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Política latinoamericana
El imperio: la guerra y la paz
Por Raúl Isman
No sólo por su estilo prepotente y rapaz el águila es la representación
simbólica y gráfica del imperialismo. Es que la violencia es su modo natural de
existencia; en lo interno y en lo externo, con(tra) los hombres y por la
destrucción de la naturaleza. La guerra- desarrollada en todas sus formas, aún
en las inimaginables- es el único modo en que puede dinamizar su economía
depredatoria y sostener su dominio sobre los pueblos y naciones. Veamos algunos
ejemplos: en su voracidad por alimentar con petróleo las insaciables bocas de
sus máquinas y perforando la corteza terrestre sub-acuática se produjo uno de
los accidentes ecológicos más graves de toda la historia, si no el peor. Las
consecuencias aún no pueden mensurarse adecuadamente; pero no es ocioso apuntar
que en todo serán comparables con una guerra terriblemente destructiva. Franjas
enteras de la producción en los propios E.E.U.U. destruidas, catástrofes
climáticas en regiones muy lejanas, muerte por doquier, naturalezas muertas y no
nos referimos a obras pictóricas son algunos de los resultados que ya se
verifican.
Tras los tanques que empiezan las tareas, los grandes massmedia globalizados,
vienen los marines a completar la labor de sujeción, cuando “la prensa libre”
resulta insuficiente. ¿Será para impulsar el multiculturalismo que los E.E.U.U.
mantienen bases y tropas operantes en Haití, Panamá, Costa Rica, Méjico,
Colombia, Perú, por citar sólo los territorios latinoamericanos? Como dijera
oportunamente el líder de ls revolución bolivariana no tendríamos problema
alguno con el país fundado por George Washington si ellos no nos invadiesen, no
fomentasen los golpes de estado, no llenasen nuestros medios de comunicación con
su discurso embustero o no nos llenasen de iglesias conservadoras y espías
disfrazados de O.N.G.
Si trazamos un mapa veremos indudablemente que los principales focos de
intervención de los E.E.U.U. se hallan originados en la necesidad de apoderarse
de recursos naturales. Por ello no puede sorprender que la última de sus
amenazas se dirigiese contra la revolución bolivariana, utilizando para ello al
peón colombiano, verdadera Malinche de la posmodernidad. El oro negro que el
comandante Chávez supo reconquistar en favor de su pueblo y su patria atrae como
imán a los buitres imperialistas. Observese que existe una perfecta simetría y
correlación entre destruir la naturaleza para extraer petróleo (Golfo de Méjico)
y guerrear en sitios muy lejanos (Irak), que le dan congruencia a la política
imperial. Pero la rapiña no es la única motivación. A despecho de los dichos de
una dirigente opositora argentina- que tiene hacia los E.E.U.U. la misma actitud
que cierta Mónica con un ex presidente de ese país- el fogonero de la hipotética
y no declarada guerra de Colombia contra Venezuela no es la cuna de la
revolución bolivariana: en realidad se trata del imperio del norte que busca
desarticular la creciente unidad latinoamericana por la segunda independencia.
La Patria de Bolívar por su peso político y recursos es decisiva en la
articulación del bloque popular. Las amenazas de guerra procuran- en su
hipótesis de mínima- debilitar y desestabilizar. De máxima: tumbar el magnífico
proceso de transformaciones conducido por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías
y que se proyecta hacia otros países mediante el A.L.B.A.. El éxito de los
planes imperialistas no afecta sólo al pueblo venezolano. El retroceso lo vivirá
toda nuestra América. En defensa de la independencia de esta parte del mundo
todos tenemos algo que aportar. Los movimientos sociales los pueblos en general
y los gobiernos menos comprometidos con la barbarie imperialista tienen la
palabra. Y si es necesario, la acción.
Agosto de 2010
Fuente: Redacción Popular
Sociología
Los origenes del
medio pelo y los primos pobres *
Por Arturo Jauretche
El medio pelo procede de dos vertientes. Los primos pobres de la alta clase, y
los enriquecidos recientes.
Al hablar de la composición de las clases medias y la incorporación a las mismas
del sector de gente principal que no participando de la prosperidad de la clase
alta, en el momento de la expansión agropecuaria y el vertiginoso
enriquecimiento de los terratenientes argentinos, se señaló que algunos grupos
de los económicamente desclasados no renunciaron a sentirse parte de la alta
sociedad y mantuvieron, casi heroicamente, la ficción de su pertenencia.
Son los primos pobres de la oligarquía. Así los calificaba un miembro de la
clase alta que me decía:
Son esos parientes remotos que te van a esperar al puerto cuando llegás de
Europa. Uno ni los recuerda, pero tiene que ser cortés y comprenderlos... Ellos
te comentan todas las pruebitas que has hecho en Saint Moritz, lo que perdiste o
ganaste en Monte Carlo, los yates en que estuviste embarcado en el Mediterráneo
y las Villas de que fuiste huésped en la Riviera. Conocen al dedillo los modelos
que estrenó tu mujer y todos los chismes y cotorreos que han circulado por la
'Colonia' en París.
Lo desagradable es que uno por corresponder a tanta preocupación quiere ensayar
la reciprocidad y les equivoca los apellidos, y con mayor razón los
sobrenombres. Fijate que a uno bigotudo a quien le llaman "Macho" le dije
"Cototo'', confundiéndole con otro recontra-primo que es medio "para que me han
dado esta escopeta"... Uno les confunde hasta los padres y les pregunta por la
tía Aurelia, creyendo que es la madre cuando le advierten horrorizados que la
tía Aurelia murió hace veinte años y soltera...
Son difíciles, muy difíciles. Además, uno resulta hasta vulgar, pues sus modos
de hablar y tocar los temas es tan cuidadosa, que se tiene la sensación de ser
poco bien...
En el fondo, son los parientes pobres que pinta Silvina Bullrich en "Los
Burgueses'', a los que ya me he referido en una cita.
Muchas de esas familias vivían antes de la aparición del "medio pelo" como
exiliados en el tiempo, recordando el landó de la abuelita cuando la "familia
figuraba", y "esos de la otra cuadra" se bajaban de la vereda para darles paso.
"Esos de la otra cuadra" eran motivo de un tema frecuente, pues lo mismo podía
tratarse de unos "mulatitos" que llevan el mismo apellido porque fueron esclavos
de los tatarabuelos, que de los nietos de un "galleguito" al que el abuelo
Gervasio hizo nombrar portero de la escuela, y parece que lo ha olvidado desde
que progresaron. Tenían en esto memoria de elefante y minuciosidades de hormiga.
Vivían nostálgicos del ayer y como todo "tiempo pasado fue mejor", atribuían su
situación actual a una especie de falta de respeto de los tiempos modernos que
los había marginado de la primera línea, a la que en realidad nunca
pertenecieron.
(En la estructura de la sociedad tradicional, en razón de la distancia que los
separaba de los de abajo, el criollaje de la clase inferior y los "gringos" que
empezaban a llegar, pero que todavía no hacían sombra con sus pretensiones de
importancia, su papel fue, por comparación, de más alto rango).
Algunos reaccionaban con un nacionalismo cerril que los enfrentaba con la
ideología "liberal" de la clase a que creían pertenecer. Mentalmente se ubicaban
cumpliendo su función de élite conductora, pero no ya desde el landó de la
abuela; les era agradable imaginarse en un Cadillac pasando rápido ante los
gauchos a caballo, con plata en los aperos, y saludando respetuosamente:
—¡Adiós, patroncito! —¡Que te vaya bien, m'hijo!... Una especie de Arcadia
pastoril y tecnificada a la vez, pero donde cada uno está "donde debe estar". La
mayoría y especialmente las mujeres seguían cultivando los mitos culturales de
Europa civilizadora prefiriendo trasladar la culpa de los tiempos modernos a la
incapacidad de los miembros masculinos de la familia, "inútiles como todos los
criollos".
Ese galimatías era el tema obligado de toda reunión entre la gente del mismo
grupo, y sus contradicciones eran imperceptibles para los contertulios porque la
esencia del tema era la nostalgia.
Pero mejor ilustrará sobre esa mentalidad, la trascripción de unas líneas de una
escritora contemporánea que por su gusto y cultura está más cerca de la alta
clase ausentista, pero cuya extracción social y actitud psíquica corresponde a
lo que estoy señalando. Se trata de Alicia Jurado en su biografía de Jorge Luis
Borges (Ed. Eudeba, 1984). Es la versión femenina del grupo.
Dice de su biografiado: "Intelectualmente es demasiado argentino para ser
nacionalista y no ha hecho sino heredar la vieja tradición criolla de mirar
hacia Europa; reprocharle esta preferencia es ignorar el pensamiento de las
viejas generaciones ilustradas que nos precedieron.” Y aquí se tira con todo
contra los nacionalistas: "La admiración por la mazorca, las tacuaras, el
gaucho, la cultura diaguita y la bota de potro, es un invento relativamente
reciente de los extranjeros que inmigraron al país, fatigados sin duda de los
excesos de la civilización y deslumbrados por lo que suponen los encantos del
salvajismo. Las antiguas familias argentinas están ahítas de barbarie desde hace
tiempo para entusiasmarse con ninguno de sus símbolos; prefieren imitar a sus
bisabuelos y buscar ejemplo en los países que la dejaron atrás". "Borges, en
este aspecto, no difiere de los hombres que construyeron, en el último siglo, la
estructura precaria y amada que hoy preferimos no llamar patria porque las
palabras país o nación son más vagas y les duelen menos y nos sugieren menos
comparaciones amargas." Para salvarnos de esa amargura, Borges "está realizando
la tarea patriótica de mostrar al extranjero que en la Argentina hay algo más
que un puñado de indígenas en vía de extinción y una creciente turba de indios
vocacionales".
Lo que no impide que más adelante diga: "Borges escribe sobre tapias rosadas,
aljibes y patios, gauchos y compadritos, próceres y montoneros; escribe, en una
palabra, sobre la Argentina, de su añoranza." Pero la Argentina de los aljibes
en lugar del agua corriente, y los montoneros en lugar del ejército moderno no
se concilia muy bien con los ejemplos buscados por los bisabuelos y así la
añoranza se compone de elementos tan contradictorios unos como el Cadillac y los
gauchos con chapeado de plata, gratos a la imaginación nacionalista que biógrafa
y biografiado repudian. Es cierto que le endosa la contradicción a Borges: “Si
yo tuviera que reprocharle algo a Borges, sería más bien esa nostalgia por tipos
tan repugnantes como el compadrito y el matón, más dignos del olvido que de la
inmortalidad literaria."
Le reprocha a Borges esa nostalgia pero a renglón seguido le sale una propia que
termina por identificarse con el del grupo social a que me estoy refiriendo: "Si
lo hiciera —es decir, reflejará el país como reclaman algunos críticos a
Borges"— sobre la realidad nacional que hoy vivimos, tendría que limitarse a
temas, casas, hablares y psicología de italianos, que constituyen la esencia de
la argentinidad del siglo XX. Es natural que a los nacionalistas, casi todos
recién llegados al país, les ofenda la nostalgia de Borges por una patria que no
les perteneció y que ellos han contribuido a borrar."
En definitiva: a Doña Alicia no hay p... atria que le venga bien; la de ayer por
bárbara, la de hoy por gringa, y gringos son los nacionalistas que la quieren
acriollar, y criollos los abuelos que la quisieron agringar. Es un europeismo
que consiste en mirar el aljibe desde la ventanita del cuarto de baño: el agua
corriente para uno y el balde para los otros.
Pero mejor es no tratar de explicar este galimatías que no es el resultado de un
proceso consciente, como en el grupo que caracteriza, sino la subconsciente
evasión hacia un mundo imaginario que traduce en resentimiento contra el país
real, la nostalgia de una supuesta situación perdida.
* Fragmente de “El medio pelo en la sociedad argentina”,
de Arturo Jauretche, editorial Peña Lillo, 1966
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Política
Internacional
La
jibarización del intelectual orgánico
Política
Nacional
Testigos en peligro *
Por Hugo Presman
La condición humana es inescrutable. Las sociedades que conforman los seres
humanos contienen misterios inexplicables. Un ciudadano moderno chatea con un
desconocido a miles de kilómetros de distancia al tiempo que ignora al vecino
del departamento de enfrente. Nuestro país es el que con más intensidad y
profundidad ha juzgado a los asesinos que instigaron y perpetraron el terrorismo
de estado: actualmente cerca de un millar de imputados están presos con
sentencia o bien preventivamente a la espera del juicio. Crímenes cometidos hace
más de tres décadas. En los años de noche y niebla. En aquellos donde ser joven
o usar barba era una presunción de
constituir un peligro para la sociedad. Ese período nefasto de los Falcón
verdes, militares encapuchados, geografía surcada por campos de concentración,
desmantelamiento del modelo económico de sustitución de importaciones,
desaparecidos, aviones arrojando personas vivas al río o al mar, quema de
libros, el estado como terrorista, el miedo amordazando a una
sociedad.
En ese escenario Jorge Julio López fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 por
el grupo de tareas de Miguel Echecolatz, mano derecha de Ramón Camps. Este
modesto albañil pasó por distintos campos y sufrió torturas
compartiendo cautiverio en la unidad 9 de La Plata con Juan e Isidoro Graiver.
También relató su cautiverio con Francisco López Muntaner, unos de los jóvenes
asesinados en " La noche de los Lápices". Su minucioso y conmovedor relato sobre
las torturas y fusilamiento de Patricia Dell' Orto y su compañero Ambrosio de
Marco, con quienes habían militado en una Unidad
Básica de Los Hornos; y la imputación directa de esos fusilamientos a Echecolatz,
llevó a éste a ser condenado a pasar el resto de su miserable vida en la cárcel
de Marcos Paz. Los gritos de Patricia reclamando no ser
fusilada para poder criar a su hija, fue un compromiso con la vida que asumió
integralmente López: sobrevivir para "dar testimonio". Fue liberado el 25 de
junio de 1979, exactamente un año después que Argentina ganara el Campeonato
Mundial de Fútbol.
Es difícil pensar que un 18 de septiembres del 2006, en democracia, luego de dar
su valiente testimonio y cuando salía de su casa para escuchar la sentencia al
despreciable ex comisario, algunos lo secuestraron y nada se sabe de él a cuatro
años de su desaparición.
Como siempre, las irregularidades atraviesan la presunta investigación. La
inacción de la policía bonaerense, la plantación de pruebas y la destrucción
de las posibles pistas, la provocación de la aparición de las llaves en el
jardín de la casa de López, las pericias contrapuestas, la gendarmería afirmando
que hacía poco tiempo que las llaves estaban en ese lugar, la bonaerense que
hacía tres meses. Luego el apartamiento de la policía de la provincia de Buenos
Aires y que el juez Corazza le diera el expediente a la secretaría especializada
en delitos de lesa humanidad que apuntó a los afectados por las declaraciones de
López. La abogada de la familia, Guadalupe Godoy le comentó a Tiempo Argentino:
"Lo que vimos en los pocos meses que la secretaría especial de Juan Martín
Nogueira investigó en ese
sentido, con los allanamientos en Marcos Paz, es el entramado de coordinación
entre los penitenciarios, la policía, la marina y los imputados en los juicios".
El gobierno que ha manifestado una elogiable voluntad política de juzgar y
castigar los horrores perpetrados hace más de tres décadas, no ha tenido la
misma firmeza para descubrir lo que pasó con esta víctima y testigo valeroso. Es
la contradicción mencionada al principio: Un ciudadano moderno chatea con un
desconocido a miles de kilómetros de distancia al tiempo que
ignora al vecino del departamento de enfrente. Se ha puesto decisión política
hacia atrás y parsimonia hacia esta desaparición actual sumida en el misterio,
cuando se dispone de herramientas para encontrar la verdad, más allá de fuerzas
de seguridad penetradas por la corrupción, la ineficiencia,
la impericia y la complicidad.
La presidenta no lo tiene presente a Jorge Julio López en sus discursos
vigorosos de defensa de los derechos humanos. Una omisión misteriosa. La
oposición, en su mayoría alejada de esta bandera, no lo ha tomado ni siquiera
para erosionar al gobierno. El periodismo en forma casi generalizada lo ha
vuelto a desaparecer, incluso nosotros en EL TREN(1), en donde no le hemos
dedicado el espacio y la persistencia que el secuestro
ameritaba. No se levantó " no nos olvidemos de López." ¿ A qué se debió? ¿Hay
desaparecidos de primera y desaparecidos de segunda? Jorge era albañil. ¿Será
por eso que nosotros, como sociedad levantamos una pared de
indiferencia?
Y tal vez lo de Jorge (familiarmente Tito), la impunidad de su desaparición,
facilitó el sospechoso asesinato de otro testigo: Silvia Suppo.La desaparición
de Jorge Julio López es un baldón ilevantable de estos 27 años de democracia.
Los testigos desaparecidos o muertos no han amedrantado a otros testigos. Esa es
la otra cara alentadora de un mismo drama. Más allá
de las profundas ausencias y deficiencias del Estado. De esa tragedia argentina
que mezcla el horror más profundo con la gesta de Madres y Abuelas de Plaza de
Mayo. El profundo misterio de lo inescrutable de la condición humana. Echecolatz
y López. El esbirro y la víctima. El asesino y el testigo que con coraje da
testimonio por los que no están. Hasta que como testigo en
peligro, él vuelve a desaparecer. El gobierno debe encontrar una
explicación. En democracia nadie se puede evaporar sin que una real
investigación encuentre pistas para dilucidar el misterio. A cuatro años de
distancia, el esclarecimiento de lo ocurrido se vuelve improbable. Pero como
siempre sostuvieron las madres: " La única batalla que se pierde es la que se
abandona"
18-09-2010
* Enviado por el autor
Política
Latinoamericana
Veterano de la CIA
detrás del Golpe en Ecuador
Por Eva Golinger
El ex director de la misión especial para Venezuela y Cuba de la Dirección
Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Norman Bailey, ha liderado una
operación para desestabilizar al gobierno de Rafael Correa
Al pueblo ecuatoriano no le extraña que el gobierno de Estados Unidos esté
detrás del último intento de golpe de Estado en su país. Una encuesta realizada
por la firma estadounidense Asisa luego de los acontecimientos el pasado 30 de
septiembre en Ecuador, revela que más de 50% de los consultados creen que
Estados Unidos apoyó la revuelta contra el Presidente Rafael Correa.
El ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia, Philip Agee, relató en los
años setenta, en su libro “Diario de la CIA”, como él mismo lideró la operación
para socavar al gobierno progresista de José María Velasco Ibarra en Ecuador
hasta lograr sacarlo del poder bajo fuerza. Agee cuenta como la CIA penetró e
infiltró organizaciones sociales, movimientos políticos, medios de comunicación
y sindicatos - de derecha y de izquierda - y hasta alcanzaron captar y reclutar
agentes dentro de las instituciones gubernamentales para sabotear al estado
desde adentro. La operación fue muy eficiente y solo tardó un año para que
cayera el gobierno de Velasco.
Velasco fue reemplazado por el Vice Presidente Julio Arosemana, quien
rápidamente perdió el visto bueno de Washington por su relación estrecha con
Cuba, y fue derrocado en un golpe militar el 11 de julio de 1963, también
patrocinado por la CIA.
El “sicario económico confesado”, John Perkins, luego cuenta en su libro
“Confesiones de un Sicario Económico” como Washington asesinó al Presidente
Jamie Roldós Aguilera, un progresista ecuatoriano quien murió en un “extraño”
accidente aéreo en 1981, apenás dos años después de asumir el poder.
Perkins también intuyó que algo parecido podría suceder al Presidente Rafael
Correa, debido a sus políticas anti-neoliberales, sus relaciones con Venezuela,
Cuba e Irán, y su política petrolera que buscaba “retomar” el control de la rica
industria petrolera en Ecuador para beneficiar al desarrollo de su país.
Y lo pensado se hizo realidad el pasado 30 de septiembre, cuando fuerzas
golpistas intentaron ejecutar un golpe de Estado, o en lo alternativo, asesinar
al Presidente Correa.
La policía nacional infiltrada por la embajada de Estados Unidos, hecho
comprobado en un informe oficial del Ministerio de Defensa de Ecuador en 2008,
fue el organismo que provocó la crisis el jueves pasado. Y fichas de la Escuela
de las Américas, como el Coronel Manuel E. Rivadeneira Tello, lideraron los
esfuerzos para asesinar al Presidente Correa, disparando contra el carro
presidencial durante su rescate.
Pero hay otra figura quien desde las sombras ha estado manejando la campaña de
desestabilización contra el gobierno de Correa, penetrando e infiltrando los
movimientos indígenas y las organizaciones sociales y políticas de la
“izquierda”.
Philip Agee contó hace décadas como la Agencia Internacional del Desarrollo de
Estados Unidos (USAID) fue utilizada como fachada de la CIA para canalizar
fondos a organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos y medios de
comunicación. Y en los años ochenta, el gobierno estadounidense creyó otra
entidad para realizar este trabajo, pero con una fachada más legítima.
En 1983 nació la National Endowment for Democracy (NED), creada por una
legislación del Congreso de Estados Unidos. Su misión era “promover la
democracia” en el mundo. Fue un proyecto impulsado por el gobierno de Ronald
Reagan y sus asesores más cercanos, entre ellos, Norman A. Bailey, entonces
Asistente Especial del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional.
La NED fue primero utilizada en Nicaragua para desestabilizar al gobierno
Sandinista. Lograron su objetivo luego de seis años de trabajo duro, penetrando
e infiltrando todos los sectores de la sociedad civil para alimentar el
conflicto y desgastar al pueblo. Luego de su éxito en Nicaragua, la NED se ha
convertido en la agencia principal de financiamiento y asesoría a movimientos de
la “sociedad civil” que favorecen y trabajan a favor de los intereses
estadounidenses. En Venezuela, la NED financió a todos los grupos involucrados
en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez en abril 2002, y ha seguido
financiando a la oposición desde entonces.
Dónde hay un gobierno que no le conviene a la agenda estadounidense, allí está
la NED, financiando la desestabilización. Ecuador no se escapa de esta triste
realidad.
NORMAN BAILEY, VETERANO DE LA CIA
Grupos involucrados en el último intento de golpe contra Ecuador tienen vínculos
con la NED y la USAID. Pero una conexión en particular evidencia la profunda
operación que Washington tenía en marcha contra el gobierno de Rafael Correa.
En 12 de julio de 2005, el jefe de comunicaciones de la División Estratégica de
Desarrollo de la USAID en Ecuador envió un correo electrónico a los otros
representantes de la USAID en Quito, expresando su preocupación por la
influencia “chavista” en Ecuador. El mensaje incluyó una seria de textos
supuestamente demostrando la creciente relación entre Venezuela, Cuba y Ecuador.
Justo ese mismo año fue fundado la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador
(CEIE), organización encargada de “promover el desarrollo económico local y
regional de las poblaciones indígenas”. En Ecuador, es bien conocido que los
votos del sector indígena son fundamentales para gobernar de manera efectiva.
Los candidatos que logran el apoyo de las redes y movimientos indígenas son
normalmente los candidatos que ganan las elecciones ecuatorianas, y el Ecuador
tenía elecciones presidenciales el año siguiente, en 2006.
CEIE nació con financiamiento de la NED y la USAID, creada por Ángel Medina,
Mariano Curicama, Lourdes Tibán, Fernando Navarro y Raúl Gangotena.
Curiosamente, entre sus tres “miembros honorarios”, figura Norman Bailey, agente
de inteligencia de Estados Unidos y experto en operaciones clandestinas.
Bailey estuvo en el Ejército de Estados Unidos dónde se especializó en
inteligencia estratégica. Fue economista de la empresa petrolera Mobil
International Oil, estudiando y analizando el sector petrolero mundial. Fundó la
empresa Overseas Equity Inc, que suministraba asesoría al sector financiero
internacional y luego se juntó a la firma banquera Bailey, Tondu, Warwick & Co.,
asumiendo la presidencia. La firma se dedicaba a las transaciones financieras de
deudas en los países en desarrollo.
En 1981, Bailey fue nombrado Asistente Especial del Presidente Ronald Reagan
para Asuntos de Seguridad Nacional y Director de Asuntos Económicos
Internacionales en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. A partir
del 1984, Bailey fue asesor a distintas agencias gubernamentales, corporaciones,
bancos, instituciones financieras y empresas multinacionales en cinco
continentes.
En 2006, el entonces Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, John
Negroponte, decidió crear la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y
Cuba. Nombran a Norman A. Bailey para presidir dicha “misión”.
Fue primera vez en la historia estadounidense que la comunidad de inteligencia
creyó “misiones especiales” de alto nivel para distintas países. Solo tres
misiones fueron creadas en 2006: para Irán, Corea del Norte y Venezuela/Cuba.
Con un presupuesto multimillonario, Bailey incrementó las operaciones de
desestabilización contra los gobiernos de Venezuela y Cuba. Al mismo tiempo,
cualquier otro gobierno o movimiento en la región que se asociaba con Venezuela
o Cuba estaba sujeto a las operaciones clandestinas de Bailey.
Aunque en 2007, Bailey salió de la Misión Especial de Inteligencia para
Venezuela y Cuba, se mantuvo como “miembro honorario” de la CEIE en Ecuador.
Bailey también seguía, y sigue, “asesorando” al gobierno estadounidense en
asuntos de inteligencia.
CEIE tiene vínculos estrechos con los dos principales movimientos indígenas en
Ecuador – y los dos movimientos políticos de “izquierda” que más han salido a
criticar y oponerse al gobierno de Rafael Correa.
De los cinco fundadores de CEIE, las conexiones de cuatro de ellos con el
gobierno de Estados Unidos son asombrosos.
- Ángel Medina también es fundador y presidente de la Fundación Q’ellkaj, otra
organización financiada por la USAID y NED que intenta penetrar y captar fuerzas
dentro de la gran comunidad indígena ecuatoriana.
- Fernado Navarro es Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio del
Ecuador, obviamente representando los intereses empresariales e intentando
influir sobre la comunidad indígena a favor del sector financiero. La Federación
de Cámaras de Comercio del Ecuador también ha recibido financiamiento de la NED
y la USAID.
- Raul Gangotena ha sido Consultor del Banco Mundial, becario del Departamento
de Estado con un Fulbright, fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos del
2003-2005 e Investigador de la NED en 2005, justo cuando fue fundada la CEIE. Es
además curiosa que Gangotena fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos al
mismo tiempo que trabajaba para la NED. Esto evidencia la profunda penetración
de Estados Unidos en la política ecuatoriana.
- Lourdes Tibán fue Asesora del Consejo Político de la ECUARUNARI, organización
fundadora de la CONAIE, que es el movimiento político indígena ecuatoriano de
mayor fuerza. Sus vínculos con la NED y la USAID sin duda influyeron sobre su
trabajo con la ECUARUNARI y la CONAIE.
En 2009 y 2010, la CONAIE se convertió en una de las principales fuerzas en
contra del gobierno de Rafael Correa. Durante el golpe de Estado del 30 de
septiembre, la CONAIE emitió un comunicado responsabilizando al Presidente
Correa por la crisis política en el país. Su contraparte política, PACHACUTIK,
emitió otro comunicado apoyando al golpe y llamando para la renuncia inmediata
de Correa.
El papel de Norman Bailey en los últimos planes de desestabilización en Ecuador
no debe ser subestimado. La presencia de este veterano de la CIA en una
organización vinculada con los sectores indígenas y empresariales del Ecuador
evidencia que la huella estadounidense sigue atentando contra la soberanía del
Ecuador.
Fuente: http://centrodealerta.org/noticias/veterano_de_la_cia_detras_d.html
Política
Internacional
17 de septiembre de 2010
Obama
continúa ejerciendo una política neoconservadora
Por Dahr Jamail
El imperio estadounidense está en decadencia, que no les quepa la menor duda.
Estamos siendo testigos de cómo la abotargada bestia de movimientos torpes,
ebria de su propia propaganda de superioridad moral, espiritual, militar, social
y material, se precipita hacia el abismo. Hoy, el mundo es visiblemente
multipolar, pero los Estados Unidos continúan pregonando a los cuatro vientos su
creencia de indiscutible poderío y superioridad.
Para los ciudadanos con criterio, resulta obvio que la contribución de los
Estados Unidos a estos oscuros tiempos está bastante en consonancia con sus
ideas de superioridad. Ya sea en el reino del catastrófico cambio climático, los
agotados recursos naturales, el colapso económico global o las desventuras
militares en estados soberanos, Estados Unidos se ha establecido como líder
indiscutible.
A pesar de las promesas de la administración de Obama de «cambio» y «retirada»,
Irak permanece ocupada por más de 130,000 soldados estadounidenses y 200,000
contratistas privados. Durante mi más reciente visita a ese lugar en 2009, del
único cambio notable que fui testigo, fue del deterioro de las condiciones de
vida de la población, tal que los superlativos resultan superfluos. Si algo así
es posible, lo es en Irak, donde hay menos electricidad que nunca, muy pocos
empleos y todavía menos agua potable, el sistema médico ha colapsado mucho más
allá de su esquelético estatus, y el número de iraquíes muertos como resultado
de la invasión y la ocupación ya excede los 1.2 millones. En el momento de mi
visita, uno de cada seis iraquíes se encontraba desplazado de sus hogares.
Según el último informe de la organización Oxfam International [1], una de cada
tres personas necesitaba ayuda de emergencia. Férreos en su tergiversación de
los hechos, los grandes medios de prensa declaran exactamente lo contrario: que
las cosas en Irak están mejor que antes y que Obama está listo para traer las
tropas a casa. Queda de parte del crédulo consumidor de tales «noticias»
conciliarlo con los planes declarados por la administración de Obama de que
habrá entre 50,000 y 70,000 soldados en Irak hasta por lo menos el final de su
primer mandato en 2013.
Podemos creer en estos «cambios» como podemos dar fe a los discursos informativo
de los medios comerciales, pero con el riesgo de perder toda facultad de
razonamiento. Incluso cuando las ocupaciones en curso de Irak y Afganistán
debilitan diariamente lo poco que queda de credibilidad y respeto hacia los
Estados Unidos, el Departamento de Estado se encuentra enfrascado en idear
«negociaciones» con diferentes estados en la región que no son más que
estrategias de incentivos y amenazas. Pero los incentivos no prometen nada y las
amenazas pueden arrasar aldeas enteras de civiles, como lo han estado haciendo
en meses recientes en la frontera entre Paquistán y Afganistán.
Quizás el segmento pensante de la población estadounidense se ha cansado de
quejarse. «No en nuestro nombre» ha dejado de ser un eslogan. El desacuerdo es
un tema tabú en los medios, cuya meta es sólo «fabricar consentimiento». El
silencio de los grandes medios de prensa comerciales nos da la prueba de su
alianza con los poderes, pero ¿cómo explicar la notoria ausencia de protestas de
los grupos mediáticos liberales y de izquierda contra el desenfrenado e
innegable apoyo de su país al estado de Israel?
La mayor parte del resto del mundo considera a Israel como el principal estado
terrorista del Medio Oriente, y con toda razón. Es la única potencia con armas
nucleares que por definición de su propia Constitución no tiene fronteras.
¿Quizás para justificar la continua expansión hacia tierras palestinas?
A finales de 2008, Israel comenzó un ataque militar al pueblo de Gaza,
instruyendo a los soldados a dispararles a mujeres, niños y prácticamente todo
lo que se moviera. El apoyo aéreo a la ofensiva fue proporcionado por los
Estados Unidos con aviones de guerra F-16 que dejaban caer bombas incendiarias
de fósforo blanco sobre la población civil. El paquete de apoyo incluía
helicópteros Apache, misiles, combustible para aviones con motor a reacción, y
bombas de dispersión, todo abundantemente esparcido sobre la población civil de
Gaza mientras que el que sería investido como presidente, Barack Obama,
permanecía en silencio.
El mundo miraba con horror. Los medios de difusión de los Estados Unidos
debieron haber estado mirando para otra parte, excepto cuando diligentemente
defendieron «el derecho de Israel a defenderse».
En 2008, grupos con intereses especiales les pagaron a miembros de grupos de
presión de Washington la coqueta suma de 3.2 mil millones de dólares, una
cantidad mayor que cualquiera de las registradas hasta entonces.
Posteriormente, la actividad de las nuevas colonias o asentamientos israelíes
subvencionada por los Estados Unidos en Cisjordania se duplicó en el mismo año.
Al ofrecer gastos deducibles para las donaciones a estos asentamientos, el
gobierno de los Estados Unidos hizo público su estímulo a las tácticas
israelíes.
Sólo ocasionalmente escuchamos algunas débiles denuncias de los nuevos
asentamientos. No por casualidad Israel será el principal beneficiario
financiero de la reconstrucción de Gaza como único suministrador de materiales
de construcción y autoridad supervisora de los contratos para reconstruir lo que
bombardeó. Joseph Heller [2] debe estar estremeciéndose en la tumba.
Israel posee por lo menos 200 ojivas nucleares, mientras que a Irán le quedan
muchos años todavía para obtener una. Sin embargo, la aterradora posibilidad de
otra guerra en el Medio Oriente gira sobre la «amenaza» que Irán representa para
Israel, e implícitamente, para los Estados Unidos. Al menos es lo que la
corriente dominante de los medios desea que creamos. Aquellos que esperaban un
cambio en la política exterior del país cuando el ocupante de la Casa Blanca
cambiara harían bien en comprobar la realidad.
Permanezcamos conscientes del hecho de que la administración demócrata del
presidente Barack Obama y el Congreso controlado por los «Demócratas» se rigen
por las mismas políticas de la administración Bush que han llevado a la
bancarrota a Estados Unidos económica, moral, militar y espiritualmente.
Cambios en que podemos creer. Dos viejos y apropiados adagios vienen a mi mente:
« ¿Qué es lo que desea todo hombre con poder? Más poder». Y « ¿Cuánto es
suficiente? Un poquito más».
Podemos ahora, sin vacilación, hacer desaparecer de nuestras mentes cualquier
ambigüedad que haya existido en ella. Los hermanos siameses de las corporaciones
y Wall Street aún dirigen el gobierno de los Estados Unidos. Los legisladores
federales responsables de regular los grandes negocios en los Estados Unidos han
recibido, desde 2001, 64.2 millones de dólares. Los donantes incluyen
funcionarios de bancos de negocios como Merrill Lynch, Morgan Stanley, AIG, Bear
Stearns y Goldman Sachs.
Prácticamente cada miembro de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara
de Representantes que supervisó vistas sobre cómo se gastaba el primer rescate
recibió contribuciones de estas instituciones financieras durante el proceso de
elecciones de 2008. Qué conveniente para estas compañías «demasiado grandes para
fracasar».
El ex Consejero Económico del FMI, Simón Johnson lo describió sucintamente: «La
industria financiera ha penetrado realmente nuestro gobierno».
La codicia, el poder, y la glotonería dictan la política nacional y exterior de
los Estados Unidos. Estamos gobernados por un morboso híbrido de capitalismo
corporativo militarizado que literalmente está consumiendo y desintegrando
nuestro planeta.
El último informe augura que el Ártico podría bien estar completamente libre de
hielo en el verano ya para el 2010. Desde el primer Día de la Tierra en 1970, la
cuarta parte de todas las especies de nuestro planeta se ha extinguido, y se
prevé que otro millón se extinguirá en los próximos 40 años como resultado del
cambio climático. Pero para la prensa corporativa estadounidense, el cambio
climático global sigue siendo el gorila de 300 kilos en una habitación que
desaparecerá si se le continúa ignorando completamente. Cada año los efectos se
hacen más patentes y devastadores.
La noticia alarmante para aquellos que pueden soportarla es que como siempre
esto representa un buen negocio para la gran industria del petróleo y la de la
energía nuclear.
Una noticia de aún mayor importancia es que las fosas de almacenamiento
radioactivas de barras de combustible agotado contaminan áreas de Carolina del
Norte cerca de la planta nuclear Shearn Harris, convirtiéndola en una de las
zonas más contaminadas de Norteamérica.
Ya se ha establecido, sin que quede lugar a duda, que la información ofrecida
por los grandes medios de los Estados Unidos [y la gran prensa comercial
internacional íntimamente ligada] no es fidedigna o digna de confianza. Nos
vendieron falsas justificaciones para las guerras en Irak y Afganistán, y
continúan tergiversando e ignorando la catástrofe humana que a diario se
extiende en esos países.
Falsifican el papel de los Estados Unidos en el Medio Oriente y en otros lugares
y se niegan a informar con exactitud sobre la inminente crisis del cambio
climático.
Proyecto Censurado presta sus servicios a aquellos que desean que les sirvan la
verdad. Gracias a este proyecto, las noticias más importantes de cada año que la
prensa corporativa ignora o no reporta encuentran visibilidad y existencia
pública.
Exhaustivas investigaciones llevadas a cabo durante meses reúnen noticias en un
volumen anual que se ha convertido en una herramienta confiable para
investigadores y medios de prensa. Cada vez más, periodistas, activistas,
académicos e investigadores de todo el mundo cuentan con ella.
Conmemoramos y felicitamos el progreso del proyecto. En un momento en que la
necesidad de contar con un periodismo independiente y de medios de prensa no
afiliados al gobierno o corrompidos por éste es mayor que nunca, Proyecto
Censurado ha creado un contexto para informar la verdad de todos los temas que
importan. Ha construido un valioso puente entre aquellos que desean informar
sincera y transparentemente y aquellos que desean ser informados de igual
manera.
En una entrevista realizada hace algunas décadas, la desaparecida periodista
Martha Gellhorn le comentó al veterano colega John Pilger: «Todos los gobiernos
son malos, y algunos son peores».
Queda por lo tanto de nuestra parte buscar fuentes de información en las que
podamos confiar, o incluso recopilar nuestra propia información y divulgarla. Es
en esta tarea en la que somos afortunados al tener un aliado como Proyecto
Censurado.
Notas
[1] La confederación Oxfam Internacional fue fundada en 1995 por un grupo de
organizaciones no gubernamentales independientes con el objetivo de trabajar en
conjunto para lograr un mayor impacto en la lucha internacional por reducir la
pobreza y la injusticia. Actualmente está compuesta por 14 organizaciones que
tienen sus sedes en: Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Gran
Bretaña, Hong Kong, Irlanda, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Quebec, España
y Estados Unidos. El Secretariado de dicha organización tiene su sede en Oxford,
Reino Unido, y es el encargado de coordinar las oficinas de incidencia política
en Bruselas, Ginebra, Nueva York,Washington DC y Brasilia.
[2] Joseph Heller (1923-1999). Novelista estadounidense, estudio en la
Universidad de New York. Se hizo famoso por sus sátiras sobre la Segunda
GuerraMundial y con su primera novela Trampa-22, donde realizo una crítica a la
ética militar norteamericana coincidiendo con la Guerra de Vietnam.
Dahr Jamail es un reportero solitario que desafía a diario la censura
informativa del imperio con despachos desde adentro de Iraq. Se trata de un
periodista joven “no incrustado” y viajero incansable, que no es árabe sino un
estadounidense de Houston, Texas, quien vivió un tiempo en Anchorage, Alaska, y
ahora arriesga su vida en la Mesopotamia ocupada, desempeñándose como
corresponsal “free lance” de medios alternativos interesados en su trabajo y la
verdad. Más información sobre Dahr Jamail en http://www.voltairenet.org/article123405.html
y en su propia página web, http://www.dahrjamailiraq.com/, donde se encuentran
sus últimos trabajos http://www.dahrjamailiraq.com/hard_news.
Ver, además, Proyecto Censurado 2007 Nº 7.
Publicado por Omar Montilla en 12:22 AM
Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2010/09/obama-continua-ejerciendo-una-politica.html
Sociología
La Argentina que el ajuste nos
legó
Entrevista a Susana Torrado *
17/10/10
Esta semana se presentó el libro El costo social del ajuste, de Susana Torrado,
investigadora del CONICET y titular de la cátedra de Demografía Social de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Una mesa
integrada por Rubén Lo Vuolo, miembro de Consejo Editorial de SInPermiso e
investigador del CIEPP y Favier Lindenboim, director del Centro de Estudios
sobre Población, Empleo y Desarrollo (FCE-UBA), entre otros académicos, destacó
los méritos de la obra. Torrado cobró notoriedad en la opinión publicada cuando
el tristemente célebre ministro de economía Domingo Cavallo en la época
culminante del ajuste neoliberal de los 90, manó a "lavar platos" a la
investigadora que cuestionaba sus políticas neoliberales. Reproducimos a
continuación una entrevista que le hizo el periodista Carlos A. Maslaton para la
Revista Ñ, suplemento cultural de diario argentino Clarín.
La incidencia de la pobreza es uno de los indicadores centrales de las políticas
recesivas. Pero hay otros: el atraso escolar, las variaciones en la nupcialidad
y la fertilidad, por ejemplo. En este diálogo, la prestigiosa demógrafa habla de
El costo social del ajuste, una investigación sobre las deudas sociales
contraídas entre 1976 y 2002.
Las vueltas del destino son impredecibles: tres lustros atrás, en un exabrupto
que ya ha pasado a formar parte de los anales de la política nacional de los
años 90, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo mandó a lavar los
platos a la socióloga Susana Torrado, tras una declaración radial en la que la
académica –que por aquellos años se encontraba realizando un trabajo de
investigación en torno a la temática de la inmigración– manifestaba que los
niveles de desempleo en la Argentina iban a entrar en un proceso de agravamiento
durante la que se convertiría en la década signada por los mandatos consecutivos
de Carlos Menem.
La extemporánea réplica de Cavallo ante aquel análisis de carácter predictivo
todavía persiste en la memoria colectiva, pero la reciente aparición del volumen
El costo social del ajuste (1976-2002) (Edhasa) parece venir a confirmar que
quien estaba errado era el colérico funcionario público y no la destinataria del
agravio. Se trata de una obra en dos volúmenes dirigida por Torrado que, como su
título explicita, bucea en las consecuencias de las políticas económicas y
sociales recesivas implementadas durante tres décadas tanto por gobiernos
dictatoriales como por aquellos de cuño democrático. Estructurada en cuatro
partes("Parámetros políticos y económicos", "Efectos sobre la evolución
demográfica", "Efectos sobre el bienestar social" y "Una mirada de conjunto"),
contiene los trabajos de treces investigadores que han abordado cuestiones como
la exclusión y la vulnerabilidad social desde perspectivas dispares como la
nupcialidad y la organización familiar, las transformaciones del mercado de
trabajo, la comida en el marco del ajuste, las desigualdades educativas y el
funcionamiento del sistema de salud, entre muchas otras temáticas.
En el texto que abre el libro, "Modelos de acumulación, regímenes de gobierno y
estructura social", señala que el modelo aperturista instaurado por la última
dictadura significó el desmantelamiento del modelo industrialista que imperó en
la Argentina en las décadas previas. Pero los gobiernos democráticos que se
sucedieron a partir de 1983 no lograron desarticular las políticas de ajuste que
arrasaron con los niveles de bienestar. ¿Puede pensarse a los gobiernos post
dictadura como funcionales a la perduración de estrategias económicas recesivas?
No usaría la expresión funcional, porque no creo que ninguno de los gobiernos
haya tenido la intención de ser funcional a ese modelo, aunque de hecho sí hayan
sido una continuación. Y, en algunos momentos, incluso una intensificación del
modelo que tiene a la dictadura como referente más claro e inmediato. En este
libro hemos corroborado la hipótesis de que el lapso que va de 1976 a 2002 tiene
un régimen o modelo de acumulación desde el punto de vista de las políticas
económicas que es muy similar en todas las etapas, aunque internamente esté
diferenciado por regímenes de gobierno completamente distintos, tales como la
dictadura militar del 76 al 83, y después del 83 hasta el 2002 con gobiernos
democráticos, pero tan disímiles como los de Raúl Alfonsín en los 80, el de
Carlos Menem en los 90 y los tres últimos años con el de la Alianza. Existen
muchísimos trabajos en la Argentina respecto al régimen de ajuste, pero
mayoritariamente están concentrados en los aspectos económicos y muy pocos
abordan lo que tiene que ver con una visión de conjunto de los efectos sociales
del mismo. La idea de este libro ha sido mostrar la heterogeneidad y
homogeneidad de los distintos regímenes de gobierno dentro del lapso estudiado.
Pero retomando la pregunta inicial, creo que no ha habido una deliberación en
esa continuidad.
¿Ni siquiera durante el neoliberalismo que rigió en los 90?
Sin lugar a dudas la década menemista, desde el punto de vista de la pérdida del
bienestar social derivado de las políticas de corte liberal, supone efectos
sociales aún más graves que los que impuso Martínez de Hoz. Pero entiendo esto
como una voluntad ideológica de inscribirse en el proceso de globalización
neoliberal mundial y no tanto como la vocación por ser funcionales al modelo
implementado por la última dictadura. Los gobiernos de Videla y Menem tuvieron
más suerte, no así los de Alfonsín y la Alianza que no encontraron el modo de
salir de la lógica impuesta desde 1976.
Usted señala que el modelo industrialista del primer gobierno de Perón fue
incluyente, porque contempló una mayor distribución de la riqueza en los
sectores más postergados, pero no tuvo un cariz modernizador. ¿Qué elementos
demuestran esa carencia?
Esta afirmación está dada por el análisis que hice de la estructura social de la
Argentina entre 1945 y 1983, en relación al volumen y la composición de las
clases y de la movilidad social. A partir de 1945, en el modelo del primer
justicialismo, claramente hay una política social de mejoramiento del bienestar
de los sectores populares, pero en lo que hace a la estructura social, en
términos del volumen y movilidad de las clases, no hubo grandes cambios. Esas
modificaciones ocurrieron más intensamente durante el período del modelo
desarrollista, que va a desplegarse entre 1958 y 1972. No es posible decir que
no haya cambiado nada, pero el del justicialismo no fue un modelo transformador
en ese aspecto: uno de los indicadores de modernización que suele tomarse para
el análisis de la estructura social es el incremento de las clases medias
asalariadas (técnicos y profesionales de inserción estable, con trabajo en
blanco y pleno) y éste no ha sido uno de las rasgos característicos del primer
peronismo, cosa que sí es más notable en el desarrollismo por las modificaciones
que introdujo en la producción industrial. La sustitución de bienes intermedios
y bienes de capital trajo una renovación interna de las plantas mucho mayor que
la que se había dado en el período que va de 1945 a 1955, centrado en una
industrialización sustitutiva basada en el incremento de la demanda de bienes de
consumo masivo en el mercado interno.
También señala una continuidad entre el modelo desarrollista (1958-1972) y el
aperturista que comienza a regir en 1976. ¿Dónde encuentra la evidencia del nexo
entre un modelo y otro?
El elemento más claro de esa continuidad es la aparición de lo que se denomina
trabajadores marginales y trabajo en negro, es decir la modificación de los
mercados de trabajo en el sentido de una mayor informalidad y no inclusión de
algunos sectores de la población. Por supuesto, no en los términos cuantitativos
que se van a dar durante el gobierno militar a partir de 1976, y todavía más
acentuadamente durante la década del 90, pero ya se encuentran algunos de esos
elementos a partir del modelo que comienza en 1958, como resultado de un proceso
muy grande de concentración de la riqueza y concentración de la producción
–sobre todo la industrial– lo que implicó que ciertos sectores quedaran al
margen, sin poder incluirse como sí había sucedido con el justicialismo con la
integración al esquema productivo de los sectores populares.
¿Es posible tener hoy una idea de los niveles de estratificación de la sociedad
argentina?
No existe todavía una respuesta a esta pregunta. Estoy justamente ahora
trabajando en ese tema, tratando de actualizar mi estudio sobre las clases
medias, temática sobre la que han aparecido muchos libros en los últimos años
que, a mi juicio, no consideran las determinantes económicas y políticas de la
evolución y composición de los estratos medios argentinos. Es hoy uno de los
ejes centrales de discusión dentro de los partidos políticos, respecto de la
orientación de esa clase en el futuro político inmediato. Estoy tratando de
reconstruir esa trayectoria, desde finales del siglo XIX hasta el 2002, lo cual
no es fácil porque hay que hacerlo con censos de población. Cuando cambian
severamente las formas en que se captan los datos censales, se vuelve muy
difícil poder trazar una continuidad histórica.
¿Existen algunos indicadores más relevantes que otros a la hora de mensurar el
costo social de los modelos de ajuste?
El más conocido de todos es la incidencia de la pobreza, que gravitó de manera
descomunal en la década del 90. Pero esto depende fundamentalmente del
funcionamiento del mercado de trabajo y, obviamente, también de la orientación
de las políticas públicas: es decir, con qué paliativos cuenta el Estado cuando
desorganiza de tal manera el mercado de trabajo que se produce una desocupación
enorme (y desconocida) como ha ocurrido en la Argentina, y hay una disminución
del salario real y una regresión en la distribución del ingreso como
sucediódurante el período del auge neoliberal. Es el indicador más elocuente,
pero existen otros menos conocidos que también ayudan a comprender el estado de
situación. Por ejemplo, uno muy útil es el que mide el retraso de los niños en
la escuela primaria. Si uno analiza el porcentaje de niños de 6 a 14 años que
están retrasados respecto a su edad en el grado escolar, ese es un indicador que
discrimina acaso con mayor claridad que una evaluación del conjunto de la
población. De todos modos, es necesario utilizar una batería muy grande de
indicadores para trazar el mapa del ajuste.
¿El arribo del gobierno kirchnerista supuso una ruptura o una continuidad en
relación a las políticas de ajuste vigentes durante las últimas tres décadas?
El lapso temporal que abarcan los estudios de este libro termina en 2002 porque
a partir de 2003 se modifica sustancialmente la tendencia de muchos de los
indicadores. Esto no quiere decir que cambió radicalmente la sociedad, pero sí
es evidente que la desocupación, por ejemplo, deja de aumentar. La pobreza
también deja de aumentar. Cambia la tendencia y en ese sentido, podemos
considerar al gobierno de Néstor Kirchner como una bisagra. No puedo decir
taxativamente cuánto cambió la sociedad desde el 2003 hasta el 2010 con respecto
al modelo de ajuste que signó las décadas anteriores, porque esto recién vamos a
poder empezar a mensurarlo cuando se tengan los datos del censo nacional que se
va a realizar en octubre.
¿Por qué valora como relevante la relación existente entre las políticas de
ajuste y los índices de nupcialidad?
Una de las dimensiones sociales que fue más afectada durante el período de
ajuste fue la organización familiar. Esa organización depende fundamentalmente
de dos comportamientos: la nupcialidad, es decir, el proceso de formación y
disolución de las uniones, y la fecundidad, cuántos hijos y cuándo se los tiene.
Estas dos dimensiones del comportamiento social cambiaron muchísimo en los
últimos cuarenta años. Por ejemplo, subieron de una manera espectacular las
uniones consensuales desplazando a las legales, es decir, que las relaciones
pasan mayoritariamente por la cohabitación de prueba. Las parejas no se casan y
pasan a vivir juntas, a modo de testear si la coexistencia es posible, pero
dejan de ser de prueba para volverse estables sin pasar por el registro civil.
Pero también incide el divorcio, o el hecho de que con el ajuste se dificultara
el acceso a la vivienda, lo que indujo el crecimiento de las familias ocultas,
que se las denomina así porque las estadísticas no las captan (viven con
familiares, con progenitores). Hubo también una disminución de la natalidad,
sobre todo en los sectores en los que históricamente era más elevada. En
resumen, los cambios en la organización familiar tienen que ver con el ajuste
pero también coincide con cambios culturales muy notables que vienen de los
países occidentales y de los que la Argentina, sobre todo en el área
metropolitana, siempre se ha hecho eco con una década de retraso.
¿Hasta dónde es posible sostener un régimen de acumulación que implica que
grandes sectores de la población subsistan en pobreza y exclusión?
No se percibe en la sociedad argentina corrientes revolucionarias que permitan
pensar un cambio en lo que hace al modelo de acumulación. Sí es viable pensar
que pueden darse cambios parciales. La Asignación Universal por Hijo es un
cambio importantísimo. La aprobación del matrimonio gay es otro aspecto
relevante de un cambio que, en lo inmediato no se lo percibe como trascendente,
pero que lo es porque modifica el clima cultural en el que se discuten los
problemas que afectan a la sociedad argentina. Esos cambios, ya sean políticos,
sociales o culturales, son parciales y, por lo tanto, viables. Un cambio
revolucionario que solucione de una vez la inclusión de los numerosos excluidos,
no lo percibo como muy probable, aunque me puedo equivocar.
Revista Ñ, 11 septiembre 2010
* Susana Torrado es licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires
y doctora en Demografía por la Universidad de París. En los noventa el entonces
Ministro de Economía Domingo Cavallo la mandó a “lavar los platos” por
cuestionar sus políticas neoliberales.
Fuente en Internet:
http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3646
Es
hora de volver a llamar a la lucha de clases por su nombre
Por David Rosen
31/10/10
Las grandes palabras no pronunciadas del discurso político norteamericano son
"lucha de clases". La premisa moral y política del moderno "Siglo
Norteamericano" surgido de la II Guerra Mundial es que los EEUU habrían superado
las divisiones de clase y la lucha de clases. Todos, o casi todos, salvo los muy
pobres y los muy, muy ricos, fueron absorbidos por una vastísima e
indiferenciada clase media.
La ficción, según la cual Norteamérica es una nación sin clases, una leyenda
mentirosa desde su nacimiento hace medio siglo, resulta cada vez más
insostenible, a medida que se intensifica día tras día la lucha de clases. Ha
llegado la hora de aceptar el sencillo pero profundo hecho de que Norteamérica
se halla en medio de una guerra de clases: y los archiricos, la sección
norteamericana de la oligarquía global, la están ganando.
En Francia y en Gran Bretaña, la lucha de clases se libra explícitamente. En
Francia se expresa en forma de resistencia masiva y a menudo violenta, con
sangre en las calles. En el Reino Unido se impone en forma de exigencia de
austeridad por parte de la clase dominante a través despidos en masa en el
sector publico, recortes ciclópeos en los servicios públicos y escasa
resistencia abierta. En Alemania y en los EEUU, los lubricantes mediadores
constituidos por las sutilezas leguleyas y los partidos políticos siguen
conteniendo y amortiguando el conflicto directo de clases.
La extrema derecha es en todo el Occidente la única tendencia política
explícitamente comprometida con la guerra de clases. Sin embargo, en la extrema
derecha no se ve a la política como un mero fin en si mismo (la conquista del
poder del estado), sino como medio para un fin de mayor alcance: la utilización
del poder del Estado para imponer al cuerpo político disciplina legislativa,
económica y moral.
El Tea Party es un movimiento popular comprometido la guerra de clases,
normalmente no violenta. Es la voz de los cristianos vulnerables de las clases
baja y medias. Su mundo está en crisis, y asisten a su colapso. Sus otrora
envidiables privilegios sociales dimanantes de su raza ya no les protegen de los
vicisitudes del capitalismo granempresarial. Como reacción a eso, se
reatrincheran en la segura fortaleza del odio y se alinean con el absolutismo
ideológico y moral promovido por algunas facciones de los archiricos,
precisamente los mayores responsables de sus miserias.
La lucha de clases ha sido un rasgo inveterado de la cultura política
norteamericana. Batallas de clase marcaron el primer período de formación de la
nación, incluidas las insurrecciones de los aparceros de Nueva York en 1766, la
Rebelión de Shay en 1786 y la Rebelión del Whisky en la década de 1790. Batallas
de clase atravesaron el siglo XIX, incluyendo el Movimiento de los Hombres
Trabajadores de la década de 1830 y la Revuelta de Nat Turner en 1831, así como
las luchas populistas posteriores a la Guerra Civil en Haymarkey y en Homestead
en el último trecho del XIX y el Ejército Coxey de trabajadores desempleados en
1894. Las batallas de clase cruzaron también el primer tercio del siglo XX,
culminando en la Marcha de Veteranos de la I Guerra Mundial, la resistencia de
los campesinos y granjeros a a las ejecuciones hipotecarias y las huelgas de los
sindicalistas de la CIO en la década de los 30.
Las clases y la guerra de clases se hicieron desaparecer oficialmente durante la
II Guerra Mundial, y efectivamente desaparecieron con la integración del
sindicalismo y la legislación Taft-Hartley después de la guerra. El programa
nacional de prosperidad y el anticomunismo de impronta maccarthysta, combinados
con la campaña exterior de intervención militar de la Guerra Fría y la
renovación económica del Plan Marshall, sentaron las bases de una revitalización
del orden capitalista.
Este sistema de valores del nuevo orden mundial, que absorbía la lucha de
clases, fue articulado por un grupo de intelectuales liberales "post-marxistas"
entre los que se hallaban Daniel Bell, Sidney Hook, James Burnham e Irving
Kristol. Respaldados por el Congreso para la Libertad Cultural de la CIA, fueron
ellos que forjaron la ideología del "Siglo Norteamericano". Como escribió Bell:
"La abundancia… fue el substituto norteamericano del socialismo".
Y desde luego, Norteamérica logró la abundancia en las primeras décadas de
posguerra. Con la crisis del petróleo y la recesión de los 70, el Siglo
Norteamericano comenzó a declinar. A mediados de los 80, la abundancia era ya
cosa del pasado. Como David Bloom, un economista de Harvard, advirtió en 1986:
"Se ha producido un encogimiento de la clase media. (…) A medida que la sociedad
se polariza más, hay más 'poseedores" y más 'desposeídos', y menos gente en
medio." [Time, 3 noviembre 1986.]
Desde la Revolución de Reagan, la abundancia de la clase media ha sido
crecientemente substituida por deuda. Con Reagan desaparecieron los guantes de
seda que durante tanto tiempo amortiguaron la guerra de clases. La promesa del
Siglo Norteamericano languidece, y los ricos son cada vez más ricos y las clases
medias trabajadoras están cada vez más esquilmadas.
En un poema escrito en 1894, el autor inglés Lord Alfred Douglas se refirió a la
homosexualidad como al "amor que no osa decir su nombre". En 1895, Oscar Wilde
fue juzgado y condenado por sodomía; durante el proceso, se le requirió para que
se definiera en relación con el poema de Douglas, lo que contribuyó a
popularizar la expresión. Un siglo después, en la homosexualidad en Occidente es
ya, en general, un amor que no teme decir su nombre.
Hace un siglo, la guerra de clases se reconocía comúnmente como un rasgo
distintivo de la modernización norteamericana. Grandes conglomerados
industriales, encabezados por Standard Oil, dominaban el sistema económico y
político norteamericano; y a los magnates que los dirigían se los conocían con
el jocosamente despectivo sobrenombre de "barones ladrones". Dada esa situación
de opresión, la guerra de clases era un concepto político aceptado de consuno
por el periodismo de denuncia, el radicalismo, el sindicalismo y el pueblo
trabajador común y corriente. Todo el mundo sabía que la única forma de luchar
contra los conglomerados monopólicos y los barones ladrones era a través de la
guerra de clases.
Hoy, la lucha de clases no osa ya decir su nombre. El capital financiero ha
venido a sustituir al capital industrial como factor determinante de la economía
global. Y uno de los progenitores de la Standard Oil, Citibank, influye de
manera determinante en las decisiones federal de política económica.
Desgraciadamente, los actuales archiricos, ya sean miembros de clubs exclusivos
de ricachones, financiadores del Partido Republicano, mecenas de think tanks de
extrema derecha o subsidiadotes del movimiento "populista" del Tea Party,
raramente son despreciados y ridiculizados como barones ladrones.
Los actuales barones ladrones conocen la importancia de los medios de
comunicación, y han sobornado a los formadores de la opinión popular. Bien
trajeados ejecutivos empresariales y financieros, no moralmente mejores que
arteros robacarteras, han sido convertidos en celebridades. Son lisonjeados
hasta la náusea en reality shows televisivos, alabados a diario en programas y
noticiarios económicos y sensacionalistamente ensalzados día sí y otro también
en la prensa rosa. Los grandes medios de comunicación norteamericanos, obvio es
decirlo, no quieren morder la mano que les da de comer.
El de clase, y particularmente el de clase media, es un concepto que se ha hecho
vagaroso en el discurso político norteamericano. Se refiere a todos y a ninguno.
La Oficina del Censo norteamericana no define, ni usa, la noción de "clase
media", pero ha fijado el ingreso mediano de una familia de cuatro en 2008-2009
en 70.000 dólares anuales. Una investigación del instituto Pew en 2008 mostró
que la mitad de los norteamericanos se definen a sí mismos como de clase media.
El grueso de los norteamericanos reconocen la realidad de la lucha de clases,
por un lado, en las incesantes informaciones referidas a los elevados niveles de
desempleo, al número cada vez mayor de ejecuciones hipotecarias y a la creciente
morosidad, y, por el otro, en los disparados mercados de valores y los
indecibles bonos pagados a los ejecutivos financieros. Eso pone ante la rotunda
evidencia de las diferencias de clase, pero resulta un tanto confundente
respecto del conflicto, más profundo, dimanante de la acrecida polarización de
la riqueza en Norteamérica.
De acuerdo con Edward Wolff, un economista de la Universidad de Nueva York, la
riqueza cada vez está más concentrada. En los 15 años que median entre 1983 y
1007, la participación en la riqueza nacional del 1% más rico creció de un 33,8%
a un 34,6%; y el 20% más rico de los hogares norteamericanos en 2007 controlaba
el 85% de la riqueza nacional, mientras que en 1983 sólo controlaba el 81,3%. El
destino de la vasta "clase media" norteamericana, el restante 80%, no ha hecho
sino empeorar: en 2007 controlaba un 15%, contra un 18,7% en 1983.
Es hora de que Norteamérica vuelva a llamar a la lucha de clases por su nombre.
Por dos razones. Primero, para poder combatir el expolio que está arruinando las
vidas de millones de norteamericanos enfrentados a la catástrofe financiera. Y
segundo, para poner fin a la campaña de los archiricos (mancomunada con las
políticas públicas de desfravación fiscal, subsidios y otros regalos) y de los
medios de comunicación para mantener viva la ficción de que los EEUU son una
sociedad sin clases y libre de guerra de clases.
David Rosen es un analista político norteamericano. Su libro más reciente: Sex
Scandals America: Politics & the Ritual of Public Shaming (Key, 2009).
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3679
Historia-bigrafías
Mujeres
Anarquistas
(Mabel Belucci, La Cautiva)
Virginia Bolten
Nacida en el Uruguay, Virginia viene a la Argentina y se instala en Rosario, a
fines del siglo XIX. En medio del clima de lucha que envolvía a la ciudad,
Bolten encabeza una ancha columna de hombres y mujeres en la manifestación
popular del 1° de mayo de 1890 en la plaza López. Su encendido discurso hace que
sea encarcelada por atentar contra el orden social. Los rumores de la historia
dicen que fue la primera mujer que habló en un mitin obrero. Luego se
trasladaría a Buenos Aires. Por sus continuos discursos que infunden el
anarquismo, sufre la continua persecución militar. Forma parte del Comité de
Huelga Femenino, que movilizaba a los trabajadores del Mercado de Frutos
porteño. En 1907, ya como miembro del Centro Femenino Anarquista, activa la
huelga de inquilinos. Por esto es deportada a su país natal. Su lugar de
residencia será Montevideo.
Juana Rouco Buela
Llega a la Argentina en 1900 desde España y se instala en Buenos Aires. A los
quince años ingresa al movimiento del 1° de mayo de 1904. Fue su primera
participación en un acto obrero. Tiempo después representa a las mujeres de la
"Refinería Argentina", de Rosario, en el Congreso de la FORA. En 1907, organiza
el Centro Femenino Anarquista, y participa de la huelga de los inquilinos. Es
deportada y vuelve a España. A su regreso, como no puede hacerlo en el país, se
instala en Montevideo, y desde allí inicia una fuerte actividad propagandística
junto a Bolten y María Collazo.
Ingresa de forma clandestina al país, y en 1910 es detenida, extraditada a
Montevideo y encarcelada durante un año. En 1914 viaja clandestinamente a París,
y cuando es descubierta desembarca en Brasil. Regresa nuevamente a la Argentina,
e interviene en los hechos de la Semana Trágica. Recorre el país con el apoyo de
los rurales y los industriales. En 1921, funda en Necochea el Centro de Estudios
Sociales Femeninos, y crea el periódico feminista Nuestra Tribuna. En 1928,
participa en el Tercer Congreso Internacional Femenino. Muere a los 80 años, en
1969.
Rosa Dubovsky
Nacida en Rusia y perseguida por el régimen zarista, huye junto a su marido
Adolfo hacia Turquía. Adolfo se alista en el Ejército mientras hace el Servicio
Militar, y allí entrega un arsenal de armas a los revolucionarios. Antes se
casan en secreto: Rosa parte a Francia, y su esposo, a Buenos Aires. En 1907, se
reencontraron en Rosario, cuando él trabajaba en los Ferrocarriles y ella
trabajaba como sombrerera.
En la ciudad de Santa Fe, Adolfo milita en el campo anarco-sindicalista, y Rosa
concurre a las reuniones de mujeres anarquistas. Funda una biblioteca,
exclusivamente para mujeres, llamada Emma Goldman.
Después del golpe del ’30, el matrimonio y sus seis hijos deben escapar a Buenos
Aires, a pesar de la poca seguridad. En 1936, muere Adolfo. Dubovsky comienza a
trabajar como empleada de la esterilla y tapicería. Participa en la FORA y en la
Federación Libertaria Argentina, hasta 1972, el año de su muerte.
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/m/mujeres_anarquistas.php
Historia
Latinoamericana
De los
Estados-ciudad al Estado continental industrial
(Conferencia organizada por el FORO SAN MARTÍN PARA LA INTEGRACIÓN DE NUESTRA
AMÉRICA, Centro Cultural Hernández Arregui, Buenos Aires, Julio 12 de 2002)
Alberto Methol Ferré Soy un uruguayo, es decir, un argentino oriental; ustedes
son argentinos occidentales. Por eso no voy a hablar sobre aspectos o anécdotas
de la política interna de ustedes, porque en eso me enseñan a mí, pero si hacer
una reflexión sobre el marco general que nos abarca a todos, para procurar
entender qué nos está ocurriendo.
Porque las protestas, los cacerolazos, si no tienen una arquitectura y un
horizonte que les permita la comprensión del acontecer y sus hitos esenciales,
es una acción sin rumbo y que se va a perder en mil esfuerzos dispersos.
Solamente un pensamiento unificado, arraigado en nuestra historia, hijo de
nuestra historia, permitirá reencontrar rutas reunificadoras.
Lo que voy a hacer hoy va a ser un retomar algunas ideas de un argentino que
ustedes y yo estimamos mucho, y que pienso no han sido desarrolladas nunca
suficientemente en la Argentina. Me refiero a las ideas de Perón, que repitió en
varias oportunidades, respecto a tres etapas históricas fundamentales: los
"estados-nación", los "estados continentales" y finalmente el horizonte último,
un "estado mundial". Ése era para Perón el marco básico de los siglos XX, XXI y
quizás del XXII. Él sostenía que ahora estábamos en el pasaje de los
estados-nación a los estados continentales, y que eso era la política mundial
hoy; luego vendría el pasaje de los Estados Continentales al Estado Mundial.
Entonces, reflexionando sobre ese acontecer, decía aquello de "el año 2000 nos
va a encontrar unidos -o sea, con un estado continental-o dominados", porque en
su pensamiento estaba que aquellas naciones que no lograran conformar un "estado
continental" iban a desaparecer como centros de autonomía. Pienso que la
historia hoy nos muestra que estamos en la batalla fundamental para el gozne
entre la nación, las "nacioncitas" de América del Sur, y el estado continental
de América del Sur. Lo vamos a explicar en esta noche en forma muy rápida y
esquemática.
¿Cómo y cuál es la realidad hoy, de los estados-nación? Está el órgano mundial
de las Naciones Unidas, y la idea del estado-nación es la idea que se usa para
todos los acontecimientos que hoy acaecen en la historia. El conjunto de todas
las sociedades públicas se llama "Naciones Unidas". Hay, según parece, 194
estados-nación en las Naciones Unidas. 194.
En esas 194 está la China, el Uruguay, el Paraguay, los Estados Unidos, están
las islas de Jamaica o Madagascar... Hay la multiplicidad más enorme de
dimensiones y situaciones, para las que se usa el mismo concepto de
"estado-nación". Pero evidentemente si yo digo "Hay 194 estados-nación en el
mundo actual", digo algo que hace ininteligible al mundo contemporáneo, porque
estoy aplicando el mismo nombre a elefantes, gorriones y moscas, a una
diversidad de situaciones tan heterogénea que el nombre resulta completamente
equívoco. Decir que los Estados Unidos es una nación, decir que la isla de Santo
Domingo son dos naciones, hace que la idea de "nación" se vuelva casi inusable
para interpretar ningún acontecimiento. Entonces es indispensable hacer un
discernimiento mínimo de ciertos tipos básicos de naciones.
En esos varios tipos de naciones podemos discernir, en el arranque, en el
proceso de la historia, cuales fueron los Estados-Nación que se convirtieron en
ejemplares en el mundo. ¿Cúales son? Fue en el centro mundial europeo, en el
momento en que Europa era el centro unificador del mundo, y que comenzaba la
revolución industrial, que apareció el primer estado nación arquetípico que fue
Inglaterra, Gran Bretaña. Al iniciarse el siglo XIX, o sea en el momento de las
luchas por la Independencia, emergía el primer gran estado-nación industrial del
mundo, que iba a ser el poder hegemónico y paradigma de la modernidad. El
segundo estado que se convierte en estado-nación industrial, en la primera mitad
del siglo XIX, es Francia. Inglaterra y Francia se convierten así en los modelos
del estado-nación industrial emergente. Por eso el primer gran economista de la
sociedad industrial va a ser un inglés, David Ricardo, con su célebre obra
Principios de Economía Política de 1817 –en plena lucha de nuestra
emancipación-, y la primera reflexión orgánica sobre una sociedad industrial va
a ser de un francés, Claudio de Saint-Simón, en su obra El sistema industrial de
1821. Ricardo y Saint-Simon, entonces, son el comienzo de un nuevo tipo de
pensamiento, sobre un nuevo tipo de sociedad emergente y protagonista en el
mundo. Los que no fueran estados-nación industriales iban a ser el coro de la
historia, los comentadores de la historia, los receptores de la historia hecha
por otros. Para ser protagonistas en la historia había que ser al estilo de la
sociedad inglesa y luego la francesa. Primera mitad del siglo XIX.
Durante la segunda mitad se da la gran lucha alemana e italiana por la "unidad
nacional". Para generar un gran estado industrial, Bismarck va a culminar la
unidad alemana que había sido aprontada por el Zollverein, la unión aduanera
entre los micro estados alemanes. Esa unidad permite el gran salto industrial de
Alemania, que al término de la era de Bismarck se ha convertido en la primera
sociedad industrial de Europa, mayor que la inglesa. Y en Italia, en forma
menor, los industriales del norte, de Milán, de Turín, del Piamonte, generan la
unidad italiana para ampliar su mercado y poder irrumpir en la lógica de los
Estados que podían llegar a ser protagonistas de la historia. Si no, se era
Estado del coro. Los enanitos del coro. Luego viene, a fines del siglo XIX e
inicios del siglo XX, un quinto Estado, esta vez en Asia. Es la irrupción
novedosa de Japón, que inicia en el Asia el primer gran estado-nación
industrial. Es un acontecimiento insólito en la época.
Hay, pues, cinco grandes estados-nación industriales que irrumpen en el siglo
XIX como los dinamizadores. Estos cinco estados forman parte hoy del Club de los
Siete. O sea, que entre los siete países más ricos del mundo, más industriales
del mundo, están los cinco que entraron al nivel de estado-nación industrial en
el siglo XIX. Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Japón.
Pero hete aquí que en ese mismo siglo va a ir apareciendo un nuevo Estado al
margen del centro mundial de poder. Ese estado al margen del centro es un estado
de dimensión insólita, lograda a través de una capacidad expansiva insólita, que
durante el siglo XIX hace su expansión hacia el oeste: los Estados Unidos de
Norte América. Con esa expansión, y con la victoria del norte industrial sobre
el sur esclavista y agrario, a partir de 1865 se empieza a engendrar un nuevo, y
gigantesco, estado-nación industrial. Que llega de océano a océano, porque ocupa
gran parte de México: Texas, Nuevo México, California. Y ahí aparece la visión
de Ratzel. Federico Ratzel es un antropólogo alemán y el fundador intelectual de
la geopolítica alemana. A Ratzel lo envían a Estados Unidos en la década de
1870, o sea en pleno despegue industrial de los Estados Unidos, y fruto de su
viaje escribe, en 1880, Los Estados Unidos de Norteamérica. Ratzel se siente
allí como Liliput en el país de los Gigantes. Por ejemplo, él admiraba la
eficacia de los ferrocarriles alemanes, y se encuentra que los Estados Unidos
están atravesados por tres o cuatro líneas transcontinentales que van del Océano
Atlántico al Océano Pacífico; y unas locomotoras que eran dos o tres veces más
potentes que las locomotoras alemanas, porque para atravesar el continente
entero en forma rentable la locomotora tenía que arrastrar muchos más vagones.
Entonces ve todo lo europeo pero en proporciones gigantescas. Nacen los
rascacielos, cuantitativamente todo adquiere dimensiones fantásticas. Ratzel es
impactado hondamente por esta realidad. Estados Unidos culmina el ciclo interno
de su industrialización al completar su marcha hacia el oeste, alrededor de
1890. Ha cumplido la etapa de colonización interna sin incomodar a ninguna
potencia, ya que todas estaban por entonces en Europa. La única víctima había
sido México. Entonces ese nuevo actor, en las márgenes del centro de poder
mundial, llega a los dos océanos y comienza, con el Almirante Mahan, con
Theodore Roosevelt, el primer Roosevelt, la priorización del Océano.
Tomar relación con el océano es tomar relación con el mundo. "Pensar el océano"
es "pensar el mundo", porque casi las tres cuartas partes de la tierra son la
masa marítima oceánica. De manera que los cowboys empezaron a transformarse en
marines; o sea, a tener preocupaciones mundiales. Los primeros que expresan ese
cambio, Mahan, Roosevelt, Henry Cabot Lodge y otros, son llamados -porque es el
término que se populariza en la época-los "imperialistas". Porque miraban el
mundo por primera vez, eran yankees que miraban el conjunto del mundo; antes no
había ocurrido; antes era el asunto del Far West, una marcha interna. Ahora
empieza la externa. Esa es la razón del conflicto con España, en Cuba y
Filipinas, es la razón de la creación de Panamá, para la construcción del canal.
Porque de ese modo Estados Unidos supera el problema de la comunicación marítima
de sus dos litorales. El canal de Panamá le permite una comunicación inmediata y
la posibilidad de tener la máxima presencia tanto en uno como en otro océano.
Por ello también sobreviene la anexión, en el mismo año de la Guerra de Cuba,
1898, de Hawaii. Hawaii había sido invitada a la primera Conferencia
Interamericana de 1898, cuando era independiente, pero en el año 1898 la anexan
como camino a Oriente y camino a las Filipinas, que va a ser su base estratégica
entre el sudeste asiático, la China y el Japón, en el corazón del Extremo
Oriente.
Todo ese proceso llama finalmente la atención de Europa, y Ratzel escribe sobre
esto, que es decir sobre el mundo, sobre la geopolítica mundial. En esencia,
Ratzel dice: la era de los estados-nación industriales, que ha sido el siglo XIX,
ha sido derogada sustancialmente, porque de ahora en adelante, el siglo XX, va a
ser la "era de los Estados Continentales Industriales". De ahí le viene a Perón
esa idea, que paradojicamente ningún argentino se ocupó en saber de dónde venía
y por qué venía. Era un rótulo, pero no pensamiento, para la mayoría de sus
propios compatriotas. Entonces Ratzel llega a la conclusión de que Europa está
"liquidada", porque Alemania no puede enfrentar a Estados Unidos, Inglaterra
tampoco, Francia tampoco. ¡Son paisitos! Estados Unidos implica varias
Alemanias, Francias, Inglaterras. ¡Ninguno puede con la escala de Estados
Unidos! ¡Todos son secundarios! Se terminó el poder de Europa, se terminó
Europa. Lo dice Federico Ratzel, que murió en 1904 y que advierte entonces: si
Europa no se une y forma un nuevo Estado Continental, no va a tener ningún
protagonismo más en la historia. Va a tener la ilusión, conservará la ilusión de
que es todavía protagonista, pero en esencia hay otro que ya es más que ella
entera. Así que de la forma en que venía Europa, era perder el tiempo. Y se
interroga más: ¿Quién podrá hacerle frente a este poder continental que abre la
"era de los estados continentales"? Si Europa se une y forma una "Unión
Europea", en una de esas puede. Pero hay que inventar un nuevo tipo de nación;
si no, es la muerte. Y percibe que puede aparecer otro competidor: Rusia. Rusia
había comenzado, en la década de 1890 su despegue industrial, en algunas zonas
básicas. Se mantenía igualmente como un gigantesco mundo campesino, pero al
comenzar la Primera Guerra Mundial el producto industrial de Rusia era levemente
mayor que el de Francia. Eso no se percibía con facilidad debido al gigantesco
mundo campesino que envolvía esos núcleos industriales, y por ello parecía mucho
más atrasada de lo que estaba. Y Ratzel concluye que si Rusia lograba mantener
una industrialización acelerada, y unificaba las múltiples etnias que integraban
el Imperio, entonces podía constituirse en el único poder continental capaz de
enfrentar a los Estados Unidos de Norte América. Y nadie más. Cuando dijo todo
esto, anunció la lógica de la historia del siglo XX que hemos vivido todos
nosotros. La anunció al comenzar el siglo. Los Estados Unidos, que para Ratzel
eran ya el poder máximo, pero virtual aún, a principios del siglo XX, iban a
lograr fructificar esa virtualidad de "primer estado continental industrial",
recién en la Segunda Guerra Mundial. Tardaron cincuenta años en hacer público y
notorio, ante el mundo entero, que eran el máximo poder mundial.
En ese mismo instante del novecientos aparece la primera generación en América
Latina que empieza a repensar la unidad continental. Es la generación de José
Enrique Rodó, de Manuel Ugarte, de Rufino Blanco Fombona, de Francisco García
Calderón, de la que luego derivarán Perón y otros. Estos del 1900, sin la
percepción orgánica y sistemática de Ratzel, vieron lo mismo. O sea, advirtieron
la emergencia del poder de los Estados Unidos, que se hace visible en la guerra
de Cuba de 1898, y dijeron: ŒEstados Unidos es el nuevo paradigma del poder; o
los enanitos que nos hemos repartido en la crisis del Imperio Español hacemos la
Patria Grande unificada, o estamos fritos¹. Es decir, no con la nitidez de
Ratzel, con el armazón intelectual de Ratzel, pero los latinoamericanos del 900
sienten y perciben lo mismo: que las patrias chicas y enanas del sur no iban a
ser nada si no se unían. Y entonces afirman que tenemos que pasar de los
"Estados Desunidos del Sur" a los "Estados Unidos del Sur". Y ésa es la tarea
que propone esa generación, en que por primera vez se repone -contemporaneamente
a Ratzel-una política continental latinoamericana, para superar lo que para
ellos era el enanismo de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay,
Perú, Uruguay, Venezuela, todos países enanos.
El primero que escribe de estas cosas es Rodó, con el Ariel, que aparece en
1900. Es muy interesante. Rodó en el Ariel habla como el profesor universitario
que le dice a sus estudiantes: cada generación necesita acuñar un mensaje nuevo,
responder a una nueva necesidad de la historia, y yo quiero ayudarlos a pensar
qué idea nueva pueden aportar ustedes a la historia. Esa idea, que era su
obsesión ya de años antes, es la unidad moral e intelectual de América Latina. Y
les advierte a esos muchachos, que son el público imaginario de su libro: si no
vamos hacia la unidad de América Latina, no vamos a salir del polvo de la
historia; vamos a no ser, definitivamente. Es decir, les señaló a los jóvenes
nada más que un horizonte nuevo, porque ellos no sabían ni la historia de
América Latina. Todos habían nacido en, y conocían la historia del Uruguay solo,
la historia del Paraguay solo, de la Argentina sola. Porque todo ocurrió para
que la Argentina fuera sola, para que el Uruguay fuera solo, para que Chile
fuera solo, para que Ecuador fuera solo. Y él dijo ¡no! ¡Tenemos que repensar
todo! Desde la unidad. Eso se había interrumpido desde 1826, con fracaso de
Bolívar en confederar el conjunto de las repúblicas emergentes y fundar lo que
él llamaba una Nación de Repúblicas Confederadas. Entonces esta reposición de la
tarea unificadora se inicia en Montevideo, por inspiración de Rodó, con la
realización, en 1908, del Primer Congreso Estudiantil Latinoamericano.
Llegan estudiantes del Perú, de Chile, de la Argentina, de Brasil, del Paraguay,
y es el comienzo de la organización de las juventudes latinoamericanas,
promovido por Rodó. Él sólo podía persuadir a los que no eran adultos. Porque
los adultos estaban en otro mundo, el mundo agroexportador hacia Europa. El
Uruguay iba hacia Europa, la Argentina iba hacia Europa, Chile iba hacia Europa,
nadie se comunicaba entre sí. No teníamos vínculos económicos serios entre
nosotros. Recién los empezamos a tener a fondo hace quince años. A fondo, hace
quince años. Antes no. Todos nos habíamos afirmado haciéndonos extraños del
vecino; lo que no debíamos conocer era al vecino; más bien debíamos
diferenciarnos del vecino. El vecino era el malo, el idiota, y yo era el bueno.
Y como éramos tan iguales, tuvimos que inventarnos un conjunto de enemistades
vecinales, como las peores aldeas. Aldeanos insoportables. Este proceso que
estoy describiendo fue muy claro, y se dió inicialmente entre el año 1900, en
que aparece el Ariel, y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. El
argentina Manuel Ugarte es el primero que ofrece una síntesis, histórica y
política, del conjunto de América Latina, en el libro El porvenir de la América
Española, publicado en 1910. hasta entonces, en pleno siglo XX, no había ninguna
visión de conjunto de América Latina. Era la primera vez que alguien se ocupaba
de pensar el conjunto. Al año siguiente, 1911, apareció La evolución política y
social de Hispanoamérica, del venezolano Rufino Blanco Fombona. Blanco Fombona
le pidió además a Rodó que escribiera un Simón Bolívar; y Rodó, por esas cosas
exóticas, ya que ni la acción ni la influencia de Bolívar llegaron nunca al
Uruguay, había hecho composiciones sobre Bolívar desde los once o doce años. Y
Rodó hizo entonces su Bolívar, el unificador del sur, en 1912. El mismo año de
1912 se publica Las democracias latinas de América del peruano Francisco García
Calderón, y al año siguiente La creación de un continente, dos obras
extraordinarias donde ya el tema de la unidad va adquiriendo más forma; a punto
tal que García Calderón termina insinuando que quizás el destino unificado de
Sudamérica esté en la emergencia nueva de Argentina y Brasil. En vísperas de la
Primera Guerra Mundial, la generación del 900 había alcanzado la primera visión
totalizante de América Latina.
En abril de 1918 Manuel Ugarte es el único orador en el acto inaugural de la
primera gran organización estudiantil, la Federación Universitaria Argentina, la
FUA. Dos o tres meses después estalla la Reforma Universitaria en Córdoba, que
le brinda nueva dinámica al proceso iniciado con el Ariel, dando cauces
institucionales al movimiento juvenil universitario latinoamericano. El
estudiantado es, entonces, el primer heredero del latinoamericanismo. Y lo pudo
ser, digamos, por las "idealidades". ¿Por qué? Porque los adultos, la gente
"seria", pensaba de otro modo. En todo caso, alguno se habrá pegado un susto al
escuchar al hijo hablando de la "unidad"... con los países sudamericanos. Y
dirían cosas como "¡Estos chiquilines no saben que no tenemos vínculos ni con
Chile ni con Bolivia! ¡Perder el tiempo! ¡Hay que ir a París, a Londres, a New
York! No sean bobetas, nosotros tenemos vínculos con los importantes; ustedes
¿qué quieren con otros enanos inferiores?
¿Para qué?".
Pero el río siguió, y fue del mundo estudiantil que surgió la gran marea
nacional populista. También fue de ese mundo que surgieron las primeras visiones
políticas de la industrialización de América Latina, con el gran teórico inicial
que fue Víctor Raúl Haya de la Torre y la Alianza Popular Revolucionaria
Americana, el APRA. Haya de la Torre es la primera teorización general para
superar las "polis oligárquicas" de América Latina. Polis oligárquicas, porque
lo que se llamaron "naciones", en América Latina, fueron rótulos. Eran rótulos
de algo que en realidad se trataba, tan sólo, de un conjunto de "ciudades
antiguas". Porque el Imperio Español se descompone al iniciarse el siglo XIX, en
un conjunto de "ciudades-estado antiguas". Son ciudades-estado antiguas que
controlan un enorme hinterland, inimaginable para ningún europeo; pero eran
ciudades-estado del tipo mediterráneo, formadas por comerciantes,
terratenientes, y artesanos, y el resto eran los ilotas. No votaban ni eran nada
en el orden de la polis. Nada. Cuando en el Œ900 Rodó hace el Ariel, en la
Argentina Juan Agustín García escribe La ciudad indiana, que es la primera obra
importante sobre las ciudades americanas durante la época hispana. Y cuando uno
lee esa obra, se da cuenta de que Juan Agustín García, al analizar la "ciudad
indiana", lo único que hace es trasladar todas las categorías de análisis de
Fustel de Coulanges. De Coulanges fue un gran pensador francés que treinta años
antes había escrito una obra memorable, La ciudad antigua, donde narra el
surgimiento de la polis en Grecia y de la ciudad en Italia, es decir, de la
ciudad mediterránea.
Pues, eso éramos nosotros. Estados-ciudad antiguos, que controlaban espacios
gigantescos agroexportadores. Pero no industriales. Todo parecido con una
sociedad industrial era una casualidad. Por eso yo llamo al Centenario de la
Argentina, en el año 1910, "el canto del cisne de la ciudad antigua". Era una
ciudad anacrónica en sus bases, enormemente rica, si, pero una riqueza que
carecía de toda potencialidad porque todos los inventos eran de otros. Los
inventos de la modernidad eran de otros. Acá, los grandes estancieros lo único
que podían hacer era llevarse en el transatlántico una vaca para ordeñarla
durante el viaje, para que la nena tuviera leche fresca. Y no podíamos exportar
ninguna cosa con valor agregado suficiente. Ese era el fondo de la cosa. Con una
gigantesca renta agraria comprábamos los objetos de la modernidad, teníamos la
mímica de la modernidad, pero nada más que la mímica. Ese es el fondo de la
cuestión. Entonces hubo gente que se propuso convertir la mímica en realidad, y
fue el surgimiento de las tres consignas básicas que yo intento sintetizar del
nacional populismo latinoamericano, que se ha convertido en una palabra
peyorativa de los sociólogos académicos, de los yanquees o antes de los rusos.
El "populismo" era decretado inferior. Pero es el único pensamiento importante
que surgió en América Latina desde sí misma, y generó a Haya de la Torre en
Perú, a Vargas en Brasil, a Perón en Argentina, a Ibañez en Chile, a Lázaro
Cárdenas en México, a Rómulo Betancourt en Venezuela. Fue la primera oleada del
nacional populismo en las viejas sociedades agrarias, cuya esencia era una
ciudad antigua que domina el hinterland agrario que le rodea. Entonces, en
realidad, es la República de Montevideo, no el Uruguay; es la República de
Buenos Aires controlando el hinterland, un inmenso hinterland; y la república de
Santiago de Chile, y así siguiendo. Donde las oligarquías controlaban todo.
Bolívar los llamaba "los potentados que nos dividen". Las ciudades potentadas
del mundo agrario o minero exportador.
Entonces comienza la gran lucha por "democratizar", que es la primera consigna
del populismo. Pero para democratizar había que "industrializar", porque las
sociedades agrarias no daban ocupación y empleo a la multitud. Entonces había
que industrializar, que es la segunda consigna del populismo. Pero para
industrializar los mercados eran ridículos, chiquititos. Argentina, la Argentina
que Perón lucha para industrializar entre 1945 y 1955, tenía diecisiete millones
de habitantes. Y Ratzel había dicho, en el Œ900: la Alemania de sesenta
millones, superindustrial, ya no juega más el partido, porque no puede con los
Estados Unidos... Entonces, ¿qué íbamos a industrializar?
Se trataba entonces de crear un mercado de escala, y ahí aparece el tema de la
unificación, que es la tercera consigna del populismo sudamericano. Entonces,
para democratizar había que industrializar, o sea ciencia y tecnología, y para
eso había que "integrar". Esos temas centrales son todo el nacional populismo
naciente, la primera ola del nacional populismo, hecha todavía en los
"países-parroquia". Porque aunque añorar la integración, industrializan
sustituyendo importaciones. Esto fue necesario, inevitable, pero a la vez la
sustitución de importaciones se volvió un obstáculo a superar para la
integración. Los microproteccionismos iban a dificultar el entendimiento con los
países de al lado, y por último se iban a convertir en el gran freno de los
intentos integradores de los años sesenta. De modo que nuestras naciones,
Uruguay, Argentina, Perú, Venezuela, eran en realidad polis oligárquicas,
ciudades antiguas que acotaron un gran espacio vacío, casi vacío, para el lobby
agrario-minero-exportador. Y fuimos las últimas ciudades antiguas hasta la gran
crisis mundial de 1929. No hubo antes ningún país con industrialización
suficiente como para que esa industrialización incidiera en la vida del país
hondamente. Eso empieza después de la crisis del Œ29. Ahí empieza la gran lucha
por la generación de la sociedad industrial. Pero entonces todos los líos de
entrecasa también juegan su papel. Porque les digo que Raúl Prebisch propone en
la CEPAL -o sea, a escala de América Latina-lo que Perón hizo en la Argentina.
Pero Prebisch, como sus amigos los socialistas independientes, estuvieron contra
Perón, y él se hizo antiperonista. Es decir, se colaron los asuntos de la aldea,
porque en las esencias, Prebisch y Perón significan lo mismo. Era el efecto de
la lucha por la industrialización argentina que repercutía en el conjunto de
América Latina.
Pero Perón representó, dentro del populismo latinoamericano, un nuevo paso,
totalmente distinto de lo anterior. Porque Perón, en 1951, busca la alianza de
Argentina y Brasil, pensando que la unión debe comenzar con un núcleo básico de
aglutinación. Él decía, exactamente -permítanme que lo cite textualmente, de un
librito sobre Perón que publiqué hace dos años-: "La unidad comienza por la
unión, y esta por la unificación de un núcleo básico de aglutinación". Para él,
la alianza argentino-brasileña era ese núcleo básico de aglutinación de América
del Sur. O sea, da un salto enorme con relación a todo el latinoamericanismo
anterior: señala el camino principal. El pobre Rodó nos dijo: en el horizonte
está la Patria Grande; pero no dejó táctica, no dejó estrategia, sólo dejó el
horizonte. Después otros fueron elaborando ese horizonte, y empezaron a
corporizarlo en otras cosas, otros pensamientos, y de ahí surgen los
nacional-populismos. Pero Perón es el primero que indica un camino a seguir, el
primero que transforma eso en una política sudamericana. Porque si no hay
discernimiento de lo principal y lo secundario, es decir, si no se descubre y
propone el camino principal de acceso a lo que se busca, distinguiéndolo de los
caminos secundarios -que pueden auxiliar al camino principal pero que no
conducen a realizar lo que se propone-entonces se marcha a los tumbos.
El camino constituye el alma de la realización del destino. Ese es el salto que
logra dar Perón. Él dice: el camino fundamental para los Estados Unidos de
América del Sur -él usa simbolicamente "América Latina" y politicamente "América
del Sur", pero eso es otro punto que no voy a tocar ahora-es el entendimiento de
la Argentina con Brasil y con Chile, para generar un poder biocéanico.
Perón apela a Ibáñez. Ibáñez, siendo presidente de Chile en 1928, había llamado
a Alejandro Bunge, uno de los primeros argentinos que batalló por la
industrialización, desde la Revista de Economía Argentina, fundada por él en
1918, y desde la cual proclamaba la necesidad de unificar el cono sur
hispanoparlante a través de un pacto regional. Entonces Ibáñez lo llama en el
¹28, porque quería hacer una unión aduanera -reparen en la fecha ¡1928!-con
Argentina y los países hispanoparlantes del sur, Bolivia, Paraguay y Uruguay. No
con Brasil. O sea que Ibáñez era un hombre con antecedentes y se daba cuenta que
Chile solo era muy poquita cosa. Y hoy, Chile, siendo el único exitoso de
América del Sur, sigue siendo demasiado poquita cosa, porque todos somos muy
poquita cosa. Yo lo sé hace muchos años, ustedes están aprendiéndolo recién
ahora. Lo lamento. Pero Perón ya lo sabía hace cincuenta años. Yo lo aprendí de
él, por eso estoy acá. Yo lo aprendí de él, pero la mayoría no lo aprendió de
él, ésa es la verdad, y ahora, si no lo aprenden están fritos. Ahora tienen que
aprenderlo, porque ahora es como él lo previó: "unidos o dominados". Si les
gusta, bien, es un lío gordo, hay que pensarlo mucho y estructurar muchas cosas.
Es una tarea ardua y difícil. ¡Ah sí!, las grandes tareas son arduas y
difíciles; y nosotros estamos demasiado acostumbrados a la facilidad.
Siguiendo con la idea de Perón, la unificación tiene reglas y procedimientos. La
Unión Europea no surge de la alianza entre Italia, Suecia y España, por poner un
ejemplo. Eso podría ser una aventura simpática o un antecedente, pero la Unión
se produce sólo cuando se unen Alemania y Francia, que son los países que
destruyen dos veces a Europa entera. Esos sí pueden generarla, ésos son los
únicos que la pueden unificar. Y eso lo percibieron Monet, Schuman, Adenauer, De
Gasperi; todos ellos dijeron: se avanza en la unidad por el camino de la alianza
franco-alemana, y sólo por ahí, porque ése es el camino principal. Y Perón
descubrió que el camino de la unidad necesaria de América del Sur -no de la
Argentina y Brasil, de América del Sur-era ése, y planteó ése camino. Puso la
manzana para que se mordiera. Entonces ocurrió que él no pudo, porque los amigos
del Norte actuaron de forma tal que generaron la resistencia a la idea. Hubo un
discurso de Perón a los altos mandos, es septiembre de 1953, que se hizo
célebre, porque fue publicado en Montevideo poco después por un exiliado
argentino, "antiimperialista" él, bajo el título "El Imperialismo Argentino".
Ahí fue cuando yo lo conocí, y conocí estas ideas de Perón, que para mí fueron
la revelación de su pensamiento, ¡y me embromé hasta hoy! Tuve por lo menos la
fortuna de embromarme bien, pero estas ideas ¡en Uruguay!... No me pasó nada por
indulgencia y pena de mis compatriotas.
Digamos entonces que ése es el cortocircuito básico de América del Sur. Y
finalmente sucedió. Comenzó con Alfonsín y Sarney. Porque así es la historia:
alguien que había estado en los comandos antiperonistas en 1955, en 1985 inicia
lo que el otro anunció pero no pudo hacer. Porque la cuestión es que se diera el
"cortocircuito". Y luego vinieron Menem y Collor, y lo continuaron. Y sobre esto
quiero dejarles un símbolo para recordar, porque se podría conversar muy
largamente sobre el proceso, pero no nos daría el tiempo. Cuando a la señora
Madeleine Albrigth, Secretaria de Estado del ex Presidente Clinton, la llaman al
Senado y le preguntan ¿qué piensa del Mercosur?, esta señora responde -la
Secretaria de Estado de Estados Unidos-: "Fue una distracción". ¿Cómo pudo
suceder? Porque sucedió en el momento en que se cayó la Unión Soviética. Nada
menos que el enemigo principal de los EEUU; y se armó una polvareda mundial,
nadie sabía como iba a quedar el escenario cuando el polvo decantara. En esa
desorientación circunstancial, en medio de esa polvareda, dos "loquitos" se le
unen, y armaron una "pelota" distinta; cuando repararon en el hecho, ya estaba
consumado. Y empezó a marchar.
Y aquí estamos. Les aclaro que no soy antinorteamericano; yo soy pro-unidad de
América del Sur. Podríamos hablar sobre las diferencias en la historia de
México, de América Central, de las Antillas, con la historia de América del Sur.
Podríamos hablar mucho sobre esto. En su origen el norte era basicamente el
Virreynato de México y toda la América del Sur española era el Virreinato del
Perú. Nosotros fuimos peruanos hasta 1776, cosa que hemos olvidado prolijamente,
a pesar de que el Virreynato del Río de la Plata fue un suspiro. Entonces éramos
todos peruanos, desde arriba hasta abajo.
En mi opinión se está produciendo un impasse definitivo del conjunto de
primigenios países que nacen en el ciclo de la independencia de 1808 a 1830.
Dentro de seis años vamos a empezar a recordar los doscientos años del proceso
de la Independencia, iniciado por los Cabildos a partir de las Juntas de 1808.
Fue un proceso que unificó todo. Ahora bien, ésta recordación será, una vez más,
la evocación de unos héroes que fueron todos perdedores. ¡Fantástico! Resulta
que nuestros héroes son... ¡ los que perdieron! Porque de lo que San Martín se
propuso no sólo no salió nada, sino que él mismo se tuvo que ir lo más lejos
posible. Fracasó. Le tuvo que dejar la posta a Simón Bolívar, y Bolívar termina
en Santa Marta, enfermo, diciendo "hemos perdido todo menos la Independencia". O
sea, con lo que termina el celebrado independizador de América del Sur es con el
reconocimiento de la pérdida de las condiciones de la Independencia. La
independencia es entonces una pseudo-independencia.
Mi opinión es que estamos asistiendo al comienzo de una nueva fase de la
historia de América del Sur. Y deberíamos empezar por tratar de entender un poco
mejor qué es América del Sur. Son dos mundos, el luso-mestizo y el
hispano-mestizo. El luso-mestizo es un solo país. El hispano-mestizo son nueve
países. Es importante saber las proporciones, porque la vida es un buen manejo
de las proporciones: si uno tiene ideas desproporcionadas de los
acontecimientos, le va a ir mal siempre. ¿Cuáles son las proporciones básicas de
América del Sur? Ambos mundos, el luso-mestizo y el hispano-mestizo, tienen en
conjunto recursos, población y extensión similares, pero uno es un solo país y
el otro son nueve países. Esos nueve países ¿Cómo se reparten? Hay cinco países
medianos (Argentina, Colombia, Chile, Perú y Venezuela), y cuatro países
"mínimos" (Bolivia -no por sus dimensiones sino por su PBI-, Ecuador, Paraguay y
Uruguay). Pero entre los medianos hay diferencias: el más importante de los
cinco en PBI, acumulación intelectual, un mundo de cosas, es la Argentina. La
Argentina es equivalente, como poder virtual, hoy está desacompasado, pero si lo
tomamos hace cuatro o cinco años, su poder es equivalente a la suma de Colombia,
Chile, Perú, y Venezuela. Es 1) Argentina, 2) Colombia, 3) Venezuela, 4) Chile y
5) Perú. Todos los "mínimos" equivalen al último de los "medianos" que es el
Perú. Ese es el conjunto y la proporcionalidad de América del Sur. El centro
hispanoamericano es Lima, donde se encuentran San Martín que sube y Bolívar que
baja. Lima fue el sitio unificador de todo el conjunto y luego fue el sitio
donde la Independencia llegó a su culminación. En el norte, el país fundamental
es el país que hoy tiene la guerra interna con la FARC, una guerrilla
sobreviviente de la época del Che, y el narcotráfico. Es un mundo sobreviviente
que estalla, en el país más importante del norte, que fuera la base de Simón
Bolívar, ya que él era venezolano pero su base fue Colombia. De manera que el
país más fuerte del norte, sucesor del Virreynato de Nueva Granada, está tan o
más destruido que la Argentina ahora, que es el núcleo fundamental de la
Hispanoamérica de América del Sur. Venezuela está debatiéndose con el golpe de
Estado, Ecuador se ha dolarizado, de todas partes hay una emigración enorme. El
Perú está en picada, Paraguay y Uruguay, "atrapados sin salida". Estamos más
mansos que ustedes, pero porque el país siente que como una especie de fatalidad
va hacia el no ser. Ésa es la sensación que uno habla con el taxista, con el
almacenero. En todos es: no hay futuro, no hay destino, nadie ve que haya más
allá nada. Eso es el Uruguay hoy. En cierto sentido está escarmentado por las
agitaciones de los años sesenta, en un país que no estaba acostumbrado a eso;
agitaciones que terminaron en los Tupamaros y la dictadura militar. El bombero
vino a apagar el incendio, pero luego se sentó en la sala y se quedó doce años
comandando un país.
Es decir ¿en qué momento estamos? En el que todos colegimos que no hay solución
para ninguno de nuestros países como solución solitaria. O sea que después de un
largo periplo, volvemos a la situación en que se generó la Independencia. Los
países hispano-sudamericanos no se independizaron por sí mismos. O debieron ser
auxiliados desde más allá de sí, o tuvieron que ir más allá de sí para poder
asegurar su independencia. Ninguno se quedó solo en su casa y dijo "soy
independiente", y se terminó el partido. Eso sólo ocurrió en México, en Brasil y
en América Central. Las Provincias Unidas de América Central, en 1824 se
declaran independientes y bastó, aunque luego se dividirían. Bolívar perdió la
primera insurrección de Venezuela, recomenzó la batalla en Colombia, y desde
Colombia liberó Venezuela. Y desde el sur pasa lo mismo. Argentina es el
fragmento mayor de la descomposición que resulta de la Independencia
hispanoamericana, pero en el proceso independentista fue parte de la unidad
sudamericana. Cuando Sucre culmina la campaña libertadora del Alto Perú, se
dirige a Rivadavia para hacerle entrega del territorio, como parte integrante
del antiguo Virreynato, pero Rivadavia le dice que no, no la quiere, y Bolívar
queda atónito. Era la oligarquía porteña, el alto comercio porteño, que quería
que su moneda desplazara y dominara a la moneda de todas las provincias del
norte, que era la moneda de plata del Potosí, ¡Así fueron las cosas! Entonces
para ser independientes, como el núcleo militar de España en Sudamérica estaba
en el Alto Perú y en el Perú, había que derrotarlos allí, y ése es el sentido de
la campaña de San Martín. Y el Congreso de Tucumán, no declara la Independencia
de la Argentina, sino la Independencia de América del Sur. Y San Martín libera a
Chile, y O¹Higgins apoya la campaña a Lima, y argentinos y chilenos van al Perú.
En el manifiesto que San Martín dirige a los peruanos, les dice: queremos la
independencia del Perú como hemos querido la independencia de Chile, para que la
República de Chile y la República del Perú se unan con las Provincias Unidas del
Río de la Plata, para formar una sola Confederación hasta Lima. Pero los
unitarios le cortaron los víveres, y tuvo que dejarle el camino a Bolívar porque
ya no tenía el apoyo de Buenos Aires, del alto comercio porteño, que era la
importación inglesa.
Ahora bien, ¿en qué terminó todo eso? Cuando yo tenía pantalones cortos, en un
festejo de la Independencia del Uruguay, el 25 de Agosto, yo había leído la
Declaración de la Florida, y le digo a mi papá: "¿Cómo se festeja la
Independencia si en realidad se declara la anexión a la Argentina?" Y mi papá,
muy sorprendido me dice "¿Cómo, estás loco?" y yo le contesto, "¡Pero si es así!
La Declaración dice: Artículo 1: Declara irritos, nulos,... y de ningún valor
para siempre, todos los actos de incorporación, etc. Artículo 2: en
consecuencia... se declara de hecho y de derecho libre e independiente del rey
de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del Universo, etc. Y a
continuación de esta declaración, el primer decreto que produce el Congreso,
afirma: Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de
este nombre en el Territorio de Sudamérica, por ser la libre y espontánea
voluntad de los pueblos que la componen...". Entonces, concluía yo, no es la
"Independencia" del Uruguay lo que declaró el Congreso de la Florida, ¡es la
unidad con las Provincias Unidas! Mi padre se enojó y concluyó: "Sos muy chico,
no entendés nada". Yo quedé tan perplejo que creo que ahí decidí hacerme
historiador... Porque me decía, ¡aquí hay un gato encerrado bárbaro! ¡Esto es un
sancocho que no se sabe lo que es! Y así era. Cuando se emplazó en 1880 el
monumento a Artigas que está en la Plaza Independencia de Montevideo, en el
Senado del Uruguay hubo una discusión tremenda acerca de cuál era el papel que
había jugado Artigas en nuestra historia, y no hubo acuerdo ¿Era el Precursor?
¿Era el fundador de la nacionalidad? Unos decían que sí, otros decían que no.
Bueno, allí está el resultado, en todos los monumentos se pone una placa que
alude al carácter y a la razón del homenaje: fundador de tal cosa, descubridor
de tal otra, triunfador en tal batalla. Pero el monumento en la Plaza
Independencia dice: "Artigas". ¡Que cada cual interprete lo que quiera! Porque
cuando el Gobierno de la República Oriental del Uruguay envía una delegación al
Paraguay para solicitarle que regrese, Artigas responde: "Yo ya no tengo
Patria". Porque su Patria eran las Provincias Unidas del Río de la Plata, ésa
era su lucha, él había fundado el Partido Federal de las Provincias Unidas del
Río de la Plata. El no quería una provincita sola que dijera "soy una República
sola".
Vuelvo entonces a la idea central: el rasgo común de nuestra Independencia en
Sudamérica, en ese proceso que va de 1810 a 1830, es que se produce todo en
conjunto, todos tuvieron que ir más allá de sí, o recibir desde más allá de sí,
para alcanzar el poder de ser independientes. Y esto es lo que se nos repite
ahora. Ahora estamos sintiendo la impotencia de los fragmentos que resultaron,
del enanaje que resultó. Ese es el nudo. Entonces eso es lo que me parece más
importante hoy. Algo que hemos conversado con amigos en América Latina por años.
Con todos esos amigos, en Perú, en Paraguay, en Bolivia, en Chile, sabemos que
sin la Argentina no podemos hacer nada. Todo el sur sin la Argentina no puede
hacer nada. Pero también les digo, Argentina sin todos nosotros no puede hacer
nada, y Argentina sin Brasil no puede hacer nada, y Brasil sin Argentina queda
aislado.
Pero esto no sólo lo sabemos nosotros. Entonces, cuando el Fondo Monetario
Internacional prolonga la agonía de la economía argentina ¿por qué lo hace? Pero
¿acaso no sabemos qué poderes dirigen al Fondo? ¿Y por qué hay intereses que
empujan y aprovechan esta situación? Porque quieren cortar esta alianza nueva y
potencial que emerge desde 1991, que es la alianza argentino-brasileña. ¿Por
qué? ¡Porque es el "cortocircuito" fundamental de la unidad de la América del
Sur! Si eso se interrumpe, ¡adiós Unión Sudamericana! Porque sería como haber
interrumpido el "cortocircuito" franco-alemán en Europa: adiós Unión Europea.
Porque ¡con quién se puede aliar Brasil! Aliarse con Argentina es virtualmente
aliarse con el resto. Mientras que si se alía con Ecuador, ¿qué significa eso?
¿O con Uruguay? El asunto es la alianza de lo fundamental, y la alianza del
Brasil con la Argentina es la alianza entre lo más importante del mundo
sudamericano. Y sino, Brasil queda aislado; y pueden pasarle muchas cosas, en la
Amazonia, etc., etc. Yo no pienso esto porque haya una suerte de "alevosía"
norteamericana, no; pienso simplemente que ellos se sienten más tranquilos si en
Sudamérica no se forma ningún centro de poder. Y el único centro de poder serio
en Sudamérica lo puede constituir una alianza argentino-brasileña, porque nos
arrastra a todos irremediablemente. Por eso Argentina tiene que saberlo; si
Argentina juega el partido como hasta ahora, sola, ¡Argentina está equivocada!
¡Su juego es mucho más amplio, es mucho más rico! Si insisten en actuar con las
categorías de lo que se termina, de lo que ya no tuvo éxito, no tienen ningún
destino. Tienen que asumir el pasaje que Perón llamaba del estado-nación al
estado continental. Lamentablemente esto no se hace en un baile ¡no! ¡Es un gran
lío! Los pasajes importantes son grandes líos. ¿O qué queremos? ¿Lujo, regalos?
Recuerdo que un mes antes del corralito, leí en La Nación un artículo de un
señor, creo que era la mano derecha de Cavallo, donde decía "No queremos nada
con el Mercosur, porque eso es poca cosa. Tenemos que aliarnos con los ricos,
con Europa y con Estados Unidos" Y yo decía ¿pero este señor piensa que los
ricos están interesados en aliarse con él? ¡Qué iluso! ¡Un superenano aliado de
los ricos! ¿Que mamarracho es éste? Decir este tipo de cosas es un síntoma
grave, es una muestra de cómo está la Argentina, porque hay cosas que no
resisten al más elemental sentido común.
Con esto termino mi exposición, éstas eran las ideas que quería trasmitirles.
(*) Criollos -en nuestra acepción -es toda persona de bien que se sienta parte
integrante del pueblo argentino, como sudamericano y latinoamericano y parte,
tambien, del destino de nuestra tierra, su historia y su porvenir y sienta fluir
por sus venas, como propia, la sangre de sus mujeres y hombres maravillosos, ya
sean amas de casa o artistas, intelectuales y cientificos, técnicos y
estudiantes, trabajadores en actividad o desocupados, empresarios nacionales o
entrepreneurs exiliados en el Veraz, locos y genios, patriotas y poetas.
Fuente: http://www.globalizacion.org/integracion/MetholFerreAmericaSurEstadoNacion.htm
Un
país de los ricos, por los ricos y para los ricos. La nueva oligarquía de EEUU
Historia
argentina