El 21 de marzo de 1975,
en pleno gobierno democrático de Isabel Perón, grupos parapoliciales
de la Triple A secuestraron a nueve militantes, la mayoría
de la Juventud Peronista, en Lomas de Zamora. Los fusilaron
y posteriormente dinamitaron sus cuerpos en un baldío de
José Mármol, en Almirante Brown, en la zona sur del Gran
Buenos Aires. la masacre formó parte de un plan sistemático
de aniquilamiento de las fuerzas progresistas, continuado
y llevado a su máxima expresión por la dictadura militar
genocida a partir del 24/03/76.
El 21 de marzo de 1975 a las 21.30 hs, ocho vehículos, varios Ford Falcon
color gris, otros negros, también Torinos blancos, frenaron intempestivamente
en la calle Donato Álvarez, a escasos metros de la Avenida Pasco, en
el barrio San José de Temperley. Algunos autos llevaban balizas sobre
el techo, al igual que los utilizados por la policía, otros traían valijas
sobre el portaequipajes. Los automóviles transportaban entre quince
y veinte personas de civil con capuchas negras. Llamativamente, uno
llevaba una máscara de carnaval y otros dos la cara descubierta.
Sobre la calle Donato Álvarez, la gente de la zona solía acudir al Bar
El Recreo, porque también funcionaba como almacén, aunque fundamentalmente
como lugar de encuentro de parroquianos. Lo atendía Don Pascual, un
italiano que decía haber hablado con Perón. Esa noche de verano la rutina
del boliche se vio interrumpida por la entrada inesperada, violenta
de los encapuchados. Llevaban armas largas y cortas de distinto calibre,
entre ellas itakas, pistolas y ametralladoras que usaron para apuntar
a Don Pascual y al mozo, Luis Ortiz, los amenazaron de muerte, gritaban
preguntando por Lencina, lo miraban al mozo Luis Ortiz. El concejal
no estaba allí, fue la respuesta del empleado, por eso arremetieron
con ráfagas de ametralladoras sobre las paredes, el mostrador, la estantería,
la heladera del establecimiento, mientras rompían mesas y sillas. Pero
antes de retirarse robaron relojes, dinero y otros objetos de valor
a los presentes. También según el parte policial de la época se apropiaron
de un colectivo.
Héctor Lencina, Coca, y Alejandro, el hijo de ambos vivían en Donato
Álvarez 47, justo al lado del bar. Un largo pasillo conducía al departamento
del concejal.
Esa tarde, Hugo Sandoval y Héctor se habían encontrado. Ellos compartían
mucho tiempo juntos, actividades, reuniones, asambleas. A veces la gente
les cambiaba el nombre para señalar desde el humor la entrañable amistad,
casi simbiótica que los unía. Esa tarde se habían abocado a los quehaceres
propios de sus cargos, ya que ese día no había sesión en el Concejo
Deliberante. Terminada la tarea, se separaron.
Estaba oscureciendo cuando Héctor decidió invitar a otro compañero,
Aníbal Benítez, cafetero del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora
y a su esposa a cenar en su casa. El matrimonio llevó a la bebita de
ambos, recién nacida. La idea era reunirse para mirar un partido de
fútbol. Jugaba Independiente y Chacarita, lo televisaban. Aníbal y Héctor
aprovecharon el momento de distensión para ver el partido, los acompañaban
Gloria, la esposa de Aníbal Benítez, Cristina Rapari y Alejandro Lencina.
Cristina Rapari cuidaba al niño de sólo 4 años cuando Coca Rapari se
ausentaba.
La tranquilidad doméstica fue interrumpida por unos hombres con máscaras
que ingresaron violentamente en Donato Álvarez 47, se apoderaron del
edil y de su amigo Aníbal Benítez, los introdujeron por la fuerza en
uno de los autos, mientras otros revisaban el departamento buscando
papeles, información que se llevaron. Destruyeron casi totalmente el
lugar, luego arrojaron bombas incendiarias. Durante la gran confusión,
Cristina Rapari, tía de Alejandro, lo tomó fuertemente y junto a Gloria
Benítez corrieron para resguardarse de la lluvia de balas que se había
desatado dentro de la vivienda. Un rato antes, Cristina había forcejeado
con los captores, decididos a llevársela. Se salvó porque uno de ellos
gritó que no era Coca Rapari, a quien buscaban.
En esos días Hilda Coca Rapari de Lencina debía viajar a Córdoba y resultaba
necesario organizar una reunión política con los militantes de la zona.
Había que conseguir una casa para el encuentro y Chavella (militante
de la JP desaparecida) era la encargada, pero cuando llegaron a Pasco
y Santa Ana, Chavella le informó que no había logrado dar con una casa.
Eso la preocupó mucho, porque debía viajar y no podía levantar la reunión,
para colmo un miedo terrible se había apoderado de ella. Le confesó
a Claudia Istueta (militante-desaparecida de la JP) con quien caminaba
hacia la casa de Mirta Musante (militante-desaparecida de la JP) el
feo presentimiento que tenía, de que algo malo iba a ocurrir. Al rato,
de vuelta al hogar, Coca tomó el colectivo y decidió bajar unas cuadras
antes de Donato Álvarez para observar si la seguían, porque esa era
la consigna que usaban para protección propia y de los familiares. Esa
noche, de regreso le pidió a Claudia Istueta que la acompañara hasta
la barrera de Pasco y Caaguazú porque se sentía aterrorizada. Eran las
10 hs. de la noche y Pasco era un caos, se veía un gran embotellamiento
de autos. Presa de la desesperación comenzó a correr y cuando estaba
llegando, algunos de los vecinos le dijeron que no fuera a su casa porque
aparentemente unos ladrones habían entrado. Desde donde estaba escuchó
tiros y no tuvo dudas de que se trataba de la AAA.
El
material reproducido en esta sección pertenece al libro
Masacre de Pasco de la docente e investigadora
Patricia Miriam Rodríguez Heidecker, cuya exhaustiva
investigación corrigió datos históricos erróneos sobre aquellos
sucesos que los medios de difusión, incluido este sitio,
reprodujeron durante décadas, ante la carencia de una información
completa y rigurosa. Agradecemos la generosidad de la autora
tanto por el contenido de texto como gráfico y animamos
a los lectores e interesados a leer el libro completo, que
puede conseguirse, entre otros sitios, en la
Librería de las Madres, Hipólito Irigoyen 1584, Buenos
Aires.
Coca seguía avanzando por
Pasco, aunque en realidad quería escapar por miedo a lo que iba a encontrar
y a la altura de Pasco al 4600, justo donde estaba ubicada la Unidad
Básica 22 de agosto vio a la caravana de la AAA detenerse.
Más tarde los vecinos le contaron que la patota entró tiroteando con
ametralladoras y gritándole a Héctor que se entregara o sino mataban
a Alejandro. En un principio, había logrado escapar por el techo, ya
que la parte de atrás de la casa no estaba cercada, pero cuando escuchó
que amenazaban con matar a Alejandro decidió entregarse.
Mientras los vecinos llamaban
a los Bomberos Voluntarios de Bernal que al poco tiempo acudieron para
extinguir las llamas, sin resultados, porque no lograron evitar la destrucción
de la vivienda; la patota se detenía en la avenida Pasco al 4600 donde
vivía la vicepresidenta del Concejo Deliberante, Irma Santa Cruz. La
misma metodología de barbarie se repitió en todos los casos, los parapoliciales
ingresaron violentamente, destruyendo puertas, ventanas. Allí capturaron
a Héctor Flores, ex-secretario de la concejal Irma Santa Cruz, lo obligaron
a ingresar a uno de los automóviles, mientras el resto del grupo revisaba
la casa y se llevaba documentación y varios objetos de valor. Héctor
Flores pertenecía a la agrupación “Patria soberana” de Osvaldo Mércuri.
Militaba en el barrio Los Pinos de LLavallol, había participado y organizado
sucesivas marchas al Ministerio de Bienestar Social, cuya autoridad
máxima era El Brujo López Rega con el propósito de conseguir las escrituras
de los departamentos.
Esa noche, Héctor Flores
había sido convocado a una reunión en el barrio San José, no estaba
organizada de antemano, recibió un llamado en la casa de su madre a
último momento. Flores había sido el secretario de Irma Santa Cruz hasta
diciembre de 1974, estaba en la casa de ella cuando irrumpió la patota.
Intentó escapar, defenderse, pero se entregó sin oponer resistencia,
porque temía por la vida de Héctor Ricardo, su hijo mayor, quien lo
acompañaba y a quien tenían de rehén. La banda de la Triple A amenazó
a Flores con matar al niño. Esto motivó la entrega sin resistencia.
Padre e hijo se cruzaron cuando liberaron al muchacho quien comenzó
a correr mientras escuchaba los tiros. El niño estuvo gran parte de
la noche dando vueltas por Donato Álvarez. Pasaron más de treinta años
y aún persisten, en su cabeza, imágenes traumáticas de aquella noche.
Héctor Ricardo no habla, sólo gesticula. Los hermanos Flores viven en
el mismo barrio de la infancia, pero ni remotamente se comunican, el
horror los fragmentó.
A continuación, la banda armada se dirigió a las calles Sargento Fariña
y Pasco, al lado del departamento de Irma donde funcionaba hasta hacía
unos pocos meses atrás, la Unidad Básica 22 de agosto, un lugar emblemático
para la Tendencia Revolucionaria de San José, porque desde allí se centralizaban
las actividades políticas de la zona. Los hombres encapuchados revisaron
minuciosamente el local, secuestraron documentación y luego lo ametrallaron.
La caravana de automóviles se puso en marcha por la avenida Pasco y
desde uno de los autos abrieron fuego contra un automóvil Rambler, año
1963 con patente oficial y una inscripción que rezaba “Vicepresidente
del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora”, propiedad de la concejal
del FREJULI, Irma Santa Cruz.
Otras
obras de la autora
La osadía de construir
poder popular. Este trabajo recopila testimonios de
diferentes actuantes-protagonistas del proceso político,
cultural y social de Lomas de Zamora durante las décadas
del 60-70. Rearma la trama social en los diferentes espacios
donde se resistía al poder hegemónico: los barrios, la Universidad,
las Fábricas, las Escuelas; todos estos, escenarios en donde
se reprodujeron los acontecimientos acaecidos a nivel nacional.
La compilación se enmarca en un breve relato del clima político
vivenciado en el resto del mundo: las luchas por la liberación
que encuadraron los sucesos históricos más importantes de
aquel tiempo en nuestro país, en nuestra localidad. Reconstruye
las identidades y las especificidades del tejido social
y local que se fueron organizando a partir de las necesidades
básicas insatisfechas como el asfalto, la luz eléctrica,
el agua corriente. Rearma el proceso que partió del vínculo
con el otro en la cuadra, la Sociedad de Fomento, la Iglesia,
la Fábrica, la Escuela y que derivó hacia la toma de posiciones
políticas definidas. Refleja cómo la participación desde
lo colectivo hizo posible la construcción de un sujeto social,
con una identidad propia que fue creciendo al amparo de
las luchas que cuestionaban el orden desigual e injusto,
pero también las relaciones cotidianas familiares, escolares,
religiosas, de pareja. También recupera, a través de testimonios,
las identidades silenciadas de los compañeros secuestrados-desaparecidos
de Lomas de Zamora
Por último plantea la idea de que la memoria no tiene olvido,
reaparece cuantas veces es clausurada y negada. Tampoco
es única, porque los recuerdos son pequeños y contrapuestos
fragmentos de la realidad, por lo tanto propone el desafío
de juntar esos fragmentos desde la diversidad, haciendo
una sincera evaluación a partir de interrogar al pasado
desde el presente.
Las
ideas no se matan
Recopila la historia de los
desaparecidos de Temperley, en el sur del Gran Buenos Aires,
a través del testimonio de familiares y amigos.
“Todas las tardes, después
de que llegaba de su trabajo, y aun jubilado salía a la
puerta, arreglaba el jardín. Esa era su costumbre. En el
atardecer del 21 de marzo del ’75 mi papá se dirigió a la
puerta, como siempre, y pudo ver cuando llegaron varias
personas en distintos autos, entraron en el baldío de la
calle Santiago del Estero y Amenedo, y arrojaron las bombas
que fragmentaron los cuerpos de aquellos que fueron secuestrados
y muertos por la Triple A en la llamada Masacre de Pasco.
A partir de ese momento, mi papá fue perseguido aún más.
Venía a casa lastimado. Ellos simulaban que lo asaltaban
en el colectivo.” Este es uno de los relatos que forman
parte del primer libro de Patricia Rodríguez, Las ideas
no se matan, que concentra cerca de 50 historias de militantes
y referentes sociales y políticos desaparecidos que fueron
protagonistas de la historia de Temperley, en el sur del
conurbano bonaerense, durante el Proceso. Muchos de ellos
perdieron la vida durante la Masacre de Pasco o fueron integrantes
de la División Perdida del colegio ENAM.
Más información
Ya había muestras de sobresalto
entre los pobladores de la zona. Varios salieron de sus viviendas para
averiguar qué estaba ocurriendo, mientras otros observaban cautelosos
detrás de las persianas. Según testigos, los terroristas, a punto de
pistola obligaron a varios de los vecinos a despejar la calle y permanecer
dentro de sus casas.
Mientras tanto, en el Concejo Deliberante, esa noche se iba a presentar
en sesión ordinaria, el proyecto de Ley: “Ampliación del cementerio
municipal” cuyo autor Jorge Infantino del Partido Federal proponía utilizar
las dieciséis hectáreas del Campo Tongui para crear un cementerio similar
al de la Recoleta,, cobrando honorarios por su uso y paralelamente,
el cementerio municipal tradicional, gratuito. Carmelo Pellegrini, concejal
por la UCR, en cambio planteó trasladar el cementerio a Garibaldi al
3000. Calabró, el gobernador había cedido el alambre perimetral, la
vereda y se le pediría la extensión del agua corriente para concretar
alguno de los dos proyectos. Sin embargo, Sandoval, concejal de la JP
recuerda que ese día no hubo sesión en el Consejo Deliberante.
Duhalde quería tratar el tema según relata Infantino, pero hacía falta
un concejal, así que Julio Sibara (Subsecretario del Concejo Deliberante)
fue a buscar a Irma Santa Cruz, porque hacía falta dar quórum. Alrededor
de las 20.00 hs de la noche la había ido a buscar. En su casa se habían
quedado Héctor Flores y su hijo junto a la hija, el yerno y la nieta
de Irma, mirando un partido de fútbol. Cuando regresó de la sesión en
el Concejo Deliberante, cerca de la medianoche, vio su auto corrido
de lugar, en el carril de enfrente y pensó: “Mi yerno corrió el auto”.
Julio Sibara la acompañaba y ni bien se iban acercando vieron el coche
totalmente baleado, las gomas desinfladas, las ventanas rotas. Cruzó
la calle, se dirigió a abrir la puerta de su casa, mientras Julio Sibara,
le decía que no lo hiciera. La hija de Irma vivía en una casa que colindaba
por el fondo con la suya, allí no encontró a nadie, tampoco en la calle
ni en su casa. A eso de la 23.00 hs fueron con Julio a la comisaría
que estaba cerrada, los atendieron por una ventanita. Luego los hicieron
ingresar y se encontraron con el padre de los hermanos Díaz y un hijo
de éste. El Sr. Díaz les preguntó:
-¿Ustedes vienen por lo mismo?
-¿Lo mismo qué…?- contestó Irma
-Por los chicos que se llevaron-agregó el Sr Díaz
-Yo no sé nada-respondió la concejal
-Se llevaron a Lencina, Flores, Germán, mis hijos-aclaró el Sr Díaz
Irma estaba preocupada por
su hija, porque no la había visto.
Le pidió a Julio que la
acompañara hasta su casa y un policía le sugirió que mejor no fuera,
porque quizás todavía estaban ahí. Entonces les exigió a los policías
que le dieran una custodia para su casa. Le contestaron que no había
policías porque todos estaban afectados a la Masacre.
Julio e Irma regresaron a la casa. Ella le pidió a Julio que caminaran
juntos hasta la casa de los padres de su yerno, pensando que quizás
se habían refugiado ahí, pero el padre les dijo que no sabía nada, que
sólo había escuchado tiros.
Posteriormente se dirigieron a la casa de Coca, en Donato Álvarez. Allí
vieron mucha gente agolpada y muchos policías. Entró al domicilio de
Coca y observó pasmada todo el desastre que habían hecho, habían baleado
la heladera, la cocina, prendieron fuego a toda la casa. Cuando salió
alguien le avisó que su hija estaba con Doña Teresa, la vecina de enfrente.
Rápidamente se dirigió hasta la casa de su vecina, se reencontró con
su hija quien le contó que se habían llevado a Flores y que la patota
pretendía que su yerno los transportara en el auto, pero como no pudo
manejar, porque estaba muy nervioso, lo dejaron. Contó que se presentaron
como policías, estaban algunos encapuchados, llevaban el pelo corto,
eran muy grandotes. Revisaron toda la casa, los obligaron a acostarse
boca abajo en las camas. Cuando golpearon la puerta, Flores tenía un
revólver arriba del televisor y en el momento de abrir la puerta portaba
el arma en la mano, pero lo agarraron igual. Cuando la banda terrorista
se retiró, Doña Teresa les ofreció su casa para resguardarse y para
que estuvieran seguros.
Al rato, Irma partió con Sibara hacia la casa de Sandoval, concejal
de la Juventud Peronista, porque debía avisarle lo sucedido.
La siguiente etapa de la
cadena de secuestros fue una finca ubicada entre las calles Lules y
El Hornero, allí se apoderaron de los hermanos Alfredo Díaz y Rubén
Eduardo Díaz de 18 y 16 años, respectivamente, los que pasaron a engrosar
el contingente de cautivos dentro de los automóviles.
También introdujeron en los vehículos a Pedro Rubén Maguna y Germán
Gómez donde ya se encontraban Lencina, Benítez y Flores.
Del mismo modo, los terroristas derribaron la puerta de entrada de la
casa de Germán Gómez, se apoderaron de papeles, publicaciones y otros
objetos. Luego destruyeron los muebles y artefactos domésticos con ráfagas
de ametralladora antes de abandonar la vivienda.
Esa tarde del 21 de marzo, casi de noche, los Díaz habían organizado
un asado en la casa de Germán Gómez. Había un partido de fútbol y decidieron
ir a verlo a la casa de Germán, el padre de los Díaz, los hermanos Díaz
y Puchero. Todos eran del barrio, se conocían casi de la niñez.
Esa noche, el mayor de los Díaz se había retirado de la reunión por
unos segundos, porque había ido a saludar a su cuñado que había venido
de Florencio Varela a visitarlos. La casa de los Díaz quedaba a unas
pocas cuadras de la vivienda de Germán, casi a la vuelta, en el trayecto
escuchó disparos. En el momento en el que regresó a la casa de Germán,
durante el camino, un vecino lo tironeó y lo introdujo en su casa. El
hombre había presenciado el operativo en la cuadra y su intención era
resguardar a Díaz. Ya a salvo, dentro de la vivienda del vecino, observó
detrás de la ventana cómo pasaban militares que vestían uniforme de
gendarmería controlando los movimientos en el barrio. También vio a
gente de civil como parte del operativo y escuchó ruidos de sirenas,
iguales a las que usaba la policía.
Con posterioridad se enteró que en ese ínterin en el cual estuvo ausente,
sus hermanos Alfredo y Eduardo regresaban asustados, corriendo rumbo
a la casa de Germán, porque habían presenciado el secuestro y los destrozos
ocurridos en el departamento de Lencina, a unas escasas tres cuadras.
Seguidamente, hubo un despliegue de autos, también de un colectivo.
Todos los vehículos se detuvieron en la casa de Germán, venían a buscarlo
y al ver a los hermanos Díaz que corrían hacia la casa de este, los
interceptaron y los detuvieron para que no alertaran a los demás. Con
el tiempo y atando cabos, los Díaz llegaron a la conclusión de que Alfredo
y Eduardo reconocieron a alguien, por eso los secuestraron.
Los vecinos les contaron que en el momento en el que se llevaron a Germán
y lo introdujeron en el colectivo, éste gritó:”Eras vos, flaco hijo
de puta…”, “Bajen a los pibes que no tienen nada que ver”. Aparentemente
se refería a un policía soplón que vivía en la calle Monteros de apellido
Salazar que trabajaba en la Comisaría 1era de Lanús. Los propios vecinos
de Salazar, tiempo después les relataron a los Díaz que cada vez que
el policía se peleaba con su mujer, ella le gritaba: “Asesino, hiciste
matar a los Díaz”.
Presentación
de La Masacre de Pasco, el 26/11/10, en el Instituto Lomas
de Zamora.
Germán sentía un odio visceral
hacia los policías y militares. En varias oportunidades había discutido
con Salazar, sin abusar de su capacidad de boxeador. Los Díaz ignoraban
si hubo enfrentamiento físico. Sí, sabían que Salazar era un tipo soberbio,
autoritario, finalmente emigró a Paraguay hace más de 20 años.
Cuando Díaz llegó a la casa
de Germán se encontró con Oscar, uno de sus hermanos, totalmente lastimado,
le habían pegado un culatazo, también halló a Puchero muy golpeado.
Les habían ordenado tirarse boca abajo, a su padre, su hermano Sergio
de once años, a Oscar de 22 años, a Puchero, a la esposa de Germán y
a las hijas.
Cerca de las once de la noche, buscó los documentos de sus hermanos
y se encaminó a la comisaría de San José para suplicarles que salieran
a buscarlos. Ellos se excusaron diciendo que no contaban con unidades.
Agregaron que posiblemente el operativo fuera de la propia policía.
Mientras estuvo en la comisaría escuchó el ruido de la dinamita estallando
sobre los cuerpos de todos ellos.
Al lado de la casa de Germán vivía la familia Maguna. Cacho era el apodo
con el que conocían en el barrio a Rubén Maguna, un joven que había
intentado cumplir lo más cómodamente posible el servicio militar forzoso,
alistándose en las fuerzas policiales. Concluida la obligación comenzó
a trabajar en una metalúrgica de la calle Pasco. Se había casado no
hacía mucho, su esposa estaba embarazada cuando irrumpieron en el domicilio
de la pareja. Algunos dijeron que estaban buscando a un tal Chacho y
lo confundieron a Rubén por su apodo Cacho. La patota utilizó la misma
metodología de destrucción y violencia con la familia Maguna. Rubén
no resistió ver el maltrato que ejercían sobre su esposa embarazada,
reaccionó defendiéndola, entonces los encapuchados se lo llevaron.
Continuando con el raid de atentados en cadena, los coches de la patota
se dirigieron seguidamente a una vivienda ubicada en la calle Amenedo
al 3900 casi esquina Santiago del Estero, barrio San José, ya en jurisdicción
de José Mármol, partido de Almirante Brown y a no muchas cuadras de
los lugares antes registrados, en donde entraron con el mismo despliegue
de violencia que en los casos anteriores.
En esa vivienda de la calle Amenedo, que constaba de una sola habitación
de mampostería vivían Guillermo Omar Caferatta, maestro mayor de obra
con su concubina Gladys Martínez de 21 años, empleada doméstica. Esa
noche, Omar Guillermo Caferatta no se encontraba en el lugar. Su hijo
afirma que unos pocos días antes había viajado a Australia en búsqueda
de un bienestar económico para la pareja. Caferatta falleció en Australia,
en el año 1993 de muerte natural.
Los vecinos relataron a los periodistas que se congregaron en el lugar
esa mañana, que los obligaron a ingresar por la fuerza a sus respectivas
viviendas. Mientras tanto Gladys resistió como pudo, dando vivas voces
de auxilio por lo que fue baleada y rematada ferozmente en el interior
de la vivienda. El cadáver de la mujer fue hallado tendido sobre la
cama junto a dos artefactos explosivos que no estallaron.
Finalmente concluyeron la
serie de capturas, entonces la caravana de automóviles siguió viaje
con los siete secuestrados hasta detenerse en la calle Santiago del
Estero y Sánchez, a una cuadra de la vivienda de Caferatta. Los hombres
fueron bajados a empujones y colocados sobre la calle de tierra. El
movimiento inusual en ese tranquilo barrio, determinó que salieran a
la puerta de sus casas muchos vecinos, que en ese momento veían algún
programa de televisión o se aprestaban a dormir, pero los asesinos los
obligaron a retornar a sus casas amenazándolos con sus armas, aparentemente
el que parecía dar las órdenes a los comandos los intimaron para que
se replegaran dentro de sus casas.
Allí, mediante el empleo de diversas armas, los siete secuestrados fueron
obligados a arrodillarse. Se escuchó la voz de uno de ellos que gritaba
que si lo tenían que matar lo hicieran de pie. Otra voz gritó: “Viva
la patria”.
Los balearon hasta que cayeron acribillados. Por último colocaron los
cuerpos juntos e hicieron estallar dos poderosas granadas que al detonar
hicieron volar los cuerpos, arrojando a gran distancia a varios de los
cadáveres horriblemente mutilados La carga habría sido colocada junto
al cuerpo del concejal Lencina, ya que éste apareció horrorosamente
mutilado. Su cuerpo, al ser proyectado hacia arriba cayó sobre un cable
eléctrico provocando un corte de energía en un amplio radio del lugar.
En la intersección de las calles Sánchez y Santiago del Estero yacía
uno de los cuerpos, únicamente con el tronco, sin extremidades, asimismo
a unos 40 metros de dicho lugar sobre la calle Canale, junto al pilar
de la última finca, otro cuerpo presentaba únicamente la parte superior
del tronco faltándole en consecuencia, el resto de los miembros. Además
a unos 25 metros de la intersección de dichas calzadas, sobre Santiago
del Estero y junto al alambrado de una finca, yacía un cuerpo completamente
destrozado, hallándose asimismo, diseminados por las inmediaciones restos
de extremidades de los cadáveres mencionados.
Dos cráteres producidos
por los artefactos explosivos que originó la mutilación de los cadáveres
se veían sobre la calle de tierra.
Según el relato de los propios vecinos, la onda expansiva provocó la
rotura de cristales hasta diez cuadras a la redonda. Otro vecino del
matrimonio Caferatta refería que la explosión había causado la rotura
del televisor.
Los autores del asesinato
concluyeron su macabra tarea colocando cerca de los cuerpos destrozados,
sobre un baldío, una bandera de 2mts de largo por 0,65 cm de alto, color
blanca con la siguiente inscripción: “Fuimos Montoneros, fuimos del
ERP” en aerosol rojo y un estrella de seis puntas. La inscripción hacía
referencia a la ideología de los asesinados, a quienes según ese texto
se los señaló como miembros de la agrupación autoproscripta y de la
organización declarada ilegal.
Poco tiempo después de la
fuerte explosión, mientras llegaban los efectivos policiales a tres
cuartos de hora de iniciarse el operativo, según una estimación había
un millar de parroquianos angustiados y ansiosos por averiguar lo que
había sucedido, todos ellos cubrían la calzada. Se encontraron entonces
con un horroroso espectáculo, los cuerpos de los siete hombres secuestrados
estaban completamente mutilados.
Intervinieron efectivos policiales de la Unidad Regional de Lanús, y
ocho patrulleros de las Comisarías de Temperley y Adrogué, cuyos efectivos
fueron tomando datos del sangriento raid, tanto en el bar el Recreo
como en los domicilios del concejal Lencina, de la concejal Santa Cruz,
de Germán Gómez, Rubén Maguna, Caferatta y en la misma unidad básica
donde se concretó la incursión. Hallaron tanto en el lugar del fusilamiento
como en la casa de Caferatta alrededor de veinte proyectiles, calibre
9 mm. Y veintiséis cápsulas servidas del mismo calibre y de un proyectil
de calibre 11,25 mm.
Esa mañana en el lugar donde aparecieron los cadáveres de los siete
hombres y de la mujer acribillada que hasta ese momento permanecía en
su domicilio apareció un joven de alrededor de 14 años que en un momento
determinado se separó de la muchedumbre para acercarse a uno de los
cuerpos que se encontraba en la calle Santiago del Estero y se echó
a llorar al reconocerlo. El mismo joven reconoció a Germán Gómez de
31 años, obrero portuario que de hecho fue la primera identificación
después del asesinato colectivo. También creyó reconocer entre los cuerpos
mutilados a un joven de 17 años de nombre Langone (apodo con el que
llamaban a uno de los hermanitos Díaz). Dicho muchacho manifestó que
los hermanos Díaz contaban con otro hermano que estaba ausente en el
momento que se realizó el atentado, lo que habría permitido que salvara
su vida.
Esa noche, Carola, una vecina del barrio se acercó hasta la casa de
Caferatta, temía encontrar entre las víctimas a alguno de sus hermanos,
militantes populares por aquella época. La vio a Gladys, sin vida, también
el cuerpo de un joven alto de pelo ondulado, tirado al lado de la heladera.
Nunca supo de quién se trataba, ni siquiera los diarios del momento
registraron el nombre de esa persona. En concordancia con los dichos
de Carola, el hijo de Caferatta conjetura que alguien se refugió en
la vivienda de su padre. Imagina que venía escapando, lo agarraron en
la casa y se lo llevaron junto con los demás al baldío donde los masacraron.
Esta hipótesis explicaría el desplazamiento de la patota desde el barrio
Santa Rosa hasta las calles Santiago del Estero y Sánchez, distantes
unas treinta cuadras un lugar del otro.
Alrededor de las 11 hs del día siguiente culminó la tarea de recoger
los despojos, los que fueron trasladados a la Morgue Judicial de Avellaneda.
Sábado 22 de marzo de 1975
Irma Santa Cruz, luego de constatar que su familia se hallaba bien se
dirigió, acompañada por Sibara a la casa de Hugo Sandoval, concejal
de la Juventud Peronista para avisarle del hecho y pedirle que se protegiera.
Días antes, la esposa y la hija de Sandoval se habían refugiado en la
casa paterna del concejal. Aproximadamente a las tres de la madrugada,
en el auto de Sibara, junto a Irma viajaba Sandoval, lo llevaban hasta
el barrio Los Generales. Antes de partir, Sandoval había tomado recaudos,
llevaba un “fierro gande” y ya fuera del auto caminaba rumbo al lugar
donde vivía Dolinsky. Le iba a dar la mala noticia y compartir con el
tercer concejal de la Juventud Peronista la angustia que tenía. Los
dos emprendieron camino hacia Villa Albertina para encontrarse con Celso
Viola, Secretario del bloque de la JP, pero en el trayecto, un patrullero
los persiguió. Apresuraron el paso por el barrio Itatí, sin resultados,
porque los policías los levantaron a los golpes, cerca del arroyo y
los introdujeron en el patrullero. Los llevaron hasta el Pozo de Banfield
a fuerza de culatazos y patadas.
Imagen de la masacre publicada en
El Auténtico Nº 8, vocero del
Peronismo Auténtico (Montoneros), suplemento fotográfico
anual, 24 de diciembre de 1975.
La golpiza recrudeció cuando
les encontraron los fierros. No hubo credencial de funcionario público
que los protegiera. En el Pozo de Banfield pidieron hablar con el comisario
Alí. Finalmente consiguieron ser liberados. Retomaron el camino emprendido
en búsqueda de Celso Viola. Una vez reunidos los tres fueron a la casa
de un pollero, amigo de Celso, que vivía colindando con la plaza de
Santa Marta. Él los trasladó en su camioneta hasta el siguiente destino,
el barrio San José. Ya de madrugada llegaron Sandoval y Dolinsky. El
primero observaba impávido la destrucción y muerte en el departamento
de Lencina. En el bar contiguo encontró a Gloria Benítez y a su bebé.
Ella estaba lívida, impávida, totalmente bloqueada. La llevó a su casa
y durante una semana su esposa la cuidó. En cambio Dolinsky se acercó
hasta las calles Sánchez y Santiago del Estero.
Irma y Sibara, luego de dejar a Sandoval en el barrio Los Generales
se dirigieron a la casa de González Lozano, presidente del Concejo Deliberante.
Muy de madrugada regresaron a la casa de Irma. La esposa de un concejal
le hizo compañía el resto de la noche. Ya amanecía cuando Irma fue al
descampado donde dinamitaron los cuerpos. Había policías por todos lados,
en las esquinas. Vinieron los periodistas a eso de las 7 de la mañana.
“Esto fue peor que la Masacre de Trelew “pensó para sus adentros. Guardaba
la esperanza de que Flores estuviera vivo, que hubiera podido escapar,
pero lo reconoció enseguida, estaba boca abajo, tapado por un diario,
era el único más o menos intacto.
También, Francisco Maríncola, ex-concejal del FREJULI junto con González
Lozano llegaron hasta el baldío, con dudas más que con certezas, porque
hasta ese momento sólo circulaba el rumor de que podían ser los jóvenes
de la J.P. que la noche anterior habían sido secuestrados en varios
autos.
Lamentablemente se encontraron con un cuadro dantesco del cual les costó
desprenderse por muchos años, porque era algo horroroso, que no se entendía,
que superaba toda realidad. Algo así como querer destruir más allá de
la muerte. Un odio homicida, irracional que no se comprendía.
Todo el perímetro se encontraba vallado por la policía. Aquello era
una montaña de restos humanos, pedazos de ropa desperdigados. Maríncola
les decía a González Lozano y a Dolinsky que no se apresuraran en emitir
conjeturas, aunque intuía que se trataba de Lencina, y el resto de los
compañeros, porque entre esos pedazos de tela vio uno marrón, con dibujos
oscuros, muy parecido al pantalón que solía llevar Lencina. Aproximadamente
a 20 mts de donde se encontraba Maríncola había un bulto cubierto con
diarios. Tuvo la mala idea de aproximarse y quitar los diarios. Hizo
un gran esfuerzo para resistir tanto horror. Se trataba de Flores, había
quedado un poco más entero que el resto, pero de la boca hasta las piernas
estaba abierto. Comenzó a tambalearse, casi se cae. Flores era un pibe
jovencito, ojitos claros y verlo allí lo paralizó. Benítez era un buen
muchacho que luchaba por el barrio, los hermanos Díaz, unos chicos que
militaban con Coca.
Maríncola le dijo a González Lozano. “Son ellos porque reconocí a Flores
y también el pantalón de Lencina”
Se sentían destruidos, todos querían a Lencina, pero César Dolinsky
estaba peor, porque Lencina era su compañero de la J.P. Fue un hecho
gravísimo que antecedió al golpe militar, fue su antesala.
Los días sábados por la mañana, como de costumbre, solían reunirse algunos
concejales afines, en el despacho del intendente Duhalde. Entre ellos,
González Lozano, Infantino. Tomaban mate y charlaban sobre algunos temas
municipales. Esa mañana, Infantino subía las escaleras rumbo al despacho
de Duhalde cuando vio bajar a González Lozano, consternado, llorando,
entonces se enteró de lo sucedido.
Esa madrugada, también uno de los Díaz se acercó hasta el descampado
de Sánchez y Santiago del Estero, algunos les decían que no fuera. La
verdad es que los recuerdos le llegaban muy borrosos, había pasado toda
la noche en vela. Los restos de sus hermanos, amigos y vecinos habían
sido llevados a la morgue y devueltos el día sábado a las cuatro o cinco
de la tarde. La familia Díaz veló a Alfredo y Eduardo en la propia casa,
sobre la calle Monteros y el padre Bernardo hizo un responso.
Al día siguiente, el padre Bernardo acompañó al mayor de los Díaz hasta
la clínica donde se hallaba internada la madre de los hermanos Díaz,
para darle la noticia, la habían operado el jueves anterior. La señora
Díaz nunca pudo recuperarse de la pérdida de sus hijos, se abandonó,
avanzó su diabetes y su ceguera, falleció a los dos años, no logró resistir
la ausencia.
El mayor de los hermanos Díaz, nunca pudo comentar lo que le había ocurrido,
siente que lo destrozaron moralmente y psicológicamente. Fue una forma
de matarlo. Desde marzo hasta septiembre de ese año no pudo dormir más
de dos horas, se despertaba sobresaltado con espantosas pesadillas.
Trataba de trabajar duramente para que le ganara el cansancio y así
poder dormir. A lo largo de su vida pasó por muchas situaciones dolorosas,
pero nunca como lo ocurrido aquel 21 de marzo de 1975.
La abuela y las tías paternas de Poly Flores se encargaron de reconocer
el cuerpo de Héctor Flores, lo velaron en la casa de la abuela, en el
barrio Los Pinos de LLavallol. La mamá de Poly, Dora Núñez, no pudo
asistir, no la dejaron entrar, pero sí lo hizo otra señora con quien
Héctor Flores tuvo una hija en el año 1974. A ella la presentaron como
la esposa era amiga de una de las hermanas de Héctor Flores. En cambio
los cuatro hijos de Flores y su madre fueron negados y relegados.
Primero, uno de los hermanos de Lencina se acercó hasta el baldío de
Sánchez y Santiago del Estero. Con posterioridad, otra hermana de Héctor,
apodada Susy junto a su esposo Cacho fueron hasta la morgue de Avellaneda
para reconocer el cuerpo.
Ya estaba clareando el día cuando el padre de Rubén Maguna acudió al
descampado de Santiago del Estero y Sánchez. Esa tarde. Casi de noche
fue a buscar los restos de su hijo a la Morgue de Avellaneda. Allí se
encontró con el resto de los familiares de las víctimas. Todos ellos
fueron maltratados por parte de las autoridades de la morgue, los obligaron
a pararse contra la pared en una actitud intimidatoria. Los familiares
de Rubén decidieron enterrarlo en el cementerio de Avellaneda. Actualmente
sus cenizas las conservan las hermanas.
Domingo 23 de marzo de 1975
Imagen de la masacre
publicada en El Auténtico
Nº 8, vocero del Peronismo Auténtico (Montoneros), suplemento
fotográfico anual, 24 de diciembre de 1975
Los restos del Concejal
Lencina fueron entregados el sábado 22 de marzo. Tuvieron que enfrentarse
al gobernador Calabró para que les restituyeran los cuerpos. Esa noche
del día sábado, Héctor fue velado en el Salón de los Pasos Perdidos
del Concejo Deliberante y conducido al Cementerio de Lomas, poco antes
del mediodía del domingo. Se habían tomado rígidas medidas de seguridad.
En el cementerio hizo uso de la palabra un representante de la Juventud
Peronista y seguidamente, González Lozano, Presidente del Concejo Deliberante.
Horas antes del entierro, la esposa de Lencina, por una cuestión de
seguridad se hallaba refugiada en la casa de unos compañeros en Lanús.
Gente del Partido Intransigente y Comunista hicieron la custodia de
Coca, porque la Juventud Peronista era objeto de persecución y vigilancia
por parte de los servicios. Tito Garcia (Concejal del Partido Intransigente
en la APR) y Ramón Morán (Concejal del Partido Comunista en la APR)
se responsabilizaron de trasladarla hasta el Concejo Deliberante, donde
velaban los restos de Lencina, los acompañaban otros militantes de la
Alianza Popular Revolucionaria. Un kilómetro antes de llegar a la casa
de Lanús, se quedaron sin nafta. Íban en dos autos y uno de ellos, sin
combustible dejó de funcionar, por lo tanto comenzaron a empujar. Al
hacerlo, a un grandote que los acompañaba se le cayó el revólver. La
gente que lo vio, salió corriendo. Quedaron solos. Llegaron a la casa
donde estaba Coca, la subieron al auto y la sentaron entre Tito García
y Ramón Morán. Coca llevaba un pañuelo en la cabeza y anteojos negros.
La esposa de Lencina hubiera querido que Héctor fuera velado en la capilla
del barrio San José. Aquella capilla del padre Gerardo que funcionaba
en un tranvía, pero el Dr Alende (Alianza Popular Revolucionaria) la
hizo reflexionar, le dijo: “A vos te están buscando. No hagas que saquemos
el cuerpo de Héctor de acá para llevarlo al barrio San José, porque
se va a armar otra masacre”. Del mismo modo, Sandoval, Dolinsky, Celso
Viola y Clarita de la J.P. coincidían en señalar la peligrosidad de
trasladar los restos de Lencina al barrio San José.
Ya, en la Municipalidad de Lomas de Zamora, Coca, García y Morán ingresaron
al hall del Concejo Deliberante, donde se hallaba el cajón con los restos
de Héctor. Había policías por todos lados. Entonces el comisario lo
llamó a Morán y le dijo:” ¿Qué me hizo?”
Le respondió que cumplía con un acto humanitario, que sólo era una actitud
personal y así se lo habían pedido
No hubo incidentes. Inmediatamente, después del entierro llevaron a
Coca hasta el Parque de Lomas en el coche de Tito García (Partido Intransigente).
La hicieron bajar y cambiar de auto.
En un Fiat rojo de Rodolfo Barbeito (Democracia cristiana en la APR)
la trasladaron hasta Morón, a la casa de Susy y Cacho, sus cuñados.
Alejandro, su hijo la acompañaba. Tenía 3 o 4 años y preguntaba por
su padre. Coca trató de explicarle que estaba en el cielo, pero Alejandro
la desmintió con el convencimiento de que su padre se había ido a trabajar
para construir una nueva casa, ya que la gente mala había destruido
la de ellos. Alejandro lloraba y Coca con él.
Durante la dictadura militar, los restos de Héctor Lencina fueron robados
y enterrados como NN en una fosa común. Recién en el año 1984, la mamá
de Héctor se enteró, juntamente con los compañeros y el resto de los
familiares de Lencina. Procedieron a investigar y dieron con un compañero
que trabajaba en el cementerio quien tuvo la precaución de pintar el
féretro para distinguirlo.
Todos los 21 de marzo, en el cementerio de Lomas se recuerda a las víctimas
de la Masacre de Pasco y a los más de cuatrocientos compañeros caídos
de Lomas.
ALFREDO ELÍAS Y EDUARDO RUBÉN DÍAZ
Mi hermano Alfredo tenía 18 años y demostraba un temple fuerte, tenía
personalidad, sabía imponerse sin llegar a ser agresivo, ni violento,
en cambio Eduardo, menor que Alfredo era más tranquilo, más bonachón.
Sabía cocinar muy bien, le había enseñado a preparar ciertos platos
a mi esposa y la cargaba por eso. Ambos estudiaron en la escuela N°
80 que queda a la vuelta de casa. Alfredo trabajaba con mi cuñado en
un corralón. Ninguno de los dos tenía militancia política. Eduardo sólo
contaba con 16 años.
Néstor Díaz (hermano)
RUBÉN ANTONIO MAGUNA
Rubén trabajaba conmigo en la metalúrgica Hidrodinámica que funcionaba
en la rotonda de Pasco. El día jueves habíamos compartido el turno y
al finalizar la jornada nos despedimos con la idea de reencontrarnos
el sábado. El viernes pasó todo eso.
Cachito Maguna era como un hermano para mí. Él no participaba políticamente.
Entre las versiones que se corren hay una que indica que se lo llevaron
por error, pues estaban buscando a un tal Chacho y el apodo de él era
Cacho.
Néstor Díaz (amigo)
Rubén había cumplido 21 años en diciembre de 1974. Recientemente había
concluido el servicio militar que era obligatorio por aquella época.
Decidió realizarlo prestando servicio en la policía, porque le resultaba
menos complicado.
Se había casado en el mes de octubre y vivía en la casa de los suegros,
al lado de la vivienda de Germán Gómez. Su esposa estaba embarazada.
Norma Maguna (hermana)
Documental Pasco, avanzar más allá de la muerte
Acto JP Quilmes, 27/02/74
GERMÁN GÓMEZ
Germán era una persona muy querida, tenía un corazón grande y siempre
se jugaba por la gente, en cualquier lado sacaba la cara por quien lo
necesitara. Tenía la valentía de reconocer cuando se equivocaba y lo
reconocía.
Trabajaba como chofer de la línea 266. Cierto día, manejaba el ramal
que va a Bernal y a la altura de Lamadrid cuando sube una mujer embarazada
a punto de tener a su bebé. Germán habla con los pasajeros y les explica
que va a desviar su recorrido, pero quien quisiese podía tomar el colectivo
siguiente. Así lo hace, lleva a la mujer hasta el hospital y luego retoma
el recorrido. Al llegar a la Terminal del 266, en Lomas lo despiden.
Germán acciona legalmente, pero la empresa se niega a pagarle la indemnización
correspondiente, buscando excusas. Finalmente le pide a dos o tres muchachos
del barrio que lo acompañaran hasta la empresa y a punto de pistola
retira el dinero que le pertenecía.
Germán era boxeador, llegó a pelear por el título sudamericano y siempre
tenía la hinchada del barrio que iban alentarlo.
Así como te cuento todo lo bueno de Germán también cuento lo que no
me agradaba
Solía ir con algunos muchachos del barrio a interceptar los camiones
de La Serenísima o de algún frigorífico para apropiarse de la mercadería
y repartirla entre los vecinos.
Germán era muy amigo de Héctor Flores
Néstor Díaz (amigo)
Germán era una persona muy honesta, trabajadora, muy querido en el barrio,
él se crió en el barrio. Trabajó como maquinista del puerto, fue colectivero
y también boxeador. Estaba casado y tenía dos nenas. Su esposa rehizo
su vida y lamentablemente nunca más las volví a ver. El día que ocurrieron
los hechos yo estaba durmiendo, vivía a pocas cuadras de la casa de
Germán, cerca de las vías. La policía me avisó lo que había pasado,
ellos llevaron los restos a la morgue de Avellaneda, luego los familiares
fuimos a buscar los cuerpos. Lo velamos en mi casa. Tenía 32 años cuando
lo mataron.
El terreno de Sánchez
y Santiago del Estero, donde dinamitaron los cuerpos, en
2010.
ANIBAL NELSON BENÍTEZ
Era una persona muy callada, reservada. No se vinculaba con mucha gente
en el barrio. Era un militante de base, solidario e incondicional. Comenzó
a trabajar en el Concejo Deliberante, el 25 de mayo de 1973 como ordenanza.
Vecino del barrio San José vivía a escasas cuadras de la casa de Lencina,
sobre la calle Monteros, junto a su esposa Gloria y su bebé recién nacida.
En la sesión del Concejo Deliberante del día , el ex – concejal por
la Alianza Popular Revolucionaria, Ramón Morán recordó a Benítez: “…
con su sinceridad, trabajo, abnegación y honradez ayudó como lo hacen
los demás compañeros ordenanzas y empleados a que el Cuerpo pudiera
funcionar mejor. Diariamente Benítez demostraba sensibilidad y honradez
política, porque siendo peronista jamás hizo una discriminación con
ninguno de los bloques, jamás preguntó a quienes solicitaban su colaboración
si eran radicales, comunistas, socialistas o peronistas, pues se brindaba
por entero a todos por igual, por eso duele esta muerte y quiero rendirle
este homenaje, cuyo destino es la gente sencilla y de pueblo, la que
notoriamente trabaja la grandeza del país y que no merece por respuesta
estos actos de barbarie” Juan Bordacahar, ex concejal de tuvo las siguientes
palabras recordatorias: “… siempre nos atendió con todo respeto, con
toda diligencia. Era un hombre modesto pero con sentido de la responsabilidad
en todo cuanto hacía. Quiero para él tener este pequeño recuerdo, porque
en definitiva se trata de otro hermano que también cayó”.
HÉCTOR EDELIO LENCINA
Héctor nació en Formosa, llegó a Buenos Aires solo, tiempo después arribamos
el resto de la familia. En un principio nos radicamos en Morón, durante
la década del 70 nos mudamos al barrio San José, en San Juan y República
Argentina. Héctor vivía en la calle Donato Álvarez y estudiaba de noche
en la Escuela Passalacqua de Banfield. Había conocido a Coca por intermedio
de mi cuñado, en un baile de la Sociedad de Fomento.
Él consiguió el agua para el barrio de la calle Senillosa, era muy solidario,
ayudaba siempre que podía.
Nunca hablaba de política con mi mamá, sí con mi cuñado que militaba
en la Juventud Peronista y con mi hermano policía. Se armaban grandes
discusiones entre los tres.
Los días previos a la tragedia se lo veía algo nervioso, nos decía que
las cosas no andaban bien. Creo que por algún tiempo, durante el mes
de febrero se fue a vivir con mi hermana en Morón. Comenzaron a seguir
a mis hermanos e incluso alguien ingresó a la casa de mis padres, pero
mi hermana, asustada, gritó, entonces, el intruso huyó por el fondo.
La última vez que ví a Héctor fue en el cumpleaños de Alejandro, en
esa oportunidad, recuerdo que estaba desocupada y le pedí que me consiguiera
un trabajo. Me contestó con el tono risueño que solía tener que necesitaba
una secretaria para que se sentara en sus piernas.
Cuando ocurrieron los hechos yo no sabía nada, me enteré por la radio,
por lo que rápidamente fui a ver a mis padres. Mi madre estaba esperando
a Héctor, porque tenía que ponerle el tejido que solía usarse como medianera.
Él siempre iba a visitarla, era muy contenedor con mi madre.
Durante la dictadura, los milicos se robaron el cadáver y lo trasladaron
a otro lugar del cementerio. En el año 84, recuperamos su cuerpo y en
la exhumación mi madre fue testigo con sus 84 años. Ella sufrió tanto
que a partir de ese momento se vino abajo.
Gladys Lencina (hermana)
Acá, en Lomas de Zamora, eran todos militantes jóvenes, ellos querían
un verdadero cambio revolucionario. El proceso fue sumamente complejo
y lo cierto es que Lomas fue una de las zonas más avanzadas ideológicamente.
Nosotros manteníamos reuniones con Héctor Lencina, el principal dirigente
de la Juventud Peronista de Izquierda, Dolinsky, Hugo Sandoval y Turner,
con este último hasta mucho después de su separación del cargo. Héctor
Lencina era el presidente del Bloque del PJ., era muy simpático, amplio,
tratable, hablaba muy bien, muy educado e inteligente. Reunía las condiciones
de un dirigente. Con él hicimos una amistad personal, y luego política.
Cierta vez se suscitaron ciertos problemas a causa de las inundaciones.
Entonces, la Municipalidad planeó hacer un desagüe, por debajo del Camino
Negro, que condujera al Riachuelo, pero la promesa no se cumplió. Por
lo tanto, convocaron a una asamblea y llamaron a la Alianza. La gente
enardecida, manejados por ellos, no nos permitieron hablar. Entonces
les sugerí que fueran a la Municipalidad y exigieran el cumplimiento
de la promesa, al intendente de ese momento, Duhalde. Así lo hicieron,
pero no fueron escuchados.
Ramón Morán (ex - concejal de la Alianza Popular Revolucionaria)
Era el presidente del bloque en un momento. Alguien con un gran futuro
político, una persona con una gran capacidad intelectual. Era un lujo
trabajar con él.
Julio Sibara (ex -Subsecretario del Concejo Deliberante).
En un homenaje póstumo, el concejal Eduardo Zabalegui diría de Lencina:”…Quiero
evocarlo en las reuniones nocturnas de la Comisión de Presupuesto, en
las que se mostraba en mil gestos, preguntas y comentarios, con la sencilla
naturalidad con que lo definía. Su personalidad se volcaba hacia los
problemas que le interesaban con esa misma generosidad vital que trasuntaba
lo físico. Vivía en su piel, en sus maneras, ese interior criollo del
que provenía. Era hombre de campo y también de ciudad, este centro nervioso
de la comunidad al que lo llevó su vocación política. Vivía modestamente
y sentía, desde su actitud humilde, la curiosidad y el serio afán de
perfeccionar sus conocimientos. Recuerdo aún, con sorpresa, como al
comenzar a formarse la biblioteca del Consejo, leyó un trabajo sobre
Derecho Administrativo y al día siguiente, me asombró por su asimilación
de conceptos fundamentales de esa especialidad. Era su primera lectura
sobre el tema.
La de Lencina, como tantas otras que la precedieron, ha sido una muerte
absurda. Puedo decir que a simple nivel humano tenía para conmigo confidencias,
efusiones con que reflexionaba sobre el destino del país. Me hablaba
con confianza, sabiendo que nunca utilizaría sus palabras con sentido
partidista. Debo decir en su honor que sus reflexiones apuntaban siempre
más al país que a su movimiento o sector…”
HÉCTOR FLORES
Entrevista
completa a Duhalde por la revista El Caudillo, vocero
no oficial de la banda terrorista Triple A. Clic para agrandar.
Vivía en LLavallol, en el
barrio Los Pinos, donde realizó un intenso trabajo en función de conseguir
las escrituras de las viviendas que habían sido creadas por el plan
Fonavi., ente dependiente del Ministerio de Acción Social cuya autoridad
máxima era López Rega. Había organizado y participado en sucesivas marchas
al ministerio, en búsqueda de respuestas a sus reclamos. Era muy encarador
y frontal. Nunca se quedaba callado, yo le decía “Todo lo que quieras,
pero no lo digas en voz alta”
Era muy inquieto, trabajador, me tenía de un lado para el otro, tratando
de conseguir cosas para la comunidad, porque sabía lo qué se necesitaba,
Trabajó para la escuela, solía venir buscando y reclamando cosas para
el barrio .Militaba en el grupo Patria soberana de Osvaldo Mércuri,
Juan Carlos Álvarez, Gonzalito. La agrupación lo trajo y lo puso como
secretario mío. Era incansable, inteligente. Siempre me decía:” A vos
no te va a pasar nada”
Juan Carlos Salas decía sobre él: ”Es un diamante en bruto”
Yo era concejal por la rama femenina del partido Justicialista en el
Frejuli, me conecté con la Juventud peronista aunque nunca pertenecí
a Montoneros.. En la planta baja de mi casa había un local grande donde
funcionaba una Unidad Básica.
Irma Santa Cruz (ex -concejal del PJ)
Mi viejo era muy frontal, no sentía miedo, si tenía que romper la puerta
del Municipio en función de conseguir mejoras para Los Pinos, lo hacía.
En esa época Mércuri era Secretario de Acción Social y mi papá le pidió
una audiencia, pero como tardaba mucho en concederla, se enojó y le
pateó la puerta. Le dijo que había gente que no podía esperar. A continuación,
Mércuri le ofreció mercadería que no aceptó, en cambio le exigió que
lo acompañara al barrio Los Pinos para que personalmente viera las necesidades
de la comunidad. Mercuri así lo hizo y cuando hubo regresado a la Municipalidad
hizo cargar un camión con mercaderías para repartir entre la gente.
Mi papá era quien movilizaba a la gente y Mércuri era el ideólogo de
la organización a la cual pertenecían ambos. Sin embargo llegó a pelearse
con Duhalde, Mércuri, el comisario si consideraba que se cometían injusticias.
Tabano siempre lo aconsejaba:” guardá no des todo” en el sentido de
que se preservara.
Yo tenía una carnicería en el barrio Los Pinos y a través de una clienta
me enteré que en aquella época, mi viejo le había conseguido la vivienda,
porque ella estaba al punto de la indigencia. También un colectivero
del barrio me describió el poder de convocatoria que tenía, porque cuando
los vecinos escuchaban un bocinazo, acudían a determinado lugar, porque
sabían que Flores los necesitaba. Todas las entradas a los monoblock
tenían tachos con fuego para impedir el ingreso de los militares. Nunca
jugó en contra del barrio.
En el 2000, la crisis nos encontró a mis hermanos y a mí, desocupados,
vendedores ambulantes, entonces me acerqué a Mercuri para tratar de
hablar con él, pero la respuesta fue que pensaba que los hijos de Flores
se encontraban bien y que no estaba en condiciones de ofrecer nada ni
siquiera una recomendación, porque no se podía arriesgar con nadie.
Aún así recordaba cuando mi padre le salvó la vida. Fue un día en el
que ambos caminaban por la calle y desde un auto los tirotearon. Seguidamente,
Flores lo empujó hacia un pozo para protegerlo.
También intenté entrevistarme con Duhalde. Cierto día aproveché la ocasión
de una visita suya a la cancha de Banfield. Una caravana de autos lo
seguía, resultaba imposible llegar a él por la custodia que tenía. Le
grité desde donde estaba que yo era hijo de Flores, hijo de la Masacre
de Pasco. Entonces giró e hizo señas para que me dejaran pasar. Luego
me pidió el teléfono y me dijo que no tenía nada que ver con Flores.
Al tiempo recibí un llamado de Mao a quien le reiteré la necesidad de
oír hablar sobre mi papá, porque sabía que habían sido compañeros de
militancia y agregué que mis hermanos y yo necesitábamos un trabajo.
Pero nunca respondieron.
Tavano quería poner el nombre de mi viejo a una cuadra del barrio, pero
murió antes de concretar la idea. Tiempo después Walter Bezuzo cuando
era concejal le puso al barrio Campanario el nombre de mi papá, también
a una calle.
Yo nací en el 72´ a mi papá lo mataron en el 75´, mi mamá, Dora Núñez
murió en el 82´. Entonces después de su muerte, mis hermanos se criaron
con un amigo de mi papá y los dos más chicos quedamos a cargo de un
Juez de Menores. Nosotros vivíamos en el mismo barrio y tuve que deambular
de casa en casa, de escalera en escalera. Siempre reproché que nadie
me fuera a buscar, que no se preocuparan si estudiaba. Tuve que empezar
a los 14 años a trabajar en una carnicería y luego pedí trabajo y no
me lo dieron. Sentía que quería estudiar, tener un título, emprender
algo. Los cuatro sentimos lo mismo.
Una hermana de mi mamá me sacó de ese lugar después de cinco años, pero
mi hermano se quedó hasta la mayoría de edad. Nosotros cuatro vivimos
en el mismo barrio, pero no nos reunimos como familia. Crecimos separados,
no tenemos vínculo familiar, no tenemos amor filial ni trato con abuelos
o tíos. Mi familia son mi esposa y mis hijas. Hace poco falleció la
hermana de mi papá y mi primo que viajaba a Italia me trajo una caja
con recortes y fotos de mi viejo. Entre los papeles encontré una constancia
de nacimiento de Vanesa Flores, nacida en 1974. Entonces, con mi señora
supusimos que se trataba de mi hermana. Mi hija mayor la conectó a través
de facebook. Yo retomé el diálogo, me enteré que vivía en Chubut. Ella
pensaba que su padre la había abandonado.
Yo quiero que la Masacre de Pasco se haga pública y reciba una condena
social, que se cierre el tema con la verdad, que se sepa la verdad
Cada vez que hay un recordatorio de la Masacre de Pasco yo cuestiono
la actitud de quienes ni se acercaron para saber si nos faltaba algo,
si pasábamos necesidades luego del asesinato de mi padre.
Poly Flores (hijo)
OMAR GUILLERMO CAFERATTA
En ese tiempo mis padres se habían separado, yo vivía con mi mamá aproximadamente
a doce cuadras de donde tenía la casa mi papá. Él estaba en pareja con
Gladys Martínez, vivían en la calle Amenedo y Santiago del Estero. Mi
papá había programado un viaje a Australia, no se encontraba en la casa
ese día, se salvó por ese motivo. La idea era viajar solo y luego mandarle
el dinero a Gladys para el pasaje.
Era maestro mayor de obras, tenía planeado jubilarse y regresar luego
de un tiempo para estar con mi hermana y conmigo, ver crecer a los nietos.
Falleció de muerte natural en 1993, en Australia.
Mi abuela me contó que esa noche Gladys, que pertenecía a la Iglesia
Bautista estaba leyendo la Biblia cuando la acribillaron desde la ventana.
Aparentemente, alguien se refugió en la vivienda, venía escapando y
lo agarraron en la casa de mi papá, se lo llevaron junto con los demás
al baldío donde los masacraron y lo confundieron con él.
Mi padre se llamaba Guillermo Omar Caferatta era maestro mayor de obras
y tenía una oficina en Claypole, quizás hayan encontrado volantes de
propaganda del negocio donde daba planes de pago, facilidades con el
nombre de mi padre, por ese motivo haya habido una confusión y lo registraron
como víctima de la masacre.
Cuando amaneció me enteré que los explosivos con los que dinamitaron
los cuerpos movieron ventanas, esparcieron restos humanos por todos
lados, pendían de los cables de luz. Esa mañana me acerqué al baldío
y vi los cuerpos tapados, regresé a mi casa. Tal vez si hubiera llegado
hasta la casa de mi padre hubiera visto lo sucedido, pero me enteré
de lo ocurrido por mi abuela. En el colegio, mis compañeros pensaban
que me había ocurrido algo a mí, porque en las noticias apareció el
apellido Caferatta.
Lo único que recuerdo de Gladys es que era correntina y no tenía parientes
en Buenos Aires. Esa noche, mi tía, la única hermana de mi papá la iba
acompañar a Gladys y no sé qué pasó que no fue.
Sé que mi abuela se encargó de los trámites de reconocimiento del cuerpo
y del entierro.
Al día siguiente acompañé a mi abuela hasta la casa para limpiar los
restos de sangre vi las marcas de los balazos en la pared
Guillermo Caferatta (hijo)
Roberto Cirilo Perdía, miembro de la Conducción de la JP- Montoneros
describiría el contexto político de Lomas durante los años 70´:
“Lomas de Zamora tenía una dinámica diferente al resto de los distritos
de Buenos Aires e incluso del país. La Juventud Peronista de Lomas tenía
una influencia enorme sobre el Partido Justicialista, cosa que no había
en otros lados. Lomas tuvo un asentamiento político en el territorio
con diferencias respecto a otras realidades. La incidencia de las distintas
agrupaciones, que expresaban la política de Montoneros, sobre el aparato
del Partido Justicialista era muy importante. Es uno de los motivos,
por los cuales en el armado de candidaturas, para las elecciones de
73, quienes tuvieron un peso gravitante fueron los grupos de la Juventud
Peronista del Distrito. La Juventud Peronista en Lomas tenía un peso
enorme dentro del aparato del PJ. El camino que allí se transitó fue
diferente. No era lo común la proporción de fuerzas que tuvimos en ese
Distrito, respecto a otros de la Provincia.
Mientras en muchos distritos las buenas relaciones iniciales con los
intendentes se iban deteriorando, en Lomas se recorrió un camino inverso
y se fortaleció la presencia política de la llamada Tendencia en el
Municipio.
Luego, durante el año 74, algunas contradicciones entre compañeros montoneros
con Turner y el PB. (Peronismo de Base), nos debilitaron a todos. En
ese contexto se fortalece un dirigente del peronismo ortodoxo, Manolo
Torres, uno de sus “pichones”, Eduardo Duhalde, se va quedando con el
poder en Lomas hasta erigirse, con el paso de los años, en el más poderoso
dirigente del justicialismo bonaerense.
La Masacre de Pasco la tomamos como un golpe hacia nosotros, al espacio
del peronismo revolucionario.
La ocupación de los espacios públicos por parte de la izquierda peronista,
molestaba a la derecha peronista, quienes se aprovecharon de las debilidades
internas, de las contradicciones y no hicieron diferencia, nos pegaron
a todos El grupo que ejecutó la “Masacre de Pasco” era un grupo
local, con la apoyatura de López Rega que representaba el aparato nacional.
El marco político lomense no podía escapar a las reglas generales de
los que estaba pasando a escala nacional. Sin embargo el importante
avance y desarrollo de fuerzas revolucionarias hizo que los sectores
reaccionarios estuvieran más exaltados que en otros distritos. Por eso
puede decirse que, dentro del marco general de la acción lopezrreguista,
fue un hecho puntal muy ligado a fenómenos locales”.
El genocidio como un proceso social se va dando en varias etapas. En
principio la producción y circulación discursiva del otro como el enemigo,
luego el hostigamiento legal y material del rebelde no normalizado.
Una tercera etapa corresponde al aislamiento político de las fuerzas
progresivas. Finalmente el aniquilamiento.
Para el año 1973, Lomas de Zamora resultaba el reflejo de lo que acaecía
a nivel nacional. Los barrios, la Iglesia, las fábricas, la Universidad,
el Municipio fueron los escenarios donde se cuestionaba un orden desigual
e injusto.
Durante 1974, la resistencia en la Universidad y el Municipio, dos bastiones
de las fuerzas progresistas de Lomas habían conseguido imponer una estructura
propia. Pero durante el segundo semestre del año, la brutal embestida
que los sectores reaccionarios que nunca dejaron de ejecutar se hizo
más notable. Entonces se va dando la pérdida de los espacios políticos:
la destitución de Turner y a principios de 1975, el cambio de autoridades
de la UNLZ.
Finalmente, al aislamiento político le continúa la aniquilación de los
militantes populares. Masacre de Pasco fue la prueba que desnuda la
índole de un poder desaparecedor. No fue un hecho aislado ni azaroso,
sino “una tecnología represiva adoptada racional y centralizadamente”
según caracteriza el poder desaparecedor Pilar Calveiro.
Desarmar la organización territorial a través del miedo
Pablo Turner, intendente
provisorio de Lomas de Zamora derrocado por la alianza de
Duhalde, la Triple A y la burocracia sindical.
Del mismo modo, algunos
funcionarios del municipio coinciden en señalar que la elección del
barrio San José para perpetuar la masacre no fue azarosa, respondió
a una estrategia de parálisis y miedo orientada hacia la comunidad.
Pasco era un lugar clave, un lugar desde donde se movilizaba mucha gente,
era la parte que congregaba a una gran cantidad de militantes era una
de las zonas más organizada. Allí vivía un concejal de la Juventud Peronista,
Héctor Lencina, un joven cuadro de amplio reconocimiento territorial,
un nexo entre el movimiento popular y el proyecto político. La aniquilación
o amedrentamiento de parte de la AAA hacia quienes articulaban la organización
territorial buscaba desmovilizar, resquebrajar los lazos solidarios,
paralizar los movimientos barriales, sociales.
El aniquilamiento de la oposición
Entre los espacios políticos de influencia ocupados por la Juventud
Peronista- Montoneros durante 1973 figuran las universidades. Habían
ganado nueve de los trece centros de estudiantes de la UBA. La relación
entre los funcionarios de las universidades y los jóvenes de la Tendencia
era estrecha y de cooperación. Lo mismo ocurría en la UNLZ. Julio Raffo,
rector de la UNLZ en aquellos tiempos, diría: “Durante el gobierno de
Lastiri, ponen a Pedro Bustos como Secretario Académico. Se sanciona
la ley de Universidades y se nombra a los rectores normalizadores. Me
eligieron a mí con apoyo total y completo de la comunidad educativa.
No tenía inserción territorial, de organización, ni lazo con el territorio.
Carlos Couto, Secretario de Extensión Universitaria, hombre de la J.P.
Regional, respondía a la conducción Montoneros. Me relaciona con la
J.P., así me conecté con Lencina y el Colorado Roberto (Secretario de
Turner). Ambos muy cordiales, muy representativos del ámbito territorial,
venían a los actos universitarios. Un día les dije que me gustaría tener
un ámbito de encuentro con la gente de la zona. Carlos me dice que la
Universidad tiene buena línea y lamentablemente tenían otras prioridades,
otras cosas de qué ocuparse. Me honró, pero me aisló”.
El rector Julio Raffo había aplicado una política de ingreso irrestricto,
y llamado a concurso de los docentes del establecimiento, esto significaba
una clara contradicción con los cambios propuestos por Ivanisevich.
Raffo se encargó de hacer pública su desavenencia con el ministro Ivanissevich.
La medida fue reafirmada por los concejales Héctor Lencina, César Dolinsky,
Hugo Sandoval (J.P.), Ramón Morán y Barbeito (APR). A la vez que el
Centro de estudiantes de la UNLZ declaraba su apoyo a la gestión del
rector Raffo y su oposición a las medidas del ministro.
El 20 de febrero de 1975 intervienen la UNLZ y Raffo es reemplazado
por Vitar, un farmacéutico tucumano.
El concejal Lencina, la más conocida de las víctimas había suscripto
hacía siete días, junto con los concejales Dolinsky y Sandoval, miembros
como él del bloque de la Juventud Peronista de las Regionales en el
Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, una declaración de repudio a
la intervención de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En la
declaración los concejales se solidarizaban con el anterior rector Julio
Raffo y denunciaban la intervención como una medida destinada a limitar
el ingreso de los alumnos y contraria al espíritu de la Ley Universitaria.
La represalia
La Masacre de Pasco entre muchas interpretaciones fue entendida como
una represalia por la muerte de los policías de la comisaría N° 1 de
Lomas.
Exactamente un mes antes de la masacre, Sergio Alberto Escot, militante
montonero de 23 años, casado, empleado bancario fue secuestrado-desaparecido
en la vía pública, en la zona de Banfield.
La agrupación Montoneros en un operativo de recupero de armamento y
ajusticiamiento de policías torturadores, responsables de secuestros,
torturas y desapariciones concreta la acción el 18 de marzo. El comunicado
de Montoneros, publicado en la revista Evita Montonera describe los
sucesos del 18 de marzo.
Al pueblo de la Patria
Compañeros:
En el día de la fecha a las 16.15 hs., la Unidad de Combate Montonera
Chacho Peñaloza, integrada por los pelotones de combate Carlos Capuano
Martínez y Hugo Hansen realizó una emboscada de aniquilamiento y recuperación
en la calle Loria entre Italia y España del centro de partido de Lomas
de Zamora a un patrullero de la Comisaría N°.
El armamento que pasó a manos del pueblo y del auténtico Movimiento
peronista para continuar con la lucha, por la Liberación Nacional es
el siguiente: dos pistolas Browning 8 mm. con tres cargadores cada una
y una ametralladora Uzi con un cargador. Estos policías de la comisaría
N° 1 de Lomas de Zamora se han destacado en encarcelar y torturar a
combatientes peronistas y de otras organizaciones, haciendo desaparecer
a compañeros de los que no quedan rastros como sucede con el caso del
compañero Sergio Alberto Escot.
Son lo mismos policías mercenarios que se ensañan contra los compañeros
villeros de la zona, en razzias, allanamientos y atropellos contra nuestras
casas, mujeres y niños, contra trabajadores y hombres del pueblo son
iguales que los asesinos de Liliana Ivanoff y Hugo Hansen.
Perón vive. El Peronismo vuelve. Revista Evita Montonera N° 3, marzo
de 1975
El 18 de marzo de 1975, tres policías mueren y uno quedó gravemente
herido al ser embestido un patrullero en el que viajaban, por un grupo
de combate de Montoneros. Nuestros compañeros aguardaban el paso del
patrullero en Loria al 200 de Lomas de Zamora a sólo tres cuadras de
la estación y en pleno centro. Revista Evita Montonera N° 3, marzo de
1975
Al día siguiente de ocurridos los hechos, la Municipalidad de Lomas
publicó una solicitada en el diario local La Unión. En ella expresaba
su consternación y calificaba a los policías caídos como humildes servidores
del orden público. Brindó sus condolencias al Comisario de la primera
de Lomas, Enrique A. Paillard, al Jefe de la Unidad Regional II de Lanús,
Comisario Luis Rodolfo Ventini, y al Jefe de la policía Comisario General
Enrique Silva e invitó al pueblo de Lomas al velatorio que se llevó
a cabo en 1° piso de la Municipalidad.
Otra solicitada del mismo día, emitida por el intendente Duhalde, el
bloque del FREJULI, la Delegación de la CGT y la Regional de las 62
Organizaciones expresaba un contundente repudio contra los antipatria
que respondían a intereses antinacionales.”
En esa oportunidad, Duhalde brindaría sus respetos a policías sospechados,
entre ellos a Paillard. Actualmente, juzgado según la causa N°1 caratulada
“Causa incoada en virtud de decreto 280/84 del Poder Ejecutivo Nacional,
del Juzgado N°1 , Secretaría Especial quien solicita indagatoria a los
responsables políticos y materiales de los delitos de privación ilegítima
de la libertad u homicidio. Entre los integrantes de la cadena de mandos
de la Policía de la Provincia de Buenos Aires sospechados de delitos
de lesa humanidad figura Enrique A. Paillard, Comisario General que
se desempeñó en dictadura como responsable de la Dirección de Inteligencia.
Años más tarde, Duhalde, genuflexo a las fuerzas represivas, repetiría
en 1994 la misma actitud condescendiente al calificar a Klodzyck como
“el mejor jefe de la mejor policía del mundo” conceptos que se trastocarían
al visibilizarse la responsabilidad mafiosa de Klodzyck, luego de la
muerte de José Luis Cabezas.
Algunos
detalles
En la sesión del Concejo Deliberante del 10 de marzo de 1975, el intendente
Duhalde había sido citado para informar al cuerpo legislativo municipal
el motivo por el cual no se llevó a cabo el tendido de una cañería de
agua potable y la habilitación de seis grifos para la zona de Villa
Albertina y Santa Marta. La obra demandaba cinco millones de pesos y
la partida de dinero había sido concedida a Duhalde el 30 de octubre
de 1974. En la sesión del 10 de marzo, con la obra sin hacer, Duhalde
volvió a solicitar doscientos millones para cubrir los servicios de
camiones aguateros, luego pasó a explicar que la obra no se inició porque
se había firmado un convenio entre el Ejército Argentino y Bienestar
Social para la provisión de cañerías. En el proyecto también había participado
Obras Sanitarias, por lo que ante dos proyectos de provisión de agua,
el plan emprendido por el municipio era pequeño y casi sin razón de
ser, por lo tanto Duhalde determinó que quedara sin efecto. Agregó:”Si
el día de mañana Bienestar Social reparte agua gratis en Lomas de Zamora
y ustedes me han concedido una partida de 200 millones de pesos, póngale
la rúbrica que no voy a gastarlos”.
Al término del pedido de informe pasó a votarse la moción de Pellegrini,
concejal de la UCR que solicitaba que todas las actuaciones motivadas
como consecuencia del pedido de informes pasen a la Comisión de Servicios
Públicos. Por la afirmativa votaron diez concejales: Abuin, Bordacahar,
Fernández, y Pellegrini por la UCR, García, Verón, Barbeito por la Alianza
Popular Revolucionaria, y H. Sandoval, Dolinzky y Lencina, por la Juventud
Peronista. Por la negativa, trece: González Lozano, Hernánez, López,
Maríncola, Martínez, Richiuto, Sandoval F, Santa Cruz y Zabalegui por
el Frejuli, Lorenzini, Pittier por la Democracia Cristiana y Scalerandi
e Infantino por el Partido Federal.
La segunda moción presentada por Scalerandi (concejal del Frente Conservador
del Partido Federal) sugería aprobar directamente el informe de Duhalde.
Trece concejales (los trece anteriores) votaron afirmativamente y diez
se negaron a aprobar directamente el informe.
La barra se hallaba presente en el recinto, manifestándose reiteradas
veces, al punto que el Presidente del Concejo, González Lozano pidió
silencio una gran cantidad de veces.
La siguiente sesión del Concejo Deliberante, se llevó a cabo el 12 de
marzo de 1975, diecinueve concejales participaron con la intención de
tratar las mejoras urbanas en Villa Fiorito. Para Héctor Lencina sería
la última vez. Sentía una gran aflicción por el rumbo que iban tomando
las cosas, las amenazas y secuestros de compañeros. En esa reunión del
Concejo Deliberante debía hacer públicas las agresiones que habían sufrido
en la sesión anterior, entonces pidió la palabra para formular una cuestión
de privilegio. Era necesario relatar a nivel institucional lo ocurrido
en la sesión del día lunes 10 de marzo. Narró como un grupo de personas
que se encontraban en la barra increpó violentamente al concejal de
la Juventud Peronista, Hugo Sandoval, en forma verbal primeramente y
luego, a puntapiés. Prosiguió, pero esta vez solicitando que el Concejo
Deliberante expida su repudio enérgicamente. También denunció que el
hecho no era más que una parte de la larga cadena de insultos, amenazas,
atentados y agresiones de que fueron víctimas los concejales de la Juventud
Peronista desde el 25 de mayo de 1973 hasta la fecha. El concejal señaló
la indecorosa actitud de funcionarios del Departamento Ejecutivo y de
amigos de esos funcionarios, que en forma abierta incitaron a la gente
de la barra, directamente desde el recinto, en contra de los concejales.
Exigió que las conductas de los funcionarios se ajusten a lo estipulado
en la carta orgánica de las Municipalidades y Reglamentos internos.
Culminó diciendo que más adelante aclararía con mayor precisión.
Luego, el concejal García (Concejal del Partido Intransigente) amplió
los conceptos anteriores y adhirió a la cuestión de privilegio planteada
por Lencina, ya que él también había sido víctima de agresiones al término
de la sesión. Responsabilizó a funcionarios del Departamento Ejecutivo
por incitar a gente de la barra y por abrirles la puerta del salón de
los pasos perdidos. Ambos bloques, ese día habían votado en contra de
aprobar el informe de Duhalde.
Habían pasado nueve días de aquella sesión dónde se denunciaban las
agresiones, exactamente el 21 de marzo, esa noche, la de la tragedia
se abría el Concejo Deliberante para concretar una sesión ordinaria,
según lo dicho por los ex-concejales Jorge Infantino, Irma Santa Cruz
y el Subsecretario del Concejo Deliberante, Julio Sibara. Relata Jorge
Infantino del Partido Federal, que esa noche presentaba en sesión ordinaria,
el proyecto de Ley: “Ampliación del cementerio municipal y Carmelo Pellegrini,
concejal por la UCR, en cambio planteaba trasladar el cementerio a Garibaldi
al 3000. Duhalde quería tratar el tema, pero hacía falta un concejal,
así que Julio Sibara fue a buscar a Irma Santa Cruz, porque hacía falta
dar quórum.
Sin embargo, el ex-concejal Sandoval afirma que esa noche no hubo sesión
dentro del Concejo Deliberante, sí reconoce que pudo haber existido
una reunión de Comisión. Por otro lado, en los archivos de la Municipalidad
de Lomas de Zamora donde se encuentran las versiones taquigráficas de
las sesiones del Concejo Deliberante, entre otras, las correspondientes
a la etapa 1973-1976, no consta ninguna versión de la supuesta sesión
del 21 de marzo. En el año 1975, la Sesión Extraordinaria del 12 de
marzo donde Lencina hace pública las agresiones padecidas por la gente
de su bloque lleva el N° 6, abruptamente la consecutiva es la Sesión
Extraordinaria del 2 de abril de 1975 donde se rinden los homenajes
al concejal víctima de la masacre y lleva el N° 8. Por lo tanto no aparece
la N° 7. En el Libro de Actas, donde se asientan las fechas de las convocatorias
a Sesiones Ordinarias, Extraordinarias o Especiales figura en el Acta
N° 19 la convocatoria a sesión para el 20 de marzo a fin de tratar la
necesidad de adquisición de materiales para el Municipio y el Acta N°
20 del 26 de marzo cita a los concejales para el 2 de abril.
Aproximadamente a las 21.30 hs del 21 de marzo comenzaron los secuestros
y las muertes en la zona de Pasco.
La sesión siguiente a la Masacre de Pasco corresponde al 2 de abril
de 1975. En esa oportunidad diecinueve concejales se congregaron para
homenajear al concejal Héctor Lencina.
Sucesivamente los concejales Jorge López (FREJULI), Jorge Infantino
(Partido Federal), Carmelo Pellegrini, Scalerandi, Alfonso González
Lozano (FREJULI), Ramón Morán (Alianza Popular Revolucionaria), Rodolfo
Barbeito (Alianza Popular Revolucionaria) fueron expresando sentimientos,
recuerdos, ideas en torno a la muerte y figura de Lencina. En su exposición,
Barbeito concluyó dando un alerta respecto a las causas de la violencia
que se vivía en ese momento. Consideraba que el sistema, sus estructuras
se encontraban enfermos, por lo tanto enfermaban a la sociedad, por
lo que resultaba necesario aunar esfuerzos para cambiar el sistema capitalista,
el sistema del poder del dinero que todo lo destruye.
César Dolinzky (Juventud Peronista) pidió la palabra para recordar a
Lencina, pero también para denunciar la impunidad con la que actuaban
las bandas armadas y sus cómplices, asesinos de militantes populares.
Aquellos que instigaban o protegían a las bandas de asesinos. También
señalaba como responsables a los que desde sus cargos no denunciaban
y sostenían un silencio cómplice o los que señalaban dónde vivían y
trabajaban los compañeros. Continuó diciendo que no es reprimiendo,
o a través de la violencia o proscribiendo cómo se combate una idea.
Agregó que el gobierno dice hacer cosas para erradicar la violencia,
pero los únicos detenidos que existen son del ERP y Montoneros, sin
embargo, que no existen detenidos de la Triple A o de las bandas armadas
que asesinan compañeros.
Reconoció que todo militante corría riesgos y que la única garantía
posible estaba dada en la medida en que los partidos políticos pudieran
entender la situación y estuvieran dispuestos a defender los auténticos
derechos de poder expresar las propias ideas. Luego, expresó un ferviente
anhelo, el de poder tener en la patria una auténtica democracia. Evaluaba
imprescindible que se permitiese a los militantes populares participar
libremente, que pudiesen vivir como el resto de la gente y no esperando
a cada paso la bala traidora y encapuchada que los eliminase.
Morán, pidió no sólo recordar a Lencina sino que se hiciera extensivo
el homenaje a Benítez. Luego hizo un llamado a todas las fuerzas políticas
por más disímiles que fuesen, a civiles y militares, aunados en un frente
común, sin darle importancia a cómo se piense, para terminar con los
males estructurales de la sociedad. Agregó que esos hechos de muerte
y horror no son exclusivos de Lomas, se registran casi en todo el país.
Recalcó que los responsables de los asesinatos nunca se encuentran ni
reciben castigo. Señaló las experiencias cercanas a nuestra frontera
como el caso de Chile donde quedó demostrado quienes son los interesados
en que la Argentina no se libere, porque ése es el quid de la cuestión:
Frenar el proceso de liberación.
El método
Los informantes
El Caudillo
vio la luz el 16 de noviembre de 1973 para representar la voz
de la derecha fascista peronista y contrarrestar la línea editorial
de
El Descamisado,
órgano de prensa de Montoneros. El Caudillo actuó como vocero
oficioso de la Triple A. La colección completa de El Caudillo
puede descargarse en el sitio
Ruinas Digitales
Rodolfo Walsh reconstruyó
la estructura de la Triple A, un organización parapolicial, jerárquica
cuya conducción política (López Rega) y operativa (Morales, Almirón
y Rovira) decidían las operaciones de terrorismo llevadas a cabo por
un sector dedicado a la inteligencia y recolección de datos y un cuerpo
operativo.
En consecuencia, se puede deducir que la orden de secuestrar y asesinar
en Temperley partió de una disposición del poder centralizado, a partir
de los datos aportados por informantes locales. Los vecinos del barrio
donde vivían los hermanos Díaz y Germán Gómez aseguran que en el momento
del secuestro, Germán pudo reconocer entre sus captores a un vecino
policía de apellido Salazar que trabajaba en la Comisaría 1era de Lanús.
Los propios vecinos de Salazar, tiempo después, escucharon cuando en
las peleas matrimoniales de Salazar, su esposa lo acusaba de haberlos
hecho matar a los Díaz.
El cuerpo operativo de la Triple A intensificó sus acciones luego de
la muerte de Perón hasta las luchas sindicales del denominado Rodrigazo.
Durante ese tiempo, la Triple A centró su actividad en el asesinato
de militantes populares y atentados con bombas. Las fuerzas represivas
estaban integradas por policías, sindicalistas de derecha, personal
retirado de seguridad, militares, algunos por cuenta propia, otros inspirados
y dirigidos oficialmente según describe el documento desclasificado
enviado desde Buenos Aires a Estados Unidos, tres meses antes del golpe.
El accionar de la Triple A no menguó luego de la fuga del López Rega,
sino que recrudeció con la reaparición de la revista El Caudillo, primero
bajo la influencia de López Rega y en un segundo momento, bajo el dominio
de Lorenzo Miguel. De tal manera que el incremento de la violencia de
extrema derecha, en el segundo semestre de 1975 tuvo como auspiciante
a Lorenzo Miguel y la UOM.
Fusilamientos y voladura de cuerpos. Represalias
Las fuerzas represivas de la dictadura militar absorbieron a los grupos
de la Triple A. La Superintendencia de Seguridad Federal, a cargo del
comisario Lapuyole y del jefe del grupo de secuestradores, Gallone,
quien se rodeó de los peores criminales salidos de la Triple A y llevó
a la Superintendencia de Seguridad Federal fueron algunos de los responsables
de la Masacre de Fátima, el 19 de agosto de
1976. Días antes había sido asesinado el general Omar Actis y en represalia
seleccionaron a treinta personas que estaban detenidas ilegalmente en
la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal -conocida como
Coordinación. Fueron trasladadas hasta Fátima, Partido de Pilar. Los
acribillaron y en la zona de Pilar apilaron los cuerpos y los hicieron
detonar. Los restos se encontraron esparcidos en un radio de treinta
metros con un papel que indicaba treinta por uno haciendo referencia
a la venganza por la muerte de Actis.
Los fusilamientos y la voladura de cuerpos fue la marca de la Triple
A. Las mismas prácticas, el mismo método empleado en la llamada Masacre
de Fátima prueba la presencia de grupos de la patota de la Triple A
dentro del aparato represivo de la dictadura militar. El mismo procedimiento
fue empleado un año antes en el baldío de Sánchez y Santiago del Estero.
Días antes, un grupo operativo de Montoneros había ajusticiado a tres
policías torturadores de la Comisaría Primera de Lomas, por lo que se
presume que la Masacre de Pasco pudo haberse efectuado, entre otros
muchos motivos por un ajuste de cuentas.
La paraestatalidad
Por otro lado, el funcionamiento de las bandas paraestatales actuaba
al margen de la ley, pero íntimamente ligadas al estado. Operaban en
la clandestinidad para garantizar la protección de sus miembros de futuras
acusaciones legales o presiones internacionales. Sin embargo gozaban
de una notable impunidad y connivencia con el poder que confundía a
la sociedad y tornaba su accionar incomprensible.
Los integrantes de la banda armada que llevó a cabo la Masacre de Pasco
cubrían sus rostros con máscaras o capuchas negras. Los autos en los
cuales se desplazaban llevaban balizas sobre el techo, al igual que
los utilizados por la policía.
Uno de los hermanos Díaz recuerda haber visto esa noche desde la ventana
de su vecino cómo pasaban militares que vestían uniforme de fajina controlando
los movimientos en el barrio.
Del mismo modo, las denuncias de Dolinsky en la sesión de homenaje al
concejal Lencina resaltaba: “… la impunidad con la que actuaban las
bandas armadas y sus cómplices, asesinos de militantes populares. Aquellos
que instigaban o protegían a las bandas de asesinos”. También señalaba
como responsables a los que desde sus cargos no denunciaban y sostenían
un silencio cómplice o los que señalaban dónde vivían y trabajaban los
compañeros. Agregó que el gobierno decía hacer cosas para erradicar
la violencia, pero no existían detenidos de la Triple A o de las bandas
armadas que asesinaban compañeros.
Zonas liberadas
La instalación de zonas liberadas que luego serían prácticas sistemáticas
durante la dictadura data de la época de la Triple A. Las fuerzas paramilitares
cuando iban a secuestrar a los supuestos opositores al régimen le ordenaban
a la policía no intervenir en caso de recibir un llamado de alarma en
la zona del operativo. Y así lo hacían, cuando no participaban activamente
en el mismo. La noche del 21 de marzo, Irma Santa Cruz y un familiar
de los hermanos Díaz acudieron a la Comisaría de San José para denunciar
los hechos ocurridos. Néstor Díaz les suplicó que salieran a buscar
a sus hermanos, pero los policías se excusaron diciendo que no contaban
con unidades. Irma Santacruz les exigió la custodia de un patrullero,
pero le dijeron que estaban afectados a la masacre.
La Triple A buscó romper las redes de solidaridad social para desactivar
los conflictos sociales a través de las amenazas primero, luego, de
la violencia.
Los responsables
A un mes de ocurrida la Masacre de Pasco, un grupo de aproximadamente
diez jóvenes colocaron un cartel de tela blanca de 2 metros por 1,50
entre las calles Jujuy y Salta. La leyenda que contenía el cartel decía:
Isabel, López Rega y la cana mataron a ocho compañeros, la justicia
llegará”. Rápidamente se dispersaron porque sabían que serían víctimas
del hostigamiento legal (1.infracción a los Artículos 211 y 213 Bis
del Código Penal). Los jóvenes utilizaron bombas de estruendo para llamar
la atención de los transeúntes y distribuyeron volantes.
En el volante que la Juventud Peronista arrojara en la calle Pasco aparece
denunciado el hecho, al mismo tiempo que revelan los posteriores hostigamientos
a los militantes de la Juventud Peronista de la zona, a través de los
allanamientos a los domicilios de varios de ellos. También manifiestan
su disconformidad con el velatorio de los restos del concejal Lencina
en la Municipalidad, en oposición al resto de los compañeros asesinados
y velados en el propio barrio.
En el volante identifican a los responsables del hecho. Marcan en primer
lugar a la Comisaría Nº 1 de Lomas de Zamora por encarcelar y torturar
a militantes peronistas, además de la desaparición del militante Sergio
Alberto Escot. Aducen que los Torinos blancos utilizados el día de la
masacre son los mismos coches de civil que usan en esa comisaría.
Además responsabilizan al intendente Duhalde por fomentar desde la Municipalidad
la aparición de grupos parapoliciales. Denuncian que durante el gobierno
de Duhalde se produjeron la mayor cantidad de encarcelamientos y asesinatos
a militantes populares en la historia de Lomas de Zamora. Agregan que
la relación de Duhalde con la policía queda en claro cuando dos meses
atrás había prestado el salón de la Municipalidad para que fueran velados
allí, los tres policías torturadores ejecutados por Montoneros.
Finalmente repudian al gobierno encabezado por Isabel. López Rega y
la burocracia sindical, a los cuales llaman tránsfugas y los igualan
con los gobiernos de las dictaduras gorilas que hambrean a la clase
trabajadora, reprimen y asesinan a los verdaderos peronistas que denuncian
su traición.
La comisaría Nº 1 de Lomas
Ubicada en la calle Laprida al 662 de Lomas de Zamora. Según el volante
de la Juventud Peronista, arrojado en las calles Pasco y Salta, a un
mes de la Masacre, adjudican a la Comisaría N° 1 la responsabilidad
de encarcelar y torturar a militantes peronistas y de la desaparición
de compañeros. También agregan que los autos usados el día de la masacre
son los mismos coches de civil que emplea la comisaría para detener
y torturar a militantes populares.
La Juventud Peronista, a través de un comunicado publicado en la Revista
Evita Montonera de marzo de 1975 responsabiliza del secuestro de Sergio
Alberto Escot a la Comisaría N° 1 de Lomas, especialmente a los policías
torturadores: Roque Fredes, Nicolás Cardoso y Eugenio Rodríguez.
Eduardo
Duhalde
[Duhalde con los editores
de “El Caudillo”, portavoz oficioso de la Triple A. Año 1974]
Corría el año 1964 y Juan Carlos Cibelli, militante fundador de las
FAL (agrupación de origen marxista), trabajaba en el Banco Provincia
de Lomas de Zamora. Había sido elegido delegado de la Sección de Contaduría,
conjuntamente con Eduardo Duhalde, delegado de la Secretaría de la Gerencia
y estudiante de abogacía, por aquellos años. Ambos entablaron una amistad
que duró poco tiempo, porque Cibelli debió jubilarse anticipadamente.
Sin embargo continuó su militancia dentro de las FAL. En 1969 organizaron
el asalto al Regimiento Nº 1, para lograr el recupero de armas, esto
llevó a la detención de varios integrantes de las FAL, incluyendo a
Cibelli. Entonces, una comisión de veinte abogados, entre ellos Duhalde,
toma la defensa. Su esposa recuerda la preocupación de Duhalde por tener
noticias del detenido. Le había pedido que una vez por semana le llevara
información. Cibelli lo recuerda como una buena persona, querida por
los trabajadores, caso contrario no hubiera sido elegido delegado por
los compañeros del banco en asamblea.
Para 1971, durante la dictadura de Lanusse, consigue trabajo en el despacho
de Asuntos Legales de la Municipalidad de Lomas, gracias a un tío de
su esposa Chiche. Ya se había recibido de abogado. La oficina de Asuntos
Legales le permite conectarse con los conflictos territoriales más álgidos.
Chamorro del PRT-ERP, militante del barrio San José Obrero de Budge
rememora aquella época:
“Nosotros participamos junto a los compañeros en la toma de tierras,
en Ingeniero Budge, formamos el barrio San José Obrero, hoy Budge Sur.
Fueron las primeras experiencias de tomas de tierra en forma organizada,
allá por el año 69/70. Esas tierras tenían varios dueños y Duhalde vendía
a la gente la posesión treintañal. Muchos provenían del interior, necesitaban
una vivienda, por lo que ante la necesidad y el desconocimiento no percibían
la estafa de Duhalde, quien vendía terrenos que no le pertenecían. Así
que tomamos las tierras, las repartimos y comenzamos la autodefensa,
porque nos querían desalojar. Formamos la Junta Vecinal de San José
Obrero, organizada cuadra por cuadra, con un delegado por manzana.
“En relaciòn a la expropiación de las tierras, nuestra posición era
expropiar sin pagar. Duhalde y Aramoundi (2) proponían abonar un 10
% por grupo familiar a cargo del estado. En la Asamblea de vecinos se
votó y ganó nuestra posición. Igualmente enviaron la ley que ellos querían.
En el 74, durante el gobierno de Calabró, la ley llegó al Congreso,
votaron a favor. La expropiación se llevó a cabo, pero Calabró nunca
depositó el dinero, como acordaba la ley. Después llegó la dictadura.
Ellos no pudieron anularla, pero si modificaron algunos aspectos. Se
produjeron algunos pocos desalojos.
También Mingo de la JP de Budge recuerda la llegada de Duhalde al barrio:
“Hacia el año 70, la gente había rellenado tierra bajas para armar sus
casas. Entonces aparecieron los dueños para rematar esos terrenos. En
realidad, los propietarios como López Salas, dueños de medio Budge y
Villa Albertina trabajaban en el banco Hipotecario, tenían acceso a
la documentación e información necesaria para quedarse con las tierras
haciendo uso de la posesión treintañal. Los domingos se remataban las
tierras a un precio irrisorio. Ponían la bandera roja y no sé como todo
el mundo iba al remate para impedir que alguien ofrezca otro precio.
Así se evitaba el desalojo. Era una lucha constante todos los domingos.
La iglesia de la calle Bariloche comenzó a organizar asambleas y desde
allí se creó la Comisión de tierras. El cura Miguel Bianchi invitó a
Duhalde como abogado recién recibido. También estuvieron Alberto Aramouni
y Augusto Conte (3), por la Democracia Cristiana y José Antonio Romero.
Bianchi nos decía que eran abogados, que no nos iban a cobrar por asesorarnos
e iban a armar la Ley de Expropiación. Esto produjo la división de la
Comisión de tierras, porque nosotros sosteníamos asesorados por Duhalde
que no se podía expropiar sin indemnizar y la gente del ERP pretendía
expropiar sin indemnizar “
La derecha peronista. Buenos muchachos
Duhalde inicia su militancia
en el Sindicato de Empleados Municipales como delegado, luego como Secretario
Administrativo, a la par que se desempeñaba en la oficina de Asuntos
Legales. Se afilia al Partido Justicialista. Algunos meses después consigue
la confianza de los principales dirigentes de las 62 Organizaciones
local.
En aquel momento Rodolfo Illescas era el Secretario Gremial de la regional
que abarcaba la CGT y las 62, dominaba el sindicato municipal. Illescas
tenía una agrupación muy importante, la 17 de octubre. González Lozano,
abogado, luego camarista, al igual que Jorge López, obrero de la Firestone,
formaban parte de esa agrupación, constituía la parte ortodoxa del peronismo.
Illescas lo postula a Duhalde como concejal por la rama sindical. Al
mismo tiempo participaba en el Centro Doctrinario, organización de corte
ortodoxo que integraban Toledo, Graciela Giannettasio, Labollita, Alberto
Trezza, Pedro Gutiérrez, Rubén Miguel Citara, Raúl Álvarez Echagüe.
Destituido Ortiz, en el mes de julio de 1973, lo reemplaza Turner, en
consecuencia, Duhalde ocupa la Presidencia del Concejo Deliberante.
Pero la intendencia de Turner no llega al año. Será sometido a continuas
maniobras por parte de las autoridades del gremio de municipales, la
línea ortodoxa del peronismo. Ellos trabaron la gestión municipal de
Turner y lo acusaron de haber entregado ladrillos a una unidad básica
en lugar de a una sociedad de fomento, como se había votado en el Concejo
Deliberante
La intendencia de Turner atraviesa un sinnúmero de barreras intencionales,
no le perdonan al hombre de Budge asumir la conducción del Municipio,
por eso decide separar del cargo a Carlos Rosende, Secretario de Economía
y Hacienda, hombre de la derecha peronista. Luego, Luis María Roberto
(actualmente desaparecido), Secretario Privado de Turner, explicaría
públicamente la medida, diciendo que Rosende era el responsable del
sucesivo boicot que trababa el accionar municipal para la obtención
y distribución de finanzas.
Al día siguiente, un grupo de concejales del Frejuli elevaron a la Secretaría
del Concejo Deliberante el pedido de juzgamiento de la labor de Turner.
El CD votó mayoritariamente la suspensión del intendente por noventa
días y su reemplazo por el presidente del CD Eduardo Duhalde. Según
el exconcejal Jorge Infantino:” Duhalde era el hombre indicado en ese
momento, apoyado por el Sindicato de Municipales, por la Iglesia. Defendió
los intereses del sindicato y demostró ser un hombre de fortuna, ese
toque de fortuna”.
El peronismo ortodoxo, personificado en la figura de Illescas, Secretario
gremial del sindicato de municipales impulsa a Duhalde como reemplazo
de Turner. Otros sectores reaccionarios le dan el visto bueno y brindan
su apoyo como el golpista gobernador Calabró y Manolo Torres, delegado
interventor del PJ de Lomas.
Cuatro días después de asumir sus funciones, rápidamente Duhalde contrató
veinticinco vehículos para levantar los restos de poda que fueron trasladados
hasta el vivero municipal.
En una de las sesiones de interpelación a Turner, la Juventud Peronista
hizo oír sus voz, en la figura de César Dolinsky, quien expreso:”Se
habla de que la ciudad está sucia y se “para” en la comisión de Servicios
Públicos la contratación de camiones para la recolección de ramas. Y
miren señores concejales. Observen qué rápido se puede hacer cuando
hay apoyo y afán de colaborar”.
Durante los primeros días, Duhalde prometió, luego concretó la rebaja
de las tasas municipales, gracias a la ayuda recibida por el gobernador
Calabró, a partir de contribuciones provinciales a las intendencias.
A días de haber asumido Duhalde como intendente de Lomas de Zamora,
el delegado interventor del Partido Justicialista, Manuel Torres, publica
en el diario local una solicitada en la que hace un llamado a legisladores,
miembros de la CGT 62 Organizaciones, a la Rama Femenina, Rama Política
y a todo peronista que quiera participar en la resistencia para acabar
con los gobiernos de minorías antipopulares. Apunta a la necesidad de
reconstruir la Nación para liberarla. Agrega:”nos toca vivir una instancia
histórica y a ella debemos contribuir con fervor, apartando a los infiltrados
de nuestras filas, cuyas mentes caotizadas albergan un proyecto extraño
a la Nacionalidad que es el del peronismo concebido por Perón y los
millones de argentinos plenamente consustanciados con su doctrina quieren
una Argentina libre, poderosa, justa.
En abril de 1975, a un mes de ocurrida la Masacre de Pasco, un grupo
de la Juventud Peronista organiza un acto relámpago en la intersección
de las calles Pasco y Salta. Arrojan volantes en donde denuncian el
hecho y los posteriores hostigamientos padecidos por los militantes
de la Juventud Peronista de la zona, también los allanamientos de los
domicilio de varios de ellos.
En el volante identifican a los responsables del hecho. Marcan en primer
lugar a la Comisaría Nº 1 de Lomas de Zamora. También responsabilizan
al intendente Duhalde por fomentar desde la municipalidad la aparición
de grupos parapoliciales. Denuncian que durante el gobierno de Duhalde
se produjeron la mayor cantidad de encarcelamientos y asesinatos a militantes
populares en la historia de Lomas de Zamora. Agregan que la relación
de Duhalde con la policía queda en claro cuando dos meses atrás prestó
los salones de la Municipalidad para que fueran velados allí los tres
policías torturadores ejecutados por los Montoneros.
El 17 de octubre de 1975, el día de la lealtad, Duhalde organiza y preside
la columna que parte desde la plaza de Lomas, ya que hablaría Isabel
de Perón. La columna, según relatan algunos asistentes al acto, ingresaron
a la Plaza de Mayo cantando:” A la lata al latero, queremos la cabeza
de los jefes montoneros”.
Masacre
de Avellaneda
En el año 2002, Eduardo Duhalde asume la presidencia de la Nación, en
forma similar al golpe palaciego dado en el 74´, en Lomas. Su intención
como dirigente máximo era impedir las movilizaciones populares y demostrar
su dureza ante el poder económico nacional y el FMI. Los días previos
a la Masacre de Avellaneda, Duhalde se reunió con representantes de
las Fuerzas Armadas, de la Policía Federal y Provincial, miembros del
gabinete, representantes del Poder Judicial, Servicios de Inteligencia
del Estado, el gobernador de Buenos Aires, Felipe Sola, entre otros
para instruir sobre la decisión política de reprimir el conflicto social
y organizar el operativo. El mismo 26 de junio, Duhalde se citó con
Soria, titular del SIDE, Atanasoff, Jefe del Gabinete y Juan José Álvarez,
Secretario de Seguridad para armar el discurso argumental que justificara
el terrorismo de estado desde su presidencia. El comisario Franchiotti
repitió la versión mentirosa de que la policía sólo usó balas de goma,
en cambio los piqueteros portaban palos y balas asesinas.
Duhalde fue el responsable de las muertes de Darío Santillán, Maximiliano
Kosteki y treinta y tres heridos de balas de plomo, su propósito, desarticular
las luchas sociales. Álvarez garantizó la masacre, el poder económico
y los medios de comunicación justificaron la represión y las muertes,
Franchiotti fue la mano de obra. Pero la reacción popular lo obligó
a cambiar de estrategia, luego a adelantar las elecciones. A partir
de ese momento comienza la persecución a militantes. Los punteros del
PJ, matones a sueldo o patotas de la policía secuestraban, amenazaban
o golpeaban a militantes de base con el fin de desarmar a las organizaciones
populares y garantizar el orden, en un clima social de movilización.
“La forma en que actuaron las fuerzas provinciales, coordinadas con
las nacionales de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal, demuestra
que la emboscada estaba preparada y que no hubo aquí ningún exceso,
sino la recalcitrante adhesión de las fuerzas de seguridad para repetir
los procedimientos de la dictadura militar. Y un mensaje inequívoco
del poder central. Si no fuera como queda escrito, ¿cómo podrían haber
ingresado efectivos de la Federal cuatrocientos metros en terreno bonaerense?,
¿cómo podría haberse llevado a cabo el asalto sin orden judicial al
local de Izquierda Unida donde hirieron y secuestraron militantes de
un partido del arco parlamentario? ¿Cómo podría la bonaerense haber
ocupado el Hospital Fiorito para secuestrar gente?” Página 12, 27 de
junio de 2002.
Años antes, exactamente en 1991, Duhalde asumía la gobernación de Buenos
Aires, sus hombres de confianza lo rodeaban, entre ellos, Alberto Trezza
( compañero de militancia de la década del 70´ que se había desempeñado
como empleado del Ferrocarril Roca) quien había comandado la primera
etapa de desguace de Ferrocarriles Argentinos, en ese momento lo nombra
titular de Ferrobaires. Trezza arma una estructura de poder que aún
se mantiene intacta, un grupo que también activa como barras bravas
de Banfield, Lanús y Defensa y Justicia, entre los integrantes de ese
grupo figura Héctor Carruega, vinculado a la muerte del militante del
PO, Mariano Ferreira. (Diario Tiempo Argentino 30-01-11).
Victorio Calabró
En el armado de las listas del Frejuli, la burocracia sindical del peronismo,
representada por las 62 organizaciones proponían la fórmula Anchorena-
Guerrero y la Juventud Peronista pretendía postular a Bidegain. La discusión
se dirimió en el Congreso de Avellaneda. Juan Manuel Abal Medina, Secretario
del movimiento llevaba la orden de Perón de repartir el 25% para la
rama sindical de Miguel y Rucci y había designado a Bidegain como cabeza
de lista por la rama política. Calabró llegó porque accedió a romper
el frente sindical de las 62 organizaciones y negociar con el frente
político.
No obstante, mientras ocupó el cargo de vicegobernador se encargó de
desgastar al gobierno de Bidegain, obligarlo a largas batallas legislativas
estériles. Otro de sus recursos era crear gastos que no figuraban en
el Presupuesto de la Provincia, comprometiendo así partidas ya aprobadas.
Solía enviar a sus emisarios a hablar de infiltración y de marxismo
dentro del gobierno de la provincia, ante los editorialistas de La Prensa
y La Nación.
En enero de 1974 aprovechó la destitución de Bidegain, quien era proclive
a la política de Montoneros, para asumir como gobernador de Buenos Aires,
los dirigentes metalúrgicos lo apoyaron, necesitaban el espacio de poder.
Victorio Calabró era un dirigente metalúrgico, miembro de las 62 organizaciones.
Durante su gobernación se produjeron la mayor cantidad de atentados,
secuestros, detenciones y masacres.
Mantenía estrechas relaciones con el brujo López Rega y con las Fuerzas
Armadas, sobretodo con el general Viola. Según el periodista López Echagüe,
ocurrido el golpe, Calabró pudo instalarse libremente en un departamento
de Cabildo al dos mil, en la Capital Federal, donde nunca jamás fue
importunado, ya que el general Viola, haciendo gala de fidelidad al
compromiso asumido, lo protegió Calabró fue la apoyatura provincial
de Duhalde, le giró partidas de dinero para apaciguar el explosivo Municipio.
1) Artículo 211. (Intimidación pública contra la población) en el Código
Penal, así como el art. 149 (coacción agravada, para obligar a funcionarios
a dictar alguna medida o abstenerse). Figuras como los Art. 211 y 149
se utilizan clamorosamente para reprimir la protesta social.
Art.213 Bis.- Será reprimido con reclusión o prisión de tres a ocho
años el que organizare o tomare parte en agrupaciones permanentes o
transitorias que, sin estar comprendidas en el artículo 210 de este
Código, tuvieren por objeto principal o accesorio imponer sus ideas
o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho de
ser miembro de la asociación.
2) Alberto Aramouni: legislador provincial en la provincia de Buenos
Aires por la Democracia Cristiana (73/76 y 85/87).
3) Augusto Conte: dirigente de la Democracia Cristiana, Padre de Plaza
de Mayo, uno de los fundadores del CELS, Diputado Nacional. Se suicidó
en 1992.
La AAA
Los orígenes de la triple A deben rastrearse a comienzos del 73, como
una respuesta de la derecha peronista, la burocracia sindical y la CIA
a la gran movilización de los sectores populares, ideada para frenar
las demandas populares y preparase para una agudización de la lucha
de clases y de la creciente actividad política. La banda, dirigida por
José López Rega, secretario personal de Juan Domingo Perón , quien había
sido designado Ministro de Bienestar Social nombró al teniente coronel
Jorge Manuel Osinde, experimentado represor durante el primer gobierno
peronista, como secretario de Deportes y Turismo. De la mano de Osinde,
llegaron al Ministerio de Bienestar Social, Morales y Almirón, dos policías
expulsados de la fuerza por corruptos, proxenetas, ladrones y traficantes
de drogas. A su vez Morales y Almirón conectan a López Rega con Villar,
el círculo de muerte se cierra. La estructura de la triple A, según
Paino constaba de ocho grupos cuyo jefe máximo era López Rega y el enlace
entre ellos, Conti. Cada grupo formado por cuatro hombres, más otro
de apoyo respondían a las órdenes de un jefe. Así Almirón, Rovira (descubierto
recientemente por los trabajadores de Metrovías como Jefe de Seguridad
de la empresa), inspector Coquibus, sargento primero López, Farweson,
Pascucci, Taequini y Escobar eran los jefes de diversos grupos y sustentaban
un poder ilimitado, sobre la vida y sobre la muerte de los que consideraban
sus enemigos. Aunque en teoría, antes de decidir cada operativo, una
vez filtrada la información de boca de los infidentes, se la procesaba
y era López Rega quien decidía la ejecución. Pero como eran los jefes
de grupos quienes recibían la información y la verificaban, hubo casos
en el que la ejecución respondió a rencillas personales de cada jefe.
El servicio de inteligencia recolectaba la información de un jefe de
manzana quien recibía la información de toda la manzana, porteros, inmobiliarias,
porteros de facultades etc. Una vez corroborada la información, los
colaboradores eran recompensados. El jefe del sector tomaba datos de
6 manzanas y el jefe de zona tenía a su cargo dos sectores y era quien
filtraba la información y la comunicaba al Ministerio de Bienestar Social.
Rodolfo Walsh hacia fines de 1974 sistematizó sus investigaciones y
reconstruyó la estructura de la Triple A del siguiente modo: Conducción
política (López Rega), Conducción operativa (Morales, Almirón y Rovira).
El grupo terrorista estaba dirigido por un cuerpo nacional general del
cual dependía un cuerpo ejecutivo, con secciones de inteligencia, justicia
y operaciones.
Además, según Walsh, la procedencia de los miembros de la triple A eran
los siguientes: Grupo original (Villar, Morales, Almirón, Rovira) Custodia
personal de López Rega, Sectores políticos adictos a López Rega, Custodia
presidencial, Policía Federal, Otras policías, Ejército, Marina, Gremios.
Walsh detecta como sectores políticos a López Rega a la Juventud Peronista
de la República Argentina (Jotaperra) liderada por Julio Yessi, consignatario
de armas, a la revista El Caudillo de Felipe Romeo (partícipe de exterminios)
y a Norma Kennedy.
Walsh advirtió la repetición de la metodología utilizada por la triple
a en Bahía Blanca y Mar del Plata a través de tres grupos responsables:
Uno encabezado por Gregorio Minguito, dirigente de la UOM, zona norte,
otro organizado por el dirigente del Automóvil Club Argentino, Carlos
Sanguinetti y el otro formado por custodio de Luz y Fuerza, vinculados
directamente con Morales.
Asimismo la banda contaba con un comando especializado en asesinar exiliados
políticos a partir de un acuerdo firmado en el 74 con otros dictadores
latinoamericanos y la CIA.
Entre julio y agosto de 1974, se contabilizó un asesinato de la AAA
cada 19 horas. Se había iniciado la práctica de la desaparición de personas.
La banda terrorista hizo su aparición el 20 de junio de 1973, en la
llamada Matanza de Ezeiza donde fueron identificados trece muertos y
más de trescientos heridos, luego en noviembre del 73 pasaron a atentar
contra la vida del senador Hipólito Solari Irigoyen. La primera víctima
mortal fue el diputado nacional Rodolfo Ortega Peña en julio de 1974.
También asesinaron a Silvio Frondizi, Julio Troxler, Atilio López, Alfredo
Curutchet, Carlos Mugica. Algunos sostienen que ultimaron entre mil
quinientos y dos mil militantes y referentes populares, otros aseguran
que fueron cinco mil víctimas en todo el territorio. Desde el mismo
riñón de la Triple A se adjudican la desaparición de Raúl Alfredo Bonafini
en febrero de 1977, Carlos Gustavo Cortiña el 15 de abril de 1976, Héctor
Chaves el 29 de marzo de 1976, Dante Guede el 9 de octubre de 1976,
estos datos corroborarían que esta organización parapolicial siguió
trabajando como tal, luego del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.
La Triple A y los grupos de influencia
La Triple A en algunos casos accionará en conjunto con los diversos
grupos de ultraderecha que actuaron con la complicidad y colaboración
de policías y militares. Las bandas (CNU, CDO, JPRA, JSP) habían surgido
en las décadas del 60´ y 70´ y luego de ocurrido el golpe, la mayoría
de sus miembros se incorporarán a las patotas represivas.
El órgano oficial de difusión de la Triple A era la publicación “El
Caudillo” que surgió en 1973. Su director, Romeo, se encargaba de bajar
línea en contra de la izquierda peronista, volcaba su ideología de derecha,
antisemita y emitía pedidos de castigos para figuras políticas y culturales,
también publicaba las listas negras de la AAA. El lema de sus responsables:”El
mejor enemigo es el enemigo muerto”.
Comando Nacional Universitario (CNU)
La CNU nació en La Plata. Para 1968 era un grupo de centroderecha que
se fue convirtiendo en un movimiento parapolicial, ilegal, clandestino
de ultraderecha. En 1971 asesinaron a la estudiante Silvia Filler; cinco
miembros fueron encarcelados, pero recuperaron la libertad para 1973.
Durante la tercera presidencia de Perón, secuestraron, torturaron y
mataron con la cooperación de las fuerzas militares y policiales. Ex
miembros de la Concentración Nacional Universitaria de Mar del Plata,
integraron después del golpe de Estado de 1976 patotas del Grupo de
Artillería de Defensa Aérea 601, unidad del Ejército responsable de
secuestros, torturas y desapariciones.
Comando de Organización (CDO)
Alberto Brito Lima, exdiputado nacional, fue el jefe del Comando de
Organización. En el año 1973, Brito Lima protagonizó junto a Alejandro
Giovenco, Noma Kennedy y Osinde la matanza de manifestantes, pertenecientes
a la columna sur de la Juventud Peronista, en Ezeiza, tras la llegada
de Perón. En Lomas de Zamora, el local central de CDO funcionaba en
un chalet cercano a la estación de Turdera, participaban muchos de los
que hoy pertenecen al oficialismo, también gente de Monte Grande que
venían mandados por Giovenco., Brito Lima.
Juventud Peronista de la república Argentina (Jotaperra)
Surgió para contrarrestar la acción de la Juventud Peronista, Montoneros.
La Jotaperra como la llamaban los miembros de la Juventud Peronista
se hallaba encabezada por Julio Yessi quien era responsable de un organismo
dependiente del Ministerio de Acción Social. En el año 1974, el uruguayo
Antonio Acosta fue perseguido, torturado y secuestrado por la patota
de Coordinación Federal y grupos de tarea que pertenecían a la Juventud
Peronista de la República Argentina de Julio Yessi.
Según relata Julio Raffo, Exrector de la UNLZ:” la AAA había puesto
a Julio Yessi de la J. Perra, para contrarrestar a la J.P. Solía pasar
por la casa de Julio Yessi cada vez que debía hacer trámites, cambiaba
de camino continuamente por una cuestión de seguridad, a veces por Camino
Negro, o Autopista Ricchieri, pero cuando pasaba por la casa de Julio
Yessi siempre había cuatro autos parados, hombres parapetados y un gran
movimiento.
Si bien gran parte de los operativos salían de la quinta de Olivos bajo
las órdenes de Almirón, la casa de Yessi en la calle Mitre del partido
de Lomas, era grande, operativa y se veía gente armada. Era una casa
operativa que respondía a las órdenes de López Rega. Creo que la AAA
actuaba en función de la información y los requerimientos locales. No
había una inserción de la AAA en todos lados, pero atentaban contra
los referentes barriales que molestaban. Tenían una lista con los militantes
y había un dedo que decidía quién moría.
Juventud Sindical Peronista
Fue una estructura juvenil de gremios incorporados a las 62 Organizaciones,
fundada en 1972 por José Ignacio Rucci, funcionó como fuerza de choque
contra los militantes de la Juventud de los Trabajadores Peronistas
a la que calificaban como grupos de infiltración marxista. La Juventud
Sindical Peronista reclutaba a los matones que actuaban en los operativos
de la AAA
Comando Nacionalista del Norte
Fue una organización paramilitar surgida a comienzos de 1974 bajo el
control y la Dirección del Comando de la V Brigada de Infantería de
Tucumán. Su jefe fue el Inspector Roberto Heriberto Albornoz (El Tuerto),
conocido torturador que actúo con total impunidad durante las dictaduras
de Onganía, Levingston y Lanusse. Tiempo después el Comando Nacionalista
del Norte se incorporará a la Triple A.
Comando Libertadores de América
Durante el año 75, comenzó en funcionar, en Córdoba, el Comando Libertadores
de América, organización responsable de secuestros, torturas y muerte.
Tanto la AAA como los Comandos Libertadores tenían el mismo modo operacional
y los mismos objetivos, pero estos últimos no tenían conexión con López
Rega. Los Comandos Libertadores estaban integrados por militares, policías
y civiles cuyo jefe era Héctor Vergez, alias “Vargas” y su mano derecha
Pedro Raúl Telleldín (padre de Carlos Telleldín. Implicado en la voladura
de la AMIA) suboficial retirado que fue puesto a la cabeza del Departamento
de informaciones de la provincia.
Los centros de operaciones elegidos eran los locales de sindicatos intervenidos,
organismos oficiales como el Banco Social y las dependencias del D2,
donde se interrogaba y torturaba a los detenidos que luego eran llevados
a la cárcel de San Martín o al campo de concentración La Rivera, primer
centro ilegal en Córdoba...
Durante 1975 recrudecen las detenciones ilegales, asesinatos, atentados
como la voladura que padece el diario “La voz del interior”, el secuestro,
fusilamiento y voladura de los cuerpos de la familia Pujadas (Mariano
Pujadas, uno de los presos fusilados en Trelew).
Las estructuras ilegales y las formales, las clandestinas y las regulares,
actuaban en el marco de una estrategia única y bajo una conducción unificada.
Los grupos de tareas conformaban una organización paralela, subsumida
en la estructura policial, pero que respondía a sus propios mandos.
Ocurrido el golpe del 76, las bandas represivas se sumaron a los grupos
de tareas bajo las órdenes de los militares.
Antecedentes de la AAA
Los cardenales de La Forestal
La Forestal, empresa de capitales ingleses,
franceses y alemanes, en 1872 se instaló en el norte de Santa Fe, el
sur del Chaco y el noreste de Santiago del Estero. Esas, tierras fueron
cedidas a cambio de pagar un empréstito contraído por el gobierno.
Crearon colonias que contaban con leyes, bandera y dinero (vales) propios.
Aproximadamente 20.000 trabajadores absorbía la empresa, entre sus empleados
figuraban diputados, comisarios, jueces y otros funcionarios que recibían
importantes beneficios a cambio de favores.
La superexplotación de los obreros hizo posible el enriquecimiento de
los distintos dueños. El 90 % de la población sufría de paludismo, tuberculosis.
El 80 % de las muertes correspondía a menores de 35 años. Las condiciones
de vida precaria, en chozas construidas por los propios obreros podían
ser quemadas, y las familias perseguidas hasta que morían o abandonaban
los territorios de La Forestal, en el caso de detectarse la participación
del trabajador en huelgas. .La jornada laboral de 12 horas a cambio
de pan, mate y unos vales que se cambiaban en la misma proveeduría de
la empresa fueron el contexto en el que se produjo la primera huelga
de La Forestal, en julio de 1919. Los anarquistas de la FORA, socialistas
y sindicalistas independientes cooperaron en el armado de la huelga
cuyos reclamos fueron “jornada de 8 hs., aumento salarial, suspensión
de los despidos. La segunda huelga se produjo entre diciembre de 1919
y enero de 1920 la huelga de hacheros, reprimida salvajemente por la
gendarmería de La Forestal, por la argentina y por bandas civiles contratadas
en Buenos Aires; aquello dejó una cifra nunca revelada de muertos.
La tercera huelga en La Forestal del año 1921 fue la más importante
y culminó con una salvaje represión, donde la "gendarmería volante"
y otras formaciones parapoliciales impunemente patrocinadas por el gobierno
de Hipólito Yrigoyen actuaron despóticamente con un saldo de centenares
de muertos y 19 dirigentes huelguistas condenados a la cárcel. En el
cuaderno del capataz Aniceto Barrientos registraba lo siguiente: “a
los muertos los apilaban uno sobre otro, le clavaban el cuchillo en
la nuca por si estaban vivos, desde ese día tenía miedo de volver a
trabajar porque nos miraban con odio, como si fuéramos perros sarnosos”.La
Forestal además tenía una fuerza propia de represión: la "gendarmería
volante" (popularmente conocida como "los cardenales"), financiada por
la propia empresa, y armada y uniformada por el gobierno provincial.
Esta ¨fuerza policial¨ hacía cumplir las leyes propias de la empresa
incluso violando la propia Constitución Argentina y los Derechos de
los trabajadores. La Forestal acabó con el potencial argentino de quebracho
y se trasladó a África, para explotar mimosa. En Chaco y Santa Fe quedaron
un millón de hectáreas incultivables, pueblos fantasmas y mucha gente
en la miseria.
Ramón Falcón
Fiel representante de la oligarquía argentina, mantuvo una coherencia
en la lucha y exterminio del otro, el diferente. En un principio participó
junto a
Sarmiento, en Entre Ríos combatiendo a las montoneras de López Jordán,
luego Roca lo nombra inspector del batallón de guardia cárceles de la
campaña al Desierto en el exterminio del indio. Reaparece como represor
en julio del 93. En 1906 fue nombrado por Alcorta, Jefe de la Policía
de la ciudad de Buenos Aires.
El 1 de mayo de 1905, frente al estado de sitio impuesto por Quintana,
las posibilidades de recordar el día de los trabajadores son inciertas.
A pesar de todo la FORA y la UGT deciden llevar adelante el acto sin
las banderas rojas que la oligarquía rechazaba por ser foráneas, extranjerizante.
La multitud parte de Plaza Constitución y a la altura del teatro Colón
comienzan a hablar los oradores, pero rápidamente la represión policial
los detiene.
Grupos de civiles y policías bajo sus órdenes habían clausurado en incendiado
locales sindicales, censurado la prensa anarquista y socialista, quemado
sus imprentas, bajo el grito de “Viva la patria”. En 1907 desalojó a
familias que se resistían a pagar el aumento exorbitante de sus alquileres,
en esa oportunidad arrasó contra mujeres y niños.
El 1 de mayo de 1909 reprimió a miles de trabajadores que se habían
dado cita en plaza Lorea, el resultado 11 muertos y 105 heridos, muchos
de los cuales fallecieron al día siguiente. Esto desató la decisión
sindical de pedir su renuncia y largaron la huelga con movilización.
Nuevamente reprimió una columna de 60.000 personas que acompañaban el
féretro de los masacrados al cementerio de Chacarita.
Finalmente hacia fines de 1909, el anarquista ruso
Simón Radowitzky arrojó una bomba de fabricación
casera en el carruaje donde viajaba Falcón, quien murió a las pocas
horas.
La Semana Trágica
La Argentina recibe a principios de siglo una importante masa inmigratoria,
entre ellos anarquistas y socialistas. Durante el gobierno de Hipólito
Irigoyen (1916-1922) impotente ante el capital oligárquico, ordena reprimir
las huelgas sin titubear. Los círculos más reaccionarios entran en una
suerte de pánico, de histeria ganaderil, denunciando la existencia de
soviets en cada sindicato o en cada actitud de rebeldía de los trabajadores,
lo que los lleva a tomar la decisión de crear una fuerza parapolicial
que reprima con mayor eficiencia que la policía.
El 7 de enero de 1919 comenzó la huelga en los Talleres metalúrgicos
Vasena. El reclamo por las 8 hs. laborales, aumento salarial fue reprimido
por un grupo de rompehuelgas, junto a la policía que comenzaron a disparar,
e ingresaron a las casas matando a cuatro personas dentro de sus viviendas.
El 9 de enero, una muchedumbre acompañó el cortejo fúnebre hasta el
cementerio de la Chacarita. Mientras los distintos referentes de la
FORA hicieron uso de la palabra, la policía y el ejército surgieron
de entre los muros del cementerio disparando sobre los obreros.
El 11 de enero, el gobierno radical concedió aumento salarial, la libertad
de los 2000 presos y la jornada laboral de 9 horas. La FORA (comunistas
y socialistas) aceptó, pese a que un sector (anarquistas) exigía la
continuación de la huelga hasta lograr el esclarecimiento de más de
700 muertes y 4000 heridos registrados a lo largo de esa semana.
El 20 de enero los obreros de Vasena se incorporaron a la fábrica, después
de corroborar que habían sido satisfechas sus demandas.
El clima de tensión llegó a su punto más álgido, durante la
Semana Trágica. Fue el bautismo de fuego
de la Liga Patriótica Argentina, aunque habían participado antes en
represiones (como un acto pacífico en Gualeguaychú, o un ataque a una
reunión de la FORA), nunca habían tenido la posibilidad ofrecida en
aquel enero, en el que, junto a la policía y el ejército, dejaron un
tendal de 700 cadáveres, 2.000 detenidos y 4.000 heridos.
La creciente conflictividad obrera (huelgas) es percibida por la clase
dominante como el otro, el peligroso que ocasiona la ruptura del orden
establecido, pues la clase trabajadora podía adueñarse de un pensamiento
democrático que hiciera tambalear el predominio de la burguesía. Estas
nuevas formaciones son amparadas y actúan con total impunidad por el
estado, son los nuevos aliados de la policía y del ejército, provienen,
en su mayoría de familias del Barrio Norte. La reacción de los sectores
que veían amenazada su posición se materializó en las siguientes organizaciones:
La Asociación del Trabajo
La Asociación del Trabajo, una banda de rompehuelgas que surge en 1918
y se dedicaban a reprimir cualquier manifestación de protesta obrera.
La Liga Patriótica Argentina
La Liga Patriótica Argentina, banda parapolicial
de derecha, fue el primer grupo nacionalista. Se fundó en 1919, para
“ordenar” la patria de los agitadores izquierdistas, hacer respetar
las instituciones ante el peligro de un cambio social, otorgar un lugar
privilegiado a la iglesia y a las fuerzas armadas. Presidida por el
Yrigoyenista Manuel Carlés, e integrada por estancieros, militares,
empresarios, hombres del clero como Miguel A. Martínez de Hoz, Antonio
Lanusse, Federico Leloir, el perito Francisco P. Moreno, Joaquín S.
de Anchorena, monseñor Miguel de Andrea, Carlos Tornquist, Federico
Leloir, Jorge Mitre, Dardo Rocha etc. Nacen al amparo del estado y actúan
con total impunidad, reprimen a obreros, los expulsan, les disparan,
conforman un sindicato paralelo, un sindicato de la patronal. Se reúnen
en comisarías reparten armas y brazaletes, utilizan autos último modelo
para incendiar locales anarquistas, bibliotecas populares, sindicatos
con la venia de la policía. Las ideas de la Liga Patriótica. Dios, familia,
propiedad, tradición, eran utilizadas como mero chantaje emocional.
La Patagonia rebelde
En 1921 comienzan la huelga, los trabajadores de las estancias de Santa
Cruz, impulsados, fundamentalmente, por los sindicatos anarquistas.
Reclamaban mejoras en las condiciones laborales, aumento de salario,
un paquete de velas mensuales a cada obrero, mejoramiento en las raciones
de alimentos. El pedido fue rechazado por la Sociedad Rural de Santa
Cruz que nucleaba a estancieros y terratenientes.
Los trabajadores declararon la huelga. El presidente
Irigoyen mandó al teniente coronel Varela y un batallón del ejército
El asunto concluyó con el silencio y la negativa a investigar la verdad
por parte del gobierno, para no avivar el escándalo. Carlés en persona
se dirigió a Río Gallegos con la intención de crear brigadas para asistir
al ejército en la represión de los obreros. En total, fueron 298 brigadas
en las áreas de Ushuaia, Río Gallegos, San Julián, Puerto Deseado, Comodoro
Rivadavia y Puerto Madryn. El resultado fueron 1500 obreros muertos
por las brigadas de Carlés sumados al ejército comandado por el teniente
coronel Héctor Benigno Varela, un militar que participó en la represión
durante la Semana Trágica.
Años después, en 1923, el teniente coronel Varela sería ajusticiado
por el anarquista alemán Kart Wilckens, en el barrio de Palermo, Buenos
Aires.
Leopoldo Lugones (hijo)
Se desempeñó como director del Reformatorio de Menores Olivera, pero
acusado de corrupción y abuso de menores fue condenado a diez años de
prisión. Su padre, intercede ante el presidente Irigoyen por “el honor
de la familia” y logra salvarlo. Durante la dictadura de Uriburu, es
nombrado comisario inspector de la misma repartición de la calle Las
Heras, donde había sido acusado de pederasta y sádico. Comenzó a investigar
y practicar distintas formas de tortura en el sótano de la comisaría,
utilizó los nuevos adelantos tecnológicos de la época: la electricidad,
la mecánica. Tristemente célebre por la invención de la picana eléctrica,
a la que recurrió en sesiones de tortura dentro de la repartición. Uriburu,
para sostener el régimen de terror, utilizó a algunos militares nacionalistas
y prefirió a funcionarios de su confianza para eliminar a sus opositores,
encarcelar y torturar. Uno de esos sujetos fue Lugones, quien manifestaba
placer por los castigos físicos y morales partidos a sus víctimas. Bajo
su gestión llegó a tener trescientos agentes a su cargo que caminaban
las calles en busca de cualquier frase de café en oposición al gobierno
como argumento de una detención por “conspiración” que luego se pagaba
con cárcel y torturas. No sólo obreros, estudiantes, radicales, anarquistas
o comunistas fueron objeto de la represión del régimen militar. El gobierno
de Uriburu también torturó a sus camaradas de armas. Se suicidó en 1971.
La Liga republicana
La Liga Republicana fue organizada desde la publicación La Nueva República
en el año 1929. Los hermanos Irazusta, Juan Carulla y Ernesto Palacios
iniciaron la publicación en 1928 y basaron su prédica en las consignas:
“orden, jerarquía y autoridad”, al año siguiente pasaron de lo discursivo
a la acción directa conformando la fuerza de choque: Liga Republicana.
Para 1930 definían abiertamente la intención de luchar contra el enemigo
interno. Rodolfo Irazusta, Roberto Laferrere, Daniel Videla Dorna, la
dirigían. Fue una liga de acción y milicia voluntaria, tal como se autodefinían.
La legión de Mayo
La Legión de Mayo grupo de choque creado por iniciativa de Uriburu en
agosto de 1930 surgió para respaldar el golpe de estado perpetuado por
él mismo. Su fundador, Alberto Viñas, diputado conservador, hombre de
Uriburu, postuló un basamento ideológico similar al de La Liga Republicana.
Tanto la Legión de Mayo como la Liga Republicana actuaron conjuntamente
reprimiendo a obreros rebeldes.
La Legión Cívica Argentina
La Legión Cívica Argentina fue una banda paramilitar con personería
jurídica, creada en 1931 por decreto gubernamental y constituyó el apoyo
militar al gobierno de facto de Uriburu. La Legión nació para vigilar,
reprimir el accionar de los trabajadores, sobre todo extranjeros de
ideas foráneas, de izquierda. Eran civiles armados y uniformados cuya
misión era mantener la seguridad del orden establecido a fuerza de represión
levantar las banderas de la argentinidad colaborar con las autoridades
en el mantenimiento de la seguridad y del orden interno, trabajar por
el afianzamiento de la argentinidad, consolidar el culto a la patria
eliminando todo acto o persona que atente contra la unidad social y
moral del pueblo argentino.
La Legión Cívica estaba presidida por Floro Lavalle, Federico Leloir,
como vicepresidente, Jorge Lavalle como secretario, otros miembros militares
(Coronel Nicolás Accame, Juan Jones y el capitán Juan Ezquerra).
En junio de 1931, escolares argentinos reciben adiestramiento militar
a cargo de instructores militares, queda así aprehendida la idea de
la patria vinculada con la violencia institucional
En 1935, Juan Enrique Ramón Queraltó, integrante de la Legión Cívica
e hijo de un comerciante español importador de juguetes, funda la Unión
Nacionalista de Estudiantes Secundarios, como ala estudiantil de la
Legión Cívica. La UNES había surgido para contrarrestar las prédicas
de izquierda de la Federación Universitaria Argentina. Rápidamente en
el lapso de dos años pasó de 5 miembros a 20.000, por lo tanto decidieron
la creación de una organización que nucleara a jóvenes de todos los
niveles, nació así la Alianza de la Juventud Nacionalista (1941).
Por primera vez una organización nacionalista celebra el 1 de mayo,
en competencia con anarquistas, socialistas y comunistas. Queraltó decía
al respecto:…” Nosotros decidimos hacerla netamente argentina, llevando
en alto el emblema nacional frente al trapo rojo de comunistas y socialistas.
Salimos desde Santa Fe y Pueyrredón. Éramos cerca de 2000 personas;
cuando llegamos a la plaza San Martín, la columna tenía 20.000. Ese
acto demostró que existía una conciencia nacional” “Éramos -y lo seguiremos
siendo- decididos anticomunistas, porque el marxismo ateo e internacionalista
es nuestro mayor enemigo. También estábamos contra toda colectividad
que perjudique los intereses nacionales.”
En 1951, Patricio Kelly asume la conducción de la agrupación y le cambia
el nombre por Alianza Popular Nacionalista.
La Liga Republicana, La Legión de Mayo y la Legión Cívica Argentina
tuvieron en común, al principio, una manifiesta admiración por Uriburu,
pero no lograron aunarse detrás de un proyecto homogéneo, porque sostenían
diferentes enfoques sobre religión, economía y modelos políticos
Los Comandos Civiles
Los Comandos Civiles eran grupos de jóvenes de clase media e incluso
de la aristocracia que manifestaban un profundo desdén por los sectores
populares que caracterizaban como incultos e incapaces. Entre los que
integraron este grupo figura Mariano Grondona. Actuaron como grupos
de choque y de apoyo a la Revolución Libertadora que derrocó a Perón.
Tacuara (Movimiento Nacionalista Tacuara)
Hacia 1945, la UNES (Unión nacionalista de estudiantes secundarios),
era una rama de la Alianza de la Juventud Nacionalista fundada por Juan
Queraltó publicaba un periódico llamado “Tacuara” bajo la responsabilidad
de un grupo de jóvenes provenientes de barrios de alto poder adquisitivo,
estudiantes de escuelas religiosas, liceos militares. El grupo liderado
por Alberto Ezcurra Uriburu y Joe Baxter tenía como mentor ideológico
al sacerdote Julio Ramón Meinvielle y a Jaime María de Mahieu.
Los lineamientos ideológicos de la agrupación podían resumirse en una
fuerte inspiración falangista, Resaltaban las figuras de Hitler, Mussolini
y Franco. Rechazaban las elecciones y el sistema parlamentario, eran
antimarxista, revalorizaban la patria y la religión católica como valores
supremos y exaltaban la violencia como forma suprema. Lograron desarrollo
organizativo en Rosario, Santa Fe y Tandil.
En 1958 participaron en los enfrentamientos “por una educación laica
o libre”, no sólo a través de pintadas y volanteadas, sino también como
fuerza de choque y en apoyo de una educación libre. Tacuara se especializaba
en romper manifestaciones de estudiantes.
Las distintas tendencias presentes en Tacuara
se hicieron visibles para 1960 a partir de la revolución cubana lo que
generó una de las primeras fricciones entre Joe Baxter quien veía con
simpatía el fenómeno cubano y Ezcurra, enemigo del socialismo. Para
1961. Tacuara condena la invasión norteamericana a Bahía Cochinos, sin
apoyar al régimen, aunque el padre Meinvielle hace público su repudio
a los sectores izquierdistas de Tacuara que manifiestan consignas y
doctrinas sospechosas.
En 1961 el grupo de Dardo Cabo se separa de Tacuara para formar el Movimiento
Nueva Argentina, una organización de derecha que luchaba por el regreso
de Perón.
En las elecciones de 1962, Joe Baxter decidió apoyar al peronismo proscripto,
mientras la otra fracción de Tacuara presentaba candidatos propios en
Entre Ríos y Capital a través del partido Unión Cívica Nacionalista.
Muchos jóvenes que se habían acercado a la agrupación movidos por una
vaga tendencia nacionalista y un fuerte deseo de acción se inclinaron
por participar paralelamente en la Juventud Peronista.
En 1963 el sector cuyos referentes eran José Nell y Joe Baxter crearon
el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara que rompe con la iglesia,
el antisemitismo y la derecha y se inclina hacia posiciones más cercanas
al marxismo y hacia el peronismo de izquierda. Muchos de los cuadros
de las FAP y PB, también de Montoneros y ERP pasaron por el MNRT.
Guardia Restauradora Nacionalista
Ante las divergencias presentes en Tacuara, Meinvielle consideró que
la agrupación se inclinaba hacia posiciones marxistas y le resultaba
intolerante las vinculaciones con el peronismo, por lo que decide organizar
la Guardia Restauradora, organización mucho más reaccionaria que la
anterior.
Meinvielle exigía a sus miembros ascendencia europea y más de cinco
generaciones en el país. Sostuvieron una línea ultracatólica, antisemita.
Su referente ideológico fue José Antonio Primo de Rivera y la consigna
que utilizaban; ” Dios, patria y hogar”. Sus primeros líderes fueron
Roberto Etchenique, Roberto Estrada y Augusto Moscoso.
El autoritarismo en la Argentina, durante la década del 70 es el resultado
de un largo proceso que comienza con la génesis de nuestra sociedad
misma. El verticalismo, el autoritarismo, arraigados en la organización
familiar, escolar, en las construcciones políticas, sociales afloran
tanto en las situaciones cotidianas, como en la superestructura. Tienden
a caracterizar al otro, al que no se ajusta al orden establecido como
al enemigo. Se trata de una concepción binaria de la política, vigente
en espacios del pasado, pero también del presente. Sin embargo, el escenario
nacional de ayer y de hoy demuestran que la diversidad cultural, las
diferentes lecturas de la realidad abren un abanico heterogéneo, por
lo tanto, reducir y forzar a una uniformidad de ideas conlleva un sesgo
autoritario y antinatural. Nuestra sociedad, desde siempre estuvo imbuida
de una cultura no democrática, de alternancia de gobiernos militares
y democráticos, en donde la mayoría de las veces, los partidos políticos
apoyaron los golpes de estado. Por otro lado, las clases hegemónicas,
para sostener el orden social de dominación, cuando no lo lograban por
consenso, hacían uso de la herramienta surgida en el seno mismo de la
Nación: las fuerzas represivas, quienes delimitaron sus objetivos desde
su génesis misma: la eliminación del enemigo interno mientras que paralelamente
se profesionalizaban. La larga tradición de prácticas de torturas, asesinatos
por parte de las fuerzas armadas y la policía, en la creencia de que
son los garantes del orden permiten que el sistema político delegue
institucionalmente el poder represivo a las tres armas y a la policía.
Sintomatología presente, aún en la actualidad.
Por otro lado, el continuo aislamiento de las fuerzas progresistas de
los 70´, la crisis vivida durante el tercer gobierno peronista se tradujo
en frustraciones y decepciones hacia el sistema democrático que las
clases hegemónicas y el autoritarismo militar supieron capitalizar en
un país con poca cultura democrática.
Pilar Calveiro analiza los regímenes autoritarios y llega a la conclusión
de que las dictaduras existen en tanto tengan cierto apoyo popular.
Aclara que:” Toda la sociedad ha sido víctima y victimaria; toda la
sociedad padeció y a su vez tiene, por lo menos, alguna responsabilidad.
El golpe del 76 tuvo un carácter ordenancista y disciplinador, una forma
de organizar el poder y la dominación para implementar un sistema económico,
un incipiente neoliberalismo”.
Para Feierstein, Bartolo, Levy y Montero, el extermino sufrido en nuestro
país es el resultado de un proceso social constituido por diferentes
etapas: 1) La construcción del otro negativo 2) El hostigamiento 3)
El aislamiento 4) El debilitamiento 4) El exterminio.
En principio, el poder disciplinador se abocó a la producción, acumulación
y circulación de un discurso descalificante del militante popular. La
construcción del otro como negativo, en función de diferenciar al enemigo
peligroso- no normalizado que estuvo dirigido a la base social constituyó
el primer eslabón de la cadena, luego, la reproducción del discurso
descalificante.
En un segundo momento, la acción estuvo dirigida en función de concretar
el Hostigamiento del otro, el peligroso, desde un plano legal y de materialización
de la violencia física, para amedrentar y producir un Aislamiento Político
del ámbito social, destruyendo los lazos solidarios. Finalmente el Debilitamiento
y el Exterminio, las últimas etapas que apuntan a la desaparición material
y simbólica del otro negativo.
Algunos autores entienden que el terrorismo de estado, cristalizado
en un plano legal y material fue un plan implementado con anterioridad
al golpe del 76´ y este accionar produjo la derrota política de las
fuerzas populares. Rápidamente, el Proceso de Reorganización se encargó
de la Aniquilación de los luchadores populares.
1 La construcción del otro como enemigo
La construcción semántica del término”enemigo” en función de justificar
el exterminio data desde los orígenes de la Nación misma. Así, el indio,
el gaucho, los diferentes, no normalizados fueron llamados “bárbaros,”,
“incivilizados”, “delincuentes”, “vagos”, etc. Durante la década del
30´ la persecución a obreros anarquistas se argumentó bajo la calificación
del otro diferente como “comunista apátrida”, “enemigo internacional”,
“marxista foráneo”. Luego, la Libertadora, el Plan Conintes y el Onganiato
utilizaron los vocablos “terrorista”, “subversivo”, “enemigo interno”.
Pero la palabra “subversivo”, en su acepción más cruda fue orientada
a la demonización de los militantes populares y de los sectores armados
durante la década del 70´. Se institucionalizó el término y se internalizó
en el imaginario colectivo.
En el plano discursivo se construyó la imagen negativa del otro, el
que cuestionaba o proponía una nueva estructura social. Así, los genocidios,
masacres, exterminios sistemáticos fueron prácticas que acompañaron
el arsenal teórico de las clases hegemónicas, desde la génesis misma
de nuestro país. Grupos de civiles y militares encararon un poder autoritario
y desaparecedor, adjudicándose la representación del estado mismo, en
detrimento y aniquilación del otro, el diferente: el indio, el gaucho,
el anarquista, el peronista, el militante, el subversivo, etc. Pero
el poder represivo y genocida que data desde siempre en nuestro país,
adquirió formas nuevas durante las décadas de los 60´ y los 70´. Ya
que la represión y el genocidio, instrumentos disciplinadores de las
clases dominantes se hacían visibles para la comunidad como una forma
disciplinadora, pero al mismo tiempo se mantenían secretas, ocultas
y negadas. Pilar Calveiro analiza las características del poder y aclara;”La
violencia se exhibe como una amenaza perpetua, como un recordatorio
constante para el conjunto de la sociedad… Siempre el poder muestra
y esconde y se revela a sí mismo tanto en lo que exhibe como en lo que
oculta”. Además agrega que el accionar del poder desaparecedor surge
como consecuencia de una lógica binaria que piensa al mundo desde una
perspectiva de dos grandes sectores enfrentados entre sí, por un lado
lo propio y por el otro lo ajeno. De la misma manera, consideran que
todo lo que no es igual a ellos mismos constituye el enemigo. Este pensamiento
autoritario entiende lo diferente como peligroso y en consecuencia como
factible de ser eliminado. Se confieren a sí mismos la representación
de la única verdad, reduciendo la realidad a una sola versión y por
lo tanto, aniquilando todo aquello que no es idéntico a sí mismo.
Las prácticas genocidas tuvieron su legitimación no sólo en un plano
jurídico, sino también en un plano simbólico que logró instalarse en
el imaginario social. Un sistema de pensamiento aún vigente en las construcciones
políticas y sociales actuales, también en los ámbitos cotidianos, familiares,
laborales, etc.
MASACRES EN ARGENTINA ANTERIORES AL GOLPE DEL 76
1903- MASACRE DE ONAS. TIERRA DEL FUEGO. Cientos de onas mueren tras
ingerir carne de una ballena que había sido envenenada
1905- MASACRE DE ONAS. TIERRA DEL FUEGO. Estancieros y criadores de
ovejas liderados por Alexander Maclennan invitan a una tribu Ona a un
banquete para concertar un acuerdo de paz. Los emboscan y los matan
a todos, hombres, mujeres y niños.
1909- MASACRE DE PLAZA LOREA. Miles de obreros, sobretodo anarquistas,
convocados por la FORA (Federación Obrera Regional de Argentina) se
concentraron en la Plaza Lorea para festejar el 1° de mayo. En esa oportunidad,
Ramón Falcón, jefe de la policía arremete contra hombres y mujeres y
fusila a cuatro personas, hiere a cuarenta manifestantes gravemente.
Algunos mueren al día siguiente
1910- PROTESTAS CHACARERAS DE MACACHÍN. LA PAMPA. Los trabajadores rurales
junto a los agricultores se rebelaron contra la explotación de los terratenientes,
esto significó la represión más feroz. Los dueños de las tierras fueron
sanguinarios, tanto con los trabajadores del campo como con los aborígenes.
Organizaban cacerías, donde se abonaba por las orejas, senos de mujer
o los órganos genitales de los varones.
1919- LA SEMANA TRÁGICA. Los obreros de los
Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena, en la Capital Federal, estaban en
huelga desde diciembre de l9l8. Son reprimidos violentamente. Se calculan
setecientos muertos.
1919- LAS HUELGAS EN MENDOZA. Durante el gobierno de José Néstor Lencinas
participan en las protestas, trabajadores mendocinos de distintos sectores,
liderados por los maestros. En estas huelgas, la mujer es la vanguardia,
se destacan las figuras de Rosario Vera Peñaloza y Florencia Fossati,
presidenta de Maestros Unidos. Son reprimidas bárbaramente en Tunuyán,
Fray Luis Beltrán, Maipú, la ciudad de Mendoza, y en otros lugares.
1919- MASACRE DE FORTÍN YUNKÁ-FORMOSA. El ejército arrasa una aldea
Pilagá y mata a setecientos indígenas como represalia por la muerte
de quince colonos.
1920- LAS HUELGAS EN LA FORESTAL. SANTA FE. La Forestal, empresa inglesa
recordada por las formidables represiones armadas que se implementaron
en la provincia de Santa Fe, para dominar los levantamientos obreros
que en luchas épicas resistieron la explotación más despiadada. La Forestal
desplegaba la violencia más descarnada a ojos del poder central y provincial,
que la consentía y protegía. Creó con consentimiento de los estados
provinciales y nacional, el destacamento rural-parapolicial, Los Cardenales,
personajes reclutados en las cárceles, comisarías, asesinos de la más
baja calaña.
1920-1921- LA PATAGONIA TRÁGICA EN SANTA CRUZ.
El Ejército Argentino impone "la pena de fusilamiento" contra mil quinientos
peones y obreros patagónicos que estaban en huelga. Persiguieron a los
huelguistas y los fusilaron.
1921- LA MASACRE DE JACINTO ARÁUZ. LA PAMPA. Ante la huelga iniciada
por los trabajadores del campo, el comisario Basualdo los manda a llamar,
los encierra en el patio de la comisaría e inicia la masacre matando
al delegado. Los trabajadores enfrentaron la represión y tomaron la
comisaría, pero no pudieron sostener la toma, tuvieron que huir. Grupos
de la Liga Patriótica, provenientes de Bahía Blanca llegaron en apoyo
de la policía. Desataron una feroz cacería de obreros a campo traviesa.
1924- MASACRE DE NAPALPÍ. CHACO. Los pueblos
Quom y Mocoví reclamaban la justa retribución por la cosecha de algodón,
en consecuencia ciento treinta policías y grupos de estancieros matan
a doscientos indígenas. Al cacique mocoví, Pedro Maidana le arrancaron
las orejas y los testículos para exhibirlos como trofeo
1932- Asume el gobierno del general Justo. Se levanta el estado de sitio,
pero el control policial sobre el movimiento obrero continúa. Los tranviarios
se declaran en huelga el l5 de marzo; los agricultores el 18 de abril;
el 20 de mayo se inicia la Huelga de la Carne, dirigida por la Federación
Obrera de la Industria de la Carne, integrada por los obreros de Zárate,
Berisso, y de cuatro frigoríficos de Avellaneda. Se pliegan los desocupados
de Puerto Nuevo (Villa Desocupación), llamados a carnerear, en vez de
ello, se solidarizan con los obreros de los Mataderos Municipales. Los
frigoríficos en huelga son ocupados militarmente, reprimen a los piquetes
de huelga, detienen a unos seiscientos trabajadores y deportan a otros
por la Ley de Residencia. En Berisso, se ocupan los barrios obreros.
Se acentúa la represión en toda la zona de Berisso, Ensenada y La Plata.
1936- MASACRE DE OBERÁ. MISIONES. Cientos de colonos son reprimidos
por las fuerzas del Gobierno en una manifestación que reclamaba un precio
justo para los productos agrícolas. Hubo un número indeterminado de
muertos y también se constata la violación de mujeres por estas mismas
fuerzas.
1947- MASACRE DE RINCÓN BOMBA FORMOSA. Mil
quinientos aborígenes pilagá, (incluidos niños, mujeres y ancianos)
que intentaban realizar una marcha, son ametrallados por la Gendarmería
Nacional
1955- BOMBARDEO A LA PLAZA DE MAYO. Los militares
bombardean a civiles movilizados a la Plaza
de Mayo para defender a un presidente legal.
1956- FUSILAMIENTOS DE JOSÉ LEÖN SUÄREZ civiles y militares (General
Juan José Valle), que defendieron el orden constitucional y fueron fusilados
en el baldío de José León Suárez, ocurridos
antes de que se decretase la Ley Marcial firmada por el General Aramburu.
1960- PLAN CONINTES, represión sistemática del estado durante el gobierno
constitucional del Dr. Arturo Frondizi. El plan Conintes autorizaba
a los militares a hacerse cargo de los civiles opositores políticos
participantes de huelgas obreras para reprimir, encarcelar, torturar.
1962- PRIMERA DESAPARICIÓN, sin conocimiento de destino, del obrero
metalúrgico Felipe Vallese.
1972- MASACRE DE TRELEW. Dieciséis luchadores
populares, miembros de las agrupaciones FAR. Montoneros y ERP, presos
en el penal de Rawson fueron ametrallados en la Base Aeronaval Almirante
Zar, cerca de Trelew
1973- MASACRE DE EZEIZA. La llegada definitiva
de Perón, luego de años de exilio, suscitó el ataque de la derecha peronista
a los sectores de FAR y Montoneros por el control de la situación. Jorge
Manuel Osinde, hombre vinculado a la AAA tenía la orden de impedir el
acercamiento de la izquierda peronista. Cuando las columnas de la FAR
y Montoneros intentaron ingresar, fueron sorpresivamente atacadas a
tiros desde el palco por los hombres de Osinde. Hubo trece muertos y
trescientos sesenta y cinco heridos.
1974- MASACRE DE PACHECO. La noche del 29 de mayo de 1974, el local
del Partido Socialista de los Trabajadores en Gral. Pacheco fue asaltado
por una banda de la Triple A. “Sonó primero un silbato, similar a los
que usa la policía. Luego un disparo y tras un diminuto intervalo, una
ensordecedora ráfaga de ametralladora. De inmediato, violentando la
puerta y saltando desde los techos y la terraza, quince matones asesinos,
provistos de armas largas, entraron a golpes e insultos. Los seis compañeros
que se hallaban reunidos fueron arrojados al suelo y pateados, mientras
los otros entraban a las salas y quemaban y destruían todo a su paso.
Luego con la cabeza llena de sangre por los golpes, los seis compañeros
fueron obligados a entrar a los autos. A pocas cuadras del lugar, las
tres compañeras fueron bajadas del auto y obligadas a retirarse. Los
coches prosiguieron viaje con rumbo desconocido, llevándolos en sus
baúles. El 30 a la mañana, los cadáveres de Meza, Zidda y Moses, aparecieron
en Pilar, acribillados a balazos. Tres compañeros pudieron escaparse
por los fondos” (Avanzada Socialista 4/6/74).
1974- MASACRE DE CAPILLA DEL ROSARIO, Catamarca. La “Masacre
de la Capilla del Rosario” del 11 de agosto de 1974 fue ordenada
por el segundo jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, general Antonio Vaquero.
Las autopsias y testimonios acreditan que dieciséis combatientes del
PRT- ERP se entregaron con vida tras rendirse y junto a tres militantes
de la Juventud Obrera Católica fueron arrojados desde un helicóptero
al lado de la Capilla del Rosario. Una acción en la que participó entre
otros, el teniente Nagakama. La masacre ocurrida en el “Cañadón de los
Walther”, como realmente se conoce al lugar ubicado al oeste de la ruta
provincial Nº 1 y a unos 15 kilómetros de la capital provincial, se
produjo un par de años antes de la dictadura militar, en pleno gobierno
constitucional, que tenía en la provincia a Hugo Mott como gobernador
y en la Nación a Isabel Martínez de Perón como presidenta.
1974 MASACRE DE LA PLATA Hace 32 años se llevaba a cabo un duro conflicto
en Petroquímica Sudamericana (Hilandería Olmos), la actual Mafissa donde
continúan los mismos dueños, los Curi. El 4 de septiembre, cinco jóvenes
militantes del PST (grupo trotskista) se dirigían a la fábrica a llevar
lo recaudado para el fondo de huelga. Fueron interceptados y secuestrados.
Aparecieron en la madrugada del 5 acribillados a balazos en el paraje
La Balandra de Berisso. Tres compañeros que enterados de su secuestro
salieron a denunciar el hecho fueron secuestrados a metros del local
central del PST en pleno centro de la ciudad de La Plata, y aparecieron
horas después también fusilados.
1975- MASACRE EN VILLA CONSTITUCIÓN. El 20 de marzo la patota de la
UOM, junto con el jefe de producción y de personal de Acindar, policías,
militares y miembros de la Juventud Sindical Peronista utilizaron más
de cien autos para allanar domicilios, secuestrar y torturar a activistas,
la mayoría obreros integrantes del sindicato clasista de gran influencia
en la zona. Se registraron más de veinte muertos y varios desaparecidos.
Hubo doscientas detenciones, entre ellos delegados paritarios. El mismo
día que fue intervenido el sindicato de la UOM en Villa Constitución,
también lo fue la Fotia de Melitón Vazquez, últimos baluartes del sindicalismo
clasista y combativo.
21 DE MARZO DE 1975- MASACRE DE PASCO, Temperley
21 DE MARZO DE 1975- MAR DEL PLATA. En la madrugada del 21 de marzo
grupos operativos de La Plata y Buenos Aires, se sumaron a la CNU de
Mar del Plata para secuestrar y asesinar al militante de la Juventud
Peronista, Enrique “Pacho” Elizagaray. Esa noche, alertado de la cacería
organizada por la CNU local decide refugiarse en la casa de su tío Jorge
Enrique Videla. A pesar de las medidas adoptadas fue secuestrado junto
a su tío y sus dos primos Guillermo Enrique de 22 años y Jorge Lisandro
de 16 años. Sus cuerpos fueron hallados en el barrio Montemar. También
el médico Bernardo Goldenberg fue llevado de su domicilio y hallado
muerto en las afueras de Mar del Plata. Según testimonios, los crímenes
fueron hechos para vengar el homicidio del CNU Ernesto Piantoni
AGOSTO DE 1975- En la zona de Punta Lara fueron encontrados cinco cadáveres
de jóvenes militantes de Partido Socialista de los Trabajadores
1 DE DICIEMBRE DE 1975- Siete cadáveres, una mujer entre ellos fueron
acribillados a balazos y colocados dentro de un automóvil que dinamitaron.
La organización que se atribuyó el atentado fue Dios, Patria o Muerte
4 DE DICIEMBRE DE 1975- El Comando Libertadores de América, Pelotón
General Cáceres Monié fusiló a nueve estudiantes a pocos kilómetros
de Córdoba capital. Los cuerpos fueron hallados con las manos y los
pies atados y un lienzo cubriéndoles los rostros. Una nota firmada por
el comando decía que los nueve jóvenes fueron acribillados por pertenecer
a una organización subversiva, apátrida e internacional
11 DE DICIEMBRE DE 1975- Seis cadáveres fueron encontrados en las cercanías
de La Plata con no menos de cincuenta impactos de bala en el cuerpo.
Las víctimas eran obreros de frigoríficos de la zona y de la destilería
YPF. Todos eran jóvenes y habían sido secuestrados la noche anterior
en la zona de Berisso.
2 Hostigamiento
En esta etapa comienzan a acorralar al “otro”, al diferente mediante
una normativa jurídica que cercenaba derechos constitucionales, pero
también, a través de marcajes, detenciones, persecuciones, provocaciones,
acciones directas de violencia, secuestros y asesinatos. El objetivo
era lograr que el otro, el diferente no logre difundir su visión de
la realidad alternativa, simultáneamente instalaron en la sociedad,
la idea de que a través de una violencia contundente podían imponer
su propia forma de percibir la realidad.
La Triple A fue una de las bandas parapoliciales responsables de esta
fase del genocidio, en concomitancia con las otras fuerzas represivas
y civiles afines.
HOSTIGAMIENTO LEGAL
El hostigamiento y la violencia estatal se llevaron a cabo en el plano
legal. Se implementó una normativa jurídica que legitimó el principio
de exclusión y eliminación, cercenando derechos civiles, libertades
democráticas. En enero de 1974 se promulgó la Reforma del Código Penal
que contemplaba severas penas contra los terroristas. Así hubo leyes
de purga en la administración pública, leyes de intervención universitaria,
clausura de casas de estudio, cierre de medios de prensa, prohibición
de circulación de literatura marxista.
En octubre de 1973 se dictó el decreto 1774/73 por el que se prohibían
alrededor de 500 títulos de literatura, presuntamente subversiva. Entre
otros autores censurados figuraban: Mao Tse Tung, Lenin, Trotsky, Rosa
de Luxemburgo, Eduardo Galeano, José María Rosa, Jorge Amado y León
Tolstoy.
El 4 de enero de 1974, la Policía Federal allanó en Buenos Aires las
librerías Fausto, Atlántida, Rivero y Santa Fe. Los empleados fueron
detenidos por difundir libros de Héctor Lastra, Marcelo Pichón Riviere,
Enrique Medina, Manuel Puig. Todos los ejemplares fueron secuestrados.
En febrero de 1974, clausuraron el diario del PRT-ERP, “El mundo”, días
previos la Jotaperra, había tiroteado el diario durante veinte minutos.
Otro caso de censura se registró durante el mes de abril de 1974, cuando
clausuraron la revista “El Descamisado”, semanario
montonero que había publicado la foto de un policía matando a un manifestante
en una movilización hacia la Casa Rosada. La continuación del semanario
fue “El Peronista” que sólo logró sacar a la luz unos pocos números,
porque también fue censurada, aunque logró cubrir el acto del 1 de mayo
y la expulsión de los Montoneros de la plaza bajo el título:”General:
El Peronismo no está de acuerdo” Luego, “El Peronista” fue reemplazado
por “La Causa Peronista” que tras la publicación del secuestro y muerte
de Aramburu fue clausurada.
También cerraron, en el mes de junio de 1974, la revista” Militancia
Peronista para la Liberación”, dirigida por Eduardo Duhalde y
Ortega Peña. La revista fue sustituida por
otra llamada “De Frente”, igualmente clausurada a los pocos meses.
En septiembre de 1974 se promulgó la ley antisubversiva o de Seguridad
Nacional que habilitaba a combatir al otro, al diferente, al subversivo.
En el mismo mes, el diario montonero “Noticias”
fue clausurado por una nota que denunciaba la represión a cargo del
comisario Villar en el cortejo fúnebre a Ortega Peña, asesinado por
la AAA.
Mediante un decreto del Poder Ejecutivo declaran ilegal a la organización
Montoneros.
En noviembre de 1974 se impuso el estado de sitio, hasta la llegada
de la democracia, en 1983. Finalmente en el mes de febrero de 1975 se
firmó el decreto del Poder Ejecutivo, suscrito por Ruckauf y López Rega
en el que se dio la orden de aniquilar la subversión en la provincia
de Tucumán. El llamado operativo Independencia estaba comandado por
el general de brigada Acdel Vilas, por lo tanto, quedaba legitimado
y sistematizado el exterminio.
Hostigamiento o violencia física
La etapa de violencia durante el período democrático, en Lomas de Zamora,
comenzó con la muerte de Germán Gabio, un joven militante de la Juventud
Peronista de Banfield que recibió heridas de extrema gravedad, el día
de la asunción de Cámpora. Se había ubicado en un sector aledaño a la
Plaza de Mayo y desde allí fue masacrado. Entre otros hechos de amedrentamiento,
en Lomas de Zamora, se registró el 19 de febrero de 1974, el secuestro
del militante de la Juventud Peronista, Hugo Kuhlman. Ocho hombres que
dijeron ser de la policía, se lo llevaron de su casa en la calle San
Roque, casi 25 de mayo, al lado de la Unidad Básica Gustavo Ramos. La
denuncia en contra de los militantes la hicieron los padres del comisario
Beto Aranguren, conocido torturador de la Comisaría de Temperley. En
el mismo mes balearon la casa del concejal de la JP Hugo Sandoval.
El 25 de marzo de 1974 se sancionó la Ley 20.654 o Ley Taiana, Esto
significó la renuncia de todos los rectores de las universidades nacionales,
entre ellos Pedro Bustos y su reemplazo por Máximo Osvaldo Bezzi, funcionario
actuante durante la dictadura de Onganía, quien suscitó el repudio de
los jóvenes estudiantes a través de la movilización y ocupación de la
universidad. Más de ochocientos alumnos se concentraron frente al Ministerio
de Educación para apoyar la gestión de Bustos y la continuidad de su
política. El 31 de marzo de 1974, Hugo Hansen, militante de la Juventud
Universitaria Peronista y estudiante de la carrera de Comunicación Social,
golpeó la puerta del edificio de la universidad, en la calle Hipólito
Yrigoyen al 8300, con la intención de incorporarse al grupo que sostenía
la toma de la universidad, cuando desde un automóvil le dispararon.
Hugo Hansen falleció a las horas de ocurridos los hechos. Los responsables:
La Triple A. En esa oportunidad, el delegado de la zona sur de la JP,
Pablo Ventura, responsabilizó al gobierno popular, porque permitía la
existencia de grupos parapoliciales y de personajes como Margaride y
Villar. También aclaró que se trataba de maniobras tendientes a desvirtuar
un proceso de liberación y que se utilizaban a sectores infiltrados
dentro del movimiento.
Patricia Romero, relata que su padre Pitaco, junto a sus tías y otros
compañeros tenían una Unidad Básica en la calle 25 de Mayo, en la bajada
del puente que une Turdera con Temperley, y que un día la ametrallaron,
por eso tuvieron que cerrarla. Anteriormente su padre había sido víctima
de persecuciones y seguimientos. En esa época, Ana María Romero y Cristina
que sólo contaba con 15 años, ambas hermanas de Pitaco fueron secuestradas,
maltratadas y luego liberadas. En realidad se trataba de un aviso para
Pitaco.
En el mes de septiembre de 1974, la policía, en una actitud persecutoria
como en las peores épocas de la dictadura, requisó una camioneta que
se encontraba estacionada en la plaza Grigera y encontró volantes del
PRT-ERP. En ella viajaban Ricardo Mónaco y Raúl Batallés. La detención
y encarcelamiento de los militantes dio con la imprenta del ERP en la
calle Fymba 78 y Garibaldi, cercana a la Algodonera LLavallol, allí
detuvieron a Alicia Bello. En el mes de noviembre de 1974 la policía
encarceló a un grupo de militantes de la Juventud de Trabajadores Peronistas
que solían reunirse en la pizzería “Los gordos”, ubicada entre las calles
Balcarce y Alsina. Su propietario, Juan Modugno, era un soplón de la
policía.
Mario Vicente Fernández Rodríguez y su esposa Adriana Drangosh eran
militantes de PRT Fracción Roja. Vivían por la zona de Villa Galicia
con su beba Lirolay. El 13 de diciembre de 1974, Coordinación Federal
intentó allanar la casa, se produjo un tiroteo, en el cual antes de
caer, el gallego Fernández baleó a un oficial de Coordinación. Adriana
logró salvar a la bebé, arrojándola a la casa del vecino.
Otro caso de violencia directa en manos de la Triple A lo constituye
el asesinato de Yolanda Mezza. Ella tenía 20 años, vivía en el barrio
El Faro, cerca de la Escuela Nº 48 de Lomas de Zamora. Provenía de una
familia peronista. Sus hermanos eran militantes de la Juventud Peronista.
Yolanda era una activa militante de la zona de capital. Tuvo que escaparse,
porque la seguían, finalmente la secuestraron en General Pacheco, Tigre
el 6 de enero de 1975, junto a Haydee Reynoso de la Agrupación Evita,
José Vera, el matrimonio Abundio Barraza y Olga Rodríguez, de la agrupación
Montoneros, mientras repartían juguetes a los chicos del barrio. El
10 de enero de 1975 fueron asesinados por la policía, sus cuerpos aparecieron
en Reullane y la Ruta Provincial 205, Roque Pérez. La J.P. y sus familiares
la buscaron por todas partes hasta que les informaron dónde estaba.
Héctor Lencina fue a buscar su cuerpo.
El 20 de febrero de 1975 asesinaron a Sergio Alberto Escot, militante
de la J.P.En abril de 1975 apareció sin vida el cuerpo de Mario Vilote,
oriundo de Temperley en una zanja de la zona de Calzada.
Julio Montoto tenía 22 años, había nacido en Lomas de Zamora y era militante
del PRT- ERP. El 12 de septiembre de 1975 se encontraba en su casa de
Florencio Varela junto a su esposa, su bebé y otros compañeros de militancia
cuando los acribillaron con una bazooka.
La hija de Ignacio Rodríguez recuerda que a su papá lo perseguían y
que regresaba a su casa lastimado hasta que finalmente lo secuestraron
de su domicilio en la calle Santiago del Estero, barrio San José, en
octubre de 1975, a la semana siguiente asesinaron a su vecino el señor
Cuello, en un colectivo. Ambos eran militantes peronistas
Mario Alfredo Stirnemann de la JP de Olavarría fue secuestrado, desaparecido,
el 3 de Noviembre de 1975 en una calle de Temperley, cuando caminaba
rumbo a su trabajo. Sus parientes denunciaron el caso pidiendo su liberación,
o información sobre que le había pasado, sin ningún resultado.
El 19 de diciembre, Coty, María del Valle Santucho participaba de una
de las reuniones de célula del PRT-ERP con otros dos compañeros en una
casa operativa de Lomas de Zamora. Sorpresivamente irrumpió una unidad
policía y los tres fueron detenidos-desaparecidos.
Hugo Francisco Colautti pertenecía al PRT-ERP. Lo detuvieron hacia fines
de diciembre de 1975 y antes de desaparecer estuvo secuestrado en varios
centros de reclusión ilegal. Su hermana logró verlo, luego de muchos
percances. Él tenía los brazos con quemaduras de cigarros. Los genitales
marcados por las torturas con la picana eléctrica. Los ojos amoratados.
Y le faltaban dientes.
El 29 de diciembre de 1975, Carlos Alberto Lago viajó a Córdoba representando
a la empresa donde trabajaba. Lo secuestraron en el micro, junto a cinco
personas más. Ni los pasajeros, ni el chofer quisieron hablar. Él estaba
en el área de finanzas. Trabajaba en una empresa de la organización
cuya ganancia no se distribuía entre los socios; ellos tenían un sueldo
y el resto era para financiar a la organización Montoneros.
El 5 de enero del 76 se llevaron a Pitaco Romero, Héctor Segura, Susana
Segura y parte de su familia, porque requisaron la casa y hallaron un
mimeógrafo. Ellos pertenecían a la agrupación Montoneros. Susana estuvo
cinco años presa, la liberaron junto al resto, menos a Héctor Segura
y a Pitaco. Contó que Héctor, Pitaco y ella fueron trasladados a Puente
12, cada uno en celdas contiguas. La rutina era la siguiente: por la
mañana se llevaban a uno para torturarlo, lo devolvían a su celda y
se llevaban al otro, hasta que al tercer día uno no regreso, al siguiente
el otro.
El 20 de enero de 1976, un grupo de policías de civil (probablemente
pertenecientes a la Triple A) irrumpió a plena luz del día en la casa
de La Plata de Guillermo Savlof. Tiempo después encontraron su cadáver
acribillado a balazos en un descampado. Guillermo Savlof fue el primer
director del turno noche del Instituto Lomas, pedagogo y profesor de
la UNLP
Según el ex-concejal Infantino por el partido Federal: “Cada dos por
tres aparecía un muerto en el Camino Negro, nadie sabía nada. Todo era
producto de la guerra interna entre el lopezreguismo y otros sectores
del peronismo. Lomas era el nudo más fuerte en donde ocurrían estos
hechos”.
3 El aislamiento político de las fuerzas contrahegemónicas
Las prácticas sistemáticas de debilitamiento y aniquilación del diferente,
del otro comenzaron con el aislamiento político, inhabilitando las actividades,
los cargos de los sectores más progresistas dentro del espacio institucional,
a la par que iban construyendo el discurso del enemigo subversivo en
el plano simbólico y jurídico para arremeter contra la fracción social
a exterminar.
Luego del 25 de mayo de 1973 comenzaron a distribuirse espacios de poder
dentro del orden institucional nacional y regional. Los ministerios
fueron ocupados por Ricardo Otero, vandorista, secretario de la UOM,
en Defensa y Justicia Ángel Robledo y Antonio Benítez, peronistas tradicionales,
ortodoxos. En Economía José Gelbard, representante de la burguesía nacional.
José López Rega en Bienestar Social. Por
otro lado, Jorge Taina, en Educación mantenía buenas relaciones con
la J.P. Esteban Righi en Interior y Juan Carlos Puig en Exteriores,
ambos fueron los más jóvenes del ministerio y los más afines al camporismo,
resultaron ser los mejores aliados a la Juventud Peronista. De tal modo
que de ocho ministerios, sólo tres fueron afines a la Juventud Peronista.
Luego de la renuncia de Cámpora, Lastiri, presidente
de la Cámara de Diputados y yerno de López Rega, asume como presidente
provisional y resuelve destituir a Righi y a Puig para reemplazarlos
por Benito LLambí y Alberto Vignes. Según Pigna el 13 de julio de 1973,
Cámpora y Lima fueron forzados a renunciar por los sectores tradicionales
del peronismo con la anuencia de Perón.
Con respecto a las bancadas en la legislatura, la
Tendencia ocupaba el 25 % de las mismas,
el resto era manejado por el sector político y sindical más ortodoxo.
La dirección de la UBA estaba a cargo de Rodolfo
Puiggrós y en EUDEBA, Arturo Jauretche.
Los gobiernos de cinco provincias comenzaron a ser jaqueadas en la disputa
por el poder hegemónico. En noviembre de 1973 emprendieron el ataque
contra Formosa, desde el gobierno central ordenaron la intervención
de los tres poderes en la provincia a partir de una compulsa por la
repartición de cargos entre sectores del sindicalismo ortodoxo, ligado
a los terratenientes y por el otro lado, el gobernador Gauna, afín con
sectores de la juventud peronista.
El ataque al cuartel de Azul, el 19 de enero de 1974 perpetrado por
el PRT-ERP da pie a reacciones por derecha y facilita la pérdida de
los espacios
institucionales de poder de la Tendencia Revolucionaria.
A los pocos días del ataque al cuartel de Azul, Oscar Bidegain resulta
desplazado, ya que lo consideraban proclive a la subversión, y lo reemplazan
por Victorio Calabró, hombre de derecha, apoyado por el sindicalismo
ortodoxo, la patronal y la iglesia.
Durante el mismo mes, Perón lanza la Reforma del Código Penal. Esto
ocasiona un encuentro entre ocho legisladores de la tendencia y Perón
para discutir la Reforma del Código Penal, sobre todo dos artículos
que aludían a la asociación ilícita, condenando las actividades guerrilleras
a penas mucho más duras que las vigentes en la dictadura. Los legisladores
temían que fuera una maniobra para perseguir a las organizaciones armadas.
Perón les responde: “El que no está de acuerdo se va”. Esto motivó la
renuncia de los ocho diputados nacionales a sus bancas: Armando Croatto,
Santiago Díaz Ortiz, Jorge Giellel, Anibal Iturrieta, Carlos Kunkel,
Diego Muñiz Barreto, Roberto Vidaña y Rodolfo Vittar. Luego, el Consejo
Superior Peronista los expulsó.
El 28 de enero Alberto Villar, oficial retirado es nombrado Subjefe
de la Policía Federal y Luis Margaride, Jefe de Superintendencia de
Seguridad.
Al mes siguiente, el jefe de la policía de Córdoba,
Antonio Navarro organiza un golpe de estado
en la provincia con apoyo de empresarios, sectores sindicales burocráticos,
de la iglesia, militares. Destituyen al tercer gobernador popular Ricardo
Obregón Cano y a su vice, Atilio López (protagonista del Cordobazo),
proclives a la vanguardia obrera-estudiantil. En realidad era una disputa
por el aparato del estado que trascendía la lucha entre peronismo de
derecha y de izquierda. Perón envía al Ministro del Interior Llambi,
quien destituye a Navarro pero no recupera los cargos para Obregón Cano
y López, también los destituye y designa interventor al brigadier Lacabanne
quien expulsa a Salamanca y sus partidarios por orden de los empresarios
del SMATA.
En junio de 1974, el gobernador de Mendoza, Alberto Martínez Bacca,
renuncia a partir del juicio político pedido por los sectores de derecha,
luego intervienen la provincia, sería la cuarta provincia aislada de
los sectores más progresistas.
Cepernic, gobernador de Santa Cruz fue destituido, acusado de propiciar
la infiltración de elementos antinacionales, de ser líder de la Tendencia
y de los grupos marxistas, finalmente la provincia fue intervenida en
octubre de 1974.
En menos de un año, los espacios políticos que ocupaba la Tendencia
se fueron desmoronando, en cambio se intensificó la ofensiva desde los
sectores reaccionarios de derecha.
La muerte de Perón, el 1 julio de 1974 hizo recrudecer la persecución
y el desplazamiento de los espacios institucionales que aún cubrían
los sectores combativos, así el ministro Taiana fue reemplazado por
el derechista Ivanissevich y Puiggrós sustituido por el reaccionario
Ottalagano
En noviembre, Miguel Ragone, gobernador de
Salta corre la misma suerte que sus antecesores (Obregón
Cano, Cepernic, Martínez Bacca, Bidegain y Antenor Gauna) la derecha
peronista y la burocracia sindical vandorista califican a Ragone de
marxista infiltrado y militante montonero, así que desde el gobierno
central ordenan la intervención de la provincia y la destitución de
Ragone.
Hacia fines de 1974 comenzó a funcionar el Centro clandestino la Escuelita
de Famaillá y el Conventillo de Fronterita, en la provincia de Tucumán.
En el lapso de un año los espacios políticos participativos fueron cerrándose
para la Juventud Peronista- Montoneros. Paralelamente, el accionar de
la AAA con la anuencia del estado, sumado a la construcción del discurso
del otro como terrorista-subversivo desde el plano jurídico y comunicacional
resultaron unos de los factores decisivos en la lucha por dos modelos
de país opuestos
El aislamiento político en Lomas de Zamora
En el año 72, la J.P. de Lomas tenía el Comando electoral, fruto del
poder y de la capacidad de convocatoria y movilización que habían conseguido,
así que a partir de distintos acuerdos entre ellos con la Agrupación
Evita lograron que Turner entrara como concejal, pudiendo haber designado
a gente de la J.P. Pero ellos respetaban lo que se acordaba, según recuerda
Hugo Sandoval, ex concejal de la JP.
Asimismo, Perdía describe la fuerza política con la cual contaba Lomas,
diferente a otros distritos e incluso al resto del país. Tenía gran
influencia sobre el partido justicialista, cosa que no había en otros
lados, Lomas contaba con un asentamiento territorial, grupos de la UES
(estudiantes secundarios), de JUP (estudiantes universitarios), JTP
(trabajadores peronistas), etc., es decir todas las organizaciones presentes
en otros lugares, pero con la diferencia de que en Lomas, la incidencia
de estas agrupaciones sobre el aparato del Partido Justicialista era
muy importante. Es uno de los motivos, por los cuales en el armado de
la lista, para las elecciones de 73, quienes manejaron la contienda
fueron los grupos de la Juventud Peronista de Lomas. Perdía reconoce
que la agrupación Montoneros no se abocó de lleno a la contienda política,
porque orgánicamente no le dieron mucha importancia, no tenían mucha
fuerza para dar esa pelea, no la conocían, no tenían experiencia en
ese campo. La mayoría no sabían cómo moverse políticamente en ese espacio
desconocido. Además, hicieron poco esfuerzo en ese sentido, y las escasas
energías que pusieron fueron muy débiles como para contrarrestar el
aparato que habían montado ellos, quienes cambiaron las listas, las
trucaron. En cambio, en Lomas de Zamora se pudo dar esa pelea, porque
la Juventud Peronista tenía un peso enorme dentro del aparato del P.J
Del mismo modo que las tensiones nacionales se cristalizaban en el país,
las regiones reproducían la misma dinámica. Lomas de Zamora contaba
con un importante desarrollo político de la Juventud Peronista.
El ex concejal Sandoval diría:” Hacia fines del 72, nosotros como J.P.
fuimos los que armamos la lista del FREJULI en Lomas de Zamora, convocando
a todos los sectores: Impusimos el 25% para cada rama (política, gremial,
femenina y la juventud).
A los dos meses de ocupar el cargo de intendente, Ricardo Alberto Ortiz,
fue suspendido en sus funciones, sólo permaneció en el cargo dos meses,
por denuncias en contra de los secretarios de Bienestar Social, Osvaldo
Mércuri y de Obras Públicas, el ingeniero Daniel Ríos y el exdirector
de Asuntos Legales de la comuna, Pablo Surraco. Las denuncias se basaban
fundamentalmente, en los sucesivos problemas sufridos por los empleados
públicos y contribuyentes, que ocasionaba una guardia armada dentro
del Municipio, quienes portaban armas de guerra, compradas a través
de la Municipalidad. Duhalde pidió la suspensión del intendente. Todos
los concejales votaron afirmativamente. Una comisión investigadora,
integrada por los concejales titulares, presidida por Héctor Lencina
y Francisco Maríncola como secretario sería la encargada de observar
y analizar los hechos. Turner reemplazó a Ortiz y Duhalde se hizo cargo
de la presidencia del Concejo Deliberante.
Pedro Pablo Turner, intendente provisional, comenzó su amplia labor
tomando contacto con los más necesitados y sus urgencias. Así, visitó
el barrio Santa Rosa, en Temperley, la sala de primeros auxilios y la
escuela del barrio que se habían levantado con el esfuerzo de los vecinos.
La Juventud Peronista local lo recibió y entre todos le hicieron saber
los problemas de la zona. En la visita, saludó a todos diciendo:”Pese
al puesto que ocupo, soy hombre del pueblo y con función de tal trabajaré
para todo Lomas. El gobierno del pueblo será a puertas abiertas y nadie
dejará de ser atendido con la deferencia y el calor que se merece, cualquiera
sea el problema o la preocupación que exponga”.
Pese a las trabas que desde la Secretaría de Finanzas y otros puestos
de trabajo no afín con el sector de Turner, logró gestionar un trabajo
conjunto entre Segba y el Sindicato de Luz y Fuerza. Para el 22 de diciembre
del 73 se inauguró la iluminación del Camino Negro que conduce a Puente
La Noria. Doscientos operarios trabajaron durante veintiocho días en
una extensión de ocho kilómetros, instalando trescientos sesenta focos
a lo largo de la ruta.
Los primeros días de enero, Turner separó del cargo al director de Acción
Social, Carlos Álvarez. Esto ocasionó, por un lado, la manifestación
de disconformidad por parte de las agrupaciones Falcón y Brandaza del
barrio Los Pinos, Cogorno de LLavallol, Soberanía y Libertad de Ingeniero
Budge, Eva Perón de Villa Independencia, Josè Valle de Villa Albertina.
También la Rama Femenina del Movimiento Justicialista reaccionó rápidamente
interpelando a Turner e imponiéndole la necesidad de integrar la Secretaría
de Bienestar Social. Estos hechos profundizaron los enfrentamientos
sectoriales y desencadenó la reacción de adherentes a la línea política
de Turner, quienes movilizaron un millar de personas al Palacio Municipal,
para brindar su apoyo a Turner. Las columnas integradas mayoritariamente
por jóvenes, entonaron cánticos partidarios y adversos a ciertos sectores.
El grueso de los manifestantes se congregó en el despacho de Turner,
a quien ovacionaron cuando ingresó. Un representante hizo explícita
su adhesión a Turner y a sus colaboradores. Francisco Léster, secretario
de gobierno respondió:”Se trata de una acción palanidista, concretada
por un grupo determinado, cuya finalidad es conseguir la intervención
del distrito”. La Unión Pag 1 del 9 de enero de 1974. Luego, Turner
informó que la Rama Femenina sería integrada a la Secretaría de Acción
Social y agregó que los miembros del Departamento Ejecutivo gozaban
de su plena confianza”.Los manifestantes, luego se trasladaron hasta
el CD y se ubicaron en el sector destinado al público. Allì siguieron
entonando cánticos y expresiones de apoyo a Turner, solicitaron el juzgamiento
de cuatro concejales del FREJULI por su participación sectorizada en
el conflicto
Duhalde, Lencina y Hernández consignaron la necesidad de tomar la denuncia
e investigar los hechos.
Durante el mes de marzo y abril del 74, Turner fue interpelado reiteradas
veces por el CD, debió responder a las requisitorias de los concejales
en cuanto a “la habilitación de un maduradero de bananas y un subsidio
a un estadio de atletismo”. Dichas cuestiones suscitaron un largo debate,
cuyas conclusiones pasaron a estudio y despacho de la comisión investigadora.
Las sesiones se llevaron a cabo con un gran despliegue de efectivos
policiales que impidieron la presencia del público. No obstante las
continuas requisitorias, Turner continuó con su labor y para el mes
de mayo concretó el plan de electrificación en los barrios de Villa
Albertina y Santa Marta. El convenio firmado con Segba permitió recibir
los materiales necesarios para llevar a cabo el operativo.
Los últimos días de abril, distintos pedidos realizaron las instituciones
populares, entre ellas, la Sociedad de Fomento Villa La Perla, quienes
reclamaron por el aumento desproporcionado de los impuestos. Exigían
que se cumpla lo pautado en el CD:”cobrar más a quines más tienen” y
pidieron la fiscalización a las grandes empresas evasoras por parte
de las Sociedades de Fomento.
El intendente Turner, atento a las inquietudes populares solicitó a
la semana siguiente, una reunión general con el contador Ángel Sormani,
con el Secretario de Economía y Hacienda, Carlos Rosende, el Director
de Ceremonial, Juan Valdez y el Subdirector de Asuntos Municipales,
Sr Garófalo, planteando los temas preocupantes de la comuna.
A los dos días de ocurrida la reunión, Turner decidió separar de sus
funciones a Carlos Rosende, Secretario de Economía y Hacienda, a pesar
de su resistencia a abandonar el cargo. La medida según consta en un
comunicado posterior, hecho público por Luis María Roberto, Secretario
privado de Turner, se basaba en el sucesivo boicot que realizaba Rosende
para la obtención y distribución de finanzas, trabando el accionar municipal.
Luego designó a Elías Fort como su reemplazante.
Al día siguiente, un grupo de concejales del Frejuli elevaron a la Secretaría
del CD el pedido de juzgamiento de la labor de Turner
Dos días después de la destitución de Rosende, el Sindicato de Municipales
se declaró en estado de alerta y calificó como un solapado ataque al
gremio por parte del DE de la Municipalidad ante la respuesta a los
dieciocho puntos presentados por el gremio con represalia en la persona
de Rosende.
La Comisión directiva y el cuerpo de delegados resolvieron en la reunión
del 10 de mayo:1) Declarar al gremio en estado de alerta 2) Declarar
al cuerpo de delegados en sesión permanente 3) Difundir el temario de
los dieciocho puntos 4) Solidarizarse con Rosende 5) Informar de la
situación al CD. A esta situación los municipales denunciaron la inseguridad
en el cobro de haberes del mes de marzo, la negativa del pago de aumentos
dados por el Poder Ejecutivo Nacional y las anomalías ocurridas en el
hospital Gandulfo.
El enfrentamiento entre el Sindicato de Municipales y el DE de la Municipalidad
derivó en un paro parcial de los trabajadores municipales para el 13
de mayo, quienes acudieron al segundo piso en busca de respuestas a
sus pedidos. Turner, en compañía de Lèster, titular de gobierno, los
recibió y les dijo:”Como peronista y obrero no podía dejar de hablar
con el personal, instándolo a deponer su actitud e indicando que los
dieciocho puntos ya tienen respuesta y que en los próximos días iba
a ver una reestructuración del DE” La Unión pag 1 14 de mayo de 1974.
Hubo aplausos de un sector y réplicas de otro. Luego, Léster intentó
hacer uso de la palabra, pero el griterío se lo impidió. Turner se retiró
del recinto dejando a Javier Rodríguez, director de Cultura, en su lugar.
La confusión y la situación caótica impidieron a Rodríguez expresarse.
Ese mismo día, el secretario del Sindicato de Municipales, Carlos Fernández,
acudió a la Federación Bonaerense, ente que nuclea a los trabajadores
municipales de toda la provincia. La Federación manifestó su apoyo y
garantizó gestionar el tema en La Plata. El conflicto suscitó la división
de fracciones en el seno del municipio. Inmediatamente, el secretario
privado del intendente, Luis María Roberto, a través de un comunicado
hizo pública la evaluación político-institucional. I) Turner dispone
la cesantía de Rosende, fundamentada por el desmanejo de dicha secretaría
en lo que a política para la obtención de créditos para obras de infraestructura
se refiere, mucho más grave es la defectuosa efectivización de todo
el organismo municipal, llegando a ocasionar graves inconvenientes financieros
con respecto a los trabajadores municipales en lo referente al pago
de sueldos, horas extras y aumentos salariales. Por ello, el intendente
entiende que el accionar de Rosende atenta directa y gravemente contra
el pacto social. La Comisión directiva del sindicato de trabajadores
municipales pergenia un paro del personal en defensa del secretario
Rosende, argumentando el incumplimiento de los dieciocho puntos, de
justificados reclamos gremiales que ya el ejecutivo había aprobado,
implementando muchos de ellos y disponiendo de común acuerdo la formación
de una comisión que evaluase las formas de poner en vigencia alguno
de ellos”.
Como respuesta al comunicado del Departamento Ejecutivo, el sindicato
de municipales, lanzó otro en el que decía:”… cursa sus actuaciones
la Federación y establece un compás de espera resolviendo: I) Declarar
personas no gratas a los secretarios de gobierno Francisco Léster, de
Obras Públicas, Jorge Magide, de Bienestar Social, Arturo Payaslian,
al Director de Cultura, Javier Rodríguez, Director de Inspecciona general
Carlos Gugliamelli, Subsecretario de Promoción y asistencia a la comunidad,
Roque Gioia, Director de ceremonial, Juan Valdez 2) No aceptar las proposiciones
de los matones y mantenernos unidos en estado de alerta en nuestros
puestos de trabajo, esperando las resoluciones de la Federación Bonaerense
hasta conseguir la aprobación de los dieciocho puntos…, manteniendo
la solidaridad con Rosende 3) Apoyo unánime al CD.
Al día siguiente el CD se reunió para juzgar la conducta de Turner.
La destitución del secretario de Hacienda, Rosende, marcó un punto de
tensión y
fragmentación de distintos sectores. La guardia policial, con armas
largas y perros adiestrados distribuidos a lo largo de la Plaza Grigera,
impidieron la presencia del público. La sesión programada para esa noche
comenzó una hora más tarde a fin de que los bloques pudieran acordar
criterios. Ni bien comenzó la sesión, la comisión investigadora integrada
por los concejales Jorge Infantino, Horacio Gallardo y Jorge López enumeraron
los cargos contra Turner: Higiene, Seguridad y Salubridad. El CD votó
mayoritariamente la suspensión del intendente por noventa días y su
reemplazo por el presidente del CD Eduardo Duhalde. Hubo veinte votos
positivos y tres pertenecientes a la Juventud Peronista, por la negativa.
En esa ocasión, el concejal Dolinsky de la J.P. expresó la opinión de
su bloque separado recientemente del Frejuli.:”No estamos de acuerdo
con la suspensión del compañero intendente municipal, no porque no hayan
existido fallas administrativas, sino porque se utilizaron para ella
elementos netamente políticos”…
“Se interpeló con respecto a los puestos callejeros y hay concejales
con intereses en algunos de ellos: han sido vistos atendiendo al público”.
“Con respecto al caso del hospital Gandulfo, se habla de cuidar el dinero
del pueblo y se compran elementos no imprescindibles, como si ese dinero
no fuera del pueblo”.
“Que garantía tenemos de tener justicia, cuando todo ha sido preparado
con anterioridad y cuando ya se está montando a través de funcionarios
del DE el aparato de mentiras e infamias a través de trascendidos y
rumores”.
“Como avalar la formación de una comisión investigadora o eventualmente
integrarla cuando se realizó una interpelación para averiguar porque
no se cumplen algunas ordenanzas y luego en la reunión de la comisión
de obras públicas, la primera de este año se dice que hay cosas más
importantes que esa ordenanza ?. “Caso concreto el de la Granja Integral”.
“Se dirá de evitar enfrentamientos con grupos antagónicos, pero resulta
que los provocadores de esos enfrentamientos son asiduos concurrentes
a los despachos más altos de este honorable CD, incluso se les da dinero”…
El 16 de mayo asumió Duhalde en compañía del secretario del CD, Enrique
Gutiérrez, el subsecretario de gobierno, Rogelio Policarpo, el director
de personal, Juan Severino. Luego, designó a Rogelio Policarpo, en la
titularidad de gobierno, Roberto Locieiro en la secretaría de Bienestar
Social, Alberto Larcamón en Obras Públicas, Carlos Rosende en Economía
y Finanzas, Carlos Labollita secretario de prensa. El DE de Turner renunció
en bloque.
Cuatro días después de asumir sus funciones, rápidamente Duhalde contrató
25 vehículos para levantar los restos de poda que fueron trasladados
hasta el vivero municipal.
En una de las sesiones de interpelación a Turner, la Juventud Peronista
hizo oír sus voz, en la figura de César Dolinsky, quien expreso:”Se
habla de que la ciudad está sucia y se “para” en la comisión de Servicios
Públicos la contratación de camiones para la recolección de ramas. Y
miren señores concejales. Observen qué rápido se puede hacer cuando
hay apoyo y afán de colaborar”.
En la misma semana de asumir, Duhalde manifestó su intención de privatizar
la recolección de basura, hoy considerada uno de los negocios más rentables
para unos pocos. En tal ocasión, a raíz de las sucesivas interpelaciones
a Turner, el concejal Dolinsky argumentó:”Se habla de la municipalización
del barrido y limpieza de calles y no se dice que en la comisión de
Servicios Públicos durmió en el mes de marzo el proyecto de municipalización
del barrido y limpieza de calles. Es cierto, la ciudad está sucia, pero
no está sucia de ramas y basura, está sucia de procedimientos e intenciones”.
Durante los primeros días, Duhalde prometió, luego concretó la rebaja
de las tasas municipales, gracias a la ayuda recibida por el gobernador
Calabró, a partir de contribuciones provinciales a las intendencias.
Finalmente dispuso la capacitación de agentes municipales, a fin de
que obren como inspectores municipales para controlar la evasión de
impuestos, cuando diversas instituciones de bien público (sociedades
de fomento) reclamaban esa función para garantizar protagonismo popular
y transparencia.
El 8 de agosto se comenzó a tratar la situación del intendente Turner.
Ese día, un sector del peronismo y el sindicato de municipales fueron
recibidos por Duhalde que se hallaba acompañado por Mércuri, Tolosa,
Rosende e Irma Santa Cruz. El Secretario de organización del gremio
de municipales, Rodolfo Illescas, expresó su apoyo a Duhalde y la decisión
de mantener al gremio en estado de alerta, hasta tanto se expida el
CD. El 10 de agosto, la Comisión investigadora, leyó el informe realizado,
en el que se acusaba a Turner de un vaciadero clandestino, de la entrega
de materiales de construcción a unidades que no revestían carácter de
bien público, del pago por servicios no efectuados, de la existencia
de personas que cumplían servicios en dependencias municipales sin estar
designadas para tales efectos. Luego del informe dieron su opinión los
concejales Jorge López (Frejuli), Juan Bordachar (UCR), Jorge Infantino
(Partido Conservador), César Dolinsky (JP) Jorge García (APR), Juan
Scaleandri (Demócrata Progresista).
Los concejales votaron la destitución, con la excepción de Hipólito
Sandoval (Frejuli) que votó por la negativa.
En esa última sesión, donde se definía la destitución de Turner se escucharon
las palabras de la JP a través de Dolinsky, explicando el voto a favor
de la destitución : “ Estamos de acuerdo con la política desarrollada
por los compañeros del DE, aún admitiendo la posibilidad de que hayan
cometido errores, no estamos de acuerdo con la posición asumida por
el titular del DE que se expresa a través de los argumentos de la defensa…,
adelanto el voto positivo para que se produzca el alejamiento definitivo
del intendente suspendido, sin que ello signifique estar de acuerdo
con la actual conducción municipal que sigue cometiendo los mismos errores
que los que se achacan al intendente suspendido”.
Agregó: “No podemos ser consecuentes con quien no se juega con quienes
fueron colaboradores inmediatos y que hasta último momento estuvieron
defendiéndolo a muerte”.
Finalmente, el abogado defensor de Turner, Sr. Riva aludió al grado
de complicidades y responsabilidades que se tejieron en el CD, diciendo:
“los sectores que integran los distintos bloque de la oposición van
a ser los conejitos de india y se prestarán al juego del bloque oficialista”.
Ante tal declaración, el concejal por la UCR, Carmelo Pellegrini manifestó
su enojo, por lo que el abogado Riva se disculpó y asumió la responsabilidad
de la frase.
Al concluir la sesión del CD, Duhalde se hizo presente en el local del
Sindicato de Trabajadores Municipales
A días de haber asumido Duhalde como intendente de Lomas de Zamora,
el delegado interventor del Partido Justicialista, Manuel Torres, publicó
en el diario local una solicitada en la que hacía un llamado a legisladores,
miembros de la CGT 62 Organizaciones, a la Rama Femenina, Rama Política
y a todo peronista que quisiera participar en la resistencia para acabar
con los gobiernos de minorías antipopulares. Apuntó a la necesidad de
reconstruir la Nación para liberarla. Agregó:”nos toca vivir una instancia
histórica y a ella debemos contribuir con fervor, apartando a los infiltrados
de nuestras filas, cuyas mentes caotizadas albergan un proyecto extraño
a la Nacionalidad que es el del peronismo concebido por Perón y los
millones de argentinos plenamente consustanciados con su doctrina quieren
una Argentina libre, poderosa, justa”.
Para el año 1974, los sectores progresistas en Lomas van cediendo terreno
a la derecha peronista por desavenencias internas, según marca Perdía:
“algunas contradicciones entre compañeros montoneros con Turner y el
PB. (Peronismo de Base), nos debilitaron a todos. En ese contexto se
fortalece un dirigente del peronismo ortodoxo, uno de los“pichones”
de Manolo Torres, Eduardo Duhalde, quien se va quedando con el poder
en Lomas hasta erigirse, con el paso de los años, en el más poderoso
dirigente del justicialismo bonaerense”.
También hubo equivocaciones, fruto de la inexperiencia de la juventud.
El concejal Sandoval reconocería las siguientes decisiones:”Cuando fuimos
conducción decidimos darle a la rama gremial, la Secretaría de Hacienda,
creíamos que la Secretaría de Gobierno, la Secretaría Privada y la Secretaría
de Obras Públicas serían una garantía para tener el control. Éramos
muy inocentes, no nos dábamos cuenta que el verdadero poder estaba en
la Secretaría de Hacienda, porque cada vez que queríamos generar trabajo,
u otras obras de bien público, Rosende de la Secretaría de Hacienda
nos frenaba”.
A pesar de los errores, la Juventud Peronista simbolizaba una nueva
forma de hacer política, los impulsaba un fuerte idealismo que orientaban
en función de construir la patria justa y equitativa a diferencia de
los que se iban quedando con el poder para instalar el vaciamiento político,
las prácticas punteriles, el mercantilismo de la política. Sandoval
recuerda a los militantes de aquella época: “Éramos trabajadores y defendíamos
una causa que era lógica, no veníamos de la facultad. Sabíamos lo que
era el peronismo y lo amábamos. Éramos de alma y corazón puros, pero
de accionar impetuoso. Éramos los "obreros de la política". Cuando asume
Duhalde llegan los "profesionales de la política", entonces comienza
a repartir chupetes. Algunos se pasan al bando de Duhalde. Nosotros
íbamos perdiendo terreno. En el marco nacional, nuestros diputados deciden
renunciar, por lo tanto, se va perfilando el comienzo de la decadencia.
A esa altura habíamos conformado un bloque independiente del FREJULI
totalmente reconocido por unanimidad por los veinticuatro concejales
del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora. Hicimos la presentación
del caso. En Lomas nos piden la renuncia y no aceptamos, seguimos sosteniendo
el bloque de la J.P. y encima armamos el Partido Auténtico cuyo lanzamiento
se realizó en Villa Centenario”.
Así, los espacios políticos dentro del ala municipal en Lomas se van
replegando en consonancia con lo que ocurría en el resto del país. Duhalde
capitaliza dichos espacios, primero el bloque del FREJULI, luego la
intendencia. Asimismo, la UNLZ, otro bastión de la Juventud Peronista
que había llegado, tras una ardua lucha a consagrar a un rector afín
a la Tendencia Revolucionaria comienza un camino descendente que marca
un hito histórico en febrero de 1975, con la intervención de la UNLZ
y la destitución del rector Julio Raffo.