
en una playa de Nápoles.
Se deshacen despacito en su futuro de arena
como el ave destronada
del aire por la tormenta.
Qué poquito parecen así, sin bulería,
sin taconeo de Joaquín Cortés
ni Camarón que las cante,
ni discípulo de Buñuel
que en celuloide las plasme.-

(25/7/08)


CADETES

A diario viajo entre cadetes,
pichones de policía.
Alguno escucha música,
otra duerme enroscadita,
mansos como corderos.
Hace no más de tres décadas
el mismo paisaje no hubiera
resultado tan idílico,
Doctrina de Seguridad mediante
y Escuela de las Américas...
Pero es justo hacer votos
porque aquel terror ya no sea
y que sus planes de estudio
también hablen de convivencia.
La radio propala mientras
la solemne autodefensa
del carnicero aquel que en La Docta
sumó conscriptos a la faena
de quemar libros y flagelar
a supuestos comunistas:
Sostiene que la Argentina
ostenta el raro privilegio
de juzgar a los soldados
que dando todo vencieron.
Jurásico y adusto recurre
a lógicas de un mundo
pactado en Yalta y
a estas horas muerto.
Finca el origen subversivo
en un campamento de Orán,
año mil nueve sesentaicuatro.
Su entendimiento no incluye
al golpismo faccioso de Uriburu,
ni a la plaza bombardeada
ni a los basurales,
ni a la Noche de los Bastones Largos,
ni a la ESMA.
Pero parece que en nuestro móvil
pocos oyen y tan sólo
este sobreviviente escucha.
Ojalá nuestra meta sea la misma
aunque bajemos en distinta esquina.-

(25/7/08)


ESA DESCONOCIDA QUE AMASTE

Esa desconocida que amaste
ronda la casa eludiendo tu sombra.
Se va acostar si escucha que llegaste,
y si se baña cierra con llave.

Esa desconocida que amaste
últimamente llega tarde.
Habla bajito si hay una llamada,
y cuando duerme siempre da la espalda.

Esa desconocida que amaste
luce más bella que cuando la encontraste.-

(25/7/08)


PULICCINELLA

“Lo stesso que Moravia ha detto dil poeta
ío lo dico dil puliccinella”

Roberto Benigni,
en memoria del magistral bufo napolitano
Mássimo Troisi

Entonces es cierto, Massimino,
que ya no vamos a vernos.
Que sólo resta tu fantasma
vagando en el e mule,
el ares...
Y esa ternura enredada
en algún resquicio del alma.
Entonces es cierto, Massimino,
que también hierve en la sangre
- pese a un apego al criollismo –
ese otro sur absoluto
que nos hace peninsulares,
de espalda al término medio,
pasionales.
Entonces es cierto, Massimino,
que aquello que disfruté como “Italia”
era justamente Nápoles...
Que tu, que Pino Daniele,
que la elección de Pier Paolo conducen
directamente a Nápoles.
A esa prehistoria campesina que no llegó
a explicarme ningún mayor,
pero que adentro mío igual late.
Entonces es cierto, Massimino,
que tierra de esta tierra
sin paz un día seremos,
en el aquí o allá de cualquier meridión...

(26/7/08)


SOLILOQUIO A EL PUMA TAVIE

“Triunfaremos. Un dedo nos apunta, pero tres a ellos”

Gustavo Mariani

Ahora ya está, hermano.
Por un pelito no nos vemos
de nuevo y celebramos.
Yo igual te sigo amasando
como acordamos.
“Es una muerte más”, dijiste;
y me mostraste el final de un viejo
que recupera a último momento
su más caro recuerdo...
En latín “Capsicum” es ajo.
¿Tuviste oportunidad de hacerlo?
¿Cuando despeina la guadaña
queda tiempo?
De qué te acordarías sino
de una calle cincuentaiocho con siesta en patas
a pleno carnaval,
balde y bombita en los zaguanes,
lanzaperfume en el corso
más popular de La Plata,
estudiantina pansexual,
magisterio,
ataques de la montada y desbande,
fe ciega en un balcón inalcanzable,
arme y desarme de la nueve,
pasión por el mismo sexo,
éxodo y retorno a este confín del orbe,
huelga de hambre por juicio y castigo,
minoridad, diplomacia internacional,
calle ocho que tapiza
de jacarandá tu paso
y el de Raúl, que te acompaña
paseando a Nabucco el siberiano.
Así te elijo y no en sepelio.
No asistiré ni al mío.
Ya ha escrito Walsh cuál es
el verdadero cementerio.
¡Claro que fuiste hermoso,
yo lo atestiguo!
Aunque dosificara tu demanda
pocos te han amado como este amigo.

Ahora es el invierno atroz;
el de las almas, digo.
Si indicara otro tiempo el calendario
este ruin seguiría en su sitio.
Y qué mala junta
hacen la peste y el frío...
Estuviera la madre de ambos,
hermanito extra uterino,
y con garúa o ventarrón
no faltaría el abrigo.
Pero está visto que no es
nuestro guionista trigo limpio.

Ojalá que la parca se te haya apersonado
como el más bello efebo de tus sueños,
y posando sobre tu boca un beso
al sapo la condición de príncipe haya devuelto.
Ahora vagarás,
como el Augusto Rojas Jiménez de Neruda,
o el Ramón Sijé de Miguel Hernández,
entre paraísos minerales
donde no habrá serafín que pueda
domar tu furia sin tregua:
No te despidas, pedazo de mis entrañas.
Hacé bramar la tierra cuando extrañes.
Te cuidarán los perros linyeras que ladraron
contra el último aguijón de ese dolor
que no entendieron parientes ni vecinos.

Yo te se bien,
fabulador derrumbado.
Aunque me distraiga a veces
de ese sino fatal que nos espera
y me autoengañe pretendiendo
que lo amado siempre estará cerca,
para caer como hago ahora
al pozo sin fondo de la ausencia.
Qué elegía te compusiera,
qué caricia sobre la frente que no espera
mas que decir que si Dios existiera
fruto de un mal sueño suyo
sería la especie nuestra...
Y en este lodazal que a su paso deja
seguirías brillando vos,
el hermano varón que nunca tuve y
sentó mi madre a comer en nuestra mesa.
Porque cuando poco vale la existencia
enseñás cómo morir de un viejo amor nunca olvidado.
Y morir por esa causa
vale la pena,
Gustavo.-

(28/7/08)



LA VIDA ES UN TAROT QUE HE TRANSCURRIDO DESCIFRANDO ARCANOS
(poemanifiesto existencial)

Yo vengo de una especie
abandonada en el cosmos,
animal trágico que nace
sabiendo su finitud,
criatura semiótica que inventa
una burbujita de ideas donde guarecerse
del caos y de la nada.
La Sonda Voyager flota
sin que inteligencia ajena sepa
que un buen día Mc Cartney y Lennon compusieron
aquel himno a la desolación,
“Eleonor Rigby”.
El Telescopio Hubble tampoco ha logrado,
atravesando la galaxia,
dar con otra chimenea que eche humo.
Y los radares working full life que describiera
Robert Zemmekys en el filme “Contacto”
no transmiten voz alguna sino ruido.
Será por eso que escribió Edgar Poe
“la tristeza es el sentimiento más lúcido del hombre”,
será por eso que de viejos el llanto es nuestro amigo?
Sin embargo no es pequeño
el tesoro a descubrir en el viaje de la vida.
A mí me conmueve en lo más hondo, por ejemplo:
El intento de San Juan de la Cruz
- en su “Canto Espiritual” -
por imaginar un amor humano.
La insobornable lealtad del falangista Luis Rosales
refugiando en su hogar a Lorca, ese amigo republicano.
La decisión fatal de “Viola Chilensis”
- como la bautizó Nicanor, su hermano –
a la hora de poner fin a la pena por un amor en falta, después de tanto dar “Gracias a la vida”.
La entereza de Tarkovski para reedificarse solo
al cabo de cada demolición del stalinismo,
lacra humana aún no juzgada
con el rigor que nos merece el nazismo.
La redención de los feos
propuesta por Pasolini,
linchado en Playa de Ostia con cachiporra de moral y manopla de buenas costumbres.
El encuentro póstumo de Haroldo con Raymundo en
el Campo de Concentración “El Vesubio”,
verdadera reunión cumbre entre el fiscal
de revoluciones congeladas y el
cazador americano.
La solidaridad de Cuba con Glauber desterrado,
ofreciendo un escenario de orishás filo-bahiano.
Cualquier obra nacida de las manos
del incunable Sebastián Maissa.
El envase de gaseosa manchado con cemento
que puso Dante Velásquez a la vista de un almacenero
desconfiado ante ese color de tez,
para dejar en claro su dignidad de albañil jujeño.
Las dulces señas de la madre
de la niña autista que desayuna
enfrente mío todas las mañanas.
Este amor de Andrea que me rescata
de una soledad eterna.
En fin,
la luz ámbar que prologa ciertos días,
la mirada brillosa del estudiante que me entiende,
la bienvenida diaria del perro que no alimento...
esa preñez de la que natura me ha privado:
La dicha se compone de breves momentos.-

(15/8/08)


POIESIS

Yo soy el mismo que abortaba
pasiones garabateadas en Repuestos Rivadavia.
El mismo que temblaba
si era un erial la vida de Bécquer o
si Antonio Machado llevaba
una espina en el corazón clavada...
Fueron más las ocasiones
en que me dio vergüenza ser poeta
que las que pudo el orgullo convencerme
de ser un bardo consecuente.
He intentado repetidas veces
que los pájaros se coman las miguitas
dejadas en el camino por Hansel y Gretel
para que ya no insista el poema
en andar tras de mi huella.
No tengo para exhibir
fracaso más enorme.
Acá estoy una vez más
tecleando la PC,
anotando en un bus
el borde de la agenda,
o haciendo cosquillas en un bar
a la panza de una servilleta.
De qué se trata pues
esta compulsión que nunca cesa...
“Arte de escribir versos.
Expresión artística de la belleza”,
anota el Diccionario Sopena.
“Se llaman líricos aquellos textos
que representan el ‘yo’
o la subjetividad del autor”,
agrega una colega.
“La póiesis, es un concepto del griego antiguo
- opina la academia -
que al acto creativo hace referencia”.
Octavio Paz
en El arco y la lira se interroga
“Al preguntarle al poema por el ser de la poesía,
¿no confundimos arbitrariamente
poema con poesía?”
Y no falta quien responda:
“La poesía es un acto creativo, y el poema,
un acto re-creativo.
La poesía, es cada acto,
cada instante,
es
la vida misma”.
Entonces este rápsoda
ciego de talento apenas
interpela
al arcano que Olga Orozco definiera
como “un árbol sin hojas que da sombra”
cuestionando si no será la poesía
el arte de vivir en plenitud la idea
diseñando la belleza de adentro para afuera y
actuando como el Che,
verbo y obra en consecuencia...
Sólo así se vuelve cierto
el credo de Pancho Galíndez,
poeta espástico que define
nuestro quehacer “como forma de expresión,
conocimiento y comunicación,
tal vez la más alta
que haya creado el ser humano”.
Porque este animalito subjetivizador que somos
no tiene chance en el tiempo que le toca
de cambiar al mundo todo,
pero ha demostrado con creces
poder cambiar el propio.
Cuando la tierra invierta
el sentido del Big Bang
y vuelva a ser apenas
una piedra muerta y sola,
acaso prevalezca algún rastro
para que otra inteligencia diga:
Aquí vivió una especie
capaz de hacer poesía.-

(12/9/8)

Al poeta bolivariano Dannybal Reyes Umbría,
responsable de la editorial venezolana
El Perro y La Rana


HACERSE CARGO DE LA DICHA

Ayer estuve tentado de entregarme a la tristeza.
No se si dada mi conciencia de lo efímero o debido
a razones más mundanas
como esta casi crónica falta de plata.
A menudo una herida circunstancial basta
para enturbiarme la jornada.
Pero ocurre que el humano que soy
- plenamente convencido de no estar
condenado a la felicidad –
encuentra que estos días están siendo
harto generosos conmigo.
Muy cierto es que en la víspera
la globalización imperial impuso el relato
de que es más terrorismo el que derribó
las Torres Gemelas que el que bombardeó
a un presidente chileno en
el Palacio de La Moneda.
Pero lo es tanto como que el primer mandatario de Venezuela
recordó al Gran País del Norte que estos
no son los tiempos que encontraron
sólo y aislado a Salvador Allende.
Más bien son estos en que Irina
le escribe al maestro que hay en mí
“no me queda más que agradecerle por tanto que me dio...
me enseñó mucho, mucho de verdad”;
los días en que Andrea manifiesta
“Y si no vamos de tu tía, hacemos otra cosa,
y si no, no hacemos nada
y esperamos el próximo sábado.
Pero siempre, siempre,
extrañáme y habláme de tu amor”;
los días en que mi hijo expresa
“Yo ando loco buscando depto,
empecé a trabajar en capital,
terminando el CD, y extrañando a mi compañera”.
Y sucede pues que, como Sísifo,
tras el recuento vuelvo
a cargar mi piedra.-

(12/9/08)


CALDERÓN DE LA NOCHE

“Cielos, si es verdad que sueño,
aparte suspendedme la memoria,
que no es posible que quepan
en un sueño tantas cosas.
¡Válgame Dios, quién supiera,
o saber salir de todas,
o no pensar en ninguna!(...)
Luego fue verdad, no sueño;
y si fue verdad - que es otra
confusión y no menor -,
¿cómo mi vida le nombra sueño?
Pues, ¿tan parecidas
a los sueños son las glorias,
que las verdaderas son
tenidas por mentirosas,
y las fingidas por ciertas?”

Pedro Calderón de la Barca,
La vida es sueño.

En qué ocupara su insomnio el poeta
si no existiera el poema...

Y de qué se trata
esta breve pausa,
este signo de puntuación diario
en el relato de la vida,
que ora nos llega apresurado
como trámite administrativo,
ora tan hondo cual si fuera
en la última napa del océano donde habita
la nereida cautivante
y el narval que nunca vimos.

Dulce ensayo de una muerte que avisa
a cuentagotas “ya no temas,
te acuno desde niño:
Soy la que siempre vuelve.
Eres el que, acostumbrado,
alguna vez no me despedirá”.-

(14/9/08)


SI CAYERAS

Si cayeras,
Norteamérica,
esta vez de forma cierta
- vivir en guerra me ha vuelto cauto:
no digo “si desaparecieras” –,
si cayeras nomás y por ventura
no fuera sobre nuestras cabezas...
Cómo no pensar que llegaría
tu estrépito al fondo de la tierra,
allí donde yace tanto
latino que aun espera...
Si cayeras,
Norteamérica,
si no fuera esta crisis una cualquiera
- no digo no more english,
no more Coke,
no more dólar –,
si la soberbia desbaratada te condujera
por la senda de Whitman,
por la de Paul Revere,
hasta el primer pielroja que pobló tus praderas...
Apenas eso,
si fueras a dar a un sitio
relativo del planeta
donde no quepa ya que dictes
el ritmo de la orquesta.
Si fuera pensable un mundo
donde nos precisaras
y fuéramos nosotros la reserva
y hubiera chance de compartir
como humanos la riqueza...
Qué tan abuelo Ho,
qué tan Che,
qué tan Cooke
sería esa era...

(2/10/08)


CONTINENTE DE POETAS

“Aunque duerman los caretas,
yo me persigo igual... “

Jorge Napoleone

Anoche soñé con Néstor Perlongher
y hoy amanecí con el deseo
de que finalmente la poesía sea
un continente solo
sin colores ni fronteras
(como nada espero de los caretas
todo se lo encarezco a l@s poetas)
Un territorio único donde no quepa
hacer la autopsia en vida
del minimalista
para probar si una mosca
le incumbe más que la soberanía.
Un sitio donde el épico pueda
cantar en paz su canción de gesta,
sin que se le tome el pulso para probar
cuánto adolece de urgencia.
Ese lugar donde quepa
aquel que rima rubí con alelí
porque a su modo también sueña
con que esta chance efímera - la vida -
sea un poquito más bella.
Eso!
Una latitud absolutamente nuestra
donde se respete más al que ve agua
adonde sólo existe arena.
Donde no tengan cabida
ni inspectores ni academias.
Ahora que la canalla
lleva al abismo a nuestro planeta...
qué bueno ese otro mundo fuera!

(10/10/08)


ACERCA DEL AUTOR

Año, lugar y país de nacimiento

1953, La Plata (Bs. As), Argentina

Lugar y país de residencia

City Bell (La Plata), Argentina

Actividades y Premios

Ex Director de Relaciones Públicas de la Sociedad Argentina de Escritores.
Primer Premio Poesía Ediciones Amaru 1987.
Docente de Cine y TV en la Universidad de Palermo.
Coordinador del Equipo de Comunicación Audiovisual del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.
Primer Premio Unión de Cineastas de Paso Reducido 1988 Categoría “Mi País”.
Realizador de los largometrajes documentales: “Pago Chico, Patria Grande” (Uruguay, 2003) “Esperando a Sandino. Testimonios de un pueblo en pie” (Nicaragua, 2006), “En banda. La vida por el rock” (Argentina, 2007), y “El Hereje. Alfredo Moffatt sin plata y sin permiso” (2008, en post producción)
Miembro del Movimiento de Documentalistas.

Enlaces URL a publicaciones electrónicas

http://www.lexia.com.ar/jorge_falcone_poesias.htm
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=28296
http://www.elatico.com/htms/notas/nota_10166.html

Bibliografía (parcial)

“Memorial de Guerralarga”, Editorial La Campana (2001)
“Íthaca. Lírica de Emergencia”, Editorial Hombre Nuevo (2003)
“Canto Hereje”, Ediciones Baobab (2005)
“La Gomera de David”, Editorial Universitaria de La Plata (2007)
“Cine documental, memoria, y derechos humanos”, Editorial Nuestra América (2007)


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