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Mirtha Legrand y los "cómplices del silencio"

 

Historia Argentina

Prólogo a la traducción de El contrato social *

Por Mariano Moreno

La gloriosa instalación del gobierno provisorio de Buenos Aires ha producido tan feliz revolución en las ideas, que agitados los ánimos de un entusiasmo capaz de las mayores empresas, aspiran a una constitución juiciosa y duradera que restituya al pueblo sus derechos, poniéndolos al abrigo de nuevas usurpaciones. Los efectos de esta favorable disposición serían muy pasajeros, si los sublimes principios del derecho público continuasen misteriosamente reservados a diez o doce literatos, que sin riesgo de su vida no han podido hacerlos salir de sus estudios privados. Los deseos más fervorosos se desvanecen, si una mano maestra no va progresivamente encadenando los sucesos, y preparando, por la particular reforma de cada ramo, la consolidación de un bien general, que haga palpables a cada ciudadano las ventajas de la constitución y lo interese en su defensa como en la de un bien propio y personal. Esta obra es absolutamente imposible en pueblos que han nacido en la esclavitud, mientras no se les saque de la ignorancia de sus propios derechos que han vivido. El peso de las cadenas extinguía hasta el deseo de sacudirlas; y el término de las revoluciones entre hombres sin ilustración suele ser que, cansados de desgracias, horrores y desórdenes, se acomodan por fin a un estado tan malo o peor que el primero a cambio de que los dejen tranquilos y sosegados.

La España nos provee un ejemplo muy reciente de esta verdad: cuanto presenta admirable el heroísmo de los pueblos antiguos se ha repetido gloriosamente por los españoles en su presente revolución. Una pronta disposición a cuantos sacrificios han exigido, un odio irreconciliable al usurpador, una firmeza sin igual en los infortunios, una energía infatigable entre los cadáveres y sangre de sus mismos hermanos; todo género de prodigios se repetía diariamente por todas partes; pero como el pueblo era ignorante, obraba sin discernimiento; y en tres años de guerra y de entusiasmo continuado no han podido los españoles erigir un gobierno que merezca su confianza, ni formar una constitución que los saque de la anarquía.

Tan reciente desengaño debe llenar de un terror religioso, a los que promuevan la gran causa de estas provincias. En vano sus intenciones serán rectas, en vano harán grandes esfuerzos por el bien público, en vano provocarán congresos, promoverán arreglos y atacarán las reliquias del despotismo; si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranía.

En tan críticas circunstancias todo ciudadano está obligado a comunicar sus luces y sus conocimientos; y el soldado que opone su pecho a las balas de los enemigos exteriores, no hace mayor servicio que el sabio que abandona su retiro y ataca con frente serena la ambición, la ignorancia, el egoísmo y demás pasiones, enemigos interiores del Estado, y tanto más terribles, cuanto ejercen una guerra oculta y logran frecuentemente de sus rivales una venganza segura. Me lisonjeo de no haber mirado con indiferencia una obligación tan sagrada, de que ningún ciudadano está exceptuado, y en esta materia creo haber merecido más bien la censura de temerario, que la de insensible o indiferente: pero el fruto de mis tareas es muy pequeño, para que pueda llenar la grandeza de mis deseos; y siendo mis conocimientos muy inferiores a mi celo, no he encontrado otro medio de satisfacer éste, que reimprimir aquellos libros de política que se han mirado siempre como el catecismo de los pueblos libres, y que por su rareza en estos países son acreedores a igual consideración que los pensamientos nuevos y originales.

Entre varias obras que deben formar este precioso presente, que ofrezco a mis conciudadanos, he dado el primer lugar al Contrato Social, escrito por el ciudadano de Ginebra, Juan Jacobo Rousseau. Este hombre inmortal, que formó la admiración de su siglo, y será el asombro de todas las edades, fue, quizá, el primero que disipando completamente las tinieblas con que el despotismo envolvía sus usurpaciones, puso en clara luz los derechos de los pueblos, y enseñándoles el verdadero origen de sus obligaciones, demostró las que correlativamente contraían los depositarios del gobierno.

Los tiranos habían procurado prevenir diestramente este golpe, atribuyendo un origen divino a su autoridad; pero la impetuosa elocuencia de Rousseau, la profundidad de sus discursos, la naturalidad de sus demostraciones disiparon aquellos prestigios; y los pueblos aprendieron a buscar en el pacto social la raíz y único origen de la obediencia, no reconociendo a sus jefes como emisarios de la divinidad, mientras no mostrasen las patentes del cielo en que se les destinaba para imperar entre sus semejantes; pero estas patentes no se han manifestado hasta ahora, ni es posible combinarlas con los medios que frecuentemente conducen al trono y a los gobiernos.

Es fácil calcular las proscripciones que fulminarían los tiranos contra una obra capaz por sí sola de producir la ilustración de todos los pueblos; pero si sus esfuerzos lograron substraerla a la vista de la muchedumbre, los hombres de letras formaron de ella el primer libro de sus estudios; el triunfo de los talentos del autor no fue menos glorioso por ser oculto y en secreto. Desde que apareció este precioso monumento del ingenio, se corrigieron las ideas sobre los principios de los estados, y se generalizó un nuevo lenguaje entre los sabios, que, aunque expresado con misteriosa reserva, causaba zozobra al despotismo y anunciaba su ruina.

El estudio de esta obra debe producir ventajosos resultados en toda clase de lectores; en ella se descubre la más viva y fecunda imaginación; un espíritu flexible para tomar todas sus ideas; un corazón endurecido en la libertad republicana y excesivamente sensible; una memoria enriquecida de cuanto ofrece de más reflexivo y extendido la lectura de los filósofos griegos y latinos; en fin, una fuerza de pensamientos, una viveza de coloridos, una profundidad de moral, una riqueza de expresiones, una abundancia, una rapidez de estilo y sobre todo una misantropía que se puede mirar en el autor como el muelle principal que hace jugar sus sentimientos y sus ideas . Los que deseen ilustrarse encontrarán modelos para encender su imaginación, y rectificar su juicio; los que quieran contraerse al arreglo de nuestra sociedad, hallarán analizados con sencillez sus verdaderos principios; el ciudadano conocerá lo que debe al magistrado, quien aprenderá igualmente lo que puede exigirse de él; todas las clases, todas las edades, todas las condiciones participarán del gran beneficio que trajo a la tierra este libro inmortal, que ha debido producir a su autor el justo título de legislador de las naciones. Las que lo consulten y estudien no serán despojadas fácilmente de sus derechos; y el aprecio que nosotros le tributemos será la mejor medida para conocer si nos hallamos en estado de recibir la libertad que tanto nos lisonjea.

Como el autor tuvo la desgracia de delirar en materias religiosas, suprimo el capítulo y principales pasajes donde ha tratado de ellas. He anticipado la publicación de la mitad del libro, porque precisando la escasez de la imprenta a una lentitud irremediable, podrá instruirse el pueblo en los preceptos de la parte publicada, entre tanto que se trabaja la impresión de lo que resta. ¡Feliz la patria si sus hijos saben aprovecharse de tan importantes lecciones!
* Moreno había estudiado en la Universidad de Chuquisaca. Allí trabó amistad con el canónigo Terrazas, que le facilitó el acceso a su biblioteca. Fue en esa misma biblioteca donde tomó contacto por primera vez con los pensadores del “siglo de las luces”. Quedó profundamente impresionado por Jean-Jacques Rousseau y en 1810 publicó la traducción que él mismo realizó de El contrato social.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar


Revolución cubana y el himno del 26 de julio


Política Latinoamericana

Carta al General Prats

Por Juan Domingo Perón

Buenos Aires, 20 de noviembre de 1973

Señor Gral. Don Carlos Prats,

Mi estimado amigo: He recibido su grata carta en momentos de hacerme cargo de la presidencia. Con viva y sincera emoción le agradezco sus cálidas felicitaciones y sus buenos deseos de éxito en mi difícil misión. Le ruego me perdone el haber demorado en contestarle, asuntos impostergables me lo impidieron. Hoy con sumo placer me dispongo a reanudar nuestro diálogo.

Tiene usted toda la razón cuando afirma que la historia habrá de ofrecernos más de una sorpresa como la de Chile. Una de las causas de la derrota de una revolución radica en que muchas veces los revolucionarios creen que puede realizarse incruentamente. ¡Craso error! Los ejemplos de México, Argentina, Santo Domingo, Bolivia y últimamente Chile demuestran lo contrario. En todos los países mencionados la reacción demostró a los revolucionarios lo caro que debieron pagar por su humanitarismo.

El Presidente Allende me escribía que permanentemente sentía como un contacto físico los tentáculos del imperialismo, que día a día iban paralizando con mayor brutalidad el cuerpo ya enfermizo de la economía nacional, amenazando con asfixiarlo. Esto es corriente en América Latina.

Usted me decía que el destino de un país, como lo confirma lo sucedido en Chile, en mucho depende de la coordinación y unidad de las diferentes organizaciones y partidos distantes entre sí por sus idearios políticos. Nada más cierto. Desgraciadamente constatamos en América latina, aunque parezca anacrónico, una abundancia de dirigentes empeñados en un mismo objetivo, que no atinan a ponerse de acuerdo para lograrlo, entran en conflicto entre sí, se pelean, siembran la desunión y la discordia debilitando a sus países en beneficio del imperialismo. Es una pena el que tales dirigentes no quieran o no puedan comprender el carácter popular de la revolución y se dediquen a acciones que perjudican a la misma, provocando al pueblo a manifestaciones que acarrean desórdenes e incidentes sangrientos.

Estoy plenamente de acuerdo con usted que tanto en Chile como en la Argentina no podrá detenerse el movimiento revolucionario si las masas presionan con firmeza y decisión para que así sea. Se observa algo semejante en otros países del continente, lo que atestiguan numerosas declaraciones de dirigentes políticos y sindicales y los comunicados de los acontecimientos que a diario suceden. En las circunstancias actuales esto no es suficiente, todos sabemos que la lucha depende en mucho de las posibilidades materiales y financieras del movimiento revolucionario y del apoyo moral del exterior. Basta recordar que en 1969 nos dedicamos a la tarea de constituir un fuerte movimiento de solidaridad con la revolución boliviana. Hoy vemos la necesidad de unificar las fuerzas revolucionarias, especialmente las latinoamericanas, en un potente movimiento de solidaridad con la lucha del pueblo chileno, movimiento, que a no dudarlo, aportará una contribución importante al triunfo definitivo de las fuerzas populares en ese país.

Comparto su juicio de que el destino de un país dependerá principalmente de las relaciones del gobierno con las Fuerzas Armadas, en una palabra de la tendencia que predomine dentro de éstas. Es muy justo lo que usted menciona sobre el proyectado plan de los Estados Unidos de modificar el estatuto de la OEA. Si los altos mandos de las Fuerzas Armadas latinoamericanas lo apoyan, tendremos que afrontar duras pruebas, ya que estas modificaciones tienden a la formación de bloques militares en América latina. Traerían como consecuencia la desunión y permitirían a los yanquis instaurar en el hemisferio su anhelado teatro de títeres políticos. Si llegara a suceder, ni imaginarlo quiero. América latina se atrasaría un siglo en el camino de su desarrollo económico y su progreso social. Esta perspectiva debe impulsarnos a poner al descubrimiento los pérfidos planes de los Estados Unidos, sus intenciones inconfesables de "pentagonizarnos", de convertir nuestros territorios en polígonos destinados a probar armas, en plazas de armas que servirían a sus fines estratégicos.

Es indudable que el verdadero contenido de la política norteamericana en América Latina debe ser analizado a la luz de los fines globales de su gigantesca maquinaria bélica. En realidad todos los planes de ayuda a nuestros países, la política de exportaciones, el sistema de financiación del desarrollo industrial están sometidos a los intereses de los planes estratégicos del Pentágono. Esto explica el gran interés del Pentágono en el perfeccionamiento de nuestro sistema de comunicaciones, en la adquisición de materias primas estratégicas, en el desarrollo acelerado de ciertas industrias, etc.

Reconozcamos que una de las causas principales de los duros reveses sufridos por las fuerzas democráticas de América latina reside en no apreciar debidamente el rol de los Estados Unidos, responsables de la mayoría de los golpes de Estado. Sus manos están manchadas con la sangre de miles y miles de latinoamericanos caídos en la lucha por la libertad y la independencia. No hay un sólo país latinoamericano que no haya sufrido la intromisión descarada de los monopolios norteamericanos, verdaderos ejecutores de la política exterior de su país.

Se equivocan los que afirman que respecto a Estados Unidos estamos viviendo un período de calma. Y qué calma es ésta cuando están realizando toda clase de actividades secretas, soborno de políticos y funcionarios gubernamentales, asesinatos políticos, actos de sabotaje, fomento del mercado negro y penetración en todas las esferas de la vida política, económica y social. Sobre nuestros países vuelan los aviones militares norteamericanos, mientras nuestro suelo permanece en poder de sus monopolios, con bases militares. Y a esto se añaden centenas de establecimientos menores, como estaciones meteorológicas, o sismológicas, capaces de convertirse en centros de terrorismo y agresión.

No estamos suficientemente bien informados de las actividades del imperialismo en el derrocamiento de los regímenes democráticos de Brasil, Chile, Bolivia, Uruguay y otros países. Pero poseo informes detallados de la actual arremetida del imperialismo americano en la Argentina. Los yanquis se preparan para un "nuevo diálogo después de Perón". Claramente les decimos que les espera el fracaso. La Nación entera se pondrá de pie. Todos los argentinos se levantarán en defensa de la soberanía nacional. Todos los pueblos hermanos de América nos apoyarán.

Un gran abrazo.

Juan Domingo Perón

Fuente: www.elhistoriador.com.ar


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Diego Rivera y su obra


Homenaje al Mono Gatica en la versión de Leonardo Favio


Entrevista a Jorge Rendón Vásquez

El 24 de julio de 2010 visitó el Centro Cultural América Criolla de La Plata el escritor peruano Jorge Rendón Vásquez, autor de la novela “El botín de la Buena Muerte”. A continuación presentamos en nuestro Cuaderno de la Ciencia Social la entrevista que recientemente le realizara el vicepresidente de dicho centro Raúl Isman.


Parte 1

 
Parte 2


Entrevista a Juan Domingo Perón *

Autores: Pino Solanas y Octavio Getino, publicado en Revista Crisis, 1974.

A mediados de 1971 Fernando Solanas y Octavio Getino realizaron para el grupo Cine Liberación un largo reportaje a Juan Perón. Se trataba de una singular experiencia cinematográfica: un trabajo para que las bases del movimiento justicialista pudieran elaborar y discutir con su máximo dirigente, una actualización política y doctrinaria para la toma del poder. La película, de dos horas cuarenta minutos, incluye fragmentos musicales y fotomontaje en las primeras secuencias. De allí en adelante, sólo el general Perón explicitando la doctrina y la práctica del movimiento justicialista. Este material fue exhibido, legal o clandestinamente, en sindicatos, reuniones de militantes, agrupaciones estudiantiles. Incluye dos cortes para posibilitar la discusión entre los espectadores. Crisis ofrece fragmentos del guión en la convicción de que tanto la experiencia cinematográfica como la palabra del dirigente justicialista son de singular importancia. En particular hoy, a casi tres años de realizado el film. Hoy, en los días siguientes que Perón anunciaba.
 


La Revolución Justicialista - Parte 1 (duración 1 hora)

 
La Revolución Justicialista - Parte 2 (duración 1 hora, 12 minutos)

Parte I

El justicialismo, la unidad y la identificación del enemigo

SOLANAS: Nuestra liberación es inseparable de la Liberación Continental. ¿Debemos coordinar también esta lucha con la de Asia y África? ¿Es esta lucha del Tercer Mundo la que puede universalizar la liberación del hombre?
PERÓN:¡Natural! Es el Tercer Mundo, y hoy nosotros, los que trabajamos dentro de esta línea, estamos en el Tercer Mundo, y estamos conectados con la idea de la Liberación del Continente, trabajamos para eso. Y creemos que la juventud, la gente del futuro, debe aferrarse a esa posición, porque esa será la posición del futuro.

SOLANAS: Esta concepción, digamos, esta vocación independentista y liberadora, ¿es también continuidad de las viejas vocaciones nacionales, la "Guerra Patria"?
PERÓN: ¡Y... natural, natural! En nuestro país no es un secreto para nadie que el imperio inglés se fundó sobre los despojos del imperio español. Nosotros, colonia española, pasamos a ser colonia inglesa. Por eso en la Argentina ha habido una línea anglosajona y una línea hispánica. La línea hispánica ha sido la que siguió con la idea independentista, la otra es la línea colonial. Y en nuestro país, la línea nuestra es la línea de, diremos, de la Primera Junta, que era independentista. Rosas, que defendió eso: Irigoyen, que fue otro hombre que defendió también. Y Perón. Todos los demás gobiernos argentinos han pertenecido a la línea anglosajona y la han servido, de una manera directa e indirecta. De manera que todo esto tiene una continuidad histórica en el mundo. Pero tiene también, en cada país, una continuidad histórica, porque los países están viviendo el reflejo del resto del mundo.
Ya en el año 1949 dije, con motivo del Tratado de Complementación Económica -que tenía por finalidad constituir una comunidad económica latinoamericana con fines de integración continental-, que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Pero han pasado los años. Y hoy vemos auspiciosamente surgir revoluciones salvadoras en varios países hermanos del continente: Cuba, Chile, Perú, son dignos espejos en los que han de mirarse muchos otros latinoamericanos que luchan por la liberación. Ahora es preciso que, sin pérdida de tiempo, se unan férreamente para conformar una integración que nos lleve de una buena vez a constituir la Patria Grande que la historia está demandando desde hace casi dos siglos. Y por la que debemos luchar todos los que anhelamos que nuestros actuales países dejen de ser factorías del imperialismo y tomen de una vez el camino de grandeza que nos corresponde por derecho propio.
El futuro de un mundo superpoblado y superindustrializado será de los que dispongan de mayores reservas de comida y de materia prima. Pero la historia prueba que tales reservas son solución sólo si se las sabe y se las quiere defender contra el atropello abierto o disimulado de los imperialistas.

GETINO: ¿Qué es lo que define, hoy, en la Argentina, a una persona como peronista?
PERÓN:Peronista, para mí, como conductor del Movimiento, es todo aquel que cumple la ideología y la doctrina peronista. Por otra parte nosotros esto lo hemos aclarado bien en el Movimiento: hay un decálogo peronista, donde dice cuáles son las diez condiciones básicas que debe llenar un hombre para ser, sentir y poderse decir peronista. En ese sentido, con todo lo que ha pasado en el país, yo pienso que habrá un sector malintencionado, pero más que nada ha sido un sector desaprensivo e ignorante. Y el bruto es siempre peor que el malo, porque el malo suele tener remedio, el bruto no. He visto malos que se han vuelto buenos, jamás un bruto que se haya vuelto inteligente. De manera que todo esto que uno va echando a la balanza, en la apreciación de los hombres, debe servirle para calificar y para compensar; eso es conducción. Los hombres son útiles en la medida de su capacidad y su buena intención. El hombre bien intencionado, aun cuando no sea muy capaz, suele servir.
Es indudable que el hombre no puede ser perfecto, entonces tiene sus pasiones y tiene sus intereses. Las pasiones y los intereses individuales son los que desvían y deforman la actuación peronista. Porque no podemos pedir que en cada peronista haya un santo o un héroe, ésos no salen todos los días. Es bastante con que sea un hombre con sentido y con sentimientos peronistas. Es lo más que podemos exigir.
Un hombre de nuestro Movimiento podrá tener cualquier defecto, pero el más grave de todos será no ser un hombre del pueblo.
El Movimiento Peronista es de todos los que lo formamos y dependemos. Y allí radica el derecho que cada peronista tiene de sentir y de pensar para el beneficio común, como lo establece un viejo apotegma peronista: "Que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie". Los hombres que vengan al peronismo deben hacerlo con la voluntad decidida de poner todos los días algo de su parte para ennoblecerlo y dignificarlo.
Eso es, en pocas palabras, y en síntesis, el Movimiento Justicialista. El Movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo es un traidor. Quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo es un compañero. Y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidor.
Dice Mao Tsé-Tung que el que lucha contra un compañero es que se ha pasado al bando contrario. Esto lo hemos observado todos, no hay peronista que no haya observado este tipo de disidencia sospechosa, pero más que nada negativa, para el trabajo de conjunto que demos realizar.
Ahora, hay que tener en cuenta que cuando aparece un hombre de nuestro Movimiento que lucha contra otro hombre de nuestro Movimiento puede ser lo que dice Mao, "que se haya pasado al bando contrario". Pero generalmente defiende un interés, no un ideal, porque el que defiende un ideal no puede tener controversias con otro que defiende el mismo ideal. Es que en la política, además de los ideales, juegan los intereses, desgraciadamente. Y hay horas distintas en la política: en 1955 fue la hora de los enanos; 1971 es la hora de los logreros. Entonces, naturalmente, son esos intereses los que han venido y siguen jugando. Pero el peronismo debe darse cuenta de que cualesquiera que sean sus intereses no deben estar sobre el ideal que todos defendemos y por el cual todos debemos luchar, porque el Justicialismo creó un apotegma que dice que "para un peronista no puede ni debe haber nada mejor que otro peronista". Entonces, ¡Cómo es posible que está en la misma lucha esté luchando contra otro peronista, cuando tiene un enemigo contra quien naturalmente debe luchar!

SOLANAS: ¿Cómo identificamos al aliado y al enemigo? Usted definió al compañero y al traidor; ¿Puede definir al aliado?
PERÓN:Bueno, un aliado es el que trabaja por la misma causa que trabajamos nosotros. También lo dice Mao: "Lo primero que el hombre ha de discernir cuando conduce es establecer claramente cuáles son sus amigos y cuáles sus enemigos", y dedicarse después, esto ya no lo dice Mao, lo digo yo, al amigo; al amigo, todo; al enemigo, ni justicia. Porque en esto no se puede tener dualidades. Todo el que lucha por la misma causa que luchamos nosotros es un compañero de lucha, piense como piense. Y sobre todo, nosotros no tenemos que tener suspicacias en este sentido, porque ninguno de los grupos que se incorporan al peronismo, con buenas y otras veces peligrosas intenciones, nos harán peligrar a nosotros. Porque todavía nadie ha conseguido teñir el océano con un frasco de tinta. En toda la marcha de nuestro Movimiento hemos demostrado que no ha habido fuerza política capaz de enfrentarse con nosotros, y en el futuro habrá menos, porque hoy ya esas cosas se están esclareciendo convenientemente como para que cada argentino pueda pensar lo que le conviene al país. Ahora, indudablemente quizá eso no sea lo que le convenga a él. Por la, diremos, compartimentación de intereses. Pero lo que le interesa y conviene al país es indudablemente la realización de nuestras ideas, y no las que acaban de fracasar a través de esta dura, amarga y triste experiencia de dieciséis años de desorganización, de desgobierno, de injusticia y de arbitrariedad.
Los enemigos de la patria son los enemigos del pueblo. La Argentina actual es un satélite del imperialismo yanqui y su gobierno está al servicio de la oligarquía y de la burguesía. Su pueblo, lógicamente, está tan en contra del imperialismo como de la oligarquía y de la burguesía. Pero especialmente opuesto al gobierno que les sirve, y a las fuerzas de ocupación, que lo hacen posible.
Cuando nosotros decimos que para un peronista no debe haber nada mejor que otro peronista estamos levantando la bandera de la solidaridad dentro de nuestras fuerzas: esa conciencia colectiva y esa conciencia social por la que nosotros luchamos. Lo importante es comprender que todo este espíritu de solidaridad hay que imponerlo. Hay que ir persuadiendo, si es preciso de a uno, para que cada uno sepa sacrificar un poco de lo suyo en bien del conjunto. Predicamos con el ejemplo, que es la mejor de todas las prédicas.
Nuestra solidaridad no ha sido jamás ni sectaria ni excluyente. Para nosotros, todos los que luchan contra los enemigos de nuestro país son nuestros amigos y, en el carácter de tales, les hago llegar mi saludo emocionado y cariñoso.
Somos solidarios con todos los pueblos del mundo que están luchando contra los enemigos de la patria grande. Continuará…


Parte II

Conducción política y guerra integral.

PERÓN:Lo que necesita nuestra juventud es organizarse. En otras palabras, las masas no valen ni por el número ni por la capacidad de sus componentes: valen por la clase dirigente que tienen a su frente. De ahí la importancia de los dirigentes de conducción y de los dirigentes de encuadramiento, de la ejecución de la lucha táctica. Pero todo esto necesita una unidad de concepción y una unidad de acción. La unidad de concepción pertenece al comando estratégico y la unidad de acción pertenece a todos los comandos de lucha táctica. Así debe ser, desde un punto de vista ideal, la organización de las fuerzas. Indudablemente, que de la clase de conductor que se tenga depende en gran medida el éxito al que debe aspirarse.
Siempre he pensado en este tipo de técnica de la conducción. Yo digo siempre que si Dios bajara todos los días a la tierra a resolver el problema planteado entre los hombres, ya le habríamos perdido el respeto. Y no habría faltado un tonto que quisiera reemplazarlo a Dios, porque el hombre es así. Entonces, hay que copiar en eso a la naturaleza, que es en la naturaleza donde está inspirada esta técnica. Lo demás, bueno, los demás procedimientos son similares a esto. En política no hay nada directo, no hay nada violento, no hay nada que llegue a forzar la voluntad de los hombres, sino a promover esa voluntad, concebirla y lanzarla. El conductor político es un hombre, que hace por reflejo lo que el pueblo quiere. Él recibe la inspiración del pueblo, él la ejecuta y entonces pueden tener la absoluta seguridad que lo va a realizar mejor, porque los pueblos difícilmente se equivocan.
Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista. El conductor siempre trabaja para los demás. Jamás para él. Hay que vivir junto a la masa, sentir sus reacciones, y entonces recién se podrá unir lo teórico y lo real: lo ideal a lo empírico.
Bien, la conducción política tiene un sinnúmero de características que llevan a comprenderla. La política no se aprende, la política se comprende, y solamente comprendiéndola es como es posible realizarla racionalmente. Decía el Mariscal se Sajonia que él tenía una mula que lo había acompañado en más de diez campañas, pero decía también:"La pobre mula no sabe todavía nada de estrategia". Lo peor es que él pensaba que muchos generales que también lo habían acompañado sabían lo mismo que la mula. En la política pasa más o menos lo mismo: hay hombres que toda su vida han hecho la política, pero nunca la han comprendido. Y otros que, sin han haberla hecho, la han comprendido. El éxito será siempre para éste que la haya comprendido, no para el otro que pretendió aprenderla. Porque la política es una sucesión de hechos concretos, en cada uno de los cuales las circunstancias varían diametralmente. Hay cosas que son semejantes y que pueden dar inspiración: pero igual no hay nada.
El deber de vencer es indispensable en la conducción; aquel conductor que no sienta el deber de vencer, difícilmente va a vencer en cualquier acción. El que quiere conducir con éxito tiene que exponerse. El que quiere éxitos mediocres que no se exponga nunca; y si no quiere cometer ningún error, lo mejor es que nunca haga nada.
SOLANAS: ¿Cuál es la misión de la conducción estratégica y cuál la de la conducción táctica y cómo se articulan, General?
PERÓN:Lo estratégico toma el conjunto de las operaciones. Yo, en este momento, soy el conductor estratégico; tengo cuatro misiones: mantener la unidad del Movimiento; mantener la unidad de doctrina; encargarme de las relaciones internacionales y revisar las grandes decisiones tácticas que puedan tener influencia en la situación de conjunto. El comando estratégico maneja el conjunto, sin detallar. La conducción táctica maneja la lucha en el teatro de operaciones. Por eso yo puedo ser el conductor estratégico a quince mil kilómetros, no podría ser el conductor táctico. El conductor táctico es el Consejo Superior que está allá, dirigiendo el conjunto de operaciones de la lucha en el propio terreno de operaciones y él debe estar conectado con todas las fuerzas que accionan en cualquiera de las formas que esta acción táctica se realiza. Táctica es la lucha directa, estrategia la conducción de conjunto.
GETINO: La lucha electoral, ¿es táctica o estrategia?
PERÓN:La lucha electoral es táctica. Ahora la orientación de eso la da la estrategia. No se puede decir cuándo termina la estrategia y cuándo termina la táctica, están ensambladas una con otra. Es indudable que la articulación, tanto del dispositivo estratégico como del dispositivo táctico para la lucha, trae, en algunos sectores, un cierto grado de confusión, porque no todos pueden comprender ni conocer lo que se está realizando a su lado, lo que indica que cuando uno está en una lucha de esa naturaleza y está conduciendo una lucha de conjunto, cada uno debe mirar al frente, no mirar al costado; el compañero está también en una tarea y en una acción. ¿Cuáles son las fuerzas que en este momento, por ejemplo, están en acción? Hay fuerzas sociales, fuerzas económicas y fuerzas políticas, cada una de ellas tiene una misión, están coordinadas y están conducidas. Eso es lo que da el dispositivo. El dispositivo aquí no es esquemático, los dispositivos políticos son de acuerdo a las circunstancias como surgen las articulaciones.
La sabiduría está en poderlas encaminar coordinadamente hacia un objetivo y una acción común. Es lo que se está haciendo actualmente en la conducción de nuestro Movimiento. En este momento, dentro del panorama nacional y frente a la dictadura, hay tres acciones: una es la guerra revolucionaria, otra es una insurrección que parece proliferar en el ejército, con los generales y todas esas cosas, y otra es la línea pacífica de la normalización institucional. Son las tres acciones que se están realizando.
Quizás el camino mejor fuera la normalización institucional. ¿Por qué? Y, es la que se puede alcanzar en menor tiempo. Ahora, tiene un inconveniente: la mala intención. E indudablemente se pretende hacer una trampa como nos han venido haciendo en los dieciséis años de guerra que llevamos, porque piensen que estos son dieciséis años de guerra de los cuales hemos ganado nosotros cinco o seis batallas, la última ganada es posiblemente la decisiva. Este enemigo se siente vencido y comienza a retirarse. Nosotros, ¿qué tenemos que hacer frente a un enemigo que se retira? ¡Perseguirlo! No dejarle levantar cabeza. Es lo que hacemos en esta conducción.
Pero siempre que un enemigo se siente vencido busca la negociación, busca la mesa de negociaciones. En la negociación cada uno quiere sacar ventaja, y algunos, como nos pasa a nosotros allá en nuestra guerra, quieren hacer trampa. Pero para que se pueda hacer trampa en una mesa negociadora tiene que haber un tramposo, pero tiene que haber un tonto que le haga el juego, ¿no?... El secreto está en que ese tonto no exista. Nosotros tenemos una larga experiencia que ha venido pasando en el país durante dieciséis años. Cada vez que han hecho una acción nos han querido meter la mula, digan que nosotros no los hemos dejado y seguimos en la lucha. Bueno, pero ahora esto puede ser un intento más, porque ya tenemos esa experiencia. Los hombres que están negociando ahora del otro lado -enfrente nuestro- son los mismos que antes nos hicieron trampa. Le hicieron trampa al pueblo, no a nosotros, con los gobiernos pseudoconstitucionales y las dictaduras que los sucedieron. Pero, ¿qué es lo que ocurrió? El país estaba en una economía de abundancia, ellos llegaron y lo condujeron a una economía de miseria. Ahora, nosotros, si llegamos, tenemos que volver a una economía de abundancia, y eso es lo que pondrá en evidencia las consecuencias de esta lucha.
Hay sectores activistas que hacen la guerra revolucionaria: ésos están luchando a su manera. Pero todos están luchando por un mismo objetivo. Ahora, eso en el orden político; en el orden económico, ¡también!; existen, con el orden económico, enfrentadas, dos grandes fuerzas: una la Confederación General Económica que está con la causa nuestra. Frente a eso está la Unión Industrial Argentina, que no es ni unión, ni es industrial, ni es argentina. Porque entre ellos andan a las patadas, no solamente no son industriales, sino que hay de todo allá adentro... y además, no es argentina, porque son todos los gerentes de las compañías extranjeras que han tomado a nuestro país. Entonces, esas fuerzas también juegan. Por otro lado está la Confederación General del Trabajo, que es la fuerza social, que es la fuerza de toda la organización sindical, ellos también están haciendo su lucha en su faja. Ahora, por ejemplo, allí, dentro de eso hay algunos que defeccionan; bueno..., donde hay muchos dirigentes algunos defeccionan... Hay otros, en cambio, que son firmes: la lucha que se está librando dentro del organismo es la misma lucha que libramos nosotros en todos los terrenos, no es que allí haya una cosa diferente, ¡no!, es lo mismo.
Los peronistas han de hacerse a la idea de que son ellos y solamente ellos los que han de poner el esfuerzo y, si es preciso, el sacrificio. La peor de todas las actitudes es permanecer inactivo cuando el destino del país está en juego.


Parte III

Transvasamiento, organización y socialismo nacional.

PERÓN:Hemos hablado de la necesidad de un transvasamiento generacional. Ello emerge de la necesidad insoslayable de mantener el estado juvenil del Movimiento. Se trabaja normalmente para el futuro, y ese futuro por fatalismo histórico y biológico, diremos así, corresponde a las generaciones jóvenes. Un movimiento que sea, o que represente, una revolución trascendente, difícilmente puede ser realizado por una generación, sino por varias de ellas. La historia es bien clara en esto: la Revolución Francesa tuvo casi treinta años de preparación a través de los enciclopedistas. Bien, ya treinta años es una generación; la Revolución Rusa tuvo como sesenta; el pobre Lenin fue el que preparó todo eso y no pudo alcanzar sino una pequeña parte de la revolución y quedó marginado. ¿Por qué? Y, porque la generación que lo sucedió lo reemplazó. Es indudable que esto da un derecho a la juventud, es el derecho de intervenir en el quehacer actual, preparando el cambio generacional. Si no, los movimientos envejecen y mueren; lo que se trata es precisamente; de hacer ese cambio generacional a fin de que se remoce el movimiento, se perfeccione y se adapte a las nuevas etapas. Las revoluciones cumplen normalmente cuatro etapas: la primera que es la doctrinaria -son los enciclopedistas de los franceses y es Lenin en Rusia, en la Revolución Rusa; la segunda etapa es normalmente la toma del poder, o el Golpe de Estado, -es Napoleón del 18 de Brumario y es Trosky con los Mil en Moscú-; la tercera etapa es, diremos, la etapa que da verdaderamente la ideología, que inculca eso, esa ideología -es Napoleón en el Imperio, y es Stalin en la Revolución Rusa. O sea la Etapa Dogmática, donde se mete el dogma; se mete en la forma que hay que meterlo, el dogma no se puede meter digamos... solamente con lindas palabras, sino también es con otra acción que hay que meterlo, y la cuarta, definitiva, es la institucionalización de la Revolución, y es la primera República Francesa después de la Revolución, y es Kruschev que anula el culto a la personalidad a fin de reemplazarlo por la institucionalización. Claro, cada una de estas etapas lleva un largo, largo recorrido en la historia. Y los mismos hombres difícilmente llegan. Entonces esa preparación -diremos así- para las nuevas generaciones, es lo que hemos llamado nosotros el transvasamiento. Es decir, que es necesario ir preparando los dirigentes, porque las masas evolucionan solas... y cuando están imbuidas de una ideología y puestas en marcha por una doctrina, las masas continúan, pero los dirigentes son los que deben ir evolucionando en sí y preparándose para las nuevas circunstancias. Normalmente las ideologías no cambian, sino en largos períodos de la historia. Ha habido ideología para la Edad Media, ha habido para la etapa capitalista, hay ahora una para la etapa socialista, en fin, pero duran siglos las ideologías. En cambio las doctrinas -que son la forma de ejecución de esa ideología-, esas varían con las circunstancias de la aplicación. A medida que se va aplicando esa ideología, las circunstancias, el tiempo, el espacio, en fin... cambian. A ese cambio es al que nosotros debemos ir acostumbrando a las nuevas generaciones. Esos dirigentes que se forman para las nuevas generaciones deben ir bien en claro, a través de una preparación humana acabada, que permita dar continuidad; es decir ... que una generación pueda entregar sus banderas a la que le sigue, para que ella las haga triunfar, aplicándolas de acuerdo con las circunstancias y el lugar en que eso ha de realizarse. Nuestras banderas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política son inamovibles: por lo menos por un largo período de nuestra historia serán inamovibles.
Naturalmente que el capitalismo con su, diremos, su fuerza, que es el liberalismo, está luchando por no ceder, como los señores feudales lucharon con la Revolución Francesa; también para no ceder. Pero indudablemente los acontecimientos históricos del mundo nos están llevando a esa evolución que ya es insoslayable y que en las tres cuartas partes del mundo ya las han aceptado.
Ese es el transvasamiento generacional del que nosotros hablamos. Yo siempre les digo que le metan nomás. Porque peor que nosotros los viejos no lo van a hacer. Vea el mundo que les dejamos: por macanas que hagan, peor de lo que nosotros hemos hecho, no lo van hacer.
SOLANAS: General, hoy el justicialismo explicita que su objetivo de gobierno es realizar el socialismo nacional. Como la palabra socialista ha sido usada también para denominar proyectos antirrevolucionarios o reformistas, o social-demócratas como los europeos, e incluso social-imperialista, ¿qué sería para nosotros el justicialismo?
PERÓN: Bien, efectivamente, la determinación del término socialista, hoy en el mundo es muy difícil, porque toma una enorme gama de extensión, que va desde un movimiento internacional dogmático hasta uno abiertamente democrático. Dentro de eso hay miles de gradaciones y uno puede observar en los cinco continentes los distintos sistemas, todos basados en un socialismo.
Ahora, existen las monarquías con gobiernos socialista, existen los movimientos marxistas, también socialistas pero del otro extremo. Entre la extrema izquierda y la extrema derecha se escalonan todos los socialismos habidos y por haber. Nuestro Movimiento en ese sentido es mucho más simple, es indudablemente de base socialista. ¿Por qué? Porque pivotea sobre la justicia social, que es la base de toda nuestra promoción revolucionaria. El socialismo nuestro puede caracterizarse así: en estos dos siglos, como ya he dicho anteriormente, se ha producido un avance extraordinario que supera a los diez siglos precedentes. Esto ha estado en la máquina, la empresa, la ciencia, la técnica y el hombre.
SOLANAS: El capitalismo.
PERÓN:Es el capitalismo, nacido en la Revolución Francesa, que en estos dos siglos, desde la Revolución Francesa hasta ahora, ha hecho un sistema que, no podemos negar, ha hecho avanzar el mundo de una manera extraordinaria. Especialmente en el aspecto científico y técnico. Pero los pueblos con esos medios técnicos se han esclarecido por la facilidad de la dispersión de las noticias, del conocimiento, y esos pueblos se dan cuenta de que se ha avanzado estos dos siglos extraordinariamente, pero a costa de un tremendo sacrificio de los pueblos. Entonces los pueblos piensan hoy, ese mismo avance podrá ser más lento quizá, pero se puede hacer sin necesidad de sacrificar a los pueblos. El justicialismo lo que anhela es eso, seguir luchando por un progreso, quizá no tan rápido como ha sido el de estos dos siglos, pero sí más justo.
Nosotros queremos que ese sacrificio desaparezca, y que se realice el mismo trabajo sin sacrificio, sólo con esfuerzo. Eso es el justicialismo. Ahora que es socialista, natural que es socialista, porque busca esas formas de convivencia con gran acento en el aspecto social. Es decir, que el hombre sea de la comunidad, pero la comunidad también sea del hombre. Para nosotros el gobierno justicialista es aquel que sirve al pueblo, que no sirve otro interés que el del pueblo, y hace l o que el pueblo quiere. Y dentro de esas formas, él va luchando por la grandeza de la comunidad en que vive. Congeniar lo individual con lo colectivo, ése es el proceso revolucionario nuestro, y el hacerlo es una de las formas de socialismo.
SOLANAS: ¿Y, al mismo tiempo esto sería el proyecto socialista del justicialismo, un socialismo argentino para los argentinos, autónomo, General?
PERÓN:Natural, porque cada comunidad tiene su propia idiosincrasia y sus propios valores intrínsecos que es necesario respetar. No son iguales dos comunidades, son las características distintas en las que influye hasta la situación geográfica absoluta, la situación geográfica relativa, la raza, en fin... un sinnúmero de circunstancias que gravitan sobre la formación de esa comunidad.
En consecuencia lo que queremos es una cosa para argentinos realizada por los argentinos. Y si en eso es necesario sacrificar algunas cosas, será necesario sacrificar otras. Ese es el proceso de pesos y contrapesos que no toda comunidad establece, el verdadero equilibrio de realizaciones. Eso es lo que nosotros aspiramos a hacer con el justicialismo.
El hombre podrá independizarse, solamente, en una comunidad organizada. Donde cada uno haga lo suyo, realizándose dentro de la comunidad que también se realiza. Ya que es muy difícil que un hombre pueda realizarse en una comunidad que no se realiza. La comunidad organizada tiende hacia ese fin, y por eso nosotros a nuestro proceso ideológico anunciado, lo hemos llamado la COMUNIDAD ORGANIZADA. Porque es la comunidad organizada, precisamente, aquella donde el hombre puede realizarse mientras se realizan todos los hombres de esa comunidad en conjunto.

Fuente texto: www.elhistoriador.com.ar  |  Fuente videos: www.nacionalypopular.com


El miedo en el cuerpo. Por Jesús Quintero


Breve homenaje a Luchino Visconti y su “Muerte en Venecia”


Historia Latinoamericana

Ernesto "Che" Guevara

Por Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Octubre de 1967.

¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el ’59 y el ’60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.
Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas: "Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar". Y ante mi sorpresa: "I´m not a yankee, you know".
Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaba unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presenta tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno, admirado, simplemente quiso.
Nunca sabíamos en Prensa Latina, cuándo iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y cuando eso ocurriera no sería fácil.
Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara. Aunque no era imposible ni siquiera difícil yo me limite a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: sólo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior. Yo leía sus artículos en Verde Olivo, lo escuchaba por TV: Parecía suficiente, porque Che Guevara era un hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico.
Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.
De aquel humor se hacia la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabó la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: "mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo". Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: "no hice nada más que una retirada estratégica a toda velocidad en aquel encuentro". Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían que acaba de recordar Fidel que lo difícil era sacarlo del lugar donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma.
En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo que hablaba.
Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resulta más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.
Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que –digo- está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de partida.
El agente de la CIA que según la agencia Reuter codeó y panceó a cien periodistas que en Valle Grande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: "awright, get the hell out of here".
Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No serán los que nacieron en él. No será la memoria del Che.
Que ahora está desparramado en cien ciudades entregado al camino de quienes no lo conocieron.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar


Homenaje a Sergéi Eisenstein a través de una famosa escena de “El Acorazado Potemkin”


 


Palabras de Hugo Chávez en homenaje a su compañero, amigo, hermano Néstor Kirchner *

*Una confesión que expresa el infinito pesar que llevo en el alma y en el corazón desde que recibí la infausta nueva de la desaparición física de ese grande llamado Néstor Kirchner: mi compañero, mi amigo, mi hermano.*

I

Por primera vez en estos años, en este ir y venir entre Venezuela y Argentina, entre Argentina y Venezuela, llegamos a Buenos Aires el jueves 28 de octubre con el llanto del Caribe y con el llanto del Orinoco que no quisieron guardar ni un minuto, ni siquiera un segundo de silencio por la tristeza que nos embarga: por el dolor mayor que compartimos plenamente con el gran pueblo argentino ante la pérdida de este justo, de este valiente.

II
Cómo se parece la vida de Néstor, quiero reiterarlo, al título de aquel extraordinario libro del gran escritor argentino Eduardo Mallea: Historia de una pasión argentina. Y eso fue Néstor: una pasión ejemplar por la Patria y por el pueblo, en especial por la causa de los humildes, de los excluidos. Una pasión genuinamente peronista.
Hay un antes y un después de Néstor en la historia argentina
contemporánea: un antes y un después que se define, como bien dice la escritora argentina Sandra Russo, por el regreso triunfante y orgulloso de la política, de la gran política. Se puso en marcha una dinámica de repolitización de la sociedad toda, especialmente de la juventud, que hoy está dando sus frutos.
“El Resucitador” lo he llamado y estoy convencido de que no exagero. La Argentina golpeada y fundida por la larga noche neoliberal, se levantó como un gigantesco Lázaro colectivo con el liderazgo de este hombre que había surgido de las gargantas profundas de su pueblo y de su inmenso territorio para hacer posible este maravilloso milagro colectivo.
La Argentina volvió a tener un proyecto real y verdaderamente nacional y popular desde 2003: volvió a tener un Estado digno de tal nombre y una política económica propia. Por primera vez en mucho tiempo los movimientos sociales contaron con un Gobierno interlocutor y aliado en la Casa Rosada.
Igualmente, hay que destacar el coraje con el que le puso fin a la
impunidad: los derechos humanos tuvieron en él a su más activo y
resuelto defensor. Cuánta razón tiene el gran poeta y periodista argentino Juan Gelman: “Actuaba sin miedo y fue un gobernante como hace decenios el país no tuvo. Fue el que necesitábamos”.
Néstor no llegó a la Presidencia de la República Argentina: nos lo
trajo, en el momento y en el lugar indicado, la fuerza telúrica del
pueblo argentino y la historia inmensa de la Patria Grande.
Cómo no recordar que en el año 2003, con la asunción de Lula primero, ya continuación con la de Néstor, se acabó la soledad en la que resistíamos en la América del Sur. Tras derrotar dos golpes de Estado, la Revolución Bolivariana ya no estaba sola: la fuerza histórica de los pueblos comenzaba a darle forma al cambio de época.

III
“Yo no puedo ni quiero dejar de esperar que el día en que se realice nuestra entrevista, el primer abrazo que nos demos transigirá cuantas dificultades existan y será la garantía de la unión que ligue ambos estados, sin que haya obstáculo que no se remueva definitivamente”, escribía el Libertador José de San Martín al padre Bolívar, el 3 de marzo de 1822. A los pocos meses, nuestros libertadores se estaban abrazando en Guayaquil.
Aquel primer abrazo inmortal se había casi perdido en el tiempo y en la distancia: tuvieron que pasar 180 años para que los hijos de San Martín y los hijos de Bolívar, volviéramos a abrazarnos y reemprender así el camino hacia nuestra definitiva Independencia; tuvieron que pasar 180 años para que nuestros pueblos le dieran vida y forma a una alianza estratégica que continúa y se profundiza. El largo camino de Caracas a Buenos Aires no existía: hoy está felizmente abierto y por él vamos con Néstor como vigía, señalando el rumbo.

IV
Dije que la vida de Néstor es la historia de una pasión argentina: es también la historia de una pasión suramericana y nuestra americana. Fue un forjador de integración y un constructor de unidad. Gracias a su liderazgo político la Argentina se reencontró con la América del Sur y con Nuestra América toda.
Cómo olvidar su brillante rol protagónico en la IV Cumbre de las
Américas en Mar de Plata (noviembre 2005) cuando enterramos al ALCA. El papel de anfitrión que a Néstor Kirchner le tocó desempeñar fue clave para decidir los nuevos rumbos de nuestro continente.
Todo cambiaría desde Mar del Plata y hasta el día de hoy al imperialismo se le ha hecho harto difícil imponernos su agenda, como era cosa natural que ocurriera cuando todos nuestros gobiernos bailaban al son que les tocaban desde el Norte.
Cuánta falta nos va a hacer su sabiduría política en la Secretaría
General de Unasur: Néstor era un secretario general de lujo; era el
hombre adecuado en el momento y el lugar adecuados para conducir el
proceso de consolidación institucional de Unasur.
Basta con recordar que fue el mejor de los mediadores para propiciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela. Basta con recordar los esfuerzos que desplegó para que la misma noche del 30 de septiembre Unasur se reuniera en Buenos Aires para plantarse radical y contundentemente frente al intento de golpe de Estado contra el presidente Correa. Basta con recordar su incansable actividad, en sus últimos días, en función de movilizar ayuda material al sufrido pueblo haitiano tras el reciente brote de cólera.

V
¿Cuál es el legado que le deja Néstor a la Argentina? La dignidad en pie de lucha de un pueblo al que vi convertido en poderoso río arterial, en Buenos Aires y en Río Gallegos, para rendirle tributo al hombre que le había devuelto, precisamente, la dignidad. Río arterial de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; de estudiantes, obreros y campesinos; de piqueteros y descamisados. Río arterial de los desaparecidos y de los héroes anónimos de las Malvinas; de las víctimas del Corralito, del saqueo neoliberal. En fin, río arterial de la Argentina toda.
Néstor nos deja a Cristina: su mejor legado, como bien dijera el
pensador argentino José Pablo Feinmann; pasionaria y entregada a su
misma causa. Yo que la he visto, en su hondo dolor, agradecerle y
sonreírle al pueblo que la acompañaba, no voy a repetir que Cristina “se crecerá”: Cristina ya se hizo inmensa como su Argentina; infinita como los millones de rostros que la consolaban y a los que respondía, guardándolos en su corazón, con la señal de llevar su puño al pecho.
“¡Por siempre Néstor! ¡Fuerza Cristina!”, es la consigna que se repite por doquier: es la expresión combativa del amor de un pueblo pleno de gratitud y de orgullo; es el renovado testimonio de su inquebrantable compromiso con la Argentina que, primero con Néstor y ahora con Cristina, cambió para siempre.

VI
Hoy domingo, además, el pueblo hermano de Brasil escribirá otra página de esta nueva historia. Cuando caiga el sol más allá del Amazonas, cuando las estrellas comiencen a iluminar la inmensa tierra de Abreu e Lima, las masas populares de Lula, ese otro grande compañero, habrán elegido a otra mujer patriota para dirigir el nuevo destino del Brasil.
Sí, Dilma a partir de hoy será Presidenta. ¡Bienvenida, Camarada!
Ya lo había dicho Bolívar: “El gran día de la América del Sur aún no ha llegado”.
Pasaron dos siglos. Y nuestro gran día está aquí. Ha llegado. Hemos
llegado. Para vencer.
¡Venceremos!
¡¡Viva Néstor Kirchner!!

/Hugo Chávez Frías


Homenaje a Néstor Kirchner (1950-2010).
Hasta siempre querido compañero Néstor!!!


Último reportaje a Pablo Neruda (Fragmento)

Fuente: Margarita Aguirre, Revista Crisis, N° 4, agosto de 1973

“Pueblerino de América”

En el número 4 de la revista Crisis, el correspondiente a agosto de 1973, se publicó el que sería el último reportaje a Pablo Neruda. Fue realizado por su entrañable amiga Margarita Aguirre durante el mes de junio, tres meses antes del brutal golpe militar contra Chile y de la muerte del poeta. Neruda habló de su mundo, de la política, de Borges, de Perón, de la literatura, de la relación con las nuevas generaciones de escritores de entonces, de sus recuerdos de la Argentina y del peligroso desempeño de la derecha chilena. Testimonio de una época vital y crítica, la entrevista de Aguirre muestra a un Neruda preocupado, ante la indefinición de los intelectuales del mundo para combatir el crimen que se avecinaba sobre Chile.

Cada día detesto más las entrevistas. No sé cómo pude dar la primera, pero después ya resultan un vicio y un abuso. Un vicio por parte de uno, un abuso por parte de los otros. Creo que las entrevistas literarias no conducen a nada. Las entrevistas son válidas preguntando a los cosmonautas las experiencias que tienen cuando regresan a la Unión Soviética o a Estados Unidos o cuando Cristóbal Colón, un poco antes, regresa de la América del Sur. Pero no veo ni el objeto ni la finalidad en molestarse y molestar a los poetas que están haciendo constantemente una sola cosa: poesía. Después resulta que estas entrevistas se van haciendo cada vez más rutinarias, se acumulan repeticiones, repeticiones de lo ya dicho por uno y por otros. Llega un momento en que en esta verbosidad provocada y artificial ya no sabe uno a quién le pertenecen las ideas. Por lo demás no tiene tanta importancia a quién pertenezcan o no.

Lo principal en estos casos parece centrarse siempre sobre algo que considero completamente inasible, que es el proceso literario, el proceso del trabajo poético, lo que se llama el camino de la creación. Todas estas palabras para definir la urgencia que tiene un verdadero escritor, para escribir su prosa o su poesía. Nunca entendí palote de este asunto, pero puedo decir que mi trabajo ha sido continuo desde que tuve uso de pluma, uso de lápiz, uso de papel, no por cierto uso de razón que todavía no la alcanzo. Pero desde que tuve a mi alcance los implementos necesarios nunca he dejado de hacer lo mismo y nunca me preguntaba por qué lo hacía ni podría explicarlo tampoco. Dentro de este trabajo, especial o espacial, mejor dicho, tendría que decirle que hay dos o tres factores que alteran de cuando en cuando esta cosa sistemática de mi trabajo (hablo de mí solamente, de mí en singular, ya que, por razones de su criterio o de la revista que a usted envía, parece ser que soy el tema en general de este coloquio). Una es la necesidad explosiva de escribir sobre ciertos temas de actualidad, sobre ciertos acontecimientos que, a la vez, son acontecimientos públicos, y que tienen tal circunstancia, decisión y profundidad dentro de uno, que lo llaman con urgencia a actuar en un determinado lugar poniendo todos los medios a su disposición.

Otra cosa debe tomar en cuenta el poeta que está en contra de la preceptiva tradicional, o de la superstición tradicional o de la herencia lírica y romántica, es que el poeta debe también sobresalir a los compromisos que se le pidan, es decir, la poesía que se accede a hacer a petición de un determinado grupo humano, debe tener la calidad necesaria para sobrevivir. Esto es importante porque el orgullo pequeño burgués de los poetas, cultivado siempre por los de las clases que mandan en la sociedad capitalista, quiere hacer creer al poeta que su libertad resulta menoscabada si atiende una petición. Existe la poesía escrita a petición por la necesidad evidente de un poema y que éste resulte verdadero, imperecedero, o por lo menos que tenga la fuerza, el contenido y la poesía necesarios para servir en un momento de alimento y de ayuda a un grupo o a un sector que naturalmente está íntimamente de acuerdo con el poeta. Éste es un factor, es una orden que el poeta debe esforzarse en cumplir, y cumplir con decoro. En mi caso particular tengo conciencia que, muchas veces, poemas míos hechos y dirigidos, solicitados y pedidos han sido de los que más me han satisfecho hasta ahora.

¿Quiere usted hablar de Borges?

Sí, siempre quiere uno hablar de Borges, aunque sea un poco excesiva la atención que a veces se le dispensa, siendo él un hombre más bien quitado de bulla, no digamos un anacoreta, pero sí un hombre de probada austeridad. Es natural que la excelencia intelectual de Borges haga que su figura y su palabra sean siempre examinadas y vistas como si fueran tan translúcidas que pudiéramos penetrar hasta el otro lado de su sentido o de su transparencia. En los últimos meses muchos argentinos han recibido, con gran molestia y no poca ironía, sus palabras despectivas sobre la resurrección vital y plena del movimiento peronista, es decir, sobre el actual momento de transición libertadora que pasa el pueblo argentino. Hay que pensar, cuando se habla de Borges, que es natural que a uno no pueda satisfacerle jamás una actitud tan probadamente, tan empeñosa y cultivadamente reaccionaria como la de él. Hay algo en esto de su viejo narcisismo de escuela inglesa, y por ese motivo no debía preocuparnos. Claro, desconciertan si vienen de un hombre que, además de ser un gran escritor, es también un erudito y un ilustre archivero, puesto que fue el gran bibliotecario del país. Extraña que él no comprenda que esta época excepcional de la Argentina está llena de hechos, formulaciones, deseos insatisfechos, corrientes profundas. No se trata de "demagogia y tontería", como Borges califica al movimiento actual, a la revolución argentina; tienen que ser muchos los factores, los matices y los alíneos, es mucha la profundidad documental, es mucha la riqueza fenomenal de la actualidad argentina. Yo creo que la Argentina no ha vivido una época tan interesante desde el tiempo de Sarmiento y Alberdi. Tal vez Borges debió pensar en estas cosas. Pero en este mismo momento, a pesar de sentirme y ser antípoda de sus ideas, yo proclamo y pido que se conduzcan todos con el mayor respeto hacia un intelectual que es verdaderamente un honor para nuestro idioma.

Naturalmente, su desacomodo con las ideas mayoritarias argentinas no sólo significa un desacuerdo con la Argentina: también significa un desacuerdo con lo más valioso del mundo, con lo que está creciendo en el mundo, con la insurrección anticolonialista, antiimperialista, con un ascenso de las capas populares que está aconteciendo en nuestra América y en el mundo entero. El desconocimiento de Borges hacia estas realidades argentinas es el mismo desconocimiento que él ha tenido hacia la realidad actual del mundo.

El Canto general es una obra de enorme influencia. En ella no nombra usted a Perón. Dígame, compadre, ¿cuál es su juicio hoy sobre Perón y el peronismo?
La figura de Perón es una figura que toma las proporciones históricas que le da el pueblo argentino. En una época, el gobierno de Perón fue un gobierno profundamente anticomunista; es posible que haya habido una incomprensión de parte y parte, yo estoy en general en contra de todos los anticomunistas. Estoy en favor de todos los antifascistas y en contra de todos los anticomunistas. Todo anticomunismo, donde esté, es sospechoso; todo anticomunismo encubre un desacato hacia el porvenir humano. Esos son mis conceptos. Naturalmente, pueden discutirse, pueden dialogarse, pueden hablarse. Ahora, bajo el puente de Perón, como bajo mi propio puente, ha pasado mucha agua; son las aguas de la historia las que están pasando. Ni Perón es el mismo, ni Pablo Neruda, modesto poeta de Chile, es el mismo tampoco. Es decir, nuestra tierra va cambiando, la sociedad humana va cambiando, y yo creo que el peronismo de entonces no es el de ahora; es decir, que no será el peronismo de ahora. Ahora viene Perón o las ideas peronistas amarradas, como dije antes, al gran movimiento de liberación de los pueblos. Estamos atravesando una revolución histórica en profundidad. Naturalmente que éste es un momento de liberación para la Argentina. ¿Qué va a pasar? No lo sabemos bien todavía, la experiencia histórica nos dice que los momentos de transición son los más duros, los más difíciles. Deseo, para el movimiento justicialista y el momento actual de la Argentina, el desarrollo más esplendoroso y mejor, es decir, el que acomode más al pueblo argentino de acuerdo con su razón histórica y con el porvenir de la humanidad que, naturalmente, es un porvenir progresista y antiimperialista.

Se habla mucho de que usted es inmensamente rico.

Lo que gano -el editor lo sabe, que es el que hace mucho tiempo tiene los derechos de toda mi obra- es una suma bastante modesta, pero que me alcanza para vivir. De lo demás, todo se ha ido por mis manos comprando mis libros y comprando, de cuando en cuando, un mascarón de proa; no recibo rentas de ningún arriendo, no poseo acciones de ninguna parte, no tengo fortuna, no guardo depósitos en grandes bancos. En resumen, tengo lo que recibo de mi trabajo, eso es todo. Si esto suscita las simpatías de alguien, será de una persona que trabaje. Si esto suscita la envidia de otros, es, en general, de los que no trabajan. Entonces vamos a cerrar las compuertas de la maledicencia, del chisme sobre éste, sobre aquél, sobre mí y sobre los demás.

¿Pero a usted lo hiere la maledicencia?

De cuando en cuando -a pesar de que debiera estar curtido, de que debiera tener una piel de elefante-, de cuando en cuando me turba, me molesta, pero son cosas casi orgánicas. Yo soy un hombre del sur de Chile, debiera estar más acostumbrado al frío, nací y crecí en el clima frío del sur de nuestra América, y sin embargo, de repente me dan unos tiritones que no debiera tener y que me reprocho. Así me pasa también con la vanidad, que todavía sufre de algún pinchazo, de algún alfilerazo o de algún garrotazo.

¿Se definiría usted a sí mismo como una persona tímida?

Yo creo que sí, comadre, también tengo ese sentimiento de pobre de nacimiento en los grandes restaurantes, en las grandes recepciones, en palacios o embajadas, o en grandes hoteles. Me parece que, de repente, van a notar que estoy de más allí y me van a decir: “Usted qué está haciendo aquí, por qué no se va”. Siempre he tenido ese sentimiento -que no era desagradable- de no pertenecer a tal cosa, a tal grupo. Y en realidad es así, no pertenezco.

Y con respecto a la timidez general hacia los hombres en la amistad, o hacia las mujeres en el amor, siempre la tuve. Es un sentimiento hermoso por dos cosas: para sentirlo y para vencerlo. En la amistad, muchos de mis mejores amigos me resultaron, en un principio, impenetrables, los sentí orgullosos; resultaba que ellos eran gente tímida como lo era yo, y no había aproximación. En el amor también; hubo muchas mujeres que me parecían absolutamente frías e inalcanzables, que me despreciaban de arriba abajo. Resultó hermoso hacer esa lucha contra mí mismo y contra ellas, y poder vencerlas o ser vencido.

Me gustaría preguntarle sobre sus recuerdos de la Argentina.

Bueno, mis recuerdos de la Argentina son un poco tristes, porque mis amigos han ido desapareciendo, y yo soy un hombre de amigos y la Argentina era, y seguramente seguirá siéndolo, un país de amigos. Un hombre de amigos y un país de amigos es algo serio, profundamente serio. Yo pongo la amistad como una de las dimensiones de mi propia vida.

En verdad la Argentina es para mí una época inolvidable y el recuerdo de Norah Lange o de Oliverio, de Raúl González Tuñón y de Amparito, y de la rubia Rojas Paz y su salón literario, al que acudíamos con Pepe González Carballo y luego vino Federico García Lorca... Después conocí más a Rodolfo Aráoz Alfaro, uno de mis más queridos amigos -también mi compañero-, hasta me tocó ser detenido e ir preso con él, lo que es en realidad una aventura impresionante para uno, y además promueve un vínculo fraternal más estrecho aun. Me acuerdo que era el tiempo de Aramburu, entonces a mí me llevaron preso y me incomunicaron en una celda, la más inaccesible, la más remota.

Ya no existe esa cárcel, compadre.

Yo la admiré mucho a esa cárcel porque nunca he visto tantas puertas de fierro como ésas. Conozco otras casas, castillos y residencias, pero esa cárcel tenía impresionantes rejas de fierro cada tres o cuatro metros, no se terminaba nunca de cruzar rejas. A mí me llevaron en una camilla y me dejaron encerrado allí. Al día siguiente, el diario La Prensa no se dio por aludido de que había centenares o miles de presos entre los cuales, modestamente, también estaba yo. El señor Gainza Paz es un gran farsante, y si no, búsquese en la colección de La Prensa de ese momento si hay siquiera la mención de un poeta preso que, por lo menos, tenía muchos amigos, era ciertamente conocido y tenía su editor en la Argentina.

Bueno, entre mis amigos argentinos de aquellos tiempos podría citar muchos, pero me gustaría también hablar de mis amigos en toda la América. Tengo amigos en México, en el Perú, en Venezuela, en el Ecuador, en el Uruguay, en Colombia, en Panamá, en todas partes. Naturalmente, también tengo grandes amistades en Francia, en Inglaterra, pero es en este continente donde están mis mejores recuerdos, mis grandes amigos. Yo soy un hombre local, provinciano de América, soy un pueblerino de Buenos Aires, soy un pueblerino de Santiago de Chile, soy un pueblerino de Temuco y de Parral, de donde vengo, del sur de Chile. También lo soy de los pueblos de Colombia o del Perú. Por todas partes yo siento el llamado de la sangre. La Argentina me atrajo siempre por sus contradicciones, por su extensión, por su belleza, por la cantidad de fenómenos curiosos y por sus diferencias con Chile.

Compadre, he leído estos días, en los diarios de Chile, un llamado suyo a los intelectuales. Me gustaría que los intelectuales argentinos también lo conocieran.

Es algo complicado explicar la situación chilena, sobre todo al extranjero, debido a la información tendenciosa de la prensa o a la falta de información que muchos puedan tener. Naturalmente, mi llamado tiene por objeto despertar la conciencia de los intelectuales -de los pueblos, primordialmente, pero también de los intelectuales- hacia lo que está pasando en mi país.

El final de mi llamado se dirige a los escritores y a los artistas de la América nuestra y del mundo entero. Estamos en una situación bastante grave. Yo he llamado, a lo que pasa en Chile, un Vietnam silencioso en que no hay bombardeos, en que no hay artillería. Fuera de eso, fuera del napalm, se están usando todas las armas, del exterior y del interior, en contra de Chile. En este momento, pues, estamos ante una guerra no declarada. La derecha -acompañada por sus grupos de asalto fascistas y por un parlamento insidioso, venenoso, una mayoría parlamentaria completamente opositora, adversa, estéril y enemiga del pueblo, con la complicidad de los altos tribunales de justicia, de la contraloría y los caballos de Troya que tiene dentro de la administración y que se han tolerado hasta ahora, de la gran prensa chilena está tratando de provocar una insurrección criminal de la cual deben tomar inmediato conocimiento los pueblos de América latina. Se trata de instaurar un régimen fascista en Chile. Han tratado de incitar a una insurrección del ejército, han tratado de recurrir al pueblo para obtener en las elecciones un triunfo que les permitiera derrocar al gobierno. No han conseguido ni conmover al ejército para sus fines mercenarios ni alcanzar la mayoría necesaria como para derrocar al gobierno.

Es verdad que hemos tenido un triunfo popular extraordinario, es verdad que el presidente Allende y el gobierno de la Unidad Popular han encabezado de una manera valiente un proceso victorioso, vital, de transformación de nuestra patria. Es verdad que hemos herido de muerte a los monopolios extranjeros, que por primera vez, fuera de la nacionalización de petróleo de México y de las nacionalizaciones cubanas, se ha golpeado en la parte más sensible a los grandes señores del imperialismo que se creían dueños de Chile y que se creen dueños del mundo. Es verdad que podemos decir, con orgullo, que el presidente Allende es un hombre que ha cumplido su programa, es un hombre que no ha traicionado en lo más mínimo las promesas hechas ante el pueblo, que ha tomado en serio su papel de gobernante popular. Pero también es verdad que estamos amenazados. Yo quiero que esto lo sepan y lo recuerden mis amigos, mis compañeros, mis colegas de toda América latina, pero en especial de la Argentina, que conocen este caso porque han visto muchas veces en su historia regímenes de implacable dureza que han sido instaurados en contra de la voluntad y los derechos del pueblo argentino. Por eso yo llamo a una solidaridad que se debe manifestar en una forma militante, en una forma ardiente, en forma fraternal. Ese es el objetivo de mi llamado y yo la autorizo, mi querida amiga, a darlo a través de su revista.

Quiero agregar, por último, que una entrevista como ésta debió haberse mantenido en lo posible, y esencialmente, como una conversación espiritual sobre las perspectivas y las derivaciones de la cultura. Pero quiero decir a los lectores de Crisis que la vida política de mi país no me ha permitido limitarme de una manera idílica a temas que tanto interesan. Qué vamos a hacer. Mi posición es conocida y mucho me hubiera gustado hablar de tantos temas que son esenciales para nuestra vida cultural. Pero el momento de Chile es desgarrador y pasa a las puertas de mi casa, invade el recinto de mi trabajo y no me queda más remedio que participar en esta gran lucha. Mucha gente pensará ¡hasta cuándo!, por qué sigo hablando de política, ahora que debería estarme tranquilo. Posiblemente tengan razón. No conservo ningún sentimiento de orgullo como para decir: ya basta. He adquirido el derecho de retirarme a mis cuarteles de invierno. Pero yo no tengo cuarteles de invierno, sólo tengo cuarteles de primavera.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar


El Plan de operaciones en marcha

El envío de la siguiente información (acerca del libro “El Plan de Operaciones en marcha”) al Cuaderno de la Ciencia Social, es una gentileza del historiador Alberto Lapolla

El Plan de operaciones en marcha
Auror: Eduardo M. Nocera
Sello: Del nuevo extremo Tema: Historia Ensayo Identidad Argentina Periodismo

Sinopsis: ¿Un invento de la historiografía nacional o el documento político más importante de la historia argentina? ¿Qué queda del Plan de Operaciones de Mariano Moreno? ¿Es posible ponerlo en marcha hoy? Eduardo Nocera entrevistó durante más de tres años a historiadores, pensadores, filósofos, sociólogos, periodistas y escritores para responder estas preguntas, y construye, a partir de reflexiones, polémicas y contradicciones, un libro urgente y sustancial para fundar un nuevo proyecto de país.

Nicolás Casullo / Norberto Galasso / Hugo Chumbita / Gabriel Di Meglio / Alejandro Horowicz / Alberto Lapolla / Ernesto Jauretche / Patricia Pasquali / Fernando Barba / Miguel Winazki / Mario Pacho ODonnell / Lucía Gálvez / Armando Poratti / Germán Ibáñez / Daniel Ezcurra / Gustavo Baeza / Ignacio Politzer / Martín Scalabrini Ortiz / Carla Wainsztok / Alejandro Olmos Gaona / Mario Tesler / Alejandro Rofman / Delia Carnelli de Puiggrós / Eduardo J. Vior / Jorge Eduardo Rulli / Juan Namuncurá / Horacio Ballester / Miriam Gomes / María Lamadrid / Néstor Gorojovsky / Eduardo de la Serna / Sebastián Juncal / Silvina Ramírez / Alberto Morán / Gran Logia de la Argentina

Sobre el autor:
Eduardo M. Nocera Telleria nació en Buenos Aires, en 1973. Es periodista. Se desempeñó como colaborador, redactor y enviado especial en las revistas La Primera, Nueva, Rumbos, Poder, Semana, Maxim y First, entre otras, y como columnista o co-conductor en las radios Municipal (hoy Radio Ciudad) y FM La Tribu. Estudió cine, historia y filosofía. Egresó de la Escuela de Periodismo del Círculo de la Prensa. Realizó labores de difusión y comunicación en secretarías de prensa de instituciones sociales, deportivas y gremiales. Ha concebido diversos poemarios y guiones de historieta. Éste es su primer trabajo periodístico-historiográfico.


Agustín Tosco narra lo sucedido el 22 de agosto de 1972 en el Penal de Rawson*

¿Puede usted relatarnos sintéticamente qué pasó el 22 de agosto de 1972 en el Penal de Rawson?

Desde el 15 de agosto, día de la evasión, vivíamos en un clima de gran ansiedad. Habíamos sido reagrupados en pabellones distintos a los que ocupábamos en aquella fecha, y aislados rigurosamente en cada una de las celdas individuales. La puerta de la celda era maciza, con algunos agujeros de un centímetro de diámetro, que hacían de mirilla para los celadores que nos observaban y controlaban constantemente. Una especie de pequeña ventana, con barrotes cruzados, semejante a una claraboya sin vidrios, colocada sobre la puerta, nos permitía mirar directamente a algunos compañeros, a los ubicados en las cinco o seis celdas de enfrente; para ello debíamos subirnos a la cabecera de la cama y estar en posición muy incómoda. Pero lo hacíamos con entusiasmo, pues eso nos permitía contactarnos de alguna manera, plantearnos los interrogantes que la situación de incomunicación nos obligaba, e ir trasmitiendo las opiniones con el lenguaje mudo de la mano, en lo que ya éramos expertos. Dados los cuarenta y cinco metros de longitud del pabellón y las dos series de veintiuna celdas a cada costado del mismo, la retrasmisión se iba haciendo en forma de zigzag hasta completar la totalidad.

Nuestra preocupación mayor era la suerte corrida por los compañeros que se habían fugado. Muchos de los prisioneros pertenecían a organizaciones armadas y otros no; es decir, los que nos encontrábamos en el pabellón. Más a todos nos embargaba una seria inquietud pues la noche del 15 de agosto, habíamos escuchado por radio que todavía en ese entonces se nos permitía tener, que habían sido apresados en el Aeropuerto de Trelew; que se les había dado garantías de reintegrarlos al penal; que estaban en marcha hacia el mismo, en una columna que encabezaban Pujadas, el juez Godoy, el Dr. Amaya y miembros de las fuerzas de represión. La noche del 15 de agosto, en la que permaneció tomado interiormente el Penal, escuchamos las emisoras de Chile, donde se daba cuenta del secuestro del avión, y que en él viajaban Santucho, Osatinsky, Vaca Narvaja, Gorriarán, Quieto y Mena. Pero el 16 de agosto a la mañana, que se nos incomunicó, no sabíamos casi nada de los diecinueve restantes.
Teníamos la posibilidad de informarnos muy precariamente por dos vías: en la guardia los celadores solían escuchar los informativos y todos hacíamos un profundo silencio para tratar de pescar algo; el contacto con algunos celadores más "flexibles". Cuando nos abrían la puerta para ir al baño o cuando nos traían la comida, también podía darnos una "pista".

Antes del mediodía del 22 de agosto, algunos compañeros comenzaron a transmitir con el lenguaje mudo que parecía que tres prisioneros que estaban en la Base Naval de Trelew habían sido asesinados. Una gran angustia experimentó todo el pabellón. Por la mañana habían requisado en forma muy dura -ellos ya sabían lo acontecido en la madrugada- y propinaron golpes de puño a varios, además de hacernos correr desnudos desde el baño a cada una de las celdas. Habíamos gritado y protestado con toda nuestra fuerza.

A medida que lográbamos noticias, precarias todas, iba aumentando el número de muertos. Decían que Pujadas había intentado apoderarse de la ametralladora de un guardia, que se había generalizado un tiroteo y que habían, caído todos. A las 17 horas estaba prácticamente confirmado que habían sido muerto los diecinueve compañeros en la Base Aeronaval.

Fueron horas de intenso dramatismo. Todos estábamos encaramados y tomados de los barrotes cruzados de la ventana de la celda hacia el interior del pabellón. Había rostros enmudecidos. Otros lloraban con profundo dolor y rabia. Algunos gritaban y daban vivas a cada uno de los caídos y a las organizaciones guerrilleras, a la clase obrera, a la revolución y a la Patria.

A la noche se preparó un homenaje simultáneo en los seis pabellones ocupados por los presos políticos y sociales. Espontáneamente cada uno relataba aspectos de la vida, las convicciones, la personalidad de los caídos, hasta completarlos a todos. Posteriormente hablaron varios enjuiciando y condenando el alevoso crimen y fijando la responsabilidad en la dictadura y el sistema. Luego a voz de cuello se gritó el nombre de cada uno y cada vez se respondía en forma vibrante y unánime: ¡Presente! ¡Hasta la victoria siempre!

Se entonaron colectivamente las distintas marchas partidarias. Todo quedó en silencio. Los guardias ordenaron acostarse. Esa noche nadie durmió. El recuerdo de los mártires caídos, la imagen de cada uno, el heroico ejemplo de cada uno, llenaba la imaginación, hacía estremecer los sentimientos y daba una pauta más del duro y glorioso camino revolucionario que recorren la clase obrera y el pueblo hasta su total y definitiva liberación.

* Diario El Mundo, Viernes 24 de agosto de 1973.

Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/entrevistas/t/tosco.php
 


Carta de José Hernández al editor de la primera edición de Martín Fierro, don José Zoilo Miguens

Querido amigo: Al fin me he dedicado a que mi pobre Martín Fierro, que me ha ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vida de hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre. No le niego su protección, Usted que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de nuestro país. Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que el arte tiene todavía en ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas, en las que no existe siempre una sucesión lógica, descubriéndose frecuentemente entre ellas, apenas una relación oculta y remota. Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es peculiar, dotándolo con todos los juegos de su imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y los arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado. Cuantos conozcan con propiedad el original, podrán juzgar si hay o no semejanza en la copia. Quizá la empresa habría sido para mí más fácil y de mejor éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia, como se halla autorizado por el uso, en este género de composiciones, pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que constituye el cuadro de su fisonomía moral, y los accidentes de su existencia llena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes. Y he deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la originalidad que las distingue y el tinte sombrío de que jamás carecen, revelándose en ellas esa especie de filosofía propia que, sin estudiar, aprende en la misma naturaleza, en respetar la superstición y sus preocupaciones, nacidas y fomentadas por su misma ignorancia; en dibujar el orden de sus impresiones y de sus afectos, que él encumbre y disimula estudiosamente; sus desencantos, producidos por su misma condición social, y esa indolencia que le es habitual, hasta llegar a constituir una de las condiciones de su espíritu; en retratar, en fin, lo más fielmente que me fuera posible, con todas sus especialidades propias, ese tipo original de nuestras pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan erróneamente juzgado muchas veces, y que, al paso que avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo. Sin duda que todo esto ha sido demasiado desear para tan pocas páginas, pero no se me puede hacer un cargo por el deseo, sino por no haberlo conseguido. Una palabra más, destinada a disculpar sus defectos. Páselos usted por alto, porque quizá no lo sean todos los que, a primera vista, puedan parecerlo, pues no pocos se encuentran allí como copia o imitación de los que lo son realmente.

Por lo demás, espero, mi amigo, que usted lo juzgará con benignidad, siquiera sea porque Martín Fierro no va de la ciudad a referir a sus compañeros lo que ha visto y admirado en un 25 de mayo u otra función semejante, referencias algunas de las cuales, como el Fausto y varias otras, son de mucho mérito ciertamente, sino que cuenta sus desgracias, los azares de su vida de gaucho, y usted no desconoce que el asunto es más difícil de lo que muchos se lo imaginarán. Y con lo dicho basta para preámbulo, pues ni Martín Fierro exige, ni son de la predilección del público, ni se avienen con el carácter de su verdadero amigo, José Hernández Buenos Aires, diciembre de 1872.

Fuente: José Hernández, Martín Fierro, estudio premilitar por Carlos Alberto Leguizamón, Editorial Kapelusz, Buenos aires, 1953.


Fuente en Internet: www.elhistoriador.com.ar


Homenaje a Charlie Chaplin



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Coraje*

Por Jorge Arcolía**

Seguramente, morocha
tu noche del veinticuatro
no pudo haber sido
ni "buena", ni "feliz".
Te habrás sentido sola
pese al esfuerzo
del resto de los comensales
por tratar de revertirlo.
La herida nueva,
el dolor lacerante,
por la notoria ausencia
habrá sido un trago amargo
que acompañó tu cena.
El tiempo ... solo el tiempo
hace posible admitir
la fuerza de lo inevitable.
Vos lograste casi de inmediato
que la pena no interrumpa la acción.
Toda esa fuerza juvenil
que acompañó tu duelo
está preparada, además
para respaldar tu proyecto.
Junto a ese hombre inolvidable
fuiste protagonista
de la mayor transformación
de esta Argentina nuestra
en los últimos cincuenta años.
Allí entonces, está el modo
de sentirlo cerca ...
continuando su obra,
incluso mejorándola
para hacerle honor
a ese apelativo cariñoso
con que te definía:
"La Presidenta Coraje"
y que lo tenés, Cristina
no hay duda alguna,
mas si en algún momento
te faltaren fuerzas
podrás recuperarlas
en la figura de cada pibe o piba
al que lo injusto no le sea indiferente.
Viendo en cada joven
a aquel flaco desgarbado
al que ningún desafío
consiguió acobardarlo.
Así logró ganarse el corazón
de la linda del grupo,
compartiendo sueños y utopías.
Recordá la música
de esa época especial,
ya desde entonces
Los Olimareños cantaban
que el que se fue peleando
vive en cada compañero.

Diciembre de 2010

*Enviado por el autor

**Jorge Arcolía es columnista permanente del Cuaderno de la Izquierda Nacional, donde publicó su libro “Envar Cacho El Kadri, uno de los nuestros”, y es responsable de La columna del Nieto de Mordisquito


El Cuaderno de la Ciencia Social les obsequia “Aquellas pequeñas cosas”, interpretada por Joan Manuel Serrat y Mercedes Sosa. Que tengan todos un muy feliz 2011!!!


Manifiesto de la fundación de FORJA

Fuente: Jauretche, Arturo, FORJA y la década infame, Buenos Aires, Peña Lillo Editor, 1984, págs. 19-22, 89-92.

Declaración aprobada en la asamblea constituyente del 29 de junio de 1935

Somos una Argentina Colonial: queremos ser una Argentina Libre.

La Asamblea Constituyente de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, considerando;

1. Que el proceso histórico Argentino en particular y Latinoamérica en general, revelan la existencia de una lucha permanente del pueblo en procura de su Soberanía Popular para la realización de los fines emancipadores de la Revolución Americana, contra las oligarquías como agentes de los imperialismos en su penetración económica, política y cultural, que se oponen al total cumplimiento de los destinos de América.
2. Que la Unión Cívica Radical ha sido desde su origen la fuerza coordinadora de esa lucha por el imperio de la Soberanía popular y la realización de sus fines emancipadores.
3. Que el actual recrudecimiento de los obstáculos supuestos al ejercicio de la voluntad popular corresponde a una mayor agudización de la realidad colonial, económica y cultural del país;

Declara:

1. Que la tarea de la nueva emancipación se lo pueda realizarse por la acción de los pueblos.
2. Que corresponde a la Unión Cívica Radical, ser el instrumento de esa tarea, consumando hasta su totalidad la obra trucada por la desaparición de Hipólito Yrigoyen.
3. Que para ello es necesario en el orden interno del Partido, dotarlo de un estatuto que, estableciendo el voto directo del afiliado auténtico y cotizando, asegure la soberanía del pueblo radical, y en orden externo, precisar las causas del enfeudamiento argentino al privilegio de los monopolios extranjeros proponer las soluciones reivindicadoras y adoptar una táctica y los métodos de lucha adecuados a la naturaleza de las obstáculos que se oponen a la realización de las destinos nacionales.
4. Que es imprescindible luchar dentro del Partido, para que este recobre la línea de principismo e intransigencia que lo caracterizó desde sus orígenes, única forma de cumplir incorruptiblemente los ideales que le dieron vida y determinan su perduración histórica al servicio de la Nación Argentina.

Dentro de estos conceptos y tales fines, la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina, F.O.R.J.A., abre sus puestas a todos los radicales y particularmente a los jóvenes que aspiren a intervenir en la construcción de la Argentina grande y libre soñada por Hipólito Yrigoyen.
- Por el radicalismo a la soberanía popular
- Por la soberanía nacional a la emancipación del pueblo argentino

PREÁMBULO

La Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina, F.O.R.J.A., conforme a la misión que se ha impuesto, está en la necesidad de plantear a la consideración de los radicales de toda la República, cuál es la situación creada a la Unión Cívica Radical, por los actos de sus direcciones, que tienden a destruirla por el abandono de los ideales que le dieron origen, y por el debilitamiento progresivo de los valores morales que han definido al movimiento histórico del radicalismo.

Desde el 6 de septiembre de 1930, las oligarquías gubernamentales desarrollan un plan sistemático para aniquilar la soberanía del pueblo, transfiriendo a grupos de especuladores el goce de los bienes del la Nación, sin hallar resistencia efectiva en los llamados partidos opositores que aprovechando la abstención radical, fueron a compartir posiciones con el pretexto de defender desde ellas los derechos populares.

Ninguna desilusión hemos sufrido al verles arrastrados por el camino de su destino común con los gobernantes, porque, como ellos, han entrado en el manejo del Estado, sin contar con la verdadera voluntad del pueblo.

En cambio hemos alentado durante los últimos años la creencia de que las direcciones de la Unión Cívica Radical fueran, como debían ser, el centro de la defensa indeclinable de los intereses de la soberanía nacional, y hemos sacudido, con favor, todos los esfuerzos de liberación que ellas auspiciaron o condujeron.

Después, esas direcciones han abandonado sus deberes, al propiciar la salida de la abstención en que se mantuvo la austera protesta del pueblo soberano contra todo lo que se hacía, sin derecho, en su nombre. Y, de renuncio en renuncio, esas direcciones han llegado a sus fomentadoras de resignaciones y acomodamientos.

No sin amargura hemos visto también a algunos de los que fueron, con nosotros y más señaladamente que nosotros, sostenedores de la soberanía popular hasta el 2 de enero de 1935, dejar sus ideales de redención nacional para tomar la senda de unos comicios susceptibles de conducir a la disociación de la Unión Cívica Radical.

Ésta no ha de destruirse sin embargo. El intento de los que aspiran a emplear su inmensa fuerza colectiva como una fuerza ciega, para llegar a fines opuestos a las aspiraciones del pueblo radical, de realizar una vida nacional solidaria y digna, de trabajo y de justicia, no puede seguir ya su camino sin que, del mismo seno de la Unión Cívica Radical, surja el empeño consciente de defenderla.

Hemos agotado ya toda esperanza de que los autores de errores y desviaciones reiteradas escuchen nuestras reflexiones, nuestras instancias, nuestras súplicas, nuestras advertencias. Deploramos que las autoridades de la Unión Cívica Radical con el pretexto de conseguir la soberanía política del pueblo, estén colaborando con las oligarquías económicas, entregadas al capitalismo extranjero.
No podemos apartarnos también nosotros del imperativo de nuestra conciencia cívica que nos exige obrar urgentemente ante los males que afligen a la Nación porque afligen a la Unión Cívica Radical. Pues todo riesgo de desintegración moral de la Nación Argentina sería insignificante si la Unión Cívica Radical estuviera en su entereza moral como custodia del patrimonio de la República, porque ella sabría poner por sus propios medios la reparación y el freno necesario a los daños sucedidos y a los que se avecinan.

Por lo cual a fin de mantener la vida y unidad plenaria de la Unión Cívica Radical en la cual F.O.R.J.A. ha nacido y vivirá, debemos llamar, como llamamos, a todos los radicales a trabajar por la rehabilitación de sus cuerpos representativos.

Se ha de ilustrar concretamente el criterio de todos con la revelación de los hechos y expectativas que definen el actual momento de la vida nacional, y para ello se citará nombres de personas y Estados sin los cuales la exposición de nuestra causa perdería la claridad necesaria para servir al juicio público. No nos mueve hacia esas personas y naciones, prevención ni desafecto.

F.O.R.J.A., al denunciar el carácter de la gestión del actual gobierno y la ineficacia de sus oposiciones parlamentarias, acusa a las autoridades de la unión Cívica Radical por mantener silencio ante la gravedad de los siguientes problemas:

1. Creación del Banco Central de la Republica y del Instituto Movilizador de inversiones Bancarias.
2. Preparativos para la Coordinación de Transportes.
3. Creación de Juntas Reguladoras de distintos ramas de industria y comercio.
4. Unificación de Impuestos Internos.
5. Tratado de Londres.
6. Sacrificio económico, impuestos al pueblo en beneficio del capitalismo extranjero.
7. Régimen de cambios.
8. Política petrolífera.
9. Intervenciones militares arbitrarias.
10. Restricciones a la libertad de opinión.
11. Arbitrios discrecionales en el manejo de las rentas públicas.
12. Sujeción de la enseñanza a organizaciones extranjeras.
13. Incorporación a la Liga de las Naciones.
14. Supresión de las relaciones con Rusia.
15. Investigaciones parlamentarias sobre armamento y comercio de carnes.
16. El crimen del Senado.
17. Aplicación de censuras previas a la expresión de las ideas.
18. Desviaciones de la justicia contra la libertad individual.

Todos los aspectos de la vida nacional que se pasa a examinar, demuestran que ya, se ha impuesto a la República una tiranía económica, ejercida en beneficio propio por capitalistas extranjeros a quienes se ha dado derechos y bienes de la Nación Argentina; y que, por las facultades extraordinarias que este congreso y los jueces han dado al Gobierno Nacional y por la supresión de derechos individuales, se ha echado las bases para establecer de inmediato una dictadura política que asegure y consolide aquella tiranía.

(Fragmento del manifiesto de fundación de FORJA)

Fuente: www.elhistoriador.com.ar
 


Paco Ibáñez - La poesía es un arma cargada de futuro


Historia y jurisprudencia argentina

Constitución nacional de 1949. Capítulo III

Derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura

37 – Declárense los siguientes derechos especiales:

I. Del trabajador
1. Derecho de trabajar - El trabajo es el medio indispensable para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo y de la comunidad, la causa de todas las conquistas de la civilización y el fundamento de la prosperidad general; de ahí que el derecho de trabajar debe ser protegido por la sociedad, considerándolo con la dignidad que merece y proveyendo ocupación a quien lo necesite.
2. Derecho a una retribución justa – Siendo la riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo humano, la comunidad deber organizar y reactivar las fuentes de producción en forma de posibilitar y garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado.
3. Derecho a la capacitación - El mejoramiento de la condición humana y la preeminencia de los valores del espíritu imponen la necesidad de propiciar la elevación de la cultura y la aptitud profesional, procurando que todas las inteligencias puedan orientarse hacia todas las direcciones del conocimiento, e incumbe a la sociedad estimular el esfuerzo individual proporcionando los medios para que, en igualdad de oportunidades, todo individuo pueda ejercitar el derecho a aprender y perfeccionarse.
4. Derecho a condiciones dignas de trabajo - La consideración debida al ser humano, la importancia que el trabajo reviste como función social y el respeto recíproco entre los factores concurrentes de la producción, consagran el derecho de los individuos a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo de su actividad y la obligación de la sociedad de velar por la estricta observancia de los preceptos que las instituyen y reglamentan.
5. Derecho a la preservación de la salud - El cuidad de la salud física y moral de los individuos debe ser una preocupación primordial y constante de la sociedad, a la que corresponde velar para que el régimen de trabajo reúna requisitos adecuados de higiene y seguridad, no exceda las posibilidades normales del esfuerzo y posibilite la debida oportunidad de recuperación por el reposo.
6. Derecho al bienestar – El derecho de los trabajadores al bienestar, cuya expresión mínima se concreta en la posibilidad de disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuadas, de satisfacer sin angustias sus necesidades y las de su familia en forma que les permita trabajar con satisfacción, descansar libres de preocupaciones y gozar mesuradamente de expansiones espirituales y materiales, impone la necesidad social de elevar el nivel de vida y de trabajo con los recursos directos e indirectos que permita el desenvolvimiento económico.
7. Derecho a la seguridad social – El derecho de los individuos a ser amparados en los casos de disminución, suspensión o pérdida de su capacidad para el trabajo promueve la obligación de la sociedad de tomar unilateralmente a su cargo las prestaciones correspondientes o de promover regímenes de ayuda mutua obligatoria destinados, unos y otros, a cubrir o complementar las insuficiencias o inaptitudes propias de ciertos períodos de la vida o las que resulten de infortunios provenientes de riesgos eventuales.
8. Derecho a la protección de su familia - La protección de la familia responde a un natural designio de individuo, desde que en ella generan sus más elevados sentimientos efectivos y todo empeño tendiente a su bienestar debe ser estimulado y favorecido por la
comunidad como el modo más indicado de propender al mejoramiento del género humano y a la consolidación de principios espirituales y morales que constituyen la esencia de la convivencia social.
9. Derecho al mejoramiento económico - La capacidad productora y el empeño de superación hallan un natural incentivo en las posibilidades de mejoramiento económico, por lo que la sociedad debe apoyar y favorecer las iniciativas de los individuos tendientes a ese fin, y estimular la formación y utilización de capitales, en cuanto constituyen elementos activos de la producción y contribuyan a la prosperidad general.
10. Derecho a la defensa de los intereses profesionales - El derecho de agremiarse libremente y de participar en otras actividades lícitas tendientes a la defensa de los intereses profesionales, constituyen atribuciones esenciales de los trabajadores, que la sociedad debe respetar y proteger, asegurando su libre ejercicio y reprimiendo todo acto que pueda dificultarle o impedirlo.

II. De la familia
La familia, como núcleo primario y fundamental de la sociedad, será objeto de preferente protección por parte del Estado, el que reconoce sus derechos en lo que respecta a su constitución, defensa y cumplimento de sus fines.
1. El Estado protege el matrimonio, garantiza la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad.
2. El Estado formará la unidad económica familiar, de conformidad con lo que una ley especial establezca.
3. El Estado garantiza el bien de la familia conforme a lo que una ley especial determine.
4. La atención y asistencia de la madre y del niño gozarán de la especial y privilegiada consideración del Estado.

III. De la ancianidad
1. Derecho a la asistencia - Todo anciano tiene derecho a su protección integral, por cuenta y cargo de su familia. En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer a dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos y fundaciones creados, o que se crearen con ese fin, sin perjuicio de la subrogación del Estado o de dichos institutos, para demandar a los familiares remisos y solventes los aportes correspondientes.
2. Derecho a la vivienda - El derecho a un albergue higiénico, con un mínimo de comodidades hogareñas es inherente a la condición humana.
3. Derecho a la alimentación - La alimentación sana, y adecuada a la edad y estado físico de cada uno, debe ser contemplada en forma particular.
4. Derecho al vestido - El vestido decoroso y apropiado al clima complementa el derecho anterior.
5. Derecho al cuidado de la salud física - El cuidado de la salud física de los ancianos ha de ser preocupación especialísima y permanente.
6. Derecho al cuidado de la salud moral - Debe asegurarse el libre ejercicio de las expansiones espirituales, concordes con la moral y el culto.
7. Derecho al esparcimiento - Ha de reconocerse a la ancianidad el derecho de gozar mesuradamente de un mínimo de entretenimientos para que pueda sobrellevar con satisfacción sus horas de espera.
8. Derecho al trabajo - Cuando el estado y condiciones lo permitan, la ocupación por medio de la laborterapia productiva ha de ser facilitada. Se evitará así la disminución de la personalidad.
9. Derecho a la tranquilidad - Gozar de tranquilidad, libre de angustias y preocupaciones, en los años últimos de existencia, es patrimonio del anciano.
10.Derecho al respeto - La ancianidad tiene derecho al respeto y consideración de sus semejantes.

IV. De la educación y la cultura
La educación y la instrucción corresponden a la familia y a los establecimientos particulares y oficiales que colaboren con ella, conforme a lo que establezcan las leyes. Para ese fin, el Estado creará escuelas de primera enseñanza, secundaria, técnico-profesionales, universidades y academias.
1. La enseñanza tenderá al desarrollo del vigor físico de los jóvenes, al perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y de sus potencias sociales, a su capacitación profesional, así como a la formación del carácter y el cultivo integral de todas las virtudes personales, familiares y cívicas.
2. La enseñanza primaria elemental es obligatoria y será gratuita en las escuelas del Estado. La enseñanza primaria en las escuelas rurales tenderá a inculcar en el niño el amor a la vida del campo, a orientarlo hacia la capacitación profesional en las faenas rurales y a formar la mujer para las tareas domésticas campesinas. El Estado creará, con ese fin, los institutos necesarios para preparar un magisterio especializado.
3. La orientación profesional de los jóvenes, concebida como un complemento de la acción de instruir y educar, es una función social que el Estado ampara y fomenta mediante instituciones que guíen a los jóvenes hacia las actividades para las que posean naturales aptitudes y capacidad, con el fin de que la adecuada elección profesional redunde en beneficio suyo y de la sociedad.
4. El Estado encomienda a las universidades la enseñanza en el grado superior, que prepare a la juventud para el cultivo de las ciencias al servicio de los fines espirituales y del engrandecimiento de la Nación y para el ejercicio de las profesiones y de las artes técnicas en función del bien de la colectividad. Las universidades tienen el derecho de gobernarse con autonomía, dentro de los límites establecidos por una ley especial que reglamentará su organización y funcionamiento.
Una ley dividirá el territorio nacional en regiones universitarias, dentro de cada una de las cuales ejercerá sus funciones la respectiva universidad. Cada una de las universidades, además de organizar los conocimientos universales cuya enseñanza le incumbe, tenderá a profundizar el estudio de la literatura, historia y folklore de su zona de influencia cultural, así como a promover las artes técnicas y las ciencias aplicadas con vistas a la explotación de las riquezas y al incremento de las actividades económicas regionales.
Las universidades establecerán cursos obligatorios y comunes destinados a los estudiantes de todas las facultades para su formación política, con el propósito de que cada alumno conozca la esencia de lo argentino, la realidad espiritual, económica, social y política de su país, la evolución y la misión histórica de la República Argentina, y para que adquiera conciencia de la responsabilidad que debe asumir en la empresa de lograr y afianzar los fines reconocidos y fijados en esta Constitución.
5. El Estado protege y fomenta el desarrollo de las ciencias y de las bellas artes, cuyo ejercicio es libre; aunque ello no excluye los deberes sociales de los artistas y hombres de ciencia. Corresponde a las academias la docencia de la cultura y de las investigaciones científicas postuniversitarias, para cuya función tienen el derecho de darse un ordenamiento autónomo dentro de los límites establecidos por una ley especial que las reglamente.
6. Los alumnos capaces y meritorios tienen el derecho de alcanzar los más altos grados de instrucción. El Estado asegura el ejercicio de este derecho mediante becas, asignaciones a la familia y otras providencias que se conferirán por concurso entre los alumnos de todas las escuelas.
7. Las riquezas artísticas e históricas, así como el paisaje natural cualquiera que sea su propietario, forman parte del patrimonio cultural de la Nación y estarán bajo la tutela del Estado, que puede decretar las expropiaciones necesarias para su defensa y prohibir la exportación o enajenación de los tesoros artísticos. El Estado organizará un registro de la riqueza artística e histórica que asegure su custodia y atienda a su conservación.

Domingo A. Mercante, Presidente
Mario M. Goizueta, secretario
Bernardino H. Garaguso, secretario

Fuente: www.elhistoriador.com.ar

Sección Constitución de 1949


Los gozos y las sombras

En 1982 una miniserie española hizo historia, su título “Los gozos y las sombras”, basada en la novela homónima de  Gonzalo Torrente Ballester. La historia se desarrolla en Galicia entre 1934 y 1936 (vísperas de la guerra civil) con las actuaciones de Eusebio Poncela, Charo López, Amparo Rivelles y Walter Vidarte entre otros. La miniserie completa consta de 13 capítulos. Cuaderno de la Ciencia Social te obsequia un fragmento del primero.



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ADN

Por Jorge Arcolía *

Esta es la historia simple
de un tipo sencillo.
un tano casi analfabeto
que sentía orgullo
por su gusto acriollado
por tango, asado y mate.
"Mi mujer es argentina,
mis hijos también.
Mi país es este."
decía sin advertir
que estaba confirmando
una cita de Jauretche.
"Patria es el lugar
en que reposa
la cuna de tu hijo".
Por voluntad propia
eligió argentinizarce
"Para votar a Perón"
según solía contarnos,
mas no fue fácil.
Le otorgaron
la libreta ansiada
durante el año 53,
el golpe posterior
lo puso en igualdad
con el resto de argentinos,
soportando ansioso
dieciocho largos años
de angustia y proscripciones.
No puso caños en la Resistencia
sí, habrá tomado parte
en cada huelga,
mostró su rebeldía
salvando del decreto absurdo
esa foto del Pocho
sobre el caballo pinto
y el disco de pasta
en el que Nelly Omar
cantaba "La Descamisada"
para nosotros solos
con el volumen bajito.
Lloró el día del retorno
y aquel 11 de Marzo,
el tano casi analfabeto
que coincidía con Jauretche
pese a no haberlo leído,
votando al tío Cámpora
cerró la historia simple
de su vida sencilla
y ese domingo fue feliz.
En tu recuerdo
a modo de homenaje
te agradezco viejo
el haberme transmitido
este ADN peronista
que llevo en la sangre.

11-3-2011

*Jorge Arcolía es columnista permanente del Cuaderno de la Izquierda Nacional, donde publicó su libro “Envar Cacho El Kadri, uno de los nuestros”, y es responsable de La columna del Nieto de Mordisquito


“Mujeres” fragmento del capítulo 1 del programa de canal Encuentro “La vida según Galeano”


Discurso de Hipólito Yrigoyen en defensa del petróleo nacional

Fuente: CLAPS, Manuel A, Yrigoyen, Buenos Aires, Biblioteca de Marcha, Colección los Nuestros, Montevideo, 1971.

Buenos Aires, 23 de septiembre de 1919. Al Honorable Congreso de la Nación:

“Los problemas de orden legal y económico que la explotación de los yacimientos petrolíferos suscita han merecido preferentemente atención por parte de los gobiernos, habiéndose llegado a concretar en fórmulas legislativas especiales los principios con arreglo a los cuales se ha considerado conveniente encauzar las exploraciones y explotaciones de dichas minas.”

“La ley nº 726 del 26 de agosto de 1875 estableció en su artículo 2º que el redactor de Código de Minería debía tomar como base para la confección de ese trabajo el principio de que las minas son bienes privados de la nación o de las provincias, según el territorio en que se encuentren.”

“El codificador, sin embargo, se apartó totalmente de ese principio y fijó el contrario al reglamento.”

“Esa omisión, si bien sancionada por el Honorable Congreso, resulta en la actualidad dañosa y perjudicial a los interese bien entendidos del país, desde que las conveniencias que tanto de orden fiscal como social se derivan de la utilización múltiple de ese combustible, reclaman la atención del estado.”

“Se reserva, pues, para el estado, en razón de la incorporación de estas minas de petróleo a su dominio privado, el derecho de vigilar toda explotación de esta fuente de riqueza pública, a fin de evitar que el interés particular no la malgaste, que la ignorancia o precipitación la perjudique, o la negligencia o la incapacidad económica la deje improductiva, para lo cual se adoptan en el proyecto disposiciones que fijan y garantizan un mínimo de trabajo y las formas convenientes de realizarlo.
Con el mismo concepto se ponen trabas a la posible acción perturbadora de los grandes monopolios.”

“Por la naturaleza misma de los yacimientos, no pudiendo constituir fuentes permanentes de provisión de combustible, desde que su existencia como tal es determinada dentro de un limitado número de años, estando además sujeta a una serie de circunstancias, se impone la intervención y participación del estado y su control en la forma y condiciones en que se manejan esos yacimientos para asegurar su racional explotación e impedir se apresure su agotamiento, y regular la producción y provisión de combustible, de acuerdo con las necesidades del consumo.”

“El estado como encarnación permanente de la colectividad tiene el derecho de obtener un beneficio directo sobre el descubrimiento de estas riquezas. A eso responde la participación que se reserva el estado en el producido neto y bruto de las explotaciones, en forma sin embargo que no reste estímulo al interés privado; tanto más cuanto la mayor parte de dicha participación se destina a servicios públicos, necesidades de la armada, de los transportes ferroviarios, marítimos y fluviales, etc., que resultarán en beneficio inmediato para los mismos y otra buena parte para fomentar el desarrollo de esta misma industria minera.”

“Para no incurrir en los errores que en otros países se han cometido al iniciarse las explotaciones, y a fin de aprovechar lo que en ellos se ha experimentado y para dictar una legislación lo más perfecta posible y adaptable a nuestro país ha sido menester estudiar con toda detención la solución de este importante problema, a fin de no sancionar leyes incompletas o defectuosas cuyo perfeccionamiento, derogación o aplicación traería trastornos o consecuencias perjudiciales para la economía nacional.”

“Era, además, indispensable tener una noción, aunque sólo fuera aproximada, de la importancia del yacimiento petrolífero, estudiar su forma más conveniente de explotación para su ubicación y arbitrar los recursos pecuniarios para llevar a cabo una explotación de cierta importancia.”

“La situación mundial del mercado monetario, del comercio y de las industrias extranjeras, a las que habíamos podido recurrir en los tiempos normales para desarrollar esta industria minera, no ha permitido intensificar la explotación petrolífera; pero cuando V. Honorabilidad, se imponga de los resultados obtenidos y del desenvolvimiento de las explotaciones petrolíferas particulares, se convencerá que difícilmente se hubiera podido hacer más durante la guerra mundial.”

“Después de haber estudiado las leyes que rigen las explotaciones petrolíferas en Estados Unidos, Rusia y Rumania, el Poder Ejecutivo ha llegado a la conclusión de que las que se han dictado en este último país, son las que más conviene adoptar para el nuestro, con algunas modificaciones.”

“En los tres capítulos de la ley que el Poder Ejecutivo somete a la consideración de Vuestra Honorabilidad se ha condensado cuál debe ser el régimen legal, técnico, económico y financiero de las explotaciones de las minas de petróleo, sin desconocer los derechos adquiridos bajo el imperio de las disposiciones del Código de Minería y dando lugar a que la iniciativa privada pueda contribuir al desarrollo de las explotaciones de esta riqueza natural, dentro de los límites prudentes y bajo ciertas condiciones.”

“De acuerdo con las previsiones adoptadas por otras naciones, se prevé la formación de reservas fiscales dentro de las regiones petrolíferas, cuyos resultados beneficiosos pueden descontarse ya, pues así el estado en el presente y en el futuro tendrá siempre en sus manos la producción directa de este valioso combustible y un medio eficaz para contrarrestar posibles perturbaciones de las compañías e intereses particulares.”

“Figura igualmente entre los conceptos que han inspirado el proyecto de ley a la par del fomento de las explotaciones particulares del petróleo, el propósito de fomentar las explotaciones de ese combustible, en aquellas zonas en que aún no ha sido descubierto.”

“El plazo acordado, muchísimo inferior que el que fija en general el Código de Minería, es uno de los medios de estímulo que comprende la presente ley.”

“Tales son, detalles aparate, los lineamientos generales de la iniciativa para la cual el Poder Ejecutivo se empeña en solicitar el estudio y empeño de Vuestra Honorabilidad.”

Hipólito Yrigoyen

Fuente: www.elhistoriador.com.ar


La obra de Benito Quinquela Martín con música de Astor Piazzolla


En busca de... Osvaldo Guglielmino, escritor (1)

(Entrevista publicada por La Opinión de Rafaela en Julio de 2010)

Defender el origen

Contar casi noventa años en una charla es muy difícil. Intentar una suerte de relato biográfico corre el riesgo de parcializar el extenso contenido. En esta amena conversación de LA PALABRA con el reflexivo hombre de letras podemos conocer historias, anécdotas, emociones y dolores de tantas décadas, aunque mucho haya quedado por mencionar.

LP - ¿Cómo nace su vocación por escribir?
O.G. - Cuando nací, la birome no existía, es un gran invento. Era el lápiz -al que había que sacarle punta- o la pluma. Hace poco estuve hasta en el lugar donde apareció todo esto. En la Escuela Nø 2 de Pehuajó -con casi 115 años- en pleno centro y tenía once años. Y recuerdo el salón donde estaba sentado en un asiento de adelante -me pasó como le suele ocurrir a mucha gente, como le pasó al gran Dante Alighieri- había faltado la maestra de otro curso, y trajeron a los chicos al mío. A mi lado sentaron a una rubiecita que me llamó la atención y no pude dejar de mirarla. Y sentí que algo pasaba dentro de mí. Era ese sentimiento nuevo, seguramente, a pesar de ser tan joven en que empieza la diferencia de los sexos en la vida, pero pleno de espiritualidad y belleza. No podía sacarle la mirada. Eso quedó prendido en mí. Yo vivía en la panadería de mi padre, un hermoso lugar que recuerdo con tanto cariño, toda la gente... No queda nadie allí pero la panadería sí. Las panaderías siguen existiendo en el mundo, es curioso, el pan nuestro de cada día está siempre en el mismo lugar. Y ahí en la tarde pensé -no sé por qué- voy a escribir sobre esto. Mi padre era un gran lector y me transfirió a mí todo esto y también lo fui de muy chiquito. Me puse a escribir y de pronto apareció un poema que no me lo había propuesto. Por eso digo que el que es poeta no va a la poesía, la poesía viene a uno, aparece de pronto. De dónde no sé, pero aparece sola. A todo el mundo le llamó la atención y a mí también. Y siguió así la cosa. Y fue aquello una especie de posesión de la poesía por mí y el gusto mío por escribir. Lo más curioso es que a los trece años apareció el primer soneto, pero perfecto, en decasílabos. Y seguí escribiendo. A los catorce ya era una necesidad la poesía. Pero aquellos poemas míos, sonetos de amor a esa rubiecita que no sé si la volví a ver alguna otra vez, y todo eso me duró hasta los dieciocho años. Seguí escribiendo y todo se transformó en poesía. El 26 de mayo pasado fui a Pehuajó porque la directora de la Escuela me invitó para hacerme un homenaje. Fui con amigos gerontes como yo. Hablé, les hice un poema y pedí ver el aula donde hice tercer grado. Hacía ochenta años que no entraba, resultó más chica de lo que yo creía pero fue una gran emoción, me acordé de tantas cosas...

LP - Los géneros en los que incursionó escribiendo su obra.
O.G. - Empecé con la poesía, con el libro "Preludio", después salió otro que se llamaba "24 horas". Estudié el bachillerato en Pehuajó. A los veinte años me fui a estudiar a La Plata, profesorado en Letras y Ciencias de la Educación. Ahí me encuentro con un certamen "Canto a la ciudad de La Plata". Mandé dos poemas y fueron los únicos premiados. Me entregó los premios Ezequiel Martínez Estrada y tomándome de los brazos me dijo: "Guglielmino usted ha descubierto una veta poética, ahonde en ella". Entonces escribí siempre metido en el paisaje del interior que era el paisaje de mi espíritu también, como debe ser el suyo vinculado al interior y demás, el país uno lo quiere y lo siente en el lugar donde vive realmente. Para mí, mi lugar es aquel de Pehuajó, "mi punto de vista" decía Jauretche. Mi punto de vista de mirar el mundo. Con el tiempo escribí cuentos, novelas, y fue el momento de la prosa y el periodismo.

LP - Usted habló de "adentrismo"...
O.G. - Hablé de "adentrismo" cuando publiqué la primera versión de "Juan sin ropa" en 1949. Es decir que el país -el hombre- necesitaba escribir desde dentro de uno mismo y dentro de su paisaje en el que vivía. Este es el gran sentido de la literatura universal: hablar de lo que uno está viviendo y no de un mundo que no conoce. La vida es igual en todos lados, vale lo mismo la vida humana en todos lados y no tiene por qué valer menos la vida del que vive en el campo. Toda vida tiene su valor y su valor cultural.

LP - Las novelas vinieron después...
O.G. - Entonces escribí la primera novela que se llamó "Estero profundo" que era sobre la ciudad Nueva Plata que fundó Rafael Hernández, el hermano de José. Me fue muy bien en todos los aspectos. No hice más que recoger lo que había pasado ahí con el desalojo violento de los colonos por los intereses imperialistas que compraban y compraban y aparecían así las grandes estancias de franceses e ingleses. Tenían tanta extensión de campo. Había un campo -y con una naturalidad lo tomábamos nosotros- que le llamaban "el campo de los pobres", pero se da cuenta! Dividida en chacras, tenían que pagar por mes una cantidad de pesos. Y cada vez peor, estamos hablando de la década del '30 cuando la gran crisis internacional. A Rafael Hernández le interesaba que la gente fuera propietaria y a su campo lo había dividido y se lo daba a pagar mensualmente. Muerto Hernández, no se sabe por qué intereses ese campo lo compra un solo propietario y empieza a echar a la gente a la calle. Fue un drama social increíble. Y termina todo así. Queda todo deshabitado. Ahí está el monumento a Rafael Hernández que hizo su propio hijo, gran escultor, que dicen fue compañero de Lola Mora.

LP - Le dedicó un trabajo a Rafael Hernández también...
O.G. - Yo vivía en Pehuajó cuando empecé a escribir sobre los Hernández y en el año '54 publiqué el libro "Rafael Hernández el hermano de Martín Fierro", porque un día apareció un pariente y me dijo: "mi abuelo Rafael, hermano de José fue un hombre muy importante, era el que había fundado Pehuajó, y le había puesto los nombres a las calles de Pehuajó que es la única ciudad del mundo que tenían nombres de poetas todas las calles y la primera biografía de su hermano José la escribió él. Mire la autoridad que tiene.

LP - ¿Qué cuentan los nombres de las calles?
O.G. - Mirando las placas, al lado de donde yo vivía estaba la calle de Pantaleón Rivarola. Cómo encontré no sé, pero publiqué "Pantaleón Rivarola y las atroces invasiones inglesas" porque era un sacerdote en la época de 1806 y él participa cuando los ingleses toman Buenos Aires. Su trabajo se divide en dos partes: la invasión y la reconquista. El escribe en verso. Como poeta, más o menos, pero tiene algunos logros. Lo publiqué con un comentario previo contando todo esto y por qué. ¡Mire qué cosa curiosa este hombre, los nombres que da, las acciones violentas que nadie las cuenta! Porque en aquel día, dice, la matanza de niños, de mujeres, de sacerdotes, ¡esto hizo que el pueblo reaccionara! ¿Por qué no dicen eso? El pueblo reacciona y los vence y les tira con aceite caliente por las barbaridades que habían hecho los ingleses. Los ingleses siempre nos hicieron barbaridades. ¿O no lo hicieron con las Malvinas? Y sigue habiendo una invasión de tipo cultural.

LP - Sus actividades como docente en la promoción del teatro.
O.G. - En teatro hacíamos transposición de género. Era un invento. Hacíamos hablar al personaje. Cuando hacíamos eso, elegíamos los que mejor leían. Los elegían sus compañeros. Memorizaban sus partes. Salimos del aula, lo llevamos a un teatro. Lo hicimos con Don Segundo Sombra. Con el tiempo me enteré que lo seguían haciendo y para mí fue notable enterarme estando en Buenos Aires cuando me lo contó un inspector de enseñanza destacando el trabajo de un grupo de chicos de Pehuajó.

LP - La función pública.
O.G. - Era muy amigo de José María Castiñeira de Dios. Yo vivía en Pehuajó. Quería salir de allí porque era tal la oposición radical que cuando me ofrecen venir Buenos Aires con un cargo en cultura, lo acepto. Acabábamos de perder un hijo de quince años, un gran dolor interminable de la vida. No aguantaba ni la casa, en Pehuajó. Me ofrecen el cargo de director de Ediciones Culturales Argentinas. Empecé a publicar una serie de cosas, seguí escribiendo, dando conferencias. Y sobre todo hice lo que nadie había hecho, abarcar todo el país, con un proyecto para publicar provincia por provincia. Venían los grandes escritores de Buenos Aires a pedir que les publique su obra y les decía que no porque ellos tenían a todas las editoriales para hacerlo y los de las provincias no, y eso era lo que me interesaba a mí. Imagínese los enemigos que tuve. Pero siempre había golpes militares. Era entre un golpe y otro sucedía todo eso.

LP - Después fue Subsecretario de Cultura de la Nación.
O.G. - En ese tiempo hice teatro y dividí el país en siete regiones para que los autores escribieran sobre cualquier tema, pero de la región. Se hacían certámenes, al final, los que ganaban se venían al Teatro Cervantes y el jurado les daba el premio a la mejor obra y a los mejores intérpretes. Pero con los golpes militares desaparecía todo, más lo que tenía sentido nacional.

LP - Síntesis a los casi 90 años de edad.
O.G. - Somos uno de los más grandes países del mundo en muchos aspectos. En extensión, en climas, en recursos. Es decir, Dios nos puso a vivir en un territorio de una riqueza formidable, tanto de la tierra como del mar. Por eso nos siguen asediando, por eso los ingleses nos quitaron las Malvinas. Mi última obra de teatro se llama Malvina Vernet, no se ha publicado todavía. El día que la publique podemos hacer un acto en Rafaela. ¿Por qué los ingleses toman Malvinas? Y... ¡por lo que va a venir después! Porque de ahí al Polo ellos dominan todo. Por eso lo quisieron siempre. Tomé todo lo que escribió María Sáez de Vernet, esposa del primer gobernador argentino de las islas, Luis Vernet.

Osvaldo Guglielmino textual

Hablando del Martín Fierro

"Fui a una librería para niños, me encontré con muchos cuentos extranjeros. No sé por qué tenemos que importar los cuentos infantiles. ¡Pero por favor! Creémoslos si no los tenemos. El país es realmente un país importante cuando tiene su propia cultura en todos sus aspectos. Porque si no, no es un país, no tiene una cultura y no constituye una unidad realmente como tiene que ser. Es la gran soberanía. La cultural. Por eso adoro a Hernández con su Martín Fierro y a todos los que han escrito las cosas del país, y extrayendo las cosas de acá. Siempre lo hice así. Por algunos años, no tuve de profesor a Alejandro Korn, el gran filósofo, y leyendo sus obras encuentro que no fue Leopoldo Lugones el que en 1913 destacó el valor del Martín Fierro. El primero y un año antes fue Alejandro Korn que dice: acá se habla de literatura, todos se creen que escriben, todos imitan a fulano, todos europeos, y nosotros ¿qué somos? Yo creo, dice, que lo único auténticamente nuestro que hay hasta ahora acá es el Martín Fierro de José Hernández. Lo dice en 1912. Los dos tienen su gran importancia, su gran mérito. Pero fíjese, Hernández muere en 1886 desconociendo lo que iba a pasar con su Martín Fierro y habiendo él mismo publicado el librito. El llevaba los libros al campo. Los paisanos lo sabían de memoria. Siempre en el boliche había un Martín Fierro, y cuando llegaban pedían por favor que le lean el Martín Fierro. Increíble. Le decían "el libro". Un amigo escritor santafesino me contó que se habían quedado empantanados y un paisano los sacó. Cuando le preguntaron cómo podían agradecerle les pidió un favor: "¿podrían venir hasta mi rancho?". Los invitó con mate y se vino con un pañuelo bataraza, lo abrió y sacó el Martín Fierro. Y les dijo: "¿no me harían la gauchada de leérmelo?". ¡Qué increíble! Es emocionante.

Martincito Fierro

"Volviendo a mi visita a la librería... se me ocurrió, no sé, será por esa inveterada posición mía que amo tanto lo nuestro, lo nacional y popular que es lo que me interesa, que es lo más arraigado y auténtico. Se me ocurrió y pedí un Martín Fierro para niños. La vendedora me dijo: "¿qué es eso?". ¿A no? -dije- va a existir. Me fui para casa y me puse a escribir Martincito Fierro. Es el nieto de Martín Fierro que está en el campo y va contando las pequeñas cosas que va viendo, hasta que aparece otro chico que es nieto del Sargento Cruz. Y así sigue la historia. Se editó y está ilustrado por Walter Gómez."

La educación en Argentina

"Estoy un poco alejado de eso, se imagina. Hace muchos años que dejé. Pero lo que creo que en educación, no solamente hay que meterle cosas al chico sino hay que extraer de él los valores que el chico tiene. Esta es la verdadera misión del educador, ver cómo son esas criaturas, auspiciarlas y alentarlas. Esto lo vi haciendo teatro con chicos humildes y resultaron grandes intérpretes. Salieron de adentro de ellos mismos. Y estaban allí totalmente apocados, ensimismados. Es una gran tarea hacer que el espíritu del chico se desarrolle. Sus capacidades naturales que él trae. Esta es para mí la función más importante de la enseñanza. No meter tanto conocimiento. Meterlos, pero también fortalecer la parte espiritual y anímica e intelectual de chico haciéndole ver que él es capaz de hacer cosas, no solamente de recibir. Es decir, no es un ente pasivo, sino activo, porque la vida lo va a hacer actuar en cualquier aspecto y el país necesita gente activa, y mentalmente activa y culturalmente capacitada. Es muy difícil."

EL INDIO JUAN (2)

Por Osvaldo Guglielmino

¿Quién lo recordará si apenas era
una triste sonrisa en el paisaje,
un silencio lejano, un personaje
de la pampa olvidada y su frontera?

Nunca pudo vivir de otra manera
que aquella de su tierra y su lenguaje,
el que brotaba de su amor salvaje
perdido en la ciudad que lo rindiera.

El Indio Juan anduvo en nuestra infancia
callado, en soledad, como rastreando
el invadido rumbo del pasado.

Porque él estaba siempre en la distancia
donde su gente andaba galopando
más allá del malón civilizado.

Osvaldo Guglielmino (1921) es poeta, novelista, dramaturgo y ensayista. Hombre profundamente preocupado por la realidad de su país, no dejó de indagar en sus raíces más profundas en ninguna de sus obras, sean éstas poemáticas o narrativas. Discípulo de Arturo Jauretche, muy pronto aprendió de éste la militancia literaria. "Ha cultivado siempre lo que llamó 'adentrismo', sin que esto significara rechazo a lo foráneo. Se trata más bien de una reinvindicación legítima de esa relación de pertenencia que ha sido una constante del escritor latinoamericano, sin ignorar que existen excepciones. [...] Pues bien, Guglielmino es como los árboles, y sin rechazo de ninguna cultura, ha buscado adentrarse más y más en lo propio, comprendiendo su historia, iluminando sus personajes, recreando las tradiciones de los suyos" decía de él la poeta y escritora Graciela Maturo, en 1995. De su extensa obra poética se citan: "Preludio", "Mensaje", "Ida y vuelta de Juan Sin Ropa", "Sonetos y canciones del desierto", "Esta heroica memoria de la tierra", "La epopeya nacional y popular" (3).

(1) Fuente: http://www.laopinion-rafaela.com.ar/opinion/2010/07/29/u072903.php

(2) (3) Fuente: http://decidor.blogspot.com/2006/12/osvaldo-guglielmino.html


Biografía de Farabundo Martí


Audio Rodolfo Kusch

Rodolfo Kusch en Radio Nacional en 1963. Exposición acerca de su libro “El Pensamiento indígena americano” en el programa radial Taller de la Palabra, Radio Nacional, Argentina.


Rodolfo Kush en Radio Nacional (1963). Exposición acerca de su libro El Pensamiento indígena americano en el programa radial Taller de la Palabra, Radio Nacional, Argentina.

Günter Rodolfo Kusch (Buenos Aires, 25 de junio de 1922 - 30 de septiembre de 1979), obtuvo el título de Profesor de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires. Realizó profundas investigaciones de campo sobre el pensamiento indígena y popular americano como base de su reflexión filosófica. Además escribió varias obras teatrales y una amplia colección de artículos y conferencias sobre estética americana. El tango fue uno de sus temas predilectos.

En 1989 fue homenajeado por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, considerándolo:
"... uno de los pensadores más importantes no sólo de la Argentina sino de América, considerado por algunos un "maldito" más, de esos que pueblan nuestra historia y cultura, y por ello silenciado y negado por los cenáculos de la cultura oficial...”

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Rodolfo_Kusch


Los murales de Diego Rivera (1886-1957)


    

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