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El asesinato de Osama Bin Laden
Por Fidel Castro Ruz
Fecha de publicación: 05/05/1
Los que se ocupan de estos temas conocen que, el 11 de septiembre de 2001,
nuestro pueblo se solidarizó con el de Estados Unidos y brindó la modesta
cooperación que en el campo de la salud podíamos ofrecer a las victimas
del brutal atentado a las Torres Gemelas de Nueva York.
Ofrecimos también de inmediato las pistas aéreas de nuestro país para los
aviones norteamericanos que no tuvieran dónde aterrizar, dado el caos reinante
en las primeras horas después de aquel golpe.
Es conocida la posición histórica de la Revolución Cubana que se opuso siempre
a las acciones que pusieran en peligro la vida de civiles.
Partidarios decididos de la lucha armada contra la tiranía batistiana; éramos,
en cambio, opuestos por principios a todo acto terrorista que condujera
a la muerte de personas inocentes. Tal conducta, mantenida a lo largo de
más de medio siglo, nos otorga el derecho a expresar un punto de vista sobre
el delicado tema.
En acto público masivo efectuado en la Ciudad Deportiva expresé aquel día
la convicción de que el terrorismo internacional jamás se resolvería mediante
la violencia y la guerra.
Fue por cierto, durante años, amigo de Estados Unidos que lo entrenó militarmente,
y adversario de la URSS y del socialismo, pero cualquiera que fuesen los
actos atribuidos a Bin Laden, el asesinato de un ser humano desarmado y
rodeado de familiares constituye un hecho aborrecible. Aparentemente eso
es lo que hizo el gobierno de la nación más poderosa que existió nunca.
El discurso elaborado con esmero por Obama para anunciar la muerte de Bin
Laden afirma: “…sabemos que las peores imágenes son aquellas que fueron
invisibles para el mundo. El asiento vacío en la mesa. Los niños que se
vieron forzados a crecer sin su madre o su padre. Los padres que nunca volverán
a sentir el abrazo de un hijo. Cerca de 3 000 ciudadanos se marcharon lejos
de nosotros, dejando un enorme agujero en nuestros corazones.”
Ese párrafo encierra una dramática verdad, pero no puede impedir que las
personas honestas recuerden las guerras injustas desatadas por Estados Unidos
en Iraq y Afganistán, a los cientos de miles de niños que se vieron forzados
a crecer sin su madre o su padre y a los padres que nunca volverían a sentir
el abrazo de un hijo.
Millones de ciudadanos se marcharon lejos de sus pueblos en Iraq, Afganistán,
Vietnam, Laos, Cambodia, Cuba y otros muchos países del mundo.
De la mente de cientos de millones de personas no se han borrado tampoco
las horribles imágenes de seres humanos que en Guantánamo, territorio ocupado
de Cuba, desfilan silenciosamente sometidos durante meses e incluso años
a insufribles y enloquecedoras torturas; son personas secuestradas y transportadas
a cárceles secretas con la complicidad hipócrita de sociedades supuestamente
civilizadas.
Obama no tiene forma de ocultar que Osama fue ejecutado en presencia de
sus hijos y esposas, ahora en poder de las autoridades de Pakistán, un país
musulmán de casi 200 millones de habitantes, cuyas leyes han sido violadas,
su dignidad nacional ofendida, y sus tradiciones religiosas ultrajadas.
¿Cómo impedirá ahora que las mujeres y los hijos de la persona ejecutada
sin Ley ni juicio expliquen lo ocurrido, y las imágenes sean transmitidas
al mundo?
El 28 de enero de 2002, el periodista de la CBS Dan Rather, difundió por
esa emisora de televisión que el 10 de septiembre de 2001, un día antes
de los atentados al World Trade Center y al Pentágono, Osama Bin Laden fue
sometido a una diálisis del riñón en un hospital militar de Pakistán. No
estaba en condiciones de ocultarse y protegerse en profundas cavernas.
Asesinarlo y enviarlo a las profundidades del mar demuestra temor e inseguridad,
lo convierten en un personaje mucho más peligroso.
La propia opinión pública de Estados Unidos, después de la euforia inicial,
terminará criticando los métodos que, lejos de proteger a los ciudadanos,
terminan multiplicando los sentimientos de odio y venganza contra ellos.
Fuente: http://aporrea.org/internacionales/a122781.html
Homenaje a Leopoldo Marechal
(1900-1970)
Video: Descubrimiento de la Patria, en la voz de Leopoldo Marechal. Es una
producción exclusiva de El Ortiba
Marechal:
El tiempo es un gran trabajador
Por Ernesto Sierra
¿Che, este Marechal vive todavía? Se preguntaban
en un artículo de finales de los 60, en la revista Cero, los por entonces
jóvenes escritores argentinos Nicolás Casullo y Jorge Carnevale.
La indagación no solo no es superficial, sino que revela una de las claves
hasta ahora fundamentales para el acercamiento a la obra de Leopoldo Marechal
-autor de una de las grandes novelas escritas en lengua española: Adán Buenosayres-,
la biográfica.
Nació Marechal en Buenos Aires en 1900 y muy pronto descubrió su vocación
literaria a través de la poesía, la obra de esos primeros años se mueve
entre la herencia del postmodernismo y la entrada pujante de las vanguardias
artísticas. El ambiente creativo de la época lo llevó a enrolarse en la
gestualidad del grupo y la revista Martín Fierro, donde afiló el estilo,
se nutrió de valiosas experiencias para la obra futura y compartió aventuras
con Borges, Bioy Casares, Evar Méndez, el pintor Xul Solar,
Macedonio Fernández, Ricardo Güiraldes y toda
la pléyade literaria que ambientaba el panorama porteño de esos tiempos.
Eran los años de su Días como Flechas, que obtuvo el Premio Municipal de
Poesía, los mismos en que recibió una carta de Roberto Arlt que podemos
reproducir íntegra:
Querido Leopoldo: Te escribe Roberto Arlt. He leído
en La Nación el poema El Centauro (...) me produjo una impresión extraordinaria,
la misma que recibí en Europa al entrar por primera vez en una catedral
de piedra, poéticamente sos lo más grande que tenemos en lengua castellana.
Desde los tiempos de Rubén Darío, no se escribió nada semejante en dolida
severidad. He recortado tu poema y lo he guardado en un cajón de mi mesa
de noche, lo leeré cada vez que mi deseo de producir algo tan bello se me
debilite. Te envidio tu alegría y tu emoción. Que te vaya bien.
En la década del 40 Marechal apoya con simpatía el gobierno de Perón y para
entonces ya tenía casi lista su primera novela: Adán Buenosayres.
Sus compañeros de generación no le perdonaron su filiación política y el
estigma cayó sobre su persona y sobre su obra. Adán…, publicada en 1948,
fue recibida agriamente, con una hostilidad raras veces repetida en nuestros
ambientes literarios: ante el silencio de la mayoría Eduardo González Lanuza
y el uruguayo Emir Rodríguez Monegal la comentaron profusamente, dando muestras
de un abierto oportunismo disfrazado de crítica literaria. En su Historia
de la literatura latinoamericana Enrique Anderson Imbert la califica como
"Un ladrillo con fealdades y con obscenidades que no se justificaran de
ninguna manera aunque el autor se parapetase detrás del nombre de James
Joyce". Solo Cortázar la comenta seriamente en su momento y la recibe como
"Un acontecimiento extraordinario en las letras argentinas".
No obstante, el silencio se hizo sobre Marechal durante diez largos años,
años de exilio interior, acompañado por su segunda esposa, Elbia Rosbaco,
y visitado en su apartamento por un pequeño grupo de amigos. Refiriéndose
a aquellos años dijo Ernesto Sábato:
Se aguantó ese durísimo exilio en su propia patria, esa patria que quería
hasta la agonía. Modesto, pero con la conciencia de su grandeza ya que se
puede ser modesto frente a los valores supremos, y arrogante frente a los
idiotas, en momentos de extrema amargura llegó por fin a quejarse murmurando:
¿Cuándo mis compatriotas dejarán de orinarme encima?
Pero fue tiempo de creación y Marechal continuó escribiendo poesía, teatro,
ensayo hasta que, en 1965, obtuvo el premio Forti Glori con su segunda novela:
El Banquete de Severo Arcángelo. Eran los años del boom de la narrativa
latinoamericana, el éxito de El Banquete fue tal que el público se volcó
a buscar el resto de su obra y los empolvados ejemplares de la primera edición
del Adán… salieron de los anaqueles para pasar de mano en mano. Marechal
volvió a ser aclamado y la corriente lo sumó a su cauce aclamado como maestro.
No pocos, como Cortázar, Sábato o Lezama, comentaron sobre el influjo del
autor de Adán Buenosayres en sus respectivas obras.
En 1967 Marechal viajó a Cuba como jurado del premio de novela organizado
por la Casa de las Américas, llevaba como encargo escribir un reportaje
sobre Cuba para la revista Primera Plana -la misma que en 1968 publicara
las incalificables declaraciones de ruptura con Cuba de Guillermo Cabrera
Infante-. A su regreso a la Argentina, Marechal cumpliría con su palabra
y entregó La Isla de Fidel, "la nota de un gran poeta donde relataba sus
experiencias en la patria de José Martí", como lo calificó Elbia Rosbaco.
La revista aceptó el reportaje, lo envió a imprenta y lo anunció en la portada,
pero justo antes de circular, se le quitó el cuadernillo y se cambió la
tapa a la tirada completa. Tiempo después lo invitaron a una cena de desagravio
y le explicaron que había sido "una orden de arriba".
En 1970 murió Leopoldo Marechal, nos dejó una obra de una calidad incuestionable
y llena de mensajes al futuro. En algún texto dijo: "El tiempo es un gran
trabajador, a cada uno le dará el lugar que le corresponde, la hojita de
laurel que supiera conseguir". Hoy los avatares de su biografía van quedando
en el olvido, reivindicado por muchos, reconocido por otros pero, sobre
todas las cosas, rescatado por su propia literatura que espera, rebosante
de salud, la avidez de nuevos lectores, la hojita de laurel que le corresponde.
Fuente: Cuba literaria
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¿Quién
es Dominique Strauss-Kahn?
Por Hortense Paillard
22/05/11
Dominique Strauss-Kahn nació el 25 de abril de 1949 en Neuilly-sur-Seine
(Hauts-de-Seine). Su padre, Gilbert Strauss-Kahn, es consejero jurídico
y fiscal, su madre, Jacqueline Fellus, es periodista y aseguradora. En 1955
la familia se instala en Agadir (Marruecos) pero se va en 1960 después de
un terremoto. Pasa un tiempo en Mónaco, donde el joven Dominique encuentra
a su primera mujer, Hélène Dumas, en el último curso, antes de volver a
Paris.
Después del Lycée de Mónaco y del Lycée Carnot de Paris, Dominique Strauss
Kahn entra en 1968 en la École des Hautes Études Commerciales (HEC) y después,
en el Institut d'Études Politiques (IEP) y el Institut de Statistiques de
l'Université de Paris (ISUP). Obtiene una licenciatura en derecho público
así como un doctorado y una agregación [En el sistema educativo francés,
la agregación es, con el CAPES, el CAPET o el CAPLP, un concurso de reclutamiento
de los profesores de la enseñanza pública del Estado. Las agregaciones permiten
enseñar en la secundaria y en los primeros niveles de la enseñanza superior.
N. de la t.] en ciencias económicas, pero falla un concurso para entrar
en la École Nationale d'Administration (ENA). Su tesis doctoral de Ciencias
Económicas, titulada Economía de la familia y acumulación patrimonial (Édiciones
PUF, 1977), está inspirada en los trabajos del economista neoliberal Gary
Becker, teórico del "capital humano". Para su tesis complementaria, trabaja
sobre "Tributación y justicia: una aproximación al beneficio".
A partir de 1973 se ocupa del ahorro en el Centre de Recherches sur l'Épargne
(CREP) [Centro de Investigaciones sobre el Ahorro], dirigido por André Babeau
en la Universidad de Nanterre. De 1977 a 1980, es profesor de economía,
Maître de conferencies, en la Universidad de Nancy II, ocupando en paralelo
un puesto de consejero científico en el Instituto Nacional de Estadística
y de Estudios Económicos (INSEE).
En 1981 Dominique Strauss-Kahn se encarga de la dirección del Centre d'Études
et de Recherches sur l'Épargne (CEREPI) del CNRS [Centro de Estudios y de
Investigación sobre el Ahorro]. Trabaja con Denis Kessler que será más tarde
uno de los grandes patronos de las empresas francesas de seguros (en especial
Director General de SCOR), vicepresidente del MEDEF [patronal francesa]
y, en 2008, Presidente del selecto club de encuentros de las élites francesas
Le Siecle. Los dos hombres publicarán conjuntamente en 1982 El ahorro y
la jubilación (Ediciones Economica).
Mientras tanto, después de una corta estancia en el CERES de Jean-Pierre
Chevènement et Georges Sarre, Dominique Strauss-Kahn empieza a militar en
el Partido Socialista donde se hace amigo de Lionel Jospin, futuro Primer
Secretario cuando François Miterrand sea Presidente de la República en 1981.
En 1982 entra a formar parte del Comisariado general del Plan donde será,
sucesivamente, Jefe del servicio financiero (1982-84) y Comisario general
adjunto (1984-86).
En 1983, Dominique Strauss-Kahn empieza verdaderamente su carrera política
en el seno del Partido Socialista del que será miembro del comité director.
Paralelamente da clases de economía en la Universidad de Paris X-Nanterre,
en la HEC, la ENA y el IEP de Paris. Hace muchos amigos en el mundo de los
negocios, especialmente con Claude Bébéar, Michel Pébereau, Louis Schweitzer
e Yvette Chassagne, presidenta de la UAP [Union des Assurances de Paris].
Deja a Hélène para casarse con Brigitte Guillemette, directora de una gran
empresa de comunicación, con la que tiene una hija, Camila, en 1985, antes
de divorciarse en 1989.
En 1986, el PS lo coloca en una circunscripción de la Alta Savoya pero es
rechazado por los militantes locales. Sin embargo París consigue imponerlo
y es elegido diputado de la Alta Savoya. No está allí por mucho tiempo.
Dos años más tarde, en 1988, es elegido diputado en la 8ª circunscripción
de Val d'Oise (Sarcelles), donde hay una importante comunidad judía que
le apoya activamente. De 1988 a 1991 preside la Comisión de finanzas de
la Asamblea Nacional. Encargado de las finanzas del PS, se convierte en
Secretario nacional del partido, responsable de los estudios y del programa
(1986-1988), y luego de economía y finanzas (1988-1989).
En 1991 es nombrado Ministro delegado de Industria y Comercio exterior,
del Ministro de Economía y Finanzas en el gobierno de Edith Cresson. El
mismo año se casa en terceras nupcias con la periodista de televisión Anne
Sinclair-Rosenberg, divorciada del periodista Ivan Levaï, nieta y heredera
del riquísimo comerciante de arte Paul Rosenberg y presentadora de la emisión
política Sept sur Sept en TF1. A pesar de los dos primeros matrimonios de
DSK con no-judías, el rabino ortodoxo de Sarcelles oficia la ceremonia religiosa
en el domicilio de la pareja.
En 1992 conserva su cartera de ministro delegado en el nuevo gobierno de
Pierre Bérégovoy, pero la pierde al año siguiente, al mismo tiempo que su
escaño de diputado, en las elecciones legislativas. Entonces se inscribe
en el Colegio de Abogados de Paris, crea el Gabinete DSK Consultants y ejerce
como abogado de negocios en el sector privado. Se ocupa de muchos "expedientes
confidenciales" que le proporcionan en aquella época ingresos muy elevados,
según Vincent Giret y Véronique Le Billon, autores de Las vidas ocultas
de Dominique Strauss-Kahn.
Michel Rocard, nuevo Primer Secretario del Partido Socialista, le confía
la presidencia del "Grupo de Expertos del PS". En 1994, después de entrar
en el "Círculo de la Industria" a petición de Raymond Lévy, entonces PDG
de Renault, se convierte en su vicepresidente y frecuenta a numerosos grandes
patronos amigos de Nicolas Sarkozy, como, entre otros, Vincent Bolloré y
Louis Schweitzer. Instalado en Bruselas, el lobby que dirige tiene por misión
defender los intereses de los grandes grupos industriales ante las instancias
europeas. Es el Círculo de la industria el que le paga, entre otros pequeños
regalos, su secretaria, su chófer y un automóvil.
En 1995 Dominique Strauss-Kahn es elegido alcalde de Sarcelles. En 1997
es reelegido diputado de Val- d'Oise y se convierte en Ministro de Economía,
Finanzas e Industria en el gobierno de Lionel Jospin. Pasa a ser también
Consejero regional de Ile-de-France junto a Jean-Paul Huchon (función que
ocupará hasta 2001). Siendo Ministro de finanzas lleva a cabo una política
claramente de derechas, es decir, sarkozysta antes de tiempo. Lleva a cabo
una oleada masiva de privatizaciones de empresas públicas –entre las cuales
France-Telecom, Crédit Lyonnais, Arcelor, Thomson, GAN y Aérospatiale–,
se opone a las 35 horas, inicia la creación del COR, cuyo objetivo es la
revisión del sistema de pensiones y abroga la ley Thomas sobre la regulación
de los fondos de pensiones.
En 1999 debe abandonar su sillón ministerial después de haber sido acusado
en varios asuntos judiciales, entre los cuales el de los empleos ficticios
y el enriquecimiento personal de los dirigentes de la Mutua Nacional de
los Estudiantes de Francia (MNEF). Un episodio del dossier Elf, ligado al
Círculo de la Industria, viene a añadirse a sus sinsabores judiciales. También
se le acusa de haber intercambiado un videocasete que acusa a un recaudador
de fondos del RPR, Jean Claude Mery, contra una entrega de 50 millones de
francos de multas de los fiscales al modisto Karl Lagerfeld y de haber mentido
después a la justicia declarando que había "perdido" el casete. El Fiscal
de París intentará, en vano, llevar al exministro de finanzas ante el Tribunal
de Justicia de la República.
Incluso antes de su salida de Bercy varias grandes empresas le ofrecen trabajo.
Reemprende su actividad de abogado lobbista, se convierte en Presidente
del Comité nacional para el año 2000 y del Comité de orientación científica
de la Fundación Jean-Jaurès, Consejero especial de la OCDE y Director de
investigación en la Fundación Nacional de Ciencias Políticas (FNSP).
Después de un sobreseimiento ordenado en 2001, se presenta a una legislativa
parcial y vuelve a ganar en 2002 su escaño de diputado en la 8ª circunscripción
de Val-d'Oise. En la Asamblea Nacional se inscribe en el grupo Socialista,
Radical, Ciudadanos y Diversa Izquierda (SRC) y participa en los trabajos
de la Comisión de asuntos exteriores. En 2005 vuelve a ser Secretario nacional
del PS, encargado de los diputados y trabaja especialmente con Martine Aubry
y Jack Lang en el proyecto socialista para las elecciones presidenciales
de 2007. Preconiza para Francia una especie de new deal negociado con los
trabajadores a fin de alimentar el crecimiento económico.
Junto a Jean-Christophe Cambadélis dirige la corriente "Socialismo y democracia",
funda el círculo de reflexión "A la izquierda en Europa" y defiende activamente
el "Sí" al proyecto de Tratado de Constitución europea. En el mismo año
crea un blog y anuncia oficialmente ser "candidato a la candidatura" para
representar al PS en las elecciones presidenciales, pero es derrotado con
mucha diferencia en las primarias socialistas de 2006. Ségolène Royal, con
más del 60% de los votos emitidos contra solamente 20%, le inflige una derrota
punzante. Después de la elección de Nicolas Sarkozy a la Presidencia de
la República, Dominique Strauss-Kahn, que confiesa a toro pasado no adherirse
al programa oficial del PS, hace un llamamiento a los militantes socialistas
a comprometerse decididamente hacia una vía más europea y más liberal. En
una de sus obras, incluso exhorta al PS a abandonar definitivamente la defensa
del proletariado para acceder al poder.
En junio del 2007, Dominique Strauss-Kahn vuelve a presentarse a las elecciones
legislativas en la octava circunscripción de Val-d'Oise. Su rival UMP, la
abogada Sylvie Noachovitch, da la sorpresa en la primera vuelta llegando
en cabeza con un 37,37% de los votos. La semana siguiente, el Canard enchaîné
y un periodista de la RTL, Nicolas Poincaré, revelan que dicha periodista
habría hecho en privado declaraciones racistas particularmente nauseabundas.
DSK gana claramente las elecciones en la segunda vuelta (Nicolas Poincaré,
llevado a los tribunales por Sylvie Noachovitch, será condenado por el Tribunal
de apelación de París a pagar a ésta 1 euro de indemnización por haber publicado
sus declaraciones litigiosas sin pruebas).
El mismo año, en una emisión televisiva de Thierry Ardisson, una joven periodista,
Tristane Banon –hija de Anne Mansouret, consejera general del departamento
de l'Eure y vicepresidenta PS de la región de Alta Normandía, que confirma
los hechos- explica que fue agredida sexualmente por DSK en 2002. Este le
habría hecho proposiciones cada vez más apremiantes en ocasión de una cita
para una entrevista y afirma que tuvo que luchar para poder huir. La joven
mujer explica que no quiso divulgar el incidente en aquel momento por falta
de pruebas materiales y por miedo a la venganza del entorno de Dominique
Strauss-Kahn. El nombre de éste se silenció con un pitido cuando la emisión
fue difundida en el canal Paris Première.
A finales del 2007, con el apoyo activo de Nicolas Sarkozy y Jean-Claude
Juncker (Presidente del Eurogrupo), DSK sucede a Rodrigo Rato al frente
del Fondo Monetario Internacional (FMI) con un salario anual de 315.000
euros.
Nombrado por cinco años en este puesto, promete relegitimar la institución
cuya misión es prestar dinero a los países pobres a cambio de programas
económico-políticos ultraliberales. Aboga por una aceleración de la mundialización
financiera y desea que el FMI y el Banco Mundial arropen más ampliamente
a los países en vías de desarrollo. Pero antes de que se cumpla un año de
su llegada es objeto de un escándalo comparable al que acortó la carrera
de Paul Wolfowitz (brazo derecho de George W. Bush y antiguo dirigente del
Banco Mundial). Efectivamente, Dominique Strauss-Kahn, famoso por sus historias
de faldas, es sospechoso de haber recurrido a la caja del FMI para favorecer
a su ex-colaboradora, una cierta Piroska Nagy, convertida en su amante.
El no niega esta relación adúltera y presenta públicamente sus excusas a
su esposa y al personal del FMI pero niega cualquier abuso de poder. Nicolas
Sarkozy y numerosas personalidades francesas de derecha se movilizan para
defenderle. Algunos días más tarde, después de una investigación específica,
el FMI publica un comunicado que "exculpa" a su director, subrayando sin
embargo que ha cometido algunos actos "deplorables que reflejan un grave
error de juicio".
A pesar de su pertenencia al Partido Socialista, Dominique Strauss-Kahn
es incontestablemente un hombre de derecha, neoconservador y ultra-liberal.
Gran burgués próximo a la patronal y a las altas finanzas, sus proposiciones,
tanto en materia de política social, económica o exterior, son muy próximas
a las de Nicolas Sarkozy. En una entrevista cruzada con este último (publicada
a fines del 2006 por la revista El Mejor de los Mundos, órgano de los neoconservadores
franceses dirigida por su amigo Michel Taubmann), se expresa sobre estos
temas mostrándose muy próximo a las doctrinas sarkozystas, especialmente
en materia de comunitarización de la vida pública francesa. Cuando la crisis
financiera mundial de 2008, los dos hombres se expresan de la misma forma,
preconizando la salvación urgente de los bancos culpables y un mayor control
de las actividades financieras. Nicolas Sarkozy no esconde entonces que
su "amigo de izquierda" podría entrar en el gobierno si lo quisiera, o formar
parte de su equipo de consejeros junto al ultraliberal Alain Minc, próximo
de los dos hombres.
Por entonces, DSK no vacila, en efecto, en prestarle alguna ayuda, como,
entre otros, en el tema de la edad de jubilación, una "reforma" brutal impuesta
por Nicolas Sarkozy precipitadamente y sin ninguna negociación. En mayo
2010, DSK se distancia especialmente del Partido Socialista en este tema,
estimando que no hay ningún "dogma establecido" y que puesto que "se vive
cien años, no vamos a continuar jubilándonos a los 60" (entrevista en France
2 del 20/05/2010). Algunos meses más tarde, en otoño del 2010, cuando los
sindicatos -apoyados por más del 70% de los franceses– organizan huelgas
y manifestaciones, un informe muy oportuno del FMI ampliamente aprovechado
por el Elíseo preconiza "un alza de dos años del año legal de jubilación".
En noviembre 2010, recibido en el Elíseo por Nicolas Sarkozy en el marco
de unas consultas para la presidencia francesa del G20, el presidente del
FMI felicita calurosamente a su anfitrión, juzgando su programa "ambicioso"
y "prometedor" y estimando que el papel del FMI debía ser a partir de entonces
de servir de instrumento al G20. Por su parte, Nicolás Sarkozy declara en
una entrevista en la televisión que tiene una "gran consideración" por Dominique
Strauss-Kahn y que realiza "perfectamente su trabajo".
En cuanto al Próximo Oriente, después de haber apoyado la guerra americana
contra Irak, Dominique Strauss-Kahn es partidario de un ataque militar contra
Irán. Judío practicante y comunitarista, militante sionista y ferviente
lobysta pro-israelí –otros puntos de convergencia con Nicolas Sarkozy- defiende
sistemáticamente los crímenes cometidos por Israel en los conflictos del
Próximo Oriente.
Al tener relaciones más que estrechas con el régimen de apartheid israelí,
llega incluso a reemplazar en enero del 2011 al Jefe de estado judío (Moshe
Katsav, inculpado por violación) para pronunciar el discurso de apertura
de la 10ª conferencia de Herzlia sobre la seguridad de Israel, junto al
general Danny Rothschild y al Primer ministro Benjamin Netanyahou.
En ocasión de una entrevista en la revista mensual Passages en 1991, no
vacila en declarar: "Considero que cualquier judío en la diáspora, y por
lo tanto en Francia, debe aportar su ayuda a Israel donde quiera que pueda.
Es por ello, en efecto, que es importante que los judíos accedan a responsabilidades
políticas […] ya que uno no pude a la vez quejarse de que un país como Francia,
por ejemplo, haya tenido en el pasado y quizás todavía actualmente, una
política demasiado pro-árabe y no intentar cambiarla a través de individuos
que piensan de forma distinta permitiéndoles acceder al mayor número posible
de responsabilidades. En resumen, en el desarrollo de mis funciones y en
mi vida diaria, a través del conjunto de mis acciones, intento aportar mi
pequeña piedra a la construcción de la tierra de Israel".
Sin declararse oficialmente candidato, Dominique Strauss-Kahn, incluso limitado
por el deber de reserva de su función, cuyo mandato expira en otoño 2012,
no oculta que desea presentarse a la elección presidencial de abril 2012.
Para ello, su equipo de comunicación surgido de Euro RSCG (Stéphane Fouks,
Ramzy Khiroun y Gilles Finchelstein entre otros) crea regularmente rumores
en los medios de comunicación nacionales a fin de preparar a la opinión
francesa para su candidatura. Así, en la primavera del 2010 se consagra
una impresionante cobertura mediática al patrón del FMI y numerosas verdaderas-falsas
encuestas con preguntas falseadas le presentan artificialmente como el candidato
de izquierda favorito de los franceses, muy por delante de Martine Aubry
y de Ségolène Royal. El establishment político-mediático-económico presenta
al ultraliberal Dominique Strauss-Kahn como el más "creíble" de los representantes
de "la izquierda social-demócrata", el único "socialista" verdaderamente
capaz de reemplazar a Nicolas Sarkozy en el Elíseo en 2012. Dos cotidianos
entonces "de referencia", Le Monde y Libération, se revelan como los mejores
fans del futuro candidato, el segundo llegando incluso a demonizar a su
adversario del Frente de Izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, presentado en la
Une del 26 de enero 2011 como "el hombre que quiere hacer perder a DSK".
También salen en las librerías en la primavera del 2010 dos libros, DSK-Sarkozy,el
duelo de Alexandre Kara y Philippe Martinat (Éditions Max Milo), y sobre
todo un pseudo libro crítico con un verdadero-falso proceso a medida, DSK,
Los secretos de un presidenciable (Éditions Plon), firmado con el pseudónimo
de Casandra, pero según todos los indicios fraguado por su entorno. Para
darle estatura y crear efervescencia en torno a su persona, se programan
no menos de cinco otros ensayos biográficos y un documental de Nicolas Escoulan
para Canal+, para alimentar así el discurso mediático durante el año 2011.
La primera de estas hagiografías teleguiadas, DSK en el FMI, encuesta sobre
un renacimiento, de Stéphanie Antoine (Éditions du Seuil), salió a mediados
de febrero del 2011. En el mismo momento en que el director del FMI efectúa
una estancia muy mediática en París en el marco de un encuentro con los
ministros de finanzas de los países del G20. La derecha, con una polémica
artificial, y su esposa Anne Sinclair, declarando que no "desea que realice
un segundo mandato" en el FMI, se añaden a los esfuerzos de su equipo de
comunicación. Es seguida a principios de mayo por La verdadera novela de
Dominique Strauss-Kahn, un elogio panegírico redactado complacientemente
por su amigo néocon Michel Taubmann (Éditions du Moment). Vendrán a continuación
Un desconocido llamado DSK del periodista sarkozysta Claude Askolovitch
(Éditions Grasset), y DSK el anti-candidato del antiguo periodista deportivo
Jean-Pierre Gonguet (Éditions Hugo & Cie).
En el mismo período, se concluye un pacto –no oficial pero absolutamente
real según todos los observadores de la vida política –entre Martine Aubry
y Laurent Fabius para que quede al final como único candidato a la investidura
socialista para las presidenciales de 2012.
A pesar de esta vasta operación de propaganda continua dirigida a mantener
el suspense, el grado de popularidad de Dominique Strauss-Kahn se encoge
de manera regular en la opinión. Así, a mediados de febrero de 2011, un
sondeo Ipsos para Le Point lo clasifica en sexto lugar entre los simpatizantes
socialistas, muy por detrás de Martine Aubry y François Hollande. En realidad,
si bien goza de una cierta popularidad en el seno de la comunidad judía,
de la izquierda caviar sarko-compatible, de los media, de la derecha y de
la "Francia de arriba" –la de la burguesía opulenta, de las altas finanzas
y de la élites de la "mundialización feliz"- Dominique Strauss-Kahn parece
lejos de conseguir la unanimidad en los medios populares. Por el contrario,
en su propio campo todo parece mostrar que corre el riesgo de un serio fracaso
si se presenta a las primarias socialistas. Efectivamente, el pueblo de
izquierda no se ve llevando al Elíseo a este hermano siamés de Nicolás Sarkozy,
partidario confeso de la globalización neoliberal, candidato de los mercados,
amigo de los banqueros y amo de un FMI ultra-capitalista cuyos planes de
austeridad, impuestos a la fuerza a numerosos países del planeta (ver el
plan de rigor griego), acarrean en todas partes la supresión de los derechos
sociales adquiridos y un aumento de la miseria.
DSK, patrón de este FMI aborrecido por los pueblos, no vacila además en
aumentar la provocación, nombrando, por ejemplo, en octubre del 2010 al
economista portugués Antonio Borges al frente de su departamento Europa,
a pesar del hecho de que éste era uno de los responsables del banco de negocios
Goldman Sachs, responsable en parte de la crisis financiera mundial del
2008. En marzo del 2011 la prensa revela también que una semana después
del comienzo de los disturbios en Libia, estaba finalizando él mismo un
informe del FMI felicitándose de la política económica llevada a cabo por
el coronel Gadafi (a quien conoció personalmente en 2008), aconsejándole
tan solo que "privatizara más rápidamente los bancos y el mercado local
de capitales".
A principios de mayo del 2011, a consecuencia de una foto donde aparecía
circulando por París en un lujoso Porsche (modelo Panamera S Hybride) de
su consejero (¡en comunicación!) Ramzi Khiroun para buscar un local para
la campaña, la prensa se metió con su tren de vida demasiado "bling-bling":
una casa de 380 metros cuadrados con vistas sobre el río Potomac en Washington,
apartamentos parisinos de 240 metros cuadrados en la Place des Vosges y
de seis piezas en una avenida de alto copete del distrito XVI, un suntuoso
RIAD en Marrakech (a dos pasos del palacio de su amigo Bernard-Henri Lévy),
colecciones de obras de arte, grandes joyas llevadas con ostentación por
su mujer, trajes a medida de 5.000 a 25.000 euros la pieza…. El 10 de mayo
Dominique Strauss-Kahn es honrado con el "Premio Gérard du Queutard", distinción
concedida por los Gérard de la política ("lo peor de la política"), debido
a su reputación de obseso sexual.
El 14 de mayo del 2011 es arrestado en el aeropuerto JFK de New York inculpado
"de agresión sexual, de secuestro y de tentativa de violación" por la justicia
americana, a consecuencia de una denuncia hecha por una camarera del hotel
Sofitel de Manhattan. Según las declaraciones de ésta, ella habría entrado
en su habitación para limpiarla cuando él "habría salido del baño completamente
desnudo y habría intentado agredirla sexualmente". Al conseguir escaparse
avisó inmediatamente a la dirección del hotel quien llamó a la policía.
El presidente del FMI habría entonces abandonado precipitadamente el lugar
para ir al aeropuerto. Fue detenido por la policía 10 minutos antes de la
salida de un vuelo con dirección a París. El 16 de mayo, después de 30 horas
de interrogatorio en una comisaría de Harlem y de comparecer ante un tribunal,
sus abogados sostienen el "No culpable" y piden su puesta en libertad contra
una fianza de un millón de dólares. Siguiendo la opinión del ministerio
fiscal, la juez rechaza su puesta en libertad debido a un informe abrumador
de la policía en su contra, a pesar de que él se declara no culpable y sobre
todo ante el riesgo de fuga de los Estados Unidos. Dominique Strauss-Kahn
permanece por lo tanto en prisión hasta una fecha indeterminada, por lo
menos hasta el próximo 20 de mayo en que un juzgado fijará la fecha de su
proceso. Más allá, puede ser condenado a hasta setenta años de prisión en
penas acumuladas si es declarado culpable. El asunto pone fin a su carrera
en el FMI y a sus ambiciones presidenciales en Francia. También tiene repercusiones
en la opinión pública francesa acerca del Partido Socialista y de la clase
político-mediática en general, que elige tan mal a sus élites.
Padre de cuatro hijas (Vanessa, Camille, Laurin y Marine), Dominique Strauss-Kahn
es un apasionado de las nuevas tecnologías de la información y le gusta
practicar el esquí y el ajedrez. Es autor de La riqueza de los franceses
(1977), Economía de la familia y acumulación patrimonial (1977), El ahorro
y la jubilación (1982), La llama y la ceniza (2002), Sí, carta abierta a
los hijos de Europa (2004) y 365 días, diario contra la renuncia (2006).
Hortense Paillard escribe habitualmente en La République des Lettres
Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4171
Entrevista a Osvaldo Vergara Bertiche sobre Enrique Santos Discépolo
Entrevista a Osvaldo
Vergara Bertiche el 11/10/09 sobre Enrique Santos Discépolo
por el programa "Un reo meditabundo" conducido por Oscar Reina
y Miguel García Urbani, los domingos de 22 a 24 por
Radio Nihuil de Mendoza, AM
600 - FM 98,9. (Clic en Track details)
|
Fuente: http://www.elortiba.org/discep.html
"6-7-8"
y Beatriz Sarlo
El debate y el postdebate *
Por Hugo Presman
La presencia de la ensayista Beatriz Sarlo en "6,7,8" y las repercusiones
posteriores que originó, permiten acercar la primera conclusión: en nuestro
país, y más allá de lo mucho que se ha avanzado, el debate, este tipo de
debate, aún es un ejercicio poco frecuente. En cuanto al desarrollo del
mismo, pueden hacerse muchas consideraciones. Aquí apunto algunas: 1) La
estructura del programa no es la mejor para un debate. El hecho de sentar
a cinco panelistas y a dos invitados favorables a las posiciones del programa
y enfrente a una mujer crítica del mismo, establece una desigualdad que
desde el mismo momento en que se inicia la emisión produce en el televidente
un hándicap favorable a la invitada crítica. El programa como soporte permite
el intercambio de opiniones enfrentadas pero no es adecuado cuando alguien
viene directamente a confrontar 2) Teniendo en cuenta que las críticas de
la ensayista al programa eran conocidas, la producción encaró el evento
con las mismas características de uno habitual. Es evidente que si lo hubiera
tenido en cuenta el primer informe debería haber sido sobre, por ejemplo,
"Los intelectuales y su cooptación por el poder económico", con declaraciones
de la invitada en su condición de asalariada de los dos medios más importantes
de la Argentina. Ahí Sarlo hubiera debido explicar, a la defensiva, su pertenencia
a los medios hegemónicos. En cambio se le presentó un compilado sobre el
movimiento de los indignados en España, a partir del cual Sarlo tomó el
centro del escenario cuestionando con argumentos endebles como se hacían
los informes. 3) Los panelistas habituales estuvieron contenidos, escapando
a mi conocimiento si fue por un excesivo respeto al carácter académico de
la invitada o por una sugerencia de los responsables de 6-7-8. 4) Los invitados,
el licenciado en filosofía Ricardo Forster y el licenciado en periodismo
Gabriel Mariotto, a pesar de diferentes intentos, no lograron recuperar
el centro del escenario. Forster se explayó con su habitual discurso académico
sin poder conseguir que Sarlo contestara a algunos de sus planteos y careciendo
del punch que le permitiera llevarla contra las cuerdas, y Mariotto estuvo
por debajo de otros debates en los que participó con soltura. Pareció un
militante universitario que no encontraba su lugar, y en su momento más
desafortunado, tomó el micrófono deslizándose por otro sendero en el momento
que Barone intentaba contestar una chicana, fruto de la soberbia académica
de la crítica literaria, que quedó como lo más comentado de la noche. Aquello
de: "Conmigo no, Barone"
En una entrevista en la revista Debate del 14 de mayo, a la pregunta de
la periodista Carolina Keve sobre si la invitaran a 6-7-8, eso no estaría
mostrando un sesgo de pluralismo, Sarlo contestó: "No, primero no creo que
la respuesta esté en estimular el debate. Puede ser que me lleven porque
soy la antikirchnerista que los kirchneristas aman odiar, pero no creo que
sea para estimular un debate. Más allá de eso, ese picadillo de 6,7,8 va
en contra de la libertad de expresión. ¿Por qué? Porque uno dice algo, y
lo cortan y lo repiten unas cien veces"
LAS ENDEBLECES DE LA ACADÉMICA
Acerca de los informes: Sarlo sostiene que recortan lo expresado, no tienen
fuente ni fechas. Es obvio que todo informe es un recorte. Lo importante
es que ese recorte sea una expresión fidedigna del conjunto y la muestra
no distorsione la totalidad. Es equivalente a la muestra en un estudio estadístico.
Es lo que ocurre, la no distorsión de lo dicho, en la mayoría de los informes
que he visto. Con relación a la fuente, muchas veces la tiene, aunque efectivamente
sería interesante que siempre la pongan, aunque eso no afecta a lo que se
está mostrando; y con relación a las fechas, que muchas veces están, podría
recogerse la crítica, aunque ello posiblemente acentuaría el impacto de
las contradicciones que se están exhibiendo.
La idea de la necesaridad de consultar a la prensa progresista alemana o
la neutralidad de la BCC, sostenido por Sarlo, forma parte en el primer
caso de la intelectual cosmopolita que necesita que sus opiniones sean revalidadas
por fuentes extranjeras; y en el segundo caso, un colonial homenaje hacia
nuestra ex metrópoli, maestra en subordinar los medios a los fines. Eso
no significa que no deba bucearse en todas las fuentes, pero no es una condición
insustituible la prensa extranjera como la presenta la intelectual de "La
Nación".
Después de increpar sobre la falta de rigor, Sarlo sostuvo que al 70% de
los argentinos no les importa la política según estudios que no reveló.
Llama la atención un dato que se diluye ante estos años en donde se debatió,
con la presencia de multitudes en las calles, temas álgidos como el intento
del estado de apropiarse legítimamente de una mayor proporción de la renta
agraria o la ley de medios. Es común escuchar desde las filas donde revista
la intelectual de Radio Mitre, que el kirchnerismo ha producido enfrentamientos
entre familiares, la ruptura entre viejos amigos, dificultades para sentar
en una fiesta personas con posiciones políticas enfrentadas.
En una entrevista posterior, el periodista Maximiliano Montenegro le preguntó
la fuente de su aseveración, a lo que Sarlo contestó: " Fue comentado en
una reunión de politólogos y encuestadores. Es un dato que intuitivamente
confirmaría." Como se ve, un dato cuya precisión está muy lejana a la seriedad
que enarbola.
Una de sus aseveraciones que no ha formado parte del debate posterior es
que la democracia se debe a la derrota en Malvinas. En una sola frase sume
en el olvido la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y la huelga general
del 27 de abril de 1979, la movilización del 30 de marzo de 1982, entre
los más significativos.
Llamó a hacer una autocrítica a los nacionalistas e izquierdistas que apoyaron
la recuperación de Malvinas. Más allá de sus diferentes migraciones ideológicas,
Sarlo pertenece al gelatinoso territorio del progresismo, que le permite
considerarse de izquierda como se definió en el programa de Alfredo Leuco,
socialdemócrata como se declaró en un reportaje de "Miradas al Sur" del
22 de mayo, y columnista estrella de los dos principales medios hegemónicos.
En términos ideológicos es como escribir un libro sobre la reforma agraria
y que la publique e impulse la Sociedad Rural.
Volviendo a la recuperación y luego derrota en Malvinas. Ante el hecho consumado,
había que pronunciarse sobre un reclamo legítimo enarbolado por manos ensangrentadas.
Sarlo adopta la posición de los unitarios exiliados en Montevideo que apoyaban
a la flota anglo francesa que invadía el territorio nacional. San Martín
que no coincidía con algunas de las políticas de Rosas, se ofreció a luchar
y luego le obsequió su sable. San Martín no era un progresista en los términos
de Sarlo. Por eso, en aquellos años de plomo la consigna que el autor de
esta nota enarboló fue: "Luchar en la isla, recuperar el continente." Si
Sarlo no hubiera archivado lo que aprendió cuando creía en las utopías y
no en el cómodo conchabo en los actuales medios unitarios, recordaría una
frase de un tal Lenín: "Estar contra el nacionalismo del país oprimido,
es estar a favor del nacionalismo del país opresor." Entiendo que a Sarlo
eso no le molestaba, porque si Inglaterra nos recolonizara, podría disfrutar
de la asepsia informativa de la BBC.
La ensayista hizo agua cuando Nora Veiras le dijo que mentía en forma elegante:
"Eso no es verdad", cuando afirmó que en Página 12 no se hablaba del Indec.
Retrocedió molesta pero obstinada trató de relativizarlo, afirmando que
se lo recluía en el suplemento económico. Cuando se le mencionó notas de
Mario Wainfeld y Horacio Verbitsky, que como se sabe escriben en el cuerpo
principal del diario, siguió impertérrita con sus verdades blindadas.
Cuando la misma periodista, ante su afirmación que leía La Nación, Clarín
y Página 12, le recordó sus declaraciones en Debate: "De Clarín se puede
pensar muchas cosas mal. Pero yo puedo comparar, porque no soy lectora permanente
de Clarín", se la vio vacilar y recrear otra frase del mismo reportaje:
"Creo que hay dos diarios con los cuales uno construye la esfera pública
argentina, que son La Nación y Página. Clarín no lo estudio como diario"
Si a veces la construcción expositiva puede dar lugar a imprecisiones o
endebleces, el material escrito no condice con los avatares de la improvisación.
Por eso llama la atención que en su último libro "La audacia y el cálculo"
en la página 132 después de afirmar: ". que el modo de caracterizar una
situación y un antagonista tiene una importancia política capital", pocas
líneas después en la páginas 132/ 133 escribe: " Destituyente podía ser
cualquier sector o fracción que se sumara a las protestas, sin necesidad
de probar que formaba parte de los sectores rurales. Los piquetes de campesinos
pequeños, medianos y grandes eran destituyentes; pero también lo eran las
manifestaciones urbanas, donde la mezcla social era muy visible"
Beatriz: ya no es cuestión meramente que olvidó el marxismo. Solo se pide
que no use el lenguaje como una forma de obstaculizar la aprehensión de
la realidad. Llamar campesinos a los pooles de siembra, a los Grobo, a los
Werthein, es indigno de su inteligencia. O hablar de un conflicto del gobierno
con el campo, una forma de usar el lenguaje para encubrir desde el título
la caracterización del conflicto, de la misma manera como lo hacen los medios
que la contratan. Tal vez, en las academias, los cerebros sufren un proceso
de deterioro, fruto de las concesiones que se realizan para acceder a las
mismas.
Descreer como lo hizo Sarlo de la influencia de los medios que la contratan
en la fijación de la agenda diaria, revela que hace mucho la crítica literaria
usa su prestigio en ese ámbito como salvavidas en su naufragio en el análisis
político.
Finalmente, la escritora tuvo que reconocer la política de derechos humanos
desplegada y aceptar y proponer que los hijos adoptivos de Ernestina Herrera
de Noble tienen que hacerse las pruebas de ADN. Afirmaciones que no han
sido recogidos en los medios que la vitorean.
EL DEBATE Y SUS RESULTADOS
Beatriz Sarlo, en 90 minutos, consiguió un conocimiento público, una popularidad
callejera, que nunca había obtenido en sus largos años de docente universitaria.
Su libro "La audacia y el cálculo" tendrá un espaldarazo en materia de ventas.
Voluntaria o involuntariamente ha ingresado a Celebrityland, sobre el cual
trata el capítulo primero de su libro. Una expresión que usa para explicar
o describir la relación entre los medios de comunicación y la política.
La recepción futbolera que se le hizo en el programa "La otra pata" en Radio
Mitre, de la cual es columnista, la convierte en material de análisis de
su libro. "Sa, sa, Sarlo" "Sa, sa , Sarlo" Sarlo si, Barone no" "Beatriz
saliste a la cancha." Por si su ingreso a Celebrityland le produce algunos
mareos o alimenta en forma desmedida su vanidad, le conviene leer lo que
escribió en la página 34 de su libro: "Nada hay más inconsistente que las
emociones teatrales de gente que nunca va al teatro." La tinellización es
un viaje de ida.
Para "6,7,8", el resultado es obtener una repercusión y presencia importante
en todos los medios y en especial en aquellos a los que le destina su desenmascaramiento,
aún a costa de cierto desdibujamiento de sus panelistas. Los programas posteriores
al del 24 de mayo, revelan un intento de sacarse la tierra de un resultado
diferente, desfavorable, al esperado.
REPERCUSIONES POSTDEBATE
"Beatriz Sarlo desnudó a 6,7,8. Siete panelistas y el conductor no pudieron
neutralizar sus agudas críticas" Luego, Pablo Sirven en La Nación del 26
mayo escribió en el primer párrafo: "Como un gladiador que en soledad viene
de decapitar las siete cabezas de una hidra, Beatriz Sarlo amaneció ayer
más cansada que de costumbre, tras su arriesgada pero brillante incursión
televisiva en 6,7,8."
"La bajada de línea de Sarlo" por Ricardo Roa, ex montonero, hoy editor
general adjunto en Clarín del 26 de mayo. En el último párrafo sostiene:
"Sólo ellos saben por qué la invitaron a Sarlo para debatir el papel de
los medios en un club donde hacen cacheo ideológico. Pero ella pudo con
todos (en negrita en el original) Por su valor y sus ideas. Y porque siempre
es frágil cualquier tinglado sostenido en la obsecuencia"
"Una rebelde en el centro de la escena" por Jorge Fernández Díaz en La Nación
del 27 de mayo: "Sarlo se enfrentó sola al panel y puso en jaque el relato
armado por el canal público y los intelectuales oficialistas....Su presencia
echa luz sobre la ausencia de líderes opositores que tengan su coraje, integridad
y convicción".
Sarlo pasó "6,7,8." Fue nada más, y nada menos, que una voz lúcida y disidente
en un programa de la televisión pública" Nicolás Wiñazki Clarín 25-05-2011
" Recordemos : Barone intenta preguntarle a Sarlo por los lugares desde
los cuales emite su discurso..¿ Por qué Sarlo no puede responder esa pregunta
como cualquier otro mortal?
¿Qué es lo distintivo que tiene ella que le permite desestimar las preguntas
de Barone? ."Conmigo no" significa, también, con los otros sí. No es un
grito solidario. Sólo es la enunciación de quién cree que tiene prerrogativas
diferentes a los demás mortales. Es decir, Sarlo es una intelectual, una
académica que demostró que "con un poco de esfuerzo" puede permitirse debatir
con Ricardo Forster.." Hernán Brienza Tiempo Argentino 29-05-2011.
"Al referirse al armado de una red kirchnerista de entornos virtuales, considera
que se trata más o menos de la versión actual de una tradición iniciada
por Perón, quien "comprendió que una política de masas no podía prescindir
de los medios." "Una forma sutil de volver a la idea del peronismo como
emanación fascista" Víctor Ego Ducrot, 29-05-2011
"La profundidad que puede lograr buceando en la literatura argentina se
convirtió en levedad cuando surfeó en los paradigmas de la comunicación"
Cynthia Ottaviano Tiempo Argentino 29-05-2011
LOS PERIODISTAS PROGRESISTAS
Beatriz Sarlo es la más inteligente de los intelectuales del establishment.
Hace esfuerzos por dar algunas explicaciones sobre el kirchnerismo, intención
que han abandonado por prejuicios ideológicos y anorexia de sus pensamientos
Aguinis y Kovadloff. Pero Sarlo está muy lejos de ser una analista política.
Es capaz de agarrarse de un acierto de Carrió y elogiarla como analista
omitiendo cien delirios en forma de pronósticos apocalípticos que ha vertido
en los últimos ocho años.
Pero su carácter de académica, de un prestigio acicalado por las revistas
culturales de los grandes medios, influye sobre los periodistas progresistas
que apoyan al gobierno y los que tienen ese mote revistiendo en la oposición.
Y hay una explicación dolorosa pero que es necesario decirla. Aunque provoque
resquemor o repulsas. El progresismo abreva en el discurso sarmientino revestido
con una pátina de sensibilidad social.
Le cuesta superar el axioma de civilización y barbarie. Algunos avanzan
y lo dejan atrás, pero siempre como el perro de Pavlov, tienen reflejos
condicionados. Así no logran superar la obnubilación, el encandilamiento
que prodigan los distribuidores de prestigio que son las academias. No es
lo mismo ser progresista que integrar el campo nacional y popular, aunque
hay momentos que se junten y se superponen. En el campo nacional y popular
se sabe desde su nacimiento que la barbarie era la civilización y la civilización
era la máscara de la barbarie.
Que los procesos de transformación son complejos y que la política concreta
implica meter las manos en la mierda. Que las revoluciones no son perfumadas
como se cuentan a posteriori sino que tienen olor a pata. Que estómagos
delicados sirven como degustadores de restaurant cinco estrellas pero no
para integrar un colectivo de liberación con contradicciones profundas.
Que uno se ubica en la vereda donde se despliegan las grandes líneas y desde
ahí se critica.
Que los progresistas son los que desde la tribuna exigen medidas que cuando
le tocan a ellos aplicarlas siempre retroceden asustados por las condiciones
objetivas y se atrincheran en "Más no se puede"
Que los francotiradores se ubican en torres de cristal desde donde bajan
sus críticas impolutas, pero que cuando finalmente descienden a tierra,
votan a favor de los poderosos.
Desde el campo nacional y popular reconozco algunos esfuerzos de Beatriz
Sarlo para entender lo que pasa, pero no me intimida su posición de académica.
Ahí donde generalmente se momifica el pensamiento. Y no es posible olvidarse
que el poder conoce perfectamente quiénes son sus amigos y quienes sus enemigos.
Y Beatriz Sarlo trabaja para La Nación y Clarín. Expresa con matices su
línea editorial. Se opuso a la 125 y a ley de medios.
Hace mucho que decidió poner sus esfuerzos en ese territorio.
Es una elección que es sin beneficio de inventario
Cantan eufóricos en los medios hegemónicos. En la barra de Radio Mitre le
dijeron: "Beatriz, te pusiste la camiseta." Es la camiseta de Clarín. Que
hace mucho que la viste. Ahora la transpira con entusiasmo.
La pregunta de Barone iba al meollo de la cuestión, el lugar desde el que
realiza Sarlo las críticas. La desnudaba. Por eso la crítica literaria reaccionó
como si la tuvieran ultrajando. De alguna manera es razonable. Se la estaba
desnudando ante miles de personas.
El poder tiene olfato y saber distinguir. No se confunde. Sabe que camiseta
se pone y transpira Beatriz Sarlo. Cosa que si le sucede al ensayista "progresista"
Juan José Becerra, autor de algunos ensayos interesantes como "Patriotas"
donde desnuda algunos personajes mediáticos. Pero ahora, desde el semanario
"Miradas al Sur", se baja los pantalones ante la académica, y escribió:"Que
algunos sectores conservadores- ya sean diarios sedientos de voceros implantados
o particulares con firma- hayan fantaseado con que Beatriz Sarlo era uno
"de ellos" responde a una ignorancia de su obra y de sus ideas, que no son
kirchnerista- por supuesto- pero siguen estacionados en lo que llamamos
"la izquierda".
De esa izquierda se nutrió la Unión Democrática y la Revolución Fusiladora
y la que actuó recientemente como la izquierda de la Sociedad Rural.
Hay un GPS que evita desorientaciones: miremos a quien el poder económico
exalta y a quien combate y se sabrá quién realmente es. Incluso, si le sirve,
omitirá los deslices literarios de sus obras.
31-05-2011 | * Enviado por su autor
Chau
Keiko, chau Macri: Tarjeta roja al neoliberalismo*
Por Raúl Isman
Junio de 2011 (escrito antes de la segunda vuelta en Perú)
El corriente año 2011 se presenta relativamente auspicioso- desde el punto
de vista electoral- para la marcha del proceso emancipatorio en nuestra
América latina. En efecto, la llegada a la inminente segunda vuelta presidencial
a realizarse el próximo 5 de junio en la patria de Tupac Amarú, Vallejo
y Mariategui del comandante Ollanta Humala Tasso desbarató el intento de
la reacción local de disputarse la presidencia como si fuera una interna
neoliberal o- dicho en términos futboleros- como quién hace jueguito en
un entrenamiento prestándose uno al otro la pelota.
La presencia del candidato de Gana Perú- más allá de lógicas y comprensibles
concesiones discursivas realizadas de cara a la crucial disputa- implica
una herida para el conjunto de las derechas y el imperialismo que no pueden
digerir. Es que poco antes agruparon a los principales países que orbitan
bajo el dominio estadounidense- Méjico, el propio Perú, Chile y Colombia,
por supuesto- intentando alternativizar y confrontar con el arco de gobiernos
que construyen una orientación favorable a la independencia de sus naciones
en el marco de la patria grande y benefician a sus respectivos pueblos.
Una muy deseable y probable llegada de Ollanta a la presidencia implica
en primer lugar un freno a las maniobras del imperialismo, mirando la batalla
desde una óptica muy general de la situación continental.
Pero es en el seno del Perú donde se agiganta la importancia de la derrota
de la candidata neoliberal; quién no sólo es portadora de una ideología
nefasta, que ya le ha causado a los pueblos de nuestra región del orbe un
collar de sufrimientos infinitos. Se trata de una figura con cero construcción
política propia que basa sus posibilidades electorales en el recuerdo de
la nefasta, corrupta, asesina y entreguista dictadura conducida por su padre
convicto por asesinato. Por lo tanto es la heredera legítima de un gobierno
que tuvo en el Perú los mismos efectos que la dictadura procesista en la
Argentina.
La s chances de Keiko se fundamentan en el impúdico acuerdo de lo sectores
dominantes (¿y las garantías legales? ¿y la seguridad jurídica?), en los
infundios y zancadillas planificadas desde los grandes medios de comunicación,
en el acorazado cinismo de fracciones de clases medias y en las debilidades
en la conciencia que pueden observarse en ciertos sectores populares. Un
Triunfo de Ollanta implica derrotar a los grandes medios, a otros factores
de poder y limitaría fuertemente la capacidad imperialista para influir
sobre toda Sudamérica y, en particular, sobre las nuevas instituciones autónomas
que despliegan su acción, como la Unasur. Por otra parte, es el único candidato
de los que confrontan el próximo 5 de junio que podría reiniciar una recuperación
del Perú centrado en la industrialización, la reconquista de derechos laborales,
la extensión de la ciudadanía para los pueblos oprimidos y marginados del
interior y la expansión del mercado interno.
Las encuestas marcan una inquietante paridad; por lo cual existen tres escenarios.
Uno, el más deseable es el triunfo del candidato de Gana Perú. El comandante
ha aglutinado detrás de sí a gran parte del movimiento social y de izquierdas
en su país, un logro nada desdeñable habida cuenta que en la dispersión
y fraccionamiento de tales agrupamientos radican las causas de gran parte
de su inoperancia. Otro escenario es un indeseable, pero no descartable
primer lugar para Keiko. Finalmente, la tercer posibilidad es un triunfo
de la candidata de Fuerza 2011 por métodos fraudulentos a los cuales las
derechas de toda Latinoamérica acuden toda vez que no pudieren ganar limpiamente
un comicio.
Tarjeta roja a todas las lacras es una colorida consigna acuñada por un
ex árbitro de fútbol devenido (pálida) esperanza de las derechas en la ciudad
de Buenos Aires, jurisdicción que será escenario también de una dura batalla
muy próximamente. La derrota de Keiko puede abrir un camino para expulsar
al neoliberalismo del gobierno en el Perú, que debe continuar el mes siguiente
con la salida del gobierno de la ciudad de Buenos Aires de Mauricio Macri.
Tarjeta Roja a la reacción neoliberal en el Perú, en Buenos Aires, en toda
nuestra América, en el orbe completo debe ser un contenido que unifique
las luchas que cruzan prácticamente el orbe entero en los días que corren.
*Enviado por su autor
Ismael Serrano - A las Madres de Plaza de Mayo
Fragmento
de Memoria sobre la batalla de Tucumán (1812)
Por Manuel Belgrano
Había pensado dejar para tiempos más tranquilos, escribir una memoria sobre
la acción gloriosa del 24 de septiembre del año anterior; lo mismo que de
las demás que he tenido, en mi expedición al Paraguay, con el objeto de
instruir a los militares del modo más acertado, dándoles lecciones por medio
de una manifestación de mis errores, de mis debilidades y de mis aciertos
para que se aprovechasen en las circunstancias y lograsen evitar los primeros,
y aprovecharse de los últimos.
Pero es tal el fuego que un díscolo, intrigante, y diré también, cobarde
atentado, introdujo en el ejército, sin efecto en este pueblo y en la capital;
y su osadía para haberme presentado un papel que por sí mismo lo acusa,
cuando trata de elogiarse y vestirse de plumas ajenas, que no me es dable
desentenderme y me veo precisado en medio de mis graves ocupaciones a privarme
de la tranquilidad y reposo tan necesario, para manifestar a clara luz la
acción del predicho 24 y la parte que todos tuvieron en ella.
Confieso que me había propuesto no hablar de las debilidades de ninguno,
que yo mismo había palpado desde que intenté la retirada de la fuerza que
tenía en Humahuaca a las órdenes de don Juan Ramón Balcarce, autor del papel
que acabo de referir, pero habiéndome incitado a ejecutarlo, presentaré
su conducta a la faz del universo con todos los caracteres de la verdad,
protestando no faltar a ella, aunque sea contra mí, pues éste es mi modo
de pensar y de que tengo dadas tantas pruebas, muy positivas, en los cargos
que he ejercido desde mis más tiernos años y de los que he desempeñado desde
nuestra gloriosa revolución no por elección, porque nunca la he tenido,
ni nada he solicitado, sino porque me han llamado y me han mandado: errados
a la verdad en su concepto.
Todos mis paisanos y muchos habitantes de la España saben que mi carrera
fue la de los estudios, y que concluidos éstos debí a Carlos IV que me nombrase
secretario del Consulado de Buenos Aires en su creación; por consiguiente
mi aplicación poca o mucha, nunca se dirigió a lo militar, y si en el 1796
el virrey Melo, me confirió el despacho de capitán de milicias urbanas de
la misma capital, más bien lo recibí como para tener un vestido más que
ponerme, que para tomar conocimientos en semejante carrera.
Así es, que habiendo sido preciso hacer uso de las armas y figurar como
capitán el año 1806, que invadieron los ingleses, no sólo ignoraba cómo
se formaba una compañía en batalla, o en columna, pero ni sabía mandar echar
armas al hombro, y tuve que ir a retaguardia de una de ellas, dependiente
de la voz de un oficial subalterno, o tal vez de un cabo de escuadrón de
aquella clase.
Cuando Buenos Aires se libertó, en el mismo año de 1806, de los expresados
enemigos y regresé de la Banda Oriental a donde fui, después que se creó
el cuerpo de patricios, mis paisanos haciéndome un favor, que no merecía,
me eligieron sargento mayor, y a fin de desempeñar aquella confianza, me
puse a aprender el manejo de armas y tomar sucesivamente lecciones de milicia.
He aquí el origen de mi carrera militar, que continué hasta la repulsa del
ejército de Whitelocke, en el año 1807, en la que hice el papel de ayudante
de campo del cuartel maestre, y me retiré del servicio de mi empleo, sin
pensar en que había de llegar el caso de figurar en la milicia: por consiguiente,
para nada ocupaba mi imaginación lo que pertenecía a esta carrera, si no
era ponerme alguna vez el uniforme para hermanarme con mis paisanos.
Se deja ver que mis conocimientos marciales eran ningunos, y que no podía
yo entrar al rol de nuestros oficiales que desde sus tiernos años, se habían
dedicado, aun cuando no fuese más que a aquella rutina que los constituía
tales: pues que ciertamente, tampoco les enseñaban otra cosa, ni la Corte
de España quería que supiesen más.
En este estado sucedió la revolución de 1810; mis paisanos me eligen para
uno de los vocales de la Junta provisoria, y esta misma me envía al Paraguay
de su representante, y general en jefe de una fuerza a que dio el nombre
de ejército porque había sin duda en ella de toda arma, y no es el caso
hablar ahora de ella, ni de sus operaciones de entonces.
Pero ellas me atrajeron la envidia de mis cohermanos de armas y en particular
el grado de brigadier, que me confirió la misma junta, haciendo más brecha
en el tal don Juan Ramón Balcarce, que además, había sido el autor para
que no fuese en mi auxilio el cuerpo de húsares de que era teniente coronel,
intrigando y esforzándose con sus oficiales en una junta de guerra, hasta
conseguir que cediesen a su opinión, exceptuándose solamente uno, que en
su honor debo nombrar: don Blas José Pico.
Era, pues, preciso que sostuviese un hecho tan ajeno de un militar amante
de su patria, y que ahora he comprendido, era efecto de su cobardía y de
una revolución intentada efectuada por otros fines, y cuyos autores jamás
pensaron en vejarme, ni abatir, mis tales cuales servicios, honrados, y
patrióticos, le dio lugar a que valiéndose de él, pidiese la recíproca,
e hiciese que los oficiales de aquel cuerpo que por sí mismo se había degradado,
no concurriesen al socorro de sus hermanos de armas abandonados, se empeñaron
y agitaron los ánimos, para que se me quitase el grado y el mando de aquel
ejército, que ya aterraba a los de Montevideo.
Bien se ve que hablo de la revolución de 5 y 6 de abril de 1811, y no tengo
para calificar ante mi Nación y ante todas las que han sido instruidas de
ellas cual será don Juan Ramón Balcarce, cuando lo presente como un individuo
que cooperó a ella, y que acaso en todo lo concerniente a mi, puedo asegurar,
fue el primero y principal promovedor.
Conocía esto yo y lo sabía muy bien, cuando el gobierno me envió a tomar
el mando de este ejército y le hallé que estaba en Salta con una fuerza
de caballería: consulté con el general Pueyrredón sobre su permanencia en
el ejército, no por mi (hablo verdad) sino por la causa que defendemos,
y me contestó que no había que desconfiar.
Con este dato, creyendo yo al general Pueyrredón un verdadero amante de
su patria, apagué mis desconfianzas, y habiéndome escrito con expresiones
excedentes a mi mérito, le contesté en los términos de mayor urbanidad y
traté desde aquel momento de darle pruebas de que en mí no residía espíritu
de venganza, sin embargo de haber observado por mí mismo, que su conciencia
le remordía en sus procedimientos contra mí, y de los que con tanto descaró
había ejecutado su hermano don Marcos, de que en el gobierno hay pruebas
evidentes.
Así es que llegado al Camposanto donde se me reunió inmediatamente, lo hice
reconocer de mayor general interino del ejército por hallarse indispuesto
el señor Díaz Vélez y sucesivamente fié a su cuidado comisiones de importancia,
dejándolo con el mando de lo que se llamaba ejército, mientras mi viaje
a Purmamarca. A mi regreso, lo ocupé también, cuando la huida del obispo
de Salta, o su ocultación, y no había cosa en que no le manifestase el aprecio
que hacía de él.
Llega el caso de poner en movimiento el ejército, no porque estuviese en
estado, porque con dificultad podía presentarse una fuerza más deshecha
por sí misma, ya por su disciplina y subordinación, ya por su armamento,
ya también por los estragos del chucho (terciana, o fiebre intermitente),
sino porque convenía ver si con mi venida y los auxilios que me seguían
podía distraer al enemigo de sus miras sobre Cochabamba.
Inmediatamente eché mano de él y lo mandé a Humahuaca con la tal cual fuerza
disponible que había, quedándome yo con el resto con que fui a Jujuy a situarme,
para poder trabajar en lo mucho que debía hacerse de reponer un cuerpo enteramente
inerme y casi en nulidad que era el ejército en donde no se conocía la filiación
de un soldado y había jefe que en sus conversaciones privadas se oponía
a ella, cual lo era el comandante de húsares don Juan Andrés Pueyrredón,
sin duda para que todo siguiera en el mismo desorden.
Me hallaba en Jujuy y por sus mismos partes (de Balcarce) y oficios y aun
cartas amistosas clamaba porque le dejase salir a perseguir algunas partidas
enemigas, que me decía, recorrían el campo se lo permití y llegado hasta
Congrejillos, y aun antes, me insinuaba que no convenía separarse tanto
del cuartel general le hice retirarse, así porque supe que no había enemigos
hasta Suipacha y aquellas cercanías, como porque veía que mi intento no
se lograba de poner en movimiento al enemigo, que sabía, si cabe decirlo
así, tanto o más que yo lo que era el tal ejército.
Se retiró, según mis órdenes, de Cangrejillos y tiene la osadía de decirme
en el papel que me ha dado mérito a esta memoria, que había ido hasta Yaví
y había ahuyentado a todas las partidas enemigas, cuando no encontró una,
ni en aquella salida hubo más que mandar a don Cornelio Zelaya y don Juan
Escobar a traer al tío del marques de Tojo (o Yaví, pues con los dos nombres
era designado) de su población de Yaví.
Es verdad que en Humahuaca promovió el reclutamiento de los hijos de la
quebrada, que tanto honor han hecho a las armas de la patria, y se empeñó
en su disciplina, para lo que él confieso que es a propósito y si en mi
mano estuviera lo destinaría la enseñanza y particularmente de la caballería,
pero de ningún modo a las acciones de guerra.
Empecé a desconfiar de su aptitud para ellas en los momentos en que me avisó
lo movimientos del enemigo de Suipacha puede juzgarle de su cavilosidad
y cobardía por sus mismos oficios y consultas repetidas, tanto que me vi
precisado a mandar al mayor general Díaz Vélez, a hacerse cargo del mando,
y aun a escribirle una carta reservada del estado de mi corazón respecto
de aquél, pues ya no confiaba en sus operaciones, y me llenaba de desconfianza
de si quería, o no hacer lo que hizo con Pueyrredón de darle un parte de
que los enemigos bajaban, para que se retirase cuando aquéllos ni lo habían
imaginado.
Llegado el mayor general Díaz Vélez a Humahuaca con el designio de distraer
al enemigo por uno de los flancos, no pudiendo verificarlo por su proximidad,
dictó sus órdenes para que se retirasen las avanzadas, que hizo firmara
Balcarce por la mayor prontitud y aun al día siguiente se privase de esto,
para decir de su honrosa retirada, cuando todas las disposiciones eran debidas
al expresado mayor general, y cuando jamás se le vio a retaguardia de la
tropa, pues al contrario en la vanguardia con los batidores era su marcha.
Esto lo presencié por mí mismo, cuando habiéndome dado parte, en la Cabeza
del Buey, de que el enemigo avanzaba y sólo distaba cuatro cuadras del cuerpo
de retaguardia, mandé que se replegase a mi posición y me dispuse a recibirlo:
vi, pues, entonces, que con los batidores, y a un buen trote, el primer
oficial que se me presento fue el don Juan Ramón, y sé que sucesivamente
hizo otro tanto hasta que vino envuelto entre el cuerpo dicho de retaguardia,
perseguido de los enemigos. Cuando éstos se me presentaron en el río de
las Piedras y logré rechazarlos con 100 cazadores, cien pardos y otros tantos
de caballería y entre los cuales no fue el primero a presentárselas, ni
a subir una altura que ocupaban, y en que se distinguió el capitán don Marcelino
Cornejo; habiendo quedado a retaguardia el mencionado don Juan Ramón.
Como, desde esta acción, ya mi cuerpo de retaguardia, viniese a corta distancias
resuelto a sostenerme para no perderlo todo consultando con el mayor general,
en la Encrucijada los medios y arbitrios que pudiéramos tomar para el efecto,
que apuntó el nominado don Juan Ramón, para enviarlo con anticipación a
ésta (Tucumán), donde tenía concepto por haber estado en otro tiempo de
ayudante de las milicias y me resolví; dándole las más amplias facultades
para promover la reunión de gente y armas y estimular al vecindario a la
defensa.
Desempeñó esta comisión muy bien, dio sus providencias para la reunión de
gente así en la ciudad como en la campaña, bien que más tuvo efecto la de
ésta, en que intervinieron don Bernabé Aráoz, don Diego Aráoz y el cura
doctor don Pedro Miguel Aráoz, pues de la ciudad, la mayor parte, con vanos
pretextos, o sin ellos no tomaron las armas siendo los primeros que no asistieron
los capituladores exceptuándose solamente don Cayetano Aráoz, y habiéndose
ido dos o tres días antes de la acción, el gobernador intendente de Domingo
García, y no pereciendo en ella el teniente gobernador don Francisco Ugarte.
El día que me acercaba a esta ciudad, se anticipó el ayudante de don Juan
Ramón, don José María Palomeque, a anunciarme la reunión de gente, noticia
que recibí con el mayor gusto, y que ensanchó mi ánimo. Volé a verla por
mí mismo y hablé con aquél en la quinta de Ávila, donde nos encontramos,
y haciendo toda confianza de él, y tratando de nuestra situación, le hice
ver las instrucciones que me gobernaban, las más reservadas, manifestándole
mi opinión acerca de esperar al enemigo: convino, lo mismo que había hecho
en la Encrucijada, exponiéndome que no había otro medio de salvarnos, en
cuya consecuencia, escribí al gobierno el 12 de septiembre; y aún le enseñé
allí mismo el borrador, haciendo toda confianza de él.
Sucesivamente se reunieron hasta 600 hombres a sus órdenes, en que había
húsares, decididos y paisanos, y les dio sus lecciones constantemente, contrayéndose
en verdad a su instrucción y a entusiasmarles en los días que mediaron,
con un celo digno de aprecio, pero ya empecé a entrever su insubordinación
respecto del mayor general Díaz Vélez, y una cierta especie de partido que
se formaba, habiendo llegado a término de escándalo la primera, aun a las
inmediaciones de la tropa y paisanaje, que me fue necesario prudencia por
las circunstancias y en particular por no descontentar a los últimos, que,
como he dicho, tenían un gran concepto formado de él. Es preciso no echar
mano jamás de paisanos para la guerra, a menos de no verse en un caso tan
apurado como en el que me he visto.
Dispuse pues dividir aquel cuerpo, dándole a mandar el ala derecha, que
la componía una mitad (de dicho cuerpo) y a don José Bernáldez el ala izquierda,
que era la otra mitad con orden expresa de que se dividieran del mismo modo
las armas de fuego, orden que no se cumplió y de que fui exactamente cerciorado,
cuando al marchar para el frente del enemigo, me hace presente Bernáldez,
la falta de armas de fuego, por no haberse ejecutado mi expresada orden.
El momento de la acción del 24 llega: la formación de la infantería era
en tres columnas, con cuatro piezas para los claros y la caballería marchaba
en batalla, por no estar impuesta, ni disciplinada para los despliegues,
ni podía ser en tanto corto tiempo como el que había mediado del 12 al 24.
Hallándome con el ejército, a menos de tiro de cañón del enemigo, mandé
desplegar por la izquierda las tres columnas de infantería, unica evolución
que habían podido aprender en los tres días anteriores, en que habíamos
hecho algunas evoluciones de lineal y que se podía esperar que se ejecutase
la tropa con facilidad y sin equivocación, quedando los intervalos correspondientes
para la artillería. Se hizo esta maniobra con mejor éxito que en un día
de ejercicio.
El campo de batalla no había sido reconocido por mí, porque no se me había
pasado por la imaginación, que el enemigo intentase venir por aquel camino
a tomar la retaguardia del pueblo, con el designio de cortarme toda retirada,
por consiguiente me hallé en posición desventajosa, con partes del ejército
en un bajío, y mandé avanzar siempre en línea que ocupaba una altura y sufría
sus fuegos de fusilarla sin responder con artillería, hasta que observando
mas que ésta había abierto claros y que los enemigos ya se buscaban unos
a otros para guarecerse mandé que avanzase la caballería, y ordené que se
tocase paso de ataque a la infantería.
Confieso que fue una gloria para mí, ver que resultado de mis lecciones
a los infantes para acostumbrarlos a calar bayoneta al oír aquel toque,
correspondió a mis deseos; no así en la caballería del ala derecha que mandaba
don Juan Ramón Balcarce, pues lejos de avanzar a su frente, se me iba en
desfilada por el costado derecho en esta situación, observé que el enemigo,
desfilaba en martillo a tomar flanco izquierdo de mi línea y fiando al cuidado
de los jefes de aquel costado, aquella atención, me contraje a que la caballería
del ala derecha ejecutase mis órdenes.
Hallándome en aquellos apuros, no sé quién vino a decirme de la parte de
Balcarce, que luego que la infantería hubiese destrozado al enemigo, avanzaría
la caballería: entonces se redoblaron mis órdenes de avanzar y empezándolas
a cumplir, marchando el ejército, le mandé decir con mi edecán Pico, que
no era aquél modo de avanzar, que lo ejecutase a galope. Sin embargo tomó
dirección, no a su frente sino sobre la derecha, y viéndome así burlado
en mi idea, volví a retaguardia y presentándoseme en el cuerpo de reserva
el capitán don Antonio Rodríguez, al frente de la caballería que había allí,
le mandé avanzar por el punto donde me hallaba, y lo ejecutó con un denuedo
propio. Observaba este movimiento, y vuelvo sobre mi costado izquierdo,
para saber el éxito de aquella tropa del enemigo, que había visto desfilar
y me encuentro con el coronel Moldes que se venía hacia mí y me pregunta:
"¿Dónde va usted a buscar mi gente?" (Su gente debía decir, porque el coronel
Moldes no mandaba ninguna). Entonces me manifiesta que estaba cortado: "pues
vamos a buscar a la caballería" -le dije- y tomó mi frente que los enemigos
habían abandonado.
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/b/belgrano_autobio.php
Biografía
política de Camilo Torres
Vida de Camilo
Por Edgar Camilo Rueda Navarro
2002
Jorge Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929. Sus
padres fueron Calixto Torres Umaña, prestigioso médico, e Isabel Restrepo
Gaviria. De familia acomodada, burguesa y liberal. Vivió junto con su familia
en Europa, entre 1931 y 1934. En 1937, el matrimonio se disolvió, y Camilo
pasó a vivir con su madre y su hermano Fernando.
Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar
un semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al
Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante
el cual Camilo se comenzó a interesar por la realidad social, creando un
círculo de estudios sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como
cristiano, se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.
Camilo se ordenó como sacerdote en 1954, y luego viajó a Bélgica a estudiar
sociología en la Universidad de Lovaina. Durante su estadía en Europa, hizo
contacto con la Democracia Cristiana, el movimiento sindical cristiano,
y con los grupos de resistencia argelina en París, factores que lo llevaron
a acercarse a la causa de los oprimidos. Fundó con un grupo de estudiantes
colombianos de la universidad el ECISE (Equipo colombiano de investigación
socioeconómica)
En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo “Una aproximación estadística
a la realidad socioeconómica de Bogotá” (publicado en 1987 como “La proletarización
de Bogotá”), que fue uno de los pioneros en sociología urbana del país.
En 1959 regresó a Bogotá y fue nombrado capellán de la Universidad Nacional.
Allí, junto con Orlando Fals Borda, fundó la Facultad de Sociología en 1960,
a la que estuvo vinculado como profesor.
Sus investigaciones sociológicas iniciadas con su tesis de grado lo llevaron
a familiarizarse con las estructuras sociales tanto urbanos como rurales.
Fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC), y desarrolló
trabajos de investigación y de acción social en barrios populares y obreros
de Bogotá, como el barrio Tunjuelito. Como capellán, introdujo en Colombia
muchas de las reformas del II Concilio Vaticano, como dar la misa de frente
y no de espaldas, y decirla en español y no en latín. Pregonó que el problema
no era rezar más sino amar más.
En 1961 empezó a tener problemas con el cardenal Concha Córdoba, quien no
veía con buenos ojos las labores de Camilo. La situación fue tornándose
espinosa, hasta que el prelado lo destituyó de su cargo de capellán, de
los trabajos académicos y de las funciones administrativas que tenía en
la Universidad Nacional.
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Colaboró con la investigación
dirigida por Germán Guzmán, publicada como “La violencia en Colombia” (1962,
segundo tomo 1964). En 1963 presentó el ensayo “La violencia y los cambios
socioculturales en las áreas rurales colombianas”, en el primer Congreso
Nacional de Sociología. Hizo parte del Instituto Colombiano para la Reforma
Agraria (INCORA) y la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP).
Presionado por el alto clero, en 1965 renunció al sacerdocio.
Ese año, planteó una plataforma para un movimiento de unidad popular, gestando
así a la fuerza política “Frente Unido del pueblo”. Desarrolló numerosas
manifestaciones y actos públicos, y publicó el semanario “Frente Unido”.
Igualmente hizo contacto con el Ejército de Liberación Nacional, conformado
en 1964, con el que acordó la continuación de la agitación política en las
ciudades, y su posterior ingreso a la organización cuando se considerase
necesario.
El segundo semestre de 1965 Camilo trabaja en el impulso al Frente Unido
y en la publicación del semanario del movimiento (el “Frente Unido”). Camilo
llenó las plazas públicas y tuvo un vertiginoso ascenso político. Ratificó
el abstencionismo como posición revolucionaria.
Luego del hostigamiento y la persecución estatal, se vinculó en noviembre
al ELN, y lanzó la “Proclama a los colombianos”. En su primer combate, el
15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus
restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido
hasta el momento
Fuente: http://www.elortiba.org/camilo.html
La
reforma universitaria de 1918
El 15 de junio de 1918 los estudiantes de la universidad de Córdoba impidieron
la designación del Dr. Antonio Nores como nuevo rector y declararon la huelga
general. Luchaban porque el régimen universitario vigente, especialmente
en la Universidad de esa provincia, tenía programas de estudio anacrónicos,
porque el cuerpo de docentes y directivos no se renovaba y el ingreso estaba
vedado a amplios sectores de la población. El gobierno de Hipólito Yrigoyen
apoyó el movimiento y pronto la reforma se llevó a cabo. Los cambios realizados
posibilitaron el cogobierno de estudiantes, graduados y profesores, la renovación
de los programas de estudio y la apertura de los estudios superiores a la
clase media. La Reforma Universitaria de 1918 tuvo un amplio impacto en
toda América Latina e incluso varios de los manifiestos del Mayo Francés,
en 1968, recordaban las jornadas de Córdoba. Para recordar este episodio,
reproducimos a continuación el Manifiesto Liminar, redactado por Deodoro
Roca, y publicado en una edición extraordinaria de la Gaceta Universitaria
el 21 de junio de 1918.
Fuente: Ministerio de Educación y Justicia, Talleres gráficos, Buenos Aires,
1988.
Reforma Universitaria de 1918
Manifiesto de Córdoba
La Juventud Argentina de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica
21 de junio de 1918
Hombres de una República libre, acabamos de romper la última cadena que,
en pleno siglo XX, nos ataba a la antigua dominación monárquica y monástica.
Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba
se redime. Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad
más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos no equivocarnos,
las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando sobre una
revolución, estamos viviendo una hora americana.
La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos
se habían ensoberbecido y era necesario borrar para siempre el recuerdo
de los contrarrevolucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta
aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la
hospitalización segura de los inválidos y —lo que es peor aún— el lugar
donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra
que las dictara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo de
estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo
de una inmovilidad senil. Por eso es que la ciencia frente a estas casas
mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio
burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus
es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por
eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a
mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de organismos universitarios
no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad
revolucionaria.
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es anacrónico. Está
fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado
universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un
alejamiento olímpico. La federación universitaria de Córdoba se alza para
luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama
un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario,
la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente
en los estudiantes. El concepto de autoridad que corresponde y acompaña
a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios no
puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la sustancia misma
de los estudios. La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita
mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando.
Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende,
toda enseñanza es hostil y por consiguiente infecunda. Toda la educación
es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una
paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto
es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no una labor de ciencia.
Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento
de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas
espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza
no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de
las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio
de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que
cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del
que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico
y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudio es un baluarte
de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad
y la falsa competencia. Ahora advertimos que la reciente reforma, sinceramente
liberal, aportada a la Universidad de Córdoba por el doctor José Nicolás
Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado el
predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno de
los mediocres han encontrado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora
de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene
que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere
seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección.
Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza es el destino
heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención
espiritual de las juventudes americanas nuestra única recompensa, pues sabemos
que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en
nuestro país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone a nuestros
anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está exigiendo.
La reforma Matienzo no ha inaugurado una democracia universitaria; ha sancionado
el predominio de una casta de profesores. Los intereses creados en torno
de los mediocres han encontrado en ella inesperado apoyo. Se nos acusa ahora
de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene
que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere
seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien el alto el derecho sagrado
a la insurrección. Entonces la única puerta que nos queda abierta a la esperanza
es el destino heroico de la juventud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo;
la redención espiritual de la juventudes americanas nuestra única recompensa,
pues sabemos que nuestras verdades lo son –y dolorosas-de todo el continente.
¿Qué en nuestro país una ley –se dice-, la ley de Avellaneda, se opone a
nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra salud moral lo está
exigiendo. La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada,
es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivoca nunca en
la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito
adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos elijan sus maestros
y directores, seguros de que el acierto ha de coronar sus determinaciones.
En adelante, sólo podrán ser maestros en la república universitaria los
verdaderos constructores de almas, los creadores de verdad, de belleza y
de bien.
La juventud universitaria de Córdoba cree que ha llegado la hora de plantear
este grave problema a la consideración del país y de sus hombres representativos.
Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad de Córdoba, con motivo
de la elección rectoral, aclaran singularmente nuestra razón en la manera
de apreciar el conflicto universitario. La federación universitaria de Córdoba
cree que debe hacer conocer al país y a América las circunstancias de orden
moral y jurídico que invalidan el acto electoral verificado el 15 de junio.
Al confesar los ideales y principios que mueven a la juventud en esta hora
única de su vida, quiere referir los aspectos locales del conflicto y levantar
bien alta la llama que está quemando el viejo reducto de la opresión clerical.
En la Universidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se han presenciado
desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera
revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los hombres
libres del continente. Referiremos los sucesos para que se vea cuánta razón
nos asistía y cuánta vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia
de los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales nos responsabilizamos
íntegramente, se cumplían como en el ejercicio de puras ideas. Volteamos
lo que representaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para poder levantar
siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aquellos representan también la medida
de nuestra indignación en presencia de la miseria moral, de la simulación
y del engaño artero que pretendía filtrarse con las apariencias de la legalidad.
El sentido moral estaba obscurecido en las clases dirigentes por un fariseísmo
tradicional y por una pavorosa indigencia de ideales.
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era repugnante. Grupos
de amorales deseosos de captarse la buena voluntad del futuro rector exploraban
los contornos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando que
parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión públicamente empeñada,
el compromiso de honor contraído por los intereses de la universidad. Otros
—los más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la advocación de la
Compañía de Jesús, exhortaban a la traición y al pronunciamiento subalterno.
(¡Curiosa religión que enseña a menospreciar el honor y deprimir la personalidad!
¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se había obtenido una reforma
liberal mediante el sacrificio heroico de una juventud. Se creía haber conquistado
una garantía y de la garantía se apoderaban los únicos enemigos de la reforma.
En la sombra los jesuitas habían preparado el triunfo de una profunda inmoralidad.
Consentirla habría comportado otra traición. A la burla respondimos con
la revolución. La mayoría representaba la suma de la represión, de la ignorancia
y del vicio. Entonces dimos la única lección que cumplía y, espantamos para
siempre la amenaza del dominio clerical.
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aquellos pudieron obtener
la sanción jurídica, empotrarse en la ley. No se lo permitimos. Antes de
que la iniquidad fuera un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apoderamos
del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo entonces amedrentada,
a la vera de los claustros. Que esto es cierto, lo patentiza el hecho de
haber, a continuación, sesionado en el propio salón de actos la federación
universitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el mismo pupitre
rectoral, la declaración de huelga indefinida.
En efecto, los estatutos reformados disponen que la elección de rector terminará
en una sola sesión, proclamándose inmediatamente el resultado, previa lectura
de cada una de las boletas y aprobación del acta respectiva. Afirmamos,
sin temor de ser rectificados, que las boletas no fueron leídas, que el
acta no fue aprobada, que el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente,
para la ley, aún no existe rector de esta universidad.
La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres
ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método
docente, contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas se ejercitaban
en beneficio de determinadas camarillas. No se reformaban ni planes ni reglamentos
por temor de que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La consigna
de «hoy para ti, mañana para mí», corría de boca en boca y asumía la preeminencia
de estatuto universitario. Los métodos docentes estaban viciados de un estrecho
dogmatismo, contribuyendo a mantener a la universidad apartada de la ciencia
y de las disciplinas modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición
interminable de viejos textos, amparaban el espíritu de rutina y de sumisión.
Los cuerpos universitarios, celosos guardianes de los dogmas, trataban de
mantener en clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del silencio
puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue entonces cuando la oscura
universidad mediterránea cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios
y a otros, ante el temor de que fuera perturbada su plácida ignorancia.
Hicimos entonces una santa revolución y el régimen cayó a nuestros golpes.
Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había creado algo nuevo, que por
lo menos la elevación de nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados,
contemplamos entonces cómo se coaligaban para arrebatar nuestra conquista
los más crudos reaccionarios.
No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa,
ni al juego de intereses egoístas. A ellos se nos quiere sacrificar. El
que se titula rector de la Universidad de San Carlos ha dicho su primera
palabra: «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de cadáveres de
los estudiantes». Palabras llenas de piedad y de amor, de respeto reverencioso
a la disciplina; palabras dignas del jefe de una casa de altos estudios.
No invoca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente custodiado
por la fuerza y se alza soberbio y amenazador. ¡Armoniosa lección que acaba
de dar a la juventud el primer ciudadano de una democracia universitaria!
Recojamos la lección, compañeros de toda América; acaso tenga el sentido
de un presagio glorioso, la virtud de un llamamiento a la lucha suprema
por la libertad; ella nos muestra el verdadero carácter de la autoridad
universitaria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agravio y
en cada pensamiento una semilla de rebelión.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar
ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes.
Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una
revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir
en el gobierno de su propia casa.
La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de su federación, saluda
a los compañeros de América toda y les incita a colaborar en la obra de
libertad que inicia.
Enrique F. Barros, Horacio Valdés, Ismael C. Bordabehere, presidentes -Gumersindo
Sayago -Alfredo Castellanos -Luis M. Méndez -Jorge L. Bazante -Ceferino
Garzón Maceda -Julio Molina -Carlos Suárez Pinto -Emilio R. Biagosh -Ángel
J. Nigro -Natalio J. Saibene -Antonio Medina Allende -Ernesto Garzón.
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/primeros_gobiernos_radicales/la_reforma_universitaria.php
Sobre
la increíble historia de un poema que Bertolt Brecht nunca escribió
Por Alberto J. Franzoia
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo
no era comunista.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera
nada".
La historia de este famoso poema esta atravesada por el error frecuente,
la contradicción existencial, el cambio permanente de sus formas, la aprobación
post mortem de su versión escrita y la desfachatada falacia de ciertos “demócratas”.
No pertenece a quien con frecuencia se le ha atribuido; nunca fue escrito
exactamente como lo conocemos por su verdadero creador; sufrió numerosas
modificaciones en su construcción; la versión finalmente aprobada es la
que dio la segunda esposa del autor, Sibylle Sarah Niemoeller-von Sell,
cuando éste ya había fallecido; y, además, fue vaciado de un fragmente de
su contenido real por aquellos que se autoproclaman asiduamente los máximos
exponentes de la democracia y el pensamiento libre.
Desmenucemos entonces cuál es la historia de un poema sin título pero que
suele ser presentado como “Ellos vinieron”. Lo primero que hay que decir
es que el error lo ha acompañado por años, ya que ha sido atribuido en reiteradas
ocasiones al dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht
(1898-1956) sin que el mismo tuviese ninguna responsabilidad al respecto;
error que se ha multiplicado hasta el hartazgo desde que existe Internet.
Este medio maravilloso que ha revolucionado la historia de las comunicaciones,
transmitiendo a gran velocidad y a una enorme cantidad de seres humanos
distribuidos en todo el mundo información y conocimientos verdaderos, también
es el responsable de amplificar errores y falacias como ninguno. Ocurre
que el verdadero gestor de lo que hoy se conoce como el poema “Ellos vinieron”
fue el alemán Friedrich Gustav Emil Martin Niemöller (1892-1984), quien
a lo largo de su curiosísima historia de vida recorrió el largo camino que
va desde la condición de comandante de un submarino alemán durante la Primera
Guerra a pastor, y de su inicial apoyo como pastor al nazismo hasta la lucha
contra las guerras desatadas por el imperialismo, al punto de visitar en
1965 Vietnam del Norte para reunirse con Ho Chi Minh.
Niemöller tenía una visión prejuiciosa del movimiento obrero y manifestaba
serias simpatías por el antisemitismo, todo lo cual lo condujo casi con
naturalidad en la Alemania de los años treinta hacia el apoyo a Hitler.
Sin embargo, sus diferencias con el régimen se fueron desarrollando poco
a poco, pasando a la indiferencia y luego a oponerse a que su iglesia fuese
funcional a las imposiciones nazis, pues consideraba que su único referente
sólo podía ser Dios. Esta nueva situación lo condujo, como era de esperar
en una coyuntura política dominada por la expresión más bárbara que ha gestado
el capitalismo, en un primer momento a prisión y luego a los tenebrosos
campos de concentración del nazismo, siendo recluido tanto en Sachsenhausen
como en Dachau.
Recién cuando en 1945 termina la Segunda Guerra recuperó la libertad regresando
a su actividad como pastor protestante. Y fue precisamente durante sus sermones
cuando comenzó a gestar paulatinamente, con modificaciones introducidas
en cada uno de ellos, el poema que estoy considerando. Pero la que finalmente
se convertiría en la versión escrita aprobada es la que dio su esposa Sibylle
Sarah Niemoeller-von Sell, quien había escuchado por primera vez al que
muchos años más tarde sería su compañero cuando era apenas una niña. Esta
mujer, que provenía de una aristócrata familia prusiana, siendo ya una adolescente
llegó a enfrentar a los nazis con un arma en sus manos. En Argentina uno
de los mejores recitados del poema considerado es el de la talentosa actriz
Cipe Lincovsky. En 2006, al cumplirse 50 años de la desaparición física
de Bertolt Brecht ella realizó el unipersonal “Cipe dice a Brecht”.
La historia del poema no es ajena a la propia historia de vida del Martin
Niemöller, quien en un giro de 180º pasó de su inicial complicidad con el
régimen nazi hacia el compromiso militante por la paz. Su increíble metamorfosis
ideológica lo condujo en el final de su vida, cuando ya había alcanzado
los 90 años y se autodefinía como un revolucionario, a expresar irónicamente
que si viviera hasta los 100 quizás acabaría siendo anarquista. Este hombre
pues ha sido el verdadero responsable de un poema famoso que recorrió el
mundo rodeado de equívocos.
Como dato nada menor, para culminar el sintético relato de esta apasionante
historia, cabe acotar que allí donde el capitalismo occidental intenta definir
lo que sería su paradigmático estilo de vida, Estados Unidos de Norteamérica,
y en un espacio reservado a la muy necesaria memoria del horror, como es
el Museo del Holocausto en Washington, la presentación del poema tiene una
curiosa e inquietante particularidad (otra más), se le ha amputado nada
menos que su primera frase, aquella con la que Niemöller invariablemente
iniciaba su exposición:
"Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo
no era comunista.”
La Plata, julio de 2011
Un
rico botín literario
Por Juan Carlos Valdivia Cano *
(Comentario sobre la novela “El botín de la Buena Muerte” de Jorge Rendón
Vásquez en la presentación de este libro en el Colegio de Abogados de Arequipa,
Perú, el 12 de julio de 2011)
Cuando en la tarde les dije por teléfono a dos personas muy queridas que
iba a presentar una novela, sólo quería invitarlas a que fueran sin decírselo
directamente, porque sabía que su intuición, que no su formación literaria,
iba a impedir que se aburrieran. Cuando colgué el teléfono me di cuenta
de que un ligero sentimiento de orgullo acompañó mi invitación telefónica.
Cosa que, supongo, ocurrió no sólo porque presentaba una novela, sino porque
era la primera vez en mi vida que lo hacía. Mi relación con la literatura,
aunque ya vieja, es sólo la del filoliterato, o sea amigo de la literatura;
como quien dice filósofo, amigo de la filosofía, no necesariamente sabio
o filósofo. Y porque una persona como Jorge Rendón Vásquez, arequipeño lúcido
y maduro, como hombre, como abogado y como artista, me escogiera a mí para
presentar su novela “El botín de la Buena Muerte”, aunque en este caso el
orgullo iba acompañado de una migaja de envidia que mi formación cristiana
me impide ocultar, esperando su amable discreción.
No hablo como crítico literario, porque no lo soy y porque no puedo separar
nunca al autor de su obra. Mis argumentos son todos ad hominen, como decían
los abogados cuando eran cultos. Y voy al grano. Creo que lo más importante
de esta novela es el sentimiento de fondo: en cada página, en cada conducta,
en cada pensamiento del grupo “Cahuide” (o “Illapa”) está presente la más
humana y profunda de las necesidades: la mariateguiana necesidad de mito.
Y el mito que nos propone esta novela además sigue siendo el mismo de Mariátegui,
válido para todos los peruanos que no han perdido el alma: la revolución
contra la inequidad social y económica, contra la mentalidad colonial y
la ignorancia que esta detrás, contra los gobiernos entreguistas y mezquinos
que son mayoría, contra las oligarquías supérstites, contra el fraude, la
corrupción y la exclusión machista, homofóbica o racista, etc.
Y cuando decimos mitos decimos también mentiras y cuando decimos mentiras
decimos ficciones y cuando decimos ficciones decimos literatura. Y en esta
novela, se muestra con una claridad y una concreción irremplazables por
otra disciplina o por otro género literario, la vida peruana tal cual es
en concreto, hasta ahora y desde siempre. Esto es más concreto aun para
los arequipeños, porque personajes y situaciones claves se desarrollan en
Arequipa: los años cincuenta y la dictadura de Odria. Son loablemente puestos
en escena los grandes problemas peruanos, pero también la vida íntima, la
subjetividad y la cultura, los amores militantes y extra militantes, a través
de personajes perfectamente bien delineados en todos sus matices y relaciones.
Todo ello mediante una prosa muy sobria y precisa, un lenguaje impecablemente
utilizado, tierno y justo a la vez. Ello hace a sus personajes tan verosímiles
como los datos tomados de la vida real, con nombres reales y de carne y
hueso, como el de Manuel Apolinario Odría.
El mito que propone esta novela es el de la rebelión contra todo tipo de
opresión. Pero mito y ficción no tienen aquí sentido peyorativo sino todo
lo contrario. Por eso cuando digo mito digo José Carlos Mariátegui: “No
se vive fecundamente sin una concepción metafísica de la vida. El mito mueve
al hombre en la historia. Sin un mito la existencia del hombre no tiene
ningún sentido histórico”.
* Abogado, Profesor de la Universidad Católica Santa María y de la Universidad
de San Agustín de Arequipa, periodista.
Zygmunt Bauman y la crítica como llamado al cambio
Aunque
la derecha juegue con globos y pretenda diluírse ideológicamente reaccionaria
se queda
Por Raúl Isman
Agosto de 2011
Un fantasma recorre el orbe. Se trata de algo más que un simple espectro.
Es más bien una fuerza marcadamente material, aunque con un indudable peso
simbólico. La derecha es el fantasma que mencionamos, articulada, territorial
mente, nacionalmente y por sobre todo desde su construcción global mediática.
Un hilo conductor unifica desde el ataque genocida en Noruega hasta la sorprendente
performance de un cómico de picardías poco sutiles en la provincia argentina
de Santa Fe. Para peor este ni siquiera se privó de reconocer que no tenía
la menor idea de cómo tratar los asuntos de estado. Es el mismo vínculo
que liga desde los exabruptos impunes de Berlusconi a la sonoridad provocadora
del discurso del Frente Nacional Francés. O relaciona el descarado racismo
de la derecha boliviana con las danzas con globos en los festejos del Macrismo,
al imponerse con guarismos indescontables en la primera y la segunda vuelta
en la ciudad de Buenos Aires: se trata nada menos que de la pregnancia de
la derecha, su facilidad para capturar la conciencia de muchas de sus víctimas,
su enorme ductilidad para apropiarse del sentido común, su perseverancia
difundiendo contenidos y tópicos que alejan a los sectores populares de
defender sus verdaderos intereses.
En la Argentina, las fiestas reaccionarias con globos- muy inconcientemente
por cierto- develan la más profunda realidad del hemisferio derecho del
sistema político en nuestro país. Es que aquí, globo es otro nombre dado
a la mentira y globero es el mentiroso. Y los embustes consisten en presentarse
con un rostro festivo, apolítico e anti-ideológico, cuando en rigor la fiesta
es sólo para los sectores más poderosos, son políticos al servicio del bloque
dominante y del imperialismo y su ideología (cuando no la ocultan) no es
otra cosa que el nefasto neoliberalismo, que provocó las crisis más sonoras
del último cuarto del siglo XX y lo que va de la presente centuria. Parte
de la ideología de los derechistas en todo el mundo es difundir un modo
salvaje y antilegal de resolver la problemática de la delincuencia, la búsqueda
de soluciones puramente individuales o la constante demonización de los
inmigrantes. Pero cuando un ¿lunático? la pone en acto, como en el repudiable
atentado en Oslo, solícitos todos los reaccionarios corren a despegarse.
¿No advierten que se trata de la realización sangrienta del clima cultural
que la propia derecha propicia? Por supuesto que lo tienen claro, pero toman
distancia para no ser salpicados por los efectos indeseables de su propia
acción práctica e ideológica. Sus manos están tan machadas con sangre, como
su conciencia con la materia fecal que ellos difunden (ser globeros es una
actitud común para la reacción). Macri, que propicia hipócritamente modales
zen y buenas ondas, apañó a la U.C.E.P. que le pegaba patotéramente a los
pobres en situación de calle, mandaba a espiar hasta a su propia parentela,
realizó campañas al lado de las cuales el hediondo riachuelo porteño resultaba
un transparente manantial, nombró ministro de educación en la ciudad a un
troglodita que consideraba al rock and roll una creación de Lucifer y mandaba
amenazar profesionales de la salud, entre otras expresiones de su profunda
condición de impenitente globero.
¿Por qué le resulta tan fácil a la derecha travestirse (quedando no obstante
siempre en condición de reaccionaria)? No existe una única explicación,
tampoco existe unanimidad al respecto. Pero lo cierto es que la lucha cultural
contra las (nuevas y viejas) fuerzas neocoloniales es más urgente que nunca.
Héctor Pacheco - El descamisado. Orquesta de Alfredo Attadía, letra de Antonio Helú y Enrique Pedro Maroni
Héctor Pacheco -
El descamisado, orquesta de Alfredo Attadía, letra de Antonio
Helú y Enrique Pedro Maroni (Clic en Track details)
|
La
última y mala noticia sobre Haroldo Conti
Por Gabriel García Márquez
5 de mayo de 1976: desaparece Haroldo Conti
A Haroldo Conti, que era un escritor argentino de los grandes, le advirtieron
en octubre de 1975 que las fuerzas armadas lo tenían en una lista de "agentes
subversivos". La advertencia se repitió por distintos conductos en las semanas
siguientes y, a principios de 1976, era ya de dominio público en Buenos
Aires. Por esos días, me escribió una carta a Bogotá, en la cual era evidente
su estado de tensión. "Martha y yo vivimos prácticamente como bandoleros",
decía, "ocultando nuestros movimientos, nuestros domicilios, hablando en
clave". Y terminaba: "Abajo va mi dirección, por si sigo vivo". Esa dirección
era la de su casa alquilada en el número 1205 de la calle Fitz Roy, en Villa
Crespo, donde siguió viviendo sin precauciones de ninguna clase hasta que
un comando de seis hombres armados la asaltó a medianoche, nueve meses después
de la primera advertencia, y se lo llevaron vendado y amarrado de pies y
manos, y lo hicieron desaparecer para siempre. Haroldo Conti tenía entonces
51 años, había publicado siete libros excelentes y no se avergonzaba de
su gran amor a la vida. Su casa urbana tenía un ambiente rural: criaba gatos,
criaba palomas, criaba perros, criaba niños y cultivaba en canteros legumbres
y flores. Como tantos escritores de nuestra generación, era un lector constante
de Hemingway, de quien aprendió además la disciplina de cajero de banco.
Su pensamiento político era claro y público, lo expresaba de viva voz y
lo exponía en la prensa, y su identificación con la revolución cubana no
era un misterio para nadie.
Desde que recibió las primeras advertencias tenía una invitación para viajar
a Ecuador, pero prefirió quedarse en su casa. "Uno elige", me decía en su
carta. El pretexto principal para no irse era que Martha estaba encinta
de siete meses y no sería aceptada en avión. Pero la verdad es que no quiso
irse. "Me quedaré hasta que pueda, y después Dios verá", me decía en su
carta, "porque, aparte de escribir, y no muy bien que digamos, no sé hacer
otra cosa". En febrero de 1976, Martha dio a luz un varón, a quien pusieron
el nombre de Ernesto. Ya para entonces, Haroldo Conti había colgado un letrero
frente a su escritorio: "Este es mi lugar de combate, y de aquí no me voy".
Pero sus secuestradores no supieron lo que decía ese letrero, porque estaba
escrito en latín.
El 4 de mayo de 1976, Haroldo Conti escribió toda la mañana en el estudio
y terminó un cuento que había empezado el día anterior: A la diestra. Luego
se puso saco y corbata para dictar una clase de rutina en una escuela secundarla
del sector, y antes de las seis de la tarde volvió a casa y se cambió de
ropa. Al anochecer ayudó a Martha a poner cortinas nuevas en el estudio,
jugó con su hijo de tres meses y le echó una mano en las tareas escolares
a una hija del matrimonio anterior de Martha, que vivía con ellos: Myriam,
de siete años. A las nueve de la noche, después de comerse un pedazo de
carne asada, se fueron a ver El Padrino II. Era la primera vez que iban
al cine en seis meses. Los dos niños se quedaron al cuidado de un amigo
que había llegado esa tarde de Córdoba y lo invitaron a dormir en el sofá
del estudio.
Cuando volvieron, a las 12.05 horas de la noche, quien les abrió la puerta
de su propia casa fue un civil armado con una ametralladora de guerra. Dentro
había otros cinco hombres, con armas semejantes, que los derribaron a culatazos
y los aturdieron a patadas.
El amigo estaba inconsciente en el suelo, vendado y amarrado, y con la cara
desfigurada a golpes. En su dormitorio, los niños no se dieron cuenta de
nada porque habían sido adormecidos con cloroformo.
Haroldo y Martha fueron conducidos a dos habitaciones distintas, mientras
el comando saqueaba la casa hasta no dejar ningún objeto de valor. Luego
los sometieron a un interrogatorio bárbaro. Martha, que tiene un recuerdo
minucioso de aquella noche espantosa, escuchó las preguntas que le hacían
a su marido en la habitación contigua. Todas se referían a dos viajes que
Haroldo Conti había hecho a La Habana. En realidad. había ido dos veces
-en 1971 y en 1974-, y en ambas ocasiones como jurado del concurso de La
Casa de las Américas. Los interrogadores trataban de establecer por esos
dos viajes que Haroldo Conti era un agente cubano.
A las cuatro de la madrugada, uno de los asaltantes tuvo un gesto humano,
y llevó a Martha a la habitación donde estaba Haroldo para que se despidiera
de él. Estaba deshecha a golpes, con varios dientes partidos, y el hombre
tuvo que llevarla del brazo porque tenía los ojos vendados. Otro que los
vio pasar por la sala, se burló: "¿Vas a bailar con la señora?". Haroldo
se despidió de Martha con un beso. Ella se dio cuenta entonces de que él
no estaba vendado, y esa comprobación la aterrorizó, pues sabía que sólo
a los que Iban a morir les permitían ver la cara de sus torturadores. Fue
la última vez que estuvieron juntos. Seis meses después del secuestro, habiendo
pasado de un escondite a otro con su hijo menor, Martha se asiló en la Embajada
de Cuba. Allí estuvo año y medio esperando el salvoconducto, hasta que el
general Omar Torrijos intercedió ante el almirante Emilio Massera, que entonces
era miembro de la Junta de Gobierno Argentina, y éste le facilitó la salida
del país.
Quince días después del secuestro, cuatro escritores argentinos -y entre
ellos los dos más grandes- aceptaron una invitación para almorzar en la
casa presidencial con el general Jorge Videla. Eran Jorge Luis Borges, Ernesto
Sábato, Alberto Ratti, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores,
v el sacerdote Leonardo Castellani. Todos habían recibido por distintos
conductos la solicitud de plantearle a Videla el drama de Haroldo Conti.
Alberto Ratti lo hizo, y entregó además una lista de otros once escritores
presos. El padre Castellani, entonces tenía casi ochenta años y había sido
maestro de Haroldo Conti, pidió a Videla que le permitiera verlo en la cárcel.
Aunque la noticia no se publicó nunca, se supo que, en efecto, el padre
Castellani lo vio el 8 de julio de 1976 en la cárcel de Villa Devoto, y
que lo encontró en tal estado de postración que no le fue posible conversar
con él.
Otros presos, liberados más tarde, estuvieron con Haroldo Conti. Uno de
ellos rindió un testimonio escrito, según el cual fue su compañero de presidio
en el campo de concentración de la Brigada Gómez, situada en la autopista
Richieri, a doce kilómetros de Buenos Aires por el camino de Ezeiza. "En
mayo de 1976", dice el testimonio, "Haroldo Conti se encontraba en una celda
de dos metros por uno, con piso de cemento y puerta metálica. Llegó el día
20. Dijo haber estado en un lugar del Ejército, donde lo pasó muy mal. Dijo
que se había quedado encerrado en un baño, donde se desmayó. Apenas sí podía
hablar y no podía comer. El día 21 pudo comer algo. Se ve que andaba muy
mal porque le dieron una manta y lo iban a ver con frecuencia. En la madrugada
del día 22 lo sacaron de la celda. Parece que lo iban a revisar o algo así.
Estaba muy mal y no retenía orines". El testigo no lo volvió a ver en la
prisión. No ha habido gestión, ni derecha ni torcida, que la esposa y los
amigos de Haroldo Conti no hayamos hecho en el mundo entero para esclarecer
su suerte.
Hace unos dos años sostuve una entrevista en México con el almirante Emilio
Massera, que ya entonces estaba retirado de las armas y del Gobierno, pero
que mantenía buenos contactos con el poder. Me prometió averiguar todo lo
que pudiera sobre Haroldo Conti, pero nunca me dio una respuesta definitiva.
En junio de 1980, la reina Sofía de España viajó a Argentina al frente de
una delegación cultural que asistió al aniversario de Buenos Aires. Un grupo
de exiliados le pidió a algunos miembros de la comitiva que intercedieran
ante el Gobierno argentino para la liberación de varios presos políticos
prominentes. Yo, en nombre de la Fundación Habeas, y como amigo personal
de Haroldo Conti, les pedí una gestión muy modesta: establecer de una vez
y para siempre cuál era su situación real. La gestión se hizo, pero el Gobierno
argentino no dio ninguna respuesta. Sin embargo, en octubre pasado, cuando
ya estaba decidido su retiro de la presidencia, el general Jorge Videla
concedió una entrevista a una delegación de alto nivel de la agencia Efe,
y respondió algunas preguntas sobre los presos políticos. Por primera vez
habló entonces de Haroldo Conti. No hizo ninguna precisión de fecha, ni
de lugar ni de ninguna otra circunstancia, pero reveló sin ninguna duda
que estaba muerto. Fue la primera noticia oficial, y hasta ahora la única.
No obstante, el general Videla les pidió a los periodistas españoles que
no la publicaran de inmediato, y ellos cumplieron. Yo considero, ahora que
el general Videla no está en el poder, y sin haberlo consultado con nadie,
que el mundo tiene derecho a conocer esa noticia.
Copyright 1981, Gabriel García Márquez.
Fuente en Internet: www.elortiba.org
Informe de Telesur sobre el descomunal triunfo de Cristina Fernández en las elecciones primarias de Argentina (14 de agosto de 2011)
Esa mujer
Cuento de Rodolfo Walsh en la voz de Rodofo Walsh
Homenaje a Miguel Hernández. Joan Manuel Serrat interpreta: El niño yuntero
El niño yuntero
Miguel Hernández
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
Homenaje
a Nelly Omar
Ligada al primer peronismo, amiga de Evita, novia de Homero Manzi, quién
según ella misma declara la inmortalizó en “Malena”, el sábado 10 de setiembre
de 2011 cumplió 100 años y planea realizar en octubre una nueva actuación
en el Luna Park de Buenos Aires. Nelly Omar canta Sur.
El
99 por ciento que ocupó Wall Street
Por Amy Goodman
22 de septiembre de 2011
Si 2.000 activistas del movimiento conservador Tea Party se manifestaran
en Wall Street, probablemente habría la misma cantidad de periodistas cubriendo
el acontecimiento. 2.000 personas de hecho ocuparon Wall Street el sábado.
No llevaban pancartas del Tea Party ni la bandera de Gadsden con la serpiente
en espiral y la amenaza 'No te metas conmigo'. Pero su mensaje era claro:
“Somos el 99 por ciento de la población que ya no tolerará la codicia ni
la corrupción del 1 por ciento restante”, dijeron. Allí estaban, la mayoría
de ellos jóvenes, protestando contra la especulación prácticamente no regulada
y descontrolada de Wall Street, que provocó la crisis financiera mundial.
Uno de los multi-millonarios más conocidos de Nueva York, el alcalde Michael
Bloomberg, comentó acerca del momento en que vivimos: “Muchos jóvenes que
salen de la universidad no encuentran trabajo. Eso es lo que sucedió en
El Cairo, es lo que sucedió en Madrid. No queremos ese tipo de disturbios
aquí”. ¿Disturbios? ¿De eso realmente se trataron la Primavera Árabe y las
protestas en Europa?
Quizá para desilusión del Alcalde Bloomberg, lo que sucedió en Egipto y
en Europa es justamente lo que inspiró a muchas personas a ocupar Wall Street.
En un reciente comunicado, la coalición de organizaciones que se están manifestando
en Wall Street dijo: “El sábado realizamos una asamblea general de dos mil
personas. El lunes a las 8 de la noche aún estábamos ocupando la plaza,
a pesar de la constante presencia policial. Estamos construyendo el mundo
que queremos, en base a la necesidad humana y a la sustentabilidad, en lugar
de a la codicia de las empresas”.
Hablando del Tea Party, el gobernador de Texas, Rick Perry, viene provocando
altercados en forma permanente durante los debates presidenciales republicanos
con su declaración de que el venerado sistema de seguridad social de Estados
Unidos es “una estafa de tipo Ponzi”. Charles Ponzi se dedicó a estafar
a miles de personas en 1920 mediante la promesa fraudulenta de que recibirían
grandes ganancias a partir de inversiones. Una típica estafa Ponzi consiste
en tomar el dinero de una serie de inversores y pagarles con el dinero de
nuevos inversores, en lugar de pagarles a partir de ganancias reales. El
sistema de seguridad social de Estados Unidos es de hecho solvente: tiene
un fondo fiduciario de más de 2,6 billones de dólares. La verdadera estafa
que amenaza al pueblo estadounidense es la insaciable codicia de los bancos
de Wall Street.
Entrevisté a uno de los organizadores de la protesta “Ocupemos Wall Street”.
David Graeber es profesor en Goldsmiths, Universidad de Londres, y es autor
de varios libros. Su obra más reciente es: “Deuda: Los primeros 5.000 años”.
Graeber señala que, en medio de la crisis financiera de 2008, se renegociaron
deudas enormes entre bancos. Sin embargo muy pocas hipotecas recibieron
el mismo trato. Graeber dice: “Las deudas entre los muy ricos o entre gobiernos
siempre pueden ser renegociadas y, de hecho, siempre ha sido así en la historia
mundial. No están grabadas en piedra. En términos generales, cuando los
pobres tienen deudas con los ricos, de pronto las deudas se convierten en
una obligación sagrada, más importante que ninguna otra cosa y la idea de
renegociarlas se vuelve impensable”.
El Presidente Barack Obama recientemente propuso un plan de creación de
empleo y mayores esfuerzos para reducir el déficit. Una de las propuestas
es el llamado “impuesto a los millonarios”, que cuenta con el apoyo del
multi-millonario y partidario de Obama, Warren Buffet. Los republicanos
denominaron al impuesto “guerra de clases”.
Graeber comenta: “Durante los últimos 30 años hemos visto a los más ricos
de nuestra sociedad librar una guerra política contra todos los demás y
esta es la jugada más reciente de esa guerra, una medida que es totalmente
disfuncional desde el punto de vista político y económico. Y este es el
motivo por el cual los jóvenes simplemente han abandonado cualquier idea
de recurrir a los políticos. Todos sabemos lo que sucederá. Los impuestos
propuestos son una especie de simulación de gesto populista, que todos saben
que será desechado. En realidad, lo que probablemente suceda es que habrá
más recortes a los servicios sociales”.
Afuera, en la fría mañana del martes, los manifestantes iniciaron su cuarto
día de protestas con una marcha en medio de una fuerte presencia policial
e hicieron sonar la campana de apertura de “la bolsa del pueblo” a las 9.30
de la mañana, exactamente a la misma hora que suena la campana de la Bolsa
de Nueva York. Mientras los banqueros permanecen seguros dentro de sus bancos
rescatados, afuera, la policía arresta a manifestantes. En un mundo justo,
con una economía justa, cabría preguntarse, ¿quién debería estar pasando
frío afuera? ¿Quién debería ser arrestado?
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta
y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en
inglés y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan
contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados
Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2011/09/el-99-por-ciento-que-ocupo-wall-street.html
Paco Ibáñez y el Cuarteto Cedrón interpretan los poemas 15 y 20 de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda
Mi
amigo Steve Jobs *
Por Jorge Rendón Vásquez **
El 5 de octubre, tras ver en la pantalla de mi Mac el anuncio de Apple sobre
el fallecimiento de Steve Jobs, escribí a la dirección allí indicada:
“Muy pocos seres humanos, en la historia de la humanidad, han sido tan importantes
como Steve Jobs.
Pienso en el hombre que inventó la rueda, en Pasteur, en Einstein. Por él
puedo escribir en mi casa este mensaje en mi MacMini, como desde 1986 en
mi Mac Plus. Desde entonces nunca tuve otra computadora que Mac.
Soy uno de los millones de millones de seres humanos que lo recordará con
gratitud.”
El 7 de octubre el diario El País de España dijo sobre Steve Jobs:
“Pese a esa agitación mediática, Jobs no inventó nada relevante en realidad.
Ni diseñó el primer PC, ni el iPod fue el primer reproductor musical MP3,
ni el iPhone fue el primer móvil con pantalla táctil.”
No me indignó tanta mezquindad. Me causó lástima.
A comienzos de la década del ochenta del siglo pasado, la revolución de
la electrónica y la informática avanzaba como una gigantesca ola que se
agostaba, sin embargo, sólo en la gran industria. Para las gentes comunes,
las que tecleábamos en nuestras máquinas de escribir, era un sueño inalcanzable.
Y, de repente, un joven de 21 años, de una familia de escasos recursos,
que dejó la universidad porque no tenía cómo pagarla, lanzó al mundo una
computadora personal no más grande que una máquina de escribir. Era la Apple
I, superada al año siguiente por la Apple II. Fue el fin de las enormes
computadoras con ambientes refrigerados o de consola que costaban decenas
de miles de dólares.
Steve Jobs nos había interpretado y, con la cooperación de su socio Steve
Wosniak, cuatro años mayor que él, con quien había venido trabajando en
el garage de su casa, en Cupertino, un suburbio de Santa Clara en San Francisco
(el corazón de lo que luego fue Silicon Valley), puso a nuestro alcance,
en nuestras oficinas, centros de estudio y hogares una computadora barata.
A comienzos de la década del ochenta, con mi esposa y mis tres hijos, que
tenían entonces entre dieciocho y doce años, compramos la Apple II, la que,
a decir verdad, sólo los tres chicos manejaban con facilidad, porque funcionaba
con códigos escritos en el teclado.
Steve Jobs se dio cuenta de esta dificultad y, con la ayuda del mismo Wosniak
y de otros ingenieros, creó la primera Mac de manejo sencillo, con un sistema
que exhibía en la pantalla sus programas representados por íconos que podían
ser activados con una flechita móvil conducida desde una pequeña caja manual
llamada “mouse” o “ratón” a la que se aplicaba dos golpecitos. Estábamos
en 1984. Fue para los usuarios el adios a los códigos, y el ingreso definitivo
de la revolución de la electrónica y la informática en la vida cotidiana
de las personas, y, en vía de consecuencia, el traslado de la máquina de
escribir al desván del pasado. Escribir y dibujar en una Mac era como jugar
sin darse cuenta del paso del tiempo. Sólo con esta hazaña Steve Jobs alcanzó
las alturas de los genios y se ganó el agradecimiento desbordante de quienes
comprendieron la trascendental importancia de su creación.
Esa tecnología de punta fue imitada por una competencia, no muy escrupulosa,
y el mercado se llenó de computadoras personales basadas en el antiguo sistema
DOS que requería códigos. Pese a ser más baratas que la Mac, no pudieron
detener la carrera de Steve Jobs y su “System”.
La competencia solucionó este problema recurriendo a un procedimiento non
sancto. Alquiló el sistema que un ex empleado de Apple había desarrollado
copiando sin derecho el System de Steve Jobs y montándolo sobre el DOS.
Era pesado, pero llegaba a los mismos resultados: íconos y mouse. Hasta
ahora las PC funcionan con este sistema injertado en el DOS.
Steve Jobs impulsó también la fabricación en masa de la computadora portátil
a un precio relativamente módico.
Luego vino su desavenencia con John Sculley, ejecutivo máximo de la Pepsy
a quien él había llamado para dirigir la Apple y que terminó despidiéndolo,
a él, Steve Jobs, el fundador de esta corporación. Si alguna vez se llegara
a labrar una roca como la de Rushmore, en Dakota del Sur, estigmatizando
la ingratitud, allí debería estar el rostro de John Sculley.
Después, la Apple entró en descenso.
Quince años después, desesperado, el directorio de Apple llamó a Steve Jobs,
el genio, para asumir la dirección de la empresa y evitar su desaparición.
Y, de nuevo, comenzaron las creaciones de Steve de aparatos electrónicos
y sus programas al servicio de la humanidad: el IMAC (la antigua Mac, pero
a colores, superdesarrollada con un potente chip); la iBook (liviana, para
todo uso y para tener al mundo en la casa); el iPod (centenares de canciones
almacenadas en una cajita metálica que se puede escuchar por horas con audífonos
o transmitir a un equipo de reproducción); el iPhone (un teléfono celular
de manejo táctil con innumerables aplicaciones para la comunicación); el
iPad (la tableta lectora táctil con muchas otras funciones que reemplazará
a las computadoras portátiles dentro de poco).
Los usuarios de Mac conformamos una suerte de confraternidad cuya divisa
es la fidelidad a los aparatos que Steve Jobs nos ha dado. Y él ha sido
siempre para nosotros un amigo entrañable, aunque millones y millones de
sus admiradores jamás hayamos tenido la posibilidad de tratar con él personalmente.
Lo he visto innumerables veces en la pantalla de mi Mac, presentando sus
creaciones, fuerte, optimista y sereno, incluso luego que la muerte comenzara
a rondarlo, y me he sentido entre los miles de asistentes a la sala donde
lo hacía.
¡Gracias, Steve!
* Para Cuaderno de la Ciencia Social
**Jorge Rendón Vásquez en un destacado intelectual peruano que cursó sus
estudios de Abogacía en la Universidad Nacional de Buenos Aires, se doctoró
en La Universidad Mayor de San Marcos de Lima y en la Universidad de Paris
(La Sorbona). En el terreno literario publicó: La Calle Nueva, El Cuello
de la Serpiente, La celebración y otros relatos. En el Centro Cultural América
Criolla de La Plata (Argentina) disertó en julio de 2010 sobre su por entonces
reciente novela El botín de la Buena Muerte.
Mercedes Sosa y Rodolfo Mederos
interpretan “Los mareados”
Se cumplieron dos años de su partida, vaya nuestro homenaje
a la eterna Negra.
¿Denuncias
o confesiones?
Por Eduardo Galeano
Julio 2010
Y mientras el poder enseña impunidad, esos grandes medios, y sobre todo
la televisión, difunden mensajes de violencia y de consumismo obligatorio.
Una reciente investigación universitaria reveló que los niños de Buenos
Aires ven, cada día, cuarenta escenas de violencia en la pantalla chica.
¿Cuántas escenas de consumismo ven? ¿A cuántos ejemplos de despilfarro y
ostentación asisten cada día? ¿Cuántas órdenes de comprar reciben los que
poco o nada pueden comprar? ¿Cuántas veces por día se les taladra la cabeza
para convencerlos de que quien no compra no existe, y quien no tiene, no
es? Paradójicamente, la televisión suele trasmitir discursos que denuncian
la plaga de la violencia urbana y exigen mano dura, mientras la misma televisión
imparte educación alas nuevas generaciones derramando en cada casa océanos
de sangre y de publicidad compulsiva: en este sentido, bien podría decirse
que sus propios mensajes están confirmando su eficacia mediante el auge
de la delincuencia.
Las fábricas de opinión pública echan leña a la hoguera de la histeria colectiva,
y mucho contribuyen a convertir la seguridad pública en obsesión pública.
Cada vez tienen más ecos los gritos de alarma que se pronuncian en nombre
de la población indefensa ante el acoso del crimen. Se multiplican los asustados,
y los asustados pueden ser más peligrosos que el peligro que los asusta.
Para acabar con la falta de garantías de los ciudadanos, se exigen leyes
que suprimen las garantías que quedan; y para dar más libertad a los policías,
se exigen leyes que sacrifican la libertad de todos los demás -incluso en
países como el Uruguay, donde las estadísticas confiesan que los policías
son, en proporción, los ciudadanos que más delitos cometen.
No sólo los vividores de la abundancia se sienten amenazados. También la
clase media, y también numerosos sobrevivientes de la escasez: pobres que
sufren el asalto de otros pobres más pobres o más desesperados. En sociedades
que prefieren el orden a la justicia, hay cada vez más gente que aplaude
el sacrificio de la justicia en los altares del orden: hay cada vez más
gente convencida deque no hay ley que valga ante la invasión de los fuera
de la ley. Hay un clamor creciente por la pena de muerte en la opinión pública
de varios países latinoamericanos; y las matanzas de niños por los escuadrones
para policiales de la muerte en Bogotá, Río de Janeiro o la ciudad de Guatemala
son pública o secretamente aplaudidas por un sector considerable de la sociedad.
Se considera normal la tortura del delincuente común, o de quien tenga cara
de; y llama la atención el silencio de algunos organismos de derechos humanos,
en países donde la policía tiene la costumbre de arrancar confesiones mediante
métodos de tortura idénticos a los que las dictaduras militares aplican
contra los presos políticos.
Fuente: http://carmenlobo.blogcindario.com/2010/07/01515-denuncias-o-confesiones.html
Biografía
de Paco Urondo *
Personalmente él mismo hizo su relato de su niñez y adolescencia en una
entrevista periodística que le hicieron (diario "La Razón" de Buenos Aires,
28 de octubre de 1962). Dice al respecto: "Puedo contar que tuve un perro
y que me encantaba jugar con espadas. Nada más. Iba ’armado’ con alfileres
a las fiestas de chicos para pinchar globos. Leía a Alejandro Dumas y la
Historia de Cantú. A los quince años me tuvieron que operar de una pierna
y al tener que permanecer en cama me entretuve con la Comedia Humana. Los
resultados están a la vista: soy un paranoico. Pero sí con su moraleja:
siempre conviene enfermarse de un pie para leer a Balzac. Un héroe de aquel
momento para mí era Humphrey Bogart… Y agrega: la mujer ideal era Bette
Davis o Judy Garland… -aclara Urondo, con ese aire de muchacho del 900 que
lo caracteriza-. Además estaba impresionado con la muerte de Gardel o con
la del general Risso Patrón a quien mataron a la entrada de un comicio y
por la espalda. Aunque me ocurría de no tener muchos amigos, los duelos
criollos, que alguna vez improvisé, eran con cortaplumas. Yo tenía 12 años
y en mi casa se escuchaba ópera. La detestaba porque me convertía en algo
pasivo y no la quería ver. A Stravinsky lo llegué a odiar… me encantaba
la natación. La mayor fiesta eran las tormentas de verano. Nos íbamos al
río, subiéndonos un grupo a una "piragua". Siempre repetíamos lo mismo:
al darse vuelta teníamos la necesidad de traerla a la rastra."
|
Luego al ser interrogado si
había realizado alguna actividad teatral, contestó: "a los 19 años hacía
títeres y marionetas. Fue el comienzo de mi labor literaria. En el Colegio
Nacional tenía como celador a Miguel Brascó –dibujante y abogado-: era un
poco mayor que yo y su cultura tenía bases más sólidas. Por ejemplo me enseñaba
que la palabra ‘azul’ no había que usarla…ya lo había hecho Darío… después
comencé a vivir el clima universitario. Mi padre lo era. Esto influyó mucho
en mi formación. Recuerdo junto a él, con mi hermana íbamos a un laboratorio
donde el doctor Damianovich mostraba un tubo de goma y después de no se
sabe qué pases mágicos, lo convertía en vidrio. Eso me maravillaba. Quizá
por lo mismo inicié estudios de química y matemáticas. Pero cuanta carrera
universitaria comenzaba la dejaba inmediatamente.
En el 45, siendo mi padre vicedecano y decano Babini en la facultad de Química,
hubo un lío tremendo y pusieron presos a todas las altas autoridades. Mi
padre mandó a cerrar la facultad y poner la bandera a media asta. Mientras
acompañábamos a los presos hasta el celular nos molieron a palos. Mi padre
estaba en una casa que quedaba en la acera de enfrente al edificio universitario.
El lugar estaba ocupado por la policía. Recuerdo que lo ví cruzar la calle
con una gran emoción, pero no le hicieron nada. En el clima de la adolescencia
aquel hecho fue muy significativo: tuve una real sensación de riesgo, sensación
que en este país no he logrado perder…"
* Del libro Hermano, Paco Urondo
Fuente: www.elortiba.org
“Hay
que combinar la acción del Estado con una nueva democracia de base”
Entrevista a Ernesto Laclau. Por Néstor Leone (Revista Debate)
Ernesto Laclau, filósofo y teórico político, analiza los dilemas del sistema
de partidos, los desafíos del kirchnerismo y las debilidades de la oposición.
En esta ocasión su visita anual al país fue más prolongada que las anteriores.
Una serie de motivos extendieron la estadía de Ernesto Laclau en Buenos
Aires, lugar en donde nació, pero que no habita desde finales de la década
del sesenta. Por un lado, la presentación del ciclo Diálogos con Laclau,
que se emite por el canal Encuentro y que lo tiene como protagonista junto
a varios de los más importantes pensadores contemporáneos. Por el otro,
el lanzamiento de la revista Debates y combates, una publicación a su cargo
que espera que sea para América Latina lo que fue “New Left Review para
el mundo anglosajón”. Además, claro, de seguir de cerca la campaña presidencial
y brindar una numerosa serie de conferencias y charlas abiertas. En esta
entrevista con Debate, el autor de Hegemonía y estrategia socialista (en
colaboración con Chantal Mouffe) y La razón populista, analiza el escenario
político argentino luego del triunfo de Cristina Kirchner, y las dificultades
de la oposición para generar una alternativa de poder.
Las primarias habían dado un indicador importante de lo que serían estas
elecciones. Pero, aun así, ¿esperaba un triunfo tan contundente de la Presidenta?
Esperaba un triunfo contundente. Las cifras exactas, obviamente, no se podían
prever. Lo que me preocupaba era saber si iba a tener el control del Congreso
o no. Ahora, evidentemente, lo tiene. O sea que todo salió muy bien.
Hace dos o tres años, o menos aún, tal vez, pensar en ese resultado hubiera
parecido una osadía. Se habló mucho de la incapacidad manifiesta de la oposición,
más que de las virtudes propias de la gestión. ¿Cuáles destacaría?
Las virtudes de la gestión están ligadas a la ruptura clara con el mundo
político previo a 2003. Eso suscitó una serie de respuestas negativas de
los sectores ligados al statu quo conservador y, por consiguiente, hubo
una guerra de posiciones, en el sentido gramsciano del término, que fue
ganada por el Gobierno.
¿Cuál fue la novedad política que trajo el kirchnerismo a la política argentina?
Hay rupturas a varios niveles, cosa que enriquece más la cuestión. A nivel
de los derechos humanos tenemos la ruptura más importante en toda América
Latina. Con el pasado dictatorial se fijó una frontera decisiva, se promovió
abiertamente un quiebre. En otros países, como en Chile, el proceso ha sido
de medias tintas y lento. Hasta no hace mucho se hablaba de la reconciliación
nacional y el mismo Augusto Pinochet cumplió un papel importante en esa
transición. En definitiva, la ideología de ruptura no estaba presente. Aquí,
además de lo que se había hecho previamente, se le agregó una marca profunda
en términos simbólicos. Pero, además, hubo rupturas a niveles del modelo
económico, con el Fondo Monetario Internacional y con las políticas de ajuste
de los años noventa. Si uno escucha el discurso de la Presidenta en el G-20
se corrobora. Finalmente, también hubo rupturas en términos de la integración
social. Las bases sociales del sistema político se han ampliado enormemente.
Y ese es un fenómeno de tipo irreversible. La inteligencia del kirchnerismo
fue no haber dejado simplemente la protesta social al nivel horizontal,
sino tratar de que ellas produjeran efectos al nivel de la organización
del Estado. Todo esto es un proceso acumulativo que hace que estemos viviendo
en un país muy distinto de aquel en el que vivíamos hace diez años.
¿Se puede pensar en términos de “cristinismo”, como una posible etapa diferenciada
de lo que se conoció como kirchnerismo?
Quizá en algún aspecto aparezcan fenómenos nuevos, pero creo que es un fenómeno
de prolongación que se da dentro de la continuidad. Lo que me parece más
claro como característico de esta etapa es el énfasis en las organizaciones
juveniles. Por ejemplo, La Cámpora, la JP Evita, y una serie de movimientos
concomitantes que hacen que, aunque se proceda de la matriz histórica del
peronismo, surjan nuevos sectores de vanguardia que apuntan a una profundización
del modelo.
¿Cuáles deberían ser sus principales desafíos de la nueva gestión? ¿Qué
nuevas demandas democráticas debería sumar a la “cadena equivalencial” que
estableció el kirchnerismo?
Lo que se tiene que dar es el afianzamiento de los centros de poder local.
Es decir, un modelo que combine la acción en la esfera del Estado con una
expansión de una democracia de base nueva. Todas estas nuevas organizaciones
están apuntando a esta segunda dimensión. Algo de eso se está dando en los
hechos. Hay que reproducirlo y consolidarlo. Ahí tiene que residir el futuro.
Se apela al término “institucionalización” para hablar de la tarea que le
quedaría a Cristina por delante. Unos lo usan como una manera de pedir marcha
atrás con muchas de las políticas de su gobierno. Otros como forma de cristalizarlas
en nuevos hechos irrevocables.
Lo que hay que entender es que las instituciones no son nunca neutrales.
Las instituciones son la cristalización de una relación de fuerza entre
los grupos, entre las clases. Quienes defienden la institucionalidad, a
secas, son precisamente los sectores conservadores que quieren mantener
el statu quo sin que nada cambie. Un proyecto de cambio radical tiene que
darse nuevas formas institucionales. Y esto es lo que me parece que está
ocurriendo. En esta etapa, en la que todas las condiciones políticas son
favorables, lo que hay que ir creando es, precisamente, una nueva institucionalidad.
¿Cuánto de movilización y cuánto de institucionalidad puede esperarse, entonces?
Las dos tienen que darse juntas. Una institucionalización sin cambios consolida
el statu quo. A su vez, una movilización que no se traduce en formas institucionales
nuevas es algo que se agota pronto. Hay algunos escritores conservadores
que insisten mucho, los plumíferos de La Nación, por ejemplo, en la defensa
de la institucionalidad. Ahora, ¿qué institucionalidad? ¿Cómo implementar
los cambios necesarios con una institucionalidad que nos mantengan sin modificaciones?
El proceso de cambio es “sic transit gloria mundi”, para hablar de lo efímero
de los triunfos. O “así transa don Raimundo”, como decía Lucio V. Mansilla
(risas).
El sistema político parece haber quedado reducido a un peronismo mayormente
kirchnerista y expresiones menores que no alcanzan a ofrecerse como alternativas
con posibilidades. Algunos han marcado esta particularidad como un problema
importante para la salud del sistema político. ¿Lo es?
Si la oposición no es capaz de crearse a sí misma, alguna oposición vamos
a tener que inventar. No se puede esperar que el Gobierno lo haga todo.
Hay algunos líderes que van a perder visibilidad, que van a pasar a mejor
vida políticamente. Claramente, Elisa Carrió y Eduardo Duhalde. Y, si va
a haber alguna oposición, va a venir más del lado de Hermes Binner y el
frente que él está representando. Va a ser una oposición más constructiva;
no va a ser una oposición obstaculizante. Por lo menos, se espera que establezca
algún diálogo con el Gobierno. Pero la diferencia de votos es tan sideral,
que esa oposición va a ser, por lo menos en lo inmediato, más bien testimonial.
En el futuro puede pensarse que de ahí surja una oposición un poco más fuerte
y efectiva. Por otra parte, el país la necesita.
Otra hipótesis posible es que esa oposición surja del seno mismo del peronismo,
no ya de quienes confrontaron con el kirchnerismo hasta hoy, sino posiblemente
de quienes están hoy cercanos o dentro del espacio.
Lo veo difícil. El Peronismo Federal está muerto y, de alguna manera, fue
una experiencia frustrante para aquéllos que la emprendieron. Lo veo más
por el lado de Binner y las fuerzas que él representa.
¿No lo ve posible de acá a 2015, teniendo en cuenta la pelea por la sucesión?
Eso no lo sé, pero no hay muchos síntomas por el momento.
Algunos analistas hablan de la matriz política del México del siglo XX,
con el PRI como partido dominante y una miríada de expresiones políticas
con presencias residuales, como escenario posible. ¿Qué le sugiere el diagnóstico?
Dudo mucho que el sistema político argentino pueda evolucionar en un sentido
mexicano. En primer lugar, el sistema político mexicano no era democrático
en absoluto. Había elecciones, pero la maquinaria del Estado manipulaba
todo eso. En una oportunidad hicieron un fraude abierto para que la oposición
no ganara las elecciones. Nada de eso va a pasar en la Argentina.
Parece haber quedado atrás la crisis de representatividad de principios
de siglo, pero no la del sistema de partidos. ¿Comparte?
Así es. Lo que pasa es que los partidos políticos argentinos ya no son partidos
políticos. Son, simplemente, una serie de pequeños grupos, sobre todo, basados
en maquinarias políticas locales, que no logran configurar una lógica de
largo alcance.
Y esto, ¿puede reproducirse en el tiempo o ve la posibilidad de que haya
novedades que canalicen nuevas demandas?
Binner, como le decía antes, puede crear una oposición de más largo aliento
y con una responsabilidad hacia el país que la oposición no ha mostrado
en los últimos años.
¿Con un corte centro-derecha/centro-izquierda? Binner, en ese caso, representaría
algunas pautas ideológicas, quizá muy vagas, de pertenencia parecida al
kirchnerismo de hoy. ¿O no es tan así?
El macrismo, en ese sentido, va a permanecer como fenómeno político y es
lo que más se asemeja a una centroderecha. Binner y su fuerza pueden representar,
en la práctica, una centroderecha, aunque, formalmente, su ideología no
lo sea. Pero muchas veces las prácticas de un grupo político y su ideología
no coinciden. En 1945, el Partido Comunista no tenía una ideología de derecha
y, sin embargo, fue la punta de lanza de la Unión Democrática, que fue el
sello que utilizaron las fuerzas conservadoras para reestructurarse.
Durante este proceso, sectores importantes de la sociedad sin representación
política clara han expresado su rechazo al kirchnerismo a través de ciertos
emergentes, de manera episódica. Se podría pensar que la inseguridad lo
fue en su momento, y que el conflicto con el campo en otro. ¿Puede darse
esa misma lógica en los años por venir?
Siempre puede darse. Un hecho concreto, que en sí mismo no tendría significación,
puede transformarse en el detonante de toda una movilización que está apagada.
A la mayor parte de la gente que fue al Monumento de los Españoles hace
unos años le importaba un bledo la cuestión del campo, pero fue el detonante
de una oposición larvada que no podía encontrar canales directos de expresión.
Está el ejemplo del Cordobazo. Comenzó porque subieron el ticket del comedor
en una universidad provincial y se produjo un estallido de carácter nacional.
Siempre las causas inmediatas de una crisis no tienen una relación proporcional
con la crisis misma. Eso siempre puede pasar, pero no veo síntomas de que
pueda repetirse en esta Argentina. En absoluto.
¿Qué futuro le ve al radicalismo?
No va a desaparecer totalmente, porque tiene maquinarias políticas regionales
y locales con una fuerte tradición. Pero, en este momento, está en una crisis
tal que es muy difícil que surja de allí una figura de relieve nacional.
¿Por qué considera que un partido con cierta impronta popular, de masa,
con una identidad más o menos consolidada no pudo hacer pie en el nuevo
siglo y haya perdido tanto poder territorial?
Hay razones estructurales que tienen que ver con demandas que ya no puede
canalizar o con expresiones que no logra hacer propias. Todo eso se da.
Además, no es sólo respecto del siglo XXI. En la segunda mitad del siglo
XX tampoco representaban ninguna vanguardia política relevante. Ganaron
las elecciones en 1983, con Raúl Alfonsín, al final de la dictadura. El
radicalismo es un fenómeno más bien del pasado y dudo mucho que vuelva a
representar una alternativa en términos globales.
Se dijo que existe un proyecto para desandar el camino del presidencialismo
y tomar alguna faceta del parlamentarismo. ¿Cuál es su perspectiva?
No tengo una visión demasiado clara sobre esto. Lo hablé con Raúl Zaffaroni,
en estos días. En un régimen parlamentario de ese estilo, el primer ministro
podría ser elegido indefinidamente, que es lo que ocurre en Italia, en España,
en Inglaterra. Sería perfectamente compatible con un régimen democrático
de gobierno. Con respecto a la conveniencia de ese régimen en la Argentina,
no estoy seguro.
Una cuestión a tener en cuenta quizá sea el carácter más inestable que tienen
los gobiernos parlamentarios. Más aún con un sistema de partidos tan endeble.
Sí, pero no sólo por eso. Si fuera un sistema como el inglés, donde rige
el bipartidismo, sería un sistema partidario sólido. Si fuera como el italiano,
donde hay una fragmentación electoral infinita, con una inestabilidad en
las coaliciones, se haría muy difícil la gobernanza del país. No creo, de
todos modos, que pueda darse el peligro de un sistema como el italiano.
Pero es un asunto que hay que estudiar con mucho detenimiento. Y exigiría,
entre otras cosas, una reforma constitucional.
En los últimos años usted no sólo ha seguido de cerca la política argentina,
sino que ha tenido intervenciones fuertes en el debate político. ¿Cuánto
de implicancia emotivo-personal y cuánto de identificación como pensador
político hubo?
No creo que se puedan separar taxativamente. Evidentemente hay una identificación
emotiva con el país, que nunca he perdido, y de alguna manera fue la fuente
de mi reflexión política. Toda la teoría que he desarrollado sobre la hegemonía,
el populismo y los significantes vacíos está profundamente anclada en mi
experiencia argentina de los años sesenta. Creo, y hoy lo puedo ver mejor,
que no podría ser de otra forma.
SISTEMA POLÍTICO Y CRISIS
El ciclo de experiencias populistas, de democracias radicales y de reformismo
más o menos profundo que se dio en América del Sur, en la última década,
parecía ser la gran novedad política de un mundo corrido a la derecha. ¿Cómo
evalúa hoy lo que sucede en Europa?
Como una crisis realmente profunda. En primer lugar, desde el punto de vista
de la política económica, todo lo que están haciendo es erróneo. Están aplicando
las recetas de ajuste más tradicionales del neoliberalismo y una crisis
como la griega, de esta manera, no se va a resolver. Y, además, está poniendo
en peligro la estabilidad de toda la zona del euro. En segundo lugar, los
sistemas políticos europeos tienen una capacidad muy limitada de absorber
demandas que vengan de la sociedad civil.
Que esta crisis le haya explotado a gobiernos socialdemócratas, ¿qué implica
para lo que viene? Estoy pensando en España, en Portugal, en Grecia.
La socialdemocracia no representa una alternativa política en Europa. El
gobierno de Tony Blair siguió todos los modos fundamentales de la política
thatcherista. Es más, lo radicalizó más a la derecha. Lo que se ha formado
es una especie de pensamiento único, con una tecnocracia con matices más
socialdemócratas o conservadores, que detenta el control del aparato del
Estado. El resultado es que hay cada vez más insatisfacción con el modelo
político en su conjunto. Así surgen estos movimientos como el de los indignados,
que cuestionan el sistema político en su globalidad.
Esta crisis, ¿puede ser capitalizada por un populismo de derecha, que construya
políticamente en base a equivalencias y demandas no inclusivas y hasta retrógradas?
Definitivamente. En casi todos los países europeos se da el avance de un
populismo de derecha. El caso del lepenismo, en Francia, es uno de los más
obvios. Pero lo mismo ocurre en Bélgica, en Suiza y en Italia, con los últimos
diez años de berlusconismo.
En cuanto a América Latina, hoy resulta menos pertinente cuestionar la validez
democrática del populismo como forma de construcción política, y mucho menos
cuestionar su eficacia, ¿lo ve así?
Algo de razón hay en eso, con el beneficio de que en América Latina no creo
que haya peligro de un populismo de derecha. El populismo que tenemos, y
en eso incluyo a la Argentina, es un populismo de izquierda. Aquí la lucha
es entre el neoliberalismo y una reorientación nacional-popular a todos
los niveles: la economía, la sociedad, los derechos humanos, etcétera.
11/11/11 Revista Debate
http://www.revistadebate.com.ar/2011/11/11/4688.php
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