FORJA,
y su denuncia al imperialismo británico en el Manifiesto al Pueblo de la
República
Por Juan Godoy*
Desde el subsuelo de la patria
El presente tiene como objetivo abordar el
Manifiesto al Pueblo de la República,
dado a conocer por los muchachos forjistas el 2 de septiembre de 1935. Poco más
de dos meses luego de que un grupo escindido del radicalismo fundara; ante el
levantamiento de la abstención revolucionaria, del abandono de las banderas del
yrigoyenismo a manos de la conducción del “galerita” Alvear, y de la ignominia
reinante en la llamada por José Luis Torres Década Infame; en un sótano de la
ciudad de Buenos Aires, específicamente ubicado en la calle corrientes 1778, la
Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) el 29 de junio del
mismo año. El nombre, ideado por Arturo Jauretche, tuvo su origen en una frase
de años atrás de Don Hipólito Yrigoyen, que decía “todo taller de forja parece
un mundo que se derrumba.”
Entre los miembros fundadores se encontraban, entre otros,
Arturo Jauretche, Juan B. Fleitas, David de Ansó,
Manuel Ortiz Pereyra, Félix Ramírez García, Homero Manzi,
Luis Dellepiane, Gabriel Del Mazo, etc. Raúl Scalabrini
Ortíz, a pesar de ser uno de los orientadores de FORJA, incluso considerado
por Francisco Pestanha como el principal ideólogo1, no aparece como miembro
fundador, y es más, no se afiliará al movimiento hasta el año 1940 momento en
que se levante la condición de ser afiliado radical para ser miembro de FORJA.
Disidencias parciales con el radicalismo, que resaltamos no impide que lo
podamos tener como uno de los principales militantes de FORJA.
Algunos de estos militantes forjistas, habían participado en los levantamientos
radicales (el primero luego de tres meses del golpe en Córdoba, luego el de
General Severo Toranzo en el ’31 –no llega a estallar, pues es descubierto-, el
del Coronel Gregorio Pomar en el mismo año en el Litoral, por nombrar algunos2),
entre los cuales se destaca el de Paso de Los Libres en el año 19333, que
Jauretche (partícipe) iba a relatar en tono gauchesco, en un libro que prologara
Jorge Luis Borges, acto del cual se “olvidaría”4. También se habían expresado
algunas de sus voces, en el Movimiento de Continuidad Jurídica, de grave tono
anti-alvearista, pretendían mantener en alto las banderas del yrigoyenismo, y se
oponían a la jefatura de Alvear, “sostenían que la abstención sólo podía tener
sentido con un contenido revolucionario”5. También habían participado del grupo
de los Radicales Fuertes (antes nucleados en la Agrupación Pro Voto Directo),
enfrentados a la conducción alvearista iban a publicar un Manifiesto, antes de
la Convención que levantara la abstención, llamado “Vocación revolucionaria del
radicalismo”.
Nuestra intención aquí es, como decíamos, analizar el Manifiesto al Pueblo de la
República, en línea con la idea de Hernández Arregui6 que sostiene que éste
puede ser considerado como el primer análisis profundo que denuncia y devela el
papel que cumple el imperialismo británico en nuestro país desde una perspectiva
popular que rebasa el nacionalismo agrario del yrigoyenismo. Nosotros agregamos
a la afirmación de dicho autor, desde una perspectiva popular. Asimismo
consideramos al mismo como una impugnación a la década infame. No podemos dejar
de nombrar el libro de los hermanos Rodolfo y Julio Irazusta, “La Argentina y el
imperialismo británico”7, de poco tiempo atrás, el cual denuncia al imperialismo
británico y al pacto Roca-Runciman, aunque desde una
perspectiva del nacionalismo oligárquico, no obstante lo cual, puede ser
considerado como un antecedente del documento de FORJA, una “huella” que los
forjistas van a indagar y profundizar, haciendo un análisis más abarcador y
profundo que aquel.
Los Años infames. El estatuto legal del coloniaje. La denuncia del imperialismo
británico y de sus personeros locales
Como sabemos el golpe de estado del
6 de septiembre del año ’30 que derrocara al primer movimiento nacional del
siglo XX en la Argentina, el yrigoyenismo, iba a ser festejado por La Prensa,
decretaba rápidamente el Estado de sitio y la Ley marcial. Luego, iba a asumir,
en primer lugar, José Félix Uriburu, representante de los sectores ligados al
nacionalismo reaccionario, oligárquico. Pero, ya en el año ’32, el General
Agustín P. Justo, representante de los intereses de la oligarquía agropecuaria,
pro-británica, va a desplazar a Uriburu y a asumir la Presidencia mediante
elecciones fraudulentas8. El radicalismo había proclamado la abstención en
dichas elecciones, luego que fuera vetada la fórmula Alvear-Güemes (6 de octubre
de 1931)
Eran esas las dos líneas que se expresaban luego del golpe de estado, la de
Uriburu, que con escaso apoyo en la población civil, pero con apoyo de sectores
militares, pretendía suprimir la estructura política y jurídica tradicional,
encarnaba un proyecto corporativo. La otra línea, la de Justo, buscaba la
vinculación con diferentes partidos “democráticos”, el mantenimiento de la Ley
Sáenz Peña, pero con la intención clara de violarla, la idea es darle un
“contenido democrático” al gobierno ilegítimo, con la exclusión del movimiento
mayoritario, el radicalismo yrigoyenista9.
Dada la crisis comenzada en Wall Street en el año ’29, y el Pacto de Otawa, por
el cual Gran Bretaña importaba menos carnes de Argentina, y le daba un trato
preferencial a sus colonias. El gobierno de Justo, ligado a los intereses
británicos, iba a mandar una misión a dicho país, para “negociar”. En la
negociación de la delegación “argentina”, entre los que se encontraba el vice-presidente
“julito” Roca, se iban a pronunciarían frases vergonzantes, y no solo de parte
de los británicos, sino también de ciudadanos de nuestro país, como las
siguientes: “la Argentina se parece a un importante dominio británico”, “la
Argentina (…) desde el punto de vista económico, es una parte integrante del
Imperio británico”10.
Reflejo de esos años de infamia serán las canciones escritas por
Enrique Santos Discépolo como Yira, Yira (1930, justo
un día antes del golpe) “cuando estés bien en la vía, sin rumbo, desesperao (…)
verás que todo es mentira, verás que nada es amor (…) cuando manyés que a tu
lado se prueban la ropa que vas a dejar”; ¿Qué sapa señor? (1931) “la tierra
está maldita, y el amor con gripe en cama. La gente en guerra grita, bulle,
mata, rompe y brama (…) qué sapa, Señor… que todo es demencial… Los chicos ya
nacen por correspondencia, y asoman del sobre sabiendo afanar…”; y a un año de
la firma del pacto Roca-Runciman (o el estatuto legal del coloniaje), lanzará el
célebre Cambalache (1934) “vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo
todos manoseaos (…) ¡el que no llora no mama, y el que no afana es un gil!”.
Es en este contexto que se iba a levantar la abstención radical, y FORJA daba a
conocer su Manifiesto11. Resaltamos que si bien FORJA va a denunciar al
imperialismo británico y a la oligarquía local aliada a aquel en reiteradas
ocasiones, en volantes, conferencias, libros, etc., no obstante aquí solo nos
basaremos en el análisis de dicho manifiesto, por lo mencionado en el final del
primer apartado. El Manifiesto fue (probablemente) armado por Juan Luis
Alvarado, Juan Molas Terán, Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, Homero Manzi,
Jorge del Rio, Oscar Correa y Raúl Scalabrini Ortíz12.
Veamos, ahora sí, cómo es la denuncia que pronuncia el manifiesto. Éste pone de
relevancia la entrega de la economía nacional a Gran Bretaña, demuestra cómo
nuestra economía es cada vez más dominada por factores foráneos, establece que
se ha impuesto una tiranía económica sobre la república, de la cual los únicos
beneficiarios son el capital extranjero y la oligarquía local aliada al mismo.
Da cuenta que desde el 6 de septiembre del ’30, las oligarquías avanzan de forma
sistemática en la anulación de la soberanía argentina, “todos los aspectos de la
vida nacional que se pasa a examinar, demuestran que ya se ha impuesto a la
República una tiranía económica, ejercida en beneficio propio por capitalistas
extranjeros a quienes se han dado derechos y bienes de la Nación Argentina”13.
El manifiesto pasa detallar la creación del Banco Central de la República, el
cual más que una dependencia argentina, es un banco extranjero, dominado y
dirigido por los Bancos particulares extranjeros y locales (cabe resaltar, de
todos modos, que muchos son accionistas extranjeros y/o parte de empresas
foráneas), pues 11 de los 14 miembros del directorio son de estos últimos, “de
modo que a este banco de capitalistas extranjeros se le ha dado un poder
dictatorial en materia de bancos, moneda, crédito, industria, comercio interno,
importación y exportación, haciéndose de él una fuerza superior a la de la
Nación, las provincias y las municipalidades, sin intervención eficaz de los
representantes del pueblo argentino”.14
Va a poner en tela de juicio al Instituto Movilizador de inversiones Bancarias,
creado como dependencia del Banco Central dedicado a hacer “malos negocios”; a
la unificación de impuestos internos que perjudica las economías provinciales.
El proyecto de ley de la “coordinación de transporte” también cae en el “ojo
crítico” de los forjistas, ya que más que coordinar los transportes, venían a
perfeccionar el monopolio ferroviario inglés (destacamos que los ferrocarriles
habían encontrado cierta “competencia” en el transporte automotor)15.
Además fija posición contra las denominadas Juntas Reguladoras (de carnes,
leche, algodón, etc.), de las cuales sostiene que “todas estas juntas, en
realidad, han sido creadas para centralizar la dirección y fiscalización de
todas las industrias vitales del país, para organizar mejor, por medio del
Estado, los trusts industriales y comerciales en todo el país. Los funestos
resultados de estas Juntas no se deben más que a esta oculta finalidad”16
Critica a las autoridades de la UCR, por considerar que han colaborado con la
sanción de leyes que afectan los intereses del pueblo argentino, la
independencia y la soberanía nacional, “había que buscar por todos los medios
que la UCR levantara la abstención, a efecto de que nuestra Unión reconociera la
legitimidad del gobierno (…) una vez levantada la abstención, el gobierno esperó
unos días, hasta que se acallaron las violentas protestas que se promovieron en
el radicalismo contra los autores del hecho, y el 18 de enero de 1935 envió al
Senado sus proyectos bancarios y monetarios”17
El tratado de Londres, denominado oficialmente Pacto Roca-Runciman, y por los
forjistas como Estatuto Legal del Coloniaje, como vimos había sido firmado a
gusto de los intereses británicos. Es por eso que el Manifiesto sostiene que el
mismo “ha sido tramitado por un ciudadano argentino al servicio de los intereses
de Inglaterra. (…) El tratado de Londres es una afrenta a la soberanía nacional
y el pueblo argentino y, por estar fundamentado en una manifiesta prevaricación,
está viciado de absoluta nulidad”18
Pone de relevancia el Manifiesto ese pretexto que ha sido utilizado
recurrentemente en nuestra historia por los gobiernos ajenos al interés
nacional, y sumisos al extranjero, la idea que para pagar las deudas y salvar el
crédito, el peso deba recaer sobre las “espaldas” del pueblo, así por ejemplo,
hay que aumentar impuestos, disminuir salarios, desvalorizar la moneda, etc.
Célebre es la frase del entonces Presidente Avellaneda, muchos años antes, al
respecto, a saber: “hay dos millones de argentinos que economizarían hasta sobre
su hambre y su sed para responder (…) a los compromisos de nuestra fe pública en
los mercados extranjeros”19. Al mismo tiempo las medidas, resaltan los forjistas,
son beneficiosas para el capital extranjero. Señalan también la íntima relación
que tuvo el golpe del 6 de septiembre con la posibilidad de nacionalización del
petróleo.
En el Manifiesto es abordada también la cuestión cultural, en relación a este
aspecto podemos observar cómo enjuician la sujeción de la enseñanza a
organizaciones extranjeras, contra el incremento de escuelas confesionales,
también se posiciona contra las restricciones de la libertad de palabra y de
asociación, asimismo critica a la justicia por las violaciones a la Constitución
Nacional, etc.
Avanza en el planteo anti-imperialista, desnudando el imperio que realmente
tenía injerencia en la Argentina, el británico (en contraposición a diferentes
denuncias del accionar del imperialismo norteamericano, que en ese momento no
tenía el peso que tenía el inglés). Ese capital imperialista británico es el que
domina la vida económica, política y cultural argentina, así establecen que “ya
nada queda en la República que no haya sido dado o comprometido a la dominación
fraudulenta de sociedades anónimas de especuladores del exterior, que usan a su
arbitrio las potestades inherentes a la Nación Argentina para beneficiarse con
el fruto de su trabajo y para aniquilar las fuerzas de su indispensable, urgente
y solidario resurgimiento”.20
Consideramos que en el manifiesto da a conocer, por primera vez en forma
impresa, la génesis y el desarrollo del Estatuto Legal del Coloniaje21. En
relación al manifiesto, coincidimos con Norberto Galasso, quien aborda la
naturaleza de FORJA que se puede establecer de acuerdo a lo expresado en el
Manifiesto, y argumenta que allí está “resumida la posición nacional-democrática
de FORJA. Aquel nacionalismo agrario de Yrigoyen, ideológicamente ambiguo y
nebuloso, alcanza ahora en FORJA un nivel más alto de desarrollo. Así la pequeña
burguesía nacionalista, por ahora solo de la ciudad de Buenos Aires, levanta un
programa anti-imperialista, anti-oligárquico y latinoamericano, muy similar al
aprismo peruano”.22
Sostenemos aquí, para finalizar, que luego del recorrido por el Manifiesto al
Pueblo de la República, se puede visualizar la posición que va a sustentar
FORJA, en sus poco más de diez años de vida. Establece una posición
nacional-democrática que rechaza el carácter anti-nacional de las fuerzas
liberales (de izquierda a derecha), al mismo tiempo que se distancia del
nacionalismo oligárquico, reaccionario.23 Articula de forma certera la cuestión
nacional y la cuestión social, dos partes de una misma lucha, la lucha por el
libre desenvolvimiento de las fuerzas nacionales, por la independencia plena, y
el desarrollo nacional; al mismo tiempo que la relacionada con las
reivindicaciones sociales, políticas, culturales, etc.
Denuncia por primera vez en forma sistemática, articulada, abarcadora, el
accionar del imperialismo británico en la Argentina desde una perspectiva
popular. Las denuncias que se habían dado por ejemplo de Osvaldo Magnasco,
Emilio Civit, entre otros habían sido aisladas, no hay la articulación del
documento de FORJA, tampoco hay anteriormente alguno que lo abarque desde una
perspectiva popular. Resaltamos, como dijimos, que hasta el momento el
imperialismo que solía ser puesto en cuestión era el norteamericano, pero que no
tenía una injerencia real tan potente como el británico, si bien años más tarde
la situación cambiará, pero en los ‘30’s la situación era esa, el imperialismo
británico aprisionaba a la nación Argentina, no dejaba que se desarrollen sus
fuerzas productivas, no la dejaba ser.
El nacionalismo agrario, defensivo del yrigoyenismo, el cual queda claro que uno
de los sustentos (sino el principal) de FORJA, queda superado por la posición
nacional-democrática la cual pregonan los forjistas, en tanto avanza en el
planteo anti-imperialista, de denuncia del primitivismo agrario, pone de
relevancia la necesidad del desarrollo nacional. Es la aparición de las tres
banderas que serán llevadas a cabo en la década posterior a su fundación,
cuestión por la cual también sostenemos se desintegra FORJA, a poco menos de dos
meses de los sucesos de octubre del ’45. Actúa FORJA como bisagra entre los dos
movimientos nacionales del siglo XX. Las reivindicaciones, ideas que se habían
comenzado a gestar en un subsuelo de la ciudad de Buenos Aires por un grupo de
muchachos, serán las que aflorarán luego en millones de personas, en el pueblo,
el día que otro subsuelo, el de la patria… se subleve.
1 Pestanha, Francisco José. Scalabrini Ortíz: Norte ideológico de FORJA.
Disponible en http://www.pensamientonacional.com.ar/pancho.php?idpg=0115_scalabrini_ortiz.html
2 Galasso, Norberto. (2002). La Década infame. En Cuadernos para la Otra
historia. Nº 20. Buenos Aires: Centro Cultural Enrique Santos Discépolo.
3 Hipólito Yrigoyen había fallecido el 3 de julio, y José María Rosa pone de
relevancia que, luego de la muerte y entierro del “caudillo” “la impresión es
que una chispa haría estallar el polvorín. El pueblo es radical y seguirá al
primero que levante la bandera. Pueblo y ejército no son para ellos dos
entidades distintas”. Rosa, José María. (1980). Historia Argentina. Orígenes de
la Argentina contemporánea. Década infame (1932-1943). Tomo 12. Buenos Aires:
Oriente
4 El libro es Jauretche, Arturo. (1992). El Paso de los Libres. Relato gaucho de
la última revolución radical. Buenos Aires: Corregidor. En relación a la
omisión, véase Galasso, Norberto. (1995). Borges, ese desconocido. Buenos Aires:
Ayacucho.
5 Scenna, Miguel Ángel. (1983). FORJA. Una aventura argentina (de Yrigoyen a
Perón). Buenos Aires: Editorial de Belgrano, página 33.
6 Hernández Arregui, Juan José. (2004). La formación de la conciencia nacional.
Buenos Aires: Peña Lillo (Continente)
7 Irazusta, Rodolfo e Irazusta, Julio. (“1934”). La Argentina y el imperialismo
británico. Buenos Aires: TOR.
8 Galasso, Norberto. (2011). Historia de la Argentina. Desde los pueblos
originarios hasta el tiempo de los Kirchner. Buenos Aires: Colihue.
9 Ramos, Jorge Abelardo. (1984). La factoría pampeana, 1922-1943. En Revolución
y contrarrevolución en la Argentina. Tomo III. Buenos Aires: Galerna.
10 Citados en Rosa, José María. (1980). Op. Cit., página 69. La primera frase la
pronunció Leguizamón, abogado de los ferrocarriles ingleses; la segunda, Julio
Roca, el vice-presidente.
11 El manifiesto iba a ser publicado en forma de folleto. En Señales, del
miércoles 4 de septiembre de 1935 (Nº 22), y como parte de los cuadernos de
FORJA, números 10, 11 y 12, publicados juntos. Recientemente publicado,
conjuntamente con todos los cuadernos de FORJA, en Jaramillo, Ana (Comp.).
(2012). Cuadernos de FORJA. Buenos Aires: Ediciones de la UNLA/Colección
Pensamiento Nacional
12 Scenna, Miguel Ángel. (1983). Op. Cit. Al respecto Galasso sostiene que Juan
Luis Alvarado y Juan Molas Terán tuvieron participación importante, y
probablemente hayan consultado a Scalabrini Ortíz, según testimonio de Jauretche
al autor, aunque resalta no hay dudas que es un documento colectivo. Galasso,
Norberto. (2003). Jauretche y su época. De Yrigoyen a Perón, 1901-1955. Tomo I.
Buenos Aires: Corregidor.
13 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Reproducido en
Cuaderno de FORJA Nº 10, 11 y 12. Noviembre de 1939. En Jaramillo, Ana (Comp.).
(2012). Cuadernos de FORJA. Buenos Aires: Ediciones de la UNLA/Colección
Pensamiento Nacional, página 403.
14 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Op. Cit.,
página 407.
15 Las leyes de coordinación de transporte serían denunciadas luego por el
periodista y forjista, Amable Gutiérrez Diez, publicando un cuaderno al
respecto, a saber el cuaderno Nº 3 de FORJA. Véase Gutiérrez Diez, Amable. La
Coordinación de transporte. Cuaderno de FORJA Nº 3. Octubre de 1936. En Ibídem.
16 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Op. Cit.,
página 423.
17 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Op. Cit.,
páginas 412-413.
18 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Op. Cit.,
página 426.
19 Citado en Galasso, Norberto. (2011). Op. Cit., página 474.
20 Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Op. Cit.,
página 426.
21 Scenna, Miguel Ángel. (1983). Op. Cit.
22 Galasso, Norberto. (2008). Vida de Scalabrini Ortíz. Buenos Aires: Colihue,
página 188.
23 Galasso, Norberto. (2003). Op. Cit.
Bibliografía citada
> Galasso, Norberto. (1995). Borges, ese desconocido. Buenos Aires: Ayacucho.
> Galasso, Norberto. (2002). La Década infame. En Cuadernos para la Otra
historia. Nº 20. Buenos Aires: Centro Cultural Enrique Santos Discépolo
> Galasso, Norberto. (2003). Jauretche y su época. De Yrigoyen a Perón,
1901-1955. Tomo I. Buenos Aires: Corregidor.
> Galasso, Norberto. (2008). Vida de Scalabrini Ortíz. Buenos Aires: Colihue
> Galasso, Norberto. (2011). Historia de la Argentina. Desde los pueblos
originarios hasta el tiempo de los Kirchner. Buenos Aires: Colihue.
> Gutiérrez Diez, Amable. La Coordinación de transporte. Cuaderno de FORJA Nº 3.
Octubre de 1936. En Jaramillo, Ana (Comp.). (2012). Cuadernos de FORJA. Buenos
Aires: Ediciones de la UNLA/Colección Pensamiento Nacional.
> Hernández Arregui, Juan José. (2004). La formación de la conciencia nacional.
Buenos Aires: Peña Lillo (Continente)
> Irazusta, Rodolfo e Irazusta, Julio. (“1934”). La Argentina y el imperialismo
británico. Buenos Aires: TOR.
> Jauretche, Arturo. (1992). El Paso de los Libres. Relato gaucho de la última
revolución radical. Buenos Aires: Corregidor.
> Manifiesto al Pueblo de la República, 2 de septiembre de 1935. Reproducido en
Cuaderno de FORJA Nº 10, 11 y 12. Noviembre de 1939. En Jaramillo, Ana (Comp.).
(2012). Cuadernos de FORJA. Buenos Aires: Ediciones de la UNLA/Colección
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> Pestanha, Francisco José. Scalabrini Ortíz: Norte ideológico de FORJA.
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> Ramos, Jorge Abelardo. (1984). La factoría pampeana, 1922-1943. En Revolución
y contrarrevolución en la Argentina. Tomo III. Buenos Aires: Galerna.
> Rosa, José María. (1980). Historia Argentina. Orígenes de la Argentina
contemporánea. Década infame (1932-1943). Tomo 12. Buenos Aires: Oriente.
> Scenna, Miguel Ángel. (1983). FORJA. Una aventura argentina (de Yrigoyen a
Perón). Buenos Aires: Editorial de Belgrano.
* El autor es Licenciado en Sociología, Universidad de Buenos Aires (UBA) y
Profesor de sociología, Universidad de Buenos Aires (UBA)