Howard Zinn (nacido
el 24 de agosto de 1922) es un historiador social estadounidense,
politólogo y anarquista. Sus planteamientos incorporan ideas procedentes
del marxismo, el anarquismo y el socialismo. Desde la década de
1960, ha sido una figura importante en la defensa de los derechos
civiles y el movimiento antibélico en los Estados Unidos [1]. Es
el autor de más de 20 libros, incluyendo A People's History of the
United States (editada en español como La otra historia de los Estados
Unidos [2]) y Declarations of Independence. [Wikipedia]
Howard Zinn es uno de
los historiadores más celebrados de USA. Su obra clásica: "A People's
History of the United States" cambió la forma como vemos la historia
en USA. Publicado por primero vez hace un cuarto de siglo, el libro
ha vendido más de un millón de ejemplares y es un fenómeno en el
mundo editorial – vende más copias con cada año que pasa.
Después de servir como cabo artillero en un bombardero en la Segunda
Guerra Mundial, Howard Zinn se convirtió en disidente y activista
por la paz de toda la vida. Participó activamente en el movimiento
por los derechos civiles y en muchas de las luchas por la justicia
social durante los últimos 40 años. Enseñó en Spelman College, la
histórica universidad negra para mujeres, y fue despedido por insubordinación
por defender a las estudiantes. Recientemente lo invitaron para
que volviera a dar el discurso de bienvenida. Howard Zinn ha escrito
numerosos libros y es profesor emérito en la Universidad de Boston.
Recientemente habló en Madison, Wisconsin al recibir el Premio por
una Vida de Contribución a la Erudición Crítica del Haven Center.
Presentamos su conferencia: "La utilización de la historia y la
Guerra contra el Terrorismo." (2006, trascripción directa). HOWARD ZINN: Madison es un sitio muy especial. Siempre tengo un
sentimiento especial cuando vengo. Siento que estoy en un país diferente.
Y me alegro, sabéis. Hay gente a la que le disgusta la política
de USA y se van a vivir en otro país. No. Vengan a Madison. Ahora bien, se supone que diga algo. Estoy contento de que estéis
aquí, quienesquiera seáis, y esta luz brilla en mis ojos para despertarme.
Bueno, ¿tenéis a veces la impresión de que vivís en un país ocupado?
Es un sentimiento que tengo a menudo cuando me despierto por la
mañana. Pienso: "Vivo en un país ocupado. Un pequeño grupo de extraños
se han apoderado del país y tratan de hacer de él lo que les da
la gana, sabéis, y lo hacen realmente." Quiero decir, para mí son
extraños. Quiero decir, esa gente que cruza la frontera desde México,
no me son extraños. Sabéis, los musulmanes que vienen a vivir a
este país, no me son extraños. Esas manifestaciones, esas maravillosas
manifestaciones que hemos visto hace tan poco a favor de los derechos
de los inmigrantes, digamos, y habéis visto esos letreros que dicen:
"Ningún ser humano me es extraño." Y pienso que es verdad. Con la
excepción de esa gente en Washington.
Se han apoderado del
país. Se han apoderado de la política. Nos han llevado a dos guerras
desastrosas, desastrosas para nuestro país y aún más desastrosas
para la gente en Oriente Próximo. Y se han tragado la riqueza de
este país y se la han dado a los ricos, y se la han dado a las multinacionales,
se la han dado a Halliburton, se la han dado a los fabricantes de
armas. Están arruinado el medio ambiente. Y tienen 10.000 armas
nucleares, mientras quieren que nos preocupemos por el hecho de
que Irán podría, en diez años, obtener un arma nuclear. Ya veis,
realmente, ¿hasta dónde puede llegar la locura?
Y la pregunta es: ¿cómo
es posible que se haya permitido que esto suceda? ¿Cómo se han salido
con la suya? No siguen la voluntad del pueblo, quiero decir, fabricaron
una voluntad del pueblo por un breve tiempo inmediatamente después
de iniciar la guerra, como lo pueden hacer los gobiernos inmediatamente
después de comenzar un conflicto armado, a fin de poder crear una
atmósfera de histeria bélica. Y así, por poco tiempo, cautivaron
las mentes del pueblo USamericano. Ya no es así. El pueblo USamericano
ha comenzado a comprender lo que sucede y se ha vuelto contra la
política de Washington, pero desde luego siguen allí. Siguen en
el poder. La pregunta es: ¿cómo se las arreglaron para hacerlo?
Por lo tanto, al tratar de responder a esa pregunta, miré un poco
en la historia de Alemania nazi. No, no es que seamos Alemania nazi,
pero se pueden extraer lecciones de todos y de la historia de cualquiera.
En este caso, me interesaron las ideas de Hermann Göring, quien,
como tal vez sepáis, fue el segundo al mando bajo Hitler, jefe de
la Luftwaffe [fuerza aérea]. Y al terminar la Segunda Guerra Mundial,
cuando los líderes nazis fueron enjuiciados en Nuremberg, Hermann
Göring estuvo en la cárcel junto con los otros dirigentes del régimen
nazi. Y fue visitado en la prisión por un psicólogo que tenía la
tarea de entrevistar a los acusados en Nuremberg.
Murió
el historiador y activista norteamericano Howard Zinn
28 de enero 2010
Santa Mónica, EU. Howard Zinn, profesor y activista
político y autor de A People’s History of the United
States y que se convirtió en uno de los principales
vendedores de textos de izquierda, murio este miércoles
en Santa Mónica, California.
Tenía 87 años de edad y vivía en Auburndale, Massachussets.
Fue un gran defensor de la liberación de los Cinco cubanos
presos en Estados Unidos, cuyo encarcelamente consideraba
“un ejemplo vergonzoso de injusticia en nuestro país"
y “un acto de crueldad imperdonable".
En 1980 publicó A People’s History con poca promoción
y un tiraje de 5 mi ejemplares, que se convirtió en
un éxito de ventas, atrajo a una amplia audiencia de
boca en boca y llegó al millón de ventas en 2003. Aunque
el profesor Zinn estuvo escribiendo para un publico
en general, su libro sirvió para enseñar en la preparatoria
y colegios en todo el país, y numerosas editoriales
lo publicaron, incluyendo Voices of a People’s History,
una novela gráfica para jóvenes.
A People’s History es una historia desde la izquierda.
Zinn acusó a Christopher Columbus y otros exploradores
de cometer genocidio, desbarató a los presidentes desde
Andrew Jackson a Franklin Roosevelt y celebró a los
trabajadores, feministas y opositores a la guerra.
Zinn incomodaba hasta a los historiadores liberales.
El enseñó por años en la Universidad de Boston. Arthur
M. Schlesinger Jr. Una vez dijo que “Sé que piensa que
soy un peligroso reaccionario. Y yo no lo tomo muy en
serio. El es polémico, no un historiador.
Durante una entrevista con The Associated Press, Zinn
reconoció que él no estaba tratando de escribir una
historia objetiva o una completa. El llamó a su libro
es una respuesta a los trabajos tradicionales, el primer
capítulo, no el último de un nuevo tipo de historia.
“No hay tales cosas como una compelta historia, cada
historia esta incompleta", dijo el profesor. “Mi idea
fue que el punto de vista ortodoxo ha sido ya usado
miles de veces".
A People’s History tuvo muchos admiradores famosos,
inlcuyendo a los actores Matt Damon y Ben Affleck. Los
dos crecieron cerca de Profesor Zinn, eran amigos de
la familia y sacaron el libro en su premiada por la
Academia guión de Good Will Hunting.
Oliver Stone era un fanático, como Bruce Springsteen,
cuyo sombrío Nebraska álbum fue inspirado en parte por
A People’s History. El libro fue la base de un documental
de 2007, Profit Motive and The Whispering Wind, e incluso
hasta en The Sopranos, en la mano del hijo de Tony,
AJ
Zinn era un hombre de aspecto imponente, alto y fuerte
con el pelo ondulado. Tenía experiencia hablando en
público, fue modesto y era agradable en persona, más
interesado en la persuasión que en la confrontación.
Nació en Nueva York en 1922, Zinn fue el hijo de inmigrantes
judíos que de niño vivió en una zona venida a menos
en Brooklyn y respondió enérgicamente a las novelas
de Charles Dickens. A los 17 años, empujado por algunos
jóvenes comunistas en su barrio, asistió a una reunión
política en Times Square.
“De repente, oí el sonido de las sirenas, y mire alrededor
y vi a los policías a caballo, galopando hacia la multitud
y pegarle a la gente", dijo a la AP “No podía creerlo".
“Y luego estaba herido. Me di vuelta y me dejó inconsciente.
Me desperté un poco después en un portal, con Times
Square, en silencio de nuevo, extraño, de ensueño, como
si nada hubiera ocurrido. Yo estaba ferozmente indignado.
Durante la Guerra continuó su educación. Deseoso de
ayudar a acabar con los nazis, se unió al Cuerpo Aéreo
del Ejército en 1943. Realizo misiones en toda Europa,
recibió la Medalla Aérea, pero más tarde se cuestionó
acerca de lo que significaba. De vuelta a casa, reunió
a sus medallas y documentos, y los puso en una carpeta
y escribió en la parte superior: “Nunca más".
Estudió en la New York University y Columbia University,
donde recibió un Doctorado en Historia. En 1956, se
le ofreció la Presidencia del Departamento de Historia
y Ciencias Sociales en Spelman College, un colegio de
mujeres negras en la Atlanta segregada.
Durante el movimiento de derechos civiles, el Profesor
Zinn, animó a sus estudiantes a solicitar libros en
las bibliotecas públicas segregadas y ayudó a coordinar
las visitas a las cafeterías que segrefgaban en la ciudad.
También publicó varios artículos, incluyendo un extraño
ataque en la administración Kennedy, acusándolo de ser
demasiado lento para proteger a los negros.
Él fue amado por los estudiantes - entre ellos una joven
Alice Walker, quien más tarde escribió The Color Purple
-, pero no por los administradores. En 1963, Spelman
lo despidió por “insubordinación". (Zinn fue un crítico
de que la escuela no participara en el movimiento de
derechos civiles.) Sus años en la Universidad de Boston
estuvieron marcados por la oposición a la guerra de
Vietnam y por las pugnas con el presidente de la escuela
, John Silber.
Zinn, profesor retirado en 1988, el paso su último día
de clase en el piquete con los estudiantes en apoyo
de una huelga de enfermeras en el campus. Con los años,
él continuó dando clases en las escuelas y y se presentaba
en los mítines y los piquetes.
Además de A People’s History, escribió varios libros,
incluyendo The Southern Mystique, LaGuardia in Congress,
y las memorias “No se puede ser neutral en un tren en
movimiento", el título de un documental de 2004 acerca
de Zinn narrado por Damon. También escribió tres obras
de teatro.
(Con información de AP y Cubadebate)
www.cubadebate.cu
Zinn,
rebelde que invitaba a hacer historia
A juicio
de Noam Chomsky, su colega y amigo rescataba las raíces
de las luchas colectivas
Por David Brooks - La Jornada
El historiador rebelde Howard Zinn, quien falleció ayer
a los 87 años, dedicó su vida a narrar, nutrir y provocar
los milagros que rescatan a la humanidad del cinismo,
la opresión y la injusticia.
Con su libro A People’s History of the United States
(publicado por primera vez en 1980, y que cuenta ya
con varias ediciones actualizadas), que suma millones
de lectores, cambió la narrativa de este país. En lugar
de la historia oficial de presidentes y poderosos, Zinn
relató otra en que los protagonistas son los sindicalistas
radicales, los esclavos en rebelión, los indígenas,
las mujeres, los activistas de los derechos civiles
y contra las guerras. Con este libro y otros 20, además
de cientos de artículos y discursos, Zinn rescata la
memoria de las luchas colectivas y sus héroes, derrotando
así la política oficial de promover la amnesia nacional.
La obra de Zinn fue inseparable de su manera de vivir,
declaró hoy Noam Chomsky, en entrevista con La Jornada.
Agregó que su proyecto básico consistía en "sacar desde
lo profundo a incontables personas desconocidas, cuyas
acciones son las raíces de los grandes hechos que se
registran en los libros de historia. Su visión era que
si uno suprime las raíces, tal como se hace convencionalmente,
no sólo fracasa en entender qué ocurrió, sino también
anula el poder de las personas, ya que no se les permite
alcanzar el entendimiento de que son ellas las que pueden
cambiar las cosas".
Chomsky subrayó que "ese trabajo está ligado a su propia
vida, eso hacía", y recordó la participación directa
de Zinn en los movimientos de derechos civiles, antibélicos
y laborales. "No puedo decir cuántas veces estuvimos
juntos en manifestaciones, cuántas veces nos arrestaron
a ambos", rememoró su colega y amigo.
"Hasta sus últimos días, continuó trabajando, viajando,
siempre muy optimista", cuenta Chomsky, y eso a pesar
de graves problemas físicos que tuvo al final. "Fue
encantador. Un ser humano único, no creo que haya muchos
como él", concluyó.
Como maestro universitario –primero en Spelman College,
en Atlanta, y después en Boston University– e intelectual,
Zinn se dedicaba a generar el cuestionamiento del poder.
"Yo deseaba que mis estudiantes se fueran de mis clases
no sólo mejor informados, sino más preparados para abandonar
la seguridad del silencio, más preparados para responder
en voz alta, para actuar contra la injusticia donde
ésta se presentara. Esto, claro, era una receta para
atraer problemas", escribió.
Sus alumnos, tanto los que asistieron a sus clases como
los que leyeron sus libros o lo escuchaban en conferencias,
foros, acciones de protesta y congresos, están por todo
el mundo. El deseo de Zinn era que se volvieran parte
de la historia de rebeldía contra la injusticia, la
guerra y la opresión. Es decir, el historiador rebelde
los invitaba a hacer historia.
Entre quienes se cuentan como sus discípulos hay figuras
famosas, como la escritora Alice Walker (El color púrpura,
alumna de Zinn en Spelman College), quien hoy, en entrevista
con el noticiario Democracy Now habló de la enorme vitalidad
de su maestro y de su valentía no sólo en las aulas
sino en acciones callejeras con sus estudiantes. Además,
dijo, "mi profesor era una de las personas más graciosas
que jamás he conocido, y solía decir las cosas más extraordinarias
en los momentos más sorprendentes".
Otros que lo consideran "su maestro", y quienes participaron
en proyectos con él, incluyen al actor Matt Damon (creció
como su vecino), Bruce Springsteen (dicen que su disco
Nebraska fue influido por los escritos de Zinn), Tom
Morello, el cantautor Steve Earle, y actores como Sean
Penn, Danny Glover, Tim Robbins, Morgan Freeman y Marisa
Tomei, entre otros. Pero tiene millones de admiradores
más que no son famosos, algunos que han descubierto
otra historia, contada desde abajo por primera vez,
a través de su obra; otros que han aceptado su invitación
a la disidencia, la resistencia y la rebeldía. A sus
87 años, Zinn era uno de los pocos intelectuales que
gozaban de la confianza y respeto de los jóvenes en
este país.
Hijo de trabajadores europeos judíos inmigrantes, Zinn
fue criado en colonias proletarias de Brooklyn, y después
de casarse vivió en el Lower East Side de Manhattan.
Trabajador en el puerto de Nueva York, en los astilleros
y como cargador en almacenes, son algunos de los oficios
que ejerció mientras estudiaba en las universidades
de Nueva York y Columbia (donde recibió su doctorado
en historia, con una tesis sobre el político progresista
Fiorello LaGuardia).
Se sumó a la guerra contra el fascismo y fue bombardero
durante la Segunda Guerra Mundial. Pero al visitar los
lugares que atacaron desde los cielos, especialmente
después de enterarse de las terroríficas consecuencias
de la bomba atómica en Japón, Zinn decidió que toda
guerra es injustificable, y por el resto de su vida
se dedicó a esta causa. Junto con Chomsky, fue uno de
los primeros intelectuales en sumarse al movimiento
contra la guerra en Vietnam.
Zinn cuenta que conoció a Chomsky en 1964 cuando ambos
viajaron a Missisipi para protestar contra la detención
de activistas de derechos civiles, y que después el
movimiento antiguerra los acerco más y desde entonces
habían sido amigos.
En 1967, el dramaturgo e historiador publicó Vietnam:
la lógica del retiro, el primer libro sobre el tema
en hacer un llamado a un retiro inmediato e incondicional
de tropas. Junto con el famoso sacerdote católico radical
Daniel Berrigan, viajaron a Vietnam del Norte en 1968
para recibir a los primeros tres prisioneros de guerra
entregados por las fuerzas de liberación. Fue en la
casa de Zinn donde Daniel Ellsberg, el funcionario del
Departamento de Defensa que se volteó contra la guerra,
escondió los que serían llamados los Pentagon Papers
antes de ser publicados en los medios de comunicación
nacionales, documentos secretos oficiales que demostraban
el fracaso de la guerra cuya publicación fue un paso
decisivo para marcar el principio del fin de ese conflicto
bélico.
En sus últimos años gozó en crear otras maneras de hacer
contemporáneas las voces disidentes y rebeldes del pasado
a través de películas, obras en vivo y por televisión
y el universo cibernético.
Realizó una serie de "lecturas" en voz alta por el país
con reconocidos actores, poetas y músicos. Se tomaban
turnos para leer, declamar o cantar selecciones de figuras
rebeldes conocidas y desconocidas de la historia de
Estados Unidos, todo esto introducido por Zinn. Discursos,
cartas, ensayos y canciones de lucha, ira, denuncia
y gritos por la justicia y contra las guerras a lo largo
de la historia de este país resonaban ahí. Así, convocó
a los héroes populares del pasado para guiar, apoyar
y alentar a los héroes del presente en el movimiento
de resistencia en Estados Unidos.
Un documental que registra este esfuerzo acaba de salir
a la venta, The People Speak. La película fue presentada
el año pasado en el festival de Sundance, y después
en la ciudad de Nueva York, antes de ser trasmitido
a escala nacional en diciembre por la televisora History
Channel. En uno de estos encuentros, en Nueva York hace un par
de años, Zinn introdujo el espectáculo así: “Éstas son
las voces no de la historia oficial, sino de los que
han resistido, de los disidentes, gente trabajadora,
socialistas, anarquistas, los que se opusieron al establishment
en nombre de la paz y la justicia para todos. Ellos
son voz de los desafiadores, porque esa es la que necesitamos.
Tenemos que alentar a la gente a desafiar este sistema,
tenemos que hacer algo, esto es más bien un llamado
a la acción.
www.jornada.unam.mx
Y ese psicólogo tomó
notas y, en los hechos, un par de años después de la guerra, escribió
un libro intitulado "Diario de Nuremberg," en el que registró –
puso sus notas en ese libro, y registró su conversación con Hermann
Göring. Y preguntó a Göring: ¿cómo fue posible que Hitler, que los
nazis pudieran hacer que el pueblo alemán aceptara políticas de
guerras y agresión tan absurdas y ruinosas? Y tengo aquí esas notas.
Siempre decimos: "Tenemos esas cosas sólo, sabéis, por casualidad."
Y Göring dijo: "¡Vaya! Por cierto, la gente no quiere guerra. ¿Por
qué algún pobre diablo iba a querer arriesgar su vida en una guerra?
Pero, después de todo, los que determinan la política son los dirigentes
del país. Siempre se puede llevar a la gente a seguir las órdenes
de los dirigentes. Basta con decirle que está siendo atacada y con
denunciar a los pacifistas por falta de patriotismo. Funciona igual
en cualquier país."
Me interesó esa última línea: "Funciona igual en cualquier país."
Quiero decir, aquí, esos son los nazis. Ese es el régimen fascista.
Nosotros somos una democracia. Pero funciona del mismo modo en cualquier
país, no importa cómo se llame. Si se llama Estado totalitario o
se llama democracia, funciona del mismo modo, es decir, los dirigentes
del país pueden engatusar, o coercer y seducir a la gente hacia
la guerra, asustándola, diciéndole que está en peligro, y amenazándola
y coaccionándola, que si no participa, será considerar antipatriótica.
Y es lo que sucedió en realidad en este país después del 11-S. Y
es lo que sucedió después de que Bush presentó el fantasma de las
armas de destrucción masiva en Iraq y logró que el pueblo USamericano
lo siguiera por un tiempo.
Pero la pregunta es, ¿cómo se salieron con la suya? ¿Y la prensa?
¿Y los medios? ¿No es tarea de la prensa, no es la tarea de los
medios, no es la tarea del periodismo, sacar a la luz lo que hacen
los gobiernos? ¿No aprenden los periodistas de I.F. Stone, quien
dijo: "Recordad sólo dos palabras," dijo a los jóvenes que estudiaban
periodismo. Dijo: "Recordad sólo dos palabras: los gobiernos mienten".
Bueno, pero los medios no lo percibieron. Los medios han hecho el
juego, y abrazaron la idea de las armas de destrucción masiva. Recordaréis
cuando Colin Powell fue a Naciones Unidas, justo antes del inicio
de la guerra de Iraq, y presentó a la ONU esa letanía de armamentos
que Iraq poseía, según él, y dio grandes detalles sobre cuantos
bidones de esto y cuántas toneladas de aquello, y así por el estilo.
Y el día después, la prensa brilló en sus elogios. No realizó su
trabajo de cuestionar. No hizo su trabajo de preguntar: "¿Dónde?
¿Cuál es su evidencia? ¿Dónde obtuvo esta información? ¿Con quién
habló? ¿Cuáles son sus fuentes?"
¿No lo que uno aprende como novato en la universidad? "Oiga: ¿cuáles
son sus fuentes? ¿Dónde están sus notas al pie?" No, no. No, no.
Todo lo que hicieron – el Washington Post dijo: "Es difícil imaginar
cómo hay quien pueda dudar de que Iraq posee armas de destrucción
masiva." Y el New York Times, sabéis, estaba fuera de sí de admiración
por Colin Powell. Desde luego, resultó que nada era verdad, resultó
que todo era mentira. Pero la prensa no hizo su trabajo, y como
resultado, el pueblo USamericano, mirando televisión, leyendo los
periódicos, no tuvo una fuente alternativa de información, ninguna
opinión alternativa, ningún análisis crítico alternativo sobre lo
que estaba sucediendo.
Y la pregunta es: ¿por qué creyó, a pesar de todo, la gente lo que
leyó en la prensa, y por qué creyó lo que vio en la televisión?
Y yo argumentaría que tiene algo que ver con una pérdida de la historia,
tiene algo que ver con, bueno, lo que Studs Terkel llamó la "amnesia
nacional," sea el olvido de la historia o el aprendizaje de mala
historia, el aprendizaje del tipo de historia que se recibe, de
que Colón fue un héroe, y que Teddy Roosevelt es un héroe, y que
Andrew Jackson es un héroe, y todos esos tipos que fueron presidentes
y generales e industriales, y suma y sigue. Ellos son los grandes
– son los que hicieron grande a USA, y USA siempre ha hecho cosas
buenas en el mundo. Y hemos tenido nuestros problemitas, por cierto
– como la esclavitud, por ejemplo, ya sabéis – pero los superamos,
ya sabéis. No, no esa clase de historia.
Si el pueblo USamericano conociera realmente la historia, si aprendiera
la historia, si las instituciones educacionales hicieran su trabajo,
si la prensa hiciera su trabajo dando a la gente una perspectiva
histórica, la gente comprendería. Cuando el presidente se pone ante
el micrófono, dice que tenemos que ir a la guerra por esto o aquello,
por la libertad o por la democracia, o porque estamos en peligro,
y así sucesivamente, si la gente estuviera respaldada por algo de
historia, sabría cuántas veces los presidentes han anunciado a la
nación: tenemos que ir a la guerra por éste o aquel motivo. Sabrían
que el presidente Polk dijo: "¡Oh!, tenemos que ir a la guerra contra
México, porque, bueno, hubo un incidente allá en la frontera, y
nuestro honor exige que vayamos a la guerra."
Sabría, si supiera algo de historia, cómo el presidente McKinley
llevó a la nación a la guerra contra España y Cuba, diciendo: "¡Oh!,
vamos a liberar a los cubanos del control español." Y en realidad,
había un poco de verdad en eso: llegamos, luchamos contra España,
sacamos a España de Cuba, los liberamos de España, pero no de nosotros.
Y así, se fue España, y entró la United Fruit, y luego los bancos
USamericanos y las corporaciones USamericanas.
Y si la gente conociera su historia, sabría, sabríais, que el presidente
McKinley dijo cuando – cuando el ejército de USA ya estaba en las Filipinas y
la armada USamericana ya estaba en las Filipinas, y Theodore Roosevelt,
uno de nuestros grandes héroes presidenciales, ansiaba la guerra,
la gente sabría que McKinley, quien no sabía dónde estaban las Filipinas,
pero a menudo los presidentes necesitan que los instruyan y les
digan dónde está una cosa. Ya sabéis, George Bush: "Esto es Iraq
es." Lyndon Johnson: "El golfo de Tonkin está aquí." Ya sabéis,
lo necesitan. Y el presidente – la gente sabría, si conociera la historia, lo
que dijo el presidente McKinley: "Vamos a las Filipinas a civilizar
y a cristianizar a los filipinos." Y si conociera su historia, si
los libros de historia hablaran un poco de la guerra en las Filipinas
a comienzos del Siglo XX, en lugar de, como lo hacen los libros
de historia – pasan tanto tiempo hablando de la Guerra Hispano-USamericana,
que duró tres meses – y no hablan casi nada de la guerra en las
Filipinas, una guerra sangrienta que duró, ¡Oh!, siete años, e incluyó
masacres y el exterminio de poblaciones. Esa historia no aparece.
Ya sabéis, habíamos civilizado y cristianizado a los filipinos y
establecido nuestro control.
La gente sabría, al escuchar al presidente diciendo: "Vamos a llevar
la democracia a Oriente Próximo," sabría cuántas veces llevamos
la democracia a otros países que invadimos. Sabría si llevamos la
democracia a Chile, cuando derrocamos un gobierno democráticamente
elegido en Chile en 1973. Sabría cómo llevamos la democracia a Guatemala
cuando derrocamos, de nuevo, un gobierno democráticamente elegido,
- ¡oh!, amamos las elecciones democráticas, adoramos las elecciones
libres, excepto cuando van por el camino equivocado. Y entonces
enviamos a nuestro ejército o a la CIA o a agentes secretos para
derrocar al gobierno.
Si la gente conociera esa historia, nunca le creería un solo instante
al presidente Bush, cuando dice, ¡oh!, vamos a Iraq, sabéis, por
ése o aquel motivo y la libertad y la democracia, y son una amenaza.
Quiero decir, requiere – sí, requiere una cierta comprensión histórica
para ser escéptico sobre las cosas que las autoridades os dicen.
Cuando se sabe historia, se sabe que los gobiernos mienten, como
dijo I.F. Stone. Los gobiernos mienten permanentemente. Bueno, no
sólo el gobierno de USA. Es simplemente la naturaleza de los gobiernos.
Bueno, tienen que mentir. Quiero decir, los gobiernos en general
no representan a las sociedades que gobiernan. Ya que no representan
al pueblo y ya que actúan contra los intereses del pueblo, la única
manera como se mantienen en el poder es mintiendo al pueblo. Si
le dijeran la verdad al pueblo, no durarían mucho tiempo. Así que
la historia puede ayudar a comprender el engaño y a ser escéptico
y a no apresurarse a apoyar cualquier cosa que te dice el gobierno. Y si sabes algo de historia, tal vez comprenderás algo aún más elemental:
que la cuestión de la mentira sobre esta guerra o de la mentira
sobre esta invasión, la mentira sobre esta intervención, comprenderías
una especie de hecho fundamental sobre la sociedad, e incluyo a
nuestra sociedad: que los intereses del gobierno y los intereses
del pueblo no son lo mismo. Es muy importante saberlo, porque la
cultura trata trabajosamente de persuadirnos de que todos tenemos
un interés común. Si utilizan el lenguaje "interés nacional" – no
existe interés nacional. Es su interés y nuestro interés. La seguridad
nacional - ¿la seguridad de quién? Defensa nacional: ¿defensa de
quién? Todas esas palabras y frases son usadas para tratar de cercarnos
con un lindo lazo inmenso, para que todos supongamos que los que
dirigen nuestro país se preocupan de nuestros intereses. Es muy
importante comprender que: no, no les preocupan nuestros intereses. Escucharás a un muchacho que se va a Iraq. Recuerdo escuchar lo
mismo de un muchacho que se fue a Vietnam. Y un periodista se acerca
al muchacho y le dice: "Sabes, joven, te vas, ¿qué piensas y por
qué lo haces?" Y el muchacho dice: "Lo hago por mi país." No, él
no lo hace por su país. Y ahora, ella, tampoco lo hace por su país.
La gente que parte a la guerra no combate por su país. No, no le
hacen ningún bien a su país. No hacen ningún bien a sus familias.
Ciertamente no le hacen ningún bien a la gente de allá. Pero no
lo hacen por su país. Lo hacen por su gobierno. Lo hacen por Bush.
Sería más exacto decir: "Me voy a combatir por George Bush. Me voy
a combatir por Cheney. Me voy a combatir por Rumsfeld. Me voy a
combatir por Halliburton." Sí, eso sería decir la verdad.
Y en realidad, saber la historia de este país es saber que hemos
tenido conflictos de interés en este país desde el comienzo mismo
entre la gente que tiene la autoridad y la gente de a pie. No fuimos
una gran familia feliz, la que libró la Revolución USamericana contra
Inglaterra. Recuerdo, ya sabéis, en la escuela, parecía como si
fuera así: están los patriotas, y estamos todos nosotros, trabajando,
luchando juntos en Valley Forge y Bunker Hill, etcétera, contra
los casacas rojas y los británicos, etcétera. Y no fue para nada
así. No fue un país unido. Washington tuvo que enviar generales al sur para usar la violencia
contra los jóvenes a fin de obligarlos a entrar al servicio militar.
Los soldados en el ejército revolucionario se amotinaron contra
Washington, contra los oficiales, porque había un conflicto de clases
en el ejército, exactamente como había habido conflictos de clases
en todas las colonias antes de la Guerra Revolucionaria. Bueno,
todo el que conoce a los militares, cualquiera que haya estado en
las fuerzas armadas, sabe que las fuerzas armadas constituyen una
sociedad de clases. Existen los soldados rasos, y existen los oficiales.
Y en la Guerra Revolucionaria los soldados rasos no recibían zapatos,
y no recibían vestimentas y no recibían alimentos, y no se les pagaba.
Y los oficiales lo pasaban bien, vivían en esplendor. Y por lo tanto,
los soldados se amotinaron, miles de ellos.
No recuerdo que me hayan enseñado alguna vez eso cuando estudié
historia en la escuela, porque el mito se derrumbaría: ¡oh!, somos
todos una gran familia feliz. ¿Quieres decir, también los esclavos
negros? ¿Quieres decir incluyendo a los americanos nativos, a los
que arrebatábamos la tierra, kilómetro tras kilómetro tras kilómetro?
¿Somos todos una gran familia feliz? Las mujeres, que fueron excluidas
de todo esto, fueron – no, es muy importante que se comprenda ese
hecho fundamental: los que dirigen el país y nosotros, nuestros
intereses no son los mismos. Así que, sí, la historia sirve para eso, para comprender – comprender
que somos una nación como otras naciones, para comprender que no
somos, de nuevo, como nos enseñan desde temprana edad, que somos
los más grandes, que somos número uno, que somos los mejores. Y
eso – se llama excepcionalismo USamericano en las ciencias sociales.
USA es una excepción a la regla de las naciones. Es decir, la regla
general de las naciones es que son bastante malas. Pero USA, nuestro
país, nosotros somos buenos. Hacemos el bien en el mundo. No hace mucho, estuve en un programa de radio, entrevistado por
– era algo como una emisora comercial normal. Me gusta que me entrevisten
las emisoras comerciales normales, donde el tipo realmente no sabe
a quién ha invitado. Y dice: "Profesor Zinn, ¿no cree que USA ha
sido, en general, una fuerza por el bien del mundo?" No, no, no.
¿Por qué no me preguntan: "Piensa que el Imperio británico fue una
fuerza por el bien en África, o los belgas fueron una fuerza por
el bien en Congo, o los franceses fueron una fuerza por el bien
en Indochina? ¿Piensa que USA fue una fuerza por el bien cuando
envió a los Marines a Centroamérica una y otra vez?" – No.
Pero existe esa noción de que somos diferentes. Somos los grandes
– quiero decir, seguro, hay cosas muy grandes respecto a USA, pero
no es lo que hicimos a otros países, ni lo que hicimos a los negros,
ni lo que hicimos a los americanos nativos, ni lo que hicimos a
la gente trabajadora en este país que sufrió días de doce horas
hasta que se organizó y se rebeló y se alzó. No, tenemos que ser
honestos con nosotros mismos. Es algo muy duro: ser honesto hablando de nosotros mismos. Quiero
decir, pero, uno es educado y uno dice: "Juro fidelidad," ya sabéis
etc., etc., "libertad y justicia para todos," "Dios bendiga a USA,"
¿Por qué nosotros? ¿Por qué nos bendice Dios? Quiero decir, ¿por
qué nos elige para su bendición? ¿Por qué no: "Dios bendiga a todos"?
Si, por cierto, ya sabéis – pero somos educados – si hubiésemos
sido educados para comprender nuestra historia, sabríamos que no,
somos como las demás naciones, sólo más todavía, porque somos más
grandes y tenemos más cañones y más bombas, y por lo tanto somos
capaces de más violencia. Podemos hacer lo que otros imperios no
pudieron hacer en una medida semejante. Ya sabéis, somos ricos.
Bueno, no todos. Algunos de nosotros lo son, ¿veis? Pero, no, tenemos
que ser honestos. ¿No se une la gente a Alcohólicos Anónimos para poder ponerse de
pie y ser honestos con ellos mismos? Tal vez deberíamos tener una
organización llamada Imperialistas Anónimos, sabéis, y que los dirigentes
del país se paren ahí en la televisión nacional y digan: "Buena,
ya es hora, – hora de decir la verdad." Sería – no espero que suceda,
pero sería refrescante.
Y entonces, si conociéramos esta historia, comprenderíamos cuántas
veces se ha utilizado el miedo como una manera de hacer que la gente
actúe contra sus propios intereses, para estimular la histeria y
hacer que la gente haga cosas terribles a otra gente porque ha sido
atemorizada. ¿No fueron el miedo y la histeria lo que motivó a las
turbas linchadoras en el Sur? ¿No crearon miedo a la gente negra,
histeria sobre la gente negra, que condujo a la gente blanca a cometer
algunas de las cosas más atroces que han sido cometidas en nuestra
historia? ¿Y no es hoy en día – no es miedo, miedo a los musulmanes,
no sólo a los terroristas, en general? Desde luego, miedo a los
terroristas, especialmente miedo a los musulmanes, ¿veis? Una especie
muy fea de sentimiento que se inculca al pueblo USamericano, y crea
una especie de histeria, que luego los capacita para controlar a
la población y los capacita para enviarnos a una guerra tras la
otra y a amenazar, sabéis, con una guerra más.
Y si supiéramos algo de historia, sabríamos de la histeria que acompañó
la Guerra Fría, la histeria sobre el comunismo. No es que el comunismo
no haya existido, exactamente como el terrorismo existe, sí. No
es que el comunismo – el comunismo existía, y había una Unión Soviética
y reprimía a su propio pueblo, y controlaba a Europa Oriental, pero
hubo una exageración enorme de la amenaza soviética hasta el punto
en que – ¡oh!, no es sólo que estuvieran en Europa Oriental. Es
que, van a invadir Europa Occidental. A propósito, no existe evidencia de eso. Los analistas de la CIA
que eran especialistas en la Unión Soviética, salieron de sus escondites
en los últimos años y dijeron que nunca hubo evidencia alguna de
que la Unión Soviética fuera a invadir Europa Occidental. Pero la
OTAN fue creada contra eso. Contra eso, USA acumuló un enorme arsenal
nuclear.
Los soviéticos, siempre atrasados respecto a USA. Inflaron a los
soviéticos como una amenaza, pero después de todo, ¿quién fue el
primer en tener la bomba atómica? ¿Quién tenía más bombas atómicas
que nadie? ¿Y cuál fue el único país que realmente lanzó bombas
atómicas sobre gente normal en dos ciudades en Japón? Y así, nosotros
que usamos la bomba atómica, nosotros que acumulamos bombas atómicas,
creamos una histeria sobre países que tratan desesperadamente de
alcanzarnos. Por cierto, Irán nunca nos alcanzará, y Corea del Norte
nunca nos alcanzará. La Unión Soviética trató de hacerlo. Pero al
crear esa amenaza monstruosa, tomamos billones de dólares de la
riqueza de este país y los gastamos en presupuestos militares.
Y la histeria sobre el comunismo llegó a un punto en el que – y
no hablo sólo de escolares que se escondían bajo sus pupitres, sabéis,
porque los soviéticos iban a lanzar una bomba atómica. No había
evidencia de que los soviéticos fueran a lanzar una bomba atómica.
A propósito, hay evidencia de que el estado mayor conjunto, la gente
bien arriba en el gobierno USamericano, en varias, varias ocasiones
propuso una guerra preventiva, lanzando armas atómicas contra la
Unión Soviética. Pero creamos una amenaza tan apocalíptica, tan
omnipresente, que los niños, sí, se ocultaban bajo sus pupitres,
y también de manera que cualquier cosa que ocurría en cualquier
parte del mundo que no fuera del gusto de USA se convertía en parte
de la amenaza comunista mundial.
Zinn sobre la
inexorable pero equivocada idea, a su juicio, de que la guerra surge
de la propia naturaleza humana.
Y así, para enfrentar eso, podíamos ir a cualquier país en Latinoamérica
que quisiéramos. Y porque era una amenaza comunista, enviábamos
un ejército a Vietnam, y morían varios millones de personas, porque
Vietnam se convirtió en el símbolo de la amenaza comunista en el
mundo. Cuando uno piensa en lo absurdo que fue preocuparse de que
Vietnam, ya dividido entre un Norte comunista y un Sur anticomunista,
preocuparse de que: ahora la mitad de ese pequeñísimo país va a
ser comunista, y precisamente al norte de Vietnam, mil millones
de personas habían adoptado el comunismo. Es algo un poco extraño.
Pero, sabéis, el pensamiento insólito es posible cuando creas miedo
e histeria. Y enfrentamos, naturalmente, esa situación en la actualidad
con todo este asunto del terrorismo. Y si se sumaran todas las veces
que han utilizado la palabra "terrorismo" y "terror" en discursos
de George Bush y de su gabinete, es un mantra que han creado para
amedrentar al pueblo USamericano.
Creo que se está desgastando. Pienso que existe un comienzo de un
cierto reconocimiento, y eso lleva al hecho de que la opinión pública
se ha vuelto contra la guerra. La gente ya no cree que estemos luchando
en Iraq para liberarnos del terrorismo, sabéis, porque la evidencia
ha llegado a ser tan abrumadora que incluso los medios dominantes
han informado – ya sabéis, la Evaluación Nacional de Inteligencia
[NIE, por sus siglas en inglés]. Y son las propias agencias de inteligencia
del gobierno que dicen que la guerra en Iraq causó un crecimiento
de los grupos terroristas, ha aumentado la militancia y el radicalismo
entre los grupos islámicos en Oriente Próximo.
Pero el terrorismo ha suplantado al comunismo en un intento por
hacer que la gente haga cosas contra sus propios intereses, que
haga cosas que enviarán a sus propios jóvenes a la guerra, a hacer
cosas que causan el agotamiento de la riqueza del país con fines
de guerra y para el enriquecimiento de los súper ricos. Y no hay
que pensar demasiado en el terrorismo para darse cuenta de que cuando
alguien habla de una guerra contra el terrorismo, está presentando
una contradicción de los términos. ¿Cómo se puede librar una guerra
contra el terrorismo, si la guerra misma es terrorismo? Porque –
así se responde al terrorismo con terrorismo, y se multiplica el
terrorismo en el mundo.
Y, por cierto, el terrorismo del que son capaces los gobiernos al
ir a la guerra tiene una escala, mucho, mucho más grande que el
terrorismo de al-Qaeda o de ese grupo o de aquel grupo u otro grupo.
Los gobiernos son terroristas en una escala enormemente grande.
USA ha estado involucrado en terrorismo contra Afganistán, contra
Iraq, y ahora amenaza con extender su terrorismo a otros sitios
en Oriente Próximo. Y sería muy útil un poco de historia sobre el uso del miedo y de
la histeria y un poco de historia de la Guerra Fría y de la histeria
anticomunista para alertar a la gente sobre lo que nos pasa hoy
en día. Quiero decir, con Irán, por ejemplo, es una vergüenza, y
los medios han jugado una parte tan importante en esto, respecto
al arma nuclear de Irán. Quieren un arma nuclear. No dicen que tienen
un arma nuclear. Quieren un arma nuclear. También la quiero yo.
Sí, es fácil querer un arma nuclear. Y pequeños países que enfrentan
a enormes potencias militares y que no tienen posibilidad alguna
de equiparar el poderío militar de esos países inmensos, siguen
lo que fue la estrategia de USA: USA dijo: "Tenemos que tener un
disuasivo." Cuántas veces os han dicho, cuando preguntáis: ¿Por
qué tenemos 10.000 armas nucleares?" "Tenemos que tener un disuasivo."
Bueno, lo que quieren es un disuasivo: un arma nuclear.
No es esa situación con Iraq, quiero decir Condoleezza Rice: "una
nube en forma de hongo." Nosotros fuimos los únicos que crearon
nubes en forma de hongo, sobre Hiroshima y Nagasaki. Iraq no estaba
en condiciones de crear una nube en forma de hongo. Todos los expertos
en Oriente Próximo y en armas atómicas dijeron: Iraq estaba a entre
cinco y diez años de desarrollar un arma nuclear, pero nosotros
estábamos creando una histeria sobre las armas nucleares.
Ahora hacemos lo mismo con Irán. Y el grupo Internacional de Energía
Atómica de la ONU contradice directamente un informe del Congreso
que habla del peligro de las armas nucleares de Irán, y el grupo
internacional, que ha realizado muchas, muchas, inspecciones en
Irán, dice..., bueno, tenéis que saber – y dan al pueblo USamericano
una especie de educación a medias. Es decir, dicen, utilizan la
frase: "¡Están enriqueciendo uranio! Bueno, eso me asusta. Están
enriqueciendo uranio. No sé exactamente lo que quiere decir, pero
asusta. Y luego lees el informe del grupo Internacional de Energía
Atómica, y ves, bueno, sí, así es. Han enriquecido uranio hasta
un 3,5%. Para tener un arma nuclear, tienen que enriquecerlo a un
90%. Están muy, muy lejos incluso de desarrollar un arma nuclear,
pero la frase "uranio enriquecido" es repetida una y otra vez.
Y así, sí, necesitamos una cierta comprensión histórica, sí, sólo
recordar Iraq, sólo recordar la histeria sobre Vietnam. ¡Dios mío,
un comunista podía apoderarse de Vietnam del Sur! ¿Y entonces qué?
Basta un saltito hasta San Francisco. No, algunos recordaréis que
cuando Reagan apoyaba a los Contras en Nicaragua decía: "¿Veis dónde
está Nicaragua? No les costaría mucho llegar a Texas." Me interrogué
sobre eso. Y entonces me interrogué: ¿por qué iban a querer llegar
a Texas los nicaragüenses? Y no es un insulto a Texas, pero – y
una vez que llegaran a Texas, ¿qué iban a hacer? ¿Tomar un vuelo
de United Airlines a Washington? ¿Qué harían? Pero, realmente, es
muy importante saber algo de esa historia para ver cómo la histeria
inhabilita por completo la consciencia sobre lo que sucede.
Sugeriría otra cosa. Me comienzo a preocupar por el tiempo que estoy
usando. Bueno, en realidad, no me preocupa cuánto tiempo he usado.
No me importa. Miro mi reloj para pretender que me preocupa. Y ya
que no sé cuándo comencé, no puedo saber cuánto he estado hablando. Pero en algún punto la guerra en Iraq llegará a su fin. En algún
punto, USA hará en Iraq lo que hizo en Vietnam, después de decir.
"Jamás nos iremos. Jamás nos iremos. Venceremos. Seguiremos por
el mismo camino. No nos escaparemos." En algún punto, USA va a tener
que escapar de Iraq, sabéis. Y lo va a hacer porque el sentimiento
va a aumentar y aumentar y aumentar en este país y porque más y
más soldados van a volver de Iraq y dirán: "No volveremos," y porque
van a tener más y más problemas para aprovisionar a las fuerzas
armadas en Iraq, y porque los padres de los jóvenes van a decir
más y más: "no vamos a permitir que nuestros jóvenes vayan a la
guerra por Bechtel y Halliburton. No vamos a hacerlo." Así que en
algún punto, sí, en algún punto vamos a hacer lo que ellos dicen
que no debemos hacer: escapar. No tenemos que escapar. Podemos irnos tranquilamente. Irnos lentamente.
Terminar, pero irnos, lo más rápido posible, porque allá no hacemos
nada bueno. No ayudamos a solucionar la situación. No llevamos la
paz. No llevamos una democracia. No llevamos estabilidad. Llevamos
la violencia y el caos. Estamos provocando todo eso, y la gente
muere todos los días. Cuando un dirigente demócrata dice: "Pienso
que deberíamos retirarnos el 14 de marzo de 2000-y-lo-que-sea."
Sabéis, sí, cada día desde ahora hasta que más gente muera, y más
gente pierda brazos o piernas o la vista. Y así, es intolerable.
Y así, tenemos que hacer todo lo que podamos.
Y en el caso de Vietnam, en un cierto momento el gobierno se dio
cuenta de que no podía continuar la guerra. Los soldados volvían
de Vietnam y se oponían a la guerra. No podían convencer a la gente
de que se uniera a la ROTC [Cuerpo de Adiestramiento para Oficiales
de la Reserva]. Demasiados huían a Canadá. Demasiados no se alistaban.
Finalmente, tuvieron que eliminar el servicio militar obligatorio.
Perdían el apoyo de la población. Perdían el apoyo de los militares.
Y al llegar un cierto punto: No.
Y va a ocurrir algo similar. Y mientras antes ayudemos a que ocurra,
desde luego, tanto mejor. Mientras más vayamos a las universidades
– sabéis, hay una cosa muy práctica, una cosa muy práctica que cualquiera
puede hacer, y es, ir a su colegio local y asegurarse de que todos
los padres y todos los chicos en los colegios comprendan que no
tienen que dar su información a los reclutadores militares, sabéis.
Y más y más tienen equipos de personas que contrarrestan la propaganda
de los reclutadores militares.
Sabéis, tienen problemas. Se están volviendo desesperados por el
reclutamiento para las fuerzas armadas, hacen toda clase de cosas
y, por cierto, se concentran – envían a sus reclutadores militares
a las escuelas más pobres, porque saben que los chicos de clase
trabajadora son los más vulnerables, los más necesitados, los que,
sabéis – necesitan una educación, necesitan una capacitación, etc.
Y así, tratan de acosar a la clase trabajadora. Eugene Debs dijo
– si no les importa que cite a Eugene Debs – pero Eugene Debs dijo
en un discurso durante la Primera Guerra Mundial, que lo llevó a
la cárcel: "La clase de los amos siempre ha comenzado las guerras.
La clase trabajadora siempre ha librado las guerras." Y, por cierto,
así ha sido permanentemente. Así que en algún momento nos iremos
de Iraq.
Pero quiero sugerir una cosa: tenemos que pensar más allá de Iraq,
e incluso más allá de Irán. No queremos tener que luchar contra
esta guerra, y luego contra esa guerra y después contra la guerra
siguiente. No queremos tener una sucesión interminable de movimientos
contra la guerra. Cansa. Y tenemos que pensar y hablar y educar
respecto a la abolición de la guerra en sí. El otro día estaba hablando con mi peluquero, porque siempre discutimos
la política mundial. Y es totalmente impredecible políticamente,
como la mayoría de los peluqueros. Dijo: "Howard, sabes, tú y yo
estamos en desacuerdo en muchas cosas, pero en una cosa estamos
de acuerdo: la guerra no soluciona nada." Y yo pensé: "Sí." A la
gente no le cuesta comprender eso.
Y, de nuevo, la historia es útil. Hemos tenido una historia de guerra
tras guerra tras guerra tras guerra. ¿Qué han solucionado? ¿Qué
han logrado? Incluso la Segunda Guerra Mundial, la "guerra buena,"
la guerra en la que fui voluntario, la guerra en la que lancé bombas,
la guerra después de la que, sabéis, recibí una carta del general
Marshall, general de generales, una carta que me dirigió personalmente,
y a 16 millones más, en la que dijo: "Hemos ganado la guerra. Será
un nuevo mundo." Bueno, por cierto, no fue un nuevo mundo. No ha
sido un nuevo mundo. Guerra tras guerra tras guerra.
Hay ciertas... – Salí de esa guerra, la guerra a la que me había
presentado como voluntario, la guerra en la que fui un cabo artillero
entusiasta, salí de esa guerra con ciertas ideas, que recién se
desarrollaron gradualmente a fines de la guerra, ideas sobre la
guerra. Una, que la guerra corrompe a todo el que se involucra.
La guerra emponzoña a todo el que se involucra. Comenzáis como muchachos
buenos, como lo hicimos en la Segunda Guerra Mundial. Ellos son
los malos. Ellos son los fascistas. ¿Qué podría ser peor? Así que,
ellos son los malos, nosotros somos los buenos. Y a medida que continúa
la guerra, los buenos comienzan a comportarse como los malos. Puedes
rastrear eso hasta la Guerra del Peloponeso. Puedes rastrearlo hasta
los buenos, los atenienses, y los malos, los espartanos. Y después
de poco, los atenienses se hicieron implacables y crueles, como
los espartanos.
Es lo que hicimos en la Segunda Guerra Mundial. Nosotros, después
que Hitler cometió sus atrocidades, cometimos las nuestras. Ya saben,
nuestra matanza de 600.000 civiles en Japón, nuestra matanza de
probablemente un número igual de civiles en Alemania. No eran Hitler,
no eran Tojo. No eran – no, eran sólo gente de a pie, como nosotros
somos gente de a pie que vive en un país que es un país saqueador,
y ellos vivían en países que eran países saqueadores, y fueron atrapados
en lo que fuera y tuvieron miedo de protestar. Y no sé, llegué a
la conclusión, sí, de que la guerra emponzoña a todos.
Y la guerra – es algo importante que hay que recordar – que cuando
vas a la guerra contra un tirano – y fue una de sus afirmaciones:
"¡Oh!, vamos a librarnos de Sadam Husein," lo que fue, desde luego,
absurdo. No les preocupaba - ¿se preocupó nuestro gobierno de que
Sadam Husein tiranizara a su propio pueblo? Le ayudamos a tiranizar
a su pueblo. Le ayudamos a matar con gas a los kurdos. Le ayudamos
a acumular armas de destrucción masiva, realmente.
Y la gente que matas en una guerra son las víctimas del tirano.
La gente que matamos en Alemania eran víctimas de Hitler. La gente
que matamos en Japón eran víctimas del Ejército Imperial de Japón.
Y la gente que muere en las guerras es más y más y más gente que
no está en las fuerzas armadas. Tal vez sepáis lo del diferente
ratio de muertes de civiles a militares en la guerra, cómo en la
Primera Guerra Mundial, fueron diez militares muertos por un muerto
civil; en la Segunda Guerra Mundial, fue 50:50, la mitad militares,
la mitad civiles; en Vietnam, fue de un 70% de civiles y un 30%
de militares, y en las guerras posteriores, es de un 80% y de un
85% de civiles.
Hace algunos años me hice amigo de un cirujano militar italiano
llamado Gino Strada. Pasó diez, quince años operando a víctimas
de la guerra en todo el mundo. Y escribió un libro sobre el tema:
"Green Parrots: Diary of a War Surgeon." Dijo que de todos los pacientes
que operó en Iraq y Afganistán y en todas partes, un 85% eran civiles,
y un tercio de estos, niños. Si comprendéis, y si la gente comprende,
y si corréis la voz de esa comprensión que sea lo que sea lo que
os dije sobre la guerra y cómo debemos ir a la guerra, y sea cual
sea la amenaza o sea cual sea el objetivo – una democracia o la
libertad – siempre será una guerra contra niños. Son los que morirán
en gran número.
Así que, la guerra – bueno, Einstein lo dijo después de la Primera
Guerra Mundial. Dijo: "La guerra no puede ser humanizada. Sólo puede
ser abolida." La guerra tiene que ser abolida, sabéis. Y es – sé
que son pocas las probabilidades de éxito, pero hay que hacerlo,
tenéis que comenzar a hacerlo. También el fin de la esclavitud en
este país en los años treinta del Siglo XIX tenía pocas probabilidades
de éxito, pero la gente siguió tratando, y tardó 30 años, pero se
eliminó la esclavitud. Y podemos ver lo mismo una y otra vez. Así
que tenemos una tarea por delante. Tenemos muchas cosas que hacer.
Una de las cosas que podemos aprender de la historia es que la historia
no es sólo una historia de cosas que nos han sido infligidas por
los que mandan. La historia es también una historia de resistencia.
Es una historia de gente que sufre la tiranía durante décadas, pero
que termina por alzarse y derrocar al dictador. Lo hemos visto en
un país tras el otro, una sorpresa tras la otra. Gobernantes que
parecen tener un control total, de repente se despiertan un día,
y hay un millón de personas en las calles, y toman sus maletas y
se van. Sucedió en las Filipinas, en Yemen, en todas partes, en
Nepal. Un millón en la calle, y entonces el gobernante tiene que
irse. De manera que, eso es lo que queremos lograr en este país.
Todo lo que hacemos es importante. Casa cosita que hacemos, cada
piquete en el que marchamos, cada carta que escribimos, cada acto
de desobediencia civil en el que participamos, cada reclutador con
el que hablamos, cada padre con el que hablamos, cada soldado con
el que hablamos, cada persona joven con la que hablamos, todo lo
que hacemos en clase, fuera de clase, todo lo que hacemos por un
mundo diferente, es importante, aunque en el momento parezca fútil,
porque es como se produce el cambio. El cambio sucede cuando millones
de personas hacen pequeñas cosas, que en ciertos momentos de la
historia se suman, y entonces sucede algo bueno y algo importante.
Gracias.
Fuente: Rebelion, traducido
por Germán Leyens
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No puedes ser neutral en un tren
en movimiento (subtitulado al español).
Obra escrita por Howard
Zinn, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Boston
Resumen de Jesús Mario Murillo
La manera oficial como nos enseñan la Historia de Colombia es igual
aquí en los Estados Unidos. Desde el descubrimiento, en el que nos
muestran a Cristóbal Colón como un héroe osado y magnánimo que en
compañía de unos cuantos valientes españoles nos trajo la lengua
castellana, la raza blanca y la religión. Y luego los fundadores,
próceres y padres de la Patria.
Pero lo que en realidad más preocupaba a Colón era ¿dónde está el
oro? Había convencido a los reyes de España a que financiaran su
expedición a estas tierras. En las Indias orientales habría riquezas:
el oro y las especias.
Cuando los barcos se acercaron a tierra, los indios arawaks les
dieron la bienvenida nadando hacia los buques para recibirles. No
conocían el hierro pero llevaban diminutos ornamentos de oro en
las orejas.
Este hecho tuvo terribles consecuencias: Colón apresó a varios de
ellos para que le guiaran a dónde estaba el oro. Allí comenzó la
gran persecución por el oro y poco a poco llevó al exterminio de
la gran población indígena por parte de los conquistadores sedientos
de riqueza. La cruel política iniciada por Colón y continuada por
sus sucesores desembocó en un genocidio completo. Tanto en la tierras
del sur como en las del norte. Lo que hizo Colón con los arawaks
de las Islas Antillas, Cortés lo hizo con los aztecas de México,
Pizarro con los incas del Perú y los colonos ingleses de Virginia
y Massachussets con los indios powhatanos y pequotes.
Entrevista
por Amy Goodman
[DN! - traducido por M. Camps y Democracy Now!]
Howard Zinn, el legendario historiador, escritor y activista
estadounidense falleció la semana pasada a los 87 años.
Su obra más famosa es “La otra historia de Estados Unidos”.
Zinn fue entrevistado por Democracy Now en mayo del
año pasado y habló sobre su libro: “La idea de ‘La otra
historia’ es ir más allá de lo que aprendí en la escuela
o de lo que la mayoría de la gente aprendió en la escuela,
y esa es la historia a través de los ojos de los presidentes
y generales en las batallas libradas en la Guerra Civil.
Y nosotros queremos las voces de la gente, de la gente
común y corriente, rebeldes, disidentes, mujeres, negros,
asiático-estadounidenses, inmigrantes, socialistas y
anarquistas y los agitadores de todo tipo”.
Es pertinente escribir sobre la vida de Howard Zinn
justo cuando comienza el llamado “Mes de la Historia
Negra”. A pesar de que era blanco, Zinn escribió en
forma elocuente sobre la lucha por los derechos civiles
y también formó parte de ese movimiento. Hace cincuenta
años, el 1° de febrero de 1960, cuatro estudiantes negros
ingresaron en la tienda F.W. Woolworth de Greensboro,
Carolina del Norte, y se sentaron en el mostrador que
era “solo para blancos”. Se les negó el servicio, y
regresaron día tras día. Cada día se les sumaban más
personas. El movimiento contra la segregación en restaurantes
se extendió a otras ciudades del Sur. En julio, el mostrador
de Greensboro Woolworth estaba desegregado. Esta semana,
se inauguró el Centro y Museo Internacional por los
Derechos Civiles en el lugar donde se registró la protesta
original.
En el momento de las protestas, Howard Zinn era profesor
del Spelman College, una universidad históricamente
de mujeres negras en Atlanta. Me contó por qué, luego
de siete años de enseñar allí, fue despedido: “Durante
las protestas, las estudiantes del Spelman College se
alzaron, apartándose de ese ambiente tranquilo y controlado
de la universidad. Fueron a la ciudad, fueron arrestadas
y regresaron motivadas y decididas a cambiar las condiciones
de su vida en la universidad que eran muy, pero muy
anticuadas. Vivían en una especie de convento. Entonces
se rebelaron contra la administración, las apoyé en
su rebelión, y eso fue demasiado para la administración
de la universidad.”
Zinn escribió en el epílogo de ‘La otra historia’: “Recién
cuando entré al cuerpo docente del Spelman College fue…que
comencé a leer a historiadores afroestadounidenses que
nunca habían aparecido en mi lista de lecturas en la
enseñanza secundaria. En ninguna etapa de mi formación
en historia había aprendido acerca de las masacres de
los negros, que sucedieron una y otra vez a lo largo
de la historia estadounidense, en medio del silencio
de un gobierno nacional comprometido por la Constitución
a proteger la igualdad de derechos para todos”.
La escritora ganadora del Premio Pulitzer y autora de
“El color púrpura”, Alice Walker, fue alumna de Zinn
en Spelman. Dijo que Howard Zinn fue uno de sus profesores
más divertidos. Recordó por qué había sido expulsado
de Spelman hace décadas “Lo expulsaron porque nos amaba,
y nos mostraba ese amor simplemente al estar con nosotros.
Amaba a sus alumnos. No veía por qué debíamos ser ciudadanos
de segunda clase. No veía por qué no podíamos comer
donde queríamos y dormir donde queríamos, ni estar con
la gente que queríamos estar. Entonces el estaba con
nosotros”.
Hace algunos años, Zinn fue invitado a Spelman para
dar el discurso de la ceremonia de graduación de ese
año y recibir un título honorario.
El reconocido lingüista y disidente político Noam Chomsky,
era un viejo amigo de Zinn: “La frase de él que siempre
resuena en mi cabeza es su admiración y su estudio detallado
de lo que denominó ‘las innumerables pequeñas acciones
de gente desconocida’ que provocaron esos grandes momentos
que forman parte del registro histórico, un registro
que simplemente no se puede comenzar a entender a menos
que se tengan en cuenta esas innumerables pequeñas acciones.
Y él no solo escribió acerca de ellas en forma elocuente,
sino que además participó en ellas”.
Howard Zinn editó, junto con Anthony Arnove, el libro
“Las voces de la otra historia de Estados Unidos”, que
recopila discursos, cartas y otros materiales originales
de esos “desconocidos” que formaron este país. A partir
del libro se hizo un documental con la participación
de celebridades, que se estrenó en el History Channel
apenas semanas antes de la muerte de Zinn. Matt Damon,
el productor ejecutivo, le dio una gran difusión popular
a ‘La otra historia’ en la famosa película ‘En busca
del destino’ (Good Will Hunting, en inglés), cuando
su personaje, Will, le recomienda el libro a su psiquiatra.
Matt Damon fue vecino de Zinn en Newton, Massachusetts,
y lo conocía desde los 10 años.
En mayo del año pasado, cuando entrevisté a Zinn, reflexionó
sobre los primeros meses de gestión de Barack Obama:
“Ojalá el Presidente Obama escuchara con atención a
Martin Luther King. Estoy seguro de que le rinde homenaje
verbal, como hace todo el mundo, a Martin Luther King,
pero debería pensar antes de enviar misiles a Pakistán,
antes de acordar este enorme presupuesto militar, antes
de enviar soldados a Afganistán. Debería preguntarse:
‘¿Qué haría Martin Luther King? ¿Qué diría Martin Luther
King de esto?’ Y si escuchara a King, sería un presidente
diferente del que está resultando ser hasta ahora. Creo
que debemos hacer que Obama mantenga su promesa de ser
diferente y osado, y producir un cambio. Hasta ahora
no ha cumplido esa promesa”. Howard Zinn, 1922 – 2010,
te extrañaremos.
“Quiero hacer resaltar
aquí, dice el autor, no es el hecho de que debamos acusar, juzgar
y condenar a Colón in absentia, al contar la historia. Ya pasó el
tiempo de hacerlo: sería un inútil ejercicio académico de moralista.
Quiero hacer hincapié en que todavía nos acompaña la costumbre de
aceptar las atrocidades como el precio deplorable pero necesario
que hay pagar por el progreso (Hiroshima y Vietnam, por ejemplo,
para salvar la civilización)".
Jamestown, la primera colonia permanente de los ingleses en las
Américas, se estableció dentro del territorio de una confederación
india liderada por el jefe Powhatan. Este observó la colonización
inglesa de sus tierras, pero no atacó manteniendo una posición de
calma. Cuando los ingleses sufrieron la hambruna de 1610 se acercaron
a los indios para poder comer. Surgieron conflictos así que los
ingleses creyéndose humillados enviaron soldados para “vengarse".
Atacaron un poblado indio y mataron a quince indios, quemaron sus
casas, cortaron el trigo y se llevaron en barcos a la reina de la
tribu y a sus hijos, y acabaron por tirar los hijos por la borda,"haciéndoles
saltar la tapa de los sesos en el agua". A la reina se la llevaron
para asesinarla a navajazos. Doce años después, los indios alarmados
por el crecimiento de los poblados ingleses intentaron eliminarlos
de una vez por todas. Hicieron una incursión en la que mataron 347
personas. Desde entonces se declaró una guerra sin cuartel.
Al no poder esclavizar a los indios, y no pudiendo convivir con
ellos, los ingleses decidieron exterminarlos. Según el historiador
Edmund Morgan, “en el plazo de dos o tres años desde la masacre,
los ingleses habían vengado varias veces todas las muertes de ese
día".
Powhatan había dirigido una petición a John Smith pidiéndole por
favor, que los dejaran en paz, ¿por qué toman Uds. por la fuerza
lo que podrían obtener por vía pacífica? ¿por qué quieren destruir
lo que los abastece de alimento? ¿por qué nos tienen envidia? Estamos
desarmados y dispuestos a dar lo que nos pidan si vienen en son
de amistad.
Detrás de la invasión inglesa de Norteamérica, detrás de las masacre
de indios, detrás de sus engaños y su brutalidad, yacía ese poderoso
y especial impulso moralmente ambiguo, la necesidad de espacio,
de tierras, el deseo de propiedad y de dominio.
Los “sacrificados" fueron los indios. No les dieron derecho a tomar
la decisión. Más allá de todo ello, ¿cómo podemos estar seguros
de que lo que se destruyó fuese inferior?
Colón y sus sucesores no aterrizaban en un desierto baldío; poblado
por más de 75 millones de personas de las cuales 25 millones estaban
en América del Norte. Donde eran más igualitarias las relaciones
humanas que en Europa y donde las relaciones entre hombres, mujeres,
niños y naturaleza quizás estaban más noblemente concebidas que
en ningún otro punto del globo. John Collier, un estudioso americano
que convivió con los indios comentó de su espíritu: “Si pudiéramos
adoptarlo nosotros, habría una tierra eternamente inagotable y una
paz que duraría por los siglos de los siglos".
“No hay en la historia mundial en el que el racismo haya tenido
un papel tan importante y durante tanto tiempo como en los Estados
Unidos". Son 350 años de menosprecio, odio, piedad o paternalismo
hacia los negros. Y por extensión hacia otras razas que no sea la
blanca. Ahí entraba el indio como raza inferior. Al no poderlo esclavizar,
los ingleses acudieron a la importación de esclavos africanos.
Todo lo malo: los robos, los homicidios, las violaciones, eran culpa
de los indios. Los indios eran los malos de la película. Hay que
mirar el viejo cine. Y los negros la gente mas vulgar e ignorante
que no merecían otra cosa que ser esclavos.
Los padres de la patria que redactaron la Constitución, supuestamente
modelo para los demás países del mundo, hablaron de la igualdad
de todos los hombres, pero no incluyeron a los indios, ni a las
mujeres ni a los negros. Tampoco a los blancos pobres. Solo tenían
derecho al voto los blancos con propiedad territorial. El Congreso
Continental estaba dominado por los ricos. Morgan resume la tipología
clasista de la revolución en estas palabras:"El hecho de que las
clases bajas estuvieran involucradas en el conflicto era por lo
general una lucha por los puestos de mando y el poder entre los
miembros de la clase privilegiada: los nuevos contra los ya establecidos".
Jackson en su mensaje al Congreso en 1830, señaló el hecho de que
los choctaws y los chicasawas ya había mostrado su conformidad con
el éxodo hacia el Oeste. “Nadie puede atribuirse una disposición
más amistosa hacia los indios que yo…y ahora nos proponemos adquirir
los territorios ocupados por los pieles rojas del Sur y del Oeste
con intercambios justos…" decía.
Los indios comenzaron a morirse de hambre en el camino. Habían salido
de un estado general de relativa abundancia a uno de desdicha general
y necesidad. Decía un coronel del ejército: “Están cabizbajos, aterrorizados,
sumisos y deprimidos, con la sensación de que no tienen protección
en los Estados Unidos ni capacidad para autoprotegerse".
¿Y qué pasó con los negros? El apoyo de los Estados Unidos a la
esclavitud estaba basada en un hecho incontrastable: en 1790 el
sur producía mil toneladas anuales de algodón. En 1860 la cifra
había subido a un millón y en el mismo período se tiempo se pasó
de 500 mil esclavos a 4 millones.
Sus condiciones de vida iban de mal en peor. John Brown se levantó
en rebelión en 1857. Fue ahorcado por el estado de Virginia con
la aprobación del gobierno nacional. Era ese mismo gobierno quien
tímidamente aplicaba la ley que tenía que acabar con el comercio
de los esclavos.
Lincoln le decía a un amigo: “Confieso que odio ver cazadas a las
pobres criaturas…pero me muerdo la lengua y guardo silencio". Se
oponía a la esclavitud pero no podía ver a los negros como a sus
iguales. En Charleston, sur de Illinois, dijo en 1858: “No estoy
ni nunca he estado a favor de equiparar social y políticamente a
las razas blanca y negra (aplausos); que no estoy, ni nunca he estado,
a favor de dejar votar ni formar parte de los jurados a los negros,
ni dejarles ocupar puestos en la administración, ni de casarse con
blancos". Hizo la guerra de secesión no tanto para liberar a los
negros como para combinar los intereses de los muy ricos y los de
los negros en un momento en que esos intereses se encontraron. Y
pudo vincular estos dos intereses con los de un sector creciente
de americanos: los nuevos ricos blancos, de clase media con sus
ambiciones económicas e inquietudes políticas.
Estados Unidos se preocuparon de salvar las democracias en el mundo:
por eso invadieron a México, (“No tomamos nada por conquista, gracias
a Dios",le dijo el General Taylor al Presidente Polk), a las Filipinas,
a Cuba, a Nicaragua, a Vietnam, a Panamá, a Grenada, y ahora a Iraq.
Entraron a la primera Guerra Mundial para afianzar su poder y luego
a la segunda Guerra para consagrarse como los defensores de la libertad
y lograr la hegemonía como el país más poderoso y "magnánimo" del
mundo.
La idea de “los salvadores" ha sido incorporada a toda la cultura,
más allá del fenómeno político. Algunos americanos rechazan esa
idea y se rebelan. Hasta ahora estas rebeliones han sido reprimidas.
Las rebeliones de los negros nunca tuvieron éxito. Fue necesaria
la intervención bélica a nivel federal para lograr la abolición
de los esclavos. El sistema americano es el sistema de control más
ingenioso de la historia mundial.
En un país tan rico en recursos naturales, talento y mano de obra,
el sistema puede distribuir la riqueza justa a la cantidad de personas
justa para contener el descontento de una minoría molesta. Es un
país tan poderoso, tan grande y que tanto agrada a tantos de sus
ciudadanos, que puede permitirse el lujo de conceder la libertad
de disidencia a una pequeña minoría que no está satisfecha. Ahí
está Hollywood crítico, las uniones , las grandes manifestaciones
contra la guerra y las marchas por la reforma migratoria. Nada cambia.
El gobierno sigue impertérrito: “Yo soy el que hago las decisiones"
dijo Bush ahora con su “nuevo" plan para Iraq.
Sigue un 1% de la nación poseyendo la tercera parte de la riqueza.
Sigue el presupuesto de la defensa el más alto de todos los países
de la tierra. Con ese dinero se podrían resolver los más graves
problemas de la humanidad. Pero enriquece más a los que tienen.
Las leyes son hechas por ese 1% y a su favor. Todo lo que va contra
sus intereses es “ilegal".