Dirección general: Lic. Alberto J. Franzoia

 





NOTAS EN ESTA SECCION
El imperio y la guerra, Raúl Isan  |  Los origenes del medio pelo y los primos pobres, Arturo Jaureteche  |  China, el nuevo orden mundial, Noam Chomsky
La jibarización del intelectual orgánico, Hugo Presman  |  Testigos en peligro. Por Hugo Presman  |  Veterano de la CIA detrás del Golpe en Ecuador
Obama continúa ejerciendo una política neoconservadora  |  La Argentina que el ajuste nos legó, Susana Torrado

Es hora de volver a llamar a la lucha de clases por su nombre, por David RosenMujeres anarquistas | De los Estados-ciudad al Estado continental industrial
Un país de los ricos, por los ricos y para los ricos.  La nueva oligarquía de EEUU. Por Andy Kroll
La Vuelta de Obligado y el debate histórico. Por Hugo Presman

    

Política latinoamericana

El imperio: la guerra y la paz

Por Raúl Isman

No sólo por su estilo prepotente y rapaz el águila es la representación simbólica y gráfica del imperialismo. Es que la violencia es su modo natural de existencia; en lo interno y en lo externo, con(tra) los hombres y por la destrucción de la naturaleza. La guerra- desarrollada en todas sus formas, aún en las inimaginables- es el único modo en que puede dinamizar su economía depredatoria y sostener su dominio sobre los pueblos y naciones. Veamos algunos ejemplos: en su voracidad por alimentar con petróleo las insaciables bocas de sus máquinas y perforando la corteza terrestre sub-acuática se produjo uno de los accidentes ecológicos más graves de toda la historia, si no el peor. Las consecuencias aún no pueden mensurarse adecuadamente; pero no es ocioso apuntar que en todo serán comparables con una guerra terriblemente destructiva. Franjas enteras de la producción en los propios E.E.U.U. destruidas, catástrofes climáticas en regiones muy lejanas, muerte por doquier, naturalezas muertas y no nos referimos a obras pictóricas son algunos de los resultados que ya se verifican.

Tras los tanques que empiezan las tareas, los grandes massmedia globalizados, vienen los marines a completar la labor de sujeción, cuando “la prensa libre” resulta insuficiente. ¿Será para impulsar el multiculturalismo que los E.E.U.U. mantienen bases y tropas operantes en Haití, Panamá, Costa Rica, Méjico, Colombia, Perú, por citar sólo los territorios latinoamericanos? Como dijera oportunamente el líder de ls revolución bolivariana no tendríamos problema alguno con el país fundado por George Washington si ellos no nos invadiesen, no fomentasen los golpes de estado, no llenasen nuestros medios de comunicación con su discurso embustero o no nos llenasen de iglesias conservadoras y espías disfrazados de O.N.G.

Si trazamos un mapa veremos indudablemente que los principales focos de intervención de los E.E.U.U. se hallan originados en la necesidad de apoderarse de recursos naturales. Por ello no puede sorprender que la última de sus amenazas se dirigiese contra la revolución bolivariana, utilizando para ello al peón colombiano, verdadera Malinche de la posmodernidad. El oro negro que el comandante Chávez supo reconquistar en favor de su pueblo y su patria atrae como imán a los buitres imperialistas. Observese que existe una perfecta simetría y correlación entre destruir la naturaleza para extraer petróleo (Golfo de Méjico) y guerrear en sitios muy lejanos (Irak), que le dan congruencia a la política imperial. Pero la rapiña no es la única motivación. A despecho de los dichos de una dirigente opositora argentina- que tiene hacia los E.E.U.U. la misma actitud que cierta Mónica con un ex presidente de ese país- el fogonero de la hipotética y no declarada guerra de Colombia contra Venezuela no es la cuna de la revolución bolivariana: en realidad se trata del imperio del norte que busca desarticular la creciente unidad latinoamericana por la segunda independencia. La Patria de Bolívar por su peso político y recursos es decisiva en la articulación del bloque popular. Las amenazas de guerra procuran- en su hipótesis de mínima- debilitar y desestabilizar. De máxima: tumbar el magnífico proceso de transformaciones conducido por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías y que se proyecta hacia otros países mediante el A.L.B.A.. El éxito de los planes imperialistas no afecta sólo al pueblo venezolano. El retroceso lo vivirá toda nuestra América. En defensa de la independencia de esta parte del mundo todos tenemos algo que aportar. Los movimientos sociales los pueblos en general y los gobiernos menos comprometidos con la barbarie imperialista tienen la palabra. Y si es necesario, la acción.

Agosto de 2010

Fuente: Redacción Popular


Sociología

Los origenes del medio pelo y los primos pobres *

Por Arturo Jauretche

El medio pelo procede de dos vertientes. Los primos pobres de la alta clase, y los enriquecidos recientes.
Al hablar de la composición de las clases medias y la incorporación a las mismas del sector de gente principal que no participando de la prosperidad de la clase alta, en el momento de la expansión agropecuaria y el vertiginoso enriquecimiento de los terratenientes argentinos, se señaló que algunos grupos de los económicamente desclasados no renunciaron a sentirse parte de la alta sociedad y mantuvieron, casi heroicamente, la ficción de su pertenencia.
Son los primos pobres de la oligarquía. Así los calificaba un miembro de la clase alta que me decía:

Son esos parientes remotos que te van a esperar al puerto cuando llegás de Europa. Uno ni los recuerda, pero tiene que ser cortés y comprenderlos... Ellos te comentan todas las pruebitas que has hecho en Saint Moritz, lo que perdiste o ganaste en Monte Carlo, los yates en que estuviste embarcado en el Mediterráneo y las Villas de que fuiste huésped en la Riviera. Conocen al dedillo los modelos que estrenó tu mujer y todos los chismes y cotorreos que han circulado por la 'Colonia' en París.
Lo desagradable es que uno por corresponder a tanta preocupación quiere ensayar la reciprocidad y les equivoca los apellidos, y con mayor razón los sobrenombres. Fijate que a uno bigotudo a quien le llaman "Macho" le dije "Cototo'', confundiéndole con otro recontra-primo que es medio "para que me han dado esta escopeta"... Uno les confunde hasta los padres y les pregunta por la tía Aurelia, creyendo que es la madre cuando le advierten horrorizados que la tía Aurelia murió hace veinte años y soltera...
Son difíciles, muy difíciles. Además, uno resulta hasta vulgar, pues sus modos de hablar y tocar los temas es tan cuidadosa, que se tiene la sensación de ser poco bien...
En el fondo, son los parientes pobres que pinta Silvina Bullrich en "Los Burgueses'', a los que ya me he referido en una cita.
Muchas de esas familias vivían antes de la aparición del "medio pelo" como exiliados en el tiempo, recordando el landó de la abuelita cuando la "familia figuraba", y "esos de la otra cuadra" se bajaban de la vereda para darles paso.
"Esos de la otra cuadra" eran motivo de un tema frecuente, pues lo mismo podía tratarse de unos "mulatitos" que llevan el mismo apellido porque fueron esclavos de los tatarabuelos, que de los nietos de un "galleguito" al que el abuelo Gervasio hizo nombrar portero de la escuela, y parece que lo ha olvidado desde que progresaron. Tenían en esto memoria de elefante y minuciosidades de hormiga.
Vivían nostálgicos del ayer y como todo "tiempo pasado fue mejor", atribuían su situación actual a una especie de falta de respeto de los tiempos modernos que los había marginado de la primera línea, a la que en realidad nunca pertenecieron.
(En la estructura de la sociedad tradicional, en razón de la distancia que los separaba de los de abajo, el criollaje de la clase inferior y los "gringos" que empezaban a llegar, pero que todavía no hacían sombra con sus pretensiones de importancia, su papel fue, por comparación, de más alto rango).
Algunos reaccionaban con un nacionalismo cerril que los enfrentaba con la ideología "liberal" de la clase a que creían pertenecer. Mentalmente se ubicaban cumpliendo su función de élite conductora, pero no ya desde el landó de la abuela; les era agradable imaginarse en un Cadillac pasando rápido ante los gauchos a caballo, con plata en los aperos, y saludando respetuosamente: —¡Adiós, patroncito! —¡Que te vaya bien, m'hijo!... Una especie de Arcadia pastoril y tecnificada a la vez, pero donde cada uno está "donde debe estar". La mayoría y especialmente las mujeres seguían cultivando los mitos culturales de Europa civilizadora prefiriendo trasladar la culpa de los tiempos modernos a la incapacidad de los miembros masculinos de la familia, "inútiles como todos los criollos".
Ese galimatías era el tema obligado de toda reunión entre la gente del mismo grupo, y sus contradicciones eran imperceptibles para los contertulios porque la esencia del tema era la nostalgia.
Pero mejor ilustrará sobre esa mentalidad, la trascripción de unas líneas de una escritora contemporánea que por su gusto y cultura está más cerca de la alta clase ausentista, pero cuya extracción social y actitud psíquica corresponde a lo que estoy señalando. Se trata de Alicia Jurado en su biografía de Jorge Luis Borges (Ed. Eudeba, 1984). Es la versión femenina del grupo.
Dice de su biografiado: "Intelectualmente es demasiado argentino para ser nacionalista y no ha hecho sino heredar la vieja tradición criolla de mirar hacia Europa; reprocharle esta preferencia es ignorar el pensamiento de las viejas generaciones ilustradas que nos precedieron.” Y aquí se tira con todo contra los nacionalistas: "La admiración por la mazorca, las tacuaras, el gaucho, la cultura diaguita y la bota de potro, es un invento relativamente reciente de los extranjeros que inmigraron al país, fatigados sin duda de los excesos de la civilización y deslumbrados por lo que suponen los encantos del salvajismo. Las antiguas familias argentinas están ahítas de barbarie desde hace tiempo para entusiasmarse con ninguno de sus símbolos; prefieren imitar a sus bisabuelos y buscar ejemplo en los países que la dejaron atrás". "Borges, en este aspecto, no difiere de los hombres que construyeron, en el último siglo, la estructura precaria y amada que hoy preferimos no llamar patria porque las palabras país o nación son más vagas y les duelen menos y nos sugieren menos comparaciones amargas." Para salvarnos de esa amargura, Borges "está realizando la tarea patriótica de mostrar al extranjero que en la Argentina hay algo más que un puñado de indígenas en vía de extinción y una creciente turba de indios vocacionales".
Lo que no impide que más adelante diga: "Borges escribe sobre tapias rosadas, aljibes y patios, gauchos y compadritos, próceres y montoneros; escribe, en una palabra, sobre la Argentina, de su añoranza." Pero la Argentina de los aljibes en lugar del agua corriente, y los montoneros en lugar del ejército moderno no se concilia muy bien con los ejemplos buscados por los bisabuelos y así la añoranza se compone de elementos tan contradictorios unos como el Cadillac y los gauchos con chapeado de plata, gratos a la imaginación nacionalista que biógrafa y biografiado repudian. Es cierto que le endosa la contradicción a Borges: “Si yo tuviera que reprocharle algo a Borges, sería más bien esa nostalgia por tipos tan repugnantes como el compadrito y el matón, más dignos del olvido que de la inmortalidad literaria."
Le reprocha a Borges esa nostalgia pero a renglón seguido le sale una propia que termina por identificarse con el del grupo social a que me estoy refiriendo: "Si lo hiciera —es decir, reflejará el país como reclaman algunos críticos a Borges"— sobre la realidad nacional que hoy vivimos, tendría que limitarse a temas, casas, hablares y psicología de italianos, que constituyen la esencia de la argentinidad del siglo XX. Es natural que a los nacionalistas, casi todos recién llegados al país, les ofenda la nostalgia de Borges por una patria que no les perteneció y que ellos han contribuido a borrar."
En definitiva: a Doña Alicia no hay p... atria que le venga bien; la de ayer por bárbara, la de hoy por gringa, y gringos son los nacionalistas que la quieren acriollar, y criollos los abuelos que la quisieron agringar. Es un europeismo que consiste en mirar el aljibe desde la ventanita del cuarto de baño: el agua corriente para uno y el balde para los otros.
Pero mejor es no tratar de explicar este galimatías que no es el resultado de un proceso consciente, como en el grupo que caracteriza, sino la subconsciente evasión hacia un mundo imaginario que traduce en resentimiento contra el país real, la nostalgia de una supuesta situación perdida.

* Fragmente de “El medio pelo en la sociedad argentina”, de Arturo Jauretche, editorial Peña Lillo, 1966


PUBLICIDAD

Política Internacional

China: el nuevo orden mundial

Por Noam Chomsky

6/9/10

En medio de todas las supuestas amenazas a la superpotencia mundial reinante, un rival está emergiendo en silencio y con fuerza: China. Y Estados Unidos está analizando de cerca las intenciones de ese país.
El 13 de agosto, un estudio del Pentágono planteaba la preocupación de que China estuviera expandiendo sus fuerzas militares de manera que “pudiera neutralizar la capacidad de los buques de guerra estadounidenses de operar en aguas internacionales”, da cuenta Thom Shanker en The New York Times.
Washington ha hecho sonar la voz de alarma de que “la falta de transparencia de China sobre el crecimiento, las capacidades y las intenciones de sus militares inyecta inestabilidad a una región vital del globo”.
Estados Unidos, por el contrario, es bastante transparente sobre sus intenciones de operar libremente a lo largo y ancho de la “región vital del globo” que rodea China (y donde sea).
EEUU publicita su vasta capacidad para hacerlo: con un presupuesto militar en crecimiento que casi alcanza al del conjunto del resto del mundo, cientos de bases militares por todo el planeta, y un indiscutible liderazgo en la tecnología de destrucción y dominación.
La falta de entendimiento de las reglas de urbanidad internacionales por parte de China quedó reflejada en su objeción al plan de que el portaaviones nuclear USS George Washington participara en las maniobras militares de EEUU y Corea del Sur cerca de las costas chinas en julio, alegando que este tendría la capacidad de hacer diana en Pekín.
En cambio Occidente entiende que dichas operaciones se llevaron a cabo para defender la estabilidad y su propia seguridad.
El término estabilidad tiene un significado técnico en el discurso de las relaciones internacionales: la dominación por parte de EEUU. Así, ninguna ceja se arquea cuando James Chace, ex editor de Foreign Affairs, explicaba que, a fin de conseguir “estabilidad” en Chile en 1973, fue necesario “desestabilizar” el país, derrocando al Gobierno legítimo del presidente Salvador Allende e instaurando la dictadura del general Augusto Pinochet, que procedió a asesinar y torturar sin miramientos y estableció una red de terror que ayudó a instalar regímenes similares en otros lugares, con el apoyo de EEUU, por el interés de la estabilidad y la seguridad.
Es fácil reconocer que la seguridad estadounidense requiere un control absoluto. El historiador John Lewis Gaddis, de la Universidad de Yale, dio a esta premisa una impronta académica en Surprise, Security and the American Experience, donde investiga las raíces de la doctrina de la guerra preventiva del presidente George W. Bush. El principio operativo es que la expansión es “el camino a la seguridad”, una doctrina que Gaddis rastrea con admiración dos siglos hacia atrás, hasta el presidente John Quincy.
Adams, autor intelectual del Destino manifiesto.
En relación con la advertencia de Bush de que los estadounidense “deben estar listos para acciones preventivas cuando sea necesario luchar por nuestra libertad y defender nuestras vidas”, Gaddis observa que el entonces presidente “se estaba haciendo eco de una vieja tradición, en vez de establecer una nueva” al reiterar principios que varios presidentes ya habían defendido y que desde Adams a Woodrow Wilson “habrían entendido muy bien”.
Lo mismo ocurre con los sucesores de Wilson hasta el presente. La doctrina de Bill Clinton era que EEUU estaba autorizado a utilizar la fuerza militar para asegurar “el acceso desinhibido a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos”, sin siquiera la necesidad de inventar pretextos del tipo de los de Bush hijo.
Según el secretario de Defensa de Clinton, William Cohen, EEUU debe consecuentemente mantener una enorme avanzadilla de fuerzas militares “desplegadas” en Europa y Asia “con el fin de moldear la opinión de la gente sobre nosotros”, y “para forjar acontecimientos que afectarán nuestra subsistencia y nuestra seguridad”. Esta receta para la guerra permanente –observa el historiador militar Andrew Bacevich– es una nueva doctrina estratégica, que fue amplificada más tarde por Bush Jr. y por Barack Obama.
Como todo capo de la Mafia sabe, incluso la pérdida más sutil de control puede desembocar en el desmoronamiento del sistema de dominación cuando otros se animan a seguir un camino similar.
Este principio central de poder se formula como la teoría dominó en el lenguaje de los estrategas políticos. Se traduce en la práctica en el reconocimiento de que el “virus” del exitoso desarrollo independiente puede “contagiarse” en cualquier otro lugar y, de esta manera, debe ser destruido mientras las víctimas potenciales de la plaga son inoculadas, normalmente a manos de brutales dictaduras.
Según el estudio del Pentágono, el presupuesto militar de China se expandió a unos 150.000 millones de dólares, cerca de “la quinta parte de lo que el Pentágono se ha gastado para operar y llevar a cabo las guerras de Iraq y Afganistán” en ese año, lo cual es sólo un fragmento del total del presupuesto militar estadounidense, por supuesto.
Las preocupaciones de Estados Unidos son comprensibles si uno toma en cuenta la virtual e indiscutida suposición de que EEUU debe mantener un “poder incuestionable” sobre la mayoría del resto de países, con “una supremacía militar y económica”, mientras asegura la “limitación de cualquier ejercicio de soberanía” por parte de los Estados que pueda interferir con sus designios globales.
Estos fueron los principios establecidos por los planificadores de alto nivel y expertos de política exterior durante la Segunda Guerra Mundial, cuando desarrollaron el marco para el mundo de la posguerra, el cual fue ampliamente ejecutado.
EEUU debía mantener esta dominación en una “Gran Área”, que debía incluir, como mínimo, el hemisferio occidental, el lejano Oriente y el antiguo Imperio Británico, incluyendo cruciales recursos energéticos de Oriente Próximo.
Mientras Rusia comenzaba a pulverizar a los ejércitos nazis tras Stalingrado, las metas de la “Gran Área” se extendieron lo máximo posible por Eurasia. Siempre se ha entendido que Europa pudiera escoger seguir una causa alternativa, quizás la visión gaullista de una Europa desde el Atlántico hasta los Urales. La Organización del Tratado del Atlántico Norte nació en parte para contrarrestar esta amenaza y este asunto permanece muy vivo hoy en día en momentos en que la OTAN se expande hacia una fuerza de intervención de Estados Unidos, responsable del control de “infraestructuras cruciales” del sistema global del que depende Occidente.
Desde que se convirtiera en la potencia mundial dominante durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha buscado mantener un sistema global de control. Pero ese proyecto no es fácil de mantener. El sistema se erosiona visiblemente, con implicaciones significativas para el futuro. China es un jugador potencial muy influyente y desafiante.

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a107440.html


La jibarización del intelectual orgánico

*Por Hugo Presman

Según Wikipedia “un intelectual es aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.” Beatriz Sarlo es por lo tanto una intelectual. Es catedrática de Literatura Argentina en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Hábil polemista es autora de varios libros y fue directora de la revista “Punto de Vista” desde 1978 hasta su defunción periodística hace unos años. Dicha revista fue un instrumento de resistencia en los años de plomo, donde la escritora pasó su exilio interior. Políticamente fue militante del PCR ( Partido Comunista Revolucionario) una escisión maoísta del Partido Comunista ocurrida en enero de 1968 que entre sus extravagancias teóricas figura, allá por los principios de los 70, la de haber definido los posicionamientos políticos nacionales como una dicotomía entre pro- norteamericanos y pro soviéticos. De esa forma, el ex presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, que intentaba cooptar a la Confederación General Económica presidida por el empresario José Ber Gelbard, simpatizante oculto del Partido Comunista, luego Ministro de Economía de Perón, era considerado prosoviético. Nunca se supo qué reacción tuvo el hombre al enterarse se semejante caracterización, ya que siendo furiosamente anticomunista se definía como el más gorila de los gorilas para disuadir las erupciones violentas de su base de sustentación cuando negociaba con el General Perón en una pulseada histórica en la que fue ampliamente derrotado.
Del Partido cuyo máximo referente es Otto Vargas, Sarlo se alejó hace muchos años, sin poder desprenderse totalmente de su matriz ideológica, pasando luego por variantes de la socialdemocracia. En el 2008, después de treinta años cerró su revista teórica “Punto de Vista.” En una nota de entonces del diario Clarín firmada por Eduardo Pogoriles se dijo: “La decisión de cerrar fue producto de una deliberación colectiva, entendemos que terminó un ciclo y no era posible sostener la dinámica del grupo. Todos suscribimos las palabras de Beatriz en su editorial", dijo a Clarín el subdirector de "Punto de Vista", Adrián Gorelik. No fue posible hablar con Sarlo, de viaje académico en Estados Unidos. Se sabe que la revista -con un sitio en Internet, (BazarAmericano.com)- vendía 2.500 ejemplares en kioscos y tenía suscripciones de las más importantes universidades iberoamericanas, europeas y estadounidenses. "Fue una empresa formidable que surgió en la oscuridad de la última dictadura militar, tras un antecedente que merece recordarse la revista "Los Libros" que cerró en 1975 y estaba orientada por Héctor Schmucler, Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano. Una de las pocas ventanas para el debate en la dictadura fue "Punto de Vista", agradecíamos el hecho mismo de su publicación y el coraje de los editores. En la década de 1980 ya era el punto de referencia para toda una franja cultural y política de nuestra sociedad. Para mi gusto, desde la década de 1990 se hizo tal vez un poco hermética", destacó el historiador Luis Alberto Romero... “En la despedida, Sarlo dijo que su revista “fue más que un lugar donde escribir, fue una manera de escribir sobre literatura y política. Por eso será recordada.” Simultáneamente con la lenta agonía de su revista marginal pero prestigiosa, Beatriz Sarlo decidió ingresar en los grandes medios para lo cual tenía que empezar a banalizar su pensamiento. Un excelente ejercicio fue escribir su página dominguera en la revista VIVA de Clarín, durante la primera década del siglo XXI. Superficiales y frívolos, esos artículos parecían escritos por una nieta de la escritora que no había concluido el secundario. Era la contracara de” Punto de Vista”, pero la anorexia intelectual era una forma de pagar el derecho de piso para ingresar a los medios hegemónicos. Y realmente le ha ido muy bien. Es la única intelectual que escribe frecuentemente en los dos principales diarios argentinos. En “La Nación” lo hace con más habitualidad, y muchas veces en la “Tribuna de Doctrina” sus notas son ubicadas en la portada. No ha llegado a la genuflexión total de Marcos Aguinis, ni la sorprendente jibarización del pensamiento de Santiago Kovadloff, que hasta ha llegado a rechazar el matrimonio igualitario. Beatriz Sarlo es más astuta y junto a apreciaciones discordantes con la línea editorial del diario de los Saguier, como que Julio Cesar Cleto Cobos (a quién caracteriza con precisión como “un extremista de la moderación”), opina que debe renunciar a la vicepresidencia si pretende encabezar la oposición.. Todo recubierto de un discurso republicano. Eso la llevó a coincidir con las patronales del campo, con la mesa de enlace y al mismo tiempo con el PCR, su antigua adscripción, que a través de la Corriente Clasista y Combativa confundieron a los productores sojeros con los campesinos chinos, actuando en los actos como peones de las patronales. Lo mismo hizo Joaquín Morales Solá, el columnista estrella compañero de Sarlo, en una clara y tramposa manipulación idiomática. La ensayista ha terminado elaborando una nota de defensa de Mauricio Macri, imputándole toda la responsabilidad de su juzgamiento a Néstor Kirchner. En su artículo del 20 de julio en el diario La Nación escribió: “Kirchner ha logrado el procesamiento de Mauricio Macri. Dentro de algunos años, cuando se recuerde este episodio de pormenores deleznables, se dirá que el ex presidente no despreció ningún arma personal, política, económica o judicial. Kirchner desearía un campo electoral donde cada uno de sus opositores entrara al juego manchado por algún tipo de minusvalía……. Kirchner es un hombre con objetivos y sin principios que le impidan cualquier maniobra, de cualquier especie. ……. De los Macri puede decirse que son realistas. Mauricio se presenta, invariablemente, como un hombre pragmático. Su padre no se presenta así porque no tiene necesidad de autodefinirse, ya que su identidad no está en juego: es lo que es. Mauricio, en cambio, para ser lo que quiso ser desde hace unos pocos años (un político), debió armarse una identidad más allá de los éxitos de Boca Juniors…. La falta de experiencia y la idea de que los conflictos políticos se solucionan con "gestión", lo llevaron a imaginar que Kirchner iba a entregarle la Policía Federal aposentada en las comisarías de Buenos Aires. Cualquiera, menos los esperanzados vecinos que lo votaron, sabía que esto no iba a suceder.”
Está claro: Mauricio Macri es un muchacho ingenuo que es víctima de un personaje maquiavélico llamado Néstor Kirchner. La estructura de la nota parte de una afirmación categórica, sobre la cual no aporta ningún elemento y que sólo se puede tomar como un dogma. Incluso brilla por su ausencia la confirmación de las irregularidades realizada por la Cámara de Apelaciones. Exactamente lo que necesita el diario La Nación. Descartemos que la escritora lo haga por razones económicas. Lo más probable es que la ensayista escriba desde sus convicciones. Pero en ese caso la contradicción es muy fuerte: presentarse como una francotiradora progresista con pasado de izquierda y coincidir habitualmente con el diario emblema del establishment, que sólo abre generosamente sus páginas políticas a quienes le son funcionales, revela que Beatriz Sarlo, después de tantos años, es al poder económico tan funcional como su antiguo partido lo es a la Mesa de Enlace. Salvo que tenga la ingenuidad que le atribuye a Macri y suponga, por ejemplo, que sería posible que un proyecto de reforma agraria que favorezca a los peones sea auspiciado y publicado por la Sociedad Rural.
Ni Macri ni Sarlo son ingenuos.

EL ESPEJO Y LAS BRONCAS DE BEATRIZ SARLO

En un reportaje de Daniel Link publicado en la revista Radar del 10 de agosto del 2003, Beatriz Sarlo afirma: “Lo que me intriga es la persona que yo fui…no lo que recuerdo o elijo recordar” En la misma revista, a propósito de su libro “La pasión y la excepción” escribe: “Para alguien como yo, cuya familia participó de la oposición “gorila” al primer gobierno peronista, tanto la figura de Eva como la admiración por el talento maniobrero, la astucia socarrona, las ideas y el carisma de Perón fueron el capítulo inicial de una formación política que implicaba una ruptura con el mundo de la infancia. Ser peronista (significara eso lo que significara) nos separaba del hogar e, imaginariamente, también de la clase de origen.” El espejo que desvela a Sarlo, es seguramente su voltereta de 360° que parte del gorilismo, intentó luego en su juventud comprender y apoyar intelectualmente al peronismo en lo que en los setenta se conoció como “la nacionalización de las clases medias.”Tuvo luego una trinchera intelectual como “ Punto de Vista”, para volver ya camino a su séptima década al hogar gorila, ahora representado por el diario La Nación. Creo que lo que la intriga no es la persona que fue, sino la que hoy es. Una versión módica de Victoria Ocampo.
En la revista Contraeditorial del mes de febrero del 2010 declara: “Yo creo que las sociedades son horribles. Punto. Por eso no soy populista.” Es una obviedad. Nadie va a confundirla. Y mucho menos el poderoso olfato de los propietarios del diario La Nación.

LA MEMORIA Y SUS EQUÍVOCOS

Daniel Link en Radar del 10-08-2003 afirma: “Beatriz Sarlo no apela a su memoria ni a la memoria de los otros sino al análisis de los documentos de la época”. Sin embargo no suele ser muy escrupulosa con afirmaciones antojadizas. Tres ejemplos tomados al azar. En un reportaje de la Revista XXIII del 5-08-2004 reflexiona “Pero cuando asesinan a Kosteki y Santillán, Duhalde dice : “hasta aquí llegué”. Algo que me evocó, en su momento, la reacción que tuvo Lanusse ante los fusilamientos del 22 de agosto (1972) en Trelew. A partir de allí comenzó un acuerdo o diálogo con Perón”. Esta afirmación es equivocada. El 13 de abril de 1971, 16 meses antes de los asesinatos de Trelew, Alejandro Lanusse da el primer paso hacia el Gran Acuerdo Nacional (GAN). Recibe a José Rucci, Adelino Romero y Rogelio Coria y les dice: En este asunto de Juan Perón estoy dispuesto a ir mucho más lejos de lo que Uds. pueden imaginar. Una semana después, da el segundo paso: envía el Coronel Francisco Cornicelli, hombre de su absoluta confianza a España a entrevistar a Perón. Fuente Norberto Galasso Biografía de Perón.
En su nota de La Nación del 29 de abril bajo el título “ La batalla cultural” escribe: “El kirchnerismo se ha caracterizado por la riña con el periodismo no oficialista. Sobre esto se ha escrito mucho, aunque nunca será suficiente subrayar su debilidad de principios. Los argentinos vivimos dictaduras militares que liquidaron a periodistas, y esa imagen del pasado es tan horrenda que se la utiliza sin escrúpulos para disminuir cualquier hecho presente. Sin embargo, la libertad de prensa no admita grados: que antes haya sido atacada no disculpa transgresiones, que, frente al asesinato, parecerían menos graves”. Sarlo escribe sobre libertad de prensa desde una empresa propagandista y socia del terrorismo de estado, socia del monopolio de papel para diarios y cómplice por omisión de los asesinatos de periodistas que menciona la ensayista. Más adelante escribe: “En ese arco, Página 12 se combina dinámicamente con lo que hoy parece ser un centro de dispositivo cultural, el programa 6,7,8, magazine (donde) con cartel francés se luce Orlando Barone (que ha dejado la revista Gente en el pasado para ser columnista de Debate e impávido humorista de la televisión oficial)
Otra vez le falla la memoria a Beatriz, o la bronca obnubila su escritura: Barone nunca trabajó en Gente.
En una entrevista en Tiempo Pasado sostiene: “No propongo aplicar un doble estándar, sino una doble mirada que se haga cargo de cuáles eran los valores fundamentales que organizaban todo en el pasado, los entienda, y al mismo tiempo no suspenda los valores del presente, y sobre todo, evitar la operación de mala fe que es no hablar. Para mí la operación de mala fe sería no decir que le pusieron una bomba debajo de la cama a Paula Lambruschini, que tenía quince años, porque nunca entenderemos el pasado si hacemos estos borramientos.”
La bomba debajo de la cama no es a la hija de Lambruschini sino al jefe de policía Cesáreo Cardozo, ocurrido el 18 de junio de 1976 y atribuido a Ana María González. Lo de Paula Lambruschini sucedió el 1 de agosto de 1978, cuando una bomba destinada a asesinar a su padre, afectó a dos edificios
Tantos descuidos se contradicen con sus exigencias con acontecimientos históricos. En una charla en el ciclo ADN cultura, del 21-11-2007 expresó: "La recuperación de la ESMA, por ejemplo, fue muy importante pero no me gustó el estilo con el que se presentó en 2004; fue un estilo amnésico que afectó a centenares de personas que participaron del juicio a las juntas militares." Es correcta la apreciación de Sarlo pero forma parte de su permanente malestar no sólo con el estilo sino también con los contenidos del kirchnerismo. Ya en el 2004, en el reportaje citado de la revista XXIII manifestaba entre simpatía y curiosidad hacia Duhalde de quién sostenía: “es el político para analizar en los próximos años”, al tiempo que minimizaba al kirchnerismo. Así sobre las medidas económicas tomadas afirma “provienen de Lavagna, un hombre de Duhalde”. De Kirchner sostenía “que se está acercando al demonio del Pacto de Olivos”. Seis años más tarde, Duhalde es un hombre respaldado por los sectores más conservadores desde la Sociedad Rural a Jorge Bergoglio propulsado por Clarín, cuenta con la mirada indulgente de La Nación, los medios que le abren sus páginas a Sarlo. No es una casualidad. Sarlo tiene un lenguaje más refinado que el brutal de los medios hegemónicos. Un envoltorio distinto para un contenido similar. Otro ejemplo de sus transgresiones módicas, siempre alineadas con los medios hegemónicos que la contratan, son sus declaraciones acerca de la ley de medios audiovisuales en Contraeditorial de febrero del 2010, polemizando con el licenciado en filosofía Ricardo Forster: “Estoy completamente en desacuerdo con sacar una ley contra el Grupo Clarín, que fue aliado de Kirchner. Estoy en desacuerdo con la oportunidad de la ley, pero no estoy en desacuerdo con sus criterios generales.”

LA JIBARIZACIÓN DEL INTELECTUAL ORGÁNICO

¡Qué salto el de Beatriz Sarlo! De la marginalidad cultural, directora de un medio valorable pero de escasa inserción, a ensayista estrella de los medios hegemónicos. Y de ahí a postular un discurso republicano basado en la división de poderes, la pureza de las formas, la preocupación por la pobreza y los derechos humanos. Y en algún momento, cuando Beatriz Sarlo quede sola frente al espejo, un cierto rubor acudirá a sus mejillas. Lo hace desde medios que siempre han sido golpistas como La Nación, cuyo fundador arrasó las provincias del norte argentino con coroneles que no tenían nada que envidiarles a Camps y Echecolatz y dirigió los ejércitos en la guerra de la Triple Infamia que arrasó al Paraguay. O que junto a los dueños de Clarín se quedaron con el monopolio de Papel Prensa, mientras predican la libertad de mercado, con manejos infames. No fueron sólo cómplices, sino parteros y socios del terrorismo de estado. A lo que se suman las adopciones irregulares de Ernestina Herrera y el escamoteo para dilucidar si sus hijos adoptivos son de padres desaparecidos. Si Sarlo decide postular su independencia, sería interesante que trate estos temas en los medios hegemónicos en los que escribe, que actúan como un partido político y cuando se sienten desenmascarados se refugian en la libertad de prensa.
Beatriz Sarlo es una intelectual inteligente, más allá de sus apreciaciones erróneas. Pero tener un cerebro grande alimentado con una buena formación, cuando hay que adaptarlo a un cráneo pequeño, que ese es el tamaño del establishment, obliga a una jibarización del cerebro y un adelgazamiento importante de la densidad del pensamiento. Como dijo hace muchos años Arturo Jauretche: en lugar de adaptar el sombrero a la cabeza, se decide que el sombrero se adecue al tamaño del cráneo. Kovadloff, Aguinis, el rabino Bergman, ya lo hicieron viniendo del campo laxo y resbaladizo del progresismo y no tienen retorno. ¿Beatriz Sarlo estará definitivamente cooptada? Es altamente probable que la contestación sea afirmativa. Intentar ser una remake de Victoria Ocampo es caro, aunque ésta nunca intentó hacer análisis político, tal vez más consciente de sus limitaciones.
Sería otro lamentable ejemplo de la jibarización del intelectual cuando pasa a ser orgánico del establishment.
23-07-2010

*Enviado por el autor


Política Nacional

Testigos en peligro *

Por Hugo Presman

La condición humana es inescrutable. Las sociedades que conforman los seres humanos contienen misterios inexplicables. Un ciudadano moderno chatea con un desconocido a miles de kilómetros de distancia al tiempo que ignora al vecino del departamento de enfrente. Nuestro país es el que con más intensidad y profundidad ha juzgado a los asesinos que instigaron y perpetraron el terrorismo de estado: actualmente cerca de un millar de imputados están presos con sentencia o bien preventivamente a la espera del juicio. Crímenes cometidos hace más de tres décadas. En los años de noche y niebla. En aquellos donde ser joven o usar barba era una presunción de
constituir un peligro para la sociedad. Ese período nefasto de los Falcón verdes, militares encapuchados, geografía surcada por campos de concentración, desmantelamiento del modelo económico de sustitución de importaciones, desaparecidos, aviones arrojando personas vivas al río o al mar, quema de libros, el estado como terrorista, el miedo amordazando a una
sociedad.
En ese escenario Jorge Julio López fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 por el grupo de tareas de Miguel Echecolatz, mano derecha de Ramón Camps. Este modesto albañil pasó por distintos campos y sufrió torturas
compartiendo cautiverio en la unidad 9 de La Plata con Juan e Isidoro Graiver. También relató su cautiverio con Francisco López Muntaner, unos de los jóvenes asesinados en " La noche de los Lápices". Su minucioso y conmovedor relato sobre las torturas y fusilamiento de Patricia Dell' Orto y su compañero Ambrosio de Marco, con quienes habían militado en una Unidad
Básica de Los Hornos; y la imputación directa de esos fusilamientos a Echecolatz, llevó a éste a ser condenado a pasar el resto de su miserable vida en la cárcel de Marcos Paz. Los gritos de Patricia reclamando no ser
fusilada para poder criar a su hija, fue un compromiso con la vida que asumió integralmente López: sobrevivir para "dar testimonio". Fue liberado el 25 de junio de 1979, exactamente un año después que Argentina ganara el Campeonato Mundial de Fútbol.
Es difícil pensar que un 18 de septiembres del 2006, en democracia, luego de dar su valiente testimonio y cuando salía de su casa para escuchar la sentencia al despreciable ex comisario, algunos lo secuestraron y nada se sabe de él a cuatro años de su desaparición.
Como siempre, las irregularidades atraviesan la presunta investigación. La inacción de la policía bonaerense, la plantación de pruebas y la destrucción
de las posibles pistas, la provocación de la aparición de las llaves en el jardín de la casa de López, las pericias contrapuestas, la gendarmería afirmando que hacía poco tiempo que las llaves estaban en ese lugar, la bonaerense que hacía tres meses. Luego el apartamiento de la policía de la provincia de Buenos Aires y que el juez Corazza le diera el expediente a la secretaría especializada en delitos de lesa humanidad que apuntó a los afectados por las declaraciones de López. La abogada de la familia, Guadalupe Godoy le comentó a Tiempo Argentino: "Lo que vimos en los pocos meses que la secretaría especial de Juan Martín Nogueira investigó en ese
sentido, con los allanamientos en Marcos Paz, es el entramado de coordinación entre los penitenciarios, la policía, la marina y los imputados en los juicios".
El gobierno que ha manifestado una elogiable voluntad política de juzgar y castigar los horrores perpetrados hace más de tres décadas, no ha tenido la misma firmeza para descubrir lo que pasó con esta víctima y testigo valeroso. Es la contradicción mencionada al principio: Un ciudadano moderno chatea con un desconocido a miles de kilómetros de distancia al tiempo que
ignora al vecino del departamento de enfrente. Se ha puesto decisión política hacia atrás y parsimonia hacia esta desaparición actual sumida en el misterio, cuando se dispone de herramientas para encontrar la verdad, más allá de fuerzas de seguridad penetradas por la corrupción, la ineficiencia,
la impericia y la complicidad.
La presidenta no lo tiene presente a Jorge Julio López en sus discursos vigorosos de defensa de los derechos humanos. Una omisión misteriosa. La oposición, en su mayoría alejada de esta bandera, no lo ha tomado ni siquiera para erosionar al gobierno. El periodismo en forma casi generalizada lo ha vuelto a desaparecer, incluso nosotros en EL TREN(1), en donde no le hemos dedicado el espacio y la persistencia que el secuestro
ameritaba. No se levantó " no nos olvidemos de López." ¿ A qué se debió? ¿Hay desaparecidos de primera y desaparecidos de segunda? Jorge era albañil. ¿Será por eso que nosotros, como sociedad levantamos una pared de
indiferencia?
Y tal vez lo de Jorge (familiarmente Tito), la impunidad de su desaparición, facilitó el sospechoso asesinato de otro testigo: Silvia Suppo.La desaparición de Jorge Julio López es un baldón ilevantable de estos 27 años de democracia. Los testigos desaparecidos o muertos no han amedrantado a otros testigos. Esa es la otra cara alentadora de un mismo drama. Más allá
de las profundas ausencias y deficiencias del Estado. De esa tragedia argentina que mezcla el horror más profundo con la gesta de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El profundo misterio de lo inescrutable de la condición humana. Echecolatz y López. El esbirro y la víctima. El asesino y el testigo que con coraje da testimonio por los que no están. Hasta que como testigo en
peligro, él vuelve a desaparecer. El gobierno debe encontrar una
explicación. En democracia nadie se puede evaporar sin que una real investigación encuentre pistas para dilucidar el misterio. A cuatro años de distancia, el esclarecimiento de lo ocurrido se vuelve improbable. Pero como siempre sostuvieron las madres: " La única batalla que se pierde es la que se abandona"

18-09-2010

* Enviado por el autor


Política Latinoamericana

Veterano de la CIA detrás del Golpe en Ecuador

Por Eva Golinger

El ex director de la misión especial para Venezuela y Cuba de la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Norman Bailey, ha liderado una operación para desestabilizar al gobierno de Rafael Correa

Al pueblo ecuatoriano no le extraña que el gobierno de Estados Unidos esté detrás del último intento de golpe de Estado en su país. Una encuesta realizada por la firma estadounidense Asisa luego de los acontecimientos el pasado 30 de septiembre en Ecuador, revela que más de 50% de los consultados creen que Estados Unidos apoyó la revuelta contra el Presidente Rafael Correa.
El ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia, Philip Agee, relató en los años setenta, en su libro “Diario de la CIA”, como él mismo lideró la operación para socavar al gobierno progresista de José María Velasco Ibarra en Ecuador hasta lograr sacarlo del poder bajo fuerza. Agee cuenta como la CIA penetró e infiltró organizaciones sociales, movimientos políticos, medios de comunicación y sindicatos - de derecha y de izquierda - y hasta alcanzaron captar y reclutar agentes dentro de las instituciones gubernamentales para sabotear al estado desde adentro. La operación fue muy eficiente y solo tardó un año para que cayera el gobierno de Velasco.
Velasco fue reemplazado por el Vice Presidente Julio Arosemana, quien rápidamente perdió el visto bueno de Washington por su relación estrecha con Cuba, y fue derrocado en un golpe militar el 11 de julio de 1963, también patrocinado por la CIA.
El “sicario económico confesado”, John Perkins, luego cuenta en su libro “Confesiones de un Sicario Económico” como Washington asesinó al Presidente Jamie Roldós Aguilera, un progresista ecuatoriano quien murió en un “extraño” accidente aéreo en 1981, apenás dos años después de asumir el poder.
Perkins también intuyó que algo parecido podría suceder al Presidente Rafael Correa, debido a sus políticas anti-neoliberales, sus relaciones con Venezuela, Cuba e Irán, y su política petrolera que buscaba “retomar” el control de la rica industria petrolera en Ecuador para beneficiar al desarrollo de su país.
Y lo pensado se hizo realidad el pasado 30 de septiembre, cuando fuerzas golpistas intentaron ejecutar un golpe de Estado, o en lo alternativo, asesinar al Presidente Correa.
La policía nacional infiltrada por la embajada de Estados Unidos, hecho comprobado en un informe oficial del Ministerio de Defensa de Ecuador en 2008, fue el organismo que provocó la crisis el jueves pasado. Y fichas de la Escuela de las Américas, como el Coronel Manuel E. Rivadeneira Tello, lideraron los esfuerzos para asesinar al Presidente Correa, disparando contra el carro presidencial durante su rescate.
Pero hay otra figura quien desde las sombras ha estado manejando la campaña de desestabilización contra el gobierno de Correa, penetrando e infiltrando los movimientos indígenas y las organizaciones sociales y políticas de la “izquierda”.
Philip Agee contó hace décadas como la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID) fue utilizada como fachada de la CIA para canalizar fondos a organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos y medios de comunicación. Y en los años ochenta, el gobierno estadounidense creyó otra entidad para realizar este trabajo, pero con una fachada más legítima.
En 1983 nació la National Endowment for Democracy (NED), creada por una legislación del Congreso de Estados Unidos. Su misión era “promover la democracia” en el mundo. Fue un proyecto impulsado por el gobierno de Ronald Reagan y sus asesores más cercanos, entre ellos, Norman A. Bailey, entonces Asistente Especial del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional.
La NED fue primero utilizada en Nicaragua para desestabilizar al gobierno Sandinista. Lograron su objetivo luego de seis años de trabajo duro, penetrando e infiltrando todos los sectores de la sociedad civil para alimentar el conflicto y desgastar al pueblo. Luego de su éxito en Nicaragua, la NED se ha convertido en la agencia principal de financiamiento y asesoría a movimientos de la “sociedad civil” que favorecen y trabajan a favor de los intereses estadounidenses. En Venezuela, la NED financió a todos los grupos involucrados en el golpe de Estado contra el Presidente Chávez en abril 2002, y ha seguido financiando a la oposición desde entonces.
Dónde hay un gobierno que no le conviene a la agenda estadounidense, allí está la NED, financiando la desestabilización. Ecuador no se escapa de esta triste realidad.

NORMAN BAILEY, VETERANO DE LA CIA

Grupos involucrados en el último intento de golpe contra Ecuador tienen vínculos con la NED y la USAID. Pero una conexión en particular evidencia la profunda operación que Washington tenía en marcha contra el gobierno de Rafael Correa.
En 12 de julio de 2005, el jefe de comunicaciones de la División Estratégica de Desarrollo de la USAID en Ecuador envió un correo electrónico a los otros representantes de la USAID en Quito, expresando su preocupación por la influencia “chavista” en Ecuador. El mensaje incluyó una seria de textos supuestamente demostrando la creciente relación entre Venezuela, Cuba y Ecuador.
Justo ese mismo año fue fundado la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador (CEIE), organización encargada de “promover el desarrollo económico local y regional de las poblaciones indígenas”. En Ecuador, es bien conocido que los votos del sector indígena son fundamentales para gobernar de manera efectiva. Los candidatos que logran el apoyo de las redes y movimientos indígenas son normalmente los candidatos que ganan las elecciones ecuatorianas, y el Ecuador tenía elecciones presidenciales el año siguiente, en 2006.
CEIE nació con financiamiento de la NED y la USAID, creada por Ángel Medina, Mariano Curicama, Lourdes Tibán, Fernando Navarro y Raúl Gangotena. Curiosamente, entre sus tres “miembros honorarios”, figura Norman Bailey, agente de inteligencia de Estados Unidos y experto en operaciones clandestinas.
Bailey estuvo en el Ejército de Estados Unidos dónde se especializó en inteligencia estratégica. Fue economista de la empresa petrolera Mobil International Oil, estudiando y analizando el sector petrolero mundial. Fundó la empresa Overseas Equity Inc, que suministraba asesoría al sector financiero internacional y luego se juntó a la firma banquera Bailey, Tondu, Warwick & Co., asumiendo la presidencia. La firma se dedicaba a las transaciones financieras de deudas en los países en desarrollo.
En 1981, Bailey fue nombrado Asistente Especial del Presidente Ronald Reagan para Asuntos de Seguridad Nacional y Director de Asuntos Económicos Internacionales en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. A partir del 1984, Bailey fue asesor a distintas agencias gubernamentales, corporaciones, bancos, instituciones financieras y empresas multinacionales en cinco continentes.
En 2006, el entonces Director Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, decidió crear la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba. Nombran a Norman A. Bailey para presidir dicha “misión”.
Fue primera vez en la historia estadounidense que la comunidad de inteligencia creyó “misiones especiales” de alto nivel para distintas países. Solo tres misiones fueron creadas en 2006: para Irán, Corea del Norte y Venezuela/Cuba.
Con un presupuesto multimillonario, Bailey incrementó las operaciones de desestabilización contra los gobiernos de Venezuela y Cuba. Al mismo tiempo, cualquier otro gobierno o movimiento en la región que se asociaba con Venezuela o Cuba estaba sujeto a las operaciones clandestinas de Bailey.
Aunque en 2007, Bailey salió de la Misión Especial de Inteligencia para Venezuela y Cuba, se mantuvo como “miembro honorario” de la CEIE en Ecuador. Bailey también seguía, y sigue, “asesorando” al gobierno estadounidense en asuntos de inteligencia.
CEIE tiene vínculos estrechos con los dos principales movimientos indígenas en Ecuador – y los dos movimientos políticos de “izquierda” que más han salido a criticar y oponerse al gobierno de Rafael Correa.
De los cinco fundadores de CEIE, las conexiones de cuatro de ellos con el gobierno de Estados Unidos son asombrosos.
- Ángel Medina también es fundador y presidente de la Fundación Q’ellkaj, otra organización financiada por la USAID y NED que intenta penetrar y captar fuerzas dentro de la gran comunidad indígena ecuatoriana.
- Fernado Navarro es Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador, obviamente representando los intereses empresariales e intentando influir sobre la comunidad indígena a favor del sector financiero. La Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador también ha recibido financiamiento de la NED y la USAID.
- Raul Gangotena ha sido Consultor del Banco Mundial, becario del Departamento de Estado con un Fulbright, fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos del 2003-2005 e Investigador de la NED en 2005, justo cuando fue fundada la CEIE. Es además curiosa que Gangotena fue Embajador del Ecuador en Estados Unidos al mismo tiempo que trabajaba para la NED. Esto evidencia la profunda penetración de Estados Unidos en la política ecuatoriana.
- Lourdes Tibán fue Asesora del Consejo Político de la ECUARUNARI, organización fundadora de la CONAIE, que es el movimiento político indígena ecuatoriano de mayor fuerza. Sus vínculos con la NED y la USAID sin duda influyeron sobre su trabajo con la ECUARUNARI y la CONAIE.
En 2009 y 2010, la CONAIE se convertió en una de las principales fuerzas en contra del gobierno de Rafael Correa. Durante el golpe de Estado del 30 de septiembre, la CONAIE emitió un comunicado responsabilizando al Presidente Correa por la crisis política en el país. Su contraparte política, PACHACUTIK, emitió otro comunicado apoyando al golpe y llamando para la renuncia inmediata de Correa.
El papel de Norman Bailey en los últimos planes de desestabilización en Ecuador no debe ser subestimado. La presencia de este veterano de la CIA en una organización vinculada con los sectores indígenas y empresariales del Ecuador evidencia que la huella estadounidense sigue atentando contra la soberanía del Ecuador.

Fuente: http://centrodealerta.org/noticias/veterano_de_la_cia_detras_d.html


Política Internacional

17 de septiembre de 2010

Obama continúa ejerciendo una política neoconservadora

Por Dahr Jamail

El imperio estadounidense está en decadencia, que no les quepa la menor duda. Estamos siendo testigos de cómo la abotargada bestia de movimientos torpes, ebria de su propia propaganda de superioridad moral, espiritual, militar, social y material, se precipita hacia el abismo. Hoy, el mundo es visiblemente multipolar, pero los Estados Unidos continúan pregonando a los cuatro vientos su creencia de indiscutible poderío y superioridad.
Para los ciudadanos con criterio, resulta obvio que la contribución de los Estados Unidos a estos oscuros tiempos está bastante en consonancia con sus ideas de superioridad. Ya sea en el reino del catastrófico cambio climático, los agotados recursos naturales, el colapso económico global o las desventuras militares en estados soberanos, Estados Unidos se ha establecido como líder indiscutible.
A pesar de las promesas de la administración de Obama de «cambio» y «retirada», Irak permanece ocupada por más de 130,000 soldados estadounidenses y 200,000 contratistas privados. Durante mi más reciente visita a ese lugar en 2009, del único cambio notable que fui testigo, fue del deterioro de las condiciones de vida de la población, tal que los superlativos resultan superfluos. Si algo así es posible, lo es en Irak, donde hay menos electricidad que nunca, muy pocos empleos y todavía menos agua potable, el sistema médico ha colapsado mucho más allá de su esquelético estatus, y el número de iraquíes muertos como resultado de la invasión y la ocupación ya excede los 1.2 millones. En el momento de mi visita, uno de cada seis iraquíes se encontraba desplazado de sus hogares.
Según el último informe de la organización Oxfam International [1], una de cada tres personas necesitaba ayuda de emergencia. Férreos en su tergiversación de los hechos, los grandes medios de prensa declaran exactamente lo contrario: que las cosas en Irak están mejor que antes y que Obama está listo para traer las tropas a casa. Queda de parte del crédulo consumidor de tales «noticias» conciliarlo con los planes declarados por la administración de Obama de que habrá entre 50,000 y 70,000 soldados en Irak hasta por lo menos el final de su primer mandato en 2013.
Podemos creer en estos «cambios» como podemos dar fe a los discursos informativo de los medios comerciales, pero con el riesgo de perder toda facultad de razonamiento. Incluso cuando las ocupaciones en curso de Irak y Afganistán debilitan diariamente lo poco que queda de credibilidad y respeto hacia los Estados Unidos, el Departamento de Estado se encuentra enfrascado en idear «negociaciones» con diferentes estados en la región que no son más que estrategias de incentivos y amenazas. Pero los incentivos no prometen nada y las amenazas pueden arrasar aldeas enteras de civiles, como lo han estado haciendo en meses recientes en la frontera entre Paquistán y Afganistán.
Quizás el segmento pensante de la población estadounidense se ha cansado de quejarse. «No en nuestro nombre» ha dejado de ser un eslogan. El desacuerdo es un tema tabú en los medios, cuya meta es sólo «fabricar consentimiento». El silencio de los grandes medios de prensa comerciales nos da la prueba de su alianza con los poderes, pero ¿cómo explicar la notoria ausencia de protestas de los grupos mediáticos liberales y de izquierda contra el desenfrenado e innegable apoyo de su país al estado de Israel?
La mayor parte del resto del mundo considera a Israel como el principal estado terrorista del Medio Oriente, y con toda razón. Es la única potencia con armas nucleares que por definición de su propia Constitución no tiene fronteras.
¿Quizás para justificar la continua expansión hacia tierras palestinas?
A finales de 2008, Israel comenzó un ataque militar al pueblo de Gaza, instruyendo a los soldados a dispararles a mujeres, niños y prácticamente todo lo que se moviera. El apoyo aéreo a la ofensiva fue proporcionado por los Estados Unidos con aviones de guerra F-16 que dejaban caer bombas incendiarias de fósforo blanco sobre la población civil. El paquete de apoyo incluía helicópteros Apache, misiles, combustible para aviones con motor a reacción, y bombas de dispersión, todo abundantemente esparcido sobre la población civil de Gaza mientras que el que sería investido como presidente, Barack Obama, permanecía en silencio.
El mundo miraba con horror. Los medios de difusión de los Estados Unidos debieron haber estado mirando para otra parte, excepto cuando diligentemente defendieron «el derecho de Israel a defenderse».
En 2008, grupos con intereses especiales les pagaron a miembros de grupos de presión de Washington la coqueta suma de 3.2 mil millones de dólares, una cantidad mayor que cualquiera de las registradas hasta entonces.
Posteriormente, la actividad de las nuevas colonias o asentamientos israelíes subvencionada por los Estados Unidos en Cisjordania se duplicó en el mismo año. Al ofrecer gastos deducibles para las donaciones a estos asentamientos, el gobierno de los Estados Unidos hizo público su estímulo a las tácticas israelíes.
Sólo ocasionalmente escuchamos algunas débiles denuncias de los nuevos asentamientos. No por casualidad Israel será el principal beneficiario financiero de la reconstrucción de Gaza como único suministrador de materiales de construcción y autoridad supervisora de los contratos para reconstruir lo que bombardeó. Joseph Heller [2] debe estar estremeciéndose en la tumba.
Israel posee por lo menos 200 ojivas nucleares, mientras que a Irán le quedan muchos años todavía para obtener una. Sin embargo, la aterradora posibilidad de otra guerra en el Medio Oriente gira sobre la «amenaza» que Irán representa para Israel, e implícitamente, para los Estados Unidos. Al menos es lo que la corriente dominante de los medios desea que creamos. Aquellos que esperaban un cambio en la política exterior del país cuando el ocupante de la Casa Blanca cambiara harían bien en comprobar la realidad.
Permanezcamos conscientes del hecho de que la administración demócrata del presidente Barack Obama y el Congreso controlado por los «Demócratas» se rigen por las mismas políticas de la administración Bush que han llevado a la bancarrota a Estados Unidos económica, moral, militar y espiritualmente.
Cambios en que podemos creer. Dos viejos y apropiados adagios vienen a mi mente: « ¿Qué es lo que desea todo hombre con poder? Más poder». Y « ¿Cuánto es suficiente? Un poquito más».
Podemos ahora, sin vacilación, hacer desaparecer de nuestras mentes cualquier ambigüedad que haya existido en ella. Los hermanos siameses de las corporaciones y Wall Street aún dirigen el gobierno de los Estados Unidos. Los legisladores federales responsables de regular los grandes negocios en los Estados Unidos han recibido, desde 2001, 64.2 millones de dólares. Los donantes incluyen funcionarios de bancos de negocios como Merrill Lynch, Morgan Stanley, AIG, Bear Stearns y Goldman Sachs.
Prácticamente cada miembro de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que supervisó vistas sobre cómo se gastaba el primer rescate recibió contribuciones de estas instituciones financieras durante el proceso de elecciones de 2008. Qué conveniente para estas compañías «demasiado grandes para fracasar».
El ex Consejero Económico del FMI, Simón Johnson lo describió sucintamente: «La industria financiera ha penetrado realmente nuestro gobierno».
La codicia, el poder, y la glotonería dictan la política nacional y exterior de los Estados Unidos. Estamos gobernados por un morboso híbrido de capitalismo corporativo militarizado que literalmente está consumiendo y desintegrando nuestro planeta.
El último informe augura que el Ártico podría bien estar completamente libre de hielo en el verano ya para el 2010. Desde el primer Día de la Tierra en 1970, la cuarta parte de todas las especies de nuestro planeta se ha extinguido, y se prevé que otro millón se extinguirá en los próximos 40 años como resultado del cambio climático. Pero para la prensa corporativa estadounidense, el cambio climático global sigue siendo el gorila de 300 kilos en una habitación que desaparecerá si se le continúa ignorando completamente. Cada año los efectos se hacen más patentes y devastadores.
La noticia alarmante para aquellos que pueden soportarla es que como siempre esto representa un buen negocio para la gran industria del petróleo y la de la energía nuclear.
Una noticia de aún mayor importancia es que las fosas de almacenamiento radioactivas de barras de combustible agotado contaminan áreas de Carolina del Norte cerca de la planta nuclear Shearn Harris, convirtiéndola en una de las zonas más contaminadas de Norteamérica.
Ya se ha establecido, sin que quede lugar a duda, que la información ofrecida por los grandes medios de los Estados Unidos [y la gran prensa comercial internacional íntimamente ligada] no es fidedigna o digna de confianza. Nos vendieron falsas justificaciones para las guerras en Irak y Afganistán, y continúan tergiversando e ignorando la catástrofe humana que a diario se extiende en esos países.
Falsifican el papel de los Estados Unidos en el Medio Oriente y en otros lugares y se niegan a informar con exactitud sobre la inminente crisis del cambio climático.
Proyecto Censurado presta sus servicios a aquellos que desean que les sirvan la verdad. Gracias a este proyecto, las noticias más importantes de cada año que la prensa corporativa ignora o no reporta encuentran visibilidad y existencia pública.
Exhaustivas investigaciones llevadas a cabo durante meses reúnen noticias en un volumen anual que se ha convertido en una herramienta confiable para investigadores y medios de prensa. Cada vez más, periodistas, activistas, académicos e investigadores de todo el mundo cuentan con ella.
Conmemoramos y felicitamos el progreso del proyecto. En un momento en que la necesidad de contar con un periodismo independiente y de medios de prensa no afiliados al gobierno o corrompidos por éste es mayor que nunca, Proyecto Censurado ha creado un contexto para informar la verdad de todos los temas que importan. Ha construido un valioso puente entre aquellos que desean informar sincera y transparentemente y aquellos que desean ser informados de igual manera.
En una entrevista realizada hace algunas décadas, la desaparecida periodista Martha Gellhorn le comentó al veterano colega John Pilger: «Todos los gobiernos son malos, y algunos son peores».
Queda por lo tanto de nuestra parte buscar fuentes de información en las que podamos confiar, o incluso recopilar nuestra propia información y divulgarla. Es en esta tarea en la que somos afortunados al tener un aliado como Proyecto Censurado.

Notas
[1] La confederación Oxfam Internacional fue fundada en 1995 por un grupo de organizaciones no gubernamentales independientes con el objetivo de trabajar en conjunto para lograr un mayor impacto en la lucha internacional por reducir la pobreza y la injusticia. Actualmente está compuesta por 14 organizaciones que tienen sus sedes en: Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Hong Kong, Irlanda, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Quebec, España y Estados Unidos. El Secretariado de dicha organización tiene su sede en Oxford, Reino Unido, y es el encargado de coordinar las oficinas de incidencia política en Bruselas, Ginebra, Nueva York,Washington DC y Brasilia.
[2] Joseph Heller (1923-1999). Novelista estadounidense, estudio en la Universidad de New York. Se hizo famoso por sus sátiras sobre la Segunda GuerraMundial y con su primera novela Trampa-22, donde realizo una crítica a la ética militar norteamericana coincidiendo con la Guerra de Vietnam.
Dahr Jamail es un reportero solitario que desafía a diario la censura informativa del imperio con despachos desde adentro de Iraq. Se trata de un periodista joven “no incrustado” y viajero incansable, que no es árabe sino un estadounidense de Houston, Texas, quien vivió un tiempo en Anchorage, Alaska, y ahora arriesga su vida en la Mesopotamia ocupada, desempeñándose como corresponsal “free lance” de medios alternativos interesados en su trabajo y la verdad. Más información sobre Dahr Jamail en http://www.voltairenet.org/article123405.html y en su propia página web, http://www.dahrjamailiraq.com/, donde se encuentran sus últimos trabajos http://www.dahrjamailiraq.com/hard_news.
Ver, además, Proyecto Censurado 2007 Nº 7.
Publicado por Omar Montilla en 12:22 AM

Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2010/09/obama-continua-ejerciendo-una-politica.html


Sociología

La Argentina que el ajuste nos legó

Entrevista a Susana Torrado *

17/10/10

Esta semana se presentó el libro El costo social del ajuste, de Susana Torrado, investigadora del CONICET y titular de la cátedra de Demografía Social de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Una mesa integrada por Rubén Lo Vuolo, miembro de Consejo Editorial de SInPermiso e investigador del CIEPP y Favier Lindenboim, director del Centro de Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (FCE-UBA), entre otros académicos, destacó los méritos de la obra. Torrado cobró notoriedad en la opinión publicada cuando el tristemente célebre ministro de economía Domingo Cavallo en la época culminante del ajuste neoliberal de los 90, manó a "lavar platos" a la investigadora que cuestionaba sus políticas neoliberales. Reproducimos a continuación una entrevista que le hizo el periodista Carlos A. Maslaton para la Revista Ñ, suplemento cultural de diario argentino Clarín.
La incidencia de la pobreza es uno de los indicadores centrales de las políticas recesivas. Pero hay otros: el atraso escolar, las variaciones en la nupcialidad y la fertilidad, por ejemplo. En este diálogo, la prestigiosa demógrafa habla de El costo social del ajuste, una investigación sobre las deudas sociales contraídas entre 1976 y 2002.
Las vueltas del destino son impredecibles: tres lustros atrás, en un exabrupto que ya ha pasado a formar parte de los anales de la política nacional de los años 90, el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo mandó a lavar los platos a la socióloga Susana Torrado, tras una declaración radial en la que la académica –que por aquellos años se encontraba realizando un trabajo de investigación en torno a la temática de la inmigración– manifestaba que los niveles de desempleo en la Argentina iban a entrar en un proceso de agravamiento durante la que se convertiría en la década signada por los mandatos consecutivos de Carlos Menem.
La extemporánea réplica de Cavallo ante aquel análisis de carácter predictivo todavía persiste en la memoria colectiva, pero la reciente aparición del volumen El costo social del ajuste (1976-2002) (Edhasa) parece venir a confirmar que quien estaba errado era el colérico funcionario público y no la destinataria del agravio. Se trata de una obra en dos volúmenes dirigida por Torrado que, como su título explicita, bucea en las consecuencias de las políticas económicas y sociales recesivas implementadas durante tres décadas tanto por gobiernos dictatoriales como por aquellos de cuño democrático. Estructurada en cuatro partes("Parámetros políticos y económicos", "Efectos sobre la evolución demográfica", "Efectos sobre el bienestar social" y "Una mirada de conjunto"), contiene los trabajos de treces investigadores que han abordado cuestiones como la exclusión y la vulnerabilidad social desde perspectivas dispares como la nupcialidad y la organización familiar, las transformaciones del mercado de trabajo, la comida en el marco del ajuste, las desigualdades educativas y el funcionamiento del sistema de salud, entre muchas otras temáticas.
En el texto que abre el libro, "Modelos de acumulación, regímenes de gobierno y estructura social", señala que el modelo aperturista instaurado por la última dictadura significó el desmantelamiento del modelo industrialista que imperó en la Argentina en las décadas previas. Pero los gobiernos democráticos que se sucedieron a partir de 1983 no lograron desarticular las políticas de ajuste que arrasaron con los niveles de bienestar. ¿Puede pensarse a los gobiernos post dictadura como funcionales a la perduración de estrategias económicas recesivas?
No usaría la expresión funcional, porque no creo que ninguno de los gobiernos haya tenido la intención de ser funcional a ese modelo, aunque de hecho sí hayan sido una continuación. Y, en algunos momentos, incluso una intensificación del modelo que tiene a la dictadura como referente más claro e inmediato. En este libro hemos corroborado la hipótesis de que el lapso que va de 1976 a 2002 tiene un régimen o modelo de acumulación desde el punto de vista de las políticas económicas que es muy similar en todas las etapas, aunque internamente esté diferenciado por regímenes de gobierno completamente distintos, tales como la dictadura militar del 76 al 83, y después del 83 hasta el 2002 con gobiernos democráticos, pero tan disímiles como los de Raúl Alfonsín en los 80, el de Carlos Menem en los 90 y los tres últimos años con el de la Alianza. Existen muchísimos trabajos en la Argentina respecto al régimen de ajuste, pero mayoritariamente están concentrados en los aspectos económicos y muy pocos abordan lo que tiene que ver con una visión de conjunto de los efectos sociales del mismo. La idea de este libro ha sido mostrar la heterogeneidad y homogeneidad de los distintos regímenes de gobierno dentro del lapso estudiado. Pero retomando la pregunta inicial, creo que no ha habido una deliberación en esa continuidad.
¿Ni siquiera durante el neoliberalismo que rigió en los 90?
Sin lugar a dudas la década menemista, desde el punto de vista de la pérdida del bienestar social derivado de las políticas de corte liberal, supone efectos sociales aún más graves que los que impuso Martínez de Hoz. Pero entiendo esto como una voluntad ideológica de inscribirse en el proceso de globalización neoliberal mundial y no tanto como la vocación por ser funcionales al modelo implementado por la última dictadura. Los gobiernos de Videla y Menem tuvieron más suerte, no así los de Alfonsín y la Alianza que no encontraron el modo de salir de la lógica impuesta desde 1976.
Usted señala que el modelo industrialista del primer gobierno de Perón fue incluyente, porque contempló una mayor distribución de la riqueza en los sectores más postergados, pero no tuvo un cariz modernizador. ¿Qué elementos demuestran esa carencia?
Esta afirmación está dada por el análisis que hice de la estructura social de la Argentina entre 1945 y 1983, en relación al volumen y la composición de las clases y de la movilidad social. A partir de 1945, en el modelo del primer justicialismo, claramente hay una política social de mejoramiento del bienestar de los sectores populares, pero en lo que hace a la estructura social, en términos del volumen y movilidad de las clases, no hubo grandes cambios. Esas modificaciones ocurrieron más intensamente durante el período del modelo desarrollista, que va a desplegarse entre 1958 y 1972. No es posible decir que no haya cambiado nada, pero el del justicialismo no fue un modelo transformador en ese aspecto: uno de los indicadores de modernización que suele tomarse para el análisis de la estructura social es el incremento de las clases medias asalariadas (técnicos y profesionales de inserción estable, con trabajo en blanco y pleno) y éste no ha sido uno de las rasgos característicos del primer peronismo, cosa que sí es más notable en el desarrollismo por las modificaciones que introdujo en la producción industrial. La sustitución de bienes intermedios y bienes de capital trajo una renovación interna de las plantas mucho mayor que la que se había dado en el período que va de 1945 a 1955, centrado en una industrialización sustitutiva basada en el incremento de la demanda de bienes de consumo masivo en el mercado interno.
También señala una continuidad entre el modelo desarrollista (1958-1972) y el aperturista que comienza a regir en 1976. ¿Dónde encuentra la evidencia del nexo entre un modelo y otro?
El elemento más claro de esa continuidad es la aparición de lo que se denomina trabajadores marginales y trabajo en negro, es decir la modificación de los mercados de trabajo en el sentido de una mayor informalidad y no inclusión de algunos sectores de la población. Por supuesto, no en los términos cuantitativos que se van a dar durante el gobierno militar a partir de 1976, y todavía más acentuadamente durante la década del 90, pero ya se encuentran algunos de esos elementos a partir del modelo que comienza en 1958, como resultado de un proceso muy grande de concentración de la riqueza y concentración de la producción –sobre todo la industrial– lo que implicó que ciertos sectores quedaran al margen, sin poder incluirse como sí había sucedido con el justicialismo con la integración al esquema productivo de los sectores populares.
¿Es posible tener hoy una idea de los niveles de estratificación de la sociedad argentina?
No existe todavía una respuesta a esta pregunta. Estoy justamente ahora trabajando en ese tema, tratando de actualizar mi estudio sobre las clases medias, temática sobre la que han aparecido muchos libros en los últimos años que, a mi juicio, no consideran las determinantes económicas y políticas de la evolución y composición de los estratos medios argentinos. Es hoy uno de los ejes centrales de discusión dentro de los partidos políticos, respecto de la orientación de esa clase en el futuro político inmediato. Estoy tratando de reconstruir esa trayectoria, desde finales del siglo XIX hasta el 2002, lo cual no es fácil porque hay que hacerlo con censos de población. Cuando cambian severamente las formas en que se captan los datos censales, se vuelve muy difícil poder trazar una continuidad histórica.
¿Existen algunos indicadores más relevantes que otros a la hora de mensurar el costo social de los modelos de ajuste?
El más conocido de todos es la incidencia de la pobreza, que gravitó de manera descomunal en la década del 90. Pero esto depende fundamentalmente del funcionamiento del mercado de trabajo y, obviamente, también de la orientación de las políticas públicas: es decir, con qué paliativos cuenta el Estado cuando desorganiza de tal manera el mercado de trabajo que se produce una desocupación enorme (y desconocida) como ha ocurrido en la Argentina, y hay una disminución del salario real y una regresión en la distribución del ingreso como sucediódurante el período del auge neoliberal. Es el indicador más elocuente, pero existen otros menos conocidos que también ayudan a comprender el estado de situación. Por ejemplo, uno muy útil es el que mide el retraso de los niños en la escuela primaria. Si uno analiza el porcentaje de niños de 6 a 14 años que están retrasados respecto a su edad en el grado escolar, ese es un indicador que discrimina acaso con mayor claridad que una evaluación del conjunto de la población. De todos modos, es necesario utilizar una batería muy grande de indicadores para trazar el mapa del ajuste.
¿El arribo del gobierno kirchnerista supuso una ruptura o una continuidad en relación a las políticas de ajuste vigentes durante las últimas tres décadas?
El lapso temporal que abarcan los estudios de este libro termina en 2002 porque a partir de 2003 se modifica sustancialmente la tendencia de muchos de los indicadores. Esto no quiere decir que cambió radicalmente la sociedad, pero sí es evidente que la desocupación, por ejemplo, deja de aumentar. La pobreza también deja de aumentar. Cambia la tendencia y en ese sentido, podemos considerar al gobierno de Néstor Kirchner como una bisagra. No puedo decir taxativamente cuánto cambió la sociedad desde el 2003 hasta el 2010 con respecto al modelo de ajuste que signó las décadas anteriores, porque esto recién vamos a poder empezar a mensurarlo cuando se tengan los datos del censo nacional que se va a realizar en octubre.
¿Por qué valora como relevante la relación existente entre las políticas de ajuste y los índices de nupcialidad?
Una de las dimensiones sociales que fue más afectada durante el período de ajuste fue la organización familiar. Esa organización depende fundamentalmente de dos comportamientos: la nupcialidad, es decir, el proceso de formación y disolución de las uniones, y la fecundidad, cuántos hijos y cuándo se los tiene. Estas dos dimensiones del comportamiento social cambiaron muchísimo en los últimos cuarenta años. Por ejemplo, subieron de una manera espectacular las uniones consensuales desplazando a las legales, es decir, que las relaciones pasan mayoritariamente por la cohabitación de prueba. Las parejas no se casan y pasan a vivir juntas, a modo de testear si la coexistencia es posible, pero dejan de ser de prueba para volverse estables sin pasar por el registro civil. Pero también incide el divorcio, o el hecho de que con el ajuste se dificultara el acceso a la vivienda, lo que indujo el crecimiento de las familias ocultas, que se las denomina así porque las estadísticas no las captan (viven con familiares, con progenitores). Hubo también una disminución de la natalidad, sobre todo en los sectores en los que históricamente era más elevada. En resumen, los cambios en la organización familiar tienen que ver con el ajuste pero también coincide con cambios culturales muy notables que vienen de los países occidentales y de los que la Argentina, sobre todo en el área metropolitana, siempre se ha hecho eco con una década de retraso.
¿Hasta dónde es posible sostener un régimen de acumulación que implica que grandes sectores de la población subsistan en pobreza y exclusión?
No se percibe en la sociedad argentina corrientes revolucionarias que permitan pensar un cambio en lo que hace al modelo de acumulación. Sí es viable pensar que pueden darse cambios parciales. La Asignación Universal por Hijo es un cambio importantísimo. La aprobación del matrimonio gay es otro aspecto relevante de un cambio que, en lo inmediato no se lo percibe como trascendente, pero que lo es porque modifica el clima cultural en el que se discuten los problemas que afectan a la sociedad argentina. Esos cambios, ya sean políticos, sociales o culturales, son parciales y, por lo tanto, viables. Un cambio revolucionario que solucione de una vez la inclusión de los numerosos excluidos, no lo percibo como muy probable, aunque me puedo equivocar.

Revista Ñ, 11 septiembre 2010

* Susana Torrado es licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y doctora en Demografía por la Universidad de París. En los noventa el entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo la mandó a “lavar los platos” por cuestionar sus políticas neoliberales.

Fuente en Internet: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3646


Es hora de volver a llamar a la lucha de clases por su nombre

Por David Rosen

31/10/10

Las grandes palabras no pronunciadas del discurso político norteamericano son "lucha de clases". La premisa moral y política del moderno "Siglo Norteamericano" surgido de la II Guerra Mundial es que los EEUU habrían superado las divisiones de clase y la lucha de clases. Todos, o casi todos, salvo los muy pobres y los muy, muy ricos, fueron absorbidos por una vastísima e indiferenciada clase media.
La ficción, según la cual Norteamérica es una nación sin clases, una leyenda mentirosa desde su nacimiento hace medio siglo, resulta cada vez más insostenible, a medida que se intensifica día tras día la lucha de clases. Ha llegado la hora de aceptar el sencillo pero profundo hecho de que Norteamérica se halla en medio de una guerra de clases: y los archiricos, la sección norteamericana de la oligarquía global, la están ganando.
En Francia y en Gran Bretaña, la lucha de clases se libra explícitamente. En Francia se expresa en forma de resistencia masiva y a menudo violenta, con sangre en las calles. En el Reino Unido se impone en forma de exigencia de austeridad por parte de la clase dominante a través despidos en masa en el sector publico, recortes ciclópeos en los servicios públicos y escasa resistencia abierta. En Alemania y en los EEUU, los lubricantes mediadores constituidos por las sutilezas leguleyas y los partidos políticos siguen conteniendo y amortiguando el conflicto directo de clases.
La extrema derecha es en todo el Occidente la única tendencia política explícitamente comprometida con la guerra de clases. Sin embargo, en la extrema derecha no se ve a la política como un mero fin en si mismo (la conquista del poder del estado), sino como medio para un fin de mayor alcance: la utilización del poder del Estado para imponer al cuerpo político disciplina legislativa, económica y moral.
El Tea Party es un movimiento popular comprometido la guerra de clases, normalmente no violenta. Es la voz de los cristianos vulnerables de las clases baja y medias. Su mundo está en crisis, y asisten a su colapso. Sus otrora envidiables privilegios sociales dimanantes de su raza ya no les protegen de los vicisitudes del capitalismo granempresarial. Como reacción a eso, se reatrincheran en la segura fortaleza del odio y se alinean con el absolutismo ideológico y moral promovido por algunas facciones de los archiricos, precisamente los mayores responsables de sus miserias.
La lucha de clases ha sido un rasgo inveterado de la cultura política norteamericana. Batallas de clase marcaron el primer período de formación de la nación, incluidas las insurrecciones de los aparceros de Nueva York en 1766, la Rebelión de Shay en 1786 y la Rebelión del Whisky en la década de 1790. Batallas de clase atravesaron el siglo XIX, incluyendo el Movimiento de los Hombres Trabajadores de la década de 1830 y la Revuelta de Nat Turner en 1831, así como las luchas populistas posteriores a la Guerra Civil en Haymarkey y en Homestead en el último trecho del XIX y el Ejército Coxey de trabajadores desempleados en 1894. Las batallas de clase cruzaron también el primer tercio del siglo XX, culminando en la Marcha de Veteranos de la I Guerra Mundial, la resistencia de los campesinos y granjeros a a las ejecuciones hipotecarias y las huelgas de los sindicalistas de la CIO en la década de los 30.
Las clases y la guerra de clases se hicieron desaparecer oficialmente durante la II Guerra Mundial, y efectivamente desaparecieron con la integración del sindicalismo y la legislación Taft-Hartley después de la guerra. El programa nacional de prosperidad y el anticomunismo de impronta maccarthysta, combinados con la campaña exterior de intervención militar de la Guerra Fría y la renovación económica del Plan Marshall, sentaron las bases de una revitalización del orden capitalista.
Este sistema de valores del nuevo orden mundial, que absorbía la lucha de clases, fue articulado por un grupo de intelectuales liberales "post-marxistas" entre los que se hallaban Daniel Bell, Sidney Hook, James Burnham e Irving Kristol. Respaldados por el Congreso para la Libertad Cultural de la CIA, fueron ellos que forjaron la ideología del "Siglo Norteamericano". Como escribió Bell: "La abundancia… fue el substituto norteamericano del socialismo".
Y desde luego, Norteamérica logró la abundancia en las primeras décadas de posguerra. Con la crisis del petróleo y la recesión de los 70, el Siglo Norteamericano comenzó a declinar. A mediados de los 80, la abundancia era ya cosa del pasado. Como David Bloom, un economista de Harvard, advirtió en 1986: "Se ha producido un encogimiento de la clase media. (…) A medida que la sociedad se polariza más, hay más 'poseedores" y más 'desposeídos', y menos gente en medio." [Time, 3 noviembre 1986.]
Desde la Revolución de Reagan, la abundancia de la clase media ha sido crecientemente substituida por deuda. Con Reagan desaparecieron los guantes de seda que durante tanto tiempo amortiguaron la guerra de clases. La promesa del Siglo Norteamericano languidece, y los ricos son cada vez más ricos y las clases medias trabajadoras están cada vez más esquilmadas.
En un poema escrito en 1894, el autor inglés Lord Alfred Douglas se refirió a la homosexualidad como al "amor que no osa decir su nombre". En 1895, Oscar Wilde fue juzgado y condenado por sodomía; durante el proceso, se le requirió para que se definiera en relación con el poema de Douglas, lo que contribuyó a popularizar la expresión. Un siglo después, en la homosexualidad en Occidente es ya, en general, un amor que no teme decir su nombre.
Hace un siglo, la guerra de clases se reconocía comúnmente como un rasgo distintivo de la modernización norteamericana. Grandes conglomerados industriales, encabezados por Standard Oil, dominaban el sistema económico y político norteamericano; y a los magnates que los dirigían se los conocían con el jocosamente despectivo sobrenombre de "barones ladrones". Dada esa situación de opresión, la guerra de clases era un concepto político aceptado de consuno por el periodismo de denuncia, el radicalismo, el sindicalismo y el pueblo trabajador común y corriente. Todo el mundo sabía que la única forma de luchar contra los conglomerados monopólicos y los barones ladrones era a través de la guerra de clases.
Hoy, la lucha de clases no osa ya decir su nombre. El capital financiero ha venido a sustituir al capital industrial como factor determinante de la economía global. Y uno de los progenitores de la Standard Oil, Citibank, influye de manera determinante en las decisiones federal de política económica. Desgraciadamente, los actuales archiricos, ya sean miembros de clubs exclusivos de ricachones, financiadores del Partido Republicano, mecenas de think tanks de extrema derecha o subsidiadotes del movimiento "populista" del Tea Party, raramente son despreciados y ridiculizados como barones ladrones.
Los actuales barones ladrones conocen la importancia de los medios de comunicación, y han sobornado a los formadores de la opinión popular. Bien trajeados ejecutivos empresariales y financieros, no moralmente mejores que arteros robacarteras, han sido convertidos en celebridades. Son lisonjeados hasta la náusea en reality shows televisivos, alabados a diario en programas y noticiarios económicos y sensacionalistamente ensalzados día sí y otro también en la prensa rosa. Los grandes medios de comunicación norteamericanos, obvio es decirlo, no quieren morder la mano que les da de comer.
El de clase, y particularmente el de clase media, es un concepto que se ha hecho vagaroso en el discurso político norteamericano. Se refiere a todos y a ninguno. La Oficina del Censo norteamericana no define, ni usa, la noción de "clase media", pero ha fijado el ingreso mediano de una familia de cuatro en 2008-2009 en 70.000 dólares anuales. Una investigación del instituto Pew en 2008 mostró que la mitad de los norteamericanos se definen a sí mismos como de clase media.
El grueso de los norteamericanos reconocen la realidad de la lucha de clases, por un lado, en las incesantes informaciones referidas a los elevados niveles de desempleo, al número cada vez mayor de ejecuciones hipotecarias y a la creciente morosidad, y, por el otro, en los disparados mercados de valores y los indecibles bonos pagados a los ejecutivos financieros. Eso pone ante la rotunda evidencia de las diferencias de clase, pero resulta un tanto confundente respecto del conflicto, más profundo, dimanante de la acrecida polarización de la riqueza en Norteamérica.
De acuerdo con Edward Wolff, un economista de la Universidad de Nueva York, la riqueza cada vez está más concentrada. En los 15 años que median entre 1983 y 1007, la participación en la riqueza nacional del 1% más rico creció de un 33,8% a un 34,6%; y el 20% más rico de los hogares norteamericanos en 2007 controlaba el 85% de la riqueza nacional, mientras que en 1983 sólo controlaba el 81,3%. El destino de la vasta "clase media" norteamericana, el restante 80%, no ha hecho sino empeorar: en 2007 controlaba un 15%, contra un 18,7% en 1983.
Es hora de que Norteamérica vuelva a llamar a la lucha de clases por su nombre. Por dos razones. Primero, para poder combatir el expolio que está arruinando las vidas de millones de norteamericanos enfrentados a la catástrofe financiera. Y segundo, para poner fin a la campaña de los archiricos (mancomunada con las políticas públicas de desfravación fiscal, subsidios y otros regalos) y de los medios de comunicación para mantener viva la ficción de que los EEUU son una sociedad sin clases y libre de guerra de clases.
David Rosen es un analista político norteamericano. Su libro más reciente: Sex Scandals America: Politics & the Ritual of Public Shaming (Key, 2009).

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3679


Historia-bigrafías

Mujeres Anarquistas

(Mabel Belucci, La Cautiva)

Virginia Bolten

Nacida en el Uruguay, Virginia viene a la Argentina y se instala en Rosario, a fines del siglo XIX. En medio del clima de lucha que envolvía a la ciudad, Bolten encabeza una ancha columna de hombres y mujeres en la manifestación popular del 1° de mayo de 1890 en la plaza López. Su encendido discurso hace que sea encarcelada por atentar contra el orden social. Los rumores de la historia dicen que fue la primera mujer que habló en un mitin obrero. Luego se trasladaría a Buenos Aires. Por sus continuos discursos que infunden el anarquismo, sufre la continua persecución militar. Forma parte del Comité de Huelga Femenino, que movilizaba a los trabajadores del Mercado de Frutos porteño. En 1907, ya como miembro del Centro Femenino Anarquista, activa la huelga de inquilinos. Por esto es deportada a su país natal. Su lugar de residencia será Montevideo.


Juana Rouco Buela

Llega a la Argentina en 1900 desde España y se instala en Buenos Aires. A los quince años ingresa al movimiento del 1° de mayo de 1904. Fue su primera participación en un acto obrero. Tiempo después representa a las mujeres de la "Refinería Argentina", de Rosario, en el Congreso de la FORA. En 1907, organiza el Centro Femenino Anarquista, y participa de la huelga de los inquilinos. Es deportada y vuelve a España. A su regreso, como no puede hacerlo en el país, se instala en Montevideo, y desde allí inicia una fuerte actividad propagandística junto a Bolten y María Collazo.
Ingresa de forma clandestina al país, y en 1910 es detenida, extraditada a Montevideo y encarcelada durante un año. En 1914 viaja clandestinamente a París, y cuando es descubierta desembarca en Brasil. Regresa nuevamente a la Argentina, e interviene en los hechos de la Semana Trágica. Recorre el país con el apoyo de los rurales y los industriales. En 1921, funda en Necochea el Centro de Estudios Sociales Femeninos, y crea el periódico feminista Nuestra Tribuna. En 1928, participa en el Tercer Congreso Internacional Femenino. Muere a los 80 años, en 1969.


Rosa Dubovsky

Nacida en Rusia y perseguida por el régimen zarista, huye junto a su marido Adolfo hacia Turquía. Adolfo se alista en el Ejército mientras hace el Servicio Militar, y allí entrega un arsenal de armas a los revolucionarios. Antes se casan en secreto: Rosa parte a Francia, y su esposo, a Buenos Aires. En 1907, se reencontraron en Rosario, cuando él trabajaba en los Ferrocarriles y ella trabajaba como sombrerera.
En la ciudad de Santa Fe, Adolfo milita en el campo anarco-sindicalista, y Rosa concurre a las reuniones de mujeres anarquistas. Funda una biblioteca, exclusivamente para mujeres, llamada Emma Goldman.
Después del golpe del ’30, el matrimonio y sus seis hijos deben escapar a Buenos Aires, a pesar de la poca seguridad. En 1936, muere Adolfo. Dubovsky comienza a trabajar como empleada de la esterilla y tapicería. Participa en la FORA y en la Federación Libertaria Argentina, hasta 1972, el año de su muerte.

Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/m/mujeres_anarquistas.php


Historia Latinoamericana

De los Estados-ciudad al Estado continental industrial

(Conferencia organizada por el FORO SAN MARTÍN PARA LA INTEGRACIÓN DE NUESTRA AMÉRICA, Centro Cultural Hernández Arregui, Buenos Aires, Julio 12 de 2002)

Alberto Methol Ferré Soy un uruguayo, es decir, un argentino oriental; ustedes son argentinos occidentales. Por eso no voy a hablar sobre aspectos o anécdotas de la política interna de ustedes, porque en eso me enseñan a mí, pero si hacer una reflexión sobre el marco general que nos abarca a todos, para procurar entender qué nos está ocurriendo.
Porque las protestas, los cacerolazos, si no tienen una arquitectura y un horizonte que les permita la comprensión del acontecer y sus hitos esenciales, es una acción sin rumbo y que se va a perder en mil esfuerzos dispersos. Solamente un pensamiento unificado, arraigado en nuestra historia, hijo de nuestra historia, permitirá reencontrar rutas reunificadoras.

Lo que voy a hacer hoy va a ser un retomar algunas ideas de un argentino que ustedes y yo estimamos mucho, y que pienso no han sido desarrolladas nunca suficientemente en la Argentina. Me refiero a las ideas de Perón, que repitió en varias oportunidades, respecto a tres etapas históricas fundamentales: los "estados-nación", los "estados continentales" y finalmente el horizonte último, un "estado mundial". Ése era para Perón el marco básico de los siglos XX, XXI y quizás del XXII. Él sostenía que ahora estábamos en el pasaje de los estados-nación a los estados continentales, y que eso era la política mundial hoy; luego vendría el pasaje de los Estados Continentales al Estado Mundial. Entonces, reflexionando sobre ese acontecer, decía aquello de "el año 2000 nos va a encontrar unidos -o sea, con un estado continental-o dominados", porque en su pensamiento estaba que aquellas naciones que no lograran conformar un "estado continental" iban a desaparecer como centros de autonomía. Pienso que la historia hoy nos muestra que estamos en la batalla fundamental para el gozne entre la nación, las "nacioncitas" de América del Sur, y el estado continental de América del Sur. Lo vamos a explicar en esta noche en forma muy rápida y esquemática.

¿Cómo y cuál es la realidad hoy, de los estados-nación? Está el órgano mundial de las Naciones Unidas, y la idea del estado-nación es la idea que se usa para todos los acontecimientos que hoy acaecen en la historia. El conjunto de todas las sociedades públicas se llama "Naciones Unidas". Hay, según parece, 194 estados-nación en las Naciones Unidas. 194.

En esas 194 está la China, el Uruguay, el Paraguay, los Estados Unidos, están las islas de Jamaica o Madagascar... Hay la multiplicidad más enorme de dimensiones y situaciones, para las que se usa el mismo concepto de "estado-nación". Pero evidentemente si yo digo "Hay 194 estados-nación en el mundo actual", digo algo que hace ininteligible al mundo contemporáneo, porque estoy aplicando el mismo nombre a elefantes, gorriones y moscas, a una diversidad de situaciones tan heterogénea que el nombre resulta completamente equívoco. Decir que los Estados Unidos es una nación, decir que la isla de Santo Domingo son dos naciones, hace que la idea de "nación" se vuelva casi inusable para interpretar ningún acontecimiento. Entonces es indispensable hacer un discernimiento mínimo de ciertos tipos básicos de naciones.

En esos varios tipos de naciones podemos discernir, en el arranque, en el proceso de la historia, cuales fueron los Estados-Nación que se convirtieron en ejemplares en el mundo. ¿Cúales son? Fue en el centro mundial europeo, en el momento en que Europa era el centro unificador del mundo, y que comenzaba la revolución industrial, que apareció el primer estado nación arquetípico que fue Inglaterra, Gran Bretaña. Al iniciarse el siglo XIX, o sea en el momento de las luchas por la Independencia, emergía el primer gran estado-nación industrial del mundo, que iba a ser el poder hegemónico y paradigma de la modernidad. El segundo estado que se convierte en estado-nación industrial, en la primera mitad del siglo XIX, es Francia. Inglaterra y Francia se convierten así en los modelos del estado-nación industrial emergente. Por eso el primer gran economista de la sociedad industrial va a ser un inglés, David Ricardo, con su célebre obra Principios de Economía Política de 1817 –en plena lucha de nuestra emancipación-, y la primera reflexión orgánica sobre una sociedad industrial va a ser de un francés, Claudio de Saint-Simón, en su obra El sistema industrial de 1821. Ricardo y Saint-Simon, entonces, son el comienzo de un nuevo tipo de pensamiento, sobre un nuevo tipo de sociedad emergente y protagonista en el mundo. Los que no fueran estados-nación industriales iban a ser el coro de la historia, los comentadores de la historia, los receptores de la historia hecha por otros. Para ser protagonistas en la historia había que ser al estilo de la sociedad inglesa y luego la francesa. Primera mitad del siglo XIX.

Durante la segunda mitad se da la gran lucha alemana e italiana por la "unidad nacional". Para generar un gran estado industrial, Bismarck va a culminar la unidad alemana que había sido aprontada por el Zollverein, la unión aduanera entre los micro estados alemanes. Esa unidad permite el gran salto industrial de Alemania, que al término de la era de Bismarck se ha convertido en la primera sociedad industrial de Europa, mayor que la inglesa. Y en Italia, en forma menor, los industriales del norte, de Milán, de Turín, del Piamonte, generan la unidad italiana para ampliar su mercado y poder irrumpir en la lógica de los Estados que podían llegar a ser protagonistas de la historia. Si no, se era Estado del coro. Los enanitos del coro. Luego viene, a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, un quinto Estado, esta vez en Asia. Es la irrupción novedosa de Japón, que inicia en el Asia el primer gran estado-nación industrial. Es un acontecimiento insólito en la época.
Hay, pues, cinco grandes estados-nación industriales que irrumpen en el siglo XIX como los dinamizadores. Estos cinco estados forman parte hoy del Club de los Siete. O sea, que entre los siete países más ricos del mundo, más industriales del mundo, están los cinco que entraron al nivel de estado-nación industrial en el siglo XIX. Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Japón.

Pero hete aquí que en ese mismo siglo va a ir apareciendo un nuevo Estado al margen del centro mundial de poder. Ese estado al margen del centro es un estado de dimensión insólita, lograda a través de una capacidad expansiva insólita, que durante el siglo XIX hace su expansión hacia el oeste: los Estados Unidos de Norte América. Con esa expansión, y con la victoria del norte industrial sobre el sur esclavista y agrario, a partir de 1865 se empieza a engendrar un nuevo, y gigantesco, estado-nación industrial. Que llega de océano a océano, porque ocupa gran parte de México: Texas, Nuevo México, California. Y ahí aparece la visión de Ratzel. Federico Ratzel es un antropólogo alemán y el fundador intelectual de la geopolítica alemana. A Ratzel lo envían a Estados Unidos en la década de 1870, o sea en pleno despegue industrial de los Estados Unidos, y fruto de su viaje escribe, en 1880, Los Estados Unidos de Norteamérica. Ratzel se siente allí como Liliput en el país de los Gigantes. Por ejemplo, él admiraba la eficacia de los ferrocarriles alemanes, y se encuentra que los Estados Unidos están atravesados por tres o cuatro líneas transcontinentales que van del Océano Atlántico al Océano Pacífico; y unas locomotoras que eran dos o tres veces más potentes que las locomotoras alemanas, porque para atravesar el continente entero en forma rentable la locomotora tenía que arrastrar muchos más vagones. Entonces ve todo lo europeo pero en proporciones gigantescas. Nacen los rascacielos, cuantitativamente todo adquiere dimensiones fantásticas. Ratzel es impactado hondamente por esta realidad. Estados Unidos culmina el ciclo interno de su industrialización al completar su marcha hacia el oeste, alrededor de 1890. Ha cumplido la etapa de colonización interna sin incomodar a ninguna potencia, ya que todas estaban por entonces en Europa. La única víctima había sido México. Entonces ese nuevo actor, en las márgenes del centro de poder mundial, llega a los dos océanos y comienza, con el Almirante Mahan, con Theodore Roosevelt, el primer Roosevelt, la priorización del Océano.

Tomar relación con el océano es tomar relación con el mundo. "Pensar el océano" es "pensar el mundo", porque casi las tres cuartas partes de la tierra son la masa marítima oceánica. De manera que los cowboys empezaron a transformarse en marines; o sea, a tener preocupaciones mundiales. Los primeros que expresan ese cambio, Mahan, Roosevelt, Henry Cabot Lodge y otros, son llamados -porque es el término que se populariza en la época-los "imperialistas". Porque miraban el mundo por primera vez, eran yankees que miraban el conjunto del mundo; antes no había ocurrido; antes era el asunto del Far West, una marcha interna. Ahora empieza la externa. Esa es la razón del conflicto con España, en Cuba y Filipinas, es la razón de la creación de Panamá, para la construcción del canal. Porque de ese modo Estados Unidos supera el problema de la comunicación marítima de sus dos litorales. El canal de Panamá le permite una comunicación inmediata y la posibilidad de tener la máxima presencia tanto en uno como en otro océano. Por ello también sobreviene la anexión, en el mismo año de la Guerra de Cuba, 1898, de Hawaii. Hawaii había sido invitada a la primera Conferencia Interamericana de 1898, cuando era independiente, pero en el año 1898 la anexan como camino a Oriente y camino a las Filipinas, que va a ser su base estratégica entre el sudeste asiático, la China y el Japón, en el corazón del Extremo Oriente.

Todo ese proceso llama finalmente la atención de Europa, y Ratzel escribe sobre esto, que es decir sobre el mundo, sobre la geopolítica mundial. En esencia, Ratzel dice: la era de los estados-nación industriales, que ha sido el siglo XIX, ha sido derogada sustancialmente, porque de ahora en adelante, el siglo XX, va a ser la "era de los Estados Continentales Industriales". De ahí le viene a Perón esa idea, que paradojicamente ningún argentino se ocupó en saber de dónde venía y por qué venía. Era un rótulo, pero no pensamiento, para la mayoría de sus propios compatriotas. Entonces Ratzel llega a la conclusión de que Europa está "liquidada", porque Alemania no puede enfrentar a Estados Unidos, Inglaterra tampoco, Francia tampoco. ¡Son paisitos! Estados Unidos implica varias Alemanias, Francias, Inglaterras. ¡Ninguno puede con la escala de Estados Unidos! ¡Todos son secundarios! Se terminó el poder de Europa, se terminó Europa. Lo dice Federico Ratzel, que murió en 1904 y que advierte entonces: si Europa no se une y forma un nuevo Estado Continental, no va a tener ningún protagonismo más en la historia. Va a tener la ilusión, conservará la ilusión de que es todavía protagonista, pero en esencia hay otro que ya es más que ella entera. Así que de la forma en que venía Europa, era perder el tiempo. Y se interroga más: ¿Quién podrá hacerle frente a este poder continental que abre la "era de los estados continentales"? Si Europa se une y forma una "Unión Europea", en una de esas puede. Pero hay que inventar un nuevo tipo de nación; si no, es la muerte. Y percibe que puede aparecer otro competidor: Rusia. Rusia había comenzado, en la década de 1890 su despegue industrial, en algunas zonas básicas. Se mantenía igualmente como un gigantesco mundo campesino, pero al comenzar la Primera Guerra Mundial el producto industrial de Rusia era levemente mayor que el de Francia. Eso no se percibía con facilidad debido al gigantesco mundo campesino que envolvía esos núcleos industriales, y por ello parecía mucho más atrasada de lo que estaba. Y Ratzel concluye que si Rusia lograba mantener una industrialización acelerada, y unificaba las múltiples etnias que integraban el Imperio, entonces podía constituirse en el único poder continental capaz de enfrentar a los Estados Unidos de Norte América. Y nadie más. Cuando dijo todo esto, anunció la lógica de la historia del siglo XX que hemos vivido todos nosotros. La anunció al comenzar el siglo. Los Estados Unidos, que para Ratzel eran ya el poder máximo, pero virtual aún, a principios del siglo XX, iban a lograr fructificar esa virtualidad de "primer estado continental industrial", recién en la Segunda Guerra Mundial. Tardaron cincuenta años en hacer público y notorio, ante el mundo entero, que eran el máximo poder mundial.

En ese mismo instante del novecientos aparece la primera generación en América Latina que empieza a repensar la unidad continental. Es la generación de José Enrique Rodó, de Manuel Ugarte, de Rufino Blanco Fombona, de Francisco García Calderón, de la que luego derivarán Perón y otros. Estos del 1900, sin la percepción orgánica y sistemática de Ratzel, vieron lo mismo. O sea, advirtieron la emergencia del poder de los Estados Unidos, que se hace visible en la guerra de Cuba de 1898, y dijeron: ŒEstados Unidos es el nuevo paradigma del poder; o los enanitos que nos hemos repartido en la crisis del Imperio Español hacemos la Patria Grande unificada, o estamos fritos¹. Es decir, no con la nitidez de Ratzel, con el armazón intelectual de Ratzel, pero los latinoamericanos del 900 sienten y perciben lo mismo: que las patrias chicas y enanas del sur no iban a ser nada si no se unían. Y entonces afirman que tenemos que pasar de los "Estados Desunidos del Sur" a los "Estados Unidos del Sur". Y ésa es la tarea que propone esa generación, en que por primera vez se repone -contemporaneamente a Ratzel-una política continental latinoamericana, para superar lo que para ellos era el enanismo de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela, todos países enanos.

El primero que escribe de estas cosas es Rodó, con el Ariel, que aparece en 1900. Es muy interesante. Rodó en el Ariel habla como el profesor universitario que le dice a sus estudiantes: cada generación necesita acuñar un mensaje nuevo, responder a una nueva necesidad de la historia, y yo quiero ayudarlos a pensar qué idea nueva pueden aportar ustedes a la historia. Esa idea, que era su obsesión ya de años antes, es la unidad moral e intelectual de América Latina. Y les advierte a esos muchachos, que son el público imaginario de su libro: si no vamos hacia la unidad de América Latina, no vamos a salir del polvo de la historia; vamos a no ser, definitivamente. Es decir, les señaló a los jóvenes nada más que un horizonte nuevo, porque ellos no sabían ni la historia de América Latina. Todos habían nacido en, y conocían la historia del Uruguay solo, la historia del Paraguay solo, de la Argentina sola. Porque todo ocurrió para que la Argentina fuera sola, para que el Uruguay fuera solo, para que Chile fuera solo, para que Ecuador fuera solo. Y él dijo ¡no! ¡Tenemos que repensar todo! Desde la unidad. Eso se había interrumpido desde 1826, con fracaso de Bolívar en confederar el conjunto de las repúblicas emergentes y fundar lo que él llamaba una Nación de Repúblicas Confederadas. Entonces esta reposición de la tarea unificadora se inicia en Montevideo, por inspiración de Rodó, con la realización, en 1908, del Primer Congreso Estudiantil Latinoamericano.

Llegan estudiantes del Perú, de Chile, de la Argentina, de Brasil, del Paraguay, y es el comienzo de la organización de las juventudes latinoamericanas, promovido por Rodó. Él sólo podía persuadir a los que no eran adultos. Porque los adultos estaban en otro mundo, el mundo agroexportador hacia Europa. El Uruguay iba hacia Europa, la Argentina iba hacia Europa, Chile iba hacia Europa, nadie se comunicaba entre sí. No teníamos vínculos económicos serios entre nosotros. Recién los empezamos a tener a fondo hace quince años. A fondo, hace quince años. Antes no. Todos nos habíamos afirmado haciéndonos extraños del vecino; lo que no debíamos conocer era al vecino; más bien debíamos diferenciarnos del vecino. El vecino era el malo, el idiota, y yo era el bueno. Y como éramos tan iguales, tuvimos que inventarnos un conjunto de enemistades vecinales, como las peores aldeas. Aldeanos insoportables. Este proceso que estoy describiendo fue muy claro, y se dió inicialmente entre el año 1900, en que aparece el Ariel, y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. El argentina Manuel Ugarte es el primero que ofrece una síntesis, histórica y política, del conjunto de América Latina, en el libro El porvenir de la América Española, publicado en 1910. hasta entonces, en pleno siglo XX, no había ninguna visión de conjunto de América Latina. Era la primera vez que alguien se ocupaba de pensar el conjunto. Al año siguiente, 1911, apareció La evolución política y social de Hispanoamérica, del venezolano Rufino Blanco Fombona. Blanco Fombona le pidió además a Rodó que escribiera un Simón Bolívar; y Rodó, por esas cosas exóticas, ya que ni la acción ni la influencia de Bolívar llegaron nunca al Uruguay, había hecho composiciones sobre Bolívar desde los once o doce años. Y Rodó hizo entonces su Bolívar, el unificador del sur, en 1912. El mismo año de 1912 se publica Las democracias latinas de América del peruano Francisco García Calderón, y al año siguiente La creación de un continente, dos obras extraordinarias donde ya el tema de la unidad va adquiriendo más forma; a punto tal que García Calderón termina insinuando que quizás el destino unificado de Sudamérica esté en la emergencia nueva de Argentina y Brasil. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, la generación del 900 había alcanzado la primera visión totalizante de América Latina.

En abril de 1918 Manuel Ugarte es el único orador en el acto inaugural de la primera gran organización estudiantil, la Federación Universitaria Argentina, la FUA. Dos o tres meses después estalla la Reforma Universitaria en Córdoba, que le brinda nueva dinámica al proceso iniciado con el Ariel, dando cauces institucionales al movimiento juvenil universitario latinoamericano. El estudiantado es, entonces, el primer heredero del latinoamericanismo. Y lo pudo ser, digamos, por las "idealidades". ¿Por qué? Porque los adultos, la gente "seria", pensaba de otro modo. En todo caso, alguno se habrá pegado un susto al escuchar al hijo hablando de la "unidad"... con los países sudamericanos. Y dirían cosas como "¡Estos chiquilines no saben que no tenemos vínculos ni con Chile ni con Bolivia! ¡Perder el tiempo! ¡Hay que ir a París, a Londres, a New York! No sean bobetas, nosotros tenemos vínculos con los importantes; ustedes ¿qué quieren con otros enanos inferiores?
¿Para qué?".

Pero el río siguió, y fue del mundo estudiantil que surgió la gran marea nacional populista. También fue de ese mundo que surgieron las primeras visiones políticas de la industrialización de América Latina, con el gran teórico inicial que fue Víctor Raúl Haya de la Torre y la Alianza Popular Revolucionaria Americana, el APRA. Haya de la Torre es la primera teorización general para superar las "polis oligárquicas" de América Latina. Polis oligárquicas, porque lo que se llamaron "naciones", en América Latina, fueron rótulos. Eran rótulos de algo que en realidad se trataba, tan sólo, de un conjunto de "ciudades antiguas". Porque el Imperio Español se descompone al iniciarse el siglo XIX, en un conjunto de "ciudades-estado antiguas". Son ciudades-estado antiguas que controlan un enorme hinterland, inimaginable para ningún europeo; pero eran ciudades-estado del tipo mediterráneo, formadas por comerciantes, terratenientes, y artesanos, y el resto eran los ilotas. No votaban ni eran nada en el orden de la polis. Nada. Cuando en el Œ900 Rodó hace el Ariel, en la Argentina Juan Agustín García escribe La ciudad indiana, que es la primera obra importante sobre las ciudades americanas durante la época hispana. Y cuando uno lee esa obra, se da cuenta de que Juan Agustín García, al analizar la "ciudad indiana", lo único que hace es trasladar todas las categorías de análisis de Fustel de Coulanges. De Coulanges fue un gran pensador francés que treinta años antes había escrito una obra memorable, La ciudad antigua, donde narra el surgimiento de la polis en Grecia y de la ciudad en Italia, es decir, de la ciudad mediterránea.

Pues, eso éramos nosotros. Estados-ciudad antiguos, que controlaban espacios gigantescos agroexportadores. Pero no industriales. Todo parecido con una sociedad industrial era una casualidad. Por eso yo llamo al Centenario de la Argentina, en el año 1910, "el canto del cisne de la ciudad antigua". Era una ciudad anacrónica en sus bases, enormemente rica, si, pero una riqueza que carecía de toda potencialidad porque todos los inventos eran de otros. Los inventos de la modernidad eran de otros. Acá, los grandes estancieros lo único que podían hacer era llevarse en el transatlántico una vaca para ordeñarla durante el viaje, para que la nena tuviera leche fresca. Y no podíamos exportar ninguna cosa con valor agregado suficiente. Ese era el fondo de la cosa. Con una gigantesca renta agraria comprábamos los objetos de la modernidad, teníamos la mímica de la modernidad, pero nada más que la mímica. Ese es el fondo de la cuestión. Entonces hubo gente que se propuso convertir la mímica en realidad, y fue el surgimiento de las tres consignas básicas que yo intento sintetizar del nacional populismo latinoamericano, que se ha convertido en una palabra peyorativa de los sociólogos académicos, de los yanquees o antes de los rusos. El "populismo" era decretado inferior. Pero es el único pensamiento importante que surgió en América Latina desde sí misma, y generó a Haya de la Torre en Perú, a Vargas en Brasil, a Perón en Argentina, a Ibañez en Chile, a Lázaro Cárdenas en México, a Rómulo Betancourt en Venezuela. Fue la primera oleada del nacional populismo en las viejas sociedades agrarias, cuya esencia era una ciudad antigua que domina el hinterland agrario que le rodea. Entonces, en realidad, es la República de Montevideo, no el Uruguay; es la República de Buenos Aires controlando el hinterland, un inmenso hinterland; y la república de Santiago de Chile, y así siguiendo. Donde las oligarquías controlaban todo. Bolívar los llamaba "los potentados que nos dividen". Las ciudades potentadas del mundo agrario o minero exportador.

Entonces comienza la gran lucha por "democratizar", que es la primera consigna del populismo. Pero para democratizar había que "industrializar", porque las sociedades agrarias no daban ocupación y empleo a la multitud. Entonces había que industrializar, que es la segunda consigna del populismo. Pero para industrializar los mercados eran ridículos, chiquititos. Argentina, la Argentina que Perón lucha para industrializar entre 1945 y 1955, tenía diecisiete millones de habitantes. Y Ratzel había dicho, en el Œ900: la Alemania de sesenta millones, superindustrial, ya no juega más el partido, porque no puede con los Estados Unidos... Entonces, ¿qué íbamos a industrializar?

Se trataba entonces de crear un mercado de escala, y ahí aparece el tema de la unificación, que es la tercera consigna del populismo sudamericano. Entonces, para democratizar había que industrializar, o sea ciencia y tecnología, y para eso había que "integrar". Esos temas centrales son todo el nacional populismo naciente, la primera ola del nacional populismo, hecha todavía en los "países-parroquia". Porque aunque añorar la integración, industrializan sustituyendo importaciones. Esto fue necesario, inevitable, pero a la vez la sustitución de importaciones se volvió un obstáculo a superar para la integración. Los microproteccionismos iban a dificultar el entendimiento con los países de al lado, y por último se iban a convertir en el gran freno de los intentos integradores de los años sesenta. De modo que nuestras naciones, Uruguay, Argentina, Perú, Venezuela, eran en realidad polis oligárquicas, ciudades antiguas que acotaron un gran espacio vacío, casi vacío, para el lobby agrario-minero-exportador. Y fuimos las últimas ciudades antiguas hasta la gran crisis mundial de 1929. No hubo antes ningún país con industrialización suficiente como para que esa industrialización incidiera en la vida del país hondamente. Eso empieza después de la crisis del Œ29. Ahí empieza la gran lucha por la generación de la sociedad industrial. Pero entonces todos los líos de entrecasa también juegan su papel. Porque les digo que Raúl Prebisch propone en la CEPAL -o sea, a escala de América Latina-lo que Perón hizo en la Argentina. Pero Prebisch, como sus amigos los socialistas independientes, estuvieron contra Perón, y él se hizo antiperonista. Es decir, se colaron los asuntos de la aldea, porque en las esencias, Prebisch y Perón significan lo mismo. Era el efecto de la lucha por la industrialización argentina que repercutía en el conjunto de América Latina.

Pero Perón representó, dentro del populismo latinoamericano, un nuevo paso, totalmente distinto de lo anterior. Porque Perón, en 1951, busca la alianza de Argentina y Brasil, pensando que la unión debe comenzar con un núcleo básico de aglutinación. Él decía, exactamente -permítanme que lo cite textualmente, de un librito sobre Perón que publiqué hace dos años-: "La unidad comienza por la unión, y esta por la unificación de un núcleo básico de aglutinación". Para él, la alianza argentino-brasileña era ese núcleo básico de aglutinación de América del Sur. O sea, da un salto enorme con relación a todo el latinoamericanismo anterior: señala el camino principal. El pobre Rodó nos dijo: en el horizonte está la Patria Grande; pero no dejó táctica, no dejó estrategia, sólo dejó el horizonte. Después otros fueron elaborando ese horizonte, y empezaron a corporizarlo en otras cosas, otros pensamientos, y de ahí surgen los nacional-populismos. Pero Perón es el primero que indica un camino a seguir, el primero que transforma eso en una política sudamericana. Porque si no hay discernimiento de lo principal y lo secundario, es decir, si no se descubre y propone el camino principal de acceso a lo que se busca, distinguiéndolo de los caminos secundarios -que pueden auxiliar al camino principal pero que no conducen a realizar lo que se propone-entonces se marcha a los tumbos.

El camino constituye el alma de la realización del destino. Ese es el salto que logra dar Perón. Él dice: el camino fundamental para los Estados Unidos de América del Sur -él usa simbolicamente "América Latina" y politicamente "América del Sur", pero eso es otro punto que no voy a tocar ahora-es el entendimiento de la Argentina con Brasil y con Chile, para generar un poder biocéanico.

Perón apela a Ibáñez. Ibáñez, siendo presidente de Chile en 1928, había llamado a Alejandro Bunge, uno de los primeros argentinos que batalló por la industrialización, desde la Revista de Economía Argentina, fundada por él en 1918, y desde la cual proclamaba la necesidad de unificar el cono sur hispanoparlante a través de un pacto regional. Entonces Ibáñez lo llama en el ¹28, porque quería hacer una unión aduanera -reparen en la fecha ¡1928!-con Argentina y los países hispanoparlantes del sur, Bolivia, Paraguay y Uruguay. No con Brasil. O sea que Ibáñez era un hombre con antecedentes y se daba cuenta que Chile solo era muy poquita cosa. Y hoy, Chile, siendo el único exitoso de América del Sur, sigue siendo demasiado poquita cosa, porque todos somos muy poquita cosa. Yo lo sé hace muchos años, ustedes están aprendiéndolo recién ahora. Lo lamento. Pero Perón ya lo sabía hace cincuenta años. Yo lo aprendí de él, por eso estoy acá. Yo lo aprendí de él, pero la mayoría no lo aprendió de él, ésa es la verdad, y ahora, si no lo aprenden están fritos. Ahora tienen que aprenderlo, porque ahora es como él lo previó: "unidos o dominados". Si les gusta, bien, es un lío gordo, hay que pensarlo mucho y estructurar muchas cosas. Es una tarea ardua y difícil. ¡Ah sí!, las grandes tareas son arduas y difíciles; y nosotros estamos demasiado acostumbrados a la facilidad.

Siguiendo con la idea de Perón, la unificación tiene reglas y procedimientos. La Unión Europea no surge de la alianza entre Italia, Suecia y España, por poner un ejemplo. Eso podría ser una aventura simpática o un antecedente, pero la Unión se produce sólo cuando se unen Alemania y Francia, que son los países que destruyen dos veces a Europa entera. Esos sí pueden generarla, ésos son los únicos que la pueden unificar. Y eso lo percibieron Monet, Schuman, Adenauer, De Gasperi; todos ellos dijeron: se avanza en la unidad por el camino de la alianza franco-alemana, y sólo por ahí, porque ése es el camino principal. Y Perón descubrió que el camino de la unidad necesaria de América del Sur -no de la Argentina y Brasil, de América del Sur-era ése, y planteó ése camino. Puso la manzana para que se mordiera. Entonces ocurrió que él no pudo, porque los amigos del Norte actuaron de forma tal que generaron la resistencia a la idea. Hubo un discurso de Perón a los altos mandos, es septiembre de 1953, que se hizo célebre, porque fue publicado en Montevideo poco después por un exiliado argentino, "antiimperialista" él, bajo el título "El Imperialismo Argentino". Ahí fue cuando yo lo conocí, y conocí estas ideas de Perón, que para mí fueron la revelación de su pensamiento, ¡y me embromé hasta hoy! Tuve por lo menos la fortuna de embromarme bien, pero estas ideas ¡en Uruguay!... No me pasó nada por indulgencia y pena de mis compatriotas.
Digamos entonces que ése es el cortocircuito básico de América del Sur. Y finalmente sucedió. Comenzó con Alfonsín y Sarney. Porque así es la historia: alguien que había estado en los comandos antiperonistas en 1955, en 1985 inicia lo que el otro anunció pero no pudo hacer. Porque la cuestión es que se diera el "cortocircuito". Y luego vinieron Menem y Collor, y lo continuaron. Y sobre esto quiero dejarles un símbolo para recordar, porque se podría conversar muy largamente sobre el proceso, pero no nos daría el tiempo. Cuando a la señora Madeleine Albrigth, Secretaria de Estado del ex Presidente Clinton, la llaman al Senado y le preguntan ¿qué piensa del Mercosur?, esta señora responde -la Secretaria de Estado de Estados Unidos-: "Fue una distracción". ¿Cómo pudo suceder? Porque sucedió en el momento en que se cayó la Unión Soviética. Nada menos que el enemigo principal de los EEUU; y se armó una polvareda mundial, nadie sabía como iba a quedar el escenario cuando el polvo decantara. En esa desorientación circunstancial, en medio de esa polvareda, dos "loquitos" se le unen, y armaron una "pelota" distinta; cuando repararon en el hecho, ya estaba consumado. Y empezó a marchar.

Y aquí estamos. Les aclaro que no soy antinorteamericano; yo soy pro-unidad de América del Sur. Podríamos hablar sobre las diferencias en la historia de México, de América Central, de las Antillas, con la historia de América del Sur. Podríamos hablar mucho sobre esto. En su origen el norte era basicamente el Virreynato de México y toda la América del Sur española era el Virreinato del Perú. Nosotros fuimos peruanos hasta 1776, cosa que hemos olvidado prolijamente, a pesar de que el Virreynato del Río de la Plata fue un suspiro. Entonces éramos todos peruanos, desde arriba hasta abajo.

En mi opinión se está produciendo un impasse definitivo del conjunto de primigenios países que nacen en el ciclo de la independencia de 1808 a 1830. Dentro de seis años vamos a empezar a recordar los doscientos años del proceso de la Independencia, iniciado por los Cabildos a partir de las Juntas de 1808. Fue un proceso que unificó todo. Ahora bien, ésta recordación será, una vez más, la evocación de unos héroes que fueron todos perdedores. ¡Fantástico! Resulta que nuestros héroes son... ¡ los que perdieron! Porque de lo que San Martín se propuso no sólo no salió nada, sino que él mismo se tuvo que ir lo más lejos posible. Fracasó. Le tuvo que dejar la posta a Simón Bolívar, y Bolívar termina en Santa Marta, enfermo, diciendo "hemos perdido todo menos la Independencia". O sea, con lo que termina el celebrado independizador de América del Sur es con el reconocimiento de la pérdida de las condiciones de la Independencia. La independencia es entonces una pseudo-independencia.

Mi opinión es que estamos asistiendo al comienzo de una nueva fase de la historia de América del Sur. Y deberíamos empezar por tratar de entender un poco mejor qué es América del Sur. Son dos mundos, el luso-mestizo y el hispano-mestizo. El luso-mestizo es un solo país. El hispano-mestizo son nueve países. Es importante saber las proporciones, porque la vida es un buen manejo de las proporciones: si uno tiene ideas desproporcionadas de los acontecimientos, le va a ir mal siempre. ¿Cuáles son las proporciones básicas de América del Sur? Ambos mundos, el luso-mestizo y el hispano-mestizo, tienen en conjunto recursos, población y extensión similares, pero uno es un solo país y el otro son nueve países. Esos nueve países ¿Cómo se reparten? Hay cinco países medianos (Argentina, Colombia, Chile, Perú y Venezuela), y cuatro países "mínimos" (Bolivia -no por sus dimensiones sino por su PBI-, Ecuador, Paraguay y Uruguay). Pero entre los medianos hay diferencias: el más importante de los cinco en PBI, acumulación intelectual, un mundo de cosas, es la Argentina. La Argentina es equivalente, como poder virtual, hoy está desacompasado, pero si lo tomamos hace cuatro o cinco años, su poder es equivalente a la suma de Colombia, Chile, Perú, y Venezuela. Es 1) Argentina, 2) Colombia, 3) Venezuela, 4) Chile y 5) Perú. Todos los "mínimos" equivalen al último de los "medianos" que es el Perú. Ese es el conjunto y la proporcionalidad de América del Sur. El centro hispanoamericano es Lima, donde se encuentran San Martín que sube y Bolívar que baja. Lima fue el sitio unificador de todo el conjunto y luego fue el sitio donde la Independencia llegó a su culminación. En el norte, el país fundamental es el país que hoy tiene la guerra interna con la FARC, una guerrilla sobreviviente de la época del Che, y el narcotráfico. Es un mundo sobreviviente que estalla, en el país más importante del norte, que fuera la base de Simón Bolívar, ya que él era venezolano pero su base fue Colombia. De manera que el país más fuerte del norte, sucesor del Virreynato de Nueva Granada, está tan o más destruido que la Argentina ahora, que es el núcleo fundamental de la Hispanoamérica de América del Sur. Venezuela está debatiéndose con el golpe de Estado, Ecuador se ha dolarizado, de todas partes hay una emigración enorme. El Perú está en picada, Paraguay y Uruguay, "atrapados sin salida". Estamos más mansos que ustedes, pero porque el país siente que como una especie de fatalidad va hacia el no ser. Ésa es la sensación que uno habla con el taxista, con el almacenero. En todos es: no hay futuro, no hay destino, nadie ve que haya más allá nada. Eso es el Uruguay hoy. En cierto sentido está escarmentado por las agitaciones de los años sesenta, en un país que no estaba acostumbrado a eso; agitaciones que terminaron en los Tupamaros y la dictadura militar. El bombero vino a apagar el incendio, pero luego se sentó en la sala y se quedó doce años comandando un país.

Es decir ¿en qué momento estamos? En el que todos colegimos que no hay solución para ninguno de nuestros países como solución solitaria. O sea que después de un largo periplo, volvemos a la situación en que se generó la Independencia. Los países hispano-sudamericanos no se independizaron por sí mismos. O debieron ser auxiliados desde más allá de sí, o tuvieron que ir más allá de sí para poder asegurar su independencia. Ninguno se quedó solo en su casa y dijo "soy independiente", y se terminó el partido. Eso sólo ocurrió en México, en Brasil y en América Central. Las Provincias Unidas de América Central, en 1824 se declaran independientes y bastó, aunque luego se dividirían. Bolívar perdió la primera insurrección de Venezuela, recomenzó la batalla en Colombia, y desde Colombia liberó Venezuela. Y desde el sur pasa lo mismo. Argentina es el fragmento mayor de la descomposición que resulta de la Independencia hispanoamericana, pero en el proceso independentista fue parte de la unidad sudamericana. Cuando Sucre culmina la campaña libertadora del Alto Perú, se dirige a Rivadavia para hacerle entrega del territorio, como parte integrante del antiguo Virreynato, pero Rivadavia le dice que no, no la quiere, y Bolívar queda atónito. Era la oligarquía porteña, el alto comercio porteño, que quería que su moneda desplazara y dominara a la moneda de todas las provincias del norte, que era la moneda de plata del Potosí, ¡Así fueron las cosas! Entonces para ser independientes, como el núcleo militar de España en Sudamérica estaba en el Alto Perú y en el Perú, había que derrotarlos allí, y ése es el sentido de la campaña de San Martín. Y el Congreso de Tucumán, no declara la Independencia de la Argentina, sino la Independencia de América del Sur. Y San Martín libera a Chile, y O¹Higgins apoya la campaña a Lima, y argentinos y chilenos van al Perú. En el manifiesto que San Martín dirige a los peruanos, les dice: queremos la independencia del Perú como hemos querido la independencia de Chile, para que la República de Chile y la República del Perú se unan con las Provincias Unidas del Río de la Plata, para formar una sola Confederación hasta Lima. Pero los unitarios le cortaron los víveres, y tuvo que dejarle el camino a Bolívar porque ya no tenía el apoyo de Buenos Aires, del alto comercio porteño, que era la importación inglesa.

Ahora bien, ¿en qué terminó todo eso? Cuando yo tenía pantalones cortos, en un festejo de la Independencia del Uruguay, el 25 de Agosto, yo había leído la Declaración de la Florida, y le digo a mi papá: "¿Cómo se festeja la Independencia si en realidad se declara la anexión a la Argentina?" Y mi papá, muy sorprendido me dice "¿Cómo, estás loco?" y yo le contesto, "¡Pero si es así! La Declaración dice: Artículo 1: Declara irritos, nulos,... y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación, etc. Artículo 2: en consecuencia... se declara de hecho y de derecho libre e independiente del rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del Universo, etc. Y a continuación de esta declaración, el primer decreto que produce el Congreso, afirma: Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el Territorio de Sudamérica, por ser la libre y espontánea voluntad de los pueblos que la componen...". Entonces, concluía yo, no es la "Independencia" del Uruguay lo que declaró el Congreso de la Florida, ¡es la unidad con las Provincias Unidas! Mi padre se enojó y concluyó: "Sos muy chico, no entendés nada". Yo quedé tan perplejo que creo que ahí decidí hacerme historiador... Porque me decía, ¡aquí hay un gato encerrado bárbaro! ¡Esto es un sancocho que no se sabe lo que es! Y así era. Cuando se emplazó en 1880 el monumento a Artigas que está en la Plaza Independencia de Montevideo, en el Senado del Uruguay hubo una discusión tremenda acerca de cuál era el papel que había jugado Artigas en nuestra historia, y no hubo acuerdo ¿Era el Precursor? ¿Era el fundador de la nacionalidad? Unos decían que sí, otros decían que no. Bueno, allí está el resultado, en todos los monumentos se pone una placa que alude al carácter y a la razón del homenaje: fundador de tal cosa, descubridor de tal otra, triunfador en tal batalla. Pero el monumento en la Plaza Independencia dice: "Artigas". ¡Que cada cual interprete lo que quiera! Porque cuando el Gobierno de la República Oriental del Uruguay envía una delegación al Paraguay para solicitarle que regrese, Artigas responde: "Yo ya no tengo Patria". Porque su Patria eran las Provincias Unidas del Río de la Plata, ésa era su lucha, él había fundado el Partido Federal de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El no quería una provincita sola que dijera "soy una República sola".

Vuelvo entonces a la idea central: el rasgo común de nuestra Independencia en Sudamérica, en ese proceso que va de 1810 a 1830, es que se produce todo en conjunto, todos tuvieron que ir más allá de sí, o recibir desde más allá de sí, para alcanzar el poder de ser independientes. Y esto es lo que se nos repite ahora. Ahora estamos sintiendo la impotencia de los fragmentos que resultaron, del enanaje que resultó. Ese es el nudo. Entonces eso es lo que me parece más importante hoy. Algo que hemos conversado con amigos en América Latina por años. Con todos esos amigos, en Perú, en Paraguay, en Bolivia, en Chile, sabemos que sin la Argentina no podemos hacer nada. Todo el sur sin la Argentina no puede hacer nada. Pero también les digo, Argentina sin todos nosotros no puede hacer nada, y Argentina sin Brasil no puede hacer nada, y Brasil sin Argentina queda aislado.

Pero esto no sólo lo sabemos nosotros. Entonces, cuando el Fondo Monetario Internacional prolonga la agonía de la economía argentina ¿por qué lo hace? Pero ¿acaso no sabemos qué poderes dirigen al Fondo? ¿Y por qué hay intereses que empujan y aprovechan esta situación? Porque quieren cortar esta alianza nueva y potencial que emerge desde 1991, que es la alianza argentino-brasileña. ¿Por qué? ¡Porque es el "cortocircuito" fundamental de la unidad de la América del Sur! Si eso se interrumpe, ¡adiós Unión Sudamericana! Porque sería como haber interrumpido el "cortocircuito" franco-alemán en Europa: adiós Unión Europea. Porque ¡con quién se puede aliar Brasil! Aliarse con Argentina es virtualmente aliarse con el resto. Mientras que si se alía con Ecuador, ¿qué significa eso? ¿O con Uruguay? El asunto es la alianza de lo fundamental, y la alianza del Brasil con la Argentina es la alianza entre lo más importante del mundo sudamericano. Y sino, Brasil queda aislado; y pueden pasarle muchas cosas, en la Amazonia, etc., etc. Yo no pienso esto porque haya una suerte de "alevosía" norteamericana, no; pienso simplemente que ellos se sienten más tranquilos si en Sudamérica no se forma ningún centro de poder. Y el único centro de poder serio en Sudamérica lo puede constituir una alianza argentino-brasileña, porque nos arrastra a todos irremediablemente. Por eso Argentina tiene que saberlo; si Argentina juega el partido como hasta ahora, sola, ¡Argentina está equivocada! ¡Su juego es mucho más amplio, es mucho más rico! Si insisten en actuar con las categorías de lo que se termina, de lo que ya no tuvo éxito, no tienen ningún destino. Tienen que asumir el pasaje que Perón llamaba del estado-nación al estado continental. Lamentablemente esto no se hace en un baile ¡no! ¡Es un gran lío! Los pasajes importantes son grandes líos. ¿O qué queremos? ¿Lujo, regalos? Recuerdo que un mes antes del corralito, leí en La Nación un artículo de un señor, creo que era la mano derecha de Cavallo, donde decía "No queremos nada con el Mercosur, porque eso es poca cosa. Tenemos que aliarnos con los ricos, con Europa y con Estados Unidos" Y yo decía ¿pero este señor piensa que los ricos están interesados en aliarse con él? ¡Qué iluso! ¡Un superenano aliado de los ricos! ¿Que mamarracho es éste? Decir este tipo de cosas es un síntoma grave, es una muestra de cómo está la Argentina, porque hay cosas que no resisten al más elemental sentido común.

Con esto termino mi exposición, éstas eran las ideas que quería trasmitirles. (*) Criollos -en nuestra acepción -es toda persona de bien que se sienta parte integrante del pueblo argentino, como sudamericano y latinoamericano y parte, tambien, del destino de nuestra tierra, su historia y su porvenir y sienta fluir por sus venas, como propia, la sangre de sus mujeres y hombres maravillosos, ya sean amas de casa o artistas, intelectuales y cientificos, técnicos y estudiantes, trabajadores en actividad o desocupados, empresarios nacionales o entrepreneurs exiliados en el Veraz, locos y genios, patriotas y poetas.

Fuente: http://www.globalizacion.org/integracion/MetholFerreAmericaSurEstadoNacion.htm


Un país de los ricos, por los ricos y para los ricos. La nueva oligarquía de EEUU

Por Andy Kroll
www.huffingtonpost.com

Hay una guerra en proceso. No hablo de las sangrientas desventuras de Washington en Afganistán e Irak, sino de una guerra dentro de nuestras propias fronteras. Es una guerra peleada en televisión, en la radio y en la Internet. Una guerra de palabras e imágenes, de medias verdades, dobles sentidos y mentiras. Hablo de una guerra política entre conservadores y liberales, Demócratas y Republicanos. Hablo de una guerra de gastos, motivada por grupos sigilosos y por donantes anónimos con bolsillos profundos. Es una guerra que se encuentra en posición de derribar lo que queda de la democracia en EEUU.

La derecha ganó la batalla inicial. En las elecciones de mediados del 2010, sombrías organizaciones de fuera (quienes no tuvieron que revelar sus donantes hasta mucho después de la elección, si alguna vez lo hicieron) apoyando a candidatos republicanos dieron $190 millones, gastando más que sus adversarios por un margen de dos a uno, de acuerdo con el Center for Responsive Politics. El American Action Network, operado por el consultor republicano Fred Malek y el ex-Senador republicano Norm Coleman, gastó $26 millones; la U.S. Chamber of Commerce gastó $33 millones; y American Crossroads and Crossroads GPS de Karl Rove gastaron $38,6 millones, combinadas. Sus inversiones en candidatos conservadores dieron frutos: 62 sillas en el Congreso y 6 en el Senado tomadas por republicanos, la mayor cantidad en la era de la post-guerra, literalmente una victoria histórica.

Bruscamente despertados de su complacencia y ya no disfrutando más la victoria de Barack Obama en el 2008, los demócratas adinerados planean su respuesta. El magnate de los medios de izquierda David Brock planea crear un grupo de fuera llamado American Bridge en respuesta a los grupos Crossroads de Rove, los cuales pelearán en las trincheras del gasto de campaña del 2012. Muchos grupos como los de Brock seguro aparecerán, conforme los demócratas liberales y centralistas se preparan para un asalto de $500 millones prometido por la Cámara de Comercio y otros grupos afines.

Inclusive la administración de Obama, la cual rechazó a los grupos de fuera en el 2008, ha abierto la puerta para una guerra de gastos secreta. Los demócratas piensan combatir fuego con fuego "¿Es mejor el dinero pequeño? Seguro. Pero estamos en una maldita pelea" me dijo el estratega y recaudador de fondos democrático Harold Ickes recientemente. "Y si estás en una pelea, estás en una pelea y usas todos los medios disponibles legales."

El fin del juego, claro, es una guerra sin fin. Los grupos de fuera ya no irán y vendrán cada dos años. Ahora, estos grupos sacarán anuncios de ataque, enviarán correos y desplegarán llamadas automáticas todo el año, en lo que será una campaña perpetua para convencer a los votantes y elegir legisladores amigables. "Definitivamente estamos construyendo una base," fue como lo explicó Steven Law, presidente de American Crossroads

Esto es lo que hoy en día se hace pasar como el alma y el corazón de la democracia americana. Antes, los ciudadanos en grandes números, motivados por sindicatos, partidos políticos o alguna causa mayor, determinaban el curso de la política de EEUU. Después de la segunda guerra mundial, una clase media en crecimiento era el bloque de votos más importantes, mientras que, en esas mismas décadas, las clases trabajadoras y medias disfrutaron de una mejor prosperidad económica relativa que sus contra partes adineradas. Digan adiós a eso. Ahora somos un país manejado por los ricos.

No es de sorprenderse, el poder político tiende a seguir a la riqueza. Lo que esto significa es: no se puede entender como los ricos tomaron control de la política estadounidense, y posiblemente de la sociedad toda, sin primero entender como un pequeño grupo de estadounidenses se hizo de tanto dinero en primer lugar.

La historia comienza a fines de los 70 y continúa durante los años de Obama, un periodo en el cual la política estadounidense ha sido tan pesada hacía los ricos que ahora vivimos en el peor período de desigualdad económica en la historia moderna. Consideren las estadísticas: hace 50 años, el 1% más rico de los estadounidenses representaban uno de cada diez dólares del ingreso nacional; hoy es casi uno de cada cuatro. Entre 1979 y el 2006, el ingreso promedio de cada hogar después de impuestos (incluyendo beneficios) del 1% más rico aumentó 256%; los hogares más pobres vieron un aumento del 11%; los hogares de clase media, 21%, mucho del cual se debe a las familias con dos ingresos.

El gurú de los impuestos David Cay Johnston recientemente analizó los números y descubrió una división aún más marcada. Por un lado, el número de estadounidenses que ganan un ingreso constante bajó por 4,5 millones entre el 2008 y el 2009, mientras que el salario promedio en los Estados Unidos bajó por 1,2% a $39.055. Por otro lado, el salario promedio de los estadounidenses que ganan más de $50 millones al año fue de $91 millones en el 2008 y de $84 millones en el 2009.

El ecónomo de la Universidad de Harvard Lawrence Katz explicó la situación de los estadounidenses de la siguiente forma:

"Piense en la economía estadounidense como un complejo de departamentos. Hace un siglo --inclusive hace 30 años-- era algo envidiable. Pero en la última generación su carácter ha cambiado. Los áticos de lujo en la cima son cada vez más grandes. Los departamentos de en medio se sienten cada vez más apretados. Y el sótano está inundado. Para terminar, el elevador está descompuesto. El elevador fuera de servicio es lo que más deprime a la gente."

Llamemos a la selecta minoría en el ático de lujo la Nueva Oligarquía, un pequeño fragmento de la población estadounidense con una enorme riqueza, la cual representa una parte desproporcionada de la riqueza del país. Son magnates petroleros y de los medios, ejecutivos corporativos, cambiadores de fondos de cobertura, filántropos y miembros de la industria del entretenimiento. Dependiendo de donde uno trace la línea son el 1%, el 0,1% o inclusive el 0,01% de la población americana. Cuando la Corte Suprema dio su veredicto Citizens United abrió las compuertas para que un torrente de donativos anónimos de parte de esta oligarquía pudiese llover desde las alturas para inundar las tierras políticas debajo.

"La guerra de los treinta años"

¿Cómo llegamos aquí? ¿Cómo es que una nación predominantemente de clase media se tornó en una oligarquía? Encontrará respuestas a estas preguntas en "Winner-Take-All Politics" un nuevo y revelador libro del científico político Jacob Hacker y Paul Pierson. Los autores tratan los números disponibles sobre la riqueza y pobreza en EEUU como una escena del crimen repleta de pistas, sospechosos, callejones sin salida y coartadas.

A diferencia de muchos expertos, políticos, y académicos, Hacker y Pierson se resisten a culpar a los sospechosos usuales: globalización, el surgimiento de una economía basada en la información y la muerte de la manufactura. El culpable en su drama es la política estadounidense misma en los últimos treinta años. Las pistas para entender el surgimiento de una nueva oligarquía se encuentra no en Nueva York o Nueva Delhi, sino en el Capitolio, junto con la avenida Pensilvania y la calle K, ese refugio en un mundo sin corazón para los lobbistas de Washington.

"Paso a paso y debate a debate", escriben, "los dirigentes públicos de EEUU han re-escrito las reglas de la política americana y de la economía americana de formas que benefician a los pocos a costa de los muchos."

La mayoría de los relatos sobre la desigualdad en EEUU datan de la década de los 80 con la administración del Presidente Ronald Reagan, el ícono anti-gobierno cuyas "Reaganomics" son comúnmente señaladas como la causa de los problemas actuales. Error, dicen Hacker y Pierson. Los orígenes de la oligarquía se remontan a finales de los 70 y a la poco probable figura de Jimmy Carter, un presidente demócrata con un congreso demócrata. Fueron los logros y fracasos de Carter, argumentan, los que lanzaron lo que el economista Paul Krugman ha llamado "la Gran Divergencia."

En 1978. la administración Carter y el Congreso aplicaron un plumón rojo a la ley de impuestos, cortando la tasa máxima del impuesto sobre la renta del 48% al 28%, una bendición para los estadounidenses adinerados. Al mismo tiempo, el esfuerzo más ambicioso en décadas para reformar la ley laboral americana para facilitar la formación de sindicatos murió en el senado, a pesar de una super mayoría demócrata de 61 votos. Asimismo, una propuesta para una oficina de representación para el consumidor, una agencia de apoyo de $15 millones que trabajaría a favor del estadounidense promedio fue derrotada por un lobby de negocios cada vez más poderoso.

Ronald Reagan, se podría decir, simplemente tomó la batuta que le entregó Carter. Su Economic Recovery and Tax Act (ERTA) en 1981 agrupaba una gran cantidad de regalitos que cualquier oligarquía apreciaría, incluyendo recortes de impuestos a corporaciones y recortes de impuestos sobre ganancias y posesiones, y un 10% de exclusión sobre el impuesto sobre la renta para parejas casadas en familias con dos miembros trabajadores. "ERTA fue el máximo triunfo legislativo de Reagan, una re-escritura fundamental de las leyes de impuestos de la nación en favor de resultados del ganador-se-lleva-todo."

La mesa estaba puesta para que los ricos se separasen de manera definitiva y abrumadora de los demás. El momento del fervor de los recortes de impuestos llegó a las administraciones de George H. W. Bush y Bill Clinton, y en el 2000 se convirtió en el grito de batalla de la campaña de George W. Bush. Fue Bush II, después de todo quien le dijo a un cuarto lleno de donadores un una cena de $800 el plato:"Algunas personas les llaman la elite, yo los llamo mi base," y quien prometió que sus recortes de impuestos del 2001 serian una bendición para todos los estadounidenses. No lo fueron: según Hacker y Pierson, el 51% de los beneficios van al 1% más rico.

Estos recortes estarán con nosotros por mucho tiempo si el partido republicano se sale con la suya. Acepte la palabra del congresista republicano Dave Camp al respecto. El 16 de noviembre, Camp, un republicano de Michigan, dijo que la única solución aceptable para los recortes de la era Bush no era únicamente protegerlos para todos aquellos con ingresos, ricos o pobres, sino pasar más medidas similares. Cualquier cosa en medio, cualquier compromiso, incluyendo la propuesta del Presidente Obama para extender los recortes de Bush a las clases media y trabajadora pero no a la rica era "una pésima idea, un punto de no-inicio."

¿Por qué debería importarnos lo que dice Dave Camp? He aquí la respuesta: en enero él heredará el asiento de mando en el poderoso comité de Ways and Means del congreso, aquél encargado de escribir las leyes de impuestos de la nación. Y aún cuando muchos estadounidenses no reconozcan su nombre, el mensaje de Camp seguramente hizo que las elites adineradas de América suspirasen con alivio. Podría resumirse así: no teman, estadounidenses adinerados, su dinero está a salvo. Las políticas que los hicieron ricos no van a ninguna parte.

Destruyan esta ley

Cuando re-escribir el código de impuestos fue demasiado difícil, demoler regulaciones funcionó casi igual de bien. Esto es especialmente cierto en el mundo financiero. Allí, un legado de des-regulación transformó una industria relativamente formal en una cultura de casino, dando paso a una era de ganancias obscenas, generosos bonos y la "financiarización" de la economía estadounidenses.

Seis de abril de 1998: es un buen punto de partida en la historia de la res-regulación financiera. En ese día, dos habitantes demasiado conocidos de Wall Street, Citicorp y Travelers Group, acordaron una fusión histórica de $140 mil millones. El trato requirió de mucho cabildeo, pero eventualmente los jefes de estos bancos lograron una excepción a la ley Glass-Steagall, la ley de la era del New-Deal que aislaba a los bancos de las más riesgosas casas de inversiones. La institución resultante, Citigroup, sería el banco supermercado más grande de la historia. Un matrimonio de ventanillas de cajeros con escritorios de cambiadores, banca para el cliente y de inversiones de alto riesgo, de pronto bajo un mismo techo sin regulaciones. Demostraría ser una combinación explosiva si no letal.

La fusión causó visiones de un futuro donde los Estados Unidos dominarían financieramente el planeta. Lo único que se interponía en el camino era la cinta roja regulatoria. Al menos eso es lo que los proponentes del mercado libre como el entonces senador republicano Phil Gramm veían. Gramm, quien como asistente al candidato presidencial John McCain llamó de manera infame a EEUU una "nación de llorones", fue en realidad la fuerza principal tras dos de las más influyentes piezas de des-regulación en la historia reciente.

En 1999, el Presidente Clinton firmó el acto Gramm-Leach-Bliley, un torrente de medidas de des-regulación que destruyó a la Glass-Steagall. En diciembre del año siguiente, Gramm sigilosamente incluyó el acto Commodity Futures Modernization de 262 páginas en una ley de gastos masiva de $384 mil millones. La ley de Gramm evitaba que reguladores como la Securities and Exchange Commission (SEC) atacaran al sombrío mercado de "derivados de mostrador", hogar para miles de millones de dólares en instrumentos financieros opacos que, años después, casi demolerían la economía americana.

Como presidentes, tanto Bill Clinton como George W. Bush abrazaron la des-regulación financiera. Como resultado, durante un atracón de gula financiera, Wall Street engordó de manera nunca antes vista. Entre 1929, el año donde se inició la Gran Depresión y 1988, las ganancias de Wall Street promediaban 1,2% del producto interno bruto de la nación; en el 2005 esa figura se elevó a 3,3% conforme los bonos de la industria alcanzaron niveles nunca antes vistos. En el 2009, un mal año para la mayoría de estadounidenses, los bonos de la industria llegaron a $20 mil millones. Tanta riqueza en tan pocas manos. Nada explica el alza de la nueva oligarquía americana de manera más contrastante.

Claro, no solo lo que hicieron los políticos es responsable de la oligarquía de hoy, también es culpable lo que no hicieron. Un ejemplo clásico: en los 90s el Financial Accounting Standards Board (FASB), un regulador americano privado de contaduría apuntó su mira hacia un resquicio legal lo suficientemente grande como para manejar un camión de volteo a través de él. Hasta ese entonces, las opciones de acciones incluidas en los paquetes de pago fuera de control para ejecutivos --valorados en posiblemente decenas de millones de dólares-- se valuaban en cero al expedirse. Eso es correcto: cero, nada. Cuando FASB y la SEC intentaron cerrar el resquicio el gran capital saltó para defenderlo. Una avalancha de dinero llegó a los bolsillos de lobbistas de la calle K y asociaciones titánicas de cambiadores. Al final, nada sucedió. O más bien, todo continuó sucediendo. El resquicio sobrevivió.

Un Mundo Feliz para Citizens United

Hacker y Pierson nos guían de manera apta por 30 años de política e inacción jurídica (desde el punto de vista de los ricos) de "el-ganador-se-lleva-todo." Ofrecen una vistazo revelador al paisaje que ayudó a crear la nueva oligarquía, pero una vista crucial apareció demasiado tarde para ser incluida por los autores.

Ningún entendimiento del alza de la nueva oligarquía puede estar completo sin explorar los efectos del fallo de la Corte Suprema en el caso January Citizens United, el cual solidificó su poder de una forma que ningún recorte de impuestos anterior pudo hacerlo. Antes de Citizens United, los ricos usaban su dinero para sutilmente dar forma a la política, cortejar políticos e influenciar elecciones. Ahora, con tanto dinero entrando a sus bolsillos y el grifo de contribuciones bien abierto, pueden simplemente comprar la política americana siempre y cuando el precio sea el correcto.

No hay ningún error en como, en menos de un año, Citizens United ha radicalmente inclinado el campo político de juego. Junto con muchos fallos de la corte, dio lugar a American Crossroads, American Action Network y muchos otros grupos similares que ahora pueden recaudar donativos ilimitados con un juego patético de requisitos para revelar a sus financiadores.

Lo que la presente Corte Suprema, en sí misma el fruto de varias administraciones seguidas empeñadas en la des-regulación y los recortes de impuestos, ha asegurado es esto: en una "democracia" estadounidense, solo el público permanece a oscuras. Incluso para reporteros dedicados, rastrear a estos grupos es como perseguir sombras: direcciones oficiales llevan a apartados postales; no se regresan llamadas; las puertas se cierran en tu cara.

El pequeño vistazo que tenemos de las personas que financian esta operación es un quien es quien de la nueva oligarquía: los multimillonarios Hermanos Koch ($25,1 mil millones); financiero George Soros ($11 mil millones), el CEO de fondos de cobertura Paul Singer (su fondo, Elliott Management, vale $17 mil millones), el inversionista Harold Simmons (valor neto: $4,5 mil millones); el capitalista de riesgo de Nueva York Kenneth Langone ($1,1 mil millones); y el magnate de bienes raíces Bob Perry ($600 millones).

Luego está la plantilla de corporaciones que han utilizado su generosidad para influenciar la política americana. Compañías de seguros de salud, incluyendo United Health Group y Cigna donaron la impresionante cifra de $86,2 millones a la Cámara para matar a la opinión pública, inyectando el dinero mediante el grupo America's Health Insurance Plans. Y gigantes corporativos como Goldman Sachs, Prudential Financial, y Dow Chemical han dado millones más para cabildear contra nuevas regulaciones financieras y químicas.

Como resultado, la historia central de las elecciones de mediados del 2010 no es la victoria republicana o la derrota demócrata o la ira Tea Party; es la guerra relámpago del dinero exterior, la mayor parte del cual proviene de organizaciones de derecha como el American Crossroads de Rove y el U.S. Chamber of Commerce. Es una triste ilustración de lo que sucede cuando tanto dinero termina en manos de tan pocos. Y con las reformas a los gastos de campaña derrotadas por años por venir, la guerra de gastos solo empeorará.

De hecho, los expertos predicen que los gastos en las elecciones del 2012 romperán todos los récords. Piénselo de esta manera: en el 2008, el gasto electoral total llegó a $5,3 mil millones, mientras que los $1,8 mil millones gastados únicamente en la campaña presidencial duplicaron el total del 2004. ¿Qué tan alto podemos llegar en el 2012? ¿$7mil millones? ¿$10 mil millones? Al parecer el cielo es el límite.

No es necesario esperar, sin embargo, a que llegue el 2012 para saber que el mero volumen de dinero que está siendo bombeado a la política estadounidense se burla de nuestra democracia (o lo que queda de ella). Peor aún, existen pocas soluciones para detener el flujo de efectivo: la ley DISCLOSE, cuyo objetivo es contrarrestar los efectos de Citizens United, ha fracasado dos veces en el Senado este año; y la mejor opción, financiamiento público de elecciones, no logra una audiencia en Washington.

Hasta que los legisladores limiten el dinero en la política, a la vez que obligan a los donantes a revelar sus identidades y a no esconderse en las sombras, la nueva oligarquía solo crecerá en estatura e influencia. Si no es frenada, esta elite continuará por deshacerse de los últimos miembros del Congreso que no están al servicio de sus personas y "contribuciones" (véase: Russ Feingold de Wisconsin) y los reemplazarán con legisladores dispuestos a hacer su trabajo, un Congreso lleno de políticos temporales obedientes listos para darle a sus donantes lo que quieren.

Nunca antes los Estados Unidos se vieron tanto como un país de los ricos, por los ricos y para los ricos.

Andy Kroll escribe habitualmente en Mother Jones y es un editor asociado en TomDispatch.com.

Traducción para www.sinpermiso.info: Pablo Yanes Thomas

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3778


Historia argentina

La Vuelta de Obligado y el debate histórico *

Por Hugo Presman

La falsificación de la historia es una política de la historia, como lo sostuvo con agudeza, hace muchos años, ese gran patriota que fue Don Arturo Jauretche. La historia no es más que la política del pasado como la política es la historia del presente. Juan Bautista Alberdi, el más notable analista de la segunda mitad del siglo XIX, lo sintetizaba así: “Entre el pasado y el presente hay una filiación tan estrecha, que juzgar el pasado no es otra cosa que ocuparse del presente. Si así no fuere, la historia no tendría interés ni objeto. Falsificad el sentido de la historia y pervertís por el hecho toda la política. La falsa historia es origen de la falsa política.”
La historia oficial fue escrita y falsificada por Bartolomé Mitre y difundida hasta la actualidad por seguidores y academias. En ella se ubican en la misma trinchera dos enemigos irreconciliables como Rivadavia y San Martín. Para maquillar la impostura, Mitre calificó al que da su nombre a la calle más larga como “el más grande hombre civil en la tierra de los argentinos.” Fue el que saboteó sistemáticamente las campañas libertadoras, contempló impávido las amputaciones territoriales, perdió ignominiosamente la paz de una guerra ganada con el Brasil, y su gente instigó el asesinato de Dorrego, entre algunas de sus variadas fechorías. Tanto Rivadavia como Mitre representaban los intereses de los comerciantes del Puerto de Buenos Aires. En cambio Rosas expresaba la de los hacendados bonaerenses con el apoyo de los sectores populares. Tenían políticas diferentes hacia las provincias del norte que habían desarrollado precarias industrias: Rosas las protegía como cuando dictó la ley de aduanas de diciembre de 1835. Mitre y sus vesánicos coroneles como Sandes, Irrazábal y Paunero, que fueron verdaderos adelantados a los que en el siglo XX practicaron el terrorismo de estado, arrasaron con esos emprendimientos económicos y asesinaron o exiliaron a los caudillos que lo representaban como el Chacho Peñaloza o Felipe Varela.
Rosas y Mitre, es decir los hacendados y los comerciantes portuarios, coincidían en no nacionalizar la renta de la aduana de Buenos Aires. Esa fue la causa principal de los sesenta años de las guerras civiles en esta tierra ensangrentada. Estaban en discusión dos modelos. En el mismo año 1861, comenzaba la guerra de secesión en EE.UU, que concluiría cuatro años más tarde con el triunfo del norte industrialista, Mitre derrotaba a Urquiza en Pavón ya que el entrerriano se retiró sin presentar combate, iniciando en estas tierras el triunfo del sur agropecuario y mercantil.
La historia oficial caracterizó a Rosas como la primera tiranía, como luego del 16 de septiembre de 1955 estigmatizaría a la década peronista como la segunda tiranía.
Entonces ¿cómo un individuo tan abyecto podría ser el protagonista de una gesta histórica como la batalla de la Vuelta de Obligado? La epopeya quedó minimizada y los elogios de San Martín y la donación de su sable al “tirano” reducidos a una anécdota menor, una confusión abonada por el desconocimiento que produce la distancia.

EL DEBATE HISTÓRICO

Es raro que las páginas del diario La Nación, fundado por Bartolomé Mitre a la finalización de la infame guerra contra el Paraguay, se abran al debate histórico. Ya veremos cuál es el motivo.
Luís Alberto Romero escribe como cruzado mitrista, hijo de otro historiador oficialista José Luis Romero quien desalentó con sus textos del secundario la posibilidad de que los jóvenes sintieran el gusto y el cariño por la historia. Fue el rector de la Universidad de Buenos Aires designado por la Revolución Fusiladora en 1955.
Sostiene Romero: “El Gobierno anuncia la gran celebración de un aniversario de la Vuelta de Obligado, la batalla en la que, el 20 de noviembre de 1845, las tropas de Rosas intentaron inútilmente bloquear el acceso de la flota británica por el río Paraná. Paralelamente, los escritores neorevisionistas baten el parche y despiertan sentimientos e imaginarios de un nacionalismo hondamente arraigado en nuestra sociedad. A la vez, por qué no, realizan un buen negocio editorial…. En primer lugar, fue una derrota. Honrosa y heroica, sin duda; victoria moral, como nos gusta a los argentinos; pero derrota al fin. La de los ingleses fue quizás una victoria a lo Pirro. Pero vencieron. Cortaron las cadenas, rompieron el bloqueo y llegaron con sus barcos a Corrientes, donde la sociedad local admiró los nuevos barcos de vapor y las damas alternaron y coquetearon con los oficiales británicos.”
“Romero es en términos históricos lo que en fútbol es el bilardismo: sólo importa ganar. La mentalidad colonizada de la prédica mitrista ningunea al acontecimiento como lo hiciera su numen. Sin embargo tendrían orgasmos de admiración por la batalla de las Termópilas donde Leónidas y sus 2000 griegos se enfrentaron contra 300.000 persas y fueron derrotados.
En esa versión donde se pueden exaltar con justicia, derrotas ajenas como la de Espartaco o los luchadores del Gueto de Varsovia, se debe minimizar el enfrentamiento de tropas mal entrenadas y con armamento insignificante contra las dos flotas más poderosas del planeta conformado por 22 buques de guerra y 92 buques mercantes. Las armas escoltando al comercio. La exigencia de la libre navegación de los ríos de los países a colonizar bajo la bandera “civilizadora” del libre comercio. Y subida a las naves del invasor los unitarios que se unían al colonizador para derrocar a Rosas. Una versión del malinchismo en el Río de la Plata, una exhibición obscena de cipayismo. En el desgraciado axioma de civilización y barbarie, los cipayos estaban con los “civilizadores”
El objetivo de los colonizadores era convertir al Paraná en un río internacional para lo cual era necesario balcanizar el territorio creando el Estado de la Mesopotamia.
Nada de esto dice Romero quién luego escribe: “… las fuerzas militares de Rosas, luego de la derrota del 20 de noviembre, practicaron una tenaz y meritoria guerrilla de retaguardia, que ocasionó pérdidas a la flota y a los buques mercantes ingleses. Un problema más. Por entonces, otros problemas en su vasto imperio informal reclamaron la atención del gobierno británico. En 1846 Aberdeen, cultor de la "política de las cañoneras", fue reemplazado en el Foreign Office por Palmerston, partidario del camino negociado. Hubo una nueva evaluación de la situación del Plata, y aunque el bloqueo se mantuvo hasta 1849, finalmente se llegó a un acuerdo muy honroso para el gobierno de la Confederación, en el que Rosas obtuvo lo que no pudo lograr en el campo de batalla. Celebremos pues el éxito pacífico de la diplomacia y no el fracaso de la guerra. La negociación y no la epopeya.”
Romero omite la derrota de la flota invasora en Punta Quebracho que llevó a que se precipitara la alternativa diplomática. Convertido en un Hamlet histórico se pregunta: ¿Fue "nacional" esta acción? También me parece dudoso.” Si lo hubiera protagonizado Mitre no tendría duda que era una gigantesca epopeya nacional.
“Mientras Rosas elegía exiliarse en Inglaterra -quizá para estudiar más de cerca a la "pérfida Albión"-, el Pacto de San Nicolás en 1852, y la Constitución Nacional en 1853, abrieron el camino a la libre navegación.” No sólo eso. Se destruiría el Paraguay que con su proteccionismo y el papel fundamental del Estado (ejemplo de la aplicación práctica parcial del Plan Secreto de Operaciones de Moreno”), fue la contracara del librecambio.
“En 1983, muchos creímos que habíamos logrado desterrar al "enano nacionalista". Hoy, yo al menos lo dudo.” Romero sólo admira el nacionalismo de los opresores y desprecia el de los oprimidos. Es un excelente alumno de Rivadavia y Mitre. Además bajo el calificativo de nacionalismo engloba arbitrariamente el clerical, el democrático, el de la izquierda nacional.
Mario “Pacho” O`Donnell polemiza con Romero en La Nación y su argumentación es precisa.
Comienza con un golpe al hígado de su contrincante: “Obligado es, junto con el Cruce de los Andes, una de las dos mayores epopeyas militares de nuestra patria. Una gesta victoriosa en defensa de nuestra soberanía política, económica y territorial que puso a prueba exitosamente el coraje y el patriotismo de argentinas y argentinos, lamentablemente silenciada por la historiografía liberal escrita por la oligarquía porteñista, antipopular y europeizante, vencedora de nuestras guerras civiles del siglo XIX.” Y a la acusación de Romero a O`Donnell de que éste trata de ordeñar un hecho histórico para convertirlo en personalmente redituable ( se refiere al muy buen libro “La Gran Epopeya. El combate de la Vuelta de Obligado”) el escritor le responde contundente: “Corriente (la que representa Romero) que, aprovechando los golpes militares y ante la expulsión de la historiografía peronista y marxista de nuestras universidades, se adueñó del poder que administra cátedras, subsidios, becas, empleos.” Explica luego la invasión: “Los motivos reales de la "intervención en el Río de la Plata" fueron de índole económica. Se imponía el castigo a ese gaucho insolente que desafiaba a las potencias europeas con trabas al libre comercio, y medidas aduaneras que protegían los productos nacionales, y fundando un Banco Nacional que escapaba al dominio de los capitales extranjeros.” Y acentúa correctamente el carácter económico: “Gran Bretaña y Francia se habían unido para expandir sus mercados aprovechando el invento de los barcos de guerra a vapor, que les permitían internarse en los ríos sin depender de los vientos y así alcanzar nuestras provincias litorales, el Paraguay y el sur del Brasil. Esas intenciones eran confirmadas por los casi cien barcos mercantes que seguían a las naves de guerra.” Luego detalla cómo se planteó la defensa: “ Rosas, que gobernaba con el apoyo de la mayoría de la población, sobre todo de los sectores populares, decidió hacerles frente. Encargó al general Lucio N. Mansilla conducir la defensa. Su estrategia fue la siguiente:
1) Era imposible vencer militarmente a los invasores por la diferencia de poderío y experiencia, lo que hacía inevitable que tuvieran éxito en su propósito de remontar el río Paraná.
2) Dado que se trataba de una operación comercial encubierta, el objetivo era provocarles daños económicos suficientes como para hacerlos desistir de la empresa y lograr así una victoria estratégica que vigorosas negociaciones diplomáticas harían luego contundente.
3) Era necesario buscar un lugar del Paraná donde fuera posible alcanzar los barcos enemigos con los escasos, anticuados y poco potentes cañones con que se contaba.
Mansilla emplazó cuatro baterías en el lugar conocido como Vuelta de Obligado, donde el río se angosta y describe una curva que dificultaba la navegación. Allí nuestros heroicos antepasados tendieron tres gruesas cadenas sostenidas sobre barcazas y así lograron que durante el tiempo que tardaron en cortarlas los enemigos sufrieran numerosas bajas en soldados y marineros y devastadores daños en sus barcos de guerra y en los mercantes. El calvario de las armadas europeas y los convoyes que las seguían continuó durante el viaje de ida y de regreso, siendo ferozmente atacadas desde las baterías de "Quebracho", del "Tonelero", de "San Lorenzo" y, otra vez, desde "Obligado". La estrategia de Rosas y Mansilla tuvo éxito y las grandes potencias se vieron obligadas a capitular aceptando las condiciones impuestas por la Argentina y cumpliendo con la cláusula que imponía a ambas armadas, al abandonar el río de la Plata, disparar 21 cañonazos de homenaje y desagravio al pabellón nacional.” Y concluye: “Pero lo que demuestra su derrota es que no se cumplieron ninguno de los objetivos de la invasión de las potencias: las provincias litorales siguen siendo argentinas, el Paraná es un río interior de nuestro territorio y la Argentina no es un protectorado británico, como habían acordado los unitarios con las potencias "interventoras".
Serían otras las formas, más sutiles y eficaces, que las potencias invasoras, sobre todo Inglaterra, pondrían en juego en el futuro para restañar las heridas y para dominar hasta 1945 nuestra economía, nuestra política y nuestra cultura con la complicidad de sus "socios interiores".

LAS CONTRADICCIONES DE MARIO “PACHO” O`DONNELL

Es un autor que ha aportado libros de divulgación importantes desde el revisionismo histórico y transitando el campo nacional y popular. El problema es que Pacho no está dispuesto a enemistarse con esa máquina de prestigio que es el mitrismo a través del diario La Nación. Por eso, más allá de sus méritos, es que el diario lo pone como contrincante del propagandista mitrista Luis Alberto Romero. Así como Mitre introduce con fórceps a Rivadavia junto a San Martín, el psicoanalista O`Donnell que ha dedicado muchos años al conocimiento histórico y por lo tanto no puede alegar ignorancia, ubica en el mismo campo a los caudillos federales norteños y quién los arrasa. Para ello debe hacer un pase de prestidigitación y afirmar que Mitre no es el que escribió la historia oficial y que en realidad lo hizo Ricardo Levene, un simple propagandista del triunfador de Pavón.
Introduce un oxímoron, como ser el padre de un presunto revisionismo mitrista. Escribe O`Donnell: “Ser revisionista no supone ser "antimitrista". Bartolomé Mitre fue un argentino excepcional que dirigió inmensos ejércitos, tradujo La Divina Comedia , llegó a presidente de la república. Y también escribió los fundamentos de nuestra historia al mismo tiempo que la protagonizaba. Tuvo la sensibilidad social de poner en superficie el heroísmo inconcebible de los caudillos altoperuanos, pero no pudo mantener esa objetividad al ocuparse de los caudillos federales tardíos, a quienes perseguía porque se habían constituido en un serio obstáculo para su proyecto de Organización Nacional. La historiografía que el revisionismo cuestiona se plasmó años después, en parte basada sobre sus escritos, pero sobre todo al calor de una "educación patriótica", cuyo objetivo fue hacer que las masas inmigrantes incorporasen "lo nacional" alimentadas por una versión rígida, simplificada y conservadora de nuestra historia. Cuando se habla de "historia oficial" se debe hablar más de Ricardo Levene que de Mitre.”
De pronto, para mantener los laureles en La Nación habla que la persecución y asesinato del Chacho es porque Mitre no pudo mantener la objetividad al ocuparse de los caudillos federales tardíos. Faltaría que diga que la derrota y el exilio de Felipe Varela fue un gesto de Mitre para que conociera Chile. Todas las causas económicas que con precisión detalla sobre la invasión anglo francesa, las olvida cuando se refiere a los intereses que representa el traductor de la Divina Comedia. Y además con desparpajo habla de objetividad.
O`Donnell sabe que la historia mitrista es falsa y adecuada a los intereses portuarios como muy bien le increpa a Romero: “historiografía liberal escrita por la oligarquía porteñista, antipopular y europeizante, vencedora de nuestras guerras civiles del siglo XIX.” Pero en un pase de magia lo libera a Mitre. Si para Enrique IV, París bien valía una misa, para Pacho salvar a Mitre y reivindicar a los caudillos federales y a la Vuelta de Obligado le permite tener un pie en el revisionismo y otro en la historiografía oficial. Con la misma heterodoxia en 1998 fue capaz de escribir un prólogo a las presuntas memorias de Carlos Menem llamadas “Universos de mi tiempo”. Un testimonio en donde llegó a dedicar frases como estas: “Desde el primer momento en que lo conocí quedé impresionado por su inteligencia….Menem ha sido, en muchos sentidos un visionario….Nunca hizo alarde de su elevada cultura que fue forjando en la lectura de libros y en la frecuentación de maestros… Fue El Gran Transformador….La vida y la obra de Menem son justicialistas por espíritu y metodología”. El autor de “La Gran Epopeya” ha cumplido una tarea importante reivindicando a los caudillos, a una heroína notable como Juana Azurduy o con la biografía del Che Guevara. Si tomara un poquito de la valentía de aquellos personajes notables, podría romper las cadenas de conveniencia que lo atan al mitrismo.

LA VUELTA DE OBLIGADO Y EL DEBATE HISTÓRICO

El diario La Nación no se ocupó en tapa del vibrante acto realizado en conmemoración de los 165 años de la Vuelta de Obligado y el preciso discurso presidencial. Creyó más importante colocar una foto sobre la concurrencia de gente a las playas aprovechando el fin de semana largo. La frase presidencial de “Las cadenas culturales son más fuertes que los cañonazos”, tiene una vigencia que abarca a franjas muy importantes de la sociedad y a los medios hegemónicos.
El debate histórico siempre alude al pasado, pero en realidad se está discutiendo sobre el presente. La repatriación de los restos de Rosas durante el gobierno de Carlos Menem tenía por objeto simbolizar una presunta unión nacional y abonaba el camino a los indultos y el abrazo del riojano con el emblema viviente del antiperonismo, la momia habitada entonces por el ex vicepresidente Isaac Francisco Rojas.
La reivindicación de la Vuelta de Obligado y el establecimiento de la fecha como feriado nacional, está relacionado con la exaltación actual de la defensa de la soberanía cuyos hitos más significativos fueron el no al ALCA y la finalización de las supervisiones periódicas del Fondo Monetario Internacional.
Hoy el peligro de ser invadido por flotas enemigas es improbable. Los métodos se han sofisticado. Desde las políticas que imponen los organismos internacionales a los capitales golondrinas. Desde el real y el falso endeudamiento a la fuga de capitales. Desde la minimización del estado y su contrapartida el crecimiento descontrolado del mercado. Desde los bancos centrales convertidos en su presunta autonomía en instrumento de colonización a las leyes de flexibilización laboral y precarización del trabajo. Los Mansillas contemporáneos deben librar su Vuelta de Obligado contra estas cadenas de la dependencia. Remitiéndose a una historia fidedigna. Recordando aquella frase de George Orwell en 1984: "Quien controla el pasado controla el futuro: quien controla el presente controla el pasado"

25-11-2010

* Enviado por el autor

    

      Todos los libros están en Librería Santa Fe