Por Patricia Rodríguez

 El 21 de marzo de 1975, en pleno gobierno democrático de Isabel Perón, grupos parapoliciales de la Triple A secuestraron a nueve militantes, la mayoría de la Juventud Peronista, en Lomas de Zamora. Los fusilaron y posteriormente dinamitaron sus cuerpos en un baldío de José Mármol, en Almirante Brown, en la zona sur del Gran Buenos Aires. la masacre formó parte de un plan sistemático de aniquilamiento de las fuerzas progresistas, continuado y llevado a su máxima expresión por la dictadura militar genocida a partir del 24/03/76.

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Masacre de Pasco

Por Patricia Rodríguez

El 21 de marzo de 1975 a las 21.30 hs, ocho vehículos, varios Ford Falcon color gris, otros negros, también Torinos blancos, frenaron intempestivamente en la calle Donato Álvarez, a escasos metros de la Avenida Pasco, en el barrio San José de Temperley. Algunos autos llevaban balizas sobre el techo, al igual que los utilizados por la policía, otros traían valijas sobre el portaequipajes. Los automóviles transportaban entre quince y veinte personas de civil con capuchas negras. Llamativamente, uno llevaba una máscara de carnaval y otros dos la cara descubierta.

Sobre la calle Donato Álvarez, la gente de la zona solía acudir al Bar El Recreo, porque también funcionaba como almacén, aunque fundamentalmente como lugar de encuentro de parroquianos. Lo atendía Don Pascual, un italiano que decía haber hablado con Perón. Esa noche de verano la rutina del boliche se vio interrumpida por la entrada inesperada, violenta de los encapuchados. Llevaban armas largas y cortas de distinto calibre, entre ellas itakas, pistolas y ametralladoras que usaron para apuntar a Don Pascual y al mozo, Luis Ortiz, los amenazaron de muerte, gritaban preguntando por Lencina, lo miraban al mozo Luis Ortiz. El concejal no estaba allí, fue la respuesta del empleado, por eso arremetieron con ráfagas de ametralladoras sobre las paredes, el mostrador, la estantería, la heladera del establecimiento, mientras rompían mesas y sillas. Pero antes de retirarse robaron relojes, dinero y otros objetos de valor a los presentes. También según el parte policial de la época se apropiaron de un colectivo.

Héctor Lencina, Coca, y Alejandro, el hijo de ambos vivían en Donato Álvarez 47, justo al lado del bar. Un largo pasillo conducía al departamento del concejal.

Esa tarde, Hugo Sandoval y Héctor se habían encontrado. Ellos compartían mucho tiempo juntos, actividades, reuniones, asambleas. A veces la gente les cambiaba el nombre para señalar desde el humor la entrañable amistad, casi simbiótica que los unía. Esa tarde se habían abocado a los quehaceres propios de sus cargos, ya que ese día no había sesión en el Concejo Deliberante. Terminada la tarea, se separaron.

Estaba oscureciendo cuando Héctor decidió invitar a otro compañero, Aníbal Benítez, cafetero del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora y a su esposa a cenar en su casa. El matrimonio llevó a la bebita de ambos, recién nacida. La idea era reunirse para mirar un partido de fútbol. Jugaba Independiente y Chacarita, lo televisaban. Aníbal y Héctor aprovecharon el momento de distensión para ver el partido, los acompañaban Gloria, la esposa de Aníbal Benítez, Cristina Rapari y Alejandro Lencina. Cristina Rapari cuidaba al niño de sólo 4 años cuando Coca Rapari se ausentaba.

La tranquilidad doméstica fue interrumpida por unos hombres con máscaras que ingresaron violentamente en Donato Álvarez 47, se apoderaron del edil y de su amigo Aníbal Benítez, los introdujeron por la fuerza en uno de los autos, mientras otros revisaban el departamento buscando papeles, información que se llevaron. Destruyeron casi totalmente el lugar, luego arrojaron bombas incendiarias. Durante la gran confusión, Cristina Rapari, tía de Alejandro, lo tomó fuertemente y junto a Gloria Benítez corrieron para resguardarse de la lluvia de balas que se había desatado dentro de la vivienda. Un rato antes, Cristina había forcejeado con los captores, decididos a llevársela. Se salvó porque uno de ellos gritó que no era Coca Rapari, a quien buscaban.

En esos días Hilda Coca Rapari de Lencina debía viajar a Córdoba y resultaba necesario organizar una reunión política con los militantes de la zona. Había que conseguir una casa para el encuentro y Chavella (militante de la JP desaparecida) era la encargada, pero cuando llegaron a Pasco y Santa Ana, Chavella le informó que no había logrado dar con una casa. Eso la preocupó mucho, porque debía viajar y no podía levantar la reunión, para colmo un miedo terrible se había apoderado de ella. Le confesó a Claudia Istueta (militante-desaparecida de la JP) con quien caminaba hacia la casa de Mirta Musante (militante-desaparecida de la JP) el feo presentimiento que tenía, de que algo malo iba a ocurrir. Al rato, de vuelta al hogar, Coca tomó el colectivo y decidió bajar unas cuadras antes de Donato Álvarez para observar si la seguían, porque esa era la consigna que usaban para protección propia y de los familiares. Esa noche, de regreso le pidió a Claudia Istueta que la acompañara hasta la barrera de Pasco y Caaguazú porque se sentía aterrorizada. Eran las 10 hs. de la noche y Pasco era un caos, se veía un gran embotellamiento de autos. Presa de la desesperación comenzó a correr y cuando estaba llegando, algunos de los vecinos le dijeron que no fuera a su casa porque aparentemente unos ladrones habían entrado. Desde donde estaba escuchó tiros y no tuvo dudas de que se trataba de la AAA.

El material reproducido en esta sección pertenece al libro Masacre de Pasco de la docente e investigadora Patricia Miriam Rodríguez Heidecker, cuya exhaustiva investigación corrigió datos históricos erróneos sobre aquellos sucesos que los medios de difusión, incluido este sitio, reprodujeron durante décadas, ante la carencia de una información completa y rigurosa. Agradecemos la generosidad de la autora tanto por el contenido de texto como gráfico y animamos a los lectores e interesados a leer el libro completo, que puede conseguirse, entre otros sitios, en la Librería de las Madres, Hipólito Irigoyen 1584, Buenos Aires.

Contacto: Patricia Miriam Rodríguez Heidecker
patritem@hotmail.com

 

Coca seguía avanzando por Pasco, aunque en realidad quería escapar por miedo a lo que iba a encontrar y a la altura de Pasco al 4600, justo donde estaba ubicada la Unidad Básica 22 de agosto vio a la caravana de la AAA detenerse.

Más tarde los vecinos le contaron que la patota entró tiroteando con ametralladoras y gritándole a Héctor que se entregara o sino mataban a Alejandro. En un principio, había logrado escapar por el techo, ya que la parte de atrás de la casa no estaba cercada, pero cuando escuchó que amenazaban con matar a Alejandro decidió entregarse.

Mientras los vecinos llamaban a los Bomberos Voluntarios de Bernal que al poco tiempo acudieron para extinguir las llamas, sin resultados, porque no lograron evitar la destrucción de la vivienda; la patota se detenía en la avenida Pasco al 4600 donde vivía la vicepresidenta del Concejo Deliberante, Irma Santa Cruz. La misma metodología de barbarie se repitió en todos los casos, los parapoliciales ingresaron violentamente, destruyendo puertas, ventanas. Allí capturaron a Héctor Flores, ex-secretario de la concejal Irma Santa Cruz, lo obligaron a ingresar a uno de los automóviles, mientras el resto del grupo revisaba la casa y se llevaba documentación y varios objetos de valor. Héctor Flores pertenecía a la agrupación “Patria soberana” de Osvaldo Mércuri. Militaba en el barrio Los Pinos de LLavallol, había participado y organizado sucesivas marchas al Ministerio de Bienestar Social, cuya autoridad máxima era El Brujo López Rega con el propósito de conseguir las escrituras de los departamentos.

Esa noche, Héctor Flores había sido convocado a una reunión en el barrio San José, no estaba organizada de antemano, recibió un llamado en la casa de su madre a último momento. Flores había sido el secretario de Irma Santa Cruz hasta diciembre de 1974, estaba en la casa de ella cuando irrumpió la patota. Intentó escapar, defenderse, pero se entregó sin oponer resistencia, porque temía por la vida de Héctor Ricardo, su hijo mayor, quien lo acompañaba y a quien tenían de rehén. La banda de la Triple A amenazó a Flores con matar al niño. Esto motivó la entrega sin resistencia. Padre e hijo se cruzaron cuando liberaron al muchacho quien comenzó a correr mientras escuchaba los tiros. El niño estuvo gran parte de la noche dando vueltas por Donato Álvarez. Pasaron más de treinta años y aún persisten, en su cabeza, imágenes traumáticas de aquella noche. Héctor Ricardo no habla, sólo gesticula. Los hermanos Flores viven en el mismo barrio de la infancia, pero ni remotamente se comunican, el horror los fragmentó.

A continuación, la banda armada se dirigió a las calles Sargento Fariña y Pasco, al lado del departamento de Irma donde funcionaba hasta hacía unos pocos meses atrás, la Unidad Básica 22 de agosto, un lugar emblemático para la Tendencia Revolucionaria de San José, porque desde allí se centralizaban las actividades políticas de la zona. Los hombres encapuchados revisaron minuciosamente el local, secuestraron documentación y luego lo ametrallaron. La caravana de automóviles se puso en marcha por la avenida Pasco y desde uno de los autos abrieron fuego contra un automóvil Rambler, año 1963 con patente oficial y una inscripción que rezaba “Vicepresidente del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora”, propiedad de la concejal del FREJULI, Irma Santa Cruz.

Otras obras de la autora

La osadía de construir poder popular. Este trabajo recopila testimonios de diferentes actuantes-protagonistas del proceso político, cultural y social de Lomas de Zamora durante las décadas del 60-70. Rearma la trama social en los diferentes espacios donde se resistía al poder hegemónico: los barrios, la Universidad, las Fábricas, las Escuelas; todos estos, escenarios en donde se reprodujeron los acontecimientos acaecidos a nivel nacional. La compilación se enmarca en un breve relato del clima político vivenciado en el resto del mundo: las luchas por la liberación que encuadraron los sucesos históricos más importantes de aquel tiempo en nuestro país, en nuestra localidad. Reconstruye las identidades y las especificidades del tejido social y local que se fueron organizando a partir de las necesidades básicas insatisfechas como el asfalto, la luz eléctrica, el agua corriente. Rearma el proceso que partió del vínculo con el otro en la cuadra, la Sociedad de Fomento, la Iglesia, la Fábrica, la Escuela y que derivó hacia la toma de posiciones políticas definidas. Refleja cómo la participación desde lo colectivo hizo posible la construcción de un sujeto social, con una identidad propia que fue creciendo al amparo de las luchas que cuestionaban el orden desigual e injusto, pero también las relaciones cotidianas familiares, escolares, religiosas, de pareja. También recupera, a través de testimonios, las identidades silenciadas de los compañeros secuestrados-desaparecidos de Lomas de Zamora
Por último plantea la idea de que la memoria no tiene olvido, reaparece cuantas veces es clausurada y negada. Tampoco es única, porque los recuerdos son pequeños y contrapuestos fragmentos de la realidad, por lo tanto propone el desafío de juntar esos fragmentos desde la diversidad, haciendo una sincera evaluación a partir de interrogar al pasado desde el presente.

Las ideas no se matan

Recopila la historia de los desaparecidos de Temperley, en el sur del Gran Buenos Aires, a través del testimonio de familiares y amigos.

“Todas las tardes, después de que llegaba de su trabajo, y aun jubilado salía a la puerta, arreglaba el jardín. Esa era su costumbre. En el atardecer del 21 de marzo del ’75 mi papá se dirigió a la puerta, como siempre, y pudo ver cuando llegaron varias personas en distintos autos, entraron en el baldío de la calle Santiago del Estero y Amenedo, y arrojaron las bombas que fragmentaron los cuerpos de aquellos que fueron secuestrados y muertos por la Triple A en la llamada Masacre de Pasco. A partir de ese momento, mi papá fue perseguido aún más. Venía a casa lastimado. Ellos simulaban que lo asaltaban en el colectivo.” Este es uno de los relatos que forman parte del primer libro de Patricia Rodríguez, Las ideas no se matan, que concentra cerca de 50 historias de militantes y referentes sociales y políticos desaparecidos que fueron protagonistas de la historia de Temperley, en el sur del conurbano bonaerense, durante el Proceso. Muchos de ellos perdieron la vida durante la Masacre de Pasco o fueron integrantes de la División Perdida del colegio ENAM. Más información

Ya había muestras de sobresalto entre los pobladores de la zona. Varios salieron de sus viviendas para averiguar qué estaba ocurriendo, mientras otros observaban cautelosos detrás de las persianas. Según testigos, los terroristas, a punto de pistola obligaron a varios de los vecinos a despejar la calle y permanecer dentro de sus casas.

Mientras tanto, en el Concejo Deliberante, esa noche se iba a presentar en sesión ordinaria, el proyecto de Ley: “Ampliación del cementerio municipal” cuyo autor Jorge Infantino del Partido Federal proponía utilizar las dieciséis hectáreas del Campo Tongui para crear un cementerio similar al de la Recoleta,, cobrando honorarios por su uso y paralelamente, el cementerio municipal tradicional, gratuito. Carmelo Pellegrini, concejal por la UCR, en cambio planteó trasladar el cementerio a Garibaldi al 3000. Calabró, el gobernador había cedido el alambre perimetral, la vereda y se le pediría la extensión del agua corriente para concretar alguno de los dos proyectos. Sin embargo, Sandoval, concejal de la JP recuerda que ese día no hubo sesión en el Consejo Deliberante.

Duhalde quería tratar el tema según relata Infantino, pero hacía falta un concejal, así que Julio Sibara (Subsecretario del Concejo Deliberante) fue a buscar a Irma Santa Cruz, porque hacía falta dar quórum. Alrededor de las 20.00 hs de la noche la había ido a buscar. En su casa se habían quedado Héctor Flores y su hijo junto a la hija, el yerno y la nieta de Irma, mirando un partido de fútbol. Cuando regresó de la sesión en el Concejo Deliberante, cerca de la medianoche, vio su auto corrido de lugar, en el carril de enfrente y pensó: “Mi yerno corrió el auto”.

Julio Sibara la acompañaba y ni bien se iban acercando vieron el coche totalmente baleado, las gomas desinfladas, las ventanas rotas. Cruzó la calle, se dirigió a abrir la puerta de su casa, mientras Julio Sibara, le decía que no lo hiciera. La hija de Irma vivía en una casa que colindaba por el fondo con la suya, allí no encontró a nadie, tampoco en la calle ni en su casa. A eso de la 23.00 hs fueron con Julio a la comisaría que estaba cerrada, los atendieron por una ventanita. Luego los hicieron ingresar y se encontraron con el padre de los hermanos Díaz y un hijo de éste. El Sr. Díaz les preguntó:

-¿Ustedes vienen por lo mismo?
-¿Lo mismo qué…?- contestó Irma
-Por los chicos que se llevaron-agregó el Sr Díaz
-Yo no sé nada-respondió la concejal
-Se llevaron a Lencina, Flores, Germán, mis hijos-aclaró el Sr Díaz

Irma estaba preocupada por su hija, porque no la había visto.

Le pidió a Julio que la acompañara hasta su casa y un policía le sugirió que mejor no fuera, porque quizás todavía estaban ahí. Entonces les exigió a los policías que le dieran una custodia para su casa. Le contestaron que no había policías porque todos estaban afectados a la Masacre.

Julio e Irma regresaron a la casa. Ella le pidió a Julio que caminaran juntos hasta la casa de los padres de su yerno, pensando que quizás se habían refugiado ahí, pero el padre les dijo que no sabía nada, que sólo había escuchado tiros.

Posteriormente se dirigieron a la casa de Coca, en Donato Álvarez. Allí vieron mucha gente agolpada y muchos policías. Entró al domicilio de Coca y observó pasmada todo el desastre que habían hecho, habían baleado la heladera, la cocina, prendieron fuego a toda la casa. Cuando salió alguien le avisó que su hija estaba con Doña Teresa, la vecina de enfrente. Rápidamente se dirigió hasta la casa de su vecina, se reencontró con su hija quien le contó que se habían llevado a Flores y que la patota pretendía que su yerno los transportara en el auto, pero como no pudo manejar, porque estaba muy nervioso, lo dejaron. Contó que se presentaron como policías, estaban algunos encapuchados, llevaban el pelo corto, eran muy grandotes. Revisaron toda la casa, los obligaron a acostarse boca abajo en las camas. Cuando golpearon la puerta, Flores tenía un revólver arriba del televisor y en el momento de abrir la puerta portaba el arma en la mano, pero lo agarraron igual. Cuando la banda terrorista se retiró, Doña Teresa les ofreció su casa para resguardarse y para que estuvieran seguros.

Al rato, Irma partió con Sibara hacia la casa de Sandoval, concejal de la Juventud Peronista, porque debía avisarle lo sucedido.

La siguiente etapa de la cadena de secuestros fue una finca ubicada entre las calles Lules y El Hornero, allí se apoderaron de los hermanos Alfredo Díaz y Rubén Eduardo Díaz de 18 y 16 años, respectivamente, los que pasaron a engrosar el contingente de cautivos dentro de los automóviles.
También introdujeron en los vehículos a Pedro Rubén Maguna y Germán Gómez donde ya se encontraban Lencina, Benítez y Flores.

Del mismo modo, los terroristas derribaron la puerta de entrada de la casa de Germán Gómez, se apoderaron de papeles, publicaciones y otros objetos. Luego destruyeron los muebles y artefactos domésticos con ráfagas de ametralladora antes de abandonar la vivienda.

Esa tarde del 21 de marzo, casi de noche, los Díaz habían organizado un asado en la casa de Germán Gómez. Había un partido de fútbol y decidieron ir a verlo a la casa de Germán, el padre de los Díaz, los hermanos Díaz y Puchero. Todos eran del barrio, se conocían casi de la niñez.

Esa noche, el mayor de los Díaz se había retirado de la reunión por unos segundos, porque había ido a saludar a su cuñado que había venido de Florencio Varela a visitarlos. La casa de los Díaz quedaba a unas pocas cuadras de la vivienda de Germán, casi a la vuelta, en el trayecto escuchó disparos. En el momento en el que regresó a la casa de Germán, durante el camino, un vecino lo tironeó y lo introdujo en su casa. El hombre había presenciado el operativo en la cuadra y su intención era resguardar a Díaz. Ya a salvo, dentro de la vivienda del vecino, observó detrás de la ventana cómo pasaban militares que vestían uniforme de gendarmería controlando los movimientos en el barrio. También vio a gente de civil como parte del operativo y escuchó ruidos de sirenas, iguales a las que usaba la policía.

Con posterioridad se enteró que en ese ínterin en el cual estuvo ausente, sus hermanos Alfredo y Eduardo regresaban asustados, corriendo rumbo a la casa de Germán, porque habían presenciado el secuestro y los destrozos ocurridos en el departamento de Lencina, a unas escasas tres cuadras. Seguidamente, hubo un despliegue de autos, también de un colectivo. Todos los vehículos se detuvieron en la casa de Germán, venían a buscarlo y al ver a los hermanos Díaz que corrían hacia la casa de este, los interceptaron y los detuvieron para que no alertaran a los demás. Con el tiempo y atando cabos, los Díaz llegaron a la conclusión de que Alfredo y Eduardo reconocieron a alguien, por eso los secuestraron.

Los vecinos les contaron que en el momento en el que se llevaron a Germán y lo introdujeron en el colectivo, éste gritó:”Eras vos, flaco hijo de puta…”, “Bajen a los pibes que no tienen nada que ver”. Aparentemente se refería a un policía soplón que vivía en la calle Monteros de apellido Salazar que trabajaba en la Comisaría 1era de Lanús. Los propios vecinos de Salazar, tiempo después les relataron a los Díaz que cada vez que el policía se peleaba con su mujer, ella le gritaba: “Asesino, hiciste matar a los Díaz”.


Presentación de La Masacre de Pasco, el 26/11/10, en el Instituto Lomas de Zamora.

Germán sentía un odio visceral hacia los policías y militares. En varias oportunidades había discutido con Salazar, sin abusar de su capacidad de boxeador. Los Díaz ignoraban si hubo enfrentamiento físico. Sí, sabían que Salazar era un tipo soberbio, autoritario, finalmente emigró a Paraguay hace más de 20 años.

Cuando Díaz llegó a la casa de Germán se encontró con Oscar, uno de sus hermanos, totalmente lastimado, le habían pegado un culatazo, también halló a Puchero muy golpeado. Les habían ordenado tirarse boca abajo, a su padre, su hermano Sergio de once años, a Oscar de 22 años, a Puchero, a la esposa de Germán y a las hijas.

Cerca de las once de la noche, buscó los documentos de sus hermanos y se encaminó a la comisaría de San José para suplicarles que salieran a buscarlos. Ellos se excusaron diciendo que no contaban con unidades. Agregaron que posiblemente el operativo fuera de la propia policía. Mientras estuvo en la comisaría escuchó el ruido de la dinamita estallando sobre los cuerpos de todos ellos.

Al lado de la casa de Germán vivía la familia Maguna. Cacho era el apodo con el que conocían en el barrio a Rubén Maguna, un joven que había intentado cumplir lo más cómodamente posible el servicio militar forzoso, alistándose en las fuerzas policiales. Concluida la obligación comenzó a trabajar en una metalúrgica de la calle Pasco. Se había casado no hacía mucho, su esposa estaba embarazada cuando irrumpieron en el domicilio de la pareja. Algunos dijeron que estaban buscando a un tal Chacho y lo confundieron a Rubén por su apodo Cacho. La patota utilizó la misma metodología de destrucción y violencia con la familia Maguna. Rubén no resistió ver el maltrato que ejercían sobre su esposa embarazada, reaccionó defendiéndola, entonces los encapuchados se lo llevaron.

Continuando con el raid de atentados en cadena, los coches de la patota se dirigieron seguidamente a una vivienda ubicada en la calle Amenedo al 3900 casi esquina Santiago del Estero, barrio San José, ya en jurisdicción de José Mármol, partido de Almirante Brown y a no muchas cuadras de los lugares antes registrados, en donde entraron con el mismo despliegue de violencia que en los casos anteriores.

En esa vivienda de la calle Amenedo, que constaba de una sola habitación de mampostería vivían Guillermo Omar Caferatta, maestro mayor de obra con su concubina Gladys Martínez de 21 años, empleada doméstica. Esa noche, Omar Guillermo Caferatta no se encontraba en el lugar. Su hijo afirma que unos pocos días antes había viajado a Australia en búsqueda de un bienestar económico para la pareja. Caferatta falleció en Australia, en el año 1993 de muerte natural.

Los vecinos relataron a los periodistas que se congregaron en el lugar esa mañana, que los obligaron a ingresar por la fuerza a sus respectivas viviendas. Mientras tanto Gladys resistió como pudo, dando vivas voces de auxilio por lo que fue baleada y rematada ferozmente en el interior de la vivienda. El cadáver de la mujer fue hallado tendido sobre la cama junto a dos artefactos explosivos que no estallaron.

Finalmente concluyeron la serie de capturas, entonces la caravana de automóviles siguió viaje con los siete secuestrados hasta detenerse en la calle Santiago del Estero y Sánchez, a una cuadra de la vivienda de Caferatta. Los hombres fueron bajados a empujones y colocados sobre la calle de tierra. El movimiento inusual en ese tranquilo barrio, determinó que salieran a la puerta de sus casas muchos vecinos, que en ese momento veían algún programa de televisión o se aprestaban a dormir, pero los asesinos los obligaron a retornar a sus casas amenazándolos con sus armas, aparentemente el que parecía dar las órdenes a los comandos los intimaron para que se replegaran dentro de sus casas.

Allí, mediante el empleo de diversas armas, los siete secuestrados fueron obligados a arrodillarse. Se escuchó la voz de uno de ellos que gritaba que si lo tenían que matar lo hicieran de pie. Otra voz gritó: “Viva la patria”.

Los balearon hasta que cayeron acribillados. Por último colocaron los cuerpos juntos e hicieron estallar dos poderosas granadas que al detonar hicieron volar los cuerpos, arrojando a gran distancia a varios de los cadáveres horriblemente mutilados La carga habría sido colocada junto al cuerpo del concejal Lencina, ya que éste apareció horrorosamente mutilado. Su cuerpo, al ser proyectado hacia arriba cayó sobre un cable eléctrico provocando un corte de energía en un amplio radio del lugar.

En la intersección de las calles Sánchez y Santiago del Estero yacía uno de los cuerpos, únicamente con el tronco, sin extremidades, asimismo a unos 40 metros de dicho lugar sobre la calle Canale, junto al pilar de la última finca, otro cuerpo presentaba únicamente la parte superior del tronco faltándole en consecuencia, el resto de los miembros. Además a unos 25 metros de la intersección de dichas calzadas, sobre Santiago del Estero y junto al alambrado de una finca, yacía un cuerpo completamente destrozado, hallándose asimismo, diseminados por las inmediaciones restos de extremidades de los cadáveres mencionados.

Dos cráteres producidos por los artefactos explosivos que originó la mutilación de los cadáveres se veían sobre la calle de tierra.

Según el relato de los propios vecinos, la onda expansiva provocó la rotura de cristales hasta diez cuadras a la redonda. Otro vecino del matrimonio Caferatta refería que la explosión había causado la rotura del televisor.

Los autores del asesinato concluyeron su macabra tarea colocando cerca de los cuerpos destrozados, sobre un baldío, una bandera de 2mts de largo por 0,65 cm de alto, color blanca con la siguiente inscripción: “Fuimos Montoneros, fuimos del ERP” en aerosol rojo y un estrella de seis puntas. La inscripción hacía referencia a la ideología de los asesinados, a quienes según ese texto se los señaló como miembros de la agrupación autoproscripta y de la organización declarada ilegal.

Poco tiempo después de la fuerte explosión, mientras llegaban los efectivos policiales a tres cuartos de hora de iniciarse el operativo, según una estimación había un millar de parroquianos angustiados y ansiosos por averiguar lo que había sucedido, todos ellos cubrían la calzada. Se encontraron entonces con un horroroso espectáculo, los cuerpos de los siete hombres secuestrados estaban completamente mutilados.

Intervinieron efectivos policiales de la Unidad Regional de Lanús, y ocho patrulleros de las Comisarías de Temperley y Adrogué, cuyos efectivos fueron tomando datos del sangriento raid, tanto en el bar el Recreo como en los domicilios del concejal Lencina, de la concejal Santa Cruz, de Germán Gómez, Rubén Maguna, Caferatta y en la misma unidad básica donde se concretó la incursión. Hallaron tanto en el lugar del fusilamiento como en la casa de Caferatta alrededor de veinte proyectiles, calibre 9 mm. Y veintiséis cápsulas servidas del mismo calibre y de un proyectil de calibre 11,25 mm.

Esa mañana en el lugar donde aparecieron los cadáveres de los siete hombres y de la mujer acribillada que hasta ese momento permanecía en su domicilio apareció un joven de alrededor de 14 años que en un momento determinado se separó de la muchedumbre para acercarse a uno de los cuerpos que se encontraba en la calle Santiago del Estero y se echó a llorar al reconocerlo. El mismo joven reconoció a Germán Gómez de 31 años, obrero portuario que de hecho fue la primera identificación después del asesinato colectivo. También creyó reconocer entre los cuerpos mutilados a un joven de 17 años de nombre Langone (apodo con el que llamaban a uno de los hermanitos Díaz). Dicho muchacho manifestó que los hermanos Díaz contaban con otro hermano que estaba ausente en el momento que se realizó el atentado, lo que habría permitido que salvara su vida.

Esa noche, Carola, una vecina del barrio se acercó hasta la casa de Caferatta, temía encontrar entre las víctimas a alguno de sus hermanos, militantes populares por aquella época. La vio a Gladys, sin vida, también el cuerpo de un joven alto de pelo ondulado, tirado al lado de la heladera. Nunca supo de quién se trataba, ni siquiera los diarios del momento registraron el nombre de esa persona. En concordancia con los dichos de Carola, el hijo de Caferatta conjetura que alguien se refugió en la vivienda de su padre. Imagina que venía escapando, lo agarraron en la casa y se lo llevaron junto con los demás al baldío donde los masacraron. Esta hipótesis explicaría el desplazamiento de la patota desde el barrio Santa Rosa hasta las calles Santiago del Estero y Sánchez, distantes unas treinta cuadras un lugar del otro.

Alrededor de las 11 hs del día siguiente culminó la tarea de recoger los despojos, los que fueron trasladados a la Morgue Judicial de Avellaneda.

Sábado 22 de marzo de 1975

Irma Santa Cruz, luego de constatar que su familia se hallaba bien se dirigió, acompañada por Sibara a la casa de Hugo Sandoval, concejal de la Juventud Peronista para avisarle del hecho y pedirle que se protegiera.

Días antes, la esposa y la hija de Sandoval se habían refugiado en la casa paterna del concejal. Aproximadamente a las tres de la madrugada, en el auto de Sibara, junto a Irma viajaba Sandoval, lo llevaban hasta el barrio Los Generales. Antes de partir, Sandoval había tomado recaudos, llevaba un “fierro gande” y ya fuera del auto caminaba rumbo al lugar donde vivía Dolinsky. Le iba a dar la mala noticia y compartir con el tercer concejal de la Juventud Peronista la angustia que tenía. Los dos emprendieron camino hacia Villa Albertina para encontrarse con Celso Viola, Secretario del bloque de la JP, pero en el trayecto, un patrullero los persiguió. Apresuraron el paso por el barrio Itatí, sin resultados, porque los policías los levantaron a los golpes, cerca del arroyo y los introdujeron en el patrullero. Los llevaron hasta el Pozo de Banfield a fuerza de culatazos y patadas.


Imagen de la masacre publicada en El Auténtico Nº 8, vocero del Peronismo Auténtico (Montoneros), suplemento fotográfico anual, 24 de diciembre de 1975.

La golpiza recrudeció cuando les encontraron los fierros. No hubo credencial de funcionario público que los protegiera. En el Pozo de Banfield pidieron hablar con el comisario Alí. Finalmente consiguieron ser liberados. Retomaron el camino emprendido en búsqueda de Celso Viola. Una vez reunidos los tres fueron a la casa de un pollero, amigo de Celso, que vivía colindando con la plaza de Santa Marta. Él los trasladó en su camioneta hasta el siguiente destino, el barrio San José. Ya de madrugada llegaron Sandoval y Dolinsky. El primero observaba impávido la destrucción y muerte en el departamento de Lencina. En el bar contiguo encontró a Gloria Benítez y a su bebé. Ella estaba lívida, impávida, totalmente bloqueada. La llevó a su casa y durante una semana su esposa la cuidó. En cambio Dolinsky se acercó hasta las calles Sánchez y Santiago del Estero.

Irma y Sibara, luego de dejar a Sandoval en el barrio Los Generales se dirigieron a la casa de González Lozano, presidente del Concejo Deliberante. Muy de madrugada regresaron a la casa de Irma. La esposa de un concejal le hizo compañía el resto de la noche. Ya amanecía cuando Irma fue al descampado donde dinamitaron los cuerpos. Había policías por todos lados, en las esquinas. Vinieron los periodistas a eso de las 7 de la mañana. “Esto fue peor que la Masacre de Trelew “pensó para sus adentros. Guardaba la esperanza de que Flores estuviera vivo, que hubiera podido escapar, pero lo reconoció enseguida, estaba boca abajo, tapado por un diario, era el único más o menos intacto.

También, Francisco Maríncola, ex-concejal del FREJULI junto con González Lozano llegaron hasta el baldío, con dudas más que con certezas, porque hasta ese momento sólo circulaba el rumor de que podían ser los jóvenes de la J.P. que la noche anterior habían sido secuestrados en varios autos.

Lamentablemente se encontraron con un cuadro dantesco del cual les costó desprenderse por muchos años, porque era algo horroroso, que no se entendía, que superaba toda realidad. Algo así como querer destruir más allá de la muerte. Un odio homicida, irracional que no se comprendía.

Todo el perímetro se encontraba vallado por la policía. Aquello era una montaña de restos humanos, pedazos de ropa desperdigados. Maríncola les decía a González Lozano y a Dolinsky que no se apresuraran en emitir conjeturas, aunque intuía que se trataba de Lencina, y el resto de los compañeros, porque entre esos pedazos de tela vio uno marrón, con dibujos oscuros, muy parecido al pantalón que solía llevar Lencina. Aproximadamente a 20 mts de donde se encontraba Maríncola había un bulto cubierto con diarios. Tuvo la mala idea de aproximarse y quitar los diarios. Hizo un gran esfuerzo para resistir tanto horror. Se trataba de Flores, había quedado un poco más entero que el resto, pero de la boca hasta las piernas estaba abierto. Comenzó a tambalearse, casi se cae. Flores era un pibe jovencito, ojitos claros y verlo allí lo paralizó. Benítez era un buen muchacho que luchaba por el barrio, los hermanos Díaz, unos chicos que militaban con Coca.

Maríncola le dijo a González Lozano. “Son ellos porque reconocí a Flores y también el pantalón de Lencina”
Se sentían destruidos, todos querían a Lencina, pero César Dolinsky estaba peor, porque Lencina era su compañero de la J.P. Fue un hecho gravísimo que antecedió al golpe militar, fue su antesala.

Los días sábados por la mañana, como de costumbre, solían reunirse algunos concejales afines, en el despacho del intendente Duhalde. Entre ellos, González Lozano, Infantino. Tomaban mate y charlaban sobre algunos temas municipales. Esa mañana, Infantino subía las escaleras rumbo al despacho de Duhalde cuando vio bajar a González Lozano, consternado, llorando, entonces se enteró de lo sucedido.

Esa madrugada, también uno de los Díaz se acercó hasta el descampado de Sánchez y Santiago del Estero, algunos les decían que no fuera. La verdad es que los recuerdos le llegaban muy borrosos, había pasado toda la noche en vela. Los restos de sus hermanos, amigos y vecinos habían sido llevados a la morgue y devueltos el día sábado a las cuatro o cinco de la tarde. La familia Díaz veló a Alfredo y Eduardo en la propia casa, sobre la calle Monteros y el padre Bernardo hizo un responso.

Al día siguiente, el padre Bernardo acompañó al mayor de los Díaz hasta la clínica donde se hallaba internada la madre de los hermanos Díaz, para darle la noticia, la habían operado el jueves anterior. La señora Díaz nunca pudo recuperarse de la pérdida de sus hijos, se abandonó, avanzó su diabetes y su ceguera, falleció a los dos años, no logró resistir la ausencia.

El mayor de los hermanos Díaz, nunca pudo comentar lo que le había ocurrido, siente que lo destrozaron moralmente y psicológicamente. Fue una forma de matarlo. Desde marzo hasta septiembre de ese año no pudo dormir más de dos horas, se despertaba sobresaltado con espantosas pesadillas. Trataba de trabajar duramente para que le ganara el cansancio y así poder dormir. A lo largo de su vida pasó por muchas situaciones dolorosas, pero nunca como lo ocurrido aquel 21 de marzo de 1975.

La abuela y las tías paternas de Poly Flores se encargaron de reconocer el cuerpo de Héctor Flores, lo velaron en la casa de la abuela, en el barrio Los Pinos de LLavallol. La mamá de Poly, Dora Núñez, no pudo asistir, no la dejaron entrar, pero sí lo hizo otra señora con quien Héctor Flores tuvo una hija en el año 1974. A ella la presentaron como la esposa era amiga de una de las hermanas de Héctor Flores. En cambio los cuatro hijos de Flores y su madre fueron negados y relegados.

Primero, uno de los hermanos de Lencina se acercó hasta el baldío de Sánchez y Santiago del Estero. Con posterioridad, otra hermana de Héctor, apodada Susy junto a su esposo Cacho fueron hasta la morgue de Avellaneda para reconocer el cuerpo.

Ya estaba clareando el día cuando el padre de Rubén Maguna acudió al descampado de Santiago del Estero y Sánchez. Esa tarde. Casi de noche fue a buscar los restos de su hijo a la Morgue de Avellaneda. Allí se encontró con el resto de los familiares de las víctimas. Todos ellos fueron maltratados por parte de las autoridades de la morgue, los obligaron a pararse contra la pared en una actitud intimidatoria. Los familiares de Rubén decidieron enterrarlo en el cementerio de Avellaneda. Actualmente sus cenizas las conservan las hermanas.

Domingo 23 de marzo de 1975


Imagen de la masacre publicada en El Auténtico Nº 8, vocero del Peronismo Auténtico (Montoneros), suplemento fotográfico anual, 24 de diciembre de 1975

Los restos del Concejal Lencina fueron entregados el sábado 22 de marzo. Tuvieron que enfrentarse al gobernador Calabró para que les restituyeran los cuerpos. Esa noche del día sábado, Héctor fue velado en el Salón de los Pasos Perdidos del Concejo Deliberante y conducido al Cementerio de Lomas, poco antes del mediodía del domingo. Se habían tomado rígidas medidas de seguridad. En el cementerio hizo uso de la palabra un representante de la Juventud Peronista y seguidamente, González Lozano, Presidente del Concejo Deliberante.

Horas antes del entierro, la esposa de Lencina, por una cuestión de seguridad se hallaba refugiada en la casa de unos compañeros en Lanús. Gente del Partido Intransigente y Comunista hicieron la custodia de Coca, porque la Juventud Peronista era objeto de persecución y vigilancia por parte de los servicios. Tito Garcia (Concejal del Partido Intransigente en la APR) y Ramón Morán (Concejal del Partido Comunista en la APR) se responsabilizaron de trasladarla hasta el Concejo Deliberante, donde velaban los restos de Lencina, los acompañaban otros militantes de la Alianza Popular Revolucionaria. Un kilómetro antes de llegar a la casa de Lanús, se quedaron sin nafta. Íban en dos autos y uno de ellos, sin combustible dejó de funcionar, por lo tanto comenzaron a empujar. Al hacerlo, a un grandote que los acompañaba se le cayó el revólver. La gente que lo vio, salió corriendo. Quedaron solos. Llegaron a la casa donde estaba Coca, la subieron al auto y la sentaron entre Tito García y Ramón Morán. Coca llevaba un pañuelo en la cabeza y anteojos negros.

La esposa de Lencina hubiera querido que Héctor fuera velado en la capilla del barrio San José. Aquella capilla del padre Gerardo que funcionaba en un tranvía, pero el Dr Alende (Alianza Popular Revolucionaria) la hizo reflexionar, le dijo: “A vos te están buscando. No hagas que saquemos el cuerpo de Héctor de acá para llevarlo al barrio San José, porque se va a armar otra masacre”. Del mismo modo, Sandoval, Dolinsky, Celso Viola y Clarita de la J.P. coincidían en señalar la peligrosidad de trasladar los restos de Lencina al barrio San José.

Ya, en la Municipalidad de Lomas de Zamora, Coca, García y Morán ingresaron al hall del Concejo Deliberante, donde se hallaba el cajón con los restos de Héctor. Había policías por todos lados. Entonces el comisario lo llamó a Morán y le dijo:” ¿Qué me hizo?”

Le respondió que cumplía con un acto humanitario, que sólo era una actitud personal y así se lo habían pedido

No hubo incidentes. Inmediatamente, después del entierro llevaron a Coca hasta el Parque de Lomas en el coche de Tito García (Partido Intransigente). La hicieron bajar y cambiar de auto.

En un Fiat rojo de Rodolfo Barbeito (Democracia cristiana en la APR) la trasladaron hasta Morón, a la casa de Susy y Cacho, sus cuñados. Alejandro, su hijo la acompañaba. Tenía 3 o 4 años y preguntaba por su padre. Coca trató de explicarle que estaba en el cielo, pero Alejandro la desmintió con el convencimiento de que su padre se había ido a trabajar para construir una nueva casa, ya que la gente mala había destruido la de ellos. Alejandro lloraba y Coca con él.

Durante la dictadura militar, los restos de Héctor Lencina fueron robados y enterrados como NN en una fosa común. Recién en el año 1984, la mamá de Héctor se enteró, juntamente con los compañeros y el resto de los familiares de Lencina. Procedieron a investigar y dieron con un compañero que trabajaba en el cementerio quien tuvo la precaución de pintar el féretro para distinguirlo.

Todos los 21 de marzo, en el cementerio de Lomas se recuerda a las víctimas de la Masacre de Pasco y a los más de cuatrocientos compañeros caídos de Lomas.


ALFREDO ELÍAS Y EDUARDO RUBÉN DÍAZ

Mi hermano Alfredo tenía 18 años y demostraba un temple fuerte, tenía personalidad, sabía imponerse sin llegar a ser agresivo, ni violento, en cambio Eduardo, menor que Alfredo era más tranquilo, más bonachón. Sabía cocinar muy bien, le había enseñado a preparar ciertos platos a mi esposa y la cargaba por eso. Ambos estudiaron en la escuela N° 80 que queda a la vuelta de casa. Alfredo trabajaba con mi cuñado en un corralón. Ninguno de los dos tenía militancia política. Eduardo sólo contaba con 16 años.

Néstor Díaz (hermano)


RUBÉN ANTONIO MAGUNA

Rubén trabajaba conmigo en la metalúrgica Hidrodinámica que funcionaba en la rotonda de Pasco. El día jueves habíamos compartido el turno y al finalizar la jornada nos despedimos con la idea de reencontrarnos el sábado. El viernes pasó todo eso.

Cachito Maguna era como un hermano para mí. Él no participaba políticamente. Entre las versiones que se corren hay una que indica que se lo llevaron por error, pues estaban buscando a un tal Chacho y el apodo de él era Cacho.

Néstor Díaz (amigo)

Rubén había cumplido 21 años en diciembre de 1974. Recientemente había concluido el servicio militar que era obligatorio por aquella época. Decidió realizarlo prestando servicio en la policía, porque le resultaba menos complicado.

Se había casado en el mes de octubre y vivía en la casa de los suegros, al lado de la vivienda de Germán Gómez. Su esposa estaba embarazada.

Norma Maguna (hermana)

 



Documental Pasco, avanzar más allá de la muerte



Acto JP Quilmes, 27/02/74


GERMÁN GÓMEZ

Germán era una persona muy querida, tenía un corazón grande y siempre se jugaba por la gente, en cualquier lado sacaba la cara por quien lo necesitara. Tenía la valentía de reconocer cuando se equivocaba y lo reconocía.

Trabajaba como chofer de la línea 266. Cierto día, manejaba el ramal que va a Bernal y a la altura de Lamadrid cuando sube una mujer embarazada a punto de tener a su bebé. Germán habla con los pasajeros y les explica que va a desviar su recorrido, pero quien quisiese podía tomar el colectivo siguiente. Así lo hace, lleva a la mujer hasta el hospital y luego retoma el recorrido. Al llegar a la Terminal del 266, en Lomas lo despiden. Germán acciona legalmente, pero la empresa se niega a pagarle la indemnización correspondiente, buscando excusas. Finalmente le pide a dos o tres muchachos del barrio que lo acompañaran hasta la empresa y a punto de pistola retira el dinero que le pertenecía.

Germán era boxeador, llegó a pelear por el título sudamericano y siempre tenía la hinchada del barrio que iban alentarlo.

Así como te cuento todo lo bueno de Germán también cuento lo que no me agradaba

Solía ir con algunos muchachos del barrio a interceptar los camiones de La Serenísima o de algún frigorífico para apropiarse de la mercadería y repartirla entre los vecinos.

Germán era muy amigo de Héctor Flores

Néstor Díaz (amigo)

Germán era una persona muy honesta, trabajadora, muy querido en el barrio, él se crió en el barrio. Trabajó como maquinista del puerto, fue colectivero y también boxeador. Estaba casado y tenía dos nenas. Su esposa rehizo su vida y lamentablemente nunca más las volví a ver. El día que ocurrieron los hechos yo estaba durmiendo, vivía a pocas cuadras de la casa de Germán, cerca de las vías. La policía me avisó lo que había pasado, ellos llevaron los restos a la morgue de Avellaneda, luego los familiares fuimos a buscar los cuerpos. Lo velamos en mi casa. Tenía 32 años cuando lo mataron.


El terreno de Sánchez y Santiago del Estero, donde dinamitaron los cuerpos, en 2010.


ANIBAL NELSON BENÍTEZ


Era una persona muy callada, reservada. No se vinculaba con mucha gente en el barrio. Era un militante de base, solidario e incondicional. Comenzó a trabajar en el Concejo Deliberante, el 25 de mayo de 1973 como ordenanza. Vecino del barrio San José vivía a escasas cuadras de la casa de Lencina, sobre la calle Monteros, junto a su esposa Gloria y su bebé recién nacida.

En la sesión del Concejo Deliberante del día , el ex – concejal por la Alianza Popular Revolucionaria, Ramón Morán recordó a Benítez: “… con su sinceridad, trabajo, abnegación y honradez ayudó como lo hacen los demás compañeros ordenanzas y empleados a que el Cuerpo pudiera funcionar mejor. Diariamente Benítez demostraba sensibilidad y honradez política, porque siendo peronista jamás hizo una discriminación con ninguno de los bloques, jamás preguntó a quienes solicitaban su colaboración si eran radicales, comunistas, socialistas o peronistas, pues se brindaba por entero a todos por igual, por eso duele esta muerte y quiero rendirle este homenaje, cuyo destino es la gente sencilla y de pueblo, la que notoriamente trabaja la grandeza del país y que no merece por respuesta estos actos de barbarie” Juan Bordacahar, ex concejal de tuvo las siguientes palabras recordatorias: “… siempre nos atendió con todo respeto, con toda diligencia. Era un hombre modesto pero con sentido de la responsabilidad en todo cuanto hacía. Quiero para él tener este pequeño recuerdo, porque en definitiva se trata de otro hermano que también cayó”.


HÉCTOR EDELIO LENCINA

Héctor nació en Formosa, llegó a Buenos Aires solo, tiempo después arribamos el resto de la familia. En un principio nos radicamos en Morón, durante la década del 70 nos mudamos al barrio San José, en San Juan y República Argentina. Héctor vivía en la calle Donato Álvarez y estudiaba de noche en la Escuela Passalacqua de Banfield. Había conocido a Coca por intermedio de mi cuñado, en un baile de la Sociedad de Fomento.

Él consiguió el agua para el barrio de la calle Senillosa, era muy solidario, ayudaba siempre que podía.

Nunca hablaba de política con mi mamá, sí con mi cuñado que militaba en la Juventud Peronista y con mi hermano policía. Se armaban grandes discusiones entre los tres.

Los días previos a la tragedia se lo veía algo nervioso, nos decía que las cosas no andaban bien. Creo que por algún tiempo, durante el mes de febrero se fue a vivir con mi hermana en Morón. Comenzaron a seguir a mis hermanos e incluso alguien ingresó a la casa de mis padres, pero mi hermana, asustada, gritó, entonces, el intruso huyó por el fondo.

La última vez que ví a Héctor fue en el cumpleaños de Alejandro, en esa oportunidad, recuerdo que estaba desocupada y le pedí que me consiguiera un trabajo. Me contestó con el tono risueño que solía tener que necesitaba una secretaria para que se sentara en sus piernas.

Cuando ocurrieron los hechos yo no sabía nada, me enteré por la radio, por lo que rápidamente fui a ver a mis padres. Mi madre estaba esperando a Héctor, porque tenía que ponerle el tejido que solía usarse como medianera. Él siempre iba a visitarla, era muy contenedor con mi madre.

Durante la dictadura, los milicos se robaron el cadáver y lo trasladaron a otro lugar del cementerio. En el año 84, recuperamos su cuerpo y en la exhumación mi madre fue testigo con sus 84 años. Ella sufrió tanto que a partir de ese momento se vino abajo.

Gladys Lencina (hermana)

Acá, en Lomas de Zamora, eran todos militantes jóvenes, ellos querían un verdadero cambio revolucionario. El proceso fue sumamente complejo y lo cierto es que Lomas fue una de las zonas más avanzadas ideológicamente.

Nosotros manteníamos reuniones con Héctor Lencina, el principal dirigente de la Juventud Peronista de Izquierda, Dolinsky, Hugo Sandoval y Turner, con este último hasta mucho después de su separación del cargo. Héctor Lencina era el presidente del Bloque del PJ., era muy simpático, amplio, tratable, hablaba muy bien, muy educado e inteligente. Reunía las condiciones de un dirigente. Con él hicimos una amistad personal, y luego política.

Cierta vez se suscitaron ciertos problemas a causa de las inundaciones. Entonces, la Municipalidad planeó hacer un desagüe, por debajo del Camino Negro, que condujera al Riachuelo, pero la promesa no se cumplió. Por lo tanto, convocaron a una asamblea y llamaron a la Alianza. La gente enardecida, manejados por ellos, no nos permitieron hablar. Entonces les sugerí que fueran a la Municipalidad y exigieran el cumplimiento de la promesa, al intendente de ese momento, Duhalde. Así lo hicieron, pero no fueron escuchados.

Ramón Morán (ex - concejal de la Alianza Popular Revolucionaria)

Era el presidente del bloque en un momento. Alguien con un gran futuro político, una persona con una gran capacidad intelectual. Era un lujo trabajar con él.
Julio Sibara (ex -Subsecretario del Concejo Deliberante).

En un homenaje póstumo, el concejal Eduardo Zabalegui diría de Lencina:”…Quiero evocarlo en las reuniones nocturnas de la Comisión de Presupuesto, en las que se mostraba en mil gestos, preguntas y comentarios, con la sencilla naturalidad con que lo definía. Su personalidad se volcaba hacia los problemas que le interesaban con esa misma generosidad vital que trasuntaba lo físico. Vivía en su piel, en sus maneras, ese interior criollo del que provenía. Era hombre de campo y también de ciudad, este centro nervioso de la comunidad al que lo llevó su vocación política. Vivía modestamente y sentía, desde su actitud humilde, la curiosidad y el serio afán de perfeccionar sus conocimientos. Recuerdo aún, con sorpresa, como al comenzar a formarse la biblioteca del Consejo, leyó un trabajo sobre Derecho Administrativo y al día siguiente, me asombró por su asimilación de conceptos fundamentales de esa especialidad. Era su primera lectura sobre el tema.

La de Lencina, como tantas otras que la precedieron, ha sido una muerte absurda. Puedo decir que a simple nivel humano tenía para conmigo confidencias, efusiones con que reflexionaba sobre el destino del país. Me hablaba con confianza, sabiendo que nunca utilizaría sus palabras con sentido partidista. Debo decir en su honor que sus reflexiones apuntaban siempre más al país que a su movimiento o sector…”


HÉCTOR FLORES


Entrevista completa a Duhalde por la revista  El Caudillo, vocero no oficial de la banda terrorista Triple A. Clic para agrandar.

Vivía en LLavallol, en el barrio Los Pinos, donde realizó un intenso trabajo en función de conseguir las escrituras de las viviendas que habían sido creadas por el plan Fonavi., ente dependiente del Ministerio de Acción Social cuya autoridad máxima era López Rega. Había organizado y participado en sucesivas marchas al ministerio, en búsqueda de respuestas a sus reclamos. Era muy encarador y frontal. Nunca se quedaba callado, yo le decía “Todo lo que quieras, pero no lo digas en voz alta”

Era muy inquieto, trabajador, me tenía de un lado para el otro, tratando de conseguir cosas para la comunidad, porque sabía lo qué se necesitaba, Trabajó para la escuela, solía venir buscando y reclamando cosas para el barrio .Militaba en el grupo Patria soberana de Osvaldo Mércuri, Juan Carlos Álvarez, Gonzalito. La agrupación lo trajo y lo puso como secretario mío. Era incansable, inteligente. Siempre me decía:” A vos no te va a pasar nada”

Juan Carlos Salas decía sobre él: ”Es un diamante en bruto”

Yo era concejal por la rama femenina del partido Justicialista en el Frejuli, me conecté con la Juventud peronista aunque nunca pertenecí a Montoneros.. En la planta baja de mi casa había un local grande donde funcionaba una Unidad Básica.

Irma Santa Cruz (ex -concejal del PJ)

Mi viejo era muy frontal, no sentía miedo, si tenía que romper la puerta del Municipio en función de conseguir mejoras para Los Pinos, lo hacía. En esa época Mércuri era Secretario de Acción Social y mi papá le pidió una audiencia, pero como tardaba mucho en concederla, se enojó y le pateó la puerta. Le dijo que había gente que no podía esperar. A continuación, Mércuri le ofreció mercadería que no aceptó, en cambio le exigió que lo acompañara al barrio Los Pinos para que personalmente viera las necesidades de la comunidad. Mercuri así lo hizo y cuando hubo regresado a la Municipalidad hizo cargar un camión con mercaderías para repartir entre la gente. Mi papá era quien movilizaba a la gente y Mércuri era el ideólogo de la organización a la cual pertenecían ambos. Sin embargo llegó a pelearse con Duhalde, Mércuri, el comisario si consideraba que se cometían injusticias. Tabano siempre lo aconsejaba:” guardá no des todo” en el sentido de que se preservara.

Yo tenía una carnicería en el barrio Los Pinos y a través de una clienta me enteré que en aquella época, mi viejo le había conseguido la vivienda, porque ella estaba al punto de la indigencia. También un colectivero del barrio me describió el poder de convocatoria que tenía, porque cuando los vecinos escuchaban un bocinazo, acudían a determinado lugar, porque sabían que Flores los necesitaba. Todas las entradas a los monoblock tenían tachos con fuego para impedir el ingreso de los militares. Nunca jugó en contra del barrio.

En el 2000, la crisis nos encontró a mis hermanos y a mí, desocupados, vendedores ambulantes, entonces me acerqué a Mercuri para tratar de hablar con él, pero la respuesta fue que pensaba que los hijos de Flores se encontraban bien y que no estaba en condiciones de ofrecer nada ni siquiera una recomendación, porque no se podía arriesgar con nadie. Aún así recordaba cuando mi padre le salvó la vida. Fue un día en el que ambos caminaban por la calle y desde un auto los tirotearon. Seguidamente, Flores lo empujó hacia un pozo para protegerlo.

También intenté entrevistarme con Duhalde. Cierto día aproveché la ocasión de una visita suya a la cancha de Banfield. Una caravana de autos lo seguía, resultaba imposible llegar a él por la custodia que tenía. Le grité desde donde estaba que yo era hijo de Flores, hijo de la Masacre de Pasco. Entonces giró e hizo señas para que me dejaran pasar. Luego me pidió el teléfono y me dijo que no tenía nada que ver con Flores.

Al tiempo recibí un llamado de Mao a quien le reiteré la necesidad de oír hablar sobre mi papá, porque sabía que habían sido compañeros de militancia y agregué que mis hermanos y yo necesitábamos un trabajo. Pero nunca respondieron.

Tavano quería poner el nombre de mi viejo a una cuadra del barrio, pero murió antes de concretar la idea. Tiempo después Walter Bezuzo cuando era concejal le puso al barrio Campanario el nombre de mi papá, también a una calle.

Yo nací en el 72´ a mi papá lo mataron en el 75´, mi mamá, Dora Núñez murió en el 82´. Entonces después de su muerte, mis hermanos se criaron con un amigo de mi papá y los dos más chicos quedamos a cargo de un Juez de Menores. Nosotros vivíamos en el mismo barrio y tuve que deambular de casa en casa, de escalera en escalera. Siempre reproché que nadie me fuera a buscar, que no se preocuparan si estudiaba. Tuve que empezar a los 14 años a trabajar en una carnicería y luego pedí trabajo y no me lo dieron. Sentía que quería estudiar, tener un título, emprender algo. Los cuatro sentimos lo mismo.

Una hermana de mi mamá me sacó de ese lugar después de cinco años, pero mi hermano se quedó hasta la mayoría de edad. Nosotros cuatro vivimos en el mismo barrio, pero no nos reunimos como familia. Crecimos separados, no tenemos vínculo familiar, no tenemos amor filial ni trato con abuelos o tíos. Mi familia son mi esposa y mis hijas. Hace poco falleció la hermana de mi papá y mi primo que viajaba a Italia me trajo una caja con recortes y fotos de mi viejo. Entre los papeles encontré una constancia de nacimiento de Vanesa Flores, nacida en 1974. Entonces, con mi señora supusimos que se trataba de mi hermana. Mi hija mayor la conectó a través de facebook. Yo retomé el diálogo, me enteré que vivía en Chubut. Ella pensaba que su padre la había abandonado.

Yo quiero que la Masacre de Pasco se haga pública y reciba una condena social, que se cierre el tema con la verdad, que se sepa la verdad
Cada vez que hay un recordatorio de la Masacre de Pasco yo cuestiono la actitud de quienes ni se acercaron para saber si nos faltaba algo, si pasábamos necesidades luego del asesinato de mi padre.

Poly Flores (hijo)


OMAR GUILLERMO CAFERATTA

En ese tiempo mis padres se habían separado, yo vivía con mi mamá aproximadamente a doce cuadras de donde tenía la casa mi papá. Él estaba en pareja con Gladys Martínez, vivían en la calle Amenedo y Santiago del Estero. Mi papá había programado un viaje a Australia, no se encontraba en la casa ese día, se salvó por ese motivo. La idea era viajar solo y luego mandarle el dinero a Gladys para el pasaje.

Era maestro mayor de obras, tenía planeado jubilarse y regresar luego de un tiempo para estar con mi hermana y conmigo, ver crecer a los nietos. Falleció de muerte natural en 1993, en Australia.

Mi abuela me contó que esa noche Gladys, que pertenecía a la Iglesia Bautista estaba leyendo la Biblia cuando la acribillaron desde la ventana. Aparentemente, alguien se refugió en la vivienda, venía escapando y lo agarraron en la casa de mi papá, se lo llevaron junto con los demás al baldío donde los masacraron y lo confundieron con él.

Mi padre se llamaba Guillermo Omar Caferatta era maestro mayor de obras y tenía una oficina en Claypole, quizás hayan encontrado volantes de propaganda del negocio donde daba planes de pago, facilidades con el nombre de mi padre, por ese motivo haya habido una confusión y lo registraron como víctima de la masacre.

Cuando amaneció me enteré que los explosivos con los que dinamitaron los cuerpos movieron ventanas, esparcieron restos humanos por todos lados, pendían de los cables de luz. Esa mañana me acerqué al baldío y vi los cuerpos tapados, regresé a mi casa. Tal vez si hubiera llegado hasta la casa de mi padre hubiera visto lo sucedido, pero me enteré de lo ocurrido por mi abuela. En el colegio, mis compañeros pensaban que me había ocurrido algo a mí, porque en las noticias apareció el apellido Caferatta.

Lo único que recuerdo de Gladys es que era correntina y no tenía parientes en Buenos Aires. Esa noche, mi tía, la única hermana de mi papá la iba acompañar a Gladys y no sé qué pasó que no fue.

Sé que mi abuela se encargó de los trámites de reconocimiento del cuerpo y del entierro.

Al día siguiente acompañé a mi abuela hasta la casa para limpiar los restos de sangre vi las marcas de los balazos en la pared
Guillermo Caferatta (hijo)

 


Las causas de la masacre

Por Patricia Rodríguez

Un golpe al espacio del peronismo revolucionario

Roberto Cirilo Perdía, miembro de la Conducción de la JP- Montoneros describiría el contexto político de Lomas durante los años 70´:
“Lomas de Zamora tenía una dinámica diferente al resto de los distritos de Buenos Aires e incluso del país. La Juventud Peronista de Lomas tenía una influencia enorme sobre el Partido Justicialista, cosa que no había en otros lados. Lomas tuvo un asentamiento político en el territorio con diferencias respecto a otras realidades. La incidencia de las distintas agrupaciones, que expresaban la política de Montoneros, sobre el aparato del Partido Justicialista era muy importante. Es uno de los motivos, por los cuales en el armado de candidaturas, para las elecciones de 73, quienes tuvieron un peso gravitante fueron los grupos de la Juventud Peronista del Distrito. La Juventud Peronista en Lomas tenía un peso enorme dentro del aparato del PJ. El camino que allí se transitó fue diferente. No era lo común la proporción de fuerzas que tuvimos en ese Distrito, respecto a otros de la Provincia.

Mientras en muchos distritos las buenas relaciones iniciales con los intendentes se iban deteriorando, en Lomas se recorrió un camino inverso y se fortaleció la presencia política de la llamada Tendencia en el Municipio.

Luego, durante el año 74, algunas contradicciones entre compañeros montoneros con Turner y el PB. (Peronismo de Base), nos debilitaron a todos. En ese contexto se fortalece un dirigente del peronismo ortodoxo, Manolo Torres, uno de sus “pichones”, Eduardo Duhalde, se va quedando con el poder en Lomas hasta erigirse, con el paso de los años, en el más poderoso dirigente del justicialismo bonaerense.

La Masacre de Pasco la tomamos como un golpe hacia nosotros, al espacio del peronismo revolucionario.

La ocupación de los espacios públicos por parte de la izquierda peronista, molestaba a la derecha peronista, quienes se aprovecharon de las debilidades internas, de las contradicciones y no hicieron diferencia, nos pegaron a todos  El grupo que ejecutó la “Masacre de Pasco” era un grupo local, con la apoyatura de López Rega que representaba el aparato nacional. El marco político lomense no podía escapar a las reglas generales de los que estaba pasando a escala nacional. Sin embargo el importante avance y desarrollo de fuerzas revolucionarias hizo que los sectores reaccionarios estuvieran más exaltados que en otros distritos. Por eso puede decirse que, dentro del marco general de la acción lopezrreguista, fue un hecho puntal muy ligado a fenómenos locales”.

El genocidio como un proceso social se va dando en varias etapas. En principio la producción y circulación discursiva del otro como el enemigo, luego el hostigamiento legal y material del rebelde no normalizado. Una tercera etapa corresponde al aislamiento político de las fuerzas progresivas. Finalmente el aniquilamiento.

Para el año 1973, Lomas de Zamora resultaba el reflejo de lo que acaecía a nivel nacional. Los barrios, la Iglesia, las fábricas, la Universidad, el Municipio fueron los escenarios donde se cuestionaba un orden desigual e injusto.

Durante 1974, la resistencia en la Universidad y el Municipio, dos bastiones de las fuerzas progresistas de Lomas habían conseguido imponer una estructura propia. Pero durante el segundo semestre del año, la brutal embestida que los sectores reaccionarios que nunca dejaron de ejecutar se hizo más notable. Entonces se va dando la pérdida de los espacios políticos: la destitución de Turner y a principios de 1975, el cambio de autoridades de la UNLZ.

Finalmente, al aislamiento político le continúa la aniquilación de los militantes populares. Masacre de Pasco fue la prueba que desnuda la índole de un poder desaparecedor. No fue un hecho aislado ni azaroso, sino “una tecnología represiva adoptada racional y centralizadamente” según caracteriza el poder desaparecedor Pilar Calveiro.

Desarmar la organización territorial a través del miedo


Pablo Turner, intendente provisorio de Lomas de Zamora derrocado por la alianza de Duhalde, la Triple A y la burocracia sindical.

Del mismo modo, algunos funcionarios del municipio coinciden en señalar que la elección del barrio San José para perpetuar la masacre no fue azarosa, respondió a una estrategia de parálisis y miedo orientada hacia la comunidad. Pasco era un lugar clave, un lugar desde donde se movilizaba mucha gente, era la parte que congregaba a una gran cantidad de militantes era una de las zonas más organizada. Allí vivía un concejal de la Juventud Peronista, Héctor Lencina, un joven cuadro de amplio reconocimiento territorial, un nexo entre el movimiento popular y el proyecto político. La aniquilación o amedrentamiento de parte de la AAA hacia quienes articulaban la organización territorial buscaba desmovilizar, resquebrajar los lazos solidarios, paralizar los movimientos barriales, sociales.

El aniquilamiento de la oposición

Entre los espacios políticos de influencia ocupados por la Juventud Peronista- Montoneros durante 1973 figuran las universidades. Habían ganado nueve de los trece centros de estudiantes de la UBA. La relación entre los funcionarios de las universidades y los jóvenes de la Tendencia era estrecha y de cooperación. Lo mismo ocurría en la UNLZ. Julio Raffo, rector de la UNLZ en aquellos tiempos, diría: “Durante el gobierno de Lastiri, ponen a Pedro Bustos como Secretario Académico. Se sanciona la ley de Universidades y se nombra a los rectores normalizadores. Me eligieron a mí con apoyo total y completo de la comunidad educativa. No tenía inserción territorial, de organización, ni lazo con el territorio. Carlos Couto, Secretario de Extensión Universitaria, hombre de la J.P. Regional, respondía a la conducción Montoneros. Me relaciona con la J.P., así me conecté con Lencina y el Colorado Roberto (Secretario de Turner). Ambos muy cordiales, muy representativos del ámbito territorial, venían a los actos universitarios. Un día les dije que me gustaría tener un ámbito de encuentro con la gente de la zona. Carlos me dice que la Universidad tiene buena línea y lamentablemente tenían otras prioridades, otras cosas de qué ocuparse. Me honró, pero me aisló”.

El rector Julio Raffo había aplicado una política de ingreso irrestricto, y llamado a concurso de los docentes del establecimiento, esto significaba una clara contradicción con los cambios propuestos por Ivanisevich.

Raffo se encargó de hacer pública su desavenencia con el ministro Ivanissevich. La medida fue reafirmada por los concejales Héctor Lencina, César Dolinsky, Hugo Sandoval (J.P.), Ramón Morán y Barbeito (APR). A la vez que el Centro de estudiantes de la UNLZ declaraba su apoyo a la gestión del rector Raffo y su oposición a las medidas del ministro.

El 20 de febrero de 1975 intervienen la UNLZ y Raffo es reemplazado por Vitar, un farmacéutico tucumano.

El concejal Lencina, la más conocida de las víctimas había suscripto hacía siete días, junto con los concejales Dolinsky y Sandoval, miembros como él del bloque de la Juventud Peronista de las Regionales en el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, una declaración de repudio a la intervención de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. En la declaración los concejales se solidarizaban con el anterior rector Julio Raffo y denunciaban la intervención como una medida destinada a limitar el ingreso de los alumnos y contraria al espíritu de la Ley Universitaria.

La represalia

La Masacre de Pasco entre muchas interpretaciones fue entendida como una represalia por la muerte de los policías de la comisaría N° 1 de Lomas.
Exactamente un mes antes de la masacre, Sergio Alberto Escot, militante montonero de 23 años, casado, empleado bancario fue secuestrado-desaparecido en la vía pública, en la zona de Banfield.

La agrupación Montoneros en un operativo de recupero de armamento y ajusticiamiento de policías torturadores, responsables de secuestros, torturas y desapariciones concreta la acción el 18 de marzo. El comunicado de Montoneros, publicado en la revista Evita Montonera describe los sucesos del 18 de marzo.


Al pueblo de la Patria

Compañeros:

En el día de la fecha a las 16.15 hs., la Unidad de Combate Montonera Chacho Peñaloza, integrada por los pelotones de combate Carlos Capuano Martínez y Hugo Hansen realizó una emboscada de aniquilamiento y recuperación en la calle Loria entre Italia y España del centro de partido de Lomas de Zamora a un patrullero de la Comisaría N°.

El armamento que pasó a manos del pueblo y del auténtico Movimiento peronista para continuar con la lucha, por la Liberación Nacional es el siguiente: dos pistolas Browning 8 mm. con tres cargadores cada una y una ametralladora Uzi con un cargador. Estos policías de la comisaría N° 1 de Lomas de Zamora se han destacado en encarcelar y torturar a combatientes peronistas y de otras organizaciones, haciendo desaparecer a compañeros de los que no quedan rastros como sucede con el caso del compañero Sergio Alberto Escot.

Son lo mismos policías mercenarios que se ensañan contra los compañeros villeros de la zona, en razzias, allanamientos y atropellos contra nuestras casas, mujeres y niños, contra trabajadores y hombres del pueblo son iguales que los asesinos de Liliana Ivanoff y Hugo Hansen.

Perón vive. El Peronismo vuelve. Revista Evita Montonera N° 3, marzo de 1975


El 18 de marzo de 1975, tres policías mueren y uno quedó gravemente herido al ser embestido un patrullero en el que viajaban, por un grupo de combate de Montoneros. Nuestros compañeros aguardaban el paso del patrullero en Loria al 200 de Lomas de Zamora a sólo tres cuadras de la estación y en pleno centro. Revista Evita Montonera N° 3, marzo de 1975

Al día siguiente de ocurridos los hechos, la Municipalidad de Lomas publicó una solicitada en el diario local La Unión. En ella expresaba su consternación y calificaba a los policías caídos como humildes servidores del orden público. Brindó sus condolencias al Comisario de la primera de Lomas, Enrique A. Paillard, al Jefe de la Unidad Regional II de Lanús, Comisario Luis Rodolfo Ventini, y al Jefe de la policía Comisario General Enrique Silva e invitó al pueblo de Lomas al velatorio que se llevó a cabo en 1° piso de la Municipalidad.

Otra solicitada del mismo día, emitida por el intendente Duhalde, el bloque del FREJULI, la Delegación de la CGT y la Regional de las 62 Organizaciones expresaba un contundente repudio contra los antipatria que respondían a intereses antinacionales.”

En esa oportunidad, Duhalde brindaría sus respetos a policías sospechados, entre ellos a Paillard. Actualmente, juzgado según la causa N°1 caratulada “Causa incoada en virtud de decreto 280/84 del Poder Ejecutivo Nacional, del Juzgado N°1 , Secretaría Especial quien solicita indagatoria a los responsables políticos y materiales de los delitos de privación ilegítima de la libertad u homicidio. Entre los integrantes de la cadena de mandos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires sospechados de delitos de lesa humanidad figura Enrique A. Paillard, Comisario General que se desempeñó en dictadura como responsable de la Dirección de Inteligencia. Años más tarde, Duhalde, genuflexo a las fuerzas represivas, repetiría en 1994 la misma actitud condescendiente al calificar a Klodzyck como “el mejor jefe de la mejor policía del mundo” conceptos que se trastocarían al visibilizarse la responsabilidad mafiosa de Klodzyck, luego de la muerte de José Luis Cabezas.

Algunos detalles

En la sesión del Concejo Deliberante del 10 de marzo de 1975, el intendente Duhalde había sido citado para informar al cuerpo legislativo municipal el motivo por el cual no se llevó a cabo el tendido de una cañería de agua potable y la habilitación de seis grifos para la zona de Villa Albertina y Santa Marta. La obra demandaba cinco millones de pesos y la partida de dinero había sido concedida a Duhalde el 30 de octubre de 1974. En la sesión del 10 de marzo, con la obra sin hacer, Duhalde volvió a solicitar doscientos millones para cubrir los servicios de camiones aguateros, luego pasó a explicar que la obra no se inició porque se había firmado un convenio entre el Ejército Argentino y Bienestar Social para la provisión de cañerías. En el proyecto también había participado Obras Sanitarias, por lo que ante dos proyectos de provisión de agua, el plan emprendido por el municipio era pequeño y casi sin razón de ser, por lo tanto Duhalde determinó que quedara sin efecto. Agregó:”Si el día de mañana Bienestar Social reparte agua gratis en Lomas de Zamora y ustedes me han concedido una partida de 200 millones de pesos, póngale la rúbrica que no voy a gastarlos”.

Al término del pedido de informe pasó a votarse la moción de Pellegrini, concejal de la UCR que solicitaba que todas las actuaciones motivadas como consecuencia del pedido de informes pasen a la Comisión de Servicios Públicos. Por la afirmativa votaron diez concejales: Abuin, Bordacahar, Fernández, y Pellegrini por la UCR, García, Verón, Barbeito por la Alianza Popular Revolucionaria, y H. Sandoval, Dolinzky y Lencina, por la Juventud Peronista. Por la negativa, trece: González Lozano, Hernánez, López, Maríncola, Martínez, Richiuto, Sandoval F, Santa Cruz y Zabalegui por el Frejuli, Lorenzini, Pittier por la Democracia Cristiana y Scalerandi e Infantino por el Partido Federal.

La segunda moción presentada por Scalerandi (concejal del Frente Conservador del Partido Federal) sugería aprobar directamente el informe de Duhalde. Trece concejales (los trece anteriores) votaron afirmativamente y diez se negaron a aprobar directamente el informe.

La barra se hallaba presente en el recinto, manifestándose reiteradas veces, al punto que el Presidente del Concejo, González Lozano pidió silencio una gran cantidad de veces.

La siguiente sesión del Concejo Deliberante, se llevó a cabo el 12 de marzo de 1975, diecinueve concejales participaron con la intención de tratar las mejoras urbanas en Villa Fiorito. Para Héctor Lencina sería la última vez. Sentía una gran aflicción por el rumbo que iban tomando las cosas, las amenazas y secuestros de compañeros. En esa reunión del Concejo Deliberante debía hacer públicas las agresiones que habían sufrido en la sesión anterior, entonces pidió la palabra para formular una cuestión de privilegio. Era necesario relatar a nivel institucional lo ocurrido en la sesión del día lunes 10 de marzo. Narró como un grupo de personas que se encontraban en la barra increpó violentamente al concejal de la Juventud Peronista, Hugo Sandoval, en forma verbal primeramente y luego, a puntapiés. Prosiguió, pero esta vez solicitando que el Concejo Deliberante expida su repudio enérgicamente. También denunció que el hecho no era más que una parte de la larga cadena de insultos, amenazas, atentados y agresiones de que fueron víctimas los concejales de la Juventud Peronista desde el 25 de mayo de 1973 hasta la fecha. El concejal señaló la indecorosa actitud de funcionarios del Departamento Ejecutivo y de amigos de esos funcionarios, que en forma abierta incitaron a la gente de la barra, directamente desde el recinto, en contra de los concejales. Exigió que las conductas de los funcionarios se ajusten a lo estipulado en la carta orgánica de las Municipalidades y Reglamentos internos. Culminó diciendo que más adelante aclararía con mayor precisión.

Luego, el concejal García (Concejal del Partido Intransigente) amplió los conceptos anteriores y adhirió a la cuestión de privilegio planteada por Lencina, ya que él también había sido víctima de agresiones al término de la sesión. Responsabilizó a funcionarios del Departamento Ejecutivo por incitar a gente de la barra y por abrirles la puerta del salón de los pasos perdidos. Ambos bloques, ese día habían votado en contra de aprobar el informe de Duhalde.

Habían pasado nueve días de aquella sesión dónde se denunciaban las agresiones, exactamente el 21 de marzo, esa noche, la de la tragedia se abría el Concejo Deliberante para concretar una sesión ordinaria, según lo dicho por los ex-concejales Jorge Infantino, Irma Santa Cruz y el Subsecretario del Concejo Deliberante, Julio Sibara. Relata Jorge Infantino del Partido Federal, que esa noche presentaba en sesión ordinaria, el proyecto de Ley: “Ampliación del cementerio municipal y Carmelo Pellegrini, concejal por la UCR, en cambio planteaba trasladar el cementerio a Garibaldi al 3000. Duhalde quería tratar el tema, pero hacía falta un concejal, así que Julio Sibara fue a buscar a Irma Santa Cruz, porque hacía falta dar quórum.

Sin embargo, el ex-concejal Sandoval afirma que esa noche no hubo sesión dentro del Concejo Deliberante, sí reconoce que pudo haber existido una reunión de Comisión. Por otro lado, en los archivos de la Municipalidad de Lomas de Zamora donde se encuentran las versiones taquigráficas de las sesiones del Concejo Deliberante, entre otras, las correspondientes a la etapa 1973-1976, no consta ninguna versión de la supuesta sesión del 21 de marzo. En el año 1975, la Sesión Extraordinaria del 12 de marzo donde Lencina hace pública las agresiones padecidas por la gente de su bloque lleva el N° 6, abruptamente la consecutiva es la Sesión Extraordinaria del 2 de abril de 1975 donde se rinden los homenajes al concejal víctima de la masacre y lleva el N° 8. Por lo tanto no aparece la N° 7. En el Libro de Actas, donde se asientan las fechas de las convocatorias a Sesiones Ordinarias, Extraordinarias o Especiales figura en el Acta N° 19 la convocatoria a sesión para el 20 de marzo a fin de tratar la necesidad de adquisición de materiales para el Municipio y el Acta N° 20 del 26 de marzo cita a los concejales para el 2 de abril.

Aproximadamente a las 21.30 hs del 21 de marzo comenzaron los secuestros y las muertes en la zona de Pasco.

La sesión siguiente a la Masacre de Pasco corresponde al 2 de abril de 1975. En esa oportunidad diecinueve concejales se congregaron para homenajear al concejal Héctor Lencina.

Sucesivamente los concejales Jorge López (FREJULI), Jorge Infantino (Partido Federal), Carmelo Pellegrini, Scalerandi, Alfonso González Lozano (FREJULI), Ramón Morán (Alianza Popular Revolucionaria), Rodolfo Barbeito (Alianza Popular Revolucionaria) fueron expresando sentimientos, recuerdos, ideas en torno a la muerte y figura de Lencina. En su exposición, Barbeito concluyó dando un alerta respecto a las causas de la violencia que se vivía en ese momento. Consideraba que el sistema, sus estructuras se encontraban enfermos, por lo tanto enfermaban a la sociedad, por lo que resultaba necesario aunar esfuerzos para cambiar el sistema capitalista, el sistema del poder del dinero que todo lo destruye.

César Dolinzky (Juventud Peronista) pidió la palabra para recordar a Lencina, pero también para denunciar la impunidad con la que actuaban las bandas armadas y sus cómplices, asesinos de militantes populares. Aquellos que instigaban o protegían a las bandas de asesinos. También señalaba como responsables a los que desde sus cargos no denunciaban y sostenían un silencio cómplice o los que señalaban dónde vivían y trabajaban los compañeros. Continuó diciendo que no es reprimiendo, o a través de la violencia o proscribiendo cómo se combate una idea. Agregó que el gobierno dice hacer cosas para erradicar la violencia, pero los únicos detenidos que existen son del ERP y Montoneros, sin embargo, que no existen detenidos de la Triple A o de las bandas armadas que asesinan compañeros.

Reconoció que todo militante corría riesgos y que la única garantía posible estaba dada en la medida en que los partidos políticos pudieran entender la situación y estuvieran dispuestos a defender los auténticos derechos de poder expresar las propias ideas. Luego, expresó un ferviente anhelo, el de poder tener en la patria una auténtica democracia. Evaluaba imprescindible que se permitiese a los militantes populares participar libremente, que pudiesen vivir como el resto de la gente y no esperando a cada paso la bala traidora y encapuchada que los eliminase.

Morán, pidió no sólo recordar a Lencina sino que se hiciera extensivo el homenaje a Benítez. Luego hizo un llamado a todas las fuerzas políticas por más disímiles que fuesen, a civiles y militares, aunados en un frente común, sin darle importancia a cómo se piense, para terminar con los males estructurales de la sociedad. Agregó que esos hechos de muerte y horror no son exclusivos de Lomas, se registran casi en todo el país. Recalcó que los responsables de los asesinatos nunca se encuentran ni reciben castigo. Señaló las experiencias cercanas a nuestra frontera como el caso de Chile donde quedó demostrado quienes son los interesados en que la Argentina no se libere, porque ése es el quid de la cuestión: Frenar el proceso de liberación.


El método

Los informantes


El Caudillo vio la luz el 16 de noviembre de 1973 para representar la voz de la derecha fascista peronista y contrarrestar la línea editorial de El Descamisado, órgano de prensa de Montoneros. El Caudillo actuó como vocero oficioso de la Triple A. La colección completa de El Caudillo puede descargarse en el sitio Ruinas Digitales

Rodolfo Walsh reconstruyó la estructura de la Triple A, un organización parapolicial, jerárquica cuya conducción política (López Rega) y operativa (Morales, Almirón y Rovira) decidían las operaciones de terrorismo llevadas a cabo por un sector dedicado a la inteligencia y recolección de datos y un cuerpo operativo.

En consecuencia, se puede deducir que la orden de secuestrar y asesinar en Temperley partió de una disposición del poder centralizado, a partir de los datos aportados por informantes locales. Los vecinos del barrio donde vivían los hermanos Díaz y Germán Gómez aseguran que en el momento del secuestro, Germán pudo reconocer entre sus captores a un vecino policía de apellido Salazar que trabajaba en la Comisaría 1era de Lanús. Los propios vecinos de Salazar, tiempo después, escucharon cuando en las peleas matrimoniales de Salazar, su esposa lo acusaba de haberlos hecho matar a los Díaz.

El cuerpo operativo de la Triple A intensificó sus acciones luego de la muerte de Perón hasta las luchas sindicales del denominado Rodrigazo. Durante ese tiempo, la Triple A centró su actividad en el asesinato de militantes populares y atentados con bombas. Las fuerzas represivas estaban integradas por policías, sindicalistas de derecha, personal retirado de seguridad, militares, algunos por cuenta propia, otros inspirados y dirigidos oficialmente según describe el documento desclasificado enviado desde Buenos Aires a Estados Unidos, tres meses antes del golpe. El accionar de la Triple A no menguó luego de la fuga del López Rega, sino que recrudeció con la reaparición de la revista El Caudillo, primero bajo la influencia de López Rega y en un segundo momento, bajo el dominio de Lorenzo Miguel. De tal manera que el incremento de la violencia de extrema derecha, en el segundo semestre de 1975 tuvo como auspiciante a Lorenzo Miguel y la UOM.

Fusilamientos y voladura de cuerpos. Represalias

Las fuerzas represivas de la dictadura militar absorbieron a los grupos de la Triple A. La Superintendencia de Seguridad Federal, a cargo del comisario Lapuyole y del jefe del grupo de secuestradores, Gallone, quien se rodeó de los peores criminales salidos de la Triple A y llevó a la Superintendencia de Seguridad Federal fueron algunos de los responsables de la Masacre de Fátima, el 19 de agosto de 1976. Días antes había sido asesinado el general Omar Actis y en represalia seleccionaron a treinta personas que estaban detenidas ilegalmente en la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal -conocida como Coordinación. Fueron trasladadas hasta Fátima, Partido de Pilar. Los acribillaron y en la zona de Pilar apilaron los cuerpos y los hicieron detonar. Los restos se encontraron esparcidos en un radio de treinta metros con un papel que indicaba treinta por uno haciendo referencia a la venganza por la muerte de Actis.

Los fusilamientos y la voladura de cuerpos fue la marca de la Triple A. Las mismas prácticas, el mismo método empleado en la llamada Masacre de Fátima prueba la presencia de grupos de la patota de la Triple A dentro del aparato represivo de la dictadura militar. El mismo procedimiento fue empleado un año antes en el baldío de Sánchez y Santiago del Estero.

Días antes, un grupo operativo de Montoneros había ajusticiado a tres policías torturadores de la Comisaría Primera de Lomas, por lo que se presume que la Masacre de Pasco pudo haberse efectuado, entre otros muchos motivos por un ajuste de cuentas.

La paraestatalidad

Por otro lado, el funcionamiento de las bandas paraestatales actuaba al margen de la ley, pero íntimamente ligadas al estado. Operaban en la clandestinidad para garantizar la protección de sus miembros de futuras acusaciones legales o presiones internacionales. Sin embargo gozaban de una notable impunidad y connivencia con el poder que confundía a la sociedad y tornaba su accionar incomprensible.

Los integrantes de la banda armada que llevó a cabo la Masacre de Pasco cubrían sus rostros con máscaras o capuchas negras. Los autos en los cuales se desplazaban llevaban balizas sobre el techo, al igual que los utilizados por la policía.

Uno de los hermanos Díaz recuerda haber visto esa noche desde la ventana de su vecino cómo pasaban militares que vestían uniforme de fajina controlando los movimientos en el barrio.

Del mismo modo, las denuncias de Dolinsky en la sesión de homenaje al concejal Lencina resaltaba: “… la impunidad con la que actuaban las bandas armadas y sus cómplices, asesinos de militantes populares. Aquellos que instigaban o protegían a las bandas de asesinos”. También señalaba como responsables a los que desde sus cargos no denunciaban y sostenían un silencio cómplice o los que señalaban dónde vivían y trabajaban los compañeros. Agregó que el gobierno decía hacer cosas para erradicar la violencia, pero no existían detenidos de la Triple A o de las bandas armadas que asesinaban compañeros.

Zonas liberadas

La instalación de zonas liberadas que luego serían prácticas sistemáticas durante la dictadura data de la época de la Triple A. Las fuerzas paramilitares cuando iban a secuestrar a los supuestos opositores al régimen le ordenaban a la policía no intervenir en caso de recibir un llamado de alarma en la zona del operativo. Y así lo hacían, cuando no participaban activamente en el mismo. La noche del 21 de marzo, Irma Santa Cruz y un familiar de los hermanos Díaz acudieron a la Comisaría de San José para denunciar los hechos ocurridos. Néstor Díaz les suplicó que salieran a buscar a sus hermanos, pero los policías se excusaron diciendo que no contaban con unidades. Irma Santacruz les exigió la custodia de un patrullero, pero le dijeron que estaban afectados a la masacre.

La Triple A buscó romper las redes de solidaridad social para desactivar los conflictos sociales a través de las amenazas primero, luego, de la violencia.


Los responsables

A un mes de ocurrida la Masacre de Pasco, un grupo de aproximadamente diez jóvenes colocaron un cartel de tela blanca de 2 metros por 1,50 entre las calles Jujuy y Salta. La leyenda que contenía el cartel decía: Isabel, López Rega y la cana mataron a ocho compañeros, la justicia llegará”. Rápidamente se dispersaron porque sabían que serían víctimas del hostigamiento legal (1.infracción a los Artículos 211 y 213 Bis del Código Penal). Los jóvenes utilizaron bombas de estruendo para llamar la atención de los transeúntes y distribuyeron volantes.

En el volante que la Juventud Peronista arrojara en la calle Pasco aparece denunciado el hecho, al mismo tiempo que revelan los posteriores hostigamientos a los militantes de la Juventud Peronista de la zona, a través de los allanamientos a los domicilios de varios de ellos. También manifiestan su disconformidad con el velatorio de los restos del concejal Lencina en la Municipalidad, en oposición al resto de los compañeros asesinados y velados en el propio barrio.

En el volante identifican a los responsables del hecho. Marcan en primer lugar a la Comisaría Nº 1 de Lomas de Zamora por encarcelar y torturar a militantes peronistas, además de la desaparición del militante Sergio Alberto Escot. Aducen que los Torinos blancos utilizados el día de la masacre son los mismos coches de civil que usan en esa comisaría.

Además responsabilizan al intendente Duhalde por fomentar desde la Municipalidad la aparición de grupos parapoliciales. Denuncian que durante el gobierno de Duhalde se produjeron la mayor cantidad de encarcelamientos y asesinatos a militantes populares en la historia de Lomas de Zamora. Agregan que la relación de Duhalde con la policía queda en claro cuando dos meses atrás había prestado el salón de la Municipalidad para que fueran velados allí, los tres policías torturadores ejecutados por Montoneros.

Finalmente repudian al gobierno encabezado por Isabel. López Rega y la burocracia sindical, a los cuales llaman tránsfugas y los igualan con los gobiernos de las dictaduras gorilas que hambrean a la clase trabajadora, reprimen y asesinan a los verdaderos peronistas que denuncian su traición.

La comisaría Nº 1 de Lomas

Ubicada en la calle Laprida al 662 de Lomas de Zamora. Según el volante de la Juventud Peronista, arrojado en las calles Pasco y Salta, a un mes de la Masacre, adjudican a la Comisaría N° 1 la responsabilidad de encarcelar y torturar a militantes peronistas y de la desaparición de compañeros. También agregan que los autos usados el día de la masacre son los mismos coches de civil que emplea la comisaría para detener y torturar a militantes populares.

La Juventud Peronista, a través de un comunicado publicado en la Revista Evita Montonera de marzo de 1975 responsabiliza del secuestro de Sergio Alberto Escot a la Comisaría N° 1 de Lomas, especialmente a los policías torturadores: Roque Fredes, Nicolás Cardoso y Eugenio Rodríguez.

Eduardo Duhalde

[Duhalde con los editores de “El Caudillo”, portavoz oficioso de la Triple A. Año 1974]

Corría el año 1964 y Juan Carlos Cibelli, militante fundador de las FAL (agrupación de origen marxista), trabajaba en el Banco Provincia de Lomas de Zamora. Había sido elegido delegado de la Sección de Contaduría, conjuntamente con Eduardo Duhalde, delegado de la Secretaría de la Gerencia y estudiante de abogacía, por aquellos años. Ambos entablaron una amistad que duró poco tiempo, porque Cibelli debió jubilarse anticipadamente. Sin embargo continuó su militancia dentro de las FAL. En 1969 organizaron el asalto al Regimiento Nº 1, para lograr el recupero de armas, esto llevó a la detención de varios integrantes de las FAL, incluyendo a Cibelli. Entonces, una comisión de veinte abogados, entre ellos Duhalde, toma la defensa. Su esposa recuerda la preocupación de Duhalde por tener noticias del detenido. Le había pedido que una vez por semana le llevara información. Cibelli lo recuerda como una buena persona, querida por los trabajadores, caso contrario no hubiera sido elegido delegado por los compañeros del banco en asamblea.

Para 1971, durante la dictadura de Lanusse, consigue trabajo en el despacho de Asuntos Legales de la Municipalidad de Lomas, gracias a un tío de su esposa Chiche. Ya se había recibido de abogado. La oficina de Asuntos Legales le permite conectarse con los conflictos territoriales más álgidos. Chamorro del PRT-ERP, militante del barrio San José Obrero de Budge rememora aquella época:

“Nosotros participamos junto a los compañeros en la toma de tierras, en Ingeniero Budge, formamos el barrio San José Obrero, hoy Budge Sur. Fueron las primeras experiencias de tomas de tierra en forma organizada, allá por el año 69/70. Esas tierras tenían varios dueños y Duhalde vendía a la gente la posesión treintañal. Muchos provenían del interior, necesitaban una vivienda, por lo que ante la necesidad y el desconocimiento no percibían la estafa de Duhalde, quien vendía terrenos que no le pertenecían. Así que tomamos las tierras, las repartimos y comenzamos la autodefensa, porque nos querían desalojar. Formamos la Junta Vecinal de San José Obrero, organizada cuadra por cuadra, con un delegado por manzana.

“En relaciòn a la expropiación de las tierras, nuestra posición era expropiar sin pagar. Duhalde y Aramoundi (2) proponían abonar un 10 % por grupo familiar a cargo del estado. En la Asamblea de vecinos se votó y ganó nuestra posición. Igualmente enviaron la ley que ellos querían. En el 74, durante el gobierno de Calabró, la ley llegó al Congreso, votaron a favor. La expropiación se llevó a cabo, pero Calabró nunca depositó el dinero, como acordaba la ley. Después llegó la dictadura. Ellos no pudieron anularla, pero si modificaron algunos aspectos. Se produjeron algunos pocos desalojos.

También Mingo de la JP de Budge recuerda la llegada de Duhalde al barrio:

“Hacia el año 70, la gente había rellenado tierra bajas para armar sus casas. Entonces aparecieron los dueños para rematar esos terrenos. En realidad, los propietarios como López Salas, dueños de medio Budge y Villa Albertina trabajaban en el banco Hipotecario, tenían acceso a la documentación e información necesaria para quedarse con las tierras haciendo uso de la posesión treintañal. Los domingos se remataban las tierras a un precio irrisorio. Ponían la bandera roja y no sé como todo el mundo iba al remate para impedir que alguien ofrezca otro precio. Así se evitaba el desalojo. Era una lucha constante todos los domingos. La iglesia de la calle Bariloche comenzó a organizar asambleas y desde allí se creó la Comisión de tierras. El cura Miguel Bianchi invitó a Duhalde como abogado recién recibido. También estuvieron Alberto Aramouni y Augusto Conte (3), por la Democracia Cristiana y José Antonio Romero. Bianchi nos decía que eran abogados, que no nos iban a cobrar por asesorarnos e iban a armar la Ley de Expropiación. Esto produjo la división de la Comisión de tierras, porque nosotros sosteníamos asesorados por Duhalde que no se podía expropiar sin indemnizar y la gente del ERP pretendía expropiar sin indemnizar “


La derecha peronista. Buenos muchachos

Duhalde inicia su militancia en el Sindicato de Empleados Municipales como delegado, luego como Secretario Administrativo, a la par que se desempeñaba en la oficina de Asuntos Legales. Se afilia al Partido Justicialista. Algunos meses después consigue la confianza de los principales dirigentes de las 62 Organizaciones local.

En aquel momento Rodolfo Illescas era el Secretario Gremial de la regional que abarcaba la CGT y las 62, dominaba el sindicato municipal. Illescas tenía una agrupación muy importante, la 17 de octubre. González Lozano, abogado, luego camarista, al igual que Jorge López, obrero de la Firestone, formaban parte de esa agrupación, constituía la parte ortodoxa del peronismo. Illescas lo postula a Duhalde como concejal por la rama sindical. Al mismo tiempo participaba en el Centro Doctrinario, organización de corte ortodoxo que integraban Toledo, Graciela Giannettasio, Labollita, Alberto Trezza, Pedro Gutiérrez, Rubén Miguel Citara, Raúl Álvarez Echagüe.

Destituido Ortiz, en el mes de julio de 1973, lo reemplaza Turner, en consecuencia, Duhalde ocupa la Presidencia del Concejo Deliberante.

Pero la intendencia de Turner no llega al año. Será sometido a continuas maniobras por parte de las autoridades del gremio de municipales, la línea ortodoxa del peronismo. Ellos trabaron la gestión municipal de Turner y lo acusaron de haber entregado ladrillos a una unidad básica en lugar de a una sociedad de fomento, como se había votado en el Concejo Deliberante

La intendencia de Turner atraviesa un sinnúmero de barreras intencionales, no le perdonan al hombre de Budge asumir la conducción del Municipio, por eso decide separar del cargo a Carlos Rosende, Secretario de Economía y Hacienda, hombre de la derecha peronista. Luego, Luis María Roberto (actualmente desaparecido), Secretario Privado de Turner, explicaría públicamente la medida, diciendo que Rosende era el responsable del sucesivo boicot que trababa el accionar municipal para la obtención y distribución de finanzas.

Al día siguiente, un grupo de concejales del Frejuli elevaron a la Secretaría del Concejo Deliberante el pedido de juzgamiento de la labor de Turner.

El CD votó mayoritariamente la suspensión del intendente por noventa días y su reemplazo por el presidente del CD Eduardo Duhalde. Según el exconcejal Jorge Infantino:” Duhalde era el hombre indicado en ese momento, apoyado por el Sindicato de Municipales, por la Iglesia. Defendió los intereses del sindicato y demostró ser un hombre de fortuna, ese toque de fortuna”.

El peronismo ortodoxo, personificado en la figura de Illescas, Secretario gremial del sindicato de municipales impulsa a Duhalde como reemplazo de Turner. Otros sectores reaccionarios le dan el visto bueno y brindan su apoyo como el golpista gobernador Calabró y Manolo Torres, delegado interventor del PJ de Lomas.

Cuatro días después de asumir sus funciones, rápidamente Duhalde contrató veinticinco vehículos para levantar los restos de poda que fueron trasladados hasta el vivero municipal.

En una de las sesiones de interpelación a Turner, la Juventud Peronista hizo oír sus voz, en la figura de César Dolinsky, quien expreso:”Se habla de que la ciudad está sucia y se “para” en la comisión de Servicios Públicos la contratación de camiones para la recolección de ramas. Y miren señores concejales. Observen qué rápido se puede hacer cuando hay apoyo y afán de colaborar”.

Durante los primeros días, Duhalde prometió, luego concretó la rebaja de las tasas municipales, gracias a la ayuda recibida por el gobernador Calabró, a partir de contribuciones provinciales a las intendencias.

A días de haber asumido Duhalde como intendente de Lomas de Zamora, el delegado interventor del Partido Justicialista, Manuel Torres, publica en el diario local una solicitada en la que hace un llamado a legisladores, miembros de la CGT 62 Organizaciones, a la Rama Femenina, Rama Política y a todo peronista que quiera participar en la resistencia para acabar con los gobiernos de minorías antipopulares. Apunta a la necesidad de reconstruir la Nación para liberarla. Agrega:”nos toca vivir una instancia histórica y a ella debemos contribuir con fervor, apartando a los infiltrados de nuestras filas, cuyas mentes caotizadas albergan un proyecto extraño a la Nacionalidad que es el del peronismo concebido por Perón y los millones de argentinos plenamente consustanciados con su doctrina quieren una Argentina libre, poderosa, justa.

En abril de 1975, a un mes de ocurrida la Masacre de Pasco, un grupo de la Juventud Peronista organiza un acto relámpago en la intersección de las calles Pasco y Salta. Arrojan volantes en donde denuncian el hecho y los posteriores hostigamientos padecidos por los militantes de la Juventud Peronista de la zona, también los allanamientos de los domicilio de varios de ellos.

En el volante identifican a los responsables del hecho. Marcan en primer lugar a la Comisaría Nº 1 de Lomas de Zamora. También responsabilizan al intendente Duhalde por fomentar desde la municipalidad la aparición de grupos parapoliciales. Denuncian que durante el gobierno de Duhalde se produjeron la mayor cantidad de encarcelamientos y asesinatos a militantes populares en la historia de Lomas de Zamora. Agregan que la relación de Duhalde con la policía queda en claro cuando dos meses atrás prestó los salones de la Municipalidad para que fueran velados allí los tres policías torturadores ejecutados por los Montoneros.

El 17 de octubre de 1975, el día de la lealtad, Duhalde organiza y preside la columna que parte desde la plaza de Lomas, ya que hablaría Isabel de Perón. La columna, según relatan algunos asistentes al acto, ingresaron a la Plaza de Mayo cantando:” A la lata al latero, queremos la cabeza de los jefes montoneros”.

Masacre de Avellaneda

En el año 2002, Eduardo Duhalde asume la presidencia de la Nación, en forma similar al golpe palaciego dado en el 74´, en Lomas. Su intención como dirigente máximo era impedir las movilizaciones populares y demostrar su dureza ante el poder económico nacional y el FMI. Los días previos a la Masacre de Avellaneda, Duhalde se reunió con representantes de las Fuerzas Armadas, de la Policía Federal y Provincial, miembros del gabinete, representantes del Poder Judicial, Servicios de Inteligencia del Estado, el gobernador de Buenos Aires, Felipe Sola, entre otros para instruir sobre la decisión política de reprimir el conflicto social y organizar el operativo. El mismo 26 de junio, Duhalde se citó con Soria, titular del SIDE, Atanasoff, Jefe del Gabinete y Juan José Álvarez, Secretario de Seguridad para armar el discurso argumental que justificara el terrorismo de estado desde su presidencia. El comisario Franchiotti repitió la versión mentirosa de que la policía sólo usó balas de goma, en cambio los piqueteros portaban palos y balas asesinas.

Duhalde fue el responsable de las muertes de Darío Santillán, Maximiliano Kosteki y treinta y tres heridos de balas de plomo, su propósito, desarticular las luchas sociales. Álvarez garantizó la masacre, el poder económico y los medios de comunicación justificaron la represión y las muertes, Franchiotti fue la mano de obra. Pero la reacción popular lo obligó a cambiar de estrategia, luego a adelantar las elecciones. A partir de ese momento comienza la persecución a militantes. Los punteros del PJ, matones a sueldo o patotas de la policía secuestraban, amenazaban o golpeaban a militantes de base con el fin de desarmar a las organizaciones populares y garantizar el orden, en un clima social de movilización.

“La forma en que actuaron las fuerzas provinciales, coordinadas con las nacionales de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal, demuestra que la emboscada estaba preparada y que no hubo aquí ningún exceso, sino la recalcitrante adhesión de las fuerzas de seguridad para repetir los procedimientos de la dictadura militar. Y un mensaje inequívoco del poder central. Si no fuera como queda escrito, ¿cómo podrían haber ingresado efectivos de la Federal cuatrocientos metros en terreno bonaerense?, ¿cómo podría haberse llevado a cabo el asalto sin orden judicial al local de Izquierda Unida donde hirieron y secuestraron militantes de un partido del arco parlamentario? ¿Cómo podría la bonaerense haber ocupado el Hospital Fiorito para secuestrar gente?” Página 12, 27 de junio de 2002.

Años antes, exactamente en 1991, Duhalde asumía la gobernación de Buenos Aires, sus hombres de confianza lo rodeaban, entre ellos, Alberto Trezza ( compañero de militancia de la década del 70´ que se había desempeñado como empleado del Ferrocarril Roca) quien había comandado la primera etapa de desguace de Ferrocarriles Argentinos, en ese momento lo nombra titular de Ferrobaires. Trezza arma una estructura de poder que aún se mantiene intacta, un grupo que también activa como barras bravas de Banfield, Lanús y Defensa y Justicia, entre los integrantes de ese grupo figura Héctor Carruega, vinculado a la muerte del militante del PO, Mariano Ferreira. (Diario Tiempo Argentino 30-01-11).

Victorio Calabró

En el armado de las listas del Frejuli, la burocracia sindical del peronismo, representada por las 62 organizaciones proponían la fórmula Anchorena- Guerrero y la Juventud Peronista pretendía postular a Bidegain. La discusión se dirimió en el Congreso de Avellaneda. Juan Manuel Abal Medina, Secretario del movimiento llevaba la orden de Perón de repartir el 25% para la rama sindical de Miguel y Rucci y había designado a Bidegain como cabeza de lista por la rama política. Calabró llegó porque accedió a romper el frente sindical de las 62 organizaciones y negociar con el frente político.

No obstante, mientras ocupó el cargo de vicegobernador se encargó de desgastar al gobierno de Bidegain, obligarlo a largas batallas legislativas estériles. Otro de sus recursos era crear gastos que no figuraban en el Presupuesto de la Provincia, comprometiendo así partidas ya aprobadas. Solía enviar a sus emisarios a hablar de infiltración y de marxismo dentro del gobierno de la provincia, ante los editorialistas de La Prensa y La Nación.

En enero de 1974 aprovechó la destitución de Bidegain, quien era proclive a la política de Montoneros, para asumir como gobernador de Buenos Aires, los dirigentes metalúrgicos lo apoyaron, necesitaban el espacio de poder. Victorio Calabró era un dirigente metalúrgico, miembro de las 62 organizaciones. Durante su gobernación se produjeron la mayor cantidad de atentados, secuestros, detenciones y masacres.

Mantenía estrechas relaciones con el brujo López Rega y con las Fuerzas Armadas, sobretodo con el general Viola. Según el periodista López Echagüe, ocurrido el golpe, Calabró pudo instalarse libremente en un departamento de Cabildo al dos mil, en la Capital Federal, donde nunca jamás fue importunado, ya que el general Viola, haciendo gala de fidelidad al compromiso asumido, lo protegió Calabró fue la apoyatura provincial de Duhalde, le giró partidas de dinero para apaciguar el explosivo Municipio.

1) Artículo 211. (Intimidación pública contra la población) en el Código Penal, así como el art. 149 (coacción agravada, para obligar a funcionarios a dictar alguna medida o abstenerse). Figuras como los Art. 211 y 149 se utilizan clamorosamente para reprimir la protesta social.

Art.213 Bis.- Será reprimido con reclusión o prisión de tres a ocho años el que organizare o tomare parte en agrupaciones permanentes o transitorias que, sin estar comprendidas en el artículo 210 de este Código, tuvieren por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor, por el solo hecho de ser miembro de la asociación.

2) Alberto Aramouni: legislador provincial en la provincia de Buenos Aires por la Democracia Cristiana (73/76 y 85/87).

3) Augusto Conte: dirigente de la Democracia Cristiana, Padre de Plaza de Mayo, uno de los fundadores del CELS, Diputado Nacional. Se suicidó en 1992.

La AAA

Los orígenes de la triple A deben rastrearse a comienzos del 73, como una respuesta de la derecha peronista, la burocracia sindical y la CIA a la gran movilización de los sectores populares, ideada para frenar las demandas populares y preparase para una agudización de la lucha de clases y de la creciente actividad política. La banda, dirigida por José López Rega, secretario personal de Juan Domingo Perón , quien había sido designado Ministro de Bienestar Social nombró al teniente coronel Jorge Manuel Osinde, experimentado represor durante el primer gobierno peronista, como secretario de Deportes y Turismo. De la mano de Osinde, llegaron al Ministerio de Bienestar Social, Morales y Almirón, dos policías expulsados de la fuerza por corruptos, proxenetas, ladrones y traficantes de drogas. A su vez Morales y Almirón conectan a López Rega con Villar, el círculo de muerte se cierra. La estructura de la triple A, según Paino constaba de ocho grupos cuyo jefe máximo era López Rega y el enlace entre ellos, Conti. Cada grupo formado por cuatro hombres, más otro de apoyo respondían a las órdenes de un jefe. Así Almirón, Rovira (descubierto recientemente por los trabajadores de Metrovías como Jefe de Seguridad de la empresa), inspector Coquibus, sargento primero López, Farweson, Pascucci, Taequini y Escobar eran los jefes de diversos grupos y sustentaban un poder ilimitado, sobre la vida y sobre la muerte de los que consideraban sus enemigos. Aunque en teoría, antes de decidir cada operativo, una vez filtrada la información de boca de los infidentes, se la procesaba y era López Rega quien decidía la ejecución. Pero como eran los jefes de grupos quienes recibían la información y la verificaban, hubo casos en el que la ejecución respondió a rencillas personales de cada jefe.

El servicio de inteligencia recolectaba la información de un jefe de manzana quien recibía la información de toda la manzana, porteros, inmobiliarias, porteros de facultades etc. Una vez corroborada la información, los colaboradores eran recompensados. El jefe del sector tomaba datos de 6 manzanas y el jefe de zona tenía a su cargo dos sectores y era quien filtraba la información y la comunicaba al Ministerio de Bienestar Social.

Rodolfo Walsh hacia fines de 1974 sistematizó sus investigaciones y reconstruyó la estructura de la Triple A del siguiente modo: Conducción política (López Rega), Conducción operativa (Morales, Almirón y Rovira). El grupo terrorista estaba dirigido por un cuerpo nacional general del cual dependía un cuerpo ejecutivo, con secciones de inteligencia, justicia y operaciones.

Además, según Walsh, la procedencia de los miembros de la triple A eran los siguientes: Grupo original (Villar, Morales, Almirón, Rovira) Custodia personal de López Rega, Sectores políticos adictos a López Rega, Custodia presidencial, Policía Federal, Otras policías, Ejército, Marina, Gremios.

Walsh detecta como sectores políticos a López Rega a la Juventud Peronista de la República Argentina (Jotaperra) liderada por Julio Yessi, consignatario de armas, a la revista El Caudillo de Felipe Romeo (partícipe de exterminios) y a Norma Kennedy.

Walsh advirtió la repetición de la metodología utilizada por la triple a en Bahía Blanca y Mar del Plata a través de tres grupos responsables: Uno encabezado por Gregorio Minguito, dirigente de la UOM, zona norte, otro organizado por el dirigente del Automóvil Club Argentino, Carlos Sanguinetti y el otro formado por custodio de Luz y Fuerza, vinculados directamente con Morales.

Asimismo la banda contaba con un comando especializado en asesinar exiliados políticos a partir de un acuerdo firmado en el 74 con otros dictadores latinoamericanos y la CIA.

Entre julio y agosto de 1974, se contabilizó un asesinato de la AAA cada 19 horas. Se había iniciado la práctica de la desaparición de personas. La banda terrorista hizo su aparición el 20 de junio de 1973, en la llamada Matanza de Ezeiza donde fueron identificados trece muertos y más de trescientos heridos, luego en noviembre del 73 pasaron a atentar contra la vida del senador Hipólito Solari Irigoyen. La primera víctima mortal fue el diputado nacional Rodolfo Ortega Peña en julio de 1974. También asesinaron a Silvio Frondizi, Julio Troxler, Atilio López, Alfredo Curutchet, Carlos Mugica. Algunos sostienen que ultimaron entre mil quinientos y dos mil militantes y referentes populares, otros aseguran que fueron cinco mil víctimas en todo el territorio. Desde el mismo riñón de la Triple A se adjudican la desaparición de Raúl Alfredo Bonafini en febrero de 1977, Carlos Gustavo Cortiña el 15 de abril de 1976, Héctor Chaves el 29 de marzo de 1976, Dante Guede el 9 de octubre de 1976, estos datos corroborarían que esta organización parapolicial siguió trabajando como tal, luego del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

La Triple A y los grupos de influencia

La Triple A en algunos casos accionará en conjunto con los diversos grupos de ultraderecha que actuaron con la complicidad y colaboración de policías y militares. Las bandas (CNU, CDO, JPRA, JSP) habían surgido en las décadas del 60´ y 70´ y luego de ocurrido el golpe, la mayoría de sus miembros se incorporarán a las patotas represivas.

El órgano oficial de difusión de la Triple A era la publicación “El Caudillo” que surgió en 1973. Su director, Romeo, se encargaba de bajar línea en contra de la izquierda peronista, volcaba su ideología de derecha, antisemita y emitía pedidos de castigos para figuras políticas y culturales, también publicaba las listas negras de la AAA. El lema de sus responsables:”El mejor enemigo es el enemigo muerto”.

Comando Nacional Universitario (CNU)

La CNU nació en La Plata. Para 1968 era un grupo de centroderecha que se fue convirtiendo en un movimiento parapolicial, ilegal, clandestino de ultraderecha. En 1971 asesinaron a la estudiante Silvia Filler; cinco miembros fueron encarcelados, pero recuperaron la libertad para 1973. Durante la tercera presidencia de Perón, secuestraron, torturaron y mataron con la cooperación de las fuerzas militares y policiales. Ex miembros de la Concentración Nacional Universitaria de Mar del Plata, integraron después del golpe de Estado de 1976 patotas del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601, unidad del Ejército responsable de secuestros, torturas y desapariciones.

Comando de Organización (CDO)

Alberto Brito Lima, exdiputado nacional, fue el jefe del Comando de Organización. En el año 1973, Brito Lima protagonizó junto a Alejandro Giovenco, Noma Kennedy y Osinde la matanza de manifestantes, pertenecientes a la columna sur de la Juventud Peronista, en Ezeiza, tras la llegada de Perón. En Lomas de Zamora, el local central de CDO funcionaba en un chalet cercano a la estación de Turdera, participaban muchos de los que hoy pertenecen al oficialismo, también gente de Monte Grande que venían mandados por Giovenco., Brito Lima.

Juventud Peronista de la república Argentina (Jotaperra)

Surgió para contrarrestar la acción de la Juventud Peronista, Montoneros. La Jotaperra como la llamaban los miembros de la Juventud Peronista se hallaba encabezada por Julio Yessi quien era responsable de un organismo dependiente del Ministerio de Acción Social. En el año 1974, el uruguayo Antonio Acosta fue perseguido, torturado y secuestrado por la patota de Coordinación Federal y grupos de tarea que pertenecían a la Juventud Peronista de la República Argentina de Julio Yessi.

Según relata Julio Raffo, Exrector de la UNLZ:” la AAA había puesto a Julio Yessi de la J. Perra, para contrarrestar a la J.P. Solía pasar por la casa de Julio Yessi cada vez que debía hacer trámites, cambiaba de camino continuamente por una cuestión de seguridad, a veces por Camino Negro, o Autopista Ricchieri, pero cuando pasaba por la casa de Julio Yessi siempre había cuatro autos parados, hombres parapetados y un gran movimiento.
Si bien gran parte de los operativos salían de la quinta de Olivos bajo las órdenes de Almirón, la casa de Yessi en la calle Mitre del partido de Lomas, era grande, operativa y se veía gente armada. Era una casa operativa que respondía a las órdenes de López Rega. Creo que la AAA actuaba en función de la información y los requerimientos locales. No había una inserción de la AAA en todos lados, pero atentaban contra los referentes barriales que molestaban. Tenían una lista con los militantes y había un dedo que decidía quién moría.

Juventud Sindical Peronista

Fue una estructura juvenil de gremios incorporados a las 62 Organizaciones, fundada en 1972 por José Ignacio Rucci, funcionó como fuerza de choque contra los militantes de la Juventud de los Trabajadores Peronistas a la que calificaban como grupos de infiltración marxista. La Juventud Sindical Peronista reclutaba a los matones que actuaban en los operativos de la AAA

Comando Nacionalista del Norte

Fue una organización paramilitar surgida a comienzos de 1974 bajo el control y la Dirección del Comando de la V Brigada de Infantería de Tucumán. Su jefe fue el Inspector Roberto Heriberto Albornoz (El Tuerto), conocido torturador que actúo con total impunidad durante las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse. Tiempo después el Comando Nacionalista del Norte se incorporará a la Triple A.

Comando Libertadores de América

Durante el año 75, comenzó en funcionar, en Córdoba, el Comando Libertadores de América, organización responsable de secuestros, torturas y muerte. Tanto la AAA como los Comandos Libertadores tenían el mismo modo operacional y los mismos objetivos, pero estos últimos no tenían conexión con López Rega. Los Comandos Libertadores estaban integrados por militares, policías y civiles cuyo jefe era Héctor Vergez, alias “Vargas” y su mano derecha Pedro Raúl Telleldín (padre de Carlos Telleldín. Implicado en la voladura de la AMIA) suboficial retirado que fue puesto a la cabeza del Departamento de informaciones de la provincia.

Los centros de operaciones elegidos eran los locales de sindicatos intervenidos, organismos oficiales como el Banco Social y las dependencias del D2, donde se interrogaba y torturaba a los detenidos que luego eran llevados a la cárcel de San Martín o al campo de concentración La Rivera, primer centro ilegal en Córdoba...

Durante 1975 recrudecen las detenciones ilegales, asesinatos, atentados como la voladura que padece el diario “La voz del interior”, el secuestro, fusilamiento y voladura de los cuerpos de la familia Pujadas (Mariano Pujadas, uno de los presos fusilados en Trelew).

Las estructuras ilegales y las formales, las clandestinas y las regulares, actuaban en el marco de una estrategia única y bajo una conducción unificada. Los grupos de tareas conformaban una organización paralela, subsumida en la estructura policial, pero que respondía a sus propios mandos.

Ocurrido el golpe del 76, las bandas represivas se sumaron a los grupos de tareas bajo las órdenes de los militares.


Antecedentes de la AAA

Los cardenales de La Forestal

La Forestal, empresa de capitales ingleses, franceses y alemanes, en 1872 se instaló en el norte de Santa Fe, el sur del Chaco y el noreste de Santiago del Estero. Esas, tierras fueron cedidas a cambio de pagar un empréstito contraído por el gobierno.

Crearon colonias que contaban con leyes, bandera y dinero (vales) propios. Aproximadamente 20.000 trabajadores absorbía la empresa, entre sus empleados figuraban diputados, comisarios, jueces y otros funcionarios que recibían importantes beneficios a cambio de favores.

La superexplotación de los obreros hizo posible el enriquecimiento de los distintos dueños. El 90 % de la población sufría de paludismo, tuberculosis. El 80 % de las muertes correspondía a menores de 35 años. Las condiciones de vida precaria, en chozas construidas por los propios obreros podían ser quemadas, y las familias perseguidas hasta que morían o abandonaban los territorios de La Forestal, en el caso de detectarse la participación del trabajador en huelgas. .La jornada laboral de 12 horas a cambio de pan, mate y unos vales que se cambiaban en la misma proveeduría de la empresa fueron el contexto en el que se produjo la primera huelga de La Forestal, en julio de 1919. Los anarquistas de la FORA, socialistas y sindicalistas independientes cooperaron en el armado de la huelga cuyos reclamos fueron “jornada de 8 hs., aumento salarial, suspensión de los despidos. La segunda huelga se produjo entre diciembre de 1919 y enero de 1920 la huelga de hacheros, reprimida salvajemente por la gendarmería de La Forestal, por la argentina y por bandas civiles contratadas en Buenos Aires; aquello dejó una cifra nunca revelada de muertos.

La tercera huelga en La Forestal del año 1921 fue la más importante y culminó con una salvaje represión, donde la "gendarmería volante" y otras formaciones parapoliciales impunemente patrocinadas por el gobierno de Hipólito Yrigoyen actuaron despóticamente con un saldo de centenares de muertos y 19 dirigentes huelguistas condenados a la cárcel. En el cuaderno del capataz Aniceto Barrientos registraba lo siguiente: “a los muertos los apilaban uno sobre otro, le clavaban el cuchillo en la nuca por si estaban vivos, desde ese día tenía miedo de volver a trabajar porque nos miraban con odio, como si fuéramos perros sarnosos”.La Forestal además tenía una fuerza propia de represión: la "gendarmería volante" (popularmente conocida como "los cardenales"), financiada por la propia empresa, y armada y uniformada por el gobierno provincial. Esta ¨fuerza policial¨ hacía cumplir las leyes propias de la empresa incluso violando la propia Constitución Argentina y los Derechos de los trabajadores. La Forestal acabó con el potencial argentino de quebracho y se trasladó a África, para explotar mimosa. En Chaco y Santa Fe quedaron un millón de hectáreas incultivables, pueblos fantasmas y mucha gente en la miseria.

Ramón Falcón

Fiel representante de la oligarquía argentina, mantuvo una coherencia en la lucha y exterminio del otro, el diferente. En un principio participó junto a
Sarmiento, en Entre Ríos combatiendo a las montoneras de López Jordán, luego Roca lo nombra inspector del batallón de guardia cárceles de la campaña al Desierto en el exterminio del indio. Reaparece como represor en julio del 93. En 1906 fue nombrado por Alcorta, Jefe de la Policía de la ciudad de Buenos Aires.

El 1 de mayo de 1905, frente al estado de sitio impuesto por Quintana, las posibilidades de recordar el día de los trabajadores son inciertas. A pesar de todo la FORA y la UGT deciden llevar adelante el acto sin las banderas rojas que la oligarquía rechazaba por ser foráneas, extranjerizante. La multitud parte de Plaza Constitución y a la altura del teatro Colón comienzan a hablar los oradores, pero rápidamente la represión policial los detiene.

Grupos de civiles y policías bajo sus órdenes habían clausurado en incendiado locales sindicales, censurado la prensa anarquista y socialista, quemado sus imprentas, bajo el grito de “Viva la patria”. En 1907 desalojó a familias que se resistían a pagar el aumento exorbitante de sus alquileres, en esa oportunidad arrasó contra mujeres y niños.

El 1 de mayo de 1909 reprimió a miles de trabajadores que se habían dado cita en plaza Lorea, el resultado 11 muertos y 105 heridos, muchos de los cuales fallecieron al día siguiente. Esto desató la decisión sindical de pedir su renuncia y largaron la huelga con movilización. Nuevamente reprimió una columna de 60.000 personas que acompañaban el féretro de los masacrados al cementerio de Chacarita.

Finalmente hacia fines de 1909, el anarquista ruso Simón Radowitzky arrojó una bomba de fabricación casera en el carruaje donde viajaba Falcón, quien murió a las pocas horas.

La Semana Trágica

La Argentina recibe a principios de siglo una importante masa inmigratoria, entre ellos anarquistas y socialistas. Durante el gobierno de Hipólito Irigoyen (1916-1922) impotente ante el capital oligárquico, ordena reprimir las huelgas sin titubear. Los círculos más reaccionarios entran en una suerte de pánico, de histeria ganaderil, denunciando la existencia de soviets en cada sindicato o en cada actitud de rebeldía de los trabajadores, lo que los lleva a tomar la decisión de crear una fuerza parapolicial que reprima con mayor eficiencia que la policía.

El 7 de enero de 1919 comenzó la huelga en los Talleres metalúrgicos Vasena. El reclamo por las 8 hs. laborales, aumento salarial fue reprimido por un grupo de rompehuelgas, junto a la policía que comenzaron a disparar, e ingresaron a las casas matando a cuatro personas dentro de sus viviendas.

El 9 de enero, una muchedumbre acompañó el cortejo fúnebre hasta el cementerio de la Chacarita. Mientras los distintos referentes de la FORA hicieron uso de la palabra, la policía y el ejército surgieron de entre los muros del cementerio disparando sobre los obreros.

El 11 de enero, el gobierno radical concedió aumento salarial, la libertad de los 2000 presos y la jornada laboral de 9 horas. La FORA (comunistas y socialistas) aceptó, pese a que un sector (anarquistas) exigía la continuación de la huelga hasta lograr el esclarecimiento de más de 700 muertes y 4000 heridos registrados a lo largo de esa semana.

El 20 de enero los obreros de Vasena se incorporaron a la fábrica, después de corroborar que habían sido satisfechas sus demandas.

El clima de tensión llegó a su punto más álgido, durante la Semana Trágica. Fue el bautismo de fuego de la Liga Patriótica Argentina, aunque habían participado antes en represiones (como un acto pacífico en Gualeguaychú, o un ataque a una reunión de la FORA), nunca habían tenido la posibilidad ofrecida en aquel enero, en el que, junto a la policía y el ejército, dejaron un tendal de 700 cadáveres, 2.000 detenidos y 4.000 heridos.

La creciente conflictividad obrera (huelgas) es percibida por la clase dominante como el otro, el peligroso que ocasiona la ruptura del orden establecido, pues la clase trabajadora podía adueñarse de un pensamiento democrático que hiciera tambalear el predominio de la burguesía. Estas nuevas formaciones son amparadas y actúan con total impunidad por el estado, son los nuevos aliados de la policía y del ejército, provienen, en su mayoría de familias del Barrio Norte. La reacción de los sectores que veían amenazada su posición se materializó en las siguientes organizaciones:

La Asociación del Trabajo

La Asociación del Trabajo, una banda de rompehuelgas que surge en 1918 y se dedicaban a reprimir cualquier manifestación de protesta obrera.

La Liga Patriótica Argentina

La Liga Patriótica Argentina, banda parapolicial de derecha, fue el primer grupo nacionalista. Se fundó en 1919, para “ordenar” la patria de los agitadores izquierdistas, hacer respetar las instituciones ante el peligro de un cambio social, otorgar un lugar privilegiado a la iglesia y a las fuerzas armadas. Presidida por el Yrigoyenista Manuel Carlés, e integrada por estancieros, militares, empresarios, hombres del clero como Miguel A. Martínez de Hoz, Antonio Lanusse, Federico Leloir, el perito Francisco P. Moreno, Joaquín S. de Anchorena, monseñor Miguel de Andrea, Carlos Tornquist, Federico Leloir, Jorge Mitre, Dardo Rocha etc. Nacen al amparo del estado y actúan con total impunidad, reprimen a obreros, los expulsan, les disparan, conforman un sindicato paralelo, un sindicato de la patronal. Se reúnen en comisarías reparten armas y brazaletes, utilizan autos último modelo para incendiar locales anarquistas, bibliotecas populares, sindicatos con la venia de la policía. Las ideas de la Liga Patriótica. Dios, familia, propiedad, tradición, eran utilizadas como mero chantaje emocional.

La Patagonia rebelde

En 1921 comienzan la huelga, los trabajadores de las estancias de Santa Cruz, impulsados, fundamentalmente, por los sindicatos anarquistas. Reclamaban mejoras en las condiciones laborales, aumento de salario, un paquete de velas mensuales a cada obrero, mejoramiento en las raciones de alimentos. El pedido fue rechazado por la Sociedad Rural de Santa Cruz que nucleaba a estancieros y terratenientes. Los trabajadores declararon la huelga. El presidente Irigoyen mandó al teniente coronel Varela y un batallón del ejército El asunto concluyó con el silencio y la negativa a investigar la verdad por parte del gobierno, para no avivar el escándalo. Carlés en persona se dirigió a Río Gallegos con la intención de crear brigadas para asistir al ejército en la represión de los obreros. En total, fueron 298 brigadas en las áreas de Ushuaia, Río Gallegos, San Julián, Puerto Deseado, Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn. El resultado fueron 1500 obreros muertos por las brigadas de Carlés sumados al ejército comandado por el teniente coronel Héctor Benigno Varela, un militar que participó en la represión durante la Semana Trágica.

Años después, en 1923, el teniente coronel Varela sería ajusticiado por el anarquista alemán Kart Wilckens, en el barrio de Palermo, Buenos Aires.

Leopoldo Lugones (hijo)

Se desempeñó como director del Reformatorio de Menores Olivera, pero acusado de corrupción y abuso de menores fue condenado a diez años de prisión. Su padre, intercede ante el presidente Irigoyen por “el honor de la familia” y logra salvarlo. Durante la dictadura de Uriburu, es nombrado comisario inspector de la misma repartición de la calle Las Heras, donde había sido acusado de pederasta y sádico. Comenzó a investigar y practicar distintas formas de tortura en el sótano de la comisaría, utilizó los nuevos adelantos tecnológicos de la época: la electricidad, la mecánica. Tristemente célebre por la invención de la picana eléctrica, a la que recurrió en sesiones de tortura dentro de la repartición. Uriburu, para sostener el régimen de terror, utilizó a algunos militares nacionalistas y prefirió a funcionarios de su confianza para eliminar a sus opositores, encarcelar y torturar. Uno de esos sujetos fue Lugones, quien manifestaba placer por los castigos físicos y morales partidos a sus víctimas. Bajo su gestión llegó a tener trescientos agentes a su cargo que caminaban las calles en busca de cualquier frase de café en oposición al gobierno como argumento de una detención por “conspiración” que luego se pagaba con cárcel y torturas. No sólo obreros, estudiantes, radicales, anarquistas o comunistas fueron objeto de la represión del régimen militar. El gobierno de Uriburu también torturó a sus camaradas de armas. Se suicidó en 1971.

La Liga republicana

La Liga Republicana fue organizada desde la publicación La Nueva República en el año 1929. Los hermanos Irazusta, Juan Carulla y Ernesto Palacios iniciaron la publicación en 1928 y basaron su prédica en las consignas: “orden, jerarquía y autoridad”, al año siguiente pasaron de lo discursivo a la acción directa conformando la fuerza de choque: Liga Republicana. Para 1930 definían abiertamente la intención de luchar contra el enemigo interno. Rodolfo Irazusta, Roberto Laferrere, Daniel Videla Dorna, la dirigían. Fue una liga de acción y milicia voluntaria, tal como se autodefinían.

La legión de Mayo

La Legión de Mayo grupo de choque creado por iniciativa de Uriburu en agosto de 1930 surgió para respaldar el golpe de estado perpetuado por él mismo. Su fundador, Alberto Viñas, diputado conservador, hombre de Uriburu, postuló un basamento ideológico similar al de La Liga Republicana. Tanto la Legión de Mayo como la Liga Republicana actuaron conjuntamente reprimiendo a obreros rebeldes.

La Legión Cívica Argentina

La Legión Cívica Argentina fue una banda paramilitar con personería jurídica, creada en 1931 por decreto gubernamental y constituyó el apoyo militar al gobierno de facto de Uriburu. La Legión nació para vigilar, reprimir el accionar de los trabajadores, sobre todo extranjeros de ideas foráneas, de izquierda. Eran civiles armados y uniformados cuya misión era mantener la seguridad del orden establecido a fuerza de represión levantar las banderas de la argentinidad colaborar con las autoridades en el mantenimiento de la seguridad y del orden interno, trabajar por el afianzamiento de la argentinidad, consolidar el culto a la patria eliminando todo acto o persona que atente contra la unidad social y moral del pueblo argentino.

La Legión Cívica estaba presidida por Floro Lavalle, Federico Leloir, como vicepresidente, Jorge Lavalle como secretario, otros miembros militares (Coronel Nicolás Accame, Juan Jones y el capitán Juan Ezquerra).

En junio de 1931, escolares argentinos reciben adiestramiento militar a cargo de instructores militares, queda así aprehendida la idea de la patria vinculada con la violencia institucional

En 1935, Juan Enrique Ramón Queraltó, integrante de la Legión Cívica e hijo de un comerciante español importador de juguetes, funda la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios, como ala estudiantil de la Legión Cívica. La UNES había surgido para contrarrestar las prédicas de izquierda de la Federación Universitaria Argentina. Rápidamente en el lapso de dos años pasó de 5 miembros a 20.000, por lo tanto decidieron la creación de una organización que nucleara a jóvenes de todos los niveles, nació así la Alianza de la Juventud Nacionalista (1941).

Por primera vez una organización nacionalista celebra el 1 de mayo, en competencia con anarquistas, socialistas y comunistas. Queraltó decía al respecto:…” Nosotros decidimos hacerla netamente argentina, llevando en alto el emblema nacional frente al trapo rojo de comunistas y socialistas. Salimos desde Santa Fe y Pueyrredón. Éramos cerca de 2000 personas; cuando llegamos a la plaza San Martín, la columna tenía 20.000. Ese acto demostró que existía una conciencia nacional” “Éramos -y lo seguiremos siendo- decididos anticomunistas, porque el marxismo ateo e internacionalista es nuestro mayor enemigo. También estábamos contra toda colectividad que perjudique los intereses nacionales.”

En 1951, Patricio Kelly asume la conducción de la agrupación y le cambia el nombre por Alianza Popular Nacionalista.

La Liga Republicana, La Legión de Mayo y la Legión Cívica Argentina tuvieron en común, al principio, una manifiesta admiración por Uriburu, pero no lograron aunarse detrás de un proyecto homogéneo, porque sostenían diferentes enfoques sobre religión, economía y modelos políticos

Los Comandos Civiles

Los Comandos Civiles eran grupos de jóvenes de clase media e incluso de la aristocracia que manifestaban un profundo desdén por los sectores populares que caracterizaban como incultos e incapaces. Entre los que integraron este grupo figura Mariano Grondona. Actuaron como grupos de choque y de apoyo a la Revolución Libertadora que derrocó a Perón.

Tacuara (Movimiento Nacionalista Tacuara)

Hacia 1945, la UNES (Unión nacionalista de estudiantes secundarios), era una rama de la Alianza de la Juventud Nacionalista fundada por Juan Queraltó publicaba un periódico llamado “Tacuara” bajo la responsabilidad de un grupo de jóvenes provenientes de barrios de alto poder adquisitivo, estudiantes de escuelas religiosas, liceos militares. El grupo liderado por Alberto Ezcurra Uriburu y Joe Baxter tenía como mentor ideológico al sacerdote Julio Ramón Meinvielle y a Jaime María de Mahieu.

Los lineamientos ideológicos de la agrupación podían resumirse en una fuerte inspiración falangista, Resaltaban las figuras de Hitler, Mussolini y Franco. Rechazaban las elecciones y el sistema parlamentario, eran antimarxista, revalorizaban la patria y la religión católica como valores supremos y exaltaban la violencia como forma suprema. Lograron desarrollo organizativo en Rosario, Santa Fe y Tandil.

En 1958 participaron en los enfrentamientos “por una educación laica o libre”, no sólo a través de pintadas y volanteadas, sino también como fuerza de choque y en apoyo de una educación libre. Tacuara se especializaba en romper manifestaciones de estudiantes.

Las distintas tendencias presentes en Tacuara se hicieron visibles para 1960 a partir de la revolución cubana lo que generó una de las primeras fricciones entre Joe Baxter quien veía con simpatía el fenómeno cubano y Ezcurra, enemigo del socialismo. Para 1961. Tacuara condena la invasión norteamericana a Bahía Cochinos, sin apoyar al régimen, aunque el padre Meinvielle hace público su repudio a los sectores izquierdistas de Tacuara que manifiestan consignas y doctrinas sospechosas.

En 1961 el grupo de Dardo Cabo se separa de Tacuara para formar el Movimiento Nueva Argentina, una organización de derecha que luchaba por el regreso de Perón.

En las elecciones de 1962, Joe Baxter decidió apoyar al peronismo proscripto, mientras la otra fracción de Tacuara presentaba candidatos propios en Entre Ríos y Capital a través del partido Unión Cívica Nacionalista. Muchos jóvenes que se habían acercado a la agrupación movidos por una vaga tendencia nacionalista y un fuerte deseo de acción se inclinaron por participar paralelamente en la Juventud Peronista.

En 1963 el sector cuyos referentes eran José Nell y Joe Baxter crearon el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara que rompe con la iglesia, el antisemitismo y la derecha y se inclina hacia posiciones más cercanas al marxismo y hacia el peronismo de izquierda. Muchos de los cuadros de las FAP y PB, también de Montoneros y ERP pasaron por el MNRT.

Guardia Restauradora Nacionalista

Ante las divergencias presentes en Tacuara, Meinvielle consideró que la agrupación se inclinaba hacia posiciones marxistas y le resultaba intolerante las vinculaciones con el peronismo, por lo que decide organizar la Guardia Restauradora, organización mucho más reaccionaria que la anterior.

Meinvielle exigía a sus miembros ascendencia europea y más de cinco generaciones en el país. Sostuvieron una línea ultracatólica, antisemita. Su referente ideológico fue José Antonio Primo de Rivera y la consigna que utilizaban; ” Dios, patria y hogar”. Sus primeros líderes fueron Roberto Etchenique, Roberto Estrada y Augusto Moscoso.
 


 

El genocidio como un proceso social

Por Patricia Rodríguez

El autoritarismo en la Argentina, durante la década del 70 es el resultado de un largo proceso que comienza con la génesis de nuestra sociedad misma. El verticalismo, el autoritarismo, arraigados en la organización familiar, escolar, en las construcciones políticas, sociales afloran tanto en las situaciones cotidianas, como en la superestructura. Tienden a caracterizar al otro, al que no se ajusta al orden establecido como al enemigo. Se trata de una concepción binaria de la política, vigente en espacios del pasado, pero también del presente. Sin embargo, el escenario nacional de ayer y de hoy demuestran que la diversidad cultural, las diferentes lecturas de la realidad abren un abanico heterogéneo, por lo tanto, reducir y forzar a una uniformidad de ideas conlleva un sesgo autoritario y antinatural. Nuestra sociedad, desde siempre estuvo imbuida de una cultura no democrática, de alternancia de gobiernos militares y democráticos, en donde la mayoría de las veces, los partidos políticos apoyaron los golpes de estado. Por otro lado, las clases hegemónicas, para sostener el orden social de dominación, cuando no lo lograban por consenso, hacían uso de la herramienta surgida en el seno mismo de la Nación: las fuerzas represivas, quienes delimitaron sus objetivos desde su génesis misma: la eliminación del enemigo interno mientras que paralelamente se profesionalizaban. La larga tradición de prácticas de torturas, asesinatos por parte de las fuerzas armadas y la policía, en la creencia de que son los garantes del orden permiten que el sistema político delegue institucionalmente el poder represivo a las tres armas y a la policía. Sintomatología presente, aún en la actualidad.

Por otro lado, el continuo aislamiento de las fuerzas progresistas de los 70´, la crisis vivida durante el tercer gobierno peronista se tradujo en frustraciones y decepciones hacia el sistema democrático que las clases hegemónicas y el autoritarismo militar supieron capitalizar en un país con poca cultura democrática.

Pilar Calveiro analiza los regímenes autoritarios y llega a la conclusión de que las dictaduras existen en tanto tengan cierto apoyo popular. Aclara que:” Toda la sociedad ha sido víctima y victimaria; toda la sociedad padeció y a su vez tiene, por lo menos, alguna responsabilidad. El golpe del 76 tuvo un carácter ordenancista y disciplinador, una forma de organizar el poder y la dominación para implementar un sistema económico, un incipiente neoliberalismo”.

Para Feierstein, Bartolo, Levy y Montero, el extermino sufrido en nuestro país es el resultado de un proceso social constituido por diferentes etapas: 1) La construcción del otro negativo 2) El hostigamiento 3) El aislamiento 4) El debilitamiento 4) El exterminio.

En principio, el poder disciplinador se abocó a la producción, acumulación y circulación de un discurso descalificante del militante popular. La construcción del otro como negativo, en función de diferenciar al enemigo peligroso- no normalizado que estuvo dirigido a la base social constituyó el primer eslabón de la cadena, luego, la reproducción del discurso descalificante.

En un segundo momento, la acción estuvo dirigida en función de concretar el Hostigamiento del otro, el peligroso, desde un plano legal y de materialización de la violencia física, para amedrentar y producir un Aislamiento Político del ámbito social, destruyendo los lazos solidarios. Finalmente el Debilitamiento y el Exterminio, las últimas etapas que apuntan a la desaparición material y simbólica del otro negativo.

Algunos autores entienden que el terrorismo de estado, cristalizado en un plano legal y material fue un plan implementado con anterioridad al golpe del 76´ y este accionar produjo la derrota política de las fuerzas populares. Rápidamente, el Proceso de Reorganización se encargó de la Aniquilación de los luchadores populares.


1 La construcción del otro como enemigo

La construcción semántica del término”enemigo” en función de justificar el exterminio data desde los orígenes de la Nación misma. Así, el indio, el gaucho, los diferentes, no normalizados fueron llamados “bárbaros,”, “incivilizados”, “delincuentes”, “vagos”, etc. Durante la década del 30´ la persecución a obreros anarquistas se argumentó bajo la calificación del otro diferente como “comunista apátrida”, “enemigo internacional”, “marxista foráneo”. Luego, la Libertadora, el Plan Conintes y el Onganiato utilizaron los vocablos “terrorista”, “subversivo”, “enemigo interno”. Pero la palabra “subversivo”, en su acepción más cruda fue orientada a la demonización de los militantes populares y de los sectores armados durante la década del 70´. Se institucionalizó el término y se internalizó en el imaginario colectivo.

En el plano discursivo se construyó la imagen negativa del otro, el que cuestionaba o proponía una nueva estructura social. Así, los genocidios, masacres, exterminios sistemáticos fueron prácticas que acompañaron el arsenal teórico de las clases hegemónicas, desde la génesis misma de nuestro país. Grupos de civiles y militares encararon un poder autoritario y desaparecedor, adjudicándose la representación del estado mismo, en detrimento y aniquilación del otro, el diferente: el indio, el gaucho, el anarquista, el peronista, el militante, el subversivo, etc. Pero el poder represivo y genocida que data desde siempre en nuestro país, adquirió formas nuevas durante las décadas de los 60´ y los 70´. Ya que la represión y el genocidio, instrumentos disciplinadores de las clases dominantes se hacían visibles para la comunidad como una forma disciplinadora, pero al mismo tiempo se mantenían secretas, ocultas y negadas. Pilar Calveiro analiza las características del poder y aclara;”La violencia se exhibe como una amenaza perpetua, como un recordatorio constante para el conjunto de la sociedad… Siempre el poder muestra y esconde y se revela a sí mismo tanto en lo que exhibe como en lo que oculta”. Además agrega que el accionar del poder desaparecedor surge como consecuencia de una lógica binaria que piensa al mundo desde una perspectiva de dos grandes sectores enfrentados entre sí, por un lado lo propio y por el otro lo ajeno. De la misma manera, consideran que todo lo que no es igual a ellos mismos constituye el enemigo. Este pensamiento autoritario entiende lo diferente como peligroso y en consecuencia como factible de ser eliminado. Se confieren a sí mismos la representación de la única verdad, reduciendo la realidad a una sola versión y por lo tanto, aniquilando todo aquello que no es idéntico a sí mismo.

Las prácticas genocidas tuvieron su legitimación no sólo en un plano jurídico, sino también en un plano simbólico que logró instalarse en el imaginario social. Un sistema de pensamiento aún vigente en las construcciones políticas y sociales actuales, también en los ámbitos cotidianos, familiares, laborales, etc.


MASACRES EN ARGENTINA ANTERIORES AL GOLPE DEL 76

1903- MASACRE DE ONAS. TIERRA DEL FUEGO. Cientos de onas mueren tras ingerir carne de una ballena que había sido envenenada

1905- MASACRE DE ONAS. TIERRA DEL FUEGO. Estancieros y criadores de ovejas liderados por Alexander Maclennan invitan a una tribu Ona a un banquete para concertar un acuerdo de paz. Los emboscan y los matan a todos, hombres, mujeres y niños.

1909- MASACRE DE PLAZA LOREA. Miles de obreros, sobretodo anarquistas, convocados por la FORA (Federación Obrera Regional de Argentina) se concentraron en la Plaza Lorea para festejar el 1° de mayo. En esa oportunidad, Ramón Falcón, jefe de la policía arremete contra hombres y mujeres y fusila a cuatro personas, hiere a cuarenta manifestantes gravemente. Algunos mueren al día siguiente

1910- PROTESTAS CHACARERAS DE MACACHÍN. LA PAMPA. Los trabajadores rurales junto a los agricultores se rebelaron contra la explotación de los terratenientes, esto significó la represión más feroz. Los dueños de las tierras fueron sanguinarios, tanto con los trabajadores del campo como con los aborígenes. Organizaban cacerías, donde se abonaba por las orejas, senos de mujer o los órganos genitales de los varones.

1919- LA SEMANA TRÁGICA. Los obreros de los Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena, en la Capital Federal, estaban en huelga desde diciembre de l9l8. Son reprimidos violentamente. Se calculan setecientos muertos.

1919- LAS HUELGAS EN MENDOZA. Durante el gobierno de José Néstor Lencinas participan en las protestas, trabajadores mendocinos de distintos sectores, liderados por los maestros. En estas huelgas, la mujer es la vanguardia, se destacan las figuras de Rosario Vera Peñaloza y Florencia Fossati, presidenta de Maestros Unidos. Son reprimidas bárbaramente en Tunuyán, Fray Luis Beltrán, Maipú, la ciudad de Mendoza, y en otros lugares.

1919- MASACRE DE FORTÍN YUNKÁ-FORMOSA. El ejército arrasa una aldea Pilagá y mata a setecientos indígenas como represalia por la muerte de quince colonos.

1920- LAS HUELGAS EN LA FORESTAL. SANTA FE. La Forestal, empresa inglesa recordada por las formidables represiones armadas que se implementaron en la provincia de Santa Fe, para dominar los levantamientos obreros que en luchas épicas resistieron la explotación más despiadada. La Forestal desplegaba la violencia más descarnada a ojos del poder central y provincial, que la consentía y protegía. Creó con consentimiento de los estados provinciales y nacional, el destacamento rural-parapolicial, Los Cardenales, personajes reclutados en las cárceles, comisarías, asesinos de la más baja calaña.

1920-1921- LA PATAGONIA TRÁGICA EN SANTA CRUZ. El Ejército Argentino impone "la pena de fusilamiento" contra mil quinientos peones y obreros patagónicos que estaban en huelga. Persiguieron a los huelguistas y los fusilaron.
 
1921- LA MASACRE DE JACINTO ARÁUZ. LA PAMPA. Ante la huelga iniciada por los trabajadores del campo, el comisario Basualdo los manda a llamar, los encierra en el patio de la comisaría e inicia la masacre matando al delegado. Los trabajadores enfrentaron la represión y tomaron la comisaría, pero no pudieron sostener la toma, tuvieron que huir. Grupos de la Liga Patriótica, provenientes de Bahía Blanca llegaron en apoyo de la policía. Desataron una feroz cacería de obreros a campo traviesa.

1924- MASACRE DE NAPALPÍ. CHACO. Los pueblos Quom y Mocoví reclamaban la justa retribución por la cosecha de algodón, en consecuencia ciento treinta policías y grupos de estancieros matan a doscientos indígenas. Al cacique mocoví, Pedro Maidana le arrancaron las orejas y los testículos para exhibirlos como trofeo

1932- Asume el gobierno del general Justo. Se levanta el estado de sitio, pero el control policial sobre el movimiento obrero continúa. Los tranviarios se declaran en huelga el l5 de marzo; los agricultores el 18 de abril; el 20 de mayo se inicia la Huelga de la Carne, dirigida por la Federación Obrera de la Industria de la Carne, integrada por los obreros de Zárate, Berisso, y de cuatro frigoríficos de Avellaneda. Se pliegan los desocupados de Puerto Nuevo (Villa Desocupación), llamados a carnerear, en vez de ello, se solidarizan con los obreros de los Mataderos Municipales. Los frigoríficos en huelga son ocupados militarmente, reprimen a los piquetes de huelga, detienen a unos seiscientos trabajadores y deportan a otros por la Ley de Residencia. En Berisso, se ocupan los barrios obreros. Se acentúa la represión en toda la zona de Berisso, Ensenada y La Plata.

1936- MASACRE DE OBERÁ. MISIONES. Cientos de colonos son reprimidos por las fuerzas del Gobierno en una manifestación que reclamaba un precio justo para los productos agrícolas. Hubo un número indeterminado de muertos y también se constata la violación de mujeres por estas mismas fuerzas.

1947- MASACRE DE RINCÓN BOMBA FORMOSA. Mil quinientos aborígenes pilagá, (incluidos niños, mujeres y ancianos) que intentaban realizar una marcha, son ametrallados por la Gendarmería Nacional

1955- BOMBARDEO A LA PLAZA DE MAYO. Los militares bombardean a civiles movilizados a la Plaza de Mayo para defender a un presidente legal.

1956- FUSILAMIENTOS DE JOSÉ LEÖN SUÄREZ civiles y militares (General Juan José Valle), que defendieron el orden constitucional y fueron fusilados en el baldío de José León Suárez, ocurridos antes de que se decretase la Ley Marcial firmada por el General Aramburu.

1960- PLAN CONINTES, represión sistemática del estado durante el gobierno constitucional del Dr. Arturo Frondizi. El plan Conintes autorizaba a los militares a hacerse cargo de los civiles opositores políticos participantes de huelgas obreras para reprimir, encarcelar, torturar.

1962- PRIMERA DESAPARICIÓN, sin conocimiento de destino, del obrero metalúrgico Felipe Vallese.

1972- MASACRE DE TRELEW. Dieciséis luchadores populares, miembros de las agrupaciones FAR. Montoneros y ERP, presos en el penal de Rawson fueron ametrallados en la Base Aeronaval Almirante Zar, cerca de Trelew

1973- MASACRE DE EZEIZA. La llegada definitiva de Perón, luego de años de exilio, suscitó el ataque de la derecha peronista a los sectores de FAR y Montoneros por el control de la situación. Jorge Manuel Osinde, hombre vinculado a la AAA tenía la orden de impedir el acercamiento de la izquierda peronista. Cuando las columnas de la FAR y Montoneros intentaron ingresar, fueron sorpresivamente atacadas a tiros desde el palco por los hombres de Osinde. Hubo trece muertos y trescientos sesenta y cinco heridos.

1974- MASACRE DE PACHECO. La noche del 29 de mayo de 1974, el local del Partido Socialista de los Trabajadores en Gral. Pacheco fue asaltado por una banda de la Triple A. “Sonó primero un silbato, similar a los que usa la policía. Luego un disparo y tras un diminuto intervalo, una ensordecedora ráfaga de ametralladora. De inmediato, violentando la puerta y saltando desde los techos y la terraza, quince matones asesinos, provistos de armas largas, entraron a golpes e insultos. Los seis compañeros que se hallaban reunidos fueron arrojados al suelo y pateados, mientras los otros entraban a las salas y quemaban y destruían todo a su paso. Luego con la cabeza llena de sangre por los golpes, los seis compañeros fueron obligados a entrar a los autos. A pocas cuadras del lugar, las tres compañeras fueron bajadas del auto y obligadas a retirarse. Los coches prosiguieron viaje con rumbo desconocido, llevándolos en sus baúles. El 30 a la mañana, los cadáveres de Meza, Zidda y Moses, aparecieron en Pilar, acribillados a balazos. Tres compañeros pudieron escaparse por los fondos” (Avanzada Socialista 4/6/74).

1974- MASACRE DE CAPILLA DEL ROSARIO, Catamarca. La “Masacre de la Capilla del Rosario” del 11 de agosto de 1974 fue ordenada por el segundo jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, general Antonio Vaquero. Las autopsias y testimonios acreditan que dieciséis combatientes del PRT- ERP se entregaron con vida tras rendirse y junto a tres militantes de la Juventud Obrera Católica fueron arrojados desde un helicóptero al lado de la Capilla del Rosario. Una acción en la que participó entre otros, el teniente Nagakama. La masacre ocurrida en el “Cañadón de los Walther”, como realmente se conoce al lugar ubicado al oeste de la ruta provincial Nº 1 y a unos 15 kilómetros de la capital provincial, se produjo un par de años antes de la dictadura militar, en pleno gobierno constitucional, que tenía en la provincia a Hugo Mott como gobernador y en la Nación a Isabel Martínez de Perón como presidenta.

1974 MASACRE DE LA PLATA Hace 32 años se llevaba a cabo un duro conflicto en Petroquímica Sudamericana (Hilandería Olmos), la actual Mafissa donde continúan los mismos dueños, los Curi. El 4 de septiembre, cinco jóvenes militantes del PST (grupo trotskista) se dirigían a la fábrica a llevar lo recaudado para el fondo de huelga. Fueron interceptados y secuestrados. Aparecieron en la madrugada del 5 acribillados a balazos en el paraje La Balandra de Berisso. Tres compañeros que enterados de su secuestro salieron a denunciar el hecho fueron secuestrados a metros del local central del PST en pleno centro de la ciudad de La Plata, y aparecieron horas después también fusilados.

1975- MASACRE EN VILLA CONSTITUCIÓN. El 20 de marzo la patota de la UOM, junto con el jefe de producción y de personal de Acindar, policías, militares y miembros de la Juventud Sindical Peronista utilizaron más de cien autos para allanar domicilios, secuestrar y torturar a activistas, la mayoría obreros integrantes del sindicato clasista de gran influencia en la zona. Se registraron más de veinte muertos y varios desaparecidos. Hubo doscientas detenciones, entre ellos delegados paritarios. El mismo día que fue intervenido el sindicato de la UOM en Villa Constitución, también lo fue la Fotia de Melitón Vazquez, últimos baluartes del sindicalismo clasista y combativo.

21 DE MARZO DE 1975- MASACRE DE PASCO, Temperley

21 DE MARZO DE 1975- MAR DEL PLATA. En la madrugada del 21 de marzo grupos operativos de La Plata y Buenos Aires, se sumaron a la CNU de Mar del Plata para secuestrar y asesinar al militante de la Juventud Peronista, Enrique “Pacho” Elizagaray. Esa noche, alertado de la cacería organizada por la CNU local decide refugiarse en la casa de su tío Jorge Enrique Videla. A pesar de las medidas adoptadas fue secuestrado junto a su tío y sus dos primos Guillermo Enrique de 22 años y Jorge Lisandro de 16 años. Sus cuerpos fueron hallados en el barrio Montemar. También el médico Bernardo Goldenberg fue llevado de su domicilio y hallado muerto en las afueras de Mar del Plata. Según testimonios, los crímenes fueron hechos para vengar el homicidio del CNU Ernesto Piantoni

AGOSTO DE 1975- En la zona de Punta Lara fueron encontrados cinco cadáveres de jóvenes militantes de Partido Socialista de los Trabajadores

1 DE DICIEMBRE DE 1975- Siete cadáveres, una mujer entre ellos fueron acribillados a balazos y colocados dentro de un automóvil que dinamitaron. La organización que se atribuyó el atentado fue Dios, Patria o Muerte

4 DE DICIEMBRE DE 1975- El Comando Libertadores de América, Pelotón General Cáceres Monié fusiló a nueve estudiantes a pocos kilómetros de Córdoba capital. Los cuerpos fueron hallados con las manos y los pies atados y un lienzo cubriéndoles los rostros. Una nota firmada por el comando decía que los nueve jóvenes fueron acribillados por pertenecer a una organización subversiva, apátrida e internacional

11 DE DICIEMBRE DE 1975- Seis cadáveres fueron encontrados en las cercanías de La Plata con no menos de cincuenta impactos de bala en el cuerpo. Las víctimas eran obreros de frigoríficos de la zona y de la destilería YPF. Todos eran jóvenes y habían sido secuestrados la noche anterior en la zona de Berisso.


2 Hostigamiento

En esta etapa comienzan a acorralar al “otro”, al diferente mediante una normativa jurídica que cercenaba derechos constitucionales, pero también, a través de marcajes, detenciones, persecuciones, provocaciones, acciones directas de violencia, secuestros y asesinatos. El objetivo era lograr que el otro, el diferente no logre difundir su visión de la realidad alternativa, simultáneamente instalaron en la sociedad, la idea de que a través de una violencia contundente podían imponer su propia forma de percibir la realidad.

La Triple A fue una de las bandas parapoliciales responsables de esta fase del genocidio, en concomitancia con las otras fuerzas represivas y civiles afines.

HOSTIGAMIENTO LEGAL

El hostigamiento y la violencia estatal se llevaron a cabo en el plano legal. Se implementó una normativa jurídica que legitimó el principio de exclusión y eliminación, cercenando derechos civiles, libertades democráticas. En enero de 1974 se promulgó la Reforma del Código Penal que contemplaba severas penas contra los terroristas. Así hubo leyes de purga en la administración pública, leyes de intervención universitaria, clausura de casas de estudio, cierre de medios de prensa, prohibición de circulación de literatura marxista.

En octubre de 1973 se dictó el decreto 1774/73 por el que se prohibían alrededor de 500 títulos de literatura, presuntamente subversiva. Entre otros autores censurados figuraban: Mao Tse Tung, Lenin, Trotsky, Rosa de Luxemburgo, Eduardo Galeano, José María Rosa, Jorge Amado y León Tolstoy.

El 4 de enero de 1974, la Policía Federal allanó en Buenos Aires las librerías Fausto, Atlántida, Rivero y Santa Fe. Los empleados fueron detenidos por difundir libros de Héctor Lastra, Marcelo Pichón Riviere, Enrique Medina, Manuel Puig. Todos los ejemplares fueron secuestrados.

En febrero de 1974, clausuraron el diario del PRT-ERP, “El mundo”, días previos la Jotaperra, había tiroteado el diario durante veinte minutos. Otro caso de censura se registró durante el mes de abril de 1974, cuando clausuraron la revista “El Descamisado”, semanario montonero que había publicado la foto de un policía matando a un manifestante en una movilización hacia la Casa Rosada. La continuación del semanario fue “El Peronista” que sólo logró sacar a la luz unos pocos números, porque también fue censurada, aunque logró cubrir el acto del 1 de mayo y la expulsión de los Montoneros de la plaza bajo el título:”General: El Peronismo no está de acuerdo” Luego, “El Peronista” fue reemplazado por “La Causa Peronista” que tras la publicación del secuestro y muerte de Aramburu fue clausurada.

También cerraron, en el mes de junio de 1974, la revista” Militancia Peronista para la Liberación”, dirigida por Eduardo Duhalde y Ortega Peña. La revista fue sustituida por otra llamada “De Frente”, igualmente clausurada a los pocos meses.

En septiembre de 1974 se promulgó la ley antisubversiva o de Seguridad Nacional que habilitaba a combatir al otro, al diferente, al subversivo. En el mismo mes, el diario montonero “Noticias” fue clausurado por una nota que denunciaba la represión a cargo del comisario Villar en el cortejo fúnebre a Ortega Peña, asesinado por la AAA.

Mediante un decreto del Poder Ejecutivo declaran ilegal a la organización Montoneros.

En noviembre de 1974 se impuso el estado de sitio, hasta la llegada de la democracia, en 1983. Finalmente en el mes de febrero de 1975 se firmó el decreto del Poder Ejecutivo, suscrito por Ruckauf y López Rega en el que se dio la orden de aniquilar la subversión en la provincia de Tucumán. El llamado operativo Independencia estaba comandado por el general de brigada Acdel Vilas, por lo tanto, quedaba legitimado y sistematizado el exterminio.

Hostigamiento o violencia física

La etapa de violencia durante el período democrático, en Lomas de Zamora, comenzó con la muerte de Germán Gabio, un joven militante de la Juventud Peronista de Banfield que recibió heridas de extrema gravedad, el día de la asunción de Cámpora. Se había ubicado en un sector aledaño a la Plaza de Mayo y desde allí fue masacrado. Entre otros hechos de amedrentamiento, en Lomas de Zamora, se registró el 19 de febrero de 1974, el secuestro del militante de la Juventud Peronista, Hugo Kuhlman. Ocho hombres que dijeron ser de la policía, se lo llevaron de su casa en la calle San Roque, casi 25 de mayo, al lado de la Unidad Básica Gustavo Ramos. La denuncia en contra de los militantes la hicieron los padres del comisario Beto Aranguren, conocido torturador de la Comisaría de Temperley. En el mismo mes balearon la casa del concejal de la JP Hugo Sandoval.

El 25 de marzo de 1974 se sancionó la Ley 20.654 o Ley Taiana, Esto significó la renuncia de todos los rectores de las universidades nacionales, entre ellos Pedro Bustos y su reemplazo por Máximo Osvaldo Bezzi, funcionario actuante durante la dictadura de Onganía, quien suscitó el repudio de los jóvenes estudiantes a través de la movilización y ocupación de la universidad. Más de ochocientos alumnos se concentraron frente al Ministerio de Educación para apoyar la gestión de Bustos y la continuidad de su política. El 31 de marzo de 1974, Hugo Hansen, militante de la Juventud Universitaria Peronista y estudiante de la carrera de Comunicación Social, golpeó la puerta del edificio de la universidad, en la calle Hipólito Yrigoyen al 8300, con la intención de incorporarse al grupo que sostenía la toma de la universidad, cuando desde un automóvil le dispararon. Hugo Hansen falleció a las horas de ocurridos los hechos. Los responsables: La Triple A. En esa oportunidad, el delegado de la zona sur de la JP, Pablo Ventura, responsabilizó al gobierno popular, porque permitía la existencia de grupos parapoliciales y de personajes como Margaride y Villar. También aclaró que se trataba de maniobras tendientes a desvirtuar un proceso de liberación y que se utilizaban a sectores infiltrados dentro del movimiento.
Patricia Romero, relata que su padre Pitaco, junto a sus tías y otros compañeros tenían una Unidad Básica en la calle 25 de Mayo, en la bajada del puente que une Turdera con Temperley, y que un día la ametrallaron, por eso tuvieron que cerrarla. Anteriormente su padre había sido víctima de persecuciones y seguimientos. En esa época, Ana María Romero y Cristina que sólo contaba con 15 años, ambas hermanas de Pitaco fueron secuestradas, maltratadas y luego liberadas. En realidad se trataba de un aviso para Pitaco.

En el mes de septiembre de 1974, la policía, en una actitud persecutoria como en las peores épocas de la dictadura, requisó una camioneta que se encontraba estacionada en la plaza Grigera y encontró volantes del PRT-ERP. En ella viajaban Ricardo Mónaco y Raúl Batallés. La detención y encarcelamiento de los militantes dio con la imprenta del ERP en la calle Fymba 78 y Garibaldi, cercana a la Algodonera LLavallol, allí detuvieron a Alicia Bello. En el mes de noviembre de 1974 la policía encarceló a un grupo de militantes de la Juventud de Trabajadores Peronistas que solían reunirse en la pizzería “Los gordos”, ubicada entre las calles Balcarce y Alsina. Su propietario, Juan Modugno, era un soplón de la policía.

Mario Vicente Fernández Rodríguez y su esposa Adriana Drangosh eran militantes de PRT Fracción Roja. Vivían por la zona de Villa Galicia con su beba Lirolay. El 13 de diciembre de 1974, Coordinación Federal intentó allanar la casa, se produjo un tiroteo, en el cual antes de caer, el gallego Fernández baleó a un oficial de Coordinación. Adriana logró salvar a la bebé, arrojándola a la casa del vecino.

Otro caso de violencia directa en manos de la Triple A lo constituye el asesinato de Yolanda Mezza. Ella tenía 20 años, vivía en el barrio El Faro, cerca de la Escuela Nº 48 de Lomas de Zamora. Provenía de una familia peronista. Sus hermanos eran militantes de la Juventud Peronista. Yolanda era una activa militante de la zona de capital. Tuvo que escaparse, porque la seguían, finalmente la secuestraron en General Pacheco, Tigre el 6 de enero de 1975, junto a Haydee Reynoso de la Agrupación Evita, José Vera, el matrimonio Abundio Barraza y Olga Rodríguez, de la agrupación Montoneros, mientras repartían juguetes a los chicos del barrio. El 10 de enero de 1975 fueron asesinados por la policía, sus cuerpos aparecieron en Reullane y la Ruta Provincial 205, Roque Pérez. La J.P. y sus familiares la buscaron por todas partes hasta que les informaron dónde estaba. Héctor Lencina fue a buscar su cuerpo.

El 20 de febrero de 1975 asesinaron a Sergio Alberto Escot, militante de la J.P.En abril de 1975 apareció sin vida el cuerpo de Mario Vilote, oriundo de Temperley en una zanja de la zona de Calzada.

Julio Montoto tenía 22 años, había nacido en Lomas de Zamora y era militante del PRT- ERP. El 12 de septiembre de 1975 se encontraba en su casa de Florencio Varela junto a su esposa, su bebé y otros compañeros de militancia cuando los acribillaron con una bazooka.

La hija de Ignacio Rodríguez recuerda que a su papá lo perseguían y que regresaba a su casa lastimado hasta que finalmente lo secuestraron de su domicilio en la calle Santiago del Estero, barrio San José, en octubre de 1975, a la semana siguiente asesinaron a su vecino el señor Cuello, en un colectivo. Ambos eran militantes peronistas

Mario Alfredo Stirnemann de la JP de Olavarría fue secuestrado, desaparecido, el 3 de Noviembre de 1975 en una calle de Temperley, cuando caminaba rumbo a su trabajo. Sus parientes denunciaron el caso pidiendo su liberación, o información sobre que le había pasado, sin ningún resultado.

El 19 de diciembre, Coty, María del Valle Santucho participaba de una de las reuniones de célula del PRT-ERP con otros dos compañeros en una casa operativa de Lomas de Zamora. Sorpresivamente irrumpió una unidad policía y los tres fueron detenidos-desaparecidos.

Hugo Francisco Colautti pertenecía al PRT-ERP. Lo detuvieron hacia fines de diciembre de 1975 y antes de desaparecer estuvo secuestrado en varios centros de reclusión ilegal. Su hermana logró verlo, luego de muchos percances. Él tenía los brazos con quemaduras de cigarros. Los genitales marcados por las torturas con la picana eléctrica. Los ojos amoratados. Y le faltaban dientes.

El 29 de diciembre de 1975, Carlos Alberto Lago viajó a Córdoba representando a la empresa donde trabajaba. Lo secuestraron en el micro, junto a cinco personas más. Ni los pasajeros, ni el chofer quisieron hablar. Él estaba en el área de finanzas. Trabajaba en una empresa de la organización cuya ganancia no se distribuía entre los socios; ellos tenían un sueldo y el resto era para financiar a la organización Montoneros.

El 5 de enero del 76 se llevaron a Pitaco Romero, Héctor Segura, Susana Segura y parte de su familia, porque requisaron la casa y hallaron un mimeógrafo. Ellos pertenecían a la agrupación Montoneros. Susana estuvo cinco años presa, la liberaron junto al resto, menos a Héctor Segura y a Pitaco. Contó que Héctor, Pitaco y ella fueron trasladados a Puente 12, cada uno en celdas contiguas. La rutina era la siguiente: por la mañana se llevaban a uno para torturarlo, lo devolvían a su celda y se llevaban al otro, hasta que al tercer día uno no regreso, al siguiente el otro.

El 20 de enero de 1976, un grupo de policías de civil (probablemente pertenecientes a la Triple A) irrumpió a plena luz del día en la casa de La Plata de Guillermo Savlof. Tiempo después encontraron su cadáver acribillado a balazos en un descampado. Guillermo Savlof fue el primer director del turno noche del Instituto Lomas, pedagogo y profesor de la UNLP

Según el ex-concejal Infantino por el partido Federal: “Cada dos por tres aparecía un muerto en el Camino Negro, nadie sabía nada. Todo era producto de la guerra interna entre el lopezreguismo y otros sectores del peronismo. Lomas era el nudo más fuerte en donde ocurrían estos hechos”.

3 El aislamiento político de las fuerzas contrahegemónicas

Las prácticas sistemáticas de debilitamiento y aniquilación del diferente, del otro comenzaron con el aislamiento político, inhabilitando las actividades, los cargos de los sectores más progresistas dentro del espacio institucional, a la par que iban construyendo el discurso del enemigo subversivo en el plano simbólico y jurídico para arremeter contra la fracción social a exterminar.

Luego del 25 de mayo de 1973 comenzaron a distribuirse espacios de poder dentro del orden institucional nacional y regional. Los ministerios fueron ocupados por Ricardo Otero, vandorista, secretario de la UOM, en Defensa y Justicia Ángel Robledo y Antonio Benítez, peronistas tradicionales, ortodoxos. En Economía José Gelbard, representante de la burguesía nacional. José López Rega en Bienestar Social. Por otro lado, Jorge Taina, en Educación mantenía buenas relaciones con la J.P. Esteban Righi en Interior y Juan Carlos Puig en Exteriores, ambos fueron los más jóvenes del ministerio y los más afines al camporismo, resultaron ser los mejores aliados a la Juventud Peronista. De tal modo que de ocho ministerios, sólo tres fueron afines a la Juventud Peronista. Luego de la renuncia de Cámpora, Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados y yerno de López Rega, asume como presidente provisional y resuelve destituir a Righi y a Puig para reemplazarlos por Benito LLambí y Alberto Vignes. Según Pigna el 13 de julio de 1973, Cámpora y Lima fueron forzados a renunciar por los sectores tradicionales del peronismo con la anuencia de Perón.

Con respecto a las bancadas en la legislatura, la Tendencia ocupaba el 25 % de las mismas, el resto era manejado por el sector político y sindical más ortodoxo. La dirección de la UBA estaba a cargo de Rodolfo Puiggrós y en EUDEBA, Arturo Jauretche.

Los gobiernos de cinco provincias comenzaron a ser jaqueadas en la disputa por el poder hegemónico. En noviembre de 1973 emprendieron el ataque contra Formosa, desde el gobierno central ordenaron la intervención de los tres poderes en la provincia a partir de una compulsa por la repartición de cargos entre sectores del sindicalismo ortodoxo, ligado a los terratenientes y por el otro lado, el gobernador Gauna, afín con sectores de la juventud peronista.

El ataque al cuartel de Azul, el 19 de enero de 1974 perpetrado por el PRT-ERP da pie a reacciones por derecha y facilita la pérdida de los espacios
institucionales de poder de la Tendencia Revolucionaria.

A los pocos días del ataque al cuartel de Azul, Oscar Bidegain resulta desplazado, ya que lo consideraban proclive a la subversión, y lo reemplazan por Victorio Calabró, hombre de derecha, apoyado por el sindicalismo ortodoxo, la patronal y la iglesia.

Durante el mismo mes, Perón lanza la Reforma del Código Penal. Esto ocasiona un encuentro entre ocho legisladores de la tendencia y Perón para discutir la Reforma del Código Penal, sobre todo dos artículos que aludían a la asociación ilícita, condenando las actividades guerrilleras a penas mucho más duras que las vigentes en la dictadura. Los legisladores temían que fuera una maniobra para perseguir a las organizaciones armadas. Perón les responde: “El que no está de acuerdo se va”. Esto motivó la renuncia de los ocho diputados nacionales a sus bancas: Armando Croatto, Santiago Díaz Ortiz, Jorge Giellel, Anibal Iturrieta, Carlos Kunkel, Diego Muñiz Barreto, Roberto Vidaña y Rodolfo Vittar. Luego, el Consejo Superior Peronista los expulsó.

El 28 de enero Alberto Villar, oficial retirado es nombrado Subjefe de la Policía Federal y Luis Margaride, Jefe de Superintendencia de Seguridad.

Al mes siguiente, el jefe de la policía de Córdoba, Antonio Navarro organiza un golpe de estado en la provincia con apoyo de empresarios, sectores sindicales burocráticos, de la iglesia, militares. Destituyen al tercer gobernador popular Ricardo Obregón Cano y a su vice, Atilio López (protagonista del Cordobazo), proclives a la vanguardia obrera-estudiantil. En realidad era una disputa por el aparato del estado que trascendía la lucha entre peronismo de derecha y de izquierda. Perón envía al Ministro del Interior Llambi, quien destituye a Navarro pero no recupera los cargos para Obregón Cano y López, también los destituye y designa interventor al brigadier Lacabanne quien expulsa a Salamanca y sus partidarios por orden de los empresarios del SMATA.

En junio de 1974, el gobernador de Mendoza, Alberto Martínez Bacca, renuncia a partir del juicio político pedido por los sectores de derecha, luego intervienen la provincia, sería la cuarta provincia aislada de los sectores más progresistas.

Cepernic, gobernador de Santa Cruz fue destituido, acusado de propiciar la infiltración de elementos antinacionales, de ser líder de la Tendencia y de los grupos marxistas, finalmente la provincia fue intervenida en octubre de 1974.

En menos de un año, los espacios políticos que ocupaba la Tendencia se fueron desmoronando, en cambio se intensificó la ofensiva desde los sectores reaccionarios de derecha.

La muerte de Perón, el 1 julio de 1974 hizo recrudecer la persecución y el desplazamiento de los espacios institucionales que aún cubrían los sectores combativos, así el ministro Taiana fue reemplazado por el derechista Ivanissevich y Puiggrós sustituido por el reaccionario Ottalagano
En noviembre, Miguel Ragone, gobernador de Salta corre la misma suerte que sus antecesores (Obregón Cano, Cepernic, Martínez Bacca, Bidegain y Antenor Gauna) la derecha peronista y la burocracia sindical vandorista califican a Ragone de marxista infiltrado y militante montonero, así que desde el gobierno central ordenan la intervención de la provincia y la destitución de Ragone.

Hacia fines de 1974 comenzó a funcionar el Centro clandestino la Escuelita de Famaillá y el Conventillo de Fronterita, en la provincia de Tucumán.
En el lapso de un año los espacios políticos participativos fueron cerrándose para la Juventud Peronista- Montoneros. Paralelamente, el accionar de la AAA con la anuencia del estado, sumado a la construcción del discurso del otro como terrorista-subversivo desde el plano jurídico y comunicacional resultaron unos de los factores decisivos en la lucha por dos modelos de país opuestos

El aislamiento político en Lomas de Zamora

En el año 72, la J.P. de Lomas tenía el Comando electoral, fruto del poder y de la capacidad de convocatoria y movilización que habían conseguido, así que a partir de distintos acuerdos entre ellos con la Agrupación Evita lograron que Turner entrara como concejal, pudiendo haber designado a gente de la J.P. Pero ellos respetaban lo que se acordaba, según recuerda Hugo Sandoval, ex concejal de la JP.

Asimismo, Perdía describe la fuerza política con la cual contaba Lomas, diferente a otros distritos e incluso al resto del país. Tenía gran influencia sobre el partido justicialista, cosa que no había en otros lados, Lomas contaba con un asentamiento territorial, grupos de la UES (estudiantes secundarios), de JUP (estudiantes universitarios), JTP (trabajadores peronistas), etc., es decir todas las organizaciones presentes en otros lugares, pero con la diferencia de que en Lomas, la incidencia de estas agrupaciones sobre el aparato del Partido Justicialista era muy importante. Es uno de los motivos, por los cuales en el armado de la lista, para las elecciones de 73, quienes manejaron la contienda fueron los grupos de la Juventud Peronista de Lomas. Perdía reconoce que la agrupación Montoneros no se abocó de lleno a la contienda política, porque orgánicamente no le dieron mucha importancia, no tenían mucha fuerza para dar esa pelea, no la conocían, no tenían experiencia en ese campo. La mayoría no sabían cómo moverse políticamente en ese espacio desconocido. Además, hicieron poco esfuerzo en ese sentido, y las escasas energías que pusieron fueron muy débiles como para contrarrestar el aparato que habían montado ellos, quienes cambiaron las listas, las trucaron. En cambio, en Lomas de Zamora se pudo dar esa pelea, porque la Juventud Peronista tenía un peso enorme dentro del aparato del P.J Del mismo modo que las tensiones nacionales se cristalizaban en el país, las regiones reproducían la misma dinámica. Lomas de Zamora contaba con un importante desarrollo político de la Juventud Peronista.

El ex concejal Sandoval diría:” Hacia fines del 72, nosotros como J.P. fuimos los que armamos la lista del FREJULI en Lomas de Zamora, convocando a todos los sectores: Impusimos el 25% para cada rama (política, gremial, femenina y la juventud).

A los dos meses de ocupar el cargo de intendente, Ricardo Alberto Ortiz, fue suspendido en sus funciones, sólo permaneció en el cargo dos meses, por denuncias en contra de los secretarios de Bienestar Social, Osvaldo Mércuri y de Obras Públicas, el ingeniero Daniel Ríos y el exdirector de Asuntos Legales de la comuna, Pablo Surraco. Las denuncias se basaban fundamentalmente, en los sucesivos problemas sufridos por los empleados públicos y contribuyentes, que ocasionaba una guardia armada dentro del Municipio, quienes portaban armas de guerra, compradas a través de la Municipalidad. Duhalde pidió la suspensión del intendente. Todos los concejales votaron afirmativamente. Una comisión investigadora, integrada por los concejales titulares, presidida por Héctor Lencina y Francisco Maríncola como secretario sería la encargada de observar y analizar los hechos. Turner reemplazó a Ortiz y Duhalde se hizo cargo de la presidencia del Concejo Deliberante.

Pedro Pablo Turner, intendente provisional, comenzó su amplia labor tomando contacto con los más necesitados y sus urgencias. Así, visitó el barrio Santa Rosa, en Temperley, la sala de primeros auxilios y la escuela del barrio que se habían levantado con el esfuerzo de los vecinos. La Juventud Peronista local lo recibió y entre todos le hicieron saber los problemas de la zona. En la visita, saludó a todos diciendo:”Pese al puesto que ocupo, soy hombre del pueblo y con función de tal trabajaré para todo Lomas. El gobierno del pueblo será a puertas abiertas y nadie dejará de ser atendido con la deferencia y el calor que se merece, cualquiera sea el problema o la preocupación que exponga”.

Pese a las trabas que desde la Secretaría de Finanzas y otros puestos de trabajo no afín con el sector de Turner, logró gestionar un trabajo conjunto entre Segba y el Sindicato de Luz y Fuerza. Para el 22 de diciembre del 73 se inauguró la iluminación del Camino Negro que conduce a Puente La Noria. Doscientos operarios trabajaron durante veintiocho días en una extensión de ocho kilómetros, instalando trescientos sesenta focos a lo largo de la ruta.

Los primeros días de enero, Turner separó del cargo al director de Acción Social, Carlos Álvarez. Esto ocasionó, por un lado, la manifestación de disconformidad por parte de las agrupaciones Falcón y Brandaza del barrio Los Pinos, Cogorno de LLavallol, Soberanía y Libertad de Ingeniero Budge, Eva Perón de Villa Independencia, Josè Valle de Villa Albertina. También la Rama Femenina del Movimiento Justicialista reaccionó rápidamente interpelando a Turner e imponiéndole la necesidad de integrar la Secretaría de Bienestar Social. Estos hechos profundizaron los enfrentamientos sectoriales y desencadenó la reacción de adherentes a la línea política de Turner, quienes movilizaron un millar de personas al Palacio Municipal, para brindar su apoyo a Turner. Las columnas integradas mayoritariamente por jóvenes, entonaron cánticos partidarios y adversos a ciertos sectores. El grueso de los manifestantes se congregó en el despacho de Turner, a quien ovacionaron cuando ingresó. Un representante hizo explícita su adhesión a Turner y a sus colaboradores. Francisco Léster, secretario de gobierno respondió:”Se trata de una acción palanidista, concretada por un grupo determinado, cuya finalidad es conseguir la intervención del distrito”. La Unión Pag 1 del 9 de enero de 1974. Luego, Turner informó que la Rama Femenina sería integrada a la Secretaría de Acción Social y agregó que los miembros del Departamento Ejecutivo gozaban de su plena confianza”.Los manifestantes, luego se trasladaron hasta el CD y se ubicaron en el sector destinado al público. Allì siguieron entonando cánticos y expresiones de apoyo a Turner, solicitaron el juzgamiento de cuatro concejales del FREJULI por su participación sectorizada en el conflicto
Duhalde, Lencina y Hernández consignaron la necesidad de tomar la denuncia e investigar los hechos.

Durante el mes de marzo y abril del 74, Turner fue interpelado reiteradas veces por el CD, debió responder a las requisitorias de los concejales en cuanto a “la habilitación de un maduradero de bananas y un subsidio a un estadio de atletismo”. Dichas cuestiones suscitaron un largo debate, cuyas conclusiones pasaron a estudio y despacho de la comisión investigadora. Las sesiones se llevaron a cabo con un gran despliegue de efectivos policiales que impidieron la presencia del público. No obstante las continuas requisitorias, Turner continuó con su labor y para el mes de mayo concretó el plan de electrificación en los barrios de Villa Albertina y Santa Marta. El convenio firmado con Segba permitió recibir los materiales necesarios para llevar a cabo el operativo.

Los últimos días de abril, distintos pedidos realizaron las instituciones populares, entre ellas, la Sociedad de Fomento Villa La Perla, quienes reclamaron por el aumento desproporcionado de los impuestos. Exigían que se cumpla lo pautado en el CD:”cobrar más a quines más tienen” y pidieron la fiscalización a las grandes empresas evasoras por parte de las Sociedades de Fomento.

El intendente Turner, atento a las inquietudes populares solicitó a la semana siguiente, una reunión general con el contador Ángel Sormani, con el Secretario de Economía y Hacienda, Carlos Rosende, el Director de Ceremonial, Juan Valdez y el Subdirector de Asuntos Municipales, Sr Garófalo, planteando los temas preocupantes de la comuna.

A los dos días de ocurrida la reunión, Turner decidió separar de sus funciones a Carlos Rosende, Secretario de Economía y Hacienda, a pesar de su resistencia a abandonar el cargo. La medida según consta en un comunicado posterior, hecho público por Luis María Roberto, Secretario privado de Turner, se basaba en el sucesivo boicot que realizaba Rosende para la obtención y distribución de finanzas, trabando el accionar municipal. Luego designó a Elías Fort como su reemplazante.

Al día siguiente, un grupo de concejales del Frejuli elevaron a la Secretaría del CD el pedido de juzgamiento de la labor de Turner
Dos días después de la destitución de Rosende, el Sindicato de Municipales se declaró en estado de alerta y calificó como un solapado ataque al gremio por parte del DE de la Municipalidad ante la respuesta a los dieciocho puntos presentados por el gremio con represalia en la persona de Rosende.

La Comisión directiva y el cuerpo de delegados resolvieron en la reunión del 10 de mayo:1) Declarar al gremio en estado de alerta 2) Declarar al cuerpo de delegados en sesión permanente 3) Difundir el temario de los dieciocho puntos 4) Solidarizarse con Rosende 5) Informar de la situación al CD. A esta situación los municipales denunciaron la inseguridad en el cobro de haberes del mes de marzo, la negativa del pago de aumentos dados por el Poder Ejecutivo Nacional y las anomalías ocurridas en el hospital Gandulfo.

El enfrentamiento entre el Sindicato de Municipales y el DE de la Municipalidad derivó en un paro parcial de los trabajadores municipales para el 13 de mayo, quienes acudieron al segundo piso en busca de respuestas a sus pedidos. Turner, en compañía de Lèster, titular de gobierno, los recibió y les dijo:”Como peronista y obrero no podía dejar de hablar con el personal, instándolo a deponer su actitud e indicando que los dieciocho puntos ya tienen respuesta y que en los próximos días iba a ver una reestructuración del DE” La Unión pag 1 14 de mayo de 1974.

Hubo aplausos de un sector y réplicas de otro. Luego, Léster intentó hacer uso de la palabra, pero el griterío se lo impidió. Turner se retiró del recinto dejando a Javier Rodríguez, director de Cultura, en su lugar. La confusión y la situación caótica impidieron a Rodríguez expresarse. Ese mismo día, el secretario del Sindicato de Municipales, Carlos Fernández, acudió a la Federación Bonaerense, ente que nuclea a los trabajadores municipales de toda la provincia. La Federación manifestó su apoyo y garantizó gestionar el tema en La Plata. El conflicto suscitó la división de fracciones en el seno del municipio. Inmediatamente, el secretario privado del intendente, Luis María Roberto, a través de un comunicado hizo pública la evaluación político-institucional. I) Turner dispone la cesantía de Rosende, fundamentada por el desmanejo de dicha secretaría en lo que a política para la obtención de créditos para obras de infraestructura se refiere, mucho más grave es la defectuosa efectivización de todo el organismo municipal, llegando a ocasionar graves inconvenientes financieros con respecto a los trabajadores municipales en lo referente al pago de sueldos, horas extras y aumentos salariales. Por ello, el intendente entiende que el accionar de Rosende atenta directa y gravemente contra el pacto social. La Comisión directiva del sindicato de trabajadores municipales pergenia un paro del personal en defensa del secretario Rosende, argumentando el incumplimiento de los dieciocho puntos, de justificados reclamos gremiales que ya el ejecutivo había aprobado, implementando muchos de ellos y disponiendo de común acuerdo la formación de una comisión que evaluase las formas de poner en vigencia alguno de ellos”.

Como respuesta al comunicado del Departamento Ejecutivo, el sindicato de municipales, lanzó otro en el que decía:”… cursa sus actuaciones la Federación y establece un compás de espera resolviendo: I) Declarar personas no gratas a los secretarios de gobierno Francisco Léster, de Obras Públicas, Jorge Magide, de Bienestar Social, Arturo Payaslian, al Director de Cultura, Javier Rodríguez, Director de Inspecciona general Carlos Gugliamelli, Subsecretario de Promoción y asistencia a la comunidad, Roque Gioia, Director de ceremonial, Juan Valdez 2) No aceptar las proposiciones de los matones y mantenernos unidos en estado de alerta en nuestros puestos de trabajo, esperando las resoluciones de la Federación Bonaerense hasta conseguir la aprobación de los dieciocho puntos…, manteniendo la solidaridad con Rosende 3) Apoyo unánime al CD.

Al día siguiente el CD se reunió para juzgar la conducta de Turner. La destitución del secretario de Hacienda, Rosende, marcó un punto de tensión y
fragmentación de distintos sectores. La guardia policial, con armas largas y perros adiestrados distribuidos a lo largo de la Plaza Grigera, impidieron la presencia del público. La sesión programada para esa noche comenzó una hora más tarde a fin de que los bloques pudieran acordar criterios. Ni bien comenzó la sesión, la comisión investigadora integrada por los concejales Jorge Infantino, Horacio Gallardo y Jorge López enumeraron los cargos contra Turner: Higiene, Seguridad y Salubridad. El CD votó mayoritariamente la suspensión del intendente por noventa días y su reemplazo por el presidente del CD Eduardo Duhalde. Hubo veinte votos positivos y tres pertenecientes a la Juventud Peronista, por la negativa.

En esa ocasión, el concejal Dolinsky de la J.P. expresó la opinión de su bloque separado recientemente del Frejuli.:”No estamos de acuerdo con la suspensión del compañero intendente municipal, no porque no hayan existido fallas administrativas, sino porque se utilizaron para ella elementos netamente políticos”…

“Se interpeló con respecto a los puestos callejeros y hay concejales con intereses en algunos de ellos: han sido vistos atendiendo al público”.

“Con respecto al caso del hospital Gandulfo, se habla de cuidar el dinero del pueblo y se compran elementos no imprescindibles, como si ese dinero no fuera del pueblo”.

“Que garantía tenemos de tener justicia, cuando todo ha sido preparado con anterioridad y cuando ya se está montando a través de funcionarios del DE el aparato de mentiras e infamias a través de trascendidos y rumores”.

“Como avalar la formación de una comisión investigadora o eventualmente integrarla cuando se realizó una interpelación para averiguar porque no se cumplen algunas ordenanzas y luego en la reunión de la comisión de obras públicas, la primera de este año se dice que hay cosas más importantes que esa ordenanza ?. “Caso concreto el de la Granja Integral”.

“Se dirá de evitar enfrentamientos con grupos antagónicos, pero resulta que los provocadores de esos enfrentamientos son asiduos concurrentes a los despachos más altos de este honorable CD, incluso se les da dinero”…

El 16 de mayo asumió Duhalde en compañía del secretario del CD, Enrique Gutiérrez, el subsecretario de gobierno, Rogelio Policarpo, el director de personal, Juan Severino. Luego, designó a Rogelio Policarpo, en la titularidad de gobierno, Roberto Locieiro en la secretaría de Bienestar Social, Alberto Larcamón en Obras Públicas, Carlos Rosende en Economía y Finanzas, Carlos Labollita secretario de prensa. El DE de Turner renunció en bloque.
Cuatro días después de asumir sus funciones, rápidamente Duhalde contrató 25 vehículos para levantar los restos de poda que fueron trasladados hasta el vivero municipal.

En una de las sesiones de interpelación a Turner, la Juventud Peronista hizo oír sus voz, en la figura de César Dolinsky, quien expreso:”Se habla de que la ciudad está sucia y se “para” en la comisión de Servicios Públicos la contratación de camiones para la recolección de ramas. Y miren señores concejales. Observen qué rápido se puede hacer cuando hay apoyo y afán de colaborar”.

En la misma semana de asumir, Duhalde manifestó su intención de privatizar la recolección de basura, hoy considerada uno de los negocios más rentables para unos pocos. En tal ocasión, a raíz de las sucesivas interpelaciones a Turner, el concejal Dolinsky argumentó:”Se habla de la municipalización del barrido y limpieza de calles y no se dice que en la comisión de Servicios Públicos durmió en el mes de marzo el proyecto de municipalización del barrido y limpieza de calles. Es cierto, la ciudad está sucia, pero no está sucia de ramas y basura, está sucia de procedimientos e intenciones”.

Durante los primeros días, Duhalde prometió, luego concretó la rebaja de las tasas municipales, gracias a la ayuda recibida por el gobernador Calabró, a partir de contribuciones provinciales a las intendencias.

Finalmente dispuso la capacitación de agentes municipales, a fin de que obren como inspectores municipales para controlar la evasión de impuestos, cuando diversas instituciones de bien público (sociedades de fomento) reclamaban esa función para garantizar protagonismo popular y transparencia.

El 8 de agosto se comenzó a tratar la situación del intendente Turner. Ese día, un sector del peronismo y el sindicato de municipales fueron recibidos por Duhalde que se hallaba acompañado por Mércuri, Tolosa, Rosende e Irma Santa Cruz. El Secretario de organización del gremio de municipales, Rodolfo Illescas, expresó su apoyo a Duhalde y la decisión de mantener al gremio en estado de alerta, hasta tanto se expida el CD. El 10 de agosto, la Comisión investigadora, leyó el informe realizado, en el que se acusaba a Turner de un vaciadero clandestino, de la entrega de materiales de construcción a unidades que no revestían carácter de bien público, del pago por servicios no efectuados, de la existencia de personas que cumplían servicios en dependencias municipales sin estar designadas para tales efectos. Luego del informe dieron su opinión los concejales Jorge López (Frejuli), Juan Bordachar (UCR), Jorge Infantino (Partido Conservador), César Dolinsky (JP) Jorge García (APR), Juan Scaleandri (Demócrata Progresista).

Los concejales votaron la destitución, con la excepción de Hipólito Sandoval (Frejuli) que votó por la negativa.

En esa última sesión, donde se definía la destitución de Turner se escucharon las palabras de la JP a través de Dolinsky, explicando el voto a favor de la destitución : “ Estamos de acuerdo con la política desarrollada por los compañeros del DE, aún admitiendo la posibilidad de que hayan cometido errores, no estamos de acuerdo con la posición asumida por el titular del DE que se expresa a través de los argumentos de la defensa…, adelanto el voto positivo para que se produzca el alejamiento definitivo del intendente suspendido, sin que ello signifique estar de acuerdo con la actual conducción municipal que sigue cometiendo los mismos errores que los que se achacan al intendente suspendido”.

Agregó: “No podemos ser consecuentes con quien no se juega con quienes fueron colaboradores inmediatos y que hasta último momento estuvieron defendiéndolo a muerte”.

Finalmente, el abogado defensor de Turner, Sr. Riva aludió al grado de complicidades y responsabilidades que se tejieron en el CD, diciendo: “los sectores que integran los distintos bloque de la oposición van a ser los conejitos de india y se prestarán al juego del bloque oficialista”.

Ante tal declaración, el concejal por la UCR, Carmelo Pellegrini manifestó su enojo, por lo que el abogado Riva se disculpó y asumió la responsabilidad de la frase.

Al concluir la sesión del CD, Duhalde se hizo presente en el local del Sindicato de Trabajadores Municipales

A días de haber asumido Duhalde como intendente de Lomas de Zamora, el delegado interventor del Partido Justicialista, Manuel Torres, publicó en el diario local una solicitada en la que hacía un llamado a legisladores, miembros de la CGT 62 Organizaciones, a la Rama Femenina, Rama Política y a todo peronista que quisiera participar en la resistencia para acabar con los gobiernos de minorías antipopulares. Apuntó a la necesidad de reconstruir la Nación para liberarla. Agregó:”nos toca vivir una instancia histórica y a ella debemos contribuir con fervor, apartando a los infiltrados de nuestras filas, cuyas mentes caotizadas albergan un proyecto extraño a la Nacionalidad que es el del peronismo concebido por Perón y los millones de argentinos plenamente consustanciados con su doctrina quieren una Argentina libre, poderosa, justa”.

Para el año 1974, los sectores progresistas en Lomas van cediendo terreno a la derecha peronista por desavenencias internas, según marca Perdía: “algunas contradicciones entre compañeros montoneros con Turner y el PB. (Peronismo de Base), nos debilitaron a todos. En ese contexto se fortalece un dirigente del peronismo ortodoxo, uno de los“pichones” de Manolo Torres, Eduardo Duhalde, quien se va quedando con el poder en Lomas hasta erigirse, con el paso de los años, en el más poderoso dirigente del justicialismo bonaerense”.

También hubo equivocaciones, fruto de la inexperiencia de la juventud. El concejal Sandoval reconocería las siguientes decisiones:”Cuando fuimos conducción decidimos darle a la rama gremial, la Secretaría de Hacienda, creíamos que la Secretaría de Gobierno, la Secretaría Privada y la Secretaría de Obras Públicas serían una garantía para tener el control. Éramos muy inocentes, no nos dábamos cuenta que el verdadero poder estaba en la Secretaría de Hacienda, porque cada vez que queríamos generar trabajo, u otras obras de bien público, Rosende de la Secretaría de Hacienda nos frenaba”.

A pesar de los errores, la Juventud Peronista simbolizaba una nueva forma de hacer política, los impulsaba un fuerte idealismo que orientaban en función de construir la patria justa y equitativa a diferencia de los que se iban quedando con el poder para instalar el vaciamiento político, las prácticas punteriles, el mercantilismo de la política. Sandoval recuerda a los militantes de aquella época: “Éramos trabajadores y defendíamos una causa que era lógica, no veníamos de la facultad. Sabíamos lo que era el peronismo y lo amábamos. Éramos de alma y corazón puros, pero de accionar impetuoso. Éramos los "obreros de la política". Cuando asume Duhalde llegan los "profesionales de la política", entonces comienza a repartir chupetes. Algunos se pasan al bando de Duhalde. Nosotros íbamos perdiendo terreno. En el marco nacional, nuestros diputados deciden renunciar, por lo tanto, se va perfilando el comienzo de la decadencia. A esa altura habíamos conformado un bloque independiente del FREJULI totalmente reconocido por unanimidad por los veinticuatro concejales del Concejo Deliberante de Lomas de Zamora. Hicimos la presentación del caso. En Lomas nos piden la renuncia y no aceptamos, seguimos sosteniendo el bloque de la J.P. y encima armamos el Partido Auténtico cuyo lanzamiento se realizó en Villa Centenario”.

Así, los espacios políticos dentro del ala municipal en Lomas se van replegando en consonancia con lo que ocurría en el resto del país. Duhalde capitaliza dichos espacios, primero el bloque del FREJULI, luego la intendencia. Asimismo, la UNLZ, otro bastión de la Juventud Peronista que había llegado, tras una ardua lucha a consagrar a un rector afín a la Tendencia Revolucionaria comienza un camino descendente que marca un hito histórico en febrero de 1975, con la intervención de la UNLZ y la destitución del rector Julio Raffo.

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