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El asesinato de Osama Bin Laden

Por Fidel Castro Ruz

Fecha de publicación: 05/05/1

Los que se ocupan de estos temas conocen que, el 11 de septiembre de 2001, nuestro pueblo se solidarizó con el de Estados Unidos y brindó la modesta cooperación que en el campo de la salud podíamos ofrecer a las victimas del brutal atentado a las Torres Gemelas de Nueva York.
Ofrecimos también de inmediato las pistas aéreas de nuestro país para los aviones norteamericanos que no tuvieran dónde aterrizar, dado el caos reinante en las primeras horas después de aquel golpe.
Es conocida la posición histórica de la Revolución Cubana que se opuso siempre a las acciones que pusieran en peligro la vida de civiles.
Partidarios decididos de la lucha armada contra la tiranía batistiana; éramos, en cambio, opuestos por principios a todo acto terrorista que condujera a la muerte de personas inocentes. Tal conducta, mantenida a lo largo de más de medio siglo, nos otorga el derecho a expresar un punto de vista sobre el delicado tema.
En acto público masivo efectuado en la Ciudad Deportiva expresé aquel día la convicción de que el terrorismo internacional jamás se resolvería mediante la violencia y la guerra.
Fue por cierto, durante años, amigo de Estados Unidos que lo entrenó militarmente, y adversario de la URSS y del socialismo, pero cualquiera que fuesen los actos atribuidos a Bin Laden, el asesinato de un ser humano desarmado y rodeado de familiares constituye un hecho aborrecible. Aparentemente eso es lo que hizo el gobierno de la nación más poderosa que existió nunca.
El discurso elaborado con esmero por Obama para anunciar la muerte de Bin Laden afirma: “…sabemos que las peores imágenes son aquellas que fueron invisibles para el mundo. El asiento vacío en la mesa. Los niños que se vieron forzados a crecer sin su madre o su padre. Los padres que nunca volverán a sentir el abrazo de un hijo. Cerca de 3 000 ciudadanos se marcharon lejos de nosotros, dejando un enorme agujero en nuestros corazones.”
Ese párrafo encierra una dramática verdad, pero no puede impedir que las personas honestas recuerden las guerras injustas desatadas por Estados Unidos en Iraq y Afganistán, a los cientos de miles de niños que se vieron forzados a crecer sin su madre o su padre y a los padres que nunca volverían a sentir el abrazo de un hijo.
Millones de ciudadanos se marcharon lejos de sus pueblos en Iraq, Afganistán, Vietnam, Laos, Cambodia, Cuba y otros muchos países del mundo.
De la mente de cientos de millones de personas no se han borrado tampoco las horribles imágenes de seres humanos que en Guantánamo, territorio ocupado de Cuba, desfilan silenciosamente sometidos durante meses e incluso años a insufribles y enloquecedoras torturas; son personas secuestradas y transportadas a cárceles secretas con la complicidad hipócrita de sociedades supuestamente civilizadas.
Obama no tiene forma de ocultar que Osama fue ejecutado en presencia de sus hijos y esposas, ahora en poder de las autoridades de Pakistán, un país musulmán de casi 200 millones de habitantes, cuyas leyes han sido violadas, su dignidad nacional ofendida, y sus tradiciones religiosas ultrajadas.
¿Cómo impedirá ahora que las mujeres y los hijos de la persona ejecutada sin Ley ni juicio expliquen lo ocurrido, y las imágenes sean transmitidas al mundo?
El 28 de enero de 2002, el periodista de la CBS Dan Rather, difundió por esa emisora de televisión que el 10 de septiembre de 2001, un día antes de los atentados al World Trade Center y al Pentágono, Osama Bin Laden fue sometido a una diálisis del riñón en un hospital militar de Pakistán. No estaba en condiciones de ocultarse y protegerse en profundas cavernas.
Asesinarlo y enviarlo a las profundidades del mar demuestra temor e inseguridad, lo convierten en un personaje mucho más peligroso.
La propia opinión pública de Estados Unidos, después de la euforia inicial, terminará criticando los métodos que, lejos de proteger a los ciudadanos, terminan multiplicando los sentimientos de odio y venganza contra ellos.

Fuente: http://aporrea.org/internacionales/a122781.html


Homenaje a Leopoldo Marechal (1900-1970)

Video: Descubrimiento de la Patria, en la voz de Leopoldo Marechal. Es una producción exclusiva de El Ortiba

Marechal: El tiempo es un gran trabajador

Por Ernesto Sierra

¿Che, este Marechal vive todavía? Se preguntaban en un artículo de finales de los 60, en la revista Cero, los por entonces jóvenes escritores argentinos Nicolás Casullo y Jorge Carnevale.

La indagación no solo no es superficial, sino que revela una de las claves hasta ahora fundamentales para el acercamiento a la obra de Leopoldo Marechal -autor de una de las grandes novelas escritas en lengua española: Adán Buenosayres-, la biográfica.

Nació Marechal en Buenos Aires en 1900 y muy pronto descubrió su vocación literaria a través de la poesía, la obra de esos primeros años se mueve entre la herencia del postmodernismo y la entrada pujante de las vanguardias artísticas. El ambiente creativo de la época lo llevó a enrolarse en la gestualidad del grupo y la revista Martín Fierro, donde afiló el estilo, se nutrió de valiosas experiencias para la obra futura y compartió aventuras con Borges, Bioy Casares, Evar Méndez, el pintor Xul Solar, Macedonio Fernández, Ricardo Güiraldes y toda la pléyade literaria que ambientaba el panorama porteño de esos tiempos.

Eran los años de su Días como Flechas, que obtuvo el Premio Municipal de Poesía, los mismos en que recibió una carta de Roberto Arlt que podemos reproducir íntegra:

Querido Leopoldo: Te escribe Roberto Arlt. He leído en La Nación el poema El Centauro (...) me produjo una impresión extraordinaria, la misma que recibí en Europa al entrar por primera vez en una catedral de piedra, poéticamente sos lo más grande que tenemos en lengua castellana. Desde los tiempos de Rubén Darío, no se escribió nada semejante en dolida severidad. He recortado tu poema y lo he guardado en un cajón de mi mesa de noche, lo leeré cada vez que mi deseo de producir algo tan bello se me debilite. Te envidio tu alegría y tu emoción. Que te vaya bien.

En la década del 40 Marechal apoya con simpatía el gobierno de Perón y para entonces ya tenía casi lista su primera novela: Adán Buenosayres.

Sus compañeros de generación no le perdonaron su filiación política y el estigma cayó sobre su persona y sobre su obra. Adán…, publicada en 1948, fue recibida agriamente, con una hostilidad raras veces repetida en nuestros ambientes literarios: ante el silencio de la mayoría Eduardo González Lanuza y el uruguayo Emir Rodríguez Monegal la comentaron profusamente, dando muestras de un abierto oportunismo disfrazado de crítica literaria. En su Historia de la literatura latinoamericana Enrique Anderson Imbert la califica como "Un ladrillo con fealdades y con obscenidades que no se justificaran de ninguna manera aunque el autor se parapetase detrás del nombre de James Joyce". Solo Cortázar la comenta seriamente en su momento y la recibe como "Un acontecimiento extraordinario en las letras argentinas".

No obstante, el silencio se hizo sobre Marechal durante diez largos años, años de exilio interior, acompañado por su segunda esposa, Elbia Rosbaco, y visitado en su apartamento por un pequeño grupo de amigos. Refiriéndose a aquellos años dijo Ernesto Sábato:

Se aguantó ese durísimo exilio en su propia patria, esa patria que quería hasta la agonía. Modesto, pero con la conciencia de su grandeza ya que se puede ser modesto frente a los valores supremos, y arrogante frente a los idiotas, en momentos de extrema amargura llegó por fin a quejarse murmurando: ¿Cuándo mis compatriotas dejarán de orinarme encima?

Pero fue tiempo de creación y Marechal continuó escribiendo poesía, teatro, ensayo hasta que, en 1965, obtuvo el premio Forti Glori con su segunda novela: El Banquete de Severo Arcángelo. Eran los años del boom de la narrativa latinoamericana, el éxito de El Banquete fue tal que el público se volcó a buscar el resto de su obra y los empolvados ejemplares de la primera edición del Adán… salieron de los anaqueles para pasar de mano en mano. Marechal volvió a ser aclamado y la corriente lo sumó a su cauce aclamado como maestro. No pocos, como Cortázar, Sábato o Lezama, comentaron sobre el influjo del autor de Adán Buenosayres en sus respectivas obras.

En 1967 Marechal viajó a Cuba como jurado del premio de novela organizado por la Casa de las Américas, llevaba como encargo escribir un reportaje sobre Cuba para la revista Primera Plana -la misma que en 1968 publicara las incalificables declaraciones de ruptura con Cuba de Guillermo Cabrera Infante-. A su regreso a la Argentina, Marechal cumpliría con su palabra y entregó La Isla de Fidel, "la nota de un gran poeta donde relataba sus experiencias en la patria de José Martí", como lo calificó Elbia Rosbaco. La revista aceptó el reportaje, lo envió a imprenta y lo anunció en la portada, pero justo antes de circular, se le quitó el cuadernillo y se cambió la tapa a la tirada completa. Tiempo después lo invitaron a una cena de desagravio y le explicaron que había sido "una orden de arriba".

En 1970 murió Leopoldo Marechal, nos dejó una obra de una calidad incuestionable y llena de mensajes al futuro. En algún texto dijo: "El tiempo es un gran trabajador, a cada uno le dará el lugar que le corresponde, la hojita de laurel que supiera conseguir". Hoy los avatares de su biografía van quedando en el olvido, reivindicado por muchos, reconocido por otros pero, sobre todas las cosas, rescatado por su propia literatura que espera, rebosante de salud, la avidez de nuevos lectores, la hojita de laurel que le corresponde.

Fuente: Cuba literaria


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¿Quién es Dominique Strauss-Kahn?

Por Hortense Paillard

22/05/11

Dominique Strauss-Kahn nació el 25 de abril de 1949 en Neuilly-sur-Seine (Hauts-de-Seine). Su padre, Gilbert Strauss-Kahn, es consejero jurídico y fiscal, su madre, Jacqueline Fellus, es periodista y aseguradora. En 1955 la familia se instala en Agadir (Marruecos) pero se va en 1960 después de un terremoto. Pasa un tiempo en Mónaco, donde el joven Dominique encuentra a su primera mujer, Hélène Dumas, en el último curso, antes de volver a Paris.
Después del Lycée de Mónaco y del Lycée Carnot de Paris, Dominique Strauss Kahn entra en 1968 en la École des Hautes Études Commerciales (HEC) y después, en el Institut d'Études Politiques (IEP) y el Institut de Statistiques de l'Université de Paris (ISUP). Obtiene una licenciatura en derecho público así como un doctorado y una agregación [En el sistema educativo francés, la agregación es, con el CAPES, el CAPET o el CAPLP, un concurso de reclutamiento de los profesores de la enseñanza pública del Estado. Las agregaciones permiten enseñar en la secundaria y en los primeros niveles de la enseñanza superior. N. de la t.] en ciencias económicas, pero falla un concurso para entrar en la École Nationale d'Administration (ENA). Su tesis doctoral de Ciencias Económicas, titulada Economía de la familia y acumulación patrimonial (Édiciones PUF, 1977), está inspirada en los trabajos del economista neoliberal Gary Becker, teórico del "capital humano". Para su tesis complementaria, trabaja sobre "Tributación y justicia: una aproximación al beneficio".
A partir de 1973 se ocupa del ahorro en el Centre de Recherches sur l'Épargne (CREP) [Centro de Investigaciones sobre el Ahorro], dirigido por André Babeau en la Universidad de Nanterre. De 1977 a 1980, es profesor de economía, Maître de conferencies, en la Universidad de Nancy II, ocupando en paralelo un puesto de consejero científico en el Instituto Nacional de Estadística y de Estudios Económicos (INSEE).
En 1981 Dominique Strauss-Kahn se encarga de la dirección del Centre d'Études et de Recherches sur l'Épargne (CEREPI) del CNRS [Centro de Estudios y de Investigación sobre el Ahorro]. Trabaja con Denis Kessler que será más tarde uno de los grandes patronos de las empresas francesas de seguros (en especial Director General de SCOR), vicepresidente del MEDEF [patronal francesa] y, en 2008, Presidente del selecto club de encuentros de las élites francesas Le Siecle. Los dos hombres publicarán conjuntamente en 1982 El ahorro y la jubilación (Ediciones Economica).
Mientras tanto, después de una corta estancia en el CERES de Jean-Pierre Chevènement et Georges Sarre, Dominique Strauss-Kahn empieza a militar en el Partido Socialista donde se hace amigo de Lionel Jospin, futuro Primer Secretario cuando François Miterrand sea Presidente de la República en 1981. En 1982 entra a formar parte del Comisariado general del Plan donde será, sucesivamente, Jefe del servicio financiero (1982-84) y Comisario general adjunto (1984-86).
En 1983, Dominique Strauss-Kahn empieza verdaderamente su carrera política en el seno del Partido Socialista del que será miembro del comité director. Paralelamente da clases de economía en la Universidad de Paris X-Nanterre, en la HEC, la ENA y el IEP de Paris. Hace muchos amigos en el mundo de los negocios, especialmente con Claude Bébéar, Michel Pébereau, Louis Schweitzer e Yvette Chassagne, presidenta de la UAP [Union des Assurances de Paris]. Deja a Hélène para casarse con Brigitte Guillemette, directora de una gran empresa de comunicación, con la que tiene una hija, Camila, en 1985, antes de divorciarse en 1989.
En 1986, el PS lo coloca en una circunscripción de la Alta Savoya pero es rechazado por los militantes locales. Sin embargo París consigue imponerlo y es elegido diputado de la Alta Savoya. No está allí por mucho tiempo. Dos años más tarde, en 1988, es elegido diputado en la 8ª circunscripción de Val d'Oise (Sarcelles), donde hay una importante comunidad judía que le apoya activamente. De 1988 a 1991 preside la Comisión de finanzas de la Asamblea Nacional. Encargado de las finanzas del PS, se convierte en Secretario nacional del partido, responsable de los estudios y del programa (1986-1988), y luego de economía y finanzas (1988-1989).
En 1991 es nombrado Ministro delegado de Industria y Comercio exterior, del Ministro de Economía y Finanzas en el gobierno de Edith Cresson. El mismo año se casa en terceras nupcias con la periodista de televisión Anne Sinclair-Rosenberg, divorciada del periodista Ivan Levaï, nieta y heredera del riquísimo comerciante de arte Paul Rosenberg y presentadora de la emisión política Sept sur Sept en TF1. A pesar de los dos primeros matrimonios de DSK con no-judías, el rabino ortodoxo de Sarcelles oficia la ceremonia religiosa en el domicilio de la pareja.
En 1992 conserva su cartera de ministro delegado en el nuevo gobierno de Pierre Bérégovoy, pero la pierde al año siguiente, al mismo tiempo que su escaño de diputado, en las elecciones legislativas. Entonces se inscribe en el Colegio de Abogados de Paris, crea el Gabinete DSK Consultants y ejerce como abogado de negocios en el sector privado. Se ocupa de muchos "expedientes confidenciales" que le proporcionan en aquella época ingresos muy elevados, según Vincent Giret y Véronique Le Billon, autores de Las vidas ocultas de Dominique Strauss-Kahn.
Michel Rocard, nuevo Primer Secretario del Partido Socialista, le confía la presidencia del "Grupo de Expertos del PS". En 1994, después de entrar en el "Círculo de la Industria" a petición de Raymond Lévy, entonces PDG de Renault, se convierte en su vicepresidente y frecuenta a numerosos grandes patronos amigos de Nicolas Sarkozy, como, entre otros, Vincent Bolloré y Louis Schweitzer. Instalado en Bruselas, el lobby que dirige tiene por misión defender los intereses de los grandes grupos industriales ante las instancias europeas. Es el Círculo de la industria el que le paga, entre otros pequeños regalos, su secretaria, su chófer y un automóvil.
En 1995 Dominique Strauss-Kahn es elegido alcalde de Sarcelles. En 1997 es reelegido diputado de Val- d'Oise y se convierte en Ministro de Economía, Finanzas e Industria en el gobierno de Lionel Jospin. Pasa a ser también Consejero regional de Ile-de-France junto a Jean-Paul Huchon (función que ocupará hasta 2001). Siendo Ministro de finanzas lleva a cabo una política claramente de derechas, es decir, sarkozysta antes de tiempo. Lleva a cabo una oleada masiva de privatizaciones de empresas públicas –entre las cuales France-Telecom, Crédit Lyonnais, Arcelor, Thomson, GAN y Aérospatiale–, se opone a las 35 horas, inicia la creación del COR, cuyo objetivo es la revisión del sistema de pensiones y abroga la ley Thomas sobre la regulación de los fondos de pensiones.
En 1999 debe abandonar su sillón ministerial después de haber sido acusado en varios asuntos judiciales, entre los cuales el de los empleos ficticios y el enriquecimiento personal de los dirigentes de la Mutua Nacional de los Estudiantes de Francia (MNEF). Un episodio del dossier Elf, ligado al Círculo de la Industria, viene a añadirse a sus sinsabores judiciales. También se le acusa de haber intercambiado un videocasete que acusa a un recaudador de fondos del RPR, Jean Claude Mery, contra una entrega de 50 millones de francos de multas de los fiscales al modisto Karl Lagerfeld y de haber mentido después a la justicia declarando que había "perdido" el casete. El Fiscal de París intentará, en vano, llevar al exministro de finanzas ante el Tribunal de Justicia de la República.
Incluso antes de su salida de Bercy varias grandes empresas le ofrecen trabajo. Reemprende su actividad de abogado lobbista, se convierte en Presidente del Comité nacional para el año 2000 y del Comité de orientación científica de la Fundación Jean-Jaurès, Consejero especial de la OCDE y Director de investigación en la Fundación Nacional de Ciencias Políticas (FNSP).
Después de un sobreseimiento ordenado en 2001, se presenta a una legislativa parcial y vuelve a ganar en 2002 su escaño de diputado en la 8ª circunscripción de Val-d'Oise. En la Asamblea Nacional se inscribe en el grupo Socialista, Radical, Ciudadanos y Diversa Izquierda (SRC) y participa en los trabajos de la Comisión de asuntos exteriores. En 2005 vuelve a ser Secretario nacional del PS, encargado de los diputados y trabaja especialmente con Martine Aubry y Jack Lang en el proyecto socialista para las elecciones presidenciales de 2007. Preconiza para Francia una especie de new deal negociado con los trabajadores a fin de alimentar el crecimiento económico.
Junto a Jean-Christophe Cambadélis dirige la corriente "Socialismo y democracia", funda el círculo de reflexión "A la izquierda en Europa" y defiende activamente el "Sí" al proyecto de Tratado de Constitución europea. En el mismo año crea un blog y anuncia oficialmente ser "candidato a la candidatura" para representar al PS en las elecciones presidenciales, pero es derrotado con mucha diferencia en las primarias socialistas de 2006. Ségolène Royal, con más del 60% de los votos emitidos contra solamente 20%, le inflige una derrota punzante. Después de la elección de Nicolas Sarkozy a la Presidencia de la República, Dominique Strauss-Kahn, que confiesa a toro pasado no adherirse al programa oficial del PS, hace un llamamiento a los militantes socialistas a comprometerse decididamente hacia una vía más europea y más liberal. En una de sus obras, incluso exhorta al PS a abandonar definitivamente la defensa del proletariado para acceder al poder.
En junio del 2007, Dominique Strauss-Kahn vuelve a presentarse a las elecciones legislativas en la octava circunscripción de Val-d'Oise. Su rival UMP, la abogada Sylvie Noachovitch, da la sorpresa en la primera vuelta llegando en cabeza con un 37,37% de los votos. La semana siguiente, el Canard enchaîné y un periodista de la RTL, Nicolas Poincaré, revelan que dicha periodista habría hecho en privado declaraciones racistas particularmente nauseabundas. DSK gana claramente las elecciones en la segunda vuelta (Nicolas Poincaré, llevado a los tribunales por Sylvie Noachovitch, será condenado por el Tribunal de apelación de París a pagar a ésta 1 euro de indemnización por haber publicado sus declaraciones litigiosas sin pruebas).
El mismo año, en una emisión televisiva de Thierry Ardisson, una joven periodista, Tristane Banon –hija de Anne Mansouret, consejera general del departamento de l'Eure y vicepresidenta PS de la región de Alta Normandía, que confirma los hechos- explica que fue agredida sexualmente por DSK en 2002. Este le habría hecho proposiciones cada vez más apremiantes en ocasión de una cita para una entrevista y afirma que tuvo que luchar para poder huir. La joven mujer explica que no quiso divulgar el incidente en aquel momento por falta de pruebas materiales y por miedo a la venganza del entorno de Dominique Strauss-Kahn. El nombre de éste se silenció con un pitido cuando la emisión fue difundida en el canal Paris Première.
A finales del 2007, con el apoyo activo de Nicolas Sarkozy y Jean-Claude Juncker (Presidente del Eurogrupo), DSK sucede a Rodrigo Rato al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) con un salario anual de 315.000 euros.
Nombrado por cinco años en este puesto, promete relegitimar la institución cuya misión es prestar dinero a los países pobres a cambio de programas económico-políticos ultraliberales. Aboga por una aceleración de la mundialización financiera y desea que el FMI y el Banco Mundial arropen más ampliamente a los países en vías de desarrollo. Pero antes de que se cumpla un año de su llegada es objeto de un escándalo comparable al que acortó la carrera de Paul Wolfowitz (brazo derecho de George W. Bush y antiguo dirigente del Banco Mundial). Efectivamente, Dominique Strauss-Kahn, famoso por sus historias de faldas, es sospechoso de haber recurrido a la caja del FMI para favorecer a su ex-colaboradora, una cierta Piroska Nagy, convertida en su amante. El no niega esta relación adúltera y presenta públicamente sus excusas a su esposa y al personal del FMI pero niega cualquier abuso de poder. Nicolas Sarkozy y numerosas personalidades francesas de derecha se movilizan para defenderle. Algunos días más tarde, después de una investigación específica, el FMI publica un comunicado que "exculpa" a su director, subrayando sin embargo que ha cometido algunos actos "deplorables que reflejan un grave error de juicio".
A pesar de su pertenencia al Partido Socialista, Dominique Strauss-Kahn es incontestablemente un hombre de derecha, neoconservador y ultra-liberal. Gran burgués próximo a la patronal y a las altas finanzas, sus proposiciones, tanto en materia de política social, económica o exterior, son muy próximas a las de Nicolas Sarkozy. En una entrevista cruzada con este último (publicada a fines del 2006 por la revista El Mejor de los Mundos, órgano de los neoconservadores franceses dirigida por su amigo Michel Taubmann), se expresa sobre estos temas mostrándose muy próximo a las doctrinas sarkozystas, especialmente en materia de comunitarización de la vida pública francesa. Cuando la crisis financiera mundial de 2008, los dos hombres se expresan de la misma forma, preconizando la salvación urgente de los bancos culpables y un mayor control de las actividades financieras. Nicolas Sarkozy no esconde entonces que su "amigo de izquierda" podría entrar en el gobierno si lo quisiera, o formar parte de su equipo de consejeros junto al ultraliberal Alain Minc, próximo de los dos hombres.
Por entonces, DSK no vacila, en efecto, en prestarle alguna ayuda, como, entre otros, en el tema de la edad de jubilación, una "reforma" brutal impuesta por Nicolas Sarkozy precipitadamente y sin ninguna negociación. En mayo 2010, DSK se distancia especialmente del Partido Socialista en este tema, estimando que no hay ningún "dogma establecido" y que puesto que "se vive cien años, no vamos a continuar jubilándonos a los 60" (entrevista en France 2 del 20/05/2010). Algunos meses más tarde, en otoño del 2010, cuando los sindicatos -apoyados por más del 70% de los franceses– organizan huelgas y manifestaciones, un informe muy oportuno del FMI ampliamente aprovechado por el Elíseo preconiza "un alza de dos años del año legal de jubilación".
En noviembre 2010, recibido en el Elíseo por Nicolas Sarkozy en el marco de unas consultas para la presidencia francesa del G20, el presidente del FMI felicita calurosamente a su anfitrión, juzgando su programa "ambicioso" y "prometedor" y estimando que el papel del FMI debía ser a partir de entonces de servir de instrumento al G20. Por su parte, Nicolás Sarkozy declara en una entrevista en la televisión que tiene una "gran consideración" por Dominique Strauss-Kahn y que realiza "perfectamente su trabajo".
En cuanto al Próximo Oriente, después de haber apoyado la guerra americana contra Irak, Dominique Strauss-Kahn es partidario de un ataque militar contra Irán. Judío practicante y comunitarista, militante sionista y ferviente lobysta pro-israelí –otros puntos de convergencia con Nicolas Sarkozy- defiende sistemáticamente los crímenes cometidos por Israel en los conflictos del Próximo Oriente.
Al tener relaciones más que estrechas con el régimen de apartheid israelí, llega incluso a reemplazar en enero del 2011 al Jefe de estado judío (Moshe Katsav, inculpado por violación) para pronunciar el discurso de apertura de la 10ª conferencia de Herzlia sobre la seguridad de Israel, junto al general Danny Rothschild y al Primer ministro Benjamin Netanyahou.
En ocasión de una entrevista en la revista mensual Passages en 1991, no vacila en declarar: "Considero que cualquier judío en la diáspora, y por lo tanto en Francia, debe aportar su ayuda a Israel donde quiera que pueda. Es por ello, en efecto, que es importante que los judíos accedan a responsabilidades políticas […] ya que uno no pude a la vez quejarse de que un país como Francia, por ejemplo, haya tenido en el pasado y quizás todavía actualmente, una política demasiado pro-árabe y no intentar cambiarla a través de individuos que piensan de forma distinta permitiéndoles acceder al mayor número posible de responsabilidades. En resumen, en el desarrollo de mis funciones y en mi vida diaria, a través del conjunto de mis acciones, intento aportar mi pequeña piedra a la construcción de la tierra de Israel".
Sin declararse oficialmente candidato, Dominique Strauss-Kahn, incluso limitado por el deber de reserva de su función, cuyo mandato expira en otoño 2012, no oculta que desea presentarse a la elección presidencial de abril 2012. Para ello, su equipo de comunicación surgido de Euro RSCG (Stéphane Fouks, Ramzy Khiroun y Gilles Finchelstein entre otros) crea regularmente rumores en los medios de comunicación nacionales a fin de preparar a la opinión francesa para su candidatura. Así, en la primavera del 2010 se consagra una impresionante cobertura mediática al patrón del FMI y numerosas verdaderas-falsas encuestas con preguntas falseadas le presentan artificialmente como el candidato de izquierda favorito de los franceses, muy por delante de Martine Aubry y de Ségolène Royal. El establishment político-mediático-económico presenta al ultraliberal Dominique Strauss-Kahn como el más "creíble" de los representantes de "la izquierda social-demócrata", el único "socialista" verdaderamente capaz de reemplazar a Nicolas Sarkozy en el Elíseo en 2012. Dos cotidianos entonces "de referencia", Le Monde y Libération, se revelan como los mejores fans del futuro candidato, el segundo llegando incluso a demonizar a su adversario del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, presentado en la Une del 26 de enero 2011 como "el hombre que quiere hacer perder a DSK".
También salen en las librerías en la primavera del 2010 dos libros, DSK-Sarkozy,el duelo de Alexandre Kara y Philippe Martinat (Éditions Max Milo), y sobre todo un pseudo libro crítico con un verdadero-falso proceso a medida, DSK, Los secretos de un presidenciable (Éditions Plon), firmado con el pseudónimo de Casandra, pero según todos los indicios fraguado por su entorno. Para darle estatura y crear efervescencia en torno a su persona, se programan no menos de cinco otros ensayos biográficos y un documental de Nicolas Escoulan para Canal+, para alimentar así el discurso mediático durante el año 2011.
La primera de estas hagiografías teleguiadas, DSK en el FMI, encuesta sobre un renacimiento, de Stéphanie Antoine (Éditions du Seuil), salió a mediados de febrero del 2011. En el mismo momento en que el director del FMI efectúa una estancia muy mediática en París en el marco de un encuentro con los ministros de finanzas de los países del G20. La derecha, con una polémica artificial, y su esposa Anne Sinclair, declarando que no "desea que realice un segundo mandato" en el FMI, se añaden a los esfuerzos de su equipo de comunicación. Es seguida a principios de mayo por La verdadera novela de Dominique Strauss-Kahn, un elogio panegírico redactado complacientemente por su amigo néocon Michel Taubmann (Éditions du Moment). Vendrán a continuación Un desconocido llamado DSK del periodista sarkozysta Claude Askolovitch (Éditions Grasset), y DSK el anti-candidato del antiguo periodista deportivo Jean-Pierre Gonguet (Éditions Hugo & Cie).
En el mismo período, se concluye un pacto –no oficial pero absolutamente real según todos los observadores de la vida política –entre Martine Aubry y Laurent Fabius para que quede al final como único candidato a la investidura socialista para las presidenciales de 2012.
A pesar de esta vasta operación de propaganda continua dirigida a mantener el suspense, el grado de popularidad de Dominique Strauss-Kahn se encoge de manera regular en la opinión. Así, a mediados de febrero de 2011, un sondeo Ipsos para Le Point lo clasifica en sexto lugar entre los simpatizantes socialistas, muy por detrás de Martine Aubry y François Hollande. En realidad, si bien goza de una cierta popularidad en el seno de la comunidad judía, de la izquierda caviar sarko-compatible, de los media, de la derecha y de la "Francia de arriba" –la de la burguesía opulenta, de las altas finanzas y de la élites de la "mundialización feliz"- Dominique Strauss-Kahn parece lejos de conseguir la unanimidad en los medios populares. Por el contrario, en su propio campo todo parece mostrar que corre el riesgo de un serio fracaso si se presenta a las primarias socialistas. Efectivamente, el pueblo de izquierda no se ve llevando al Elíseo a este hermano siamés de Nicolás Sarkozy, partidario confeso de la globalización neoliberal, candidato de los mercados, amigo de los banqueros y amo de un FMI ultra-capitalista cuyos planes de austeridad, impuestos a la fuerza a numerosos países del planeta (ver el plan de rigor griego), acarrean en todas partes la supresión de los derechos sociales adquiridos y un aumento de la miseria.
DSK, patrón de este FMI aborrecido por los pueblos, no vacila además en aumentar la provocación, nombrando, por ejemplo, en octubre del 2010 al economista portugués Antonio Borges al frente de su departamento Europa, a pesar del hecho de que éste era uno de los responsables del banco de negocios Goldman Sachs, responsable en parte de la crisis financiera mundial del 2008. En marzo del 2011 la prensa revela también que una semana después del comienzo de los disturbios en Libia, estaba finalizando él mismo un informe del FMI felicitándose de la política económica llevada a cabo por el coronel Gadafi (a quien conoció personalmente en 2008), aconsejándole tan solo que "privatizara más rápidamente los bancos y el mercado local de capitales".
A principios de mayo del 2011, a consecuencia de una foto donde aparecía circulando por París en un lujoso Porsche (modelo Panamera S Hybride) de su consejero (¡en comunicación!) Ramzi Khiroun para buscar un local para la campaña, la prensa se metió con su tren de vida demasiado "bling-bling": una casa de 380 metros cuadrados con vistas sobre el río Potomac en Washington, apartamentos parisinos de 240 metros cuadrados en la Place des Vosges y de seis piezas en una avenida de alto copete del distrito XVI, un suntuoso RIAD en Marrakech (a dos pasos del palacio de su amigo Bernard-Henri Lévy), colecciones de obras de arte, grandes joyas llevadas con ostentación por su mujer, trajes a medida de 5.000 a 25.000 euros la pieza…. El 10 de mayo Dominique Strauss-Kahn es honrado con el "Premio Gérard du Queutard", distinción concedida por los Gérard de la política ("lo peor de la política"), debido a su reputación de obseso sexual.
El 14 de mayo del 2011 es arrestado en el aeropuerto JFK de New York inculpado "de agresión sexual, de secuestro y de tentativa de violación" por la justicia americana, a consecuencia de una denuncia hecha por una camarera del hotel Sofitel de Manhattan. Según las declaraciones de ésta, ella habría entrado en su habitación para limpiarla cuando él "habría salido del baño completamente desnudo y habría intentado agredirla sexualmente". Al conseguir escaparse avisó inmediatamente a la dirección del hotel quien llamó a la policía. El presidente del FMI habría entonces abandonado precipitadamente el lugar para ir al aeropuerto. Fue detenido por la policía 10 minutos antes de la salida de un vuelo con dirección a París. El 16 de mayo, después de 30 horas de interrogatorio en una comisaría de Harlem y de comparecer ante un tribunal, sus abogados sostienen el "No culpable" y piden su puesta en libertad contra una fianza de un millón de dólares. Siguiendo la opinión del ministerio fiscal, la juez rechaza su puesta en libertad debido a un informe abrumador de la policía en su contra, a pesar de que él se declara no culpable y sobre todo ante el riesgo de fuga de los Estados Unidos. Dominique Strauss-Kahn permanece por lo tanto en prisión hasta una fecha indeterminada, por lo menos hasta el próximo 20 de mayo en que un juzgado fijará la fecha de su proceso. Más allá, puede ser condenado a hasta setenta años de prisión en penas acumuladas si es declarado culpable. El asunto pone fin a su carrera en el FMI y a sus ambiciones presidenciales en Francia. También tiene repercusiones en la opinión pública francesa acerca del Partido Socialista y de la clase político-mediática en general, que elige tan mal a sus élites.
Padre de cuatro hijas (Vanessa, Camille, Laurin y Marine), Dominique Strauss-Kahn es un apasionado de las nuevas tecnologías de la información y le gusta practicar el esquí y el ajedrez. Es autor de La riqueza de los franceses (1977), Economía de la familia y acumulación patrimonial (1977), El ahorro y la jubilación (1982), La llama y la ceniza (2002), Sí, carta abierta a los hijos de Europa (2004) y 365 días, diario contra la renuncia (2006).

Hortense Paillard escribe habitualmente en La République des Lettres
Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4171


Entrevista a Osvaldo Vergara Bertiche sobre Enrique Santos Discépolo

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Entrevista a Osvaldo Vergara Bertiche el 11/10/09 sobre Enrique Santos Discépolo por el programa "Un reo meditabundo" conducido por Oscar Reina y Miguel García Urbani, los domingos de 22 a 24 por Radio Nihuil de Mendoza, AM 600 - FM 98,9. (Clic en Track details)

Fuente: http://www.elortiba.org/discep.html


"6-7-8" y Beatriz Sarlo

El debate y el postdebate *

Por Hugo Presman

La presencia de la ensayista Beatriz Sarlo en "6,7,8" y las repercusiones posteriores que originó, permiten acercar la primera conclusión: en nuestro país, y más allá de lo mucho que se ha avanzado, el debate, este tipo de debate, aún es un ejercicio poco frecuente. En cuanto al desarrollo del mismo, pueden hacerse muchas consideraciones. Aquí apunto algunas: 1) La estructura del programa no es la mejor para un debate. El hecho de sentar a cinco panelistas y a dos invitados favorables a las posiciones del programa y enfrente a una mujer crítica del mismo, establece una desigualdad que desde el mismo momento en que se inicia la emisión produce en el televidente un hándicap favorable a la invitada crítica. El programa como soporte permite el intercambio de opiniones enfrentadas pero no es adecuado cuando alguien viene directamente a confrontar 2) Teniendo en cuenta que las críticas de la ensayista al programa eran conocidas, la producción encaró el evento con las mismas características de uno habitual. Es evidente que si lo hubiera tenido en cuenta el primer informe debería haber sido sobre, por ejemplo, "Los intelectuales y su cooptación por el poder económico", con declaraciones de la invitada en su condición de asalariada de los dos medios más importantes de la Argentina. Ahí Sarlo hubiera debido explicar, a la defensiva, su pertenencia a los medios hegemónicos. En cambio se le presentó un compilado sobre el movimiento de los indignados en España, a partir del cual Sarlo tomó el centro del escenario cuestionando con argumentos endebles como se hacían los informes. 3) Los panelistas habituales estuvieron contenidos, escapando a mi conocimiento si fue por un excesivo respeto al carácter académico de la invitada o por una sugerencia de los responsables de 6-7-8. 4) Los invitados, el licenciado en filosofía Ricardo Forster y el licenciado en periodismo Gabriel Mariotto, a pesar de diferentes intentos, no lograron recuperar el centro del escenario. Forster se explayó con su habitual discurso académico sin poder conseguir que Sarlo contestara a algunos de sus planteos y careciendo del punch que le permitiera llevarla contra las cuerdas, y Mariotto estuvo por debajo de otros debates en los que participó con soltura. Pareció un militante universitario que no encontraba su lugar, y en su momento más desafortunado, tomó el micrófono deslizándose por otro sendero en el momento que Barone intentaba contestar una chicana, fruto de la soberbia académica de la crítica literaria, que quedó como lo más comentado de la noche. Aquello de: "Conmigo no, Barone"
En una entrevista en la revista Debate del 14 de mayo, a la pregunta de la periodista Carolina Keve sobre si la invitaran a 6-7-8, eso no estaría mostrando un sesgo de pluralismo, Sarlo contestó: "No, primero no creo que la respuesta esté en estimular el debate. Puede ser que me lleven porque soy la antikirchnerista que los kirchneristas aman odiar, pero no creo que sea para estimular un debate. Más allá de eso, ese picadillo de 6,7,8 va en contra de la libertad de expresión. ¿Por qué? Porque uno dice algo, y lo cortan y lo repiten unas cien veces"

LAS ENDEBLECES DE LA ACADÉMICA

Acerca de los informes: Sarlo sostiene que recortan lo expresado, no tienen fuente ni fechas. Es obvio que todo informe es un recorte. Lo importante es que ese recorte sea una expresión fidedigna del conjunto y la muestra no distorsione la totalidad. Es equivalente a la muestra en un estudio estadístico. Es lo que ocurre, la no distorsión de lo dicho, en la mayoría de los informes que he visto. Con relación a la fuente, muchas veces la tiene, aunque efectivamente sería interesante que siempre la pongan, aunque eso no afecta a lo que se está mostrando; y con relación a las fechas, que muchas veces están, podría recogerse la crítica, aunque ello posiblemente acentuaría el impacto de las contradicciones que se están exhibiendo.
La idea de la necesaridad de consultar a la prensa progresista alemana o la neutralidad de la BCC, sostenido por Sarlo, forma parte en el primer caso de la intelectual cosmopolita que necesita que sus opiniones sean revalidadas por fuentes extranjeras; y en el segundo caso, un colonial homenaje hacia nuestra ex metrópoli, maestra en subordinar los medios a los fines. Eso no significa que no deba bucearse en todas las fuentes, pero no es una condición insustituible la prensa extranjera como la presenta la intelectual de "La Nación".
Después de increpar sobre la falta de rigor, Sarlo sostuvo que al 70% de los argentinos no les importa la política según estudios que no reveló. Llama la atención un dato que se diluye ante estos años en donde se debatió, con la presencia de multitudes en las calles, temas álgidos como el intento del estado de apropiarse legítimamente de una mayor proporción de la renta agraria o la ley de medios. Es común escuchar desde las filas donde revista la intelectual de Radio Mitre, que el kirchnerismo ha producido enfrentamientos entre familiares, la ruptura entre viejos amigos, dificultades para sentar en una fiesta personas con posiciones políticas enfrentadas.
En una entrevista posterior, el periodista Maximiliano Montenegro le preguntó la fuente de su aseveración, a lo que Sarlo contestó: " Fue comentado en una reunión de politólogos y encuestadores. Es un dato que intuitivamente confirmaría." Como se ve, un dato cuya precisión está muy lejana a la seriedad que enarbola.
Una de sus aseveraciones que no ha formado parte del debate posterior es que la democracia se debe a la derrota en Malvinas. En una sola frase sume en el olvido la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y la huelga general del 27 de abril de 1979, la movilización del 30 de marzo de 1982, entre los más significativos.
Llamó a hacer una autocrítica a los nacionalistas e izquierdistas que apoyaron la recuperación de Malvinas. Más allá de sus diferentes migraciones ideológicas, Sarlo pertenece al gelatinoso territorio del progresismo, que le permite considerarse de izquierda como se definió en el programa de Alfredo Leuco, socialdemócrata como se declaró en un reportaje de "Miradas al Sur" del 22 de mayo, y columnista estrella de los dos principales medios hegemónicos. En términos ideológicos es como escribir un libro sobre la reforma agraria y que la publique e impulse la Sociedad Rural.
Volviendo a la recuperación y luego derrota en Malvinas. Ante el hecho consumado, había que pronunciarse sobre un reclamo legítimo enarbolado por manos ensangrentadas. Sarlo adopta la posición de los unitarios exiliados en Montevideo que apoyaban a la flota anglo francesa que invadía el territorio nacional. San Martín que no coincidía con algunas de las políticas de Rosas, se ofreció a luchar y luego le obsequió su sable. San Martín no era un progresista en los términos de Sarlo. Por eso, en aquellos años de plomo la consigna que el autor de esta nota enarboló fue: "Luchar en la isla, recuperar el continente." Si Sarlo no hubiera archivado lo que aprendió cuando creía en las utopías y no en el cómodo conchabo en los actuales medios unitarios, recordaría una frase de un tal Lenín: "Estar contra el nacionalismo del país oprimido, es estar a favor del nacionalismo del país opresor." Entiendo que a Sarlo eso no le molestaba, porque si Inglaterra nos recolonizara, podría disfrutar de la asepsia informativa de la BBC.
La ensayista hizo agua cuando Nora Veiras le dijo que mentía en forma elegante: "Eso no es verdad", cuando afirmó que en Página 12 no se hablaba del Indec. Retrocedió molesta pero obstinada trató de relativizarlo, afirmando que se lo recluía en el suplemento económico. Cuando se le mencionó notas de Mario Wainfeld y Horacio Verbitsky, que como se sabe escriben en el cuerpo principal del diario, siguió impertérrita con sus verdades blindadas.
Cuando la misma periodista, ante su afirmación que leía La Nación, Clarín y Página 12, le recordó sus declaraciones en Debate: "De Clarín se puede pensar muchas cosas mal. Pero yo puedo comparar, porque no soy lectora permanente de Clarín", se la vio vacilar y recrear otra frase del mismo reportaje: "Creo que hay dos diarios con los cuales uno construye la esfera pública argentina, que son La Nación y Página. Clarín no lo estudio como diario"
Si a veces la construcción expositiva puede dar lugar a imprecisiones o endebleces, el material escrito no condice con los avatares de la improvisación. Por eso llama la atención que en su último libro "La audacia y el cálculo" en la página 132 después de afirmar: ". que el modo de caracterizar una situación y un antagonista tiene una importancia política capital", pocas líneas después en la páginas 132/ 133 escribe: " Destituyente podía ser cualquier sector o fracción que se sumara a las protestas, sin necesidad de probar que formaba parte de los sectores rurales. Los piquetes de campesinos pequeños, medianos y grandes eran destituyentes; pero también lo eran las manifestaciones urbanas, donde la mezcla social era muy visible"
Beatriz: ya no es cuestión meramente que olvidó el marxismo. Solo se pide que no use el lenguaje como una forma de obstaculizar la aprehensión de la realidad. Llamar campesinos a los pooles de siembra, a los Grobo, a los Werthein, es indigno de su inteligencia. O hablar de un conflicto del gobierno con el campo, una forma de usar el lenguaje para encubrir desde el título la caracterización del conflicto, de la misma manera como lo hacen los medios que la contratan. Tal vez, en las academias, los cerebros sufren un proceso de deterioro, fruto de las concesiones que se realizan para acceder a las mismas.
Descreer como lo hizo Sarlo de la influencia de los medios que la contratan en la fijación de la agenda diaria, revela que hace mucho la crítica literaria usa su prestigio en ese ámbito como salvavidas en su naufragio en el análisis político.
Finalmente, la escritora tuvo que reconocer la política de derechos humanos desplegada y aceptar y proponer que los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble tienen que hacerse las pruebas de ADN. Afirmaciones que no han sido recogidos en los medios que la vitorean.

EL DEBATE Y SUS RESULTADOS

Beatriz Sarlo, en 90 minutos, consiguió un conocimiento público, una popularidad callejera, que nunca había obtenido en sus largos años de docente universitaria. Su libro "La audacia y el cálculo" tendrá un espaldarazo en materia de ventas. Voluntaria o involuntariamente ha ingresado a Celebrityland, sobre el cual trata el capítulo primero de su libro. Una expresión que usa para explicar o describir la relación entre los medios de comunicación y la política. La recepción futbolera que se le hizo en el programa "La otra pata" en Radio Mitre, de la cual es columnista, la convierte en material de análisis de su libro. "Sa, sa, Sarlo" "Sa, sa , Sarlo" Sarlo si, Barone no" "Beatriz saliste a la cancha." Por si su ingreso a Celebrityland le produce algunos mareos o alimenta en forma desmedida su vanidad, le conviene leer lo que escribió en la página 34 de su libro: "Nada hay más inconsistente que las emociones teatrales de gente que nunca va al teatro." La tinellización es un viaje de ida.
Para "6,7,8", el resultado es obtener una repercusión y presencia importante en todos los medios y en especial en aquellos a los que le destina su desenmascaramiento, aún a costa de cierto desdibujamiento de sus panelistas. Los programas posteriores al del 24 de mayo, revelan un intento de sacarse la tierra de un resultado diferente, desfavorable, al esperado.

REPERCUSIONES POSTDEBATE

"Beatriz Sarlo desnudó a 6,7,8. Siete panelistas y el conductor no pudieron neutralizar sus agudas críticas" Luego, Pablo Sirven en La Nación del 26 mayo escribió en el primer párrafo: "Como un gladiador que en soledad viene de decapitar las siete cabezas de una hidra, Beatriz Sarlo amaneció ayer más cansada que de costumbre, tras su arriesgada pero brillante incursión televisiva en 6,7,8."
"La bajada de línea de Sarlo" por Ricardo Roa, ex montonero, hoy editor general adjunto en Clarín del 26 de mayo. En el último párrafo sostiene: "Sólo ellos saben por qué la invitaron a Sarlo para debatir el papel de los medios en un club donde hacen cacheo ideológico. Pero ella pudo con todos (en negrita en el original) Por su valor y sus ideas. Y porque siempre es frágil cualquier tinglado sostenido en la obsecuencia"
"Una rebelde en el centro de la escena" por Jorge Fernández Díaz en La Nación del 27 de mayo: "Sarlo se enfrentó sola al panel y puso en jaque el relato armado por el canal público y los intelectuales oficialistas....Su presencia echa luz sobre la ausencia de líderes opositores que tengan su coraje, integridad y convicción".
Sarlo pasó "6,7,8." Fue nada más, y nada menos, que una voz lúcida y disidente en un programa de la televisión pública" Nicolás Wiñazki Clarín 25-05-2011
" Recordemos : Barone intenta preguntarle a Sarlo por los lugares desde los cuales emite su discurso..¿ Por qué Sarlo no puede responder esa pregunta como cualquier otro mortal?
¿Qué es lo distintivo que tiene ella que le permite desestimar las preguntas de Barone? ."Conmigo no" significa, también, con los otros sí. No es un grito solidario. Sólo es la enunciación de quién cree que tiene prerrogativas diferentes a los demás mortales. Es decir, Sarlo es una intelectual, una académica que demostró que "con un poco de esfuerzo" puede permitirse debatir con Ricardo Forster.." Hernán Brienza Tiempo Argentino 29-05-2011.
"Al referirse al armado de una red kirchnerista de entornos virtuales, considera que se trata más o menos de la versión actual de una tradición iniciada por Perón, quien "comprendió que una política de masas no podía prescindir de los medios." "Una forma sutil de volver a la idea del peronismo como emanación fascista" Víctor Ego Ducrot, 29-05-2011
"La profundidad que puede lograr buceando en la literatura argentina se convirtió en levedad cuando surfeó en los paradigmas de la comunicación" Cynthia Ottaviano Tiempo Argentino 29-05-2011

LOS PERIODISTAS PROGRESISTAS

Beatriz Sarlo es la más inteligente de los intelectuales del establishment. Hace esfuerzos por dar algunas explicaciones sobre el kirchnerismo, intención que han abandonado por prejuicios ideológicos y anorexia de sus pensamientos Aguinis y Kovadloff. Pero Sarlo está muy lejos de ser una analista política. Es capaz de agarrarse de un acierto de Carrió y elogiarla como analista omitiendo cien delirios en forma de pronósticos apocalípticos que ha vertido en los últimos ocho años.
Pero su carácter de académica, de un prestigio acicalado por las revistas culturales de los grandes medios, influye sobre los periodistas progresistas que apoyan al gobierno y los que tienen ese mote revistiendo en la oposición.
Y hay una explicación dolorosa pero que es necesario decirla. Aunque provoque resquemor o repulsas. El progresismo abreva en el discurso sarmientino revestido con una pátina de sensibilidad social.
Le cuesta superar el axioma de civilización y barbarie. Algunos avanzan y lo dejan atrás, pero siempre como el perro de Pavlov, tienen reflejos condicionados. Así no logran superar la obnubilación, el encandilamiento que prodigan los distribuidores de prestigio que son las academias. No es lo mismo ser progresista que integrar el campo nacional y popular, aunque hay momentos que se junten y se superponen. En el campo nacional y popular se sabe desde su nacimiento que la barbarie era la civilización y la civilización era la máscara de la barbarie.
Que los procesos de transformación son complejos y que la política concreta implica meter las manos en la mierda. Que las revoluciones no son perfumadas como se cuentan a posteriori sino que tienen olor a pata. Que estómagos delicados sirven como degustadores de restaurant cinco estrellas pero no para integrar un colectivo de liberación con contradicciones profundas.
Que uno se ubica en la vereda donde se despliegan las grandes líneas y desde ahí se critica.
Que los progresistas son los que desde la tribuna exigen medidas que cuando le tocan a ellos aplicarlas siempre retroceden asustados por las condiciones objetivas y se atrincheran en "Más no se puede"
Que los francotiradores se ubican en torres de cristal desde donde bajan sus críticas impolutas, pero que cuando finalmente descienden a tierra, votan a favor de los poderosos.
Desde el campo nacional y popular reconozco algunos esfuerzos de Beatriz Sarlo para entender lo que pasa, pero no me intimida su posición de académica. Ahí donde generalmente se momifica el pensamiento. Y no es posible olvidarse que el poder conoce perfectamente quiénes son sus amigos y quienes sus enemigos.
Y Beatriz Sarlo trabaja para La Nación y Clarín. Expresa con matices su línea editorial. Se opuso a la 125 y a ley de medios.
Hace mucho que decidió poner sus esfuerzos en ese territorio.
Es una elección que es sin beneficio de inventario
Cantan eufóricos en los medios hegemónicos. En la barra de Radio Mitre le dijeron: "Beatriz, te pusiste la camiseta." Es la camiseta de Clarín. Que hace mucho que la viste. Ahora la transpira con entusiasmo.
La pregunta de Barone iba al meollo de la cuestión, el lugar desde el que realiza Sarlo las críticas. La desnudaba. Por eso la crítica literaria reaccionó como si la tuvieran ultrajando. De alguna manera es razonable. Se la estaba desnudando ante miles de personas.
El poder tiene olfato y saber distinguir. No se confunde. Sabe que camiseta se pone y transpira Beatriz Sarlo. Cosa que si le sucede al ensayista "progresista" Juan José Becerra, autor de algunos ensayos interesantes como "Patriotas" donde desnuda algunos personajes mediáticos. Pero ahora, desde el semanario "Miradas al Sur", se baja los pantalones ante la académica, y escribió:"Que algunos sectores conservadores- ya sean diarios sedientos de voceros implantados o particulares con firma- hayan fantaseado con que Beatriz Sarlo era uno "de ellos" responde a una ignorancia de su obra y de sus ideas, que no son kirchnerista- por supuesto- pero siguen estacionados en lo que llamamos "la izquierda".
De esa izquierda se nutrió la Unión Democrática y la Revolución Fusiladora y la que actuó recientemente como la izquierda de la Sociedad Rural.
Hay un GPS que evita desorientaciones: miremos a quien el poder económico exalta y a quien combate y se sabrá quién realmente es. Incluso, si le sirve, omitirá los deslices literarios de sus obras.

31-05-2011  |  * Enviado por su autor


Chau Keiko, chau Macri: Tarjeta roja al neoliberalismo*

Por Raúl Isman

Junio de 2011 (escrito antes de la segunda vuelta en Perú)

El corriente año 2011 se presenta relativamente auspicioso- desde el punto de vista electoral- para la marcha del proceso emancipatorio en nuestra América latina. En efecto, la llegada a la inminente segunda vuelta presidencial a realizarse el próximo 5 de junio en la patria de Tupac Amarú, Vallejo y Mariategui del comandante Ollanta Humala Tasso desbarató el intento de la reacción local de disputarse la presidencia como si fuera una interna neoliberal o- dicho en términos futboleros- como quién hace jueguito en un entrenamiento prestándose uno al otro la pelota.

La presencia del candidato de Gana Perú- más allá de lógicas y comprensibles concesiones discursivas realizadas de cara a la crucial disputa- implica una herida para el conjunto de las derechas y el imperialismo que no pueden digerir. Es que poco antes agruparon a los principales países que orbitan bajo el dominio estadounidense- Méjico, el propio Perú, Chile y Colombia, por supuesto- intentando alternativizar y confrontar con el arco de gobiernos que construyen una orientación favorable a la independencia de sus naciones en el marco de la patria grande y benefician a sus respectivos pueblos. Una muy deseable y probable llegada de Ollanta a la presidencia implica en primer lugar un freno a las maniobras del imperialismo, mirando la batalla desde una óptica muy general de la situación continental.

Pero es en el seno del Perú donde se agiganta la importancia de la derrota de la candidata neoliberal; quién no sólo es portadora de una ideología nefasta, que ya le ha causado a los pueblos de nuestra región del orbe un collar de sufrimientos infinitos. Se trata de una figura con cero construcción política propia que basa sus posibilidades electorales en el recuerdo de la nefasta, corrupta, asesina y entreguista dictadura conducida por su padre convicto por asesinato. Por lo tanto es la heredera legítima de un gobierno que tuvo en el Perú los mismos efectos que la dictadura procesista en la Argentina.

La s chances de Keiko se fundamentan en el impúdico acuerdo de lo sectores dominantes (¿y las garantías legales? ¿y la seguridad jurídica?), en los infundios y zancadillas planificadas desde los grandes medios de comunicación, en el acorazado cinismo de fracciones de clases medias y en las debilidades en la conciencia que pueden observarse en ciertos sectores populares. Un Triunfo de Ollanta implica derrotar a los grandes medios, a otros factores de poder y limitaría fuertemente la capacidad imperialista para influir sobre toda Sudamérica y, en particular, sobre las nuevas instituciones autónomas que despliegan su acción, como la Unasur. Por otra parte, es el único candidato de los que confrontan el próximo 5 de junio que podría reiniciar una recuperación del Perú centrado en la industrialización, la reconquista de derechos laborales, la extensión de la ciudadanía para los pueblos oprimidos y marginados del interior y la expansión del mercado interno.

Las encuestas marcan una inquietante paridad; por lo cual existen tres escenarios. Uno, el más deseable es el triunfo del candidato de Gana Perú. El comandante ha aglutinado detrás de sí a gran parte del movimiento social y de izquierdas en su país, un logro nada desdeñable habida cuenta que en la dispersión y fraccionamiento de tales agrupamientos radican las causas de gran parte de su inoperancia. Otro escenario es un indeseable, pero no descartable primer lugar para Keiko. Finalmente, la tercer posibilidad es un triunfo de la candidata de Fuerza 2011 por métodos fraudulentos a los cuales las derechas de toda Latinoamérica acuden toda vez que no pudieren ganar limpiamente un comicio.

Tarjeta roja a todas las lacras es una colorida consigna acuñada por un ex árbitro de fútbol devenido (pálida) esperanza de las derechas en la ciudad de Buenos Aires, jurisdicción que será escenario también de una dura batalla muy próximamente. La derrota de Keiko puede abrir un camino para expulsar al neoliberalismo del gobierno en el Perú, que debe continuar el mes siguiente con la salida del gobierno de la ciudad de Buenos Aires de Mauricio Macri. Tarjeta Roja a la reacción neoliberal en el Perú, en Buenos Aires, en toda nuestra América, en el orbe completo debe ser un contenido que unifique las luchas que cruzan prácticamente el orbe entero en los días que corren.

*Enviado por su autor


Ismael Serrano - A las Madres de Plaza de Mayo


Fragmento de Memoria sobre la batalla de Tucumán (1812)

Por Manuel Belgrano

Había pensado dejar para tiempos más tranquilos, escribir una memoria sobre la acción gloriosa del 24 de septiembre del año anterior; lo mismo que de las demás que he tenido, en mi expedición al Paraguay, con el objeto de instruir a los militares del modo más acertado, dándoles lecciones por medio de una manifestación de mis errores, de mis debilidades y de mis aciertos para que se aprovechasen en las circunstancias y lograsen evitar los primeros, y aprovecharse de los últimos.
Pero es tal el fuego que un díscolo, intrigante, y diré también, cobarde atentado, introdujo en el ejército, sin efecto en este pueblo y en la capital; y su osadía para haberme presentado un papel que por sí mismo lo acusa, cuando trata de elogiarse y vestirse de plumas ajenas, que no me es dable desentenderme y me veo precisado en medio de mis graves ocupaciones a privarme de la tranquilidad y reposo tan necesario, para manifestar a clara luz la acción del predicho 24 y la parte que todos tuvieron en ella.
Confieso que me había propuesto no hablar de las debilidades de ninguno, que yo mismo había palpado desde que intenté la retirada de la fuerza que tenía en Humahuaca a las órdenes de don Juan Ramón Balcarce, autor del papel que acabo de referir, pero habiéndome incitado a ejecutarlo, presentaré su conducta a la faz del universo con todos los caracteres de la verdad, protestando no faltar a ella, aunque sea contra mí, pues éste es mi modo de pensar y de que tengo dadas tantas pruebas, muy positivas, en los cargos que he ejercido desde mis más tiernos años y de los que he desempeñado desde nuestra gloriosa revolución no por elección, porque nunca la he tenido, ni nada he solicitado, sino porque me han llamado y me han mandado: errados a la verdad en su concepto.
Todos mis paisanos y muchos habitantes de la España saben que mi carrera fue la de los estudios, y que concluidos éstos debí a Carlos IV que me nombrase secretario del Consulado de Buenos Aires en su creación; por consiguiente mi aplicación poca o mucha, nunca se dirigió a lo militar, y si en el 1796 el virrey Melo, me confirió el despacho de capitán de milicias urbanas de la misma capital, más bien lo recibí como para tener un vestido más que ponerme, que para tomar conocimientos en semejante carrera.
Así es, que habiendo sido preciso hacer uso de las armas y figurar como capitán el año 1806, que invadieron los ingleses, no sólo ignoraba cómo se formaba una compañía en batalla, o en columna, pero ni sabía mandar echar armas al hombro, y tuve que ir a retaguardia de una de ellas, dependiente de la voz de un oficial subalterno, o tal vez de un cabo de escuadrón de aquella clase.
Cuando Buenos Aires se libertó, en el mismo año de 1806, de los expresados enemigos y regresé de la Banda Oriental a donde fui, después que se creó el cuerpo de patricios, mis paisanos haciéndome un favor, que no merecía, me eligieron sargento mayor, y a fin de desempeñar aquella confianza, me puse a aprender el manejo de armas y tomar sucesivamente lecciones de milicia. He aquí el origen de mi carrera militar, que continué hasta la repulsa del ejército de Whitelocke, en el año 1807, en la que hice el papel de ayudante de campo del cuartel maestre, y me retiré del servicio de mi empleo, sin pensar en que había de llegar el caso de figurar en la milicia: por consiguiente, para nada ocupaba mi imaginación lo que pertenecía a esta carrera, si no era ponerme alguna vez el uniforme para hermanarme con mis paisanos.
Se deja ver que mis conocimientos marciales eran ningunos, y que no podía yo entrar al rol de nuestros oficiales que desde sus tiernos años, se habían dedicado, aun cuando no fuese más que a aquella rutina que los constituía tales: pues que ciertamente, tampoco les enseñaban otra cosa, ni la Corte de España quería que supiesen más.
En este estado sucedió la revolución de 1810; mis paisanos me eligen para uno de los vocales de la Junta provisoria, y esta misma me envía al Paraguay de su representante, y general en jefe de una fuerza a que dio el nombre de ejército porque había sin duda en ella de toda arma, y no es el caso hablar ahora de ella, ni de sus operaciones de entonces.
Pero ellas me atrajeron la envidia de mis cohermanos de armas y en particular el grado de brigadier, que me confirió la misma junta, haciendo más brecha en el tal don Juan Ramón Balcarce, que además, había sido el autor para que no fuese en mi auxilio el cuerpo de húsares de que era teniente coronel, intrigando y esforzándose con sus oficiales en una junta de guerra, hasta conseguir que cediesen a su opinión, exceptuándose solamente uno, que en su honor debo nombrar: don Blas José Pico.
Era, pues, preciso que sostuviese un hecho tan ajeno de un militar amante de su patria, y que ahora he comprendido, era efecto de su cobardía y de una revolución intentada efectuada por otros fines, y cuyos autores jamás pensaron en vejarme, ni abatir, mis tales cuales servicios, honrados, y patrióticos, le dio lugar a que valiéndose de él, pidiese la recíproca, e hiciese que los oficiales de aquel cuerpo que por sí mismo se había degradado, no concurriesen al socorro de sus hermanos de armas abandonados, se empeñaron y agitaron los ánimos, para que se me quitase el grado y el mando de aquel ejército, que ya aterraba a los de Montevideo.
Bien se ve que hablo de la revolución de 5 y 6 de abril de 1811, y no tengo para calificar ante mi Nación y ante todas las que han sido instruidas de ellas cual será don Juan Ramón Balcarce, cuando lo presente como un individuo que cooperó a ella, y que acaso en todo lo concerniente a mi, puedo asegurar, fue el primero y principal promovedor.
Conocía esto yo y lo sabía muy bien, cuando el gobierno me envió a tomar el mando de este ejército y le hallé que estaba en Salta con una fuerza de caballería: consulté con el general Pueyrredón sobre su permanencia en el ejército, no por mi (hablo verdad) sino por la causa que defendemos, y me contestó que no había que desconfiar.
Con este dato, creyendo yo al general Pueyrredón un verdadero amante de su patria, apagué mis desconfianzas, y habiéndome escrito con expresiones excedentes a mi mérito, le contesté en los términos de mayor urbanidad y traté desde aquel momento de darle pruebas de que en mí no residía espíritu de venganza, sin embargo de haber observado por mí mismo, que su conciencia le remordía en sus procedimientos contra mí, y de los que con tanto descaró había ejecutado su hermano don Marcos, de que en el gobierno hay pruebas evidentes.
Así es que llegado al Camposanto donde se me reunió inmediatamente, lo hice reconocer de mayor general interino del ejército por hallarse indispuesto el señor Díaz Vélez y sucesivamente fié a su cuidado comisiones de importancia, dejándolo con el mando de lo que se llamaba ejército, mientras mi viaje a Purmamarca. A mi regreso, lo ocupé también, cuando la huida del obispo de Salta, o su ocultación, y no había cosa en que no le manifestase el aprecio que hacía de él.
Llega el caso de poner en movimiento el ejército, no porque estuviese en estado, porque con dificultad podía presentarse una fuerza más deshecha por sí misma, ya por su disciplina y subordinación, ya por su armamento, ya también por los estragos del chucho (terciana, o fiebre intermitente), sino porque convenía ver si con mi venida y los auxilios que me seguían podía distraer al enemigo de sus miras sobre Cochabamba.
Inmediatamente eché mano de él y lo mandé a Humahuaca con la tal cual fuerza disponible que había, quedándome yo con el resto con que fui a Jujuy a situarme, para poder trabajar en lo mucho que debía hacerse de reponer un cuerpo enteramente inerme y casi en nulidad que era el ejército en donde no se conocía la filiación de un soldado y había jefe que en sus conversaciones privadas se oponía a ella, cual lo era el comandante de húsares don Juan Andrés Pueyrredón, sin duda para que todo siguiera en el mismo desorden.
Me hallaba en Jujuy y por sus mismos partes (de Balcarce) y oficios y aun cartas amistosas clamaba porque le dejase salir a perseguir algunas partidas enemigas, que me decía, recorrían el campo se lo permití y llegado hasta Congrejillos, y aun antes, me insinuaba que no convenía separarse tanto del cuartel general le hice retirarse, así porque supe que no había enemigos hasta Suipacha y aquellas cercanías, como porque veía que mi intento no se lograba de poner en movimiento al enemigo, que sabía, si cabe decirlo así, tanto o más que yo lo que era el tal ejército.
Se retiró, según mis órdenes, de Cangrejillos y tiene la osadía de decirme en el papel que me ha dado mérito a esta memoria, que había ido hasta Yaví y había ahuyentado a todas las partidas enemigas, cuando no encontró una, ni en aquella salida hubo más que mandar a don Cornelio Zelaya y don Juan Escobar a traer al tío del marques de Tojo (o Yaví, pues con los dos nombres era designado) de su población de Yaví.
Es verdad que en Humahuaca promovió el reclutamiento de los hijos de la quebrada, que tanto honor han hecho a las armas de la patria, y se empeñó en su disciplina, para lo que él confieso que es a propósito y si en mi mano estuviera lo destinaría la enseñanza y particularmente de la caballería, pero de ningún modo a las acciones de guerra.
Empecé a desconfiar de su aptitud para ellas en los momentos en que me avisó lo movimientos del enemigo de Suipacha puede juzgarle de su cavilosidad y cobardía por sus mismos oficios y consultas repetidas, tanto que me vi precisado a mandar al mayor general Díaz Vélez, a hacerse cargo del mando, y aun a escribirle una carta reservada del estado de mi corazón respecto de aquél, pues ya no confiaba en sus operaciones, y me llenaba de desconfianza de si quería, o no hacer lo que hizo con Pueyrredón de darle un parte de que los enemigos bajaban, para que se retirase cuando aquéllos ni lo habían imaginado.
Llegado el mayor general Díaz Vélez a Humahuaca con el designio de distraer al enemigo por uno de los flancos, no pudiendo verificarlo por su proximidad, dictó sus órdenes para que se retirasen las avanzadas, que hizo firmara Balcarce por la mayor prontitud y aun al día siguiente se privase de esto, para decir de su honrosa retirada, cuando todas las disposiciones eran debidas al expresado mayor general, y cuando jamás se le vio a retaguardia de la tropa, pues al contrario en la vanguardia con los batidores era su marcha.
Esto lo presencié por mí mismo, cuando habiéndome dado parte, en la Cabeza del Buey, de que el enemigo avanzaba y sólo distaba cuatro cuadras del cuerpo de retaguardia, mandé que se replegase a mi posición y me dispuse a recibirlo: vi, pues, entonces, que con los batidores, y a un buen trote, el primer oficial que se me presento fue el don Juan Ramón, y sé que sucesivamente hizo otro tanto hasta que vino envuelto entre el cuerpo dicho de retaguardia, perseguido de los enemigos. Cuando éstos se me presentaron en el río de las Piedras y logré rechazarlos con 100 cazadores, cien pardos y otros tantos de caballería y entre los cuales no fue el primero a presentárselas, ni a subir una altura que ocupaban, y en que se distinguió el capitán don Marcelino Cornejo; habiendo quedado a retaguardia el mencionado don Juan Ramón.
Como, desde esta acción, ya mi cuerpo de retaguardia, viniese a corta distancias resuelto a sostenerme para no perderlo todo consultando con el mayor general, en la Encrucijada los medios y arbitrios que pudiéramos tomar para el efecto, que apuntó el nominado don Juan Ramón, para enviarlo con anticipación a ésta (Tucumán), donde tenía concepto por haber estado en otro tiempo de ayudante de las milicias y me resolví; dándole las más amplias facultades para promover la reunión de gente y armas y estimular al vecindario a la defensa.
Desempeñó esta comisión muy bien, dio sus providencias para la reunión de gente así en la ciudad como en la campaña, bien que más tuvo efecto la de ésta, en que intervinieron don Bernabé Aráoz, don Diego Aráoz y el cura doctor don Pedro Miguel Aráoz, pues de la ciudad, la mayor parte, con vanos pretextos, o sin ellos no tomaron las armas siendo los primeros que no asistieron los capituladores exceptuándose solamente don Cayetano Aráoz, y habiéndose ido dos o tres días antes de la acción, el gobernador intendente de Domingo García, y no pereciendo en ella el teniente gobernador don Francisco Ugarte.
El día que me acercaba a esta ciudad, se anticipó el ayudante de don Juan Ramón, don José María Palomeque, a anunciarme la reunión de gente, noticia que recibí con el mayor gusto, y que ensanchó mi ánimo. Volé a verla por mí mismo y hablé con aquél en la quinta de Ávila, donde nos encontramos, y haciendo toda confianza de él, y tratando de nuestra situación, le hice ver las instrucciones que me gobernaban, las más reservadas, manifestándole mi opinión acerca de esperar al enemigo: convino, lo mismo que había hecho en la Encrucijada, exponiéndome que no había otro medio de salvarnos, en cuya consecuencia, escribí al gobierno el 12 de septiembre; y aún le enseñé allí mismo el borrador, haciendo toda confianza de él.
Sucesivamente se reunieron hasta 600 hombres a sus órdenes, en que había húsares, decididos y paisanos, y les dio sus lecciones constantemente, contrayéndose en verdad a su instrucción y a entusiasmarles en los días que mediaron, con un celo digno de aprecio, pero ya empecé a entrever su insubordinación respecto del mayor general Díaz Vélez, y una cierta especie de partido que se formaba, habiendo llegado a término de escándalo la primera, aun a las inmediaciones de la tropa y paisanaje, que me fue necesario prudencia por las circunstancias y en particular por no descontentar a los últimos, que, como he dicho, tenían un gran concepto formado de él. Es preciso no echar mano jamás de paisanos para la guerra, a menos de no verse en un caso tan apurado como en el que me he visto.
Dispuse pues dividir aquel cuerpo, dándole a mandar el ala derecha, que la componía una mitad (de dicho cuerpo) y a don José Bernáldez el ala izquierda, que era la otra mitad con orden expresa de que se dividieran del mismo modo las armas de fuego, orden que no se cumplió y de que fui exactamente cerciorado, cuando al marchar para el frente del enemigo, me hace presente Bernáldez, la falta de armas de fuego, por no haberse ejecutado mi expresada orden.
El momento de la acción del 24 llega: la formación de la infantería era en tres columnas, con cuatro piezas para los claros y la caballería marchaba en batalla, por no estar impuesta, ni disciplinada para los despliegues, ni podía ser en tanto corto tiempo como el que había mediado del 12 al 24.
Hallándome con el ejército, a menos de tiro de cañón del enemigo, mandé desplegar por la izquierda las tres columnas de infantería, unica evolución que habían podido aprender en los tres días anteriores, en que habíamos hecho algunas evoluciones de lineal y que se podía esperar que se ejecutase la tropa con facilidad y sin equivocación, quedando los intervalos correspondientes para la artillería. Se hizo esta maniobra con mejor éxito que en un día de ejercicio.
El campo de batalla no había sido reconocido por mí, porque no se me había pasado por la imaginación, que el enemigo intentase venir por aquel camino a tomar la retaguardia del pueblo, con el designio de cortarme toda retirada, por consiguiente me hallé en posición desventajosa, con partes del ejército en un bajío, y mandé avanzar siempre en línea que ocupaba una altura y sufría sus fuegos de fusilarla sin responder con artillería, hasta que observando mas que ésta había abierto claros y que los enemigos ya se buscaban unos a otros para guarecerse mandé que avanzase la caballería, y ordené que se tocase paso de ataque a la infantería.
Confieso que fue una gloria para mí, ver que resultado de mis lecciones a los infantes para acostumbrarlos a calar bayoneta al oír aquel toque, correspondió a mis deseos; no así en la caballería del ala derecha que mandaba don Juan Ramón Balcarce, pues lejos de avanzar a su frente, se me iba en desfilada por el costado derecho en esta situación, observé que el enemigo, desfilaba en martillo a tomar flanco izquierdo de mi línea y fiando al cuidado de los jefes de aquel costado, aquella atención, me contraje a que la caballería del ala derecha ejecutase mis órdenes.
Hallándome en aquellos apuros, no sé quién vino a decirme de la parte de Balcarce, que luego que la infantería hubiese destrozado al enemigo, avanzaría la caballería: entonces se redoblaron mis órdenes de avanzar y empezándolas a cumplir, marchando el ejército, le mandé decir con mi edecán Pico, que no era aquél modo de avanzar, que lo ejecutase a galope. Sin embargo tomó dirección, no a su frente sino sobre la derecha, y viéndome así burlado en mi idea, volví a retaguardia y presentándoseme en el cuerpo de reserva el capitán don Antonio Rodríguez, al frente de la caballería que había allí, le mandé avanzar por el punto donde me hallaba, y lo ejecutó con un denuedo propio. Observaba este movimiento, y vuelvo sobre mi costado izquierdo, para saber el éxito de aquella tropa del enemigo, que había visto desfilar y me encuentro con el coronel Moldes que se venía hacia mí y me pregunta: "¿Dónde va usted a buscar mi gente?" (Su gente debía decir, porque el coronel Moldes no mandaba ninguna). Entonces me manifiesta que estaba cortado: "pues vamos a buscar a la caballería" -le dije- y tomó mi frente que los enemigos habían abandonado.

Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/b/belgrano_autobio.php


Biografía política de Camilo Torres

Vida de Camilo

Por Edgar Camilo Rueda Navarro

2002

Jorge Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929. Sus padres fueron Calixto Torres Umaña, prestigioso médico, e Isabel Restrepo Gaviria. De familia acomodada, burguesa y liberal. Vivió junto con su familia en Europa, entre 1931 y 1934. En 1937, el matrimonio se disolvió, y Camilo pasó a vivir con su madre y su hermano Fernando.

Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar un semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual Camilo se comenzó a interesar por la realidad social, creando un círculo de estudios sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como cristiano, se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.

Camilo se ordenó como sacerdote en 1954, y luego viajó a Bélgica a estudiar sociología en la Universidad de Lovaina. Durante su estadía en Europa, hizo contacto con la Democracia Cristiana, el movimiento sindical cristiano, y con los grupos de resistencia argelina en París, factores que lo llevaron a acercarse a la causa de los oprimidos. Fundó con un grupo de estudiantes colombianos de la universidad el ECISE (Equipo colombiano de investigación socioeconómica)

En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo “Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá” (publicado en 1987 como “La proletarización de Bogotá”), que fue uno de los pioneros en sociología urbana del país. En 1959 regresó a Bogotá y fue nombrado capellán de la Universidad Nacional. Allí, junto con Orlando Fals Borda, fundó la Facultad de Sociología en 1960, a la que estuvo vinculado como profesor.

Sus investigaciones sociológicas iniciadas con su tesis de grado lo llevaron a familiarizarse con las estructuras sociales tanto urbanos como rurales. Fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC), y desarrolló trabajos de investigación y de acción social en barrios populares y obreros de Bogotá, como el barrio Tunjuelito. Como capellán, introdujo en Colombia muchas de las reformas del II Concilio Vaticano, como dar la misa de frente y no de espaldas, y decirla en español y no en latín. Pregonó que el problema no era rezar más sino amar más.
En 1961 empezó a tener problemas con el cardenal Concha Córdoba, quien no veía con buenos ojos las labores de Camilo. La situación fue tornándose espinosa, hasta que el prelado lo destituyó de su cargo de capellán, de los trabajos académicos y de las funciones administrativas que tenía en la Universidad Nacional.


Camilo Torres - Fragmento del discurso a los estudiantes, Universidad Nacional de Bogotá

Colaboró con la investigación dirigida por Germán Guzmán, publicada como “La violencia en Colombia” (1962, segundo tomo 1964). En 1963 presentó el ensayo “La violencia y los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas”, en el primer Congreso Nacional de Sociología. Hizo parte del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA) y la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). Presionado por el alto clero, en 1965 renunció al sacerdocio.

Ese año, planteó una plataforma para un movimiento de unidad popular, gestando así a la fuerza política “Frente Unido del pueblo”. Desarrolló numerosas manifestaciones y actos públicos, y publicó el semanario “Frente Unido”. Igualmente hizo contacto con el Ejército de Liberación Nacional, conformado en 1964, con el que acordó la continuación de la agitación política en las ciudades, y su posterior ingreso a la organización cuando se considerase necesario.

El segundo semestre de 1965 Camilo trabaja en el impulso al Frente Unido y en la publicación del semanario del movimiento (el “Frente Unido”). Camilo llenó las plazas públicas y tuvo un vertiginoso ascenso político. Ratificó el abstencionismo como posición revolucionaria.

Luego del hostigamiento y la persecución estatal, se vinculó en noviembre al ELN, y lanzó la “Proclama a los colombianos”. En su primer combate, el 15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento

Fuente: http://www.elortiba.org/camilo.html


La reforma universitaria de 1918

El 15 de junio de 1918 los estudiantes de la universidad de Córdoba impidieron la designación del Dr. Antonio Nores como nuevo rector y declararon la huelga general. Luchaban porque el régimen universitario vigente, especialmente en la Universidad de esa provincia, tenía programas de estudio anacrónicos, porque el cuerpo de docentes y directivos no se renovaba y el ingreso estaba vedado a amplios sectores de la población. El gobierno de Hipólito Yrigoyen apoyó el movimiento y pronto la reforma se llevó a cabo. Los cambios realizados posibilitaron el cogobierno de estudiantes, graduados y profesores, la renovación de los programas de estudio y la apertura de los estudios superiores a la clase media. La Reforma Universitaria de 1918 tuvo un amplio impacto en toda América Latina e incluso varios de los manifiestos del Mayo Francés, en 1968, recordaban las jornadas de Córdoba. Para recordar este episodio, reproducimos a continuación el Manifiesto Liminar, redactado por Deodoro Roca, y publicado en una edición extraordinaria de la Gaceta Universitaria el 21 de junio de 1918.
Fuente: Ministerio de Educación y Justicia, Talleres gráficos, Buenos Aires, 1988.

Reforma Universitaria de 1918

Manifiesto de Córdoba

La Juventud Argentina de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica
21 de junio de 1918

Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en nuestro país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de los mediocres han encontrado en ella inesperado apoyo. Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien el alto el derecho sagrado a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual de la juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son –y dolorosas-de todo el continente. ¿Qué en nuestro país una ley –se dice-, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo. La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada, es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo podrán ser maestros en la república universitaria los verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos. Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el conflicto universitario. La federación universitaria de Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad. El sentido moral estaba obscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada, el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros —los más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la federación universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados, contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de los estudiantes». Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria! Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia.

Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidentes -Gumersindo Sayago -Alfredo Castellanos -Luis M. Méndez -Jorge L. Bazante -Ceferino Garzón Maceda -Julio Molina -Carlos Suárez Pinto -Emilio R. Biagosh -Ángel J. Nigro -Natalio J. Saibene -Antonio Medina Allende -Ernesto Garzón.

Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/primeros_gobiernos_radicales/la_reforma_universitaria.php


Sobre la increíble historia de un poema que Bertolt Brecht nunca escribió

Por Alberto J. Franzoia

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".


La historia de este famoso poema esta atravesada por el error frecuente, la contradicción existencial, el cambio permanente de sus formas, la aprobación post mortem de su versión escrita y la desfachatada falacia de ciertos “demócratas”. No pertenece a quien con frecuencia se le ha atribuido; nunca fue escrito exactamente como lo conocemos por su verdadero creador; sufrió numerosas modificaciones en su construcción; la versión finalmente aprobada es la que dio la segunda esposa del autor, Sibylle Sarah Niemoeller-von Sell, cuando éste ya había fallecido; y, además, fue vaciado de un fragmente de su contenido real por aquellos que se autoproclaman asiduamente los máximos exponentes de la democracia y el pensamiento libre.

Desmenucemos entonces cuál es la historia de un poema sin título pero que suele ser presentado como “Ellos vinieron”. Lo primero que hay que decir es que el error lo ha acompañado por años, ya que ha sido atribuido en reiteradas ocasiones al dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht (1898-1956) sin que el mismo tuviese ninguna responsabilidad al respecto; error que se ha multiplicado hasta el hartazgo desde que existe Internet. Este medio maravilloso que ha revolucionado la historia de las comunicaciones, transmitiendo a gran velocidad y a una enorme cantidad de seres humanos distribuidos en todo el mundo información y conocimientos verdaderos, también es el responsable de amplificar errores y falacias como ninguno. Ocurre que el verdadero gestor de lo que hoy se conoce como el poema “Ellos vinieron” fue el alemán Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984), quien a lo largo de su curiosísima historia de vida recorrió el largo camino que va desde la condición de comandante de un submarino alemán durante la Primera Guerra a pastor, y de su inicial apoyo como pastor al nazismo hasta la lucha contra las guerras desatadas por el imperialismo, al punto de visitar en 1965 Vietnam del Norte para reunirse con Ho Chi Minh.

Niemöller tenía una visión prejuiciosa del movimiento obrero y manifestaba serias simpatías por el antisemitismo, todo lo cual lo condujo casi con naturalidad en la Alemania de los años treinta hacia el apoyo a Hitler. Sin embargo, sus diferencias con el régimen se fueron desarrollando poco a poco, pasando a la indiferencia y luego a oponerse a que su iglesia fuese funcional a las imposiciones nazis, pues consideraba que su único referente sólo podía ser Dios. Esta nueva situación lo condujo, como era de esperar en una coyuntura política dominada por la expresión más bárbara que ha gestado el capitalismo, en un primer momento a prisión y luego a los tenebrosos campos de concentración del nazismo, siendo recluido tanto en Sachsenhausen como en Dachau.

Recién cuando en 1945 termina la Segunda Guerra recuperó la libertad regresando a su actividad como pastor protestante. Y fue precisamente durante sus sermones cuando comenzó a gestar paulatinamente, con modificaciones introducidas en cada uno de ellos, el poema que estoy considerando. Pero la que finalmente se convertiría en la versión escrita aprobada es la que dio su esposa Sibylle Sarah Niemoeller-von Sell, quien había escuchado por primera vez al que muchos años más tarde sería su compañero cuando era apenas una niña. Esta mujer, que provenía de una aristócrata familia prusiana, siendo ya una adolescente llegó a enfrentar a los nazis con un arma en sus manos. En Argentina uno de los mejores recitados del poema considerado es el de la talentosa actriz Cipe Lincovsky. En 2006, al cumplirse 50 años de la desaparición física de Bertolt Brecht ella realizó el unipersonal “Cipe dice a Brecht”.

La historia del poema no es ajena a la propia historia de vida del Martin Niemöller, quien en un giro de 180º pasó de su inicial complicidad con el régimen nazi hacia el compromiso militante por la paz. Su increíble metamorfosis ideológica lo condujo en el final de su vida, cuando ya había alcanzado los 90 años y se autodefinía como un revolucionario, a expresar irónicamente que si viviera hasta los 100 quizás acabaría siendo anarquista. Este hombre pues ha sido el verdadero responsable de un poema famoso que recorrió el mundo rodeado de equívocos.

Como dato nada menor, para culminar el sintético relato de esta apasionante historia, cabe acotar que allí donde el capitalismo occidental intenta definir lo que sería su paradigmático estilo de vida, Estados Unidos de Norteamérica, y en un espacio reservado a la muy necesaria memoria del horror, como es el Museo del Holocausto en Washington, la presentación del poema tiene una curiosa e inquietante particularidad (otra más), se le ha amputado nada menos que su primera frase, aquella con la que Niemöller invariablemente iniciaba su exposición:

"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.”

La Plata, julio de 2011


Un rico botín literario

Por Juan Carlos Valdivia Cano *

(Comentario sobre la novela “El botín de la Buena Muerte” de Jorge Rendón Vásquez en la presentación de este libro en el Colegio de Abogados de Arequipa, Perú, el 12 de julio de 2011)

Cuando en la tarde les dije por teléfono a dos personas muy queridas que iba a presentar una novela, sólo quería invitarlas a que fueran sin decírselo directamente, porque sabía que su intuición, que no su formación literaria, iba a impedir que se aburrieran. Cuando colgué el teléfono me di cuenta de que un ligero sentimiento de orgullo acompañó mi invitación telefónica. Cosa que, supongo, ocurrió no sólo porque presentaba una novela, sino porque era la primera vez en mi vida que lo hacía. Mi relación con la literatura, aunque ya vieja, es sólo la del filoliterato, o sea amigo de la literatura; como quien dice filósofo, amigo de la filosofía, no necesariamente sabio o filósofo. Y porque una persona como Jorge Rendón Vásquez, arequipeño lúcido y maduro, como hombre, como abogado y como artista, me escogiera a mí para presentar su novela “El botín de la Buena Muerte”, aunque en este caso el orgullo iba acompañado de una migaja de envidia que mi formación cristiana me impide ocultar, esperando su amable discreción.

No hablo como crítico literario, porque no lo soy y porque no puedo separar nunca al autor de su obra. Mis argumentos son todos ad hominen, como decían los abogados cuando eran cultos. Y voy al grano. Creo que lo más importante de esta novela es el sentimiento de fondo: en cada página, en cada conducta, en cada pensamiento del grupo “Cahuide” (o “Illapa”) está presente la más humana y profunda de las necesidades: la mariateguiana necesidad de mito. Y el mito que nos propone esta novela además sigue siendo el mismo de Mariátegui, válido para todos los peruanos que no han perdido el alma: la revolución contra la inequidad social y económica, contra la mentalidad colonial y la ignorancia que esta detrás, contra los gobiernos entreguistas y mezquinos que son mayoría, contra las oligarquías supérstites, contra el fraude, la corrupción y la exclusión machista, homofóbica o racista, etc.

Y cuando decimos mitos decimos también mentiras y cuando decimos mentiras decimos ficciones y cuando decimos ficciones decimos literatura. Y en esta novela, se muestra con una claridad y una concreción irremplazables por otra disciplina o por otro género literario, la vida peruana tal cual es en concreto, hasta ahora y desde siempre. Esto es más concreto aun para los arequipeños, porque personajes y situaciones claves se desarrollan en Arequipa: los años cincuenta y la dictadura de Odria. Son loablemente puestos en escena los grandes problemas peruanos, pero también la vida íntima, la subjetividad y la cultura, los amores militantes y extra militantes, a través de personajes perfectamente bien delineados en todos sus matices y relaciones. Todo ello mediante una prosa muy sobria y precisa, un lenguaje impecablemente utilizado, tierno y justo a la vez. Ello hace a sus personajes tan verosímiles como los datos tomados de la vida real, con nombres reales y de carne y hueso, como el de Manuel Apolinario Odría.

El mito que propone esta novela es el de la rebelión contra todo tipo de opresión. Pero mito y ficción no tienen aquí sentido peyorativo sino todo lo contrario. Por eso cuando digo mito digo José Carlos Mariátegui: “No se vive fecundamente sin una concepción metafísica de la vida. El mito mueve al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene ningún sentido histórico”.

* Abogado, Profesor de la Universidad Católica Santa María y de la Universidad de San Agustín de Arequipa, periodista.


Zygmunt Bauman y la crítica como llamado al cambio


Aunque la derecha juegue con globos y pretenda diluírse ideológicamente reaccionaria se queda

Por Raúl Isman

Agosto de 2011

Un fantasma recorre el orbe. Se trata de algo más que un simple espectro. Es más bien una fuerza marcadamente material, aunque con un indudable peso simbólico. La derecha es el fantasma que mencionamos, articulada, territorial mente, nacionalmente y por sobre todo desde su construcción global mediática. Un hilo conductor unifica desde el ataque genocida en Noruega hasta la sorprendente performance de un cómico de picardías poco sutiles en la provincia argentina de Santa Fe. Para peor este ni siquiera se privó de reconocer que no tenía la menor idea de cómo tratar los asuntos de estado. Es el mismo vínculo que liga desde los exabruptos impunes de Berlusconi a la sonoridad provocadora del discurso del Frente Nacional Francés. O relaciona el descarado racismo de la derecha boliviana con las danzas con globos en los festejos del Macrismo, al imponerse con guarismos indescontables en la primera y la segunda vuelta en la ciudad de Buenos Aires: se trata nada menos que de la pregnancia de la derecha, su facilidad para capturar la conciencia de muchas de sus víctimas, su enorme ductilidad para apropiarse del sentido común, su perseverancia difundiendo contenidos y tópicos que alejan a los sectores populares de defender sus verdaderos intereses.

En la Argentina, las fiestas reaccionarias con globos- muy inconcientemente por cierto- develan la más profunda realidad del hemisferio derecho del sistema político en nuestro país. Es que aquí, globo es otro nombre dado a la mentira y globero es el mentiroso. Y los embustes consisten en presentarse con un rostro festivo, apolítico e anti-ideológico, cuando en rigor la fiesta es sólo para los sectores más poderosos, son políticos al servicio del bloque dominante y del imperialismo y su ideología (cuando no la ocultan) no es otra cosa que el nefasto neoliberalismo, que provocó las crisis más sonoras del último cuarto del siglo XX y lo que va de la presente centuria. Parte de la ideología de los derechistas en todo el mundo es difundir un modo salvaje y antilegal de resolver la problemática de la delincuencia, la búsqueda de soluciones puramente individuales o la constante demonización de los inmigrantes. Pero cuando un ¿lunático? la pone en acto, como en el repudiable atentado en Oslo, solícitos todos los reaccionarios corren a despegarse. ¿No advierten que se trata de la realización sangrienta del clima cultural que la propia derecha propicia? Por supuesto que lo tienen claro, pero toman distancia para no ser salpicados por los efectos indeseables de su propia acción práctica e ideológica. Sus manos están tan machadas con sangre, como su conciencia con la materia fecal que ellos difunden (ser globeros es una actitud común para la reacción). Macri, que propicia hipócritamente modales zen y buenas ondas, apañó a la U.C.E.P. que le pegaba patotéramente a los pobres en situación de calle, mandaba a espiar hasta a su propia parentela, realizó campañas al lado de las cuales el hediondo riachuelo porteño resultaba un transparente manantial, nombró ministro de educación en la ciudad a un troglodita que consideraba al rock and roll una creación de Lucifer y mandaba amenazar profesionales de la salud, entre otras expresiones de su profunda condición de impenitente globero.

¿Por qué le resulta tan fácil a la derecha travestirse (quedando no obstante siempre en condición de reaccionaria)? No existe una única explicación, tampoco existe unanimidad al respecto. Pero lo cierto es que la lucha cultural contra las (nuevas y viejas) fuerzas neocoloniales es más urgente que nunca.


Héctor Pacheco - El descamisado. Orquesta de Alfredo Attadía, letra de Antonio Helú y Enrique Pedro Maroni

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Héctor Pacheco - El descamisado, orquesta de Alfredo Attadía, letra de Antonio Helú y Enrique Pedro Maroni (Clic en Track details)

La última y mala noticia sobre Haroldo Conti

Por Gabriel García Márquez

5 de mayo de 1976: desaparece Haroldo Conti

A Haroldo Conti, que era un escritor argentino de los grandes, le advirtieron en octubre de 1975 que las fuerzas armadas lo tenían en una lista de "agentes subversivos". La advertencia se repitió por distintos conductos en las semanas siguientes y, a principios de 1976, era ya de dominio público en Buenos Aires. Por esos días, me escribió una carta a Bogotá, en la cual era evidente su estado de tensión. "Martha y yo vivimos prácticamente como bandoleros", decía, "ocultando nuestros movimientos, nuestros domicilios, hablando en clave". Y terminaba: "Abajo va mi dirección, por si sigo vivo". Esa dirección era la de su casa alquilada en el número 1205 de la calle Fitz Roy, en Villa Crespo, donde siguió viviendo sin precauciones de ninguna clase hasta que un comando de seis hombres armados la asaltó a medianoche, nueve meses después de la primera advertencia, y se lo llevaron vendado y amarrado de pies y manos, y lo hicieron desaparecer para siempre. Haroldo Conti tenía entonces 51 años, había publicado siete libros excelentes y no se avergonzaba de su gran amor a la vida. Su casa urbana tenía un ambiente rural: criaba gatos, criaba palomas, criaba perros, criaba niños y cultivaba en canteros legumbres y flores. Como tantos escritores de nuestra generación, era un lector constante de Hemingway, de quien aprendió además la disciplina de cajero de banco. Su pensamiento político era claro y público, lo expresaba de viva voz y lo exponía en la prensa, y su identificación con la revolución cubana no era un misterio para nadie.

Desde que recibió las primeras advertencias tenía una invitación para viajar a Ecuador, pero prefirió quedarse en su casa. "Uno elige", me decía en su carta. El pretexto principal para no irse era que Martha estaba encinta de siete meses y no sería aceptada en avión. Pero la verdad es que no quiso irse. "Me quedaré hasta que pueda, y después Dios verá", me decía en su carta, "porque, aparte de escribir, y no muy bien que digamos, no sé hacer otra cosa". En febrero de 1976, Martha dio a luz un varón, a quien pusieron el nombre de Ernesto. Ya para entonces, Haroldo Conti había colgado un letrero frente a su escritorio: "Este es mi lugar de combate, y de aquí no me voy". Pero sus secuestradores no supieron lo que decía ese letrero, porque estaba escrito en latín.

El 4 de mayo de 1976, Haroldo Conti escribió toda la mañana en el estudio y terminó un cuento que había empezado el día anterior: A la diestra. Luego se puso saco y corbata para dictar una clase de rutina en una escuela secundarla del sector, y antes de las seis de la tarde volvió a casa y se cambió de ropa. Al anochecer ayudó a Martha a poner cortinas nuevas en el estudio, jugó con su hijo de tres meses y le echó una mano en las tareas escolares a una hija del matrimonio anterior de Martha, que vivía con ellos: Myriam, de siete años. A las nueve de la noche, después de comerse un pedazo de carne asada, se fueron a ver El Padrino II. Era la primera vez que iban al cine en seis meses. Los dos niños se quedaron al cuidado de un amigo que había llegado esa tarde de Córdoba y lo invitaron a dormir en el sofá del estudio.

Cuando volvieron, a las 12.05 horas de la noche, quien les abrió la puerta de su propia casa fue un civil armado con una ametralladora de guerra. Dentro había otros cinco hombres, con armas semejantes, que los derribaron a culatazos y los aturdieron a patadas.

El amigo estaba inconsciente en el suelo, vendado y amarrado, y con la cara desfigurada a golpes. En su dormitorio, los niños no se dieron cuenta de nada porque habían sido adormecidos con cloroformo.

Haroldo y Martha fueron conducidos a dos habitaciones distintas, mientras el comando saqueaba la casa hasta no dejar ningún objeto de valor. Luego los sometieron a un interrogatorio bárbaro. Martha, que tiene un recuerdo minucioso de aquella noche espantosa, escuchó las preguntas que le hacían a su marido en la habitación contigua. Todas se referían a dos viajes que Haroldo Conti había hecho a La Habana. En realidad. había ido dos veces -en 1971 y en 1974-, y en ambas ocasiones como jurado del concurso de La Casa de las Américas. Los interrogadores trataban de establecer por esos dos viajes que Haroldo Conti era un agente cubano.

A las cuatro de la madrugada, uno de los asaltantes tuvo un gesto humano, y llevó a Martha a la habitación donde estaba Haroldo para que se despidiera de él. Estaba deshecha a golpes, con varios dientes partidos, y el hombre tuvo que llevarla del brazo porque tenía los ojos vendados. Otro que los vio pasar por la sala, se burló: "¿Vas a bailar con la señora?". Haroldo se despidió de Martha con un beso. Ella se dio cuenta entonces de que él no estaba vendado, y esa comprobación la aterrorizó, pues sabía que sólo a los que Iban a morir les permitían ver la cara de sus torturadores. Fue la última vez que estuvieron juntos. Seis meses después del secuestro, habiendo pasado de un escondite a otro con su hijo menor, Martha se asiló en la Embajada de Cuba. Allí estuvo año y medio esperando el salvoconducto, hasta que el general Omar Torrijos intercedió ante el almirante Emilio Massera, que entonces era miembro de la Junta de Gobierno Argentina, y éste le facilitó la salida del país.
Quince días después del secuestro, cuatro escritores argentinos -y entre ellos los dos más grandes- aceptaron una invitación para almorzar en la casa presidencial con el general Jorge Videla. Eran Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Alberto Ratti, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, v el sacerdote Leonardo Castellani. Todos habían recibido por distintos conductos la solicitud de plantearle a Videla el drama de Haroldo Conti. Alberto Ratti lo hizo, y entregó además una lista de otros once escritores presos. El padre Castellani, entonces tenía casi ochenta años y había sido maestro de Haroldo Conti, pidió a Videla que le permitiera verlo en la cárcel. Aunque la noticia no se publicó nunca, se supo que, en efecto, el padre Castellani lo vio el 8 de julio de 1976 en la cárcel de Villa Devoto, y que lo encontró en tal estado de postración que no le fue posible conversar con él.

Otros presos, liberados más tarde, estuvieron con Haroldo Conti. Uno de ellos rindió un testimonio escrito, según el cual fue su compañero de presidio en el campo de concentración de la Brigada Gómez, situada en la autopista Richieri, a doce kilómetros de Buenos Aires por el camino de Ezeiza. "En mayo de 1976", dice el testimonio, "Haroldo Conti se encontraba en una celda de dos metros por uno, con piso de cemento y puerta metálica. Llegó el día 20. Dijo haber estado en un lugar del Ejército, donde lo pasó muy mal. Dijo que se había quedado encerrado en un baño, donde se desmayó. Apenas sí podía hablar y no podía comer. El día 21 pudo comer algo. Se ve que andaba muy mal porque le dieron una manta y lo iban a ver con frecuencia. En la madrugada del día 22 lo sacaron de la celda. Parece que lo iban a revisar o algo así. Estaba muy mal y no retenía orines". El testigo no lo volvió a ver en la prisión. No ha habido gestión, ni derecha ni torcida, que la esposa y los amigos de Haroldo Conti no hayamos hecho en el mundo entero para esclarecer su suerte.

Hace unos dos años sostuve una entrevista en México con el almirante Emilio Massera, que ya entonces estaba retirado de las armas y del Gobierno, pero que mantenía buenos contactos con el poder. Me prometió averiguar todo lo que pudiera sobre Haroldo Conti, pero nunca me dio una respuesta definitiva. En junio de 1980, la reina Sofía de España viajó a Argentina al frente de una delegación cultural que asistió al aniversario de Buenos Aires. Un grupo de exiliados le pidió a algunos miembros de la comitiva que intercedieran ante el Gobierno argentino para la liberación de varios presos políticos prominentes. Yo, en nombre de la Fundación Habeas, y como amigo personal de Haroldo Conti, les pedí una gestión muy modesta: establecer de una vez y para siempre cuál era su situación real. La gestión se hizo, pero el Gobierno argentino no dio ninguna respuesta. Sin embargo, en octubre pasado, cuando ya estaba decidido su retiro de la presidencia, el general Jorge Videla concedió una entrevista a una delegación de alto nivel de la agencia Efe, y respondió algunas preguntas sobre los presos políticos. Por primera vez habló entonces de Haroldo Conti. No hizo ninguna precisión de fecha, ni de lugar ni de ninguna otra circunstancia, pero reveló sin ninguna duda que estaba muerto. Fue la primera noticia oficial, y hasta ahora la única. No obstante, el general Videla les pidió a los periodistas españoles que no la publicaran de inmediato, y ellos cumplieron. Yo considero, ahora que el general Videla no está en el poder, y sin haberlo consultado con nadie, que el mundo tiene derecho a conocer esa noticia.

Copyright 1981, Gabriel García Márquez.

Fuente en Internet: www.elortiba.org


Informe de Telesur sobre el descomunal triunfo de Cristina Fernández en las elecciones primarias de Argentina (14 de agosto de 2011)


Esa mujer

Cuento de Rodolfo Walsh en la voz de Rodofo Walsh

 


Homenaje a Miguel Hernández. Joan Manuel Serrat interpreta: El niño yuntero

El niño yuntero

Miguel Hernández

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.


Homenaje a Nelly Omar

Ligada al primer peronismo, amiga de Evita, novia de Homero Manzi, quién según ella misma declara la inmortalizó en “Malena”, el sábado 10 de setiembre de 2011 cumplió 100 años y planea realizar en octubre una nueva actuación en el Luna Park de Buenos Aires. Nelly Omar canta Sur.


El 99 por ciento que ocupó Wall Street

Por Amy Goodman

22 de septiembre de 2011

Si 2.000 activistas del movimiento conservador Tea Party se manifestaran en Wall Street, probablemente habría la misma cantidad de periodistas cubriendo el acontecimiento. 2.000 personas de hecho ocuparon Wall Street el sábado. No llevaban pancartas del Tea Party ni la bandera de Gadsden con la serpiente en espiral y la amenaza 'No te metas conmigo'. Pero su mensaje era claro: “Somos el 99 por ciento de la población que ya no tolerará la codicia ni la corrupción del 1 por ciento restante”, dijeron. Allí estaban, la mayoría de ellos jóvenes, protestando contra la especulación prácticamente no regulada y descontrolada de Wall Street, que provocó la crisis financiera mundial.
Uno de los multi-millonarios más conocidos de Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg, comentó acerca del momento en que vivimos: “Muchos jóvenes que salen de la universidad no encuentran trabajo. Eso es lo que sucedió en El Cairo, es lo que sucedió en Madrid. No queremos ese tipo de disturbios aquí”. ¿Disturbios? ¿De eso realmente se trataron la Primavera Árabe y las protestas en Europa?
Quizá para desilusión del Alcalde Bloomberg, lo que sucedió en Egipto y en Europa es justamente lo que inspiró a muchas personas a ocupar Wall Street. En un reciente comunicado, la coalición de organizaciones que se están manifestando en Wall Street dijo: “El sábado realizamos una asamblea general de dos mil personas. El lunes a las 8 de la noche aún estábamos ocupando la plaza, a pesar de la constante presencia policial. Estamos construyendo el mundo que queremos, en base a la necesidad humana y a la sustentabilidad, en lugar de a la codicia de las empresas”.
Hablando del Tea Party, el gobernador de Texas, Rick Perry, viene provocando altercados en forma permanente durante los debates presidenciales republicanos con su declaración de que el venerado sistema de seguridad social de Estados Unidos es “una estafa de tipo Ponzi”. Charles Ponzi se dedicó a estafar a miles de personas en 1920 mediante la promesa fraudulenta de que recibirían grandes ganancias a partir de inversiones. Una típica estafa Ponzi consiste en tomar el dinero de una serie de inversores y pagarles con el dinero de nuevos inversores, en lugar de pagarles a partir de ganancias reales. El sistema de seguridad social de Estados Unidos es de hecho solvente: tiene un fondo fiduciario de más de 2,6 billones de dólares. La verdadera estafa que amenaza al pueblo estadounidense es la insaciable codicia de los bancos de Wall Street.
Entrevisté a uno de los organizadores de la protesta “Ocupemos Wall Street”. David Graeber es profesor en Goldsmiths, Universidad de Londres, y es autor de varios libros. Su obra más reciente es: “Deuda: Los primeros 5.000 años”. Graeber señala que, en medio de la crisis financiera de 2008, se renegociaron deudas enormes entre bancos. Sin embargo muy pocas hipotecas recibieron el mismo trato. Graeber dice: “Las deudas entre los muy ricos o entre gobiernos siempre pueden ser renegociadas y, de hecho, siempre ha sido así en la historia mundial. No están grabadas en piedra. En términos generales, cuando los pobres tienen deudas con los ricos, de pronto las deudas se convierten en una obligación sagrada, más importante que ninguna otra cosa y la idea de renegociarlas se vuelve impensable”.
El Presidente Barack Obama recientemente propuso un plan de creación de empleo y mayores esfuerzos para reducir el déficit. Una de las propuestas es el llamado “impuesto a los millonarios”, que cuenta con el apoyo del multi-millonario y partidario de Obama, Warren Buffet. Los republicanos denominaron al impuesto “guerra de clases”.
Graeber comenta: “Durante los últimos 30 años hemos visto a los más ricos de nuestra sociedad librar una guerra política contra todos los demás y esta es la jugada más reciente de esa guerra, una medida que es totalmente disfuncional desde el punto de vista político y económico. Y este es el motivo por el cual los jóvenes simplemente han abandonado cualquier idea de recurrir a los políticos. Todos sabemos lo que sucederá. Los impuestos propuestos son una especie de simulación de gesto populista, que todos saben que será desechado. En realidad, lo que probablemente suceda es que habrá más recortes a los servicios sociales”.
Afuera, en la fría mañana del martes, los manifestantes iniciaron su cuarto día de protestas con una marcha en medio de una fuerte presencia policial e hicieron sonar la campana de apertura de “la bolsa del pueblo” a las 9.30 de la mañana, exactamente a la misma hora que suena la campana de la Bolsa de Nueva York. Mientras los banqueros permanecen seguros dentro de sus bancos rescatados, afuera, la policía arresta a manifestantes. En un mundo justo, con una economía justa, cabría preguntarse, ¿quién debería estar pasando frío afuera? ¿Quién debería ser arrestado?

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2011/09/el-99-por-ciento-que-ocupo-wall-street.html


Paco Ibáñez y el Cuarteto Cedrón interpretan los poemas 15 y 20 de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda


Mi amigo Steve Jobs *

Por Jorge Rendón Vásquez **

El 5 de octubre, tras ver en la pantalla de mi Mac el anuncio de Apple sobre el fallecimiento de Steve Jobs, escribí a la dirección allí indicada:

“Muy pocos seres humanos, en la historia de la humanidad, han sido tan importantes como Steve Jobs.
Pienso en el hombre que inventó la rueda, en Pasteur, en Einstein. Por él puedo escribir en mi casa este mensaje en mi MacMini, como desde 1986 en mi Mac Plus. Desde entonces nunca tuve otra computadora que Mac.

Soy uno de los millones de millones de seres humanos que lo recordará con gratitud.”

El 7 de octubre el diario El País de España dijo sobre Steve Jobs:

“Pese a esa agitación mediática, Jobs no inventó nada relevante en realidad. Ni diseñó el primer PC, ni el iPod fue el primer reproductor musical MP3, ni el iPhone fue el primer móvil con pantalla táctil.”

No me indignó tanta mezquindad. Me causó lástima.

A comienzos de la década del ochenta del siglo pasado, la revolución de la electrónica y la informática avanzaba como una gigantesca ola que se agostaba, sin embargo, sólo en la gran industria. Para las gentes comunes, las que tecleábamos en nuestras máquinas de escribir, era un sueño inalcanzable. Y, de repente, un joven de 21 años, de una familia de escasos recursos, que dejó la universidad porque no tenía cómo pagarla, lanzó al mundo una computadora personal no más grande que una máquina de escribir. Era la Apple I, superada al año siguiente por la Apple II. Fue el fin de las enormes computadoras con ambientes refrigerados o de consola que costaban decenas de miles de dólares.

Steve Jobs nos había interpretado y, con la cooperación de su socio Steve Wosniak, cuatro años mayor que él, con quien había venido trabajando en el garage de su casa, en Cupertino, un suburbio de Santa Clara en San Francisco (el corazón de lo que luego fue Silicon Valley), puso a nuestro alcance, en nuestras oficinas, centros de estudio y hogares una computadora barata.

A comienzos de la década del ochenta, con mi esposa y mis tres hijos, que tenían entonces entre dieciocho y doce años, compramos la Apple II, la que, a decir verdad, sólo los tres chicos manejaban con facilidad, porque funcionaba con códigos escritos en el teclado.

Steve Jobs se dio cuenta de esta dificultad y, con la ayuda del mismo Wosniak y de otros ingenieros, creó la primera Mac de manejo sencillo, con un sistema que exhibía en la pantalla sus programas representados por íconos que podían ser activados con una flechita móvil conducida desde una pequeña caja manual llamada “mouse” o “ratón” a la que se aplicaba dos golpecitos. Estábamos en 1984. Fue para los usuarios el adios a los códigos, y el ingreso definitivo de la revolución de la electrónica y la informática en la vida cotidiana de las personas, y, en vía de consecuencia, el traslado de la máquina de escribir al desván del pasado. Escribir y dibujar en una Mac era como jugar sin darse cuenta del paso del tiempo. Sólo con esta hazaña Steve Jobs alcanzó las alturas de los genios y se ganó el agradecimiento desbordante de quienes comprendieron la trascendental importancia de su creación.

Esa tecnología de punta fue imitada por una competencia, no muy escrupulosa, y el mercado se llenó de computadoras personales basadas en el antiguo sistema DOS que requería códigos. Pese a ser más baratas que la Mac, no pudieron detener la carrera de Steve Jobs y su “System”.

La competencia solucionó este problema recurriendo a un procedimiento non sancto. Alquiló el sistema que un ex empleado de Apple había desarrollado copiando sin derecho el System de Steve Jobs y montándolo sobre el DOS. Era pesado, pero llegaba a los mismos resultados: íconos y mouse. Hasta ahora las PC funcionan con este sistema injertado en el DOS.

Steve Jobs impulsó también la fabricación en masa de la computadora portátil a un precio relativamente módico.

Luego vino su desavenencia con John Sculley, ejecutivo máximo de la Pepsy a quien él había llamado para dirigir la Apple y que terminó despidiéndolo, a él, Steve Jobs, el fundador de esta corporación. Si alguna vez se llegara a labrar una roca como la de Rushmore, en Dakota del Sur, estigmatizando la ingratitud, allí debería estar el rostro de John Sculley.

Después, la Apple entró en descenso.

Quince años después, desesperado, el directorio de Apple llamó a Steve Jobs, el genio, para asumir la dirección de la empresa y evitar su desaparición. Y, de nuevo, comenzaron las creaciones de Steve de aparatos electrónicos y sus programas al servicio de la humanidad: el IMAC (la antigua Mac, pero a colores, superdesarrollada con un potente chip); la iBook (liviana, para todo uso y para tener al mundo en la casa); el iPod (centenares de canciones almacenadas en una cajita metálica que se puede escuchar por horas con audífonos o transmitir a un equipo de reproducción); el iPhone (un teléfono celular de manejo táctil con innumerables aplicaciones para la comunicación); el iPad (la tableta lectora táctil con muchas otras funciones que reemplazará a las computadoras portátiles dentro de poco).

Los usuarios de Mac conformamos una suerte de confraternidad cuya divisa es la fidelidad a los aparatos que Steve Jobs nos ha dado. Y él ha sido siempre para nosotros un amigo entrañable, aunque millones y millones de sus admiradores jamás hayamos tenido la posibilidad de tratar con él personalmente. Lo he visto innumerables veces en la pantalla de mi Mac, presentando sus creaciones, fuerte, optimista y sereno, incluso luego que la muerte comenzara a rondarlo, y me he sentido entre los miles de asistentes a la sala donde lo hacía.

¡Gracias, Steve!

* Para Cuaderno de la Ciencia Social
**Jorge Rendón Vásquez en un destacado intelectual peruano que cursó sus estudios de Abogacía en la Universidad Nacional de Buenos Aires, se doctoró en La Universidad Mayor de San Marcos de Lima y en la Universidad de Paris (La Sorbona). En el terreno literario publicó: La Calle Nueva, El Cuello de la Serpiente, La celebración y otros relatos. En el Centro Cultural América Criolla de La Plata (Argentina) disertó en julio de 2010 sobre su por entonces reciente novela El botín de la Buena Muerte.


Mercedes Sosa y Rodolfo Mederos interpretan “Los mareados”
Se cumplieron dos años de su partida, vaya nuestro homenaje a la eterna Negra.


¿Denuncias o confesiones?

Por Eduardo Galeano

Julio 2010

Y mientras el poder enseña impunidad, esos grandes medios, y sobre todo la televisión, difunden mensajes de violencia y de consumismo obligatorio. Una reciente investigación universitaria reveló que los niños de Buenos Aires ven, cada día, cuarenta escenas de violencia en la pantalla chica. ¿Cuántas escenas de consumismo ven? ¿A cuántos ejemplos de despilfarro y ostentación asisten cada día? ¿Cuántas órdenes de comprar reciben los que poco o nada pueden comprar? ¿Cuántas veces por día se les taladra la cabeza para convencerlos de que quien no compra no existe, y quien no tiene, no es? Paradójicamente, la televisión suele trasmitir discursos que denuncian la plaga de la violencia urbana y exigen mano dura, mientras la misma televisión imparte educación alas nuevas generaciones derramando en cada casa océanos de sangre y de publicidad compulsiva: en este sentido, bien podría decirse que sus propios mensajes están confirmando su eficacia mediante el auge de la delincuencia.

Las fábricas de opinión pública echan leña a la hoguera de la histeria colectiva, y mucho contribuyen a convertir la seguridad pública en obsesión pública. Cada vez tienen más ecos los gritos de alarma que se pronuncian en nombre de la población indefensa ante el acoso del crimen. Se multiplican los asustados, y los asustados pueden ser más peligrosos que el peligro que los asusta. Para acabar con la falta de garantías de los ciudadanos, se exigen leyes que suprimen las garantías que quedan; y para dar más libertad a los policías, se exigen leyes que sacrifican la libertad de todos los demás -incluso en países como el Uruguay, donde las estadísticas confiesan que los policías son, en proporción, los ciudadanos que más delitos cometen.

No sólo los vividores de la abundancia se sienten amenazados. También la clase media, y también numerosos sobrevivientes de la escasez: pobres que sufren el asalto de otros pobres más pobres o más desesperados. En sociedades que prefieren el orden a la justicia, hay cada vez más gente que aplaude el sacrificio de la justicia en los altares del orden: hay cada vez más gente convencida deque no hay ley que valga ante la invasión de los fuera de la ley. Hay un clamor creciente por la pena de muerte en la opinión pública de varios países latinoamericanos; y las matanzas de niños por los escuadrones para policiales de la muerte en Bogotá, Río de Janeiro o la ciudad de Guatemala son pública o secretamente aplaudidas por un sector considerable de la sociedad. Se considera normal la tortura del delincuente común, o de quien tenga cara de; y llama la atención el silencio de algunos organismos de derechos humanos, en países donde la policía tiene la costumbre de arrancar confesiones mediante métodos de tortura idénticos a los que las dictaduras militares aplican contra los presos políticos.

Fuente: http://carmenlobo.blogcindario.com/2010/07/01515-denuncias-o-confesiones.html


Biografía de Paco Urondo *

Personalmente él mismo hizo su relato de su niñez y adolescencia en una entrevista periodística que le hicieron (diario "La Razón" de Buenos Aires, 28 de octubre de 1962). Dice al respecto: "Puedo contar que tuve un perro y que me encantaba jugar con espadas. Nada más. Iba ’armado’ con alfileres a las fiestas de chicos para pinchar globos. Leía a Alejandro Dumas y la Historia de Cantú. A los quince años me tuvieron que operar de una pierna y al tener que permanecer en cama me entretuve con la Comedia Humana. Los resultados están a la vista: soy un paranoico. Pero sí con su moraleja: siempre conviene enfermarse de un pie para leer a Balzac. Un héroe de aquel momento para mí era Humphrey Bogart… Y agrega: la mujer ideal era Bette Davis o Judy Garland… -aclara Urondo, con ese aire de muchacho del 900 que lo caracteriza-. Además estaba impresionado con la muerte de Gardel o con la del general Risso Patrón a quien mataron a la entrada de un comicio y por la espalda. Aunque me ocurría de no tener muchos amigos, los duelos criollos, que alguna vez improvisé, eran con cortaplumas. Yo tenía 12 años y en mi casa se escuchaba ópera. La detestaba porque me convertía en algo pasivo y no la quería ver. A Stravinsky lo llegué a odiar… me encantaba la natación. La mayor fiesta eran las tormentas de verano. Nos íbamos al río, subiéndonos un grupo a una "piragua". Siempre repetíamos lo mismo: al darse vuelta teníamos la necesidad de traerla a la rastra."


Argentina tiene Historia. Entrevista a Javier Urondo, hijo de Paco Urondo. Radio Nacional, 4 de julio de 2011.

 

Luego al ser interrogado si había realizado alguna actividad teatral, contestó: "a los 19 años hacía títeres y marionetas. Fue el comienzo de mi labor literaria. En el Colegio Nacional tenía como celador a Miguel Brascó –dibujante y abogado-: era un poco mayor que yo y su cultura tenía bases más sólidas. Por ejemplo me enseñaba que la palabra ‘azul’ no había que usarla…ya lo había hecho Darío… después comencé a vivir el clima universitario. Mi padre lo era. Esto influyó mucho en mi formación. Recuerdo junto a él, con mi hermana íbamos a un laboratorio donde el doctor Damianovich mostraba un tubo de goma y después de no se sabe qué pases mágicos, lo convertía en vidrio. Eso me maravillaba. Quizá por lo mismo inicié estudios de química y matemáticas. Pero cuanta carrera universitaria comenzaba la dejaba inmediatamente.

En el 45, siendo mi padre vicedecano y decano Babini en la facultad de Química, hubo un lío tremendo y pusieron presos a todas las altas autoridades. Mi padre mandó a cerrar la facultad y poner la bandera a media asta. Mientras acompañábamos a los presos hasta el celular nos molieron a palos. Mi padre estaba en una casa que quedaba en la acera de enfrente al edificio universitario. El lugar estaba ocupado por la policía. Recuerdo que lo ví cruzar la calle con una gran emoción, pero no le hicieron nada. En el clima de la adolescencia aquel hecho fue muy significativo: tuve una real sensación de riesgo, sensación que en este país no he logrado perder…"

* Del libro Hermano, Paco Urondo

Fuente: www.elortiba.org


Hay que combinar la acción del Estado con una nueva democracia de base”

Entrevista a Ernesto Laclau. Por Néstor Leone (Revista Debate)

Ernesto Laclau, filósofo y teórico político, analiza los dilemas del sistema de partidos, los desafíos del kirchnerismo y las debilidades de la oposición.

En esta ocasión su visita anual al país fue más prolongada que las anteriores. Una serie de motivos extendieron la estadía de Ernesto Laclau en Buenos Aires, lugar en donde nació, pero que no habita desde finales de la década del sesenta. Por un lado, la presentación del ciclo Diálogos con Laclau, que se emite por el canal Encuentro y que lo tiene como protagonista junto a varios de los más importantes pensadores contemporáneos. Por el otro, el lanzamiento de la revista Debates y combates, una publicación a su cargo que espera que sea para América Latina lo que fue “New Left Review para el mundo anglosajón”. Además, claro, de seguir de cerca la campaña presidencial y brindar una numerosa serie de conferencias y charlas abiertas. En esta entrevista con Debate, el autor de Hegemonía y estrategia socialista (en colaboración con Chantal Mouffe) y La razón populista, analiza el escenario político argentino luego del triunfo de Cristina Kirchner, y las dificultades de la oposición para generar una alternativa de poder.

Las primarias habían dado un indicador importante de lo que serían estas elecciones. Pero, aun así, ¿esperaba un triunfo tan contundente de la Presidenta?
Esperaba un triunfo contundente. Las cifras exactas, obviamente, no se podían prever. Lo que me preocupaba era saber si iba a tener el control del Congreso o no. Ahora, evidentemente, lo tiene. O sea que todo salió muy bien.

Hace dos o tres años, o menos aún, tal vez, pensar en ese resultado hubiera parecido una osadía. Se habló mucho de la incapacidad manifiesta de la oposición, más que de las virtudes propias de la gestión. ¿Cuáles destacaría?
Las virtudes de la gestión están ligadas a la ruptura clara con el mundo político previo a 2003. Eso suscitó una serie de respuestas negativas de los sectores ligados al statu quo conservador y, por consiguiente, hubo una guerra de posiciones, en el sentido gramsciano del término, que fue ganada por el Gobierno.

¿Cuál fue la novedad política que trajo el kirchnerismo a la política argentina?
Hay rupturas a varios niveles, cosa que enriquece más la cuestión. A nivel de los derechos humanos tenemos la ruptura más importante en toda América Latina. Con el pasado dictatorial se fijó una frontera decisiva, se promovió abiertamente un quiebre. En otros países, como en Chile, el proceso ha sido de medias tintas y lento. Hasta no hace mucho se hablaba de la reconciliación nacional y el mismo Augusto Pinochet cumplió un papel importante en esa transición. En definitiva, la ideología de ruptura no estaba presente. Aquí, además de lo que se había hecho previamente, se le agregó una marca profunda en términos simbólicos. Pero, además, hubo rupturas a niveles del modelo económico, con el Fondo Monetario Internacional y con las políticas de ajuste de los años noventa. Si uno escucha el discurso de la Presidenta en el G-20 se corrobora. Finalmente, también hubo rupturas en términos de la integración social. Las bases sociales del sistema político se han ampliado enormemente. Y ese es un fenómeno de tipo irreversible. La inteligencia del kirchnerismo fue no haber dejado simplemente la protesta social al nivel horizontal, sino tratar de que ellas produjeran efectos al nivel de la organización del Estado. Todo esto es un proceso acumulativo que hace que estemos viviendo en un país muy distinto de aquel en el que vivíamos hace diez años.

¿Se puede pensar en términos de “cristinismo”, como una posible etapa diferenciada de lo que se conoció como kirchnerismo?
Quizá en algún aspecto aparezcan fenómenos nuevos, pero creo que es un fenómeno de prolongación que se da dentro de la continuidad. Lo que me parece más claro como característico de esta etapa es el énfasis en las organizaciones juveniles. Por ejemplo, La Cámpora, la JP Evita, y una serie de movimientos concomitantes que hacen que, aunque se proceda de la matriz histórica del peronismo, surjan nuevos sectores de vanguardia que apuntan a una profundización del modelo.

¿Cuáles deberían ser sus principales desafíos de la nueva gestión? ¿Qué nuevas demandas democráticas debería sumar a la “cadena equivalencial” que estableció el kirchnerismo?
Lo que se tiene que dar es el afianzamiento de los centros de poder local. Es decir, un modelo que combine la acción en la esfera del Estado con una expansión de una democracia de base nueva. Todas estas nuevas organizaciones están apuntando a esta segunda dimensión. Algo de eso se está dando en los hechos. Hay que reproducirlo y consolidarlo. Ahí tiene que residir el futuro.

Se apela al término “institucionalización” para hablar de la tarea que le quedaría a Cristina por delante. Unos lo usan como una manera de pedir marcha atrás con muchas de las políticas de su gobierno. Otros como forma de cristalizarlas en nuevos hechos irrevocables.
Lo que hay que entender es que las instituciones no son nunca neutrales. Las instituciones son la cristalización de una relación de fuerza entre los grupos, entre las clases. Quienes defienden la institucionalidad, a secas, son precisamente los sectores conservadores que quieren mantener el statu quo sin que nada cambie. Un proyecto de cambio radical tiene que darse nuevas formas institucionales. Y esto es lo que me parece que está ocurriendo. En esta etapa, en la que todas las condiciones políticas son favorables, lo que hay que ir creando es, precisamente, una nueva institucionalidad.

¿Cuánto de movilización y cuánto de institucionalidad puede esperarse, entonces?
Las dos tienen que darse juntas. Una institucionalización sin cambios consolida el statu quo. A su vez, una movilización que no se traduce en formas institucionales nuevas es algo que se agota pronto. Hay algunos escritores conservadores que insisten mucho, los plumíferos de La Nación, por ejemplo, en la defensa de la institucionalidad. Ahora, ¿qué institucionalidad? ¿Cómo implementar los cambios necesarios con una institucionalidad que nos mantengan sin modificaciones? El proceso de cambio es “sic transit gloria mundi”, para hablar de lo efímero de los triunfos. O “así transa don Raimundo”, como decía Lucio V. Mansilla (risas).

El sistema político parece haber quedado reducido a un peronismo mayormente kirchnerista y expresiones menores que no alcanzan a ofrecerse como alternativas con posibilidades. Algunos han marcado esta particularidad como un problema importante para la salud del sistema político. ¿Lo es?
Si la oposición no es capaz de crearse a sí misma, alguna oposición vamos a tener que inventar. No se puede esperar que el Gobierno lo haga todo. Hay algunos líderes que van a perder visibilidad, que van a pasar a mejor vida políticamente. Claramente, Elisa Carrió y Eduardo Duhalde. Y, si va a haber alguna oposición, va a venir más del lado de Hermes Binner y el frente que él está representando. Va a ser una oposición más constructiva; no va a ser una oposición obstaculizante. Por lo menos, se espera que establezca algún diálogo con el Gobierno. Pero la diferencia de votos es tan sideral, que esa oposición va a ser, por lo menos en lo inmediato, más bien testimonial. En el futuro puede pensarse que de ahí surja una oposición un poco más fuerte y efectiva. Por otra parte, el país la necesita.

Otra hipótesis posible es que esa oposición surja del seno mismo del peronismo, no ya de quienes confrontaron con el kirchnerismo hasta hoy, sino posiblemente de quienes están hoy cercanos o dentro del espacio.
Lo veo difícil. El Peronismo Federal está muerto y, de alguna manera, fue una experiencia frustrante para aquéllos que la emprendieron. Lo veo más por el lado de Binner y las fuerzas que él representa.

¿No lo ve posible de acá a 2015, teniendo en cuenta la pelea por la sucesión?
Eso no lo sé, pero no hay muchos síntomas por el momento.

Algunos analistas hablan de la matriz política del México del siglo XX, con el PRI como partido dominante y una miríada de expresiones políticas con presencias residuales, como escenario posible. ¿Qué le sugiere el diagnóstico?
Dudo mucho que el sistema político argentino pueda evolucionar en un sentido mexicano. En primer lugar, el sistema político mexicano no era democrático en absoluto. Había elecciones, pero la maquinaria del Estado manipulaba todo eso. En una oportunidad hicieron un fraude abierto para que la oposición no ganara las elecciones. Nada de eso va a pasar en la Argentina.

Parece haber quedado atrás la crisis de representatividad de principios de siglo, pero no la del sistema de partidos. ¿Comparte?
Así es. Lo que pasa es que los partidos políticos argentinos ya no son partidos políticos. Son, simplemente, una serie de pequeños grupos, sobre todo, basados en maquinarias políticas locales, que no logran configurar una lógica de largo alcance.

Y esto, ¿puede reproducirse en el tiempo o ve la posibilidad de que haya novedades que canalicen nuevas demandas?
Binner, como le decía antes, puede crear una oposición de más largo aliento y con una responsabilidad hacia el país que la oposición no ha mostrado en los últimos años.

¿Con un corte centro-derecha/centro-izquierda? Binner, en ese caso, representaría algunas pautas ideológicas, quizá muy vagas, de pertenencia parecida al kirchnerismo de hoy. ¿O no es tan así?
El macrismo, en ese sentido, va a permanecer como fenómeno político y es lo que más se asemeja a una centroderecha. Binner y su fuerza pueden representar, en la práctica, una centroderecha, aunque, formalmente, su ideología no lo sea. Pero muchas veces las prácticas de un grupo político y su ideología no coinciden. En 1945, el Partido Comunista no tenía una ideología de derecha y, sin embargo, fue la punta de lanza de la Unión Democrática, que fue el sello que utilizaron las fuerzas conservadoras para reestructurarse.

Durante este proceso, sectores importantes de la sociedad sin representación política clara han expresado su rechazo al kirchnerismo a través de ciertos emergentes, de manera episódica. Se podría pensar que la inseguridad lo fue en su momento, y que el conflicto con el campo en otro. ¿Puede darse esa misma lógica en los años por venir?
Siempre puede darse. Un hecho concreto, que en sí mismo no tendría significación, puede transformarse en el detonante de toda una movilización que está apagada. A la mayor parte de la gente que fue al Monumento de los Españoles hace unos años le importaba un bledo la cuestión del campo, pero fue el detonante de una oposición larvada que no podía encontrar canales directos de expresión. Está el ejemplo del Cordobazo. Comenzó porque subieron el ticket del comedor en una universidad provincial y se produjo un estallido de carácter nacional. Siempre las causas inmediatas de una crisis no tienen una relación proporcional con la crisis misma. Eso siempre puede pasar, pero no veo síntomas de que pueda repetirse en esta Argentina. En absoluto.

¿Qué futuro le ve al radicalismo?
No va a desaparecer totalmente, porque tiene maquinarias políticas regionales y locales con una fuerte tradición. Pero, en este momento, está en una crisis tal que es muy difícil que surja de allí una figura de relieve nacional.

¿Por qué considera que un partido con cierta impronta popular, de masa, con una identidad más o menos consolidada no pudo hacer pie en el nuevo siglo y haya perdido tanto poder territorial?
Hay razones estructurales que tienen que ver con demandas que ya no puede canalizar o con expresiones que no logra hacer propias. Todo eso se da. Además, no es sólo respecto del siglo XXI. En la segunda mitad del siglo XX tampoco representaban ninguna vanguardia política relevante. Ganaron las elecciones en 1983, con Raúl Alfonsín, al final de la dictadura. El radicalismo es un fenómeno más bien del pasado y dudo mucho que vuelva a representar una alternativa en términos globales.

Se dijo que existe un proyecto para desandar el camino del presidencialismo y tomar alguna faceta del parlamentarismo. ¿Cuál es su perspectiva?
No tengo una visión demasiado clara sobre esto. Lo hablé con Raúl Zaffaroni, en estos días. En un régimen parlamentario de ese estilo, el primer ministro podría ser elegido indefinidamente, que es lo que ocurre en Italia, en España, en Inglaterra. Sería perfectamente compatible con un régimen democrático de gobierno. Con respecto a la conveniencia de ese régimen en la Argentina, no estoy seguro.

Una cuestión a tener en cuenta quizá sea el carácter más inestable que tienen los gobiernos parlamentarios. Más aún con un sistema de partidos tan endeble.
Sí, pero no sólo por eso. Si fuera un sistema como el inglés, donde rige el bipartidismo, sería un sistema partidario sólido. Si fuera como el italiano, donde hay una fragmentación electoral infinita, con una inestabilidad en las coaliciones, se haría muy difícil la gobernanza del país. No creo, de todos modos, que pueda darse el peligro de un sistema como el italiano. Pero es un asunto que hay que estudiar con mucho detenimiento. Y exigiría, entre otras cosas, una reforma constitucional.

En los últimos años usted no sólo ha seguido de cerca la política argentina, sino que ha tenido intervenciones fuertes en el debate político. ¿Cuánto de implicancia emotivo-personal y cuánto de identificación como pensador político hubo?
No creo que se puedan separar taxativamente. Evidentemente hay una identificación emotiva con el país, que nunca he perdido, y de alguna manera fue la fuente de mi reflexión política. Toda la teoría que he desarrollado sobre la hegemonía, el populismo y los significantes vacíos está profundamente anclada en mi experiencia argentina de los años sesenta. Creo, y hoy lo puedo ver mejor, que no podría ser de otra forma.

SISTEMA POLÍTICO Y CRISIS

El ciclo de experiencias populistas, de democracias radicales y de reformismo más o menos profundo que se dio en América del Sur, en la última década, parecía ser la gran novedad política de un mundo corrido a la derecha. ¿Cómo evalúa hoy lo que sucede en Europa?
Como una crisis realmente profunda. En primer lugar, desde el punto de vista de la política económica, todo lo que están haciendo es erróneo. Están aplicando las recetas de ajuste más tradicionales del neoliberalismo y una crisis como la griega, de esta manera, no se va a resolver. Y, además, está poniendo en peligro la estabilidad de toda la zona del euro. En segundo lugar, los sistemas políticos europeos tienen una capacidad muy limitada de absorber demandas que vengan de la sociedad civil.

Que esta crisis le haya explotado a gobiernos socialdemócratas, ¿qué implica para lo que viene? Estoy pensando en España, en Portugal, en Grecia.
La socialdemocracia no representa una alternativa política en Europa. El gobierno de Tony Blair siguió todos los modos fundamentales de la política thatcherista. Es más, lo radicalizó más a la derecha. Lo que se ha formado es una especie de pensamiento único, con una tecnocracia con matices más socialdemócratas o conservadores, que detenta el control del aparato del Estado. El resultado es que hay cada vez más insatisfacción con el modelo político en su conjunto. Así surgen estos movimientos como el de los indignados, que cuestionan el sistema político en su globalidad.

Esta crisis, ¿puede ser capitalizada por un populismo de derecha, que construya políticamente en base a equivalencias y demandas no inclusivas y hasta retrógradas?
Definitivamente. En casi todos los países europeos se da el avance de un populismo de derecha. El caso del lepenismo, en Francia, es uno de los más obvios. Pero lo mismo ocurre en Bélgica, en Suiza y en Italia, con los últimos diez años de berlusconismo.

En cuanto a América Latina, hoy resulta menos pertinente cuestionar la validez democrática del populismo como forma de construcción política, y mucho menos cuestionar su eficacia, ¿lo ve así?
Algo de razón hay en eso, con el beneficio de que en América Latina no creo que haya peligro de un populismo de derecha. El populismo que tenemos, y en eso incluyo a la Argentina, es un populismo de izquierda. Aquí la lucha es entre el neoliberalismo y una reorientación nacional-popular a todos los niveles: la economía, la sociedad, los derechos humanos, etcétera.

11/11/11 Revista Debate
http://www.revistadebate.com.ar/2011/11/11/4688.php


    


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