Una vida hermosa

Andrés Framini (1914-2001)

Foto: Tres legendarios dirigentes de la Resistencia Peronista: Juan «El Chancho» Lucero, Andrés «El Negro» Framini y Envar «Cacho» El Kadri, en 1982.

Secretario general de la Asociación Obrera Textil, tras el derrocamiento de Perón Andrés Framini comandó junto al sindicalista Armando Cabo y los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, el Movimiento de Recuperación Nacional que sería salvajemente reprimido luego de la asonada del 9 de junio de 1956 con el fusilamiento de 27 civiles y militares.

Impulsor de la llamada CGT Auténtica, fue uno de los principales líderes de la Resistencia Peronista. Integró el consejo directivo de la CGT, la conducción de las 62 Organizaciones, impulsó el congreso sindical de La Falda y tuvo una destacada actuación en el plenario de las 62 organizaciones de Huerta Grande; integró el Comando Táctico Peronista y fue candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el peronismo en las elecciones de 1962, en las que se impuso con amplitud, aunque el resultado fue desconocido por el gobierno de Frondizi, quien, presionado por los militares, intervino la provincia.

En 1974 creó junto a otros históricos dirigentes la agrupación Peronismo Auténtico y un año después el Partido Peronista Auténtico, expresión electoral de los sectores vinculados a la Juventud Peronista y la organización Montoneros.

Férreo opositor a las políticas neoliberales de Carlos Menem, en sus últimos años integró el Polo Social liderado por el sacerdote Luis Farinello.

Una vida hermosa

Andrés Framini falleció el 9 de mayo de 2001, en circunstancias peculiares. Ese día, con 86 años, asistió a un acto de homenaje a Eva Perón, en el local del sindicato de trabajadores estatales ATE de la CTA, donde pronunció un discurso y presenció la película Perón, sinfonía del sentimiento de Leonardo Favio, estaba muy emocionado. En esas circunstancias sufrió un ataque cardíaco que le causó la muerte inmediata.

El dirigente Juan Carlos Dante Gullo diría entonces: «Andrés murió militando, haciendo un discurso, escuchando un poema a Evita, viendo la película de Favio, en un acto, en un sindicato, en su casa con su gente… Murió luchando. Murió como él lo hubiera querido. Murió como lo que vivió. ¡Una vida hermosa!».