Se conoce como Masacre de Margarita Belén a la tortura y fusilamiento de
22 presos políticos, en su mayoría militantes de la Juventud Peronista,
ultimados en un operativo conjunto del Ejército Argentino y la Policía del Chaco
durante la noche del 12 al 13 de diciembre de 1976, en un lugar cercano a la
localidad de Margarita Belén, provincia del Chaco. El fusilamiento se disfrazó,
como era común en la práctica genocida de la época, de un tiroteo fortuito
acaecido durante un intento de fuga de los prisioneros. El caso fue uno de los
más de setecientos tomados en cuenta en el Juicio a las Juntas, en 1985, por lo
que se condenó a los ex dictadores Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti,
que más tarde, en 1990, serían indultados por el entonces presidente Carlos
Menem. Derogados los indultos y las
leyes de impunidad los genocidas responsables de la masacre fueron juzgados
y condenados en 2010.
El Mural "Argentina, dolor y esperanza", terminado
en 1986, fue realizado por Amanda Mayor de Piérola,
otros artistas plásticos de Entre Ríos y el Chaco.
La
Corte Suprema confirmó las condenas por los fusilamientos
Perpetuas firmes en el caso de la Masacre de Margarita Belén.
Por unanimidad, el máximo tribunal confirmó las penas impuestas a los
responsables de fusilar a 22 presos políticos que eran trasladados desde un
centro clandestino de detención, en Chaco, hacia un penal en Formosa.
Monumento a los caídos en la Masacre de Margarita Belén, Chaco.
La Corte Suprema confirmó tres condenas a prisión perpetua por la Masacre de
Margarita Belén, el fusilamiento de 22 presos políticos cuando eran trasladados
desde Chaco hacia el penal federal de Formosa en diciembre de 1976. Las víctimas
habían sido llevadas inconscientes, luego de ser torturadas, hasta esa localidad
donde fueron fusiladas a bordo de dos autos particulares. Ahora, el máximo
tribunal confirmó las penas en la última instancia.
Con las firmas de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan
Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, la Corte Suprema rechazó
los últimos recursos presentados por tres de los condenados. Se trata de Aldo
Héctor Martínez Segón, Athos Gustavo Renes y Ricardo Guillermo Reyes, quienes
llegaron hasta la máxima instancia judicial en apelación asistidos por el
abogado Carlos López Luján.
Los tres, junto con otros cinco imputados, fueron condenados a la pena máxima
que establece el Código Penal por los delitos de "homicidio agravado por
alevosía y por el número de partícipes; privación ilegítima de la libertad
agravada por el tiempo, y desaparición forzada de personas".
La Masacre de Margarita Belén ocurrió el 13 de diciembre de 1976, cuando 22
militantes fueron fusilados en un descampado próximo a esa localidad chaqueña
homónima. La historia oficial del Ejército contó que los presos –militantes en
su mayoría de la Juventud Peronista y de agrupaciones de izquierda- intentaban
fugarse ayudados por un comando paramilitar que atacó el convoy que los
trasladaba supuestamente hasta Formosa.
Sin embargo, tras la investigación de los organismos de derechos humanos se
demostró que las víctimas fueron recogidas inconscientes –después de haber sido
torturados- de la prisión clandestina que funcionaba en la ex Dirección de
Investigaciones de la Policía, de la Alcaidía Policial y de la Unidad Federal 7.
A la madrugada fueron trasladados por la ruta nacional 11 y justo a la altura de
la localidad Margarita Belén -70 kilómetros al norte de Resistencia- fueron
descendidos y colocados en dos automóviles particulares, un Peugeot 504 y un
Ranault 12, dentro de los cuales fueron acribillados con fusiles FAL.
Las víctimas de aquel episodio fueron Patricio Blas Tierno, Néstor Sala, Carlos
Zamudio, Luis Ángel Barco, Roberto Yedro, Delicia González, Luis Díaz, Fernando
Pierola, Raúl Caire, Sergio Pereyra, Carlos Duarte, Carlos Tereszecuk, Manuel
Parodi Ocampo, Luis Fransen, Ema Cabral, Reinaldo Zapata y Mario Cuevas.
Por Alvaro, Gustavo, María Luz y
Cristela Piérola, hermanos de Fernando Gabriel Piérola, fusilado en Margarita
Belén.
Hace exactamente 31 años, a esta
misma hora, allí nomás, del otro lado de la ruta, debajo de un algarrobo, junto
a la casa de Omar Lopez, el puestero del campo de un Sr. Alcalá.
Hace 31 años exactamente, a esta hora, en este lugar, todavía estaban calientes
las brasas de lo que fue un asado.
Horas antes del medio día, de un medio día muy caliente, típico de estas
hermosas tierras Chaqueñas, un costillar a la estaca se doraba lentamente
mientras los invitados de honor brindaban fervorosamente.
Horas antes, cuando el sol, ni nadie podían ser testigo de una obra macabra,
estos invitados de honor, trajeron a este escenario, donde hoy estamos, a más de
30 compañeros militantes, a 30 hermanos y hermanas de lo mejor que en toda su
historia, ha tenido esta querida y castigada patria.
Horas antes, estas hermanas y hermanos, fueron salvajemente torturados, algunos
en Santa Catalina, otros en el Regimiento 9, otros en La Liguria, otros en la
Alcaidía, en la Brigada y quien sabe todavía, donde más.
Y los trajeron sangrando, atados con
alambres, castrados, violados, antes de asesinarlos cobardemente, creyendo
inútilmente que de esa manera les romperían el corazón y la conciencia, lo que
por supuesto, no pudieron lograr, semejantes corazones y tan altas conciencias
no se rompen ni se quiebran fácilmente.
Y allí nomás, estos soldados de
papel, estos soldados de la muerte, brindaron y rieron. Levantaron bien alto los
vasos de vino, como quienes han logrado un merecido triunfo en un frente de
batalla, como quienes han llegado con éxito a su objetivo, después de un largo
esfuerzo.
Y levantaron bien alto su brindis de sangre, mientras muy junto, pegado a su
insania, junto a su asquerosa fiesta de cobardes infames, se enfriaban
lentamente los cuerpos masacrados, mutilados, de una generación enorme, de una
grandiosa generación que ofreció lo máximo que puede dar un ser humano, por su
país y por su pueblo, de una generación que soñó y proyectó un país grande,
nuestro, justo y definitivamente libre.
Pegado a toda esa bajeza humana, se evaporaba lentamente la sangre de nuestros
hermanos y hermanas, hermanos y hermanas de una militancia y una entrega jamás
vista en nuestra patria. Junto a estos gloriosos guerreros del ejército de San
Martín y Belgrano, se consumía lentamente el cuerpo del Flaco Sala y empezaba a
tomar vuelo el espíritu de su inmensa lucha “ LIBRES O MUERTOS, JAMÁS ESCLAVOS”
fueron sus últimas palabras de aliento a los compañeros cuando los dejaba en la
cárcel, palabras que fueron, son y serán fuente de energía para cualquier
militante revolucionario y para el pueblo en su conjunto.
Junto al brindis, disfrutando su
gula sangrienta y enferma, estaban los cuerpos de Barquitos, de Fernando, del
Carau, del Gringo, de Delicia y de Ema, del Bocha y de Carlitos Caire, del
Colorado, de Manuel, de Marito y de Lucho, del Pato, de Carlitos Zamudio, del
Beto y de Zapata Zoñez y quien sabe de cuantos otros que todavía no hemos podido
identificar y siguieron brindando, mientras lentamente se secaba en nuestras
hermanas el inmundo semen de su soberbia.
Gustavo Piérola en
Atrapados en libertad, AM
530, La Voz de las Madres, 12 de diciembre de 2009.
Brindaron aquellos Policías, dueños de la casa del terror en el corazón de
Resistencia.
Brindaron los Sres. de saco y corbata que ayudaron a armar la impunidad que
hasta hoy perdura.
Brindaron los médicos que pusieron su sello a la
muerte.
Y brindó la Iglesia, la de Tortolo, Pío Laghi,
Von Wernich y aquel cura en el Mural.
Y brindaron a escondidas, los dueños de la paga a estos mercenarios, los
propietarios de nuestra patria.
Pero esta fiesta aún no ha terminado, esta escena perversa continúa, los mismos
autores, hoy siguen brindando. A lo largo de estos 31 años, cada vez que han
encendido un fuego, en sus casas, en la de sus familias y amigos, han sonreído
satisfechos recordando aquel asado debajo del algarrobo.
Durante estos 31 años, desde que aquellas brasas se fueron apagando, el sistema
político y judicial de nuestro país, les ha servido la mesa y el vino.
Durante estos largos 31 años, estos mercenarios
del poder y la riqueza, estos señores de uniformes planchados, que nunca, en los
últimos casi 200 años han tirado un solo tiro para defender los intereses del
pueblo argentino y sí, los intereses de las castas oligárquicas y burguesas
nacionales, y sí, de los intereses de imperios extranjeros. Solamente salieron a
la aventura de Las Malvinas, poniendo nuevamente al pueblo como escudo, antes de
volver a sus cuarteles.
Estos cobardes asesinos a sueldo, sueldos y beneficios que surgen de la
explotación el pueblo, estos patrioteros siguen gozando de la impunidad del
sistema. Porque aunque derogadas, las leyes que los ocultaron durante años,
todavía están cubiertos por esta Justicia y este Sistema Político que salvo
raras excepciones, sigue aportando a esa impunidad.
Inclusive aquellos que hoy están “presos” (entre
comillas) en La Liguria, brindan día a día en el Casino de Oficiales, tratados,
por supuesto, como héroes por sus pares, presos con televisores, videos,
teléfonos, computadoras, libros y periódicos del día, con piletas de natación y
heladeras llenas.
Con la mejor alimentación, mientras nuestro pueblo muere de hambre en nuestra
cara.
Con la mejor atención médica, mientras el pueblo
se abarrota en las filas de los hospitales.
Con una privilegiada situación económica, mientras el pueblo mendiga Planes
Trabajar.
Estos ocho “detenidos” de lujo, comen asados y brindan con sus familias, esposas
e hijos y sus nietos corretean en los parques de La Liguria, corretean
inocentemente junto a los calabozos donde estaban los secuestrados, junto al
lavadero donde los torturaban salvajemente. Esos ocho “detenidos” seguramente
recuerdan con placer aquel domingo 12 de diciembre de 1976 cuando en ese mismo
lugar, ultimaron los detalles de la farsa sangrienta. Otro de ellos, el que está
“prófugo” (entre comillas) seguramente está disfrutando con su familia en los
campos entrerrianos.
13/12/11. Palabras de Juan Andres Sala, hijo de
Néstor Sala, fusilado en la Masacre de Margarita Belén.
Son 31 años, demasiados años en los cuales,
insistimos, el Sistema Político y la Justicia han estado y están ajenos en la
búsqueda de la verdad histórica y en el juicio y castigo a TODOS los
responsables de éstos crímenes. La realidad de tantos años, nos demuestra, que
para ese Sistema Político y para esa Justicia, aquí, en esta ruta, no hubo
crímenes, no hubo un plan de exterminio, no hubo ningún tipo de injusticia. Hace
31 años, desde que se firmó aquel pacto de sangre en el Casino de Oficiales, la
verdad se viene cajoneando, y nadie, desde los estamentos del Estado, que es de
donde surgió esta orgía de terror y muerte, se ha planteado resolverlo
firmemente.
Lo poco que se sabe, ha surgido del esfuerzo de los familiares, de los
compañeros, de las entidades de Derechos Humanos. Nada, absolutamente nada han
aportado en la investigación, el Sistema Político, ni el Sistema Judicial.
Y esta realidad no es para nada casual, por un lado nos refriegan con discursos
sobre la defensa de los derechos humanos, gastan horas y horas hablando de lo
que fue la dictadura más sanguinaria y perversa de la historia, de esa
maquinaria de destrucción que apuntó sus armas a lo más combativo, sano y
progresista que jamás haya existido en el pueblo argentino, y por el otro
observamos con dolor, angustia e impotencia, como estos asesinos y estos
ladrones del pueblo, se van yendo de este mundo con una inmensa sonrisa en los
labios.
Cuando esta realidad se modifique, cuando desde
el Estado cambien las políticas, les podemos asegurar que serán bienvenidas. No
se puede negar, que en éstos últimos tiempos han habido cambios que realmente
nos motivan, pero en Margarita Belén, como en muchos Margarita Belén
desparramados por el suelo argentino, falta mucho por hacer y resolver.
Hoy por hoy, estos caballeros de espadas
ensangrentadas, estos señores de saco y corbata, estos mercaderes de las
riquezas del pueblo, se van muriendo sin haber pagado por sus crímenes. Hoy
siguen brindando alegremente los Schenone, los Juarez, los Valuzzi, los Vicente,
los Donaires, los Grillo, los Saenz, los Massoni, los Flores Leyes, los Gomez,
los Medina, y muchos, a quienes la Justicia y el Sistema Político han permitido
el anonimato.
Hace unos días el pueblo Judío le pedía al mundo y en especial a Latinoamérica
un último esfuerzo para ubicar y juzgar a los últimos Nazis que quedarían vivos
por estas tierras. Nosotros, como sociedad, vemos con indiferencia, caminar a
nuestros asesinos por las calles, los que persiguieron, los que mataron,
secuestraron, robaron, se apoderaron de nuestros hijos, los que hoy dirigen las
fuerzas armadas, los que están sentados en los parlamentos, los que administran
nuestras riquezas y nuestras vidas y hasta nos dan misa los domingos. Estos
“señores” siguen gozando jubilaciones y beneficios de privilegio y del producto
de lo robado en aquella época.
Como sociedad, seguimos sin reaccionar, ciegos,
sordos y mudos, de esta manera estamos avalando a la peor dictadura de la
historia argentina. El NUNCA MÁS, solo se hará efectivo cuando la justicia y la
verdad sean reales y completas, solo de esta manera, las nuevas generaciones
podrán transitar caminos más claros y seguros, caminos de esperanza y dignidad.
Hoy, como todos los años, estamos aquí homenajeando a los grandes luchadores que
aquí fueron fusilados. Pero es muy triste decirlo, no los podemos nombrar a
todos. Ahí tenemos las fotos de algunos de ellos, pero sabemos que fueron más de
30 compañeros y compañeras. Fueron traídos, mejor dicho arrastrados, de
diferentes Cárceles y Campos de Concentración y aquí fueron masacrados. En este
momento, hay cerca de 20 familias que buscan sus seres queridos y ni siquiera
saben que murieron en Margarita Belén.
Hace unos meses estuvo aquí el Sr. Presidente de la Nación, la actual
Presidenta, el Sr. Secretario de Derechos Humanos de la Nación, , el Gobernador
de la Provincia del Chaco y otras autoridades, en un acto en homenaje a estos
militantes. Fue muy importante la presencia de las máximas autoridades, por un
lado nos motiva para seguir luchando, buscando a nuestros hermanos, buscando la
verdad, la justicia y muy especialmente levantando sus banderas de lucha, pero
yo les preguntaría:
A quienes se estaba homenajeando.?
Sabrán ellos que aquí hay 20 mártires anónimos.?
Sabrán ellos que aquí fueron más de 50 los asesinos que mancharon con sangre
este suelo chaqueño.? Sabrán
ellos cómo armaron este escenario de muerte.?
Sabrán ellos que la mayoría de estos criminales están tranquilos en sus casas.?
Sabrán ellos que los huesos de nuestros hermanos se están pudriendo en una fosa
común.?
Sabrán ellos que Margarita Belén es una profunda herida que aún continúa
sangrando.?
Como familiares y argentinos, valoramos el avance de estos últimos tiempos en lo
que hace a las libertades, pero nos gustaría que dejemos de lado los escenarios
y los discursos fáciles.
Como familiares quisiéramos hechos concretos, es indispensable que tanto desde
la nación como desde la provincia se asuma a Margarita Belén como un compromiso
propio como una herida que es su obligación cerrar.
Desde el año 2004 existen dos leyes en la Provincia que disponen la
investigación y esclarecimiento de toda la represión en la Provincia del Chaco
en aquel período infame. Son las Leyes 5.400 y 5.687. Leyes que quedaron ahí,
escondidas, acompañando el discurso político. Le pedimos al nuevo Gobierno
provincial la urgente aplicación de ambas Leyes y la consecuente formación de un
equipo de investigación que trabaje seria y profundamente en la búsqueda de la
verdad histórica de todo lo ocurrido en el suelo chaqueño.
Como familiares y amigos, que venimos años tras año, buscando y buscando la
verdad, la justicia y los cuerpos de nuestros hermanos, debemos recordar a
Amanda que ya antes de la masacre comenzó su incansable lucha, golpeando
cuarteles, ministerios e iglesias y no paró hasta que su corazón dijo basta.
Momentos antes de morir, nos señaló con el dedo, “ME LO TRAEN AL FLACO, Y HASTA
QUE NO ENCUENTREN AL ÚLTIMO HIJO, NO PAREN”. No te preocupes vieja, que mientras
estemos vivos, no pararemos y por vos y todas las madres, reconstruiremos esta
historia. No hay dudas, que el ejemplo y la constancia de Amanda nos han servido
y nos servirán de guía y de energía para seguir luchando. Pero es lamentable
decirlo, todavía, a pesar de tanto tiempo, nos sentimos solos, absolutamente
solos y defraudados.
De todas maneras, contra viento y marea, poco a poco, la verdad va surgiendo,
paso a paso vamos avanzando, pero sabemos que falta mucho. Como dicen las
Abuelas “Tenemos mucho amor pero poco tiempo”.
Por otra línea de investigación y dentro de la misma realidad represiva, vemos
con alegría el avance de la Causa Caballero, Causa que está íntimamente ligada a
Margarita Belén ya que por la Brigada pasaron varios de los compañeros aquí
fusilados, Brigada ésta que dependía directamente de los mandos militares de La
Liguria y Santa Catalina.
Margarita Belén
Este paraje
Es el Universo.
Tierra de Napalpí.
Montes de Rincón Bomba.
Chaco gualamba.
Tierra Sin Mal.
Presente para siempre
arraiga la Vida,
que anima la Vida.
Una pantalla de palma
la airea,
mansamente.
Y el viento norte
sostiene la llama
que brilla
sin quemar.
Puentes de tiempo
nos traerán
siempre
hasta Aquí.
Hacia antes...
Desde después...
Hasta el momento
justo
en que las fuerzas
den
para ayudarnos
unos a otros
a levantarnos.
Milagro Palacios, 13/12/95
Milagro Palacios era militante de Montoneros, con
una fuerte formación religiosa. Estuvo con el flaco, nuestro amado hermano
Fernando Piérola, en Misiones, en los útimos momentos de la militancia.
Compartió con él las últimas angustias de saber que nos estaban matando,
desapareciendo, y no podíamos hacer nada para protegernos. Compartió, sin
embargo, la risa y la alegría del estar juntos en estas terribles situaciones. Y
también cayó, a fines de octubre, y la torturaron mucho y la quemaron con agua
caliente. Pero el Obispo Devoto la salvó cuando se enteró que estaba casi muerta
en las garras cebadas de estos bestias, en algún lugar de Misiones. Y la
rehabilitaron, y la legalizaron, y no fue trasladada a Margarita Belén.
Sobrevivió para poder contar la historia, como tantos compañeros nos salvamos.
María Luz Piérola
La gran diferencia es que en Margarita Belén no hubo
sobrevivientes, la verdad está en el pacto de sangre de todos los que aquí
fusilaron, de todos los civiles que colaboraron.
En toda esta búsqueda de la reconstrucción histórica, no podemos dejar de
nombrar al EAAF que desde hace más de 20 años viene trabajando incansablemente
en la búsqueda de nuestros hermanos y en la reconstrucción de todo lo ocurrido,
tarea que está siendo reconocida en todo el mundo. Pero en esta misma provincia,
hace unos días, en Quitilipi, la irresponsabilidad judicial volvió a mostrar su
cara. Como en 1.984, repitieron nuevamente la barbaridad de clavar sus garras,
desconociendo años de experiencia, faltándole el mínimo respeto a los
familiares, a las Entidades, a la verdad, a la cordura misma.
Hermanos Chaqueños, hermanos Correntinos, Formoseños, Santafesinos,
Entrerrianos, Margarita Belén no fue un hecho casual, no fue una masacre
espontánea, no fue porque sí, Margarita Belén fue un mensaje, un mensaje de
terror, de sangre y de soberbia que nació en las más altas cúpulas, civiles y
militares, allá en Buenos Aires y ejecutado por los asesinos aquí instalados. Y
fue un mensaje no solo para las organizaciones revolucionarias, para las
organizaciones sociales y populares. Margarita Belén fue un mensaje para toda la
sociedad argentina, y fundamentalmente para la sociedad del nordeste argentino.
Como en otros momentos de la historia fueron mensajes Napalpí y Rincón Bomba
para los hermanos pueblos originarios, Margarita Belén fue un mensaje para toda
la sociedad en su conjunto. Este mensaje de crueldad y de barbarie pocas veces
visto, fue un mensaje político, económico, social, cultural, religioso, un
mensaje que hoy sigue apuntándonos y que nos mantiene en la mira, porque nada de
esto está cerrado. Hoy, ese mensaje sigue plasmado en las estructuras judiciales
y políticas que aún perduran, estructuras construidas con la sangre del pueblo y
que solo el pueblo puede y debe modificar.
Como familiares, les pedimos, les exigimos, al gobierno nacional, que en esta
Causa es Querellante, y nada ha aportado, a los gobiernos que ahora asumen en
las provincias del nordeste y muy especialmente al nuevo gobierno de la
Provincia del Chaco, que tomen a Margarita Belén como un compromiso de Estado,
así como fue aquel estado el culpable, para diferenciarse de ese Estado
sanguinario y bestial, si quiere hacerlo, es éste Estado, elegido por el voto
popular, el que debe tomar la responsabilidad y lograr que Margarita Belén deje
de ser una herida abierta, que la verdad, en su totalidad, salga a la luz y que
los responsables de esta orgía sangrienta, todos, uniformados y civiles, paguen
sus culpas.
Hoy a 31 años de esta barbaridad histórica, el actual gobierno tanto Nacional,
como Provincial, pueden decidir, continuar como hasta ahora, pasivos e
indiferentes a uno de los hechos más crueles y morbosos que ha sufrido esta
tierra, como fue Margarita Belén o comprometerse y ponerse en el lugar que les
corresponde, buscando los caminos políticos para que esta herida cicatrice.
Le exigimos a la Justicia, que pare de dar vueltas y vueltas, buscando artimañas
legales para que las Causas y en este caso Margarita Belén, sigan cajoneadas a
la espera de la muerte feliz de estos ladrones y asesinos. Sr. Skidelsky, basta,
queremos a estos cobardes asesinos, A TODOS, en el lugar que les corresponde y
no pasándose bronceador en las piletas del Casino de Oficiales.
Como familiares, les pedimos también a la sociedad chaqueña, que no permita ni
se permita, que esta sangre derramada quede impune, porque si así fuera, esta
tragedia volverá a repetirse en el futuro y serán las nuevas generaciones las
que sufrirán las consecuencias.
“ Cuéntenle a nuestro pueblo porqué nos asesinan y porqué decidimos morir de
pie. Libres o muertos, jamás esclavos.”
Claro Flaco, en eso estamos, es una promesa que nos hemos hecho muchos, y
mientras sigamos vivos, seguiremos contándole al pueblo y en especial a los
jóvenes, porqué aquí los fusilaron y no nos cansaremos de repetirlo.
• Porque eran solidarios, buenos tipos y excelentes amigos
• Porque eran buenos hijos, padres, hermanos.
• Porque eran excelentes trabajadores y estudiantes.
• Porque eran sencillos y fundamentalmente alegres.
• Porque tenían un corazón grandísimo.
• Porque sabían amar lo que buscaban.
• Porque querían un país libre y tenían un gran proyecto de nación.
• Porque estaban luchando por ese objetivo y se estaban acercando a la meta.
• Porque no eran corruptos ni traidores.
• Porque hoy estarían administrando este país y tendríamos otro Estado.
• Porque las riquezas serían del pueblo y ningún extranjero entraría pateando
puertas.
• Porque los hermanos pueblos originarios serían tratados de esa manera, como
hermanos.
• Porque todo ser humano sería tratado como tal y no como una mercancía.
• Porque hoy no tendríamos millones de Planes Trabajar y sí de Planes de
Trabajo.
• Porque los montes, los campos, las montañas, los ríos, los mares serían
nuestros.
• Porque el voto lo lograrían con el ejemplo y no con monedas.
• Porque nuestro pueblo tendría un futuro.
• Y porque todo este proyecto lo llevaban en el corazón y en la conciencia, y no
en el bolsillo.
Por esos corazones enormes, por ese proyecto, por esa amistad construida en la
militancia, les decimos que no pararemos, con o sin ayuda, hasta que nos quede
un último suspiro, levantaremos sus banderas, nuestras banderas, cueste lo que
cueste y aunque igual que ustedes, no veamos el triunfo del pueblo, hoy
seguiremos luchando por el país que soñamos y ese día, el día en que el pueblo
logre su definitiva libertad, serán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos
los que brindarán por esa libertad.
Pero ese día no será a la madrugada, camuflados, con las rutas cortadas y
escondidos debajo de algún algarrobo, será como ustedes lo quisieron y soñaron,
de frente, en las plazas, en los parques, en las fábricas, en los campos, en las
escuelas, en las calles con todo un pueblo inmensamente libre y feliz como
protagonista.
(06/12/2002 La Revista - Diario Primera Edición. Posadas, Misiones, Argentina)
Una y otra vez el recuerdo invade los espacios frágiles de la memoria colectiva.
El tiempo y el silencio sólo pueden mitigar el dolor, aunque éste permanezca
clavado como un sino en el corazón de quienes templaron el espíritu a fuerza de
desgarros.
Un plan que se orquestó entre noviembre y diciembre de 1976 en base al "comando
estratégico" de operaciones antisubversivas, por instrucción del Ministerio del
Interior. El objetivo es claro: "planificar un hecho ejemplarizador a fin de
crear un clima de terror en la población civil buscando el efecto aislamiento de
los distintos militantes de organizaciones de delincuentes terroristas".
El comandante de la Séptima Brigada de Infantería con asiento en Corrientes, el
general Cristino Nicolaides, es quien encarga al jefe de Destacamento de
Inteligencia 124, Teniente Coronel Hornos, "la planificación, coordinación,
dirección y ejecución del plan de eliminación física de 21 subversivos (cuatro
mujeres y 17 varones), alojados en la Unidad Penitenciaria número 7, Alcaidía
Provincial de la Dirección de Investigaciones de Resistencia, Chaco.
La estrategia también es clara: promover "un traslado de detenidos" y fraguar un
enfrentamiento con supuestos subversivos que pretendían atacar la columna
militar para liberar a los presidiarios. El resultado: veintidós jóvenes muertos
que la historia pasada en limpio habría de erigirlos como mártires de la masacre
de Margarita Belén. Entre las víctimas, cinco cuerpos no fueron identificados,
dos de ellos de mujeres.
Una y otra vez. El recuerdo como un
látigo repica los nombres de los "oficiales ejecutores" de la Artillería 7:
capitán Bianchi; capitán Rampulla; teniente primero Pateta; teniente primero
Martínez Segón; subteniente Simoni, del Destacamento de Inteligencia. Azota en
la memoria la participación de los capitanes Toso; Carnero; Bertoli; Romero;
Pavón; de los auxiliares civiles de inteligencia Edgardo Valussi; Edgardo
Eugenio Vicente; Miguel Angel Basail (h); Bertori (alias Booguie el aceitoso);
Durmuller (alias el extrangulador); Juan Carlos Donaires (alias Coqui); Moseli
Erut (alias Turco); del personal policial comisario general Carlos Alcides
Thomas; sargentos Gabino Manader y José María Cardozo; la intervención del juez
federal Luis Angel Córdoba; del fiscal Roberto Domingo Mazzoni; del secretario
Flores Leyes y el prosecretario Domingo Reska, quienes avalaron la masacre
dándole "apariencias de legalidad" al procedimiento.
Una y otra vez. El pedido de Justicia como un grito que asesta su aguijón pudo
reconstruir la ejecución del 13 de diciembre de 1976. El calvario de "los
elegidos" que fueron retirados de sus celdas, sometidos a torturas, las mujeres
violadas; tres varones castrados y trasladados agonizantes al sitio fijado para
el fusilamiento.
Documento de audio de Radio Nizcor - 9 de
agosto de 2004 - El Equipo Argentino de Antropología Forense se hará cargo de la
identificación de los fusilados en Margarita Belén en 1976. Radio Nizkor con la
colaboración de Mirta Clara e información de "El Diario" del Chaco -
www.radionizkor.org
La columna marcha hacia Formosa como
un cortejo que se detiene junto a un algarrobal situado en un camino vecinal
próximo a la localidad de Margarita Belén. El operativo cumple su ritual febril
con la ubicación de los detenidos en distintos vehículos, maniatados y
debilitados por la tortura.
A las 6:30 el resplandor de un diciembre litoraleño se confunde con las ráfagas
del aparente enfrentamiento y un pacto macabro sella el silencio que no pudo
vencer al tiempo: cada uno de los ejecutores debía efectuar disparos para evitar
arrepentimientos posteriores.
El plan sigue con los trámites de
rigor, los responsables jerárquicos y funcionarios judiciales asisten al lugar.
En una camioneta traen lo necesario para un asado criollo que habrán de
compartir. A pocos metros, amontonados en un camión, yacen los veintidós
ejecutados.
Esa mañana, los medios de comunicación social emitían el parte de la Séptima
Brigada de infantería con asiento en Corrientes: "... Siendo aproximadamente las
4:45 horas del día 13 de diciembre una columna que transportaba detenidos
subversivos hacia Formosa fue atacada por una banda armada en la ruta nacional
número 11, próximo a la localidad chaqueña de Margarita Belén. Tres delincuentes
subversivos fueron abatidos en el enfrentamiento producido, logrando escapar los
restantes aprovechando la confusión y la oscuridad. Dos integrantes de la
custodia resultaron heridos. Fuerzas combinadas de Ejército, Gendarmería
Nacional y Policía Provincial, operan intensamente en la zona para lograr la
detención de los prófugos. Se solicita a la población colabore con las fuerzas
del orden proporcionándole cualquier información que facilite la localización de
los delincuentes subversivos...". Y sólo el recuerdo de quienes pudieron
reconstruir a pesar del dolor fue hilvanando los párrafos de la verdadera
historia que habrá de cubrir los espacios frágiles de nuestra memoria colectiva.
"Cuando no recordamos lo que nos
pasa nos puede suceder la misma cosa..."
El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas derrocaron al Gobierno constitucional
e instalaron en nuestro país la dictadura militar más sangrienta de la historia
nacional. A lo largo y a lo ancho del país desplegaron su plan de terror, miedo,
violencia. Persecuciones, amenazas, muertes, desapariciones de personas, fueron
una constante a partir del golpe militar.
La Provincia del Chaco no podía permanecer ajena a este régimen macabro. La
intervención militar en la Provincia era ejercida por el General Facundo
Serrano, luego reemplazado por el Coronel José David Ruiz Palacios. La masacre
producida en Margarita Belén fue parte del plan.
El 13 de Diciembre de 1976, en proximidades de la Localidad de Margarita Belén,
a un costado de la Ruta Nac. Nº 11, cerca del kilómetro 1042, fueron asesinados
veintidós (22) presos políticos por los personeros de la Dictadura Militar en el
Chaco. Antes de ser fusilados pasaron por la U 7, la Alcaidía, y la Brigada de
Investigaciones, donde fueron torturados brutalmente, en algunos casos casi
hasta la muerte. Diecisiete (17) de ellos están plenamente identificados y de
los otros cinco (dos mujeres y tres varones) aún hoy no se conocen sus
identidades. Los asesinos armaron la farsa del traslado de presos hacia la
Provincia de Formosa y ataque subversivo. Sus cadáveres nunca fueron entregados
a sus familiares. Los familiares de las victimas siguen buscando sus restos y
pidiendo justicia.
Este hecho ha quedado registrado en
la memoria popular como LA MASACRE DE MARGARITA BELÉN.
La masacre de Margarita Belén es una
causa emblemática, uno de los crímenes colectivos más horrendos, por su carácter
de planificado y decidido en los más altos niveles de los dictadores militares.
Esta causa formo parte de los casos analizados durante el histórico juicio a los
ex comandantes, realizado en el año 1985.
Algunos de los nombres implicados en los fusilamientos a los jóvenes
militantes: Jorge Alcides Larrateguy, Athos Gustavo Renes, Rafael Carnero
Sabol, Norberto Raúl Tosso, Luís Alberto Pateta, Ernesto Jorge Simoni, Aldo
Héctor Martínez Segon, Horacio Losito, Ricardo Guillermo Reyes, Germán Emilio
Riquelme, Cristino Nicolaides (Comandante de la VII Brigada, con asiento en
Corrientes, habría firmado la orden de "traslado"), Ricardo Brinzoni (Secretario
General de la Intervención), Hornos (al mando del Destacamento de Inteligencia
124 del Ejército), Oscar José Zucconi (Ministro de Gobierno de la Intervención).
Fuente: www.margaritabelen.chaco.com.ar
Los
hechos
Se conoce como Masacre de Margarita
Belén a la tortura y fusilamiento de 22 presos políticos, en su mayoría
militantes de la Juventud Peronista, ultimados en un operativo conjunto del
Ejército Argentino (ilegales desde el golpe de Estado: constitucionalmente eran
"bandas armadas") y la Policía del Chaco durante la noche del 12 al 13 de
diciembre de 1976, en un lugar cercano a la localidad de Margarita Belén,
provincia del Chaco.
El fusilamiento se disfrazó, como
era común en la práctica de la época, de un tiroteo fortuito acaecido durante un
intento de huida de los prisioneros. El caso fue uno de los más de setecientos
tomados en cuenta en el Juicio a las Juntas, en 1985, y por eso se condenó a los
ex dictadores Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, que más tarde, en
1990, serían indultados por el entonces presidente Carlos Menem.
Se ha supuesto que las medidas,
ordenadas por el entonces coronel Cristino Nicolaides, a la sazón jefe de la
Séptima Brigada de Infantería, se tomaron como represalia del ataque efectuado
el 5 de octubre de 1975 por un grupo armado no identificado contra la sede del
Regimiento 29 de Formosa, produciendo un fuerte golpe a las fuerzas de
seguridad.
Las
víctimas
Patricio Blas TIERNO - 24
años - Buenos Aires - La Plata - Juventud Univ. Peronista - Estudiante de
abogacía.
Nestor Carlos SALA - 32 Años - Buenos Aires - Quilmes - Partido Auténtico
- Estudiante de Arquitectura (La Plata). Carlos ZAMUDIO - 28 Años - Chaco - Resistencia - Juventud Peronista -
Estudiante de Ciencias Económicas (UNNE). Luis Angel BARCO - 26 Años - Chaco - Sáenz Peña - Juventud Univ.
Peronista - Estudiante UTN - Empleado de Ferrocarriles. Roberto H. YEDRO - 28 Años - Corrientes - Juventud Peronista - Abogado. Delicia GONZALEZ - 41 Años - Corrientes - Goya - Ligas Agraria - Maestra
Rural. Luis DIAZ - 25 Años - Corrientes - Mercedes - Juventud Trabajadora
Peronista - Estudiante de Ciencias Económicas (UNNE). Fernando G. PIEROLA - 25 Años - Entre Ríos - Paraná - Juventud Peronista
- Estudiante de Arquitectura (UNNE). Raúl María CAIRE - 27 Años - Entre Ríos - Concordia - Juventud Peronista
- Empleado Bancario. Julio PEREYRA - 24 Años - Formosa - Juventud Peronista - Maestro -
Estudiante Ingeniería (UNNE).
Carlos Alberto DUARTE - 24 Años - Misiones - Puerto Esperanza - Juventud
Univ. Peronista - Estudiante Ciencias Económicas (UNNE). Carlos TERESZECUK - 23 Años - Misiones - Posadas - Juventud Peronista -
Ex seminarista - Estudiante Trabajo Social (actual UNAM - Vice Pte. Ctro.
Estudiantes) - Secretario Diputado Partido Autentico (Mnes). Manuel PARODI OCAMPO - 26 Años - Misiones - Posadas - Juventud Peronista
- Ex seminarista - Estudiante Filosofía Instituto Montoya Misiones. Luis Arturo FRANSEN - 22 Años - Misiones - Posadas - Juventud Peronista -
Empleado de Correo. Ema Beatriz CABRAL - 28 Años - Santa Fé - Juventud Peronista - Terapista
Ocupacional. Soñéz Reinaldo ZAPATA - 36 Años - Santa Fe - Juventud Peronista -
Profesor de física, química y matemáticas.
Mario CUEVAS - 25 Años - Santa Fe - reconquista - Juventud Peronista -
Técnico Mecánico.
Un monumento sobre la Ruta Nacional
11, en el sitio donde se produjeron los hechos, recuerda a los caídos en este
trágico suceso.
El domingo 12 de diciembre de 1976,
siete militantes de la Juventud Peronista detenidos legalmente e incomunicados
en la Unidad Penitenciaria 7 de la ciudad de Resistencia fueron retirados de sus
celdas, con el pretexto de su traslado a la cárcel de máxima seguridad de
Formosa. Fueron trasladados en transportes militares a la alcaidía de
Resistencia; el ex-diputado de la Unión Cívica Radical Víctor Marchesini,
también preso en la alcaidía, informaría luego que fueron torturados en el
comedor del establecimiento, antes de ser aislados en celdas individuales. Pocos
días antes, otros detenidos habían llegado a la Brigada de Investigaciones de
Resistencia y luego a la alcaidía, trasladados desde otras cárceles de la
provincia de Misiones, a los que se sometió al mismo tratamiento.
De acuerdo a testimonios presentados ante la CONADEP, los encargados de la
tortura pertenecían al Destacamento de Inteligencia 124 del Ejército al mando
del entonces teniente coronel Armando Hornos; los acompañaban agentes de la
brigada de investigaciones de la policía del Chaco. Durante la noche, se
presentó una comisión militar, que presentó órdenes de traslado para retirar a
los detenidos; éstos fueron entregados, y transportados en dos camiones
militares, custodiados por un patrullero de la policía del Chaco, hasta un
descampado vecino a la localidad de Margarita Belén.
La versión oficial de los hechos indicó que la columna que trasladaba a los
detenidos había sido atacada en la ruta nacional 11, y que en el combate
subsiguiente tres de los presos fueron muertos, mientras que los restantes
huyeron. Sin embargo, la nvestigación realizada por la CONADEP demostró, en base
a informes proporcionados por un miembro de la policía chaqueña, Eduardo Ruiz
Villasuso, que los presos no estaban en condiciones de huir; uno de ellos,
Carlos Zamudio, había recibido días antes la visita de su esposa, que confirmó
en declaraciones que no podía caminar siquiera por las torturas recibidas, mucho
menos huir. De acuerdo a los escritos de Ruiz Villasuso, las mujeres fueron
violadas, tres de los presos varones fueron castrados, y todos ellos torturados
en el camino. Al llegar a Margarita Belén, fueron colocados en varios vehículos
y fusilados. Los cadáveres de diez de los muertos fueron llevados al cementerio
de Resistencia, y allí enterrados en tumbas cuya apertura se había ordenado el
día anterior.
El episodio se incluyó como caso 678
en la causa 13 abierta contra la junta militar. La Cámara Federal de Buenos
Aires halló responsable de homicidio agravado por alevosía a Jorge Rafael
Videla, y sentenció que la versión oficial carecía de verosimilitud, indicando
que los detenidos "fueron muertos por las fuerzas encargadas de su traslado y no
por elementos subversivos como oficialmente se anunciara". Las Cámaras Federales
de Rosario y Paraná habían citado a declarar por la misma causa a Nicolaides, a
Leopoldo Fortunato Galtieri y al jefe de la policía santafesina, Wenceslao
Ceniquel, todos ellos hallados culpables. [Fuente Wikipedia]
En la madrugada del 13 de diciembre
de 1976 un grupo de detenidos políticos fueron extraídos de la Unidad
Penitenciaria 7 de Resistencia, y trasladados a la cárcel de máxima peligrosidad
de Formosa, por orden del jefe de la Brigada de Infantería 7 y la Subzona 23, el
entonces Coronel Cristino Nicolaides. Algunos de ellos habían sido detenidos
luego del ataque de Montoneros al Regimiento 29 de Infantería de Monte de
Misiones, a fines de 1975. Distintos testimonios de otros presos que
sobrevivieron y de sus familiares que habían podido visitarlos coinciden en que
todos ellos fueron torturados. El día en que se decidió el traslado primero se
ordenó cavar fosas en el cementerio de Resistencia. El ex diputado radical
Víctor Marchesini, que estuvo preso junto con ellos, declaró que a uno lo
crucificaron durante 48 horas. Según Marchesini los colocaron en la alcaidía
entre una doble fila de policías que los apalearon hasta dejarlos sin sentido.
Luego los subieron a los vehículos para ser rematados. Según el testimonio de un
ex oficial ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas,
intervinieron en el bárbaro procedimiento un grupo de militares del Destacamento
de Inteligencia 124 del Ejército al mando de su jefe, el entonces teniente
coronel Hornos, y agentes de investigaciones de la policía chaqueña. En dos
camiones militares a los que acompañaba un patrullero de la policía del Chaco
fueron conducidos hasta un descampado en el que se los ejecutó alegando un
intento de fuga durante el traslado.
La esposa de Carlos Zamudio lo había
visitado pocos días antes. Por el castigo recibido, el presunto fugado no podía
caminar sin arrastrar los pies. A su familia le transmitieron sucesivamente tres
versiones distintas sobre la fecha y lugar de su muerte. Un comunicado firmado
por el coronel Aurelio Baguear sostuvo que había ocurrido el 13 de diciembre en
Margarita Belén; la partida de defunción menciona el 17 de diciembre en
Misiones; y un nuevo comunicado emitido en 1977 afirma que el enfrentamiento
ocurrió el 16 de diciembre en Campo Grande, Misiones. La familia recibió un
cajón cerrado, con prohibición de abrirlo, pero la autopsia del médico Guillermo
Mendoza revela que no murió de bala sino de politraumatismo. Mirta Clara de
Salas, que también estaba detenida, supo que su esposo había sido herido de un
bayonetazo durante un interrogatorio.
Nicolaides emitió un comunicado
alegando que la columna que trasladaba a los presos había sido atacada en la
ruta 11, cerca de Margarita Belén, y que se generalizó un combate en el que tres
"Delincuentes Subversivos" fueron abatidos y los restantes huyeron. Varios
fueron ubicados y muertos después, añadía. Sin embargo, cuando se presentó a
reclamar la esposa de Fernando Piérola, que era uno de los presuntos prófugos,
un oficial del Ejército firmó un certificado de viaje en el que anotó "viuda de
Pierola". Luego explicó que se había tratado de "un error de máquina". El
horrendo episodio constituyó el caso 678 en la causa 13, por el que la Cámara
Federal de la Capital declaró responsable de homicidio agravado por alevosía al
ex dictador Jorge Videla y lo condenó a prisión perpetua, de la que el
presidente Carlos Menem lo rescató con el indulto. La Cámara dijo que la versión
oficial no era verosímil y que los detenidos "fueron muertos por las fuerzas
encargadas de su traslado y no por elementos subversivos como oficialmente se
anunciara". Pese al supuesto traslado, el director de la cárcel a la que debían
presuntamente llegar los detenidos declaró que nunca se habían recibido
instrucciones tendientes a prepararles alojamiento. La justicia estableció que
fueron ejecutados por personal militar durante el simulacro de fuga los
detenidos Piérola, Zamudio, Manuel Parodi Ocampo, José Luis Barco, Alberto
Duarte, Julio Pereyra, Reynaldo Soñaz, Omar Fransen, Roberto Yedro, Mario
Cuevas, Patricio Tierno, Luis Alberto Díaz y Néstor Salas. Por el mismo caso,
las Cámaras Federales de Rosario y Paraná habían citado a prestar declaración
indagatoria a Nicolaides, al ex Comandante del Cuerpo de Ejército II, Leopoldo
Fortunato Galtieri y al jefe de policía de Santa Fe, comisario general Wenceslao
Ceniquel. Todos ellos también fueron indultados por Menem en 1989.
La confesión
Durante la audiencia del 5 de agosto
de 1985 del juicio a los ex Comandantes, el ex miembro de la Conadep Edwin
Tissembaum transmitió a los jueces los detalles de la confesión brindada en su
lecho de muerte por el parapolicial Eduardo Pío Ruiz Villasuso, quien había sido
herido por un oficial de la policía del Chaco. Tissembaum grabó su testimonio en
la sala de terapia intensiva, ante un médico y un escribano que certificaron su
lucidez. Antes de convertirse en colaborador policial y contrabandista, Ruiz
Villasuso había sido militante peronista, detenido y procesado por asociación
ilícita luego del golpe militar de 1955. Según su relato los muertos a golpes
fueron diecisiete hombres y cuatro mujeres. Entre los participantes en la
masacre mencionó a los entonces capitanes Bianchi y Rampulla, tenientes primeros
Pateta y Chancaca Martínez Segón, subteniente Simoni y auxiliares de
Inteligencia Valussi y Edgardo Eugenio Vicente, todos del Destacamento de
Inteligencia 124, que estaba a cargo del coronel Hornos, al comisario general
Carlos Alcides Thomas y a los sargentos Gabino Manader y Cardozo. Ruiz Villasuso
también nombró entre los responsables al ex interventor militar en El Chaco,
general Facundo Serrano. La hija del ex interventor, María Inés Serrano, es la
esposa del actual jefe del Ejército, teniente general Martín Antonio Balza.
La masacre de Margarita Belén fue uno de los primeros homicidios colectivos que
se conocieron al concluir la dictadura militar. Todavía en 1983 se realizó una
caravana hacia esa localidad para conmemorar los fusilamientos, organizada por
la Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional del Nordeste. Los
estudiantes también impulsaron la instalación de un mural recordatorio en el
aula magna de la Universidad, que fue pintado por Amanda Mayor de Pierola, la
madre de uno de los estudiantes de esa casa asesinados. Pero como en el mural
asiste a la sesión de tortura un sacerdote, el juez federal de Resistencia
Norberto Giménez ordenó borrarlo. El Consejo Superior aceptó la resolución, pese
a que previamente había aprobado el boceto de la obra, pero no consiguió ningún
artista dispuesto a la mutilación, que finalmente se hizo con brocha gorda. El
juez intervino a raíz de un recurso de amparo presentado por los entonces
obispos de Corrientes y Resistencia, Antonio Rossi y Juan José Iriarte. La
Iglesia sostuvo que no hubo ningun sacerdote vinculado con la masacre de
Margarita Belén ni asistente a sesión alguna de tortura. La artista lo admitió y
ofreció aclararlo al pie del mural, que consideraba simbólico de una situación
nacional y no descriptivo de un hecho en particular. Por eso se tituló
"Argentina, dolor y esperanza" e incluía otras representaciones ajenas a
Margarita Belén, como la pirámide y las madres de Plaza de Mayo. El secretario
del juzgado que ordenó borrar al sacerdote del mural, Carlos Flores Leyes, ya
ocupaba ese cargo durante la dictadura mi Durante el juicio a los ex
Comandantes, las testigos María Graciela de la Rosa y Mirta Clara de Salas lo
acusaron de haber protegido a los militares y policías que las torturaron en
Resistencia. En 1994 Menem lo designó juez federal de Resistencia. Los esposos
de las dos mujeres, Patricio Tierno y Néstor Carlos Salas, estuvieron entre los
asesinados en Margarita Belén.
Hace varios años que los familiares y compañeros de lucha, de los caídos en
Margarita Belén vienen realizando actos para recordar la matanza, pero nunca
antes tuvo el acompañamiento de ayer.
Primero, por el gesto del Gobierno, que declaró al 13 de diciembre Día
Provincial de la Memoria. Segundo, por el acompañamiento de distintos sectores
de la sociedad que aunque no están directamente relacionados a esta lucha,
participaron del 29º aniversario. Tercero y sobre todo, porque es el primer año
que los principales responsables del caso están procesados y existen
posibilidades ciertas de que sean juzgados a mediados del año próximo.
El museo
En ese marco, el día de ayer ya
comenzó distinto. Como siempre, los jóvenes de la agrupación HIJOS se reunieron
frente al edificio que ocupa la Administración Provincial del Agua, donde
antiguamente funcionaba el centro de detención y tortura que era la Unidad de
Investigaciones. Tradicionalmente una cuadrilla de policías cuidaba la fachada
de esta casa mientras los hijos de los desaparecidos tiraron huevos y pegaron
carteles reclamando que el lugar sea destinado al Museo de la Memoria. Ayer, sin
embargo, en lugar de los uniformados estuvo el director del APA, Jorge Pilar,
quien abrió las puertas para que los chicos puedan recorrerla. Todo un gesto.
El escrache
Margarita
Belén
Por Jorge Giles
Compañeros y Compañeras:
Hay que señalizar con estrellas y soles allí donde nos duele esta antigua
herida.
Y decirnos.
Allí sale el Flaco Sala con los dedos en V y es preciso mirarlo en toda su
estatura.
Allí salen todos los Compañeros y es preciso honrarlos con este presente.
Marchan hacia la historia y ellos lo saben. Nosotros también.
Lo saben Barquito, Cuevas y el Pato Tierno. Lo saben el Colorado Franzen y el
Caraú Duarte. Lo sabe Parodi. Lo sabe la vida que habitará en ellos para
siempre.
Señalizar su memoria es decir que nunca más la muerte a contratiempo y nunca más
la cobardía de los genocidas.
Señalizar su memoria es marcar a fuego ese camino.
Y es salir a buscarlos y levantarlos y curarles las heridas y limpiarles la baba
del demonio de sus asesinos.
Señalizar su memoria es mirar hacia el futuro y es honrar la vida que quisimos,
queremos y quisieron en el minuto final.
Vayamos hasta ellos. Subamos a ese cielo de causa nacional y popular que es
Margarita Belén. Que de allí venimos todos.
Honremos su memoria de luz, de pan y de justicia.
“Yo se que Ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la
victoria”, habrán pensado, quizás, en ese último instante, abrazando a Evita.
Y se habrán sentido un poco o mucho de ella. Y ella habrá bajado de esos cielos
para acompañarlos.
Quizá el Flaco gritó “Libres o Muertos, Jamás Esclavos”. Y Piérola susurró:
“Hasta la victoria, siempre”.
Y todos juntos gritaron: “Viva la Patria”, primero y “Viva Perón, carajo”,
después. Quizá habrán pensado “no es en vano esta partida”. Quizá.
O quizá nadie dijo nada y se fueron así, tan solos de nosotros. Tan solitos. Tan
atados y vendados. Tan valientes. Tan enteros. Tan peronistas. Tan montoneros.
Tan compañeros.
Por eso hay que ir a buscarlos. Siempre. Siempre.
Por que cada diciembre ellos esperan que, estemos donde estemos, en el Chaco, en
Misiones o en Formosa, en Corrientes, Entre Ríos o Santa Fe, en Quilmes o en La
Plata, en Tucumán o en Salta, en Buenos Aires o Córdoba o en los llanos y
montañas de La Rioja, le pongamos palabras y canciones al silencio en Margarita
Belén.
Y seamos ellos. Y seamos un pueblo de aquí hasta Venezuela, Ecuador y Bolivia y
Brasil y Uruguay y cantemos de orgullo en su nombre, en su memoria…y seamos
ellos, ellos, ellos, para siempre, con los dedos en V.
Diciembre 2012
Luego, a las 15, los manifestantes
se reunieron en la esquina de la avenida 25 de Mayo y Belgrano y marcharon hasta
la casa del doctor Héctor Orlando Grillo, médico de la Policía durante la
dictadura militar. La columna, con tambores y pancartas despertó a los vecinos
de la calle Salta al 500, que apenas se asomaron con las persianas entreabiertas
para espiar el escrache.
Las ventanas del chalet de Grillo también permanecieron cerradas mientras sus
paredes blancas soportaban una lluvia de bombas de pintura roja. Entre los
manifestantes estuvieron gente del movimiento Barrios de Pié y del grupo de
Familiares de Víctima de la Inseguridad, con la mamá de Tatiana Alegre, a la
cabeza. "A Tatiana la mato un policía que a 20 años de la vuelta de la
democracia, sigue gozando de los beneficios que dejo la dictadura", declaró la
mujer.
El monumento
Finalmente, a las 18, una caravana
partió desde la plaza 25 de Mayo hacia el Monumento ubicado sobre la Ruta 11, en
el lugar del fusilamiento. Camiones, colectivos, camionetas y alguna moto
transportaron un heterogéneo grupo que incluía a gremialistas, artistas,
periodistas, trabajadores sociales, docentes, profesionales varios y militantes
peronistas de la primera hora, y de la última. Incluso algunos legisladores,
aunque esto no alcanzó para una de las chicas de HIJOS que se quejó del
"careteo" de los funcionarios de gobierno, que se acuerdan del tema en sus
discursos, pero ninguno se hace presente.
De hecho, el acto escapó a todo formalismo y como siempre sucede estuvo marcado
por la espontaneidad. Para empezar, un problema eléctrico impidió el uso del
micrófono y el Himno Nacional se cantó a capela, por no decir a grito pelado.
Después siguieron los discursos, de los nietos de Amanda Piérola, de un ex
detenido formoseño, de un hermano del desaparecido Alberto Duarte, de uno de los
integrantes de la Red Nacional de HIJOS, de uno de los representantes de HIJOS
Chaco. Todos, megáfono en mano, para hacer frente a las adversidades, para hacer
su descargo, para mezclar política y sentimientos, para decir "presente" en
nombre de los que no están.
¡Presente!
El homenaje a los caídos en Margarita Belén ya no es cosa de unos pocos. Ni
siquiera de un sector político. Más bien se podría decir que es una cuestión de
sensibilidad. Ayer durante el acto, se leyeron adhesiones de la CTA, de
Utre-Ctera, del Centro de Estudios Legales y Sociales, del Movimiento Socialista
de Trabajadores, del Ministerio de Educación. Escondidos entre los presentes
estaban los diputados Daniel San Cristóbal, Juan Chaquires y María Inés Pilatti
Vergara. Estaban también funcionarios de Rentas, representantes del Centro
Nelson Mandela, del Sindicato de Prensa y los bombos de Barrios de Pié. Además
de los músicos, actores y bailarines, que sin segundas intenciones participaron
de las actividades artísticas que se realizaron durante la vigilia.
Martes 13 para Grillo
Hace cinco años que los militantes de la agrupación HIJOS vienen escarchando a
quienes participaron directa o indirectamente de la represión militar. Ayer le
tocó al doctor Héctor Orlando Grillo, quien durante la dictadura perteneció al
grupo GA7, miembro del cuerpo profesional escalafón sanidad de la Policía del
Chaco, en dependencia de los cuarteles de La Liguria.
Según denuncian, el médico fue el encargado de firmar las actas de defunción de
los fusilados y muertos durante las sesiones de tortura. Entre estas actas se
encontrarían la de Manuel Parodi, Luis Francem, Luis Barco, Mario Cuevas, Tierno
Patricio, Néstor Salas, Luis Días, Carlos Duarte y un NN masculino asesinado en
Margarita Belén.
Para los jóvenes de HIJOS Grillo llegó a participar como "asistente de tortura",
asesorando a los verdugos hasta donde podía resistir el cuerpo humano.
Al cumplirse 29 años de la Masacre
de Margarita Belén, se desarrollaron durante la jornada del martes diversas
actividades en homenaje a los 22 militantes de la vida, que fueron asesinados
por el ismo de Estado el 13 de diciembre de 1976. Durante el acto realizado en
el monumento a los mártires, los principales oradores reafirmaron su decisión de
luchar por el Museo de la Memoria. Como siempre, el pedido fue de juicio y
castigo a los genocidas.
El acto en el monumento a los mártires de la Masacre de Margarita Belén se hizo
este año a megáfono, porque no había energía eléctrica; igual, fue tan emotivo
como el primero, realizado hace 22 años, cuando volvía la democracia.
Como todos los años, el momento que se vivió más a flor de piel fue cuando se
leyó la lista de los 22 fusilados: Patricio Tierno, Néstor Salas, Carlos
Zamudio, Luis Barco, Roberto Yedro, Delicia González, Luis Díaz, Fernando
Piérola, Carlos Cairé, Julio Pereyra, Carlos Duarte, Carlos Tereschuk, Manuel
Parodi Ocampo, Luis Fransen, Ema Cabral, Reinaldo Zapata Soñez y Mario Cuevas, y
tras cada nombre se escuchó un solo grito: "¡Presente!".
Abrió la lista de oradores un representante de la Red Nacional de H.I.J.O.S.
(Hijos por la Identidad y la Justicia, contra el Olvido y el Silencio), después
vino el turno de Álvaro Piérola, que leyó un escrito póstumo de su abuela Amanda
Mayor, que, como es habitual, sintetizó todas las voces.
Bosquín Ortega, Juan Carlos Amarilla, Mirta Baravalle, Madre Línea Fundadora,
Juan Leszka, Ramón Duerta y Emilio Goya, por H.I.J.O.S. Chaco, dejaron en claro
por qué estaban ahí y anticiparon cuál será la nueva lucha: lograr que el Museo
de la Memoria sea de los organismos de derechos humanos y no "un armado ligth en
manos del Gobierno".
El Diario de la Región / Chaco Día por Día, 12/12/ 2005
El fusilamiento y la desaparición de
por lo menos veintidós militantes revolucionarios de los años setenta en
cercanías de la localidad chaqueña de Margarita Belén sirvió para "consolidar el
poder mafioso del entonces coronel Cristino Nicolaides, piedra basal del
contrabando y narcotráfico en la región del litoral", expresó una de las
sobrevivientes del brutal centro clandestino que funcionaba en la Brigada de
Investigaciones de Resistencia, enfrente de la plaza 25 de Mayo. Decenas de
militantes sociales y políticos protagonizaron dos jornadas de memoria activa
que sirvieron para dejar de lado el contrato con una empresa de vigilancia
privada, conducida por un torturador que se encargaba de custodiar el sombrío
edificio de la citada brigada; producir un escrache a un médico policial que
sigue ganando dinero a partir de la sangre derramada; activar las causas sobre
la matanza de Margarita Belén y presentar denuncias contra los actores del
terrorismo de estado en Goya, ante la justicia federal de la capital correntina.
También hubo un homenaje en la legislatura chaqueña del que participó el
secretario de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe, Domingo Pochettino.
A casi treinta años de los hechos de Margarita Belén, comienzan a aparecer las
razones de una cacería humana que explica gran parte del presente que soportan
las mayorías de las seis provincias sobre las cuales se imponía la fuerza del
Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, con asiento en la ciudad de Rosario.
Recuerdos de la vida
A
casi nueve meses del golpe, los presos políticos de la Brigada de
Investigaciones de Resistencia ya sabían que no había traslados los fines de
semana. Sin embargo, a media tarde del domingo 12 de diciembre de 1976,
integrantes de distintas fuerzas de seguridad y del ejército, ingresaron para
llevarse –por lo menos- dos decenas de compañeros desde los distintos
pabellones.
También trajeron militantes de otros lugares. A todos los tuvieron, durante
largas y dramáticas horas, sometidos a sesiones de implacables palizas cuyos
golpes eran más fuertes que los habituales, recuerdan los sobrevivientes.
Cuando llegaron las primeras sombras de la madrugada del lunes 13, se impuso un
silencio de muerte. Partieron los camiones del ejército y llegaron hasta un
paraje cercano a Margarita Belén, a menos de cuarenta kilómetros de Resistencia.
Varios de los militantes llegaron muertos, dicen sus compañeros, producto de las
palizas demenciales de aquella tarde noche.
Patricio Tierno, Néstor Salas, Carlos Zamudio, Luis Barco, Roberto Yedro,
Delicia González, Luis Díaz, Fernando Piérola, Carlos Cairé, Julio Pereyra,
Carlos Duarte, Carlos Tereschuk, Manuel Parodi Ocampo, Luis Fransen, Ema Cabral,
Reinaldo Zapata Soñez y Mario Cuevas, son los nombres de los veintidós fusilados
que todos los años se recuerdan en Margarita Belén.
Pero sus nombres esconden historias comprometidas con la urgencia de la
revolución que por aquel entonces conmovía la existencia de miles de argentinos.
Ellos venían de diferentes lugares del país, especialmente de la región del
litoral y aunque los diarios de estos días se empeñan en relacionarlos con el
intento de copamiento del
cuartel del Regimiento de Formosa, realizado por
Montoneros en octubre de 1975, no hay datos que confirmen la teoría.
Entre los veintidós había militantes vinculados a hechos anteriores, como la
muerte del general Cáceres Moiné, en Entre Ríos; dirigentes activos de las Ligas
Agrarias; y activistas de la zona del impenetrable chaqueño.
La
matanza tuvo otros intereses y motivos. No parece ser una venganza por los
hechos del pasado, sino una señal para aquel presente y el entonces futuro
inmediato. Un mensaje doble, hacia el interior de las fuerzas armadas y hacia la
sociedad en su conjunto.
La masacre tuvo como protagonistas a jóvenes oficiales del Ejército Argentino
bajo las órdenes del entonces coronel Nicolaides. Todos, sin embargo, reportaban
a las decisiones de Leopoldo Galtieri, por entonces jefe del Comando del Segundo
Cuerpo de Ejército, patrón de la vida en las provincias de Formosa, Chaco, Santa
Fe, Misiones, Corrientes y Entre Ríos.
Para una de las sobrevivientes de la Brigada de Investigaciones, Mirta Clara,
"la masacre de Margaria Belén sirvió para consolidar el poder mafioso de
Nicolaides, piedra basal del contrabando y narcotráfico en la región del
litoral".
La militante expresó su convencimiento sobre "el carácter de pacto de sangre que
quedó instituido a partir de entonces. Era el bautismo para todos los que
después se quedaron con las riquezas que eran del pueblo de la región".
Mirta sostiene que "Nicolaides marcó la cancha con aquel hecho y sirvió para
hacerse fuerte en la interna del poder militar y también envió una fuerte señal
a los que seguían en la resistencia".
El escrache
15/05/07
- El presidente Néstor Kirchner participó del homenaje a las víctimas de
Margarita Belén
El mandatario solicitó a la Justicia argentina que "avance" en la nulidad de los
indultos y aclaró que lo hacía como "un ciudadano más", sin entrometerse en la
independencia de poderes y recordó a los muertos del 13 de diciembre de 1976, "a
muchos de los cuales conocía".
Kirchner participó junto a su esposa, la senadora Cristina Fernández, miembros
de su gabinete y organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, entre las
que se encontraban las Abuelas de Plaza de Mayo encabezadas por su titular,
Estela Carlotto, del acto realizado junto al monumento que recuerda el trágico
hecho del 13 de diciembre de 1976.
La ceremonia se inició con los discursos de descendientes de dos de las víctimas
de la masacre, Carlos Salas, hijo de Néstor Salas y Dafne Zamudio, hija de
Carlos Alberto Zamudio.
Luego habló Kirchner, que pidió "disculpas" por ser el primer presidente que
estaba presente en un homenaje a las víctimas de Margarita Belén.
"Vuelvo a pedir disculpas en nombre del Estado nacional argentino al pueblo
chaqueño, a los fusilados, a los desaparecidos y a los agraviados, porque es la
primera vez después de 31 años que un presidente de la Nación está presente
acá", dijo.
Tras los discursos se descubrió una placa recordatoria de la presencia del
presidente Kirchner en el lugar.
Culminada la ceremonia la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela
Carlotto, se mostró "muy emocionada" porque era la primera vez que visitaba el
lugar donde habían sido asesinadas las víctimas de la masacre de Margarita Belén
y agradeció "al presidente Kirchner la posibilidad de participar de este acto".
"Le agradezco que me haya invitado -dijo Carlotto- junto a mis compañeras, 18
abuelas que hemos venido juntas, a tener memoria y a pedir lo que corresponde
para un país que tiene que ser sano, que es la verdad y la justicia".
Adujo que "estos mártires son compañeros de nuestros hijos, de Laura, mi hija
que fue asesinada en la provincia de Buenos Aires y multiplicar como semilla de
libertad para que esta juventud, que nació después, que pregunta, que no sabe,
sepa de quienes dieron la vida sin ningún interés más que hacer el bien".
Aclaró que "he venido muchas veces al Chaco, pero nunca llegué hasta el
monumento, por eso estoy impactada y me voy reconfortada con muchas ganas de
trabajar".
La veintena de jóvenes militantes políticos detenidos en la U7 del Servicio
Penintenciario Federal, en la Brigada de Investigaciones y la Alcaidía Policial
fueron reunidos en esta última unidad el domingo 12 de diciembre del 1976 donde
fueron salvajemente torturados, según se supo años después por testigos del
hecho.
Eran al menos 22 miltantes de la Juventud Universitaria Peronista, Partido
Auténtico, Juventud Peronista, Ligas Agrarias y Juventud Trabajadora Peronista
entre otras organizaciones.
Un convoy de camiones del Ejército y patrulleros policiales los llevó luego
hacia al norte simulando un traslado hacia la ciudad de Formosa, pero al llegara
a la altura de Margarita Belén tuvo lugar la más cruenta masacre.
Las muertes fueron presentadas luego como "intento de fuga" o como
"enfrentamiento entre grupos antagónicos", pero el propio ex jefe del Ejército
Ricardo Brinzoni -fallecido en 2005- reconoció ostentando ese cargo que se había
tratado de un "fusilamiento encubierto".
En 1976 Brinzoni tenía el grado de capitán y se desempeñaba como secretario
general de la Gobernación del Chaco que ejercía el también fallecido general
Antonio Facundo Serrano.
Ente las víctimas identificadas se encuentran Manuel Parodi Ocampo, Luis Arturo
Fransen, Carlos Duarte, Carlos Tereszuck, Néstor Carlos Salas, Patricio Tierno,
Luis Angel Barco, Mario Cuevas, Fernando Pierola, Carlos Zamudio, Luis Alberto
Díaz, Reynaldo Sonez, Carlos Maria Caire, Julio Andrés Pereira y Delicia
González.
Por este hecho están detenidos y a la espera del juicio que se tramita en en el
Juzgado Federal de Resistencia los militares Horacio Losito, Ricardo Guillermo
Reyes, Germán Emilio Riquelme, Athos Renés, Aldo Martinez Segón, Rafael Carnero
Sabol, Ernesto Jorge Simoni y Luis Alberto Pateta.
En tanto Jorge Alcides Larrateguy, que con el grado de coronel comandaba el
grupo en 1976, falleció en 2005 y Norberto Raúl Tozzo se halla prófugo con
pedido de captura nacional e internacional dictada por el juez Federal de
Resistencia, Carlos Skidelsky.
Fuente: Página/12, 15/05/07
Antes del acto ante el monumento que
recuerda los mártires de Margarita Belén, se produjo un escrache contra el
médico policial, Héctor Orlando Grillo, frente a su domicilio en calle Salta
545, en la capital chaqueña.
Grillo pertenecía al grupo GA 7 y era "miembro del cuerpo profesional del
escalafón sanidad de la policía de la provincia del Chaco en dependencia de los
cuarteles de la Liguria", informaba un tríptico entregado por los militantes de
la Red Nacional de HIJOS.
Firmó las actas como "muertes naturales" de algunos de los fusilados en
Margarita Belén, como Manuel Parodi, Luis Francen, Luis Barco, Mario Cuevas,
Patricio Tierno, Néstor Sala, Luis Díaz y Carlos Duarte, entre otros.
En el informe final de la Cámara de Diputados del Chaco se lo menciona como el
encargado de revisar a los detenidos: "…el declarante muestra al médico oficial,
el doctor Grillo, la marca de los golpes en las manos y otras partes del cuerpo
a los que el médico oficial presta caso omiso desvirtuando la situación
dictaminando que las heridas se debían a enfermedades de la piel". También fue
denunciado como asistente de tortura al señalar cuántos voltios podía resistir
un militante y cuánto tiempo debía esperarse para repetir el vejamen.
Grillo creció patrimonialmente: lo demuestra su casa, sus varios automóviles y
la propiedad de un sanatorio privado. Negocios que vinieron de la mano de la
sangre derramada.
La vigilancia de la Brigada
Una de las novedades que produjo la insistencia de los organismos de derechos
humanos y la tozudez de diferentes militantes políticos fue la suspensión de los
contratos de parte del gobierno provincial del Chaco con la empresa de seguridad
privada de Gabino Manader y Caballero.
Estos muchachos cuidaban las dependencias de la actual Administración Provincial
del Agua que funciona en el edificio en el que trabajaba la tristemente célebre
Brigada de Investigaciones de la policía chaqueña, en pleno centro de la ciudad
capital.
Manader fue denunciado como torturador por HIJOS hace ya varios años. Recién
ahora hubo un pequeño gesto de justicia.
En forma paralela se informó que la ex Brigada de Investigaciones será
convertida en Museo de la Memoria.
La dignidad
Los recuerdos de la vida, tal como se llamaba la exhibición de paneles con las
fotografías de los revolucionarios masacrados en Margarita Belén, daban la
prueba clara del origen de la decisión de transformar la realidad que tuvo la
generación de los años setenta.
Mujeres y hombres no mayores de veinticinco años que se jugaron la vida para no
naturalizar las humillaciones que sufría el pueblo del noreste argentino.
Chicos esclavos en las grandes haciendas correntinas, mensúes misioneros
condenados a sangrar sus manos durante años y curarse sin asistencia médica
enfermedades como el paludismo, recolectores del algodón, la caña de azúcar, el
tabaco y el té que jamás tenían para comprar ropa o mandar a sus chicos a las
escuelas en el Chaco, trabajadores silenciados en Entre Ríos, Formosa y Santa
Fe; fueron las postales existenciales que generaron indignación, rebeldía y
militancia.
A casi tres décadas de los hechos, las consecuencias de la masacre de Margarita
Belén, en particular, y del terrorismo de estado, en general, están presentes en
las urgencias que devastan la niñez y la adolescencia de miles.
De allí la necesidad de entender el por qué de tanta entrega a favor de un país
distinto y diferenciar con claridad a los asesinos que se comportaron como una
banda de mafiosos que luego se enriqueció a partir de la desarticulación del
estado y la conciencia política de la población.
Sin embargo, los avances que se logran en la justicia es, en realidad,
consecuencia de aquella dignidad que primero se establece en lo político y
después llega a los tribunales.
De eso se trató la notable doble jornada que se vivió tanto en Corrientes como
en el Chaco al cumplirse los veintinueve años de los fusilamientos de Margarita
Belén.
Del avance de la dignidad a través de la memoria de los sueños colectivos
inconclusos en busca de justicia y contra las pesadillas impuestas desde
entonces.
*Carlos del Frade nació en Rosario
el 5 de febrero de 1963. Es periodista y escritor. Conferencista y docente sobre
historia regional, nacional e investigación periodística.
Ha publicado, entre otros trabajos: "Ecología y reconversión industrial en el
Gran Rosario"; "Postales del ex cordón industrial del Gran Rosario"; "La iglesia
y la construcción de la impunidad"; "Desaparecidos, desocupados"; "Impunidades y
esperanzas"; "El Rosario de Galtieri y Feced"; "Artigas y San Martín, el
proyecto para el siglo XXI"; "Somisa y Ponce de León, dos desaparecidos";
"Ciudad blanca, crónica negra. Historia del narcotráfico en Santa Fue"; "De
Cavallo a Belgrano"; "De Saavedra a Duhalde"; "La Santa Fe de la revolución";
"¿Quién mato a Constantino Razzetti?"; "Orgullo portuario"; "Pibes. La historia
en carne viva"; "Sante Fue. Una provincia robada"; "Matar para robar. Lucha para
vivir"; "Escuelas esperanzas", en colaboración con Marta Fehrman; "La deuda
interna santafesina. A cien años del informe Bialet Massé"; "Maestros. El
porfiado sueño de todos los días"; "Historia futbolera del futuro"; "Nosotros,
los trabajadores" y "Central, Ñuls: la ciudad goleada. Fútbol, lavado de dinero
y poder", mayo de 2005.
Logró, entre otros, los premios "Discépolo del pueblo al solidario con la
cicatriz ajena", reconocido a nivel nacional por la Cámara de Diputados de la
Nación, entregado el 28 de junio de 2002 en el teatro parque España, por el
actor Emilio Lenski, de Rosario.
"Martín Fierro", 1999, al Mejor Programa Periodístico del Interior del pais, por
"Apuntes", que se emitía por LT8. Premio Martín Fierro a su programa "Columnas
de Madianoche", por LT8 Radio Rosario, al mejor periodístico del interior del
país en el año 1994. Premio Nacional Prensario, por su video "Inundaciones, la
revelación del agua", 1993. Premio Memorial de la Paz, 1993, por su trabajo
periodístico en favor de los derechos humanos y la historia social, entregado
por el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nacional "Coraje",
entregado por la fundación tierra alerta, filial argentina de Greenpeace, año
1988, por su investigación sobre la contaminación ambiental y la agresión a los
trabajadores a las empresas del Gran Rosario. Actual director y conductor
periodístico de los programas "Otros Mundos", que se emite por LT8 Rosario, los
domingos de 21 a 22; y "Sobre la hora", FM Red TL, de lunes a viernes de 8 a 10;
"La Voz del Grillo", por Televisión Regional de San Lorenzo, los miércoles de 21
a 22; y de "Radiohistorias" por radio Universidad de Rosario desde 2002, de
lunes a viernes de 23 a 24.
Actual director de "Postales del Sur. El primer sitio de investigación
periodística de la región", sitio de internet www.postalesdelsur.net, desde
octubre de 2001. Actual redactor del mensuario "El Eslabón" "Postales" y "El
vecino", y del portal de noticias sobre pibes, "pelota de Trapo.
su mail: delfradec@ciudad.com.ar]
Procesan a ocho militares y dos ex policías por la Masacre de Margarita Belén
Se los acusa de ser los autores o partícipes de la muerte de 22 presos políticos
en 1976. La dictadura dijo entonces que los detenidos intentaron fugarse.
A poco más de 24 horas de que se confirmara su competencia en la causa de la
masacre de Margarita Belén, el juez federal de Resistencia,Carlos Skidelsky,
ordenó el sábado la inmediata detención de los diez militares implicados en los
hechos, que fueron liberados en 2003 por una discutida disposición de la Cámara
Federal de Resistencia.
Jorge Alcides Larrateguy, Athos Gustavo Renes, Rafael Carnero Sabol, Norberto
Raul Tozzo, Luis Alberto Pateta, Ernesto Jorge Simoni, Aldo Héctor Martínez
Segon, Horacio Losito, Ricardo Guillermo Reyes y Germán Emilio Riquelme, deberán
ser detenidos y trasladados a Resistencia. Losito ya se encontraba arrestado,
por otra causa, en la Base de Apoyo Logístico de Resistencia.
Afiche 33 años.Clic para agrandar
La orden de Skidelsky se produjo a
un año y nueve meses de la liberación de los sospechosos e implica el reinicio
de las investigaciones, ahora abonadas además por el aporte de nuevos testigos y
datos suministrados por familiares y ex detenidos.
De estos se podrán determinar otras detenciones, además de relevamientos de
nuevas pruebas. Entre las detenciones vinculadas a la masacre, nuevos
testimonios incorporados a la causa podrán derivar en la detención de ex altos
jefes de la Policía chaqueña y de otros militares de alto rango.
En materia de nuevas pruebas, se espera ahora la investigación de un equipo de
forenses que excavarán una posible fosa común detectada en un campo de las
inmediaciones de la masacre. Este hallazgo adelanta la intención de confirmar el
paradero de los cuerpos, determinar con exactitud el lugar del fusilamiento, la
cantidad de víctimas y la verdadera cantidad de operativos que se habrían
realizado para ocultarlos luego en un supuesto "intento de fuga", tal cual la
versión oficial de lo que pasó en plena dictadura el 13 de diciembre de 1976 en
Margarita Belén.
Los militares que ahora volverán a prisión están imputados por los delitos de
homicidio agravados por alevosía y por haber sido cometidos por el concurso
premeditado de dos o más personas, con desaparición forzada de personas. Fueron
detenidos por primera vez el 17 de junio de 2003 y puestos en libertad el 22 de
julio de 2003, por los jueces de la Cámara Federal de Apelaciones de
Resistencia, que negaron a Skideslky competencia en la causa.
Ahora, la Cámara, integrada por conjueces, confirmó la competencia del juez
federal de Resistencia, y de modo inmediato las partes querellantes, CELS,
H.I.J.O.S., familiares de las Víctimas y la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación, pidieron las detenciones.
Procesan a ocho militares y dos ex policías por la Masacre de Margarita Belén
Se los acusa de ser los autores o partícipes de la muerte de 22 presos políticos
el 13 de diciembre de 1976. La dictadura dijo entonces que los detenidos
intentaron fugarse.
Con información de Sergio Schneider, corresponsal en Chaco
chaco@clarin.com, 02/05/05
El 13 de diciembre próximo se cumplirán 29 años de la masacre de Margarita
Belén. Aquella noche, a veinte kilómetros de la capital chaqueña, 22 presos
políticos fueron fusilados cuando eran trasladados desde el penal de
Resistencia. Ahora, el juez federal de esa provincia, Carlos Skidelsky, dictó el
procesamiento y la prisión preventiva para los ocho militares y los dos ex
policías detenidos en mayo pasado en el marco de la causa.
La decisión judicial fue informada por el magistrado a los acusados, cuando
faltan tres días para que se cumplan casi 30 años de aquel crimen. El juez
Skidelsky consideró a los militares como autores del hecho y los ex policías
como partícipes secundarios.
Se trata de los militares, detenidos en la Base de Apoyo Logístico del Ejército
en Resistencia, Horacio Losito, Jorge Rafael Carnero Sabol, Athos Gustavo Renes,
Ricardo Guillermo Reyes, Aldo Martínez Segón, Germán Emilio Riquelme, Ernesto
Jorge Simoni y Luis Alberto Pateta.
Todos están acusados de "homicidio doblemente agravado por el número de
participes y alevosía reiterada en once hechos y desaparición forzada de
personas reiterada en cuatro hechos, todos en concurso real en calidad de
autores", según el dictamen.
Los ex oficiales de Policía procesados son Carlos Marcelo Carballo y Alfredo
Luis Chas, detenidos en el Cuerpo de Bomberos y sobre ellos pesa la misma
acusación que a los militares, pero en calidad de "participes secundarios".
Sobre los implicados el juez trabó un embargo de 50.000 pesos y decidió que
permanezcan detenidos con "prisión preventiva" a la espera del juicio oral que
podría realizarse a mediados de 2006.
Pese
a que el juez consideró que se acreditaron once homicidios y cuatro
desapariciones, se da por seguro que las víctimas de la matanza del 76 llegaron
a ser veintidós.
Aquella madrugada del 13 de diciembre, los presos políticos -hombres y mujeres-
fueron acribillados en las cercanías de Margarita Belén. La dictadura militar
dijo entonces que se trató de un enfrentamiento armado por el intento de fuga de
los detenidos.
Recién con el retorno de la democracia se pudieron investigar los hechos. Cada
13 de diciembre la masacre es recordada con diferentes actos y actividades
conmemorativas. El episodio se convirtió en un emblema de la represión ilegal en
la provincia durante la dictadura.
El dictamen judicial señala que "es aberrante el crimen aquí juzgado porque este
grupo de seres humanos fue muerto por sus captores cuando se encontraba a su
total merced, sin posibilidad de oponerse a sus victimarios en medio de la noche
y en una ruta desierta".
El magistrado destacó que los detenidos se debieron haber dado cuenta de la
suerte que correrían, lo que prolongó "la intensidad del sufrimiento psíquico
que se produce en cualquier ser humano al percibir el fin de su existencia, lo
que constituye de por si un trato cruel e inhumano".
La decisión del juez Skidelsky completa un año crucial para el expediente. Al
magistrado se le reconoció en 2005 su competencia en la causa, luego de que los
jueces de la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia lo desacreditaran para
intervenir.
Esos mismos jueces fueron los que liberaron el 22 de julio de 2003 a los diez
oficiales que habían sido detenidos por primera vez e el 17 de junio de ese año.
En mayo pasado, la Cámara, integrada por conjueces, confirmó la competencia del
juez federal de Resistencia, y de modo inmediato las partes querellantes, CELS,
H.I.J.O.S., familiares de las Víctimas y la Secretaría de Derechos Humanos de la
Nación, pidieron las detenciones que fueron ordenadas por Skildesky y
concretadas ese mismo mes.
La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura pidió la suspensión y el
juicio político de dos camaristas federales de Resistencia por haber liberado a
diez represores que estaban presos como responsables de la masacre de Margarita
Belén, ocurrida durante la última dictadura. Uno de los jueces cuestionados,
Tomás Inda, integra el grupo de conjueces de la Corte Suprema que defendió a
Antonio Boggiano y ordenó reponerlo en el cargo. María Beatriz Fernández es la
otra camarista que quedó en la cuerda floja. El dictamen de los consejeros los
acusa de haber paralizado intencionalmente la causa sobre los fusilamientos,
favorecer la fuga de los militares con una decisión ilegal, prejuzgar y
perseguir a un fiscal.
Ahora el plenario del Consejo es el que debe resolver si inicia el proceso de
remoción contra los camaristas chaqueños acusados de "mal desempeño". Podría
hacerlo mañana mismo: el tema figura en el orden del día y, además, desde la
semana pasada los consejeros tienen en su poder los antecedentes del caso. Si
votan la suspensión, Boggiano ya no contará con uno de los cinco conjueces que
se pusieron de su lado. Tendrían que nombrar a un nuevo conjuez para resolver el
recurso extraordinario que anunció que presentará para cuestionar su
destitución.
El dictamen que aprobó ayer la comisión acusadora fue elaborado por la diputada
Marcela Rodríguez (ARI) y el abogado Beinusz Szmukler a partir de una denuncia
presentada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la agrupación
HIJOS del Chaco. Lo votaron también los peronistas Jorge Yoma y Lelia Chaya y el
radical Juan Minguez. La propuesta en disidencia fue del abogado Luis Pereyra
Duarte. El duhaldista Jorge Casanovas faltó a la reunión.
En marzo de 2003 el juez federal del Chaco, Carlos Skidelsky, declaró la
inconstitucionalidad de las leyes de punto final y obediencia debida en la causa
sobre la masacre de Margarita Belén. Como consecuencia de esa decisión ordenó la
detención de los represores involucrados en el traslado de 22 presos políticos,
con supuesto destino a la Unidad 10 de Formosa, que terminaron fusilados en la
Ruta 11 luego de ser torturados durante un día, el 13 de diciembre de 1976. Los
militares apresados presentaron un hábeas corpus a través del defensor oficial
Carlos Pujol. La Cámara chaqueña les dio la razón. Pero según el análisis de los
consejeros fue una decisión forzada, contra derecho, con la intención de
favorecerlos.
La principal imputación contra Inda y Fernández es haber liberado a los
militares al declarar incompetente al juez original, Skidelsky, a través de un
hábeas corpus que, además, daba por anuladas sus decisiones. También había
firmado el fallo el juez Diómedes Rojas, quien falleció el 14 de febrero de este
año.
"Al hacer lugar al hábeas corpus se configuró el mal desempeño de los
camaristas", según advierte la resolución de los consejeros. Los jueces
"prejuzgaron", subraya. La cuestión sobre a qué juez le correspondía intervenir,
añade el documento, debía discutirse por un carril aparte y "la querella debía
ser escuchada", pero nada de esto sucedió. Aun así, consideran, una declaración
de incompetencia no invalida las medidas judiciales previas. Por ende, los
detenidos por los asesinatos debían seguir en esa condición a disposición del
nuevo tribunal.
Otro punto del dictamen señala que al concederles "la libertad sin caución
alguna" la Cámara "permitió que los imputados se profugaran". "Ese es el caso
–puntualizan– del militar Norberto Raúl Tosso, quien se dio a la fuga" y ahora
tiene pedido de captura internacional. "Los camaristas paralizaron la causa",
enfatiza el texto.
A entender de los consejeros, los camaristas montaron una persecución contra el
fiscal federal Jorge Auat al hacer un "ejercicio abusivo del poder" para
entorpecer su tarea. Auat había insistido con las detenciones. Pero, además, fue
el autor –junto con el fiscal Javier de Luca– de un informe de 2003 que acusaba
a la Cámara de incurrir en prevaricato (fallar a propósito contra derecho) y
manipulación de citas de derecho procesal.Advertía incluso que el tribunal había
copiado el dictamen de la ex fiscal subrogante Ana María Torres, exonerada días
atrás por este tema por decisión del procurador general, Esteban Righi.
El dictamen de Acusación reservó un punto especial para el camarista Inda. Dice
que debió haberse apartado en el caso de Margarita Belén ya que cuando actuó
como juez en una dos causas referidas a Néstor Sala, una de las víctimas de la
masacre, nunca ordenó investigar su muerte ni la del resto de los que, igual que
él, estaban detenidos a disposición del Poder Judicial. Incluso recuerda que por
esa "omisión" la Cámara Federal le llamó la atención en el Juicio a las Juntas.
Inda presentó al renuncia en febrero, pero el Gobierno nunca se la aceptó.
Por Victoria Ginzberg
Brinzoni fue citado por la Justicia El juez Carlos Skidelsky lo
interrogará como testigo, pero no se descarta que su situación cambie. Brinzoni
era funcionario de la intervención de Chaco cuando se llevó a cabo la matanza.
El ex jefe del Ejército Ricardo Brinzoni fue convocado por el juez chaqueño
Carlos Skidelsky.
El ex jefe del Ejército Ricardo Brinzoni fue citado por la Justicia para que
contara todo lo que sabe sobre la Masacre de Margarita Belén. La matanza, en la
que fueron asesinados 22 presos políticos, se realizó en el Chaco en diciembre
de 1976, mientras Brinzoni era secretario general de la intervención de esa
provincia.
La citación del ex jefe del Ejército había sido pedida por el Centro de Estudios
Legales y Sociales (CELS) y la agrupación HIJOS (Hijos por la Identidad y la
Justicia contra el Olvido y el Silencio) del Chaco, impulsores de la causa.
Los organismos de derechos humanos habían reclamado que Brinzoni fuera convocado
como acusado. El juez Carlos Skidelsky, en cambio, lo citó como testigo, aunque
un funcionario vinculado con el caso no descartó que la situación del ex jefe
del Ejército cambie durante el transcurso de la investigación.
En la noche del 12 de diciembre de 1976, 22 presos fueron sacados de sus celdas
de Resistencia. Los guardias les dijeron que se prepararan para un traslado.
Fueron torturados y subidos a autos, pero a las cuatro de la madrugada, en un
camino lateral de la ruta 11, fueron ejecutados. Estaban maniatados y
debilitados a raíz de la tortura. La versión oficial fue que los presos habían
querido fugarse y se produjo un "enfrentamiento".
Hace cuatro años, cuando HIJOS y el CELS reactivaron la causa, Brinzoni, en ese
entonces jefe del Ejército, admitió que la masacre "no fue un enfrentamiento,
fue un fusilamiento encubierto de detenidos que estaban en la cárcel U-7". Al
explicar esa declaración, el militar aseguró que el día del asesinato de los 22
detenidos el ministro de Gobierno de Chaco, Oscar José Zucconi, le comunicó los
hechos y él creyó su explicación pero que, posteriormente, investigando el caso
en forma personal, se dio cuenta de que había sido un "fusilamiento". Brinzoni
deberá concurrir a declarar al tribunal chaqueño el 28 de junio y al día
siguiente deberá hacerlo Zucconi.
Para demostrar la participación de la gobernación en los crímenes del terrorismo
de Estado, el CELS e HIJOS citaron al propio interventor, el general Antonio
Facundo Serrano. "El enemigo calificado como delincuente subversivo es enemigo
del ser argentino, del pueblo chaqueño y naturalmente del gobierno chaqueño.
Nuestro gobierno no descansará hasta terminar con ese enmigo", dijo en mayo de
1976.
La causa por la Masacre de Margarita Belén estuvo dos años paralizada porque la
Cámara Federal de Resistencia hizo lugar a un pedido de hábeas corpus de la
defensa y ordenó la libertad de diez militares que estaban detenidos.
Hace unas semanas, Skidelsky volvió a reclamar el arresto de los represores que
participaron de los asesinatos, pero en el ínterin, uno de ellos, el coronel
Norberto Raúl Tozzo, se escapó. En cambio, regresaron a prisión los militares
Horacio Losito, Ricardo Guillermo Reyes, Germán Emilio Riquelme, Jorge Alcides
Larrateguy, Athos Gustavo Renes, Aldo Martínez Segon, Rafael Carnero Sabol, Luis
Alberto Pateta y Ernesto Jorge Simoni. Todos ellos están acusados de haber
integrado el convoy que fusiló a los presos.
Por Causa Popular.- Ya se han cumplido 28 años de uno de los crímenes masivos
más aberrantes de la última dictadura militar y a pesar de la veracidad de las
pruebas sobre los fusilamientos, los permanentes esfuerzos de las organizaciones
de derechos humanos y los familiares de las víctimas, los 10 militares
implicados en la Masacre de la localidad chaqueña de Margarita Belén, del 13 de
diciembre de 1976 siguen libres. Allí, 22 presos políticos fueron ejecutados en
forma sumarísima y desaparecidos. Durante este aniversario, los integrantes de
HIJOS Chaco marcharon frente al juzgado en Resistencia y delante de la sede
judicial se pelaron por completo, llenaron un sobre con sus pelos y se lo
mandaron al juez Carlos Skidelsky diciendo: "La justicia nos toma el pelo,
entonces venimos a entregarle los pelos al poder judicial".
También escarcharon al fiscal de
cámara, Domingo Mazzoni, que según señaló una sobreviviente a Causa Popular:
"presenciaba los tormentos y delante de los torturados llamaba para preguntarle
a la Brigada de Investigaciones si tenía que preguntar algo mas."
Tres días antes del nuevo aniversario y justo el mismo día que el Presidente
Néstor Kirchner afirmaba que la Justicia "está llegando sin venganza", al
conmemorar en un acto el Día Internacional de los Derechos Humanos y entregar
los premios Azucena Villaflor en la Casa Rosada, los familiares de los caídos en
la Masacre llevaron una carta para el Jefe del Estado, donde hicieron hincapié
en la parálisis que afecta a la causa judicial y denominaron ese hecho como "la
organización de la impunidad" para los militares sindicados como autores de la
matanza, que en 2003 pasaron sólo unas semanas detenidos.
A pesar de detallar muchas veces en 28 años las atrocidades sufridas en
Margarita Belén, los familiares tuvieron que recurrir a una carta para
explicarle al Presidente que en la causa que investiga el fusilamiento y
desaparición de 22 presos políticos en 1976, no pasa nada.
El 10 de diciembre, en una nueva conmemoración del retorno democrático de 1983,
la misiva fue entregada en mesa de entradas de la Casa Rosada. Los familiares
reconocieron que "el Gobierno Nacional se haya presentado como querellante, a
través de la Secretaría de Derechos Humanos en la causa" pero observaron que
"para desarmar la organización de la impunidad es necesario que se instrumenten
algunas medidas".
Entre otras iniciativas reclamaron
que, a través de un jury promovido por la Procuración General de la Nación,
"destituyan definitivamente a los fiscales de primera y segunda instancia,
Carlos Flores Leyes y Domingo Mazzoni, así como a sus secretarios doctores
Sanserri y Torres, respectivamente". También pidieron que "se avale el Juicio
Político y destitución de los camaristas federales de Chaco, Tomás Inda,
Diomedes Rojas y Beatriz Fernández" los cuáles, según ellos, "conspiraron para
dejar en libertad en 2003 a los diez primeros militares detenidos por su
responsabilización en la Masacre".
Además solicitaron que "se le de la baja a los militares en actividad que siguen
estando en funciones claves: en Inteligencia en el Segundo Cuerpo de Ejército,
como Germán Riquelme; al Subdirector del Hospital Militar Central Ricardo Reyes;
y a Horacio Losito, detenido en la causa llevada adelante por el Poder Judicial
de Corrientes".
Todos ellos, según los familiares, "están acusados de haber participado en el
traslado, tormentos, fusilamiento y desaparición de los detenidos indefensos",
por lo que pidieron que "Losito y otros delincuentes estén en una prisión común,
no en la Base de Apoyo Logístico de Resistencia, que fue uno de los escenarios"
de la matanza. La carta estuvo firmada por Mirta Clara, viuda del asesinado
Néstor Sala, y los integrantes de la organización H.I.J.O.S. Chaco; Familiares,
Compañeros y Amigos de los militantes fusilados y desaparecidos en Margarita
Belén.
La Masacre de Margarita Belén ocurrió en la noche del 12 al 13 de diciembre de
1976, cuando 22 presos políticos fueron arrancados por la noche de las cárceles
en Resistencia, torturados y trasladados hasta ese paraje, donde terminaron
siendo ejecutados en forma sumarísima.
Pese a que han transcurrido casi tres décadas, aún muchos cadáveres no han sido
entregados a sus deudos -salvo los de diez víctimas- como en el caso de la
mayoría de las personas secuestradas durante la dictadura, según los familiares.
Sólo se identificaron los cuerpos de 17 hombres y dos mujeres.
La "Masacre de Margarita Belén" fue uno de los más de setecientos casos que tomó
en cuenta el Juicio a las Juntas, en 1985, y por eso se condenó a los ex
dictadores Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, que más tarde, en
1990, serían indultados por Carlos Menem.
Un nuevo aniversario, pero el mismo reclamo contra la impunidad
Cada año, los reclamos se concentran en Resistencia y en Margarita Belén, bajo
un sol inclemente en vísperas del duro verano del Bosque Chaqueño y a pesar de
la indiferencia del radicalismo local que viene administrando la provincia desde
hace años y cuya política quizás sea más inclemente aún que el propio verano.
Tres días después de la presentación de la carta, de la cual aún no se conoce
respuesta alguna, la Comisión de Homenaje a los Mártires de la Matanza de
Margarita Belén, Familiares de Detenidos y Desaparecidos, Compañeros Familiares
y Amigos de los caídos en Margarita Belén, H.I.J.O.S Regional Chaco, UTRE-CTERA,
CTA y Juventud por una mejor Democracia participaron de diversos actos
realizados en conmemoración de los 28 años de la Masacre.
La primera ceremonia se realizó en el recinto de la Cámara de Diputados
provincial donde Amanda Piérola, madre de uno de los jóvenes muertos en aquel
episodio, fue declarada ciudadana ilustre de la provincia. Entre las
organizaciones que participaron de los actos estuvieron.
"Por fin se comienza a hacer justicia" expresó Amanda Mayor de Pierola durante
el homenaje en el que recibió la declaración de "Ciudadana Ilustre" de la
provincia del Chaco, por parte de la Legislatura chaqueña. Amanda, durante la
vigilia realizada desde la tarde del domingo junto a las organizaciones
participantes, finalizó la restauración del mural "Margarita Belén" -de su
autoría-, al reponer la figura de un sacerdote censurada hace 18 años.
La madre de Pablo Piérola, uno de los 22 detenidos que fueron ultimados por
fuerzas militares en 1976, pintó el mural entre julio y agosto de 1986, pero a
los pocos días el sacerdote que aparecía en la obra fue borrado. "Recién ayer
pudimos inaugurar por completo el mural porque el cura que pinté desapareció al
poco tiempo", recordó la artista plástica en declaraciones a la prensa.
La pintura que ocupa por completo una de las paredes del Aula Magna de la
Facultad de Arquitectura de Resistencia, padeció la mutilación debido al fuerte
reclamo que hizo el entonces arzobispo local, Juan José Iriarte. La orden de
eliminar la figura religiosa, que aparecía observando una sesión de tortura en
la que un joven desnudo es sometido a la picana eléctrica, fue emitida luego por
la Justicia Federal, dando lugar una vez más a los menesteres inquisitoriales de
la Iglesia, que no comenzaron ni con León Ferrari, ni con sus sistemáticos
intentos por impedir que se imparta educación sexual en las escuelas.
Piérola hizo varios intentos de
repintar al cura, pero recién lo consiguió el domingo 12 gracias al fallo del
juez federal de Resistencia, Carlos Skidelsky, quien consideró inconstitucional
el procedimiento judicial por el que se tapó en su momento con un fondo
azul-celeste al integrante más polémico del cuadro.
Como
la artista había inscripto el cuadro en el Registro de la Propiedad Intelectual,
el juez pudo apoyarse en normas que protegen las expresiones artísticas
"oficializadas" para ordenar la restauración. Skidelsky es el mismo juez que
entre junio y julio de 2003 detuvo a los 10 militares implicados en la masacre y
que luego fueron liberados por "artilugios legales" planteados en el mismo seno
de la justicia federal chaqueña, tal como informó Causa Popular en una nota del
16 de Octubre.
Los actos continuaron con manifestaciones frente al Juzgado Federal y en
cercanías del ex Regimiento de Artillería 7, situado en el barrio "La Ligura" de
esta capital, donde militantes de derechos humanos reclamaron la detención de
los 10 militares imputados.
Los implicados son Jorge Alcides Larrateguy, Athos Gustavo Renés, Norberto Raúl
Tozzo, Aldo Martínez Segon, Rafael Carnero Sabol, Luís Alberto Pateta, Ernesto
Jorge Simoni, Horacio Losito, Ricardo Guillermo Reyes y Germán Emilio Riquelme.
La jornada de conmemoraciones concluyó a la tarde, con un acto en el que se
recordó a las víctimas en el lugar donde se llevó a cabo el fusilamiento,
distante 30 kilómetros al norte de esta capital.
Según está probado en la causa, la masacre se concretó después de que los
detenidos fueran sometidos a torturas en un centro clandestino desde donde
fueron llevados hacia Formosa por la ruta nacional 11 desde la Unidad Penal 7 de
Resistencia.
Pero lo que parecía ser un operativo de traslado se interrumpió a la altura del
acceso a la localidad de Margarita Belén, donde las víctimas fueron bajadas de
los camiones y acribilladas por orden del entonces ministro del interior, Albano
Harguindeguy, y que luego la dictadura quiso presentar como un fusilamiento.
Sólo siete cadáveres fueron entregados a sus familiares, ya que los demás
habrían sido enterrados en fosas comunes, y los investigadores que desde 1983
tomaron el caso jamás pudieron completar la identificación de las víctimas, al
punto que cuatro de ellas siguen siendo NN.
El listado actualizado de muertos y desaparecidos en la Masacre de Margarita
Belén por el Equipo Argentino de Antropología Forense, es el siguiente:
Tierno, Patricio Blas. Muerto. • Sala, Néstor Carlos. Muerto.
Zamudio, Carlos. Muerto (exhumación en tramite p/confirmar).
Barco, Luís Ángel. Muerto (exhumación en tramite p/confirmar).
Yedro, Roberto H. Desaparecido.
González, Delicia. Desaparecida.
Díaz, Luís. Muerto.
Pierola, Fernando G. Desaparecido.
Cairé, Carlos María. Desaparecido.
Pereyra, Julio. Desaparecido.
Duarte, Carlos Alberto. Muerto.
Tereszecuk, Carlos. Desaparecido.
Parodi Ocampo, Manuel. Muerto.
Fransen, Luís Arturo. Muerto.
Cabral, Ema Beatriz. Desaparecido.
Zapata, Sonéz Reinaldo. Desaparecido.
Cuevas, Mario. Muerto.
Imágenes: Carlos Tereszcuk, 24 años (arriba); Carlos Zamudio, 28 años (centro) y
Nestor Salas, 33 años (abajo).
Fuente: www.causapopular.com.ar, sábado 18 diciembre 2004
A veintiocho años de la Masacre de Margarita Belén,
seguimos buscando y señalando a los asesinos y sus cómplices, a todos los
genocidas. Lo hacemos encontrándonos con todos los que tratan de impedir de una
vez por todas que la cobardía, la vergüenza, la mentira, la traición, que
reproduce la impunidad, sigan intentando matar nuestros sueños.
A veintiocho años de las torturas, las violaciones,
los secuestros, los robos, la desaparición de hombres mujeres y niños. A
veintiocho años de la muerte respondemos con la forma más genuina de percibir y
reafirmar la vida, a veintiséis años respondemos con la lucha.
Esa lucha que nunca podrán vencer, esa lucha que
nace y vive en el corazón de cada hombre digno, justo y solidario. Esa lucha que
cree en la otra justicia, la que nace de la igualdad entre los hombres.
A veintiocho años reafirmamos hoy, mas que nunca,
que todos somos hijos de la misma historia.
Todos somos hijos de ese país arrasado por el miedo,
el silencio, por el prejuicio, el egoísmo, el olvido, la mentira y la cobardía
de los poderosos.
Pero también todos somos hijos del otro país, el
país de los que recuerdan, de los que no se callan ante las injusticias, de los
que ven en el otro a su hermano, el país de los humildes, el de la solidaridad,
el país valiente, el país de la verdad, el verdadero país.
Hace veintiocho años, ese país en el Chaco,
Corrientes, Misiones, Formosa, Santa Fe y Entre Ríos, fueron las Ligas Agrarias,
los movimientos vecinales, las reivindicaciones sindicales, el cooperativismo,
la educación popular, los movimientos eclesiásticos de base, los curas del
tercer mundo, los movimientos estudiantiles.
Hace veintiocho años intentaban matar ese país,
matando a los hombres y mujeres que lo hacían con sus vidas. Hace veintiocho
años intentaban matar a los veintidós compañeros fusilados cobardemente en
Margarita Belén.
Hoy las balas siguen siendo inútiles, hoy esos
compañeros siguen viviendo en las ideas, en las voces y en las manos, en el
caminar y la alegría de los que siguen haciendo ese país. Siguen viviendo en
cada militante de los movimientos de trabajadores desocupados, en cada
integrante de los sindicatos que no se dejan vencer por el soborno y las
promesas, en los pequeños productores rurales que luchan por la tierra, en los
compañeros aborígenes que día a día nos muestran el verdadero sentido de la
dignidad, en los maestros que siguen creyendo en su tarea, en los militantes
vecinales, en los trabajadores de la salud y en todos aquellos hombres que hoy,
en el nordeste argentino, siguen haciendo con su lucha ese país.
A veintiocho años, los cobardes, los torturadores,
los violadores, ladrones y asesinos de ayer siguen intentando esconderse junto a
los traidores y a los represores de hoy. Hoy siguen intentando inútilmente matar
las ideas que los desenmascaran, hoy son los mismos, y son otros, son esos
diputados, ministros, gobernadores y dirigentes partidarios, que reproducen el
orden político que permite la exclusión y el hambre, hoy son los jerarcas de las
fuerzas de seguridad y sus cuadros, que siguen siendo el palo obediente del
poder que golpea y mata a los humildes, hoy son esos jueces y fiscales que se
apropian de la justicia para impedirla, los que siguen intentando reproducir la
impunidad. Todos ellos siguen siendo sucios obsecuentes del egoísmo, el
autoritarismo, la violencia y la ceguera de la hegemonía de los poderosos que se
apropian de la riqueza que producen los trabajadores.
Desde la muerte que representan, desde la cobardía
que mantienen, desde la mentira con que callan no podrán ver ni escuchar nunca
que a veintiséis años ese pueblo al que inútilmente siguen intentado engañar
esta gritando que ya nunca mas podrán encubrirse con la mentira, que ya nunca
podrán burlarse de la vida, que son y serán la vergüenza de este país.
Ese pueblo esta gritando que ya es el tiempo, que
esta de pie y en las calles, desafiando al miedo, gritando que la vergüenza solo
se termina con justicia.
A veintiocho años de la Masacre de Margarita Belén
reafirmamos que no olvidamos, no reconciliamos y no perdonamos, que pedimos
juicio y castigo a los culpables y a los cómplices del genocidio de ayer y de
hoy.
A veintiocho años reafirmamos el país de la vida en nuestra lucha
por la Identidad y la justicia contra el olvido y el silencio.
H.I.J.O.S.
Hijos por la Identidad y la Justicia contra el
olvido y el silencio.
Agencia de comunicación Rodolfo Walsh
Integrante del Foro De Medios Alternativos y de la Red Nacional de Medios
Alternativos
El domingo 12 de diciembre de 1976, en la U7, Cárcel de Villa Libertad,
Resitencia, Chaco, llaman para traslado a 7 militantes detenidos: Sala, Parodi
Ocampo, Fransen, Duarte, Cuevas, Tierno y Barco.
En todos los pabellones comienza la discusión acerca de qué hacer. Es domingo,
llevamos varios meses de aislamiento, sin visitas ni otro contacto con el
exterior, corren rumores sobre asesinatos contra otros compañeros detenidos.
Todo confluye a pensar que la vida de los compañeros llamados a traslado está en
peligro. También su identidad: algunos tienen la máxima responsabilidad en la
conducción de Montoneros en la cárcel, varios están acusados del intento de
copamiento del Regimiento 29 de Formosa, producido
más de un año antes.
En nuestro pabellón convivíamos con Duarte y Fransen. Nos reunimos con Kunkel y
un compañero del PRT para hablar sobre las alternativas que teníamos. Nadie
quería que los compañeros salgan y la mayoría estaba dispuesta a resistir, al
menos hasta el lunes, de modo de obtener alguna repercusión en Resistencia y
-con la afluencia de familiares- lograr alguna cobertura para los compañeros. La
idea era evitar que fueran trasladados en el mayor de los secretos y los milicos
tuvieran todas las facilidades para torturarlos o asesinarlos. Mientras, del
otro lado de la reja, la presión aumentaba.
QUIEN QUIERA OIR QUE OIGA
Cuando no recordamos los que nos pasa
nos puede suceder la misma cosa
son esas mismas cosas que nos marginan
nos matan la memoria
nos queman las ideas
nos quitan las palabras.
Si la historia la escriben los que ganan
eso quiere decir que hay otra historia
la verdadera historia
quien quiera oir que oiga.
Nos queman las palabras
nos silencian
y la voz de la gente se oira siempre
inutil es matar
la muerte prueba que la vida existe.
Nebbia - Mignona
Algún oficial se acercó a avisar que
si "el movimiento" no lo hacían ellos entraba la gendarmería a sangre y fuego.
Un yuga pasa y comenta que "hay ejército en los patios de afuera" y que se ve a
los milicos hostiles hasta contra ellos. Nunca pude saber el tiempo que nos
llevaron estas deliberaciones y cada vez que se menciona a Margarita Belén
vuelvo a vivir esa desazón insoportable de tener la vida de varios compañeros en
nuestras manos. Cualquiera que se hubiera cortado por la libre podia desatar una
situación sin retorno. Pero todos aguantamos en la espera. Estábamos convencidos
que iban a asesinarlos. Militantes con los que nada quedó sin compertir, hasta
su suerte, a pesar de estanr en organizaciones diferentes. También estábamos
convencidos que si decidíamos resistir, poníamos en juego la vida de los cientos
de compañeros más que había en la cárcel. Sin embargo, todo nos empujaba a
decidir que Fransen y el "carao" Duarte no salieran.
Al fin, comunicada nuestra indefinición a los delegados de otros pabellones,
llegó un mensaje del pabellón en que Montoneros decidía (el "2", donde estaban
Salas y Tierno, entre otros): "los compañeros salen". Y el Carao y Fransen
comenzaron a abrazarnos a uno por uno sin vacilaciones, sin darnos tiempo casi a
volver a discutir nada. Lo demás, igual que siempre: la reja que se abre, dos
compañeros que salen con sus pequeños bultos y los rumores de otras rejas y
otros saludos que se cuelan por el pasillo. Y una vigilia que durará no más de
un día. Ya el martes a la mañana, los mismos yugas nos van tirando trozos de lo
sucedido según su versión: "dicen que se quisieron escapar, pero están todos con
tiros en la nuca", "también había gente de Uds., de la alcaidía", "dicen que
había mujeres". "nosotros con todo eso, nada que ver: los trasladaba el
ejército". Con el paso de los días íbamos a saber que los llevaron a la alcaidía
y los torturó el ejército. Que de allí los sacaron y al llegar al paraje de
Margarita Belén los bajaron de los camiones y los asesinaron. Que los 7 se
habían convertido en 22 o más. Durante mucho tiempo convivimos con estos datos,
que alimentaron por años la duda sobre lo que pudo pasar si no hubieran salido
de nuestro pabellones.
Después, porque nuestro pueblo siempre construye un después, aunque se tarde,
familares, amigos, compañeros, HIJOS, el Equipo de Antropología Forense,
ayudaron a que sepamos los nombres de 17 de los compañeros, pero hay 5
compañeros de los que aún no conocemos su identidad. Transcribo sus nombres, sus
edades y me abruma comprobar su juventud y en la mía. Yo, con 26 años, me sentía
joven en aquel tiempo y era más viejo que la mayoría de estos compañeros, llenos
de vida, capaces de cualquier logro con sólo proponérselo. Me alcanza con
recordar el asombro de los yugas al vernos, antes del aislamiento, jugar al
fútbol al rayo del sol en la insoportable siesta de una Resistencia con viento
norte y más de cuarenta grados.
Pero su alegría, su inteligencia y la vida en sus cuerpos fueron alcanzados por
un genocidio racional y determinado a eliminar todo vestigio de memoria y
dirigencia, para que todo nos cueste más a los que nos queda el privilegio y la
responsabilidad de estar vivos.
BARCO, Luis Angel, 26 años - JUP -
Saenz Peña, Chaco
CABRAL, Ema Beatriz, 28 años - JP - Santa Fé
CAIRE, Carlos Maria, 24 años - JP - Concordia, Entre Ríos
CUEVAS, Mario, 25 años - JP - Reconquista, Santa Fé
DIAZ, Luis Alberto, 25 años - JTP - Mercedes, Corrientes
DUARTE, Carlos Alberto, 24 años - JUP - Pto. Esperanza, Misiones
FRANSEN, Luis Arturo, 22 años - JP - Posadas, Misiones
GONZALEZ, Delicia, 23 años - Ligas Agrarias - Goya, Corrientes
PARODI OCAMPO, Manuel, 26 años - JP - Posadas - Misiones
PEREYRA, Julio Andrés, 24 años - JP - Formosa
PIEROLA, Fernando Gabriel, 25 años - JP - Parana, Entre Ríos
SALAS, Nestor Carlos, 32 años - Partido Auténtico - Quilmes
TEREZECUK,Carlos, 23 años - JUP - Posadas, Misiones
TIERNO, Patricio Blas, 24 años - JUP - La Plata
YEDRO, Roberto Horacio,28 años - JP - Corrientes
ZAMUDIO, Carlos Alberto, 28 años - JP - Resistencia
ZAPATA SONEZ, Reynaldo, 36 años - JP - Santa Fe
NN?
NN?
NN?
NN?
NN?
Con el paso de los años y el devenir de los reclamos, pudimos compartir la
bronca contra la justicia sumisa de la postdictadura, que dejó libres a varios
responsables comprobados: los oficiales Athos Renes, Rafael Sabol, Norberto
Tozzo, Luis Alberto Pateta, Ernesto Simoni, Aldo Martínez Segón, Horacio Losito,
Guillermo Reyes y Germán Riquelme y Jorge Alcides Larrategui. Dos ex miembros de
la patota de la Brigada de Investigaciones, Carlos Thomas y Wenceslao Ceniquel,
quienes fueron vistos en el lugar del asesinato junto a los cuerpos apilados de
los compañeros, recién asesinados. Y Brinzoni, Nicolaides, Serrano, Zucconi y
otros jefes y ejecutores que se siguen escudando en las leyes de Alfonsín y el
innombrable. Me asquea un poco incluir estos nombres junto al recuerdo de los
compañeros. Pero habrá algo de esta mezcla obscena mientras que la memoria y la
justicia no se impongan.
Lo demás es seguir militando, cada día, como ellos supieron hacerlo.
Un 12 de diciembre DE 1976 veintiun presos fueron sacados de la cárcel para ser
asesinados en el paraje de Margarita Belén. Dos visiones personales
Un día como hoy, hace 27 años, Néstor Sala supo que lo llamaban para fusilarlo,
se montó a una silla de brazos en la Unidad 7 de Resistencia y dijo algo así:
"Es mentira que es un traslado. Y si lo es, es un traslado a la muerte. Pero
quiero que sepan que moriré de pie, peleando como pueda, a los mordiscones si
estoy atado. Todos los que hoy nos sacan de la cárcel, los que están aquí
adentro y los que esperan afuera son culpables ante la historia, culpables de la
miseria del pueblo y culpables de nuestras muertes. Sólo quiero pedirles que
cuenten de esta matanza a mis hijos cuando ellos tengan edad de entender qué
pasó en la Argentina de estos años y a mi compañera cuando puedan verla. También
les digo, compañeros, que de nada vale este sacrificio nuestro si ustedes no
siguen peleando por mantener viva la memoria popular; por eso, cuéntenle a
nuestro pueblo por qué nos asesinan y por qué decidimos morir de pie. Chau,
compañeros, cuídense. ¡Libres o Muertos, Jamás Esclavos!". Levantó los dedos en
ve y se alejó con una sonrisa. Esa noche, ya moribundo por las torturas, fue
fusilado junto con otros 21 hombres y mujeres en el paraje de la ruta 11
conocido como Margarita Belén.
El relato acaba de ser publicado por uno de sus compañeros de cautiverio, Jorge
Giles, preso político durante ocho años y ex diputado nacional. El libro se
titula Allí va la vida. La masacre de Margarita Belén, lo editó Colihue y se
presentará hoy en Resistencia y mañana en Corrientes, en el marco de los actos
previstos por la Comisión de Homenaje en un nuevo aniversario de la masacre.
Allí va la vida es al mismo tiempo testimonio histórico, homenaje, denuncia,
exigencia de justicia y acto de militancia. "Cada uno se para ante la vida de
una manera única y ve lo que ve, y como esta historia es una tragedia griega
renacida en nuestras pampas y llanos, es preciso que cada uno cuente la
historia; como le salga, pero que la cuente", escribe el autor. Le sale un
relato conmovedor, una crónica protagonizada por "militantes populares, ni
ángeles ni demonios", que arranca con las detenciones de los campesinos de las
Ligas Agrarias chaqueñas a mediados de 1975 y termina con los asesinos comiendo
un asado con magistrados amigos al borde del camino ensangrentado, pero que
también incluye a su viejo renegando porque al tatarabuelo, un tal Gauchito Gil,
"el primer peronista", quieren convertirlo de bandolero en "proyecto de santito
milagrero".
Fiel a la época que retrata, el relato combina dosis abundantes de horror y de
humanidad. Mientras un oficial les explica a sus víctimas que está destinado a
sacarles al diablo de adentro, los presos a escondidas actúan un novelón
melodramático. Mientras un compañero es exhibido como trofeo de guerra en el
Regimiento de Formosa, un guardia arriesga el pellejo para hacerles llegar la
lista de futuros masacrados elaborada por el Ejército. Es que "ni en los
calabozos de aislamiento dejaba de latir la vida", explica.
También detalla los momentos previos a la masacre: desde la certeza de saber
"que vendrían a buscarnos para matarnos", pasando por la reunión para decidir
cómo enfrentar la muerte, hasta la despedida de Manuel Parodi Ocampo anunciando
que "también voy a morir dignamente". Por último, las evidencias de que los
asesinos del Chaco, encabezados por el general Facundo Serrano y su secretario,
el entonces capitán Ricardo Brinzoni, "dejaron sus huellas para demostrar el
poder que tenían y porque creían al fin y al cabo que dominarían estas pampas
por los siglos de los siglos".
Las huellas son demoledoras: vuelos en helicóptero para reconocer la zona de la
masacre, las fosas del cementerio esperando los cuerpos y hasta un pedido de
presupuesto de cajones baratos.
Hicieron falta 25 años y la denuncia del CELS para que el Ejército reconociera
el alevoso fusilamiento de detenidos en Margarita Belén. Brinzoni lo estableció
con una investigación privada, cuyas conclusiones se reserva desde hace once
años.
Hicieron falta veinticinco años para que el Ejército reconociera que en
Margarita Belén sus tropas produjeron un alevoso fusilamiento de detenidos
políticos. Lo hizo a través de su Jefe de Estado Mayor, Ricardo Brinzoni, en un
reportaje publicado en el diario Norte de Resistencia, la capital del Chaco.
Brinzoni también admitió la responsabilidad del Ejército en el terrorismo de
Estado que rigió a partir del golpe militar de 1976. "Aquel hecho de Margarita
Belén es uno de los muchos episodios penosos y lamentables frente a los cuales
la institución va a asumir la responsabilidad que le compete", dijo.
Una lectura rápida podría adscribir su confesión a la línea iniciada por su
antecesor Martín Balza. La diferencia es que Balza nunca fue imputado por ningún
acto de la guerra sucia. Brinzoni, en cambio, era secretario general de la
gobernación del Chaco cuando ocurrió lo que ahora define como "un fusilamiento
encubierto" y el Centro de Estudios Legales y Sociales ha anunciado que prepara
una denuncia que presentará ante la justicia federal de Resistencia.
Brinzoni dijo que durante años creyó en la versión oficial, hasta que en 1980
escuchó "comentarios sobre lo realmente ocurrido", inició una investigación
privada y descubrió que "aquello fue un fusilamiento encubierto de detenidos que
estaban en la U.7, los que fueron disimuladamente trasladados y eliminados
durante el viaje". Por cierto se abstuvo de comunicar en qué consistió esa
indagación personal, quiénes fueron los responsables que identificó y qué
actitud siguió una vez establecida la verdad.
Esto es así porque más que conducir al Ejército, Brinzoni se dedica a preparar
su defensa personal. Numerosos testimonios de funcionarios y empleados del
gobierno chaqueño indican que el mismo día de la masacre ni los ministros
civiles ni los militares de la guarnición ignoraban lo que Brinzoni dice haber
descubierto mucho después. Su notable reportaje equivale a una confesión de que
acompañó al coronel Oscar José Zucconi, que comandaba el Grupo de Artillería 7,
en el preciso momento en que se elaboró el engaño a la sociedad. Brinzoni dijo
que si la Justicia lo cita va a concurrir"para aportar todos los datos que
tenga". Cada vez que habla, complica más su situación. Como mínimo es la de un
encubridor que sabía y calló pero tal vez también sea la de un partícipe, en
grado que la Justicia deberá determinar. Cuando el día llegue, tendrá que buscar
mejor asesoramiento.
Sobre sus funciones de entonces dijo
que habían sido "netamente administrativas y estrictamente pasivas" y "al margen
de las responsabilidades militares", por lo cual no fue mencionado en las
investigaciones legislativas y judiciales. Las pruebas que el CELS ha recogido y
aportará a la causa demostrarán la inconsistencia de esta pretensión. Además, ya
como Jefe de Estado Mayor, y según su propia aritmética diez años después de
haber conocido la verdad, Brinzoni insistió ante el Senado para que aprobara el
ascenso del teniente coronel Aldo Héctor Martínez Segón, alias Chancaca, quien
fue procesado por su intervención en la masacre y quedó en libertad sólo gracias
a la ley de obediencia debida. Le otorgó así la protección del cómplice.
Según Brinzoni, las denuncias del CELS, que atribuye a inquina de su presidente,
obedecen a que "aquel discreto capitán de 1976 hoy es el jefe del Ejército
Argentino. Me atacan solamente por la posición que ocupo hoy y no por otra
causa". Brinzoni sabe mejor que nadie que eso no es cierto, porque el CELS se lo
dijo en la respuesta al recurso de hábeas data. El facsímil que se reproduce en
esta página corresponde a una publicación del diario «La Razón» del 28 de
diciembre de 1984. En ella el presidente fundador del CELS, Emilio Mignone dice
que los tenientes coroneles Oscar Angel Bianchi y Athos Gustavo Renes y el mayor
Ricardo Guillermo Brinzoni«participaron directamente en la masacre, ya que
formaban parte del grupo que trasladó a los detenidos desde la cárcel de
Resistencia para llevarlos, supuestamente a la Unidad 7 de Formosa, pero como se
sabe nunca llegaron». Brinzoni era entonces un ilustre desconocido, lo cual
descalifica su interpretación, que le hizo repetir al ministro de Defensa,
cuando Horacio Jaunarena aún no conocía este antecedente. Es improbable que el
ministro le agradezca ese innecesario paso en falso.
Pese a sus protestas de acatamiento a la Justicia, Brinzoni no se privó de
cuestionar una vez más la nulidad de las leyes de punto final y de obediencia
debida dispuesta por el juez federal Gabriel Cavallo. "Hay quienes
desafortunadamente quieren seguir viviendo anclados en el pasado. ¿Por qué
seguir insistiendo en cargar con mochilas del pasado?Cargar con culpas del
pasado nos tira hacia atrás, nos lleva permanentemente a mirar hacia aquellos
años tan lamentablemente vividos y nos quita fuerzas para encarar el futuro. Hay
otra cosa: de ese pasado todos somos de alguna manera responsables y
copartícipes".
El Jefe de Estado Mayor no ha advertido que él es la insoportable mochila que
pesa en la espalda de los jóvenes oficiales del Ejército, que no fueron ni
responsables ni copartícipes de aquellos hechos horrendos que él protagonizó. Es
Brinzoni quien no tiene fuerza para mirar el futuro, porque sus pies están
hundidos en aquel fangal. En sus ansiosos movimientos por impedir que lo trague
intenta arrastrar a todos los oficiales detrás de sí. Por eso volvió a insistir
con la creación de un foro o un espacio de diálogo "donde todo aquel que tenga
algo que decir sobre el tema de los desaparecidos y violaciones a los derechos
humanos lo diga con tranquilidad, sin temores, sin pasiones y con objetividad".
Para ello haría falta que no hubiera condena social ni castigo penal, agregó. Es
otra falacia: desde el indulto de 1990, la posibilidad de persecución penal
estuvo cerrada y, sin embargo, nadie del Ejército aportó un solo dato útil, ni
siquiera cuando Balza les prometió en 1995 que podrían hacerlo en forma
confidencial. Y cuando el juez Adolfo Bagnasco y el fiscal Miguel Osorio
allanaron el Estado Mayor y de acuerdo con el plano que les entregué llegaron a
la cintoteca de inteligencia, el Ejército se rehusó a facilitar los códigos que
hubieran permitido leer la información sobre los desaparecidos que contenía.
Rechazada por los organismos de derechos humanos y sin el respaldo del gobierno
nacional, que no desea involucrarse en esta jugada privada de Brinzoni, la mesa
de diálogo con la que el jefe del Ejército intenta sustituir la acción de la
Justicia sólo cuenta con un guiño de aprobación de algunos legisladores
justicialistas, como Miguel Toma, Alicia Pierini y Mario Cafiero, y de los
restos de la desprestigiada conducción montonera que por esa vía aspiran a una
nueva edición de los quince minutos de fama de la metáfora de Andy Warhol.
El molde hipócrita y santurrón que produjo al ex dictador Jorge Videla sigue en
uso. Si el discreto y pasivo Brinzoni, con sus buenos modales y su tono de
violencia apenas contenida quisiera entablar en serio alguna forma de diálogo
con la sociedad, podría empezar por decir de qué modo el apoderado del partido
nazi Nuevo Triunfo, Juan Enrique Torres Bande, llegó a ser su abogado de
confianza, quiénes son los oficiales que lo introdujeron en el Ejército y qué
sanciones se les aplicaron. Para seguir debería explicar por qué promovió al
puesto más alto del escalafón profesional de Sanidad al general Félix Juan
Domínguez, quien tuvo a su cargo a partir de 1978 el sector de Epidemiología del
Hospital Militar de Campo de Mayo, donde las mujeres detenidas-desaparecidas
esperaban maniatadas y encapuchadas el momento de parir hijos que serían
entregados a familias militares según una lista de espera, mientras ellas eran
asesinadas. Ya no importa demasiado lo que el Jefe de Estado Mayor diga sobre
estos hechos porque será la Justicia la que se encargue deDomínguez, y de él
mismo, por más que Brinzoni dialogue con las mesas, que es lo único que va
quedando de su plan.
Fuente: Pagina/12, 2001
Preguntas
para el genberal Brinzoni
Antes del silencio
Jaunarena ordenó a Brinzoni asumir la conducción del Ejército de hoy y guardar
silencio sobre la guerra sucia de ayer. Pero diputados exigen que antes cuente
todo lo que sabe sobre la masacre de Margarita Belén. Testimonios de los
sobrevivientes corroboran que Brinzoni no desconocía lo que se preparaba. Sus
explicaciones sobre el abogado neonazi Torres Bande son falsas. No era un
letrado idóneo ni llegó al Ejército a través de la defensa del coronel De la
Vega. Por el contrario, acumula causas en el Tribunal de Disciplina profesional,
en las que el modus operandi es la falsificación y el robo de documentos. Fue el
general Alfonso quien lo eligió para defender a De la Vega en la causa de las
armas.
Por Horacio Verbitsky
El ministro de Defensa Horacio
Jaunarena ordenó al general Ricardo Brinzoni asumir la conducción del Ejército
de hoy y guardar silencio sobre la guerra sucia militar de ayer contra la
sociedad argentina. Pero una decena de diputados nacionales presentaron un
proyecto de resolución en el que reclaman lo contrario. Jaunarena va en camino
de advertir que Brinzoni es incapaz de desprenderse de los fantasmas del pasado
y que el único corte razonable es desprenderse de él. Ya lo han entendido así
los oficiales de menos de 45 años, enfurecidos con el Jefe de Estado Mayor y su
núcleo de colaboradores íntimos. Esos oficiales, que por razones generacionales
no tuvieron vinculación con aquel pasado horroroso, se sienten usados por
Brinzoni para su defensa personal por la responsabilidad que le cupo en la
masacre de Margarita Belén, en el Chaco. En ese paraje a 40 kilómetros de
Resistencia, el 13 de diciembre de 1976 fueron asesinados más de veinte presos
políticos, entre ellos dos mujeres, mientras Brinzoni era secretario general de
la intervención militar de la dictadura en esa provincia. Con la firma de Elsa
Quiroz, Jorge Giles, América González y Alfredo Bravo, entre otros, el proyecto
de los diputados solicita al Poder Ejecutivo que ordene a Brinzoni informar
cuándo y cómo supo y qué pruebas tiene de que Margarita Belén no fue un
enfrentamiento, como dijo la versión oficial de entonces, sino "una operación
militar para eliminar delincuentes terroristas" o "un fusilamiento", según el
reportaje que concedió la semana pasada al diario Norte de Resistencia. También
le requiere la nómina completa de los detenidos asesinados, que nunca se dio a
conocer, la del personal militar, civil y policial implicado y la autoridad
judicial ante la que se presentó para comunicar sus descubrimientos que, según
el propio Brinzoni, datarían de 1980.
Quiroz y Giles fueron compañeros de
cautiverio de los asesinados en Margarita Belén. Junto con otros dos ex
detenidos de entonces, Miguel Bampini y Mirta Clara de Salas, recordaron
aquellos días de terror. Sostienen que la masacre fue preparada con antelación y
que Brinzoni lo sabía. El padre de Quiroz era suboficial mayor de Gendarmería.
El 12 de diciembre, el operador de comunicaciones recibió un parte del Grupo de
Artillería de Defensa Antiaérea 7 pidiendo una patrulla de refuerzo para un
traslado de presos, al frente de la cual debía ir Albino Quiroz. El jefe de la
sección, comandante González, reunió a los treinta hombres a su mando. "Entre
todos definen que no lo dejan salir de ahí a mi viejo. Del GADA 7 mandan un
oficial que se encerró a discutir con el jefe de la sección. Se oyeron gritos y
el militar se fue dando un portazo. Mi viejo quedó guardado dentro de la
sección. Sólo salía los fines de semana y con custodia", dice la diputada del
Frepaso. Hasta que en julio de 1977, el jefe de la Agrupación Formosa, de la que
dependía la sección, le cuenta: "Vos debías ir al frente de la patrulla, caías
junto con los demás y te ascendíamos post-mortem. Hasta ahora nos hemos jugado,
te salvamos la vida a vos y a tu hija, pero tenés que salir de la zona". Quiroz
marchó al sur. Su hija había sido detenida en un cine de Resistencia al mes del
golpe militar y torturada en la Brigada de Investigaciones de la policía
provincial. "Me dejaron la cola en carne viva, hasta hoy me quedan las marcas.
También las quemaduras con cigarrillos en el pecho, que se me infectó, y en los
brazos, y las heridas que me causaron las ligaduras en las piernas", dice.
Puntos oscuros en sus antebrazos descubiertos lo confirman. Tres semanas antes
de la masacre fue trasladada a Villa Devoto.
Homenaje
a los fusilados en Margarita Belén
14/12/2007
Reclamo de juicio oral en el 31 aniversario de la Masacre. Emotivo homenaje ante
la obra que perpetúa la memoria de las víctimas. El Gobernador y el
subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia representaron al gobierno en
el acto central. Diputados y funcionarios nacionales viajaron para participar
del homenaje.
Se cumplió el 31 aniversario de la Masacre de Margarita Belén, el fusilamiento
de más de una veintena de prisioneros políticos de la dictadura militar cuando,
supuestamente, eran trasladados desde lugares de detención en Resistencia hacia
una cárcel en Formosa. El Ejército y la Policía habían dicho que el convoy fue
atacado por un grupo armado cuando transitaba por la ruta nacional 11 en
inmediaciones de la localidad de Margarita Belén, y que los custodios repelieron
el ataque. Sin embargo las investigaciones demostraron que se trató de un
completo fusilamiento y que las víctimas habían sido torturadas desde el día
anterior.
Como cada año, se realizó una caravana que terminó en un acto en el monumento a
los caídos, en el mismo lugar de la Masacre, precedido por el escrache de la
agrupación Hijos a Vicente Valussi, sindicado como integrante de los servicios
de inteligencia de la dictadura.
El gobernador Jorge Capitanich sólo presenció el acto en el que todos los
oradores hicieron hincapié en el histórico reclamo de juicio y castigo a los
culpables. Familiares de las víctimas, ex presos de la dictadura y
organizaciones de derechos humanos confluyeron en el reclamo del inmediato
llamado a juicio oral en la Causa que se tramita en el Juzgado
Están acusados de ser los responsables de la masacre los militares Athos Gustavo
Renes, Rafael Carnero Sabol, Norberto Raúl Tozzo, Luís Alberto Pateta, Ernesto
Jorge Simoni, Aldo Héctor Martínez Segón, Horacio Losito, Ricardo Guillermo
Reyes, Germán Emilio Riquelme, a los que hay que sumarle el fallecido Jorge
Alcides Larrateguy.
Algunos de los detenidos, ahora representados por el defensor oficial Gonzalo
Molina, tras la renuncia de Carlos Pujol, prestaron declaración ayer y el
miércoles ante el juez federal Carlos Skidelsky.
Hoy a las 9, en el recinto legislativo, por iniciativa del diputado Daniel San
Cristóbal, del Frente Grande, la Legislatura provincial declarará Ciudadana
Ilustre a Mirta Clara de Sala, “por su invalorable aporte al rescate y
fortalecimiento de la memoria colectiva, su lucha permanente por el Juicio y
Castigo a los responsables de la dictadura y su defensa permanente de los
derechos humanos”.
Mirta Clara, y su compañero Carlos Sala, fueron detenidos en 1975, y torturados
por la última dictadura. Ella fue madre en cautiverio y recobró la libertad en
noviembre de 1983, pero él fue fusilado en la Masacre de Margarita Belén.
Idéntico reconocimiento, también a propuesta de San Cristóbal, le fue otorgado
hace tres años a Amanda Mayor, madre de Fernando Piérola, fusilado junto a Sala
en la Masacre.
La Policía hizo el minuto de silencio
Todas las Unidades Policiales de la Provincia dieron cumplimiento a la Ley 5.547
que instruye que se realice en todas las reparticiones públicas de la provincia
un minuto de silencio en el mediodía del 13 de diciembre de cada año, “en
homenaje a las víctimas que sufrieron las consecuencias de la ruptura del Orden
Constitucional y del Terrorismo de Estado”.
Esta norma es la que instituye, además de esta fecha, el 24 de marzo como “Día
Provincial de la Memoria por la Verdad y Justicia”.
A media asta
El Gobierno de la Provincia adhirió a la conmemoración del31 aniversario de la
Masacre de Margarita Belén y se dispuso que a partir de las 12 se arriara a
media asta la bandera nacional del mástil central de Casa de Gobierno. De ese
acto participaron la ministra de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, María
Inés Pilatti Vergara; el subsecretario de Derechos Humanos, Carlos Martínez; la
presidenta de la Comisión por la Memoria e hija de uno de los fusilados en la
masacre, Dafne Zamudio, junto a otros integrantes de ese organismo y de la
agrupación Hijos y otras organizaciones de derechos humanos.
Kunkel y Donda
Los diputados nacionales Carlos Kunkel y Victoria Donda participaron ayer de los
actos recordatorios de la masacre de Margarita Belén y el homenaje a los caídos.
Kunkel, recordó su cautiverio en tiempos de la dictadura con algunos de los
fusilados en Margarita Belén: “Yo particularmente estaba en la U7, cuando
después del mediodía fueron sacados algunos compañeros y, como todos saben, los
llevaron al comedor de la alcaidía y los juntaron”. Al dar razones de su visita,
dijo estar convocado por “la voluntad de hacer un homenaje a todos aquellos que
muy jóvenes perdieron la vida por una patria mejor”.
Donda, que es una de las últimas nietas recuperadas por las Abuelas de Plaza de
Mayo, dijosu objetivo y el de la lucha que invita a librar, es “volver a poner
en primer plano a la memoria y la verdad”, que considera “indispensables para
construir una patria más justa para todos”.
La legisladora pertenece al Movimiento Libres del Sur, que en el Chaco
representa Carlos Martínez, el subsecretario de Derechos Humanos de la
Provincia.
www.diarionorte.com
Reclamo a la Justicia por Margarita Belén
Con duros cuestionamientos a la justicia y pedidos de mayor compromiso con la
causa al gobierno, ayer se recordó el 31 aniversario de la Masacre de Margarita
Belén, en un acto realizado ante el monumento que recuerda a las víctimas y del
cual participó el mandatario provincial, Jorge Milton Capitanich, quien estuvo
acompañado de los diputados nacionales Carlos Kunkel, Victoria Donda (nieta
recuperada) y Hugo Peiré, entre otras autoridades.
La ceremonia contó con la participación de organizaciones sociales y de defensa
de derechos humanos como HIJOS y la Red por la Identidad Chaco, y la presencia
de familiares de los caídos en la masacre y agrupaciones peronistas.
Alcides Bosch, el último identificado
La emoción embargó a todos los que llegaron al monumento ubicado a la vera de la
Ruta 11 cuando, apenas iniciado el acto, se recordó a Alcides Bosch, muerto en
este hecho y cuyos restos, exhumados en 2006 del Cementerio San Francisco
Solano, fueron identificados este año por el Equipo Argentino de Antropología
Forense. Por este motivo, familiares de este militante de las Ligas Agrarias
oriundo de Villa Ocampo agregaron una placa recordatoria con su foto a la de sus
compañeros también asesinados. “Él era un militante de tiempo completo que pagó
con su vida la lucha por sus ideales”, dijeron sobre Alcides Bosch al momento de
homenajearlo.
“Con sus copas de sangre”
Luego de la lectura de gran cantidad de adhesiones llegadas de todas las
provincias del país, fueron invitados a decir unas palabras los hermanos de
Fernando Gabriel Piérola, quienes no pudieron evitar quebrarse en llanto al
recordar al “flaco” y a su madre, Amanda Mayor, que antes morir les había pedido
como último deseo que “no dejen de luchar hasta traer de vuelta” a Fernando,
cuyos restos “hoy están en alguna fosa común junto a los de sus compañeros”. Sin
ocultar la bronca acumulada, la familia Piérola recordó aquel “asado a la sombra
del roble que los asesinos comieron mientras los cuerpos fusilados se podrían a
pocos metros… allí nomás estos soldados de la muerte brindaron con sus copas de
sangre, celebrando la masacre de una generación que soñó con un país grande y
libre”.
Críticas y reclamos a la justicia Como es costumbre, HIJOS Chaco tuvo a su cargo
el cierre del homenaje a los “22 compañeros que decidieron jugarse por cambiar
la realidad de nuestro pueblo”, durante el cual reiteraron los pedidos de
“juicio oral ya, cárcel común, perpetua y efectiva a los represores”. Pero
además manifestaron fuertes críticas hacia el juez federal Carlos Skidelsky al
expresar que “a más de seis años de reabierta la causa, los avances prometidos
no se materializan. Sistemáticamente la Justicia Federal boicotea la búsqueda de
verdad y justicia. Los genocidas no son juzgados y los funcionarios partícipes
del genocidio y los que garantizaron la impunidad siguen en sus funciones como
el caso de los fiscales federales Flores Leyes y Mazzoni”.
Declararon ciudadana ilustre del Chaco a Mirta Clara de Sala
La Cámara de Diputados llevó adelante un acto en el recinto de sesiones donde se
declaró ciudadana ilustre de la provincia del Chaco, a Mirta Clara de Sala a
partir de su aporte al rescate y fortalecimiento de la memoria colectiva, su
lucha permanente por el juicio y castigo a los responsables de la dictadura
cívico militar de 1976-1983 y en defensa permanente de los derechos humanos.
Además se la reconoce por su lucha para que se esclarezcan los hechos conocidos
como la Masacre de Margarita Belén.
Durante el reconocimiento en que se le entregó un diploma honorífico, la
homenajeada responsabilizó tanto al radicalismo como al justicialismo por el
encubrimiento de los crímenes de lesa humanidad en el país.
Cabe recordar que Mirta Clara, fue militante política, detenida y torturada a
fines del gobierno de María Estela Martínez de Perón y durante la última
dictadura cívica militar instaurada en el país a partir del 24 de marzo de 1976.
Mirta fue la compañera de Néstor “Flaco” Sala, uno de los militantes peronistas
fusilados en la denominada Masacre de Margarita Belén y estuvo detenida desde
1975 hasta el 9 de noviembre de 1983, legalizada en las cárceles de Chaco,
Devoto, Formosa y Ezeiza.
Mirta Clara señaló en su homenaje que se hacía presente en nombre de todos los
familiares, hijos, compañeros y amigos. “Estoy para recordar una vez más la
historia y el presente de nuestra causa. Hablar de los hechos de la Masacre hace
rememorar a quienes se pusieron al frente de la misma a investigar rápidamente
el genocidio perpetrado”. Recordó que “primero fueron los compañeros de prisión,
víctimas que tuvieron que padecer la violenta sustracción de los militantes en
la unidad 7 y posteriormente la golpiza torturante hasta la muerte en la
Alcaidía. La denuncia internacional que los sobrevivientes lograron sacar detrás
de las rejas hizo que Videla y demás cómplices tuvieron que frenar matanzas
sucesivas en esa prisión”.
En el homenaje estuvieron presentes muy pocos diputados entre ellos Daniel San
Cristóbal (impulsor del reconocimiento), Marita Barrios, Marilyn Cristofani y
Alicia Mastandrea. Además estuvieron presentes el vocal del Instituto de
Vivienda, Fabricio Bolatti, el director del Museo de Medios, Marcos Salomón y el
subsecretario de Derechos Humanos, Carlos Martínez, entre familiares y distintas
agrupaciones de derechos humanos.
Fuente: Diario Primera Línea
El 11 de diciembre de 1976, personal
de requisa verificó su identidad y la de Nora Giménez de Valladares. Les tomaron
las impresiones digitales y les hicieron reunir sus pocos enseres, para un
traslado. Desde el mediodía y hasta la madrugada, varias veces les repitieron la
orden de prepararse.
"Pero nunca nos llevaron, sin ninguna explicación". La masacre se produjo 24
horas después. En su lecho de muerte, el parapolicial Eduardo Pio Ruiz Villaluso
confesó que por un radiograma del Ejército supo que debían ser fusiladas cuatro
mujeres y diecisiete varones. "Nosotras éramos las otras dos mujeres", concluye
Quiroz.
Si los gendarmes salvaron a Quiroz, el jefe de la Alcaldía de Resistencia,
inspector mayor Ramón Francisco Núñez, obligó a cambiar el lugar previsto para
la masacre. "La Alcaidía está en un páramo. Los iban a fusilar al salir del
predio. Pero Núñez les dijo que no. Permitió la tortura dentro de la Alcaidía,
pero no el fusilamiento ahí mismo", dice Mirta Clara. Por eso el general Facundo
Serrano y los coroneles Oscar José Zucconi y Alcides Larrateguy, entre otros,
sobrevolaron la zona en un helicóptero, "buscando un lugar apropiado", agrega.
Zucconi y Larrateguy eran los jefes militares del lugar, pero Serrano era el
interventor en el gobierno de la provincia y el jefe directo de Brinzoni. El
helicóptero no pertenecía al Ejército, sino a la gobernación y su plan de vuelo
quedó asentado en la Casa de Gobierno del Chaco, igual que el nombre del piloto.
Esto desmiente la pretensión de Brinzoni de que lo militar y lo administrativo
constituían compartimentos estancos.
El diputado Jorge Giles es de
Corrientes, e integraba la mesa de la Regional IV de la JP, pero luego de varios
allanamientos se escapó a Villa Angela, en el Chaco. Allí fue detenido un año
antes del golpe, el 17 de abril de 1975, con todos los dirigentes de las Ligas
Agrarias y recluido en la cárcel de Resistencia, la U7, junto con Bampini,
Néstor Carlos Salas y Manuel Parodi Ocampo. "En abril de 1976 lo vienen a buscar
a Néstor Salas, y se lo llevan en forma violenta, con una muda y sin
explicaciones", dice Giles. Mirta Clara era la esposa de Salas. "Nos llevaron a
los dos a Formosa. Ese día fue mi parto" dice. En la maternidad se registró el
nacimiento de un bebé a término, cuando en realidad era prematuro, como
consecuencia de la tortura. El Ejército no informó del parto al registro civil.
"El coronel Aurelio Baguear le dijo a mi suegro que no había ninguna
identificación de un bebé. Cuando mi mamá lo buscó en la guardería del
Ministerio de Bienestar Social en Resistencia, una directora le dijo que tenía
ganas de quedárselo, porque era blanco y rubiecito", agrega. El 21 de junio,
Salas fue devuelto a la cárcel de Resistencia, luego de un periplo siniestro:
fue torturado en una pequeña habitación sobre la ruta 11 y luego conducido a la
alcaidía provincial y al Regimiento de Infantería de Monte 29. Su jefe formó a
la tropa y lo presentó como "uno de los delincuentes subversivos que habían
matado a sus camaradas". Brinzoni repite la misma terminología 25 años después,
aunque ahora le consta que Salas fue asesinado y nunca sometido a juicio por ese
hecho.
Giles descarta la alegación de Brinzoni de ignorancia sobre los hechos.
"Nosotros, desde adentro, nos estábamos preparando", dice. Tenían una radio
escondida por la que se enteraron de matanzas en otras cárceles. Todos los días
los sacaban veinte minutos al patio. Debían caminar de a dos, sin detenerse. En
una de esas salidas, se acercó un guardiacárcel. Entre dientes para que nadie lo
advirtiera dijo: "Cuando vuelva a pasar le tiro algo, recójalo y métaselo en la
boca". Tiró un papelito envuelto en un plástico. "Era un hombre de pueblo, ni
militante político ni represor. El papelito tenía una nómina de presos que había
dejado el Ejército en la Alcaidía". La encabezaban Néstor Salas, que fue
asesinado en Margarita Belén, y Jorge Giles, que vive para contarlo.
"Memorizamos los nombres y destruimos el papel. Discutimos si podía ser cierto,
y llegamos a la conclusión de que sí. Teníamos que decidir qué hacer cuando
vinieran a buscarnos", dice Giles.
No faltaron otros signos ominosos de lo que ocurriría. Miguel Bampini integraba
la coordinadora de gremios de la Capital Federal. Fue detenido en noviembre de
1975, en uno de los primeros operativos conjuntos entre la policía y el
Ejército. Luego de dos meses en Devoto fue trasladado a Resistencia. "Antes de
Margarita Belén hubo otro compañero que sacaron con vida del penal, en el baúl
de un auto del Ejército. Se llamaba Sánchez, se les murió en la tortura y lo
entregaron a los familiares", dice Bampini. Cuando los presos denunciaron las
torturas a Salas, quien había sido herido con una bayoneta, el oficial
penitenciario Casco les dijo que si el Ejército volvía a llevárselo, Salas no
regresaría.
Con todos esos antecedentes, los presos entendían que cualquier nuevo traslado
implicaría la muerte. "Es preferible que nos maten a nosotros y no a todos",
dijeron los mencionados en la lista. Pero cuando vinieron a buscar a Salas los
demás se acercaron a las rejas, insultaron a los guardias y gritaron que no lo
entregarían. Salas les pidió que cumplieran con lo pactado. Dos compañeros
unieron sus manos para sostenerlo y parado sobre esa silla humana, les habló a
los gritos: "Yo sé que nos sacan para matarnos. Voy a enfrentar ese momento con
dignidad. Aunque sea voy a tratar de darle un mordiscón a alguno de mis
asesinos. Quiero pedirles que le cuenten a mis hijos, a mi familia y a mi pueblo
que luchamos y morimos por la liberación nacional", dijo. Mientras Salas se
despedía, Casco ordenó un desfile de la guardia para presionar. "Si no sale ya,
nos retiramos y entra el Ejército. Suban a los ventanales y fíjense si es verdad
o mentira lo que estoy diciendo". Los camiones del Ejército ya esperaban en la
playa de estacionamiento.
Giles dice que "si uno hiciera el ejercicio de generosidad de creerle a Brinzoni
de que no sabía, para cambiar su creencia en la versión oficial por la certeza
del asesinato tuvo que recibir datos muy concretos. ¿Cuáles fueron, y cómo se
enteró? Queremos conocer de su boca la nómina completa de los compañeros que
fueron masacrados. Un presidente que se supone democrático y que en un estado de
derecho es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas tiene que dar una
respuesta sobre esa tremenda confesión. No puede permanecer indiferente cuando
su subordinado directo reconoce la masacre. Brinzoni no puede ahora decir tan
graciosamente que se presentará a la justicia. Debió hacerlo hace más de veinte
años, cuando dice que se enteró. Pero prefirió encubrir".
Mirta Clara insiste en el reclamo de información sobre los cuerpos de los
asesinados. Sólo un par de ellos fueron devueltos de inmediato a sus familiares.
"A los demás los entregaron en cajones sellados un mes después o están
desaparecidos, como el hijo de Amanda Piérola y las dos mujeres", dice. Ella y
el fallecido fiscal Raúl Tierno (cuyo hijo Patricio fue asesinado en Margarita
Belén), junto con los abogados Edwin Tissembaum, Augusto Conte y Emilio Mignone
"denunciamos a la prensa en 1984 a los militares que estaban por ascender, entre
ellos Brinzoni. Si no insistimos luego fue porque la justicia impuso un orden
jerárquico para los procesos. Primero procesó a Videla como comandante en jefe,
después siguió con los jefes del Cuerpo II, generales Ramón Díaz Bessone y
Leopoldo Galtieri. Antes de que pudiéramos llegar a la jerarquía de Brinzoni y
los demás ejecutores se sancionó la ley de obediencia debida". Conte y Mignone
fueron presidentes fundadores del Centro de Estudios Legales y Sociales.
Los abogados del CELS están terminando la presentación que realizarán ante la
justicia federal para que ahora se reanude la investigación interrumpida que
ellos impulsaron. Al gobierno no le queda demasiado tiempo para una salida
elegante.
Un malandrín
Por H. V.
Los generales Ricardo Brinzoni y Eduardo Alfonso dijeron a la DAIA que
conocieron a Juan Enrique Torres Bande, apoderado y dirigente del partido
neonazi Nuevo Triunfo, porque era una visita cotidiana en el Edificio
Libertador, como abogado del coronel Edberto González de la Vega, "para buscar
documentación para la causa de las armas". El jefe de prensa del Ejército,
coronel Gustavo Gorriz, dijo que Torres Bande no había sido elegido por su
ideología sino por su idoneidad profesional. Ambas explicaciones son falsas,
como se demostrará a continuación.
1. Desde 1992 hasta 1995 De la Vega fue director de coordinación empresaria de
la Dirección de Fabricaciones Militares y tenía despacho en la sede de esa
empresa, en el barrio de Palermo.
2. Fue pasado a retiro en diciembre de 1995 y desde entonces no pisó la sede del
Ejército. El juez federal Jorge Urso lo procesó el 27 de mayo de 1996 por
incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica. En
1999 el juez en lo penal económico Julio Speroni lo detuvo por contrabando
agravado.
3. Torres Bande consiguió la libertad de González de la Vega un año después,
derivando toda la responsabilidad hacia el Ejército. Esto desmiente la excusa de
Brinzoni, salvo que alguien hubiera estado alimentando al dirigente neonazi con
información dirigida a socavar la posición del ex Jefe de Estado Mayor, Martín
Balza, y la del propio Brinzoni. Al explicar la contratación de Torres Bande,
Brinzoni dijo a La Nación que había sido "un estúpido".
4. Los hechos se desarrollaron al revés de lo que afirma Brinzoni: fue el
general Alfonso quien designó a Torres Bande para defender a De la Vega. El
ahora íntimo colaborador de Brinzoni llegó incluso a visitar a De la Vega cuando
estaba detenido en Campo de Mayo para negociar un acuerdo que condujera a su
libertad. Sería una muestra de sagacidad que el Jefe de Estado Mayor se
preguntara quién fue la garganta profunda que entregó a Torres Bande los
informes de inteligencia publicados en la página web del partido neonazi en
abril y mayo de 1999, que incriminan a Balza, pero también a Brinzoni, por la
adquisición de impedimenta para las fuerzas de paz, por supuesto con empresas de
capitales judíos. Si Brinzoni no es el nazi, sería estúpido no empeñar el mayor
esfuerzo para saber por qué vías se produjo la infiltración.
La idoneidad
Cliente asiduo del tribunal de disciplina del Colegio Público de Abogados de la
Capital, Torres Bande acumula causas por sus artes de truchimán en el ejercicio
profesional. En algunas fue absuelto. Pero tiene otras dos en trámite. En una de
ellas está en rebeldía.
Expediente 5667: Fue denunciado por su cliente Héctor Buela, a quien le cobró
por adelantado un trabajo que nunca realizó. En 1995, Buela contrató a Torres
Bande para un juicio de adopción y le pagó 3.200 pesos en cuotas. Pero en 1997
Buela descubrió que no se había iniciado causa alguna. Cuando le exigió la
devolución del dinero el líder neonazi le prometió que pasaría "el viernes por
su domicilio". Todavía lo está esperando. El segundo de Alejandro Biondini no
fue más cumplido con el Colegio de Abogados. Nunca contestó el traslado que le
hizo el tribunal de ética, hasta que fue declarado en rebeldía, y el caso pasado
a sentencia.
Expediente 13.189: El apoderado del Partido del Nuevo Triunfo fue denunciado por
José Manuel Igal, quien estaba en juicio con su inquilino, Roberto Mario
Barbieri, por la falsificación de un recibo de alquiler de un departamento, por
6.000 pesos. Diez minutos antes de que se iniciara la audiencia pública del
juicio el 11 de mayo de 2000, Torres Bande renunció como abogado de Barbieri, y
de ese modo consiguió que se suspendiera el debate. El día anterior, el
denunciado y su cliente pidieron el expediente y toda la documentación agregada.
El recibo falso desapareció. Una vez lograda la dilación, Barbieri volvió a
designar como defensor a Torres Bande, algo que el artículo 112 del Código
Procesal prohíbe pero el juez Héctor Vecino (un comisario retirado de la Policía
Federal) aceptó. Aunque ese mismo artículo contempla una prórroga máxima de tres
días para la audiencia, hasta hoy el debate no se realizó, porque Torres Bande
aún no respondió si aceptaba el cargo nuevamente. El debate debe realizarse el
jueves de esta semana en el Tribunal Oral en lo Criminal 22.
A sola firma: El padre de una compañera de curso de Torres Bande en la
Universidad Kennedy, Domingo Manuel Rama, le alquiló un edificio en Villa
Ramallo, en el que funcionaba la Clínica San Ignacio. Torres Bande formó para
ello una SRL con el médico psiquiatra Eduardo Antonio Morelli. "Alquilaron el 7
de septiembre de 1994 y jamás nos pagaron. No se ocupaban, vivían en Buenos
Aires y sólo viajaban los fines de semana. Ni les pagaban a los médicos", dice
Susana Rama. El 29 de mayo de 1998 el juez civil Carlos Felipe Balerdi ordenó la
ejecución, que se realizará sobre un inmueble de Morelli, porque Torres Bande
tiene inhibición general de bienes. Para impedir el avance de la causa, Torres
Bande presentó una denuncia penal contra Susana y Gladys Rama. Sostuvo que un
segundo contrato, de 1995, había dejado sin efecto el de 1994, pero que no podía
presentarlo porque una de las hermanas lo había robado de la clínica. Ofreció el
testimonio de una enfermera, que al declarar lo negó. Dijo entonces que una
copia del segundo contrato había sido presentada a la Dirección Provincial de
Rentas. El juzgado lo pidió y el peritaje demostró que las firmas eran falsas.
La jueza María Cristina Bertola sobreseyó a las hermanas Rama y ordenó
investigar a Torres Bande, lo que se demora por chicanas procesales.
Cada episodio de la biografía de Torres Bande desvirtúa su alegada idoneidad y
demuestra que no tenía más gracia que su militancia neonazi. Esto ratifica la
necesidad de una investigación imparcial que no puede quedar en manos del propio
Brinzoni, sino del ministerio de Defensa.
Por Bosquín Ortega, 2000
Movimiento Popular en Defensa de los DD.HH del Chaco
Desde (y antes aún) los fusilamientos en las estepas patagónicas, el bombardeo a
Plaza de Mayo, los sucesos de la Semana Trágica y el ajusticiamiento en los
basurales de José León Juarez, por citar algunas gangrenas históricas que ignora
o mutila la historiografía oficiosa, la impunidad en todas ellas es un signo
emblemático. Los hermanos Reinafé oscilaron, como péndulos expiatorios, en los
patíbulos federales del crimen de Juan Facundo Quiroga, pero el verdadero
asesino intelectual persiste en las sombras del manipulado anonimato. La
impunidad es la mercenaria actriz en la tragicomedia política de la
nacionalidad: Lavalle se desangra por las ráfagas de una partida, Moreno se
hunde, previa matanza, en el vasto mar, Peñaloza mira vacío desde la pica en la
plaza de Olta, y sus responsables - encubiertos y protegidos- sobreviven a sus
víctimas. Los victimarios son los inocentes paradojales a la luz del espejo
viscoso de nuestra patética identidad.
Aquí, en la comarca de Impunia,
seudónimo inequívoco del Chaco, el fenómeno homónimo caracteriza su crónica
viviente que apenas trasciende la centuria fundacional. En esas diez décadas,
ínfimo guarismo en la gesta de un pueblo, sucedieron dos genocidios sucesivos:
Napalpí (20 de Julio de 1924) y Margarita Belén (13 de Diciembre de 1976),
denominados con el sustantivo idéntico de "masacre".
El primero, una ejecución (una "limpieza étnica") de 200 nativos tobas,
incluidos mujeres y niños, y criollos solidarios con su lucha por un salario
digno, ametrallados y desollados en masa; el segundo una ejecución castrense,
con procedimiento nazi, de veintidós militantes, previamente torturados. Uno
bajo el gobierno de Fernando Centeno; el otro, durante la intervención militar
de Antonio Facundo Serrano. Hasta esta edición periodística, el dueto de sangre
no conoce, ni reconoce, condena a los culpables. Los retratos de ambos lucen en
la galería de la casa de Gobierno aldeana.
Hoy, a 24 años de la "Masacre en Margarita Belén", perpetrada por fuerzas
conjuntas del Ejército y la Policía del Chaco, los homicidas caminan, comercian,
sufragian, evaden, ocultan, sobornan y simulan, junto a cualquier ciudadano
honorable de la provincia. Gozan de privilegios inmerecidos y se jactan de su
bárbara tropelía. Todos están sueltos: ninguno fue investigado, ni llamado a
declarar. Tácitamente, fueron absueltos.
La legitimación de este auténtico Terrorismo de Estado se consolidó, en
democrática plenitud, por la perversa complicidad de la mayoría de la clase
dirigente y social y la estructura judicial de la provincia del Chaco, que
mantuvo y mantiene relaciones ideológicas y económicas con los cancerberos de la
dictadura setentiana. Los organismos internacionales y tribunales específicos de
Derechos Humanos han condenado desde una ética ecuménica al gobierno,
funcionarios y ciudadanos argentinos comprometidos, tácita y fácticamente, con
el Proceso de Reorganización Militar.
El asalto armado a las instituciones republicanas fue, en su ontológica
sustancia de veracidad, un Golpe de Estado Económico, que utilizó a sus Fuerzas
Armadas de ocupación como legiones pretorianas en defensa del estilo de vida y
los valores del orbe occidental. El 24 de Marzo de 1976 se instauró en la
historia de los magnicidios contemporáneos un auténtico régimen subversivo: La
Junta Militar fue la traducción operativa de la única subversión comprobada en
la República Argentina que abolió la Constitución, los poderes representativos y
los derechos y garantías de sus habitantes. Desde un punto de vista mas lato, se
trató de un operativo delincuencial que se adueñó, ilegitima e ilegalmente, del
patrimonio de la Nación. El latrocinio desolador y la expoliación obscena de los
militares autóctonos emerge, de modo paulatino e inexorable, como la masa oculta
de un inmenso iceberg de miseria, entrega y deshonra del heroico testamento de
las luchas por su liberación del pueblo anónimo y unánime.
Inscripto en tal perspectiva abominable, la resolución del crimen fratricida de
los jóvenes mártires está sentenciada al premeditado olvido y al concertado
ocultamiento. Entraremos al inminente milenio con dos asignaturas pendientes en
la conciencia - ciencia del entendimiento- de las generaciones argentinas: la
dilucidación racional y sistémica de las causalidades protohistóricas de la
Guerra del Atlántico Sur y del Proceso de Reorganización Nacional,
respectivamente. Su ausencia provocada de los programas de estudio en las
escuelas secundarias y en las universidades, en la investigación disciplinar y
en la documentación periodística, configuran la continuidad, bajo otras
condiciones objetivas, de una persistente dictadura de la ignorancia
premeditada.
Pero la justicia histórica consuma su victoria, minuciosa e indetenible, con el
testimonio inapelable de la realidad, única verdad enajenable. La historia, como
sostiene Ludovico Vico, tiene sus cursos y recursos, sus meandros indetenibles
por donde circula la eólica potencia de la dignidad humana. Somos ese río del
tiempo que continúa su cauce madre sobre esplendores y atrocidades. Debemos ser
testigos lúcidos de su paso ante las orillas de nuestra conciencia y animarnos a
entrar en ella hasta el mar final.
[2000]
Sobre
"Allí va la vida : la masacre de Margarita Belén" / Jorge Giles, Sanyú, Bs
As, Colihue, 2003
El 13 de diciembre de 1976 la
dictadura militar masacró a veintidós jóvenes en un lugar llamado Margarita
Belén en la provincia de Chaco.
El día anterior aquellos militantes fueron arrancados de distintas cárceles,
trasladados al regimiento de Resistencia y a la Alcaidía local donde fueron
torturados antes de ser conducidos a la muerte. El autor es uno de los
protagonistas de aquella historia.
Es el suyo un relato descarnado y tierno a la vez.
Hila retazos de la memoria para mostrar los gestos cotidianos de los prisioneros
en la inmediatez de la muerte, la pequeña alegría arrancada en medio de aquella
oscuridad, la última palabra -la que lacera la carne y el alma- de quienes se
despedían convencidos de que les esperaba lo peor, la azarosa condición de
sobreviviente y la
deuda que conlleva.
Jorge Giles quiere que su relato, ya en prosa, ya como poema, dé cuenta de esa
deuda, rescate el lugar de la vida. Porque el testimonio, el suyo y el de
muchos, es la prueba de lo infructuoso del intento de la dictadura por volver no
-hombres a quienes ´´desaparecía´´. Porque aun cuando su narración bordea lo
intimista,
y no pretende ser neutral ni contar ´´todo´´, o precisamente por ello, porque
narra desde el lado de adentro la experiencia del límite, tiene el alcance del
relato épico.
Es la palabra del sobreviviente que vuelve comunicables las voces de los
asesinados, no como simples víctimas sin voluntad, sino como revolucionarios
que, pese a tanto dolor, humillación y ofensa recibida, siguen de pie, enteros,
para que alguna vez se cuente otra historia. Para que esa batalla sea alguna vez
retomada por otros.
Allí va la vida conmueve, nos compromete, muestra el poder del testimonio,
siempre necesario y a la vez inacabado, capaz de sobrevivir al hombre.
ALLI
VA LA VIDA. LA MASACRE DE MARGARITA BELEN
Por Marcel Bertolesi Acompañando el pensamiento de Julio Cortazar, digo con él que hay dos tipos
de personajes, los famas y los cronopios. Los primeros son para mi los que se
sienten representantes, creen en el pensamiento de representación y terminan
paranoicos, capturan cuerpos y almas y los organizan en función de modelos que
dicen defender y representar. Los cronopios viven mas simplemente, se afectan,
se implican, se comprometen, sufren y ríen, lloran y festejan, son emocionales y
pensantes. Podríamos decir que los famas, antes que racionalistas son
trascendetalistas y los cronopios, en cambio, tienen una conciencia inmanente
que irrumpe sobre la escena de la que participan y, mientras los famas
trascendentalistas quieren enseñar, los cronopios inmanentes quieren aprender
porque la memoria les retorna cada vez que empiezan un proyecto. Claro que todos
tenemos un poco de los dos, pero los cronopios mas cronopios se sienten mas
seguros porque confían, especialmente en otros cronopios, mientras que los famas
mas famas hablan todo el tiempo de la inseguridad.
Si los pensamos como lectores, lo cronopios inmanentes leen cualquier libro
desde donde les viene en ganas, mientras que los famas tienden a leer página a
página, terminando la última página con el índice que comprenden recién al
final. Los cronopios son entonces hipertextuales, mientras que los famas son mas
enciclopedistas. El sitio mas opuesto de los cronopios es entonces la cárcel,
porque dicen que tiene una sola entrada y ninguna salida mientras que ellos
mismos sienten que a todo le encuentran líneas de fuga creativa. Los famas, en
cambio, en la cárcel se sienten como si estuvieran en su casa.
Cuando
acepté la propuesta de escribir un prólogo a una nota sobre la masacre de
Margarita Belén me vi asaltado por un deseo cronopio: primero recordé cuando nos
encontrábamos con la compañera del negro Sala, uno de los asesinados en
Margarita Belén, en un ritual de reconocimiento del pasado de cada uno, todos
los Miércoles; luego recordé la reunión de abogados que llevan adelante causas
contra la impunidad, y que organizó la Asociación de Abogados de Buenos Aires,
donde se relataron las barbaridades judiciales de la causa que Mirta Clara, el
CELS y los H.I.J.O.S. del Chaco llevan adelante, y que es tan tremendo que de
ese tema sólo se puede escribir un libro. Un momento después recordé que en la
Biblioteca del Servicio Paz y Justicia habíamos comprado otro libro que a poco
de interrumpir su lectura, era el que en realidad yo quería prologar ahora.
Mas tarde recordé que en el trabajo que estamos haciendo en la Biblioteca de la
Cárcel de Villa Devoto con la Biblioteca Popular Rivadavia de Escobar, CONABIP y
el Ministerio de Justicia, los detenidos nos pidieron que liberásemos varios
libros que encontraron en los estantes, con el nombre de expresas políticas
inscriptos en las portadas. Recordé luego los textos de múltiples entradas que
Michael Focault escribió cuando analiza el modo en que el pensamiento clásico, a
partir de los dispositivos carcelarios, hospitalarios y pedagógicos, dio lugar
al advenimiento de la modernidad industrial y disciplinadora. Iba entonces
navegando como un cronopio entre los encuentros hipertextuales de la memoria
cuando me encontré con una señora a la salida de la película "Trelew", que
cuenta la fuga y el asesinato de varios presos políticos de la cárcel de Rawson,
de la que algunos años mas tarde saldría mi padre caminando, escuchando como el
guardia cárcel le decía "de aquí no salió nadie vivo".
Fue una sacudida emocional cuando comencé a charlar a la salida del cine con esa
señora, ex presa política detenida en Villa Devoto, a la que le dije primero que
recién me daba cuenta que el mismo René Haidar, que fue uno de los últimos
desaparecidos vistos en la ESMA en 1982-1983, y al que lo estamos por homenajear
como bibliotecario de la Universidad del Litoral en los años sesenta, fue uno de
los tres sobrevivientes de la masacre de Trelew el 22 de Agosto de 1972, a lo
que ella me respondió "Claro que era bibliotecario, nosotros conocíamos la
historia de todos los compañeros".
Sorprendido por el público reconocimiento de ese trabajador de la información de
los año previos al golpe y que intempestivamente se arremolinó en la entrada del
cine, me decidí entonces a anclar el navegador del hipertexto de recuerdos y
terminar el libro de Jorge Giles que me había apasionado desde un principio, y
que cuenta la historia de otro asesinato de presos de la cárcel de Resistencia,
Chaco, que también los militares quisieron hacer aparecer como una fuga, y que
venía siguiendo en su lectura en el momento en que un guardiacárcel le da al
preso testigo y ahora autor del libro, una lista de los que serían asesinados,
envuelta en plástico que le arroja a sus pies que caminan en silencio por el
patio de la cárcel.
El libro de Giles comienza con una frase que se repite de modo diferente, y que
le da a la novela el mismo suspenso que Edgard Alan Poe imaginó en todos sus
cuentos como técnicas para sobrevivir, cuando dice "nosotros sabíamos que
vendrían a buscarnos, no para dar un paseo, no para trasladarnos de cárcel, sino
para matarnos". Así es como desde el principio del relato de Jorge Giles parece
que no hay héroes, y por lo tanto no hay derrotas, a veces parece que en los
desgarros del autor y compañero de celda de los asesinados ni siquiera hay
sobrevivientes, porque todo es un presente de afecto vívido, y entonces uno
entra al mundo aparentemente cerrado del libro y se da cuenta que allí no hay un
sujeto ni un objeto, no hay libro-árbol plantado ni libro-hijo por nacer, hay
sí, una inmensa ola de afecto y ternura, un tsunami de solidaridad, que emerge y
deja tras de sí como una cabeza de playa desmilitarizada y literaria, de una
resistencia esperanzada, cuando asegura que "todos, pero todos, tenemos una
parte de la historia, que sólo es necesario armonizar las voces para tener un
buen coro, un coro con voces diferentes, con altos y con petisos, con flacos y
con gordos", por eso, sigue, "es preciso que cada uno cuente la historia; como
le salga, pero que la cuente".
El Tsunami de afecto de Jorge Giles no tiene fronteras, no sólo porque su
peronismo es mundial, sino porque el hace de las islas esperanzas, territorios
habitables en comunidad. Tampoco tiene UNA religión cuando describe el momento
en que se reúnen en asamblea militantes y campesinos de las ligas agrarias para
decidir si aceptan ir a la capilla donde recientemente fue nombrado un cura, que
comienza el día de las confesiones llorando con las historias de golpes y
torturas que les cuentan los presos políticos, y termina su paso por la cárcel
cuando hace desde el pulpito una denuncia del asesinato del obispo Angelelli,
que los militares quisieron hacer aparecer como un accidente, que el mismo sabe
que "eso no fue un accidente fue un asesinato".
Como "la consigna era resistir y resistir, y si no alcanzaba, ayudar a preservar
la vida de la mayor cantidad de compañeros", resulta difícil olvidarse las
palabras con las que el compañero de Mirta Clara, Nestor Sala, se retira para un
supuesto traslado diciendo "compañeros, se que nos sacan para matarnos. Es
mentira que es un traslado. Y si lo es, es un traslado a la muerte. Pero quiero
que sepan que moriré de pie peleando como pueda, a los mordiscones si estoy
atado (...) cuéntenle a nuestro pueblo por que nos asesinan y por que decidimos
morir de pie". Y se fueron. Para siempre.
Como si este dramatismo fuera poco, se describe luego el momento posterior a la
masacre de los 22 presos que son ametrallados, algunos de los cuales son
castrados y violadas las mujeres, culminando los militares una reunión
inmediatamente después del asesinato y en el mismo lugar del hecho con el juez
Luis Ángel Córdoba y el fiscal Roberto Domingo Mazzoni para comer un asado,
mientras les chorrea fresca la sangre a las víctimas que están tirados a escasos
metros del crudo almuerzo. "Allí van los muertos" dijo entonces el coronel que
comandó la masacre ante el paso del camión que cargaba los cuerpos.
Del otro lado de la masacre está la resistencia de los detenidos. Allí todo
comienza de otra manera, uno podría decir entonces que sin intensidad no hay
encuentro, y si no hay encuentro no hay pensamientos nuevos. La intensidad
afectiva, militante, les permite a los presos políticos agruparse frente al
encierro tabicado de la cárcel. Recién entonces pueden formularse nuevos marcos
teóricos políticos y renovadas estrategias de acción, inventar nueva ciencia,
aunque sus cuerpos fueran usados como ratas de laboratorio. Gramsci fue uno de
esos pensadores intensos, tan intensos eran sus pensamientos cronopios que él
mismo se encontraba con todos aunque su cuerpo estuviera aparentemente solo,
sólidamente aislado, entre lisas paredes rectas. Como en Gramsci, la ética del
apasionado Jorge Giles, en "Allí va la vida : la masacre de Margarita Belén",
denota, más acá de la tortura, una intensa lealtad. Allí el bien es la fidelidad
a la causa. Aquí, la causa judicial es la fidelidad a la vida.
Nos detuvo la Brigada de Investigaciones del Chaco del Gobierno de Bittel. Fue
el único que al llegar el triunfo de 1973 no modificó el aparato policial
siniestro aliado con la dictadura militar anterior en la provincia. Permanecimos
detenidos-desaparecidos hasta noviembre de ese año estando permanentemente
interrogados por distintos sujetos, entre ellos los militares de Corrientes.
Estaba embarazada de un mes y medio. El Flaco se los recordaba permanentemente
para que no me torturaran. Para ellos no era un obstáculo. Nos atormentaron con
que tenían a Mariana, era la mayor interrogación de ellos dónde estaba ella.
Hacían simulacros de fusilamientos, me querían hacer optar entre seguir con la
tortura o violarme. Estaba en un camastro, desnuda y por la venda alcanzaba a
ver a uno que se desplazaba cebando mate a los otros.
Picaneaban, dirigían la tortura y uno les cebaba mate!!! El Flaco me comentó
después que cuando se dio cuenta que se bancaba la tortura, no le importó más.
Lo único que quería era beber agua, comer, pues tenía muchos días sin que le
permitieran probar bocado y quería apoliyar.
Los milicos quedaron "fascinados"
con Néstor por cómo resistió la tortura prolongada y sofisticada. Supe tiempo
después que el ex general Cristino Nicolaides entrevistó a una ex detenida
política, Nora Jiménez, y le dijo: "Nosotros tenemos dos cuadros políticos que
no han cantado en la tortura. Uno de ellos es Sala y usted". Le añadía que él
estaba de acuerdo con lo que afirmaba la revista Evita montonera –agosto -
setiembre de 1976- en su edición última, alrededor de que la política económica
de Martínez de Hoz favorecía el levantamiento y la resistencia del pueblo. Que a
la larga íbamos a ganar. Pero en ese momento nosotros éramos sus rehenes ¡!
Alguna duda le daba vueltas...
Mi interpretación es que El Flaco se comportó como tantos, como correspondía,
como era nuestro grado de coherencia con lo que queríamos desarrollar y ser como
personas y ellos lo hicieron "Jefe". Armaron una conferencia de prensa a nivel
nacional para anunciar que había sido detenido el responsable de la operación
del copamiento del Regimiento 29 de Monte de Formosa
y que yo era quién sabe quién... la bella guerrillera con cabello largo negro,
vestido rojo y botas negras que comentaron los pasajeros del avión secuestrado
en su peregrinaje desde Capital Federal hasta Corrientes –uno de los lugares de
operaciones-. No lo pudieron sostener pero ya después fue tarde.
La última vez que lo ví fue en el locutorio de visita en la Alcaidía de
Resistencia. Era el 31 de diciembre de 1975. Las seis de la tarde. Habíamos
insistido tanto al jefe del Penal con que nos permitiera ver, que cedió. El
Flaco apareció empilchado por los otros compañeros. Le habían lustrado los
zapatos para que estuviera presentable. Todos los muchachos y muchachas vivieron
ese instante de encuentro amoroso con gran pasión. Éramos la parejita del penal.
Tenía un vestido rosa, con florcitas, fresco y precioso que me había enviado
Cristina García. Lo lucía orgullosa con la panza de tres meses que El Flaco se
afanó en acariciar. Nos besábamos y él abrazaba a su hijo en esa dimensión de
piel inconmensurable. Siempre me decía que "tener hijos con una mujer era una
cuestión de piel".
Mientras, El Pato Tierno que estaba en la zona sin que lo supiéramos, decidió
que llevaría a Mariana a reencontrarse con mi familia desde Resistencia a Buenos
Aires. En el viaje se le sienta una joven bonita con la cual empiezan a hablar.
La conversación iba tomando color como para levantársela pero él tenía a la nena
que hasta ese momento había estado con la familia de Elsa Quirós entre sus
brazos. La joven le pregunta si es la hija. Él responde que no. La joven entra
en sospechas de que él le esté mintiendo y El Pato no sabía qué contestarle pues
se le arruinaba el fato. Así fue como llegó a La Plata. Mariana fue cuidada en
casa de sus padres e Irma, su mamá, arma un bolsito beige con ropita nueva y
perfumada para el encuentro con los míos. Mariana aún conserva el amoroso bolso.
En resumidas cuentas y como veo lo que pasó, a título particular: El Programa
Frentista del 11 de marzo de 1973 que rescataba el patrimonio histórico y
resortes fundamentales para el avance democrático popular... no se desarrolló.
La juventud afrontó elecciones inéditas, promesas que no se realizaron, papeles
escritos de campaña versus el ejercicio de la política en el gobierno real por
primera vez. La dirigencia Política y Sindical fue incapaz de resolver la
acumulación de poder en manos de la Alianza Cívico-Militar,
política-económica–militar y jurídica que se fue gestando lenta y
progresivamente tras el Gobierno, en las figuras más puestas en escena como
Martínez de Hoz y Videla. A la par, los Caballos de Troya, Triple A, se fueron
adueñando del Gobierno, lo aparatizaron y militarizaron a través del terrorismo
con que frenarían todo proyecto, desde los más diversos, de democratización del
poder.
La juventud -las generaciones nacidas entre las décadas del 40 y del 50- fue
sacrificada por aquellos objetivos mancomunados del proyecto de sectores de
poder dominante –fuera y dentro del Gobierno- y por nuestros propios yerros.
"Los errores que tuvimos fueron propios de nuestra edad "- decía una pintada -.
La concepción de poder, de acumulación política subestimaba las modificaciones
que se estaban produciendo en la realidad Internacional e Interna. Lo que
creíamos representar, el pueblo y sus niveles de conciencia y organización a
través de la historia fueron sobreestimados. Lo que conducíamos como fuerza
estructurada fue sobrevaluada. El Infantilismo Revolucionario atravesó desde los
orígenes el enunciado político, el desarrollo y la política involucionó
definitivamente a partir de considerarse la conducción nacional una vanguardia
de las masas en los comienzos de 1975. Recuerdo que en una reunión estuvo un
compañero de la conducción nacional. Nos comunicó la evaluación de que éramos
"la vanguardia de la clase trabajadora y del pueblo". Le contesté
espontáneamente que lo mismo debía estar diciéndose en alguna reunión del
PRT-ERP.
1. Durante la Observación in-loco que la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos realizó en el mes de septiembre de 1979 en la República de Argentina
recibió la siguiente denuncia:
PATRICIO BLAS TIERNO, estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de la
Plata, fue detenido por el ejército el 15 de mayo de 1976. Estuvo alojado en la
cárcel de Resistencia sin que se hubiese formulado cargos en su contra.
Estando preso fue asesinado en la localidad de Margarita Belén, Resistencia
Chaco, en la madrugada del 13 de diciembre de 1976. El hecho se disfrazó como un
enfrentamiento. Así salió en los diarios y se habría producido al ser trasladado
por razones de seguridad de la cárcel de Resistencia a la de Formosa. Un
verdadero absurdo porque la cárcel de Resistencia es una de las más seguras del
país y la de Formosa no ofrece ninguna garantía. No salió el nombre de ninguno
de los muertos pero luego se supo que los únicos muertos fueron todos los
detenidos.
Después de su detención se había hecho una gestión ante el Ministerio del
Interior. Ocho días después de que el ejército lo había asesinado el Ministerio
respondió con fecha de 21.12.76 que él estaba a disposición del PEN por decreto
No. 2137 del 22.9.76. La familia fue enterada de la muerte y ante su enérgico
requerimiento se les entregó el cadáver.
2. La CIDH mediante nota del 25 de febrero de 1980, transmitió las partes
pertinentes al Gobierno de Argentina solicitándole que suministrase la
información correspondiente.
3. Obra en poder de la CIDH la nota
DGAPI "D.E.P.S. 6226", del 21 de diciembre de 1976, firmada por el Capitán
Carlos Rodolfo Doglioli en la cual consta que el señor PATRICIO BLAS TIERNO se
encontraba a disposición de las autoridades gubernamentales.
4. Obran en poder de la CIDH las informaciones relativas a las circunstancias de
la muerte del señor Tierno especialmente en las cuales consta que fue muerto en
la madrugada del 13 de diciembre de 1976. Asimismo, como se pudo comprobar por
la exhumación del cadáver, el señor Tierno fue enterrado completamente desnudo y
su cuerpo estaba cubierto de barro.
5. Mediante nota de 18 de enero de 1983, la Comisión reiteró al Gobierno de
Argentina la solicitud de información, señalando que de no recibir en un plazo
razonable, la Comisión entraría a considerar la posible aplicación del Articulo
39 del Reglamento de la Comisión. Hasta la fecha el Gobierno argentino no ha
respondido al pedido de la Comisión.
CONSIDERANDO:
1. Que hasta la fecha el Gobierno de Argentina no ha respondido a la solicitud
de información formulada por la Comisión en relación al presente caso;
2. Que el Artículo 39 del Reglamento de la Comisión establece lo siguiente:
Artículo 39 (Presunción)
Se presumirán verdaderos los hechos relatados en la petición y cuyas partes
pertinentes hayan sido transmitidas al Gobierno del Estado aludido si, en el
plazo máximo fijado por la Comisión de conformidad con el Artículo 31, párrafo
5, dicho Gobierno no suministrare la información correspondiente, siempre y
cuando de otros elementos de convicción no resultare una conclusión diversa.
3. Que en el momento de su muerte el señor Patricio Blas Tierno se encontraba a
disposición de autoridades argentinas en un organismo de máxima seguridad.
LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS,
RESUELVE:
1. Presumir verdaderos los hechos denunciados en la comunicación del mes de
septiembre de 1979 relativos a las circunstancias irregulares en que murió el
señor Patricio Blas Tierno.
2. Declarar que el Gobierno de Argentina violó el derecho a la vida, a la
libertad, a la seguridad e integridad de la persona (Artículo I) de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
3. Recomendar al Gobierno de Argentina: a) que investigue los hechos
denunciados; b) que en su caso sancione a los responsables; y c) que comunique a
la Comisión la decisión que adopte sobre el particular dentro de un plazo máximo
de 60 días y en especial sobre las medidas tomadas para poner en práctica las
recomendaciones consignadas en la presente Resolución.
4. Comunicar esta Resolución al Gobierno de Argentina y a los denunciantes.
5. Incluir esta Resolución en el Informe Anual a la Asamblea General de la
organización de los Estados Americanos de conformidad con el Artículo 9 (bis)
inciso c) iii del Estatuto de la Comisión, sin perjuicio de que la Comisión, en
su próximo período de sesiones, a la luz de las medidas adoptadas por el
Gobierno pueda reconsiderar el caso.
Quince presos, cuatro que continúan desaparecidos, fueron asesinados en
diciembre de 1976 en un operativo conjunto del Ejército y la policía provincial
que simuló una fuga. Emoción de los familiares de las víctimas por el veredicto
del tribunal.
Por Marcos Salomón
Desde Resistencia
Transcurridos treinta y cinco años de los fusilamientos, diez de la reapertura
de la causa judicial, luego de escuchar a más de 120 testigos, en 60 audiencias
orales y públicas, la lectura de la parte resolutiva de la sentencia llevó menos
de 30 minutos para escuchar la condena a cadena perpetua a ocho militares y al
único policía sentando en el banquillo de los acusados, por el asesinato de
quince víctimas, cuatro de las cuales permanecen desaparecidas. Pero nada fue
tan sencillo, la convocatoria original, para las 8.30, apenas dio lugar a las
“últimas palabras” de Alfredo Chas, quien en un discurso políticamente correcto
hasta el hartazgo ya se había declarado inocente. El policía consiguió, en forma
inesperada, la absolución.
Después, la decisión del Tribunal Oral Federal de pasar la lectura de la
sentencia para las 17, que enojó a todo el público, al punto que desencadenó una
reacción inesperada: como nunca sucedió a lo largo del juicio, familiares de
víctimas y victimarios coincidieron en fustigar a los jueces.
Medida inapelable, para las 17, en punto, Gladys Yunes, presidenta del Tribunal,
leyó la condena a cadena perpetua contra Athos Rennes, Ernesto Simoni, Aldo
Martínez Segón, Germán Riquelme, Jorge Carnero Sabol, Ricardo Reyes, Ricardo
Losito (ya había sido condenado a 25 años en la causa por el ex Regimiento de
Infantería 9, en Corrientes) y José Luis Patetta (también condenado a 25 años,
pero en la causa Caballero que investigó la represión ilegal en el Departamento
de Policía de Chaco). En cambio, fue absuelto Luis Alfredo Chas, por falta de
pruebas.
Todos los militares están condenados como “coautores de homicidio agravado, por
alevosía y el número de víctimas”.
Tensión
Con exclamaciones y lágrimas, familiares de las víctimas escuchaban las
condenas, con Patetta y Losito fueron los momentos de mayor festejo, entre
aplausos y alguna ironía suelta. Pero, en general, la audiencia fue
absolutamente tranquila.
En cambio, toda la calma se rompió cuando el Tribunal absolvió a Chas. Los
familiares del policía rompieron en llanto (aunque no tenían mucha esperanza,
porque, según testigos, adelantaron el casamiento de una nieta del imputado para
evitar que, tras la sentencia, no pudiera asistir a la boda) y descargaron toda
su tensión contra los familiares de las víctimas.
Chas, de pie, con cara de sorpresa, escuchó su libertad por falta de pruebas.
Igual, Juan Andrés Sala, hijo de Néstor –una de las víctimas de la Masacre– y de
Mirta Clara –ex presa política– pudo descargar su bronca contra Patetta: “Vos
fuiste el que asesinó a mi papá”, le gritó.
La contracara, la impotencia de la nueva generación de la Pierolada (sobrinos de
Fernando Piérola, que es una de las víctimas del 13 de diciembre de 1976 que
continúa desaparecida): “¿Dónde están los cuerpos de nuestros compañeros, de
nuestra familia?”, preguntaban a los gritos, mientras la familia Chas era
desalojada de la sala.
En otra parte de la sentencia, el Tribunal hizo lugar al pedido de falso
testimonio presentado contra el ex soldado y escritor frustrado Alfredo Maidana.
En cambio, no hizo lugar al pedido de la defensa que acusó de falso testimonio a
Francisco “Tete” Romero, ministro de Educación.
Los jueces también hicieron lugar al pedido de falso testimonio planteado contra
el ex médico policial Orlando Grillo, que representa la complicidad civil
chaqueña en el terrorismo de Estado.
En tanto, los fundamentos completos del fallo se conocerán recién el 12 de
julio, según lo anunció la jueza Yunnes. Justo el 12 de julio sería el
cumpleaños de Néstor Sala, víctima de la Masacre.
El final
Sobre el final, el abrazo partido entre familiares de las víctimas contrastaba
con la desazón de los familiares de los imputados. Sólo la esposa de Martínez
Segón habló con la prensa, para descalificar el fallo. Para acallar cualquier
rumor y como una manera de festejar un triunfo contra la impunidad de 35 años,
con los dedos en V o con el puño en alto, los presentes comenzaron a cantar el
Himno Nacional Argentino.
Pero, a diferencia de la sentencia en la causa Caballero, cuando todos abrazaban
a los sobrevivientes que declararon en el juicio, en la sentencia por la Masacre
de Margarita Belén no había sobrevivientes para abrazar. Por eso, a voz
batiente, tomó mucho más fuerza y sentido el Himno cuando la sala de audiencias
bramaba: “Oh juremos con gloria morir”.
Del dolor a la alegría
“Todavía lo estoy deglutiendo”, dijo, conmovido hasta las lágrimas, Edwin “Peco”
Tissenbaum, abogado de presos políticos en los ’70 y una especie de “padre
jurídico” del juicio por la Masacre de Margarita Belén. Sentado en su silla de
ruedas, abrazado por sus seres queridos, contó: “Fueron 35 años de impunidad,
porque hasta los gobierno democráticos fueron frenando este juicio”. A Peco le
disgustó la absolución del policía Alfredo Chas, al igual que a Mirta Clara, ex
presa política y esposa de Néstor Sala, una de las víctimas de la masacre.
Martín Díaz, hijo de Luis Díaz, otra víctima de la masacre, dijo: “Siento dolor,
pero también mucha alegría”. Y su madre, Norma Cajal, señaló: “Desde el
sentimiento, era previsible el desborde, después de que durante la dictadura,
incluso en democracia, se nos negara reiteradamente el reclamo de justicia”.
Mario Bosch, abogado querellante, dijo estar “conforme con las condenas a cadena
perpetua, no así con la absolución de Chas, porque entendemos que había
elementos probatorios suficientes para condenarlo. Respetamos el fallo del
Tribunal, pero lo vamos a apelar en Casación”, señaló. Y concluyó avisando que
ahora esperan otros dos juicios, las causas Margarita Belén II y Caballero II.
Otras voces
Duhalde. El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde,
expresó su satisfacción con el fallo del Tribunal Oral Federal de Resistencia y
remarcó que “este proceso, en el que se juzgó uno de los hechos emblemáticos del
terrorismo de Estado, tuvo un trámite ejemplar, con los jueces naturales y la
aplicación de la ley penal y procesal vigentes en la Argentina, y respetando
todas las garantías del debido proceso. Durante el juicio surgieron datos
relativos a la participación de otras personas, incluidos ex funcionarios de la
Justicia, que deberán ser investigados por el Juzgado Federal”.
CELS. “La sentencia marca el fin de la impunidad en un caso emblemático. Los
hechos de Margarita Belén dejaron en evidencia el pacto de silencio en torno de
las gravísimas violaciones de derechos humanos cometidas durante el terrorismo
de Estado. Mostraron también el poder de varios de los acusados, hoy condenados,
quienes continuaron durante más de tres décadas integrando las instituciones
democráticas. Por eso, el fallo representa un nuevo paso adelante en el proceso
de justicia y reafirma la vigencia del Estado de derecho”.
Hijos. “Esta sentencia es histórica y puso fin a la impunidad de uno de los
hechos más emblemáticos de la última dictadura cívico-militar. Era una de esas
masacres que se sabían en todo el pueblo, pero la Justicia no condenaba. Hasta
hoy. Este fallo nos alienta a seguir luchando por más juicio y castigo a los
genocidas. Se está empezando a avanzar también sobre la complicidad de los
civiles en el genocidio, participación absolutamente necesaria para cometer los
crímenes de lesa humanidad. Exigimos que se avance en este sentido,
profundizando la lucha emprendida por todos nosotros desde hace tantos años.”